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Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Nombre: Forever and Always
Autor: Mia.
Adaptación: No, es original.
Género: Drama y romance.
Advertencias: Ninguna.
Otras Páginas: Sí
Forever and Always
–– En tu vida, pasarán cosas que no podrás evitar, pero eso no es motivo para cerrarse al mundo; hay un motivo para las cosas buenas y uno para las malas- dijo mi abuelo, dándome el único regalo que podía darme, algo que le llevó la vida comprender. En ese momento entendí la importancia de sus palabras, pero solo ahora, entiendo su significado…”
La vida gira entorno a lágrimas y sonrisas, felicidades y tristezas, pero ¿Qué se puede hacer cuando la persona más importante en tu vida se va sin previo aviso. Cuándo tu madre ya no te quiere en su casa. Y cuando te enamoras por primera vez?
Descúbrelo en la nueva novela "Forever and Always"
Autor: Mia.
Adaptación: No, es original.
Género: Drama y romance.
Advertencias: Ninguna.
Otras Páginas: Sí
Forever and Always
–– En tu vida, pasarán cosas que no podrás evitar, pero eso no es motivo para cerrarse al mundo; hay un motivo para las cosas buenas y uno para las malas- dijo mi abuelo, dándome el único regalo que podía darme, algo que le llevó la vida comprender. En ese momento entendí la importancia de sus palabras, pero solo ahora, entiendo su significado…”
La vida gira entorno a lágrimas y sonrisas, felicidades y tristezas, pero ¿Qué se puede hacer cuando la persona más importante en tu vida se va sin previo aviso. Cuándo tu madre ya no te quiere en su casa. Y cuando te enamoras por primera vez?
Descúbrelo en la nueva novela "Forever and Always"
Última edición por GiaanniJonas el Lun 13 Feb 2012, 6:36 pm, editado 1 vez
GiaanniJonas
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
La primera y la mejor lectora, jajaa. Ya la leí esta nove porque soy re yo, jaja. Te quiero linda. La voy a leer de nuevo por acá porque no me la acuerdo bien.
Cande Luque
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Capitulo uno.
––Sarah, en tu vida, pasarán cosas que no podrás evitar, pero eso no es motivo para cerrarse al mundo; hay un motivo para las cosas buenas y uno para las malas- dijo mi abuelo, dándome el único regalo que podía darme, algo que le llevó la vida comprender. En ese momento entendí la importancia de sus palabras, pero solo ahora, entiendo su significado…”
–– ¿Acaso no te das cuenta? –gritó mi madre, haciendo que mi lectura se interrumpiera.
–– ¿De qué quieres que me de cuenta? –respondió mi padre con otro grito.
–– Que lo único que haces es decirme cuan mala persona soy, y si soy tan mala persona ¿para qué te casaste conmigo?
–– Me pregunto lo mismo.
Era usual, mis padres estaban peleando, lo hacían desde que tenía memoria. Generalmente, mi madre se encerraba en su cuarto a llorar, mientras mi padre ahogaba sus penas en alcohol.
Miré el reloj que reposaba en mi mesa de noche, las once y diez minutos. Continué mi lectura a pesar de los gritos provenientes del piso de abajo, como ya les dije: estaba acostumbrada. Solo una frase hizo que mi mente se desconectara del libro:
–– Genial… entonces vete de aquí.
–– ¿Qué crees que es lo que haré? –respondió mi progenitor. Un incómodo silencio inundó la casa, mientras miles de preguntas venían a mi mente. - , solo déjame ir a despedirme de las niñas. - ¿Mi padre se iría? ¿Se iría realmente, o solo era otra pelea cotidiana entre ellos? Escuché tenues pasos subir las escaleras de la casa; cerré el libro y luego quité mis anteojos de lectura, dejando a ambos sobre el piso. Me acosté en la cama, haciéndome la dormida. Vi la puerta abrirse, y una silueta apareció en ella.
–– Hija, sabes que te amo… -sollozó.- nunca me olvidaré de ti. Tú y tu hermana son lo más importante para mí, pero debo irme. Enserio lo siento mucho y espero que algún día me perdones. Solo te pediré una cosa, prométeme que te cuidarás, a ti y a tu hermana. Te amo _____. –sentenció dándome un beso en mi frente, y yéndose por la misma puerta por la que apareció. Una lágrima recorrió mi mejilla, siendo seguidas por otras miles. De verdad se iría…
La alarma comenzó a sonar dándome a entender que comenzaba un nuevo día en Londres. Me levanté de la cama recordando cada detalle de la noche anterior, y rogándole a Dios porque haya sido simplemente una pesadilla. Mis ojos dolían de tanto llorar, sentía mi cuerpo débil. Abrí las cortinas para así apreciar la leve llovizna tan característica de mi ciudad, todo el mundo se queja de ella, para mí era lo más lindo de aquí.
Me duché rápidamente sacando todo rastro de estrés de mi cuerpo y rostro; al salir envolví mi cuerpo en una toalla y me dirigí a mi armario, donde tomé un pantalón jean negro, junto con una remera blanca con ridículos dibujos en negro, un buzo morado, junto con unas zapatillas del mismo color. Sequé mi pelo y lo peiné como de costumbre, para luego dirigirme al comedor, donde se encontraba Marie, mi hermanita, y mamá.
–– Buenos días. –saludé, besé la mejilla de cada una de ellas y me senté en la mesa, observando cada rincón de ella, esperando ver un plato en el asiento de papá, su taza con café o algo, pero no había nada, solo mi vista estaba fija allí. - ¿y papá? –pregunté, esperando que la respuesta fuese “está durmiendo” o “vuelve en un rato”, pero lo único que obtuve fue un “no lo sé” de parte de mamá. Me senté en mi puesto y me dispuse a tomar el desayuno.
–– ____… -me llamó mi hermanita.- ¿me llevarás hoy al parque? –preguntó tiernamente.
–– Deja a tu hermana en paz, Marie. –le reprochó mi madre.
–– Pero prometió llevarme al parque hoy. –se quejó.
–– Sí, lo se… y lo siento pero hoy saldré con Nicole. –Nicole era mi mejor amiga, la conocí en el jardín de infantes y desde ahí ha sido mi mejor amiga.
–– Lo prometiste…-murmuró entristecida.
–– lo se, y lo siento, ya lo dije. Si quieres puedo ir a alquilar una película ¿Cuál te gustaría ver?
–– Ninguna, yo quiero ir al parque.
–– Está bien… -bufé.- te llevaré al parque. –me rendí. El desayuno transcurrió silencioso, ninguna de las tres omitía palabra alguna. Pegué un salto al sentir el teléfono sonar, Marie corrió hasta él y atendió emocionada.
–– ¿Hola?... oh ¡Hola Anna!... – ¡genial! Era una amiga de mi hermana, con suerte vendría aquí y no tendría que salir al parque con ella.- Mamá ¿puedo ir a la casa de Anna? Di que sí, di que sí. –le pidió.
–– sí.
–– sí, Anna. Voy a ir a tu casa… Esta bien… adiós. –Colgó.- Maia, se que tenías muchas ganas de llevarme al parque, pero lo lamento ¡me iré con Anna! –gritó. Reí y llevé la taza de café a mis labios para tomar el último sorbo.
–– Ahora que no está Marie… ¿podrías decirme donde demonios está papá? –le murmuré rudamente mientras me desplomaba en el sillón.
–– se fue. –susurró sentándose a mi lado.
–– ¡No me digas! ¿Enserio? –Dije sarcásticamente.- ¿A dónde se fue? –pregunté.
–– no lo sé, solo se fue. –contestó manteniendo el mismo tono en su voz.
–– ¿no sabes donde? –Negó con la cabeza.-. genial. –murmuré irónicamente. – Escuché su pelea anoche, mamá, no mientas. Lo se todo, se van a divorciar. –Dije a punto del llanto.- solo dímelo y ya.
–– Ya lo sabes… -habló encogiéndose de hombros.- nos divorciaremos. Su padre se fue luego de saludarlas. – al terminar la frase se paró y se dirigió a su cuarto encerrándose en él.
No sabía dónde se encontraba mi padre, pero sí tenía opciones por dónde seguramente había pasado. Revisé todos los papeles que se encontraban alrededor del teléfono, y allí encontré el número que necesitaba. Tomé el teléfono y marqué el número que aparecía en aquel papel. Sonó un par de veces hasta que alguien contestó:
–– Cerve… -no lo dejé terminar, pues ya sabía como seguía.
–– ¡Mark! –grité el nombre de mi amigo, el cual trabajaba en la cervecería que siempre visitaba mi padre.
–– ¡______! –exclamó emocionado.
–– Solo dime algo… -escuché un “Ajam” de su parte por lo que proseguí:- ¿Anoche mi padre pasó por allí? – le pregunté con un nudo en la garganta lo que provocaba que mi voz sonara rara.
–– Sí, anoche estuvo aquí. –Suspiré intentando tranquilizarme.- Por lo que me dijeron, se lo veía muy mal. –comentó preocupado.
–– ¿Sigue allí? –consulté con un dejo de esperanza.
–– No. Se fue anoche, como a las cuatro de la mañana.
–– ¿¡Nadie lo acompañó!? –grité exaltada.
–– No lo se, acabo de llegar. – Explicó.- ¿pasó algo?
–– Mis padres discutieron y… - Callé, no quería contárselo. Esperó unos segundo para ver si concluía mi frase, pero claro, no lo hice, por lo que prosiguió.
–– No se como ayudarte amiga. Pero si te ayuda en algo, tu padre dejó algo aquí anoche, tal vez lo quieras. –colgué inmediatamente, no lo pensé dos veces. Tomé mi paraguas y mis llaves para luego salir de la casa, y correr hasta la parada de taxis; logré subirme a uno antes de que pasaran cinco minutos, le di la dirección y condujo hacia el bar, al que siempre iba mi padre, pues el dueño y él eran amigos desde pequeños.
Entré y levante la cabeza, buscando a mi amigo, y allí estaba como siempre, junto a la barra. Corrí hacia él.
–– Mark… ¿qué fue lo que dejó mi padre? –pregunté con impaciencia.
––Sarah, en tu vida, pasarán cosas que no podrás evitar, pero eso no es motivo para cerrarse al mundo; hay un motivo para las cosas buenas y uno para las malas- dijo mi abuelo, dándome el único regalo que podía darme, algo que le llevó la vida comprender. En ese momento entendí la importancia de sus palabras, pero solo ahora, entiendo su significado…”
–– ¿Acaso no te das cuenta? –gritó mi madre, haciendo que mi lectura se interrumpiera.
–– ¿De qué quieres que me de cuenta? –respondió mi padre con otro grito.
–– Que lo único que haces es decirme cuan mala persona soy, y si soy tan mala persona ¿para qué te casaste conmigo?
–– Me pregunto lo mismo.
Era usual, mis padres estaban peleando, lo hacían desde que tenía memoria. Generalmente, mi madre se encerraba en su cuarto a llorar, mientras mi padre ahogaba sus penas en alcohol.
Miré el reloj que reposaba en mi mesa de noche, las once y diez minutos. Continué mi lectura a pesar de los gritos provenientes del piso de abajo, como ya les dije: estaba acostumbrada. Solo una frase hizo que mi mente se desconectara del libro:
–– Genial… entonces vete de aquí.
–– ¿Qué crees que es lo que haré? –respondió mi progenitor. Un incómodo silencio inundó la casa, mientras miles de preguntas venían a mi mente. - , solo déjame ir a despedirme de las niñas. - ¿Mi padre se iría? ¿Se iría realmente, o solo era otra pelea cotidiana entre ellos? Escuché tenues pasos subir las escaleras de la casa; cerré el libro y luego quité mis anteojos de lectura, dejando a ambos sobre el piso. Me acosté en la cama, haciéndome la dormida. Vi la puerta abrirse, y una silueta apareció en ella.
–– Hija, sabes que te amo… -sollozó.- nunca me olvidaré de ti. Tú y tu hermana son lo más importante para mí, pero debo irme. Enserio lo siento mucho y espero que algún día me perdones. Solo te pediré una cosa, prométeme que te cuidarás, a ti y a tu hermana. Te amo _____. –sentenció dándome un beso en mi frente, y yéndose por la misma puerta por la que apareció. Una lágrima recorrió mi mejilla, siendo seguidas por otras miles. De verdad se iría…
La alarma comenzó a sonar dándome a entender que comenzaba un nuevo día en Londres. Me levanté de la cama recordando cada detalle de la noche anterior, y rogándole a Dios porque haya sido simplemente una pesadilla. Mis ojos dolían de tanto llorar, sentía mi cuerpo débil. Abrí las cortinas para así apreciar la leve llovizna tan característica de mi ciudad, todo el mundo se queja de ella, para mí era lo más lindo de aquí.
Me duché rápidamente sacando todo rastro de estrés de mi cuerpo y rostro; al salir envolví mi cuerpo en una toalla y me dirigí a mi armario, donde tomé un pantalón jean negro, junto con una remera blanca con ridículos dibujos en negro, un buzo morado, junto con unas zapatillas del mismo color. Sequé mi pelo y lo peiné como de costumbre, para luego dirigirme al comedor, donde se encontraba Marie, mi hermanita, y mamá.
–– Buenos días. –saludé, besé la mejilla de cada una de ellas y me senté en la mesa, observando cada rincón de ella, esperando ver un plato en el asiento de papá, su taza con café o algo, pero no había nada, solo mi vista estaba fija allí. - ¿y papá? –pregunté, esperando que la respuesta fuese “está durmiendo” o “vuelve en un rato”, pero lo único que obtuve fue un “no lo sé” de parte de mamá. Me senté en mi puesto y me dispuse a tomar el desayuno.
–– ____… -me llamó mi hermanita.- ¿me llevarás hoy al parque? –preguntó tiernamente.
–– Deja a tu hermana en paz, Marie. –le reprochó mi madre.
–– Pero prometió llevarme al parque hoy. –se quejó.
–– Sí, lo se… y lo siento pero hoy saldré con Nicole. –Nicole era mi mejor amiga, la conocí en el jardín de infantes y desde ahí ha sido mi mejor amiga.
–– Lo prometiste…-murmuró entristecida.
–– lo se, y lo siento, ya lo dije. Si quieres puedo ir a alquilar una película ¿Cuál te gustaría ver?
–– Ninguna, yo quiero ir al parque.
–– Está bien… -bufé.- te llevaré al parque. –me rendí. El desayuno transcurrió silencioso, ninguna de las tres omitía palabra alguna. Pegué un salto al sentir el teléfono sonar, Marie corrió hasta él y atendió emocionada.
–– ¿Hola?... oh ¡Hola Anna!... – ¡genial! Era una amiga de mi hermana, con suerte vendría aquí y no tendría que salir al parque con ella.- Mamá ¿puedo ir a la casa de Anna? Di que sí, di que sí. –le pidió.
–– sí.
–– sí, Anna. Voy a ir a tu casa… Esta bien… adiós. –Colgó.- Maia, se que tenías muchas ganas de llevarme al parque, pero lo lamento ¡me iré con Anna! –gritó. Reí y llevé la taza de café a mis labios para tomar el último sorbo.
–– Ahora que no está Marie… ¿podrías decirme donde demonios está papá? –le murmuré rudamente mientras me desplomaba en el sillón.
–– se fue. –susurró sentándose a mi lado.
–– ¡No me digas! ¿Enserio? –Dije sarcásticamente.- ¿A dónde se fue? –pregunté.
–– no lo sé, solo se fue. –contestó manteniendo el mismo tono en su voz.
–– ¿no sabes donde? –Negó con la cabeza.-. genial. –murmuré irónicamente. – Escuché su pelea anoche, mamá, no mientas. Lo se todo, se van a divorciar. –Dije a punto del llanto.- solo dímelo y ya.
–– Ya lo sabes… -habló encogiéndose de hombros.- nos divorciaremos. Su padre se fue luego de saludarlas. – al terminar la frase se paró y se dirigió a su cuarto encerrándose en él.
No sabía dónde se encontraba mi padre, pero sí tenía opciones por dónde seguramente había pasado. Revisé todos los papeles que se encontraban alrededor del teléfono, y allí encontré el número que necesitaba. Tomé el teléfono y marqué el número que aparecía en aquel papel. Sonó un par de veces hasta que alguien contestó:
–– Cerve… -no lo dejé terminar, pues ya sabía como seguía.
–– ¡Mark! –grité el nombre de mi amigo, el cual trabajaba en la cervecería que siempre visitaba mi padre.
–– ¡______! –exclamó emocionado.
–– Solo dime algo… -escuché un “Ajam” de su parte por lo que proseguí:- ¿Anoche mi padre pasó por allí? – le pregunté con un nudo en la garganta lo que provocaba que mi voz sonara rara.
–– Sí, anoche estuvo aquí. –Suspiré intentando tranquilizarme.- Por lo que me dijeron, se lo veía muy mal. –comentó preocupado.
–– ¿Sigue allí? –consulté con un dejo de esperanza.
–– No. Se fue anoche, como a las cuatro de la mañana.
–– ¿¡Nadie lo acompañó!? –grité exaltada.
–– No lo se, acabo de llegar. – Explicó.- ¿pasó algo?
–– Mis padres discutieron y… - Callé, no quería contárselo. Esperó unos segundo para ver si concluía mi frase, pero claro, no lo hice, por lo que prosiguió.
–– No se como ayudarte amiga. Pero si te ayuda en algo, tu padre dejó algo aquí anoche, tal vez lo quieras. –colgué inmediatamente, no lo pensé dos veces. Tomé mi paraguas y mis llaves para luego salir de la casa, y correr hasta la parada de taxis; logré subirme a uno antes de que pasaran cinco minutos, le di la dirección y condujo hacia el bar, al que siempre iba mi padre, pues el dueño y él eran amigos desde pequeños.
Entré y levante la cabeza, buscando a mi amigo, y allí estaba como siempre, junto a la barra. Corrí hacia él.
–– Mark… ¿qué fue lo que dejó mi padre? –pregunté con impaciencia.
GiaanniJonas
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Capitulo dos.
–– solo esto. –murmuró entregándome el anillo de bodas de mis padres. – supuse que querrías tenerlo. – mis ojos se inundaron de lágrimas que luego comenzaron a rodar por mis mejillas. Tomé al objeto con mi diestra para luego guardarlo en el bolsillo trasero de mi pantalón. – Me informé que tu padre estaba muy violento anoche, por ello nadie lo acompañó, se fue solo.
–– no está su auto en casa, tampoco él. –le expliqué en un susurró mientras mi voz se ahogaba en llanto. Mark no dijo nada, solo se encogió de hombros. Salí del bar, sin siquiera saludarlo, la verdad me importaba más volver a ver a mi padre con vida que si quedaba bien o no.
Corrí hasta la comisaría más cercana. Entré, empujando una pesada puerta, todos los hombres del lugar me miraban como si fuese algo comestible, mientras me gritaban asquerosas cosas. Me acerqué al oficial que se encontraba tras un mostrador peleando con un muchacho de rizos. Me apoyé de espaldas al mueble y esperé a que la discusión terminara mientras observaba la sortija de casamiento que me había dado Mark.
–– disculpe señorita, ¿qué necesita? – preguntó alguien atrás de mí, volteé e identifiqué la voz, era el oficial.
–– Sí, necesito que me ayuden a buscar a mi padre, Dean Johnson, desapareció anoche. –hablé y guardé la joya en mi pantalón.
–– No le aceptamos denuncias a menores de edad, lo lamento.
–– ¿Perdón? Esto no es una denuncia, mi padre desapareció, necesitó encontrarlo. –murmuré con la voz ahogada en llanto.
–– No podemos hacer nada si usted es menor de edad. – dijo tranquilo.
–– ¿Qué clase de oficial es usted? –exclamé. – le acabo de decir que mi padre desapareció, ¿Acaso cree que es un chiste?
–– No, se que no lo es, pero su padre es mayor, puede hacer lo que quiera.
–– Está ebrio y tiene un auto, es todo un peligro para la sociedad y ¿usted me dice que no acepta esta denuncia de parte de un menor? Y después se quejan de que la gente maneja ebria, cuando viene alguien y les informa esto y ustedes no hacen nada ¿Por qué se lo dijo una menor de edad? – Al decir todo esto el muchacho de hermosa cabellera rió. Hasta el momento ni siquiera me había percatado de que seguía allí.- ¿¡qué es lo gracioso?! - exclamé irritada mientras lo miraba.
–– Nada, es solo que comparto tu opinión.
–– espera… ¿dijo que su padre estaba ebrio? –preguntó el policía.
–– ¡Sí! ¿Acaso es sordo también? –grité alterada.
–– no, lo lamento, tranquilícese por favor. –pidió.
–– ¿Cómo quiere que me tranquilice? Vengo aquí a buscar ayuda porque mi padre despareció y lo único que me dice es que no se aceptan denuncias de un menor. ¿Y usted me pide que me tranquilice? – sin darme cuenta estaba gritando como una loca, llamando la atención de todas las personas que se encontraban allí.
–– Baje el tono por favor. Anoche encontramos a un hombre manejando ebrio, no tenía los documentos por lo tanto no sabemos el nombre, solo tenemos al auto y a él. –explicó, haciendo que tenga un poco de esperanza.
–– ¿puedo verlo?
–– ¿A qué? –cuestionó el oficial. Hipócrita…
–– Al señor. –bufé.
–– no, no se puede. – volteé largando un gemido de desesperación.
–– Gracias por su ayuda. –murmuré irónicamente mientras me dirigía a la salida. Me senté en un banco de allí afuera, saqué nuevamente el anillo y seguí viéndolo. Levante mi vista, y me asusté al encontrarme con el mismo muchacho que estaba discutiendo con el policía a mi lado, con la vista perdida en la nada.
–– No pareciera que fueran policías, ¿verdad? –habló dirigiendo su mirada a mí, mientras se sentaba a mi lado.
–– no. –murmuré mientras negaba con la cabeza. Hasta recién no me había dado cuenta lo hermoso que era; ojos cafés, piel blanca adornada por perfectos lunares, y sus labios tenían un color rosado hermoso, de seguro eran el delirar de muchas chicas.
–– es muy peligroso que vengas a este lugar sola, y más siendo tan linda. –dijo posando su vista en sus pies, pude notar como sus mejillas se tornaron de un color rojo carmesí.
–– bueno, supongo que… gracias.
–– los tipos de aquí adentro podrían hacerte cualquier cosa, espero que entiendas de lo que hablo. –Reí tímidamente.- te veían como si fueses comestible. –comentó y sonrió, posando nuevamente sus ojos sobre los míos.
–– Sí, un poco.
–– ¿poco? Se nota que sabes poco sobre chicos. –reímos a la par. Posó su vista en mis manos y pude notar sorpresa en sus facciones.- ¿y esa sortija? ¿Te casarás?
–– oh, no, claro que no. Es de mi padre, la dejó en un bar antes de desaparecer, ya sabes, problemas familiares. –le conté.
–– claro, entiendo. –asintió con la cabeza, haciendo que todos sus rulos se movieran.
–– ¿cómo te llamas? –pregunté. De seguro su nombre era encantador, al igual que él.
–– Nicholas, pero todos me dicen Nick. –contestó sonriendo. Yo les dije…- ¿y tú?
–– _____, pero me dicen ____. –reí.
–– que lindo nombre. –sonreí agradecida.
–– el tuyo no se queda atrás. –rió.
–– Sí, puede ser, mi madre siempre tuvo lindos gustos en todo eso de los nombres. –reímos.
–– Una pregunta ¿Qué hacías en la comisaría? –cuestioné cambiando de tema. Su cara pasó de una sonrisa a un aspecto muy rudo.
–– Vine a denunciar a un asesino. – un escalofrío me recorrió la columna. Pude notar tristeza en sus ojos, por lo que no contesté.- pero por supuesto, tampoco me hicieron caso.-reímos.
–– ¿Eres mayor de edad? –pregunté.
–– Cumplí los dieciocho hace unas semanas.
–– genial. Yo tengo dieciséis. –Me miró sorprendido.-. Lo sé, parezco mayor, me lo dicen todo el tiempo. –revolé los ojos mientras una sonrisa se escapaba de mis labios.
–– Si quieres puedo ayudarte… con lo de tu padre. –ofreció.
–– ¿Harías eso por mí? –pregunté con sorpresa.
–– es lo que me gustaría que hagan por mí. –no contesté. Se paró rápidamente sin darme tiempo a reaccionar. – ven. –dijo tendiéndome su mano. Guardé el anillo y tome se mano, en el acto una corriendo me recorrió de pies a cabeza, solté su mano con nerviosismo para meterlas dentro de los bolsillos de mi chaqueta.
–– ¿Ustedes otra vez? –preguntó el comisario cuando volvimos a aparecer por aquella puerta, al parecer estaba harto de nosotros.
–– Sí, usted dijo que esta señorita necesitaba ser mayor de edad para hacer la denuncia, y yo soy mayor de edad ¿puedo ir a ver al hombre?
–– Síganme. –ordenó el policía de mala gana abriendo una puerta que había a un costado del salón, que según un cartel se dirigía a la cárcel. Nicholas me ofreció su mano, la cual la tomé sin rodeos. Todos los hombres que estaban allí me miraban, me tiraban besos y decían cosas extremadamente asquerosas sobre mí; y yo simplemente me apegaba más a Nick. Llegamos a una celda, el la cual había un hombre durmiendo y otro… el otro no estaba haciendo nada.
–– El que duerme es el hombre que encontramos anoche. –explicó.
–– ¿Es tu padre? –preguntó mi acompañante.
Espero que les guste :)
–– solo esto. –murmuró entregándome el anillo de bodas de mis padres. – supuse que querrías tenerlo. – mis ojos se inundaron de lágrimas que luego comenzaron a rodar por mis mejillas. Tomé al objeto con mi diestra para luego guardarlo en el bolsillo trasero de mi pantalón. – Me informé que tu padre estaba muy violento anoche, por ello nadie lo acompañó, se fue solo.
–– no está su auto en casa, tampoco él. –le expliqué en un susurró mientras mi voz se ahogaba en llanto. Mark no dijo nada, solo se encogió de hombros. Salí del bar, sin siquiera saludarlo, la verdad me importaba más volver a ver a mi padre con vida que si quedaba bien o no.
Corrí hasta la comisaría más cercana. Entré, empujando una pesada puerta, todos los hombres del lugar me miraban como si fuese algo comestible, mientras me gritaban asquerosas cosas. Me acerqué al oficial que se encontraba tras un mostrador peleando con un muchacho de rizos. Me apoyé de espaldas al mueble y esperé a que la discusión terminara mientras observaba la sortija de casamiento que me había dado Mark.
–– disculpe señorita, ¿qué necesita? – preguntó alguien atrás de mí, volteé e identifiqué la voz, era el oficial.
–– Sí, necesito que me ayuden a buscar a mi padre, Dean Johnson, desapareció anoche. –hablé y guardé la joya en mi pantalón.
–– No le aceptamos denuncias a menores de edad, lo lamento.
–– ¿Perdón? Esto no es una denuncia, mi padre desapareció, necesitó encontrarlo. –murmuré con la voz ahogada en llanto.
–– No podemos hacer nada si usted es menor de edad. – dijo tranquilo.
–– ¿Qué clase de oficial es usted? –exclamé. – le acabo de decir que mi padre desapareció, ¿Acaso cree que es un chiste?
–– No, se que no lo es, pero su padre es mayor, puede hacer lo que quiera.
–– Está ebrio y tiene un auto, es todo un peligro para la sociedad y ¿usted me dice que no acepta esta denuncia de parte de un menor? Y después se quejan de que la gente maneja ebria, cuando viene alguien y les informa esto y ustedes no hacen nada ¿Por qué se lo dijo una menor de edad? – Al decir todo esto el muchacho de hermosa cabellera rió. Hasta el momento ni siquiera me había percatado de que seguía allí.- ¿¡qué es lo gracioso?! - exclamé irritada mientras lo miraba.
–– Nada, es solo que comparto tu opinión.
–– espera… ¿dijo que su padre estaba ebrio? –preguntó el policía.
–– ¡Sí! ¿Acaso es sordo también? –grité alterada.
–– no, lo lamento, tranquilícese por favor. –pidió.
–– ¿Cómo quiere que me tranquilice? Vengo aquí a buscar ayuda porque mi padre despareció y lo único que me dice es que no se aceptan denuncias de un menor. ¿Y usted me pide que me tranquilice? – sin darme cuenta estaba gritando como una loca, llamando la atención de todas las personas que se encontraban allí.
–– Baje el tono por favor. Anoche encontramos a un hombre manejando ebrio, no tenía los documentos por lo tanto no sabemos el nombre, solo tenemos al auto y a él. –explicó, haciendo que tenga un poco de esperanza.
–– ¿puedo verlo?
–– ¿A qué? –cuestionó el oficial. Hipócrita…
–– Al señor. –bufé.
–– no, no se puede. – volteé largando un gemido de desesperación.
–– Gracias por su ayuda. –murmuré irónicamente mientras me dirigía a la salida. Me senté en un banco de allí afuera, saqué nuevamente el anillo y seguí viéndolo. Levante mi vista, y me asusté al encontrarme con el mismo muchacho que estaba discutiendo con el policía a mi lado, con la vista perdida en la nada.
–– No pareciera que fueran policías, ¿verdad? –habló dirigiendo su mirada a mí, mientras se sentaba a mi lado.
–– no. –murmuré mientras negaba con la cabeza. Hasta recién no me había dado cuenta lo hermoso que era; ojos cafés, piel blanca adornada por perfectos lunares, y sus labios tenían un color rosado hermoso, de seguro eran el delirar de muchas chicas.
–– es muy peligroso que vengas a este lugar sola, y más siendo tan linda. –dijo posando su vista en sus pies, pude notar como sus mejillas se tornaron de un color rojo carmesí.
–– bueno, supongo que… gracias.
–– los tipos de aquí adentro podrían hacerte cualquier cosa, espero que entiendas de lo que hablo. –Reí tímidamente.- te veían como si fueses comestible. –comentó y sonrió, posando nuevamente sus ojos sobre los míos.
–– Sí, un poco.
–– ¿poco? Se nota que sabes poco sobre chicos. –reímos a la par. Posó su vista en mis manos y pude notar sorpresa en sus facciones.- ¿y esa sortija? ¿Te casarás?
–– oh, no, claro que no. Es de mi padre, la dejó en un bar antes de desaparecer, ya sabes, problemas familiares. –le conté.
–– claro, entiendo. –asintió con la cabeza, haciendo que todos sus rulos se movieran.
–– ¿cómo te llamas? –pregunté. De seguro su nombre era encantador, al igual que él.
–– Nicholas, pero todos me dicen Nick. –contestó sonriendo. Yo les dije…- ¿y tú?
–– _____, pero me dicen ____. –reí.
–– que lindo nombre. –sonreí agradecida.
–– el tuyo no se queda atrás. –rió.
–– Sí, puede ser, mi madre siempre tuvo lindos gustos en todo eso de los nombres. –reímos.
–– Una pregunta ¿Qué hacías en la comisaría? –cuestioné cambiando de tema. Su cara pasó de una sonrisa a un aspecto muy rudo.
–– Vine a denunciar a un asesino. – un escalofrío me recorrió la columna. Pude notar tristeza en sus ojos, por lo que no contesté.- pero por supuesto, tampoco me hicieron caso.-reímos.
–– ¿Eres mayor de edad? –pregunté.
–– Cumplí los dieciocho hace unas semanas.
–– genial. Yo tengo dieciséis. –Me miró sorprendido.-. Lo sé, parezco mayor, me lo dicen todo el tiempo. –revolé los ojos mientras una sonrisa se escapaba de mis labios.
–– Si quieres puedo ayudarte… con lo de tu padre. –ofreció.
–– ¿Harías eso por mí? –pregunté con sorpresa.
–– es lo que me gustaría que hagan por mí. –no contesté. Se paró rápidamente sin darme tiempo a reaccionar. – ven. –dijo tendiéndome su mano. Guardé el anillo y tome se mano, en el acto una corriendo me recorrió de pies a cabeza, solté su mano con nerviosismo para meterlas dentro de los bolsillos de mi chaqueta.
–– ¿Ustedes otra vez? –preguntó el comisario cuando volvimos a aparecer por aquella puerta, al parecer estaba harto de nosotros.
–– Sí, usted dijo que esta señorita necesitaba ser mayor de edad para hacer la denuncia, y yo soy mayor de edad ¿puedo ir a ver al hombre?
–– Síganme. –ordenó el policía de mala gana abriendo una puerta que había a un costado del salón, que según un cartel se dirigía a la cárcel. Nicholas me ofreció su mano, la cual la tomé sin rodeos. Todos los hombres que estaban allí me miraban, me tiraban besos y decían cosas extremadamente asquerosas sobre mí; y yo simplemente me apegaba más a Nick. Llegamos a una celda, el la cual había un hombre durmiendo y otro… el otro no estaba haciendo nada.
–– El que duerme es el hombre que encontramos anoche. –explicó.
–– ¿Es tu padre? –preguntó mi acompañante.
Espero que les guste :)
GiaanniJonas
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Capitulo tres.
–– no. –contesté decepcionada. Salimos de allí y me senté en el mismo banco donde había estado sentada minutos atrás. Abracé mis rodillas y escondí mi cara entre éstas. Mis ojos comenzaron a derramar lágrimas. Sentí como Nicholas se sentaba a mi lado y comenzaba a palmear mi espalda.
–– no llores, ya lo encontrarás. –intentó calmarme, a lo que yo negué con la cabeza.
–– no, no lo haré.
–– Claro que sí, vamos, ten fe. –me alentó en un susurro. Levanté mi vista para poder verlo a los ojos, hablaba seriamente, clavé mi vista en sus ojos cafés, para luego bajarla hasta sus rojizos labios… ¿en qué estaba pensando? Despegué mi vista de él para bajarlo a mis manos que jugaban con nerviosismo una con otra. Miré mi reloj y me sorprendí al ver la hora que era.
–– Nick, debo ir a buscar a mi hermanita. –le expliqué mientras me paraba de un salto.
–– ¿quieres que te acerque?
–– no, no te preocupes, puedo ir a pie.
–– enserio, te llevo. –insistió.
–– si tu quieres… -accedí mientras que me encogía de hombros.
–– Sígueme, el auto está dando la vuelta.
Le seguí hasta allí, el camino fue entre charlas y risas, de verdad él era una persona encantadora. Descubrí que teníamos los mismo gustos en la música, solo que él tocaba la guitarra, piano y batería, y yo no.
–– Gracias por todo Nicholas. –le agradecí cuando ya habíamos llegado.
–– Nick, Nick para ti. –Me corrigió.- Y no digas gracias, porque no hice nada, solo te ayudé. –dijo, subí el cordón de la vereda y volteé para verlo directo a los ojos.
–– pues muy pocas personas lo hacen...-murmuré, mientras me pedía en su vista.
–– Entonces te encontraste con la persona indicada…-susurró.
–– en el momento indicado. –Completé su frase.- Muchas gracias por todo, Nick. –Lo abracé.- no se que hubiese hecho sin ti. –besé su mejilla y me separé de él y le sonreí, pude notar como el nerviosismo se apoderaba de él, haciendo que sus mejillas enrojecieran al igual que las mías.- A-adiós.- Corrí hasta la casa donde se encontraba mi hermana y toqué el timbre, esperando que me atendieran.
Las semanas pasaban y mi padre seguía desaparecido, no habíamos recibido ni una llamada de él. No me quería ni imaginar lo que le pudo haber pasado. A nadie le había contado lo de mi padres, ni siquiera a Nicole, mi mejor amiga; solo Nicholas lo sabía, al cual tampoco había visto desde aquel día y a decir verdad lo extrañaba, tal vez estaba intentado dispersar los sentimientos que sentía por mi padre hacia otras personas…
––_____ ¿ya te bañaste? –gritó mi madre desde el primer piso.
–– No. –respondí.
–– Pues báñate. –Ordenó.- hoy vendrá un amigo a cenar.
–– Hoy saldré con Nicole.-Avisé, cerrando mi libro; me dirigí a la puerta de mi habitación para luego abrirla y encontrarme con mi madre del otro lado.
–– Tendrás que suspenderlo, él las quiere conocer. –contestó y luego desapareció de mi vista. Bufé y cerré la puerta bruscamente. Saqué mis lentes y los apoyé en mi escritorio, luego me dirigí a escoger mi ropa. Cuando ya estuve bañada y cambiada, salí de la casa, caminé hasta el teléfono público más cercano donde coloque un par de monedas y luego marqué el número de mi amiga.
–– Hola. ¿Quién habla? –habló su hermano del otro lado del tubo.
–– Soy ____, ¿está Nicole?
–– Sí, claro, ya te paso. –Gritó el nombre de mi mejor amiga seguido con un “_____ al teléfono”
–– Hola ___. ¿Qué cuentas?
–– Hola, ¿nos juntaremos hoy? –pregunté sin pretextos.
–– Seguro, ¿En el árbol de la plaza…?
–– En quince minutos...
–– Está bien, nos vemos –Finalizó la llamada y colgué
Me dirigí a la plaza, y subí las escaleras de aquel árbol tan conocido por nosotras hasta llegar a la casita que habíamos descubierto allí cuando teníamos seis años. Me senté junto a la pequeña ventana que había allí, había comenzado a llover, eso era muy común en esta parte del mundo, cuando era niña cada vez que llovía con mi padre y Marie salíamos al centro comercial, al cine o al supermercado con mamá. Esos lindos pero a la vez tristes recuerdos inundaron mi mente haciendo que por mis mejillas comenzaran a correr lágrimas. Saqué el anillo de mi pantalón, desde ese día siempre lo llevaba conmigo.
–– ¿Por qué lloras? –preguntó una voz a mis espaldas, lo que hizo que me sobresaltara. Miré a mi costado y ahí estaba ella, mi mejor y única amiga. Su vista se dirigió hacia mis manos las cuales jugaban nerviosamente con aquella sortija.- ¿Un anillo de casamiento? –Preguntó extrañada.- ¿Qué haces tú con eso? –susurró mientras tomaba asiento enfrente de mí.
–– Mi papá se fue de casa, -le expliqué entre llanto.- hace dos semanas, todavía no ha vuelto. Cuando se fue dejó esto en el bar del padre de Mark. –le expliqué mientras gruesas gotas rodaban por mis mejillas sin parar. Sus brazos me rodearon y me estrechó hacia ella fuertemente, haciendo que mi llanto aumentara.
–– ____, ya volverá, no te preocupes. –intentaba calmarme mientras acariciaba mi espalda.
–– no, no volverá. Es triste pero es la realidad. Mi papá nunca va a volver. Se divorciarán, ya nada será como antes ¿lo entiendes? –susurré dolida.
–– ¿Por qué no me lo dijiste? –habló tiernamente.
–– No quiero ser la única con padres divorciado, ya sabes… aquí todas las familias son perfectas.
–– No es así. –La miré con obviedad, mientras secaba las últimas lagrimas con mi mano.- Tengo razón. –Se defendió.- mira, por ejemplo: Los Newton, la madre es viuda y su único hijo está en prisión. Los Williams, cuando su madre murió su padre los dejó en un orfanato ya que no se haría cargo de ellos. Los Jonas, hace una semana murió trágicamente toda la familia menos un hijo… -la interrumpí.
–– Lo se. Solo que… no lo sé, toda la gente en esta ciudad muestra felicidad, con una familia unida, salvo algunas que son una excepción. –resoplé.-. Tal vez tenga miedo a lo que los demás piensen de mí. –me encogí de hombros.
–– No tienes que tener miedo, tu madre ama a tu padre y… -la interrumpí.
–– Invitó a un señor a cenar esta noche; según ella “nos quiere conocer”.
–– oh. –Calló.- no estés mal. –acarició mi mejilla.
–– No me pidas eso, Nicole… tu sabes más que nadie lo que amo a mi padre, y la angustia que siento ahora al no saber si está con vida. –susurré rompiendo en llanto.
–– ¿Recuerdas del pacto que hicimos cuando teníamos… seis años? –asentí, recordando cada frase de ese día.- Siempre que nos necesitemos, estaremos una a la otra, no importe lo que pase, ____, seremos amigas por siempre y para siempre. –Sonreí y la abracé fuertemente.
–– Vamos ____, apúrate la tormenta está comenzando cada vez más fuerte. –Comentó mi amiga camino a casa; era verdad, llovía como nunca, y no era fácil manejar una bicicleta con el clima en ese estado.
–– No puedo, Nicole, no veo nada. –De un momento a otro mi bicicleta resbaló sobre el asfalto, dejándome tirada en la mitad de la calle. Esta aturdida, eran muchas las cosas que vagaban por mi mente, me paré lentamente sacudí mis manos y sentí como un claxon sonaba con furia mientras unas luces de un auto cegaban mi vista. Escuché como mi amiga gritaba mi nombre desesperada, pidiendo que me corra de la carretera, pero no atiné a nada, ni a gritar, ni a moverme, a nada, me quedé estupefacta mirando como aquella luz cegadora se acercaba cada vez más a alta velocidad y su bocina sonaba cada vez más fuerte. Sentí unas grandes manos jalándome hacia un costado, haciendo que callera fuertemente al piso, el auto pasó a un costado rápidamente, sin tocarme ni un pelo.
–– ¿Acaso estás loca? –Preguntó el propietario de esas manos que acababan de salvarme la vida.- ¿Querías morir? –aquella voz yo la conocía. Pestañé repetidas veces para luego poder ver con claridad.
–– ¿Nicholas? –pregunté desconcertada.
Hope you like it
GiaanniJonas
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Capitulo cuatro.
–– ¿____? –preguntó. Asentí. Lo miré a lo ojos y lo abracé para comenzar a sollozar.- tranquila ya está todo bien. –murmuró.
–– ¡____! ¿¡Quieres matarme de un susto!?¿Estás bien? –gritó Nicole cuando me vio, me separé de Nick y la abracé.-. Idiota, me asustaste. –Me estrujó, reí y besé su mejilla.- ¿Cómo vas a hacer una locura así? ¿Cómo no te corriste? –me pregunto mientras me tendía una mano para poder ponerme en pie.
–– Solo estaba aturdida, no reaccioné. –murmuré. Me voltee hacia Nicholas.- Gracias Nick, siempre estás para salvarme. –sonreí tímidamente.
–– Es lo que me hubiese gustado que hicieran por mí, ya te lo dije. –Besó mi mejilla y la de mi amiga, y sin darme tiempo a reaccionar se fue.
–– ¿Lo conoces? –preguntó Nicole, mientras se montaba en la bicicleta y emprendíamos camino a nuestras casas. Asentí mientras miraba como su silueta se hacía cada vez más lejana.- ¿Y se puede saber de dónde?
–– El me ayudó cuando fui a la comisaría –abrió sus ojos a más no poder.- a hacer la denuncia sobre mi padre… -expliqué, todas sus facciones se relajaron, y de su boca salió un leve suspiro de tranquilidad.
–– Es un lindo muchacho… harían una excelente pareja ustedes dos. –comentó mi amiga, aprovechándose de la situación. Le pegué levemente en el brazo mientras mis mejillas se volvían de un leve rojo carmesí.- Ouch… solo digo la verdad. ¿Notaste como te mirara?
–– ¿Cómo a una persona…? –pregunté obvia.
–– Como algo más que a una persona… yo diría que prácticamente te comía con la mirada… -la miré asesinamente.
–– Nicole, por favor, solo tengo dieciséis, el tiene dieciocho, muy grande para mí.
––Dios Mai, haz salido con chicos hasta tres años mayores que tú.
–– No, esa eras tú. –Rascó su nuca pensativa.
–– Tienes razón… pero si haz salido con chicos mayores a tu edad. –Asentí con la cabeza.
–– sí. Pero lo mío con Nicholas no tiene nada que ver con eso.
Frené la bicicleta frente al porche de mi casa.
–– Digas lo que digas sé que terminarán juntos. –guiñó un ojo. Suspiré mientras ponía los ojos en blanco. A veces mi amiga decía tantas idioteces…
Me despedí de ella y luego se dirigió a su hogar. Busqué en mis bolsillos la llave de la casa, pero no estaba allí, así que me agaché, levante la pequeña alfombra que yacía frente a la puerta con una inscripción de “Bienvenido” en el centro y tomé la llave que se encontraba ahí por precaución (Digamos que mamá se había hartado de siempre tener que abrirme la puerta a altas horas de la noche porque me olvidaba la llave, por lo cual utilizó este cómodo método.) Abrí aquel pedazo de madera lentamente, y al hacerlo pude ver, gracias a la iluminación que daba la luna, como mi madre se besaba desaforadamente con un hombre, el cual no era mi padre. Sentí como mis ojos se empeñaban seguido de un terrible nudo en la garganta. Serré la puerta y salí de mi casa; pedaleé hasta el cementerio, pues allí se encontraba mi abuelo, al que siempre le contaba mis penas y me ayudaba a seguir adelante. Me senté frente a su lápida y escondí mi cara entre mis piernas para empezar a llorar desconsoladamente hasta caer en los brazos de Morfeo.
Comencé a subir las escaleras delicadamente para poder llegar a mi habitación sin hacer ruido, eran cerca de las siete de la mañana por lo que todos deberían estar durmiendo, y no quería que nadie se enterase a qué hora había llegado ni nada por el estilo. Escuché como alguien jalaba la cadena del baño y todos mis pelos se pusieron de punta. Un hombre salió de allí, el mismo que se había estado besando con mi madre la noche anterior, algo en él llamó mi atención, tenía puesto un pijama de mi padre. No podía creer que mi madre se lo hubiera dado. Al parecer la única que se acordaba aún de su existencia era yo.
–– Hola. –Saludó él con una falsa sonrisa en su cara.- tu debes ser ____. –Asentí.- Yo soy Federick, pero puedes llamarme Fred.
–– No me interesa tu nombre, ni como puedo llamarte. –Contesté secamente.-, lo único que quiero saber es por qué llevas puesto un pijama de mi padre, y qué haces aquí a estas horas de la mañana.
–– Bueno… este pijama me lo dio tu madre, y estoy aquí porque me quedé a dormir… por algo tengo un pijama ¿no? – Genial, cree que soy estúpida. ¿Habrá pasado la noche con mi madre?
–– Lo sé. Generalmente lo que se hace con un pijama es dormir. –contesté levantando mi voz.
–– mira niña, a mi no me levantas la voz ¿Está claro? –dijo amenazadoramente.
–– ¿Y quién eres tú para que yo te obedezca? ¿Te crees mi padre? –grité con furia y tristeza, sentía una horrible mezcla de las dos.
–– ¿Qué son esos gritos? –mi madre salió de su habitación, había estado durmiendo, lo podía notar en sus ojos, y otra cosa que pude notar en ellos era que estaba enojada, y no era la única. – _____ hasta que te dignas a venir. –dijo posando sus ojos en mí y se dirigía al lado de Federick. Sonreí sarcásticamente. - ¿Dónde pasaste la noche?
–– no te importa… -murmuré por lo bajo.
–– ¿Qué no me importa? –Preguntó sarcásticamente.- ¿Dónde pasaste la noche? –volvió a repetir.
–– En la casa de Nicole. –mentí.
–– ¿Crees que soy estúpida? Llamé a su casa y me dijeron que no estabas allí, ¿Por qué me mientes? –gritó, estaba furiosa lo podía ver en sus ojos. No contesté solo la miré con los ojos empañados en lágrimas. - ¿Dónde pasaste la noche? –Repitió.- ¡____ contéstame! ¿Dónde pasaste la noche? –Seguí sin contestar, estaba atónita, ella nunca me había gritado de esa forma.- ¿La pasaste con un chico? ¿Por eso no contestas?
–– Sí, la pasé con un chico, y al parecer tu también –grité mientras miraba con desprecio a Federick. - ¿Y sabes una cosa? Por lo menos lo digo, no como tú. –solté en su cara, corrí escaleras arriba para luego entrar a mi habitación y me dispuse a llorar y llorar. Mi madre se había olvidado de mi padre, y él de nosotras…
–– ____, ____, despierta… -susurraba mi pequeña hermana intentando despertarme mientras me zarandeaba con sus pequeños brazos.
–– ¿Qué pasa? –pregunté adormilada.
–– es mamá. –contestó. Me levanté sobresaltada, si algo le llegaba a suceder por mi culpa no me lo perdonaría nunca.
–– ¿Qué le pasa? –cuestioné mientras me sentaba.
–– hace como una hora que no sale de su cuarto…
–– no te preocupes, va a estar todo bien. –Aseguré mientras besaba su mejilla, intenté pararme pero Marie se aferró a mi cintura y comenzó a sollozar.- ¿qué pasa? –susurré delicadamente mientras acariciaba su cabello.
–– No quiero que mamá se vaya como lo hizo papá. –dijo entre lágrimas. Eso me partió el corazón. La abracé con aún más fuerza.
–– Eso no va a pasar, pequeña. Verás que mamá se durmió o algo por el estilo. –Besé nuevamente su pequeña mejilla y me dirigí a la habitación de nuestra progenitora.- Mamá. –le llamé del otro lado de la puerta. – Mamá… ¿estás bien?... Mamá… Marie está preocupada por ti. –Esperé unos segundos, nadie contestaba.- y… y yo también. –confesé. Escuché pasos que se acercaban a la puerta, esta se abrió dejando ver a mi madre tirada en el piso llorando desconsoladamente mientras que hablaba por teléfono. Dirigí mi vista a quien había abierto la puerta y ahí estaba Federick, con una cara de lo nada buena. Algo andaba mal, lo sabía. Él se acercó hacia ella cuando esta hubo colgado aquel tubo, la abrazó y besó su cabeza.
–– ¿Qué pasó? –preguntó él.
–– mu…murió.
–– ¿Qué? –susurré. Mis ojos se comenzaron a inundar de lágrimas que no tardaron de salir de mis ojos. ¿Acaso él había muerto?
–– ¿____? –preguntó. Asentí. Lo miré a lo ojos y lo abracé para comenzar a sollozar.- tranquila ya está todo bien. –murmuró.
–– ¡____! ¿¡Quieres matarme de un susto!?¿Estás bien? –gritó Nicole cuando me vio, me separé de Nick y la abracé.-. Idiota, me asustaste. –Me estrujó, reí y besé su mejilla.- ¿Cómo vas a hacer una locura así? ¿Cómo no te corriste? –me pregunto mientras me tendía una mano para poder ponerme en pie.
–– Solo estaba aturdida, no reaccioné. –murmuré. Me voltee hacia Nicholas.- Gracias Nick, siempre estás para salvarme. –sonreí tímidamente.
–– Es lo que me hubiese gustado que hicieran por mí, ya te lo dije. –Besó mi mejilla y la de mi amiga, y sin darme tiempo a reaccionar se fue.
–– ¿Lo conoces? –preguntó Nicole, mientras se montaba en la bicicleta y emprendíamos camino a nuestras casas. Asentí mientras miraba como su silueta se hacía cada vez más lejana.- ¿Y se puede saber de dónde?
–– El me ayudó cuando fui a la comisaría –abrió sus ojos a más no poder.- a hacer la denuncia sobre mi padre… -expliqué, todas sus facciones se relajaron, y de su boca salió un leve suspiro de tranquilidad.
–– Es un lindo muchacho… harían una excelente pareja ustedes dos. –comentó mi amiga, aprovechándose de la situación. Le pegué levemente en el brazo mientras mis mejillas se volvían de un leve rojo carmesí.- Ouch… solo digo la verdad. ¿Notaste como te mirara?
–– ¿Cómo a una persona…? –pregunté obvia.
–– Como algo más que a una persona… yo diría que prácticamente te comía con la mirada… -la miré asesinamente.
–– Nicole, por favor, solo tengo dieciséis, el tiene dieciocho, muy grande para mí.
––Dios Mai, haz salido con chicos hasta tres años mayores que tú.
–– No, esa eras tú. –Rascó su nuca pensativa.
–– Tienes razón… pero si haz salido con chicos mayores a tu edad. –Asentí con la cabeza.
–– sí. Pero lo mío con Nicholas no tiene nada que ver con eso.
Frené la bicicleta frente al porche de mi casa.
–– Digas lo que digas sé que terminarán juntos. –guiñó un ojo. Suspiré mientras ponía los ojos en blanco. A veces mi amiga decía tantas idioteces…
Me despedí de ella y luego se dirigió a su hogar. Busqué en mis bolsillos la llave de la casa, pero no estaba allí, así que me agaché, levante la pequeña alfombra que yacía frente a la puerta con una inscripción de “Bienvenido” en el centro y tomé la llave que se encontraba ahí por precaución (Digamos que mamá se había hartado de siempre tener que abrirme la puerta a altas horas de la noche porque me olvidaba la llave, por lo cual utilizó este cómodo método.) Abrí aquel pedazo de madera lentamente, y al hacerlo pude ver, gracias a la iluminación que daba la luna, como mi madre se besaba desaforadamente con un hombre, el cual no era mi padre. Sentí como mis ojos se empeñaban seguido de un terrible nudo en la garganta. Serré la puerta y salí de mi casa; pedaleé hasta el cementerio, pues allí se encontraba mi abuelo, al que siempre le contaba mis penas y me ayudaba a seguir adelante. Me senté frente a su lápida y escondí mi cara entre mis piernas para empezar a llorar desconsoladamente hasta caer en los brazos de Morfeo.
Comencé a subir las escaleras delicadamente para poder llegar a mi habitación sin hacer ruido, eran cerca de las siete de la mañana por lo que todos deberían estar durmiendo, y no quería que nadie se enterase a qué hora había llegado ni nada por el estilo. Escuché como alguien jalaba la cadena del baño y todos mis pelos se pusieron de punta. Un hombre salió de allí, el mismo que se había estado besando con mi madre la noche anterior, algo en él llamó mi atención, tenía puesto un pijama de mi padre. No podía creer que mi madre se lo hubiera dado. Al parecer la única que se acordaba aún de su existencia era yo.
–– Hola. –Saludó él con una falsa sonrisa en su cara.- tu debes ser ____. –Asentí.- Yo soy Federick, pero puedes llamarme Fred.
–– No me interesa tu nombre, ni como puedo llamarte. –Contesté secamente.-, lo único que quiero saber es por qué llevas puesto un pijama de mi padre, y qué haces aquí a estas horas de la mañana.
–– Bueno… este pijama me lo dio tu madre, y estoy aquí porque me quedé a dormir… por algo tengo un pijama ¿no? – Genial, cree que soy estúpida. ¿Habrá pasado la noche con mi madre?
–– Lo sé. Generalmente lo que se hace con un pijama es dormir. –contesté levantando mi voz.
–– mira niña, a mi no me levantas la voz ¿Está claro? –dijo amenazadoramente.
–– ¿Y quién eres tú para que yo te obedezca? ¿Te crees mi padre? –grité con furia y tristeza, sentía una horrible mezcla de las dos.
–– ¿Qué son esos gritos? –mi madre salió de su habitación, había estado durmiendo, lo podía notar en sus ojos, y otra cosa que pude notar en ellos era que estaba enojada, y no era la única. – _____ hasta que te dignas a venir. –dijo posando sus ojos en mí y se dirigía al lado de Federick. Sonreí sarcásticamente. - ¿Dónde pasaste la noche?
–– no te importa… -murmuré por lo bajo.
–– ¿Qué no me importa? –Preguntó sarcásticamente.- ¿Dónde pasaste la noche? –volvió a repetir.
–– En la casa de Nicole. –mentí.
–– ¿Crees que soy estúpida? Llamé a su casa y me dijeron que no estabas allí, ¿Por qué me mientes? –gritó, estaba furiosa lo podía ver en sus ojos. No contesté solo la miré con los ojos empañados en lágrimas. - ¿Dónde pasaste la noche? –Repitió.- ¡____ contéstame! ¿Dónde pasaste la noche? –Seguí sin contestar, estaba atónita, ella nunca me había gritado de esa forma.- ¿La pasaste con un chico? ¿Por eso no contestas?
–– Sí, la pasé con un chico, y al parecer tu también –grité mientras miraba con desprecio a Federick. - ¿Y sabes una cosa? Por lo menos lo digo, no como tú. –solté en su cara, corrí escaleras arriba para luego entrar a mi habitación y me dispuse a llorar y llorar. Mi madre se había olvidado de mi padre, y él de nosotras…
–– ____, ____, despierta… -susurraba mi pequeña hermana intentando despertarme mientras me zarandeaba con sus pequeños brazos.
–– ¿Qué pasa? –pregunté adormilada.
–– es mamá. –contestó. Me levanté sobresaltada, si algo le llegaba a suceder por mi culpa no me lo perdonaría nunca.
–– ¿Qué le pasa? –cuestioné mientras me sentaba.
–– hace como una hora que no sale de su cuarto…
–– no te preocupes, va a estar todo bien. –Aseguré mientras besaba su mejilla, intenté pararme pero Marie se aferró a mi cintura y comenzó a sollozar.- ¿qué pasa? –susurré delicadamente mientras acariciaba su cabello.
–– No quiero que mamá se vaya como lo hizo papá. –dijo entre lágrimas. Eso me partió el corazón. La abracé con aún más fuerza.
–– Eso no va a pasar, pequeña. Verás que mamá se durmió o algo por el estilo. –Besé nuevamente su pequeña mejilla y me dirigí a la habitación de nuestra progenitora.- Mamá. –le llamé del otro lado de la puerta. – Mamá… ¿estás bien?... Mamá… Marie está preocupada por ti. –Esperé unos segundos, nadie contestaba.- y… y yo también. –confesé. Escuché pasos que se acercaban a la puerta, esta se abrió dejando ver a mi madre tirada en el piso llorando desconsoladamente mientras que hablaba por teléfono. Dirigí mi vista a quien había abierto la puerta y ahí estaba Federick, con una cara de lo nada buena. Algo andaba mal, lo sabía. Él se acercó hacia ella cuando esta hubo colgado aquel tubo, la abrazó y besó su cabeza.
–– ¿Qué pasó? –preguntó él.
–– mu…murió.
–– ¿Qué? –susurré. Mis ojos se comenzaron a inundar de lágrimas que no tardaron de salir de mis ojos. ¿Acaso él había muerto?
GiaanniJonas
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Oh my gosh.
Aquí una Lectora*!
Tienes que seguirla, porfavor.
Aquí una Lectora*!
Tienes que seguirla, porfavor.
{@idrunkniall.}
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Cada vez que quiero leer me interrumpen, jaja. VAMOS A LEER!
Cande Luque
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
holaaaaa nuevaa lectoraaaaa
la novee esta geniaaal la tenees que seguiiir
ajajaja leei tu nove por le grupo de ideeeas ajajjajaaja ♥♥♥
seguiiiiiiiiiiiiilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
la novee esta geniaaal la tenees que seguiiir
ajajaja leei tu nove por le grupo de ideeeas ajajjajaaja ♥♥♥
seguiiiiiiiiiiiiilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
NickitaaH
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
NOO, TERMINÉ DE LEER. POR DIOOOS, NO LO DEJES AHÍ, PONES YA CAPÍTULO NEEEEEEEEEENA. SEGUILA NOW.
Cande Luque
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Capitulo cinco.
–– _____…- dijo mi madre sorprendida al verme, mientras sus manos tapaban su boca, se acercó a mí, posó una mano en mis hombros y con la otra secaba las lágrimas que rodaban por mi mejilla, sacudí mis brazos y mi cara, para librarme de sus extremidades.
–– ¿Cuándo ibas a decírmelo? –pregunté en un hilo de voz. - ¿Cuándo ibas a decirme que mi padre murió? –susurré con el más profundo dolor. Mi madre lloraba desconsoladamente al igual que yo, y Federick solo miraba la escena.
–– ______ yo… yo me acabo de enterar…
–– ¿Por qué se tuvo que morir? ¿Por qué él? –me abrasé a ella fuertemente e inundé su camiseta con lágrimas. Nunca había imaginado que podría sufrir tanto, pensar que desde bebés nos mienten con el típico cuento de la princesa que vive feliz por siempre, donde todo es un cuento de hadas, pero en la realidad con una simple noticia ese cuento de hadas se va a la mierda, para convertirse en uno de los peores momentos de la vida de una persona.
–– ¿P-papá m-murió? –preguntó una vocecita a mis espaldas. Mi madre se separó de mí y me miró, con aquella mirada entendí todo. Me volteé y tomé la pequeña mano de mi hermana, mientras con la otra secaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas.
–– ¿Quieres ir al parque? –asintió; besé su mejilla. Abrí la puerta de entrada y salimos de allí, de camino al parque no dijimos nada, no sabía como hacer esto pero mientras más tarde iba a ser peor. Llegamos al hermoso parque, forrado por un verde pasto, con miles de juegos en el centro y miles de flores alrededor. Nos sentamos en un banco que había allí, la miré y posé mis manos en su dulce cara, sus ojos que seguían desbordando lágrimas.
–– ¿Papá murió? –volvió a repetir, y otra lágrima rodó su mejilla. Cerré mis ojos con fuerza, mis ganas de llorar eran incontrolables, pero debía ser fuerte.
–– Sí Marie, papá… -no podía terminar la frase, no podía decir eso y menos a ella, era tan pequeña, tan indefensa…
–– ¿murió? –asentí levemente. Marie se arrojó sobre mí, hundiendo su cara en mi pecho mientras lloraba desconsoladamente.- ¿Por qué, ___i, por qué? -preguntaba una y otra vez mis mejillas comenzaron a mojarse lentamente, ¡genial!, estaba llorando.- ¿Por qué tuvo que morir? ¿Por qué tuvo que irse?
–– Marie, mírame. –le ordené, cuando lo hice proseguí con mi frase: - papá pudo irse físicamente, pero él siempre estará aquí –le señalé el costado izquierdo de su pecho con mi dedo índice.- en tu corazón.
–– Pero quiero verlo, quiero sentirlo… -acaricié su pelo, no se quién lloraba más, si ella o yo.
–– yo también pequeña, yo también… -coincidí.
Pasaron unos minutos en los que nos dedicamos a contemplar el hermoso parque, las personas ahí se veían felices, todo parecía de película, todo parecía tan irreal…
–– ¡Mira que lindo perro! –señaló Marie a un hermoso Golden que corría en nuestra dirección, pero lo que más llamó la atención no fue el perro, sino la persona que corría tras él.
–– ¡Elvis ven! ¡Ven aquí ahora! –gritaba desesperado.
Aquel hermoso animal saltó sobre mi hermana y comenzó a lamerle la cara, mientras ésta reía incontrolablemente. Su dueño se paró en frente nuestro, miraba a su perro y a mi hermana sin saber qué hacer, rascó su nuca.
–– Al parecer el destino siempre hace todo lo posible para juntarnos. –comenté. El miró hacia mí y abrió los ojos como platos al verme.
–– Oh, wow, no te había visto. Es verdad, siempre nos encontramos. –sonrió encantadoramente, y se acercó a besar mi mejilla, sentí un escalofrío al sentir su piel sobre la mía. Me quedé perdida en sus ojos, hasta que note la sonrisa picara de mi hermana al vernos, y al parecer el también lo hizo, ya que inmediatamente despegó su mirada de la mía e intento quitar a su perro que se encontraba jugueteando con Marie.
––Vamos Elvis, suéltala. –ordenó.
–– No te preocupes, mi hermana ama los perros, siempre quiso uno. –posó su vista en mí y sonrió.
–– Claro, pero papá nunca nos dejó. –acotó ella. Mis ojos se cristalizaron al escuchar esas palabras, y una lágrima recorrió mi mejilla, la cual sequé inmediatamente. Elvis la dejó en paz para oler algo que había en el piso, y en ese instante Nick le colocó la correa. Marie nos miró nuevamente con una sonrisa pícara.- ¿Y quien es él ____? ¿Tu novio? – Palidecí al escuchar aquello, mientras Nick solo veía el piso sonrojado y reía tímidamente.- ¿Lo es? –insistió.
–– ¿¡Qué?! –ella rió al notar mi nerviosismo. Esto me lo pagaría…- es decir, no, no lo es.
–– Pero te gustaría ¿verdad?
–– ¿Qué estas diciendo? Apenas nos conocemos… -le comenté.
–– ¿Acaso no crees en el amor a primera vista? –me codeó.
–– te odio. –le susurré mientras la ametrallaba con la mirada. Nick carcajeó y mi vista matadora se dirigió a él.
–– Marie, ¿quieres ir a jugar a Elvis? –le preguntó él.
–– ¡Sí! –exclamó emocionada, para luego tomar al perro de su cadena y salir corriendo junto a él.
–– ¿Qué pasa? –cuestionó tiernamente mientras tomaba asiento a mi lado.
–– nada… -mentí.
–– Vamos… sé que algo te pasa. –Me animó.- cuéntame si tu quieres, claro. –Corrigió.- ¿Pudiste encontrar a mi padre? –mis ojos se cristalizaron y lo abracé, me sentí tan protegida entre sus brazos.- Hey ¿Qué pasa? –susurró.
–– yo no aguanto, Nick, no puedo soportarlo todo. –murmuré en su pecho. Acarició mi cabello y besó mi cabellera, y mil sensaciones que nunca había sentido inundaron mi cuerpo.- mi padre murió, Nick, murió ¿entiendes eso?, no lo veré nunca más. –levanté mi cabeza y lo miré a los ojos, no me había percatado que nuestros labios estaban a milímetros de rozarse hasta que el habló, su aliento inundó mis fosas nasales con olor a chicle de menta.
–– Sh. –me calló. – te entiendo, te juro que te entiendo. –Sabía que no lo hacía, solo lo decía por compromiso, pero preferí no decir nada y recostarme nuevamente sobre su pecho.
–– Gracias. –dije. El acarició mi mejilla hasta llegar a mi mentón y dirigir mi mirada a la suya, para así secar mis lágrimas con su pulgar y besar mi mejilla.
–– _____…- dijo mi madre sorprendida al verme, mientras sus manos tapaban su boca, se acercó a mí, posó una mano en mis hombros y con la otra secaba las lágrimas que rodaban por mi mejilla, sacudí mis brazos y mi cara, para librarme de sus extremidades.
–– ¿Cuándo ibas a decírmelo? –pregunté en un hilo de voz. - ¿Cuándo ibas a decirme que mi padre murió? –susurré con el más profundo dolor. Mi madre lloraba desconsoladamente al igual que yo, y Federick solo miraba la escena.
–– ______ yo… yo me acabo de enterar…
–– ¿Por qué se tuvo que morir? ¿Por qué él? –me abrasé a ella fuertemente e inundé su camiseta con lágrimas. Nunca había imaginado que podría sufrir tanto, pensar que desde bebés nos mienten con el típico cuento de la princesa que vive feliz por siempre, donde todo es un cuento de hadas, pero en la realidad con una simple noticia ese cuento de hadas se va a la mierda, para convertirse en uno de los peores momentos de la vida de una persona.
–– ¿P-papá m-murió? –preguntó una vocecita a mis espaldas. Mi madre se separó de mí y me miró, con aquella mirada entendí todo. Me volteé y tomé la pequeña mano de mi hermana, mientras con la otra secaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas.
–– ¿Quieres ir al parque? –asintió; besé su mejilla. Abrí la puerta de entrada y salimos de allí, de camino al parque no dijimos nada, no sabía como hacer esto pero mientras más tarde iba a ser peor. Llegamos al hermoso parque, forrado por un verde pasto, con miles de juegos en el centro y miles de flores alrededor. Nos sentamos en un banco que había allí, la miré y posé mis manos en su dulce cara, sus ojos que seguían desbordando lágrimas.
–– ¿Papá murió? –volvió a repetir, y otra lágrima rodó su mejilla. Cerré mis ojos con fuerza, mis ganas de llorar eran incontrolables, pero debía ser fuerte.
–– Sí Marie, papá… -no podía terminar la frase, no podía decir eso y menos a ella, era tan pequeña, tan indefensa…
–– ¿murió? –asentí levemente. Marie se arrojó sobre mí, hundiendo su cara en mi pecho mientras lloraba desconsoladamente.- ¿Por qué, ___i, por qué? -preguntaba una y otra vez mis mejillas comenzaron a mojarse lentamente, ¡genial!, estaba llorando.- ¿Por qué tuvo que morir? ¿Por qué tuvo que irse?
–– Marie, mírame. –le ordené, cuando lo hice proseguí con mi frase: - papá pudo irse físicamente, pero él siempre estará aquí –le señalé el costado izquierdo de su pecho con mi dedo índice.- en tu corazón.
–– Pero quiero verlo, quiero sentirlo… -acaricié su pelo, no se quién lloraba más, si ella o yo.
–– yo también pequeña, yo también… -coincidí.
Pasaron unos minutos en los que nos dedicamos a contemplar el hermoso parque, las personas ahí se veían felices, todo parecía de película, todo parecía tan irreal…
–– ¡Mira que lindo perro! –señaló Marie a un hermoso Golden que corría en nuestra dirección, pero lo que más llamó la atención no fue el perro, sino la persona que corría tras él.
–– ¡Elvis ven! ¡Ven aquí ahora! –gritaba desesperado.
Aquel hermoso animal saltó sobre mi hermana y comenzó a lamerle la cara, mientras ésta reía incontrolablemente. Su dueño se paró en frente nuestro, miraba a su perro y a mi hermana sin saber qué hacer, rascó su nuca.
–– Al parecer el destino siempre hace todo lo posible para juntarnos. –comenté. El miró hacia mí y abrió los ojos como platos al verme.
–– Oh, wow, no te había visto. Es verdad, siempre nos encontramos. –sonrió encantadoramente, y se acercó a besar mi mejilla, sentí un escalofrío al sentir su piel sobre la mía. Me quedé perdida en sus ojos, hasta que note la sonrisa picara de mi hermana al vernos, y al parecer el también lo hizo, ya que inmediatamente despegó su mirada de la mía e intento quitar a su perro que se encontraba jugueteando con Marie.
––Vamos Elvis, suéltala. –ordenó.
–– No te preocupes, mi hermana ama los perros, siempre quiso uno. –posó su vista en mí y sonrió.
–– Claro, pero papá nunca nos dejó. –acotó ella. Mis ojos se cristalizaron al escuchar esas palabras, y una lágrima recorrió mi mejilla, la cual sequé inmediatamente. Elvis la dejó en paz para oler algo que había en el piso, y en ese instante Nick le colocó la correa. Marie nos miró nuevamente con una sonrisa pícara.- ¿Y quien es él ____? ¿Tu novio? – Palidecí al escuchar aquello, mientras Nick solo veía el piso sonrojado y reía tímidamente.- ¿Lo es? –insistió.
–– ¿¡Qué?! –ella rió al notar mi nerviosismo. Esto me lo pagaría…- es decir, no, no lo es.
–– Pero te gustaría ¿verdad?
–– ¿Qué estas diciendo? Apenas nos conocemos… -le comenté.
–– ¿Acaso no crees en el amor a primera vista? –me codeó.
–– te odio. –le susurré mientras la ametrallaba con la mirada. Nick carcajeó y mi vista matadora se dirigió a él.
–– Marie, ¿quieres ir a jugar a Elvis? –le preguntó él.
–– ¡Sí! –exclamó emocionada, para luego tomar al perro de su cadena y salir corriendo junto a él.
–– ¿Qué pasa? –cuestionó tiernamente mientras tomaba asiento a mi lado.
–– nada… -mentí.
–– Vamos… sé que algo te pasa. –Me animó.- cuéntame si tu quieres, claro. –Corrigió.- ¿Pudiste encontrar a mi padre? –mis ojos se cristalizaron y lo abracé, me sentí tan protegida entre sus brazos.- Hey ¿Qué pasa? –susurró.
–– yo no aguanto, Nick, no puedo soportarlo todo. –murmuré en su pecho. Acarició mi cabello y besó mi cabellera, y mil sensaciones que nunca había sentido inundaron mi cuerpo.- mi padre murió, Nick, murió ¿entiendes eso?, no lo veré nunca más. –levanté mi cabeza y lo miré a los ojos, no me había percatado que nuestros labios estaban a milímetros de rozarse hasta que el habló, su aliento inundó mis fosas nasales con olor a chicle de menta.
–– Sh. –me calló. – te entiendo, te juro que te entiendo. –Sabía que no lo hacía, solo lo decía por compromiso, pero preferí no decir nada y recostarme nuevamente sobre su pecho.
–– Gracias. –dije. El acarició mi mejilla hasta llegar a mi mentón y dirigir mi mirada a la suya, para así secar mis lágrimas con su pulgar y besar mi mejilla.
GiaanniJonas
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
haay elvis linda chishitaaaaaaa
pobree la rayiiis no esta lo que mas ama en el mundoo su padreee
pobree marie tan chiquitaa y ya no tiene asu padree :( :( :(
nick tan tiernoo como siempree ajja lo amoo
seguilaa porfaas jaaj amoo esta noveeeee
pobree la rayiiis no esta lo que mas ama en el mundoo su padreee
pobree marie tan chiquitaa y ya no tiene asu padree :( :( :(
nick tan tiernoo como siempree ajja lo amoo
seguilaa porfaas jaaj amoo esta noveeeee
NickitaaH
Re: Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA
Nueva lectora, me encanto enserio, tu caps son H E R M O S O S. Tienes que seguirla *-*
Annabeth
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