¿Embarazada? | Louis Tomlinson | Parte 1. Terminada.

— ¡No jodan! ¡¿Enserio?! ¡Los felicito!  — los abracé completamente contenta. Hasta eso, las lágrimas de sus ojos ya salían y los mios brillaban, de alegría, pero a la vez dolor, porque mi hermano no está aquí para poder abrazarme y decirme que somos hermanos. Simplemente no está.

— Mi sueño se ha hecho realidad — limpió una lágrima Harry.

— Nuestro sueño, querrás decir — dijo Mahia y lo abrazó.

— Bueno, ¿Qué tal si vamos a casa y les contamos a los chicos? Asi podríamos salir en la noche en simbolización de celebrarlo.  — sonreí incomoda. Ellos se miraron entre si y una mirada picara se escapó de ambos. ¿Qué querrán hacer? Es obvio que son hermanos.  — ¿Chi-chicos?  — pregunté con temor. Esas miradas enserio daban miedo. ¿Qué querían hacer? ¿y si quemaban algo? Dios mío, esto es malo.

— ¡Ven!  — gritó Harry y salimos corriendo de hecho Harry, y yo arrastrada por detrás. Mahia reia como loca a lo igual que Harry. Tengo miedo. Que paranoica soy.

— ¿A dónde me llevaaan?  — grité con la voz a media debido a los brincos.

— Tu cállate — rió Mahia.

— No me secuestrarán ni nada, ¿cierto?  — pregunté con miedo. Aunque más que miedo, ambos se rieron.

— No tonta, solo haremos algo que nos hará reir — sonrió  Harry.

Nos subimos al auto de Harry y partimos a casa. Al llegar los chicos estaban ahí sentados. Parecían nerviosos. Reí por lo bajo. Todos se levantaron al vernos.

— ¿Son o no?  — preguntó rápido Liam.

— Pues, los resultados dieron… — la cara de Mahia actuada, se hizo la que largó un sollozo.

— ¿Qué? No puede ser… — llevó una mano a su boca Niall. Y ahí fue cuando los chicos se miraron y rompieron la mentira.

— ¡Dieron positivo!  — gritó Harry y Mahia lo abrazó. Todos gritaron.

— ¡¿Qué?! ¡Los felicito!  — corrieron a abrazarnos.

— Bien, creo que lo mejor será que me vaya.  — dije dando un paso adelante para retirarme, pero una mano me detuvo. Giré y miré a Louis.

— No puedes perderte éste abrazo — sonrió uniéndome a él.

Mantuvimos el abrazo por unos segundos más y nos separamos.
Luego la tarde se pasó volando. Salimos a cenar, y a divertirnos un rato, pero tuvimos que volver rápido porque a los chicos se les había olvidado que tenían un concierto al día siguiente, por lo que llegamos lo más rápido posible. Todos nos fuimos a nuestras casas (cosa que las chicas se quedan en la mia por días) y nos dormimos. Mañana acompañaríamos a los chicos al concierto.

***

Desperté debido al hermoso grito-notecé mi sarcasmo- de Leo. Como siempre chillando por qué ponerse. Siempre la misma.
Me levanté de la cama contemplando el desastre que había en mi habitación. Con un mirada matadora, revisé donde estaba la causante, y al verla que me veía con miedo,  corrí tras de ella.

— ¡Corre si quieres estar viva hoy!  — le grité y esta salió corriendo sin más que decir. Bajamos por completo del lugar y todos estaban abajo desayunando. Ya listos.

— ¿Qué se supone que hacen?  — preguntó Michelle desde el otro extremo de la mesa.

— Leonela, vas ahora ya mismo a mi habitación y la acomodas — le dije. Esta me miró mal y subió corriendo las escaleras.

— Cuando no ustedes siempre peleando.  — irritada habló Lena.

— _____, vete a cambiar, el concierto no te va a esperar y la limosina tampoco — me advirtió Emma y yo imité la acción de Leo, llendo directo a mi habitación donde ella ya estaba.

— Leo, vete a cambiar, dejá esto, ya lo hago yo, pero la próxima lo harás tu.  — le dije. Ella tiró al suelo la remera que tenia en mano y salió con un blanqueo de ojo. No cambia. Reí.

Me puse unos jeans azules y una básica negra, la metí adentro de los jeans y me puse encima una camisa a cuadros combinados de rojo, blanco y gris.
Me dejé el pelo suelto y lo planché. Delineé mis ojos y me puse un poco de rubor. No me maquillo mucho asique ya había terminado. Obvio que me había puesto mis hermosas converses blancas y bajé de nuevo con los chicos.

— ¿Vamos?  — preguntó Emma agarrando sus camperas. Todos estaban listos ya, y me dieron a entender que había demorado mucho.

— Sí, vamos.  — sonreí y todos nos levantamos para cruzar a la casa de enfrente a esperar con ellos.