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Something that we're not (One Shot, Christian Beadles)
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
Something that we're not (One Shot, Christian Beadles)
Nombre: "Something That We're Not"
Autora:Mya Love (Yuriel Gomez @myadivine)
Adaptación:No
Genero: No estoy segura, dejemoslo en micro novela divertida, media triste y no romántica.
Advertencia: Nopi Noropi
Otras páginas: No, sólo esta :3
Sara miró cansada su celular. Suspiró volteando los ojos en blanco, otro mensaje de Christian ¿Cuándo aprendería ese chico que nunca serían algo más? Dejó el celular en la cama, no necesitaba leer el mensaje para saber que decía, ya lo podía imaginar. Miró por la ventana, la noche era cálida por ser primavera, con un poco de brisas de vez en cuando. Recordó cómo había empezado esta enfermiza obsesión de Christian con ella.
Hacía 1 mes y medio atrás
Una fiesta. Dos chicos desconocidos y al mismo tiempo bastante familiares. Nunca habían cruzado ni una sola palabra, aunque en el colegio habían cruzado un par de miradas. El chico de cabello marrón claro con ojos grandes cafés y unos labios carnosos, rosados con un sexy lunar en su rostro, no pudo evitar acercarse esa noche a la chica de cabello negro con rayos rosas, piel apiñonada, y unos ojos cafés bastante oscuros.
Él se acercó con un vaso lleno de refresco de cola a ella y el grupo de amigas alrededor de ella. La tocó en el hombro, haciéndola girar. Ella lo miró de arriba a abajo, al ver su rostro y su brazos bien torneados una sonrisa cruzó su rostro.
"Hola" le dijo él con una sonrisa pícara.
"Hola" contestó ella pestañeando un poco.
"Mi nombre es Christian"
"El mío es Sara" Ël tomó su mano besándola.
"Un gusto, Sara" Ella miró a sus amigas con una mirada traviesa que iba junto una sonrisa del mismo modo.
"Eres todo un caballero" siguió con su atención puesta, una vez más en el chico.
"Con una dama como tú es lo mejor que puedo intentar" mordió su labio al finalizar. Sara sintió la urgente necesidad de besarle, pero no lo haría, por lo menos no tan fácilmente.
"¿Y...qué te parecería bailar con esta dama?" le propusó con la mirada fija en la suya y pestañeando lentamente.
"Encantador" dejó su vaso en una mesa cerca de ahí, la tomó de la mano y se dirigieron a la pista de baile. Sonaba de los altavoces la canción Sweet Nothing de Clavin Harris, realmente no era muy bailable, sin embargo, eso no quitaba el pretexto para estar en un buen flirteo. A media canción la chica se excusó para salir de esa multitud de gente con un simple "Necesito aire". El chico la acompañó fuera del departamento en el cual la fiesta daba lugar, se dirigieron al elevador juntos haciendo bromas, platicando sobre distintas cosas. Llegaron al Roof Garden del edificio, desde el cual entre todas sus plantas y la pequeña fuente con sillas alrededor con mesitas, se podía apreciar la hermosa noche sin ruido alguno. Ella se asomó un poco desde ese lugar hacía abajo viendo pasar los automóviles. Él se acercó desde atrás de ella, la abrazó por la cintura causándole a su respiración un cambio repentino.
"Y yo que creía que eras más caballeroso" dijo la chica en un tono suave de voz con una pequeña sonrisa en sus labios. Él le contestó demasiado cerca del oído.
"Lo soy, de hecho, me defino como un casi perfecto príncipe azul de Disney" ambos soltaron una pequeña risotada. Él le besó el cuello, ella dio un respingo pero no se apartó. Se giró para encontrarse frente a frente, él subió por su cuello hacía su mandíbula, finalmente la besó en los labios. Ella subió sus manos acariciando sus brazos, sin dejar de besarlo, y ahí fue cuando empezó una amistad...demasiado amistosa. Ambos tenían gustos en común por lo cual decidieron ser amigos, pero también una atracción a los labios del otro.
Sara llegó al colegio con una gran sonrisa. El chico que le gustaba, de nombre Ian, le había saludado en el corredor. Su rostro se volvía cada vez más rojo ardiendo como una caldera, mientras una sonrisa nerviosa se formaba de sus labios. Llegó a su taquilla, ahí se encontraba esperándola su mejor amiga Rebecca. Una chica de ojos verdes y cabello castaño claro con rulos que enmarcaban su rostro blanco.
"Hoy si vas a matar a Chris" le abordó sin siquiera saludarla. Tenía una sonrisa malévola en bailoteando en sus labios. Sara sólo soltó un suspiro.
"Ni me lo digas" contestó metiendo unos cuadernos a su taquilla y sacando algunos otros "Ayer no dejó de mensajearme en todo la noche...lo quiero, realmente me importa...pero ¿Por qué demonios no entiende que solo como un amigo?"
"Bueno, eso no importa" comentó Rebecca deshaciendo esas ideas de la mente de su amiga poniendo las manos en sus caderas y cambiando su expresión por una emocionada. Seguro el cotilleo que traía en mente sería interesante. Sara cerró la taquilla, metió el último libro a su mochila y la miró dándole a entender que dejase los jueguecitos y por una maldita vez le dijera qué pasaba. Rebecca sonrió "Christian le ha contado a medio mundo que tú" dijo poniendo sus manos en los hombros de su buena amiga "eras la indicada, que te quiere como sólo Romeo podría entender" Sara abrió los ojos tanto que parecían salirse de sus cuencas.
En la salida, finalmente había dado con Christian al cual no había visto en todo el día. Corrió hacía él hecha una fiera. Lo tomó del hombro alejándolo de su grupo de amigos.
"Hola S" la saludó con aquella mirada de cachorrito desamparado muy típica últimamente de él.
"Hola" le respondió en un tono cortante "¿Me harías el favor de explicarme?" le pidió con la mirada casi entrecerrada. Christian sin necesidad alguna de escuchar más captó a qué se refería.
"Sabes que te quiero...siento mucho que todos lo sepan pero es la verdad, me traes loco por ti" dijo en un tono dulce. Ella cubrió su rostro con las manos. Él las tomó apartándolas hacía los costados.
"Yo también te quiero, de otro modo...pero te quiero...y ese no es el punto...Chris, cuando llegamos al acuerdo de ser amigos...y de vez en cuando besarnos" dijo un poco sonrojada "creo que ambos dejamos, demasiado en claro que no habría algún sentimiento entre nosotros, aparte del de amigos"
Christian agachó la mirada al piso, luego la subió con una sonrisa juguetona. Ella sabía perfectamente que significaba "No, esto es serio" le reclamó. Él se encogió de hombros y mordió su labio inferior mirándola a los ojos. Sara se recordó que había prometido no caer en eso, en no besarlo, en acabar eso de una buena vez, pues solo le traía problemas. Volteó el rostro a otro lado, miró a los alumnos que salían, a algunas parejas que iban totalmente perdidas en su propia realidad y algunos otros sentados leyendo un buen libro con los audífonos puestos. Él se rió "Vale, ya entendí" Tomó su mano "bueno, prometo comportarme, sólo acompáñame a la biblioteca a dejar un libro" Sara lo miró sonriente. Ambos fueron a la biblioteca, Christian le había dicho que debían de dejarlo en el segundo piso pero que no estaba seguro del lugar. De repente, dejó caer el libro. Sara se rió "Vale, te lo cobrarán por maltrato" se rió, él sólo le sonrió. Se acercó a ella lentamente. Ella lo miró molesta "No" le dijo un tanto molesta. Él pasó una mano por su cintura "¿No qué?" le preguntó inocentemente acercándola a él "Tú sabes qué" le contestó tratando de apartarlo con una mano, pero él sólo sonrió. Besó una de las mejillas de la chica,luego la besó en la comisura del labio. La miró y se alejó, la conocía bastante bien, ella no lo dejaría ir así como si nada. Se agachó a recoger el libro y lo puso en uno de los estantes. Sara se quedó petrificada, lo miró de reojo, se veía bastante guapo con el cabello peinado, esa playera holgada que por alguna razón resaltaba sus bíceps. Suspiró, se prometió que sería la última vez. Lo tomó de la mano. Él sonrió "No te hagas esperanzas" le dijo ella con un tono amenazador. Christian le susurró "Algún día, no nos tendremos que esconder porque serás mi novia, y estarás enamorada de mi" Ella lo miró enojada con sus ojos cafés matándolo mentalmente, aún así no se alejaron. Él acercó su labios a los de ella abrazándola por la cintura, y ella hizo algo que nunca había hecho, lo acercó más tomandolo del cuello.
Esa noche, Sara estaba tendida en la cama, harta de que Christian le hiciera eso. Sólo jugaba con su mente, ella no lo quería pero él siempre sería caballeroso, gentil, y cuidadoso con ella, causándole una gran confusión.
La situación siguió así un par de semanas más, todos sabían que Christian estaba enamorado de ella. Y Sara no sabía qué hacer.
Un día, Ian se acercó a ella. Ambos hablaron un buen rato. Él le preguntó si iría a ver una película con él. Minutos después Chris estaba molesto, celoso y se negaba a siquiera mirarla. Ella enojada por su actitud le dijo.
"Chris, no es mi culpa ¿Vale? Tú eres el que piensa que somos algo que no somos...¿y sabes algo? Me tienes harta" tomó aire "Busca otra chica que te pueda querer, porque esa no soy yo ¡Entiendelo! ¡Yo no soy la indicada!" Christian se marchó enojado de su casa.
Meses después, Christian siguió su consejo, consiguió una chica que lo quería y él a ella. Sara andaba con Ian. Una vez que cada quien se había olvidado del otro, pensaron en volver a ser amigos. Un pensamiento que ninguno puso en práctica por pena. Ella le había hecho borrar su número, él le había bloqueado de todos lados.
Era de tarde, ella se había quedado hasta tarde en el colegio porque había ayudado a la profesora de Historia a revisar unas tareas. Él se había quedado tarde porque había estado en el gimnasio ejercitándose con unos amigos. En la salida el novio de ella la esperaba, justo a lado de donde la novia de el chico de cabello claro esperaba. Al salir se encontraron, se miraron un momento...sonrieron juguetonamente al otro.
Ian y Sara caminaron hacía la casa de la chica tomados de la mano, ella sonrió por dentro recordando lo bien que la pasaba con Chris.
Christian y su novia, Geraldine, caminaron hacía la biblioteca a recoger un libro que ella necesitaba. Él volteó disimuladamente hacía donde estaba Sara, una pequeña sonrisa cruzó por su rostro. Quizás él siempre creyó que eran algo que no eran, pero en el fondo ella también lo había hecho.
Autora:Mya Love (Yuriel Gomez @myadivine)
Adaptación:No
Genero: No estoy segura, dejemoslo en micro novela divertida, media triste y no romántica.
Advertencia: Nopi Noropi
Otras páginas: No, sólo esta :3
Sara miró cansada su celular. Suspiró volteando los ojos en blanco, otro mensaje de Christian ¿Cuándo aprendería ese chico que nunca serían algo más? Dejó el celular en la cama, no necesitaba leer el mensaje para saber que decía, ya lo podía imaginar. Miró por la ventana, la noche era cálida por ser primavera, con un poco de brisas de vez en cuando. Recordó cómo había empezado esta enfermiza obsesión de Christian con ella.
Hacía 1 mes y medio atrás
Una fiesta. Dos chicos desconocidos y al mismo tiempo bastante familiares. Nunca habían cruzado ni una sola palabra, aunque en el colegio habían cruzado un par de miradas. El chico de cabello marrón claro con ojos grandes cafés y unos labios carnosos, rosados con un sexy lunar en su rostro, no pudo evitar acercarse esa noche a la chica de cabello negro con rayos rosas, piel apiñonada, y unos ojos cafés bastante oscuros.
Él se acercó con un vaso lleno de refresco de cola a ella y el grupo de amigas alrededor de ella. La tocó en el hombro, haciéndola girar. Ella lo miró de arriba a abajo, al ver su rostro y su brazos bien torneados una sonrisa cruzó su rostro.
"Hola" le dijo él con una sonrisa pícara.
"Hola" contestó ella pestañeando un poco.
"Mi nombre es Christian"
"El mío es Sara" Ël tomó su mano besándola.
"Un gusto, Sara" Ella miró a sus amigas con una mirada traviesa que iba junto una sonrisa del mismo modo.
"Eres todo un caballero" siguió con su atención puesta, una vez más en el chico.
"Con una dama como tú es lo mejor que puedo intentar" mordió su labio al finalizar. Sara sintió la urgente necesidad de besarle, pero no lo haría, por lo menos no tan fácilmente.
"¿Y...qué te parecería bailar con esta dama?" le propusó con la mirada fija en la suya y pestañeando lentamente.
"Encantador" dejó su vaso en una mesa cerca de ahí, la tomó de la mano y se dirigieron a la pista de baile. Sonaba de los altavoces la canción Sweet Nothing de Clavin Harris, realmente no era muy bailable, sin embargo, eso no quitaba el pretexto para estar en un buen flirteo. A media canción la chica se excusó para salir de esa multitud de gente con un simple "Necesito aire". El chico la acompañó fuera del departamento en el cual la fiesta daba lugar, se dirigieron al elevador juntos haciendo bromas, platicando sobre distintas cosas. Llegaron al Roof Garden del edificio, desde el cual entre todas sus plantas y la pequeña fuente con sillas alrededor con mesitas, se podía apreciar la hermosa noche sin ruido alguno. Ella se asomó un poco desde ese lugar hacía abajo viendo pasar los automóviles. Él se acercó desde atrás de ella, la abrazó por la cintura causándole a su respiración un cambio repentino.
"Y yo que creía que eras más caballeroso" dijo la chica en un tono suave de voz con una pequeña sonrisa en sus labios. Él le contestó demasiado cerca del oído.
"Lo soy, de hecho, me defino como un casi perfecto príncipe azul de Disney" ambos soltaron una pequeña risotada. Él le besó el cuello, ella dio un respingo pero no se apartó. Se giró para encontrarse frente a frente, él subió por su cuello hacía su mandíbula, finalmente la besó en los labios. Ella subió sus manos acariciando sus brazos, sin dejar de besarlo, y ahí fue cuando empezó una amistad...demasiado amistosa. Ambos tenían gustos en común por lo cual decidieron ser amigos, pero también una atracción a los labios del otro.
Sara llegó al colegio con una gran sonrisa. El chico que le gustaba, de nombre Ian, le había saludado en el corredor. Su rostro se volvía cada vez más rojo ardiendo como una caldera, mientras una sonrisa nerviosa se formaba de sus labios. Llegó a su taquilla, ahí se encontraba esperándola su mejor amiga Rebecca. Una chica de ojos verdes y cabello castaño claro con rulos que enmarcaban su rostro blanco.
"Hoy si vas a matar a Chris" le abordó sin siquiera saludarla. Tenía una sonrisa malévola en bailoteando en sus labios. Sara sólo soltó un suspiro.
"Ni me lo digas" contestó metiendo unos cuadernos a su taquilla y sacando algunos otros "Ayer no dejó de mensajearme en todo la noche...lo quiero, realmente me importa...pero ¿Por qué demonios no entiende que solo como un amigo?"
"Bueno, eso no importa" comentó Rebecca deshaciendo esas ideas de la mente de su amiga poniendo las manos en sus caderas y cambiando su expresión por una emocionada. Seguro el cotilleo que traía en mente sería interesante. Sara cerró la taquilla, metió el último libro a su mochila y la miró dándole a entender que dejase los jueguecitos y por una maldita vez le dijera qué pasaba. Rebecca sonrió "Christian le ha contado a medio mundo que tú" dijo poniendo sus manos en los hombros de su buena amiga "eras la indicada, que te quiere como sólo Romeo podría entender" Sara abrió los ojos tanto que parecían salirse de sus cuencas.
En la salida, finalmente había dado con Christian al cual no había visto en todo el día. Corrió hacía él hecha una fiera. Lo tomó del hombro alejándolo de su grupo de amigos.
"Hola S" la saludó con aquella mirada de cachorrito desamparado muy típica últimamente de él.
"Hola" le respondió en un tono cortante "¿Me harías el favor de explicarme?" le pidió con la mirada casi entrecerrada. Christian sin necesidad alguna de escuchar más captó a qué se refería.
"Sabes que te quiero...siento mucho que todos lo sepan pero es la verdad, me traes loco por ti" dijo en un tono dulce. Ella cubrió su rostro con las manos. Él las tomó apartándolas hacía los costados.
"Yo también te quiero, de otro modo...pero te quiero...y ese no es el punto...Chris, cuando llegamos al acuerdo de ser amigos...y de vez en cuando besarnos" dijo un poco sonrojada "creo que ambos dejamos, demasiado en claro que no habría algún sentimiento entre nosotros, aparte del de amigos"
Christian agachó la mirada al piso, luego la subió con una sonrisa juguetona. Ella sabía perfectamente que significaba "No, esto es serio" le reclamó. Él se encogió de hombros y mordió su labio inferior mirándola a los ojos. Sara se recordó que había prometido no caer en eso, en no besarlo, en acabar eso de una buena vez, pues solo le traía problemas. Volteó el rostro a otro lado, miró a los alumnos que salían, a algunas parejas que iban totalmente perdidas en su propia realidad y algunos otros sentados leyendo un buen libro con los audífonos puestos. Él se rió "Vale, ya entendí" Tomó su mano "bueno, prometo comportarme, sólo acompáñame a la biblioteca a dejar un libro" Sara lo miró sonriente. Ambos fueron a la biblioteca, Christian le había dicho que debían de dejarlo en el segundo piso pero que no estaba seguro del lugar. De repente, dejó caer el libro. Sara se rió "Vale, te lo cobrarán por maltrato" se rió, él sólo le sonrió. Se acercó a ella lentamente. Ella lo miró molesta "No" le dijo un tanto molesta. Él pasó una mano por su cintura "¿No qué?" le preguntó inocentemente acercándola a él "Tú sabes qué" le contestó tratando de apartarlo con una mano, pero él sólo sonrió. Besó una de las mejillas de la chica,luego la besó en la comisura del labio. La miró y se alejó, la conocía bastante bien, ella no lo dejaría ir así como si nada. Se agachó a recoger el libro y lo puso en uno de los estantes. Sara se quedó petrificada, lo miró de reojo, se veía bastante guapo con el cabello peinado, esa playera holgada que por alguna razón resaltaba sus bíceps. Suspiró, se prometió que sería la última vez. Lo tomó de la mano. Él sonrió "No te hagas esperanzas" le dijo ella con un tono amenazador. Christian le susurró "Algún día, no nos tendremos que esconder porque serás mi novia, y estarás enamorada de mi" Ella lo miró enojada con sus ojos cafés matándolo mentalmente, aún así no se alejaron. Él acercó su labios a los de ella abrazándola por la cintura, y ella hizo algo que nunca había hecho, lo acercó más tomandolo del cuello.
Esa noche, Sara estaba tendida en la cama, harta de que Christian le hiciera eso. Sólo jugaba con su mente, ella no lo quería pero él siempre sería caballeroso, gentil, y cuidadoso con ella, causándole una gran confusión.
La situación siguió así un par de semanas más, todos sabían que Christian estaba enamorado de ella. Y Sara no sabía qué hacer.
Un día, Ian se acercó a ella. Ambos hablaron un buen rato. Él le preguntó si iría a ver una película con él. Minutos después Chris estaba molesto, celoso y se negaba a siquiera mirarla. Ella enojada por su actitud le dijo.
"Chris, no es mi culpa ¿Vale? Tú eres el que piensa que somos algo que no somos...¿y sabes algo? Me tienes harta" tomó aire "Busca otra chica que te pueda querer, porque esa no soy yo ¡Entiendelo! ¡Yo no soy la indicada!" Christian se marchó enojado de su casa.
Meses después, Christian siguió su consejo, consiguió una chica que lo quería y él a ella. Sara andaba con Ian. Una vez que cada quien se había olvidado del otro, pensaron en volver a ser amigos. Un pensamiento que ninguno puso en práctica por pena. Ella le había hecho borrar su número, él le había bloqueado de todos lados.
Era de tarde, ella se había quedado hasta tarde en el colegio porque había ayudado a la profesora de Historia a revisar unas tareas. Él se había quedado tarde porque había estado en el gimnasio ejercitándose con unos amigos. En la salida el novio de ella la esperaba, justo a lado de donde la novia de el chico de cabello claro esperaba. Al salir se encontraron, se miraron un momento...sonrieron juguetonamente al otro.
Ian y Sara caminaron hacía la casa de la chica tomados de la mano, ella sonrió por dentro recordando lo bien que la pasaba con Chris.
Christian y su novia, Geraldine, caminaron hacía la biblioteca a recoger un libro que ella necesitaba. Él volteó disimuladamente hacía donde estaba Sara, una pequeña sonrisa cruzó por su rostro. Quizás él siempre creyó que eran algo que no eran, pero en el fondo ella también lo había hecho.
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Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
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