Dark Blue [Harry Styles] Adaptación

Mandy Nash:
 
No podía respirar. Mis manos volaron a mi boca y estaba mirando hacia la cancha frente mío con la mezcla de horror, incredulidad y sorpresa.
 
Ed acababa de tener una pelea con alguien del otro equipo y ahora estaba tirado inconsciente en el pasto.
 
Su entrenador y un medico entraron corriendo en la cancha y prácticamente todos sus compañeros de equipo estaban reunidos alrededor de él. Muchas personas estaban paradas, susurrando y mirando con horror hacia donde él estaba acostado.
 
Nunca había visto a Louis tan molesto. Su ceño estaba fruncido y estaba arrodillado al lado de Ed, con una extraña y algo distante expresión en su cara.
 
El chico que había golpeado a Ed estaba parado a una gran distancia, mirando con algo de sorpresa, cerrando y abriendo su puño, el que estaba con algo de sangre.
 
La pelear había parecido honestamente como otra violenta (y totalmente innecesaria) demostración de testosterona entre dos adolescentes, pero eso fue antes de que Ed terminara inconsciente.
 
Lo juro, los chicos son ridículos.
 
(O, por lo menos lo eran cuando estaban jugando futbol)
 
Me tomó un momento para entender completamente que era lo que estaba pasando.
 
No fue hasta que la gente empezó a gritar y llorar frenéticamente, y que un grupo de gente vestida uniformada cargando una camilla entró rápidamente al campo de juego que la seriedad de la situación me llegó.
 
 Salté de mi asiento y me acerque a la pasarela de las gradas, pasando de Natasha y Greg sin decirles una palabra. Ambos me llamaron, pero los ignoré, empujé gente y bajé las escaleras hasta llegar a un lado de las gradas, mientras ya habían subido a Ed a la camilla. Todo el mundo estaba gritando y una conmoción se estaba formando en todo el estadio.
 
-Mierda – murmuré entre dientes. Miré a mi tía y a mi tio apurarse hacia dónde estaba llevando a Ed fuera del campo y hacia una  puerta de salida.
 
Mi tía lucía como si estuviera a punto de largarse a llorar mientras corría detrás de ellos, llamando el nombre de Ed preocupadamente, y mi tío estaba ocupado gritándole a varias personas fuertemente, evidentemente furioso.
 
 Llegué hasta mi tío rápidamente y me apuré a decir -¿Qué pasa?
 
Él paró de gritar lo suficiente para mirarme extrañado, como si se preguntara quien en un buen estado de salud mental se atrevería a interrumpirlo cuando estaba en medio de un festival de gritos.
 
Cuando se dio cuenta que era yo, de todas formas, rápidamente movió su cabeza, exhalando. – Lo están llevando al hospital. Ese bastardo que empezó a pegarle lo dejó inconsciente. – movió su cabeza amargamente, con una expresión de gran disgusto en su cara. Insultó por lo bajo, golpeando su puño en una de las paredes cercanas.
 
Mientras giraba y comenzaba a gritarle a la gente que pasaba cerca del lugar, giré y me apuré hacia donde los médicos se habían ido con Ed, esperando poder llegar a ellos entes de que se fueran.
 
¿Él no podía honestamente estar tan herido, podía?
 
Es decir, lo habían golpeado, pero… ¿fue lo suficientemente malo como para que lo lleven al hospital?
 
Un inmediato sentimiento de preocupación y dolor pasó sobre mi y aceleré mi paso, empujando a varias personas y buscando frenéticamente, tratando de ver que podía hacer.
 
Ed era el hermano mayor que nunca tuve. Él honestamente significaba tanto para mi, y no se que haría si se viera realmente herido.
 
Mordiendo mi labio nerviosamente, uní mis cejas buscando una salida.
 
Esto sucedió tan rápidamente que yo honestamente no tenía ni una pista de lo que estaba haciendo.
 
Todo lo que sabía es que necesitaba ir al hospital.
 
*******
 
Me apuré hasta el tercer piso, corriendo hacia el pasillo dónde mi tía estaba esperando nerviosamente fuera de una habitación, mordiendo sus uñas y mirando al reloj con una mezcla de preocupación e impaciencia. Una pequeña multitud de gente estaba reunida nerviosamente en sillas cerca, mirándolo aprehensivamente.
 
Mi tía levantó su vista, escuchándome llegar y una mirada de confianza de apoderó de ella –Hola, Mandy – dijo
 
-Hola – respondí sin respiración, -¿Cómo está él?
 
Movió su cabeza – Todavía no dijeron nada. Acaba de entrar y no dejan que nadie más entre a la habitación hasta que hagan una rápida exanimación
 
Solté un gemido, cerrando mis ojos fuertemente y recostándome en la pared. –Dios mío. – murmuré con desesperación en mi voz.
 
-Lo sé, linda – murmuró mi tía
 
-¿Piensas que va a estar bien? – pregunté preocupada
 
Ella se militó a levantar sus manos en forma de ruego –No lo sé, es decir, espero que sí, no parecía que lo había dañado demasiado, pero… no puedo decir nada seguro.
 
Solté otro gemido, mordiendo mi labio inferior nerviosamente.
 
Esto no parecía bueno.
 
Luego de lo que parecieron varias horas de total anticipación, la puerta de la habitación se abrió, y un hombre con que parecía profesional saco su cabeza.
 
-¿Mrs. Sheeran? – habló cuestionando.
 
Mi tía giró a mirarlo con los ojos abiertos como platos.
 
Él le hizo señas para que lo siguiente dentro de la habitación. –Puede entrar ahora.
 
Ella asintió rápidamente y me dio un leve asentimiento indicando que debía ir con ella.
 
Lo hice, y juntas entramos a la habitación.
 
Era una habitación pequeña pero sin embargo agradable, totalmente limpia y llena de otros adultos. Ed estaba acostado en el centro de la habitación en una cama de hospital, todavía inconsciente. Varias de las heridas que tenía en su cabeza habían sido emendadas con bandas y tenía una expresión satisfecha en la cara.
 
-¿Bueno? – Preguntó mi tía urgentemente, mirando a uno de los doctores expectante -¿Él va a estar bien?
 
-Si, él va a estar bien – le aseguró el doctor – Ha sufrido algunas contusiones, pero podrá recuperarse totalmente sin problema
 
Ella dejó salir un largo respiro de alivio al mismo tiempo que yo exhalé agradecida, cerrando mis ojos y tomando mis manos juntas en forma de agradecimiento.
 
Los doctores procedieron a mostrarle una tabla con varias notas que llenaron para mi tía, explicando lo que había pasado y que tanto tiempo pensaban que llevaría curar las contusiones.
 
Mientras hacían esto, crucé el cuarto hasta la cama de Ed, mirándolo tristemente y tomando su mano floja en la mía. Mordí mi labio nerviosamente y dejé salir un suspiro. Pasé una mano por mi cabello y dejé mis ojos viajar hasta la gran ventana que se encontraba al otro lado de la cama. Las cortinas estaban completamente abiertas y podía ver el gran aparcamiento del hospital, autos de todos los colores estaban estacionados allí, y varios grupos de personas que parecían estar apuradas, estaban caminando hacia varias direcciones: al hospital, a sus autos, a la gran avenida que estaba cerca. Podía ver a algunas personas entrando rápidamente al cuarto de emergencias y de repente me sentí completamente enferma.
 
Odiaba los hospitales.
 
En ese momento, sentí un golpe en la puerta y miré sobre mi hombro.
 
Mr. Sheeran acababa de entrar rápidamente a la habitación, pareciendo cansado y agitado. Detrás de él, también con el mismo apuro, estaba Harry.
 
Gemí internamente.
 
Manejé poder quedarme sin alguna expresión facial mientras mi tío hablaba con mi tía y los doctores, antes de adentrarse más a la habitación y mirar a su hijo. Me dio una rápida mirada en agradecimiento, antes de volver a mirar hacia abajo y examinar los vendajes de su hijo.
 
Miró sobre su hombro -¿Cuánto faltaría hasta que despierte? – preguntó urgentemente.
 
Uno de los doctores se encogió de hombros –Puede ser en cualquier momento – le dio una sonrisa reconfortante.-Va a estar bien
 
Mi tío  asintió antes de girar a mirar a Ed, con su ceño fruncido descontento.
 
Luego de unos momentos, Harry se nos unió, parado en el lado opuesto a nosotros mirando hacia su mejor amigo con una mirada preocupada en su cara.
 
Él levantó su mirada y se encontró con la mía, nos limitamos a vernos el uno al otro antes de simultáneamente mirar hacia otro lado rápidamente, rompiendo el contacto visual. Una pausa incómoda prosiguió luego de eso.
 
Mi tío nos miró a ambos rápidamente antes de ver sobre su hombro.
 
Cuando uno de los doctores encontró su mirada, le señaló que lo siguiera –Mr. Sheeran, si me podría seguir, puedo explicarles a usted y a su esposa cuanto tiempo él necesita estar aquí.
 
Mi tío asintió una vez, antes de mandarle a Ed una última mirada. Giró y siguió a mi tía y el pequeño grupo de doctores, cerrando la puerta detrás de ellos y dejando a Harry y a mí en la habitación con Ed y una enfermera.
 
 La enfermera, algo baja de venti-tantos años y morocha, se acercó a nosotros y nos dio una sonrisa.  –Les daré a ustedes dos un poco de tiempo con su camigo. Él estaría bien en poco tiempo, no se preocupen. Estaré de vuelta en unos momentos para hacerle algunas pruebas – dijo
 
Harry y yo asentimos al mismo tiempo, mirándola sin hablar.
 
Nos dio una última sonrisa, antes de que girara y saliera de la habitación.
 
Una larga y ridículamente incómoda pausa nos siguió a Harry y a mí, ambos giramos nuestra mirada a Ed, mirándolo preocupadamente.
 
-Estoy sorprendido de que estés aquí – murmuró finalmente luego de unos largos minutos de silencio.
 
Lo miré juzgándolo –Por supuesto que estoy aquí – dije – Ed es mi primo, ¿por qué no estaría aquí?
 
Harry se encogió de hombros, mirando hacia Ed –No lo sé – contestó, decidiendo entonces mirarme – Solo pensé que estarías con el perdedor y Litzy
 
-¿En serio, Styles? ¿En serio? – Dije sin preámbulos – ¿Realmente este es el momento perfecto para ser un completo idiota?
 
-¡Baja tu voz! – dijo Harry amenazadoramente, moviendo su cabeza hacia Ed.
 
Le mandé una mirada fría – Él no va a despertar milagrosamente porqué yo esté siendo ruidosa – dije, aunque si bajé mi voz hasta que fue un susurro.
 
Harry se limitó a poner sus ojos en blanco con molestia.
 
Lo miré, pausando por un momento, antes de que decidiera hablar de nuevo – Estaba con Greg y Natasha, pero cuando vi que Ed estaba herido, me apuré para asegurarme que estuviera bien y llegué hasta aquí. ¿Por qué te importa?
 
-No me importa – contestó Harry
 
Hubo una larga pausa en la que nosotros dos miramos hacia la figura inconsciente de Ed.
 
-Por cierto, de nada por haber terminado el esquema yo sola – dije en voz baja luego de un minuto, negándome a mirar a Harry y en vez de eso decidí continuar mirando a Ed.
 
-¿Qué? – dijo Harry, mirándome con el ceño fruncido.
 
-Terminé el esquema. Para el proyecto de literatura. Nunca dijiste gracias. – respondí simplemente, todavía negándome a mirarlo.
 
-No te pedí que lo terminaras – Harry habló irritadamente, cambiando su peso de uns pierna a la otra.
 
-Sin embargo – dije, mi vos como un suspiro – De todas formas nunca me dijiste gracias, y puse todo de mí para terminarlo.
 
-Bien, gracias – dijo Harry, sin sonar ni un poco agradecido – Allí lo tienes. ¿Feliz?
 
-No, en realidad – contesté
 
Harry bufó – Bueno, eso no es una sorpresa, porque nunca estás feliz – soltó un suspiro – Como dije, nunca te pregunté para que lo terminaras. Podrías haber esperado para trabajar en ello conmigo, fui a la escuela y estaba listo para terminarlo rápidamente antes de clase.
 
-¿En serio crees que terminarlo rápidamente antes de clase hubiera sido la forma de garantizarnos una buena nota? – dije, cruzando mis brazos irritadamente – Ya sabes, si no hubiéramos ido a esa tonta fiesta, no hubiéramos tenido el problema de no terminar el esquema en primer lugar.
 
-No es mi culpa que te hayas embriagado – murmuró Harry
 
Lo miré dejando mi boca abrirse – Perdóname. – dije – Tú fuiste el que me incitaste a hacerlo
 
-De todas formas, fue tu elección – contestó Harry – No te forcé a hacer nada.
 
Bufe – Bueno, no fue la única que estaba ebria – dije, cruzando mis brazos irritada – ¡En caso de que no lo notaras Styles, estabas bastante ebrio también!
 
Harry puso sus ojos en blanco – No estaba tan mal como tú. Créeme
 
Levanté mis cejas - ¿No estabas tan mal como yo? – pregunté sin creerle
 
Él asintió dándome una mirada incrédula
 
Moví mi cabeza –Ambos estábamos ebrios, Styles, de otra forma no hubiéramos- dejé de hablar entonces, mis mejillas se tornaron en tono de rojo e inmediatamente quité mi mirada de la suya. Miré al piso y mordí el interior de mi mejilla, dejando salir una exhalación vergonzosa.
 
Casi saco a tema… bueno… lo que habíamos hecho la otra noche.
 
-¿Qué? ¿No hubiéramos hecho qué?- preguntó Harry
 
-Sabes de que hablo – dije en un susurro, negándome a mirarlo y balanceando mi peso de un pie al otro.
 
-Vamos, dilo, Nash – dijo Harry – ambos sabemos de lo que estás hablando. Ambos sabemos porque las cosas son dolorosamente incómodas entre nosotros. – dijo, bruzando sus brazos y mirándome expectante.
 
Me limité a tensar mi barbilla y mover mi cabeza, rogando porque aun no lo mirara y dijera algo más acerca del tema.
 
-Vamos – continuó – Tú puedes decirlo – movió su cabeza de lado a lado, una sonrisa formándose en su cara - ¿O estás muy avergonzada?
 
-Más bien, disgustada – dije, mirándolo con puro odio.
 
Bufó – Como quieras, Nash-
 
-Cállate, Styles – respondí fríamente, mirándolo.
 
Harry se acercó un poco, mirándome directamente a los ojos. Él comenzó a hablar, su voz baja como un suspiro – Puedes decir y pensar cualquier cosa que quieras, Nash, y podemos seguir dejando que nuestras conversaciones sean malditamente incómodas, pero eso no cambia que tú y yo no hayamos besad-
 
Comencé a hablar firmemente, interrumpiéndolo al mismo tiempo que Ed se movió, volteándose en la camilla levemente.
 
Harry y yo inmediatamente nos callamos.
 
Ambos moramos a Ed con una mezcla de expectación, nerviosismo y anticipación.
 
-¿Ed? – pregunté urgentemente, mi voz baja, toqué su bazo preocupada con el ceño fruncido.
 
Estaba ridículamente aliviada de verlo moviéndose, pero debo admitirlo, estaba algo preocupada al mismo tiempo- ¿Qué pasa si escuchó algo de lo que Harry y yo habíamos hablado?
 
Si lo había hecho, yo estaba jodida.
 
Ninguno de nosotros revelamos exactamente que había pasado aquella noche, pero cualquier persona podría probablemente darse cuenta de que no era algo particularmente honorable (Y definitivamente sabía que implicaba a nosotros dos ebrios –lo que usualmente nunca guía a algo bueno)
 
-Ed – dije, hablando más alto y dándole un gentil movimiento a su brazo
 
Sus ojos se abrieron completamente y miró al techo por un momento antes de girarse hacia mi.
 
Me dio una pequeña sonrisa.
 
-Hey Mandy
 
Le sonreí – Hey
 
Sus ojos se movieron lentamente para mirar a Harry -¿Qué pasa Styles?
 
-Hey – contestó Harry, su voz sorprendentemente calmada - ¿Cómo te sientes?
 
Ed se encogió levemente de hombros –Eh, para la mierda – respondió honestamente dando una pequeña risa. –Pero, lo que sea. – Miró alrededor de la habitación, con su ceño fruncido en señal de confusión - ¿Así que terminé en el hospital?
 
Harry y yo asentimos
 
-Tuviste una conmoción cerebral – expliqué, dándole una mirada maternal.
 
Él rió – Ese chido debió patearme hasta las bolas – comentó con sorpresa.
 
-¿Qué diablos pasó? – pregunté, dándole a Ed una expresión derrotada.
 
Él se encogió de hombros, sonriendo –No se, realmente – admitió –Solamente discutimos fuertemente.
 
Le mandé una mirada, era obvio que no le creía.
 
Viendo esto, él rió –Es complicado, Mands. Te explicaré cuando me sienta menos como la mierda.
 
Exhalé, mandándole una mirada exasperante, luego asentí – Bien – respondí.
 
Él sonrió.
 
Hubo una pausa mientras Ed se sentaba, soltando pequeños gemidos mientras intentaba hacerlo. Harry y yo solamente lo mirábamos en silencio, negándonos a mirar el uno al otro.
 
Ed gruñó nuevamente, posicionando su espalda en las almohadas y arreglando las mantas. Luego recostó su espalda sobre las almohadas y exhaló, mirándonos por un momento en silencio.
 
Luego de una larga pausa, frunció su ceño un poco y miró entre nosotros, con confusión evidente en su cara
 
-Raro que ustedes dos de todas las personas estén acá juntos – comentó
 
Harry y yo nos miramos y una tensión inmediata llenó el aire. Ambos aclaramos nuestras gargantas incómodamente y quitamos nuestra mirada del otro, decidiendo mirar a Ed.
 
-Bueno – aclaré mi garganta – No estamos como… juntos o algo…
 
-Simplemente sucedió que estamos aquí… juntos – dijo Harry, frunciendo su ceño mientras se daba cuenta que tan tonto eso había sonado.
 
-Llegamos por separado – expliqué rápidamente.
 
Harry y yo luego comenzamos a hablar al mismo tiempo antes de inmediatamente parar, sonrojándonos y mirarnos vergonzosamente.
 
-Llegué con tu padre, y… ella estaba aquí con tu madre, y… - comenzó Harry incómodamente.
 
-Simplemente pasó que estamos aquí al mismo tiempo. – terminé por él – Tus padres están en la otra habitación – agregué en forma de explicación.
 
Ed se limitó a asentir lentamente, mandándonos una mirada con confusión al ver la manera incómoda y rara en la que nos estábamos comportando antes de mirar al horizonte y suspirar.
 
Repentinamente, dejó salir un grito mientras evidentemente un dolor desgarrador atravesaba su cráneo. Se masajeó las sienes y tensó a mandíbula, cerrando sus ojos fuertemente.
 
-Iré a buscar al doctor – Harry y yo dijimos rápidamente al mismo tiempo, recobrando nuestra postura exactamente al mismo momento.
 
Nos miramos y me sentí enrojecer.
 
-Tú hazlo – dijimos simultáneamente
 
-No, tú – procedimos a decir, otra vez, al mismo momento.
 
Separé mis labios, mirando a Harry en la misma forma que él me estaba mirando: Incómoda y aprehensivamente.
 
No pude evitar dejas a mis ojos viajar hasta sus labios, que, como los míos estaban ligeramente separados. Instantáneamente, me acordé de ese noche hace menos de una semana, y que tan increíbles se habían sentido esos labios contra los míos.
 
Para eso, Mandy.
 
Él es un idiota.
 
Y NO disfrutaste besuquearte con él.
 
De ninguna forma.
 
Para nada.
 
Ni si quiera un poco.
 
Moví mi cabeza un poco para aclararla de esta repentina debilidad hormonal, y miré a Ed – Ya vuelvo – dije.
 
Sin si quiera esperar por la respuesta de Harry, giré y mi apuré hasta la salida, buscando por algún lado a mi tío y tío o a los doctores. Varias de las personas agrupadas fuera de la habitación mi miraron con expectación y me llamaron preguntándome acerca de cómo estaba Ed, pero los ignoré y me apuré por el pasillo.
 
Todo lo que sabía era que quería salir de ese hospital lo más pronto posible.
 
Pude encontrar a mis tíos y a los doctores luego de unos momentos, y luego de diez minutos estaba de vuelta en la habitación de Ed, parada incómodamente en la esquina mientras los doctores examinaban a mi primo y le preguntaban cómo se estaba sintiendo. Mis tíos detrás de los doctores miraban a su hijo con preocupación.
 
Luego de unos momentos, una de las enfermeras giró y miró alrededor de la habitación. Frunció sus cejas mientras su mirada se encontraba con la mía y la de Harry.
 
-Lo siento, pero les voy a tener que pedir que solamente un invitado se quede en la habitación ahora mismo – dijo, su voz suave mirándonos a mi y a Harry – No podemos dejar que se llene demasiado.
 
Fruncí mi ceño por lo tan ridículo que eso sonaba.
 
No es que Ed se estaba por morir, de hecho, él estaba perfectamente bien. ¿Por qué necesitaban tener un límite de invitados?
 
Harry y yo nos miramos el uno al otro, mandándonos miradas que decían “Preferible que tú seas el que se vaya y no yo”
 
-¿Señorita? ¿Caballero? – preguntó la enfermera luego de unos momentos.
 
Continué mirando a Harry con exasperación, negándome a romper el contacto visual.
 
La enfermera dejó salir un suspiro – Si unos de ustedes no se va, voy a tener que pedirles a ambos que se vayan –  dijo, con evidente impaciencia en su voz.
 
Miré a Harry un momento antes de finalmente, exhalé con rabia y quité mi mirada, decidiendo mirar a la enfermera. –Bien – dije – Yo me iré – Le mandé a Harry una mirada – Así la superestrella puede tenerlo a su forma, como siempre – puse mis ojos en blanco, antes de acomodar mi bolso sobre mi hombro y giré hacia la puerta – Gracias – le dije a la enfermera en mi camino hacia afuera (aunque, debo admitirlo, no lo sentía)
 
Ella asintió con su cabeza, dándome una pequeña sonrisa de comprensión.
 
 Resistí la urgencia de poner mis ojos en blanco.
 
Perra, por favor. Acabaste de prácticamente echarme de la habitación dónde mi primo abatido se encuentra con una contusión cerebral. No trates de actuar comprensiva y toda esa mierda.
 
-Adiós Ed, te eré cuando pueda – dije, parando en la puerta de la habitación y girando hacia dónde él aún se encontraba acostado
 
Ed alzó su cabeza para mirarme, levantando sus cejas cuestionándome. Él asintió  –Bien. Gracias por venir, Mands
 
Le di una sonrisa –No hay problema, que te sientas mejor
 
Sus padres giraron y ambos me agradecieron, su madre me tiró un beso y me dijo que invitarían a mi familia para la cena luego en esa semana, asentí sonriendo.
 
Una vez que dije todos mis saludos (a todos menos a Harry, por supuesto, a quien ignoré), giré y salí de la habitación, ajusté mi bolso una vez más y caminé por el pasillo del hospital. Saqué mi celular de mi bolso mirando si tenía algún mensaje de texto.
 
De hecho si tenía mensajes de texto, siete, en realidad. Y eran todos de parte de Greg queriendo saber donde estaba.
 
No puedo decir que estoy sorprendida.
 
Y aunque apreciaba el pensamiento y todo eso, no pude evitar sentirme un poco… molesta. No necesitaba ser cuidada por él todo el tiempo.
 
Debía ser bastante obvio dónde estaba.
 
Puse mis ojos en blanco, pero abrí el nuevo mensaje de texto.
 
Mientras caminaba hacia el elevador, me preparé para escribir una respuesta a él, pero fui distraía por el sonido de unos pasos corriendo hacia mía y una voz ronca y familiar llamar mi nombre
 
-¡Nash! ¡Hey, Nash! ¡Espera!
 
Giré irritada, cruzando mis brazos y levantando mis cejas. -¿Qué? – pregunté, mirando a Harry.
 
Harry paró de correr, jadeando y aún mirándome.
 
Removió sus rulos para luego acomodarlos con una de sus manos, lamió su labio –Mira – comenzó luego de un momento – no hemos hablado acerca de la próxima vez que nos vamos a juntar para el proyecto de Reymer, y sé que dijo en clase hoy que la próxima porción del trabajo es para dentro de dos semanas.
 
-¿Bien? – dije, moviendo mi cabeza ligeramente.
 
-Vamos a arreglar eso ahora así no tenemos que hablarnos en la escuela luego. – dijo, su voz claramente irritada.
 
Tomé un gran respiro – Bien – contesté, cruzando mis brazos y mirándolo - ¿Cuándo te quieres reunir?
 
-No lo sé – dijo él encogiéndose de hombros
 
-Que tal esto  - comencé - ¿Vas a estar fuera de la ciudad en algún momento en las próximas semanas? ¿En algún momento antes de la fecha límite?
 
-Si – contestó inmediatamente – Iré de vuelta a América la próxima semana.
 
Tomé un gran respiro tratando de calmarme.
 
No creo que él entendiera que tan ridículamente molesto era tener una estrella pop como compañero.
 
-Bien – dije finalmente – Entonces tenemos que trabajar en algún momento ante de eso.
 
Él asintió.
 
-¿Qué vas a hacer esta noche? – pregunté
 
-¿Hoy de noche?  - preguntó
 
Asentí con mi cabeza
 
-Como, ¿más tarde esta noche? – preguntó para clarificar.
 
Asentí de vuelta.
 
Él se encogió de hombros – Nada
 
-¿Quieres trabajar en eso entonces? – pregunté, la menor huela de inquietud y terquedad en mi voz.
 
Realmente no quería estar alrededor de él, especialmente luego de toda la discusión en susurros que tuvimos en la habitación de Ed, pero si iba a salir de la ciudad nuevamente, quería asegurarme que tuviéramos el próximo paso listo, así no estaba atascada haciendo yo todo el trabajo nuevamente.
 
Harry asintió con su cabeza –Bien, como sea – contestó, claramente él estaba tan alegre de trabajar en ese proyecto conmigo hoy de noche tanto como yo lo estaba.
 
Lo que… en caso de que no lo hayan descubierto aún, eso significa para nada alegre.
 
-Ven a eso de las nueve o algo así – murmuró Harry
 
Suspiré – Bien… te veré entonces.
 
-Adiós – respondió
 
Sin decir nada, giré y me apuré hasta el ascensor, apretando el botón de bajar con más fuerza de la necesaria.
 
En serio me quería ir de allí.
 
********
 
 Harry Styles
 
-¿Mamá? Estoy en casa – dije, cerrando la puerta principal detrás de mí y trancándola.
 
-¡Hola amor! – la voz de mi madre llegó desde la cocina.
 
El olor de pollo al horno desfilaba por el aire y no pude evitar sonreír.
 
Repentinamente, me sentí mucho más hambriento que anteriormente.
 
Caminé hasta la entrada, dejando las llaves de mi auto en la mesa distraídamente.
 
-¿Cómo está Ed? – preguntó mi madre, sonando un poco nerviosa.
 
-Él está bien – contesté – Louis está con él ahora, tuvimos que intercambiar porque no dejan que más de una persona que no sea familiar directo esté en la habitación al mismo tiempo. Toda una mierda – murmuré
 
-El lenguaje, Harry – dijo Anne advirtiéndome
 
-Lo siento – dije, mirándola para disculparme
 
Fue ahí cuando noté a alguien más en la habitación. Frank Morris, un tipo de altura promedio, algo rechoncho con cabello castaño corto y de tez bronceada, estaba sentado en uno de los bancos de la isla en el centro de la cocina, mirando mientras Anne ponía pasta en un envase.
 
Inmediatamente hice un gesto de disgusto con mis labios y cerré mis puños con molestia.
 
Mierda, odio a Frank.
 
Literalmente, no puedo soportarlo. Él es honestamente el peor hombre con el que mi madre ha salido.
 
Y ella ha salido con mucha gente.
 
La mayoría de ellos han estado haciéndolo por la plata y las ventajas que vienen por tenerme a mi como un hijo, pero Frank es por lejos el más desagradable.
 
Él está solamente usándola.
 
Si solamente ella pudiera ver esto.
 
En ese momento, Frank me miró, dándome una sonrisa malvada –Hola, Harry – dijo pestañando, -Es bueno verte.
 
Bufé.
 
Deja de ser tan jodidamente falso, idiota. Ambos sabemos que no eres nada pero un sucio bastardo que no se merece tener a tan hermosa y espectacular mujer como mi madre.
 
Y ambos sabemos que nos odiamos mutuamente.
 
Así que, es mejor que dejes de actuar como si yo te cayera bien.
 
-Hola, Frank – murmuré entre dientes luego de un momento, cerrando mis puños con furia.
 
Si solo ese recipiente para colar la pasta que tiene mi madre en sus manos fuera un poco más grade y no fuera ilegal matar gente…
 
-No sabía que íbamos a tener visitas en la cena, mamá – dije, girando para darle a la espalda de Anne una mirada ligeramente irritada.
 
Anne me miró sobre su hombro. –Frank no es visitas, Harry, él es mi novio. Él puede venir a cenar con nosotros siempre que quiera.
 
Resistí la urgencia de poner mis ojos en blanco.
 
“Cenar”. Si… más como aferrarse a ese plan así puede hacer mucho más que encerrarse en su cuarto después.
 
…Ew. Acabo de tener una imagen muy desagradable y perturbadora en mi mente.
 
Va a tomar varios días curar eso. Genial.
 
Moví mi cabeza un poco y miré a mi madre.
 
-Él en realidad vino en el instante que escuchó acerca de Ed – continuó Anne tomando la pasta con una cuchara –Gracias a Dios que está bien, estaba terriblemente preocupada.
 
Di un pequeño sonido en acuerdo.
 
-Si, Frank es tan tierno, escuchó acera de Ed lastimándose e inmediatamente llegó – dijo Anne, mandándole a Frank una mirada de pura admiración. Él sonrió de vuelta
 
Resistí la urgencia de devolver todo lo que tenía en mi estómago.
 
-Él quería asegurarse de que Ed estaba bien, y también quería asegurarse de que tu estuvieras bien – Anne continuó, mandándome una mirada,
 
Mis cejas se alzaron -¿Se quería asegurar de que yo estaba bien? – repetí, mi voz con una gran cantidad de duda en lo que ella decía.
 
-Mhm – dijo Anne-
 
-Es así – dijo Frank, mandándome una sonrisa.
 
Podía ver perfectamente a través de ella, y la sonrisa esa malditamente falsa. Incluso más falsa que la de Barbie.
 
-¿Qué puedo decir? – dijo Frank, - me preocupo por ti.
 
Anne me dio una mirada que decía “¿Ves?”
 
-Si, ¿pero es por mi que se preocupa mamá, o por mi fama y dinero? – la miré.
 
Inmediatamente sentí a Frank ponerse incómodo.
 
-¡Harry! – dijo Anne, mandándome una mirada llena de reproche.
 
-¿Que? – dije – Solamente estoy diciendo las cosas como son.
 
-Harry, no estoy aquí por tu fama o tu dinero. Me preocupo por ti. – dijo Frank, encogiéndose de hombros y mandándome una sonrisa.
 
-Basura – murmuré
 
-Harry – dijo Anne advirtiéndome nuevamente, y mandándome una mirada.
 
Moví mi cabeza amargamente y quité mi mirada de la suya, bufando.
 
Frank de limitó a mirarme y un largo silencio continuó.
 
Anne dejó salir un suspiro –Siéntate, Harry – dijo, su voz baja – la cena está lista.
 
Lo admitiré, me sentía mal por que ahora estaba triste, pero estaba tan cansado de lidiar con estos perdedores con los que salía.
 
Y Frank era absolutamente en peor de todos ellos.
 
Entre gruñidos me senté en la mesa, frente a Frank y crucé mis brazos, esperando a que mi madre sirviera la comida.
 
Comí en silencio, escuchando a Anne y a Frank hacer una pequeña conversación, miré a mi reloj impacientemente, dándome cuanta que eran las ocho en punto.
 
Finalmente, luego de lo que pareció una eternidad, terminamos de comer y yo rápidamente ayudé a mi madre a limpiar.
 
-Bien, amor, necesito ir hasta la tienda rápidamente – anunció Anne, posicionando una de sus manos en mi brazo y dándome una mirada. Ella miró a Frank -¿Quieres venir, babe?
 
Sentí un escalofrío pasar por mi cuerpo
 
¿En serio ella acaba de llamarlo babe?
 
Dispárenme ahora.
 
-Uh, yo en realidad había pensado en quedarme y tener un poco de… tiempo de chicos con Harry – dijo Frank, dándole a Anne una sonrisa.
 
 …Um, ¿perdón?
 
-Oh, bien. – Contestó Anne, sonriéndole – Eso suena genial. Uh, entonces supongo que me iré, y los dejaré a ustedes dos solos.
 
Frank asintió.
 
Me limité a mandarle una mirada a mi madre con gran alarma.
 
¿Ella estaba malditamente jodiendo ahora verdad?
 
Ella me dio una mirada que claramente decía “Se bueno”
 
Puse mis ojos en blanco
 
-Probablemente no me quede mucho tiempo – dijo Frank, actuando como si no hubiera visto nada de esto – Solamente quiero pasar algo de tiempo con mi amigo – él coloco uno de sus brazos alrededor de mis hombros y me golpeó la espalda amistosamente.
 
Rápidamente quité su brazo, mandándole una mirada.
 
-Así que, um… probablemente no esté aquí cuando llegues – continuó Frank, mirando a Anne.
 
Anne le sonrió y asintió – Bien, lindo – se agachó y lo besó.
 
Fruncí mi nariz con disgusto, tomando un poco de mi agua así no tenía que mirar
 
-Te veré luego – dijo Anne. Se enderezó y me mandó una sonrisa, para luego agacharse y darme un beso en la mejilla –Te quiero – dijo
 
-También yo – contesté
 
Ella tomó su bolso y cartera del centro de mesa, anunciando que no tardaría más de una hora. Giró y tiró besos a ambos Frank y yo. –Adiós – dijo
 
-Adiós – dijimos en respuesta. Ambos sonriendo y saludando con la mano.
 
Ella saludó de vuelta, y giró para luego salir de la cocina.
 
Hubo un momento de silencio antes de que repentinamente la puerta principal se abriera. Ella dijo un último “Adiós” antes de caminar por la puerta y cerrarla.
 
Estuvimos un minuto sentados allí sin hablar, antes de que repentinamente, Frank girara en su asiento para mirarme.
 
Su sonrisa falsa se había desvanecido y había sido reemplazada por una mirada irritada.
 
Sintiendo su mirada, giré para mirarlo, eligiendo simplemente limitarme a eso, mirarlo.
 
-Bien, amigo – dijo Frank, todas las pistas de bondad se fueron inmediatamente. Frunció sus cejas hacia mí peligrosamente.
 
-Necesitamos tener una pequeña charla