¿SegundasCapítulo 1: oportunidades? [Justin Bieber y Tú] *_*

Título: ¿Segundas Oportunidades?
Autor: Elaine
Adaptación: Nop, es original mía :$
Género: Romance, Drama y un poco Hot
Advertencia: Hasta ahora ninguna
Otras Páginas: Nupe


Prólogo:
Qué pasa cuando las dos cosas que más feliz te hacían en el mundo y las únicas que los sostenían, se van dejándote sola, sin saber qué hacer, a donde dirigirte, el corazón roto, y sin ganas de vivir, cuando el amor de una familia se rompe como un cristal que nunca estará como antes de caer y romperse en mil pedazos, sola, abandonada, triste, sin emociones ni metas. Esta es la vida de Michi Beckett, su hijo pequeño,muerto y Justin su marido se va sin dejar ninguna explicación. ¿Volverá Justin? ¿Será capaz Michi de aguantar el regreso de su marido?


Es mi primera Nove así que espero les guste :amor:

El día era para Michi tan feo y oscuro como todos desde la muerte de la luz de su vida, su pequeño Marcos, había pasado casi un año, el lunes de la siguiente semana su pequeño cumpliría un año de muerto. La vida de Michi era como ella misma se decía deprimente, su hermana estaba ahí para ella y su mejor amiga Clara, pero nadie había logrado sacar una sola sonrisa de la que fue alguna vez la chica más dulce. Se levantaba cada mañana por inercia, iba a su trabajo, regresaba, y aunque muchas veces no dormía torturándose con recuerdos se acostaba. En ese año Michi había bajado tanto de peso que parecía desnutrida, no se alimentaba bien y mucho menos se cuidaba. Aunque no dejaba que nadie pronunciara el nombre de su casi ex marido, ella no podía evitar acordarse de todo el tiempo que estuvieron juntos y de cuanto quería y extrañaba a Justin. Era escéptica y presentía que algo pasaría solo que no sabía que ni cuando solo esperaba que no fuese demasiado malo.
-Michi, ¿Qué haces aun ahí tirada? Son las doce del día venga tienes que levantarte- la reprimió Clara
-No, deja de molestar Clara, no pienso moverme de aquí- dijo con su cara entre las almohadas
-Oh vamos Michi es el cumple de tu hermana, se va desilusionar mucho si no estás ahí, entiende que eres importante para ella, y que quiere tenerte ahí – dijo Clara con un puchero digno de admirar
-No seas fastidiosa Clara, no hago nada ahí y además no quiero ir, todos se la pasan mirándome raro e insistiendo en que ponga buena cara- dijo lo último con los ojos rayados como solía tenerlos casi todo los días.
-Michi tu hermana te quiere ahí, es su día, y tus padres también, están mayores y desde siempre han hecho mucho por ti, deberías ser un poco comprensible.
- Okey iré, pero solo para que dejes de ser tan fastidiosa. No pienso cantar el cumpleaños feliz y no voy a sonreír Clara, si alguien lo está planteando puede ir olvidando la idea.
Se levanto con tanto teatro que Clara pensó que sería perfecta en una obra de Hollywood digna de un globo de oro, sonrió al ver el rostro de tortura de Michi, le alegraba que por lo menos su amiga se levantara de la cama y ya no estuviera tan mal como los primeros tres meses después de que además de la muerte de Marcus, Justin desapareciera. Michi no la dejaba tocar aquel punto, ni siquiera comentarlo, ni a Clara, ni a nadie.
Cuando logro enfundar a Michi en un preciso vestido azul que se ajustaba a su cuerpo quedo impactada por lo delgada que estaba su amiga, Michi vio la cara de preocupación de su amiga y le extraño
-Suéltalo Clara, ¿Qué pasa?
-¡Oh por Dios Michi, estas en los huesos, como puede ser que estés tan delgada, que quieres morirte!
-Sería perfecto-dijo Michi en apenas un susurro que no fue inaudible para Clara.
-¡Noo! ¡Por supuesto que no!, está bien que estés afectada Michi pero ya es hora de que lo superes de una vez, tienes 23 años, eres joven, lo de Marcus y lo de Justin fue hace un año es ho…
-Calla Clara, no tienes ni idea, pero cállate de una maldita vez- dijo en un tono tan cortante que Clara quedo dolida, lo pasaba mal al ver a su amiga tan consumida.
-Será mejor irnos ya si no quieres perderte el cumpleaños-acató Michi tomando su bolso y secando las lagrimas que se habían escapado a sus mejillas sin permiso.

El cumpleaños fue sin duda tan horrible como Michi imagino que sería, nada más entrar por la puerta de la enorme casa de su hermana. Todos la miraron de forma exagerada, aunque a Michi le daba igual, le molestaba que siendo el cumpleaños de su hermana todos se centraran en ella, alomejor ya no era agradable, sociable y dulce como antes, pero no tenían que mirarla como si fuera un bicho raro, su marido la había abandonado, y las amigas de su hermanas eran unas cotillas, y había perdido peso considerablemente, pero estaba ahí ¿eso no era una forma de probar que era fuerte y que no necesitaba pena de nadie?
-¡Michi! – dijo su hermana Tara corriendo para darle un abrazo
-Felicidades Tara- dijo esta mientras su hermana la aplastaba en un gigantesco abrazo- Tara no puedo respirar.
-¡Oh, lo siento!- dijo entre risas- es que hace tanto que no te veía- la observo detalladamente, se fijo en sus ojeras que aparentemente se habían tatuado en la cara de Michi desde hacia tiempo y que el maquillaje disimulaba un poco, y en lo delgada que estaba- no sabes cuánto me alegra que estés aquí.
- Es el cumpleaños de mi única hermana no podía perdérmelo- dijo fingiendo amabilidad para que su hermana se sintiera bien.
La fiesta en aquella enorme casa no hacía más que aumentar, la música retumbaba en sus oídos y ella solo miraba a los niños que correteaban, el dolor se intensifico al pensar que ella podría estar con su pequeño pasándolo bien en el cumple de su hermana pero Dios no quiso que así fuera y lo maldijo una vez más.
-Toma- le ofreció Clara un vaso lleno de vodka- te vendrá bien, necesitas liberarte por un día de todo el estrés Michi.
-No creo que sea buena idea Clara, ya sabes; hace mucho no bebo, además no creo que me apetezca.
-Claro que te apetece, y lo harás, beberás hasta que no te acuerdes de tu nombre, y te divertirás, como que soy tu mejor amiga- le extendió el vaso.
Michi supo que no podría negarse y que nada haría que no se bebiera todo aquello. Cuando bebió el Vodka que su amiga le había dado, y el liquido paso quemando su garganta, no se arrepintió, y pensó que tal vez si le venía bien después de todo. Al quinto vaso de Vodka el suelo se movía un poco a sus pies, fue el primer día después del accidente que desconectaba de lo que había pasado, se sentía de alguna manera ligera y libre por un momento. Lo único que no se esperaba Michi era que en esa fiesta también se presentara el único hombre que había amado hasta ese momento o por lo menos al que más lo había hecho, su marido.

Capítulo 3:
La cabeza le daba un poco de vueltas, pero podía mantenerse en pie con unos tacones de 12 centímetros en los que Clara había insistido que subiera. Sintió el timbre de la casa y pensó que era otro amigo más de Tara que llegaba retrasado, pero su sorpresa fue mucho mayor cuando se giro y vio el hombre que le había robado el corazón hace 6 años atrás.
-Justin- dijo en apenas un susurro, Clara la sostuvo del codo cuando Michi casi se cae atrás al verle allí. El solo asintió con la cabeza y Clara intentaba calmar a Michi, ella se acercó peligrosamente a él- Vayaaa, pero si es nada más y nada menos que mi marido- dijo Michi gritando y riendo falsamente- Un año ¿eeh? ¿Qué tal?, no sabes que, mejor ni respondas, ¿Qué haces aquí Drew Bieber?
Justin tomo un aire para calmarse y analizar las cosas, miro bien a Michi, se fijo de las ojeras que malamente disimulaba el maquillaje, de lo delgada que estaba y de su mirada apagada y turbia, además del tono de odio que utilizo con él, desprendía veneno la forma en que lo estaba tratando, él pensaba que se merecía gritos y reproche pero le dolía ver a Michi así.

-Michi- dijo Clara en un tono bajo y tranquilo, como si supiera que Michi estallaría en cualquier momento y la fiesta acabaría mal para todos y su hermana destrozada pero no más de lo que terminaría la misma Michi.
-Cállate, Clara- rugió Michi- yo no pienso hacerlo, este hijo de pu** se presenta delante de mí, con toda su cara después de todo lo que me hizo, no sé como tiene tanta desfachatez.
-Michi, será mejor que hablemos en privado- dijo el dándole una mirada llena de tristeza.
-Estás loco Drew, no pienso si quiera mirarte- le dijo con tanto asco como le fue posible-Tara-hablo girándose a su hermana que miraba atónita la escena al igual que todos los presentes- feliz cumpleaños y por cierto gracias por invitar a este hipócrita que me destrozó, y por avisarme de que vendría.
Dicho esto giró sobre sus talones y dejó a su familia y los invitados con la boca abierta, Clara intento alcanzarla pero tan pronto como la puerta se cerró Michi se quito los tacones y salió corriendo como alma que lleva el diablo. Justin se quedo estático, no sabía qué hacer o cómo reaccionar, nunca había visto a Michi con tanto odio en la mirada, la había visto dolida, enfadada y derrumbada pero como la había visto hoy superaba con creses a como la había visto en otras ocasiones. Cuando las piernas les respondieron y salió del shock instantáneo pidió disculpas a Tara y se retiro con Clara pisándole los talones.
-Justin- chillo Clara cuando salieron de la casa- ¿Qué haces aquí? ¿Qué pretendes?, no crees que ya a han dañado lo suficiente, todavía quieres hundirla más, nos ha costado meses sacarla de la cama cuando la dejaste, no puedes aparecerte sin más, lárgate, déjala en paz de una vez, no cabes más en la herida- dijo con lagrimas brotando de sus ojos- si alguna vez la quistes, vete y no la hagas sufrir más.
-No puedo, Clara me equivoqué vale lo reconozco y estoy aquí precisamente porque la quiero, no sabes todo lo que…
-¡NO! ¡Tú no sabes todo lo que ella ha pasado! Te fuiste sin más, no me vengas con lagrimas falsas, no te lo permito, es mi amiga, la he visto deshidratarse de tanto llorar, perder más kilos de los que pude contar, todo por tu culpa, la dejaste nada mas morir vuestro hijo ¡Lárgate Justin! No le hagas más daño por favor- dijo llorando
-Lo siento Clara, pero no puedo hacer lo que quieres- dijo girándose y dejando a Clara con la palabra en la boca y sorprendida.

Michi camino y camino hasta que le dolían los pies por tenerlos ampollados, lloró, pensó y recordó, se maldijo por ser tan débil, por no saber enfrentar las situaciones como quería y como hacía unos años atrás. Echaba mucho de menos a su pequeño pero en el fondo sabía que tenía que recuperarse de ese golpe y seguir adelante, nunca olvidaría a Marcus pero tenía que seguir adelante, conseguir las metas y sueños que se había marcado para su vida, sonreír y disfrutar del tiempo que tenia con su familia y amigos, enamorarse nuevamente, si alguna vez lograba sacar a Justin de su mente. Recordó cuando vio a Justin esa tarde, lo feliz que se sintió por un momento a pesar de que luego la rabia la consumiera, ella tenía más que derecho a estar enojada, el la había dejado sin decirle nada y había desaparecido, estuvo preocupada por meses pensando que había muerto que le había pasado algo grave , hasta que le vio en las noticias, lo odio desde ese momento, aunque ella sabía que no le odiaba, todo lo contrario, le echaba tanto de menos que no podía expresar cuanto, pero ahora que estaba de vuelta, no caería ante él como siempre había sido, seria fuerte, y mostraría indiferencia, se propuso sacar a Justin Bieber de su sistema y lo haría.
Llegó a casa cansada, se dio una ducha, preparo algo de té y se acostó en la enorme cama matrimonial que tenía su habitación, sola como siempre desde que Justin se había ido, se imagino reconciliándose en aquella cama, siendo suya nuevamente… y se reprimió rápidamente por pensar en eso, ella tenía que olvidarle, por su bien y por el de todos. Estaba tan ensimismada en sus pensamientos, que no se dio cuenta que alguien estaba llegando hasta que sintió un portazo en la planta baja, asustada se levanto más rápido de lo que creía capaz, tomo una figura de cristal de su cómoda y fue lo más lentamente y callada posible por el pasillo, cuando llego a la punta de la escalera, sintió aquella voz que tanto le encantaba, el estaba ahí, y ella no sabía cómo reaccionar, lo vio pararse debajo en el último escalón y sus miradas se cruzaron, ninguno podía hablar, solo miraban cuanto sufrimiento expresaban ambos en las miradas. Por fin el decidió poner fin al silencio, no sabía cómo reaccionaría ella al salir del trance.
-Michi, es momento de que hablemos- dijo con voz suave, como si con eso fuese a conseguir que Michi le respondiera relajada y no se alterara.
-No hay nada que hablar Justin, todo quedó claro cuando te fuiste, ¿Por qué estás aquí de nuevo? ¿Qué quieres?- dijo en un hilo de voz ella
-A ti, sé que me equivoqué…-
-No digas más Justin, no me interesan excusas baratas- dijo interrumpiéndolo.
-oh vamos Michi, déjame explicarte, no es como piensas, dame una oportunidad, luego me iré, si así lo quieres- dijo casi en una suplica
-¿Por qué debería darte oportunidades? ¿Por qué tendría que escucharte? estoy cansada Justin, ha sido un día largo y agotador, no crees que me merezca descanso.
-Lo sé- dijo mientras una lagrima escapa a su mejilla, ella la vio, por dentro su mundo se derrumbaba, verle a él destrozado lejos de hacerla sentir mejor al devolverle todo el daño que él le había hecho, la hundía más en su miseria- solo te pido que me dejes explicarte, sino me quieres escuchar ahora, volveré mañana y sino pasado, pero haré que me escuches Michi.
-¿Y si no quiero? ¿Si no me interesa lo que tengas que decir?
-No lo sé, buscare la manera de que me escuches, me arrastraré si es necesario, descansa mañana hablamos- dijo encaminándose al sofá y Michi lo miró extrañada
- ¿emm , Justin?
-¿Si?- respondió esperanzado porque ella lo quisiera escuchar
-No pensaras quedarte aquí a dormir ¿Verdad?
-Pues claro, no tengo a ningún otro sitio al que ir, sigue siendo mi casa después de todo- dijo inocente pero ella estaba echando fuego por las orejas
-Estás loco, no te quiero aquí, no te quiero cerca mío Justin- dijo lo más seca y llena de asco que consiguió.
-Michi no tengo a ningún otro sitio a donde ir- se explico, pero ella no cedería y él lo sabía
-¿Sabes?-pregunto ella sin intención de dejarle responder- me importa una mierda donde duermas, nadie te mandó a venir, consigue un hotel Mr. Bieber y lárguese de mi casa- grito más que enfadada, desde luego el té que había tomado antes de poco le servía.
-No pienso moverme de aquí, y mucho menos si no me das la oportunidad de explicarme. No me puedes echar cariño, la casa está a mi nombre.
-¡NO ME DIGAS CARIÑO!- estallo ella- Vale púdrete, pero si te atreves a acercarte menos de dos metros eres hombre muerto Bieber, no quiero ver tu estúpida cara- dijo girándose de vuelta a su habitación, sin poder creerse lo que Justin le estaba haciendo ¿Era una tortura? ¿No sería ella la que tendría que torturarle?, estaba harta de su juego sucio, pero estaba cansada, mañana se encargaría, del imbécil de su marido.
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