Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
Nombre: Dulce Obsesión.
Autor: Lali Boran ( Laura Carreón ._./ )
Adaptación: No, completamente mía.
Género: Drama, tragedia, romance.
Advertencias: Sexo homosexual, violación, lenguaje vulgar, situaciones explicitas. Si eres homofóbico, adiós.
Otras páginas: No. Si deseas publicar mi historia en otro lado, pide permiso :3 NO AL PLAGIO.
Prólogo...
Liam y Niall tienen una relación. Pronto ésta se torna en el sexo, y pierde la verdadera esencia que le caracteriza. Liam no es capaz de resistirse a la figura tentativa que su novio representa; sin darse cuando esta cayendo en una obsesión demasiado peligrosa para ambos....
Autor: Lali Boran ( Laura Carreón ._./ )
Adaptación: No, completamente mía.
Género: Drama, tragedia, romance.
Advertencias: Sexo homosexual, violación, lenguaje vulgar, situaciones explicitas. Si eres homofóbico, adiós.
Otras páginas: No. Si deseas publicar mi historia en otro lado, pide permiso :3 NO AL PLAGIO.
Prólogo...
Liam y Niall tienen una relación. Pronto ésta se torna en el sexo, y pierde la verdadera esencia que le caracteriza. Liam no es capaz de resistirse a la figura tentativa que su novio representa; sin darse cuando esta cayendo en una obsesión demasiado peligrosa para ambos....
Lali Boran
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
Bueeh! Aquí les dejo el primer capítulo. Espero que les guste (?*-*
-------------------
Capítulo 1
¿Hasta cuando un amor puede convertirse en obsesión? ¿Cuándo dejas de sentir para pensar? ¿En qué momento te olvidas de lo esencial y permites que sea el deseo carnal quien gobierne tú existencia? ¿Cuándo te das cuenta de que cometes un error…?
En momentos como éstos simplemente puedo sentarme en el rincón de mi habitación, cruzar mis brazos sobre mis piernas y tararear aquella suave canción que él solía cantar…
Siento el miedo y la desesperación inundar mi ser por completo, me veo sumergido en un pasado lleno de sufrimiento, lleno de penas y esperanzas rotas. Sentimientos corrompidos, ilusiones manchadas inclusive con la propia sangre del inocente. Mi cuerpo tiembla al recordarle, al recordar que alguna vez fue mío y ahora no le tengo… Que ahora le he perdido para siempre.
-¿Me amas, Liam? – su voz impregnada de dulzura me llenó los oídos. Sonreí casi al instante al escucharte, mientras le acariciaba suavemente los cabellos castaños y sedosos.
-Por supuesto que te amo, Niall – susurré mientras besaba el lóbulo de su oreja, le estreché en mis brazos, aprisionando su pequeña cintura en un agarre un tanto grotesco. – Más que a nadie en el mundo.
-Quiero viajar a América - dijo de la nada y fruncí un poco el ceño, le apreté contra mí para inhalar ese delicioso perfume que traía y besé su cuello con suavidad.- Me iré unos días.
-¿Irte? – me separé un poco sin poder creer lo que decía. ¿Dejarme? ¿Por cuánto tiempo? No. No podía dejarle ir, no soportaría estar sin él si quiera un día. Negué con la cabeza después de unos segundos.- Nada de eso, te quedarás conmigo, mi pequeño ángel.
-Mi padre prometió que me llevaría después de tanto tiempo de haberle suplicado que lo hiciera, Li – se quejó haciendo un puchero mientras se inclinaba a besar mis labios. Juraba que jamás había visto una criatura más hermosa que él, tan inocente, puro, dulce, adorable. En toda la extensión de la palabra, un ángel y nada más. Le sujeté el cabello con fuerza a la vez que lo inclinaba hacia atrás con ansiedad, le recosté sobre el sofá y dirigí mi mano libre hacia los botones de su camisa, desabotonando cada uno de ellos en cuestión de segundos.
-No me dejes, Niall, no puedo estar sin ti… - susurré contra la piel de su pecho, a la vez que atrapaba uno de sus pezones entre mis labios y lo mordía suavemente logrando que un gemido escapara de sus labios.
Sus gemidos, eran el canto más vívido y celestial que pudiera existir. Me llenaba los oídos, me encendía demasiado, no podía resistirme a la figura tentativa que Niall James Horan representaba.
En cuestión de segundos logré despojarle de todas sus ropas mientras acariciaba cada porción de piel que me encontraba. Me bebí sus besos con prisa, con desespero. Adoraba estar con él, de cualquier modo, su presencia era suficiente para mí.
-S-sólo serán dos días, Li… volveré – articuló entre el canto de gemidos que era su boca en aquellos momentos mientras embestía sintiendo como su esfínter apretaba con fuerza mi miembro, de una manera tan impresionante que sentía que mi polla iba a explotar de absoluto placer.
-No te vayas – sentencié antes de unir nuestros labios de nueva cuenta, bajé por su cuello admirando su piel pálida y dulce. Era delicioso, cada parte de él era hermosa y única. Era, incluso, más hermoso que cualquier mujer sobre la Tierra. Había perdido la cabeza por completo, ya nada importaba sólo él. Ya todo dependía de mi pequeño y hermoso ángel…
Aún recuerdo el eco de su voz en mis oídos, las risas llenas de alegría, saltos repletos de alegría. Me duele recordar cada palabra dedicada, cada promesa que no llegué a cumplir… Parecía tan lejano, tan irreal, pero sabía que existía. Siempre supe que aquello iba atormentar mi alma hasta el último de mis días.
¿Quién podría resistirse a él? Niall era la mezcla perfecta entre inocencia, dulzura, infancia y alegría latente, y a la vez era sólo sensualidad, lujuria, hermosura y perversión. Logró despertar en mí los deseos más bajos que algún ser humano pudiese tener. Hasta el punto de desear hacerlo mío frente a una multitud de persona por el mero hecho de verle nadar en la piscina semi desnudo. Mi corazón ya no comprendía, ya no era capaz de detener los instintos tan bajos que se despertaban en mi cuerpo, era el deseo puro de poseerle, de marcarle como mío y no permitir que nadie más le tocase.
-¡Niall, no hagas eso! – bramé mientras intentaba terminar mi redacción de Historia. Odiaba esa materia, me aburría demasiado y estar otro año más en la preparatoria para tener que soportar esto, parecía una gran broma de mal gusto.
-Me aburro, Li. Me aburro, me aburro, me aburro – vociferó a gritos mientras saltaba sobre la cama, giré la vista y sonreí al verle. Posiblemente era yo, quien ya era demasiado gran para ese tipo de cosas, pero él lucía verdaderamente precioso haciendo esos berrinches que lograban deshacer todas mis barreras. - ¡ME ABURRO!
-Ya, cállate, pequeño – pedí mientras me acercaba lentamente para tomarle de la cintura y besaba lentamente sus labios. Los labios más dulces que había probado jamás, y justamente por eso, los más adictivos que podría encontrar. No había comparación ante ese sentimiento que le profesaba.
-¿Cuándo podremos hacer algo divertido? – musitó sobre mis labios, se separó y me miró con picardía. El asunto era simple: A sus quince años era la imagen perfecta de la seducción la lujuria, del deseo mismo y las ansias de aplacar el placer latente en cualquier otro cuerpo. ¿El problema? Que era sólo mío. Que no soportaba la idea de que alguien más pudiese poner sus sucias manos en su cuerpo, en ese cuerpo que era sólo mío.
-Te comeré, precioso – gruñí mientras me apoderaba de su cuello y repartía mordidas por doquier. Metí una mano por debajo de su camisa mientras la otra viajaba por sus pantalones, apreté su erección por sobre la ropa mientras un gemido salía de sus labios.- Quiero hacerte mío, aquí, ahora, pequeño.
-N-no… – gimió mientras apretaba su miembro y comenzaba a masajearlo a la vez que quitaba el bóxer con rapidez, dejando ver el pequeño pedazo de carne erecto entre mi mano.
-¿No? – alcé una ceja mientras miraba su rostro con atención. ¡Joder, que era perfecto! Lo lindas que eran sus pobladas cejas, sus brillantes ojos celestes que desbordaban dulzura en cada mirada, su nariz perfecta y adorable a la vista, las pecas que la cubrían, y a sus mejillas también salpicadas por pequeñas y hermosas pecas, y sus labios rojos y delgados, que se habían convertido en mi más grande delirio. Pero por sobre todo, estaba su magnífico cuerpo. Era joven, sí, contaba con escasos quince años, sus músculos estaban apenas comenzado a marcarse en su cuerpo pálido y delgado. Pero a pesar de ello, era esa figura seductora y preciosa lo que me enloquecía. Aún cuando no era del todo un hombre, mi cuerpo sólo respondía al suyo. El deseo de poseerlo, de marcarlo, todo era más fuerte. Era un ángel, un Dios perfecto y sólo mío.- Parece que si lo quieres, mi niño.
-B-basta, Li… - balbuceó cerrando los ojos con fuerza, negué con la cabeza.
Tomé sus hombros con fuerza y le hice bajar con rapidez a la altura de mi miembro, él aspiró con fuerza y alzó la vista, su rostro teñido de confusión me hizo reír levemente.
-Chúpalo… - ordené con seriedad. Esta vez fue él quien negó con la cabeza intentando apartarse. No se lo permití. Lo habíamos hecho antes, no era experto, no seguía el ritmo que yo requería, no era realmente bueno, pero lograba que me corriera en su boca, siempre lo hacía. – Vamos, pequeño, hazlo por mí…
Suspiró y después tragó saliva. En su momento, al conocerle, estaba seguro de que era él quien manejaba a los demás, con su actitud segura, siempre sabiendo que decir y su poder para controlar a los demás a su antojo, tal como lo hizo conmigo, así como había logrado atraparme en él de aquella forma, pero estaba equivocado, el poder estaba en mis manos, era yo quien le manejaba. Era yo quien ponía las reglas.
Empujé su cabeza hacía mí y mi miembro entró en su boca casi al instante, ahogué un gemido mientras sentía como su lengua comenzaba a deslizarse sobre la punta y después el tronco, sentía mi polla dura y ardiendo, mientras podía escuchar leves gemiditos provenientes de la boca de mi angelito, sonreí casi con lasciva y descendí la vista hacia él.
-Mírame, Niall… - pedí y el obedeció. Sus hermosos ojos celestes se fijaron en los míos sin dejar de succionar y lamer mi miembro. Era enfermo, sí. Tanto como era por demás erótico: Ese hermoso rostro lleno de inocencia haciendo un acto tan impuro… Yo era el único loco, ¿Cierto? Porque siempre era yo quien le guiaba a hacerlo, y él jamás me decía que no. – Ah, sí… mi amor, chúpalo… todo, quiero ver como tú boca se come toda mi polla… ¡Así, sigue, sigue, Oh, Nialler…!
Era un pervertido. Un pedófilo, pero no podía evitarlo, en esto me había convertido gracias a él. En un ser que no razonaba cuando se trataba de aquella hermosa criatura que ahora se encontraba dándome una mamada por demás espectacular. Sentí como anucaba en su mano mis testículos y los masajeaba suavemente, estaba ahí esa señal de que había corrompido la inocencia y el pudor en esa personita tan maravillosa, que le había convertido en un mero objeto sexual… Pero ni siquiera me importaba. Era feliz al tenerle a mi lado y era lo único que me importaba.
-Ah, maldición… sigue, cariño, sigue… - terminé por correrme en su boca con un gruñido de satisfacción a la vez que él comenzaba a toser con fuerza.
-Sabes mal – bufó limpiando su hermosa y talentosa boca con la manga de su camisa, la cual desaparecí de su majestuoso cuerpo para recostarle sobre la cama. Ahí estaba, en su total desnudez, expuesto ante mí como jamás lo había estado ni lo estaría con nadie más que no fuese yo.
-Eres precioso, mi ángel… - Susurré mientras acariciaba sus muslos y les separaba suavemente para inclinarme sobre él aspirando con gusto aquel aroma que desprendía su piel, tan delicioso y único en el mundo- Eres mío, Niall, di que eres mío.
-S-soy tuyo, Liam – gimoteó mientras presionaba mi lengua en su entrada con fuerza. No, no me equivocaba, cada parte de su perfecto y seductor cuerpo era deliciosa, era maravillosa, el mismo cielo en la Tierra. Como tampoco me equivocaba al admitir que estaba completamente trastornado gracias a él y no me arrepentía de ello.
Saboreé esa pequeña entrada a placer, follandola con mi lengua, provocando en mi pequeño gritos de placer que alimentaban mi excitación, su voz era demasiado sensual cuando hacíamos el amor, me ponía demasiado. Siempre sucedía. Moví sus piernas de un lado a otro mientras le lubricaba.
-Ah…Liam… - gimió con fuerza mientras se corría. Me separé con brusquedad y sujeté su espalda para mirarle de frente, suspiré con enojo.
-No te di permiso de que te corrieras – le reclamé con voz grave, ¿Hasta ese punto había llegado? Había perdido la cabeza, estaba claro.
-L-lo siento, Li. No pude e-evitarlo… - lloriqueó con la cabeza gacha, suspiré hondo mientras le recostaba de nuevo y sujetaba de nuevo sus piernas, sonreí.
-No puedes hacerlo sin que te lo permita, Niall. Ahora tendré que hacerlo dentro de ti… - informé mientras posicionaba mi miembro en su pequeña entrada y penetraba de una sola estocada.- Oh, joder.
-Ky-yaa… - un ronroneo escapó de su boca y embestí con fuerza. El escucharlo actuar como un gatito me excitaba más de lo que cualquiera se pudiera imaginar.
Era mi pequeño gatito, mi niño… sólo mío. Cerré los ojos mientras embestía, sintiendo como sus paredes aprisionaban con fuerza mi miembro, era delicioso, igual que siempre. El mejor sexo que había tenido en la vida…
-Oh, me encantas… - gruñí con fuerza mientras le sujetaba de las caderas para entrar más profundo.
-N-nyaa, me gusta así, Liam… - admitió con las mejillas carmesí. Lo amaba tanto, era tanto el amor y el deseo que sentía hacia a él que cada gesto me volvía loco en magnitudes increíbles.
-Coño, mierda… me corro, Ni… - grité mientras entraba y salía una y otra vez, sintiendo el corazón latirme en los oídos, y finalmente me corrí en su interior. Dejándome caer a su lado y abrazándolo con fuerza, para pegar su pequeño cuerpo desnudo al mío. Le tomé de la cintura con posesividad y besé su cuello antes de permitirme caer en el mundo de los sueños, junto a él. Mi dulce y adorable gatito.
Ahora que lo pienso, ese amor… se transformó en un deseo sexual que jamás terminaba de ser saciado. Yo siempre quería más, siempre exigía más… Y él siempre me lo daba. “Te amo, Li…” aquel balbuceo de siempre, sus mejillas sonrojadas, sus pupilas dilatadas y su respiración acelerada. Él era demasiado sincero, estaba dispuesto a dar todo para tener mi amor, ¿Y yo? Vivía permitiendo que las fantasías sexuales con mi pequeño se instalaran en mi cabeza a tiempo completo.
No era buena idea terminar en una pared, no cuando mi mano se deslizaba por su camisa y tocaba su pecho desnudo y sus pezones erectos, no era buena idea estar juntos en una mesa porque mi mano viajaba hasta su miembro para acariciarlo con frenesí. Ese deseo sexual por él… me estaba volviendo un enfermo.
No podía dejar de pensarle, no podía siquiera evaporar cada recuerdo de cada sesión de sexo. Era un recuerdo único, valioso, de pertenencia. Él me pertenecía a mí y sólo a mí.
-¿Por qué debo lucir de este modo? – cuestionó algo inseguro, mientras yacía recostado sobre el cómodo sofá de mi habitación, saqué uno cuantos blocs de dibujo y me recosté sobre la cama frente a él, observándole con adoración.
-Porque eres perfecto y no puedes privarme de ello – indiqué esbozando una sonrisa ladeada.- Porque eres mío y tengo derecho a venerar tú cuerpo.
-No me gusta estar desnudo aquí – murmuró con timidez. Hasta cierto punto, ¿Qué tan enfermo estaba ya a esas alturas? Pedirle que se desnudara para hacer nada… sólo para contemplarle así porque la ropa me estorbada demasiado. ¡Menudo pervertido estaba hecho! Sí, Liam Payne, era un puto pervertido.
-Nadie más te ve – aseguré con lo que pretendía fuese dulzura, él se removió nervioso, lo cual me dio una vista esplendorosa de su sensual y erótico cuerpo. Eso era él, la prueba mortal del erotismo y la sexualidad hecha persona, el mismo Dios de la perfección, en su desnudez era el ser más maravilloso del mundo, le adoraba, sólo quería poder evaporar toda la ropa de su mundo y poder contemplarle así, encerrarle en esa habitación y no dejarle salir nunca más.
-¿Puedo vestirme ya? – dijo en tono de súplica, volví la vista hacia él. Estaba cohibido, con las mejillas rojas, con el cuerpo tembloroso, terriblemente perfecto para mi suerte.
-Aún no – indiqué moviendo la pluma de un lado a otro sobre el papel.- Debo terminar mi retrato de mi precioso ángel…- agregué mientras seguía dibujándole con una sonrisa torcida plantada en mis labios. No me di cuenta, pero ahí comenzaba mi insana obsesión hacia él…
-------------------
Capítulo 1
¿Hasta cuando un amor puede convertirse en obsesión? ¿Cuándo dejas de sentir para pensar? ¿En qué momento te olvidas de lo esencial y permites que sea el deseo carnal quien gobierne tú existencia? ¿Cuándo te das cuenta de que cometes un error…?
En momentos como éstos simplemente puedo sentarme en el rincón de mi habitación, cruzar mis brazos sobre mis piernas y tararear aquella suave canción que él solía cantar…
Siento el miedo y la desesperación inundar mi ser por completo, me veo sumergido en un pasado lleno de sufrimiento, lleno de penas y esperanzas rotas. Sentimientos corrompidos, ilusiones manchadas inclusive con la propia sangre del inocente. Mi cuerpo tiembla al recordarle, al recordar que alguna vez fue mío y ahora no le tengo… Que ahora le he perdido para siempre.
-¿Me amas, Liam? – su voz impregnada de dulzura me llenó los oídos. Sonreí casi al instante al escucharte, mientras le acariciaba suavemente los cabellos castaños y sedosos.
-Por supuesto que te amo, Niall – susurré mientras besaba el lóbulo de su oreja, le estreché en mis brazos, aprisionando su pequeña cintura en un agarre un tanto grotesco. – Más que a nadie en el mundo.
-Quiero viajar a América - dijo de la nada y fruncí un poco el ceño, le apreté contra mí para inhalar ese delicioso perfume que traía y besé su cuello con suavidad.- Me iré unos días.
-¿Irte? – me separé un poco sin poder creer lo que decía. ¿Dejarme? ¿Por cuánto tiempo? No. No podía dejarle ir, no soportaría estar sin él si quiera un día. Negué con la cabeza después de unos segundos.- Nada de eso, te quedarás conmigo, mi pequeño ángel.
-Mi padre prometió que me llevaría después de tanto tiempo de haberle suplicado que lo hiciera, Li – se quejó haciendo un puchero mientras se inclinaba a besar mis labios. Juraba que jamás había visto una criatura más hermosa que él, tan inocente, puro, dulce, adorable. En toda la extensión de la palabra, un ángel y nada más. Le sujeté el cabello con fuerza a la vez que lo inclinaba hacia atrás con ansiedad, le recosté sobre el sofá y dirigí mi mano libre hacia los botones de su camisa, desabotonando cada uno de ellos en cuestión de segundos.
-No me dejes, Niall, no puedo estar sin ti… - susurré contra la piel de su pecho, a la vez que atrapaba uno de sus pezones entre mis labios y lo mordía suavemente logrando que un gemido escapara de sus labios.
Sus gemidos, eran el canto más vívido y celestial que pudiera existir. Me llenaba los oídos, me encendía demasiado, no podía resistirme a la figura tentativa que Niall James Horan representaba.
En cuestión de segundos logré despojarle de todas sus ropas mientras acariciaba cada porción de piel que me encontraba. Me bebí sus besos con prisa, con desespero. Adoraba estar con él, de cualquier modo, su presencia era suficiente para mí.
-S-sólo serán dos días, Li… volveré – articuló entre el canto de gemidos que era su boca en aquellos momentos mientras embestía sintiendo como su esfínter apretaba con fuerza mi miembro, de una manera tan impresionante que sentía que mi polla iba a explotar de absoluto placer.
-No te vayas – sentencié antes de unir nuestros labios de nueva cuenta, bajé por su cuello admirando su piel pálida y dulce. Era delicioso, cada parte de él era hermosa y única. Era, incluso, más hermoso que cualquier mujer sobre la Tierra. Había perdido la cabeza por completo, ya nada importaba sólo él. Ya todo dependía de mi pequeño y hermoso ángel…
Aún recuerdo el eco de su voz en mis oídos, las risas llenas de alegría, saltos repletos de alegría. Me duele recordar cada palabra dedicada, cada promesa que no llegué a cumplir… Parecía tan lejano, tan irreal, pero sabía que existía. Siempre supe que aquello iba atormentar mi alma hasta el último de mis días.
¿Quién podría resistirse a él? Niall era la mezcla perfecta entre inocencia, dulzura, infancia y alegría latente, y a la vez era sólo sensualidad, lujuria, hermosura y perversión. Logró despertar en mí los deseos más bajos que algún ser humano pudiese tener. Hasta el punto de desear hacerlo mío frente a una multitud de persona por el mero hecho de verle nadar en la piscina semi desnudo. Mi corazón ya no comprendía, ya no era capaz de detener los instintos tan bajos que se despertaban en mi cuerpo, era el deseo puro de poseerle, de marcarle como mío y no permitir que nadie más le tocase.
-¡Niall, no hagas eso! – bramé mientras intentaba terminar mi redacción de Historia. Odiaba esa materia, me aburría demasiado y estar otro año más en la preparatoria para tener que soportar esto, parecía una gran broma de mal gusto.
-Me aburro, Li. Me aburro, me aburro, me aburro – vociferó a gritos mientras saltaba sobre la cama, giré la vista y sonreí al verle. Posiblemente era yo, quien ya era demasiado gran para ese tipo de cosas, pero él lucía verdaderamente precioso haciendo esos berrinches que lograban deshacer todas mis barreras. - ¡ME ABURRO!
-Ya, cállate, pequeño – pedí mientras me acercaba lentamente para tomarle de la cintura y besaba lentamente sus labios. Los labios más dulces que había probado jamás, y justamente por eso, los más adictivos que podría encontrar. No había comparación ante ese sentimiento que le profesaba.
-¿Cuándo podremos hacer algo divertido? – musitó sobre mis labios, se separó y me miró con picardía. El asunto era simple: A sus quince años era la imagen perfecta de la seducción la lujuria, del deseo mismo y las ansias de aplacar el placer latente en cualquier otro cuerpo. ¿El problema? Que era sólo mío. Que no soportaba la idea de que alguien más pudiese poner sus sucias manos en su cuerpo, en ese cuerpo que era sólo mío.
-Te comeré, precioso – gruñí mientras me apoderaba de su cuello y repartía mordidas por doquier. Metí una mano por debajo de su camisa mientras la otra viajaba por sus pantalones, apreté su erección por sobre la ropa mientras un gemido salía de sus labios.- Quiero hacerte mío, aquí, ahora, pequeño.
-N-no… – gimió mientras apretaba su miembro y comenzaba a masajearlo a la vez que quitaba el bóxer con rapidez, dejando ver el pequeño pedazo de carne erecto entre mi mano.
-¿No? – alcé una ceja mientras miraba su rostro con atención. ¡Joder, que era perfecto! Lo lindas que eran sus pobladas cejas, sus brillantes ojos celestes que desbordaban dulzura en cada mirada, su nariz perfecta y adorable a la vista, las pecas que la cubrían, y a sus mejillas también salpicadas por pequeñas y hermosas pecas, y sus labios rojos y delgados, que se habían convertido en mi más grande delirio. Pero por sobre todo, estaba su magnífico cuerpo. Era joven, sí, contaba con escasos quince años, sus músculos estaban apenas comenzado a marcarse en su cuerpo pálido y delgado. Pero a pesar de ello, era esa figura seductora y preciosa lo que me enloquecía. Aún cuando no era del todo un hombre, mi cuerpo sólo respondía al suyo. El deseo de poseerlo, de marcarlo, todo era más fuerte. Era un ángel, un Dios perfecto y sólo mío.- Parece que si lo quieres, mi niño.
-B-basta, Li… - balbuceó cerrando los ojos con fuerza, negué con la cabeza.
Tomé sus hombros con fuerza y le hice bajar con rapidez a la altura de mi miembro, él aspiró con fuerza y alzó la vista, su rostro teñido de confusión me hizo reír levemente.
-Chúpalo… - ordené con seriedad. Esta vez fue él quien negó con la cabeza intentando apartarse. No se lo permití. Lo habíamos hecho antes, no era experto, no seguía el ritmo que yo requería, no era realmente bueno, pero lograba que me corriera en su boca, siempre lo hacía. – Vamos, pequeño, hazlo por mí…
Suspiró y después tragó saliva. En su momento, al conocerle, estaba seguro de que era él quien manejaba a los demás, con su actitud segura, siempre sabiendo que decir y su poder para controlar a los demás a su antojo, tal como lo hizo conmigo, así como había logrado atraparme en él de aquella forma, pero estaba equivocado, el poder estaba en mis manos, era yo quien le manejaba. Era yo quien ponía las reglas.
Empujé su cabeza hacía mí y mi miembro entró en su boca casi al instante, ahogué un gemido mientras sentía como su lengua comenzaba a deslizarse sobre la punta y después el tronco, sentía mi polla dura y ardiendo, mientras podía escuchar leves gemiditos provenientes de la boca de mi angelito, sonreí casi con lasciva y descendí la vista hacia él.
-Mírame, Niall… - pedí y el obedeció. Sus hermosos ojos celestes se fijaron en los míos sin dejar de succionar y lamer mi miembro. Era enfermo, sí. Tanto como era por demás erótico: Ese hermoso rostro lleno de inocencia haciendo un acto tan impuro… Yo era el único loco, ¿Cierto? Porque siempre era yo quien le guiaba a hacerlo, y él jamás me decía que no. – Ah, sí… mi amor, chúpalo… todo, quiero ver como tú boca se come toda mi polla… ¡Así, sigue, sigue, Oh, Nialler…!
Era un pervertido. Un pedófilo, pero no podía evitarlo, en esto me había convertido gracias a él. En un ser que no razonaba cuando se trataba de aquella hermosa criatura que ahora se encontraba dándome una mamada por demás espectacular. Sentí como anucaba en su mano mis testículos y los masajeaba suavemente, estaba ahí esa señal de que había corrompido la inocencia y el pudor en esa personita tan maravillosa, que le había convertido en un mero objeto sexual… Pero ni siquiera me importaba. Era feliz al tenerle a mi lado y era lo único que me importaba.
-Ah, maldición… sigue, cariño, sigue… - terminé por correrme en su boca con un gruñido de satisfacción a la vez que él comenzaba a toser con fuerza.
-Sabes mal – bufó limpiando su hermosa y talentosa boca con la manga de su camisa, la cual desaparecí de su majestuoso cuerpo para recostarle sobre la cama. Ahí estaba, en su total desnudez, expuesto ante mí como jamás lo había estado ni lo estaría con nadie más que no fuese yo.
-Eres precioso, mi ángel… - Susurré mientras acariciaba sus muslos y les separaba suavemente para inclinarme sobre él aspirando con gusto aquel aroma que desprendía su piel, tan delicioso y único en el mundo- Eres mío, Niall, di que eres mío.
-S-soy tuyo, Liam – gimoteó mientras presionaba mi lengua en su entrada con fuerza. No, no me equivocaba, cada parte de su perfecto y seductor cuerpo era deliciosa, era maravillosa, el mismo cielo en la Tierra. Como tampoco me equivocaba al admitir que estaba completamente trastornado gracias a él y no me arrepentía de ello.
Saboreé esa pequeña entrada a placer, follandola con mi lengua, provocando en mi pequeño gritos de placer que alimentaban mi excitación, su voz era demasiado sensual cuando hacíamos el amor, me ponía demasiado. Siempre sucedía. Moví sus piernas de un lado a otro mientras le lubricaba.
-Ah…Liam… - gimió con fuerza mientras se corría. Me separé con brusquedad y sujeté su espalda para mirarle de frente, suspiré con enojo.
-No te di permiso de que te corrieras – le reclamé con voz grave, ¿Hasta ese punto había llegado? Había perdido la cabeza, estaba claro.
-L-lo siento, Li. No pude e-evitarlo… - lloriqueó con la cabeza gacha, suspiré hondo mientras le recostaba de nuevo y sujetaba de nuevo sus piernas, sonreí.
-No puedes hacerlo sin que te lo permita, Niall. Ahora tendré que hacerlo dentro de ti… - informé mientras posicionaba mi miembro en su pequeña entrada y penetraba de una sola estocada.- Oh, joder.
-Ky-yaa… - un ronroneo escapó de su boca y embestí con fuerza. El escucharlo actuar como un gatito me excitaba más de lo que cualquiera se pudiera imaginar.
Era mi pequeño gatito, mi niño… sólo mío. Cerré los ojos mientras embestía, sintiendo como sus paredes aprisionaban con fuerza mi miembro, era delicioso, igual que siempre. El mejor sexo que había tenido en la vida…
-Oh, me encantas… - gruñí con fuerza mientras le sujetaba de las caderas para entrar más profundo.
-N-nyaa, me gusta así, Liam… - admitió con las mejillas carmesí. Lo amaba tanto, era tanto el amor y el deseo que sentía hacia a él que cada gesto me volvía loco en magnitudes increíbles.
-Coño, mierda… me corro, Ni… - grité mientras entraba y salía una y otra vez, sintiendo el corazón latirme en los oídos, y finalmente me corrí en su interior. Dejándome caer a su lado y abrazándolo con fuerza, para pegar su pequeño cuerpo desnudo al mío. Le tomé de la cintura con posesividad y besé su cuello antes de permitirme caer en el mundo de los sueños, junto a él. Mi dulce y adorable gatito.
Ahora que lo pienso, ese amor… se transformó en un deseo sexual que jamás terminaba de ser saciado. Yo siempre quería más, siempre exigía más… Y él siempre me lo daba. “Te amo, Li…” aquel balbuceo de siempre, sus mejillas sonrojadas, sus pupilas dilatadas y su respiración acelerada. Él era demasiado sincero, estaba dispuesto a dar todo para tener mi amor, ¿Y yo? Vivía permitiendo que las fantasías sexuales con mi pequeño se instalaran en mi cabeza a tiempo completo.
No era buena idea terminar en una pared, no cuando mi mano se deslizaba por su camisa y tocaba su pecho desnudo y sus pezones erectos, no era buena idea estar juntos en una mesa porque mi mano viajaba hasta su miembro para acariciarlo con frenesí. Ese deseo sexual por él… me estaba volviendo un enfermo.
No podía dejar de pensarle, no podía siquiera evaporar cada recuerdo de cada sesión de sexo. Era un recuerdo único, valioso, de pertenencia. Él me pertenecía a mí y sólo a mí.
-¿Por qué debo lucir de este modo? – cuestionó algo inseguro, mientras yacía recostado sobre el cómodo sofá de mi habitación, saqué uno cuantos blocs de dibujo y me recosté sobre la cama frente a él, observándole con adoración.
-Porque eres perfecto y no puedes privarme de ello – indiqué esbozando una sonrisa ladeada.- Porque eres mío y tengo derecho a venerar tú cuerpo.
-No me gusta estar desnudo aquí – murmuró con timidez. Hasta cierto punto, ¿Qué tan enfermo estaba ya a esas alturas? Pedirle que se desnudara para hacer nada… sólo para contemplarle así porque la ropa me estorbada demasiado. ¡Menudo pervertido estaba hecho! Sí, Liam Payne, era un puto pervertido.
-Nadie más te ve – aseguré con lo que pretendía fuese dulzura, él se removió nervioso, lo cual me dio una vista esplendorosa de su sensual y erótico cuerpo. Eso era él, la prueba mortal del erotismo y la sexualidad hecha persona, el mismo Dios de la perfección, en su desnudez era el ser más maravilloso del mundo, le adoraba, sólo quería poder evaporar toda la ropa de su mundo y poder contemplarle así, encerrarle en esa habitación y no dejarle salir nunca más.
-¿Puedo vestirme ya? – dijo en tono de súplica, volví la vista hacia él. Estaba cohibido, con las mejillas rojas, con el cuerpo tembloroso, terriblemente perfecto para mi suerte.
-Aún no – indiqué moviendo la pluma de un lado a otro sobre el papel.- Debo terminar mi retrato de mi precioso ángel…- agregué mientras seguía dibujándole con una sonrisa torcida plantada en mis labios. No me di cuenta, pero ahí comenzaba mi insana obsesión hacia él…
Lali Boran
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
OMGGG!!!
nueva lectoraaaa!!!
dios me ha encantooo...escribes tan perfectoooooooooooooooooooooooooooooooooooo....
y quien no perderia la cordura por NIall..el que es tan perfecto y hermosooo..LIam es un pervertidoo jijij
solo una pregunta...es novela o OS??? si es novela mejor ponla en la seccion de one direction, para que las admin no te digan nada :)
tienes que seguirla yaaaaaaaaaaaaaaaa
besoss
nueva lectoraaaa!!!
dios me ha encantooo...escribes tan perfectoooooooooooooooooooooooooooooooooooo....
y quien no perderia la cordura por NIall..el que es tan perfecto y hermosooo..LIam es un pervertidoo jijij
solo una pregunta...es novela o OS??? si es novela mejor ponla en la seccion de one direction, para que las admin no te digan nada :)
tienes que seguirla yaaaaaaaaaaaaaaaa
besoss
@Fiore *McGinty*
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
Holis *O* SDJASKD Me alegra que te gustara! *-* Lo sé. Complicado no volverse loco por Niall y faltan tantas cosas más e.e
Es un OS, de 5 partes >.< Está dividido, pero no es una novela -w-
La seguiré pronto! Gracias por leer :3
Es un OS, de 5 partes >.< Está dividido, pero no es una novela -w-
La seguiré pronto! Gracias por leer :3
Lali Boran
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
¡GRACIAS! Te amou<3 (?). Holú C: jksksjk, me llamo Giannina, decime como se te dé la gana, and: ¡Amo tu novela! jskjskjsk. Es unade las mejores que he leído<3 además es de Niam shit, ¡me encanta! Please bitch, ¿quién no puede resistirse a Niall? es un amour violable, áh xd. Liam todo obsesivo, jskjskjskjsjk. Amo esto, continúa por favor C:
Invitado
Invitado
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
[size=9]Hola! ._./
Aquí les traigo la segunda parte del One Shot *-* Gracias a Fiore y Smile por sus comentarios! Las amo, ah*-* jskjdkd
-------------------------------------------
Capítulo 1
Parte 2
En ese entonces nada estaba bien, hacia un tiempo que había cruzado el límite de la adoración para darle paso a la obsesión absoluta. Aún recuerdo las noches en vela, luchando contra el deseo de irrumpir en su habitación, cuidar su sueño, admirar su belleza y aún más, su perfección. De besar sus labios, de fundirme en su cuerpo, de hacernos uno, de hacerle el amor.
-Li - Su voz angelical me hizo sonreír. Le miré con curiosidad mientras acariciaba su cabeza, la cual descansaba en mi regazo.
-¿Qué ocurre, mi niño? – cuestioné con voz suave.
-Tienes que parar ya – musitó con los ojos clavados en la pared.- No está bien…
-No comprendo, Ni– acepté frunciendo el ceño, había muchas cosas que Niall Horan decía y no comprendía, pero ésta en definitiva me dejaba en la ignorancia.
-Tienes que controlar tú obsesión – respondió esta vez clavando sus pupilas en las mías, con esa intensidad que me hacía temblar completamente.- No puedes seguir así, creyendo que cuando no estoy contigo es porque estoy follando con alguien más.
-Nialler…
-No lo soporto, Liam, me asfixia – me hizo saber mientras besaba mis labios, impregnándome de esa dulzura de la cual era poseedor. Le llené de besos y caricias, disfrutando su piel en cada rose, hasta que él mismo se apartó de mí. Sujeté su cintura entre mis manos para retenerle.
-Te amo – susurré con toda la sinceridad posible mientras acariciaba mi nariz con la suya durante breves segundos.- Eres mío, simple como eso.
-Esto ha superado los límites – indicó con seriedad, rodé los ojos y después solté un bufido. Yo lo sabía, era consciente de que mi obsesión era insana, que había llegado a un punto insoportable, pero no podía permitirle aquella libertad que él tanto pedía, Niall me pertenecía a mí, tenía todo el derecho sobre él.
Nuestra relación, antes alegre y llena de rebosante luminosidad, se había convertido en un círculo tormentoso destinado meramente al placer celestial que el provocaba en mi cuerpo gracias al suyo. Éramos ahora sólo dos amantes y punto. Había dejado en el olvido cada parte de mi moral., si es que alguna vez la tuve, me dejé llevar por los deseos más bajos que habitaban en mí…
-¿A qué limites te refieres? – increpé con cierta molestia, me abracé a su cuerpo con rudeza y presioné mis labios sobre los suyos explorando con deseo su cavidad bucal a mi antojo. Acaricié sus costados con ansia, ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos juntos? Si las cuentas no me fallaban: Dos horas. Me había convertido en un puto pervertido y enfermo, pero nada de eso me importaba si podía tener su cuerpo sobre el mío, flexionándose de aquella manera tan impresionante y erótica.
-Te amo, Li… - susurró con una sonrisa enternecida y se abrazó a mí, recargando su cabeza sobre mi hombro.- Pero te has obsesionado conmigo, convirtiéndome en el vano objeto de tus bajos deseos.
-Jamás te has quejado – protesté mientras una mano viajaba por su cuerpo, y la otra le sujetaba de la espalda.
-Porque te amo, por eso he accedido a cada cosa estúpida y sucia que propones, pero, ¿Sabes? Soy una persona, no un objeto. Tienes que parar tú maldita obsesión… Es una completa pesadilla, Li… - murmuró pero esta vez, como muchas otras, decidí ignorarle y callar sus palabras con un beso, por demás apasionado.
Esa inteligente voz en mi cabeza me decía que tenía que parar, que tenía sólo dieciocho años y no podía permitirme convertirme en eso que ya era mientras más pasaban los días. Pero a la vez la otra voz más poderosa en mi interior me impulsaba a continuar con ello, porque no se permitía liberar al hermoso niño al que mantenía cautivo. Logré apaciguar las quejas y las protestas, logré mantenerle al margen tal y como lo deseaba. Porque ese amor, esa admiración… muy en el fondo, aún estaba dentro de mí.
¿Por qué a mí y no otro? Me desvivía viéndole y llenándome la vista con su esplendorosa presencia. Desvistiéndole con la mirada, alabando cada parte de su cuerpo con ceguera infinita. Le amaba sí… pero a esas alturas había algo que me gobernaba aún más, y eso era la obsesión.
Fui yo el primero en su vida, el primero y el único…Aún recuerdo con extrema claridad la primera vez en que le hice mío… El día de su cumpleaños número quince. Sabía que tenía unas terribles ganas de hacerle el amor desde el momento en que le había conocido, pero él era diferente, no era un “simple polvo” y preferí guardar las ganas. Y todo fue compensado con el momento de su entrega total. Su piel, sus gemidos, su respiración, sus besos… Fue mío y desde entonces le había marcado como de mi propiedad. Absolutamente mío. Recuerdo el miedo en sus ojos, pero la seguridad en sus movimientos. Me deseaba tanto como yo a él, y se entregó… a pesar del miedo y el dolor. Fui feliz, fui por primera vez, un hombre. ¿Cómo pude romper todas sus ilusiones? ¿Sus esperanzas, como pude manchar sus sueños…?
-Ah… Mierda- un gruñido salió de sus labios seguido de un sensual ronroneo que bombeó sangre directo a mi miembro mientras embestía con fuerza, sin compasión contra ese pequeño agujero que seguía siendo igual de estrecho como aquella primera vez.
-Me encantas… sí, cariño, eres tan delicioso… - gemí alzando la cabeza con frenesí. Su cuerpo a espaldas tendido sobre la cama, mientras me dedicaba a morder su espalda por momentos y acariciaba su trasero en movimientos lentos y poco rítmicos.
-N-no quiero… - se quejó con la mejilla pegada contra la cama. Estaba inclinado, exponiéndose a mí de aquella forma tan sensual, llenando de erotismo puro toda la imagen celestial que no cubría con su manto. – P-para ya.
-Aún no, mi niño… - negué embistiendo de nuevo, mientras me movía de atrás hacia delante con rapidez, se suponía que debía estar en mi clase de Química, más sin embargo le había atrapado en una de las aulas vacías y no había podido evitar hacerle el amor en aquel momento, sobre el escritorio del profesor Jeffrey. Me era completamente complicado encontrar un momento en que no deseara hacerle el amor con frenesí. Pero en aquellos momentos no importaba nada, salvo el hecho de que estaba en su interior, mostrándole… cuanto le amaba. Él tenía ambas manos flexionadas sobre su pecho, enterradas contra la cama y la cabeza de lado, mientras negaba una y otra vez, y a la vez permitía que sonoros gemidos salieran de su boca. ¿Qué no quería? ¡Siempre tenía que querer! Era conmigo con quien estaba, con su novio, el amor de su vida, su dueño. La única persona con quien podía y debía hacer eso. ¿Exponerse desnudo ante otros ojos? ¿Entregarle su cuerpo a otro que no fuese yo? ¿Besar otros labios que no fuesen los míos? Nada de eso, él me pertenecía, y eso era lo importante.
No estaba enfermo, o quizá sí, pero sólo enfermo de amor por él. Me había vuelto dependiente de aquel hermoso niño con silueta seductora y alma de ángel. ¿Dónde iba a caberme todo ese amor si ya no había más espacio dentro de mí? Él no comprendía… Porque era un niño, porque tenía quince años… No podía saber nada sobre nada, yo tenía razón y él debía entenderlo y aceptarlo. Bajo cualquier circunstancia, él debía aceptarlo.
Su espalda se arqueó cuando toqué ese punto que hacía que se convirtiera en una masa de gemidos demasiado gloriosa y celestial sólo como él podía serlo. Sujeté sus caderas con fuerza mientras me corría y dejé escapar un jadeo de placer.
-Me… m-me corro, Li – lloriqueó con fuerza.
-Oh, sí… córrete para mí, mi amor…
Sentí su esperma derramarse sobre la cama y le giré para tomarle entre mis brazos. Le besé la frente cubierta por una capa de sudor y acaricié su pecho suavemente, él había cerrado los ojos y su respiración aún se encontraba agitada terriblemente. Sus labios rojos estaban casi hinchados por los besos y su pecho subía y bajaba con violencia. Lucía putamente hermoso.
-Tengo sueño, Li – ronroneó mi pequeño con una pequeña sonrisa surcándole en los labios.
-Duerme, mi amor, estaré contigo y velaré tú sueño… - prometí mientras le recargaba en la cama y me situaba a su lado. Le abracé y le miré largo rato, incluso después de que ya se encontrase dormido. Le cubrí con las sábanas y me dispuse a dormir también.
Aún logro sentir el calor abrazador de su cuerpo, aquel que me arropaba en las noches heladas de invierno cuando la nieve me hacía colar los huesos. Aún recuerdo el tacto de su piel contra la mía, su risa… sus ojos… sus susurros, e incluso recuerdo aquellos silencios. Una parte de mí no lo comprendía del todo, no quería dejarle ir porque sabía que quisiera o no eso no iba a suceder de cualquier modo.
-A veces tengo miedo… - musitó el castaño más pequeño mientras recargaba su cabeza contra el pecho de su novio.
-¿A que la tienes miedo? – cuestionó Liam algo sorprendido por sus palabras.
-De lo que pueda suceder… - indicó el otro mientras soltaba un ronroneo infantil y se abrazaba con más fuerza, sentía el frío colarse por cada parte de su cuerpo y la nariz helada, además de los pies, los cuales seguramente estaban congelados. – El año siguiente, te marcharás a la universidad…
-Marcharme… - lo cierto era que ni siquiera había pensado en ello y ahora eso le taladraba la cabeza con fuerza. ¿Irse? ¿Dejar a su pequeño ángel? ¿Dejarle libre de estar con alguien más….? – No, mi amor, no te dejaré.
-No puedes quedarte en el colegio.
-Buscaré la manera. Tú eres mío, no puedo dejarte. Estaremos juntos siempre – aseguré mientras le besaba suavemente. Moviendo los labios sin prisa, disfrutando del sabor y las sensaciones que en sí ese beso provocaba en todo mi sistema.
-Te amo, Liam…..- Coño, eso bastaba para provocarme. Estaba duro otra vez.
[/size]
Lali Boran
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
OMGGG!!!!
LIAM VA A PERDER A NIALL POR IDIOTAAAA...
GRACIAS POR DEDICARME EL CAPITULO
SIGUELA PRONTO PLISSS
BESOSS
LIAM VA A PERDER A NIALL POR IDIOTAAAA...
GRACIAS POR DEDICARME EL CAPITULO
SIGUELA PRONTO PLISSS
BESOSS
@Fiore *McGinty*
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
HOLA SOY NUEVA LECTORA!!!!!
Me encanta tu nove sigue la por favor!!!!!
Enseerio la doro
Por cierto me llamo Maria pero puedes decirme Mar oki
Plisss siguela!!!
Me encanta tu nove sigue la por favor!!!!!
Enseerio la doro
Por cierto me llamo Maria pero puedes decirme Mar oki
Plisss siguela!!!
mar1Dloveyou
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
Holiii nueva lectora!! Escribes super hermoso! ME encanta esto ehehe me llamo Ashlie!
Xx
Ash
Xx
Ash
Miracle.
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
Hola! Lamento haber tardado tanto :c No ha sido mi intención. Acá les traigo la tercera parte del One Shot, y gracias a todos los que han comentado, os amo mucho*--*
---------------------------------
-
Las frágiles siluetas que se dibujaban al viento, le causaban alegría; lo sabía por la manera en que sus labios surcaban una esplendida y sincera sonrisa, como aquellas que siempre me dedicaba. El acompasado respirar y el chasquido de su lengua mientras saboreaba aquel cigarrillo como si fuese la cosa más normal del mundo. Odiaba esta situación. Hacia un mes y cuatro días que Niall había huido de mi lado, para ir a refugiarse en los brazos de Zayn Malik.
El tipo era de mi edad y nunca me había caído bien. En algún momento había comprendido que si no controlaba mi actitud, iba a perderlo. Y tarde o temprano- Obviamente más temprano que tarde- iba a decidir ponerle fin a lo nuestro. Aunque, claramente, en un principio no lo acepté para nada, me tomé la libertad de hacerle creer que había entendido.
Odiaba, y es que en verdad no había nada más repugnante para mí, ver como ese imbécil de Malik posaba sus manos en el pequeño cuerpo de mi rubio, que era sólo mío. ¿A caso se lo habría follado ya? ¡No iba a permitirlo! Niall no respondía mis llamadas… Y cuando intentaba hablarle simplemente me ignoraba y seguía su camino. Estaba realmente frustrado y mis estúpidos celos no me ayudaban en nada. Había soportado este tiempo sin hacer alguna estupidez. Pero aquel día no lo había pensado lo suficiente, como para poder arrepentirme. Ni a eso tenía derecho.
Los padres de Niall había salido desde muy temprano por la mañana a visitar a unos parientes fuera de la ciudad; yo había - y debemos insertar el valioso sarcasmo en este punto- tenido la estupenda e infalible idea de meterme a hurtadillas a la casa para poder hablar con él. ¡Hacerle ver que era conmigo con quien debía estar! ¡Conmigo y nadie más!
Y de paso saber si el pendejo de Malik se había atrevido a tocarle… Claro, para tirarle todos los dientes y partirle la boca- y no a besos, precisamente- para que aprendiera a quitar sus sucias manos de lo ajeno.
Me adentré por la ventana (del segundo piso) y no fue nada sencillo, pero logré mi cometido. Como lo había imaginado, mi niño había dejado la ventana sin seguro por lo cual me fue fácil acceder a la amplia habitación en cuestión de segundos; al hacerlo volví a cerrarla rápidamente y está vez le eché el cerrojo.
Caminé a paso lento y cuidadoso hasta llegar al pie de la cama e hincarme frente a ésta. Mi pequeño rubio descansaba plácidamente; el subir y bajar de su pecho era tranquilizador, y sus pestañas se pegaban a sus parpados de una manera terriblemente adorable. Lo necesitaba tanto… Un mes sin él había sido como la muerte en vida. Aún no estaba preparado para dejarle ir lejos. Aunque dudaba estar listo para eso alguna vez en mi maldita vida. ¿Cómo vivir sin él si era todo lo que conocía y amaba? Sin él no había más vida.
Me quedé contemplándole por largo rato, no había tiempo ni nada mientras estuviera a su lado todo marchaba a ritmo lento, no había prisa por nada ni para nada. Éramos sólo él y yo, y así debía ser siempre. Se movió sobre la cama rápidamente quedando de perfil frente a mí, una sonrisa apenas visible se alojó en sus labios y me pregunté si a caso podría ser yo el motivo de ésta. Era un misterio que jamás me sería relevado.
-¿Niall? – susurré quedamente muy cerca de él. Pero no hubo reacción de su parte, me incliné lo suficiente para poder darle un pequeño y corto beso en los labios. Aún así no se movió. Estaba tan ansioso; sólo deseaba aferrarme a su pequeño cuerpo y quedarme con él para siempre, sin que nadie más se interpusiera. Sin el estúpido de Zayn Malik de por medio. -¿Me escuchas, mi amor? ¿Niall?
Sus pestañas revolotearon suavemente pero no despertó. Y entonces, sin pensarlo mucho en realidad, mee situé sobre la cama y me acomodé a su lado, abrazando su cintura de manera un tanto posesiva. Mis labios rozaron su cuello y mis manos viajaron por donde camino encontraron. No lo entendía, era la necesidad de tenerlo, de sentirlo… y no podía detenerme. No importaba cuantas veces lo intentara y me lo planteara, yo no podía detenerme. Y Niall era mío, odiaba saber que estaba en otros brazos con alguien que nunca podría ser yo.
-Te amo tanto, Ni… - murmuré contra su cabello mientras depositaba suaves besos en esa parte; mis manos recorrieron su pecho y la derecha bajó rápidamente hasta sus pantalones, estimulando su miembro lentamente. Suaves balbuceos escaparon de su boca, y yo sonreír ¿victorioso? Sin darme cuenta. La excitación estaba corriendo por mi cuerpo como fuego, en mis venas, ardiendo tan fuerte que me hacía hervir sin control de nada. Deslicé el pantalón de su pijama fuera y me coloqué encima para quitarle la camisa. No estaba usando bóxers. Me debía dar crédito por pegarle esa costumbre para la hora de dormir. Mis labios se pasearon por su cuerpo con ansía, besando y acariciando cuanto podía. Mientras murmuraba contra su piel, susurrando todo ese amor que yo le tenía. Ese amor que pese a todo era sincero. Su cuerpo comenzó a reaccionar, su erección involuntaria se notaba fácilmente, y yo aún esperaba que abriera los ojos. Cosa que no pasó.
-Mi dulce ángel.- susurré contra sus labios; entrando en él sin previo aviso. Sin poder soportar el deseo y la lujuria que me inundaban el cuerpo, y el alma. Y entonces sus ojos celestes como el cielo se abrieron y un grito profundo abandonó su garganta, permitiendo así que las lágrimas se albergaran en sus ojos, haciéndole arder el rostro.
-¡L-Liam! – gritó esbozando una mueca de dolor mientras me empujaba en un intento de quitarme de encima; las lágrimas seguían llegando a cada segundo y el corazón se me había acelerado a más o poder. ¿Qué había hecho? Merlín, yo lo había… Dios.
-¿Niall, cielo?
-¡M-me violaste, L-Liam! ¡Déjame, m-me duele! – exclamó ahogándose en su llanto. Sus mejillas estaban rojas carmín y sus ojos empañados por las lágrimas. Pasé una mano por mis cabellos a la vez que me dejaba caer a su lado en la cama.
-Lo lamento tanto…. ¡Te juro que lo lamento, joder! – grité sintiendo como mis propias lágrimas me bañaban las mejillas. Le tomé de la cintura y comencé a llorar en su cuello, sin entender que rayos estaba haciendo. Me había atrevido a violarlo, mientras dormía. ¿Qué clase de puto enfermo era? ¿Por qué coño no me detuve? Quería que un rayo me atravesara, lo había herido y eso era algo que jamás me iba a perdonar. No cuando sus sollozos me llenaban los oídos aquella silenciosa noche.
-¿Por qué viniste esta noche, Li? – balbuceó atragantándose con su llanto, mientras fijaba sus bellos orbes en mi rostro. Tragué en seco sin poder sostenerle la mirada.
-Porque te amo, no puedo soportar que estés con otro. Tú eres mío, me perteneces, Niall.- indiqué rápidamente con la vista en el techo de la habitación. Le apreté contra mí y aunque lo esperaba y era lo más seguro, él no se apartó.
-Ya no puedo más, Liam. Necesitaba estar lejos, creí que cambiarías…. – sollozó con fuerza mientras se aferraba a mi pecho. Sus labios subieron hasta mi mejilla depositando un pequeño beso bañado en lágrimas saladas. Lágrimas de dolor de mi pequeño niño, lágrimas en evidencia de lo enfermo que estaba, de la clase de jodido ser humano que era. De la mierda que era.
-Cambiaré por ti, sólo pídemelo.
-Nunca vas a cambiar. No puedo manejar tu obsesión, no puedo ir en contra tuya, no puedo destruir ese moustro que yo mismo he creado por mi descuido. – musitó tallándose los ojos, intentando alejar las lágrimas que caían aún sin parar. Se apretó más a mí cuerpo y le enredé entre mis brazos, sintiendo como su cuerpo desnudo temblaba bajo mí toque. Pero esta vez temblaba de miedo, de dolor. Y la culpa me comía, la culpa no me quejó dormir aquella noche. Aquella noche en que mi bella obsesión volvía a mis brazos…
Lali Boran
Re: Dulce Obsesión [ Niam Hayne ]
AJSKHLGSASGK SIGUELA!!!!!!,PORFAVOR,QUIERO SABER QUE PASA DESPUES ,CUANTAS PARTES TIENE EL ONE SHOT???,BUENO ESPERO QUE LA SIGAS PRONTO :D
lizbeth_NH
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Una Vida A Tu Lado [Niam Hayne]
» El bar de Joe|Niam Hayne|Larry Stylinson
» Tal vez, pude evitarlo. [Niam Hayne]
» Globos|Larry Stylinson|Niam Hayne|Terminado|
» forget it.
» El bar de Joe|Niam Hayne|Larry Stylinson
» Tal vez, pude evitarlo. [Niam Hayne]
» Globos|Larry Stylinson|Niam Hayne|Terminado|
» forget it.
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.