Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Enchanted {Harry Styles}
O W N :: Archivos :: Canceladas
Página 11 de 14. • Comparte
Página 11 de 14. • 1 ... 7 ... 10, 11, 12, 13, 14
Re: Enchanted {Harry Styles}
Gracias por leer y esperar. Ahora que lo pienso, siempre he querido saber tu nombre :scratch:holiscrayolis escribió:Ok, gracias por avisar. Espero
Sophia.
Re: Enchanted {Harry Styles}
ajdhasjfajsk, ¿nunca te lo dije?, pues me llamo Jacqueline :niña:Sophia. escribió:Gracias por leer y esperar. Ahora que lo pienso, siempre he querido saber tu nombre :scratch:holiscrayolis escribió:Ok, gracias por avisar. Espero
holiscrayolis
Re: Enchanted {Harry Styles}
Nunca me lo habías dicho es muy lindoholiscrayolis escribió:
ajdhasjfajsk, ¿nunca te lo dije?, pues me llamo Jacqueline :niña:
Sophia.
Re: Enchanted {Harry Styles}
Pues ahora ya te lo dije , gracias, aunque a mí no me gusta :xSophia. escribió:Nunca me lo habías dicho :juay:es muy lindoholiscrayolis escribió:
ajdhasjfajsk, ¿nunca te lo dije?, pues me llamo Jacqueline :niña:
holiscrayolis
Re: Enchanted {Harry Styles}
- Harry Styles, ya puede pasar a visitar a la paciente. –Se escuchó el llamado que hizo la enfermera justo después de salir de la habitación.
ME MUERO el Hazza al fin fue a visitarla! ya era hora, no podia pasarse escondido todo el tiempo, ¿que clase de hombre seria?
Menos mal que Benjamin y Charlotte se arreglaron y pudieron aclarar los tantos :')
Seguila cuando puedas!
ME MUERO el Hazza al fin fue a visitarla! ya era hora, no podia pasarse escondido todo el tiempo, ¿que clase de hombre seria?
Menos mal que Benjamin y Charlotte se arreglaron y pudieron aclarar los tantos :')
Seguila cuando puedas!
Jaeger.
----
Re: Enchanted {Harry Styles}
KandeeeKande escribió:- Harry Styles, ya puede pasar a visitar a la paciente. –Se escuchó el llamado que hizo la enfermera justo después de salir de la habitación.
ME MUERO el Hazza al fin fue a visitarla! ya era hora, no podia pasarse escondido todo el tiempo, ¿que clase de hombre seria?
Menos mal que Benjamin y Charlotte se arreglaron y pudieron aclarar los tantos :')
Seguila cuando puedas!
En algún momento tenía que reaccionar :meh:
De cierta manera es como un poco de experiencias pasadas. Se arreglaron bc en el fondo, muy en el fondo se aman demasiado.
La sigo lo más pronto posible
Sophia.
Re: Enchanted {Harry Styles}
Capitulo 7
Como si del destino tratará, el potente olor a amoniaco, medicamentos y alcohol se aumentaron de inmediato. La habitación era consumida por un silencio sepulcral, que podía romperse fácilmente hasta con la caída de un simple alfiler.
Cloe abandonó la habitación casi tan rápido como lo había hecho anteriormente la enfermera. Por otra parte, el pequeño y delicado cuerpo de Charlotte se tensó de inmediato. Se debía vivir como un verdadero ermitaño para no reconocer ese simple nombre. Cada musculo que la recubría se endureció, tenía el corazón en un puño.
Sabía que aunque no supiera quien era realmente, en lo más recóndito de su subconsciente reconocía ese nombre. No sabía exactamente qué era lo que podía significarle esas dos palabras, pero sin duda alguna sabía reconocerlas.
Sus ojos se cerraron cuando sus oídos percibieron el contacto del metal. Como si se tratara de una verdadera barrera, cubrió con la sabana su cuerpo y se acurruco con ambas piernas recogidas contra su pecho. Una alternativa tonta e infantil, pero que para el momento, parecía altamente efectiva.
El agudo chirrido que emitió la puerta paso desapercibido gracias al sonido del reloj que acababa de marcas justamente las once de la mañana. Sus defensas bajaban conforme los segundos pasaban, pero para la rubia el tiempo no era el verdadero problema. Sentía como si la profunda y cálida mirada por parte del castaño pudiera traspasar con la facilidad de un cuchillo la delgada sabana que la cubría.
Su mente quedo en blanco y se dejó llevar por la dulce y cálida caricia que la mano del otro ser que ocupaba la habitación le proporcionaba. Sus pensamientos pasaron de estar fijos y rígidos dentro de su cabeza a de alguna extraña e inexplicable manera tomar alas y volar libremente, nublando todos los pensamientos cuerdos que antes la llenaban. El suave toque traía consigo pocas pero potentes descargas eléctricas que traspasaban la delgada barrera de algodón que los separaba, chocando libremente con el pequeño cuerpo de la oji-azul. Su respiración cambio de ritmo, la pausada y calma que tenía hacía solo un par de minutos atras se aceleró junto a los constantes latidos des su corazón.
Para su sorpresa, la intensa luz que venía de una de las cuatro esquinas comenzó a tomar presencia ante sus ojos. El gran cambio la desubico un poco, pero no lo suficiente como para olvidar el lugar en donde se encontraba. Si hace apenas unos cuantos segundos su corazón no se había podido salir de su cavidad torácica, este era el momento justo para ello. Gracias a sus notables nervios que se asomaban y aumentaban cada vez más, su bilis le recorrió la garganta, quemando con su paso, pero Charlotte se limitó a respirar profundo e intentar aclarar nuevamente sus pensamientos; cosa que aunque fue difícil logró realizar.
Su postura se trasformó rápidamente, sus piernas al igual que sus brazos retomaron una posición normal. Su espalda se enderezó hasta que tocó nuevamente el respaldo de la camilla. La ausencia del cálido toque que antes la llenaba provoco que la totalidad de los vellos de que le recubrían la espalda se erizaran por el frío. De pronto, la necesidad de estar conectada nuevamente a los diferentes cables y no poder recibir visitas aumento.
—Charlotte —el débil llamado por parte del castaño la desprendió del mar de pensamientos que rondaba en su cabeza.
Trato de hacer caso omiso a ello y desistió de girar su cabeza. Nuevamente la habitación volvió a la austeridad total.
—Mírame—En vez de una orden, sonó más bien como una especie de súplica.
—¿Qué haces aquí? —acotó. Ambos estaban casi totalmente seguros de con quien estaban hablando. Sus dudas se vieron resueltas gracias al contacto que sus manos hicieron en un pequeño movimiento. Como si fuera a causa de los instintos, sus manos se entrelazaron casi de inmediato. Un sentimiento lujurioso e inexplicable los inundo por completo. Descarga de energía era realmente poco para las sensaciones que ambos experimentaron durante los escasos segundos que duró su contacto.
El asombroso toque pasó nuevamente por su mejilla. La calidez que éste le proporcionaba le hizo cerrar sus grandes ojos azules y dejarse llevar por la sensación que le proporcionaba.
La mente de Charlotte dejo a un lado todos los pensamientos ajenos a la íntima situación y se enfocó en darle solución al gran rompecabezas que se encontraba en su interior, cada pieza que allí estaba encajaba perfectamente con la parte de la historia en la que se centraba momentáneamente. Podía ser simple coincidencia, pero a los ojos de ambos sabía que eso era una total mentira. Los sentimientos y sensaciones que compartían eran realmente extraordinarios.
—Charlotte. —repitió. Con ello, la rubia ya había podido aclarar sus sospechas e indicios que rondaban por su cabeza. Para el momento ambos estaban seguros de con quien estaban hablando. Las sonrisas que ambos embozaron fueron realmente diferentes; por parte del castaño, ésta estaba bañada en su totalidad por felicidad y entusiasmo, pero para la rubia no todo era color de rosa, si bien la alegría y excitación del momento desbordaba en su interior, la incertidumbre que la carcomía la superaba. ¿Qué seguía ahora? Las dudas aumentaban en su interior a una velocidad sobrehumana.
Como si el destino la llamará, una enfermera desconocida entró a la habitación azotando violentamente la puerta. El estruendoso sonido capturo la atención de los dos jóvenes. No era algo normal ese hecho. La mirada de la señora recorrió toda la habitación, escudriñando cada objeto a su paso. Se detuvo justo en la imponente figura masculina, con una mirada furtiva logró la separación de sus manos.
—El horario de visitas ha terminado hace ya cinco minutos. —sentenció. El tono de voz que había empleado había sido realmente fuerte, casi capaz de hacer retroceder un par de pasos a Harry.
—Perdón—susurró el castaño, pero no se movió del lugar en el que se encontraba.
—La señorita Bennet necesita descansar antes de dejarla salir del hospital —continuó la mujer—, si tiene la suficiente suerte podrá ser dada de alta en tan solo unas pocas horas.
—Yo me quedaré para acompañarla a casa. —concluyó Harry. Sus acciones eran casi automáticas a las réplicas por parte de la enfermera. Lanzó una pequeña mirada a la camilla y comprobó lo que creía: Charlotte estaba impresionada. ¿Por qué había dicho tal cosa? Antes de poder hablar nuevamente, Cloe entró rápidamente, llevaba una bolsa en la mano y una de las expresiones más poco amigables que alguna vez había podido presenciar.
—Yo la llevaré a casa —dijo la castaña y añadió—: es mi amiga, así que no tengo tiempo para replicas.
La expresión de sorpresa de Charlotte solo se incrementó. ¿Ahora qué era lo que pasaba con su amiga? Definitivamente la bipolaridad rondaba por los aires.
—Creo que para ocasiones como está, el principio de libre albedrío debe aplicarse. Charlotte es la que más voz tiene en este asunto. —Se volvió para la pequeña rubia, dándole un poco de tranquilidad.
Charlotte abrió la boca para dar una respuesta positiva, que por descontado estaba de acuerdo con la —por el momento— amable enfermera, pero en el segundo en el que las palabras iban a salir, el llamado a la puerta distrajo a todos los presentes; captando su atención hacia ella.
—Los informes de la señorita ya están listos. —Una señora de mediana edad se encontraba parada bajo el umbral de la puerta. La tan esperada salvación que Charlotte anhelaba escuchar <<… ya están listos >> repitió en su mente. Esas simples palabras representaban una verdadera alegría, ¡Por fin podría ponerle un punto final a su estadía en aquel lugar!
Por el rabillo del ojo miró a los demás presentes en la habitación. Los nervios subieron recorriendo nuevamente su organismo, tensando cada musculo a su paso.
—¿Por qué el tan repentino cambio de actitud? —inquirió Charlotte, mientras observaba la borrosa figura que dejaban los arboles gracias a la rapidez del automóvil.
—Todos los hombres son iguales; solo te quieren debajo de sus sabanas —respondió con simpleza. ¿A dónde iba todo aquello? Si ella había sido a quien le había desbordado la felicidad pocos minutos antes de que recibiera la visita sorpresa.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Charlotte. El drástico cambio de actitud y pensamiento de su amiga la desconcertó en gran medida.
Al ver que Cloe se reusaba a contestar, se limitó a suspirar y volver su mirada a la ventana.
El camino paso entrecortado y apaciguado gracias a las diferentes voces que sonaban de fondo llenando los incomodos silencios vacíos.
Miro por el rabillo del ojo a su costado, Cloe mantenía su posición; reacia y molesta. << Está en sus días >> concluyó Charlotte y lo repitió mentalmente unas cuantas veces para poder creer sus propias suposiciones.
—¿Cuánto falta para llegar? —gruñó con voz somnolienta la rubia. Si Cloe podía jugar a la ley del hielo, ella también lo haría.
—Poco. —acotó colérica la castaña. La ira que tenía contenida, claramente estaba siendo descargada injustamente con su amiga. << inhala… exhala… inhala… >> repetía numerosas veces, para no terminar por arrepentirse a causa de cosas realmente insignificantes.
—¿Por qué te enfrascaste tanto en traerme? —preguntó Charlotte. La pregunta que tanto había anhelado formular desde el mismo momento en el que salieron de la habitación.
Por la poca distancia que las separaba, Charlotte fue capaz de percibir como todos los músculos de la castaña se contraían.
Cloe bufó.
—Por nada en especial. —contestó, dejando en claro que su interés por el tema era verdaderamente nulo.
Exactamente cuarenta y tres minutos más tarde, el Land Cruiser aparcó junto al arcén derecho de la calle. Con cuidado de no trastabillar, se apeó y azotó fuertemente la puerta de éste.
Su rostro se deformó de inmediato al ver quien se encontraba recostado sobre un costado de la entrada.
Oh…no.
Les pido infinitamente que me perdonen. El comienzo de otro período en el colegio me tiene desubicada, apenas y puedo meterme como comúnmente lo hago a la computadora. En sí, aunque no salio como esperaba, me gusto como quedo el capitulo. A mi parecer, creo que es un cambio en la historia, en mi cabeza tengo pensado más o menos como ira todo el drama, bla bla bla. Eso, ¡espero y les guste el capitulo! Las amo.
Cloe abandonó la habitación casi tan rápido como lo había hecho anteriormente la enfermera. Por otra parte, el pequeño y delicado cuerpo de Charlotte se tensó de inmediato. Se debía vivir como un verdadero ermitaño para no reconocer ese simple nombre. Cada musculo que la recubría se endureció, tenía el corazón en un puño.
Sabía que aunque no supiera quien era realmente, en lo más recóndito de su subconsciente reconocía ese nombre. No sabía exactamente qué era lo que podía significarle esas dos palabras, pero sin duda alguna sabía reconocerlas.
Sus ojos se cerraron cuando sus oídos percibieron el contacto del metal. Como si se tratara de una verdadera barrera, cubrió con la sabana su cuerpo y se acurruco con ambas piernas recogidas contra su pecho. Una alternativa tonta e infantil, pero que para el momento, parecía altamente efectiva.
El agudo chirrido que emitió la puerta paso desapercibido gracias al sonido del reloj que acababa de marcas justamente las once de la mañana. Sus defensas bajaban conforme los segundos pasaban, pero para la rubia el tiempo no era el verdadero problema. Sentía como si la profunda y cálida mirada por parte del castaño pudiera traspasar con la facilidad de un cuchillo la delgada sabana que la cubría.
Su mente quedo en blanco y se dejó llevar por la dulce y cálida caricia que la mano del otro ser que ocupaba la habitación le proporcionaba. Sus pensamientos pasaron de estar fijos y rígidos dentro de su cabeza a de alguna extraña e inexplicable manera tomar alas y volar libremente, nublando todos los pensamientos cuerdos que antes la llenaban. El suave toque traía consigo pocas pero potentes descargas eléctricas que traspasaban la delgada barrera de algodón que los separaba, chocando libremente con el pequeño cuerpo de la oji-azul. Su respiración cambio de ritmo, la pausada y calma que tenía hacía solo un par de minutos atras se aceleró junto a los constantes latidos des su corazón.
Para su sorpresa, la intensa luz que venía de una de las cuatro esquinas comenzó a tomar presencia ante sus ojos. El gran cambio la desubico un poco, pero no lo suficiente como para olvidar el lugar en donde se encontraba. Si hace apenas unos cuantos segundos su corazón no se había podido salir de su cavidad torácica, este era el momento justo para ello. Gracias a sus notables nervios que se asomaban y aumentaban cada vez más, su bilis le recorrió la garganta, quemando con su paso, pero Charlotte se limitó a respirar profundo e intentar aclarar nuevamente sus pensamientos; cosa que aunque fue difícil logró realizar.
Su postura se trasformó rápidamente, sus piernas al igual que sus brazos retomaron una posición normal. Su espalda se enderezó hasta que tocó nuevamente el respaldo de la camilla. La ausencia del cálido toque que antes la llenaba provoco que la totalidad de los vellos de que le recubrían la espalda se erizaran por el frío. De pronto, la necesidad de estar conectada nuevamente a los diferentes cables y no poder recibir visitas aumento.
—Charlotte —el débil llamado por parte del castaño la desprendió del mar de pensamientos que rondaba en su cabeza.
Trato de hacer caso omiso a ello y desistió de girar su cabeza. Nuevamente la habitación volvió a la austeridad total.
—Mírame—En vez de una orden, sonó más bien como una especie de súplica.
—¿Qué haces aquí? —acotó. Ambos estaban casi totalmente seguros de con quien estaban hablando. Sus dudas se vieron resueltas gracias al contacto que sus manos hicieron en un pequeño movimiento. Como si fuera a causa de los instintos, sus manos se entrelazaron casi de inmediato. Un sentimiento lujurioso e inexplicable los inundo por completo. Descarga de energía era realmente poco para las sensaciones que ambos experimentaron durante los escasos segundos que duró su contacto.
El asombroso toque pasó nuevamente por su mejilla. La calidez que éste le proporcionaba le hizo cerrar sus grandes ojos azules y dejarse llevar por la sensación que le proporcionaba.
La mente de Charlotte dejo a un lado todos los pensamientos ajenos a la íntima situación y se enfocó en darle solución al gran rompecabezas que se encontraba en su interior, cada pieza que allí estaba encajaba perfectamente con la parte de la historia en la que se centraba momentáneamente. Podía ser simple coincidencia, pero a los ojos de ambos sabía que eso era una total mentira. Los sentimientos y sensaciones que compartían eran realmente extraordinarios.
—Charlotte. —repitió. Con ello, la rubia ya había podido aclarar sus sospechas e indicios que rondaban por su cabeza. Para el momento ambos estaban seguros de con quien estaban hablando. Las sonrisas que ambos embozaron fueron realmente diferentes; por parte del castaño, ésta estaba bañada en su totalidad por felicidad y entusiasmo, pero para la rubia no todo era color de rosa, si bien la alegría y excitación del momento desbordaba en su interior, la incertidumbre que la carcomía la superaba. ¿Qué seguía ahora? Las dudas aumentaban en su interior a una velocidad sobrehumana.
Como si el destino la llamará, una enfermera desconocida entró a la habitación azotando violentamente la puerta. El estruendoso sonido capturo la atención de los dos jóvenes. No era algo normal ese hecho. La mirada de la señora recorrió toda la habitación, escudriñando cada objeto a su paso. Se detuvo justo en la imponente figura masculina, con una mirada furtiva logró la separación de sus manos.
—El horario de visitas ha terminado hace ya cinco minutos. —sentenció. El tono de voz que había empleado había sido realmente fuerte, casi capaz de hacer retroceder un par de pasos a Harry.
—Perdón—susurró el castaño, pero no se movió del lugar en el que se encontraba.
—La señorita Bennet necesita descansar antes de dejarla salir del hospital —continuó la mujer—, si tiene la suficiente suerte podrá ser dada de alta en tan solo unas pocas horas.
—Yo me quedaré para acompañarla a casa. —concluyó Harry. Sus acciones eran casi automáticas a las réplicas por parte de la enfermera. Lanzó una pequeña mirada a la camilla y comprobó lo que creía: Charlotte estaba impresionada. ¿Por qué había dicho tal cosa? Antes de poder hablar nuevamente, Cloe entró rápidamente, llevaba una bolsa en la mano y una de las expresiones más poco amigables que alguna vez había podido presenciar.
—Yo la llevaré a casa —dijo la castaña y añadió—: es mi amiga, así que no tengo tiempo para replicas.
La expresión de sorpresa de Charlotte solo se incrementó. ¿Ahora qué era lo que pasaba con su amiga? Definitivamente la bipolaridad rondaba por los aires.
—Creo que para ocasiones como está, el principio de libre albedrío debe aplicarse. Charlotte es la que más voz tiene en este asunto. —Se volvió para la pequeña rubia, dándole un poco de tranquilidad.
Charlotte abrió la boca para dar una respuesta positiva, que por descontado estaba de acuerdo con la —por el momento— amable enfermera, pero en el segundo en el que las palabras iban a salir, el llamado a la puerta distrajo a todos los presentes; captando su atención hacia ella.
—Los informes de la señorita ya están listos. —Una señora de mediana edad se encontraba parada bajo el umbral de la puerta. La tan esperada salvación que Charlotte anhelaba escuchar <<… ya están listos >> repitió en su mente. Esas simples palabras representaban una verdadera alegría, ¡Por fin podría ponerle un punto final a su estadía en aquel lugar!
Por el rabillo del ojo miró a los demás presentes en la habitación. Los nervios subieron recorriendo nuevamente su organismo, tensando cada musculo a su paso.
∞
—¿Por qué el tan repentino cambio de actitud? —inquirió Charlotte, mientras observaba la borrosa figura que dejaban los arboles gracias a la rapidez del automóvil.
—Todos los hombres son iguales; solo te quieren debajo de sus sabanas —respondió con simpleza. ¿A dónde iba todo aquello? Si ella había sido a quien le había desbordado la felicidad pocos minutos antes de que recibiera la visita sorpresa.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Charlotte. El drástico cambio de actitud y pensamiento de su amiga la desconcertó en gran medida.
Al ver que Cloe se reusaba a contestar, se limitó a suspirar y volver su mirada a la ventana.
El camino paso entrecortado y apaciguado gracias a las diferentes voces que sonaban de fondo llenando los incomodos silencios vacíos.
Miro por el rabillo del ojo a su costado, Cloe mantenía su posición; reacia y molesta. << Está en sus días >> concluyó Charlotte y lo repitió mentalmente unas cuantas veces para poder creer sus propias suposiciones.
—¿Cuánto falta para llegar? —gruñó con voz somnolienta la rubia. Si Cloe podía jugar a la ley del hielo, ella también lo haría.
—Poco. —acotó colérica la castaña. La ira que tenía contenida, claramente estaba siendo descargada injustamente con su amiga. << inhala… exhala… inhala… >> repetía numerosas veces, para no terminar por arrepentirse a causa de cosas realmente insignificantes.
—¿Por qué te enfrascaste tanto en traerme? —preguntó Charlotte. La pregunta que tanto había anhelado formular desde el mismo momento en el que salieron de la habitación.
Por la poca distancia que las separaba, Charlotte fue capaz de percibir como todos los músculos de la castaña se contraían.
Cloe bufó.
—Por nada en especial. —contestó, dejando en claro que su interés por el tema era verdaderamente nulo.
∞
Exactamente cuarenta y tres minutos más tarde, el Land Cruiser aparcó junto al arcén derecho de la calle. Con cuidado de no trastabillar, se apeó y azotó fuertemente la puerta de éste.
Su rostro se deformó de inmediato al ver quien se encontraba recostado sobre un costado de la entrada.
Oh…no.
Les pido infinitamente que me perdonen. El comienzo de otro período en el colegio me tiene desubicada, apenas y puedo meterme como comúnmente lo hago a la computadora. En sí, aunque no salio como esperaba, me gusto como quedo el capitulo. A mi parecer, creo que es un cambio en la historia, en mi cabeza tengo pensado más o menos como ira todo el drama, bla bla bla. Eso, ¡espero y les guste el capitulo! Las amo.
Sophia.
Página 11 de 14. • 1 ... 7 ... 10, 11, 12, 13, 14
Temas similares
» [Resuelto]el famoso harry styles (harry styles y tu)(necesito chicas para austin mahon urgentel)
» La chica de Harry Styles (Harry Styles y tu) One Direction [CANCELADA TEMPORALMENTE)
» Capturando el Corazon de Harry Styles |Harry Styles y ____|
» el hijo perdido de harry styles(harry styles y tu )
» los hermanos styles (edward,harry,marcel y __ styles) necesito chicass
» La chica de Harry Styles (Harry Styles y tu) One Direction [CANCELADA TEMPORALMENTE)
» Capturando el Corazon de Harry Styles |Harry Styles y ____|
» el hijo perdido de harry styles(harry styles y tu )
» los hermanos styles (edward,harry,marcel y __ styles) necesito chicass
O W N :: Archivos :: Canceladas
Página 11 de 14.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.