Detrás De Las Cámaras (Larry Stylinson)

- No quiero alejarme de ti - gimoteó Harry tristemente mientras abrazaba a Louis, con firmeza y sin intenciones de soltarlo, por la cintura

Ambos se encontraban escondidos en un callejón a una cuadra del edificio de HomoEmo. Se sentía como un pecado que no tenía perdón, pero ya estaban en el infierno, un pecado más o un pecado menos realmente no cambiaba sus posiciones. ¿Y cómo preocuparse por algo que sentía tan bien? Estar así como estaban, sus cuerpos pegados, ambos sintiendo el cálido aliento de su amante chocar contra sus cuellos, no tenía comparación.

Pero como todo lo demás que produce felicidad, tiene un fin, y la felicidad de ellos tenía solo unos minutos más antes de que concluyera. Se besaron intensamente, procurando que la esencia de sus labios quede palpitando en sus sentidos durante todo el día. Trabajar es molesto, pero lo es incluso más cuando te separa de la persona con la que más deseas estar.

- Harry - murmuró Louis entre besos, haciendo un esfuerzo sobrehumano para separarse - Primero entro yo, y luego tú, ¿De acuerdo? - tomando el rostro del menor, acarició sus mejillas, y sonriendo como un tonto, le dio un suave y corto beso

- De acuerdo - murmuró Harry, y soltó al mayor. Lo observó alejarse, y antes de perderlo de vista gritó;- Buena suerte, Louis

Y eso lo paralizó. Él se había estado por ir, casi estaba fuera de aquel callejón, pero el grito de Harry lo hizo detenerse. Volteó para mirar al rizado, el cual había estado sonriendo hasta ver como Louis volvía hacia él. Su rostro destellaba incertidumbre, su boca se abrió momentáneamente, como si quisiera decir algo, pero luego se cerró.

- Eras tú - no había sido una afirmación, sino más bien su voz había sonado con cierta indecisión. Louis sonreía, y le pidió a Harry que volviera a repetir lo último que había dicho. Sin poder negarle nada, el rizado lo hizo - Si! Eras tú - esta vez Louis lo confirmó mientras reía y tomaba a Harry en sus brazos - Ni siquiera me conocías y me deseaste suerte, ¿Cómo...

- Había algo en ti - el rizado se sonrojó, ahora entendiendo todo. Aquel día en que vio a Louis por primera vez, él había estado con Ryan hablando sobre el próximo video, y entonces ahí lo vio, entrando al edificio, coqueteando con Sunny, y luego sin poder evitarlo, se disculpó con su novio, y siguió a aquel extraño. Observó cómo se peleaba con unos cuantos que estaban en la habitación, y cuando fue llamado por su nombre, el rizado sintió una necesidad interna de desearle suerte. Y lo hizo - Quería que entraras, algo en tus ojos me dio confianza y tranquilidad, y por primera vez no quería que eso se alejara. Le rogué a Ryan para que te contratara, te quería a mi lado, y aun no consigo saber el porqué, simplemente lo siento...correcto

- ¿Cómo es que puedes ser tan perfecto? - preguntó Louis, más bien para él mismo que para el muchacho de rizos. Lo abrazó, apretujándolo con fuerza contra él, y al separarlo, le plantó un beso, uno distinto, como de agradecimiento, agradecimiento por todo, por lo del trabajo, por lo de la noche anterior, y por simplemente existir - Soy el hombre con más suerte en este mundo, ¿Quién podría tener a alguien como tú? Nadie! No hay dos como tú, eres especial, y eres todo mío - envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Harry, y se mantuvo allí, esperando a que el tiempo se detuviera, pero lamentablemente no lo hizo

- Louis - murmuró - También siento cosas...cosas que no puedo explicar, pero tengo novio

El mayor se separó instantáneamente al escuchar tal comentario. Después de la noche pasada, de él en esos mismos instantes abriendo por completo su corazón, tanto como nunca lo había hecho, ¿Harry le estaba diciendo que no iba a arriesgarse por él? Algo dentro de Louis se rompió.

- Creí que querías algo conmigo - trató de que su voz sonara calma, pero no era posible cuando dentro de él millones de sentimientos se encontraban explotando, y el dolor era el que más presencia hacía

- Y lo hago, de verdad que lo hago, pero esto es tan difícil, yo...- Harry cerró sus ojos, y Louis podía sentir como el rizado se debatía contra él mismo. Lo esperó, pero la respuesta no fue la que esperaba;- No puedo dejar a Ryan, lo siento

- ¿No puedes? - preguntó incrédulo - Dime la maldita verdad porque yo te conté mi vida entera, ni un solo resumen, hasta te explique el dolor que mi padre me causó a mí, a mi madre y a mis hermanas al abandonarnos por otra familia, ¿Y tú no puedes aun confiar en mí? ¿Vas a seguir mintiéndome? Sé que me mientes, ¿Pero sabes lo peor de todo? Que soy tan estúpido que me enamoré de un mentiroso

Vio el impactó que logró en Harry, lo vio en sus ojos, al ver como sus pupilas se agrandaron, y como el asombro lo inundaba. ¿Era tan difícil de creer que se había enamorado de él? Era lógico, el rizado era perfecto en todos los sentidos, y Louis no tardó mucho en caer bajo sus encantos. Pero cayó bajo, realmente bajo, y él no estaba seguro de poder subir. No estaba en verdad seguro si quería subir.

Se propuso no escuchar a Harry, no quería más dolor. Dejándolo con la palabra en la boca, se alejó, y se encaminó al trabajo.

 

- Ryan, necesito el maldito dinero! - gritó Harry furioso. No estaba de humor para peleas, no después de haber hecho algo que desde ya comenzaba a arrepentirse, pero Ryan lo sacaba de quicio

- Entonces busca otro trabajo - gruñó el otro hombre, sentándose en la silla de su oficina. El niño mimado de la familia. Harry odiaba a la gente que lo tenía todo, principalmente porque no lo apreciaban

- Estuve 1 año buscando trabajo y no lo conseguí solo porque estudié en una escuela de "pobres", y claro, piensan que soy un inepto que no sabe cuánto es dos más dos. Además solo tengo que terminar un año más - Harry suspiró, tratando de relajarse. Él quería terminar la escuela, y luego ir a la universidad, pero sabía a la perfección que eso nunca pasaría

- No voy a grabar otro maldito video, y tu tampoco vas a hacerlo, no te voy a compartir con nadie - la tranquilidad de Ryan al hablar era lo que más impacientaba y molestaba al rizado. Quería correr hacia él y estrangularlo. Arrogante hijo de puta. Pensó Harry por sus adentros - Sabes que si vienes a vivir conmigo, no tendrías que preocuparte más por el dinero, yo pagaría todo, podrías tener la vida que siempre quisiste

- Mi maldita vida está bien como esta - él sabía que mentía, Ryan también, pero prefería seguir viviendo como lo hacía antes que mudarse a vivir con alguien a quién despreciaba rotundamente

- Entonces deja de quejarte...veamos - Ryan buscó entre los cajones de su escritorio. Al encontrar lo que buscaba susurró un "bingo" - Toma - él le tiró un fajo de billetes, el cual Harry se apresuro a atrapar - Ahora deja de molestar

Estuvo a punto de tirarle su dinero por la cabeza, y de decirle que se lo podía meter por el culo, pero como siempre, sabía que no podía hacerlo. Se tragó sus palabras, y salió de la oficina.

                     

- No me puedes evitar para siempre

- Mierda! - gritó Louis, dejando de masturbarse, y escondiendo su erección bajo su remera. Volteó a ver a Harry, quién lo había pillado. Sentía sus mejillas arder, y la vergüenza se apoderaba de su cuerpo - Necesito privacidad - se quejó. Había tratado de evitarlo, y lo había logrado, hasta había grabado un video con otros dos muchachos, y ahora se estaba descargando en el baño. Todo estaba de maravilla, pero entonces apareció Harry, y arruinó su plan "evitar al idiota del cual me enamoré"

- Lou - murmuró el rizado, entrando al pequeño cubículo junto a él. Louis se sentía extremadamente incomodo, y estuvo a punto de sacarlo, pero no quiso, no podía, junto a Harry, siempre perdía - Yo realmente quiero estar contigo, ¿Si? Pero por ahora solo necesito que me entiendas, aunque no lo vayas a entender porque no puedo darte mis motivos por el cual no podemos estar juntos, aun no me siento listo para ello, pero lo que siento es que no quiero que te alejes, siento que te necesito a mi lado, ahora, mañana, el año que viene, te quiero cerca, tan cerca que llegue a ser molesto, aunque nunca me molestaras

- No sé a dónde vamos a llegar así, no creo que ocultarnos cosas sirva de algo - Louis no podía creer como había sido capaz de formular una oración, pero lo había logrado. Se sentía abrumado por la confesión del rizado, y a la misma vez, su erección no lo dejaba pensar con tanta coherencia

- Juro que te contare todo algún día, solo...no te alejes - Louis no pudo resistirlo, lo tomó del mentón, y lo obligó a mirarlo directo a los ojos - Sé que estoy con Ryan, pero...podemos estar juntos, ¿Verdad?

- Harry - rió Louis, sin desconectar su mirada de la del rizado. ¿Lo amaba tanto? - ¿Me estas proponiendo ser tu amante?

- Solo por un tiempo, hasta que pueda solucionar mis problemas, y juro que te los contare, y de verdad te elijo, no a Ryan, sino a ti

- ¿Me quieres? - Su corazón latía a toda velocidad, esperando con ansias y miedo una respuesta. ¿Amaba tanto a Harry? Cuando este lo besó, supo que nunca podría alejarse, ni aunque lo quisiera

- Te quiero más de lo que imaginé que podría llegar a quererte

Y si, Louis lo amaba, tanto que lo llevaría a su perdición.

- ¿Quieres ir a comer algo?

- No tengo mucha hambre, mejor vayamos a mi departamento directamente

Harry quiso cuestionar a Louis, ¿No tenía mucha hambre? Habían pasado todo el día juntos en HomoEmo, solo separándose cuando el de ojos azules tenía que grabar, pero él apostaba que no había comido en todo el día. Tampoco creyó que fuera algo de lo que tendría que preocuparse, así que lo dejó pasar.

- Buenas noches, Sunny - Louis saludó a la mujer detrás del escritorio, la cual les dio a ambos una mirada interrogativa, pero no formuló palabra alguna

Salieron del edificio y Harry se dejó guiar por su amante. Era invierno, y el viento congelado, los árboles pelados, y la blanca nieve, se hacían presentes en las calles. Caminaron tan rápido como les fue posible hasta llegar a una estación de trenes, y ya allí se subieron al primero que arribó. Entre ellos reinó el silencio durante todo el camino.

Había pasado 2 semanas desde aquella sentimental charla en el baño, en donde Harry había expuesto su corazón, aunque Louis no estuviera consciente de ello. Tampoco era como si el rizado se lo hubiera dicho para entonces, pero nunca antes había sentido como si verdaderamente alguien estuviera interesado en él, y no solo sexualmente, sino también de una manera afectiva. Él jamás se había sentido amado románticamente, ni se había atrevido a pensar en un futuro junto a esa persona especial, pero entonces Louis llegó a su vida, y esta dio un giro por completo.

El mayor le había mostrado un mundo diferente, enseñándole que detrás de las nubes siempre se encuentra un brillante sol, que no solo existía la tristeza sino también la felicidad. Y junto a él, Harry se olvidaba del pasado, dejaba de lado cualquier pena que lo estuviera atormentando, y tan solo se dedicaba a disfrutar de su tiempo compartido. Louis lo sacaba de aquel oscuro y perverso pozo en el que se encerraba, y le mostraba lo maravilloso que todo podría ser.

Y en las últimas semanas habían pasado increíbles momentos juntos, pero como de costumbre, la realidad chocaba contra Harry como un vaso de agua fría. Tenía demasiadas responsabilidades encima, y el tener que escabullirse con Louis, mintiéndole no solo a Ryan sino también a su familia, lo tenía sobre un filo hilo justo en la cumbre, a punto de caer y hacerse trizas. Él se estaba jugando por el mayor, dispuesto a perder mucho más de lo que llegaría a ganar. Y también aceptaba que tenía miedo de estar equivocado, de terminar con el corazón roto, o de incluso él mismo, con su poca experiencia en las relaciones, lastimar a Louis. Pero tal vez todo se trababa de esa única cosa; Arriesgarse.

Bajaron del tren, y cuando una mano se entrelazó con la suya, se giró rápidamente para mirar sorprendido al de ojos azules, quién justamente también le dirigía la mirada. ¿Qué? Louis hizo su pregunta silenciosa. Nada. Respondió Harry, intentando ocultar las millones de sensaciones que su cuerpo experimentaba. Nunca nadie había tomado de su mano, ni lo había mirado con aquellos ojos que resplandecían afecto, haciéndole sentir cálido y seguro. Louis se había convertido en el hogar de Harry, aquel que le proporcionaba amor, paz, y alegría, aquello que nunca antes había recibido en su verdadero hogar.

Así era la relación entre ambos. Se cuidaban mutuamente, incluso sin darse cuenta, y cuando no encontraban palabras para expresar todo lo que sentían, las acciones se encargaban de ese rol. No tenían la certeza de si lo que compartían iba a durar, ni si el fuego alguna vez llegase a apaciguarse, pero hasta entonces, no podían mantenerse alejados, ni resistirse a lo que anhelaban, se necesitaba uno del otro como si todo lo que eran dependiera de ello.

- ¿Esta todo en orden?

Harry asintió, mirando al suelo mientras Louis abría la puerta de su apartamento. Era viernes, y hacía dos semanas atrás habían decidido que todos los viernes, el rizado se quedaría a dormir con el mayor. La idea le había fascinado desde el comienzo, cuanto más pudiera alejarse de la pesadilla constante en la que se encontraba, mejor. Para su suerte, Ryan no le pedía que fuera a su casa ni tampoco explicaciones de a donde se encontraba, y su familia tampoco parecía precisarlo, al menos no por un día. Algunas cosas marchaban bien después de todo.

- Prepararé algo de comer y...

- Ven aquí - Louis lo interrumpió, tomándolo de la muñeca y guiándolos a ambos hacia el sillón que se posicionaba en el centro de la habitación, justo en frente de la televisión - ¿Qué es lo que te está sucediendo? Estas callado, y eso de por sí ya es raro - Harry rió, y el mayor le sonrió

- Solo estuve pensando demasiado en lo nuestro - vio algo a través de los ojos de Louis, algo que no pudo explicar, pero no le gustó. Al momento se dio cuenta de que el mayor pensaba que él estaba reconsiderando su relación - Oh no! Es algo bueno, lo juro, solo estaba recordando los buenos momentos que pasamos, incluso siendo amigos, y ahora amantes. Me haces más feliz de lo que alguna vez he estado...y creo que eso fue hace muchos años atrás

- Tú también me haces feliz - Louis se inclinó, y tomó sus labios en un delicado beso. Harry se había vuelto un adicto a su sabor y a la calidez de su boca. Se encontraba perdido, y no creía poder volver a ser el mismo, no después de haber probado en carne propia todas aquellas inexplicables sensaciones y sentimientos

- Estaba también pensando...- murmuró sobre los labios del mayor - sobre la semana que viene

- Es tu cumpleaños - Louis se separó del beso, lo que decepcionó un poco al rizado

- Lo sé, pero también cumplimos 4 de meses desde que nos conocimos

- Nadie festeja el día en que se conocen con otra persona - rió el de ojos azules, y Harry frunció el ceño

- ¿Y? No tenemos que ser como todo el mundo, podemos ser diferentes - explicó mientras tomaba la mano de su amante. No podía mantenerse alejado, su cuerpo pedía a gritos volver a sentir su toque, su piel picaba por sentirlo cerca, y todo en él ansiaba sentir sus caricias

- Entonces, ¿Por qué no me dejas organizar algo para los dos? Trataré de sorprenderte, tu solo asegúrate de estar disponible para ese día

- Tendrá que ser a la noche, lo más probable es que tenga que pasarlo con mi familia - hizo una mueca - y Ryan

- De acuerdo - murmuró Louis, y le dio un último apretón a su mano - ¿Por qué no pides una pizza mientras yo me baño? - le dio un corto beso en los labios, y luego se levantó

- ¿De qué pido?

- Lo que quieras, yo no comeré

- ¿Por qué no? No comiste nada en todo el día - y Harry no le estaba echando en cara nada, pero se preocupaba por la salud de Louis tanto como si fuera la suya, incluso más

- Estoy mal del estomago, ayer comí algo que me cayó mal, pero me guardare unas porciones para mañana a la mañana - acarició su pelo, y el rizado quiso ronronear - Te gusta esto, ¿No?

- Lo amo, mi madre solía acariciar mis rizos y eso me ayudaba a conciliar el sueño - explicó Harry, mientras estiraba su cabeza más cerca de la mano que lo mimaba - Es mi debilidad

- Entonces luego de comer, iremos a la cama y te acariciare hasta que te duermas - plantó un beso en su frente, y luego se dirigió hacia el baño. Harry le creyó, después de todo, Louis siempre cumplía con su palabra

Y esa misma noche, cuando ambos se encontraba acurrucados en la cama, mientras el mayor lo acariciaba y sus ojos se cerraban lentamente, Harry sintió que podría acostumbrarse a todo aquello.