Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

por **Andrea P. Jonas:)** Sáb 29 Jun 2013, 7:31 pm

Hoooolaaa chicas bellas ¿cómo están? :happuy: yo estoy muy bien :D muy contenta porque ya casi empieza un programa donde saldrá mi idola Demi Lovato :ilusion: y antes de perderme en eso les vengo a dejar sus caps de hoy, disfrutenlos :corre:

Capitulo 25

Mientras más se adentraban, todo se veía más como algo de la Tierra Antes del Tiempo para _______.
Algo creciendo sobre los troncos de los árboles los hacía parecer peludos, y espeluznantes, en la niebla. Las ardillas que atisbó no eran grises, sino rojas, y muchas de las hojas en los matorrales eran más grandes que ella.
Aunque la mayoría de los larguísimos y delgados árboles tenían las raíces fuera, encima del suelo, asemejándose a las venas que en realidad eran, el tronco del árbol ceiba era gigantesco, sus raíces eran tan altas y tan gruesas como su escritorio en Andoain...
—Agáchate. —MacRieve se extendió sobre ella con su machete para cortar una rama que sobresalía. Él prosiguió quitando más maleza, aunque los otros ya lo habían hecho delante de ella, hasta que tuvo el doble del espacio que necesitaba.
—¿Mis caderas son más anchas de lo que me imaginaba?
—No quiero un animal cerca de ti. Hay más peligro aquí del que te das cuenta.
En aquel momento, monos aulladores rugieron desde la canopia justo sobre ellos, asustándola.
—Tus caderas, que conste, son perfectas.
Ella experimentó una pequeña —en verdad insignificante—, emoción ante su elogio, así como un impulso de menear las caderas para él. Entonces despertó al infierno otra vez y se concentró en orientarse por la selva.
Había árboles caídos donde las corrientes erosionaban el suelo, así como en las áreas junto a los bancos de arena, los troncos estaban amontonados unos sobre otros, como troncos de Lincoln. La maleza oportunista crecía en donde caían los rayos del sol, una explosión de brotes en el suelo que eran exterminados a machetazos.
Gradualmente, ella y MacRieve se distanciaron de los demás, Rydstrom luchaba denodadamente con Tera justo detrás de él, Cade exploraba el sendero delante, y Tierney desaparecía repetidamente para buscar más alimento. Esto parecía satisfacer a MacRieve quien aprovechaba cada excusa para tocarla, secándole una gota de sudor de la mejilla o quitando una hoja de su pelo.
Incluso frente a otra pila de troncos, MacRieve simplemente la cargó y la llevó. Luego más tarde, lo hizo otra vez en un riachuelo, y una vez más ante un aparatoso montón de troncos. Sobre o bajo y a través de los bosques.
Por encima, por debajo, encima... debajo... En una ocasión, la sentó sobre un alto tronco, colocándolos cara a cara.
—¿Qué posibilidades tengo de robarte un beso ahora mismo? —Su blanca camisa estaba medio desabotonada y el sudor perlaba su fornido pecho. Después de la noche pasada, ella sabía cuan impresionante era todo su cuerpo, cada centímetro de este.
Aún así ella contestó:
—Absolutamente ninguna. No quiero que me beses.
—Creo que quieres un poco. —Él acarició un húmedo mechón sobre su frente, entonces suavemente retiró su mano justo antes de que ella pudiera apartarlo.
—Todo lo que quiero es llegar a casa, volver a mi vida libre-de-Lykaes. Ahora bájame.
—No lo haré. No sin un beso a cambio. —Él estaba más cerca como si ella fuera un asustadizo animal al cual no deseaba ahuyentar. Y aunque ella temía perder el tenue control de sus sobreestimulados sentidos, aún se sentía tentada a cerrar los ojos y aceptar sus labios sobre los suyos.
—Así, muchacha —dijo con voz ronca, ahuecándole cuidadosamente un lado de su cara con su mano grande.
En el último segundo, _______ metió la mano en su mochila y sacón de un tirón su manzana, colocándola entre ellos.
Nick abrió desmesuradamente los ojos para luego estrecharlos.
—No te atrevas —dijo él.
Así que, naturalmente, ella lo hizo. Una vez que ella dio un vigoroso mordisco, él parecía como si estuviera controlando un escalofrío y dejó caer la mano.
Mientras mascaba, ella dijo:
—Pero creía que deseabas que lo hiciera.
Rígidamente la bajó, se volteó alejándose de ella y continuó su marcha, dejándola sola mientras ella ponía los ojos en blanco ante el suculento mordisco. Era como si hubiera comido una súper manzana, más crujiente, más sabrosa y más jugosa que otra antes. Incluso se sintió con más energía. En cuanto terminó de devorarla, ansió otra y se preguntó cuándo podría reunirse con el reflejo otra vez.
Cuando tiró el corazón de la manzana, MacRieve miró hacia atrás echándole un vistazo. Un mechón de su grueso cabello negro caía sobre uno de sus ojos, lo que hizo que ella deseara suspirar. Lamentablemente, _______ realmente se encontró deseando que la besara. Después de todo, su atracción hacia él ardía tan caliente como siempre. Aunque MacRieve fuera insufriblemente atractivo, ella no iba a perdonar todas las cosas odiosas que había dicho anoche.
Sobre todo no porque él quitara algún follaje de su camino.
Él había admitido que estaría dispuesto a olvidarla, y regresar por alguna perfecta princesa fey. Si había una cosa que _______ no toleraba, era ser despreciada. Y que continuaran haciéndolo.
¿Y por qué debe afectarme? Se preguntó así misma por milésima vez.
Sus dos padres habían encontrado otras cosas que hacer en vez de criarla. No es que ella hubiera sido una hija demandante. Infiernos, si su padre no hubiera muerto podría haber vuelto en cualquier momento y ella hubiera perdonado el pasado. Podría haber aparecido en su quinceavo cumpleaños con algún regalo de ausente-papá-involuntario, como un juego de té o un horno de Barbie. _______ habría estado tan agradecida que habría soportado conseguir un manual para principiantes de cómo cocinar tortas con una bombilla.
Aunque no había regresado, no había preguntado por ella. Ni una vez. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Un día tenía un padre; al día siguiente no.
Pero la deserción de Jillian le había hecho más daño. Si las cosas hubieran sido nefastas entre _______ y ella, entonces su abandono no hubiera sino tan devastador. Sólo que la vida con ella había sido maravillosa.
Recordaba a su madre con los ojos vendados, riendo en la playa, los brazos abiertos, mientras intentaba atrapar a _______, quien chillaba riéndose.
—¿Dónde está mi pequeña bruja? —había gorjeado ella, con su pelo rojo brillando como fuego al sol. Cuando _______ había dejado que Jillian la atrapara, ella la había levantado meciéndola, y luego ambas se habían derrumbado en la arena entre risas.
Elianna le había explicado que sus padres eran, o habían sido, personas importantes, y que ellos tenían, o habían tenido, Cosas Importantes que hacer...
Acton, el primer amor de _______, también se deshizo de ella. Durante años, el joven demonio fue su novio. Le había hecho la corte cuando ambos tenían catorce años, la había tomado a los dieciséis, y luego ella lo había tomado a él en cada oportunidad que tuvo durante los siguientes tres años.
Había sido feliz con él hasta que la desechó por una alta y esbelta ninfa con una cascada de dorados mechones. Bien, técnicamente no la desechó. Porque los demonios de tormenta no tenían una única demonio predestinada, a menudo mantenían harenes, y él aún deseaba una relación con _______ así como con la ninfa. Era bastante malo, pero también estaba claro para _______ que habría formado parte del equipo B si se hubiera quedado en el juego.
Desde luego no lo hizo, pero perderlo había dolido mucho y por mucho tiempo. Fue su primer amor y romper con él casi la había matado.
Parecía que a _______ siempre la relegaban al equipo de B. ¿Era ese su destino?
Fulminó a MacRieve con la mirada. Apostaba diez a una que su princesa fey era rubia y alta.
Y si sencillamente el Lykae no prefería otra mujer sobre _______, era porque pensaba que era otra versión de ella.
Como si le estuviera leyendo la mente, MacRieve dijo:
—Sigo pensando en la pregunta que me hiciste anoche.
—Ah, yo también —dijo ella intencionalmente, su rabia ardía a fuego lento. El hombre lobo no tenía ni idea que caminaba alrededor de una trampa de resorte hambrienta por su pata.
—¿Y en qué estabas pensando, entonces?
—No, no, tú primero. —Cuando él vaciló, ella añadió—: Insisto.
—No creo que responda lo mismo —dijo él quedamente—. Mientras más estoy alrededor tuyo, más yo... mejor me pareces, incluso para ser una bruja.
Bien, Lykae, me derrites el corazón.
—Ahora dime lo que ibas a decir.
Ella encontró sus ojos.
—Pensaba que si no llegabas a una conclusión diferente, me obligarías a protegerme.
Él vaciló, claramente no era la respuesta que él había esperado.
—Es un simple tema de instinto de conservación, MacRieve. Si esa reencarnación posiblemente pudiera haber ocurrido, entonces no hay ninguna forma en que te permita volver y borrarme. Te destruiré a ti primero.
—¿Podrías hacerlo? No pudiste matarme ayer.
—No era tu intención borrarme ayer. —Ella lo miró amenazadora, sintiéndose muy brujeril—. Además, ya había matado mi cuota del día.

por **Andrea P. Jonas:)** Sáb 29 Jun 2013, 7:35 pm

Capitulo 26

—Siempre me he preguntado que pasa detrás de las puertas de los aquelarres —dijo Cade a _______ cuando regresó del reconocimiento de varios kilómetros adelante.
—Yo realmente no puedo hablar por todos los aquelarres, pero el mío no vale mucho. Mucho vicio de telenovelas e internet. —Se suponía que ellas las dirigía a la grandeza, pero a _______ también le gustaban las telenovelas—. ¿Te has imaginado a un montón de viejas mujeres cacareando sobre un caldero?
Él levantó las cejas.
—Sí.
—Si alguien comentara lo del caldero, nos reiríamos divertidas y nos burlaríamos de ellos por ser de la “vieja escuela” durante meses. Y raramente se ven ancianas encanecidas porque la mayoría de las brujas utilizan encantamientos de algún tipo.
Ella advirtió que MacRieve parecía estar escuchando atentamente. Incluso Rydstrom y los arqueros parecían interesados en este tema.
—¿Realmente cantan hechizos y hacen sacrificios de sangre? —preguntó Cade.
—Cantamos hechizos cuando son nuevos, pero llegan a ser rápidamente segundas naturalezas. Es como que tú no te dirías a ti mismo “voy a la cocina, y allí herviré agua para el té”. Tu solo lo haces. Pero si fuera la primera vez que has andado en una cocina o tomado té, quizás te hablarías mientras lo haces.
—¿Y los sacrificios de sangre? —incitó MacRieve.
_______ miró alrededor a todos.
—¿Ustedes chicos realmente quieren que hable de la brujería?
—Sí —dijo Cade apresuradamente, justo mientras MacRieve graznaba:
—Aye.
MacRieve, en particular, parecía absorbido por todo lo que ella estaba explicando. ¿Podía fingir realmente un interés como este?
—Bien, algunas brujas todavía hacen la cosa de la sangre. Pero en nuestro aquelarre, nosotros lo miramos como esto; abandonar lo que es apreciado y personal es un sacrificio. En los viejos tiempos era un cordero o un pollo porque abandonar alimento sería un gran sacrificio. Pero ahora... si quisiera llamar al altar de Hekate, yo podría abandonar mi iPod y sentir el aguijón.
—¿Qué estabas esperando hacer? —preguntó Tera.
—No tengo la menor idea —contestó—. Nadie la tiene, no hay nada más que especulación.
—Quizá se suponía que tenías que destruir esa tumba.
MacRieve dio una risa sin sentido del humor.
—¿Piensas que eso es todo lo que la bruja tiene en ella? No estuviste al final de la recepción de sus poderes como estuve yo.
_______ estaba asustada, había estado pensando la misma cosa. No había querido golpear el punto culminante de su vida a los veintitrés.
—¿Qué enemigos tienen las brujas que tú podrías vencer? —preguntó Tierney, arrancando la carne de un coco abierto. ¿Exactamente cuán lejos había corrido él hacia la costa para alcanzar una palmera?
Ella contestó:
—Hay algunos magos que se han convertido en renegados, un brujo que quiere asesinar a brujas embarazadas...
—Si tú vas a ser la bruja más grande —interrumpió MacRieve—, entonces has sido puesta aquí para luchar contra el mal más grande. El destino no dispara sus balas por nada.
—Eso no es posible —dijo ella—. Ningún mortal ni ningún inmortal puede derrotar a nuestro mayor enemigo.
—¿Por qué no?
—Porque ella es una diosa. —_______ bebió con ganas el agua procesada, luego se enjuagó la boca en el hombro—. O lo era. Su nombre es Häxa, la Reina de las Caras Falsas.
—¿Cuál es su daño? —preguntó Tera.
—Otra vez, ¿quieren realmente oír esto?
El "Aye" de MacRieve apagó el “Sí” de Cade.
—Bien, entonces —dijo lentamente—. En el principio del Wiccae, había tres brujas diosas, hermanas. Hela era todo bueno, Häxa era todo malo, y Hekate era ambos.
—¿Pero dijiste que tu veneras a Hekate, verdad? —dijo Tierney, mientras masticaba—. Eso significa que veneras a una diosa que era parte malvada.
—Ella era un equilibrio del bien y del mal. Creemos que todo es un equilibrio. Todo bueno es malo. El universo no puede manejar toda la creación sin destrucción.
—Todo sol hace un desierto —ofreció Cade, y cuando ella sonrió y dijo “Exactamente" MacRieve le disparo a Cade una mirada mortal.
—Cuando Häxa siguió creciendo más fuerte, Hekate y Hela ataron sus poderes —haciéndola inmortal en vez de diosa.
—¿Por qué no solo la mataron? —preguntó MacRieve. Naturalmente, ese sería su primer instinto.
—No pueden. Las tres son brujas en el alma, y es imposible que una de nuestra clase mate a un miembro de su propia familia. Y otros han fallado en eliminarla porque Häxa es todavía muy poderosa; se alimenta de la miseria, sembrándola en otros, luego cosechándola. Se rumoreaba incluso que mantenía seres vivos en su guarida, congelados en angustia eterna, alimentándose de su miseria para siempre.
—¿A qué se parece ella? —preguntó MacRieve rápidamente.
—Puede asumir la forma de cualquier cosa o de cualquiera, vivo o muerto. Nadie conoce su verdadera cara. Ella podría ser cualquiera de nosotros... —_______ hizo su voz teatralmente siniestra—, y nosotros nunca lo sabríamos.
—¿Cómo escoge ella a sus víctimas? —preguntó MacRieve impacientemente.
—No hay pauta discernible. Golpeará contra un déspota tan fácilmente como contra una granjera inocente.
MacRieve pareció reflexionar esta respuesta durante largos momentos, luego dijo:
—¿Es verdad que las brujas no curan a otros sin pago?
Debería haber sabido que MacRieve cortaría directamente al corazón del por qué las brujas nunca podrían ganar el respeto de las otras razas del Lore. Tragó, entonces admitió:
—En su mayor parte, es... verdad. —Como se esperaba, todos se quedaron silenciosos—. Pero tienes que comprender por qué.
MacRieve levantó las cejas como si no pudiera esperar a oír eso.
—Hace mil años, las brujas se dieron libremente, una y otra vez, pero al final siempre éramos perseguidas por ello. Mis antepasados concluyeron que nuestra clase necesitaba la protección y la influencia que el dinero podía comprar. La última línea es que las brujas que viven en mansiones y tienen la oreja de reyes no son quemadas hasta la muerte tan a menudo como las que viven en casuchas en la orilla del bosque.
La expresión de MacRieve era inescrutable, y ella no podía conseguir la sensación de lo que los otros estaban pensando tampoco. ¿Debería tratar de convencerlos de la situación apremiante de las brujas? ¿Indicar que ninguna otra facción en el Lore era perseguida como ellas habían sido?
La oportunidad se perdió cuando la maleza se espesó otra vez. La conversación llegó a ser difícil, lo que la dejaba libre para experimentar más con el espejo.
Abrió la polvera en el bolsillo de sus pantalones anchos. Solamente tocando el vidrio parecía darle concentración. _______ había aprendido hacía mucho todos los hechizos que esperaban de ella pero nunca había podido utilizarlos. ¿Podría ahora, con la ayuda de un instrumento para enfocarlos?
Cuando frotó lentamente el pulgar en círculos en el vidrio, la magia se alzó en su mano, pero ahora se sentía centrada, concentrada. El espejo hacía de hecho de conducto de sus poderes, dirigiéndolos, casi como un cable de toma de tierra para la electricidad.
Mientras disfrutaba de este vertiginoso control, decidió probar unos pocos hechizos en el hombre lobo —porque sería una buena práctica, y buena práctica significaba diversión para ella.
Hizo que una raíz subiera directamente delante de los pies. Cuándo él tropezó, ella curvó los labios, mordiéndose una risa.
Magia... bien.
Durante la siguiente hora, siempre que las botas se desataban a tiempo para que los cordones reunieran hormigas bala, o las ramas lo golpeaban a través de la cara, o apenas esquivaba excrementos de pájaro y mono, él siempre la miraba con ojos entrecerrados de sospecha. Ella le echaba un vistazo casual con una expresión de “¿Qué...?”
Pero él no había dicho nada, y en cuanto a ella, bien, podría hacer esto todo el día...
Con el rabillo del ojo divisó un movimiento. Lo qué parecía una vid de repente se desenrolló del suelo y voló hacia ella. Con un chillido, intentó un pulso de energía para desviarla. Pero MacRieve ya había agarrado a la serpiente; su magia le agarró y lo envió volando, su cuerpo chocó contra la maleza, tirando los árboles en su camino.
Después de que aterrizar a treinta metros y tirando enojadamente a la serpiente, se puso de pie cargando hacia ella, los ojos azules helados con furia.
—¡Maldición, bruja, otra vez no!

por **Andrea P. Jonas:)** Sáb 29 Jun 2013, 7:41 pm

Capitulo 27

—¡Fue un accidente! —gritó la bruja, y quizás era verdad, pero Nick estaba más allá de que le importara.
—Toda la mañana has jugado conmigo, ¿verdad? —La acechó, permitiéndole ver un buen vislumbre de la bestia interior.
Después de tragar fuertemente y retroceder varios pasos, ella pareció forzarse a mantenerse firme.
Nick se quedó sin habla de que no se encogiera. Vampiros endurecidos en la batalla retrocedían ante la cara de la forma de lobo de un Lykae, pero ella había plantado las botas, y no se había movido.
Levantó incluso el mentón.
Cade había comenzado a apresurarse hacia abajo del terraplén como para protegerla. La idea hizo que Nick retrajera los labios de sus colmillos. Pensando sin duda que su renovada furia era para ella, empujó la magia a sus manos.
Levantando ambos palmas resplandecientes, ella lo atrajo meneando los dedos.
—Vamos, entonces. Iré a por otra serie. Aunque por ahora incluso una ameba habría aprendido a no joderme.
Todos se quedaron inmóviles, silenciosos. Entonces Cade comenzó a bajar a por ella, redoblando su velocidad.
—No, Cade, lo tengo —dijo uniformemente, sin apartar nunca la mirada de Nick.
Mientras tanto, Nick había echado sutilmente la cabeza atrás, sintiéndose como si acabara de haber sido presentado a una especie de criatura que nunca había visto. Entonces captó la mirada de diversión de Rydstrom —el demonio adoraba obviamente esto— y él se encontró... sonriendo.
—La gatita es rápida en sacar las garras, ¿verdad?
Rydstrom sacudió con pesar la cabeza hacia Nick, como si lamentara su fallecimiento inevitable e inminente, entonces todos, inclusive un reacio Cade, se movieron otra vez.
Mientras Nick pasaba a _______, se inclinó más cerca. Sin molestarse en ocultar su sorpresa, le murmuró a ella:
—Y maldición si ella no me las ha hundido.
La mirada de los ojos grises era recelosa. Él notó que ella mantenía las palmas encendidas durante un tiempo después de que continuaran.
Aún después de esa exposición patente de magia, se sentía tan orgulloso de que ella hubiera mantenido su terreno que quería pararse y señalarla como su hembra. Esta es mi muchacha. Mía. Pero el corazón también tronaba porque se daba cuenta de que en el calor de la luna llena, cuando se convirtiera completamente, quizás no huyera de él. Todavía pensaba escaparse de ella esta luna llena, pero para el futuro...
La excitación ardía dentro de él, y se encontró cercándola y diciéndole:
—Eres hermosa cuando estás a punto de golpear.
—Tú lo sabrías.
—Ven, entonces, enfunda las garras, gatita. Y seremos amigos una vez más.
—¡No éramos amigos para empezar!
—Te estás calentando por mí. Puedo decirlo.
—Verdad. Tiro a los tipos en los que las clavo. ¡Y no te atrevas a llamarme gatita otra vez!
—Pareces una con las orejas pequeñitas y puntiagudas.
—¿Has terminado?
—No puedo decirlo. —Se calló un momento, luego agregó—: Creo que eres una de las muchachas más valientes que jamás he visto. Aunque no me importa que uses tu magia contra mi tan fácilmente. ¿Disfrutas de ello?
Ella pareció reflexionar por un momento, entonces levantó las cejas.
—Lo hago. Además, pienso que necesitas que alguien te amenace de vez en cuando. Para recordar al gran y poderoso Lykae que no eres tan imbatible.
—Sí, lo soy. —Le agarró la mano en la suya—. Te apuntas.
Ella se soltó.
—No hago trabajos de temporero. Y eso es todo lo que ofreces.
Realmente, él había estado reevaluando esa postura toda la mañana...
En el camino, ella nunca se había quejado, ni una sola vez, ni les había pedido que fueran más despacio, aunque podía ver que se estaba esforzando mucho por mantenerse al ritmo de los inmortales inagotables. Ella obviamente apreciaba que estas personas la ayudaran cuando no tenían porque hacerlo.
Además de tener un corazón bravo, hacía amigos con facilidad, con fuertes lazos. Y parecía mirar con asombro y curiosidad. Había advertido que ella desearía parar varias veces para investigar alguna que otra vista intrigante. Había sido solo dos veces, sin ninguna prisa, que la había seguido pacientemente mientras ella exploraba. Sabía que algunos de sus asombros eran debidos a su joven edad, pero creía que ella nunca los perdería completamente.
Hoy había aprendido que no ofrecía sacrificios de sangre en un altar —siempre un detalle gratificante que aprender acerca de una potencial compañera.
Por no mencionar que la bruja parecía como si hubiera sido arrancada de la mayoría de sus fantasías febriles sobre una mujer. Infierno, ella era un despertar de un sueño mojado.
Como si ilustrara sus pensamientos en ese momento, ella se detuvo para apartarse el pelo y masajearse el cuello. Cada vez que hacia esto, él se tensaba de antemano, frotando la palma sobre la boca, sabiendo que estaba a punto de levantar su camisa para enjuagarse el sudor de la frente. Una vez más lo hizo, mostrándole la delicada marca de su espalda. Justo debajo de ella, divisó el borde de sus bragas negras de seda, las cuales eran lo bastante visibles para que supiera que llevaba tanga, incluso si él no la hubiera escogido esta mañana.
Y con esa insinuación excitante a la vista vino una comprensión inoportuna. Él iba a atravesar el país de Guatemala con una furiosa erección todo el camino.
A menos que pudiera conseguir que ella lo aliviara.
Cuándo empezaron a ascender una zona especialmente escarpada, y ella pareció estar desfalleciendo, él decidió ahuecarle el trasero y levantarla. Justo mientras se estiraba hacia ella, ésta dijo:
—Una buena manera de perder una pata, MacRieve.
Él sonrió.
—Lo he hecho y no lo recomiendo.
—Entonces trata de mantenerlas para ti mismo.
Una vez que llegaron arriba, encontraron un pintoresco cañón. Un río lento desembocaba en unas cascadas sobre unas terrazas de piedra caliza. El agua era azul y limpia.
_______ jadeó ante la vista, luego se giró hacia Rydstrom.
—¿Podemos parar aquí?
Él sacudió la cabeza.
—Necesitamos seguir. Todavía tienes que hacer esa llamada a tiempo.
Ella parecía tan alicaída, echando una mirada a la oscura selva por donde habían emergido, que Nick se encontró diciéndole a Rydstrom:
—Necesito hervir agua para ella para el resto del día de todos modos. —Inspeccionó el área pero no encontró madera seca, ni suelo seco en cuanto a eso. Tendría que volver abajo al bosque. Escudriñó hacia Cade, y cuando Nick no lo olfateó ni lo vio a él ni a Tierney, dijo a _______—: Tienes tanto tiempo aquí como el que me tome prepararte el agua.
Ella sonrió brillantemente —la primera sonrisa verdadera que le había lanzado jamás.
Oh, maldita sea. Tenía una sonrisa encantadora. Sí, ninguna mierda.
Entonces ella se precipitó a la orilla del agua, levantando la cara al sol. Durante tres semanas no había sentido esa luz. A causa de él. Tratando de sacudirse su lamento, él se acercó a Tera.
—Voy a secar suelo para hacer un fuego, y... te pediría que mantengas un ojo en _______.
—Lo haré, pero no como un favor a ti —contestó Tera secamente. Nick había advertido que los arqueros no estaban tan coléricos con él desde que habían oído que no había querido atraparlos tanto tiempo. Pero no estaban ansiosos de ser compañeros de un Lykae tampoco.
Él dejó caer su mochila.
—Su toalla y pertenencias están ahí adentro por si necesita algo. —Entonces bajó su voz—. Pero no permitas que la bruja vaya a ningún sitio más. Tenla en el agua. Y no la dejes tocar nada. Probablemente se pondrá curiosa acerca de algo y se alejara, así que no apartes tus ojos...
—¡Lykae, basta! No permitiré que muera durante el tiempo que lleva hervir agua, ¿bien?

_______ casi tembló por el entusiasmo. Este lugar era... el Edén.
Flores tan grandes como platos tomaban el sol. Los pétalos escarlata y amarillos eran tan brillantes y perfectos, que parecían falsos. Las piscinas poco profundas caían en cascadas suavemente hacia abajo, una tras otra. El agua era turquesa, y cada cuenca estaba rodeada por helechos o tenía islas de flores salpicándola.
Se preguntó si alguien alguna vez había esperado un oasis —no desde el sol, sino del sol— y entonces fue recompensado así.
Después de que MacRieve y Rydstrom hubieran comenzado a hacer un fuego, ella y Tera habían abierto la mochila, Tera por jabón y champú y para un cambio de ropa, prestada y _______ por su traje de baño.
Poco antes de tumbarse con su traje —un bikini negro de tiras— tuvo un momento de inusitada duda. Aparte de MacRieve, nadie la había visto vestida con tan poco en años. Los triángulos de arriba eran estrechos, y aunque la parte de atrás no era exactamente una tira, estaba cerca.
Y ella no era exactamente esbelta.
Antes, nunca se había avergonzado de las curvas por las que la mayoría de las mujeres aspirarían con el aeróbic. Había hecho un trato con ella misma en su último año del instituto. Haría dieta en el minuto en que su cuerpo vestido con bikini fallara en agitar los calzones de por lo menos uno de los tipos calientes en la playa.
Si todo va bien...
Cuándo el sol la atrajo, recordó la reacción de MacRieve al espiarla desnuda y quitándose la toalla.
Ahora mientras Tera envolvía su pelo en acondicionador, _______ deshizo la trenza de su propio pelo, escuchó su iPod, y disfrutó de los rayos. En este lugar, la perspectiva entera desde la mañana cambió.
Todavía no podía creer que hubiera estado tan preocupada por la predicción. ¿Intentará guardarla bajo llave? ¡Nada la podría retener! Ni un guerrero inmortal ni una tumba de íncubos.
Aquí estaba libre, cuando había pensado que moriría en ese lugar. Pronto vería a sus amigas otra vez. Cantaría más karaoke realmente malo con Regin y Carrow en el Cat’s Meow y lo haría sin su capa. El karaoke anónimo y encubierto ya no tenía la misma emoción.
Y en este viaje, había logrado algo monumental eliminando a los íncubos. Quizás no había ganado, ni siquiera finalizado el Hie, pero cuando volviera a Nueva Orleans no andaría, se pavonearía.
¿Todos habían estado aguardando? Bien, _______ había aniquilado a una fuente de mal de mil años. ¡Booo para el captromancer!
Nadie jamás podría quitarle eso. Había destruido a un antiguo mal; su pesar para la inacabada clase Cívico 101 que no tenía la misma mordedura.
Entonces, lo mejor de todo era este escenario, le habían pagado por ello. Muchas facciones en el Lore compartían propiedad colectiva, pero las brujas eran al contrario —todo en los aquelarres era propiedad privada. "Compartir las cosas" quizás sea el lema de las Valquirias, pero el de las brujas era "Lo mío es mío". Se esperaba que _______ llevara su propio peso.
Ahora lo hacia en oro.
Era oficialmente una mercenaria mística, por fin una asalariada en casa. Más temprano, había reexaminado la mochila de MacRieve para asegurarse de que el tocado estaba dentro, y había fruncido el entrecejo al ver que él lo había envuelto con cuidado en una toalla, como si lo mantuviera protegido para ella...
Aunque MacRieve continuó irritándola, confundiéndola y frustrándola, no era menos cierto que él era uno de los machos más magníficos e irresistibles que jamás había visto —y él no podía mantener sus patas lejos de ella.
Toda la mañana había sido invitada a ver un surtido de cuatro machos, y todavía, si fantaseaba acerca de hacer el amor, era la cara de MacRieve la que veía encima de ella. Anoche, había conseguido un vislumbre de cómo sería él como amante.
Sería salvaje.
Para _______, hacer el amor con Acton siempre había sido agradable, pero no del tipo de que se moviera la tierra. El nunca se había vuelto loco de deseo por ella, nunca la había tomado con una lujuria furiosa. Había estado contenta con él, y sabía que las relaciones sexuales nunca eran perfectas, pero había anhelado intensidad.
¿Sería MacRieve demasiado intenso? Los machos inmortales eran conocidos por ser amantes implacables, pero los Lykae se suponían que mordían y arañaban también. Y MacRieve era inmenso... en todos los aspectos.
¿Por qué estoy siquiera pensando en esto...?
Ella no había advertido con qué frecuencia lo había estado mirando furtivamente hasta que él no estuvo disponible para sus propósitos de verlo. ¿Cuánto más tiempo estarían él y Rydstrom?
Los machos grandes hablaban entre ellos. Ella mataría por poder escuchar su conversación
Espera... Desenchufó sus auriculares y se estiró hacia la polvera, abriéndola.
No solo para oírlo... sino para ver.

por **Andrea P. Jonas:)** Sáb 29 Jun 2013, 7:47 pm

Capitulo 28 (cap de hoy)

—¿Ningún progreso con ella, entonces? —preguntó Rydstrom mientras se sentaba en una roca afilando su espada.
Nick anduvo al lado de su fuego débilmente creciente.
—Nada de nada, aparentemente.
—La noche de luna llena es mañana.
—Dime algo que no sepa. —Nick estaba nervioso por proteger a la bruja, por tratar de mantener las manos lejos de ella, por reflexionar qué demonios era ella para él. Y siempre la sombra de la luna creciente obsesionándole.
Más aún mientras se preocupaba por la seguridad de Mariketa, reconocía que ella estaba demasiado llena de vida para hundirse fácilmente. La bruja era una luchadora.
Desafortunadamente, él se había asegurado de que lo viera como el enemigo.
—Me pregunto por qué permitiste compañía en este viaje —dijo Rydstrom—. No soy solo una espada extra, ¿verdad?
Nick sacudió la cabeza.
—Si no conseguimos sacarla de aquí a tiempo, tienes que mantenerla lejos de mí. No habré tenido tiempo para ganarme su confianza ni prepararla.
—¿Crees que huiría de ti?
—No puedo arriesgarme...
Se inmovilizó cuando una extraña brisa sopló, sintiendo frío, aún aquí en la selva. El y Rydstrom miraron alrededor. Nick tuvo la extraña impresión repentina de que les miraban.
—¿Ves algo aquí que yo no? —preguntó Rydstrom.
—No. Y olfatearía a cualquiera que se acercara. —Sacudiéndose la sensación, volvió a andar, considerando cual debería ser su sendero. ¿Cuál es mi próximo movimiento con ella.
Desafiar y matar a Cade.
Por supuesto.
—Para de pensar en ello —dijo Rydstrom—. No permitiré que mates a Cade, así que apártalo de tus pensamientos.
Nick entrecerró los ojos.
—Pensé que tu habilidad de leer la mente había sido atada junto con la de trazarte.
—No tienes que ser un lector de la mente en este caso. Solo para que lo sepas, si alguien va a matar a mi hermano, seré yo. Además, no sólo tienes a Cade por quien preocuparte.
—¿Qué significa eso?
—_______ se convertirá pronto —dijo Rydstrom.
—¿Y?
—Y, ella está definitivamente lista para un compañero. —Rydstrom se restregó el mentón—. Nunca he visto a una hembra tan preparada.
—¡No hables así de ella!
Se encogió de hombros.
—Deberías haber oído a Tierney. He estado cerca de ella durante tres semanas, se está volviendo más fuerte cada día. Si la llevas de vuelta a la civilización sin algún vínculo entre ustedes... otros machos intentarán robártela.
—¿Un vínculo? No lo veo próximamente. Me desprecia. —Nick se hundió en un tocón—. Yo solía tenerlo tan fácil con las hembras. —No tenía experiencia con esto. Durante un milenio, con un gesto del dedo había tenido a quien había querido. Ahora sinceramente tenía que preguntarse si podría convencer a _______.
—Hay una agradable clase de ironía que realmente desees a una bruja, y ella no te desee.
—¿Disfrutando de esto, verdad? Ella dijo que no somos compatibles, o alguna clase de mierda. —Frunció el entrecejo—. ¿Sabes qué es un jangle pop? —Cuando Rydstrom sacudió la cabeza, Nick continuó—: Y me preguntó si volvería por Mariah.
—Perspicaz pregunta.
—¿De qué maldito lado estás tú? —preguntó Nick, pero Rydstrom solamente alzó los hombros—. Como me preguntó yo le dije que... lo haría.
—Desacertado, escocés.
—Esa es la manera en que me sentía en aquel momento. ¿Debería haberle mentido?
—¿En aquel momento? Doce horas más tarde, y ¿es diferente? ¿No te dije que tomaras una decisión y aguantaras?
—No es fácil. Cada vez que me doy cuenta de cuánto deseo a la bruja, continúo sintiéndome desleal. Y no quiero que _______ piense que soy desleal, pero entonces no se realmente si ella es verdaderamente Mariah. —Se pasó los dedos por el pelo—. Uno podría volverse loco pensando en todo esto.
—Solo razona. ¿Cuáles son los pros y los contras con ella?
—¡Razona! Siempre con tu maldita razón. ¿Sabes lo que voy a disfrutar? Cuándo te encuentres con tu demonio y ella te sacuda como el infierno tu comportamiento imperturbable. Me reiré cuando te enfurezcas, los cuernos brillando justo cada vez que ella se pasee.
—Anotado. Ahora, empieza con los pros.
—Muy bien. Es lista, valiente, y, por todos los dioses, ella ha sido agraciada en la forma. Y no voy a disculparme por ser un macho típico, deseo a la hembra más sexy en la que he posado alguna vez mis ojos para que sea mía. Admitiré que la deseo en mis brazos y en mi cama. Y quiero ser pagado de sí mismo teniéndola deseándome también.
—Los contras...
—Ahora mismo la brujería. ¿No estarías un poco nervioso si tu hembra pudiera soltar la fuerza de una bomba atómica siempre que se molestara contigo?
Rydstrom asintió en conmiseración, entonces dijo:
—Quita el hecho de que es una bruja...
—Quitaré ese hecho —interrumpió Nick—. Practicar brujería es voluntario. Podría ver que ella nunca...
De repente, una abeja le picó.
—Maldita sea —murmuró, golpeándola, luego continuó—, si la arrebato de su aquelarre y la sumerjo con los Lykae...
Otra picadura.
—¡Hija de puta!
Cuándo la extraña brisa sopló una vez más, Nick entrecerró los ojos.
—La bruja. —Miró al cielo y por todas partes—. ¡Jugando conmigo otra vez! La pondré sobre mi rodilla por esto.

Cuándo _______ vio que Cade y Tierney regresaban, cerró apresuradamente el espejo y lo devolvió al bolsillo. Más aún ahora, todavía se tambaleaba por todo lo que MacRieve había dicho... y, naturalmente, se moría por picarlo más.
No sabía que había lanzado su peor parte, que él hubiera pensado tan fácilmente quitarle su magia, o que hubiera dicho que era la hembra más sexy que jamás había visto. La más sexy significaba más sexy que incluso su perfecta compañera...
—Sobreviviste a anoche, veo —dijo Cade mientras tomaba un lugar próximo a ella en la piedra.
—Estuve a punto de morir de irritación, pero eso es todo lo que encaré.
Se quitó la camisa empapada en sudor.
—Tengo que admitir que pensé que las cosas serían diferentes. —Ante las cejas levantadas de ella, él dijo—: Nick solía tener mucho éxito con las mujeres. O con “muchachas”, como las llamaba entonces. Una nueva cada noche.
¿Muchachas?
—¿Ah sí? —No estaba celosa. Nada en absoluto—. Rydstrom parece ser amigo de él, pero tú no. ¿Por qué eso?
—Luchamos por una hembra, por supuesto.
Quizá un tinte de celos. Ningún macho había luchado jamás por ella.
—¿Qué sucedió?
—Él sabía que ella no era su compañera, pero todavía podría haber sido mía. La tomó para fastidiarme. Después de él, ella no tuvo tiempo para un demonio mercenario, aunque él nunca la vio otra vez.
—¿Soy yo un intento de devolvérselo?
Cade se pasó la mano sobre uno de sus cuernos.
—Quizá. ¿Te ofende eso?
—No, porque yo quizás te esté utilizando para ponerlo celoso.
—¿Porque lo deseas?
—No, porque él me desea —ella sonrió dulcemente—, y quiero herirle.
—MacRieve está caducado hace mucho para alguien como tú.
—Hago cuanto puedo. —Se metió el pelo detrás de la oreja—. Cade, me preguntaba acerca de algo. Rydstrom me dijo que ustedes dos no crecieron en la misma casa.
—Fui enviado a criarme fuera. Raramente veía a mi familia, pero es la costumbre.
—Oh, eso debe haber sido atroz.
—Realmente, fue genial. Nunca quise volver... incluso me negué cuando Rydstrom me convocó para gobernar mientras él entraba en la guerra. El me culpa, sabes, de perder su corona. Dijo que si yo hubiera estado allí mientras él estaba lejos de su reino durante tanto tiempo, todavía la tendría. Infierno, él me culpa de todos sus problemas.
—Los oí discutir acerca de ello en la tumba. ¿Deseas haber regresado ahora?
Asintió lentamente.
—En cada hora. —Después de mirar alrededor, se inclinó más cerca para murmurar—: _______, yo no habría dicho esto delante de los otros, porque mi reputación como un frío, bastardo egoísta y de poca confianza me conviene, pero tú suenas como si tuvieras un destino para cumplir. Si le das la espalda a tu destino, quizá para ser la intimidante compañera y mujer de un Lykae, el Destino no te olvidará... —Su expresión se hizo seria—. Te castigará, una y otra vez...
Un repentino rugido sonó detrás de ella. Por el rabillo del ojo, vio un puño inmenso balanceándose hacia Cade.
Era MacRieve. Con una rabia mortal.

¡Listo! me voy a ver a Demi :ilusion: oohh por cierto mañana ya es el cap normal del día :3 y dejenme decirles que es un cap... que esta pero si bien... bonito :maloso: ya lo leeran mañana adiooss :corre:

por **Mire** Sáb 29 Jun 2013, 10:20 pm

Ohh, amo la novela
Me encanta como rayis hace sufrir a Nick con sus brujerías
Esa pareja es tan dispareja, pero me fascinan
Ya muero por leer el próximo capítulo (:

por **chelis** Dom 30 Jun 2013, 9:39 am

Aaaaaaaahhh!!!!!..... Me encanta esta nove!!!!!!... Y esos dos se acabaran matando sino se calman!!!!!!!..... Aaaaahhh!!!!... Sigue porfiiiiiiiiisss

por **Andrea P. Jonas:)** Dom 30 Jun 2013, 7:20 pm

[

Hooolaaaa :D ¿cómo están? espero que estén muy bien :) solo paso a dejarles el cap de hoy espero que les guste

Capitulo 29

_______ oyó el crujir de un hueso justo antes de que Cade volara sobre las rocas, aterrizando en la maleza.
Ella creía que se había roto la clavícula, pero aún tambaleándose se ponía de pie para afrontar a MacRieve.
Mientras Cade gruñía, sus ojos y cuernos se volvieron negros. Los colmillos y garras de MacRieve se alargaron, pero ninguno se convirtió completamente a su forma bestial o demoníaca, ambos se encontraban muy cerca del límite.
Cuando _______ inestablemente se puso de pie, Tierney dijo detrás de ella:
—Ni siquiera se te ocurra colocarte entre ellos. —¿Estaba comiendo en una ocasión como esta?
Sin apartar la mirada de ellos dos, dijo:
—¡Pero se matarán!
—Un solo puñetazo perdido, y estarás muerta.
Al ver la lucha, _______, realmente comenzó a creerlo. Los dos se rodeaban, buscando debilidades en el otro, arremetiendo a intervalos con puños semejantes a yunques. Ella se encontraba estremeciéndose cada vez que se rompían la cara.
Semejantes a disparos, cargaban sus pesados e irrebatibles pasos contra el frágil suelo de caliza. En un enredo de puños y garras chocaban contra los árboles, devastando los duros troncos con el impacto.
MacRieve realizó otra furiosa carga, saliendo disparado contra el demonio, haciéndolos caer por la fuerza del impacto. Golpearon ruidosamente en una vertiente rocosa pulverizando la capa externa, luego una nube de polvo se levantó, ambos rodaron por el borde de una terraza, cayendo a las aguas de una charca próxima.
Parecía que Cade sacaba ventaja al aterrizar sobre MacRieve, pero esto no duro mucho.
Empujando a Cade, MacRieve le cogió la garganta con una mano; con la otra, lo acuchilló con destellantes garras, rasgando el torso de Cade. La sangre de ambos chorreaba, dispersándose en el agua clara.
MacRieve luchaba con tal burbujeante ferocidad como lo hizo en la noche de la asamblea, podría admirarlo durante horas...
Sin advertencia, Rydstrom se abalanzó en el medio, lanzando puñetazos y codazos. Una vez que por fin pudo separarlos, los tres estaban sin aliento y sangraban profusamente.
MacRieve giró la cabeza, escupió sangre, luego gruñó:
—La bruja es mía. —Antes de que ella pudiera reaccionar, él saltó sobre las rocas hasta donde estaba de pie. La atrajo hacía sí, posando su maciza mano sobre la nuca de ella. Sus labios se habían retraídos por sus colmillos.
Cade rechinó sus dientes en respuesta.
—Acércate a lo que es mío otra vez, y te destruiré. —Al decir eso él sencillamente la alzó sobre su hombro y comenzó a cruzar las charcas hasta el otro lado de la selva.
Ella aporreó sus puños sobre su espalda y dio patadas para ser liberada.
—¿Qué diablos estás haciendo?
—Aye, retuércete. Si alguien es lo bastante tonto para seguirme, la vista de esto con toda seguridad los detendrá en el acto.
Recordado que su trasero apenas vestido sobresalía a la vista de todos, ella paró de luchar.
—¿A dónde me llevas? —exigió.
—A un sitio privado. —Saltó sobre todo un ramal del río, haciéndola jadear, para luego añadir—: Tenemos asuntos que aclarar entre nosotros.
Momentos más tarde, ella dio unos gritos agudos cuando el torrente de una cascada le golpeó la espalda. Él sacudió el cabello sin omitir un paso, tan lobuno.
¡No, otra cueva!
En un minuto, había estado sentada al sol, charlando con un demonio. Ahora estaba siendo arrastrada una vez más en la oscuridad como si fuera el premio de un Neanderthal.
Pero mientras él continuaba adentrándose más y más, seguía filtrándose la luz del sol brillando allí abajo. ¿Cómo? Estiró el cuello para orientarse. Él la había llevado a un cenote, uno de los pozos negros del área, con una clara piscina en el fondo. Sabía por sus su lecturas que eran considerados sagrados por los Mayas.
Cuando la dejó caer sobre sus pies, prorrumpió:
—Comprende, nunca volverás a vestirte así ¡A decir verdad, si no pones tu hechizo en este instante, entonces te conseguiré otra maldita capa!
Su temor en medio de la belleza de ese lugar rápidamente fue sustituido por la ira.
—Has enloquecido.
—A lo mejor, pero es simple como el día que no eres como otras hembras, y no te vestirás como lo hacen ellas.
—¿De qué estás hablando? —gritó.
—De todo en ti, desde tus curvas a tu cabello rojo, hasta el maldito aro en tu ombligo, hace que un macho pierda el juicio. Cade sabía lo que se arriesgaba conmigo, y aún así cortejó mi ira para estar cerca de ti.
—Una vez más. Yo-no-soy-tuya. ¡Y golpear a Cade así fue tan... tan criminal! Podrías haberlo matado.
—¿Me deseas?
Ella comenzó a alejarse.
—¡Voy a comprobar si él...!
—¡Así que sí me deseas! —La agarró del codo y la hizo girar, había una mirada salvaje en sus ojos. Su camisa estaba hecha jirones, dejando a la vista su sudoroso pecho, subiendo y bajando aún por el esfuerzo de la batalla—. Este es un tiempo crítico. No te he reclamado y la luna llena se acerca. ¿Y aún así recibes las atenciones de otro macho? ¡Bruja, juegas con fuego! —Se pasó el dorso de su mano sobre su ensangrentada sien—. Olvida al demonio. Él sabe que no eres suya. Si de verdad creyera eso, habría presentado más pelea. Ni siquiera dio un golpe en estado de total ira.
—¡No cambiaste a tu forma de hombre lobo por mí!
—¡No quiero que lo veas! —rugió él, cogiéndole en alto los brazos—. ¡Ni siquiera una vez dudes de mi deseo por ti, si realmente hubiera estado en una competición por el derecho de tenerte, le habría cortado la maldita garganta de un mordisco, y luego la hubiera puesto a tus pies como ofrenda!
Los labios de ella se separaron. Pensó que acababa de ver una vislumbre del funcionamiento interno de la mente de un macho Lykae.
Y... le gustó.
Él respiraba con fuerza, el musculoso pecho subía y bajaba. Sus ojos eran aún más claros que el color azul, y se posaban sobre ella como si fuera su posesión más codiciada, y hubiera temido perderla.
MacRieve irradiaba vigor por la pelea. Sí, en la asamblea había comprendido que podría mirarlo durante horas, pero ahora, admitió que aquella noche había sido cuando por primera vez reconoció cuánto deseaba a este Lykae.
Aquella noche no fue capaz de besarlo o sentir el toque de su poderoso cuerpo como había deseado.
Aunque ahora...
Ferocidad, intensidad[]/i]. Lo había ansiado, siempre lo había hecho, incluso antes de que esta incontrolable e inmortal necesidad hubiera comenzado a consumirla. [i]Desea esto... deséale.
Su expresión debió haber traicionado su hambre. Las cejas de Nick se unieron, y él gruñó:
—¿_______?
La mano de ella se alzó y se ahuecó en la nuca de él, tirándolo hacia abajo para así poder besarlo.
Obviamente sobresaltado, él se quedó quieto por un momento. Entonces, con un gemido, liberó la sujeción sobre sus brazos. Sus manos aterrizaron pesadamente sobre su trasero, amasándolo como si sólo hubiera aguardado una oportunidad para sentirla así. Contra su boca, susurró:
—Bruja lujuriosa.
—Bésame realmente con fuerza, MacRieve, como lo has pensado.
—Lujuriosa y exigente. Dioses, como me complaces. —Luego, si que la besó de verdad, inclinando sus labios sobre los suyos, deslizando la lengua entre estos para luego barrerla contra la de ella. Caliente... húmedo... duro. Ella no podía hacer nada más que ir a su encuentro abandonadamente.
Sus grandes palmas sobre su trasero la mecían, acunándola contra su duro eje.
Estaba en el cielo...
Aún así él se apartó. Entre alientos, refunfuñó:
—No comparto lo que es mío. No habrá otros machos. Sólo yo. Sólo seré yo para ti.
Ella parpadeó abriendo los ojos, dándose cuenta que en algún momento él había empezado a sostenerla derecha, sus piernas habían cedido ante su beso. Entonces ella frunció el ceño.
—¿Y qué hay de ti? —preguntó, tratando de recuperar el juicio cuando él comenzó con gula a besar y lamer su cuello—. ¿Me dices que eres el único para mí, cuándo planeas sustituirme por otra hembra a la menor oportunidad? —Con cada palabra, su resentimiento crecía.
Él retrocedió y encontró su mirada.
—No aseguraré nada ahora.
—¿Ah, porque crees que estoy a punto de permitirte...?
Él tragó, luego carraspeó:
—¿Lo harás?
Ella lo fulminó con la mirada. Entonces sus ojos fluctuaron sobre su hermoso rostro y los paquetes de músculos de su cuerpo. Tenía tanta hambre de él. Pero no podía escapar sin ser atrapada, lo que significaba que no podía disfrutar de la ferocidad de MacRieve, lo cual significaba que ahora estaba furiosa. Su deseo era frustrado otra vez, ardiendo fuera de control, por un macho totalmente indigno.
—_______, no sé si podría separarme de ti... por nada que duré más que una ida y vuelta. —Como si estuviera conmocionado por la comprensión, él murmuró para sí—: Es cierto.
¡Nada mal!
—Bien, te daré puntos por eso. —Ella levantó su cara para caer en la trampa de probar más de él. Entre besos, jadeando dijo—: Eso es una estupidez, ¡y funciona! ¡Bésame más!
Pero él ahuecó su cara, apartándola.
—No es una estupidez.
Ella parpadeó. ¿Ella estaba ardiendo por él y él iba a hacerse el hablador?
—No estoy en una cueva contigo otra vez por tu brillante conversación. Haz algo o cállate, escocés.
Él levantó las cejas.
—Pequeña bruja mala. —Su acento era tan pronunciado que la hizo temblar—. Te haré comer esas palabras. —Le dio un tirón a su camisa rasgada y la arrojó al suelo. Con una mano la colocó entre sus piernas desde detrás, la levantó y la puso sobre su camisa sobre la arena—. Pon ese lindo trasero directamente aquí, y te daré lo que esperas.

Adioooosss :corre:

por **chelis** Dom 30 Jun 2013, 7:48 pm

nooooooooooooooooOOOOOOOO!!!!!!!!.. PON EL QUE SIGUEEEE PORFIIISS

por **Andrea P. Jonas:)** Lun 01 Jul 2013, 7:08 pm

Hoooolaaa pues vengo con el cap y se que les va a gustar :maloso:

P.D les advierto que esta... bueno mejor las dejo que lo lean :jojojo:

Capitulo 30

Cuando Nicholas tiró con fuerza de los triángulos de su traje, ella se apoyó sobre sus codos. Los párpados eran pesados sobre los ojos grises, luego observó como dejaba al descubierto sus lujuriosos senos.
Al ver sus pezones, su polla latió, sobresaliendo a través de sus vaqueros.
—Voy a amamantarme tan duro que me sentirás por el resto del día. ¿Quieres eso?
Él gimió cuando ella arqueó su espalda y enredó una de sus pequeñas manos en su pelo para acercarlo a uno de sus pechos. Succionando el pico con dicha, él sintió que este se ponía rígido y se erguía bajo su lengua. Cuando se trasladó al otro, dijo:
—_______, tienes el cuerpo más bello que alguna vez he visto. Y hay mil cosas que quiero hacerte, pero no me decido por dónde empezar.
Ella gimió cuando cerró sus labios sobre el otro pezón.
—¡Sea lo que sea que vas hacer, hazlo rápido! Estoy cerca.
Él se separó un poco, sus cejas se juntaron. Ella no aguantaría hasta que terminara de preparar su cuerpo para recibirlo. Decidió hacerla correrse antes de tomarla.
Impaciente por sentirla entre sus muslos otra vez, tiró de la tira negra de su cadera derecha. ¿Estaría tan mojada como antes? Cuando se movió para desatar el lazo de su cadera izquierda, ella se contoneó para darle mejor acceso, como si no pudiera esperar a ser liberada de su ropa.
Apoyada aún sobre sus codos, lo miró, tan absorta como él, cuando el pedazo de tela de la entrepierna fue retirado, revelando sus rizos castaños. Él se atragantó al decir:
—Separa los muslos. Muéstrame cuán mojada estas.
En respuesta, ella lloriqueó y dejó caer las rodillas a los lados, abriéndose. Un gemido retumbó en su pecho cuando vio que su sexo brillaba para él. Su polla creció rabiosamente, la presión en sus pesados testículos se acercaba al dolor. Su mano tembló mientras la bajaba para acariciarla.
Al tocarla la primera vez, ella echó la cabeza hacia atrás; Nicholas aspiró aire, pensando que podría consumirse en ese instante.
—Tan caliente y resbaladiza. No puedo imaginar cómo te vas a sentir agarrando mi miembro.
Alzó la cabeza una vez más, ceñuda:
—Ah, dioses... Nicholas...
Él extendió su carne con el pulgar y el índice, usando su otro índice para frotar su pequeño y prieto clítoris. Sus cortos y suaves gemidos se hacían más fuertes con cada una de sus respiraciones. Tan cerca...
La creciente semilla en su polla palpitaba por el alivio. Aunque estaba desesperado por fijar sus caderas al suelo y sumergirse dentro de ella, deseaba saborear la visión de _______ al borde del clímax.
Su reacción era la cosa más erótica que alguna vez había visto.
Su piercing destelló ante un rayo filtrado de luz del sol cuando comenzó a temblar. Sus pechos eran tan plenos, sus hinchados pezones aumentaron, como si suplicaran ser chupados un poco más. Ella miró dónde él estaba a punto de acariciarla, para luego jadear, alzar la mirada y encontrar su ojos.
—Nicholas, por favor...

_______ se extendió, bajó los codos para así poder agarrarle una muñeca, tirando hacia abajo su mano libre cuando ella corcoveó las caderas.
MacRieve sacudió la cabeza con fuerza, como si no creyera lo que veía.
—Sólo conmigo, bruja —gruñó, barriendo la mirada a lo largo de su cuerpo—. Esto debe ser todo mío.
En aquel momento, ella debería haberle dicho algo. Su voz parecía gutural, cuando murmuró:
—Sólo contigo.
—Entonces córrete con fuerza para mí. —Un movimiento rápido de su dedo la hizo llegar. Con un grito estrangulado, arqueó la espalda bruscamente, ondulando las caderas en la mano de él con abandono—. Buena muchacha —le gruñó en el oído cuando se retorció desvalidamente—. Te gusta esto.
Sin cesar continuó hasta que el placer fue demasiado, y _______ tuvo que retirar la presión de su mano. Finalmente, él le permitió detenerse.
Cuando él se arrodilló entre sus piernas extendidas, dio un tirón a sus vaqueros, bajándoselos hasta las rodillas. Su dura erección saltó libre, y soltó entre dientes una maldición cuando las manos de ella se dispararon para tomarlo. Ella adoraba la sensación de él, tiernamente acarició toda su longitud arriba y abajo hasta que él gimió y bombeó con las caderas, empujando su eje en sus puños.
Luego resbaló su dedo medio dentro de su humedad, haciendo que ella gimiera y él siseara:
—Tan apretada. —Rechinó los dientes al decir las palabras y luego agregó—: No quiero hacerte daño. La necesidad asegura que estás lista.
Los músculos en su cuello sobresalían por la tensión, su pecho era una superficie resbaladiza por el sudor que caía. Su mirada parpadeaba sobre su cuerpo, pero siempre regresaba a los ojos de ella, como si se despertara al encontrarlos para luego enfocarse en sus pechos.
—Bruja, si no detienes esas suaves palmas, conseguirás que me corra en ellas.
Ella se lamió el labio, pero siguió trabajando en su carne palpitante. Como él introducía un segundo dedo en ella, se sintió al borde del clímax otra vez.
—Nicholas...
—Comienzo a reconocer ese tono. ¿Casi estás cerca, verdad? Sabía que te verías así. Lo sabía.
Justo cuando pensó que él rápidamente sustituiría los dedos en su interior por su eje, se corrió con mojada prisa y gritó.
—Puedo sentirte exprimiéndome. Por fin. —Con la mano libre, encerró la de ella en un puño, haciendo que las manos bombearan con fuerza, gruñó—: No puedo contener mi semilla, _______. —Su cuerpo se tensó, perfectamente quieto por un momento, para luego dar un grito brutal. En el último segundo, él apuntó lejos de su cuerpo. Ella jadeó mientras el chorro caía en la arena al lado de ella, una y otra vez, atontada por cuán magnífico era este gran macho en su salvaje placer.
Cuando hubo terminado con un estremecimiento, ella se acostó otra vez, y él se tumbó sobre su espalda al lado de ella, su pene aún latía. Aunque yacía allí, pareciendo aturdido, se estiró y le agarró la mano en la suya, sólo por la sencilla razón de sostenerla mientras recuperaban el aliento. Después de lo que habían estado haciendo, sentía la necesidad de sostener su mano.
Alzaron la mirada hacia los débiles rayos del sol, lado a lado aún tomados de la mano.
_______, te has metido en aguas demasiado profundas y te han cubierto por completo.
Cuando él le dio vuelta, sus ojos eran ardiente ámbar, y las comisuras de sus labios se curvaban.
—No puedes estar todavía molesta conmigo. No es posible. —Parecía eufórico, como si ella acabara de capitular mucho antes de que en verdad lo hubiera hecho.
Y sabía que Nicholas MacRieve estaba excitado porque, quizás por primera vez en casi dos siglos, él realmente había comenzado a esperar con impaciencia el futuro.
Pero ella no quería que tuviera esperanzas cuando no tenía ningún lugar en su vida para él. Incluso si lo perdonaba por atraparla, e incluso si sabía que el encuentro que acababan de compartir sólo se haría más explosivo, también creía que tendría que cambiar su vida radicalmente para estar con él. Y no estaba segura de estar lista para hacer eso por alguien que amaba, mucho menos por alguien que simplemente deseaba.
No importaba cuán fuerte fuera ese deseo.

—Ahora que estás lista...
Ella retiró la mano de su agarre y se sentó.
—No, no lo haré.
—¿Qué no lo harás? ¡Si acabamos de empezar! ¿Hice... hice algo mal?
Con un encogimiento de hombros, ella comenzó a vestirse.
—Tenemos que ponernos en camino.
Las cejas de él se juntaron.
—¿Así que lamentas lo que hemos hecho?
—No me siento infeliz porque hayamos estado juntos. Pero tampoco me siento feliz.
Él se subió de un tirón sus vaqueros.
—¿Qué se requiere para que te sientas así?
—Mira, MacRieve, lo de antes no era solo palabrería, tú no eres el tipo para mí. Tú sólo asumes que estoy a bordo en este barco porque así lo has decidido, y no es así como funciona. Mientras intentas entenderlo, entérate que yo solita decido por mí misma. No hay ningún lugar para ti en mi vida.
—¿Incluso después de esto?
Ella puso los ojos en blanco.
—Ah, por favor, después de todas “las muchachas” que has clavado y has plantado, tú más que todos deberías saber que una montada no quiere decir nada.
—¿Clavadas y plantadas? ¿De qué mierda hablas?
—Cade me habló de la hembra por la que ustedes dos pelearon.
—¡Demonios, si ella se arrastró a la cama conmigo!
—Y ahora el cruel comentario que le hiciste anoche tiene sentido. ¿Claro qué, no podías sacarla a patadas de tu cama por tu amigo?
—Había bebido algo de aguamiel, y ni siquiera la reconocí como la que él quería.
Ella alzó una ceja.
—¿Una muchacha entre muchas, huh? —preguntó, dándole la espalda.
_______ estaba irritable, sin duda incómoda por la rapidez en que las cosas se desarrollaban entre ellos. Pero su frialdad no lo desalentaba en lo más mínimo, porque ahora sabía que podía ganarla. Ella acababa de gritar su nombre. El suyo. Él estaba preparado para luchar por ella; después de esto, sólo redoblaría sus esfuerzos.
Nicholas había temido que esta bruja podría convertir todos sus sueños sexuales en realidad, y había soñado constantemente.
Ahora sabía que podía.

por **Mire** Lun 01 Jul 2013, 9:54 pm

Oh, que capítulo
Rayis, por qué piensas mucho y no te dejas llevar?
Siempre que estan las cosas bien, tiene que acabar mal!
Amo al macho posesivo de Nick

por **chelis** Mar 02 Jul 2013, 1:48 pm

:wut:

por **chelis** Mar 02 Jul 2013, 1:57 pm

:wut: :amor: :muack: :gasp: :muere: :omg: :misery:

por **Andrea P. Jonas:)** Mar 02 Jul 2013, 7:58 pm

Hola mis niñas :D paso rapidito a dejarles su cap espero que les guste :corre:

Capitulo 31

Si los demás no habían imaginado que ella y MacRieve habían intimado, lo habrían adivinado por el comportamiento de él.
Cuando los dos se vistieron silenciosamente y se reincorporaron al grupo, él había echado los hombros atrás, luciendo una victoriosa expresión. Sus ojos seguían desviándose hacia ella, su mirada era vehemente y posesiva.
Su obvio sentimiento de satisfacción era una vista que contrastaba 180 grados con el ceño fruncido que había lucido toda la mañana. Ahora era el epítome de la satisfacción masculina.
Ella suspiró. Y maldición, era una buena vista.
Rydstrom y Tera le echaban miradas burlonas. Cade, con uno de los ojos casi cerrado por la hinchazón y la mandíbula moteada con contusiones, otra vez se concentraba en el cuello de ella. Cuando enrojeció ante su escrutinio y apartó la mirada, oyó que le refunfuñaba a MacRieve:
—Todavía no veo tu marca.
En tono muy satisfecho, MacRieve dijo:
—El día no ha terminado, demonio.
Ante esto, Cade le dirigió una mirada a ella, luego dijo:
—Iré primero otra vez —pareciendo querer escapar de ellos.
El grupo comenzó a seguir la orilla del río del lado de la montaña, y otra vez el terreno los hizo ir en fila india. Lo cual era bueno. Ella necesitaba procesar todo lo que acababa de pasar. Otra vez, todo lo que sabía era que era demasiado.
Detrás de ella, MacRieve dijo:
—No te preocupes por lo que ellos piensen.
—Claro, tú puedes decir eso. Ellos no van a pensar que eres débil. O fácil.
—No hay forma en que puedan considerarte débil. Han visto demasiadas muestras de tu poder. ¡Ni tampoco fácil! todo lo que creerán es que una chica tan joven como tú no tenía oportunidad contra las habilidades de seducción de un Lykae de mil doscientos años.
Bajando la voz, le contesto:
—Como sea, yo salté sobre ti. Yo empecé esto.
—Aye —él comenzó a decir solemnemente—, y eso fue un toque de luz para mi larga vida.
—Biiiien. —Azorada, pasó por encima de una línea de hormigas que con esmero llevaban las hojas que habían recolectado.
—Es verdad, _______. ¡Aunque sea una vergüenza no consigo una oportunidad para prestar más atención a tu bonito trasero!
—¡Shh! —siseó ella en un susurro—. ¡Te oirán!
—¿Oírme? ¿Te preocupas de eso ahora cuándo hace poco gemías tan fuerte? ¿Siempre haces tanto ruido?
Su cara ardió cuando Tierney, el siguiente en la línea a ella, echó un vistazo sobre su hombro con las cejas levantadas. Ella redujo la marcha para dejar que los demás tomaran un poco más la delantera.
—¿Entonces lo haces? —preguntó MacRieve otra vez.
Bien, ella podía jugar a eso. Ella se volteó hacia él, y con una voz monótona, dijo:
—Oh, nene. Oh, Nicholas. Eres tú. Sólo tú.
Él sonrió abiertamente, y la vista la hizo desear también sonreír así. Seguían la orilla del río, el sol brillaba, y ella acababa de tener dos orgasmos, su humor, definitivamente, había mejorado.
¡No! Ella no podía igualarlo en su palpable entusiasmo, porque sabía que esto no sólo era por lo que acababan de hacer, sino por lo que él esperaba que hicieran.
Aunque, cada vez que intentaba avivar su anterior cólera hacia él, seguía imaginándoselo frunciendo el ceño mientras le preguntaba a Rydstrom qué era el jangle pop. De alguna manera, sabía que MacRieve no había preguntado por mera curiosidad, sino porque intentaba aprender, por ella.
Y el simple hecho era qué, Hekate la ayudara, le gustaba estar alrededor de él. Incluso cuando le había despreciado, de alguna manera había sido mantenida a flote por su presencia. Ahora que no lo despreciaba, la excitaba, la alborotaba...
Apenas algunos centímetros detrás, él dijo:
—Te preguntaba si siempre te corres tan rápidamente.
—No lo sé, ¿lo haces tú?
Él le dio una media sonrisa.
—Bruja exigente. Olvidas por cuánto tiempo estuve sin hacerlo. Pero soy rápido en recuperarme. —Él furtivamente le agarró la mano e hizo que ella acunara su creciente erección.
Si él intentaba avergonzarla, tendría que hacer algo mejor que eso. Sin perder un instante, le dijo:
—Nicholas, ¿por qué creo que estás flirteando conmigo? —Sin echar un vistazo atrás, lo acarició con curiosidad. Al sopesarlo hizo que él meciera sus caderas en su mano, lo liberó, para luego alegremente continuar su camino.
Su voz era áspera, cuando él dijo:
—No debo ser bueno en eso del flirteo si no lo sabes con seguridad. —En un tono seco, añadió—: ¿Quizás debería ser más directo?
Ella no pudo evitarlo, se rió entre dientes, pero lo encubrió con una tos. Se suponía que era ella quien podía encantar, pero él estaba haciendo un trabajo condenadamente admirable, haciéndola sonreír contra su voluntad.
¿Era tan fácil que sencillamente dos orgasmos demoledores y su atracción constante por él podrían hacerla perdonar su pasado? Cuando interiormente se contestó, pensó, ¿entonces por qué lucho contra esto? _______ nunca había luchado en una batalla, mucho menos perdido una.
Él se inclinó y murmuró en su oído:
—Muéstrame esos hermosos pechos.
—¡Acabas de verlos! —gritó exasperada, aunque en secreto estuviera contenta por cuánto parecía apreciar su cuerpo.
—Si me saliera con la mía, brujilla, nunca llevarías una camiseta otra vez.
Ella se mordió el interior de la mejilla para impedirse sonreír, pero no quería que él lo viera, así que aceleró el paso.
—¿No deberías estar preocupado por mantenerme a salvo en esta selva?
—Vamos, entonces recuérdame por lo que estoy tan contento de morir.
Era tan... lobuno. Tan bromista. Y _______ comprendió que esta era una clase de diversión. Medio esperaba que le siguiera el juego y empezara a pellizcarle las orejas. Y sospechaba que lo amaría por eso.
Esperó, dándole bastante tiempo para que él desistiera y asumiera que lo estaba ignorando, luego se giró con las cejas —y su camiseta y sujetador— levantados, exhibiéndose. Él dio un paso en falso, tropezando con sus pies. Con las manos sobre su corazón, él cayó de rodillas; ella bajó su ropa de un tirón y se dio la vuelta, continuando la marcha con una sonrisa boba.
Pero él ya estaba detrás de ella en un instante.
—Buena chica —dijo él ronco—. Ahora déjanos dar un toque. —Ella le dio un manotazo—. Bromista.
—Tentadora —respondió ella.
—Aye, esa eres tú. Ni siquiera hace diez minutos me hiciste correrme hasta que mis ojos se pusieron en blanco, y ya me tienes tan lujurioso como estuve con mi primera lechera. (Aquí Nick juega con el doble sentido de la expresión)
Ella se dio la vuelta y le dio un golpecito en la barbilla.
—Hmm. ¿Desearías que llevara un corsé y me inclinara sobre un balde?
Su mandíbula se aflojó.
—Sólo si deseas ver inmediatamente a un hombre derramar su semilla.
Ella estudió su gruesa erección
—Suena como una promesa, entonces.
Él gimió, precipitándose hasta su lado otra vez.
—¡Estoy a un latido del corazón de llevarte aparte y extenderte sobre el siguiente peñasco!
¡Ja!
—¡Entonces no dejes de mantener el ojo alerta buscando uno... ! —Ella se dio un golpecito en el hueso de la cadera—. Alto.
—¡Auch, me gusta esto de ti! No recuerdo la última vez que sentí que algo era... —Él se detuvo, como si no reconociera del todo lo que ellos estaban experimentando.
—¿Divertido? —sugirió ella.
—Aye, divertido. Y creo que he descubierto la llave para ti.
—¿Cuál es?
—Si apago tu sed, a cambio consigo a una chica sonriente. ¿Te gusta este trato, gatita?
—Maldición, MacRieve, si sigues llamándome gatita, entonces voy a comenzar a llamarte algo equivalente, como perro sabueso y luego ambos seremos perdedores.
Él sonrió abiertamente y preguntó:
—¿Cuánto de mi conversación con Rydstrom escuchaste?
Ella presionó un dedo en su propio pecho.
—¿Queeé...?
—Vamos. Sé que escuchabas a escondidas, bruja. ¿Qué escuchaste?
—Escuché cuando decías pensar que soy sexy... La más sexy.
—Aye, sobradamente —dijo él, haciéndola querer arreglarse—. ¿Y qué sobre ti? Te atraigo más de lo que lo estabas por tu chico demonio.
—Novio. Dije que él era mi novio. Y si yo estuviera más atraída por ti, nunca alimentaría tu ego diciéndotelo.
—¿Cómo conseguiste que te dejara ir?
—¿Por qué? —preguntó ella, sintiendo que se ablandaba aún más hacia MacRieve—. ¿Crees que él la pasó mal por eso?
MacRieve le dio un ceño impaciente como si su pregunta fuera ridícula. Y por segunda vez, _______ pensó, podría perder la cabeza con este macho.
Pero creo que me gusta eso.
—¿Cuánto tiempo estuviste con él?
Ella se encogió de hombros.
—Casi siete años.
—¡Eso es casi un tercio de tu vida! —tronó él—. Cristo, no me concierne eso. ¿Pero... lo amaste?
—Sí —contestó ella francamente.
Su voz se volvió más baja cuándo él preguntó:
—¿Aún lo amas?
Sobre su hombro, ella contestó:
—Supongo que una parte de mi corazón siempre será suyo.
Cuando comprendió que MacRieve se había detenido, ella se dio la vuelta. Él apretaba la mandíbula, sus iris se habían vuelto azul hielo una vez más, y sus garras brotaban más largas y más siniestras. Estaba presenciando más de la bestia que nunca antes.
_______ tragó saliva, otra vez recordó que este era un varón Lykae adulto. Y uno que creía que era la compañera por la cual había sufrido a lo largo de los siglos. Estaba jugando con fuego. No más bromas, no más juegos con el hombre lobo hambriento de sexo.
—Sólo olvida que dije algo...
Él la presionó contra un árbol, a la vista de los demás.
—Quiero apuñalar con mis garras el cuello de ese demonio y arrancarle la maldita espina dorsal.
—MacRieve, sólo espera...
La mano de él salió disparada, cubriéndole la parte posterior de la cabeza. Él se agachó hasta su oído.
—Esta noche voy hacerte mía, _______. —Su acento era espeso, su voz áspera, como si hasta sus cuerdas vocales hubieran cambiado cuando comenzó a convertirse—. Ese otro macho podrá tener parte de tu corazón, pero yo poseeré todo tu cuerpo. —Él recorrió con la otra mano su cuello bajando hasta sus pechos, ahuecándolos a ambos en turnos. Bajo su palma caliente, áspera, sus pezones aún palpitaban mientras le prometía—: Graba mis palabras, te reclamaré tan profundamente que no recordarás a ningún otro.
Intensidad... Mirándolo, se sintió tan pequeña y vulnerable, consciente de que debería tener miedo. En cambio se sentía excitada una vez más, por su profunda voz, por la mano que la acariciaba, por la idea de que la tomaría duramente, posiblemente dentro de unas cuantas horas.
—Después de esta noche, te arquearás por mí toque y ansiarás mis besos. Cuando el celo te embargue, cada centímetro de tu cuerpo reconocerá el mío como su amo.
Ella exhaló inestable, sobresaltada —y sí, excitada— por sus palabras y por su confianza.
—Es tan cierto como hecho, bruja.

por **Pamm Jonas** Mar 02 Jul 2013, 11:28 pm

Holaaa!!
Al fin comento! Bueno esq ya sirve mi iPad !! Yuhuu!!
También te extrañé mil!!
Nooo esta nove esta genial. Ya leí la de Cade, es muy buena!! Y esta esta igual de genial!!
Como puedes ver cumplí mi más grande sueño abrazar,ver,besar y conocer a Nick Jonas! Bueno a los tres obviamente! Son unos amores! Nick no se parece tanto a cómo sale en las fotos , es más blanco alto, delgado y sus lunares no se ven tanto y su mandíbula es perfecta, se marca toda!

por **Pamm Jonas** Mar 02 Jul 2013, 11:32 pm

Los más increíble de la experiencia completa fue el aura q pude ver en él! Le conté a mi madre como una semana después , cuando finalmente logré reaccionar , sobre lo de la luz dorada q le vi en todo el cuerpo me sino q es la energía q tiene y q es difícil verla !! Eso me emociono en extremo!! Y te juro por dios y por el q son lo q más amo q es verdad lo q te cuento ,y no era ninguna lámpara o algo así porq no había nada de eso!! Bueno y esa es mi gran experiencia hahaha esta imposible imaginarse a nick como en las no es pero todo esta en el amor y la imaginación q tenemos hahaha ahora si siguelaaaa !!

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