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Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Lun 15 Jul 2013, 5:37 pm
¡Hola chicas!
Siento mucho desaparecerme por tanto tiempo :( ahorita vengo casi corriendo a dejarles el cap por que ya no quise dejarlas otro día sin nada. Les prometo que mañana les subo un maratón o algo ¿ok? bueno espero que les guste hasta mañana
Nick hizo la única cosa que podía hacer cuando comenzaron a caer por el despeñadero, envolver su cuerpo alrededor del de ella, rezando por poder protegerla con esto.
Caían... temía que ella se le rebelará cuando la apretó con fuerza. Impactaron... ¿en agua profunda?
Parpadeó, deseando rugir su suerte. No hubo tiempo. Los rápidos los atraparon.
Cuando aparecieron más adelante, la empujó encima de él, permitiéndole conseguir aire, contorsionándose para protegerla de cualquier colisión contra rocas o escombros.
Como antes, ella había corrido, pero él no la dejaría morir otra vez. Comenzó a luchar contra la corriente para alcanzar la orilla. Libre de la fuerza del río, la echó en un banco de arena, palpándola en busca de heridas. No encontró ninguna.
Ella está a salvo.
Su hembra... ilesa. Repetidas veces había estado en peligro, su corazón a punto de explotarle en el pecho cada vez que, de una u otra manera, en todo ese caos, él la había protegido del daño.
Ella se apoyó sobre sus manos y rodillas, pero no intentó alejarse antes de caer de frente. Él cayó detrás de ella, luchando por regular su respiración. Había recibido más tiros de los que había creído, pero no los había sentido antes. Ahora las heridas le pasaban factura.
Cuanto tiempo estuvieron así echados, no lo sabía. Aunque cuando la lluvia amainó y la luna se elevó en lo alto, el olor de su hembra se hizo indiscutible.
Resistiendo la necesidad... la urgencia que lo guiaba... se esforzó por ignorar al Instinto:
Reclama lo que es tuyo. Ella es fuerte.
Fuerte, sí, pero también le repugnaba lo que era él, había visto el asco sin disfraz en su aturdida expresión incluso antes que ella hubiera arriesgado su vida huyendo de él.
Otra vez.
Cerró los ojos, odiando a los dioses por lo que era...
Ella se levantó de un salto y se lanzó hacia delante, impresionándolo con su velocidad.
Él se esforzó por alzarse. Las balas alojadas en su cuerpo lo apuñalaron como dagas.
—¡No, no corras de mí!
Corriendo de él... la peor cosa que ella podría hacer... para hacerlo incluso más salvaje con ella. La atraparía fácilmente, entonces se preparó para saltar. Embistió hacia adelante, su mano salió disparada para sujetar como una abrazadera su tobillo.
Ella gritó cuando la arrastró hacia él.
En el barro, _______ avanzó a rastras frenéticamente, pero él apretaba su tobillo como un torno.
—No puedes correr... —rechinó él con dificultad desde detrás de ella.
Infiernos si no podía. _______ dio puntapiés atrás con su bota, el talón conectó directamente en un lado de su cara. En represalia él sólo refunfuñó por lo bajo, la golpeó en el trasero, y escupió un diente que se había aflojado con su golpe. No había nada de la furia que ella esperaba.
Disminuyó la fuerza de su forcejeo, con mucho miedo de mirar hacia atrás...
Cuando se arriesgó a dar un vistazo, encontró que la lluvia y el río habían lavado la sangre de su boca, su cara, sus manos y garras. Sus ojos pálidos se encontraron con los suyos, la rabia brutal que había visto en él había menguado.
Sus rasgos no le parecían tan espantosos. Ya no se veía como un monstruo, sólo era ahora un macho desconocido, uno con un animal que necesitaba reclamar lo que veía como suyo para tomar.
—No corras de mí...
Aflojó su cuerpo hacia él, confundiéndolo.
—No lo haré. —Ante sus palabras, sus ojos se encendieron de alguna manera tanto con alivio como con angustia—. Es sólo... nunca había visto nada como tú... y estaba asustada.
—Deberías... si supieras lo que necesito, lo que quiero... hacerte... —Sus manos se dispararon hacia adelante para agarrar sus pantalones cortos.
—¡No, maldito seas! ¡Sólo dame... dame un minuto para procesar todo esto!
Cuándo él la forzó a estar bajo él y comenzó a morder su camisa, ella gritó:
—¡No!
La luz explotó. El poder emanaba desde sus manos y ojos, cegándola brevemente. Cuando parpadeó para abrir los ojos, estos se agrandaron por la sorpresa. Como si estuviera atado, MacRieve había sido empujado contra un gran árbol ceiba, los brazos sujetados hacia atrás hasta que sus palmas se apoyaran en el tronco grueso detrás de él.
Infierno santo.
Forcejeaba para liberarse, sus garras se clavaban en la estriada corteza. Pero cualquiera que fuera la atadura que había usado en él lo sostenía firmemente.
—No luches... no conseguirás escapar. Sólo te harás daño. —Cuando ella comprendió que no sólo luchaba contra su magia, sino contra la transformación completa, se levantó tambaleante y se acercó a él—. ¿Por qué luchas aún contra esto?
Sus ojos estaban tan llenos de ansia.
—Te deseo.
Cuando ella pudo alejar su mirada de su rostro, observó que su ropa estaba acribillada con agujeros.
—¡Oh, dioses, te han disparado! ¿Cuántas malditas veces?, ¿cómo has podido sostener el camión? ¿Y sacarnos del río?
Como si estuviera orgulloso, su barbilla se alzó sólo un toque.
—Te mantuve a salvo.
Y su corazón se derritió por esa bestia.
—Lo hiciste, Nicholas. Me liberaste y me mantuviste a salvo. —La carnicería fue para protegerla de todo, fue provocada porque aquellos hombres habían planeado herirla una y otra vez. Nicholas había matado tan salvajemente sólo por ella. Ahora quería protegerlo también, curar las innumerables heridas que había recibido por ella.
—¿Puedo usar más magia en ti?
Él con impaciencia asintió con la cabeza.
—Golpéame... inconsciente... estrella mi cabeza contra una roca... sé que puedes.
—No era lo que tenía en mente. —Ella creía que habían sido arrastrados río abajo bastante lejos del búnker, pero aún así preguntó—: ¿Olerías la esencia si los hombres se nos acercaran?
—Aye. Nadie viene detrás de ti.
Ella asintió con la cabeza.
—Nicholas, voy a mantenerte así por un ratito, ¿está bien? —murmuró cuando comenzó a quitarle la ropa.
Cuando lo despojó de su camisa acribillada, comprendió que podía mover sus miembros y manos, posicionándolos a voluntad, aunque él todavía no pudiera.
Esto era apasionante magia. Se sentía poderosa y con el control, un cambio total de como se había sentido al huir de Nicholas, o cuando fue forzada a punta de pistola a ir a ese funesto búnker.
Le quitó las botas, entonces con mucho cuidado deslizó la abultada cremallera de sus vaqueros. Podía percibir que el cuerpo de él temblaba con anticipación, podía oír bajos gruñidos que retumbaban desde su pecho cuando su erección saltó libre. La punta relucía, el eje se engrosaba y apuntaba hacia ella. Cuando bajó sus vaqueros, su cabello se deslizó sobre él, y él emitió un áspero grito ahogado.
Una vez que estuvo desnudo, comenzó a rozar su piel pasando rápidamente sobre los golpes, como había visto a otras brujas hacer en una curación. Sobre cada una de las heridas, sus manos se volvían calientes. Sabía que lo curaba, desintegrando las balas de alguna manera. Sus ojos revoloteaban cerrados en una extraña, pero no desagradable, sensación. Cuando trasladaba su mano de un área a otra, dejaba detrás sólo piel suave e intacta.
Mientras lo auxiliaba, lo exploraba, familiarizándose con su nueva forma. Sin la rabia y la sangre... Creo que puedo manejar esto. Mientras continuaba acariciándolo, se encontró excitada por él. Sus esplendidos músculos y altísima constitución eran exagerados, aún bajo la imagen de la bestia que fluctuaba sobre él y los cambios en su cuerpo, su piel aún era más o menos igual.
Llegando hasta su espalda, sintió heridas de bala en sus omóplatos y en la parte alta de su muslo. Él lamió y besó su cuello cuando ella arrastró una de sus manos sobre su espalda, la otra sobre los músculos duros como una roca de su trasero.
Sólo cuando él pellizcó en su cuello ella se dio cuenta de que tenía a un desnudo hombre lobo casi totalmente convertido atrapado por su poder.
Para hacer con él lo que deseara.
En aquel momento, comprendió su intención con él y estuvo sorprendida de cuan fuerte era su voluntad al respecto.
De alguna manera... _______ iba a tenerlo, completamente.
Siento mucho desaparecerme por tanto tiempo :( ahorita vengo casi corriendo a dejarles el cap por que ya no quise dejarlas otro día sin nada. Les prometo que mañana les subo un maratón o algo ¿ok? bueno espero que les guste hasta mañana
Capitulo 40
Nick hizo la única cosa que podía hacer cuando comenzaron a caer por el despeñadero, envolver su cuerpo alrededor del de ella, rezando por poder protegerla con esto.
Caían... temía que ella se le rebelará cuando la apretó con fuerza. Impactaron... ¿en agua profunda?
Parpadeó, deseando rugir su suerte. No hubo tiempo. Los rápidos los atraparon.
Cuando aparecieron más adelante, la empujó encima de él, permitiéndole conseguir aire, contorsionándose para protegerla de cualquier colisión contra rocas o escombros.
Como antes, ella había corrido, pero él no la dejaría morir otra vez. Comenzó a luchar contra la corriente para alcanzar la orilla. Libre de la fuerza del río, la echó en un banco de arena, palpándola en busca de heridas. No encontró ninguna.
Ella está a salvo.
Su hembra... ilesa. Repetidas veces había estado en peligro, su corazón a punto de explotarle en el pecho cada vez que, de una u otra manera, en todo ese caos, él la había protegido del daño.
Ella se apoyó sobre sus manos y rodillas, pero no intentó alejarse antes de caer de frente. Él cayó detrás de ella, luchando por regular su respiración. Había recibido más tiros de los que había creído, pero no los había sentido antes. Ahora las heridas le pasaban factura.
Cuanto tiempo estuvieron así echados, no lo sabía. Aunque cuando la lluvia amainó y la luna se elevó en lo alto, el olor de su hembra se hizo indiscutible.
Resistiendo la necesidad... la urgencia que lo guiaba... se esforzó por ignorar al Instinto:
Reclama lo que es tuyo. Ella es fuerte.
Fuerte, sí, pero también le repugnaba lo que era él, había visto el asco sin disfraz en su aturdida expresión incluso antes que ella hubiera arriesgado su vida huyendo de él.
Otra vez.
Cerró los ojos, odiando a los dioses por lo que era...
Ella se levantó de un salto y se lanzó hacia delante, impresionándolo con su velocidad.
Él se esforzó por alzarse. Las balas alojadas en su cuerpo lo apuñalaron como dagas.
—¡No, no corras de mí!
Corriendo de él... la peor cosa que ella podría hacer... para hacerlo incluso más salvaje con ella. La atraparía fácilmente, entonces se preparó para saltar. Embistió hacia adelante, su mano salió disparada para sujetar como una abrazadera su tobillo.
Ella gritó cuando la arrastró hacia él.
En el barro, _______ avanzó a rastras frenéticamente, pero él apretaba su tobillo como un torno.
—No puedes correr... —rechinó él con dificultad desde detrás de ella.
Infiernos si no podía. _______ dio puntapiés atrás con su bota, el talón conectó directamente en un lado de su cara. En represalia él sólo refunfuñó por lo bajo, la golpeó en el trasero, y escupió un diente que se había aflojado con su golpe. No había nada de la furia que ella esperaba.
Disminuyó la fuerza de su forcejeo, con mucho miedo de mirar hacia atrás...
Cuando se arriesgó a dar un vistazo, encontró que la lluvia y el río habían lavado la sangre de su boca, su cara, sus manos y garras. Sus ojos pálidos se encontraron con los suyos, la rabia brutal que había visto en él había menguado.
Sus rasgos no le parecían tan espantosos. Ya no se veía como un monstruo, sólo era ahora un macho desconocido, uno con un animal que necesitaba reclamar lo que veía como suyo para tomar.
—No corras de mí...
Aflojó su cuerpo hacia él, confundiéndolo.
—No lo haré. —Ante sus palabras, sus ojos se encendieron de alguna manera tanto con alivio como con angustia—. Es sólo... nunca había visto nada como tú... y estaba asustada.
—Deberías... si supieras lo que necesito, lo que quiero... hacerte... —Sus manos se dispararon hacia adelante para agarrar sus pantalones cortos.
—¡No, maldito seas! ¡Sólo dame... dame un minuto para procesar todo esto!
Cuándo él la forzó a estar bajo él y comenzó a morder su camisa, ella gritó:
—¡No!
La luz explotó. El poder emanaba desde sus manos y ojos, cegándola brevemente. Cuando parpadeó para abrir los ojos, estos se agrandaron por la sorpresa. Como si estuviera atado, MacRieve había sido empujado contra un gran árbol ceiba, los brazos sujetados hacia atrás hasta que sus palmas se apoyaran en el tronco grueso detrás de él.
Infierno santo.
Forcejeaba para liberarse, sus garras se clavaban en la estriada corteza. Pero cualquiera que fuera la atadura que había usado en él lo sostenía firmemente.
—No luches... no conseguirás escapar. Sólo te harás daño. —Cuando ella comprendió que no sólo luchaba contra su magia, sino contra la transformación completa, se levantó tambaleante y se acercó a él—. ¿Por qué luchas aún contra esto?
Sus ojos estaban tan llenos de ansia.
—Te deseo.
Cuando ella pudo alejar su mirada de su rostro, observó que su ropa estaba acribillada con agujeros.
—¡Oh, dioses, te han disparado! ¿Cuántas malditas veces?, ¿cómo has podido sostener el camión? ¿Y sacarnos del río?
Como si estuviera orgulloso, su barbilla se alzó sólo un toque.
—Te mantuve a salvo.
Y su corazón se derritió por esa bestia.
—Lo hiciste, Nicholas. Me liberaste y me mantuviste a salvo. —La carnicería fue para protegerla de todo, fue provocada porque aquellos hombres habían planeado herirla una y otra vez. Nicholas había matado tan salvajemente sólo por ella. Ahora quería protegerlo también, curar las innumerables heridas que había recibido por ella.
—¿Puedo usar más magia en ti?
Él con impaciencia asintió con la cabeza.
—Golpéame... inconsciente... estrella mi cabeza contra una roca... sé que puedes.
—No era lo que tenía en mente. —Ella creía que habían sido arrastrados río abajo bastante lejos del búnker, pero aún así preguntó—: ¿Olerías la esencia si los hombres se nos acercaran?
—Aye. Nadie viene detrás de ti.
Ella asintió con la cabeza.
—Nicholas, voy a mantenerte así por un ratito, ¿está bien? —murmuró cuando comenzó a quitarle la ropa.
Cuando lo despojó de su camisa acribillada, comprendió que podía mover sus miembros y manos, posicionándolos a voluntad, aunque él todavía no pudiera.
Esto era apasionante magia. Se sentía poderosa y con el control, un cambio total de como se había sentido al huir de Nicholas, o cuando fue forzada a punta de pistola a ir a ese funesto búnker.
Le quitó las botas, entonces con mucho cuidado deslizó la abultada cremallera de sus vaqueros. Podía percibir que el cuerpo de él temblaba con anticipación, podía oír bajos gruñidos que retumbaban desde su pecho cuando su erección saltó libre. La punta relucía, el eje se engrosaba y apuntaba hacia ella. Cuando bajó sus vaqueros, su cabello se deslizó sobre él, y él emitió un áspero grito ahogado.
Una vez que estuvo desnudo, comenzó a rozar su piel pasando rápidamente sobre los golpes, como había visto a otras brujas hacer en una curación. Sobre cada una de las heridas, sus manos se volvían calientes. Sabía que lo curaba, desintegrando las balas de alguna manera. Sus ojos revoloteaban cerrados en una extraña, pero no desagradable, sensación. Cuando trasladaba su mano de un área a otra, dejaba detrás sólo piel suave e intacta.
Mientras lo auxiliaba, lo exploraba, familiarizándose con su nueva forma. Sin la rabia y la sangre... Creo que puedo manejar esto. Mientras continuaba acariciándolo, se encontró excitada por él. Sus esplendidos músculos y altísima constitución eran exagerados, aún bajo la imagen de la bestia que fluctuaba sobre él y los cambios en su cuerpo, su piel aún era más o menos igual.
Llegando hasta su espalda, sintió heridas de bala en sus omóplatos y en la parte alta de su muslo. Él lamió y besó su cuello cuando ella arrastró una de sus manos sobre su espalda, la otra sobre los músculos duros como una roca de su trasero.
Sólo cuando él pellizcó en su cuello ella se dio cuenta de que tenía a un desnudo hombre lobo casi totalmente convertido atrapado por su poder.
Para hacer con él lo que deseara.
En aquel momento, comprendió su intención con él y estuvo sorprendida de cuan fuerte era su voluntad al respecto.
De alguna manera... _______ iba a tenerlo, completamente.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por chelis Lun 15 Jul 2013, 10:21 pm
aaaaaaaaahhhhhh!!!!..... ese señores es un hombre!!!... protegio a lo que quiere!!!!!!.... aaaaaaaaahhh!!!!!!.... donde estan esos hombres???????.....
chelis
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Bianca Mar 16 Jul 2013, 2:37 am
Oh mi Lobo!
Que rapido actua esa chica...pero a decir verdad no la culpo
Amee el cap..espero el Maraton mañana!
y porfavor no vuelvas a perderte fue un tiempo largo y necesitaba el cap hahaha.
Un beso!
Que rapido actua esa chica...pero a decir verdad no la culpo
Amee el cap..espero el Maraton mañana!
y porfavor no vuelvas a perderte fue un tiempo largo y necesitaba el cap hahaha.
Un beso!
Bianca
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Pamm Jonas Mar 16 Jul 2013, 3:15 pm
Ok esto está mejor de lo que creí que podría estar!!
Amoo a ese lobo!! Lo adoro, su fuerza y su enorme corazón son celestiales!!
Siguelaaaa qu estoy segura lo mejor está por venir!!
:)
Amoo a ese lobo!! Lo adoro, su fuerza y su enorme corazón son celestiales!!
Siguelaaaa qu estoy segura lo mejor está por venir!!
:)
Pamm Jonas
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 7:35 pm
Chicas estoy teniendo un problema con mi computadora D: (ahora estoy en mi ipod ) la tuve que analizar con el antivirus, ya va en 68% así que en cuanto termine les subo su mmaraton ok? No se me desesperen ;)
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Bianca Mar 16 Jul 2013, 7:48 pm
Si!
Estare esperando ese Maraton con ansias!
No me movere de aqui...He Dicho!
Estare esperando ese Maraton con ansias!
No me movere de aqui...He Dicho!
Bianca
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 8:34 pm
Pooooooooooooor fiiiin :canto: ya me parecía que no iba a terminar nunca :muere: pero ya inhalo amor y exhalo paz, como dicen más vale tarde que nunca :corre:
Andrea P. Jonas:)
Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 8:42 pm
Y comenzamos con uno bueno :maloso:
Maratón 1/4
Ella no va a correr, pensó Nicholas con aturdido alivio, justo cuando la presión por reclamarla y marcarla, crecía. Luchó agresivamente por liberarse de su agarre, aunque reconocía que mientras estuviera inmovilizado de esa forma, ella podría explorarlo, estudiarlo, y posiblemente perdiera su miedo hacia él.
—¿No sientes repulsión por mí?
—No, si no estás cubierto en sangre y ésta no gotea de tus grandes colmillos —dijo ella con naturalidad, al frotar sus suaves manos sobre él—. No voy a mentirte, me asusté tanto que parecía que estaba en medio del infierno. Pero pienso... creo que me estoy acostumbrado más a ti ahora.
—¿Incluso cuándo parezco... esto? ¿Después de matar?
Ella cabeceó.
—El mundo es un mejor lugar ahora que has destruido a esos hombres —dijo—. ¿Pero estás de acuerdo con todo lo que estoy haciendo, Nicholas?
Ella siguió preguntándole para asegurarse que él estaba cómodo en medio de esto. Aunque a él ya no le dolían las heridas, siguió tocándolo, ¿pero por qué?
Cada músculo de su cuerpo se tensó al instante cuando percibió el exquisito olor de su creciente excitación.
—¡Libérame! —Ella también lo deseaba. Incluso cuando él se veía así, su cuerpo estaba listo para el suyo, y él aún no la había tocado.
—No, no puedo hacer eso —dijo ella— No lo haré. Sólo déjame facilitar las cosas.
Naturalmente, ella iría a tientas. Él podría pasar del recelo a la indignación en cuestión de segundos.
—Entonces desnúdate.
Retirando sus manos de las de él, se sacó la empapada camiseta por la cabeza, aunque vaciló con su sujetador. Él asintió para que continuara, y por fin ella reveló su cremosa carne para él. Podría mirar fijamente sus pechos para siempre. Sus pezones eran del mismo color del rubí mientras que sus labios tenían ese atrayente rojo que le hacía sentirse salvaje por posar su boca en ellos.
—Sácate todo lo demás.
Él jadeaba de placer, sus ojos seguían cada uno de sus movimientos cuando se sacó la ropa inferior. Su húmeda piel era hermosa, y, él sabía que sería flexible bajo su lengua.
Cuando se desnudó, volvió a ahuecar y amasar sus senos para luego deslizarlos a través del pecho de él. Pero de pronto sintió que sus manos seguían acariciándolo hasta que todo su cuerpo estuvo siendo acariciado. Él se estremeció y sus piernas se debilitaron.
—¿Qué estás... haciéndome?
Con gutural voz de sirena.
—No lo sé. Sólo pasa.
—Me vuelve loco... eso se... siente tan bien...
Sus palabras murieron cuando ella se arrodilló delante de él. Él la miró incrédulo cuando ella tomó su eje en su mano y con el rostro aturdido le acarició a través de toda su longitud. Soñando... debía estar soñando. No podía ser real.
Su hembra había salido directamente de sus sueños. Y ella lo miraba con sus ojos llenos de... deseo por él.
Él sintió su aliento caliente justo antes de que tiernamente le lamiera el orificio en la cabeza de su polla. Gritando, intentó mecer sus caderas inmovilizadas, queriendo estar más profundo entre esos húmedos y rojos labios.
La pizca de sal en su lengua la hizo tener hambre de más y despertó en ella la agonía.
Nicholas la recorrió con la vista con temor reverencial, parecía memorizar la visión de ella tomando placer de él. Su cuerpo estaba tan sensible. Cuando ella lamió la parte oculta de su eje de la cima a la base, él ladraba malos juramentos. Su lengua contra su pesado saco le detuvo la respiración.
Y cuando ella tomó la punta de forma hábil y profunda en su boca, él se estremeció violentamente, los músculos de su pecho se hincharon por la tensión. Su carne palpitó contra sus labios, haciéndola gemir alrededor de él.
No podía tomar toda su longitud, entonces usó su mano para acariciarlo. Ella podía sentir que la base de su eje estaba aumentando, gruesa con su semen, y su sexo se tensó por él, deseando ser llenada.
Al borde, él se esforzaba por empujar más fuerte en su boca. Entonces pareció empezó a temblar.
—No así —dijo entrecortando las palabras—. Necesito estar dentro ti.
Aunque ella pudiera besarlo toda la noche, _______ también lo quería dentro de ella. Con un persistente lametón final, lo liberó y se puso pie.
Estudiando la situación logísticamente, ella debatió la forma más segura de hacer esto. Al tomar una decisión, presionó sus manos contra sus hombros. Cuando ambos se arrodillaron, los brazos de él se deslizaron a lo largo del tronco, aún trabado en esa posición. Inclinando la cabeza, ella le apartó las rodillas para llevarlo más abajo. Cuando él estaba más alineado con ella, ella giró y se apoyó contra él, hasta que su sexo descansó encima de su prominente eje.
—Dentro de ti. —Él sonó atormentado por no poder penetrarla—. Mételo.
Ella se apoyó contra su pecho y volteó la cabeza, depositándole besos abiertos en su cuello, murmurando:
—Quiero estar lista para ti. Sé paciente conmigo...
—¡Maldita sea si lo estoy intentando!
La bruja le tomó una de sus manos y las movió sobre ella por él, usando sus dedos para acariciar sus pezones. Su otra mano fue guiada más abajo, deslizándose por su vientre liso, pasando el piercing que tanto lo excitaba. Cuando ella presionó con toda la palma de él entre sus piernas, tanteando su humedad, él gritó.
Ahogándose por la frustración, por sentir cuan mojada estaba pero ser incapaz de poner su lengua o eje entre sus muslos...
Cuando ella introdujo uno de los dedos en su interior y gimió bajo, él frenéticamente frotó su cara contra su húmeda mejilla y cuello.
Luego un segundo dedo. Tortura.
—Tan apretada.
Cuando ella comenzó a joderse con ellos, preparándose para él, él rugió con agonía, a punto de perder el control de sus sentidos. Su polla palpitó dolorosamente, saltando entre sus piernas, palpitando con cada latido salvaje de su corazón.
—Dentro de ti. ¡Ahora!
Ella asintió vacilante con la cabeza, sacando los dedos en su sexo. Una vez que le hizo mover las manos para ahuecarle los pechos, ella comenzó a introducir la cabeza de su polla en su interior. Mientras intentaba tomarlo, él pudo sentir su cuerpo moviéndose y temblando, podía oír como ella respiraba con esfuerzo.
—Más profundo —exigió él—. Toma más.
Pero parecía que ella no podía.
—Ah, dioses... —jadeó ella, ondulando sus caderas sobre su polla.
De repente, la lluvia terminó. El viento comenzó a soplar, precipitándose sobre su piel acalorada y limpiando las nubes del cielo. La luz de la luna atravesó la canopia.
Él lo sintió como calor en su piel, lo sintió hasta en su eje que aún esperaba a sumergirse dentro de ella. Vio la luz bañar la impecable piel de su compañera sobre el blanco puro de sus hombros, bajando por el fascinante tatuaje en su espalda, y sobre su trasero rechoncho cuando ella se mecía en él.
—Saboréate.
Cuando ella se tocó y levantó sus dedos a su boca, él los capturó con sus labios. Sorbiendo su sabor de las puntas, él gruñó con placer.
—¡Nicholas! Voy a... —las palabras terminaron con su grito cuando ella comenzó a correrse. Él estaba lo bastante profundo para sentir como su vaina lo apretaba, su cuerpo avariciosamente buscaba lo que él tenía para darle.
Él gritó al cielo, uniéndose en un instante a ella. Con sólo la punta de polla dentro de ella, él bombeó caliente en su interior, estremeciéndose de éxtasis por llenarla de su semilla.
Él estaba aún corriéndose... cuando la luna lo atrapó haciéndolo más fuerte que ella.
Maratón 1/4
Capitulo 41
Ella no va a correr, pensó Nicholas con aturdido alivio, justo cuando la presión por reclamarla y marcarla, crecía. Luchó agresivamente por liberarse de su agarre, aunque reconocía que mientras estuviera inmovilizado de esa forma, ella podría explorarlo, estudiarlo, y posiblemente perdiera su miedo hacia él.
—¿No sientes repulsión por mí?
—No, si no estás cubierto en sangre y ésta no gotea de tus grandes colmillos —dijo ella con naturalidad, al frotar sus suaves manos sobre él—. No voy a mentirte, me asusté tanto que parecía que estaba en medio del infierno. Pero pienso... creo que me estoy acostumbrado más a ti ahora.
—¿Incluso cuándo parezco... esto? ¿Después de matar?
Ella cabeceó.
—El mundo es un mejor lugar ahora que has destruido a esos hombres —dijo—. ¿Pero estás de acuerdo con todo lo que estoy haciendo, Nicholas?
Ella siguió preguntándole para asegurarse que él estaba cómodo en medio de esto. Aunque a él ya no le dolían las heridas, siguió tocándolo, ¿pero por qué?
Cada músculo de su cuerpo se tensó al instante cuando percibió el exquisito olor de su creciente excitación.
—¡Libérame! —Ella también lo deseaba. Incluso cuando él se veía así, su cuerpo estaba listo para el suyo, y él aún no la había tocado.
—No, no puedo hacer eso —dijo ella— No lo haré. Sólo déjame facilitar las cosas.
Naturalmente, ella iría a tientas. Él podría pasar del recelo a la indignación en cuestión de segundos.
—Entonces desnúdate.
Retirando sus manos de las de él, se sacó la empapada camiseta por la cabeza, aunque vaciló con su sujetador. Él asintió para que continuara, y por fin ella reveló su cremosa carne para él. Podría mirar fijamente sus pechos para siempre. Sus pezones eran del mismo color del rubí mientras que sus labios tenían ese atrayente rojo que le hacía sentirse salvaje por posar su boca en ellos.
—Sácate todo lo demás.
Él jadeaba de placer, sus ojos seguían cada uno de sus movimientos cuando se sacó la ropa inferior. Su húmeda piel era hermosa, y, él sabía que sería flexible bajo su lengua.
Cuando se desnudó, volvió a ahuecar y amasar sus senos para luego deslizarlos a través del pecho de él. Pero de pronto sintió que sus manos seguían acariciándolo hasta que todo su cuerpo estuvo siendo acariciado. Él se estremeció y sus piernas se debilitaron.
—¿Qué estás... haciéndome?
Con gutural voz de sirena.
—No lo sé. Sólo pasa.
—Me vuelve loco... eso se... siente tan bien...
Sus palabras murieron cuando ella se arrodilló delante de él. Él la miró incrédulo cuando ella tomó su eje en su mano y con el rostro aturdido le acarició a través de toda su longitud. Soñando... debía estar soñando. No podía ser real.
Su hembra había salido directamente de sus sueños. Y ella lo miraba con sus ojos llenos de... deseo por él.
Él sintió su aliento caliente justo antes de que tiernamente le lamiera el orificio en la cabeza de su polla. Gritando, intentó mecer sus caderas inmovilizadas, queriendo estar más profundo entre esos húmedos y rojos labios.
La pizca de sal en su lengua la hizo tener hambre de más y despertó en ella la agonía.
Nicholas la recorrió con la vista con temor reverencial, parecía memorizar la visión de ella tomando placer de él. Su cuerpo estaba tan sensible. Cuando ella lamió la parte oculta de su eje de la cima a la base, él ladraba malos juramentos. Su lengua contra su pesado saco le detuvo la respiración.
Y cuando ella tomó la punta de forma hábil y profunda en su boca, él se estremeció violentamente, los músculos de su pecho se hincharon por la tensión. Su carne palpitó contra sus labios, haciéndola gemir alrededor de él.
No podía tomar toda su longitud, entonces usó su mano para acariciarlo. Ella podía sentir que la base de su eje estaba aumentando, gruesa con su semen, y su sexo se tensó por él, deseando ser llenada.
Al borde, él se esforzaba por empujar más fuerte en su boca. Entonces pareció empezó a temblar.
—No así —dijo entrecortando las palabras—. Necesito estar dentro ti.
Aunque ella pudiera besarlo toda la noche, _______ también lo quería dentro de ella. Con un persistente lametón final, lo liberó y se puso pie.
Estudiando la situación logísticamente, ella debatió la forma más segura de hacer esto. Al tomar una decisión, presionó sus manos contra sus hombros. Cuando ambos se arrodillaron, los brazos de él se deslizaron a lo largo del tronco, aún trabado en esa posición. Inclinando la cabeza, ella le apartó las rodillas para llevarlo más abajo. Cuando él estaba más alineado con ella, ella giró y se apoyó contra él, hasta que su sexo descansó encima de su prominente eje.
—Dentro de ti. —Él sonó atormentado por no poder penetrarla—. Mételo.
Ella se apoyó contra su pecho y volteó la cabeza, depositándole besos abiertos en su cuello, murmurando:
—Quiero estar lista para ti. Sé paciente conmigo...
—¡Maldita sea si lo estoy intentando!
La bruja le tomó una de sus manos y las movió sobre ella por él, usando sus dedos para acariciar sus pezones. Su otra mano fue guiada más abajo, deslizándose por su vientre liso, pasando el piercing que tanto lo excitaba. Cuando ella presionó con toda la palma de él entre sus piernas, tanteando su humedad, él gritó.
Ahogándose por la frustración, por sentir cuan mojada estaba pero ser incapaz de poner su lengua o eje entre sus muslos...
Cuando ella introdujo uno de los dedos en su interior y gimió bajo, él frenéticamente frotó su cara contra su húmeda mejilla y cuello.
Luego un segundo dedo. Tortura.
—Tan apretada.
Cuando ella comenzó a joderse con ellos, preparándose para él, él rugió con agonía, a punto de perder el control de sus sentidos. Su polla palpitó dolorosamente, saltando entre sus piernas, palpitando con cada latido salvaje de su corazón.
—Dentro de ti. ¡Ahora!
Ella asintió vacilante con la cabeza, sacando los dedos en su sexo. Una vez que le hizo mover las manos para ahuecarle los pechos, ella comenzó a introducir la cabeza de su polla en su interior. Mientras intentaba tomarlo, él pudo sentir su cuerpo moviéndose y temblando, podía oír como ella respiraba con esfuerzo.
—Más profundo —exigió él—. Toma más.
Pero parecía que ella no podía.
—Ah, dioses... —jadeó ella, ondulando sus caderas sobre su polla.
De repente, la lluvia terminó. El viento comenzó a soplar, precipitándose sobre su piel acalorada y limpiando las nubes del cielo. La luz de la luna atravesó la canopia.
Él lo sintió como calor en su piel, lo sintió hasta en su eje que aún esperaba a sumergirse dentro de ella. Vio la luz bañar la impecable piel de su compañera sobre el blanco puro de sus hombros, bajando por el fascinante tatuaje en su espalda, y sobre su trasero rechoncho cuando ella se mecía en él.
—Saboréate.
Cuando ella se tocó y levantó sus dedos a su boca, él los capturó con sus labios. Sorbiendo su sabor de las puntas, él gruñó con placer.
—¡Nicholas! Voy a... —las palabras terminaron con su grito cuando ella comenzó a correrse. Él estaba lo bastante profundo para sentir como su vaina lo apretaba, su cuerpo avariciosamente buscaba lo que él tenía para darle.
Él gritó al cielo, uniéndose en un instante a ella. Con sólo la punta de polla dentro de ella, él bombeó caliente en su interior, estremeciéndose de éxtasis por llenarla de su semilla.
Él estaba aún corriéndose... cuando la luna lo atrapó haciéndolo más fuerte que ella.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 8:50 pm
Maratón 2/4
Cuando él echó hacia atrás la cabeza, _______ sintió la vibración hechizante de su rugido desde su pecho resonando en la selva. Su eyaculación era palpable, disparando desde la amplia cabeza metida dentro de ella.
Aún entonces la luna seguía atravesando los árboles como plata surrealista, y ella lo sabía. Sabía que él era demasiado poderoso en ese estado para contenerlo con cualquier hechizo que ella pudiera conjurar. Y aunque acababa de alcanzar el clímax, permanecía duro dentro de ella. Sus músculos seguían tan tensos como antes.
_______ había querido intensidad, ferocidad. Tragó y cerró los ojos, fortaleciéndose.
Estaba a punto de conseguirlo.
Segundos más tarde, él se separó del árbol, empujándola hacia adelante la puso sobre sus rodillas y manos. Tomándola de la nuca, presionó su cuerpo sobre la tierra, manteniéndola fija con la mano en su cuello.
Sosteniéndola inmóvil, despacio introdujo su eje, pulgada a pulgada, haciéndola gritar de placer.
Cuando pensó que era todo lo que podía tomar, él le demostró lo contrario, empujando sus caderas, la obligó a tomar todavía más.
Asentado tan profundamente, de alguna manera se controló, permitiendo que se acostumbrara a su tamaño. Cuando gimió para pedir más, él la tomó con fuerza de la cintura. Empujando una vez, con fuerza y urgencia.
—¡Ah, dioses! —Ella lanzó un grito—. Haz eso otra vez...
Él lo hizo, repetidas veces, haciendo que sus dientes chocaran con fuerza, pero ella lo amaba, amaba lo inflexible que era, amaba su voz de bestia mala y ronca en sus oídos.
—Tu sexo está tan apretado... bueno y mojado. Quisiera estar aquí para siempre.
Cuando ella lo tocó entre sus piernas para acariciar y apretar su pesado saco, él gruñó en aprobación. Pero entonces la obligó a quitar su mano.
—No lo hagas... me harás venir... no estoy listo. —Poniéndole las manos en su espalda—. Ninguna interrupción, pequeña compañera.
Era la primera vez que la llamaba compañera. Si la había aceptado como suya completamente, sabía que sólo había un modo de terminar la noche. Sólo podía rendirse a la bestia que tenía en su espalda.
Tomándola de los codos, la alejó ubicándola casi en posición vertical sobre sus rodillas, luego utilizó su agarre para tirar de su cuerpo y empujar frenéticamente de sus caderas, sus pechos temblaron. Su piel estaba húmeda, y el viento se precipitó sobre ella como una caricia.
Y se sentía tan bien.
Trató de liberarse para tocarlo, pero él sostuvo sus codos firmemente.
—Necesito... marcarte. Marcarte como mía.
Aunque había temido su mordedura, en aquel momento no le negaría nada.
—¡Sí, hazlo!
Él siseo, su eje pulsaba dentro de ella en anticipación.
—Nada podría... complacerme más.
Ella también tembló de anticipación. ¿Dolería? ¿Gritaría? Pero sabía que nada lo detendría. Había deseado toda la experiencia. Este paso era obligatorio.
Él colocó la boca entre su cuello y hombro, gruñendo en voz alta contra su piel, alarmándola, emocionándola. Sintió el roce de su fuerte lengua lamiéndola.
Los colmillos perforaron la piel. Ella gritó por el dolor, y por el choque de un violento orgasmo. En total abandono, se arqueó bajo él, extendió sus rodillas y balanceó las caderas pidiendo más.
Incluso cuando él siguió sumergiéndose entre sus piernas, no retiró sus colmillos, parecía no estar dispuesto a obtener su liberación ahora que la tenía como quería.
Justo cuando ella pensaba que no podría tomar más, sintió todo su cuerpo tensarse sobre el suyo. Él gruñía de manera brutal contra su piel, luego llegó una poderosa onda, abrasadora, bombeando una y otra vez.
Él finalmente la liberó sufriendo un colapso sobre ella, mientras continuaba empujando ahora lentamente, como si saboreara la humedad de ambos.
—Nunca te dejare ir.
—Necesito... descansar, Nicholas —dijo mucho más tarde aquella noche, su cuerpo estaba dolorido, completamente desgastado—. No soy lo bastante fuerte para esto hora tras hora. Por favor, sólo un pequeño descanso...
—Duerme. —Sin retirarse, la puso de lado, acomodándose a su espalda. Todavía dentro de ella, puso la mano entre sus piernas, empujando su trasero y sosteniendo su sexo. Posesivamente.
Con los ojos entrecerrados, vio vides crecer sobre ella. Bruja, naturaleza, buena. Relajándose, lo sintió junto a ella, arrastrándola aún más cerca, colocando su pierna sobre la suya protectoramente. Inclinándose olió el olor de la vid, vaciló, pero no se apartó y apretándola más cerca él también fue envuelto.
Antes de ir a la deriva lejos, ella susurró:
—Está bien, Nicholas. —Y él lo permitió.
Cuando ella despertó todavía estaba oscuro, las vides se habían ido, como los raspones en sus rodillas, palmas y el dolor de sus músculos. Nicholas estiraba su cuerpo sobre el suyo, sosteniéndose en sus codos. Ella observó que la imagen de la bestia comenzaba a desvanecerse, los ojos azul claro comenzaban a oscurecerse.
Acunando su cara con sus grandes manos, la miró con emoción interrogándola, ella sintió lágrimas en respuesta.
Presionando suaves besos en su frente, parpados y nariz. Si ella había visto a la bestia en un frenesí de lujuria, ahora la veía elogiando a su compañera por saciarle.
Entonces su mirada vaciló sobre su cuello. Ella lo descubrió mirando la mordedura a lo largo de la noche, pareciendo a la vez orgulloso y aliviado por haberla puesto en ella.
—Tu piel está curada. Pero la señal permanece. —Su voz estaba volviendo a la normalidad aunque se había acostumbró a su voz bestial y a los murmullos roncos y se alegró al saber que los volvería a oír el siguiente mes.
Ella frunció el ceño. ¿Iba a estar con él para hacer esto por mucho tiempo?
—Reclamada para siempre.
Bueno, al menos uno de ellos lo creía. ¿Y quién sabe qué pasaría entre ellos? Él la había empujado a nuevas alturas, exigiendo que su cuerpo hiciera cosas que nunca pensó que podría hacer. El afecto que había comenzado a sentir por él crecía muy fuerte dentro de ella.
¿Quién sabe qué podría pasar?
—Te necesito otra vez, antes del amanecer.
Cuando ella asintió con impaciencia, él se movió hacia adelante agarrando su miembro, colocándolo dentro de ella. Con aquel contacto, él echó la cabeza hacia atrás y ella se arqueó hasta él, como si fuera la primera vez que se unían. Cuando él dobló sus caderas, hundiéndose gradualmente en ella casi hasta la empuñadura, dijo bruscamente:
—No puedo conseguir bastante de ti.
Reduciendo la marcha del paso furioso de la noche, se apoyó sobre sus codos una vez más, bajando, hasta que sus pieles se tocaron. Cuando la besó, lánguidamente se movió sobre ella, con un balanceo experto de sus caderas que introducía su miembro en su cuerpo, avanzando para sumergirlo profundamente. Nunca acelerando el ritmo, lo hizo una y otra vez hasta que ella jadeó. Gritando contra sus labios:
—Nicholas...
—Conozco el tono de mi hembra —gruñó él. Incluso cuando ella podía sentir lo hinchado que estaba y tan cerca del borde, él apretó los dientes, siguiendo los empujes mesurados hasta que ella culminó. Con un grito en la noche, arqueó su espalda, apretando sus piernas alrededor de su cintura.
—¡Me corro... demasiado! —Él gritó cuando su cuerpo se tensó, inmóvil, antes de perder el control entre sus muslos. Sonriendo por la sensación entusiasta del calor que emanaba de ella, gimió en su oído—: ¡Mariah!
:wut: ay Nicholas tenias que cag... regarla :muere:
Capitulo 42
Cuando él echó hacia atrás la cabeza, _______ sintió la vibración hechizante de su rugido desde su pecho resonando en la selva. Su eyaculación era palpable, disparando desde la amplia cabeza metida dentro de ella.
Aún entonces la luna seguía atravesando los árboles como plata surrealista, y ella lo sabía. Sabía que él era demasiado poderoso en ese estado para contenerlo con cualquier hechizo que ella pudiera conjurar. Y aunque acababa de alcanzar el clímax, permanecía duro dentro de ella. Sus músculos seguían tan tensos como antes.
_______ había querido intensidad, ferocidad. Tragó y cerró los ojos, fortaleciéndose.
Estaba a punto de conseguirlo.
Segundos más tarde, él se separó del árbol, empujándola hacia adelante la puso sobre sus rodillas y manos. Tomándola de la nuca, presionó su cuerpo sobre la tierra, manteniéndola fija con la mano en su cuello.
Sosteniéndola inmóvil, despacio introdujo su eje, pulgada a pulgada, haciéndola gritar de placer.
Cuando pensó que era todo lo que podía tomar, él le demostró lo contrario, empujando sus caderas, la obligó a tomar todavía más.
Asentado tan profundamente, de alguna manera se controló, permitiendo que se acostumbrara a su tamaño. Cuando gimió para pedir más, él la tomó con fuerza de la cintura. Empujando una vez, con fuerza y urgencia.
—¡Ah, dioses! —Ella lanzó un grito—. Haz eso otra vez...
Él lo hizo, repetidas veces, haciendo que sus dientes chocaran con fuerza, pero ella lo amaba, amaba lo inflexible que era, amaba su voz de bestia mala y ronca en sus oídos.
—Tu sexo está tan apretado... bueno y mojado. Quisiera estar aquí para siempre.
Cuando ella lo tocó entre sus piernas para acariciar y apretar su pesado saco, él gruñó en aprobación. Pero entonces la obligó a quitar su mano.
—No lo hagas... me harás venir... no estoy listo. —Poniéndole las manos en su espalda—. Ninguna interrupción, pequeña compañera.
Era la primera vez que la llamaba compañera. Si la había aceptado como suya completamente, sabía que sólo había un modo de terminar la noche. Sólo podía rendirse a la bestia que tenía en su espalda.
Tomándola de los codos, la alejó ubicándola casi en posición vertical sobre sus rodillas, luego utilizó su agarre para tirar de su cuerpo y empujar frenéticamente de sus caderas, sus pechos temblaron. Su piel estaba húmeda, y el viento se precipitó sobre ella como una caricia.
Y se sentía tan bien.
Trató de liberarse para tocarlo, pero él sostuvo sus codos firmemente.
—Necesito... marcarte. Marcarte como mía.
Aunque había temido su mordedura, en aquel momento no le negaría nada.
—¡Sí, hazlo!
Él siseo, su eje pulsaba dentro de ella en anticipación.
—Nada podría... complacerme más.
Ella también tembló de anticipación. ¿Dolería? ¿Gritaría? Pero sabía que nada lo detendría. Había deseado toda la experiencia. Este paso era obligatorio.
Él colocó la boca entre su cuello y hombro, gruñendo en voz alta contra su piel, alarmándola, emocionándola. Sintió el roce de su fuerte lengua lamiéndola.
Los colmillos perforaron la piel. Ella gritó por el dolor, y por el choque de un violento orgasmo. En total abandono, se arqueó bajo él, extendió sus rodillas y balanceó las caderas pidiendo más.
Incluso cuando él siguió sumergiéndose entre sus piernas, no retiró sus colmillos, parecía no estar dispuesto a obtener su liberación ahora que la tenía como quería.
Justo cuando ella pensaba que no podría tomar más, sintió todo su cuerpo tensarse sobre el suyo. Él gruñía de manera brutal contra su piel, luego llegó una poderosa onda, abrasadora, bombeando una y otra vez.
Él finalmente la liberó sufriendo un colapso sobre ella, mientras continuaba empujando ahora lentamente, como si saboreara la humedad de ambos.
—Nunca te dejare ir.
—Necesito... descansar, Nicholas —dijo mucho más tarde aquella noche, su cuerpo estaba dolorido, completamente desgastado—. No soy lo bastante fuerte para esto hora tras hora. Por favor, sólo un pequeño descanso...
—Duerme. —Sin retirarse, la puso de lado, acomodándose a su espalda. Todavía dentro de ella, puso la mano entre sus piernas, empujando su trasero y sosteniendo su sexo. Posesivamente.
Con los ojos entrecerrados, vio vides crecer sobre ella. Bruja, naturaleza, buena. Relajándose, lo sintió junto a ella, arrastrándola aún más cerca, colocando su pierna sobre la suya protectoramente. Inclinándose olió el olor de la vid, vaciló, pero no se apartó y apretándola más cerca él también fue envuelto.
Antes de ir a la deriva lejos, ella susurró:
—Está bien, Nicholas. —Y él lo permitió.
Cuando ella despertó todavía estaba oscuro, las vides se habían ido, como los raspones en sus rodillas, palmas y el dolor de sus músculos. Nicholas estiraba su cuerpo sobre el suyo, sosteniéndose en sus codos. Ella observó que la imagen de la bestia comenzaba a desvanecerse, los ojos azul claro comenzaban a oscurecerse.
Acunando su cara con sus grandes manos, la miró con emoción interrogándola, ella sintió lágrimas en respuesta.
Presionando suaves besos en su frente, parpados y nariz. Si ella había visto a la bestia en un frenesí de lujuria, ahora la veía elogiando a su compañera por saciarle.
Entonces su mirada vaciló sobre su cuello. Ella lo descubrió mirando la mordedura a lo largo de la noche, pareciendo a la vez orgulloso y aliviado por haberla puesto en ella.
—Tu piel está curada. Pero la señal permanece. —Su voz estaba volviendo a la normalidad aunque se había acostumbró a su voz bestial y a los murmullos roncos y se alegró al saber que los volvería a oír el siguiente mes.
Ella frunció el ceño. ¿Iba a estar con él para hacer esto por mucho tiempo?
—Reclamada para siempre.
Bueno, al menos uno de ellos lo creía. ¿Y quién sabe qué pasaría entre ellos? Él la había empujado a nuevas alturas, exigiendo que su cuerpo hiciera cosas que nunca pensó que podría hacer. El afecto que había comenzado a sentir por él crecía muy fuerte dentro de ella.
¿Quién sabe qué podría pasar?
—Te necesito otra vez, antes del amanecer.
Cuando ella asintió con impaciencia, él se movió hacia adelante agarrando su miembro, colocándolo dentro de ella. Con aquel contacto, él echó la cabeza hacia atrás y ella se arqueó hasta él, como si fuera la primera vez que se unían. Cuando él dobló sus caderas, hundiéndose gradualmente en ella casi hasta la empuñadura, dijo bruscamente:
—No puedo conseguir bastante de ti.
Reduciendo la marcha del paso furioso de la noche, se apoyó sobre sus codos una vez más, bajando, hasta que sus pieles se tocaron. Cuando la besó, lánguidamente se movió sobre ella, con un balanceo experto de sus caderas que introducía su miembro en su cuerpo, avanzando para sumergirlo profundamente. Nunca acelerando el ritmo, lo hizo una y otra vez hasta que ella jadeó. Gritando contra sus labios:
—Nicholas...
—Conozco el tono de mi hembra —gruñó él. Incluso cuando ella podía sentir lo hinchado que estaba y tan cerca del borde, él apretó los dientes, siguiendo los empujes mesurados hasta que ella culminó. Con un grito en la noche, arqueó su espalda, apretando sus piernas alrededor de su cintura.
—¡Me corro... demasiado! —Él gritó cuando su cuerpo se tensó, inmóvil, antes de perder el control entre sus muslos. Sonriendo por la sensación entusiasta del calor que emanaba de ella, gimió en su oído—: ¡Mariah!
:wut: ay Nicholas tenias que cag... regarla :muere:
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 9:04 pm
Maratón 3/4
Nick despertó para encontrar sus brazos vacíos sin la tibia y curvilínea bruja. Esto le desagradó.
Cuándo tuvo problemas para sacudirse el atontamiento, se dio cuenta de que ella le había hecho dormir, le había lanzado otro jodido hechizo. Maldita sea, ¿por qué? Olfateó el aire para ubicarla, y se puso en pie de un salto.
Ella se había ido.
¿Había sido demasiado áspero con ella? ¿La asustó otra vez? ¿Por qué sino correría?
Entonces vio un área justo a su lado que ella había limpiado muy deliberadamente de maleza. En el barro, le había escrito una nota con letras precisas.
Idiota:
El nombre es MARIKETA.
Vete al diablo.
La BRUJA, haciéndote un hechizo asqueroso en algún lugar en este momento.
Se hundió en el suelo, tirando un brazo sobre la cara mientras juraba en voz baja. ¿La había llamado Mariah anoche? Ah, maldición.
Ach, Nick, la has jodido esta vez.
Debía estar furiosa. O peor, dolida. La bruja le había dado un placer inconcebible, y ¿era así como él le había dado las gracias?
Había amado todo acerca de _______ y la manera en que habían estado juntos. El sabor de su carne era adictivo, como lo era la sensación de su pequeña lengua húmeda lamiendo su piel mientras valientemente le lamía por todas partes. Ella le había mordido el hombro en abandono, gritando contra sus músculos, y las uñas se habían clavado en los muslos mientras la había tomado por detrás... se endureció ahora al recordar eso.
Ella le había dado el placer que había esperado toda su larga vida...
Y yo le mostré mi gratitud llamándola por el nombre de otra mujer.
Cuándo apartó el brazo, parpadeó. Encima de él, divisó sus vaqueros y botas colgando de las ramas superiores de un árbol de cinco pisos de altura.
Se levantó, determinado a encontrarla, para hacer que lo perdonara. Y luego, que los dioses lo ayudaran, comenzarían donde lo habían dejado anoche. Olfateó el aire y pudo captar una insinuación de ella hacia la costa meridional.
_______ había borrado las huellas mágicamente —y su olor— bien. Pero ella no entendía. No tenía que tener su rastro. Había sólo pocos lugares donde podía estar. Correría a la costa y volvería mil veces, y saborearía cada paso mientras se acercaba a ella.
Levantó la mirada a sus vaqueros otra vez y se asustó de su propia risa profunda. Sonrió en la dirección de _______.
Ach, le gustaban los juegos a los que jugaban.
—Déjame entender esto. ¿Ser buscada por la selva por un Lykae loco de lujuria era uno de los extracurriculares más seguros de tu viaje? —preguntó Carrow.
—Eso es lo que estoy diciendo. —_______ ajustó el teléfono cortesía del hotel contra su hombro, luego tomó otro trago de su bebida, un bourbon con hielo con una sombrillita rosa de papel.
En la moda serio-cómica, había conseguido de algún modo llegar a un Resort de una playa beliceña, entonces encantó al director hasta que este estuvo demasiado feliz para extenderle una gran cuenta en el hotel.
Magia... buena.
—Te dije que no fueras por ti misma, ¿verdad? —demandó Carrow—. ¿Qué te dije?
Mientras Carrow se repetía, _______ obedientemente dijo entre dientes al unísono:
—Darwin dice que la gente como tú necesita morir.
—Sí, eso es lo que dije. Y después de todo lo que te ha sucedido, estoy sorprendida de que todavía estés haciendo tictac.
No sólo estaba haciendo tictac, estaba duchada, vestida con nuevas ropas playeras y sandalias de la tienda de regalos del Resort, y disfrutando de una cuenta ilimitada en el bar mientras esperaba su vuelo a casa.
—Bien, permíteme que esto sirva como mí llamada a la Casa para impedir el desastre. Sólo un día tarde. Espero que les digas a todos que nunca he sido puntual para nada en mi vida.
—Desastre evitado. Ya recibimos una llamada de algún petimetre denominado Hild. Y luego un demonio denominado Rydstrom apareció aquí hace un par de horas.
—¡Ajá!
—Sí, ajá. Yo no estaba aquí, pero he oído que adondequiera que giraba su mirada de ojos verdes, las brujas dejaban caer los pantalones y le ofrecían las bragas.
—Carrow, así es cómo empiezan los rumores —dijo _______ reprendiéndola con el tono—. ¿Dijo algo acerca del resto de su grupo?
—Dijo que al final todo salió bien. —Mientras _______ suspiraba de alivio, Carrow agregó—: Dejó un número para ti. Sabes que podría decirle que estás bien, durante la cena y las bebidas.
No pudo evitar sonreír. Rydstrom amaría a _______ o la maldeciría por esto, pero dijo:
—Sí, llámalo. Dile que ambos, MacRieve y yo, estábamos en pie esta mañana.
—Así que ¿vas a salir volando antes de que el gran, malo-con-los-nombres, lobo te encuentre?
—Malditamente correcto. —El bastardo la había llamado... Mariah. ¿Eso era todo lo que _______ era para él? ¿Una substituta? ¿Una segunda elección? ¡El jodido equipo B! La idea de eso la ultrajaba incluso más a causa de la última anoche...
Nicholas MacRieve me arruinó totalmente para otros hombres.
Casi deseaba no saber ahora que el sexo como ese existía —ni que lo que había pensado en el pasado que era gran placer había sido un mero toque de los dedos en un vasto océano. Golpeó malhumorada el bar con los nudillos y señaló al barman para otra ronda.
—¿Supongo que no encontraste un avión grande? —preguntó Carrow—. ¿O te las has arreglado para conseguir algún Xanax?(Ansiolítico. Nombre comercial del Alprazolam)
—No y no —_______ estaba tan enferma del equipo B, que realmente iba a salir volando en un avión bebé—. Pero tengo suerte de conseguir un vuelo después de todo. Además, me estoy automedicando con whisky. Aterrizaré alrededor de las siete, así que ve por mí, si todavía tienes tu permiso de conducir, al despegar mi trasero del avión.
—Lo haré. Pero, _______, tengo que decir que quizás no estás viendo claramente el asunto del hombre lobo, porque, bien, tú tienes asuntos.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Sólo que estás realmente enfadada con estas cosas. Piensa sobre ello, la última vez que el Lykae estuvo en la misma situación, corriendo con una compañera y retozando o lo que sea que esa gente hace, estaba con una hembra llamada Mariah. Anoche, cuando estaba lobuno, influenciado por la luna y habiendo conseguido yacer por primera vez en, ¿qué dirías?, ciento ochenta años, básicamente olvidó el ket de tu nombre. Quizás quieras ser más tolerante. O, podría lanzar un hechizo para hacerle enamorarse de una secadora. Tú decides. Pero si el sexo fue sinceramente...
—¿Cataclísmico?
—Sí, ya lo has comunicado como treinta veces, pequeño bourbon lujurioso. Así que ¿dime que no quieres ser atrapada? ¿Nada en absoluto?
_______ suspiró.
—Podría... si él me deseara.
—Yo te deseo, muchacha.
Ella dio un salto. ¡MacRieve! Estaba vestido con ropa nueva, y parecía duchado y fríamente tranquilo.
—¿Cómo infiernos has podido conseguido llegar aquí tan rápidamente?
—Te he echado de menos, bruja. Corriste precipitadamente. Ahora cuelga el maldito teléfono.
—Oh, gran Hekate, ¿esa es su voz? —gritó Carrow—. ¡Acabo de tener un orgasmo! Amaña la etiqueta de tu nombre si tienes que hacerlo, pero consigue algunos de esos algún-algún. Recuerda, los amigos dejan que los amigos vivan a través de los otros...
Clic.
—¿Cuánto tiempo has estado aquí?
—Llegué aquí una hora después de ti.
—¿Soy lenta?
—Soy rápido. Habría venido a ti antes, pero tenía muchos arreglos que hacer. —Su mirada se centró en su bebida—. ¿Qué infiernos estás haciendo?
—Estoy golpeándome con algunos sizzurp. (Tipo de cóctel que contiene codeína, soda con sabor de frutas y vodka, ron o ginebra)
—¿Por qué?
Ella se encogió de hombros.
—Avión pequeño, gran susto.
Él olió.
—¿Eso es bourbon? ¿Quién bebe whisky en la playa?
—¡Suena como un gran nombre de bebida para mí! ¿Cómo me encontraste?
—Encubriste tu rastro bien. Pero soy un gran cazador.
—Y tan modesto, también.
—No deberías haberme dejado así. ¿En qué maldita cosa estabas pensando para ponerte en peligro otra vez? Creí que teníamos un... entendimiento.
—Lo teníamos. Y entonces me llamaste por el nombre de otra mujer. —Pareció que él apenas había suprimido un respingo—. Y entonces me di cuenta de que había entendido mal nuestro entendimiento.
MacRieve la agarró por el codo y la dirigió a un patio privado revestido de hibiscos.
—Maldita sea, bruja, no es posible para mí olvidarme instantáneamente de alguien que ha jugado un papel tan grande en mi vida. Si piensas en alguien durante tanto tiempo, un par de semanas no la borrarán.
Ella chasqueó los dedos y dijo:
—Exactamente. Un par de semanas no lo harán. Un año no lo hará. Una eternidad no lo hará. Nunca serás feliz sin ella.
—Ya no creo eso. Y puedo prometerte que eso no sucederá otra vez.
—No sé que es más inquietante... el hecho de que me llamaras por el nombre de otra mujer o el hecho de que ahora tendrás que hacer un esfuerzo consciente para no llamarme. Todavía piensas en ella de alguna manera.
—Si quieres irte porque tienes aprensiones o temores persistentes acerca de lo de anoche, entonces vete. Pero no puedes irte porque creas que prefiero a otra por encima de ti. Eso es simplemente no.
—¿Cómo puedo creerte después de que gritaras su nombre? —gritó ella.
—Necesito decirte algo —se pasó los dedos por el pelo—, sobre lo que no he hablado nunca. Pero lo haré contigo. —Miró a la derecha de ella mientras decía—: Cuando Mariah murió, ella murió... huyendo de mí. Escapando de mí como tú hiciste anoche. Aún mientras no estaba pensando en nada excepto en ti, siempre la culpabilidad por su muerte perdurará en algún nivel.
_______ jadeó.
—¿Por qué no me lo dijiste?
Él finalmente la encaró.
—Temía que sólo te heriría revelarte eso, que crearía la misma situación. Temía eso.
—Aunque fue un accidente. ¿Correcto? No puedes llevar esa culpa para siempre.
—A veces, últimamente, me siento peor, porque... —Sus palabras se hicieron más débiles.
—¿Por que qué?
Él restregó la mano sobre la cara.
—Incluso si creyera que eres la misma alma que ella, yo nunca deseé a Mariah como te deseo a ti. —Pareció avergonzado por la admisión, aún mientras ella se sentía suavizarse hacia él... como siempre—. ¿Y qué dice eso acerca de mí? ¿Cómo podrías escoger para ti a un macho tan desleal? ¿Cuándo yo quiero renunciar a esta maldita culpa?
—¡Por supuesto que lo haces, han sido casi dos monstruosos siglos! Suficiente es suficiente.
—Dioses, yo esperaba que creyeras que he esperado lo suficiente. —Exhaló un aliento aliviado—. Quiero mirar hacia adelante.
—Como deberías. No seas tan duro contigo mismo.
—Hecho, si tú haces lo mismo por mí también.
Ella hizo un sonido rechinante de frustración.
—Oh, tú malicioso...
—Muchacha, nosotros tendremos problemas a veces. Cometeremos errores y los perdonaremos. Esta es una de esas veces.
—Estás actuando como si hubiera firmado un contrato a largo plazo. Y no lo he hecho.
—¿Qué tomaría conseguir otra oportunidad contigo?
—Nada de lo que tienes. Mi tiempo aquí se está acortando...
—¿Nada? Pero no has visto todo lo que tengo. ¿Qué si te dijera que tengo una rama de olivo que la mercenaria en ti apreciaría? —Curvó el dedo bajo el mentón de ella—. Nunca te has asustado de nada y no te arrepentirás de esto ahora.
Ella necesitaba permanecer fuerte, para permanecer furiosa. Pero todo lo que quería era volver a estar con él.
—Dame una oportunidad, brujita.
Fue entonces que ella hizo una observación decisiva.
Nicholas MacRieve contenía la respiración.
¡Maldito! Y allí se fue la fuerza y la furia, se fue con un quejido. Tranquila, se encontró con los ojos de él.
—No me llames por su nombre otra vez, Nicholas. Duele.
—Shh, muchacha. —Envolvió esos brazos grandes alrededor de ella, atrayéndola contra el calor de su pecho—. No lo haré, lo prometo. —Cuándo ella se relajó finalmente contra él, él le acarició la oreja con la nariz. Ella pudo sentir curvarse sus labios antes de que dijera—: Y no cuelgues mi ropa en árboles altos.
Capitulo 43
Nick despertó para encontrar sus brazos vacíos sin la tibia y curvilínea bruja. Esto le desagradó.
Cuándo tuvo problemas para sacudirse el atontamiento, se dio cuenta de que ella le había hecho dormir, le había lanzado otro jodido hechizo. Maldita sea, ¿por qué? Olfateó el aire para ubicarla, y se puso en pie de un salto.
Ella se había ido.
¿Había sido demasiado áspero con ella? ¿La asustó otra vez? ¿Por qué sino correría?
Entonces vio un área justo a su lado que ella había limpiado muy deliberadamente de maleza. En el barro, le había escrito una nota con letras precisas.
Idiota:
El nombre es MARIKETA.
Vete al diablo.
La BRUJA, haciéndote un hechizo asqueroso en algún lugar en este momento.
Se hundió en el suelo, tirando un brazo sobre la cara mientras juraba en voz baja. ¿La había llamado Mariah anoche? Ah, maldición.
Ach, Nick, la has jodido esta vez.
Debía estar furiosa. O peor, dolida. La bruja le había dado un placer inconcebible, y ¿era así como él le había dado las gracias?
Había amado todo acerca de _______ y la manera en que habían estado juntos. El sabor de su carne era adictivo, como lo era la sensación de su pequeña lengua húmeda lamiendo su piel mientras valientemente le lamía por todas partes. Ella le había mordido el hombro en abandono, gritando contra sus músculos, y las uñas se habían clavado en los muslos mientras la había tomado por detrás... se endureció ahora al recordar eso.
Ella le había dado el placer que había esperado toda su larga vida...
Y yo le mostré mi gratitud llamándola por el nombre de otra mujer.
Cuándo apartó el brazo, parpadeó. Encima de él, divisó sus vaqueros y botas colgando de las ramas superiores de un árbol de cinco pisos de altura.
Se levantó, determinado a encontrarla, para hacer que lo perdonara. Y luego, que los dioses lo ayudaran, comenzarían donde lo habían dejado anoche. Olfateó el aire y pudo captar una insinuación de ella hacia la costa meridional.
_______ había borrado las huellas mágicamente —y su olor— bien. Pero ella no entendía. No tenía que tener su rastro. Había sólo pocos lugares donde podía estar. Correría a la costa y volvería mil veces, y saborearía cada paso mientras se acercaba a ella.
Levantó la mirada a sus vaqueros otra vez y se asustó de su propia risa profunda. Sonrió en la dirección de _______.
Ach, le gustaban los juegos a los que jugaban.
—Déjame entender esto. ¿Ser buscada por la selva por un Lykae loco de lujuria era uno de los extracurriculares más seguros de tu viaje? —preguntó Carrow.
—Eso es lo que estoy diciendo. —_______ ajustó el teléfono cortesía del hotel contra su hombro, luego tomó otro trago de su bebida, un bourbon con hielo con una sombrillita rosa de papel.
En la moda serio-cómica, había conseguido de algún modo llegar a un Resort de una playa beliceña, entonces encantó al director hasta que este estuvo demasiado feliz para extenderle una gran cuenta en el hotel.
Magia... buena.
—Te dije que no fueras por ti misma, ¿verdad? —demandó Carrow—. ¿Qué te dije?
Mientras Carrow se repetía, _______ obedientemente dijo entre dientes al unísono:
—Darwin dice que la gente como tú necesita morir.
—Sí, eso es lo que dije. Y después de todo lo que te ha sucedido, estoy sorprendida de que todavía estés haciendo tictac.
No sólo estaba haciendo tictac, estaba duchada, vestida con nuevas ropas playeras y sandalias de la tienda de regalos del Resort, y disfrutando de una cuenta ilimitada en el bar mientras esperaba su vuelo a casa.
—Bien, permíteme que esto sirva como mí llamada a la Casa para impedir el desastre. Sólo un día tarde. Espero que les digas a todos que nunca he sido puntual para nada en mi vida.
—Desastre evitado. Ya recibimos una llamada de algún petimetre denominado Hild. Y luego un demonio denominado Rydstrom apareció aquí hace un par de horas.
—¡Ajá!
—Sí, ajá. Yo no estaba aquí, pero he oído que adondequiera que giraba su mirada de ojos verdes, las brujas dejaban caer los pantalones y le ofrecían las bragas.
—Carrow, así es cómo empiezan los rumores —dijo _______ reprendiéndola con el tono—. ¿Dijo algo acerca del resto de su grupo?
—Dijo que al final todo salió bien. —Mientras _______ suspiraba de alivio, Carrow agregó—: Dejó un número para ti. Sabes que podría decirle que estás bien, durante la cena y las bebidas.
No pudo evitar sonreír. Rydstrom amaría a _______ o la maldeciría por esto, pero dijo:
—Sí, llámalo. Dile que ambos, MacRieve y yo, estábamos en pie esta mañana.
—Así que ¿vas a salir volando antes de que el gran, malo-con-los-nombres, lobo te encuentre?
—Malditamente correcto. —El bastardo la había llamado... Mariah. ¿Eso era todo lo que _______ era para él? ¿Una substituta? ¿Una segunda elección? ¡El jodido equipo B! La idea de eso la ultrajaba incluso más a causa de la última anoche...
Nicholas MacRieve me arruinó totalmente para otros hombres.
Casi deseaba no saber ahora que el sexo como ese existía —ni que lo que había pensado en el pasado que era gran placer había sido un mero toque de los dedos en un vasto océano. Golpeó malhumorada el bar con los nudillos y señaló al barman para otra ronda.
—¿Supongo que no encontraste un avión grande? —preguntó Carrow—. ¿O te las has arreglado para conseguir algún Xanax?(Ansiolítico. Nombre comercial del Alprazolam)
—No y no —_______ estaba tan enferma del equipo B, que realmente iba a salir volando en un avión bebé—. Pero tengo suerte de conseguir un vuelo después de todo. Además, me estoy automedicando con whisky. Aterrizaré alrededor de las siete, así que ve por mí, si todavía tienes tu permiso de conducir, al despegar mi trasero del avión.
—Lo haré. Pero, _______, tengo que decir que quizás no estás viendo claramente el asunto del hombre lobo, porque, bien, tú tienes asuntos.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Sólo que estás realmente enfadada con estas cosas. Piensa sobre ello, la última vez que el Lykae estuvo en la misma situación, corriendo con una compañera y retozando o lo que sea que esa gente hace, estaba con una hembra llamada Mariah. Anoche, cuando estaba lobuno, influenciado por la luna y habiendo conseguido yacer por primera vez en, ¿qué dirías?, ciento ochenta años, básicamente olvidó el ket de tu nombre. Quizás quieras ser más tolerante. O, podría lanzar un hechizo para hacerle enamorarse de una secadora. Tú decides. Pero si el sexo fue sinceramente...
—¿Cataclísmico?
—Sí, ya lo has comunicado como treinta veces, pequeño bourbon lujurioso. Así que ¿dime que no quieres ser atrapada? ¿Nada en absoluto?
_______ suspiró.
—Podría... si él me deseara.
—Yo te deseo, muchacha.
Ella dio un salto. ¡MacRieve! Estaba vestido con ropa nueva, y parecía duchado y fríamente tranquilo.
—¿Cómo infiernos has podido conseguido llegar aquí tan rápidamente?
—Te he echado de menos, bruja. Corriste precipitadamente. Ahora cuelga el maldito teléfono.
—Oh, gran Hekate, ¿esa es su voz? —gritó Carrow—. ¡Acabo de tener un orgasmo! Amaña la etiqueta de tu nombre si tienes que hacerlo, pero consigue algunos de esos algún-algún. Recuerda, los amigos dejan que los amigos vivan a través de los otros...
Clic.
—¿Cuánto tiempo has estado aquí?
—Llegué aquí una hora después de ti.
—¿Soy lenta?
—Soy rápido. Habría venido a ti antes, pero tenía muchos arreglos que hacer. —Su mirada se centró en su bebida—. ¿Qué infiernos estás haciendo?
—Estoy golpeándome con algunos sizzurp. (Tipo de cóctel que contiene codeína, soda con sabor de frutas y vodka, ron o ginebra)
—¿Por qué?
Ella se encogió de hombros.
—Avión pequeño, gran susto.
Él olió.
—¿Eso es bourbon? ¿Quién bebe whisky en la playa?
—¡Suena como un gran nombre de bebida para mí! ¿Cómo me encontraste?
—Encubriste tu rastro bien. Pero soy un gran cazador.
—Y tan modesto, también.
—No deberías haberme dejado así. ¿En qué maldita cosa estabas pensando para ponerte en peligro otra vez? Creí que teníamos un... entendimiento.
—Lo teníamos. Y entonces me llamaste por el nombre de otra mujer. —Pareció que él apenas había suprimido un respingo—. Y entonces me di cuenta de que había entendido mal nuestro entendimiento.
MacRieve la agarró por el codo y la dirigió a un patio privado revestido de hibiscos.
—Maldita sea, bruja, no es posible para mí olvidarme instantáneamente de alguien que ha jugado un papel tan grande en mi vida. Si piensas en alguien durante tanto tiempo, un par de semanas no la borrarán.
Ella chasqueó los dedos y dijo:
—Exactamente. Un par de semanas no lo harán. Un año no lo hará. Una eternidad no lo hará. Nunca serás feliz sin ella.
—Ya no creo eso. Y puedo prometerte que eso no sucederá otra vez.
—No sé que es más inquietante... el hecho de que me llamaras por el nombre de otra mujer o el hecho de que ahora tendrás que hacer un esfuerzo consciente para no llamarme. Todavía piensas en ella de alguna manera.
—Si quieres irte porque tienes aprensiones o temores persistentes acerca de lo de anoche, entonces vete. Pero no puedes irte porque creas que prefiero a otra por encima de ti. Eso es simplemente no.
—¿Cómo puedo creerte después de que gritaras su nombre? —gritó ella.
—Necesito decirte algo —se pasó los dedos por el pelo—, sobre lo que no he hablado nunca. Pero lo haré contigo. —Miró a la derecha de ella mientras decía—: Cuando Mariah murió, ella murió... huyendo de mí. Escapando de mí como tú hiciste anoche. Aún mientras no estaba pensando en nada excepto en ti, siempre la culpabilidad por su muerte perdurará en algún nivel.
_______ jadeó.
—¿Por qué no me lo dijiste?
Él finalmente la encaró.
—Temía que sólo te heriría revelarte eso, que crearía la misma situación. Temía eso.
—Aunque fue un accidente. ¿Correcto? No puedes llevar esa culpa para siempre.
—A veces, últimamente, me siento peor, porque... —Sus palabras se hicieron más débiles.
—¿Por que qué?
Él restregó la mano sobre la cara.
—Incluso si creyera que eres la misma alma que ella, yo nunca deseé a Mariah como te deseo a ti. —Pareció avergonzado por la admisión, aún mientras ella se sentía suavizarse hacia él... como siempre—. ¿Y qué dice eso acerca de mí? ¿Cómo podrías escoger para ti a un macho tan desleal? ¿Cuándo yo quiero renunciar a esta maldita culpa?
—¡Por supuesto que lo haces, han sido casi dos monstruosos siglos! Suficiente es suficiente.
—Dioses, yo esperaba que creyeras que he esperado lo suficiente. —Exhaló un aliento aliviado—. Quiero mirar hacia adelante.
—Como deberías. No seas tan duro contigo mismo.
—Hecho, si tú haces lo mismo por mí también.
Ella hizo un sonido rechinante de frustración.
—Oh, tú malicioso...
—Muchacha, nosotros tendremos problemas a veces. Cometeremos errores y los perdonaremos. Esta es una de esas veces.
—Estás actuando como si hubiera firmado un contrato a largo plazo. Y no lo he hecho.
—¿Qué tomaría conseguir otra oportunidad contigo?
—Nada de lo que tienes. Mi tiempo aquí se está acortando...
—¿Nada? Pero no has visto todo lo que tengo. ¿Qué si te dijera que tengo una rama de olivo que la mercenaria en ti apreciaría? —Curvó el dedo bajo el mentón de ella—. Nunca te has asustado de nada y no te arrepentirás de esto ahora.
Ella necesitaba permanecer fuerte, para permanecer furiosa. Pero todo lo que quería era volver a estar con él.
—Dame una oportunidad, brujita.
Fue entonces que ella hizo una observación decisiva.
Nicholas MacRieve contenía la respiración.
¡Maldito! Y allí se fue la fuerza y la furia, se fue con un quejido. Tranquila, se encontró con los ojos de él.
—No me llames por su nombre otra vez, Nicholas. Duele.
—Shh, muchacha. —Envolvió esos brazos grandes alrededor de ella, atrayéndola contra el calor de su pecho—. No lo haré, lo prometo. —Cuándo ella se relajó finalmente contra él, él le acarició la oreja con la nariz. Ella pudo sentir curvarse sus labios antes de que dijera—: Y no cuelgues mi ropa en árboles altos.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 9:12 pm
Maratón 4/4
La rama de olivo de Nicholas para ella era una isla privada justo en la costa de Belice, con un barco y una mansión en medio de un bosque ventoso de palmeras.
Y las dos semanas que había permanecido allí con él habían sido las más felices de toda su vida. Esta noche estaban sentados en una manta en la playa, mirando perezosamente una madera flotante. La brisa soplaba a través de las hojas de las palmeras, y las estrellas brillaron febrilmente. Mientras yacía contra su pecho, reflexionó sobre su tiempo aquí con él.
Al principio, había pensado que él solamente había gastado una fortuna para alquilar esta propiedad, pero entonces le había dicho:
—Si la quieres, es tuya.
Aparentemente, no era sólo rico, sino obscenamente rico. Así que contestó como cualquier bruja que se respeta haría:
—Dame... las escrituras.
Después de su primera noche aquí de sexo sin parar, había despertado en el éxtasis, incapaz de dejar de sonreír estúpidamente. ¿Había creído realmente que las relaciones sexuales no podían ser perfectas? Él había parecido sorprendido por su reacción, luego había hecho esa exposición de orgullo, sobresaliendo el mentón.
—¿El anciano hombre lobo todavía lo tiene, eh, muchacha?
Le había hecho cosquillas hasta que ella chilló de risa.
Entonces más tarde, una vez ellos que decidieron quedarse unas pocas semanas, pusieron algunos parámetros para su cohabitación.
Ella no iba a hacer la "cosa del espejo" mientras estuvieran allí, porque, como él había dicho:
—Cada vez que te veo hacer ese hechizo, tengo un agudo presentimiento. Mi Instinto me dice que está mal... incluso, peligroso.
En cuanto a la magia en general:
—Si se desliza porque te asustas por algo, eso es una cosa, pero encantar voluntariamente a tu reflejo me perturba mucho.
Todo lo que ella le había pedido era que no menospreciara a los de su clase, ni que sonara como si estuviera planeando apartarla de la brujería y la Casa.
Oh, y necesitaba ropas.
Durante el día, nadaban en el Caribe, y él atrapaba langostas que cocinaban de noche en la playa sobre el fuego. Exploraron los coloridos pueblos en el continente, haciendo compras, turismo, y besuqueándose en callejuelas.
Justo hoy la había presionado detrás de una fila de puestos de fruta. Con el bochornoso aire perfumado con caña de azúcar, y sus calientes y posesivas manos acariciándole los senos, la había tomado, suprimiendo sus gritos con sus besos...
—Muchacha, ¿qué estás pensado que te afecta de este modo?
—¿Hmm? Ah, nada.
—Siempre dices eso. No puedo evitar sentir que estás refrenando partes de ti.
Quizá se estaba refrenando, probable atemorizada de que esa otra persona por la que se preocupaba la abandonara. Y en un rincón de su mente, temía que él siempre dudaría que ella fuera suya hasta que concibiera. Tranquila, preguntó:
—¿Cómo?
—No me gusta que tengas tus secretos.
—¿Secretos? —Su tono era inocente, pero le ocultaba secretos —muchos de ellos.
Por ejemplo no parecía que pudiera abandonar lo de ir al espejo, no importaba que él le hubiera dicho cuánto le molestaba o cuán feliz la hacía. Había resuelto que si el reflejo respondía sólo unas preguntas en una sesión, entonces necesitaba tener tantas sesiones como fuera posible.
Y no le había dicho que noche tras noche había experimentado sueños extraños, tan vívidos y realistas que cuando despertaba tenía problemas para diferenciar entre lo que era real y lo que no.
En un sueño, estaba en un plano sin formas de un negro continuo. _______ veía a su madre, llorando con las palmas de las manos apretadas contra los ojos. Su padre yacía en un trozo de piedra, inmóvil, los ojos cerrados, las manos en puños.
Otras veces, soñaba que miles de voces le rogaban que se apresurara, pero para hacer qué, no lo sabía. Y a veces, en este balsámica isla de brisa suave, soñaba con un bosque sin hojas cubierto de nieve, las gruesas ramas con cuervos.
Más aún con sus aprensiones y sus secretos, _______ continuaba enamorándose de su fuerte y orgulloso hombre lobo más y más cada día. Tenía una buena sensación sobre Nicholas.
¿Así que por qué no tengo una buena sensación sobre nosotros?
—Tú también te refrenas —dijo ella finalmente
Lo hacía. Nick odiaba que ella hubiera tenido un primer amor, y temía que nunca fuera completamente suya a causa de ello. Y siempre estaba la aprensión de que perdería a su compañera de algún modo otra vez... Ella no podía convertirse en inmortal lo bastante rápidamente para venirle bien.
—Quizá estoy receloso de esto porque es tan bueno —contestó él honestamente—. Supongo que estoy tan acostumbrado a ser miserable que cualquier desviación me perturba.
—¿Es esto tan bueno? —preguntó ella calladamente.
Aún con dudas persistentes, él nunca había conocido una satisfacción como esta antes de ella, ni había sabido que existía.
—Aye, muchacha. Lo es para mí.
Aparte de la brujería, le gustaba todo acerca de su nueva compañera. Le gustaba el hecho de que, por alguna razón, cuando iban a pescar langostas, ella exclamaba:
—¡Estamos en el cangrejo, nene!
Le gustaba que comiera, bebiera y jugara con gusto. Su sentido del humor lo tenía riéndose todos los días.
Hacer el amor con ella le llenaba de maneras que nunca había imaginado.
Incluso se estaba acostumbrando a su pequeña magia. Cuándo ella dormía, si estaba contenta, las manos zumbaban como si ronroneara y a veces durante su estancia aquí la vista había ido de ponerle nervioso a... encantarle, haciéndole sonreírle.
Y ocasionalmente cosas extrañas ocurrían. Anoche había despertado para encontrar que todo en la habitación, desde la cortina al reloj de pared, se había vuelto brevemente azules. Se había encogido de hombros, la había empujado más cerca y volvió a dormir.
Más aunque ella había prometido no cantar al espejo, su Instinto continuaba advirtiéndole.
Su poder es inestable. Estate atento.
Sacudió sus aprensiones.
—Es bueno. Y pienso que sólo mejorará. Por ejemplo creo que te gustará visitar... —vivir en— Escocia. —Esperaba que aprobara su casa, pero si no, le compraría cualquiera que necesitara para ser feliz. Y esperaba que se llevara bien con sus primos y el clan, aunque si cualquiera de ellos contemplaba desairarla a causa de lo que ella era, los estrangularía.
—¿Cómo es tu casa allí?
—Es un pabellón de caza restaurado con chimeneas enormes y vigas inmensos en el techo. En invierno la nieve viene, y es surreal. Algunas noches cae en silencio, y otras noches las tormentas aúllan y tiran su manta.
—Suena maravilloso. Nunca he visto la nieve.
—¿Qué? —ladró, asombrado—. ¿Nunca?
—No hay mucha nieve en Nola. Y la única vez que he estado fuera del país fue a Cancún para las vacaciones de primavera. Guatemala ha sido la primera vez que he visto jamás montañas.
—¿Quieres ver otros países?
—Si puedo llegar allí en un gran avión, con sedación apropiada, entonces lo amaría.
—Podría llevarte a los sitios en donde he estado. Mostrarte cosas.
—¿Cómo donde?
—Podríamos beber a lo largo de Italia y hacer submarinismo en las islas de Grecia. Podríamos mirar la subida del sol sobre el océano Índico.
Con los ojos abiertos de entusiasmo, asintió hacia él.
—Quiero mostrarte todo, mirar tu expresión con cada nueva vista. —Durante las últimas dos semanas, cuando se había dado cuenta de cuántas cosas quería hacer con ella, se había encontrado con que la necesidad de tener niños se había debilitado. Ahora tenía miles de lugares a donde llevarla antes de establecerse—. Sería un excelente guía para ti.
Ella sonrió.
—Mi hombre es tan modesto.
—Pero en el invierno, quiero llevarte a casa a Escocia. —La miró y supo que la vería en su país, caminando a su lado. Y el corazón estaba contento—. La nieve será tuya, muchacha.
Capitulo 44
La rama de olivo de Nicholas para ella era una isla privada justo en la costa de Belice, con un barco y una mansión en medio de un bosque ventoso de palmeras.
Y las dos semanas que había permanecido allí con él habían sido las más felices de toda su vida. Esta noche estaban sentados en una manta en la playa, mirando perezosamente una madera flotante. La brisa soplaba a través de las hojas de las palmeras, y las estrellas brillaron febrilmente. Mientras yacía contra su pecho, reflexionó sobre su tiempo aquí con él.
Al principio, había pensado que él solamente había gastado una fortuna para alquilar esta propiedad, pero entonces le había dicho:
—Si la quieres, es tuya.
Aparentemente, no era sólo rico, sino obscenamente rico. Así que contestó como cualquier bruja que se respeta haría:
—Dame... las escrituras.
Después de su primera noche aquí de sexo sin parar, había despertado en el éxtasis, incapaz de dejar de sonreír estúpidamente. ¿Había creído realmente que las relaciones sexuales no podían ser perfectas? Él había parecido sorprendido por su reacción, luego había hecho esa exposición de orgullo, sobresaliendo el mentón.
—¿El anciano hombre lobo todavía lo tiene, eh, muchacha?
Le había hecho cosquillas hasta que ella chilló de risa.
Entonces más tarde, una vez ellos que decidieron quedarse unas pocas semanas, pusieron algunos parámetros para su cohabitación.
Ella no iba a hacer la "cosa del espejo" mientras estuvieran allí, porque, como él había dicho:
—Cada vez que te veo hacer ese hechizo, tengo un agudo presentimiento. Mi Instinto me dice que está mal... incluso, peligroso.
En cuanto a la magia en general:
—Si se desliza porque te asustas por algo, eso es una cosa, pero encantar voluntariamente a tu reflejo me perturba mucho.
Todo lo que ella le había pedido era que no menospreciara a los de su clase, ni que sonara como si estuviera planeando apartarla de la brujería y la Casa.
Oh, y necesitaba ropas.
Durante el día, nadaban en el Caribe, y él atrapaba langostas que cocinaban de noche en la playa sobre el fuego. Exploraron los coloridos pueblos en el continente, haciendo compras, turismo, y besuqueándose en callejuelas.
Justo hoy la había presionado detrás de una fila de puestos de fruta. Con el bochornoso aire perfumado con caña de azúcar, y sus calientes y posesivas manos acariciándole los senos, la había tomado, suprimiendo sus gritos con sus besos...
—Muchacha, ¿qué estás pensado que te afecta de este modo?
—¿Hmm? Ah, nada.
—Siempre dices eso. No puedo evitar sentir que estás refrenando partes de ti.
Quizá se estaba refrenando, probable atemorizada de que esa otra persona por la que se preocupaba la abandonara. Y en un rincón de su mente, temía que él siempre dudaría que ella fuera suya hasta que concibiera. Tranquila, preguntó:
—¿Cómo?
—No me gusta que tengas tus secretos.
—¿Secretos? —Su tono era inocente, pero le ocultaba secretos —muchos de ellos.
Por ejemplo no parecía que pudiera abandonar lo de ir al espejo, no importaba que él le hubiera dicho cuánto le molestaba o cuán feliz la hacía. Había resuelto que si el reflejo respondía sólo unas preguntas en una sesión, entonces necesitaba tener tantas sesiones como fuera posible.
Y no le había dicho que noche tras noche había experimentado sueños extraños, tan vívidos y realistas que cuando despertaba tenía problemas para diferenciar entre lo que era real y lo que no.
En un sueño, estaba en un plano sin formas de un negro continuo. _______ veía a su madre, llorando con las palmas de las manos apretadas contra los ojos. Su padre yacía en un trozo de piedra, inmóvil, los ojos cerrados, las manos en puños.
Otras veces, soñaba que miles de voces le rogaban que se apresurara, pero para hacer qué, no lo sabía. Y a veces, en este balsámica isla de brisa suave, soñaba con un bosque sin hojas cubierto de nieve, las gruesas ramas con cuervos.
Más aún con sus aprensiones y sus secretos, _______ continuaba enamorándose de su fuerte y orgulloso hombre lobo más y más cada día. Tenía una buena sensación sobre Nicholas.
¿Así que por qué no tengo una buena sensación sobre nosotros?
—Tú también te refrenas —dijo ella finalmente
Lo hacía. Nick odiaba que ella hubiera tenido un primer amor, y temía que nunca fuera completamente suya a causa de ello. Y siempre estaba la aprensión de que perdería a su compañera de algún modo otra vez... Ella no podía convertirse en inmortal lo bastante rápidamente para venirle bien.
—Quizá estoy receloso de esto porque es tan bueno —contestó él honestamente—. Supongo que estoy tan acostumbrado a ser miserable que cualquier desviación me perturba.
—¿Es esto tan bueno? —preguntó ella calladamente.
Aún con dudas persistentes, él nunca había conocido una satisfacción como esta antes de ella, ni había sabido que existía.
—Aye, muchacha. Lo es para mí.
Aparte de la brujería, le gustaba todo acerca de su nueva compañera. Le gustaba el hecho de que, por alguna razón, cuando iban a pescar langostas, ella exclamaba:
—¡Estamos en el cangrejo, nene!
Le gustaba que comiera, bebiera y jugara con gusto. Su sentido del humor lo tenía riéndose todos los días.
Hacer el amor con ella le llenaba de maneras que nunca había imaginado.
Incluso se estaba acostumbrando a su pequeña magia. Cuándo ella dormía, si estaba contenta, las manos zumbaban como si ronroneara y a veces durante su estancia aquí la vista había ido de ponerle nervioso a... encantarle, haciéndole sonreírle.
Y ocasionalmente cosas extrañas ocurrían. Anoche había despertado para encontrar que todo en la habitación, desde la cortina al reloj de pared, se había vuelto brevemente azules. Se había encogido de hombros, la había empujado más cerca y volvió a dormir.
Más aunque ella había prometido no cantar al espejo, su Instinto continuaba advirtiéndole.
Su poder es inestable. Estate atento.
Sacudió sus aprensiones.
—Es bueno. Y pienso que sólo mejorará. Por ejemplo creo que te gustará visitar... —vivir en— Escocia. —Esperaba que aprobara su casa, pero si no, le compraría cualquiera que necesitara para ser feliz. Y esperaba que se llevara bien con sus primos y el clan, aunque si cualquiera de ellos contemplaba desairarla a causa de lo que ella era, los estrangularía.
—¿Cómo es tu casa allí?
—Es un pabellón de caza restaurado con chimeneas enormes y vigas inmensos en el techo. En invierno la nieve viene, y es surreal. Algunas noches cae en silencio, y otras noches las tormentas aúllan y tiran su manta.
—Suena maravilloso. Nunca he visto la nieve.
—¿Qué? —ladró, asombrado—. ¿Nunca?
—No hay mucha nieve en Nola. Y la única vez que he estado fuera del país fue a Cancún para las vacaciones de primavera. Guatemala ha sido la primera vez que he visto jamás montañas.
—¿Quieres ver otros países?
—Si puedo llegar allí en un gran avión, con sedación apropiada, entonces lo amaría.
—Podría llevarte a los sitios en donde he estado. Mostrarte cosas.
—¿Cómo donde?
—Podríamos beber a lo largo de Italia y hacer submarinismo en las islas de Grecia. Podríamos mirar la subida del sol sobre el océano Índico.
Con los ojos abiertos de entusiasmo, asintió hacia él.
—Quiero mostrarte todo, mirar tu expresión con cada nueva vista. —Durante las últimas dos semanas, cuando se había dado cuenta de cuántas cosas quería hacer con ella, se había encontrado con que la necesidad de tener niños se había debilitado. Ahora tenía miles de lugares a donde llevarla antes de establecerse—. Sería un excelente guía para ti.
Ella sonrió.
—Mi hombre es tan modesto.
—Pero en el invierno, quiero llevarte a casa a Escocia. —La miró y supo que la vería en su país, caminando a su lado. Y el corazón estaba contento—. La nieve será tuya, muchacha.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Andrea P. Jonas:) Mar 16 Jul 2013, 9:21 pm
Y un regalito extra...
—¿Recuerdas donde puse la red arrojadiza? —preguntó Nick a _______. Quería atrapar su pez favorito para esta noche. Si ella iba a convertirse pronto, tenía que mantenerla bien alimentada, asegurándose de que no perdiera ni un solo kilo de sus curvas. Podía admitir que estaba desarrollando una pequeña obsesión por su proporcionado cuerpecito.
Ella siempre sabía donde lo ponía todo, desde las llaves de su barco hasta su cartera y a su cebo predilecto. Comenzaba a preguntarse como había hecho sin ella durante el último milenio.
Mientras, ella se apresuraba por la esquina y decía:
—¡Aquí no!
Él abrió la puerta del armario del pasillo.
En el interior, una bolsa de basura se dio la vuelta, las manzanas hicieron un ruido sordo al caer al suelo, y la zona se llenó de ellas.
Retrocedió, estremecido hasta los huesos.
—¿Cuál es el significado de esto, _______?
Ella frotó el pie contra el dorso del otro tobillo.
—Desearía poder decir que no es lo que parece, pero... lo es.
—¿Cuántas veces has ido al espejo?
Ella se encogió de hombros.
—Cuenta las manzanas si quieres saberlo.
—Me has mentido. Me has ocultado esto, moviéndote furtivamente.
—Me has forzado a ello.
—¿Qué significa eso?
—Quieres que abandone la magia, pero es una parte de mí que no puedo negar.
—No, puedes deshacerte de ella si lo intentas. Practicarla es una elección.
—Entonces sacrifica algo estimado por mí —dijo ella con desafío en su tono.
—¿Como qué?
—Como... cazar. Nunca caces y corras por la noche otra vez.
—Estás loca.
—¡Es equivalente!
—No, no lo es. Cazar no hace daño a otras personas.
—Entonces ¿asumes que voy a hacerlo? —Entrecerró los ojos—. Sé que los Lykae desconfían de las brujas, pero debe haber más algo más profundo para este prejuicio.
—Aye, lo hay. —Él se pasó los dedos por el pelo—. Hace mucho tiempo, una bruja... mató a cinco de mis tíos. La culpa de sus muertes destruyó a mi padre. Nunca se recuperó, no hasta el día en que murió.
Ella jadeó, su cara palideciendo.
—Mi padre era solo un muchacho en aquel momento y deseó ser más fuerte que sus hermanos. Ella los mató a todos, otorgándole su deseo.
Oh, gran Hekate.[i/]
—Nicholas, lamento mucho lo que le sucedió a tu familia. Pero deberías habérmelo dicho antes.
—¿Por qué?
—Porque no vas a superar eso sencillamente. —Después de esta revelación, tenía que preguntarse si había tenido alguna vez una oportunidad con él—. Y bailamos alrededor de este asunto, pero ahora sé que nunca tolerarás mi aquelarre. Y ellas no te aceptarán porque tú no respetarás las responsabilidades que tengo.
—Deja que otra maldita persona se ocupe de ellas.
Oh, la idea de renunciar a toda responsabilidad era tentadora. Cuando Nicholas actuaba como si el sol y la luna giraran alrededor de ella, _______ se encontraba soñando sobre no hacer nada más que viajar por el mundo con él.
¿Por qué tendría ella que estar atada a algo que nunca pidió —y para lo que no había demostrado talento?
Mas ahora, viendo a Nicholas así, recordó las palabras de Cade:
[i]Si le das la espalda a tu destino, quizá para ser la intimidante compañera y mujer de un Lykae, el Destino no te olvidará... Te castigará, una y otra vez.
_______ pensó en la predicción una vez más. Quizá el guerrero buscaba mantenerla lejos de la Casa pero no físicamente. Quizás ella estaría tan atemorizada de perder a otra persona por la que se preocupaba que sacrificaría todo, sacándose a sí misma de su aquelarre, lejos de su llamada, de su antigua vida...
—Quizás me gustaría abandonarlas, pero no puedo darle la espalda a mi destino. Y no es como si dijera “mírame, soy tan genial”. Es más como que estoy asustada de no asumir el manto. De cualquier manera, tiene que ser hecho.
—¡Maldita sea, lo que haces es una elección! Y no lo aguantaré más.
Intimidando. La indignación crecía y dijo bruscamente:
—¿Quién demonios eres para ordenarme? ¿O para hacerme dudar de lo que soy y para qué fui puesta aquí? Es obvio para mí que si no puedes aceptar lo que soy, entonces no puedo estar contigo.
—Muy bien, bruja —rechinó, su propia ira estallando—. ¡No me presionarás para que cambie de opinión en esto!
—¡Lo comprendo! —Con perfecta claridad. Él nunca cambiaría. Y se maldeciría a sí misma si luchaba por una causa perdida—. Por eso es por lo que ni siquiera lo intentaré —gritó, yéndose furiosa al dormitorio.
Las imágenes en las paredes del pasillo todavía se balanceaban mucho tiempo después de que ella pasara, debido a sus turbulentas emociones.
Con un juramento vil, él bajó pisoteando la escalera, saliendo a la playa, después corrió durante horas, hasta que el sudor le goteó y el sol se puso. ¿Podría la magia ser parte integrante de ella? ¿Era tan crítico como cazar y correr lo era para él?
Cuándo volvió ella estaba profundamente dormida, pero las palmas estaban oscuras y parecía que había estado llorando. Arrugando las cejas, tocó la almohada. Cuándo la encontró todavía húmeda, tuvo otra espada hundida en el pecho.
¿Estaba condenado a herir a su hembra una y otra vez? ¿Para hacerla miserable porque él era tan diferente de ella... y tan resistente a cambiar?
Quizá toda esta experiencia, esta reencarnación, era para enseñarle a ser más tolerante. Esa noche en la selva, Nick había reconocido que tendría que cambiar para tener a _______, y se había preguntado si podría aceptar a una hembra tan inolvidable, completamente —para aprender todo acerca de ella, acerca de su clase, e incluso ir entre ellas.
Esta noche, decidió que iba a... intentarlo.
Se duchó, luego se reunió con ella en la cama, atrayéndola más cerca. Soñó que el campo adyacente al alojamiento en Escocia había sido plantado con un huerto de manzanos.
Cuándo despertó, _______ estaba levantada y corriendo de acá para allá en el dormitorio, aunque todavía era por la mañana temprano. Se frotó los ojos.
—¿Qué estás haciendo?
—Irme. Necesito volver.
—Infierno que lo harás. —Salió disparado de la cama—. ¡No sin mí!
Ella siempre le miraba ávidamente cuando estaba desnudo. Ahora se dio la vuelta como si estuviera impaciente con él.
Cuándo una sirena sonó fuera, Nick cruzó a la ventana. Un taxi acuático la esperaba. El conductor del barco recogió la bolsa que ella ya había puesto al final del muelle.
¿Pensaba sinceramente dejarle?
—Dame solo cinco minutos para vestirme.
Se arrojó apresuradamente sobre sus vaqueros, luego miró alrededor en busca de sus zapatos. Ella siempre sabía donde los ponía.
En la puerta del dormitorio, ella dijo:
—Esto es realmente lo mejor. Es obvio que ninguno de nosotros puede cambiar, y yo no quiero pasar una eternidad ocultando lo que soy solo para complacerte.
—¡Cinco malditos minutos, _______!
—¡Una relación malditamente tóxica, Nicholas! —Giró alrededor, recorriendo la habitación.
Mientras cargaba detrás de ella, divisó el golpecito de la mano en su dirección. Cuándo alcanzó el umbral de la puerta, corrió directamente contra una barrera invisible que lo derribó de bruses.
—¡Maldita brujita! —Se levantó rápidamente, lanzándose de una ventana a otra. Pero las había sellado todas y también todas las puertas.
¿Dejándole? Se hundió de rodillas y apuñaló la madera del suelo con sus garras. Nunca. Mientras rasgaba, sonrió de modo amenazador.
—Ah, brujita, subestimaste a tu macho.
Tan romantico él :xd: Bueno chicas espero que les aya gustado y prometo no volver a perderme otra vez :D las amodoro nos leemos mañana :bye: :corre:
Capitulo 45
—¿Recuerdas donde puse la red arrojadiza? —preguntó Nick a _______. Quería atrapar su pez favorito para esta noche. Si ella iba a convertirse pronto, tenía que mantenerla bien alimentada, asegurándose de que no perdiera ni un solo kilo de sus curvas. Podía admitir que estaba desarrollando una pequeña obsesión por su proporcionado cuerpecito.
Ella siempre sabía donde lo ponía todo, desde las llaves de su barco hasta su cartera y a su cebo predilecto. Comenzaba a preguntarse como había hecho sin ella durante el último milenio.
Mientras, ella se apresuraba por la esquina y decía:
—¡Aquí no!
Él abrió la puerta del armario del pasillo.
En el interior, una bolsa de basura se dio la vuelta, las manzanas hicieron un ruido sordo al caer al suelo, y la zona se llenó de ellas.
Retrocedió, estremecido hasta los huesos.
—¿Cuál es el significado de esto, _______?
Ella frotó el pie contra el dorso del otro tobillo.
—Desearía poder decir que no es lo que parece, pero... lo es.
—¿Cuántas veces has ido al espejo?
Ella se encogió de hombros.
—Cuenta las manzanas si quieres saberlo.
—Me has mentido. Me has ocultado esto, moviéndote furtivamente.
—Me has forzado a ello.
—¿Qué significa eso?
—Quieres que abandone la magia, pero es una parte de mí que no puedo negar.
—No, puedes deshacerte de ella si lo intentas. Practicarla es una elección.
—Entonces sacrifica algo estimado por mí —dijo ella con desafío en su tono.
—¿Como qué?
—Como... cazar. Nunca caces y corras por la noche otra vez.
—Estás loca.
—¡Es equivalente!
—No, no lo es. Cazar no hace daño a otras personas.
—Entonces ¿asumes que voy a hacerlo? —Entrecerró los ojos—. Sé que los Lykae desconfían de las brujas, pero debe haber más algo más profundo para este prejuicio.
—Aye, lo hay. —Él se pasó los dedos por el pelo—. Hace mucho tiempo, una bruja... mató a cinco de mis tíos. La culpa de sus muertes destruyó a mi padre. Nunca se recuperó, no hasta el día en que murió.
Ella jadeó, su cara palideciendo.
—Mi padre era solo un muchacho en aquel momento y deseó ser más fuerte que sus hermanos. Ella los mató a todos, otorgándole su deseo.
Oh, gran Hekate.[i/]
—Nicholas, lamento mucho lo que le sucedió a tu familia. Pero deberías habérmelo dicho antes.
—¿Por qué?
—Porque no vas a superar eso sencillamente. —Después de esta revelación, tenía que preguntarse si había tenido alguna vez una oportunidad con él—. Y bailamos alrededor de este asunto, pero ahora sé que nunca tolerarás mi aquelarre. Y ellas no te aceptarán porque tú no respetarás las responsabilidades que tengo.
—Deja que otra maldita persona se ocupe de ellas.
Oh, la idea de renunciar a toda responsabilidad era tentadora. Cuando Nicholas actuaba como si el sol y la luna giraran alrededor de ella, _______ se encontraba soñando sobre no hacer nada más que viajar por el mundo con él.
¿Por qué tendría ella que estar atada a algo que nunca pidió —y para lo que no había demostrado talento?
Mas ahora, viendo a Nicholas así, recordó las palabras de Cade:
[i]Si le das la espalda a tu destino, quizá para ser la intimidante compañera y mujer de un Lykae, el Destino no te olvidará... Te castigará, una y otra vez.
_______ pensó en la predicción una vez más. Quizá el guerrero buscaba mantenerla lejos de la Casa pero no físicamente. Quizás ella estaría tan atemorizada de perder a otra persona por la que se preocupaba que sacrificaría todo, sacándose a sí misma de su aquelarre, lejos de su llamada, de su antigua vida...
—Quizás me gustaría abandonarlas, pero no puedo darle la espalda a mi destino. Y no es como si dijera “mírame, soy tan genial”. Es más como que estoy asustada de no asumir el manto. De cualquier manera, tiene que ser hecho.
—¡Maldita sea, lo que haces es una elección! Y no lo aguantaré más.
Intimidando. La indignación crecía y dijo bruscamente:
—¿Quién demonios eres para ordenarme? ¿O para hacerme dudar de lo que soy y para qué fui puesta aquí? Es obvio para mí que si no puedes aceptar lo que soy, entonces no puedo estar contigo.
—Muy bien, bruja —rechinó, su propia ira estallando—. ¡No me presionarás para que cambie de opinión en esto!
—¡Lo comprendo! —Con perfecta claridad. Él nunca cambiaría. Y se maldeciría a sí misma si luchaba por una causa perdida—. Por eso es por lo que ni siquiera lo intentaré —gritó, yéndose furiosa al dormitorio.
Las imágenes en las paredes del pasillo todavía se balanceaban mucho tiempo después de que ella pasara, debido a sus turbulentas emociones.
Con un juramento vil, él bajó pisoteando la escalera, saliendo a la playa, después corrió durante horas, hasta que el sudor le goteó y el sol se puso. ¿Podría la magia ser parte integrante de ella? ¿Era tan crítico como cazar y correr lo era para él?
Cuándo volvió ella estaba profundamente dormida, pero las palmas estaban oscuras y parecía que había estado llorando. Arrugando las cejas, tocó la almohada. Cuándo la encontró todavía húmeda, tuvo otra espada hundida en el pecho.
¿Estaba condenado a herir a su hembra una y otra vez? ¿Para hacerla miserable porque él era tan diferente de ella... y tan resistente a cambiar?
Quizá toda esta experiencia, esta reencarnación, era para enseñarle a ser más tolerante. Esa noche en la selva, Nick había reconocido que tendría que cambiar para tener a _______, y se había preguntado si podría aceptar a una hembra tan inolvidable, completamente —para aprender todo acerca de ella, acerca de su clase, e incluso ir entre ellas.
Esta noche, decidió que iba a... intentarlo.
Se duchó, luego se reunió con ella en la cama, atrayéndola más cerca. Soñó que el campo adyacente al alojamiento en Escocia había sido plantado con un huerto de manzanos.
Cuándo despertó, _______ estaba levantada y corriendo de acá para allá en el dormitorio, aunque todavía era por la mañana temprano. Se frotó los ojos.
—¿Qué estás haciendo?
—Irme. Necesito volver.
—Infierno que lo harás. —Salió disparado de la cama—. ¡No sin mí!
Ella siempre le miraba ávidamente cuando estaba desnudo. Ahora se dio la vuelta como si estuviera impaciente con él.
Cuándo una sirena sonó fuera, Nick cruzó a la ventana. Un taxi acuático la esperaba. El conductor del barco recogió la bolsa que ella ya había puesto al final del muelle.
¿Pensaba sinceramente dejarle?
—Dame solo cinco minutos para vestirme.
Se arrojó apresuradamente sobre sus vaqueros, luego miró alrededor en busca de sus zapatos. Ella siempre sabía donde los ponía.
En la puerta del dormitorio, ella dijo:
—Esto es realmente lo mejor. Es obvio que ninguno de nosotros puede cambiar, y yo no quiero pasar una eternidad ocultando lo que soy solo para complacerte.
—¡Cinco malditos minutos, _______!
—¡Una relación malditamente tóxica, Nicholas! —Giró alrededor, recorriendo la habitación.
Mientras cargaba detrás de ella, divisó el golpecito de la mano en su dirección. Cuándo alcanzó el umbral de la puerta, corrió directamente contra una barrera invisible que lo derribó de bruses.
—¡Maldita brujita! —Se levantó rápidamente, lanzándose de una ventana a otra. Pero las había sellado todas y también todas las puertas.
¿Dejándole? Se hundió de rodillas y apuñaló la madera del suelo con sus garras. Nunca. Mientras rasgaba, sonrió de modo amenazador.
—Ah, brujita, subestimaste a tu macho.
Tan romantico él :xd: Bueno chicas espero que les aya gustado y prometo no volver a perderme otra vez :D las amodoro nos leemos mañana :bye: :corre:
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por chelis Mar 16 Jul 2013, 9:27 pm
:wut: TODOOO IBAAA BIEN HASTA QUE METIOOO LAAAPATOOOTAAAA!!!!... TENIA QUE SER NICHOLAS!!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH AHORA QUE PASARAAA????
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH AHORA QUE PASARAAA????
chelis
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por NaTnAt Miér 17 Jul 2013, 12:00 am
Gosh!!!!
relaciones complicadas y esta
Nicholas metiste la patota bien hondooo
Siguelaaaa :D
relaciones complicadas y esta
Nicholas metiste la patota bien hondooo
Siguelaaaa :D
NaTnAt
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
por Bianca Miér 17 Jul 2013, 3:26 am
Que RAYOS! Nicholas..tienes esa maña de Cag...a cada momento..Cielos que estres...
Y bueno _____ tambien tiene que ver, pues le mintio..Ahora si parecen una pareja normal hahaha peleas y peleas no importa..!
Amo la nove! Sigueeee sigueeee
Un Beso.
Y bueno _____ tambien tiene que ver, pues le mintio..Ahora si parecen una pareja normal hahaha peleas y peleas no importa..!
Amo la nove! Sigueeee sigueeee
Un Beso.
Bianca
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