Re: You make me happy (Harry Styles)

por **Buttercup.** Jue 12 Jun 2014, 7:08 pm

solcit escribió:Pobre lanita! harry te mataríaaaaaaaaaaa

do it do it do it!

por **lauradflores** Lun 16 Jun 2014, 10:06 pm

Porfavor subi capitulo!! Ya aguante mucho y estoy muriendo, quiero saber que esta pasando con happy y que va a suceder despues
Porfa porfa no nos abandones!
Creo que todos estos dias sin cap merecemos maraton? Dale que siiiiiiiii, no seas mala eh

Besos y porfa subi rapido

por **Buttercup.** Miér 18 Jun 2014, 6:24 pm

lauradflores escribió:Porfavor subi capitulo!! Ya aguante mucho y estoy muriendo, quiero saber que esta pasando con happy y que va a suceder despues
Porfa porfa no nos abandones!
Creo que todos estos dias sin cap merecemos maraton? Dale que siiiiiiiii, no seas mala eh

Besos y porfa subi rapido

El viernes subo capítulo, patience my love<3

por **Buttercup.** Vie 20 Jun 2014, 10:46 pm

Capítulo 29

♥

Cinco años después.

Estoy emocionada. Qué digo emocionada, ¡emocionadísima! Como es una costumbre en torno a la vida de Bree no me sorprendía que su vuelo tampoco se retrasara unas cuantas horas. Pero, ¿qué son un par de horas de espera cuando han pasado dos eternos años de no abrazar y tener una charla decente y no por Skype con tu mejor amiga?

Hace un frío del carajo pero tenemos suerte de que el cielo esté despejado y los vuelos siguen con sus destinos a Nueva York.

Un policía me ha ofrecido amablemente un café en un vaso de papel. Lo acepté porque comenzaba a parecer de esas muñecas que les das cuerda con un hilo en la espalda y simulan bailar pero en realidad sólo están vibrando.

Costeaba más o menos los absurdos coqueteos del sujeto, y no era feo ni viejo, pero no me encontraba en un estado de interés por el sexo masculino por el momento cuando era la tercera vez que me daba un tiempo con Louis. Sí, hemos estado saliendo, es un buen chico, de verdad que lo es. Es atento y también gracioso, pero la paciencia no es su fuerte y cualquiera que quiera estar conmigo debería tenerla en su lista como principal virtud. Louis carece en forma excesiva de ella, no es de extrañarse que tengamos tantas discusiones en periodos sorprendentes de tiempo y tampoco el que vivamos en casi literalmente dos mundos diferentes. Pero lo quiero.

Louis es el nieto del dueño de Mickey’s y ex compañero de empleo de Bree. Él lo dejó para comenzar la universidad, pero Bree siguió allí para pagarse sus estudios. Y ¡voilà! Nos hemos convertido en unos ejemplares universitarios. Zayn sigue en ello también, está cursando su segundo año recientemente mientras que algunos de nosotros apenas salimos al campo laboral. De cualquier modo, no ha sido de impedimento el pedirle matrimonio a Bree, y esa es una de las razones por las que estoy tan feliz y emocionada. Mi mejor amiga va a casarse y ha venido personalmente hasta Nueva York, mi ahora hogar para entregarme la maldita invitación para la boda.

—Oh por Dios. —Me levanto del asiento tomando apresurada el cuadro de papel que elaboré torpemente con un estúpido crayón morado en la que escribí encima “¡Bienvenida, la segunda persona británica más guapa en Nueva York! La primera soy yo”. La alzo a lo alto cuando por las bocinas se extiende la explicación de que el vuelo Número 876 ha llegado a su destino. Y después de un rato la veo caminar por el pasillo, reluciendo entre la multitud apagada, con una sonrisa en la cara. Irradia felicidad, eso no lo puedo negar. Cuando ve mi cartelón se queda de pie y niega con la cabeza, luego suelta las maletas y corre para abrazarme.

— ¡Tu equipaje, Bree! —Estoy riendo mientras la abrazo y trato de esconder el llanto.

— ¡Importa una mierda, mejor abrázame!

Es increíble cuanto la extrañaba incluso teniéndola justo en frente. Sólo iba a quedarse el fin de semana y regresaría para las planificaciones de su boda y eso.

—Ay no llores, Lana. ¡Qué vergüenza!

—Idiota. —Me paso las manos por las mejillas y me apresuro a por sus maletas olvidadas. — ¿Tienes hambre?

—Claro que tengo, estúpida ensalada, estúpido maní salado y estúpida soda gratis. Odio la comida de los aviones, ¿ya te lo había dicho?

—Creo que unas diez mil veces.

—Entonces, ¡felicidades! Estás escuchando la vez número diez mil uno: Odio la comida de los aviones.

Mi escarabajo color verde nos esperaba fuera del aeropuerto. El equipaje de Bree entró a duras penas, luego manejé hasta mi restaurante favorito. Eran las 4:00 p.m. y no tenía ninguna reservación, tuvimos que esperar 40 minutos hasta que una pareja con dos niños despejaron una mesa. Nos trajeron el menú, yo pedí La especialidad del chef y Bree, Pato a la naranja.

—Puedes pedir postre si tú quieres, yo pago.

— ¿Suponías que iba a negarme? Por supuesto que tú pagas.

—Siempre podemos salir corriendo a menos que te guste enjuagar platos.

—En peores restaurantes lo he hecho. —Se está mirando las uñas con detenimiento, o eso es lo que pienso hasta que reparo en el hermoso anillo que cubre uno de sus dedos. Está maravillada, supongo que es normal, ama a su prometido y Zayn la ama a ella, desde hace mucho tiempo, sin duda es algo que ambos se merecen.

—Estoy muy feliz por ti. Y por Zayn, claro.

—Ya lo sé —Bree encuentra mi mirada y sigue sonriendo —eres mi mejor amiga y como Dama de honor es tu deber estar feliz por mí.

—Una tarea muy difícil, sin embargo.

—No tanto como el llegar al altar. Estoy muy nerviosa y tengo miedo, suelo hacer las cosas mal y no me sorprendería arruinar mi propia boda.

—Para eso voy a estar yo allí, para que no lo hagas. Tú tranquila, podemos hacer milagros dentro de dos meses, ya verás.

—Contigo lejos será complicado, sólo podrás viajar dos veces, para el día de la boda y los arreglos fuertes. Te necesito más tiempo.

—Si pudiera lo hiciera, pero ya sabes que la próxima semana comienza mi tarea como pasante.

— ¿Con esa especialista que conociste en el campamento de psicología?

—Sí. La Dra. Philips es genial, me ha enseñado un montón de cosas y casi la mitad de mi librero son préstamos suyos. La mente del ser humano es bastante compleja, ¿sabes? Realmente amo lo que haré.

—Oh, Lana. Y yo estoy muy feliz por ti. —Suelta un suspiro y me doy cuenta que cuando baja la mirada y parecen interesarle más los granitos de sal que ha derramado sin querer sobre el mantel; hay algo que está escondiéndome.

—Oye —alcanzo su mano acariciándola suavemente, no sé por qué parece tan preocupada y por un motivo que no es sobre su boda — ¿estás bien?

—Se supone que no debo decirte esto, te veo muy contenta y no quiero arruinar nada pero…

— ¿Pero qué? —Mi ceño cae de repente y me empiezo a preocupar.

—Louis planea venir a Nueva York la próxima semana.

— ¿Qué? ¡No! Voy a comenzar con este proyecto, lo que menos necesito es una distracción como Louis. Sabe que me altera y no será para nada oportuno que lo haga ahora. Dios, nuestra relación a distancia no funciona así, además… bueno, no sé ni que somos ahora.

—Lo siento, no quería que te molestaras pero siento que debías saberlo. Digo, para que estés preparada. Nadie pensaba avisarte.

—No, descuida. —Dejo escapar un suspiro y me dejo caer sobre el respaldo de la silla. —Es normal viniendo de mi familia, y Louis especialmente.

La comida me supo un poco amarga luego de saber a lo que estaba a punto de enfrentarme. No quería más problemas con Louis pero sabía que si me negaba a recibirlo las cosas se iban a poner peor y realmente no me apetecía lidiar con nada de eso. Sobre todo cuando dos acontecimientos importantes estaban a la vuelta de la esquina; mi trabajo y la boda de Bree.

Evité pasarme el último bocado, sabía que si lo hacía el resto del día estaría con un malestar en el estómago. Para mí eso de comer montañas cuando estoy enojada no funciona. Esperé a que Bree terminara con su comida para pagar la cuenta y salir del restaurante.

Necesitaba del aire frío exterior, el ambiente del restaurante me estaba agobiando y por eso me sentí mejor cuando la luz débil del sol tras las nubes grises del cielo me empapó. Engancho mi brazo con el de Bree y mientras conversamos de cualquier cosa seguimos caminando.

— ¡Lo olvidaba! Tengo que conseguir un libro de psicología analítica antes de que empiece la semana, ¿me acompañas a la librería?

—Sí, claro.

A dos cuadras se encontraba una librería, también se trataba de uno de mis lugares favoritos porque siempre encontraba lo que necesitaba en formatos rústicos y eso me parecía fantástico. Pero en la puerta de entrada estaba el letrero de “Cerrado”.

—Diablos, tendré que volver mañana.

—Te acompaño, con una condición.

—Ya he pagado tu comida, ahórrate los chantajes.

—Me debes el postre, Payne. Anda, demos una romántica caminata por el parque monumental. Quizá me apetezca un helado, un algodón de azúcar… yo qué sé.

—En todos mis 24 años te he dado tanto gusto en tu vida. —Nos preparamos para cruzar la calle con un grupo de peatones hacia el famosísimo Central Park.

—Sería la primera vez.

Recorrimos unos cuantos puestos de golosinas hasta que compramos un par de pretzels gigantes. Deliciosos por cierto, pero con tanta azúcar en un solo producto ya estaba tomando mis precauciones por si a Bree se le botaba un tornillo antes de llegar a casa.

Encontramos lugar en una banca junto a una familia con niños y un perro gigante y peludo.

— ¿Y cómo está Hana? —Da un último mordisco a su pretzel y pienso en mi mascota con melancolía.

—Gorda y vieja, pero se mantiene guapa. Y necesita un nuevo vehículo, últimamente se ha vuelto muy torpe con el anterior, debe ser porque es eléctrico.

—Mhm, pobresilla. Oye, ¿vas a comerte tu pretzel?

—No, tómalo. —Le extiendo el trozo y me pongo de pie. —Iré por un refresco, ya regreso.

Con tantos problemas que he tenido los últimos meses he descuidado de Hana y estoy siendo consciente de lo mala persona que soy con ella. Ahora es mi única familia, mi compañía y el recuerdo que me queda de casa. Acá estoy sola. Tengo amigos, pero eso no significa que no extrañe Cheshire y a mi familia. Soy una egoísta.

Me quedo hundida en mis ensoñaciones retrasando a la fila que hay detrás de mí. Un niño me toca la pierna y me exige que avance. Me disculpo y pido mi orden a la chica bonita del puesto. Pago mi vaso con refresco y regreso con Bree. Central Park siempre es un lugar alegre, lleno de turistas con cámaras gigantes y un montón de ruido. El silencio es lo último que puedes encontrar, eso me llena de calidez y reduce un poco el sentimiento de nostalgia al pensar en mi antigua casa.

Me llevo la pajilla a los labios sorbiendo y la vista se clava en alguien con una gabardina verde oscuro que está conversando con Bree de espaldas. Sé que es ella aunque el desconocido la cubre, relucen sus zapatillas rojas. Es alguien pidiendo indicaciones o la hora quizá.

No doy un paso más cuando la persona se sienta al lado de mi mejor amiga y su perfil sonriente deja al descubierto de quién se trata. Bree parece estar incómoda, pero él… él no.

La tierra está firme en su lugar, todo lo demás también. ¿Y mi interior? Me doy un autoanálisis en una centésima de segundo y creo que todo está bien, sé que estoy bien. Entonces no encuentro explicación de por qué de pronto al igual que el sonido de un día en Central Park el pecho está retumbándome como una tromba.

Dos pares de ojos reparan en mí y siento una punzada justo en medio de ese hueco ruidoso.

Miles de recuerdos se hacen presentes y me doy el lujo de sonreír ante ellos. Mi subconsciente está preparado para esto y me recuerda lo fuerte que soy.

Él se coloca de pie y poco a poco una sonrisa se dibuja en su cara mirándome de forma directa.

Supe que después de todo, estuvo bien no comprar ese cuadro de ojos verdes. Tenía que volver a verte.

_______________________________________________________________________________

SIGUE SIENDO VIERNES :'DD!

por **lauradflores** Sáb 21 Jun 2014, 12:26 am

Nooo nooooooooooo como la vas a dejar ahi!!!!! Es Happy, el esta ahi acercandose a la Lana y vos la dejas ahi!!!!
Subi otro porfa!!!!! Gracias por subir este, me estaba muriendo

por **1Dsusi1D** Sáb 21 Jun 2014, 3:05 am

OMG!! EL CAP FUE SUPER HERMOSO!!
Asi que han pasado cinco años.
Y Lana vive en Nueva York.
Y salio con Louis.
Y Bree se va a casar con Zayn.
Y Lana va a trabajar en psicologia.
Y...
Han pasado muchisimas cosas.
Happy es un sinvergüenza. Despues de todo el daño que provoco, vuelve para hablar? Talvez hablar sea bueno pero...
Bueno te dejo de mis tonterias.
I Love U
SIGUELA

por **Magui Styles Malik** Sáb 21 Jun 2014, 3:36 am

Por que me haces esto??
Por que la dejas ahi???
Sigue estando todo mal con happy... lo sigo odiando..
Seguila pronto

por **Buttercup.** Sáb 21 Jun 2014, 11:57 am

lauradflores escribió:Nooo nooooooooooo como la vas a dejar ahi!!!!! Es Happy, el esta ahi acercandose a la Lana y vos la dejas ahi!!!!
Subi otro porfa!!!!! Gracias por subir este, me estaba muriendo

kasjhdlkas lo siento ;--;<3

por **Buttercup.** Sáb 21 Jun 2014, 11:58 am

1Dsusi1D escribió:OMG!! EL CAP FUE SUPER HERMOSO!!
Asi que han pasado cinco años.
Y Lana vive en Nueva York.
Y salio con Louis.
Y Bree se va a casar con Zayn.
Y Lana va a trabajar en psicologia.
Y...
Han pasado muchisimas cosas.
Happy es un sinvergüenza. Despues de todo el daño que provoco, vuelve para hablar? Talvez hablar sea bueno pero...
Bueno te dejo de mis tonterias.
I Love U
SIGUELA

seeeeep, muchas cosas You make me happy (Harry Styles) - Página 24 1054092304

te olvidaste de que Hana es una bola de pelos gorda y vieja D:
I LOVE U MORE<3!!

por **Buttercup.** Sáb 21 Jun 2014, 11:59 am

Magui Styles Malik escribió:Por que me haces esto??
Por que la dejas ahi???
Sigue estando todo mal con happy... lo sigo odiando..
Seguila pronto

im sorry im sorry ;n;
gracias por pasar Magui<3!

por Invitado Sáb 21 Jun 2014, 8:44 pm

Yo me quedé como You make me happy (Harry Styles) - Página 24 2208951267

cuando leí lo de ''cinco años después''.
Hola, me fui y... si cambié mi nombre a Zazuu, puedes decirme así.
Bree se casará con el negro.
Lana trabaja en psicología.
Está en Nueva York.
You make me happy (Harry Styles) - Página 24 3613945505

You make me happy (Harry Styles) - Página 24 3613945505

ok...

Usas muchas palabras extrañas, no entiendo ni un carajo.
¿Que es el Happy o que? No entiendo.
You make me happy (Harry Styles) - Página 24 2787663562

Dime una cosa, ¿habrá parte hot alguna vez?
Si tu respuesta formulada en tu pequeña y sensual mente
fue ''NO'', me voy ahora mismo. Pero si la preciosa respuesta
fue ''SI'' aquí me quedo a esperar.
okya.

Pero síguela eh.
TKM!

por **Buttercup.** Sáb 21 Jun 2014, 11:48 pm

Zazuu escribió:Yo me quedé como   cuando leí lo de ''cinco años después''.
Hola, me fui y... si cambié mi nombre a Zazuu, puedes decirme así.
Bree se casará con el negro.
Lana trabaja en psicología.
Está en Nueva York.
        ok...

Usas muchas palabras extrañas, no entiendo ni un carajo.
¿Que es el Happy o que? No entiendo.


Dime una cosa, ¿habrá parte hot alguna vez?
Si tu respuesta formulada en tu pequeña y sensual mente
fue ''NO'', me voy ahora mismo. Pero si la preciosa respuesta
fue ''SI'' aquí me quedo a esperar.
okya.

Pero síguela eh.
TKM!

1. wtf, palabras raras D:?
2. No la leíste desde un principio o qué |:? Happy es Harry, mujer!
3. NO. LKANSDKLA cállate zazuu(?, no eso no se dice porque no me quiero adelantar

byyyyyye<3

por **solcit** Dom 22 Jun 2014, 12:00 pm

Me encanta! Seguilaa

por **Buttercup.** Dom 22 Jun 2014, 1:21 pm

solcit escribió:Me encanta! Seguilaa

¡Gracias!<3

por **Buttercup.** Lun 23 Jun 2014, 8:30 pm

Capítulo 30

♥

Decido que es buena idea dar el primer paso y no está dudando él tampoco en responder. Alguien juega con nuestras cuerdas invisibles y no está uniendo, delicadamente sin procurar que lo hagamos demasiado.

Mientras acortamos la distancia entre ambos, ninguno de los dos aparta la mirada del otro. Tampoco dejamos de sonreír, es como si fuera realmente bueno el volver a vernos y aunque en parte así era, agradecía que el corazón ya no necesitara su vendaje.

—Oye, yo a ti te conozco.

Detrás de él, Bree con los ojos entrecerrados analiza cada movimiento que hacemos. Parece como si en cualquier momento fuera a lanzarse al ataque y arrancar unas articulaciones no precisamente mías. Con un rápido asentimiento de cabeza le agradezco su interés a la vez que se quede quieta y en silencio.

—Y yo a ti. —Me responde él. Luce increíblemente diferente, una fina capa de vello le cubre la quijada, como si se hubiese olvidado de afeitar la barba hace tres días.

—Tienes pelo en la cara.

—Por fin. —Sí, es maravilloso verlo en todo en su esplendor y no querer tumbarle los dientes a cada instante. Siento algo de alivio, de hecho.

Quiero conversar con él, han pasado tantas cosas todos estos años que me nace un interés desde adentro por saber qué ha sido de su vida, y sobre todo ¿qué demonios hace aquí? Digo… Nueva York es para todos, pero es tan grande como el deseo de hacerme regresar a casa.

— ¿Te importa si…? —inclina la cabeza hacia el otro lado haciéndome una clara invitación.

—No, claro que no. Sólo —señalo a Bree —le diré que me espere en casa.

—Por supuesto. —Asiente y comienza a caminar sacudiendo la mano en dirección a Bree, quién apenas responde sosteniendo la mano en el aire.

—Puedes esperarme en casa, te dejo dinero para que tomes un taxi. Regresaré pronto.

— ¡¿Estás demente?! Dile a ese loco que te deje en paz, ¿no le fue suficiente con lo que ya hizo y ahora viene como si nada hubiese pasado? —Ya está de pie dramatizando aún con tacones altos y una bolsa lujosa sobre su hombro.

—Voy a estar bien, sólo fue un juego de niños y ya somos adultos.

—Dios, sólo… dame las malditas llaves, voy a dejar la puerta abierta mientras escucho música a todo volumen, no quiero escuchar cuando regreses llorando.

Bree me arrebata el juego de llaves y la cartera y se va caminado furiosa por el lado opuesto hacia mí. Haciendo acopio al valor que me quedaba ahora que sabía a lo que me enfrentaba me doy la vuelta para encontrarme a la persona que hace cinco años me rompió el corazón.

—Ha pasado mucho tiempo, ¿eh?

—Mhm —me encojo de hombros mostrando una sonrisa al suelo. Lo miro a los ojos removiéndome la nariz porque siento que el aire frío empieza a colorearla de rojo y a picar. — ¿Cómo has estado?

—Demasiado bien, ¿y tú?

—Estoy bien. Terminé la universidad aquí y ya conseguí mi primer empleo, o algo así.

—Vaya, así que viviste aquí. Suena increíble, Lana, felicidades.

—Gracias. Aunque bueno, ya sabes, es difícil cuando se extraña a casa. Tu verdadera casa, quiero decir. —Mis manos se congelan sobre el vaso con refresco y ya temo que voy a empezar a convertirme en una gelatina humana.

—Podría apostar a que lo llevas muy bien.

—Sé manejarlo, hasta ahora.

—Seguro que sí.

Casi había olvidado el sentir al estar a su lado, la sensación de tener su compañía y calor, aunque ahora es diferente, notablemente diferente. El mundo ahora parece gigante y un abismo persistente se abre entre nosotros, creo que ninguna conversación casual va a terminarlo de llenar, es como arrojar una piedra a un profundo acantilado cada que terminamos una oración.

—Y, ¿estás trabajando o algo así?

—No, todavía no. He tenido varias ofertas de trabajo claro, también terminé la universidad.

— ¿De verdad?

—De verdad. Pero, también es difícil para mí, en casa las cosas se han puesto difíciles, mamá acaba de pasar por una etapa terrible de cáncer. Ahora está bien, pero ya te imaginarás la clase de vida que llevaba. Con la universidad y la enfermedad de mamá creí que iba a volverme loco. “Harry esto, Harry lo otro” por todas partes. No estaba… bien, quiero decir, no sé cómo logré salir ileso de todo eso. —Suelta una risita sin gracia y siento lástima por él. Pretendía preguntar cada detalle acerca de la vida que eligió tomar, pero con la mención de la casi muerte de su madre me reservé de ello. Está dolido, y ¿quién no lo estaría? Pero luego de conocerlo y ver cómo esa fuerza que emergía de su interior enfrentaba al mundo tal y como lo conocía; se estaba desvaneciendo, volvía a ser ese frágil muchacho sin sustento.

—Lo lamento mucho, Hap… perdón, Harry.

—Gracias —patea una piedrecilla sobre el camino y parece no prestar atención a lo que estuve a punto de decir. Jamás había dicho su verdadero nombre porque sentía que no había necesidad de hacerlo, prefería un millón de veces esa versión.

— ¿Qué haces acá?

— ¿Te refieres a Nueva York? —Asiento con la cabeza aunque estoy segura que a esa pregunta iba a agregarle otra como “…o a qué estoy haciendo aquí hablando contigo?” —Supongo que Enero es una buena fecha para estar aquí. Es un nuevo año y eso me emociona.

—Sí.

— ¿Tienes novio? —Pregunta sin más. Sorprendida levanto la cabeza para ver su expresión serena y lentamente asiento un par de veces. —Oh.

—Louis, el nieto del dueño del restaurante Mickey’s, ¿lo recuerdas?

—Sí, sí, lo recuerdo.

— Bueno, y ¿Tú no…?

—No, yo no.

—Ah. —Nos hemos quedado en silencio, parece incómodo pero la verdad es que no lo es. Seguimos caminando lentamente igual que un caracol. Sinceramente creo que si esto se tratara de una carrera de caracoles y babosas, nosotros dos seríamos el último lugar.

Y bueno, pierdo el tiempo observándole sin que se dé cuenta, unos cuantos vistazos simulando interés hacia los árboles de su derecha, los pájaros, las personas que pasan de acá para allá, lo que sea. Ha cambiado mucho pero al mismo tiempo no lo ha hecho nada. Sigue siendo ese chico alto y delgado con cabello revuelto y marrón, un absurdo intento de rizos gruesos y despeinados. Sus ojos han recuperado el brillo que recordaba, tan verdes y alucinantes como cuando lo hice reír por primera vez. Y sin esconder esa bonita sonrisa hace nacer esos adorables hoyuelos en sus mejillas, jamás me dejaron de gustar, era su distintivo más preciado y si me la pienso dos veces todavía no me termino de creer el asunto de que muchos besos míos quedaron allí plasmados. Mentiría si digo que ha dejado de ser guapo, lo está más que nunca.

Pego un bote cuando un grito por detrás interrumpe mi escaneo visual en secreto. Harry se gira primero, su expresión es de asombro y también lo hago para reparar en una chica muy muy rubia correr hacia nosotros gritando el nombre de “Harry” con una voz chillona.

—Hey, dijiste que volverías con nuestros pretzels, ¿qué te ocurrió? —Los ojos azules de la chica viajan hasta mí y me sonríe. —Hola, ¿eres amiga de Harry?

—Algo así.

—Fabuloso. —Nos estrechamos las manos, luego mira a Harry un segundo quién está completamente serio y quieto, luego la chica rueda los ojos como si estuviera esperando algo que jamás va a llegar y me dice: —Frida, mucho gusto.

—Lana.

—Lamento interrumpirlos pero enserio, este señor y yo teníamos que asistir a una cita para mi anillo de compromiso y por lo visto se nos hizo tarde. Y no fue mi culpa. —Mientras ella sonríe como si lo que acabara de decir se tratara de una especie de chiste no puedo evitar ese sentimiento de que algo dentro de mí se rompe y explota derramando todo el interior.

— ¿Te vas a casar? Dijiste que no tenías novia. —Ignoro a la chica y me dirijo hacia Harry en un susurro que no puedo esconder.

—Sí, bueno, es mi prometida no mi novia —responde al instante en que termino de formular la pregunta, luego toma del brazo a Frida dándole la vuelta de una manera casi violenta y con las manos sobre sus hombros comienza a encaminarla a toda prisa hacia donde quiera que se dirijan, dejándome sola de pie. Antes, vuelve la mirada y agrega sin detenerse: —Fue un gusto volver a verte, Lana. Cuídate, espero que nos volvamos a ver algún día.

Sí, vete de nuevo, así como lo estás haciendo, igual que cuando te fuiste la primera vez: sin razón ni explicación.

(***)

— ¿Cómo te fue? —Bree abarca todo lo largo de mi cómodo sillón, levanto sus piernas y las coloco encima de las mías dándome un espacio para sentarme y ver la televisión un rato con ella.

—Bien, supongo.

—Por lo menos no estás llorando. —Está con la vista en el televisor y con el control remoto en el aire, prestando atención a lo que le digo sin embargo.

—Va a casarse. —Musito. Deja lo que hay en la pantalla de lado y se acomoda en el sillón de manera que puede observarme y al mismo tiempo sólo estirarse un poco para darme su hombro por si lo necesito. No, no lo necesito.

— ¿Estás bien? —Me encojo de hombros ante su tono de voz suave. —Es un bastardo si piensa que su boda será mejor que la mía.

Pasamos el resto de la tarde envueltas en mantas y con la calefacción encendida viendo películas. Cenamos unos burritos que aprendí a preparar gracias a una compañera de la universidad mexicana y trato de olvidar que me he encontrado de nuevo con el único amor de mi vida, y que no sólo lo he visto y hablado con él sino que además me entero que va a casarse con alguien más y que su despedida es peor que si una patata tratara de decirme adiós por sí misma. Todo al mismo tiempo.

Mientras veo los últimos minutos de Mujer Bonita y Bree dormita a mi lado soltando pequeños ronquidos, escucho ruido fuera de la casa. Se supone que el lugar en donde vivo es seguro, para eso estoy gastando mis ahorros de más de cuatro años y otra parte que papá amablemente me respalda.

—Diablos. —Antes de abrir la puerta tomo un bate que Liam me regaló antes de mudarme para “Casos de supervivencia”. Jamás había recurrido a esa arma, ahora es cuando. Deshago el montón de seguridad de la puerta y la abro de un solo movimiento mostrando el bate al ataque.

Había pocas cosas que tenían el poder para maravillarme, y esta… esta era una de ellas. Frente a mis pies una cesta con conocidos macarrones en su interior parecían pedirme permiso para entrar.

—No eres muy bueno ocultándote. —Tras un bote de basura a cuantos pasos más allá sobresale una mata de pelo marrón que no he olvidado. Es de noche, y aun así lo reconozco.

Se da por vencido cuando sabe que no daré marcha atrás y que lo he descubierto. Se pone de pie encogiéndose de hombros.

—Está pregunta no trata exactamente sobre Nueva York: ¿qué haces aquí?

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