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Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
•Capitulo 7•
Parte 2
3/4.
Debía sacar adelante Chic, una publicación que se había quedado obsoleta y para
ello tenía que innovar, crear nuevas secciones, pero sobre todo debía crear
expectación sobre ella antes incluso de que estuviera a la venta.
En definitiva debía conseguir que resultara atractiva al lector actual. Abrió una hoja
de Word y comenzó a pensar en los contenidos que, según ella, tenían que formar parte
de una revista como Chic. Se centró especialmente en aquello que la atraía como
consumidora:
1. Lo primero un espacio en Internet al que las lectoras pudieran acudir en busca
de noticias de última hora o de looks de urgencia.
2. Una apariencia más joven, lo que suponía nuevas secciones además de las
fijas de todas las revistas, tales como el horóscopo y las cartas de los lectores.
3. ¿Un consultorio? Un espacio en el que las lectoras pudieran recurrir tanto
para temas relacionados con la moda u otros más personales. Podría explotar su
vena psicoanalista, y al mismo tiempo ofrecer una sección a la medida de cada
consumidor.
4. Buenos reportajes
5. Temas relacionados con cosméticos y técnicas de belleza.
6. Alguna sección dirigida exclusivamente a los hombres: ¿cosméticos
masculinos?, ¿motor?...
Dejó de teclear en el ordenador, a la espera de que le surgiera alguna idea
innovadora. Se felicitó diciéndose que para ser el primer día, no había ido tan mal y se
centró en el primer punto de la lista, la página web y su aparición en las redes sociales.
Diez minutos después hacía uso de su nueva secretaria que convocaba vía newsletter a
todos los redactores para una reunión el jueves a primera hora de la mañana.
Aprovecharía la oportunidad y entonces le comentaría al chico pelirrojo la idea de la
web.
A las seis de la tarde su positivismo había caído veinte puntos y su malhumor había
alcanzado un siete coma siete en la escala de Richter, vamos que se avecinaba un
seísmo de consecuencias catastróficas que estuvo a punto de estallar violentamente
cuando Joe , todo sonrisas, pasó por su oficina para ofrecerle sus servicios como
taxista. (_TN) a duras penas pudo esbozar una sonrisa agradecida. No estaba
dispuesta a mostrarle debilidad al enemigo.
Tenía que fingir que todo iba de maravilla o disfrutaría de ventaja sobre ella.
Si el día había comenzado muy productivo pasado el mediodía se había estancado y
(_TN) no había encontrado la panacea que librara a Chic del anonimato periodístico.
Disimuladamente se fijó en la sonrisa encantadora de Joe y en la amabilidad con
la que saludaba a todo el mundo al abandonar la planta de Chic, y se dijo que a él
seguramente le había ido mucho mejor el día. Por ello se obligó a sonreír tanto como lo
hacía él y a hablar de cualquier cosa menos del trabajo.
—Estaba pensando que lo mejor sería que ya que somos vecinos tanto en la
oficina como en casa, compartiéramos coche para venir a trabajar —le ofreció
amablemente.
A (_TN) le sorprendió su solícita actitud y decidió que tanta cortesía se debía a
que estaba tramando algo. Quizás pretendía conquistarla para que confiara en él y
bajara la guardia o tal vez fuera algo más retorcido. La retorcida eres tú y tu
desconfianza, se regañó mentalmente. De cualquier manera fuera la que fuera la razón
por la que le había propuesto llevarla al trabajo, no iba a negarse. Joe era su rival,
tenía que estar atenta a todo lo que hacía y qué mejor forma de controlarlo que pasar
más tiempo con él. Que se hubiese pasado media vida enamorada de él no tenía nada
que ver con su actual decisión. ¡Para nada!
—¿Por qué me ofreces tus servicios?
—Interesante forma de llamarlo, sí señor —dijo él con una sonrisa traviesa que
almendraba más sus ojos azules.
(_TN) se sonrojó consciente de la interpretación que había hecho.
—Llámalo como quieras. En cualquier caso, ¿por qué?
—Bueno, tú no tienes coche y vamos al mismo lugar a la misma hora. Es evidente
— zanjó alzando una ceja.
—Puedo ir en taxi y además la empresa me pondrá un coche —tanteó para ver lo
interesado que estaba en su compañía.
—¿Sabes? También es cuestión de solidaridad con el medio ambiente, ¿por qué
maltratar a la naturaleza con la polución generada por dos vehículos que se dirigen al
mismo lugar a la misma hora los mismos días, cuando podemos ahorrarnos uno de ellos
para que el futuro de nuestros hijos esté menos contaminado?
(_TN) olvidó de golpe todo el mal humor que había ido acumulando desde que le
presentaron a su exsecretaria y las sospechas acerca del interés oculto de su rival.
—¿Lo has ensayado? —le preguntó sin dejar de reír—. ¿Frente al espejo, tal vez?
—Soy bueno improvisando —comentó Joe en un tono confidencial.
A partir de ese momento la tensión y su malhumor aflojaron e incluso
desaparecieron. Durante los quince minutos que siguieron hasta que llegaron a casa
charlaron animadamente de cualquier cosa que no creara situaciones incómodas entre
ellos.
—Bueno, ¿qué tal has encontrado a Mónica?
—Humm, bien —respondió sin comprender la pregunta.
—No sabes mentir. Mi hermana está hecha un desastre —comentó Joe riéndose
cariñosamente de ella.
—Sí que sé mentir, simplemente me has pillado con la guardia baja —se defendió.
—Estuve con ella ayer, me impresionaste. ¡Lo juro! En solo unos días en Madrid
has conseguido que Mónica vuelva a ser atractiva. Lo que me preocupa bastante —dijo
esta última frase más para sí mismo que para que ella la oyera. Al fin y al cabo era una
rival demasiado competente.
—Gracias. En realidad solo la acompañé a la peluquería —explicó con modestia.
—Supongo que también atentaste contra su armario y tomaste como rehenes sus
chándales y zapatillas —aventuró Joe alzando una ceja sardónico.
—Algo así —concedió ella riendo.
—Estoy impresionado. De verdad que lo estoy.
Los dos se echaron a reír en perfecta armonía y (_TN) se encontró con un Joe
al que no recordaba: abierto, amable y divertido. En su afán por olvidarle, había
obviado todo lo que tenía de positivo su carácter.
Seguían bromeando y riendo hasta que salieron por la puerta que daba acceso a la
finca desde el garaje. Antonio, el portero, estaba nervioso, se estrujaba las manos y
paseaba de arriba abajo con la cabeza gacha mientras la misma mujer del japonés le
gritaba algo al pobre hombre en un castellano tan mal pronunciado que (_TN) no
logró entender lo que le decía.
Por lo visto Joe sí, porque se adelantó hasta ellos en dos zancadas, dejándola
olvidada en la puerta del garaje.
—¡Joe ! —exclamó la mujer—, ¿cómo había dicho Mónica que se llamaba?
Alexia, eso es, Alexia, la modelo rusa, se dijo (_TN) .
—¿Qué haces aquí? —le preguntó enfadado por la intromisión de la rubia.
—Bueno, estoy aquí porque este —dijo señalando al pobre portero—,no ha
querido dejarme pasar a tu piso —explicó mientras se acercaba con un ensayado
puchero en sus pintarrajeados labios.
—Por supuesto que no. Nadie entra en mi casa cuando yo no estoy. Antonio ha
hecho lo que debía y tú tendrás que ser más respetuosa cuando vengas a mi casa —le
respondió molesto.
La rusa iba a replicar cuando se dio cuenta de la presencia de (_TN) , la morena
supo en que preciso momento la reconoció ya que en sus ojos brilló una chispa de
rabia mezclada con algo muy parecido a los celos.
—¿Qué hace esa aquí? —preguntó alzando la voz. Consciente de que (_TN) era
la misma mujer que había intentado robarle a Joe en el japonés el día anterior.
El humor de (_TN) había vuelto al siete coma siete y no estaba dispuesta a
aguantar ese tipo de comentarios de nadie, y mucho menos de alguien tan odioso como
la rubia. Después de ver cómo le gritaba a Antonio sentía ganas de sacarla de su casa a
patadas, pero se impuso su vena británica más diplomática y la ignoró
deliberadamente.
—Antonio ¿hay correo para mí? —le preguntó dulcemente, sabedora de que tal
cosa era imposible puesto que solo llevaba unos días instalada allí.
La rusa la miró sorprendida, pero no estaba dispuesta a dejar que la morena se
quedara con su Joe , así que volvió a preguntarle:
—¿Quién es y por qué ha llegado contigo? —esta vez su tono había bajado varias
octavas.
(_TN) estaba dispuesta a fastidiar a Alexia, así que acercándose mucho al oído
de Joe , tanto que sus labios rozaron su lóbulo, y usando el mismo tono sensual en
que la rubia le había hablado en el japonés, le preguntó:
—¿Qué dice? No consigo entender nada de lo que pronuncia. Aunque deduzco por
su tono que está enfadada contigo.
Joe la miró divertido y se giró para responder a Alexia que parecía a punto de
agarrar a (_TN) y arrancarle su preciosa cabellera.
—Esuna amiga de la familia. Se llama (_TN) —le explicó mientras por el
rabillo del ojo observaba la reacción de la morena ante sus palabras, pero no le dio
tiempo a ver nada ya que la rusa exclamó de nuevo a voz en grito.
—Pues no es tan masculina como Sergio y tú me habíais contado. Aunque sí un
poquito lenta, mi castellano es perfecto. —Sentenció finalmente con un puchero. Sabía
que acababa de lanzarle una estocada mortal a su enemiga.
(_TN) notó que su ira iba cambiando de dirección, la rusa había dejado de
importarle. Fueron sus certeras palabras las que habían producido el cambio. El pobre
Antonio estaba lo suficientemente apartado como para no verse envuelto en la riña,
pero era evidente por su cara de asombro que había escuchado los dardos envenenados
de Alexia o para ser más exactos, las palabras de Joe y Sergio ahora en boca de la
rusa.
—Eso no es…—Comenzó este a hablar, pero (_TN) ya había perdido toda la
fuerza, se dio media vuelta y subió a su casa por las escaleras. Aunque esta vez no
pensó en fortalecer sus glúteos sino en salir cuanto antes del hall.
Mientras subía escuchó a Joe llamarla repetidamente, parecía decidido a ir tras
ella, por lo que aceleró el paso y se metió en casa cerrando de un portazo.
No la había visto. La había mirado muchas veces, pero nunca la había visto, se
lamentó (_TN) , sintiéndose estúpida al recordar el rato agradable que había
compartido con él en el coche.
Parte 2
3/4.
Debía sacar adelante Chic, una publicación que se había quedado obsoleta y para
ello tenía que innovar, crear nuevas secciones, pero sobre todo debía crear
expectación sobre ella antes incluso de que estuviera a la venta.
En definitiva debía conseguir que resultara atractiva al lector actual. Abrió una hoja
de Word y comenzó a pensar en los contenidos que, según ella, tenían que formar parte
de una revista como Chic. Se centró especialmente en aquello que la atraía como
consumidora:
1. Lo primero un espacio en Internet al que las lectoras pudieran acudir en busca
de noticias de última hora o de looks de urgencia.
2. Una apariencia más joven, lo que suponía nuevas secciones además de las
fijas de todas las revistas, tales como el horóscopo y las cartas de los lectores.
3. ¿Un consultorio? Un espacio en el que las lectoras pudieran recurrir tanto
para temas relacionados con la moda u otros más personales. Podría explotar su
vena psicoanalista, y al mismo tiempo ofrecer una sección a la medida de cada
consumidor.
4. Buenos reportajes
5. Temas relacionados con cosméticos y técnicas de belleza.
6. Alguna sección dirigida exclusivamente a los hombres: ¿cosméticos
masculinos?, ¿motor?...
Dejó de teclear en el ordenador, a la espera de que le surgiera alguna idea
innovadora. Se felicitó diciéndose que para ser el primer día, no había ido tan mal y se
centró en el primer punto de la lista, la página web y su aparición en las redes sociales.
Diez minutos después hacía uso de su nueva secretaria que convocaba vía newsletter a
todos los redactores para una reunión el jueves a primera hora de la mañana.
Aprovecharía la oportunidad y entonces le comentaría al chico pelirrojo la idea de la
web.
A las seis de la tarde su positivismo había caído veinte puntos y su malhumor había
alcanzado un siete coma siete en la escala de Richter, vamos que se avecinaba un
seísmo de consecuencias catastróficas que estuvo a punto de estallar violentamente
cuando Joe , todo sonrisas, pasó por su oficina para ofrecerle sus servicios como
taxista. (_TN) a duras penas pudo esbozar una sonrisa agradecida. No estaba
dispuesta a mostrarle debilidad al enemigo.
Tenía que fingir que todo iba de maravilla o disfrutaría de ventaja sobre ella.
Si el día había comenzado muy productivo pasado el mediodía se había estancado y
(_TN) no había encontrado la panacea que librara a Chic del anonimato periodístico.
Disimuladamente se fijó en la sonrisa encantadora de Joe y en la amabilidad con
la que saludaba a todo el mundo al abandonar la planta de Chic, y se dijo que a él
seguramente le había ido mucho mejor el día. Por ello se obligó a sonreír tanto como lo
hacía él y a hablar de cualquier cosa menos del trabajo.
—Estaba pensando que lo mejor sería que ya que somos vecinos tanto en la
oficina como en casa, compartiéramos coche para venir a trabajar —le ofreció
amablemente.
A (_TN) le sorprendió su solícita actitud y decidió que tanta cortesía se debía a
que estaba tramando algo. Quizás pretendía conquistarla para que confiara en él y
bajara la guardia o tal vez fuera algo más retorcido. La retorcida eres tú y tu
desconfianza, se regañó mentalmente. De cualquier manera fuera la que fuera la razón
por la que le había propuesto llevarla al trabajo, no iba a negarse. Joe era su rival,
tenía que estar atenta a todo lo que hacía y qué mejor forma de controlarlo que pasar
más tiempo con él. Que se hubiese pasado media vida enamorada de él no tenía nada
que ver con su actual decisión. ¡Para nada!
—¿Por qué me ofreces tus servicios?
—Interesante forma de llamarlo, sí señor —dijo él con una sonrisa traviesa que
almendraba más sus ojos azules.
(_TN) se sonrojó consciente de la interpretación que había hecho.
—Llámalo como quieras. En cualquier caso, ¿por qué?
—Bueno, tú no tienes coche y vamos al mismo lugar a la misma hora. Es evidente
— zanjó alzando una ceja.
—Puedo ir en taxi y además la empresa me pondrá un coche —tanteó para ver lo
interesado que estaba en su compañía.
—¿Sabes? También es cuestión de solidaridad con el medio ambiente, ¿por qué
maltratar a la naturaleza con la polución generada por dos vehículos que se dirigen al
mismo lugar a la misma hora los mismos días, cuando podemos ahorrarnos uno de ellos
para que el futuro de nuestros hijos esté menos contaminado?
(_TN) olvidó de golpe todo el mal humor que había ido acumulando desde que le
presentaron a su exsecretaria y las sospechas acerca del interés oculto de su rival.
—¿Lo has ensayado? —le preguntó sin dejar de reír—. ¿Frente al espejo, tal vez?
—Soy bueno improvisando —comentó Joe en un tono confidencial.
A partir de ese momento la tensión y su malhumor aflojaron e incluso
desaparecieron. Durante los quince minutos que siguieron hasta que llegaron a casa
charlaron animadamente de cualquier cosa que no creara situaciones incómodas entre
ellos.
—Bueno, ¿qué tal has encontrado a Mónica?
—Humm, bien —respondió sin comprender la pregunta.
—No sabes mentir. Mi hermana está hecha un desastre —comentó Joe riéndose
cariñosamente de ella.
—Sí que sé mentir, simplemente me has pillado con la guardia baja —se defendió.
—Estuve con ella ayer, me impresionaste. ¡Lo juro! En solo unos días en Madrid
has conseguido que Mónica vuelva a ser atractiva. Lo que me preocupa bastante —dijo
esta última frase más para sí mismo que para que ella la oyera. Al fin y al cabo era una
rival demasiado competente.
—Gracias. En realidad solo la acompañé a la peluquería —explicó con modestia.
—Supongo que también atentaste contra su armario y tomaste como rehenes sus
chándales y zapatillas —aventuró Joe alzando una ceja sardónico.
—Algo así —concedió ella riendo.
—Estoy impresionado. De verdad que lo estoy.
Los dos se echaron a reír en perfecta armonía y (_TN) se encontró con un Joe
al que no recordaba: abierto, amable y divertido. En su afán por olvidarle, había
obviado todo lo que tenía de positivo su carácter.
Seguían bromeando y riendo hasta que salieron por la puerta que daba acceso a la
finca desde el garaje. Antonio, el portero, estaba nervioso, se estrujaba las manos y
paseaba de arriba abajo con la cabeza gacha mientras la misma mujer del japonés le
gritaba algo al pobre hombre en un castellano tan mal pronunciado que (_TN) no
logró entender lo que le decía.
Por lo visto Joe sí, porque se adelantó hasta ellos en dos zancadas, dejándola
olvidada en la puerta del garaje.
—¡Joe ! —exclamó la mujer—, ¿cómo había dicho Mónica que se llamaba?
Alexia, eso es, Alexia, la modelo rusa, se dijo (_TN) .
—¿Qué haces aquí? —le preguntó enfadado por la intromisión de la rubia.
—Bueno, estoy aquí porque este —dijo señalando al pobre portero—,no ha
querido dejarme pasar a tu piso —explicó mientras se acercaba con un ensayado
puchero en sus pintarrajeados labios.
—Por supuesto que no. Nadie entra en mi casa cuando yo no estoy. Antonio ha
hecho lo que debía y tú tendrás que ser más respetuosa cuando vengas a mi casa —le
respondió molesto.
La rusa iba a replicar cuando se dio cuenta de la presencia de (_TN) , la morena
supo en que preciso momento la reconoció ya que en sus ojos brilló una chispa de
rabia mezclada con algo muy parecido a los celos.
—¿Qué hace esa aquí? —preguntó alzando la voz. Consciente de que (_TN) era
la misma mujer que había intentado robarle a Joe en el japonés el día anterior.
El humor de (_TN) había vuelto al siete coma siete y no estaba dispuesta a
aguantar ese tipo de comentarios de nadie, y mucho menos de alguien tan odioso como
la rubia. Después de ver cómo le gritaba a Antonio sentía ganas de sacarla de su casa a
patadas, pero se impuso su vena británica más diplomática y la ignoró
deliberadamente.
—Antonio ¿hay correo para mí? —le preguntó dulcemente, sabedora de que tal
cosa era imposible puesto que solo llevaba unos días instalada allí.
La rusa la miró sorprendida, pero no estaba dispuesta a dejar que la morena se
quedara con su Joe , así que volvió a preguntarle:
—¿Quién es y por qué ha llegado contigo? —esta vez su tono había bajado varias
octavas.
(_TN) estaba dispuesta a fastidiar a Alexia, así que acercándose mucho al oído
de Joe , tanto que sus labios rozaron su lóbulo, y usando el mismo tono sensual en
que la rubia le había hablado en el japonés, le preguntó:
—¿Qué dice? No consigo entender nada de lo que pronuncia. Aunque deduzco por
su tono que está enfadada contigo.
Joe la miró divertido y se giró para responder a Alexia que parecía a punto de
agarrar a (_TN) y arrancarle su preciosa cabellera.
—Esuna amiga de la familia. Se llama (_TN) —le explicó mientras por el
rabillo del ojo observaba la reacción de la morena ante sus palabras, pero no le dio
tiempo a ver nada ya que la rusa exclamó de nuevo a voz en grito.
—Pues no es tan masculina como Sergio y tú me habíais contado. Aunque sí un
poquito lenta, mi castellano es perfecto. —Sentenció finalmente con un puchero. Sabía
que acababa de lanzarle una estocada mortal a su enemiga.
(_TN) notó que su ira iba cambiando de dirección, la rusa había dejado de
importarle. Fueron sus certeras palabras las que habían producido el cambio. El pobre
Antonio estaba lo suficientemente apartado como para no verse envuelto en la riña,
pero era evidente por su cara de asombro que había escuchado los dardos envenenados
de Alexia o para ser más exactos, las palabras de Joe y Sergio ahora en boca de la
rusa.
—Eso no es…—Comenzó este a hablar, pero (_TN) ya había perdido toda la
fuerza, se dio media vuelta y subió a su casa por las escaleras. Aunque esta vez no
pensó en fortalecer sus glúteos sino en salir cuanto antes del hall.
Mientras subía escuchó a Joe llamarla repetidamente, parecía decidido a ir tras
ella, por lo que aceleró el paso y se metió en casa cerrando de un portazo.
No la había visto. La había mirado muchas veces, pero nunca la había visto, se
lamentó (_TN) , sintiéndose estúpida al recordar el rato agradable que había
compartido con él en el coche.
ElitzJb
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
•Capitulo 8•
Parte 1
4/4.
Joe se encontró con la puerta de (_TN) cerrada, durante varios segundos se
planteó la posibilidad de llamar e insistir para que le abriera, pero la ira que estaba
sintiendo contra Alexia fue más fuerte y decidió darle tiempo para que se calmara.
Bajó las escaleras casi más rápido de lo que las había subido y se encaró con la
rusa que tenía en los labios un delicado puchero infinitamente ensayado frente al
espejo. Joe no se dejó conmover por el gesto.
—¿De dónde te has sacado lo que le has dicho a (_TN) ? Ni Sergio ni yo te
hemos dicho jamás nada como eso. Primero porque no lo pensamos y segundo porque
los dos sabemos la clase de víbora que eres —le dijo intentando contener las ganas de
agarrarla por el brazo y sacarla sin miramientos a la calle.
Alexia, como siempre, hizo oídos sordos a la parte que no le interesaba escuchar y
respondió a su modo:
—He visto la foto que hay en el despacho de tu casa. Una vez te pregunté por la
chica morena que estaba a tu lado y me dijiste su nombre. Tengo buena memoria.
—Vete a casa Alexia —le pidió con los ojos brillantes de rabia—. Ya hablaremos
otro día que no esté tan enfadado contigo.
—¿Quieres que me marche?
—¿No me has escuchado bien? —preguntó con grandes dosis de sarcasmo.
—¿Por ella? ¿Me estás echando por esa mujer? —le preguntó asombrada.
—Esa mujer es una amiga de mi familia. Además de ser alguien a quien aprecio
mucho —dijo con los dientes apretados—. Y tú acabas de insultarla en mi nombre y en
el de Sergio.
Se dio la vuelta y sin molestarse en escuchar la réplica de Alexia se dirigió de
nuevo hacia las escaleras.
Entre tanto se alejaba vio de reojo cómo el portero amablemente le indicaba a
Alexia el camino hacia la puerta. La rusa con la cara transformada por la ira, todavía
insistió en hablar con Joe .
—¡Joe , lo siento!
—Mañana, Alexia. O mejor pasado —sentenció antes de desaparecer por las
escaleras.
Abrió la puerta de su casa y se quitó la americana que dejó con cuidado sobre una
silla, se descalzó sin quitarse los calcetines y entró en su despacho. Se quedó en la
puerta, al tiempo que centraba su mirada en el pequeño marco de madera en el que
cuatro jóvenes posaban para una fotografía con la fontana di Trevi de fondo.
La misma fotografía que había estado ahí desde que se mudó a su casa, la misma
fotografía que acababa de terminar con la tregua que tanto había disfrutado en el coche
con (_TN) . Tenía que hacer algo. No podía dejar que ella pensara tan mal de él, no
quiso pararse a analizar por qué le molestaba tanto la idea. Volvió a ponerse los
zapatos y salió apresuradamente por la puerta.
********
Eran ya las diez de la noche cuando sonó con insistencia el timbre de arriba. (_TN)
estaba tirada en el sofá desgastando una de sus películas favoritas Love Actually. Se
levantó de mala gana para ir a ver quién era, no obstante, antes de abrir usó la mirilla
para descubrir a su visitante inesperado. Dos horas antes había estado a punto de
abrirle la puerta al enemigo por no comprobar antes quien llamaba, había sido gracias
al propio Joe que la había puesto sobre aviso cuando se puso a hablarle a través de
la puerta cerrada:
—(_TN) , abre, por favor. Tenemos que hablar —le rogó ansioso por explicarle
lo sucedido.
Ella se mantuvo en silencio. Era la última persona a la que quería ver, se había
quedado mirando como la rusa la ofendía y no había hecho nada para evitarlo. Ni
siquiera había negado sus palabras.
—Por favor, (_TN) . Lo que dijo Alexia no es cierto. Nunca diría eso sobre ti.
—No quiero hablar contigo, ni escuchar más mentiras. Por favor márchate —pidió
(_TN) incapaz de seguir callada.
—Si me dejas que te explique comprenderás que te digo la verdad.
La joven abrió lo justo para asomar la cabeza. Joe iba sin chaqueta y llevaba el
cabello despeinado, como si se hubiese pasado las manos por el pelo repetidas veces.
Se le notaba cansado. Se obligó a recordar las ofensas de la rusa, por muy preocupado
que Joe pareciera, ella no estaba dispuesta a dejar que sus disculpas le afectaran.
—Gracias por abrir —le agradeció Joe aliviado.
—Solo he abierto para pedirte que me dejes en paz. No me interesan tus burdas
excusas. Por favor deja de gritar frente a mi puerta.
—(tn)…
—¡No! —(_TN) sintió cómo se le aflojaban las rodillas al escucharle llamarla
así—. Por favor, vete.
—Como quieras —le respondió cuadrando los hombros. Aunque la expresión de
sus ojos mostraba a las claras lo que le había dolido su rechazo. Aun así giró sobre sus
talones y se marchó, abrió la puerta que conducía a las escaleras y desapareció de su
vista.
Joe la conocía de sobra y sabía que cuando se cerraba en banda era imposible
hacerle comprender nada que ella no quisiera entender. Masculló una maldición
dirigida a Alexia y comenzó a bajar las escaleras con zancadas largas y seguras.
¡Como si tuviera derecho a ofenderse!, pensó (_TN) con el ceño fruncido
mientras veía a Joe desaparecer.
Movió la cabeza de un lado a otro como si quisiera borrar esos pensamientos de su
mente y se centró en el presente, su nueva visitante era otra. Mónica era mucho más
insistente que su hermano y no se rendiría hasta conocer cada detalle de lo sucedido.
Se quedó parada con la mano en el pomo, debatiéndose entre abrir o no la puerta.
No se sentía con fuerzas para soportar uno de sus interrogatorios, estaba planteándose
volver al sofá con Hugh Grant y Colin Firth, cuando desde el otro lado le espetó con
voz decidida:
—Sé que estás en casa. Déjame entrar o le pediré a Antonio que me abra él con su
llave de emergencias —la amenazó—. Le diré que te has caído en la ducha y necesitas
ayuda para levantarte. No, espera. Eso se lo diré a Joe cuando tenga la llave de
Antonio.
(_TN) estaba tan segura de que hablaba en serio que se limitó a hacerle caso y
abrió con el ceño fruncido. ¿Por qué narices había llegado a pensar que era una
maravilla vivir en la misma finca que Mónica?
—¡Menudas pintas llevas! —la regañó la pediatra.
—Vaya gracias. Yo también me alegro de verte. —Comentó (_TN) haciendo uso
del sarcasmo.
—No te hagas la tonta conmigo, Antonio me lo ha contado todo. Y yo estoy
agotada y deseando darme una ducha después de un largo día en el hospital, así que
desembucha rápido —le pidió mientras se acomodaba en el sofá y se hacía con la
tableta de chocolate puro que (_TN) había estado devorando—. La cosa está peor de
lo que pensaba si has recurrido a Colin.
(_TN) cogió el mando del dvd y paró la película justo en el instante en que Colin
se metía en el lago para recuperar su novela.
—¡Cuánta intimidad hay en este edificio! —se quejó entre enfadada y calculadora.
Finalmente (_TN) había descubierto que la advertencia de Mónica sobre el
portero era absolutamente cierta.
—En realidad la hay, tuve que sobornar a Antonio para que me lo contara todo con
detalles. En un principio solo me puso sobre aviso de que estarías de muy mal humor
—le confesó.
—Pues espero que el soborno te costara caro —murmuró entre dientes.
—¡Qué malvada eres! Pero (_TN) , no lo entiendo, creía que ya habías superado
lo de mi hermano. —La pinchó dispuesta a sonsacarle lo que ella ya sabía, que seguía
enamorada del zoquete de Joe .
—Lo he superado. Completamente. Mejor hablemos de otra cosa. Y no te comas
todo mi chocolate, yo lo necesito más que tú —le pidió mientras le arrebataba lo que
quedaba de la tableta.
—¿Sabes que es lo más triste de las mentiras?
—No, no lo sé, pero estoy segura de que vas a decírmelo tú —se burló (_TN)
adivinando por dónde le iba a salir su amiga.
—Que nos las contemos a nosotros mismos —sentenció Mónica.
—¿Es un proverbio taoísta? —aventuró (_TN) conociendo el valor que le daba
su amiga a dicha doctrina.
—Es un proverbio Mónica Jonas , seguramente lo patente. —Se rio orgullosa de
sus palabras—. Pero mientras me decido a hacerlo, puedes usarlo gratis.
(_TN) disimuló lo mejor que pudo la sonrisa que le había provocado la
ocurrencia.
—Yo nunca me miento, simplemente intento no pensar en lo que me hace daño.
Mónica se quedó callada, con la vista fija en (_TN) . Pasaron varios segundos
antes de que volviera a hablar.
—Por cierto —le dijo levantándose del sofá y dirigiéndose a la puerta—. Si te
sirve de consuelo, Antonio me ha dicho que la rusa se lo inventó todo. Al parecer
Joe le pidió explicaciones y ella confesó sus mentiras.
—¿Cómo lo sabe Antonio? —le preguntó fingiendo indiferencia.
—Antonio estaba allí, (_TN) . Es una fuente fidedigna. Yo siempre consigo la
información de los testigos presenciales.
—Entonces, ¿la rubia no subió al piso con Joe ? —quiso asegurarse.
Mónica arqueó una ceja, un gesto que le resultaba doblemente familiar, ya que
Joe también acostumbraba a hacerlo.
—No, Joe no se lo permitió. La echó con muy poca cortesía y salió corriendo
tras de ti.
—No me importa —se apresuró a explicar (_TN) .
—Me he dado perfecta cuenta de ello —replicó Mónica con la cara impasible—.
Buenas noches. Descansa, mañana va a ser un gran día.
—¡No me lo recuerdes! Mi madre y yo de tiendas… Es demasiado peligroso para
la cordura de las dos —dijo recuperando durante unos instantes su buen humor.
Cuando Mónica se marchó a su casa dos minutos después se metió en la cama con la
certeza de que (_TN) se había permitido durante un instante ser sincera consigo
misma. Y es que por mucho que se esforzara en negarlo, para ella era evidente que
sentía algo por su hermano. Aunque bien mirado era lógico que no se atreviera a
aceptar lo que sentía, sobre todo después de lo sucedido en Roma y más teniendo en
cuenta que Joe nunca la había buscado desde entonces. Ni siquiera le había
preguntado a ella para asegurarse de que estaba bien, su indiferencia había sido
demasiado exagerada e incluso artificial. Ahí debía de haber mucho más de lo que
parecía a simple vista.
Y lo hay, mi hermano es idiota, se dijo Mónica, antes de caer rendida de
agotamiento.
______________________________________________________________________________________________________Parte 1
4/4.
Joe se encontró con la puerta de (_TN) cerrada, durante varios segundos se
planteó la posibilidad de llamar e insistir para que le abriera, pero la ira que estaba
sintiendo contra Alexia fue más fuerte y decidió darle tiempo para que se calmara.
Bajó las escaleras casi más rápido de lo que las había subido y se encaró con la
rusa que tenía en los labios un delicado puchero infinitamente ensayado frente al
espejo. Joe no se dejó conmover por el gesto.
—¿De dónde te has sacado lo que le has dicho a (_TN) ? Ni Sergio ni yo te
hemos dicho jamás nada como eso. Primero porque no lo pensamos y segundo porque
los dos sabemos la clase de víbora que eres —le dijo intentando contener las ganas de
agarrarla por el brazo y sacarla sin miramientos a la calle.
Alexia, como siempre, hizo oídos sordos a la parte que no le interesaba escuchar y
respondió a su modo:
—He visto la foto que hay en el despacho de tu casa. Una vez te pregunté por la
chica morena que estaba a tu lado y me dijiste su nombre. Tengo buena memoria.
—Vete a casa Alexia —le pidió con los ojos brillantes de rabia—. Ya hablaremos
otro día que no esté tan enfadado contigo.
—¿Quieres que me marche?
—¿No me has escuchado bien? —preguntó con grandes dosis de sarcasmo.
—¿Por ella? ¿Me estás echando por esa mujer? —le preguntó asombrada.
—Esa mujer es una amiga de mi familia. Además de ser alguien a quien aprecio
mucho —dijo con los dientes apretados—. Y tú acabas de insultarla en mi nombre y en
el de Sergio.
Se dio la vuelta y sin molestarse en escuchar la réplica de Alexia se dirigió de
nuevo hacia las escaleras.
Entre tanto se alejaba vio de reojo cómo el portero amablemente le indicaba a
Alexia el camino hacia la puerta. La rusa con la cara transformada por la ira, todavía
insistió en hablar con Joe .
—¡Joe , lo siento!
—Mañana, Alexia. O mejor pasado —sentenció antes de desaparecer por las
escaleras.
Abrió la puerta de su casa y se quitó la americana que dejó con cuidado sobre una
silla, se descalzó sin quitarse los calcetines y entró en su despacho. Se quedó en la
puerta, al tiempo que centraba su mirada en el pequeño marco de madera en el que
cuatro jóvenes posaban para una fotografía con la fontana di Trevi de fondo.
La misma fotografía que había estado ahí desde que se mudó a su casa, la misma
fotografía que acababa de terminar con la tregua que tanto había disfrutado en el coche
con (_TN) . Tenía que hacer algo. No podía dejar que ella pensara tan mal de él, no
quiso pararse a analizar por qué le molestaba tanto la idea. Volvió a ponerse los
zapatos y salió apresuradamente por la puerta.
********
Eran ya las diez de la noche cuando sonó con insistencia el timbre de arriba. (_TN)
estaba tirada en el sofá desgastando una de sus películas favoritas Love Actually. Se
levantó de mala gana para ir a ver quién era, no obstante, antes de abrir usó la mirilla
para descubrir a su visitante inesperado. Dos horas antes había estado a punto de
abrirle la puerta al enemigo por no comprobar antes quien llamaba, había sido gracias
al propio Joe que la había puesto sobre aviso cuando se puso a hablarle a través de
la puerta cerrada:
—(_TN) , abre, por favor. Tenemos que hablar —le rogó ansioso por explicarle
lo sucedido.
Ella se mantuvo en silencio. Era la última persona a la que quería ver, se había
quedado mirando como la rusa la ofendía y no había hecho nada para evitarlo. Ni
siquiera había negado sus palabras.
—Por favor, (_TN) . Lo que dijo Alexia no es cierto. Nunca diría eso sobre ti.
—No quiero hablar contigo, ni escuchar más mentiras. Por favor márchate —pidió
(_TN) incapaz de seguir callada.
—Si me dejas que te explique comprenderás que te digo la verdad.
La joven abrió lo justo para asomar la cabeza. Joe iba sin chaqueta y llevaba el
cabello despeinado, como si se hubiese pasado las manos por el pelo repetidas veces.
Se le notaba cansado. Se obligó a recordar las ofensas de la rusa, por muy preocupado
que Joe pareciera, ella no estaba dispuesta a dejar que sus disculpas le afectaran.
—Gracias por abrir —le agradeció Joe aliviado.
—Solo he abierto para pedirte que me dejes en paz. No me interesan tus burdas
excusas. Por favor deja de gritar frente a mi puerta.
—(tn)…
—¡No! —(_TN) sintió cómo se le aflojaban las rodillas al escucharle llamarla
así—. Por favor, vete.
—Como quieras —le respondió cuadrando los hombros. Aunque la expresión de
sus ojos mostraba a las claras lo que le había dolido su rechazo. Aun así giró sobre sus
talones y se marchó, abrió la puerta que conducía a las escaleras y desapareció de su
vista.
Joe la conocía de sobra y sabía que cuando se cerraba en banda era imposible
hacerle comprender nada que ella no quisiera entender. Masculló una maldición
dirigida a Alexia y comenzó a bajar las escaleras con zancadas largas y seguras.
¡Como si tuviera derecho a ofenderse!, pensó (_TN) con el ceño fruncido
mientras veía a Joe desaparecer.
Movió la cabeza de un lado a otro como si quisiera borrar esos pensamientos de su
mente y se centró en el presente, su nueva visitante era otra. Mónica era mucho más
insistente que su hermano y no se rendiría hasta conocer cada detalle de lo sucedido.
Se quedó parada con la mano en el pomo, debatiéndose entre abrir o no la puerta.
No se sentía con fuerzas para soportar uno de sus interrogatorios, estaba planteándose
volver al sofá con Hugh Grant y Colin Firth, cuando desde el otro lado le espetó con
voz decidida:
—Sé que estás en casa. Déjame entrar o le pediré a Antonio que me abra él con su
llave de emergencias —la amenazó—. Le diré que te has caído en la ducha y necesitas
ayuda para levantarte. No, espera. Eso se lo diré a Joe cuando tenga la llave de
Antonio.
(_TN) estaba tan segura de que hablaba en serio que se limitó a hacerle caso y
abrió con el ceño fruncido. ¿Por qué narices había llegado a pensar que era una
maravilla vivir en la misma finca que Mónica?
—¡Menudas pintas llevas! —la regañó la pediatra.
—Vaya gracias. Yo también me alegro de verte. —Comentó (_TN) haciendo uso
del sarcasmo.
—No te hagas la tonta conmigo, Antonio me lo ha contado todo. Y yo estoy
agotada y deseando darme una ducha después de un largo día en el hospital, así que
desembucha rápido —le pidió mientras se acomodaba en el sofá y se hacía con la
tableta de chocolate puro que (_TN) había estado devorando—. La cosa está peor de
lo que pensaba si has recurrido a Colin.
(_TN) cogió el mando del dvd y paró la película justo en el instante en que Colin
se metía en el lago para recuperar su novela.
—¡Cuánta intimidad hay en este edificio! —se quejó entre enfadada y calculadora.
Finalmente (_TN) había descubierto que la advertencia de Mónica sobre el
portero era absolutamente cierta.
—En realidad la hay, tuve que sobornar a Antonio para que me lo contara todo con
detalles. En un principio solo me puso sobre aviso de que estarías de muy mal humor
—le confesó.
—Pues espero que el soborno te costara caro —murmuró entre dientes.
—¡Qué malvada eres! Pero (_TN) , no lo entiendo, creía que ya habías superado
lo de mi hermano. —La pinchó dispuesta a sonsacarle lo que ella ya sabía, que seguía
enamorada del zoquete de Joe .
—Lo he superado. Completamente. Mejor hablemos de otra cosa. Y no te comas
todo mi chocolate, yo lo necesito más que tú —le pidió mientras le arrebataba lo que
quedaba de la tableta.
—¿Sabes que es lo más triste de las mentiras?
—No, no lo sé, pero estoy segura de que vas a decírmelo tú —se burló (_TN)
adivinando por dónde le iba a salir su amiga.
—Que nos las contemos a nosotros mismos —sentenció Mónica.
—¿Es un proverbio taoísta? —aventuró (_TN) conociendo el valor que le daba
su amiga a dicha doctrina.
—Es un proverbio Mónica Jonas , seguramente lo patente. —Se rio orgullosa de
sus palabras—. Pero mientras me decido a hacerlo, puedes usarlo gratis.
(_TN) disimuló lo mejor que pudo la sonrisa que le había provocado la
ocurrencia.
—Yo nunca me miento, simplemente intento no pensar en lo que me hace daño.
Mónica se quedó callada, con la vista fija en (_TN) . Pasaron varios segundos
antes de que volviera a hablar.
—Por cierto —le dijo levantándose del sofá y dirigiéndose a la puerta—. Si te
sirve de consuelo, Antonio me ha dicho que la rusa se lo inventó todo. Al parecer
Joe le pidió explicaciones y ella confesó sus mentiras.
—¿Cómo lo sabe Antonio? —le preguntó fingiendo indiferencia.
—Antonio estaba allí, (_TN) . Es una fuente fidedigna. Yo siempre consigo la
información de los testigos presenciales.
—Entonces, ¿la rubia no subió al piso con Joe ? —quiso asegurarse.
Mónica arqueó una ceja, un gesto que le resultaba doblemente familiar, ya que
Joe también acostumbraba a hacerlo.
—No, Joe no se lo permitió. La echó con muy poca cortesía y salió corriendo
tras de ti.
—No me importa —se apresuró a explicar (_TN) .
—Me he dado perfecta cuenta de ello —replicó Mónica con la cara impasible—.
Buenas noches. Descansa, mañana va a ser un gran día.
—¡No me lo recuerdes! Mi madre y yo de tiendas… Es demasiado peligroso para
la cordura de las dos —dijo recuperando durante unos instantes su buen humor.
Cuando Mónica se marchó a su casa dos minutos después se metió en la cama con la
certeza de que (_TN) se había permitido durante un instante ser sincera consigo
misma. Y es que por mucho que se esforzara en negarlo, para ella era evidente que
sentía algo por su hermano. Aunque bien mirado era lógico que no se atreviera a
aceptar lo que sentía, sobre todo después de lo sucedido en Roma y más teniendo en
cuenta que Joe nunca la había buscado desde entonces. Ni siquiera le había
preguntado a ella para asegurarse de que estaba bien, su indiferencia había sido
demasiado exagerada e incluso artificial. Ahí debía de haber mucho más de lo que
parecía a simple vista.
Y lo hay, mi hermano es idiota, se dijo Mónica, antes de caer rendida de
agotamiento.
Hola chicas q tal estubo el maraton les gusto?????
nos leeremos pronto.....
ah y gracias x todos sus comentarios bye se me cuidan :muack: besitos
nos leeremos pronto.....
ah y gracias x todos sus comentarios bye se me cuidan :muack: besitos
ElitzJb
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
JAJAJAJAJ ESOS DOS COMO SE ODIA-AMAN!!!!
JAJAJAJJAJAJAJJA PERO AUN ASI CREO QUE GANA EL AMOR!!!!... JEJE Y MONICA LO SABE!!!!!!.... Y ODIO A LA BRUJA ESA DE ALEXIA!!!...
JAJAJAJJAJAJAJJA PERO AUN ASI CREO QUE GANA EL AMOR!!!!... JEJE Y MONICA LO SABE!!!!!!.... Y ODIO A LA BRUJA ESA DE ALEXIA!!!...
chelis
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
creo que nunca quedo satisfecha con los capis!!
Siempre tengo ganas de mas!!
Aww Joe a veces eres muy bruto!
Esa Alexia es una vibora venenosa!!
Zorra! Joe la debio de haber sarandeado!!
Siguela!!
Siempre tengo ganas de mas!!
Aww Joe a veces eres muy bruto!
Esa Alexia es una vibora venenosa!!
Zorra! Joe la debio de haber sarandeado!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
aiiii Alexia es una completa y total BITCH ! la odio... no la banco...
como le va a decir eso a la rayis y mas despues de la tregua que habian hecho ?
grrr.....
por cierto las ideas de la rayis para la revista y la pagina estan geniales :D :D
ameee el maraton
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
como le va a decir eso a la rayis y mas despues de la tregua que habian hecho ?
grrr.....
por cierto las ideas de la rayis para la revista y la pagina estan geniales :D :D
ameee el maraton
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
•Capitulo 8•
Parte 2
Joe estaba de un humor de perros después de que (_TN) no hubiera querido
escucharle, durante unos minutos se planteó descargar su mala leche en el gimnasio,
pero ni siquiera se sintió con ganas de ir.
¿Por qué había aceptado como ciertas las palabras de Alexia? ¿En qué concepto le
tenía para creerle capaz de algo así? Vale que siempre le habían interesado las chicas
atractivas, pero eso no restaba nada al hecho de que fuera consciente de lo bonita e
inteligente que era ella. Joe siempre había disfrutado de sus charlas ingeniosas, de
que prefiriera leer un buen libro a ir de compras, de que pudiera hablar con ella sin
escuchar a cada segundo una risita tonta.
Sin contar con lo absurdo que era que alguien pensara que era masculina. Siempre
había sido preciosa, sus ojos siempre brillaban e iluminaban su rostro enmarcado por
su cabello corto. Su boca con una perenne sonrisa, pícara y tierna a la vez… Apartó
ese tipo de pensamientos al notar la incómoda reacción de su cuerpo.
Iba a salir a correr para descargar su enfado cuando llamaron al timbre. Durante
una fracción de segundo se permitió imaginar que era (_TN) la que estaba al otro
lado, quizás había recapacitado y se había dado cuenta de que Alexia solo había
pretendido fastidiarla. ¿Habrá decidido creerme?
En dos zancadas se plantó en la puerta y abrió de un tirón.
Sergio se quedó paralizado con el hola en los labios cuando vio la expresión
iracunda de su amigo.
—¿Qué he hecho? —le preguntó alzando las manos pidiendo tregua.
—Nada.
—Vale, ¿qué te ha hecho (_TN) ? —inquirió entrando en el piso y cerrando tras
de sí.
—¿Por qué narices supones que ha sido ella la que me ha hecho algo? —preguntó
levantando la voz tres octavas por encima de lo normal.
—Porque solo reaccionas tan exageradamente cuando se trata de ella.
Normalmente eres bastante pacífico y mesurado.
Joe se giró con intención de enviar a su amigo a algún lugar innombrable, pero
se mordió la lengua y no dijo nada. No podía hacerlo puesto que tenía razón en todo lo
que había dicho.
—Creo que necesitas animarte y yo tengo lo que precisas —le dijo dejándose caer
en el sofá y abriendo el maletín de piel marrón que llevaba en las manos.
Sonrió cuando encontró lo que buscaba y lo sacó triunfal. Era una caja transparente
de CD con un disco plateado dentro.
—¿Qué es? —preguntó Joe curioso.
—¿Todavía tienes la Play Station? —Fue lo único que Sergio contestó.
—Creo que sí. Pero es una reliquia. ¿No prefieres la Xbox o la Wii?
—No, necesitamos la Play Station. Ve a buscarla.
Joe arqueó una ceja ante su tono autoritario. Pero tenía demasiada curiosidad
como para ponerse melindroso.
—Espero que valga la pena, sino te machacaré mañana en el gimnasio como
venganza.
—Créeme. Vale la pena.
Cinco minutos después Joe regresaba al comedor con una caja polvorienta que
depositó con cuidado sobre la mesilla baja del comedor. Junto a las patatas fritas, las
aceitunas y las cervezas que Sergio había traído de la cocina.
—¿Y ahora qué? —Joe estaba cada vez más impaciente, pero al menos se
había olvidado de su mal humor.
—Ahora, ¿la conectamos? —le dijo Sergio como si hablara con un niño pequeño.
—¿Vas a decírmelo de una maldita vez? ¿O vas a seguir con los secretitos como si
fueras una cría?
Sergio suspiró exasperado y le miró con mala cara.
—Eres la persona más molesta que conozco. Capaz de quitarle la gracia a las
sorpresas —se quejó—. Este pequeño CD es una reliquia, ¿te acuerdas de cuando
éramos unos chavales y jugábamos al Street Fighter por cinco duros, que hacíamos
durar horas?
Joe asintió con los ojos brillantes por la emoción de haber adivinado lo que
contenía el CD.
—Bien, pues acaban de pasarme este juego, está en pruebas, aún no ha salido al
mercado. Es para la edición de coleccionista que están preparando y compañero vamos
a ser de los primeros en probarla. ¿Qué piensas, ha merecido la pena? —preguntó
sabiendo de antemano la respuesta.
—Joder tío, qué bien me conoces —le dijo riendo, nada mejor que una lucha
virtual para descargar mala leche y quemar adrenalina.
—Eso sí, la cena la pagas tú. Me apetece pizza.
—Ok. Ahí tienes el teléfono, llama y pide lo que quieras, yo no pienso separarme
de este sillón en, al menos, dos horas.
Los dos rieron como los chavales que habían sido y que aún conservaban en menor
medida.
(_TN) dio una vuelta más en la cama, sin poder conciliar el sueño, estaba demasiado
enfadada para hacerlo.
Se levantó cansada de sus pensamientos monotemáticos y se sentó de nuevo frente a
la televisión, pero ni siquiera la teletienda consiguió que sonriera o que desaparecieran
de su cabeza las palabras que Alexia le había lanzado consciente de que iban a
lastimarla.
No necesitaba que nadie le recordara cómo era con quince años. ¿Quién mejor que
ella para saber que durante su adolescencia no había sido precisamente la reina del
glamour?, pero que la consideraran masculina iba mucho más allá de lo que nunca
había pensado sobre sí misma. (_TN) siempre se había sentido una inconformista,
quizás un poco feminista también, pero en ningún caso masculina. Había querido
alejarse de las mujeres que vivían pendientes de cada pequeña arruga en sus carísimos
trajes de marca.
Su rebeldía se debía también, de algún modo más profundo, a la figura materna.
Nora siempre iba impecable, era ingeniosa y atractiva y su hija siempre se había
sentido un poco el patito feo a su lado. No obstante, había tenido la esperanza de que
Joe fuera capaz de ver lo que había debajo de las camisetas holgadas y las faldas
largas, que viera a la chica que se escondía debajo de su ropa. La chica con la que
bromeaba y se reía, la persona que era realmente.
Por eso aquella tarde en Roma, cuando le abrió la puerta envuelta en una toalla, se
sintió más expuesta de lo que se había sentido nunca en su vida. De manera que cuando
Joe la besó, sintió que no se había equivocado con él. Que era el mismo chico que
se había esforzado por aprender a jugar al ajedrez solo para ganarle. El que la había
besado inesperadamente cuando le dijo que se marchaba de su vida. Quien había
organizado el mes en Italia solo para que estuvieran los cuatro juntos y se había
responsabilizado de ella y de su hermana que todavía eran menores de edad…
No fue hasta que se marchó sin despedirse, que se dio cuenta de la evidencia.
Comprendió lo estúpida que había sido, lo lastimosa que había sido por permitirse
soñar con él.
Y diez años después, a pesar de los años transcurridos, el dolor del rechazo volvía
a aprisionar su pecho con la misma fuerza que entonces. La razón por la que Joe la
había buscado esa tarde en su habitación, por la que la había besado cuando fue a
despedirse, por la que le había pedido que no se cortara el pelo… Era la lástima. Por
eso cuando ella se lanzó sobre él no fue capaz de rechazarla. Por eso no quiso
enfrentarla después. Por eso nunca le importó volver a saber de ella
Parte 2
Joe estaba de un humor de perros después de que (_TN) no hubiera querido
escucharle, durante unos minutos se planteó descargar su mala leche en el gimnasio,
pero ni siquiera se sintió con ganas de ir.
¿Por qué había aceptado como ciertas las palabras de Alexia? ¿En qué concepto le
tenía para creerle capaz de algo así? Vale que siempre le habían interesado las chicas
atractivas, pero eso no restaba nada al hecho de que fuera consciente de lo bonita e
inteligente que era ella. Joe siempre había disfrutado de sus charlas ingeniosas, de
que prefiriera leer un buen libro a ir de compras, de que pudiera hablar con ella sin
escuchar a cada segundo una risita tonta.
Sin contar con lo absurdo que era que alguien pensara que era masculina. Siempre
había sido preciosa, sus ojos siempre brillaban e iluminaban su rostro enmarcado por
su cabello corto. Su boca con una perenne sonrisa, pícara y tierna a la vez… Apartó
ese tipo de pensamientos al notar la incómoda reacción de su cuerpo.
Iba a salir a correr para descargar su enfado cuando llamaron al timbre. Durante
una fracción de segundo se permitió imaginar que era (_TN) la que estaba al otro
lado, quizás había recapacitado y se había dado cuenta de que Alexia solo había
pretendido fastidiarla. ¿Habrá decidido creerme?
En dos zancadas se plantó en la puerta y abrió de un tirón.
Sergio se quedó paralizado con el hola en los labios cuando vio la expresión
iracunda de su amigo.
—¿Qué he hecho? —le preguntó alzando las manos pidiendo tregua.
—Nada.
—Vale, ¿qué te ha hecho (_TN) ? —inquirió entrando en el piso y cerrando tras
de sí.
—¿Por qué narices supones que ha sido ella la que me ha hecho algo? —preguntó
levantando la voz tres octavas por encima de lo normal.
—Porque solo reaccionas tan exageradamente cuando se trata de ella.
Normalmente eres bastante pacífico y mesurado.
Joe se giró con intención de enviar a su amigo a algún lugar innombrable, pero
se mordió la lengua y no dijo nada. No podía hacerlo puesto que tenía razón en todo lo
que había dicho.
—Creo que necesitas animarte y yo tengo lo que precisas —le dijo dejándose caer
en el sofá y abriendo el maletín de piel marrón que llevaba en las manos.
Sonrió cuando encontró lo que buscaba y lo sacó triunfal. Era una caja transparente
de CD con un disco plateado dentro.
—¿Qué es? —preguntó Joe curioso.
—¿Todavía tienes la Play Station? —Fue lo único que Sergio contestó.
—Creo que sí. Pero es una reliquia. ¿No prefieres la Xbox o la Wii?
—No, necesitamos la Play Station. Ve a buscarla.
Joe arqueó una ceja ante su tono autoritario. Pero tenía demasiada curiosidad
como para ponerse melindroso.
—Espero que valga la pena, sino te machacaré mañana en el gimnasio como
venganza.
—Créeme. Vale la pena.
Cinco minutos después Joe regresaba al comedor con una caja polvorienta que
depositó con cuidado sobre la mesilla baja del comedor. Junto a las patatas fritas, las
aceitunas y las cervezas que Sergio había traído de la cocina.
—¿Y ahora qué? —Joe estaba cada vez más impaciente, pero al menos se
había olvidado de su mal humor.
—Ahora, ¿la conectamos? —le dijo Sergio como si hablara con un niño pequeño.
—¿Vas a decírmelo de una maldita vez? ¿O vas a seguir con los secretitos como si
fueras una cría?
Sergio suspiró exasperado y le miró con mala cara.
—Eres la persona más molesta que conozco. Capaz de quitarle la gracia a las
sorpresas —se quejó—. Este pequeño CD es una reliquia, ¿te acuerdas de cuando
éramos unos chavales y jugábamos al Street Fighter por cinco duros, que hacíamos
durar horas?
Joe asintió con los ojos brillantes por la emoción de haber adivinado lo que
contenía el CD.
—Bien, pues acaban de pasarme este juego, está en pruebas, aún no ha salido al
mercado. Es para la edición de coleccionista que están preparando y compañero vamos
a ser de los primeros en probarla. ¿Qué piensas, ha merecido la pena? —preguntó
sabiendo de antemano la respuesta.
—Joder tío, qué bien me conoces —le dijo riendo, nada mejor que una lucha
virtual para descargar mala leche y quemar adrenalina.
—Eso sí, la cena la pagas tú. Me apetece pizza.
—Ok. Ahí tienes el teléfono, llama y pide lo que quieras, yo no pienso separarme
de este sillón en, al menos, dos horas.
Los dos rieron como los chavales que habían sido y que aún conservaban en menor
medida.
(_TN) dio una vuelta más en la cama, sin poder conciliar el sueño, estaba demasiado
enfadada para hacerlo.
Se levantó cansada de sus pensamientos monotemáticos y se sentó de nuevo frente a
la televisión, pero ni siquiera la teletienda consiguió que sonriera o que desaparecieran
de su cabeza las palabras que Alexia le había lanzado consciente de que iban a
lastimarla.
No necesitaba que nadie le recordara cómo era con quince años. ¿Quién mejor que
ella para saber que durante su adolescencia no había sido precisamente la reina del
glamour?, pero que la consideraran masculina iba mucho más allá de lo que nunca
había pensado sobre sí misma. (_TN) siempre se había sentido una inconformista,
quizás un poco feminista también, pero en ningún caso masculina. Había querido
alejarse de las mujeres que vivían pendientes de cada pequeña arruga en sus carísimos
trajes de marca.
Su rebeldía se debía también, de algún modo más profundo, a la figura materna.
Nora siempre iba impecable, era ingeniosa y atractiva y su hija siempre se había
sentido un poco el patito feo a su lado. No obstante, había tenido la esperanza de que
Joe fuera capaz de ver lo que había debajo de las camisetas holgadas y las faldas
largas, que viera a la chica que se escondía debajo de su ropa. La chica con la que
bromeaba y se reía, la persona que era realmente.
Por eso aquella tarde en Roma, cuando le abrió la puerta envuelta en una toalla, se
sintió más expuesta de lo que se había sentido nunca en su vida. De manera que cuando
Joe la besó, sintió que no se había equivocado con él. Que era el mismo chico que
se había esforzado por aprender a jugar al ajedrez solo para ganarle. El que la había
besado inesperadamente cuando le dijo que se marchaba de su vida. Quien había
organizado el mes en Italia solo para que estuvieran los cuatro juntos y se había
responsabilizado de ella y de su hermana que todavía eran menores de edad…
No fue hasta que se marchó sin despedirse, que se dio cuenta de la evidencia.
Comprendió lo estúpida que había sido, lo lastimosa que había sido por permitirse
soñar con él.
Y diez años después, a pesar de los años transcurridos, el dolor del rechazo volvía
a aprisionar su pecho con la misma fuerza que entonces. La razón por la que Joe la
había buscado esa tarde en su habitación, por la que la había besado cuando fue a
despedirse, por la que le había pedido que no se cortara el pelo… Era la lástima. Por
eso cuando ella se lanzó sobre él no fue capaz de rechazarla. Por eso no quiso
enfrentarla después. Por eso nunca le importó volver a saber de ella
______________________________________________________________________
Continuara ...
ElitzJb
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
ahh yo que la rayiz le hubiera dicho unas cuantas verdades a la zorra de Alexia!
Joe deberias de estar deprimido un poco mas no??!
Siguela!!
Joe deberias de estar deprimido un poco mas no??!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Íntimos enemigos Joe J & (_Tn) (TERMINADA)
NOOOOO!!! ESTAS EQUIVOCADAAAA!!!! JOE SI TE QUIERE!!!!... PERO EL BOBO LE DA MIEDO DECIRLOOO
chelis
Página 7 de 20. • 1 ... 6, 7, 8 ... 13 ... 20
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