¿Embarazada? | Louis Tomlinson | Parte 1. Terminada.

Mientras ella sollozaba lo más fuerte que podía, yo me arrepentía internamente. Todo este sufrimiento lo había provocado yo y me siento culpable por aquello, culpable por haber hecho de sus vidas unas miserias. Es que _____ ¿tenía que ser tan querida? Y me doy cuenta que ella tiene un perfecto corazón, un corazón que no se merece el odio, el sufrimiento y sobre todo, ser jugado.

Tristeza: Ese sentimiento incapaz de soportar. Ese sentimiento que te puede hacer perder la cabeza días tras días, un sentimiento que para mí se hacía presente día a día en mi mente, se adueña de mi cabeza y no sale hasta por fin cerrar los ojos para caer en un profundo sueño.
Ese sentimiento que me puede hacer sentir invisible y que a pesar de que desee poder pararlo, sigue en mi cuerpo sin pedir permiso. Eso, es era lo que yo sentía desde que ella se fue, esa era mi vida desde que Harry me dijo aquello. Esa cosa tan horrible, se había convertido en mi mejor amiga día a día.

— ¡Louis, Louis! — Gritaron de repente haciendo que perdiera mis palabras internas y mirara al que provocó ese grito.

— ¿Sí? — Pregunté en un leve murmuro al darme cuenta que era Emma. Con un rostro de dolor.

— ¡Que esperas! ¡Sube al avión! — Me gritó mientras corría a empujarme. Lo miré y luego volví a mirar adelante, ya estábamos en el aeropuerto y ni siquiera me había dado cuenta.

— Oh... sí... perdón. — Susurré para comenzar a caminar y meterme en aquél invento metálico blanco.

Me dirigí a lo más lejos posible del murmuro, de los gritos, de las risas y de los llantos.
Pensar, pensar y pensar, todo en mí ahora era pensar, no hablaba, no opinaba y estoy seguro que ni siquiera comía. Tres día de aquél doloroso encuentro con Mahia, de haber provocado su aterrador, preocupado y desgarrador llanto.

— ¿Qué te pasa? De repente te vas a lo último y te pones a pensar. Louis, ¿qué pasa? — Preguntó Lena sentándose a mi lado. No tenía ganas de hablar, pero tampoco quería tratarlo mal cuando después de todo, estamos aquí dentro por mi culpa.

— No... no me pasa nada. — Contesté con mi voz entrecortada.

— Oh claro y yo soy un extraño. — Dijo irónica mirándome fijamente. — Louis, no hemos hablado mucho o tal vez nunca, pero te juro que me duele ver así a mis amigos. Si hay algo que tengas que contar para descargarte, cuéntamelo, no saldrá de mi boca si lo necesitas. — Me sonrió sincera y pude confiar en aquella mirada.

— Es que me duele tenerlos así. Entre llantos, abrazos, recuerdos, preocupados. — Bajé la mirada. — Es mi culpa esto. Es mi culpa, tú sabes que Mahia es sensible, demasiado para decir verdad. Sabes que Emma no soporta un día sin su amiga. Sabes que Leo, por más de que no llore y esfuerce por no hacerlo, está mal, y muy mal, ¡Ni siquiera pelean entre Harry y ella! Y Michelle, ¿qué te puedo decir de ella? Está, está callada, no habla, no opina, duerme casi todo el día. ¿Es que todo me tendría que haber pasado a mí? — Mientras las lágrimas caían mi mirada estaba perdida en el tapizado gris claro del avión.

— ¿Y piensas que no nos pasó a nosotros? ¿Qué piensas de mí? Conozco a _____ desde que tengo memoria. Éramos únicas en el pre-escolar, ¿piensas que no nos dolió su partida? Y por más de que no haya muerto, para mi es como un alma que no está en la tierra. Es... es mi mejor amiga, la que me apoya, la que me protege, me defiende y está conmigo siempre.

— Sí, sí lo sé, lo entiendo y entiendo que ustedes jamás me hayan querido y haberla dejado sin pedir una explicación. — Dije mirándola fijamente mientras una lágrima recorría su mejilla.

— Y le agradezco a Dios que no se la hayas pedido. — Susurró inconscientemente para luego taparse la boca.

— ¿Qué? — Pregunté sin entender y un rostro de confusión se tornó.

— Que... nada, nada. Me voy al baño. — Se levantó nerviosa del asiento y empezó a correr. Mi cara aún no dejaba de mostrar confusión. ¿Qué quiso decir con eso?

Y entonces volví a mi estado habitual. Volví a los pensamientos y a mi mirada perdida. ¿Por qué toda mi vida era así? Pensar, pensar, pensar y pensar, no había nada que no haga más que pensar, pensar en mí, en ella, en los pequeños que inocentemente se convertían en algo tan importante en mi vida. Que aunque no lo aceptara en mi interior, algo me decía que _____ escondía algo tras aquellos pequeños. Algo me decía que mi vida cambiaría en algún momento de la vida. Y entonces pensé, ¿Ellos sabrían lo que Lena estaba apunto de decir? O ¿sólo fue un comentario que no valía decirlo?

Me levanté rumbo a Harry quien se sentaba con Leo y reían juntos. No quería terminar con ese momento tan carismático para ellos y tan triste para mí. Me encontraba detrás de ellos, detrás de su felicidad, de sus sonrisas y carcajadas estruendosas.
No la había vuelto a ver así a Leo desde que entré a aquella casa horas más tarde de la noticia. Pero no podía callarme, tenía que romper esas sonrisas por algo que ansiaba saber.

— Harry... — Susurré. Leo dejó de reír para darse la vuelta y mirarme. Me entregó una sonrisa amable y miró a Harry quién había comenzado a mirarme acto seguido luego de Leo.

— ¿Sí?

— ¿Podemos hablar? — Le pregunté con temor a lo que contestaría.Asintió pesadamente y Leo sonrió y se levantó para tomar rumbo a otro asiento. Me senté en aquel lugar que acaban de dejar. Lo miré.

— ¿Qué pasa? — Preguntó devolviendo mi mirada.

— Hay algo que quiero saber. — Murmuré volvió a mirarme. Me miró para que siguiera. — ¿Qué es lo que esconde _____ tras esos niños? — Pregunté sin rodeos.

— ¿Qué? ¿Quién te lo dijo? — Preguntó nervioso mientras comenzaba a tragar seguido y con apuro, saliva.

— Una... una chica. — No hundiría a mi amiga en esto cuando ella me había ayudado.

— Pero no puedo contestarte sin decirme quién fue. — Desvió la mirada.

— Vi una nota en la habitación de _____ que decía algo como que ella tenía un secreto tras esos pequeños. — Mentí mientras el volvía a tragar saliva y me miró.

— ¿Qué hacías en la habitación de _____? — Preguntó. Esto me ponía de puntas.

— ¡Dime de una vez Harry! — Le grité histérico mientras lo miraba cada vez más fijo.

— Son tus hijos. — Murmuró sin que yo pudiera entender.

— ¿Qué? No entendí nada.

— Son tus hijos. — Dijo un poco más fuerte, pero aún decía las palabras rápido sin que yo pudiera entender.

— ¡No entiendo! — Exclamé enojado.

— ¡Son tus hijos! — Me gritó acercándose a mí peligrosamente. Mi mirada se desvió directo a la ventana.

— ¿Qué? ¿Cómo? Ellos no, no pueden. — Y recordé aquel día.

— Louis, tengo algo que decirte… — Se acercó a mí con la voz temblorosa. Comencé a ponerme nervioso.

— Yo también, amor — Sonreí. Estaba bastante feliz.

— Tú primero — Sonrió forcejeando para que no le salga una mueca.

— Pués, concursaré para The X Factor, amor, seré famoso — La besé y la abracé completamente feliz.

— Que increíble, enserio — Me sonrió y por más de que me convenciera, no era un sonrisa en serio, era más, como forzada.

— Ahora tú, dime — Pedí sonriente.

— Louis… — Mi miedo comenzó a aparecer — No te amo, te engañé, lo lamento, lo nuestro no puede seguir.

— ¿Cómo pudiste? Yo si te amo ____, es increíble que seas tan mierda. — Con decepción me di media vuelta con las lágrimas ya jugando con mi mejilla.

— Dios... — Susurré llevando una mano a mi boca. Ella no me había engañado, ella estaba embarazada y no quería decírmelo.

— Louis... — Murmuró asustado el castaño llevando una mano a mi hombro. Pero me di cuenta, ¿por qué me habían escondido esto durante tanto tiempo? ¿Qué les había costado decirme? ¿Cuatro años sin saber que era padre? Alejé bruscamente mi cuerpo de él. Él lo sabía y estoy segura de que todos también lo hacían. Y entonces, ¿habían desconfiado de mí? — ¡Louis! — Gritó Harry cuando yo ya me había alejado de él.

— ¿Ustedes lo sabían? — Susurré con dolor. Todos me miraron confundidos. — ¡Dejen de mirarme así! — Les grité con furia y tristeza. — ¿Cómo no me lo van a decir? ¿Desconfiaban de mí? ¡Eran mis hijos y ni siquiera lo sabía! — Les grité y antes de que ellos pudieran pronunciar una palabra, me di media vuelta y comencé a correr directo al baño. Mis lágrimas no se tardaron en aparecer.

Ahora comprendía todo; Mientras yo no estaba, ellos hablaban de aquello y cuando yo llegaba inmediatamente cambiaban el tema. Cuando yo me acercaba a los pequeños, la mirada de susto de _____. Cuando miré por primera vez los ojos de William, cuando vi las facciones de Skyler.

Todo esto era real, ellos eran mis hijos sin que yo lo sepa, y mis amigos lo sabían y nunca me dijeron nada.