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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
corazon ciego (harry_styles y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: corazon ciego (harry_styles y tu)
Sinceramente, yo no quería que este día acabará nunca.
Después de que Harry y yo nos estuviéramos ensuciando en la
hierba durante una hora o más—Yo me quede dormida—, lo lleve de la mano hacía
el puesto de comida más cercano que encontramos. El compro un algodón de azúcar
gigante y yo solo una soda de naranja. Cuando acabamos, le sugerí que podríamos
ir hacía el trampolín, pero él se negó y comenzó a dar bostezos rápidamente. No
eran ni las ocho de la noche cuando ya estábamos debajo de la rueda de la
fortuna esperando a Louis y a Camila.
El camino regreso a casa fue más lento de lo esperado.
Ninguno de los cuatro decía nada, solo escuchábamos con atención la radio. Louis
dejo a Camila en su casa y después los tres nos dirigimos hacía el hogar de Harry.
Al llegar me di cuenta que la señora Shelley aún no estaba ahí.
Nos bajamos sin prisa del automóvil. Harry y yo apoyamos
nuestras espaldas contra las puertas del auto, el cruzando sus brazos por
delante de su pecho y yo cerrando con fuerza mis ojos. Louis, en frente de
nosotros dos, fue el primero en hablar.
— ¿Y qué tal? ¿Se divirtieron? —Pregunto él mientras
bostezaba y sacudía la tierra de sus ligeros Vans blancos—.
Yo solo asentí con la cabeza. Harry hablo.
—No realmente. Podría habérmela pasado mejor acostado en mi
cama todo el día —Dijo él y Louis bufo. Abrí mis ojos para mirarlos mejor—.
—Hermano, no seas amargado —Louis sonrió y le dio una
palmada amistosa en el hombro a Harry—.
—Ya lo sé Harry, ¿por qué no simplemente admites que te
divertiste tanto como nosotros? —Añadí. Harry giro su cabeza en dirección a la
mía y abrió bien sus ojos. «Sus hermosos ojos que no pueden verme» Recordé—.
— ¿Cómo ustedes? —Pregunto divertido y después lanzo una
carcajada. Louis lo miro y sacudió su cabeza—. Los únicos divertidos ahí fueron
este—señalo a Louis—, y Camila, en cambio tú anduviste gritando como gallina
por todos lados. ¿O tengo que recordarlo?
—Vale, tu ganas —Le respondí, vencida. El sonrió
burlescamente mientras dirigía su vista hacía otro lado y se alejaba del coche,
caminando hacía su casa. Louis lo acompaño, por miedo a que Harry se tropezara,
pero este se negó diciendo que conocía perfectamente el camino para llegar
hasta su cuarto. Se despidió de él y cerró la puerta detrás de sí—.
— ¡Hey Louis! —Le grite desde la banqueta. El hizo un gesto
con su cabeza como de “¿qué sucede?”. Le respondí—. ¡Tengo que irme! ¡Ya es
tarde! —Me dirigí hacía mi coche y me subí en él. Baje la ventana del
copiloto—. ¡Nos vemos el lunes! Creo. ¡Adiós!
Encendí el carro y la calefacción después de haberle subido
a las ventanas. Hacía un poco de frío, pero ya que no llevaba una ropa muy
abrigadora, querría evitar a toda costa una gripe o alguna enfermedad en la
garganta. Conduje hasta mi casa.
Al llegar, ninguna luz estaba encendida. Me pareció tan
raro, ya que mis padres deberían de haber estado en la casa desde hace un par
de horas. Me estacione en la cochera, me baje del carro y después abrí
silenciosamente la puerta de la entrada.
Nada. Todo estaba oscuro y bañado en silencio.
Camine escaleras arriba, hacía el cuarto de mis padres. No
pensé en tocar, ya que probablemente no estarían. Pero abrí la puerta y vi un
bulto tendido en la cama. Me asuste tanto que lance un gritito y encendí las
luces rápidamente. Mamá se levanto prácticamente volando y después me miro,
confundida. Yo le devolví la misma mirada.
— ¿Mamá? ¿Qué hacías dormida a las nueve de la noche?
—Pregunte levantando mis cejas hacía ella. Ella pasó las manos por su cabello
despeinado y me volvió a mirar—.
— ¿Enserio son las nueve de la noche? Podría haber jurado
que era más tarde —Su cabeza giro hacía el reloj a un lado de su cama—. Qué
extraño.
—Uh. ¿Y papá? —Le pregunte, cambiando de tema. Ella frunció
el ceño—.
—Es algo complicado —la mire confundida—. Técnicamente no
podía decirte nada hasta mañana en la mañana, pero ya que ando demasiado
cansada como para contestar las preguntas que de seguro me harás, te lo diré;
—Guardo silencio un momento y después me miro, incomoda. Suspiro—. ___, ¿a
quién crees que iremos a visitar el día de mañana? —Pregunto sin ánimos.
Levante y baje mis hombros—. Oh, pues bueno. No vayas a enojarte, ¿de acuerdo?
—Asentí—. Iremos a visitar a la abuela. ¡Sorpresa!
Enserio, ¿esto me está pasando a mí?
Después de que Harry y yo nos estuviéramos ensuciando en la
hierba durante una hora o más—Yo me quede dormida—, lo lleve de la mano hacía
el puesto de comida más cercano que encontramos. El compro un algodón de azúcar
gigante y yo solo una soda de naranja. Cuando acabamos, le sugerí que podríamos
ir hacía el trampolín, pero él se negó y comenzó a dar bostezos rápidamente. No
eran ni las ocho de la noche cuando ya estábamos debajo de la rueda de la
fortuna esperando a Louis y a Camila.
El camino regreso a casa fue más lento de lo esperado.
Ninguno de los cuatro decía nada, solo escuchábamos con atención la radio. Louis
dejo a Camila en su casa y después los tres nos dirigimos hacía el hogar de Harry.
Al llegar me di cuenta que la señora Shelley aún no estaba ahí.
Nos bajamos sin prisa del automóvil. Harry y yo apoyamos
nuestras espaldas contra las puertas del auto, el cruzando sus brazos por
delante de su pecho y yo cerrando con fuerza mis ojos. Louis, en frente de
nosotros dos, fue el primero en hablar.
— ¿Y qué tal? ¿Se divirtieron? —Pregunto él mientras
bostezaba y sacudía la tierra de sus ligeros Vans blancos—.
Yo solo asentí con la cabeza. Harry hablo.
—No realmente. Podría habérmela pasado mejor acostado en mi
cama todo el día —Dijo él y Louis bufo. Abrí mis ojos para mirarlos mejor—.
—Hermano, no seas amargado —Louis sonrió y le dio una
palmada amistosa en el hombro a Harry—.
—Ya lo sé Harry, ¿por qué no simplemente admites que te
divertiste tanto como nosotros? —Añadí. Harry giro su cabeza en dirección a la
mía y abrió bien sus ojos. «Sus hermosos ojos que no pueden verme» Recordé—.
— ¿Cómo ustedes? —Pregunto divertido y después lanzo una
carcajada. Louis lo miro y sacudió su cabeza—. Los únicos divertidos ahí fueron
este—señalo a Louis—, y Camila, en cambio tú anduviste gritando como gallina
por todos lados. ¿O tengo que recordarlo?
—Vale, tu ganas —Le respondí, vencida. El sonrió
burlescamente mientras dirigía su vista hacía otro lado y se alejaba del coche,
caminando hacía su casa. Louis lo acompaño, por miedo a que Harry se tropezara,
pero este se negó diciendo que conocía perfectamente el camino para llegar
hasta su cuarto. Se despidió de él y cerró la puerta detrás de sí—.
— ¡Hey Louis! —Le grite desde la banqueta. El hizo un gesto
con su cabeza como de “¿qué sucede?”. Le respondí—. ¡Tengo que irme! ¡Ya es
tarde! —Me dirigí hacía mi coche y me subí en él. Baje la ventana del
copiloto—. ¡Nos vemos el lunes! Creo. ¡Adiós!
Encendí el carro y la calefacción después de haberle subido
a las ventanas. Hacía un poco de frío, pero ya que no llevaba una ropa muy
abrigadora, querría evitar a toda costa una gripe o alguna enfermedad en la
garganta. Conduje hasta mi casa.
Al llegar, ninguna luz estaba encendida. Me pareció tan
raro, ya que mis padres deberían de haber estado en la casa desde hace un par
de horas. Me estacione en la cochera, me baje del carro y después abrí
silenciosamente la puerta de la entrada.
Nada. Todo estaba oscuro y bañado en silencio.
Camine escaleras arriba, hacía el cuarto de mis padres. No
pensé en tocar, ya que probablemente no estarían. Pero abrí la puerta y vi un
bulto tendido en la cama. Me asuste tanto que lance un gritito y encendí las
luces rápidamente. Mamá se levanto prácticamente volando y después me miro,
confundida. Yo le devolví la misma mirada.
— ¿Mamá? ¿Qué hacías dormida a las nueve de la noche?
—Pregunte levantando mis cejas hacía ella. Ella pasó las manos por su cabello
despeinado y me volvió a mirar—.
— ¿Enserio son las nueve de la noche? Podría haber jurado
que era más tarde —Su cabeza giro hacía el reloj a un lado de su cama—. Qué
extraño.
—Uh. ¿Y papá? —Le pregunte, cambiando de tema. Ella frunció
el ceño—.
—Es algo complicado —la mire confundida—. Técnicamente no
podía decirte nada hasta mañana en la mañana, pero ya que ando demasiado
cansada como para contestar las preguntas que de seguro me harás, te lo diré;
—Guardo silencio un momento y después me miro, incomoda. Suspiro—. ___, ¿a
quién crees que iremos a visitar el día de mañana? —Pregunto sin ánimos.
Levante y baje mis hombros—. Oh, pues bueno. No vayas a enojarte, ¿de acuerdo?
—Asentí—. Iremos a visitar a la abuela. ¡Sorpresa!
Enserio, ¿esto me está pasando a mí?
Aylinjcat
Re: corazon ciego (harry_styles y tu)
Y pensé que las cosas no podrían ir peor.
— ¿Esto es enserio? —Le dije muy enojada a Caroline mientras
hablábamos por teléfono— ¡Ahora que Harry me trata bien, tenemos que ir a
visitar a la abuela! ¡Esto tiene que ser una broma!
—Oh, vamos __. Tu abuela no es tan mala —Ella dijo, un poco
nerviosa. Cuando algo me ponía furiosa, era mejor estar de mi lado—. Piensa en
esto como algo positivo. Imagina todas las cosas que ella te dará.
— ¿Estás loca verdad? No, olvídalo. Yo estoy loca. ¡Estoy
demente por pensar que me apoyarías! —Le dije, ahora más furiosa—. ¡Esto es
serio Caroline! ¡Mi papá ha tenido que huir de la casa para no tener que ir con
nosotras! Dime, ¿Tu papá ha hecho eso alguna vez? —Esperé a que ella dijera
algo. No hablo—. ¡Lo ves! ¡Me voy directo al infierno!
—Relájate un poco. Solo porque tu abuela sea tan… tan
extraña, no significa que no sienta afecto por ti.
—En eso tienes razón —Le dije impaciente. No llegábamos a
nada—. Pero de ahí en fuera, ella odia a todo mundo. Incluso a mi mamá.
—Ella no odia…
—¡___! ¡Es hora de irnos! —Grito mi madre desde el piso
inferior, interrumpiendo a Caroline. Me despedí de ella y baje a regañadientes.
Mamá caminaba en círculos alrededor de la sala con su vestido rojo,
notablemente nerviosa. Me dio un vistazo rápido y sonrió un poco.
—Te ves encantadora. Tu abuela estará muy orgullosa al
verte.
—Realmente no quiero hablar de esto, mamá —Le dije, poniendo
una cara extraña. Ella frunció los labios—. Quiero aprovechar los últimos
momentos de paz que tenemos, antes de que empiece el caos.
—Exageras —Dijo ella mientras abría la puerta principal y me
dejaba pasar por enfrente de ella. Camine con paso rápido hacia mi coche y me
adentre en él. Mamá hizo lo mismo—.
— ¿Exagero? Vamos, tú sabes que es verdad.
—Mira ___… Sé que esto es difícil para ti, ¡también lo es
para mí! —Dijo ella mientras lanzaba una corta risotada nerviosa y miraba su
reflejo en el espejo del carro—. Solo quiero que sepas que, aunque tu abuela
sienta un gran desprecio por tu padre y por la gente… bueno, la gente con
nuestra situación, ella nunca dejara de querernos. ¿Está bien? —Asentí, aunque
sabía que aquello no era cierto—. Ahora solo conduce y mantén la calma.
Conduje con prisa hacía Hollywood Hills. Realmente me sentía
fuera de lugar—Y sé que mamá también—, en el destartalado automóvil mientras
paseábamos por las calles. No tarde mucho tiempo hasta llegar a nuestro destino
final.
He aquí mi problema. Probablemente se preguntaran “¿Oh, por
qué sientes tanto temor a tu abuela?” O también, “¿por qué no la quieres ver?”
Y bueno, es que realmente, la abuela es un dolor de trasero. Y no hablo en
sentido figurado.
Mamá tenía apenas catorce años cuando el abuelo falleció de
un infarto al corazón. Ella, junto con su hermana, la tía Helena y mi abuela,
se mudaron desde Inglaterra hacía California, donde lograron rehacer su vida.
Aunque no todo fue color de rosa. Con herencia del abuelo las cosas se tornaron
un poco turbias y la abuela se volvió, eh, ¿cómo decirlo? Ambiciosa. Exactamente.
Del tipo “no te metas con mi dinero ni mi familia”. Así que cuando mamá se
enamoró de un pobre diablo—mejor conocido como papá. Sin ofensas, ¿eh? Mi padre
es el mejor—, la abuela se volvió demente e intento absolutamente todo para
arruinar la relación entre ellos dos. Fue entonces cuando entre yo. Con mi
nacimiento, la abuela decidió volver a Inglaterra y no hablarle a mamá… Hasta
hace un par de años, cuando decidió conocerme.
Incluso compro una casa aquí, en California, para estar más
cerca de nosotras. Sin embargo, aún conserva su gran ego arrogante y extraño.
No es broma cuando digo que la abuela realmente odia a todo
el mundo.
Pero entonces la abuela se enfermó hace un par de semanas, y
eh, aquí nos tienen.
La casa era inmensa, tal vez del mismo tamaño que el del
hogar de la señora Shelley. Era de un precioso color marfil, y estaba adornada
con esculturas elaboradas con arbustos, pasto y enredaderas. Al entrar, la
señora Roberts—El ama de llaves— nos saludó cordialmente.
—Muy buenos días tengan ustedes, señoritas —Respondimos el
saludo y continuamos con nuestro camino. Nos dirigimos hacía el vestíbulo
principal. Sacudí mi falda roja por instinto y me alise el cabello, una y dos
veces—.
La abuela entro caminando, dando pasos realmente lentos.
Llevaba uno de sus típicos vestidos de diseñador en color lavanda, con su
cabello rojizo anudado en un moño alto y sus estrafalarios collares de perlas.
Cuando nos vio a las dos sonrió y nos saludó.
— ¡Querida! ¡Es un placer que estén aquí! —Dijo
entusiasmada. Aunque realmente no podría decir si estaba fingiendo o algo
parecido. Le ofrecí una sonrisa forzada y la abrace. Mamá hizo lo mismo—. Les
he traído un par de cosas desde Inglaterra. ___, ¿por qué no las traes? Se
encuentran en armario.
—Mamá esto no es necesario… —Dijo mi madre mientras me
lanzaba una mirada como diciendo “sálvame”. Levante los hombros levemente y me
dirigí escaleras arriba—.
Algún día, esto se iba a terminar.
— ¿Esto es enserio? —Le dije muy enojada a Caroline mientras
hablábamos por teléfono— ¡Ahora que Harry me trata bien, tenemos que ir a
visitar a la abuela! ¡Esto tiene que ser una broma!
—Oh, vamos __. Tu abuela no es tan mala —Ella dijo, un poco
nerviosa. Cuando algo me ponía furiosa, era mejor estar de mi lado—. Piensa en
esto como algo positivo. Imagina todas las cosas que ella te dará.
— ¿Estás loca verdad? No, olvídalo. Yo estoy loca. ¡Estoy
demente por pensar que me apoyarías! —Le dije, ahora más furiosa—. ¡Esto es
serio Caroline! ¡Mi papá ha tenido que huir de la casa para no tener que ir con
nosotras! Dime, ¿Tu papá ha hecho eso alguna vez? —Esperé a que ella dijera
algo. No hablo—. ¡Lo ves! ¡Me voy directo al infierno!
—Relájate un poco. Solo porque tu abuela sea tan… tan
extraña, no significa que no sienta afecto por ti.
—En eso tienes razón —Le dije impaciente. No llegábamos a
nada—. Pero de ahí en fuera, ella odia a todo mundo. Incluso a mi mamá.
—Ella no odia…
—¡___! ¡Es hora de irnos! —Grito mi madre desde el piso
inferior, interrumpiendo a Caroline. Me despedí de ella y baje a regañadientes.
Mamá caminaba en círculos alrededor de la sala con su vestido rojo,
notablemente nerviosa. Me dio un vistazo rápido y sonrió un poco.
—Te ves encantadora. Tu abuela estará muy orgullosa al
verte.
—Realmente no quiero hablar de esto, mamá —Le dije, poniendo
una cara extraña. Ella frunció los labios—. Quiero aprovechar los últimos
momentos de paz que tenemos, antes de que empiece el caos.
—Exageras —Dijo ella mientras abría la puerta principal y me
dejaba pasar por enfrente de ella. Camine con paso rápido hacia mi coche y me
adentre en él. Mamá hizo lo mismo—.
— ¿Exagero? Vamos, tú sabes que es verdad.
—Mira ___… Sé que esto es difícil para ti, ¡también lo es
para mí! —Dijo ella mientras lanzaba una corta risotada nerviosa y miraba su
reflejo en el espejo del carro—. Solo quiero que sepas que, aunque tu abuela
sienta un gran desprecio por tu padre y por la gente… bueno, la gente con
nuestra situación, ella nunca dejara de querernos. ¿Está bien? —Asentí, aunque
sabía que aquello no era cierto—. Ahora solo conduce y mantén la calma.
Conduje con prisa hacía Hollywood Hills. Realmente me sentía
fuera de lugar—Y sé que mamá también—, en el destartalado automóvil mientras
paseábamos por las calles. No tarde mucho tiempo hasta llegar a nuestro destino
final.
He aquí mi problema. Probablemente se preguntaran “¿Oh, por
qué sientes tanto temor a tu abuela?” O también, “¿por qué no la quieres ver?”
Y bueno, es que realmente, la abuela es un dolor de trasero. Y no hablo en
sentido figurado.
Mamá tenía apenas catorce años cuando el abuelo falleció de
un infarto al corazón. Ella, junto con su hermana, la tía Helena y mi abuela,
se mudaron desde Inglaterra hacía California, donde lograron rehacer su vida.
Aunque no todo fue color de rosa. Con herencia del abuelo las cosas se tornaron
un poco turbias y la abuela se volvió, eh, ¿cómo decirlo? Ambiciosa. Exactamente.
Del tipo “no te metas con mi dinero ni mi familia”. Así que cuando mamá se
enamoró de un pobre diablo—mejor conocido como papá. Sin ofensas, ¿eh? Mi padre
es el mejor—, la abuela se volvió demente e intento absolutamente todo para
arruinar la relación entre ellos dos. Fue entonces cuando entre yo. Con mi
nacimiento, la abuela decidió volver a Inglaterra y no hablarle a mamá… Hasta
hace un par de años, cuando decidió conocerme.
Incluso compro una casa aquí, en California, para estar más
cerca de nosotras. Sin embargo, aún conserva su gran ego arrogante y extraño.
No es broma cuando digo que la abuela realmente odia a todo
el mundo.
Pero entonces la abuela se enfermó hace un par de semanas, y
eh, aquí nos tienen.
La casa era inmensa, tal vez del mismo tamaño que el del
hogar de la señora Shelley. Era de un precioso color marfil, y estaba adornada
con esculturas elaboradas con arbustos, pasto y enredaderas. Al entrar, la
señora Roberts—El ama de llaves— nos saludó cordialmente.
—Muy buenos días tengan ustedes, señoritas —Respondimos el
saludo y continuamos con nuestro camino. Nos dirigimos hacía el vestíbulo
principal. Sacudí mi falda roja por instinto y me alise el cabello, una y dos
veces—.
La abuela entro caminando, dando pasos realmente lentos.
Llevaba uno de sus típicos vestidos de diseñador en color lavanda, con su
cabello rojizo anudado en un moño alto y sus estrafalarios collares de perlas.
Cuando nos vio a las dos sonrió y nos saludó.
— ¡Querida! ¡Es un placer que estén aquí! —Dijo
entusiasmada. Aunque realmente no podría decir si estaba fingiendo o algo
parecido. Le ofrecí una sonrisa forzada y la abrace. Mamá hizo lo mismo—. Les
he traído un par de cosas desde Inglaterra. ___, ¿por qué no las traes? Se
encuentran en armario.
—Mamá esto no es necesario… —Dijo mi madre mientras me
lanzaba una mirada como diciendo “sálvame”. Levante los hombros levemente y me
dirigí escaleras arriba—.
Algún día, esto se iba a terminar.
Aylinjcat
Re: corazon ciego (harry_styles y tu)
El día no paso más rápido de lo que esperaba. Después de haber abierto los miles de regalos que la abuela me había comprado—Totalmente innecesarios. Es decir ¿para qué querría yo zapatillas fosforescentes y abrigos de piel viviendo en California?—, me reuní junto con la tía Helena, el pequeño Charlie y los vecinos—los señores Armstrong y su hijo mayor Trevor— en el comedor. Se había preparado un gran bufet, que termino más bien en desastre. El pequeño Charlie hizo un pequeño berrinche y le ocasiono una crisis nerviosa a la abuela. Bien.
Al final de la noche, todos se habían marchado ya, excepto mamá y Trevor, que se quedó haciéndome compañía en el patio trasero.
Lo conocía prácticamente desde que cumplí los trece años, que fue la edad en la que mi abuela compro esta casa y se hizo amiga de los señores Armstrong. Trevor tenía un par de años más que yo y era muy bien parecido—cabello rubio, de complexión musculosa y unos hermosos ojos azules que enloquecían a cualquier chica a veinte kilómetros a la redonda—. Desde el primer día en el que lo vi, caí rendidamente a sus pies. Aunque últimamente, estaba empezando a dudar si mi enamoramiento por él estaba formando parte del presente.
—Así que, —Dijo él, intentando romper el incómodo silencio que se había formado entre nosotros dos. Estábamos sentados al pie de la piscina, con el agua llegando hasta nuestras rodillas— ¿Qué ha sido de ti? Tenía casi un año sin verte.
—Lo mismo digo —Le dije, riendo un poco. Él también lo hizo—. Ya sabes, no hay muchas novedades en mi vida. Muero por entrar a la universidad y convertirme en una persona de éxito. Lo normal.
—Te entiendo. Las cosas son muy diferentes en la universidad —Dijo mientras miraba hacía la luna llena y después fruncía el ceño. Suspiro y me miro—. ¿No te gustaría entrar a Yale conmigo? Mira, sé que no nos conocemos muy bien pero tú siempre me has llamado la atención y…
—Wow. Espera, ¿qué? —« ¡¿Qué?!»
—Vamos ___—Tomo mis manos suavemente y se acercó un poco más a mí—. No me digas que nunca lo has notado. Siempre has sido tan diferente a las demás. A ti te gustaría ser alguien en la vida. No como todas, a las que solo les gustaría desperdiciar su fortuna en maquillaje y cosas estúpidas sin sentido alguno. Tú eres especial para mí. Me gustaría que fueras mía…
Y entonces él me beso. Trevor realmente me beso.
Toda mi adolescencia la había pasado soñando con ese maldito beso. Siempre imagine que sería como ver estrellas fugaces o fuegos artificiales. O algo incluso más grande.
Pero simplemente no hubo nada.
Hasta que me di cuenta que realmente no lo veía a él, sino a Harry.
Entonces, mi corazón reacciono y comenzó a latir desenfrenadamente. Sentí una onda de calor recorrerme el cuerpo y mis ojos se cerraron lentamente. Disfrute el beso, fundiéndome con él, con sus labios…
Harry era mío. Mío.
—___—Tomo mi cabeza entre sus manos y me dio un pequeño beso en la nariz. Me estremecí—. Te quiero…
—También te quiero, Har…
Harry. Él no era Harry .
Ese fue el primer día en el que realmente comencé a tener miedo por mis sentimientos hacía el.
Este es Trevor: http://www.rankingfamosos.com/imagenes/famosos/20121005/river-viiperi-1.jpg
Al final de la noche, todos se habían marchado ya, excepto mamá y Trevor, que se quedó haciéndome compañía en el patio trasero.
Lo conocía prácticamente desde que cumplí los trece años, que fue la edad en la que mi abuela compro esta casa y se hizo amiga de los señores Armstrong. Trevor tenía un par de años más que yo y era muy bien parecido—cabello rubio, de complexión musculosa y unos hermosos ojos azules que enloquecían a cualquier chica a veinte kilómetros a la redonda—. Desde el primer día en el que lo vi, caí rendidamente a sus pies. Aunque últimamente, estaba empezando a dudar si mi enamoramiento por él estaba formando parte del presente.
—Así que, —Dijo él, intentando romper el incómodo silencio que se había formado entre nosotros dos. Estábamos sentados al pie de la piscina, con el agua llegando hasta nuestras rodillas— ¿Qué ha sido de ti? Tenía casi un año sin verte.
—Lo mismo digo —Le dije, riendo un poco. Él también lo hizo—. Ya sabes, no hay muchas novedades en mi vida. Muero por entrar a la universidad y convertirme en una persona de éxito. Lo normal.
—Te entiendo. Las cosas son muy diferentes en la universidad —Dijo mientras miraba hacía la luna llena y después fruncía el ceño. Suspiro y me miro—. ¿No te gustaría entrar a Yale conmigo? Mira, sé que no nos conocemos muy bien pero tú siempre me has llamado la atención y…
—Wow. Espera, ¿qué? —« ¡¿Qué?!»
—Vamos ___—Tomo mis manos suavemente y se acercó un poco más a mí—. No me digas que nunca lo has notado. Siempre has sido tan diferente a las demás. A ti te gustaría ser alguien en la vida. No como todas, a las que solo les gustaría desperdiciar su fortuna en maquillaje y cosas estúpidas sin sentido alguno. Tú eres especial para mí. Me gustaría que fueras mía…
Y entonces él me beso. Trevor realmente me beso.
Toda mi adolescencia la había pasado soñando con ese maldito beso. Siempre imagine que sería como ver estrellas fugaces o fuegos artificiales. O algo incluso más grande.
Pero simplemente no hubo nada.
Hasta que me di cuenta que realmente no lo veía a él, sino a Harry.
Entonces, mi corazón reacciono y comenzó a latir desenfrenadamente. Sentí una onda de calor recorrerme el cuerpo y mis ojos se cerraron lentamente. Disfrute el beso, fundiéndome con él, con sus labios…
Harry era mío. Mío.
—___—Tomo mi cabeza entre sus manos y me dio un pequeño beso en la nariz. Me estremecí—. Te quiero…
—También te quiero, Har…
Harry. Él no era Harry .
Ese fue el primer día en el que realmente comencé a tener miedo por mis sentimientos hacía el.
Este es Trevor: http://www.rankingfamosos.com/imagenes/famosos/20121005/river-viiperi-1.jpg
Aylinjcat
Re: corazon ciego (harry_styles y tu)
Dos días después, me presente temprano en casa de la señora Shelley con un terrible dolor de cabeza. Me había pasado el fin de semana como zombi, sin despegarme de la cama, salvo para ir al baño y comer. Toda yo era un caos de confusión.
Aún me sentía mal por Trevor. Después de aquel apasionado beso en el que mi mente y cuerpo creyeron besar a Harry, lo deje al pie de la alberca, solo. Ni siquiera le dije adiós. Y es que realmente ni siquiera podía pensar coherentemente.
Bien, yo sabía que sentía una ligera atracción por Harry. Ya sabes, del tipo en el que ves a un chico guapo y te llama la atención. Solo eso. Aunque después de lo ocurrido, ya no estaba tan segura.
La casa estaba sumergida en un silencio total. Como lo había predicho, Laura—De ahora en adelante le diría así—, se encontraba fuera de casa. Tal vez de camino al trabajo o algo por el estilo. Lo que me dejaba completamente sola con Harry.
Abrí con sumo cuidado la puerta principal, evitando a toda costa hacer el más pequeño ruido. No quería que el supiera que yo estaba aquí tan temprano. Corrí y subí rápidamente las escaleras, con dirección a su cuarto. Sabía que lo que estaba a punto de hacer me llevaría al próximo nivel de acoso y me daría el título de depravada, y también sabía que si él llegaba a enterarse de lo que estaba a punto de hacer, sería echada a patadas de la casa. Pero no me importaba. Quería saber si mis sentimientos por Harry eran reales.
Con el corazón en la boca y las piernas flojas, abrí lentamente la puerta del cuarto. Como lo predije, él se encontraba dormido. Aún parada debajo del marco de la puerta, me quede contemplándolo y de pronto sentí una especie de hormigueo recorriendo mi cuerpo. Ahí mirándolo, tendido sobre la cama, mi cabeza se llenó de deseos indecorosos. Él era tan perfecto. Llevaba el torso desnudo, solo vistiendo unos pantaloncillos negros. Su cabello despeinado lo hacía parecer más pequeño y revoltoso de lo que realmente era. Y su cara, demonios, esa cara, con sus ojos cerrados y la boca ligeramente abierta le daban ese aspecto de ser angelical y tierno que nunca llegaría a ser. Aun así, lo quería para mí.
Camine hacía un rincón de su cama, y me arrodille para tener una mejor visión de él. Me acerque, al grado de tener nuestras caras frente a frente, respiración con respiración, boca con boca. No podía soportar un segundo más y con muchísima delicadeza, tome su rostro con mis manos, y lo atraje hacía mí.
Y aquello fue la mejor experiencia de toda mi vida.
El beso empezó suavemente, y como parte de mi plan, realmente no esperaba que Harry me siguiera el juego. Pero él lo hizo. Me beso de verdad. Sus labios eran tan cálidos y dulces, como un algodón de azúcar en un día soleado, solo que mil veces mejor. Y nunca me empalagaría. Sentí como si mi mente se derritiera y todo pensamiento se disolviera en el acto. Ahora solo actuaba por instinto. Lo que mi cuerpo quería.
Me importo un demonio si él se encontraba durmiendo. Me subí encima de él, sin despegarme de sus labios. Lo comencé a besar más desesperadamente, como si mi vida dependiera de ello. Con mis manos recorrí su pecho y sus brazos. Su cabello y todo su cuello.
Aquello era el paraíso.
Pero no duraría para siempre, ¿verdad?
Me despegue rápidamente de Harry, con la respiración entrecortada. Aquel beso había sido el más, uh, bueno, realmente no tengo palabras para describirlo. Aquello fue más que genial. Aunque técnicamente, fue como una especie de violación. Bueno, de hecho no. Él también me había besado, ¿eh?
Arregle mi cabello, pasando mis manos sobre este y me mordí el labio inferior, recordando el momento de hace algunos segundos. Me aleje, con cuidado y salí del cuarto, cerrando la puerta tras de mí. Hice mi camino hacia la cocina, bajando alegremente las grandes escaleras de dos en dos mientras tarareaba como estúpida una canción inventada por mí.
Ya en la cocina, comencé a hacerle desayuno a Harry. Al menos se merecía algo, digo, después de aquello podría incluso pagarle todo mi dinero del banco. Una y otra vez. Incluso podría vender la casa…
—¿__?
Me asuste tanto que avente el sartén hacía un lado, y el par de huevos que estaba cocinando quedaron estrellados sobre el piso de mármol. Harry se encontraba a un par de metros de distancia, con una expresión de confusión en su rostro. O espera, tal vez… ¿miedo?
Le mire nerviosa.
—Buenos días Harry. Te he cocinado algo pero… —Mire hacía el piso, donde se encontraba su desayuno—, creo que se ha echado a perder. Lo siento
El asintió y paso una mano por su cabello. Aún andaba sin camiseta y tenía los labios hinchados. Y, oh… Espera, eso que tiene en el cuello, ¿es una marca? Oh. Si lo es. Rayos.
—Uh… ¿__? —Pregunto Harry mientras giraba su cuerpo en mi dirección, aún sin acercarse. Su voz tenía una especie de curiosidad grabada en ella. Ojalá no haya estado despierto—. ¿Desde hace cuánto que llegaste?
—Yo… Uh. —mi*erda—. Yo… Acabo de llegar. Solo unos minutos antes de que entraras a la cocina… —Mentí—. ¿Por qué?
—No lo creerás pero, tuve el sueño más extraño de toda mi vida —Dijo él mientras se sentaba en una silla de madera y colocaba sus codos sobre la barra—.
— ¿Enserio? —Pregunte inocentemente. El asintió—. Y uh… mmm. ¿Te gusto? —Pregunte—.
—Absolutamente.
Aún me sentía mal por Trevor. Después de aquel apasionado beso en el que mi mente y cuerpo creyeron besar a Harry, lo deje al pie de la alberca, solo. Ni siquiera le dije adiós. Y es que realmente ni siquiera podía pensar coherentemente.
Bien, yo sabía que sentía una ligera atracción por Harry. Ya sabes, del tipo en el que ves a un chico guapo y te llama la atención. Solo eso. Aunque después de lo ocurrido, ya no estaba tan segura.
La casa estaba sumergida en un silencio total. Como lo había predicho, Laura—De ahora en adelante le diría así—, se encontraba fuera de casa. Tal vez de camino al trabajo o algo por el estilo. Lo que me dejaba completamente sola con Harry.
Abrí con sumo cuidado la puerta principal, evitando a toda costa hacer el más pequeño ruido. No quería que el supiera que yo estaba aquí tan temprano. Corrí y subí rápidamente las escaleras, con dirección a su cuarto. Sabía que lo que estaba a punto de hacer me llevaría al próximo nivel de acoso y me daría el título de depravada, y también sabía que si él llegaba a enterarse de lo que estaba a punto de hacer, sería echada a patadas de la casa. Pero no me importaba. Quería saber si mis sentimientos por Harry eran reales.
Con el corazón en la boca y las piernas flojas, abrí lentamente la puerta del cuarto. Como lo predije, él se encontraba dormido. Aún parada debajo del marco de la puerta, me quede contemplándolo y de pronto sentí una especie de hormigueo recorriendo mi cuerpo. Ahí mirándolo, tendido sobre la cama, mi cabeza se llenó de deseos indecorosos. Él era tan perfecto. Llevaba el torso desnudo, solo vistiendo unos pantaloncillos negros. Su cabello despeinado lo hacía parecer más pequeño y revoltoso de lo que realmente era. Y su cara, demonios, esa cara, con sus ojos cerrados y la boca ligeramente abierta le daban ese aspecto de ser angelical y tierno que nunca llegaría a ser. Aun así, lo quería para mí.
Camine hacía un rincón de su cama, y me arrodille para tener una mejor visión de él. Me acerque, al grado de tener nuestras caras frente a frente, respiración con respiración, boca con boca. No podía soportar un segundo más y con muchísima delicadeza, tome su rostro con mis manos, y lo atraje hacía mí.
Y aquello fue la mejor experiencia de toda mi vida.
El beso empezó suavemente, y como parte de mi plan, realmente no esperaba que Harry me siguiera el juego. Pero él lo hizo. Me beso de verdad. Sus labios eran tan cálidos y dulces, como un algodón de azúcar en un día soleado, solo que mil veces mejor. Y nunca me empalagaría. Sentí como si mi mente se derritiera y todo pensamiento se disolviera en el acto. Ahora solo actuaba por instinto. Lo que mi cuerpo quería.
Me importo un demonio si él se encontraba durmiendo. Me subí encima de él, sin despegarme de sus labios. Lo comencé a besar más desesperadamente, como si mi vida dependiera de ello. Con mis manos recorrí su pecho y sus brazos. Su cabello y todo su cuello.
Aquello era el paraíso.
Pero no duraría para siempre, ¿verdad?
Me despegue rápidamente de Harry, con la respiración entrecortada. Aquel beso había sido el más, uh, bueno, realmente no tengo palabras para describirlo. Aquello fue más que genial. Aunque técnicamente, fue como una especie de violación. Bueno, de hecho no. Él también me había besado, ¿eh?
Arregle mi cabello, pasando mis manos sobre este y me mordí el labio inferior, recordando el momento de hace algunos segundos. Me aleje, con cuidado y salí del cuarto, cerrando la puerta tras de mí. Hice mi camino hacia la cocina, bajando alegremente las grandes escaleras de dos en dos mientras tarareaba como estúpida una canción inventada por mí.
Ya en la cocina, comencé a hacerle desayuno a Harry. Al menos se merecía algo, digo, después de aquello podría incluso pagarle todo mi dinero del banco. Una y otra vez. Incluso podría vender la casa…
—¿__?
Me asuste tanto que avente el sartén hacía un lado, y el par de huevos que estaba cocinando quedaron estrellados sobre el piso de mármol. Harry se encontraba a un par de metros de distancia, con una expresión de confusión en su rostro. O espera, tal vez… ¿miedo?
Le mire nerviosa.
—Buenos días Harry. Te he cocinado algo pero… —Mire hacía el piso, donde se encontraba su desayuno—, creo que se ha echado a perder. Lo siento
El asintió y paso una mano por su cabello. Aún andaba sin camiseta y tenía los labios hinchados. Y, oh… Espera, eso que tiene en el cuello, ¿es una marca? Oh. Si lo es. Rayos.
—Uh… ¿__? —Pregunto Harry mientras giraba su cuerpo en mi dirección, aún sin acercarse. Su voz tenía una especie de curiosidad grabada en ella. Ojalá no haya estado despierto—. ¿Desde hace cuánto que llegaste?
—Yo… Uh. —mi*erda—. Yo… Acabo de llegar. Solo unos minutos antes de que entraras a la cocina… —Mentí—. ¿Por qué?
—No lo creerás pero, tuve el sueño más extraño de toda mi vida —Dijo él mientras se sentaba en una silla de madera y colocaba sus codos sobre la barra—.
— ¿Enserio? —Pregunte inocentemente. El asintió—. Y uh… mmm. ¿Te gusto? —Pregunte—.
—Absolutamente.
Aylinjcat
Re: corazon ciego (harry_styles y tu)
Pasaron un par de horas desde aquello. Como buena niñera, después de hacerle el desayuno a Harry, literalmente lo lleve hacía al baño y lo desvestí. Y digo literalmente porque me quede mirándolo mientras se quitaba la ropa, claro, hasta que se percató de algo raro y mejor decidió cerrar la puerta. Que mala suerte.
Después, ya no hubo ninguna actividad interesante en todo el día. Solíamos hacer lo mismo y estar en el mismo lugar, ya saben, cada vez que yo iba hacía el salón de entretenimiento, él estaba ahí, o cuando el salía hacía el patio trasero, yo ya me encontraba fuera. Extrañamente, nuestras mentes parecían pensar como igual. Es una señal. Ya mí me encantaba interpretarlas a mi propia manera.
Sin embargo, no todo era color de rosa. Mientras Harry aprovechaba para echarse miles de clavados en la alberca—aunque yo ignoro cómo, ya que él no podía ver nada—, yo solo me quede sentada en la orilla de esta, con los pies dentro de la piscina, los codos apoyados sobre el regazo y la cabeza descansando sobre las palmas de las manos. El escenario me llevaba hacía un par de días atrás, cuando Trevor, mi amor platónico de toda la adolescencia, me había besado. El recuerdo ni siquiera me dejaba vislumbrar a Harry húmedo y semi-desnudo. El sueño de toda chica. ¿O acaso no?
Hablemos de los pros y los contras. A Trevor lo conozco desde hace muchos años. Él siempre me ha ayudado, apoyado y cuidado. Pero sentía que lo hacía porque me veía como una hermana pequeña para él. Es decir, ¿Cuántas veces, un tipo increíblemente guapo, rico y con deslumbrantes chicas tras de él, se llegaría a fijar en algo como yo? Bueno, realmente no es como si yo me considerara fea, en lo absoluto. Solo que, todo lo que yo no tenía, a ellas les sobraba. Además, todas sus ex-novias—bien, no todas, pero si la mayoría—, han llevado impresionantes cabelleras rubias durante prácticamente toda su vida, y tacones que deberían ser etiquetados en la categoría de zancos, a diferencia de mí, con mi cabello oscuro y con camisetas y vaqueros rasgados, dándome el aspecto de mujer indie que ya nadie usaba. Mi segundo nombre debería ser “sencillez”. O más bien violadora o acosadora. Pero esa es otra cosa.
Ahora que sabía sobre los sentimientos de Trevor, me sentía demasiado confundida. Repito, él siempre me había atraído, así que, cuando me beso, pensé que por fin había cumplido con el sueño de la humanidad, de ser feliz con alguien que también me quisiera, y que en cualquier momento aparecería un hada madrina junto con una calabaza en vez de carruaje. Pero no ocurrió nada, de hecho, solo parecí disfrutar el beso a causa de Harry.
Oh Harry.
Ni siquiera conocía su último nombre y prácticamente estaba cacheteando las banquetas por él. ¿Desde hace cuánto que lo conocía? ¿Uh? Oh claro, ya recordé, menos de una semana. Bien. ¿Puedes enamorarte de alguien en menos de una semana? Yo creo que si… Es decir, ¡no! Por supuesto que no. Yo no estaba enamorada de él. Nunca. Los arrogantes y presumidos no iban conmigo. Con aquel beso que le robe en la mañana me sentí a un paso del delirio. Y es que, dentro de mí habían ocurrido cosas inexplicables. No soy de esas que creen en él “y vivieron felices por siempre”, pero ahora comenzaba a dudar…
Mi atracción por él iba más allá de un berrinche, eso estaba claro, pero tampoco quería tener nada que ver con él. Demonios, ¿por qué no puede ser más fácil? Ya, ya. Ya lo sé, probablemente crean que soy un tipo de zorra que se acuesta con todo mundo. Pero no, como les había dicho en un principio, soy virgen y a mucha honra. Aunque en eso de los besos, tenía demasiada experiencia, lamentablemente. Es por eso que ahora me siento entre la espada y la pared con Harry y Trevor; Este último ha sido todo lo que yo siempre había querido, y ha estado conmigo desde que nos hicimos amigos. Amigos de verdad. Y con Harry ...bueno, ya saben. Es solo que ese beso fue algo difícil de, eh, manejar. Nunca me había sentido así. Enserio.
En cualquier momento colapsaría en una crisis nerviosa por culpa de estos dos. Que difícil era todo esto. ¿Por qué no simplemente las cosas tuvieron que quedarse como estaban? Todo hubiera sido tan fácil si…
—¡___! —Grito Harry interrumpiéndome de mis pensamientos, mientras me aventaba agua desde la alberca, apenas mojándome un poco, ya que la tiraba hacía otro ángulo. Me exalte—.
— ¿Qué sucede? —Le pregunte mientras miraba como se sumergía dentro de la piscina y volvía a emerger, una y otra vez. Se detuvo y me sonrió—.
—Nada. Es solo que llevo hablándote desde hace horas y parece que estas perdida en tu propio mundo. ¿En qué tanto piensas? —Nado hacía mi dirección y se apoyó con sus antebrazos en el borde de la piscina, a un lado de mis piernas. Le mire—.
—Estoy pensando en el porqué de pronto te has vuelto tan educado conmigo —Le dije mientras reprimía una sonrisa y el ensanchaba más la suya. Me tiro agua—. ¡Oye! —Le grite entre risas, aventándole agua en respuesta—.
— ¿Lo ves? Yo no soy educado contigo —Respondió divertido—. No, ya hablando enserio. No tengo idea —Giro su cabeza en mi dirección y sonrió aún más. Su mirada quemaba en mi cara y podía jurar que mi rostro tenía el color de un tomate—. Supongo que amanecí de un buen humor.
Sonreí exageradamente. Me sentí contenta y también con ganas de carcajearme.
«Si supieras»
—Eso es bueno —Le dije mientras alejaba mis piernas de la alberca y las subía, abrazándolas con mis brazos. Descanse mi cabeza entre las rodillas y dirigí la mirada hacia otro lado—. Oye, ¿puedo hacerte una pregunta?
El pareció desconcertado, pero después asintió.
— ¿Crees que exista el amor a primera vista? —Le pregunte, sonrojada. Gracias al cielo él no podía notarlo—.
— ¿Amor a primera vista? —El pregunto, sonriendo divertido, sin embargo, parecía una sonrisa sincera—.
—Ya sabes… Como en las películas. ¿Crees?
—Realmente, no lo sé —Respondió calmado. Yo asentí para mis adentros—. Aún no lo sé.
Después, ya no hubo ninguna actividad interesante en todo el día. Solíamos hacer lo mismo y estar en el mismo lugar, ya saben, cada vez que yo iba hacía el salón de entretenimiento, él estaba ahí, o cuando el salía hacía el patio trasero, yo ya me encontraba fuera. Extrañamente, nuestras mentes parecían pensar como igual. Es una señal. Ya mí me encantaba interpretarlas a mi propia manera.
Sin embargo, no todo era color de rosa. Mientras Harry aprovechaba para echarse miles de clavados en la alberca—aunque yo ignoro cómo, ya que él no podía ver nada—, yo solo me quede sentada en la orilla de esta, con los pies dentro de la piscina, los codos apoyados sobre el regazo y la cabeza descansando sobre las palmas de las manos. El escenario me llevaba hacía un par de días atrás, cuando Trevor, mi amor platónico de toda la adolescencia, me había besado. El recuerdo ni siquiera me dejaba vislumbrar a Harry húmedo y semi-desnudo. El sueño de toda chica. ¿O acaso no?
Hablemos de los pros y los contras. A Trevor lo conozco desde hace muchos años. Él siempre me ha ayudado, apoyado y cuidado. Pero sentía que lo hacía porque me veía como una hermana pequeña para él. Es decir, ¿Cuántas veces, un tipo increíblemente guapo, rico y con deslumbrantes chicas tras de él, se llegaría a fijar en algo como yo? Bueno, realmente no es como si yo me considerara fea, en lo absoluto. Solo que, todo lo que yo no tenía, a ellas les sobraba. Además, todas sus ex-novias—bien, no todas, pero si la mayoría—, han llevado impresionantes cabelleras rubias durante prácticamente toda su vida, y tacones que deberían ser etiquetados en la categoría de zancos, a diferencia de mí, con mi cabello oscuro y con camisetas y vaqueros rasgados, dándome el aspecto de mujer indie que ya nadie usaba. Mi segundo nombre debería ser “sencillez”. O más bien violadora o acosadora. Pero esa es otra cosa.
Ahora que sabía sobre los sentimientos de Trevor, me sentía demasiado confundida. Repito, él siempre me había atraído, así que, cuando me beso, pensé que por fin había cumplido con el sueño de la humanidad, de ser feliz con alguien que también me quisiera, y que en cualquier momento aparecería un hada madrina junto con una calabaza en vez de carruaje. Pero no ocurrió nada, de hecho, solo parecí disfrutar el beso a causa de Harry.
Oh Harry.
Ni siquiera conocía su último nombre y prácticamente estaba cacheteando las banquetas por él. ¿Desde hace cuánto que lo conocía? ¿Uh? Oh claro, ya recordé, menos de una semana. Bien. ¿Puedes enamorarte de alguien en menos de una semana? Yo creo que si… Es decir, ¡no! Por supuesto que no. Yo no estaba enamorada de él. Nunca. Los arrogantes y presumidos no iban conmigo. Con aquel beso que le robe en la mañana me sentí a un paso del delirio. Y es que, dentro de mí habían ocurrido cosas inexplicables. No soy de esas que creen en él “y vivieron felices por siempre”, pero ahora comenzaba a dudar…
Mi atracción por él iba más allá de un berrinche, eso estaba claro, pero tampoco quería tener nada que ver con él. Demonios, ¿por qué no puede ser más fácil? Ya, ya. Ya lo sé, probablemente crean que soy un tipo de zorra que se acuesta con todo mundo. Pero no, como les había dicho en un principio, soy virgen y a mucha honra. Aunque en eso de los besos, tenía demasiada experiencia, lamentablemente. Es por eso que ahora me siento entre la espada y la pared con Harry y Trevor; Este último ha sido todo lo que yo siempre había querido, y ha estado conmigo desde que nos hicimos amigos. Amigos de verdad. Y con Harry ...bueno, ya saben. Es solo que ese beso fue algo difícil de, eh, manejar. Nunca me había sentido así. Enserio.
En cualquier momento colapsaría en una crisis nerviosa por culpa de estos dos. Que difícil era todo esto. ¿Por qué no simplemente las cosas tuvieron que quedarse como estaban? Todo hubiera sido tan fácil si…
—¡___! —Grito Harry interrumpiéndome de mis pensamientos, mientras me aventaba agua desde la alberca, apenas mojándome un poco, ya que la tiraba hacía otro ángulo. Me exalte—.
— ¿Qué sucede? —Le pregunte mientras miraba como se sumergía dentro de la piscina y volvía a emerger, una y otra vez. Se detuvo y me sonrió—.
—Nada. Es solo que llevo hablándote desde hace horas y parece que estas perdida en tu propio mundo. ¿En qué tanto piensas? —Nado hacía mi dirección y se apoyó con sus antebrazos en el borde de la piscina, a un lado de mis piernas. Le mire—.
—Estoy pensando en el porqué de pronto te has vuelto tan educado conmigo —Le dije mientras reprimía una sonrisa y el ensanchaba más la suya. Me tiro agua—. ¡Oye! —Le grite entre risas, aventándole agua en respuesta—.
— ¿Lo ves? Yo no soy educado contigo —Respondió divertido—. No, ya hablando enserio. No tengo idea —Giro su cabeza en mi dirección y sonrió aún más. Su mirada quemaba en mi cara y podía jurar que mi rostro tenía el color de un tomate—. Supongo que amanecí de un buen humor.
Sonreí exageradamente. Me sentí contenta y también con ganas de carcajearme.
«Si supieras»
—Eso es bueno —Le dije mientras alejaba mis piernas de la alberca y las subía, abrazándolas con mis brazos. Descanse mi cabeza entre las rodillas y dirigí la mirada hacia otro lado—. Oye, ¿puedo hacerte una pregunta?
El pareció desconcertado, pero después asintió.
— ¿Crees que exista el amor a primera vista? —Le pregunte, sonrojada. Gracias al cielo él no podía notarlo—.
— ¿Amor a primera vista? —El pregunto, sonriendo divertido, sin embargo, parecía una sonrisa sincera—.
—Ya sabes… Como en las películas. ¿Crees?
—Realmente, no lo sé —Respondió calmado. Yo asentí para mis adentros—. Aún no lo sé.
Aylinjcat
Re: corazon ciego (harry_styles y tu)
aww ame ese capitulo
siguela esta tan dbcuiwdhbcwbci me explico??
jaja besos!!
siguela esta tan dbcuiwdhbcwbci me explico??
jaja besos!!
maria delgado hdz
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