{America's Best Dance Crew} Only dreams are real

Cassie ya estaba recogiendo el equipaje, con una mueca y su rostro ilegible. Parecía tranquila, algo que indicaba que algo no iba bien. Nos lo estabamos pasando bien. Me acerqué a ella, y me sentí alta al sacarle una cabeza y mirarla desde arriba. Ella ni me miró y continuó esperando al equipaje.

— ¿Por qué tan seria, Cass? —le pregunté dulcemente, sabiendo que yo era la únics que podia llamarla así.

Ella negó con la cabeza y se encogió de hombros. Sus ojos verdes habían cobrado un poco de brillo de nuevo.

— Nada —se limitó a contestar secamente.

Dejó de mirarme por unos segundos y después me volvió a mirar.

— Sabes que puedes contarmelo todo —le dije—. Para eso estamos las mejores amigas.

Ella sonrió. Estaba apunto de decir algo, cuando se escucharon al resto venir.

— ¡Veintiún añera! —se oía gritar a Louis, dando saltitos y recordándome a mi a los cinco años con mi disfraz de hada.

Movía su mano alegremente y llamaba la atención de todo el mundo. Unas chicas, de dieciseis años gritaron como locas al verles y se lanzaron a los chicos con sonrisas.

— ¿Me firmas un autografo? —había preguntado una chica de cara pecosa y ojos marrones ofreciéndole a Louis una libretay un boligrafo.

Louis le sonrió y cogió las cosas, haciendo una firma rápida debido a la práctica de tantos años. Cassie y yo nos acercamos a ellos, ella un poco más relajada. Era la más bajita de todos y se veía realmente diminuta al lado de Harry, quien le había acercado a él y le había dado un beso en la cabeza. Mary, se tensó un poco y apartó la mirada.

— ¿Ella es tu nueva novia? —le preguntó la otra directioner de cabello rubio y ojos verdes señalando a Cassie.

Harry rió y negó con la cabeza.

— Es sólo una amiga —contestó apretujando a Cassie con ternura y revolviéndole el cabello.

La directioner mató a Cassie con la mirada y ella, tan inocente se encogió un poco. Vinieron más fans, rogando a los chicos que se hicieran fotos con ellas y que les firmaran autografos.

— Vamonos —había siseado Niall, quien estaba un poco acamelado a Laura—, antes de que lleguen los paparazzis.

Todos salimos, cogiendo nuestro equipaje. Fuera, era de dia todavía, con la luz del sol dorada y el calor axfixiante de Orlando sobre nosotros. Me arrepentía de llevar mi ropa de baile encima. Liam, quien no me había hablado en todo el rato me miró, dedicándome una sonrisa que me provocó ruborizarme completamente y desviar la mirada.

— Creo que nosotras nos vamos —dijo Cassie—. Gracias chicos por el viaje en avión. Os debemos una.

— Dos —le corrigió Paola.

— No ha sido nada —comentó Louis haciendo un gesto con la mano, quitándole hierro al asunto.

— Claro que sí ha sido algo —repliqué.

— Ya os reencompesaremos —prometió Laura, tirando de su collar con forma de estrella.

Cassie paró un taxi grande para que nos llevará a el hotel donde nos alojariamos los veinticuatro grupos que pasamos a la segunda fase.

— ¿Ya os vais? —preguntó Harry haciendo un puchero.

Mary rió y todas asentimos.

— Un placer haberos conocido en persona, chicos —dije, dándole la mano a cada uno.

— Déjate de formalidades y dame un abrazo y beso como Dios manda —me dijo Niall, cogiéndome de las caderas y girándome en círculos.

Me reí y le dí un abrazo y beso a cada uno. Todas se despidieron de la misma manera, aunque Louis decía cosas al oído de Pao que provocaban que esta se sonrojará muchísimo. Y después, Niall que le daba besos a Laura en los cachetes y ella sonreia como hipnotizada. Que chicas.

Cassie esquivó abrazar a Zayn, quién no dije nada al respecto y mantuvo su rostro serio todo el resto. Me empezaba a preocupar esa reacción que tenian entre ellos. Se suponía que no se conocían de nada, ¿o si?

— Tenemos que irnos —canturreó Mary, con sus ojos azules y sus labios curvados en una sonrisa.

Metí mis cosas en el maletero, y me subí en el asiento de atrás, con las manos sudorosas y mis ojos mirando por la ventana. Cassie se sentó a mi lado y después entró Mary.

— ¿Podeis dejar de daros el lote delante de todo el mundo y darle noticias a los fotógrafos, chicas? —preguntó Mary, con una sonrisa divertida.

Dejé escapar una carcajada y fuí testigo de como Laura se metía a toda velocidad en los asientos de la última fila de la furgoneta del taxi y Pao, soltando un suspiro se machaba detrás de ella, con las orejas rojas de vergüenza. Ambas llevaban dos papelitos en sus manos.

— Ya nos veremos chicos —me despedí moviendo mi mano en señal de despedida y el taxi arrancó.

El viaje iba a ser largo, y yo me encontraba fascinada. Mi cara estaba pegada a el cristal, observando Orlando. Preciosas playas; con surfistas rubios y bronceados; muchas tiendas de ropa... El paraíso, simplemente.

— ¡Éste sitio es fantástico! —grité.

— Ni que lo digas. Mira que tios por favor —comentó Mary.

— ¿Podrías dejar de hablar de tios? —preguntó Lau desde el asiento de atrás, jugando con el papel.

Mary se giró y la miro para después poner cara de no entender y decir:

— ¿Qué? Lo siento, no te entendía por la baba que se te esta cayendo por la barbilla al pensar en Niall.

Todas soltamos una carcajada y Laura la mató con la mirada.

— ¡Pero yo te quiero! —chilló Mary, eufórica.

— Ya, ya —dijo Laura riéndose.

Creo que Mary ya tenía una insolación que le afectaba a la cabeza ya que estuvo todo el camino gritando, haciendo bromas...

A las diez menos diez, ya estabamos en las puertas del Hotel de Orlando, cuando el Sol se ponía y daba espacio a la Luna. Empezaba a refrescar y yo tiritaba lentamente.

Cassie se encargó de pagar al taxista. Cuando entramos, el vestíbula era enorme. Paredes elegantes, con una enorme araña de cristal en forma de diamante colgando encima de unos sillones rojos de cuero, y una mesita de centro negra con revistas.

Cuatro tipos vestidos de negro estaban custodiando los ascensores, para que nadie pasará. Había una recepcionista en el mostrador de mármol blanco que parecía dorado de la luz. Era una mujer atractiva, de cabello negro con flequillo y ojos grises intimidantes.

Llevaba el uniforme. Cuando fuimos hacía allí, nos miró con cara de asco por unas décimas de segundos, para después recomponer la postura y preguntar con voz monótoma:

— Bienvenidas a Orlando Palace, ¿qué desean?

Cassie, que era la mayor y la lídel, se acercó y dijo:

— Tenemos una suite reservada.

— ¿A nombre de quién?

Cassie me miró y yo le entregué el papelito en el que venía toda la información.

— A éste nombre —contestó Cassandra entregándole el papelito blanco.

— De acuerdo —dijo la mujer asintiendo después de haber leído de arriba a abajo el documento, como si esperará que estuviera falsificado y eso le diera una oportunidad para llamar a seguridad y que nos echarán—. Suite 172, sexto piso.

Nos dió una tarjeta, que suponía que sería la llave y dijo, con una sonrisa que me provocó escalofrios:

— Que disfruten de su estancia en Orlando Palace.

— Eso haremos —repusó Cass con una sonrisa igual de torcida.

Nos giramos, caminando hacía el ascensor. Los hombres, nos pidieron autorización, nosotras se la dimos y entramos. Las puertas se cerraron detrás de nosotras.

— ¡Wow! —exclamó Pao—. Con que cara de asco nos ha mirado la recepcionista.

— Y que lo digas —dijo Mary asintiendo con la cabeza—. Parecía que quería echarnos a los tiburones de cena.

Todas soltamos una carcajada.

— Tenía ganas de tirarle un zapato en la cabeza —comenté.

— ¿Y qué te detuvo? —preguntó Cassie.

Reimos una vez más. Parecía que la tensión que había entre nosotras desde lo de Malik había desaparecido. O existido.

Las puertas se abrieron y caminamos por el pasillo, buscando la suite 172. Después de unos minutos, Pao gritó:

— ¡Aquí!

Todas corrimos, y Lau dijo:

— ¡Vamos Cassandra que necesito vaciar el florero!

— Es decir, que vas a mear —repusé.

— Tu siempre tan fina Coti...

Le sonreí y Cass abrió la puerta. Nos abalanchamos como locas por entrar, y discutir con las habitaciones. Había tres. Yo corrí a la última del fondo. Estaba decorada a mi estilo. Me tiré a la cama y grité:

— ¡Mía!

Cassie se instaló en la cama de nuestra habitación, con una sonrisa de oreja a oreja.

Unos minutos después, después de que todas hubieramos elegido cuarto y Laura se hubiera quejado por no poder haber elegido habitación ya que tenía que "vaciar su florero", estabamos todas en la cama. Exhaustas y cansadas por el maratón que habiamos tenido que hacer por qué sí.

Yo no podía dormir. No podía por los gritos de las fans descontroladas que gritaban fuera. Maldecía interiormente a los famosos que no las hacían callar.

— Cass —la llamé en la oscuridad—. Cass, ¿estas despierta?

Ví como su diminuta figura se movía, gruñía y me miraba, con su cara llena de sueño.

— Sí —contestó con la voz adormilada.

— ¿Puedo hacerte una preguntas?

— La acabas de hacer.

— En serio.

Ella pestañeó y suspiró.

— ¿No puedes hacermela mañana?

— No. En urgente.

— Adelante.

— ¿Por qué odias a Zayn Malik?






~TENEMOS PROBLEMAS TÉCNICOS. MANTÉNGANSEN A LA ESPERA ~




Chan chan chan. Aquí teneis el capítulo seis, amores mios. Sí, muy soso y aburrido. No estoy muy orgullosa del capítulo aunque para haberlo hecho a escondidas no esta nada mal c: Quiero ver muchos de vuestros hermosos comentarios que me alegran los albas/amaneceres/mañanas/mediodías/pretardes/tardes/crepúsculos/anocheceres/noches/mediasnoches :D Un beso, os quiere, Batman<3

Suspiré dramáticamente, mirando a mi mejor amiga la cual me observaba esperando una respuesta. Me había incorporado y no sabía que decirle. No sabía si contarle la razón por la que odiaba al joven cantante británico.

Tenía mis derechos. Decidí arrastrar el silencio, en otro suspiro de más y tirar de mis mechones castaños.

— ¿Por qué tenemos que hablar de esto? —susurré desconcertada, mirándola a sus ojos.

— Porque él te hace mal —contestó Coti—. Quiero saber los motivos de por qué esas reacciones con él, Cassandra.

Ladeé la cabeza e impulsé el aire de mis pulmones. No sabía si decirlo. Me sentía estúpida al recordarlo.

— Coti...

— Por favor —me interrumpió suplicante—. Somos mejores amigas.

Volví a tomar aire.

— De acuerdo —acepté finalmente—. Te lo contaré. Todo empezó en las navidades de mi tercer año de la Universidad. Como recuerdas, tu estabas en segundo o tercero de la secundaria y te había dejado a cargo de Paola ya que esas navidades estaba enferma de gripe.
>El caso es que llegué a Australia para visitar a mi madre y a mi prima. Todo iba bien, hasta que llegaron ellos de gira. Eli, que estaba enloquecida por ese grupo popular del momento, me obligó a ir a su concierto. Ya sabes que lo mio no es el pop. Nunca me ha gustado.
>Fuimos al concierto. Estabamos en primera fila y Dios, tengo que admitirlo, eran buenos. Yo descuadraba con aquella marea de adolescentes de doce años a dieciseis. Tenía unos diecinueve, casi veinte...
>Entonces, él me miró y me sonrió. Si, Zayn. Eso me había provocado un escalofrío en la espina dorsal... y bueno, solo era cosa mía. Eso era lo que esperaba. Cuando había acabado el concierto, Eli insistía en buscar una pulsera de amuletos que se le había caido mientraz agitaba sus manos impacientemente. Yo como su prima mayor la estaba ayudando a buscarla, cuando, él me la dió.
>Después de eso había intentado olvidar la noche del concierto... pero lo que no sabía es que Zayn se había dedicado a buscarme por toda Adelaida. Para cuando me encontró, estaba frente a mi puerta con un ramo de rosas y esmoquín. Me había pedido salir con él a alguna parte. Una cita.
>Yo había sido una estúpida y había aceptado porque... me había parecido muy dulce de su parte... Habiamos tenido nuestra cita y nuestros... encuentros se transformaron en algo más, aunque ni los medios públicos ni nadie sabia lo nuestro. Una semana después, habiamos tenido sexo y... bueno, yo... no lo sabia. Te juro por Dios que nunca antes había escuchado su nombre antes o el de One Direction. Nunca en mi vida.
>Entonces, ¿recuerdas que Laura nos vino contando que en la gira de 2011, Zayn había tenido una aventura en la gira? Yo... te prometo una vez más que no lo sabía. No tenía ni idea de que Zayn estaba con Perrie. Él nunca me lo había dicho. Perrie, había ido a hacerle una sorpresa y yo lo mismo. En ese momento, había visto como Perrie le succionaba la garganta con la lengua y el recibia el beso gustoso. Después de eso, Zayn y yo discutimos y mi corazón se rompió en mil añicos.
>Le dije a mi madre que había surgido algo importante y que debía de volver con urgencia a Nueva Jersey. Ella no había dudado de mi y... por eso volví antes de lo previsto de mis vacaciones de Navidad.

Solté el aire que tenía contenido en mis pulmones, inconscientemente. Coti me miró, con los ojos abiertos como pares y la boca igual.

— No me lo puedo creer —comentó llevándose la mano derecha a la boca.

— ¿Estas enfadada? —le pregunté timidamente.

Ella negó con la cabeza y me dió un abrazo. Me miró con compasión y me besó la mejilla.

— ¿Has hablado con Zayn desde entonces? —me preguntó.

— No —contesté—. Después de eso me sentí tan... culpable... Había hecho muy daño a Perrie. Nunca me lo perdoné.

— No es tú culpa, Cass. ¿Cómo ibas a saber que Zayn tenía novia?

— No lo sé. No debería de haberme dejado caer con tanta facilidad.

— ¿Los chicos lo saben?

Me encogí de hombros y susurré:

— No se lo digas a nadie, por favor —mi voz era desesperada.

— Tranquila —dijo abrazándome con fuerza—, tu secreto esta a salvo conmigo.

Sollocé, con las lágrimas recorriendo mi cara y, pensado que lo tenía superado, cuando no era así. Me maldecía. Pasamos toda la madrugada abrazadas.











Escuché como alguien llamaba a la puerta. Entrecerré los ojos, observando la puerta blanca y recordando que estabamos en Orlando Palace, para las pruebas de America's Best Dance Crew. Los ojos me escocian y los delgados brazos de Coti me rodeaban. Odiaba ser tan bajita.

— ¿Chicas? ¿Estais despiertas? —preguntó Laura desde el otro lado de la puerta.

Gruñí con fuerza, meneando a Coti con delicadeza.

— C —la llamé—. Es hora de despertar.

Ella bufó y murmuró.

— Cinco minutos más mamá.

Me incorporé, riendo entre dientes y estirándome. Los huesos me crugieron y caminé rumbo fuera, dispuesta a desayunar. La cocina estaba abierta con el salón, tan sólo separados por un escalon de madera marrón oscura. Me senté en el taburete verde, frente al plato de baicon con huevos fritos.

Me moría de hambre y por lástima, no tenía yo ni idea de cocinar. Mary, era la única que sabía, junto a Pao y a Coti.

— Tenemos que ir a las cuatro a el plató de America's Best Dance Crew —anunció Laura limpiando los platos—. Asique acabate eso ahora mismo.

A veces, me trataban como si fuera la más pequeña. La miré, con una ceja arqueada.

— En ese caso, Laura, ve duchándote que yo despertaré a Coti.

Ella asintió y desapareció en el pasillo. Me puse en pie, agotada y coloqué los altavoces al máximo, sonando por donde fuera la canción de Teenagers (Adolescentes) de My Chemical Romance. Amaba esa canción y yo ya había pasado esa etapa hace tres años. Me la pase tarareándola hasta llegar al cuarto que compartía de Coti y entrar, montando jaleo.

Ella dormia como un lirón. Estaba tan adorable... Lástima que la tuviera que despertar tan bruscamente.

— Coti... —canturreé al ritmo que el cantante —Gerard Arthur Way Lee— cantaba la estrofa de que los adolescentes le daban miedo.

Ella no se movió y no me quedó otra opción que tirarle el contenido de un jarrón. Ella se sobresaltó, con la camiseta oscurecida por el agua y me miró con los ojos abiertos de par en par.

— ¡Felices dieciocho años, Coti Williams! —grité como loca.






Chicas siento no haber dado señales de vida en estos dias pero es que estoy castigada sin teléfono y ordenador y bueno, hasta que no mejore mis notas no hay nuevo aviso. Pensaba subir este capítulo el dia en el que me quitaron el teléfono pero no pude. Lo siento. No subiré hasta nuevo aviso. Esto no significa que la cancele.
Os quiero y quiero ver de vuestros supercomentarios.