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la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
:o ME ENCANTO!
Fue tan asdfghjkl
Siguela, siguela, siguela...
Besos
Fue tan asdfghjkl
Siguela, siguela, siguela...
Besos
DaisyB
Re: la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
Cuando ____ se presentó en la central de payne-payne en Londres decidió ponerse http://www.polyvore.com/alexia3/set?id=83346476, la hicieron esperar en recepción media hora, por lo menos. Luego, la condujeron en un ascensor al piso veinte, a la planta de los ejecutivos. Caminó por una mullida alfombra hasta unas puertas enormes de caoba, donde estaba el despacho del presidente.
El sol se estaba poniendo tras las grandes ventanas de la habitación. Liam payne se puso en pie detrás de su escritorio en la espaciosa sala.
–Señorita Harcourt...
Su voz era suave y su traje estaba impecable y le quedaba como un guante. Y, de nuevo, _____ se quedó mirándolo. Observándolo con deleite. Quedándose sin respiración.
Liam payne estaba en su entorno natural, se dijo ella. En el ático con vistas a la ciudad. Con dinero y poder y toda clase de privilegios. Una torre de marfil alejada del mundo. Allí él era el rey supremo, solo.
liam se acercó a ella con la mano extendida. ____ se la estrechó de forma automática y sintió su fría fuerza un instante, antes de soltarle la mano.
Él la miró un momento, con un brillo en los ojos.
Sus ojos... eran tan verdes como las esmeraldas. Y esas pestañas tan largas... Sin embargo, _____ no podía adivinar lo que había detrás, lo que él pensaba.
–¿Algo va mal?
____ se quedó callada. ¿Cómo lo sabía él? Ella no había dicho nada. Apenas hablaba durante las sesiones de trabajo y, por suerte, él no había vuelto a pedirle ver sus progresos. Ella se había sentido aliviada por eso y porque, tampoco, él había parecido interesado en hablar mientras posaba.
Durante un momento, _____ se sintió amedrentada por una pregunta tan directa. Al instante, enderezó la espalda y dio un pequeño paso atrás, para aumentar la distancia entre ellos. Se sentía más cómoda así.
–Me temo que sí –dijo ella con voz tensa. Estaba a punto de decirle a un cliente influyente y rico que no era capaz de terminar su encargo.
liam levantó una ceja un poco, pero no dijo nada, manteniendo, como siempre, su expresión velada.
¿Cómo se lo tomaría?, se preguntó ____. Cuando se enterara de que había estado perdiendo el tiempo en las sesiones de pintura, iba a quedarse lívido, pensó.
Por primera vez, ella se sintió aprensiva, no por tener que admitir su fracaso, sino porque se dio cuenta de que liam era capaz de hundir su carrera. Lo único que tenía que hacer era correr la voz de que ella no era una profesional de confianza...
____ respiró hondo. Debía decirle la verdad y no podía dilatarlo más. Él estaba esperando una explicación. Así que se la dio.
–No puedo hacer el retrato.
La expresión de él no cambió.
–¿Por qué?
–Porque no puedo –dijo ella. Sonaba estúpido, pero así era. No podía explicarlo. Tomó aliento–. No puedo hacerlo. Lo he intentado una y otra vez y no lo consigo. Lo siento en extremo, pero tengo que cancelar el encargo. No quiero hacerle perder más tiempo.
_____ esperó su reacción. No sería agradable... era lógico. Su tiempo era muy valioso y ella le había hecho perder mucho. Se preparó para lo que él iba a decirle.
Sin embargo, la reacción de liam no fue lo que ella había esperado. Él regresó a su mesa, señaló una silla de cuero delante del escritorio y se sentó en su propia silla.
–El bloqueo del artista –comentó él, sin darle importancia–. No se preocupe.
–No –insistió ella–. No puedo pintarlo. Lo siento mucho.
Liam esbozó una leve sonrisa.
–No pasa nada. Por favor, ¿no quiere sentarse? ¿Quiere café o algo de beber?
Ella no se movió.
–Señor de payne, tengo que repetirle que no puedo hacer otra cosa más que cancelar el encargo. No puedo pintarlo. ¡Es imposible! ¡Imposible!
_____ tuvo deseos de salir corriendo, pero no podía hacer algo así. Liam payne la estaba invitando a sentarse y eso hizo ella. Se sentó, tensa, apretando el bolso en la mano.
–No puedo pintar su retrato –dijo ella de nuevo.
–Muy bien. Si ésa es su decisión, la respeto. Ahora, dígame, señora Harcourt, ¿tiene algún compromiso para esta noche?
_____ se quedó mirándolo. ¿Qué tenía eso que ver con lo que estaban hablando?
Liam interpretó su silencio como un no.
–Entonces, me pregunto si querría ser mi invitada –continuó él, sin dejar de mirarla–. Estoy seguro de que le interesará asistir a la inauguración privada de la exposición Revolución y romanticismo: arte en el periodo napoleónico. Payne-payne es uno de sus principales patrocinadores.
_____ tardó un momento en reaccionar. Y consiguió decir la primera cosa coherente que se le pasó por la cabeza.
–No estoy vestida para la ocasión.
–No hay problema –repuso él con una breve sonrisa.
Momentos después, ____ fue llevada a un apartamento adyacente en el ático y transformada. Las mismas blusa y falda grises que había llevado en la primera cita con él quedaron arrinconadas cuando apareció un estilista de la nada, con dos ayudantes, maquilladora y peluquero, y un guardarropa portátil de vestidos de noche.
Cuando ____ salió del vestidor, una hora después, y entró de nuevo en el despacho de liam, él levantó la mirada de su trabajo y sólo dijo una cosa.
Sus ojos verdes e inescrutables se posaron en ella un instante nada más. Reparó en su vestido de seda, http://www.polyvore.com/sin_t%C3%ADtulo_60/set?id=73435078 y el cabello recogido con una diadema y el rostro maquillado.
Entonces, él se acercó y se detuvo delante de ella.
–Al fin.
Eso fue lo único que él dijo.
Y no se refería al tiempo que ella había tardado en vestirse.
Liam se sintió satisfecho al observar a la mujer que tenía delante. Había tenido tiempo más que suficiente para apreciar sus atributos durante las sesiones de pintura y el vestido de noche acentuaba, sin duda, su belleza.
____ Harcourt estaba perfecta.
Sí, no podía describirla de otra manera. Desde el primer momento que había posado los ojos en ella había sabido que, debajo de ese aspecto inicial de maestra de escuela, había una belleza digna de su atención. Y no se había equivocado.
Liam la miró con aprobación. Sí, perfecta. Alta, elegante, esbelta, con ese toque inglés... Era exactamente lo que él había esperado. Entonces, recordó con una sonrisa la primera vez que la había visto. Al principio, había creído que la indiferencia de ella no era más que una treta para captar su atención, pues las mujeres solían usar todo tipo de trucos con él con tal propósito. Sin embargo, durante las sesiones de retrato, había llegado a la sorprendente y excitante conclusión de que ____ Harcourt no estaba intentando captar su interés.
Por otra parte, liam sabía muy bien que había causado un gran efecto en ella. Se había dado cuenta desde el principio y le había resultado divertido. Había empezado a disfrutar mucho en aquellas sesiones, en las que la observaba y se daba cuenta de que, cada vez, ella se sentía más desasosegada en su presencia.
Ese desasosiego era, sin duda, la razón por la que ella había acudido a su despacho para anunciarle que no podía continuar su retrato. De nuevo, al principio, él había asumido que había sido una treta para poner a prueba su interés en ella. Pero, luego, se había dado cuenta con alivio y satisfacción de que _____ no fingía y que realmente estaba decidida a abandonar el retrato.
¡Era una buena señal!, se dijo liam. Era excelente que ella no intentara manipularlo y mejor aún era que estuviera teniendo dificultades en reproducir su imagen. Porque la razón era obvia: él había dejado de ser nada más que un cliente para ella. No podía pintarlo... porque lo deseaba demasiado.
Y deseo era lo que liam sentía por ella. Había comenzado a sentirse atraído por ____ cuando había comprendido que su austeridad no era más que una fachada. Y, en ese momento, mientras ella estaba allí parada con su resplandeciente belleza, su deseo no hizo más que aumentar. Se sintió excitado al pensar en los placeres que la noche le prometía.
Aunque ____ no parecía adivinar lo que iba a pasar. Parecía ignorar lo que de manera inevitable la esperaba. ¿Cómo era posible?, se preguntó él, sorprendido. Cualquier otra mujer habría adivinado su interés en ella. Pero eso era parte del atractivo de _____ Harcourt, se dijo.
Y haría que el juego de la seducción fuera aún más excitante.
–¿Vamos? –invitó él.
_____ caminó a su lado con elegancia, aunque sus hombros estaban algo tensos, observó él. Como si no se sintiera cómoda del todo.
Claro que no. Era obvio que ella estaba todavía conmocionada por lo inesperado de los hechos, reflexionó liam. Sin embargo, _____ se esforzaba por aparentar lo contrario. Era su educación inglesa, se dijo él, lo que le ayudaba a fingir normalidad.
Mientras bajaban en el ascensor al aparcamiento privado, liam charló sobre el evento al que iban a asistir. _____ respondió con educación. Al llegar a su limusina, él la guió al interior, se sentó a su lado e indicó al chófer que emprendiera el camino.
Fue un viaje de apenas quince minutos, en los que liam siguió manteniendo una charla superficial. Le complació comprobar que ella no era una de esas mujeres que charlaban sin parar todo el tiempo. La reserva de ______ le gustaba. Ella se limitaba, nada más, a hacer algún comentario educado como respuesta a lo que él decía.
liam aprovechó la oportunidad de observarla mientras ella miraba por la ventanilla hacia las calles de Londres.
Sí, _____ se merecía su tiempo y su atención. Complacido con su elección, liam se relajó en el asiento y prosiguió mirándola. La noche estaba llena de promesas.
Sería una noche excepcional...
La luz del día despertó a _____. Despacio, abrió los ojos y miró a su alrededor.
Estaba en una habitación de hotel. Un hotel cuyo nombre era sinónimo de lujo y estilo. Era el mismo hotel donde habían cenado la noche anterior, en una habitación que era más grande que su piso. Alrededor de una mesa con cubertería de plata, se habían sentado unas doce parejas, todos invitados de la prestigiosa galería de arte que albergaba la exposición. Según parecía, todos ellos habían sido invitados para cenar con liam payne. Y con ella.
Poco después de la exposición, liam la había tomado del brazo y la había guiado a su limusina. La había llevado al hotel y al comedor privado en el ático, donde habían estado los demás invitados.
_____ no había encontrado un buen momento para irse. Se había encontrado sentada en la mesa con los demás. En ese momento, había aceptado la situación y había comprendido que su presencia junto a liam pyane en la mesa debía deberse a la misma razón por la que lo había acompañado a la exposición.
La única razón podía ser, había pensado _____, intentando buscarle sentido a aquella situación extraordinaria, que la pareja de él no había estado disponible. Y que liam había asumido que la exposición iba a ser de su interés como retratista. Y lo cierto era que la exposición le había interesado mucho, a pesar del desasosiego que le había producido tener a liam payne a su lado.
_____ se había esforzado en ignorar su presencia, pero liam payne era difícil de ignorar, más aún con ese frac negro. Había intentando no fijarse en él. No debía mostrar su inquietud, se había dicho. Debía mostrarse fría, mantener la compostura, ser una invitada educada y nada más.
_____ había conseguido mantener una cierta actitud distante durante la cena, incluso en los sofás cuando, después de cenar, los invitados se habían sentado a tomar café y licores. Sin embargo, le había resultado difícil irse cuando los demás habían empezado a despedirse.
Para su consternación, había terminado quedándose a solas con liam payane.
Al instante, sin la conversación de los demás invitados para llenar el silencio, la situación había cambiado del todo. Sin duda, había sido el momento de irse. Su antiguo cliente había sido muy amable por no enfadarse con ella y por invitarle a la exposición, había sido muy cortés al invitarla a quedarse a la cena, a pesar de que ella no tenía nada que ver con los demás invitados. Pero la cena había terminado y había llegado el momento de que ella regresara al santuario de su hogar.
Con ese propósito en mente, ____ había tomado aliento y había esbozado una sonrisa educada antes de hablar.
–Tengo que irme –había dicho ella con gesto contenido. Aunque no había bebido mucho, se había sentido un poco mareada por el champán y el vino de la cena.
_____ se había puesto en pie, sintiendo cómo la seda del vestido le rozaba la piel.
–Claro –había dicho liam payne, poniéndose en pie también.
Sin querer, ____ lo había mirado.
Su frac negro y austero había ensalzado el extraordinario color de sus ojos, bajo sus largas pestañas morenas.
Durante una fracción de segundo, ella no había podido moverse. Ni había podido apartar la mirada. Entonces, echando mano de toda su fuerza de voluntad, se había girado y había comenzado a caminar hacia la puerta. Debía salir de allí cuanto antes, se había dicho.
Al llegar a la puerta con liam payne a su lado, se había vuelto y le había tendido la mano como despedida.
–Gracias, señor de payne. Lo he pasado muy bien. Ha sido muy amable por invitarme.
____ había conseguido mantener una actitud formal, fría, contenida. Se había esforzado en comportarse, nada más, como una invitada dando las gracias a su anfitrión.
Durante un momento, ella había creído ver brillar los ojos de él. Liam payne había parecido complacido. Y algo más. Sus ojos se habían oscurecido.
–El placer ha sido mío –había murmurado él–. Y esto es un placer aún mayor...
Liam payne había dado un paso hacia ella y le había recorrido la nuca con un dedo, mientras que había entrelazado la otra mano con la de ella. La había besado. Durante una fracción de segundo, _____ se había sentido sorprendida. Enseguida, otra sensación muy diferente se había apoderado de ella...
¡Nunca había experimentado nada así! La habían besado antes, por supuesto, pero nunca de ese modo...
Al sentir el contacto de sus labios y la forma en que él la había acariciado la nuca, _____ se había derretido.
Se le había acelerado el pulso y su pensamiento consciente se había desvanecido.
Muy, muy despacio, él la había besado más profundamente.
Y ella había dejado de pensar por completo.
Entonces, un tiempo después que había sido incapaz de determinar, como en un sueño, _____ se había encontrado en una habitación con una gran cama. Sobre esa cama, la había depositado liam, con sumo cuidado, y le había hecho el amor.
Y ella no había podido hacer nada, absolutamente nada, para evitarlo. Porque aquello había sido lo más exquisito y delicioso que le había pasado nunca...
Volviendo al presente, ____ miró a su alrededor en la habitación del hotel, recuperando su pensamiento consciente con la luz del día. No podía dar crédito a lo que había pasado.
¿Cómo podía haber sucedido algo así?, se preguntó, atónita. ¿Cómo podía estar en la cama con liam payne? ¡Era imposible!
Pero no era imposible. La evidencia estaba delante de sus ojos. Y en el cosquilleo que sentía en todo el cuerpo. Las sensaciones que la habían envuelto durante la noche habían sido demasiado exquisitas... no podían ser reales... Pero sí lo eran. Sus recuerdos eran demasiado nítidos...
Unas manos acariciándole los brazos desnudos, recorriéndole toda la piel con la punta de los dedos. Labios tan suaves como terciopelo rozando su cuerpo, que se convertía en una sinfonía de sensaciones... sensaciones desconocidas hasta entonces para ella. Dedos explorando cada lugar secreto, labios saboreando, excitando. Pezones endurecidos en la boca de él. Y, luego, el resto del cuerpo... Él le había separado los muslos y le había tocado como la seda con sus labios, preparándola para su posesión.
_____ sintió que el cuerpo se le llenaba de calor al evocar aquellos momentos.
¿Cómo era posible sentir tales cosas? ¡Escapan a sus fantasías más atrevidas!
Ella nunca había imaginado que podía ser... así.
Maravillada por lo que había sucedido, ____ se dijo que lo que había hecho no era sólo inexplicable, sino una completa locura. ¡Se había ido a la cama con liam payne! Sin embargo, en ese momento, acurrucada a su lado, no fue capaz de hacer nada. Se dijo que, si le quedara un ápice de cordura, debía salir de la cama, vestirse y salir del hotel todo lo rápido que pudiera. Pero no pudo. Su cuerpo estaba demasiado a gusto... inerte, lánguido.
Aquella sensación de maravilloso y extraño bienestar confundía su cuerpo y su mente, haciéndola sentir voluptuosa, sensual. Entonces, se le ocurrió algo nuevo. Tuvo la urgencia de girar la cabeza y mirar al hombre que había conseguido llevarla a su cama.
Despacio, _____ ladeó la cabeza y, al posar los ojos sobre su rostro, algo muy extraño se estremeció dentro de ella, como si una ligera brisa hubiera soplado sobre al agua serena de un estanque, dando vida a algo que ella desconocía. Ella no sabía qué era aquella inefable corriente, ni adónde la llevaría. Al posar los ojos en el hombre tumbado a su lado, se sintió de nuevo maravillada, atónita.
Contuvo el aliento. ¡Cielos! Aquel hombre era perfecto. Ese rostro que tantas veces había intentado pintar, con frustración, era perfecto.
Nunca había estado tan cerca de él. La sensación de intimidad le resultó abrumadora, a sólo centímetros de él, con sus miembros aún entrelazados. Como movida por voluntad propia, su mano se levantó para rozarle la frente con suavidad mientras se deleitaba observando sus largas pestañas y el corte escultural de sus facciones.
liam estaba muy dormido, su respiración era rítmica y profunda. No se movió cuando ella lo tocó y ella se alegró, pues quería disfrutar ese momento sin testigos. Quería poder observar la perfección de su rostro extraordinario.
Esa noche había sido un regalo del destino para ella. Y ____ lo sabía. No entendía por qué liam payne había elegido quedarse con ella, pero sabía que no sería nada más que algo pasajero y fugaz. A pesar de ello, le parecía un regalo.
Había sido una locura, pero había sucedido y, en ese momento, no podía arrepentirse, se dijo ____. Podría arrepentirse más tarde, al día siguiente y al siguiente y pensar en lo débil que había sido. Pero no entonces.
_____ sonrió. Sí, había sido más tonta y más débil de lo creíble, pero no podía lamentar lo que había pasado. Su cuerpo estaba demasiado satisfecho, reconoció para sus adentros, posando la mirada con ternura en aquella cara tan hermosa.
Podía ser un cliché, pero las mujeres que pasaran por la cama de liam payne no se llevarían más que el agradable recuerdo, pensó ella.
–Ma belle.
liam se había despertado y la miraba. Ella se sumergió en sus ojos verdes y se quedó sin respiración.
Él la besó y su cuerpo se llenó otra vez de un dulce calor.
El sol se estaba poniendo tras las grandes ventanas de la habitación. Liam payne se puso en pie detrás de su escritorio en la espaciosa sala.
–Señorita Harcourt...
Su voz era suave y su traje estaba impecable y le quedaba como un guante. Y, de nuevo, _____ se quedó mirándolo. Observándolo con deleite. Quedándose sin respiración.
Liam payne estaba en su entorno natural, se dijo ella. En el ático con vistas a la ciudad. Con dinero y poder y toda clase de privilegios. Una torre de marfil alejada del mundo. Allí él era el rey supremo, solo.
liam se acercó a ella con la mano extendida. ____ se la estrechó de forma automática y sintió su fría fuerza un instante, antes de soltarle la mano.
Él la miró un momento, con un brillo en los ojos.
Sus ojos... eran tan verdes como las esmeraldas. Y esas pestañas tan largas... Sin embargo, _____ no podía adivinar lo que había detrás, lo que él pensaba.
–¿Algo va mal?
____ se quedó callada. ¿Cómo lo sabía él? Ella no había dicho nada. Apenas hablaba durante las sesiones de trabajo y, por suerte, él no había vuelto a pedirle ver sus progresos. Ella se había sentido aliviada por eso y porque, tampoco, él había parecido interesado en hablar mientras posaba.
Durante un momento, _____ se sintió amedrentada por una pregunta tan directa. Al instante, enderezó la espalda y dio un pequeño paso atrás, para aumentar la distancia entre ellos. Se sentía más cómoda así.
–Me temo que sí –dijo ella con voz tensa. Estaba a punto de decirle a un cliente influyente y rico que no era capaz de terminar su encargo.
liam levantó una ceja un poco, pero no dijo nada, manteniendo, como siempre, su expresión velada.
¿Cómo se lo tomaría?, se preguntó ____. Cuando se enterara de que había estado perdiendo el tiempo en las sesiones de pintura, iba a quedarse lívido, pensó.
Por primera vez, ella se sintió aprensiva, no por tener que admitir su fracaso, sino porque se dio cuenta de que liam era capaz de hundir su carrera. Lo único que tenía que hacer era correr la voz de que ella no era una profesional de confianza...
____ respiró hondo. Debía decirle la verdad y no podía dilatarlo más. Él estaba esperando una explicación. Así que se la dio.
–No puedo hacer el retrato.
La expresión de él no cambió.
–¿Por qué?
–Porque no puedo –dijo ella. Sonaba estúpido, pero así era. No podía explicarlo. Tomó aliento–. No puedo hacerlo. Lo he intentado una y otra vez y no lo consigo. Lo siento en extremo, pero tengo que cancelar el encargo. No quiero hacerle perder más tiempo.
_____ esperó su reacción. No sería agradable... era lógico. Su tiempo era muy valioso y ella le había hecho perder mucho. Se preparó para lo que él iba a decirle.
Sin embargo, la reacción de liam no fue lo que ella había esperado. Él regresó a su mesa, señaló una silla de cuero delante del escritorio y se sentó en su propia silla.
–El bloqueo del artista –comentó él, sin darle importancia–. No se preocupe.
–No –insistió ella–. No puedo pintarlo. Lo siento mucho.
Liam esbozó una leve sonrisa.
–No pasa nada. Por favor, ¿no quiere sentarse? ¿Quiere café o algo de beber?
Ella no se movió.
–Señor de payne, tengo que repetirle que no puedo hacer otra cosa más que cancelar el encargo. No puedo pintarlo. ¡Es imposible! ¡Imposible!
_____ tuvo deseos de salir corriendo, pero no podía hacer algo así. Liam payne la estaba invitando a sentarse y eso hizo ella. Se sentó, tensa, apretando el bolso en la mano.
–No puedo pintar su retrato –dijo ella de nuevo.
–Muy bien. Si ésa es su decisión, la respeto. Ahora, dígame, señora Harcourt, ¿tiene algún compromiso para esta noche?
_____ se quedó mirándolo. ¿Qué tenía eso que ver con lo que estaban hablando?
Liam interpretó su silencio como un no.
–Entonces, me pregunto si querría ser mi invitada –continuó él, sin dejar de mirarla–. Estoy seguro de que le interesará asistir a la inauguración privada de la exposición Revolución y romanticismo: arte en el periodo napoleónico. Payne-payne es uno de sus principales patrocinadores.
_____ tardó un momento en reaccionar. Y consiguió decir la primera cosa coherente que se le pasó por la cabeza.
–No estoy vestida para la ocasión.
–No hay problema –repuso él con una breve sonrisa.
Momentos después, ____ fue llevada a un apartamento adyacente en el ático y transformada. Las mismas blusa y falda grises que había llevado en la primera cita con él quedaron arrinconadas cuando apareció un estilista de la nada, con dos ayudantes, maquilladora y peluquero, y un guardarropa portátil de vestidos de noche.
Cuando ____ salió del vestidor, una hora después, y entró de nuevo en el despacho de liam, él levantó la mirada de su trabajo y sólo dijo una cosa.
Sus ojos verdes e inescrutables se posaron en ella un instante nada más. Reparó en su vestido de seda, http://www.polyvore.com/sin_t%C3%ADtulo_60/set?id=73435078 y el cabello recogido con una diadema y el rostro maquillado.
Entonces, él se acercó y se detuvo delante de ella.
–Al fin.
Eso fue lo único que él dijo.
Y no se refería al tiempo que ella había tardado en vestirse.
Liam se sintió satisfecho al observar a la mujer que tenía delante. Había tenido tiempo más que suficiente para apreciar sus atributos durante las sesiones de pintura y el vestido de noche acentuaba, sin duda, su belleza.
____ Harcourt estaba perfecta.
Sí, no podía describirla de otra manera. Desde el primer momento que había posado los ojos en ella había sabido que, debajo de ese aspecto inicial de maestra de escuela, había una belleza digna de su atención. Y no se había equivocado.
Liam la miró con aprobación. Sí, perfecta. Alta, elegante, esbelta, con ese toque inglés... Era exactamente lo que él había esperado. Entonces, recordó con una sonrisa la primera vez que la había visto. Al principio, había creído que la indiferencia de ella no era más que una treta para captar su atención, pues las mujeres solían usar todo tipo de trucos con él con tal propósito. Sin embargo, durante las sesiones de retrato, había llegado a la sorprendente y excitante conclusión de que ____ Harcourt no estaba intentando captar su interés.
Por otra parte, liam sabía muy bien que había causado un gran efecto en ella. Se había dado cuenta desde el principio y le había resultado divertido. Había empezado a disfrutar mucho en aquellas sesiones, en las que la observaba y se daba cuenta de que, cada vez, ella se sentía más desasosegada en su presencia.
Ese desasosiego era, sin duda, la razón por la que ella había acudido a su despacho para anunciarle que no podía continuar su retrato. De nuevo, al principio, él había asumido que había sido una treta para poner a prueba su interés en ella. Pero, luego, se había dado cuenta con alivio y satisfacción de que _____ no fingía y que realmente estaba decidida a abandonar el retrato.
¡Era una buena señal!, se dijo liam. Era excelente que ella no intentara manipularlo y mejor aún era que estuviera teniendo dificultades en reproducir su imagen. Porque la razón era obvia: él había dejado de ser nada más que un cliente para ella. No podía pintarlo... porque lo deseaba demasiado.
Y deseo era lo que liam sentía por ella. Había comenzado a sentirse atraído por ____ cuando había comprendido que su austeridad no era más que una fachada. Y, en ese momento, mientras ella estaba allí parada con su resplandeciente belleza, su deseo no hizo más que aumentar. Se sintió excitado al pensar en los placeres que la noche le prometía.
Aunque ____ no parecía adivinar lo que iba a pasar. Parecía ignorar lo que de manera inevitable la esperaba. ¿Cómo era posible?, se preguntó él, sorprendido. Cualquier otra mujer habría adivinado su interés en ella. Pero eso era parte del atractivo de _____ Harcourt, se dijo.
Y haría que el juego de la seducción fuera aún más excitante.
–¿Vamos? –invitó él.
_____ caminó a su lado con elegancia, aunque sus hombros estaban algo tensos, observó él. Como si no se sintiera cómoda del todo.
Claro que no. Era obvio que ella estaba todavía conmocionada por lo inesperado de los hechos, reflexionó liam. Sin embargo, _____ se esforzaba por aparentar lo contrario. Era su educación inglesa, se dijo él, lo que le ayudaba a fingir normalidad.
Mientras bajaban en el ascensor al aparcamiento privado, liam charló sobre el evento al que iban a asistir. _____ respondió con educación. Al llegar a su limusina, él la guió al interior, se sentó a su lado e indicó al chófer que emprendiera el camino.
Fue un viaje de apenas quince minutos, en los que liam siguió manteniendo una charla superficial. Le complació comprobar que ella no era una de esas mujeres que charlaban sin parar todo el tiempo. La reserva de ______ le gustaba. Ella se limitaba, nada más, a hacer algún comentario educado como respuesta a lo que él decía.
liam aprovechó la oportunidad de observarla mientras ella miraba por la ventanilla hacia las calles de Londres.
Sí, _____ se merecía su tiempo y su atención. Complacido con su elección, liam se relajó en el asiento y prosiguió mirándola. La noche estaba llena de promesas.
Sería una noche excepcional...
La luz del día despertó a _____. Despacio, abrió los ojos y miró a su alrededor.
Estaba en una habitación de hotel. Un hotel cuyo nombre era sinónimo de lujo y estilo. Era el mismo hotel donde habían cenado la noche anterior, en una habitación que era más grande que su piso. Alrededor de una mesa con cubertería de plata, se habían sentado unas doce parejas, todos invitados de la prestigiosa galería de arte que albergaba la exposición. Según parecía, todos ellos habían sido invitados para cenar con liam payne. Y con ella.
Poco después de la exposición, liam la había tomado del brazo y la había guiado a su limusina. La había llevado al hotel y al comedor privado en el ático, donde habían estado los demás invitados.
_____ no había encontrado un buen momento para irse. Se había encontrado sentada en la mesa con los demás. En ese momento, había aceptado la situación y había comprendido que su presencia junto a liam pyane en la mesa debía deberse a la misma razón por la que lo había acompañado a la exposición.
La única razón podía ser, había pensado _____, intentando buscarle sentido a aquella situación extraordinaria, que la pareja de él no había estado disponible. Y que liam había asumido que la exposición iba a ser de su interés como retratista. Y lo cierto era que la exposición le había interesado mucho, a pesar del desasosiego que le había producido tener a liam payne a su lado.
_____ se había esforzado en ignorar su presencia, pero liam payne era difícil de ignorar, más aún con ese frac negro. Había intentando no fijarse en él. No debía mostrar su inquietud, se había dicho. Debía mostrarse fría, mantener la compostura, ser una invitada educada y nada más.
_____ había conseguido mantener una cierta actitud distante durante la cena, incluso en los sofás cuando, después de cenar, los invitados se habían sentado a tomar café y licores. Sin embargo, le había resultado difícil irse cuando los demás habían empezado a despedirse.
Para su consternación, había terminado quedándose a solas con liam payane.
Al instante, sin la conversación de los demás invitados para llenar el silencio, la situación había cambiado del todo. Sin duda, había sido el momento de irse. Su antiguo cliente había sido muy amable por no enfadarse con ella y por invitarle a la exposición, había sido muy cortés al invitarla a quedarse a la cena, a pesar de que ella no tenía nada que ver con los demás invitados. Pero la cena había terminado y había llegado el momento de que ella regresara al santuario de su hogar.
Con ese propósito en mente, ____ había tomado aliento y había esbozado una sonrisa educada antes de hablar.
–Tengo que irme –había dicho ella con gesto contenido. Aunque no había bebido mucho, se había sentido un poco mareada por el champán y el vino de la cena.
_____ se había puesto en pie, sintiendo cómo la seda del vestido le rozaba la piel.
–Claro –había dicho liam payne, poniéndose en pie también.
Sin querer, ____ lo había mirado.
Su frac negro y austero había ensalzado el extraordinario color de sus ojos, bajo sus largas pestañas morenas.
Durante una fracción de segundo, ella no había podido moverse. Ni había podido apartar la mirada. Entonces, echando mano de toda su fuerza de voluntad, se había girado y había comenzado a caminar hacia la puerta. Debía salir de allí cuanto antes, se había dicho.
Al llegar a la puerta con liam payne a su lado, se había vuelto y le había tendido la mano como despedida.
–Gracias, señor de payne. Lo he pasado muy bien. Ha sido muy amable por invitarme.
____ había conseguido mantener una actitud formal, fría, contenida. Se había esforzado en comportarse, nada más, como una invitada dando las gracias a su anfitrión.
Durante un momento, ella había creído ver brillar los ojos de él. Liam payne había parecido complacido. Y algo más. Sus ojos se habían oscurecido.
–El placer ha sido mío –había murmurado él–. Y esto es un placer aún mayor...
Liam payne había dado un paso hacia ella y le había recorrido la nuca con un dedo, mientras que había entrelazado la otra mano con la de ella. La había besado. Durante una fracción de segundo, _____ se había sentido sorprendida. Enseguida, otra sensación muy diferente se había apoderado de ella...
¡Nunca había experimentado nada así! La habían besado antes, por supuesto, pero nunca de ese modo...
Al sentir el contacto de sus labios y la forma en que él la había acariciado la nuca, _____ se había derretido.
Se le había acelerado el pulso y su pensamiento consciente se había desvanecido.
Muy, muy despacio, él la había besado más profundamente.
Y ella había dejado de pensar por completo.
Entonces, un tiempo después que había sido incapaz de determinar, como en un sueño, _____ se había encontrado en una habitación con una gran cama. Sobre esa cama, la había depositado liam, con sumo cuidado, y le había hecho el amor.
Y ella no había podido hacer nada, absolutamente nada, para evitarlo. Porque aquello había sido lo más exquisito y delicioso que le había pasado nunca...
Volviendo al presente, ____ miró a su alrededor en la habitación del hotel, recuperando su pensamiento consciente con la luz del día. No podía dar crédito a lo que había pasado.
¿Cómo podía haber sucedido algo así?, se preguntó, atónita. ¿Cómo podía estar en la cama con liam payne? ¡Era imposible!
Pero no era imposible. La evidencia estaba delante de sus ojos. Y en el cosquilleo que sentía en todo el cuerpo. Las sensaciones que la habían envuelto durante la noche habían sido demasiado exquisitas... no podían ser reales... Pero sí lo eran. Sus recuerdos eran demasiado nítidos...
Unas manos acariciándole los brazos desnudos, recorriéndole toda la piel con la punta de los dedos. Labios tan suaves como terciopelo rozando su cuerpo, que se convertía en una sinfonía de sensaciones... sensaciones desconocidas hasta entonces para ella. Dedos explorando cada lugar secreto, labios saboreando, excitando. Pezones endurecidos en la boca de él. Y, luego, el resto del cuerpo... Él le había separado los muslos y le había tocado como la seda con sus labios, preparándola para su posesión.
_____ sintió que el cuerpo se le llenaba de calor al evocar aquellos momentos.
¿Cómo era posible sentir tales cosas? ¡Escapan a sus fantasías más atrevidas!
Ella nunca había imaginado que podía ser... así.
Maravillada por lo que había sucedido, ____ se dijo que lo que había hecho no era sólo inexplicable, sino una completa locura. ¡Se había ido a la cama con liam payne! Sin embargo, en ese momento, acurrucada a su lado, no fue capaz de hacer nada. Se dijo que, si le quedara un ápice de cordura, debía salir de la cama, vestirse y salir del hotel todo lo rápido que pudiera. Pero no pudo. Su cuerpo estaba demasiado a gusto... inerte, lánguido.
Aquella sensación de maravilloso y extraño bienestar confundía su cuerpo y su mente, haciéndola sentir voluptuosa, sensual. Entonces, se le ocurrió algo nuevo. Tuvo la urgencia de girar la cabeza y mirar al hombre que había conseguido llevarla a su cama.
Despacio, _____ ladeó la cabeza y, al posar los ojos sobre su rostro, algo muy extraño se estremeció dentro de ella, como si una ligera brisa hubiera soplado sobre al agua serena de un estanque, dando vida a algo que ella desconocía. Ella no sabía qué era aquella inefable corriente, ni adónde la llevaría. Al posar los ojos en el hombre tumbado a su lado, se sintió de nuevo maravillada, atónita.
Contuvo el aliento. ¡Cielos! Aquel hombre era perfecto. Ese rostro que tantas veces había intentado pintar, con frustración, era perfecto.
Nunca había estado tan cerca de él. La sensación de intimidad le resultó abrumadora, a sólo centímetros de él, con sus miembros aún entrelazados. Como movida por voluntad propia, su mano se levantó para rozarle la frente con suavidad mientras se deleitaba observando sus largas pestañas y el corte escultural de sus facciones.
liam estaba muy dormido, su respiración era rítmica y profunda. No se movió cuando ella lo tocó y ella se alegró, pues quería disfrutar ese momento sin testigos. Quería poder observar la perfección de su rostro extraordinario.
Esa noche había sido un regalo del destino para ella. Y ____ lo sabía. No entendía por qué liam payne había elegido quedarse con ella, pero sabía que no sería nada más que algo pasajero y fugaz. A pesar de ello, le parecía un regalo.
Había sido una locura, pero había sucedido y, en ese momento, no podía arrepentirse, se dijo ____. Podría arrepentirse más tarde, al día siguiente y al siguiente y pensar en lo débil que había sido. Pero no entonces.
_____ sonrió. Sí, había sido más tonta y más débil de lo creíble, pero no podía lamentar lo que había pasado. Su cuerpo estaba demasiado satisfecho, reconoció para sus adentros, posando la mirada con ternura en aquella cara tan hermosa.
Podía ser un cliché, pero las mujeres que pasaran por la cama de liam payne no se llevarían más que el agradable recuerdo, pensó ella.
–Ma belle.
liam se había despertado y la miraba. Ella se sumergió en sus ojos verdes y se quedó sin respiración.
Él la besó y su cuerpo se llenó otra vez de un dulce calor.
mayale12
Re: la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
bueno chicas ya termine la novela voy a ir colocando los capitulos a medidas q ustedes comente :aah: :bye:
mayale12
Re: la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
–No puedo hacer lo que sabes que me gustaría hacer –dijo él, apartándose un poco–. Je suis désolé.
De un salto, él se levantó de la cama, sin prestar atención a su desnudez, ni a su erección. ____ se sonrojó al verlo.
–Sí –reconoció él–. No necesito mentirte. Daría mucho por quedarme, ma belle. Pero no puede ser. Así que te pido que me disculpes. *****uni
liam se giró, entró en el baño y, un momento después, ____ oyó la ducha. Durante un momento interminable, ella se quedó tumbada en la cama, sintiendo que la desolación la invadía. Durante una fracción de segundo, sintió un latigazo en el corazón.
¡No! No podía permitirse ese sentimiento.
Era esencial mantener la compostura, se dijo _____. Y era esencial aprovechar ese momento de soledad. Se levantó de la cama y miró a su alrededor, buscando la ropa. Sintió que su cuerpo era, de alguna manera, diferente, que había cambiado, pero dejó de lado ese pensamiento. Se vistió con el traje de noche de nuevo y, después de abrocharse la cremallera, cerró los ojos. De pronto, la sordidez de la situación hizo mella en ella.
Una aventura de una noche, eso había sido. Una mujer fácil, a mano. Sólo le quedaba cubrir su desnudez y desaparecer.
¡No! No había sido así. Para ella, no, al menos. No lo convertiría en algo sórdido y lamentable. Sí, era cierto que ella había sido para él sólo algo pasajero. ¿Qué otra cosa podía ser para un hombre como liam payne? Sin embargo, eso no significaba que hubiera sido algo sucio o despreciable. Su cuerpo lo afirmaba.
_____ respiró hondo y enderezó la espalda. Se recogió el pelo. Así estaba bien, se dijo, mirándose en uno de los espejos de la habitación. Seguía teniendo los ojos manchados de maquillaje, pero se los limpió con un pañuelo de papel. Eso bastaría hasta que llegara a su casa.
Se puso los zapatos y tomó su bolso de la cómoda. Estaba lista para irse.
La puerta del baño se abrió y liam pyne salió envuelto en una toalla de hotel. Tenía el pelo mojado y gotas de agua en las pestañas. ____ contuvo la respiración, maravillada porque aquel hombre había sido suyo durante una noche.
Pero el día había llegado y era hora de volver a la vida real.
–Chérie, no tenías por qué apresurarte –dijo él y caminó hasta el armario, que tenía ropas masculinas dentro–. Debías haberte quedado en la cama y desayunar. Soy sólo yo quien debe cumplir este horario infernal.
–No, está bien así –repuso ella con voz calmada, como si fuera lo más normal del mundo estar allí, en su habitación, mientras él se vestía–. Tengo que irme. Devolveré el vestido y sus accesorios limpios. ¿Lo envío a tus oficinas de Londres o...?
–¿No te gusta el vestido? –preguntó él con curiosidad–. Te aseguro que te queda muy bien. Estás perfecta. Justo como yo esperaba.
–El vestido no es mío.
–No seas absurda –señaló él con un ápice de irritación.
–Señor de payne...
–¿Señor? –repitió él con incredulidad mientras se abotonaba la camisa–. _____, sé que eres inglesa y que los ingleses son muy formales, pero te aseguro que podemos llamarnos por nuestro nombre de pila.
Ella levantó la mano un poco.
–Bueno, no importa de todos modos, pues no vamos a volver a vernos. Así que...
–¿Cómo?
–Me temo que no puedo seguir con tu retrato... –dijo ella, sin saber cómo continuar. No podía retratarlo porque había dormido con él.
liam frunció el ceño.
–El retrato no importa, podemos hablar de eso después. Sin embargo, no entiendo por qué dices que no vamos a vernos más. ¿Es que lo de anoche no te gustó?
Por el tono de voz de él y su mirada, ____ adivinó que él sabía que una respuesta negativa era imposible. Ella se forzó a respirar.
–No se trata de eso... –empezó a decir ella, titubeante.
liam payne ignoró su titubeo. Había terminado de abotonarse la camisa y ___ sintió que el pulso se le aceleraba al fijarse en su masculino cuello, en sus fuertes muñecas.
–Bien. Entonces, estamos de acuerdo. Lo de anoche fue excepcional y debemos actuar de forma coherente con eso. Como te he dicho, siento tener que irme en un viaje de negocios dentro de una hora, pero volveré cuanto antes, tal vez esta noche. Si no, mañana. Si llamas a mi despacho, mi secretaria te dará mi número de contacto.
liam empezó a ponerse la corbata con manos firmes y seguras.
–Tienes que comprender que tengo compromisos que no puedo ignorar, por mucho que lo desee. Por eso, habrá ocasiones en que no pueda disfrutar de mi tiempo contigo. Debo pedirte que me disculpes por eso –continuó él y se puso la chaqueta–. De todos modos, confío en que podamos pasar el suficiente tiempo juntos y que tu agenda te lo permita. No te preocupes por el momento. Todo puede arreglarse. Ahora, sin embargo... –dijo y tomó su reloj de oro de la mesilla y se lo puso–. Debo volar a Ginebra. El tiempo corre, así que te ruego que seas indulgente conmigo.
liam se acercó a ella, abotonándose la chaqueta, y le tomó la mano.
–No te quedes tan perpleja, ma belle –añadió él con tono grave y profundo–. Todo irá bien. Ya lo verás.
liam la besó con suavidad en la boca y empezó a irse hacia la puerta.
–¡No entiendo! –exclamó ella, sin ocultar su confusión.
Él se detuvo ante la puerta y miró hacia atrás. Sus ojos parecían encontrar la escena divertida. Pero mostraban algo más también, algo que hizo que a ella le temblaran las piernas.
–Es muy sencillo, ma belle. Ahora somos amantes, ¿no?
Dicho aquello, liam se fue.
_____ se quedó petrificada detrás de la puerta, sin saber qué pensar.
mayale12
Re: la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
Capítulo 2
_____ se quedó con la mente en blanco durante todo el camino en taxi hasta su casa. Había salido con la cabeza rígida del hotel, mirando al frente, pensando que todos la mirarían, sabiendo lo que había hecho. ¿Por qué si no iba a salir una mujer del hotel vestida con traje de noche por la mañana? Al llegar a su piso, había subido las escaleras antes de que ningún vecino pudiera verla. ¡Nunca antes había hecho algo así! ¡Nunca!
Nada más entrar en su habitación, comenzó a quitarse el vestido delator.
Claro que no había hecho nunca nada así. Pero nunca había sido seducida por ningún hombre con el aspecto de liam.
Entonces, se sintió débil. Se sentó en la cama, sobrecogida por las emociones de lo sucedido.
Recordó las palabras de él, diciendo que eran amantes.
Se sintió confusa. ¿Qué había querido decir él?
____ lo averiguó una hora después. Apenas había acabado de ducharse y cambiarse http://www.polyvore.com/cgi/set?id=83405898&.locale=es cuando sonó el telefonillo. Al abrir la puerta, se encontró con un ramo de flores enorme. Buscó la nota con ansiedad.
À bientôt.
Era todo lo que decía. Todo lo que hacía falta decir.
Cinco minutos más tarde, llamó la secretaria de liam. Con el mismo tono antipático de siempre, le dio a ____ el número de teléfono móvil de liam. Podía usarlo sólo para llamarlo cuando él lo requiriera y no debía darle el número a nadie más, le informó la secretaria.
–Por favor, asegúrese de no llamarme a mí para preguntarme dónde se encuentra el señor de payne –advirtió la secretaria–. No tengo autorización para darle esa información.
______ escuchó la llamada en silencio, en parte porque no podía creer lo que estaba oyendo y, en parte, porque había decidido ignorar el tono desagradable de la secretaria. Acto seguido, continuó poniendo las flores en floreros, pues no cabían todas juntas en uno solo.
Su aroma llenó toda la casa, pero ____ seguía con la mente en blanco, como si hubiera vivido demasiadas emociones, demasiado rápido.
No sabía qué hacer.
Entonces, no haría nada, se dijo con cierto alivio.
Después de todo, no se esperaba que hiciera nada más que colocar las flores en floreros. No se encontraba en el estado de ánimo apropiado para ir a pintar, así que se sentó ante su escritorio para ordenar facturas y papeleo doméstico.
Luego, pasó la aspiradora, limpió la cocina, puso la lavadora y comió algo. A continuación, salió a hacer la compra y envió por mensajería el vestido a payme-payne con una nota disculpándose por no haberlo llevado antes a la tintorería.
Con la nevera llena, ____ pensó que sería buen momento para ir al gimnasio y hacer algo de ejercicio. http://www.polyvore.com/sin_t%C3%ADtulo_90/set?id=74793204 Eso le servía para mantener ocupada la mente y dejar de revivir los recuerdos de la noche anterior.
Al regresar a casa, se quedó allí toda la tarde, leyendo y viendo la tele, y se fue a la cama.
Al meterse entre las sábanas, la invadieron los recuerdos de la noche anterior. Durante un momento, se quedó petrificada, mientras le subía la temperatura. Para pensar en otra cosa, tomó de la mesilla un libro sobre arte medieval italiano. Los cuadros de mártires serían efectivos para vencer tan sensuales recuerdos.
Pero seguía sin saber que haría con liam.
«No lo entiendo», fue su último pensamiento antes de quedarse dormida. mayale12
Re: la artista y el millonario (liam payne y tu)(cancelada)
Bien, lamento decir que tu novela carece de la ficha que es obligatoria poner, esto está en el PROTOCOLO el cual es obligatorio leer cuando se inicia una novela, tienes dos días {48 horas} para colocarlo, es obligación leerlo, además el tema está en una sección equivocada, pásate por acá Mover y borrar temas y solicita que cambien de subforo el tema. - Staff OnlyWn’s.
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