Detrás De Las Cámaras (Larry Stylinson)

Louis creía que era la primera vez que estaba tan desconcertado en su vida.

Harry se estaba mostrando diferente, estaba actuando extraño esta noche, no era el mismo que había mostrado ser los últimos meses. Louis no sabía si eso le gustaba o si lo asustaba. Él sabía con certeza que había algo más allá de todo lo que Harry le contaba sobre su vida, sabía que le mentía en cada ocasión en la que parecía ser necesario para él. ¿Y cómo era que Louis podía notarlo? Fácil, de alguna manera, él sabía cuando alguien estaba mintiendo, podía percibirlo, podía notarlo, era algo así como un don.

Nada de eso le gustaba en realidad. El rostro de Harry cuando le había dicho que quería ir a su casa, lo había hecho querer tirarse encima de él y abrazarlo. Se había visto derrotado, temeroso, sin ánimos. ¿Pero podía Louis llevarlo a su casa? Sería algo difícil el no poder tocarlo, el tener que verlo dormir, verlo estar tan cerca de él, sin poder siquiera hacer algo. Y Louis podía tener el don de poder saber cuando alguien mentía, pero cuando se trataba de resistir a la tentación, era pésimo, su talón de Aquiles.

- No creo que sea buena idea, Harry, yo no...- Louis comenzó, pero fue rápidamente interrumpido por un Harry que parecía estar demasiado nervioso a consecuencia de la negativa que él le estaba imponiendo

- Si quieres puedo darte una mamada, te entrego mi culo, lo que quieras, puedo jugar al juego sexual que quieras solo...

- Diablos, Harry, deja de decir estupideces - gruñó Louis, tratando de evitar la excitación, no era la situación perfecta para calentarse con las palabras del rizado, no cuando su voz sonaba aterrada y suplicante

- Si de verdad quieres yo puedo...

- Basta - Louis pidió, en un segundo estaba frente a Harry, sus miradas conectadas, viendo el sufrimiento recorrer aquellos hermosos ojos verdes que no tendrían que haber visto tantas cosas malas, que merecían estar brillantes de felicidad, no oscuros y sin vida. Louis tomó los hombros de Harry con ambas manos, e inesperadamente para el rizado, lo sacudió

- Louis - gimió Harry, sintiendo su cabeza dolor, y el vomito amenazando por salir - Para, por favor

- ¿Ya se te fueron esas necias ideas de la cabeza? - preguntó él, aún furioso con el rizado por haber querido sobornarlo con sexo. ¿Quién se pensaba que era? ¿Alguna clase de pervertido sin sentido común? Louis lo llevaría a casa, y se juró a él mismo que hablarían de muchas cosas cuando llegaran

- Si - susurró Harry, pero para cuando lo hizo, Louis ya lo tenía en sus brazos

El menor comenzó a sollozar con desconsuelo, mientras enterraba su rostro en el reconfortante pecho de Louis. Allí, en sus brazos, Harry se sentía seguro, se sentía intocable, era como si todos sus problemas tuvieran una solución así sin más. Y Louis amaba el calor que emanaba el cuerpo del pequeño contra el suyo, se regocijaba pudiendo sostenerlo mientras nada salía bien, porque Louis quería que Harry supiera que cuando sintiera que todo estaba por acabar, él estaría allí a su lado para ayudarlo a volver a comenzar.

Cuando el llanto cesó, Louis besó las pequeñas lagrimas que todavía seguían cayendo, algo que hizo que Harry se tensara, y que comenzara a llorar sin control nuevamente.

- Shh, tranquilo, estoy aquí - susurró Louis pacíficamente. Tomó la cara de Harry, y plantó un rápido beso en sus labios. El segundo que duró sus labios sobre los del rizado fueron suficientes para que Louis se diera cuenta de que ya estaba perdido, que Harry nunca iba a poder librarse de él - ¿Quieres ir a casa? Tengo algo de chocolate caliente allí, y algunas películas si es que no puedes dormir - Louis se asustó al ver como el rizado lloraba aún más fuerte. Diablos, él había pensado que lo que había dicho iba a ayudar, ¿Qué pasaba con Harry? - Bebé...¿Dije algo malo?

- N-no - Harry aspiró profundamente y sintiendo vergüenza quiso desviar la mirada, pero las manos de Louis seguían sujetando tiernamente su rostro, lo que invitaba al menor a mirarlo. Y lo que vio en aquellos ojos azules le quito el aire. Preocupación. ¿Cuando había sido la última vez que alguien se había preocupado por él? Ni siquiera lo recordaba, no cuando Harry era el único que tenía que preocuparse por todos desde que tenía 13 años. Los recuerdos inundaron al rizado, y con la fuerza milagrosa que no sabía que poseía, logró alejarlos, quedando nuevamente solo él y Louis - ¿Por qué eres tan bueno conmigo? ¿Por qué eres tan perfecto?

- No soy perfecto, Harry, solo trato de ser una buena persona, un buen amigo - él acarició cariñosamente la suave y colorada mejilla del rizado, el cual se refregó contra esta, causando que Louis se derritiera de ternura

- Eres el mejor, Lou, ¿Puedo...No, mejor olvídalo - Harry quiso alejarse, pero el mayor lo sujetó un poco más fuerte, imposibilitándole el escape

- Harry - advirtió Louis - No nos vamos a ir hasta saber qué es lo que me quieres decir

- Solo quería...Al diablo todo esta mierda - Harry se acercó y unió sus labios a los de Louis, quién cuando quiso incrementar la pasión del beso, ya era tarde. El rizado se alejó unos centímetros, su sonrisa destellaba alegría, tanto como a Louis le gustaba, y aunque sus ojos estaban rojos por las lágrimas, de alguna manera volvieron a tener su luz propia, volvieron a tener ese perfecto y viviente color verde

- Vamos a casa, Harry


Louis abrió la puerta de su departamento, y encendió las luces. Le pidió a Harry que se sintiera como en su casa, y le avisó que iría a buscar unos vasos de agua, ya que habían estado caminando todo el camino de regreso y sus gargantas estaban secas. Harry le había sonreído y asentido, y Louis no pudo evitar gritar de alegría interiormente. Algo en el pequeño lo hacía sentir extremadamente satisfecho, algo de verlo en su casa, a su lado, hacía que nada más importara.

Louis se preguntó si estaba enamorado mientras servía el agua en los vasos. ¿Pero como sabría lo que era estar enamorado cuando nunca había tenido ni sentido en carne propia ese sentimiento? Si estar enamorado era sentir nervios cerca de Harry, sentir su corazón acelerarse con furor, querer besarlo hasta el cansancio y también estar a su lado para siempre, entonces sí, Louis estaba enamorado del pequeño.

La despreocupación lo sorprendió. Él siempre había rechazado todo tipo de sentimientos, siempre había ocultado su sexualidad, no queriendo ser descubierto. Y si, muchas mujeres lo atraían, tanto como hombres, pero Harry era especial, y eso no lo asustaba, sino que lo complacía. Louis quería al rizado para pasar el resto de sus vidas juntos, y si tenía que luchar contra un millón de hombres, lo haría. Pero...¿Harry lo aceptaría a él?

- Tu departamento es increíble! - comentó un Harry entusiasmado. Louis observó al pequeño caminar por todo el lugar, mirando fotografías viejas y nuevas, apreciando cada pequeña cosa que había en la habitación - No puedo creerlo

- Harry, es solo un departamento, no es la gran cosa - rió Louis, se acercó al rizado, y le entregó el vaso de agua. Sonriendo, aceptó y ambos bebieron su bebida, satisfaciendo su sed. Al menos una de ellas

- No, en realidad yo amaría tener un hogar así - suspiró Harry, mirando ahora el lugar con melancolía

- Ven a vivir conmigo y olvídate de todos - el rizado giró su rostro rápidamente al escuchar la acotación de Louis. Se veía demasiado aturdido, y comenzó a negar varias veces - Hey, Harry, era una broma, de verdad - él trató de tranquilizar a Harry, quién había empezado a actuar extraño

- Nunca voy a hacer eso, nunca voy a alejarme, de nadie, ni de mi familia ni de ti, lo prometo

- De acuerdo, pequeño, solo estaba bromeando, pero si voy a ser sincero, yo también prometo que nunca te voy a dejar ir si es que un día te quieres marchar, y si lo haces, te iría a buscar - los dos estaban completamente serios, ninguna mentira había salido de sus bocas, solo promesas que tratarían de mantener para siempre

- Tengo sueño - confesó Harry, rompiendo el silencio que había durado unos cuantos minutos

- Te mostrare a dónde vas a dormir, ven

Lo llevó hacia su dormitorio, y Harry le dio cumplidos acerca de lo hermoso que todo era. Louis notó como el rizado miraba todo con asombro e interés, como si todo eso fuera nuevo para él. El mayor sacó esa idea de su cabeza, ya que Harry con un novio casi millonario, de seguro estaba acostumbrado a la buena vida.

El rizado preguntó si podía ducharse, y Louis volvió a repetir "siéntete como en tu casa". Mientras Harry se duchaba, él buscó algo de ropa para prestarle. Y entonces su mente viajó hacia lugares donde no tendría. Se imaginó a Harry desnudo, duchándose, lavando cada parte de su delicioso y deseable cuerpo. Louis estuvo a punto de entrar a esa ducha, pero se controló y no lo hizo.

- ¿A dónde vas? - la voz de Harry le hizo darse vuelta, y hacerlo fue una mala idea. La blanca toalla se aferraba a su cintura, su pecho al total descubierto, gotas aún derramándose seductoramente por este. Louis gimió internamente ante la lujuriosa imagen delante de él

- A...al sillón a dormir

- ¿No vas a dormir conmigo? - Harry había sonado decepcionado, y Louis se sorprendió

- ¿Quieres que duerma contigo?

- Si, Lou, duerme conmigo, por favor.

Harry despertó disfrutando de la exquisita fragancia de comida que se encontraba en el aire. Supuso que Louis se encontraba preparando un desayuno, ya que eran apenas las 10 de la mañana, como el reloj en la mesa de luz que se encontraba al lado de la cama marcaba, y además que Louis no se encontraba a su lado. Aquello lo desilusionó un tanto, él había querido despertar oliendo aquel adictivo aroma que la piel del mayor conservaba, había querido poder haberlo despertado con uno de sus besos, pero le fue imposible.

Harry sonrió recordando la noche anterior, sacando de lado todo lo negativo en lo que había estado pensando. La pasó increíble junto a Louis, ambos habían ido a la cama luego de que Harry le pidió al mayor dormir junto a él. No había dudado mucho, tal vez el rizado había visto algo de indecisión en su mirada, recapacitando la situación, pero luego había aceptado con una sonrisa que dejaba ver todos sus perlados dientes.

Y rieron por unas dos horas. Harry amaba poder hacer reír a Louis, amaba el sonido de felicidad que producía, era como si también lo hiciera feliz a él. Ni hablar de cuanto el mayor lo hacía reír a él, era una máquina de hacer chistes, siempre diciendo cosas graciosas en el momento adecuado, y tenía aquel toque perfecto de sarcasmo. Louis era el hombre que tanto había soñado desde que descubrió su sexualidad, ni un solo defecto, era perfecto.

Prefiero morir antes de verte con un hombre, si no fuera por tu madre, ya te hubiera echado. Las palabras que su padre había dicho atormentaban a Harry todas las noches y todas las mañanas, y él estaba seguro que lo harían por toda una eternidad. Pero aún así, sabiendo que su padre lo odiaba y despreciaba por ser quién realmente era, Harry nunca lo odiaría, no podría hacerlo, porque dejando de lado aquellos egoístas y homofóbicos comentarios, él lo amaba.

Con un gran esfuerzo, Harry se levantó de la cama. Su cuerpo se sentía relajado, tanto como nunca antes, no tenía preocupaciones en mente, ni siquiera estaba llorando, como cada vez que lo hacía cuando pensaba en su padre. Definitivamente, Louis era el cambio que necesitaba, era lo que lo mantendría cuerdo y sin caerse de esa cuerda floja por la que él camina día a día.

- ¿Qué estas cocinando? Vengo dejando un charco de baba por todo el pasillo, huelo increíble - aduló Harry. Él era muy bueno en las artes culinarias, siempre era el que cocinaba en su casa y disfrutaba de cada segundo. Él no le había mentido a Louis cuando le había dicho que si fuera mujer hubiera sido la mejor ama de casa, eso era en lo único que no había mentido, eso y su edad, claro

- Hey, no pensé que despertarías tan temprano, ayer nos dormimos tarde - sonrió Louis, apagó el fuego, y se acercó a Harry - Buenos días - lo saludó, depositando un verdadero beso. No era como los anteriores dos, era diferente, era más afectuoso, con más entusiasmo. Sus lenguas se rozaron con timidez al comienzo, temerosas por aquel primer encuentro, pero luego se dejaron llevar, acostumbrándose a la calidez de sentirse, y descontrolándose

Louis no tenía control, ya lo había perdido, estaba hundido bajo el mar, y el deseo que tenía por hacer a Harry suyo había ganado flote por sobre todas las cosas. No le buscó más excusas a lo que sentía, no más pasado, lo importante era el presente, allí mismo, junto a Harry.

El rizado jadeó al sentir como Louis, sin dejar de besarlo desaforadamente, lo levantaba, y automáticamente enrolló sus piernas alrededor de la cintura del mayor. Gimió al sentir la erección de Louis contra la suya. Harry nunca había estado tan excitado en su vida, nunca. Su cuerpo ardía y su polla exigía liberación, mientras que sus labios se satisfacían con los besos que Louis les proveía.

El mayor lo sentó sobre la mesada, y entonces sus labios viajaron hacia el cuello de Harry. Lo lamió, degustando el sabor de su piel de porcelana. El rizado era delicioso.

- No, no, sin marcas - Harry trató de sonar sereno, pero no lo logró. Se había distraído tanto solo en disfrutar de todas sus sensaciones que casi no se había dado cuenta de que Louis estaba a punto de dejar chupones en su cuello. Y no era que no le gustaría tener marcas de él, a Harry le encantaría, sería sexy y le recordaría que no había estado soñando, que había sido real, pero entonces Ryan las vería y eso no sería para nada bueno

Louis asintió, entonces se alejó de su cuello, levantó su rostro, y por primera vez desde que comenzaron a besarse, se miraron directamente a los ojos. Harry se quedó sin respiración. Louis era perfecto, siempre, pero ahí mismo, excitado, con sus manos dentro de su remera, acariciando con fervor su espalda, sus ojos ensombrecidos con pasión y lujuria, con un hambre feroz, y queriendo saciarse con Harry, era mucho más que perfecto. Y él se sentía seguro, sin miedo, quería entregarse a Louis, no tenía dudas de ello.

- Tengo tantas ganas de follarte, Harry - gruñó Louis, su voz sonando más rasposa y grave que lo normal. El rizado gimió cuando Louis comenzó a chupar el lóbulo de su oreja - Desde que posé mis malditos ojos en ti, no hay otra cosa en que no piense. Tu lindo culito...¿Me dejaras follarte, Harry?

- Dios, Louis, si - el rizado no podía soportarlo más, necesitaba que el mayor lo tocara de alguna manera. Y el escucharlo hablar sucio, expresar sus deseos tan lascivamente, había hecho que su polla comenzara a doler

Louis se apresuro a sacarle la remera a Harry, y se entonces se alejó. Contempló el pecho desnudo del menor, sin un solo pelo, completamente suave bajo su toque, sus pezones estaban en picos, duros y pidiendo ser lamidos, mordidos, y succionados por su boca. Louis podría pasar horas observando y saboreando el cuerpo de Harry.

Miró al rizado, y su mirada reflejaba confusión y tristeza. ¿De verdad pensaba que porque se había alejado un poco, se había arrepentido? Diablos, él tendría que estar demente como para alejarse, e incluso si lo estuviera, no podría, simplemente necesitaba tomar a Harry tanto como la gente necesita dormir, beber, y comer.

- Tranquilo - susurró Louis, y se acercó nuevamente al rizado, no podía soportar ver ni una sola pizca de dolor en sus ojos, no le hacía bien. Comenzó a acariciar tiernamente su mejilla, tratando de demostrar que no iría a ninguna parte - Cuando tienes a alguien tan perfecto como tú para apreciar, se necesitan diferentes ángulos para poder hacerlo - le dio un rápido y gentil beso en los labios - Nunca podrás liberarte de mí, Styles, ahora mismo te llevo en mi sangre

Y sin esperar una respuesta, comenzó a besar al menor con desenfreno. Comenzaron a perderse en la exquisita sensación, dientes chocando sin cuidado, labios mordiéndose sin cordura, ambos cegados por la pasión. Habían escondido aquellos deseos dentro de ellos con tanta fuerza, que al salir a la luz, no pudieron controlarlos, no querían controlarlos. Era el día que esperaron desde que sus ojos se encontraron, el día que cambiaría sus vidas por completo.

Harry gimió cuando Louis acarició su polla por sobre la gruesa tela de sus apretados jeans. Se maldijo por no haberse puesto algo más suelto y fácil de sacar la noche anterior, pero para entonces, él ni siquiera había imaginado que algo como lo que iba a suceder podía hacerse realidad.

Sin despegar sus labios de Harry, Louis se encargó de sacar los pantalones y los boxers del menor, todo de una. Aunque hubo un poco de dificultad en el medio, él finalmente lo logró. Gimió al ver el cuerpo gratamente desnudo Harry. Louis lo había visto ya dos veces, cuando había grabado los videos para HomoEmo, pero eso no se comparaba en nada a lo que estaba viendo en esos instantes. Su polla estaba erecta, orgullosa chocando contra su estomago, larga y gruesa que logró hacer babear al mayor. Todo en Harry pedía ser tocado, besado y disfrutado, cada parte de su cuerpo era una aventura que Louis sin dudas quería tomar. Y allí Harry, en frente de él, con sus mejillas seductoramente coloradas, sus ojos expectantes a cualquier movimiento, Louis ganó una nueva adicción, una de la que nunca podría saciarse por completo.

Sus manos se posaron sobre los muslos de Harry, quién cerró sus ojos al sentir el toque caliente del mayor sobre su piel. Quemaba, picaba, dolía. Todo eso causaban las caricias de Louis sobre él, pero todas aquellas eran solamente interpretadas en el más erótico y carnal sentido. Estaba jugando, Harry lo sabía por el modo en que sus manos acariciaban ligeramente sus piernas, su pecho, y sus brazos. Además del hecho que él era experto en burlarse de un hombre completamente a su disposición, duro y necesitado.

- Eres tan bonito, tus gemidos están destrozando mi juicio - gruñó Louis contra sus labios, sus manos aun inquietas recorriendo cada milímetro de su cuerpo, pero nunca tocando, ni siquiera rozando, donde más necesitaba y rogaba por ser tocado - Gime un poco más, bebé, y juro que te follare hasta el anochecer

- Por favor - suplicó Harry, estirando sus caderas hacia arriba, buscando conseguir que Louis lo tocara, pero no lo hizo

Sus besos recorrieron toda su mandíbula, luego se desplazó hacia su oreja, la cual chupó. Mimó su cuello con el roce de sus labios, y cuando entonces bajó hacia su pecho y estuvo en frente de su pezón, lo comenzó a mordisquear con ansia. Harry no pudo retener el gemido de placer, era demasiado para él, demasiado calor, demasiada tortura, necesitaba que Louis dejara de jugar, necesitaba que lo poseyera. Pero sin importar los ruegos insistentes, el mayor siguió con paciencia disfrutando del sabor tan adictivo de Harry.

Nunca iba a ser suficiente, y Louis lo sabía, porque podía estar completamente fuera de sus cabales en esos momentos, pero sabía que nunca obtendría suficiente de Harry. Él necesitaba más, más que solo sexo, necesitaba dar el amor que no sentía por sí mismo. ¿Pero por qué alguien querría su amor? Sus antiguas parejas lo habían dejado, lo habían desechado a la basura, dejando a su corazón partido y sin arreglos. Pero algo en Harry lo hacía querer correr el riesgo, porque sentía que no importaba si él le rompiera el corazón, no porque no se interesara, sino porque al menos sabría que alguien como el menor había tenido al menos un mínimo interés en alguien tan poca cosa como él.

- ¿Louis? ¿Te encuentras bien? - la voz preocupado de Harry lo sacó de sus pensamientos, y lo hizo darse cuenta de que había dejado de tocarlo. Quiso pegarse por haber sido tan despistado, por haber como siempre, pensando más en sus problemas que en lo que era realmente importante

- Solo me descuide pensando en lo bien que te voy a hacer sentir - mintió, aunque fue también media verdad. Él procuraría darle a Harry todo lo que quisiera, procuraría satisfacerlo en todos los sentidos

- No creo que haya sido eso, de verdad crees que estas...oh dios santo - gimió Harry al sentir la mano del mayor tomar su polla en su puño

Louis logró lo que quería, hacer a Harry olvidarse de lo que había sucedido. Y entonces comenzó a masturbarlo, moviendo su mano lentamente de arriba abajo. La polla del menor era perfecta, como la de un actor porno. Louis rió por sus adentros, al darse cuenta de la estupidez que acababa de pensar, pero no dejó que eso lo desconcentrara. Una mancha de pre-semen estaba instalada en la cabeza del miembro del menor, y Louis con su pulgar la limpió y la llevó hasta sus labios. Harry gruñó con tal ferocidad que impresionó al mayor.

Volvió a llevar su mano hasta su polla, y comenzó a moverla aun más rápido, obteniendo suspiros y gemidos por parte del rizado. Cada vez que tocaba la cabeza de su miembro, Harry soltaba cantidades de maldiciones, parecía ser un punto débil. Louis tomó ventaja de aquello, y sin dudarlo, se inclinó hacia abajo, y comenzó a lamer al menor.

- Oh - gimió Harry, sintiendo como Louis primero lamía la cabeza de su polla, pareciendo degustar su sabor, y como luego comenzaba a succionarlo - Si no paras juro que me voy a correr en tu boca

- Creí que los actores porno tenían más resistencia - rió Louis, sin siquiera alejar su boca del miembro del menor. Trató de tragarlo por completo, pero no fue posible, solo llegaba hasta la mitad ya que era grande, más grande que cualquier polla que Louis hubiera chupado antes. Conformándose con lo que podía, él comenzó a succionar a Harry con hambre, mientras que sus manos jugaban con sus firmes pezones

- No soy como...ahg - el menor trataba de hablar, pero la placentera y ávida boca de Louis sobre su polla, lo dejaba completamente sin aire - Soy diferente

- Mmm - Louis dejó de lamerlo, y Harry medio protestó y agradeció. Si hubiera seguido, su semen ahora estaría todo dentro de la boca del mayor. Louis aun seguía agachado, su cara al lado de su polla, y cuando miró hacia arriba, Harry mordió su labio inferior para contener su orgasmo - Eres diferentemente perfecto - y entonces le dio una rápida lamida más a su miembro, y se dirigió hacia su bolas, las cuales introdujo en su boca, y comenzó a chupar. Harry gimió, tirando su cabeza hacia atrás, sintiendo por primera vez el frío de la cerámica chocar contra su espalda

- No te estoy jodiendo, hijo de puta, juro que si no me follas ahora, me vendré y no habrá nada que me detenga

- Tranquilo - rió Louis, y dejó de lamerlo. Se irguió, y comenzó a besar a Harry. El rizado podía sentir su sabor en la boca de Louis, gimió - Siempre hay segundas rondas

Pero otra vez no dejó que Harry pudiera responder. Sacó su miembro palpitante de sus pantalones, y lo junto con la polla del rizado, generando una fricción que hizo a ambos gemir. Harry no podía respirar, sus oídos solo podían escuchar a su corazón latir, y su cuerpo solo podía concentrarse en el placer que Louis le proporcionaba. Nunca había sentido algo comparado a ello, nunca había disfrutado de tal manera.

Louis no podía resistir más y tuvo que detener aquella increíble fricción si no quería que todo terminara antes de lo que hubiera planeado. Lubricó su dedo índice con su propia saliva, y cuando estuvo completamente mojado, lo dirigió hacia el apretado agujero de Harry, quién ni siquiera se tensó, sino que apoyó su culo en una posición más cómoda para ser penetrado, y sus piernas se abrieron instantáneamente.

Louis gruñó ante la completa sumisión y aceptación de Harry. Lo penetró lentamente con su dedo, tratando de ser delicado. Notó como el menor tomaba una bocanada de aire, y como a cada segundo se relajaba más y más, algo que satisfacía a Louis en muchas maneras posibles. Allí mismo, Harry se veía completamente hermoso con su frente mojada por su transpiración, sus rulos desordenados, sus labios rojos por sus besos, y con su dedo enterrado profundamente en su culo.

Luego de unos segundos, Harry comenzó a mover sus caderas, intentando que Louis notara la indirecta, y el mayor sin dudas la notó, pero le hizo caso omiso. Su dedo comenzó a penetrarlo delicadamente, lo metía y sacaba, todo con total tranquilidad. Aquello hizo que Harry gimiera, y rogara por más velocidad, la cual le fue negada. Louis lubricó su dedo medio, y también lo introdujo. Con dos dedos enterrados en su culo, los cuales se movían demasiado lento para su gusto, Harry quiso gritar, pero su voz no salía. Le encantaba, lo estaba disfrutando, pero la necesidad de tener a Louis dentro suyo era más inmensa.

- No, Harry - gruñó Louis, al notar como la mano del menor se estaba dirigiendo hacia su polla. Sus dedos seguían enterrándose con tranquilidad dentro de Harry, y lo estaba volviendo loco

- Louis, si no me dejas tocarte, entonces follame, por favor, lo necesito - gimió el rizado, tratando de tocar su propia polla, pero eso también le fue negado. Haciendo pucheros y lloriqueos falsos, miró a Louis directamente a los ojos - Por favor

- Mierda - murmuró Louis - Harry, tengo lubricante que...- él no iba a contarle sobre el lubricante que usaba cada noche para masturbarse mientras pensaba en las miles de maneras en que podría follarlo - Tengo lubricante pero no tengo preservativos, yo podría ir a comprarlos y...

- Louis, no tienes ninguna enfermedad, estas sano, lo sé por los análisis que te hiciste para poder entrar a trabajar en HomoEmo, y además yo tampoco lo estoy, puedes follarme sin preservativo

- Me vuelves inestable, bebé - gruñó Louis, y le dio un beso corto en los labios - Iré a buscar el lubricante

Harry siguió con la mirada al mayor, hasta que este desapareció por una puerta. Él suspiró. No podía creer lo estaba sucediendo, no podía creer como había sido tan afortunado de encontrar a alguien con quién no tenía miedo de entregar su cuerpo, con quién quería pasar horas y horas hablando, tocándose, besándose, incluso simplemente mirando algunos programas de televisión o durmiendo. ¿Pero y que pasaba con Ryan? Harry rápidamente desvió ese pensamiento de su cabeza, no quería pensar en algo que solo le haría mal, no ahora que se encontraba tan feliz.

- Hola - Louis saludó chistosamente, mientras entraba a la cocina. Se acercó a Harry y sin previo aviso, tomó su polla en su mano

- Lindo saludo - gimió Harry cerrando los ojos. Él escuchó la grave risa de Louis, y como la botella de lubricante era abierta. No quería mirar, no por miedo ni por nervios, simplemente porque quería solo sentir

Y eso hizo, sentir. La cabeza de la polla de Louis se apretó contra su agujero, y lentamente comenzó a introducirse. Harry gimió cuando el mayor estaba completamente enterrado dentro suyo. Su mano viajó hasta su propia polla y comenzó a masturbarse. Louis no se movió por unos instantes, mantenía su mirada pegada en los gestos que Harry hacía. Mordía su labio, fruncía el ceño, apretaba sus ojos. Él podría pasar horas observándolo así.

- Louis - gimió Harry en modo de ruego, su voz sonando ronca y seductora

El mayor levantó a Harry y lo llevó hasta la mesa más grande, el rizado lo miró sorprendido, pero no le dio tiempo a pronunciar ni una sola palabra, ya que comenzó a penetrarlo dura y rápidamente. Harry gemía, mientras que Louis se enterraba profundamente en su interior, y sus bolas chocaban contra su culo. Y cuando tocó su próstata, Harry sintió su orgasmo venir. Llevó su mano hasta su polla, y comenzó a masturbarse casi tan rápido como las embestidas del mayor.

- Louis - gruñço Harry, advirtiendo que se encontraba muy cerca.

El mayor susurró unas cuentas palabras, y entonces su orgasmo lo arrasó por completo. Chorros de semen salpicaron, y cayeron en su pecho, mejilla y mano. Louis gruñó y salió de Harry, quién lo miró sorprendido. El rizado aun seguía con su mente nublada por aquel placentero orgasmo, pero él había pensado que Louis se vendría dentro suyo, y cuando notó que no iba a hacerlo, se sintió un tanto mal.

- Abre tu boca - gruñó Louis, colocándose al lado de la cara del rizado mientras se masturbaba. Harry hizo lo que le pidió, y el semen no tardo en llenar su boca. Él tragó con entusiasmo cada gota, y aun no satisfecho del todo, se estiró un poco hacia adelante y tomó la cabeza de la polla de Louis en su boca, deleitándose con los gruñidos que provenían del mayor

- Eso fue magnífico - murmuró Harry, mientras dejaba de chupar a Louis, y se sentaba en la mesa

- Tu eres magnifico - Louis se acercó al rizado y lamió el semen que se encontraba en la mejilla de este - Mmm, y tu sabor definitivamente también es magnífico - Harry se sonrojó, algo que causó que Louis riera y se enterneciera

- ¿Qué te parece si desayunamos? El increíble olor de tu desayuno aun me está tentando y creo que mi estomago esta gruñendo de hambre

- Primero una ducha, ¿Si? - propuso Louis - Y luego desayunamos, ¿De acuerdo?

- De acuerdo - inesperadamente para el mayor, Harry le dio un beso corto en los labios. Luego se bajó de la mesa, y se dirigió al baño

- Me mataras, Harry, me mataras - susurró Louis, pasando una mano por su cabello y suspirando. Pero que linda forma de morir. Pensó y con una enorme sonrisa en su rostro, corrió hacia el baño