Love in slow motion.

por **JulieDaniells** Miér 26 Nov 2014, 1:55 pm

Ficha de la serie

• Titulo: Love in slow motion

• Autor: Julie Daniells

• Adaptación: No.

• Género: Romance y Amistad.

• Contenido: Apto para todo publico.

• Advertencias: Ninguna

• Otras páginas: Esta novela también esta disponible en Wattpad, si la ves en alguna otra pagina avisame de inmediato.

Love in slow motion.

Capitulo 1: Manchester - Primera Parte.

Toda mi vida había tenido la ilusión de ser alguien en el mundo, era solo una simple necesidad, quería ser respetado y recordado por las personas. Todo surgió a partir de pequeñas humillaciones que sufrí en el instituto, mis amigos y yo conformábamos una pequeña banda llamada White Eskimo, no era gran cosa realmente, solo lo hacíamos por diversión, encontrábamos agradable pasar el tiempo ensayando, y eso precisamente era lo que a la gente le disgustaba, nunca llegué a comprender el por qué, tal vez solo no tenían a nadie más a quien molestar, tal vez solo necesitaban perder el tiempo insultando a los más débiles, tal vez eso les hacía subir su ego. Se llenaban la boca llamando a nuestra banda como los maricas de Holmes Chapel, intentábamos ignorarlos pero entre más lo hacíamos más empeoraba la situación, a veces las burlas no eran suficientes y se dedicaban a escupirnos bolitas de papel y en ocasiones, diversas clases de golpes. No era extraño para nosotros llegar a casa con las costillas magulladas o el labio inflado por la hinchazón. Con el tiempo nos fuimos acostumbrando. ¿Y cómo rayos llegué yo aquí? ¿Por qué en un principio me metí en esta banda?

Will, uno de mis mejores amigos fue el que me animó a formar parte del grupo como vocalista, siempre amé la música pero nunca había pensado en cantar, la verdad es que siempre había querido tocar el bajo pero nunca tuve la dedicación necesaria y no aprendí. Will prácticamente me había obligado a ser parte de la banda, ya que necesitaba un vocalista para un concurso que habría en el instituto. Una tarde le pregunté “¿Por qué yo?” Y el simplemente respondió “¿Acaso no te has escuchado? Mejor deja la idea del bajo y dedícate a cantar.”

Y eso fue lo que hice. Practicaba día y noche en mi habitación, a veces podía escuchar a Gemma, mi hermana, gritarme desde su habitación “¡Harold por favor déjame dormir!” Yo solo me reía y cantaba más bajito, sencillamente mi vida se resumía a eso, cantar y cantar. Y por gracia de Dios tal vez, ganamos la batalla de bandas. Eso sucedió hace más de un año.

Una tarde de sábado mi mamá me llamó durante el trabajo en la panadería William Mandeville, “¿Estas ocupado, bebé?” había dicho “tengo algo aquí que necesito enseñarte, ¿podrías decirle a Bárbara que saldrás antes?” Se me había hecho bastante extraño pues mi mamá no acostumbraba a llamarme durante el trabajo, solo esperaba que no fueran malas noticias, recuerdo que había hablado con Bárbara entre tartamudeos, era la primera vez que le pedía un permiso, siempre cumplía con mi horario, de inicio a fin, pero aparentemente esta situación lo ameritaba. Había caminado con mucha curiosidad y al llegar mi mamá sí que me sorprendió, Me había extendido un pequeño sobre rojo con un X plateada en medio, la había mirado sorprendido y ella me había dedicado sonrisas y me hacía señas alentándome para que abriera el sobre. De la emoción lo había rasgado y mis ojos se habían movido con rapidez sobre la hermosísima y elegante letra cursiva “¡Felicidades! Tienes un lugar para presentar una audición frente a los jurados Cheryl Cole, Louis Walsh y Simon Cowell el próximo sábado 10 de Julio. Bienvenido a The X Factor UK” Nunca había pensado que siquiera se tomarían el tiempo de ver mi video, era solo un video de un minuto y medio donde salía cantando Hey Jude de los Beattles.

Y ahora aquí estaba sentado en el comedor de la casa de Julianne, una prima de Robin, mi padrastro, habíamos viajado desde Holmes Chapel hasta Manchester para mi audición, sentía que había cantado Isn’t she lovely tantas veces que ya había perdido la cuenta, mis nervios estaban a flor de piel y tan solo eran las 5:30 am.

-¿Gemma, quieres darte prisa?

La voz de mi mamá se escuchaba distorsionada a través de las paredes. Repasé la canción en mi mente, una y mil veces, rogándole al cielo que no se me olvidara la letra en la mitad de la audición. Robin bajó las escaleras de la casa de dos en dos y me miró con una sonrisa.

-¿Qué tal? –señaló su camisa y me miró con diversión. “Nosotros pensamos que Harry ganará The X Factor”, citaba. Le sonreí de vuelta.- ¿Estás listo?

-Eso creo, tengo miedo de que se me olvide.

-No te preocupes Harry, confía en ti. Tú sabes que puedes lograrlo. – Me revolvió un poco el cabello y me hizo un gesto para que lo siguiera hasta el auto.

-¿Y mamá y Gemma?- pregunté cuando llegamos al porche de la entrada.

-Gemma se quedó dormida y tu prima Molly está apurándola, tu mamá está convenciendo a Dan para que nos lleve hasta el lugar, nosotros no conocemos mucho aquí y ya sabes que Julianne no sabe conducir. – Solté una carcajada ahogada e instantáneamente me cubrí con una de mis manos, Robin me miro con una sonrisa y asintió como aprobando mis pensamientos.

Un día en el verano pasado Robín había intentado enseñar a Julianne a conducir el coche de Dan, todo terminó bastante mal a decir verdad, Julianne empotró el auto contra una señal de tránsito, así que aparte de pagar por la reconstrucción del auto también tuvo que pagar una multa por manejar sin permiso de conducir y una multa para arreglar la señal, de no parquear, caída. Dan no estuvo en absoluto feliz por toda la situación, así que desde ese día no dejó que su mamá estuviera cerca del auto, a menos que claro, él estuviera al volante.

-¿Qué tal Harry? –Dan salió de la casa y se reunió con nosotros en el porche, se acomodó su cabello rubio y me sonrío. Dan también llevaba una camisa idéntica a la de Robin. Yo le respondí el saludo con amabilidad, ocultando a la vez una sonrisa, sintiéndome un poco mal por haberme burlado de su desgracia con el coche que el mismo había comprado. – Ya está todo listo es hora de irnos.

La camioneta se hizo un poco estrecha cuando Molly, Gemma, Julianne y mi mamá se acomodaron a toda prisa junto a mí en la parte trasera. Se me escapó una risa y Gemma me miró como si tuviera tres ojos en vez de dos.

-Deberías peinarte un poco. – Dije y acomodé un mechón de cabello detrás de su oreja.

-Oh, Dios mío tienes razón, tal vez el amor de mi vida está en las filas para audición de The X Factor. – Gemma rio un poco y se acomodó su cabello castaño sobre uno de sus hombros. Reí con ella unos segundos, olvidando momentáneamente mis nervios.

Abrí los ojos y la boca, sorprendiéndome al ver el incontable número de personas que estaban de pie en la línea de la fila. ¡No pasaría nunca! Nos bajamos del auto y caminamos a la entrada, donde un hombre de unos treinta y pocos estaba sentado con varias hojas esparcidas a su alrededor. Habíamos hecho una corta fila y luego de unos minutos fue mi turno. Por lo menos la fila de registro no fue traumática, la fila que era enormemente preocupante era la que me llevaría hasta los jurados.

-Buenos días. Estamos aquí porque mi hijo va a hacer una audición. Este sobre llegó a casa la semana pasada. – Mi madre le entregó el sobre y él lo acomodó junto a los otros.

-¿Cuál es el joven? – La mirada del hombre se paseó entre Dan y yo, así que di un paso al frente. – Hola, ¿Cuál es tu nombre, edad y lugar de origen?

-Soy Harry Styles, tengo 16 años y soy de Holmes Chapel, Cheshire.

El hombre anotó mi información en un panel de registro y me entregó un papel adhesivo. Soy el participante número 165.998.

Llevábamos más de tres horas de pie, la fila había avanzado un poco y ya estaba cansado de ver siempre lo mismo. Gemma no dejaba de hablar con Molly acerca de un chico que estaba bastante lejos de nosotros pero podíamos verlo con facilidad porque la fila se giraba en varios sitios para podernos acomodar mejor en el lugar, el chico tenía más o menos mi estatura y mi edad, era de cabello negro bastante corto, delgado y de piel bronceada. Bueno, Molly tenía mi edad podía entender porque hablaba, entre risitas, de él con Gemma. Qué envidia, por lo menos aquel chico estaba más cerca de la entrada que yo.

- Isn’t she lovely? Isn’t she wonderful? Isn’t she precious?

-¿Harry, puedes ensayarla en tu mente? Creo que comienzo a odiar a Stevie Wonder. – Gemma miró con mala cara a Molly.

-Déjalo que ensaye, Molly. Cuando sea famoso y enloquezcas por él no querrás que se calle nunca. – Gemma me sonrió – Continua Harry.

-No, no importa. Voy a caminar por ahí, igual y no creo que se muevan mucho de aquí. Ya vengo.

Gemma le frunció el ceño a Molly.

-Ten cuidado cariño, hay mucha gente aquí. –Mi mamá recostó su cabeza en el hombro de Robin y me acarició el cabello.

-No tardaré mamá.

Le sonreí y salí de la fila.

Caminé un poco pensando en cuando había sido la última vez en la que me había sentido tan nervioso como hoy. Lo primero que apareció en mi mente fue aquel recuerdo de hace unos años cuando mi familia y yo hicimos un corto viaje a Brighton, solo por unos días, nunca había visitado Brighton y nunca había montado un avión. Recuerdo que estaba tan nervioso que transpiraba de manera abundante, estaba pálido y con ganas de vomitar, mi mamá tuvo que pedir a la aeromoza un té de manzana para relajarme, lo que ayudó solo un poco, ya que cuando el avión hizo el amago de despegar sufrí un pequeño ataque de pánico, casi me pongo a llorar pero logré sopórtalo solo porque mi mamá me apretó la mano con cariño en todo momento. Cuando el avión se estabilizó pude empezar a disfrutar de la vista, me maravillé por completo al ver como todo se veía tan pequeño desde arriba y de pronto sentí que ya no tenía tanto miedo. Aún seguía teniendo miedo a los aviones especialmente porque no era un fan de las alturas, pero supuse que con el tiempo eso es algo que se me iría pasando.

Cuando llegué a la entrada una canción que reconocí al instante logró sacarme de mis pensamientos, intenté buscar el origen de esa voz… hasta que di con ella. A varios metros de mi pude ver a un chico flaco de cabello castaño con un flequillo largo y liso, estaba cantando Hey there Delilah, una de las canciones favoritas de mamá; reí un poco porque noté un parecido a mí en su comportamiento, repitió su estrofa más de 3 veces en el corto tiempo en el que había estado observándolo y no había dejado de morderse los labios y alborotarse el cabello, que por supuesto se veía impecable gracias a su lacio de nacimiento. Se le veía tan nervioso como yo, la única diferencia es que él en vez de morderse las uñas en señal de nerviosismo, lo que hacía era sonreír a cada segundo. Ojala hubiera sido tan fácil para mi sonreír tanto en un momento como ese, lo único que podía hacer era morderme las uñas hasta que sentía el dolor suficiente que me indicaba que debía parar de hacerlo.

Solté un suspiro y seguí caminando, llegué a una cafetería y el olor a panecillos calientes hizo rugir mi estómago de forma escandalosa, recordándome que no había comido nada en todo el día, me compré un té y un muffin de naranja. La textura esponjosa del muffin contra mi lengua logró serenarme un poco y el té dulzón me subió bastante el ánimo, tal vez lo que necesitaba era desayunar algo. Pedí un muffin para llevar y otro té el cual me fui tomando mientras continuaba mi recorrido por el lugar. Después de varios minutos llegue de nuevo a mi sitio y como era de esperarse la fila no había avanzado mucho.

-¿Qué hiciste, cielo? – mi mamá me sonrió.

-Solo caminé un poco y compré algo de comer.

-Yo tengo hambre, no comí nada antes de salir. – Gemma hizo un puchero encantador.

-Me has convencido. – Le sonreí.

-¿De qué?

-Toma, te regalo mi muffin.

-No, Harry. Es tuyo, no te preocupes por mí.

-Ya yo me comí uno. – Dije estirándole la bolsa marrón.

-Gracias hermanito. – Le dio un mordisco y las comisuras de sus labios se ensuciaron de trocitos esponjosos de color naranja.

Pasó una hora más y me empecé a sentir un poco impaciente, pude ver al chico de cabello negro, del que hablaban Gemma y Molly, más cerca de la entrada. Mi madre se recargó en el pecho de Robin mientras seguía bastante entretenida en la conversación que estaba teniendo con Julianne. Dan se acercó a Gemma e iniciaron una conversación sobre la Universidad. Yo iniciaría clases en Septiembre pero aún no estaba seguro de que elegir, así que me tomaría mi tiempo para pensar bien. Empecé a sentir una presión en mi vejiga haciéndome sentir incómodo, mi mamá me miró con una ceja levantada cuando crucé las piernas para aguantar las ganas de ir al baño.

-¿Qué sucede?

-Creo que necesito un baño. Me tomé dos tés y siento que mi vejiga va a explotar.

-Cielo, pregúntale a esa joven de allí, la que tiene la camisa del programa, seguro ella te puede indicar. – Mi mamá señaló a una chica rubia que estaba a varios metros de nosotros, sonriéndole a todo aquel que se le acercaba.

La chica me dedicó una sonrisa bastante perturbadora que me hizo bajar la mirada ¿Estaba coqueteando conmigo? Pero si podía tener como 27 años ¡Que horrible! Me quedé mirando mis zapatos por más tiempo del necesario, y luego de unos segundos decidí que para poder salir de ahí rápido tenía que ser ágil así que intenté ser lo más breve posible, tan pronto recibí las cortas indicaciones por parte de ella, empecé a caminar rápido lejos de allí, hasta que llegué a la entrada. Junto a ella había dos puertas, busqué al pequeño hombrecito que indicaba el baño masculino y entré. Me sorprendí al ver que el baño era grande, por un momento había pensado que encontraría un solo inodoro con un lavamanos pequeño, pero este tenía distintos orinales y varios inodoros separados por puertas de metal.

Me miré en el espejo frente a los orinales, estaba pálido, a leguas se me notaban los nervios. Di una rápida mirada a la puerta esperando que no entrara nadie y me miré al espejo de nuevo.

-Isn’t she lovely? Isn’t she wonderful? Isn’t she precious? Less than one minute old, I never though love we’d be making one as lovely as she, but isn’t she lovely made from love…

Un sonido me sobresaltó y me giré para ver a un chico salir de uno de los inodoros que estaban divididos por las puertas de metal, el chico traía en las manos un montón de ropa hecha una bola e intentaba meterla, de manera torpe, en un pequeño bolso, al parecer se estaba cambiando de ropa pero nunca nadie le había enseñado como doblarla, una sonrisa jugueteó en mis labios pero no me atreví a mirarlo, no quería que pensara que me burlaba de él, así que decidí hacer lo que en un principio había venido a hacer, me bajé la cremallera y solté un suspiro de alivio.

Sentí que se sitúo a mi lado en los orinales, se echó el bolso al hombro y se bajó los pantalones. Lo miré de reojo y lo reconocí como el chico que cantaba la canción favorita de mamá, Hey there Delilah. El bolso se le deslizó del hombro de manera brusca y le quedó guindado sobre su codo, se le tambaleó de lado a lado y me golpeó el brazo, perdí el control de mi mano y un poco de mi orín le salpicó en el brazo, él también salpicó un poco pero hacía el lado opuesto a mí.

-¡Oops!– Yo tragué saliva fuertemente y él me miró levantando una ceja. Estaba esperando un montón de palabrotas por su parte pero él solo no dejaba de mirarme. Salí de mi trance y me arreglé los pantalones, él hizo lo mismo y acomodó el bolso en su hombro. Escuché unas risitas de su parte y yo rápidamente tomé un poco de papel, lo humedecí e intenté limpiarlo.

-Hola – Es lo único que dijo, me mordí los labios y bajé la mirada completamente avergonzado. Él frunció los labios como si estuviera conteniendo la risa y luego me observo con sus grandes ojos grises o azules, no podía definir el color con claridad.

-Lo siento tanto. – Las palabras me salieron con bastante rapidez, lo observé, completamente avergonzado, durante varios segundos.

-Está bien, no te preocupes. – Dijo riendo e instantáneamente se le formaron unas arruguitas alrededor de los ojos.

-Soy Harry y de nuevo lo lamento. No voy por ahí orinando a la gente. – Sentí la sangre agolparse en mi rostro y supe de inmediato que estaba sonrojado hasta las orejas, mordí mis labios de nuevo.

-Soy Louis, un gusto. – Me dedicó una sonrisa, me estiró la mano para que se la estrechara.

-¿Estás siendo sarcástico?

-Para nada sarcástico. – Dijo sonriéndome de vuelta, así que le estreché la mano.-Cantas muy bien, Harry.

-Oh, si… Ehmm, gracias supongo.- Sentí el calor aumentar en mis mejillas, por un instante había olvidado que me había escuchado cantar.

-Hey no te avergüences, lo digo muy en serio. Me gusta tu voz. Es más, dame un segundo. – Me lanzó una sonrisa y abrió el bolso que tenía al hombro.

Lo miré intentando averiguar qué es lo que pretendía hacer, después de que rebusco por varios segundos lo que sea que estaba buscando, su mano salió del bolso empuñando un papel, lo alisó torpemente con las manos y cuando estuvo lo suficientemente presentable me lo entregó, lo miré como si se hubiese vuelto loco. Él se dedicó a soltar unas risitas, su sonrisa se hizo más grande si era posible, sus ojos se achicaron tanto que casi no pude ver sus iris y sus arruguitas se acentuaron muchísimo más, se veía adorable de una manera absolutamente absurda. Abrió un bolsillo pequeño de su maletín y sacó un lapicero.

-Por favor Harry, por favor regálame un autógrafo. – Rogó juntando sus manos mientras formaba un puchero.

-¿Qué? ¿Estás hablándome en serio?

-Pues obvio, cuando te hagas famoso quiero poder decirle a todo el mundo que yo fui el primer autógrafo que diste, ¿Lo imaginas? Sería increíble. Podría venderlo por un montón de libras.

Solté varias carcajadas y negué con la cabeza varias veces.

-No puedes hablar en serio. – Recibí el lapicero y escribí “Harry xx” con letra cursiva.

-Mi abuela dice que las personas que tienen hoyuelos en las mejillas poseen un corazón de oro.- Dijo y me miró avergonzado, yo miré las baldosas del baño como si fueran la cosa más interesante en el planeta y me revolví el cabello, un poco apenado, con la mano que tenía libre. – Yo… lo siento. No quise hacerte sentir incómodo.

-No, no importa. Toma. – Le entregué el papel con mi firma.

-Wow gracias, tienes una letra bonita. La mía es terrible, cada vez que hacía tareas para el instituto mi maestra siempre me mandaba a reescribirla porque nunca entendía. – Él sonrió de nuevo y yo también. – Lo siento tengo esta manía de hablar demasiado, espero que no te moleste. Igual ya tengo que irme, casi es mi turno. Fue un gusto conocerte Harry ¿eres de aquí?

-No, soy de Holmes Chapel. Vine solo para la audición.

-Oh, yo igual. Holmes Chapel queda más o menos cerca de donde vivo yo, mi casa queda en Doncaster.

-Sí, es cierto. Queda bastante cerca. –Sonreí levemente sin mostrar los dientes.

-¿Ahora lo entiendes?

-¿El qué?

-Otra vez me puse a hablar contigo y ya tengo que irme. – Se rio de nuevo mientras acomodaba su bolso en el hombro. De nuevo pensé que esas arrugas alrededor de sus ojos eran demasiado adorables – Ahora sí, adiós Harry.

-Adiós Louis, buena suerte en la audición.

-Gracias, yo no te desearé buena suerte a ti porque estoy seguro de que pasaras. – Me dio una última mirada.- Nos veremos por ahí. – Me sonrió y salió del baño.

De verdad, si que esperaba verlo por ahí de nuevo.

+

Hola! Mi nombre es Julie, espero que les haya gustado. Haganmelo saber en los comentarios para saber si debo seguir con la historia. Lo que tengo en mente es plasmar todas aquellas experiencias que vivió Harry durante X Factor, cosas que tal vez tenemos en el aire, como se conoció con los chicos, como fue creciendo su amistad con Louis, como era la relación de todos en la casa en The X Factor y otras cosas más. Acepto sugerencias. Un beso!!

Última edición por JulieDaniells el Miér 26 Nov 2014, 4:36 pm, editado 5 veces

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