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Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Capítulo Doce
Estar sola de verdad era peor de lo que _______________ había creído. Mientras bordaba unas zapatillas que le quería dejar a Arthur como regalo de despedida, reprimió un suspiro. Hacía un día gris y triste. Bella estaba reclinada en la chaiselongue, en medio de la sala, hojeando el último Ladies Journal, y parecía tan absorta como ella. Sin embargo, en el caso de su amiga, había una paz de espíritu que _______________, en su estado torturado, no disfrutaba.
La temporada había terminado dos días antes. Durante el último baile, en casa de lady Matcham, había habido mucha charla acerca de visitas en el campo y planes para las festividades anuales. _______________ había escuchado y había intentado demostrar un entusiasmo que en realidad no sentía. Para ella, el futuro era negro y vacío. Estaba esperando a que Arthur dijera cuándo dejarían Green Street, Bella para ir a Candlewick, y ella para marcharse al continente. Él le había pedido que se quedara con Bella hasta que él acabara con sus negocios en Londres y, naturalmente, ella no se había negado. Sobre todo, en aquel momento en el que lord Alton ya se había marchado de Londres.
Él le había enviado una corta nota a su hermana informándola simplemente de que tenía cosas que hacer en el campo y que sería bienvenida en Candlewick cuando quisiera dejar la ciudad.
No había habido ninguna palabra para ella.
Al mirar a Bella, _______________ no pudo evitar sentirse culpable por no haber podido satisfacer el deseo de su amiga, y mucho peor, por no poder volver a Londres para continuar con su amistad. Arthur tendría que encontrar otro entretenimiento para su mujer durante la próxima temporada. _______________ sabía que no volvería. Nunca podría conocer a la novia de lord Alton. Él, finalmente, se casaría. Era el destino para alguien como él. Ya tenía muchos celos de la bella mujer que sería su esposa. Al sentir tanta angustia, intentó dejar aquellos pensamientos tan tristes a un lado y volvió a concentrarse en el bordado.
La puerta se abrió.
—Hay una nota para usted, señorita.
Frunciendo el ceño, _______________ tomó el sobre de la bandeja que Johnson le ofrecía, pensando en que sería de Charles o de lord Ellsmere. Sin embargo, al ver el lacre sobre el papel, se imaginó una cara de rasgos marcados y ojos azules .Con el corazón en la boca, le hizo una breve inclinación de cabeza al mayordomo para indicarle que podía retirarse y abrió el sobre.
—¿Qué es? —le preguntó Bella.
Lentamente, _______________ lo leyó. Entonces, distraídamente, respondió:
—Tu hermano quiere que vaya al Place. Sus sirvientes necesitan saber lo que tienen que hacer con los muebles, y todo lo demás.
Bella, que se había incorporado y estaba sentada, mirándola, asintió.
—Claro, por supuesto. Tienes que decirles lo que quieres conservar.
—Pero no creo que haya nada que yo quiera.
—Eso no lo sabes —le respondió Bella, con seriedad—. Incluso podrían encontrarse con las pinturas de tu padre. — Bella inclinó la cabeza para observar mejor a su amiga. Le parecía que algo no andaba bien entre ella y Joseph. ¿Por qué si no iba _______________ a caer en semejante letargo? ¿Sólo porque él se hubiera ido al campo para unos cuantos días? Tal y como ella lo veía, era normal que su hermano se hubiera ido con un poco de antelación para organizarlo todo en Candlewick antes de llevar a su novia a pasar una temporada larga allí. A pesar del hecho de que Joseph todavía no le hubiera pedido que se casaran, Bella estaba segura de que lo haría, y de que los planes de _______________ de volver a Italia nunca se llevarían a cabo. Su confianza en el resultado final era suprema. En consecuencia, estaba esperando con tranquilidad a que llegara el día en que se fuera a Candlewick.
—¿Cuándo os vais? —le preguntó Bella.
—Dice que va a venir a recogerme mañana —respondió _______________, todavía luchando con sus emociones. En la nota no había nada más que una amable petición, que no le dejaba mucha maniobra de escape. Lord Alton tendría el placer de recoger a la señorita Hartley a las diez de la mañana del día siguiente, y la devolvería a casa por la tarde.
—Quizá yo debiera ir con vosotros —sugirió Bella—. No hay nada que me mantenga aquí, y quiero ver a Jonathan.
_______________ aceptó rápidamente. En su estado, pasar dos horas a solas con lord Alton en un carruaje era un desafío demasiado difícil como para aceptarlo.
Sin embargo, cuando le expusieron el asunto a Arthur, él las sorprendió a ambas pidiéndole a su esposa que no lo hiciera.
—Me temo, querida, que preferiría que te quedaras en Londres los dos días siguientes. Como Joseph va a traer a _______________ mañana por la tarde, no creo que debas marcharte de Green Street todavía.
_______________ se retiró aquella noche a su habitación intentando controlar su alegría cuando pensaba en el día siguiente. Todo había terminado entre lord Alton y ella. Entonces, ¿por qué no podía evitar los escalofríos de impaciencia que le recorrían el cuerpo?
Exactamente a las diez de la mañana, el coche de viaje de lord Alton se detuvo a la puerta de Winsmere House. Joseph entró sin ser anunciado
en la sala de estar de su hermana y no pudo evitar sonreír ante la imagen que se encontraron sus ojos.
Sentada en el alféizar de la ventana, su amada _______________ lo estaba esperando perfectamente preparada, jugueteando nerviosamente con los lazos de su sombrero. Tenía la mirada fija en el jardín. Bella estaba sentada en la chaiselongue observando el techo. Ella fue la primera que lo vio.
—¡Oh!
Joseph se acercó para darle un beso afectuoso en la mejilla.
—Buenos días, querida. No te molestes en levantarte. Nos vamos ahora mismo. ¿Está lista la señorita Hartley?
Al saberse objeto de la mirada de lord Alton, _______________ asintió y se levantó. Ambos se despidieron de Bella y a los pocos minutos estaban en camino.
—Espero que el viaje no sea muy tedioso —dijo Joseph gentilmente.
Al ver su sonrisa, el miedo de _______________ se disipó, y ella sonrió también.
Mientras recorrían las calles abarrotadas, permanecieron en un cómodo silencio. Una vez que llegaron a las afueras de la ciudad, y el poder de los caballos se dejó sentir, Joseph se volvió hacia _______________.
—¿Te has enterado de la última ocurrencia de Prinny?
Por supuesto, ella no se había enterado. Con facilidad, la entretuvo con varias anécdotas y otras historias, hasta que ella se relajó lo suficiente como para hacer algunas preguntas, la mayoría de ellas sobre el Place. Perfectamente contento con el tema Joseph le describió el estado de la propiedad, y cómo afectaba aquello a sus propias tierras.
—Así que ya ves, el Place corta mis tierras en dos, al menos en esa parte, lo cual significa que mi gente tiene que rodear constantemente el terreno, y a veces, eso implica triplicar las distancias. Aparte de ser una molestia, durante estos últimos años se ha convertido en una monstruosidad. Ha sido muy irritante para mí, y para mis granjeros también, ver cómo esa buena tierra se estropeaba.
_______________ asintió al recordar el Place tal y como ella lo había visto por última vez.
Joseph se interrumpió para mirar por la ventana. El único tema de conversación que había evitado había sido el tiempo. Se había asegurado de que _______________ se sentara a la izquierda del coche, para que sólo pudiera observar el cielo del este, relativamente claro. Por su lado, el horizonte del oeste estaba oscurecido por las nubes color gris oscuro, de una forma y color que, para una persona que se hubiera criado en el campo, anunciaban algo: nieve. Aquella misma noche.
La temperatura estaba empezando a descender rápidamente, aunque él no creía que _______________ lo notara, abrigada como iba. De todas formas, no podía ser demasiado complaciente con aquel tema. Con una sonrisa malvada, se volvió hacia ella, haciendo una lista mental en menos de un segundo
Sobre los últimos cotilleos, y seleccionando los más divertidos.
El cochero los llevó directamente al Place, y llegaron allí pasado el mediodía. El administrador, Jennings, y Duckett, los estaban esperando.
—Te dejo con Duckett, querida mía —dijo Joseph—. Estaré con Jennings si me necesitáis.
Al reconocer a Duckett, _______________ se sintió aliviada por contar con su reconfortante compañía mientras caminaba por las viejas habitaciones del Place. No había ningún mueble que ella recordara con especial cariño, así que el mayordomo le sugirió que se los cedieran a la mujer del párroco, que llevaba la caridad de la parroquia.
—Hay otra cosa más, señorita —dijo Duckett, deteniéndose en el último tramo de las escaleras.
Joseph que ya había terminado de darle las instrucciones a Jennings, y se unió a ellos.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
aww Joseph eres tan inteligente!
Ojala que el plan salga bien!!
Siguela!
Ojala que el plan salga bien!!
Siguela!
aranzhitha
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Tienes que seguirla, no la puede dejar ahi.
Siguela prontoooo
Puchy_ve
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
pon el que sigue pooooooorrrrfiiiisss..... aaaaaaahhhh ya quiero saber que hay en esa habitacion!!!!!!!...
chelis
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
—Le estaba diciendo a la señorita Hartley, milord, que cuando han entrado esta mañana al ático han encontrado una de las habitaciones cerrada. Alguien había puesto un viejo armario para bloquear la puerta. Ha hecho falta la fuerza de tres hombres para quitarlo. La habitación parecía un estudio de pintura, y había varios cuadros apilados contra una pared. No sabemos qué hacer con ellos, así que los dejamos hasta que ustedes llegaron. ¿Le importaría echarle un vistazo, señorita Hartley?
—¡Oh, Joseph! Si fueran... —exclamó _______________.
Él la miró, sonriendo, increíblemente satisfecho de oír su nombre en los labios de _______________.
—Paciencia. Lo veremos en un momento. Guíanos, Duckett.
La puerta del estudio estaba medio abierta. Duckett la empujó y le cedió el paso a _______________. Aturdida, pasó el umbral y entró, levantándose la falda para que no se le manchara de polvo. No había duda de que aquel había sido el estudio de su padre. Las ventanas eran altísimas y ocupaban una de las paredes casi por completo. Aunque estaban cubiertas de trapos y de suciedad, se veía claramente que, de estar abiertas, inundarían de luz la estancia. Había un caballete en una esquina, y el olor a pintura todavía se detectaba. _______________ miró a su alrededor.
Por un instante, recordó tan vívidamente su vida anterior que se le llenaron los ojos de lágrimas. Entonces, oyó el sonido de un suave movimiento detrás de ella, y Joseph se acercó y le puso las manos sobre los hombros para confortarla. Como un ancla, la sujetó al presente, defendiéndola de los recuerdos del pasado.
_______________ respiró hondo. Calmada una vez más, le rozó una mano con la suya en agradecimiento. Entonces se fijó en los lienzos que había apoyados en la pared. Ella se movió para tocarlos e, inmediatamente, él la liberó y la siguió.
En silencio, se pusieron a examinar el legado del padre de _______________.
La mayoría de los retratos eran de adolescentes.
Después de unos momentos de reflexión mientras observaba a un joven pelirrojo, Joseph sonrió.
¡Ah! ¡Ahora lo entiendo!
Pacientemente, _______________ esperó su explicación.
—Tu padre era, claramente, un hombre muy inteligente. Quería dejarte algo que retuviera su valor a través del tiempo, así que te dejó estos cuadros —Joseph le señaló el primero—. Este es William Grenville cuando era joven. Grenville ha sido primer ministro hace poco. Su familia pagará una fortuna por este cuadro. Y —continuó, pasando a otro retrato— a menos que me equivoque, este es Spencer Percival, otro primer ministro. Y ese podría ser Castlereagh, aunque no estoy seguro —dijo, y continuó mirando los retratos.
Había dieciséis, y Joseph pudo ponerles nombre a nueve, y suponer el de los restantes. Sin embargo, al final de una de las pilas había tres que atraparon su atención y la de _______________. . El primero era el de una mujer joven, con una cara dulce y el pelo dorado, y unos ojos asombrosamente claros, color miel, que brillaban casi fuera del lienzo. Era un retrato de la madre de _______________.
Joseph dejó que _______________ mirara el rostro de su madre y pasó a otro cuadro. Había un bebé que jugueteaba en la hierba, al lado de la misma mujer, que tenía una suave sonrisa llena de amor.
Ofreciéndole el cuadro a _______________ en silencio, tomó el último. Era de una niña de unos seis años, con el pelo largo recogido en unas trenzas, y pecas por la nariz. Joseph sonrió. Se volvió hacia _______________ y le puso un dedo bajo la barbilla para que alzase la cara. Después de un cuidadoso examen, que no se posó en sus ojos resplandecientes, dijo:
—Has perdido las pecas.
_______________ sonrió temblorosamente, agradeciéndole su intento de reconfortarla.
Joseph sonrió también y le acarició la mejilla con el dedo. Miró a su alrededor.
—Ahora que esta habitación ha sido abierta de nuevo, creo que deberíamos sacar las pinturas de aquí.
_______________ asintió. Duckett empezó entonces a hacer pilas más pequeñas con los cuadros para facilitar su transporte.
—Y ahora —dijo Joseph—, debes de estar hambrienta. Vamos a Candlewick. La señora Landy nos dará de comer.
Casi olvidándose del largo viaje que tenían que hacer para volver a Londres, _______________ bajó las escaleras, con el corazón lleno de alegría y disfrutando de la novedad de poder compartirla.
La señora Landy tenía la comida esperando. Le echó una regañina a Joseph por tener durante tanto tiempo a la señorita expuesta al frío, cosa que hizo que _______________ arqueara las cejas sorprendida. Sin embargo, Joseph se limitó a reírse.
Cuando hubieron comido, él la dejó con el ama de llaves mientras se iba a hablar con los empleados de la finca y con los granjeros.
Sólo por la tarde, ante un té con pastas, se dio cuenta _______________ de que el día empezaba a oscurecerse, y se inquietó. A medida que pasaba el tiempo y Joseph no volvía, tuvo una premonición.
Ya había atardecido cuando él apareció. Entró en la sala donde ella se había instalado, dando golpes en el suelo para reactivar la circulación de los pies. Después se acercó a la chimenea y se agachó para calentarse las manos. Se puso de pie sonriendo para darle confianza, pero sus palabras tuvieron el efecto contrario.
—Me temo, querida, que tendremos que quedarnos aquí esta noche. El tiempo ha empeorado mucho, y los caminos se están helando. Va a nevar, y dudo que llegáramos a Great North Road antes de quedarnos atrapados.
Al ver su sonrisa satisfecha, _______________ abrió unos ojos como platos. Estaba segura de que lo había planeado todo. Pero, ¿por qué, por el amor de Dios?
Sin embargo, su anfitrión no le dio oportunidad paró formular aquella pregunta. La desafió a una partida de ajedrez, juego del que _______________ había admitido tener conocimientos, y cuando Joseph acababa de ceder su rey, la señora Landy apareció en la puerta, sonriendo, para acompañar a _______________ a arreglarse antes de la cena. La preocupación que había invadido a _______________ le pareció ridícula cuando se vio apoyada por la respetabilidad de aquella dama.
Durante la cena, tuvo un sentimiento de irrealidad. Se sentó a la derecha de Joseph, tan atento con ella que no tuvo ocasión de preguntarse sobre lo adecuado de la situación. La comida estaba deliciosa, y el vino que tomaron estaba fresco y dulce. Hablaron sobre los retratos del padre de _______________, hasta que, cuando les hubieron retirado el último plato, Joseph se levantó y le dijo:
—Vamos. Estaremos más cómodos en la sala.
La presencia de Duckett detrás de su silla había calmado su conciencia, un tanto agobiada por las sospechas. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que las puertas de la sala se habían cerrado tras ellos y de que estaban solos, se puso muy nerviosa. Cruzó la habitación hacia una butaca que había frente a la chimenea, consciente de que él la seguía muy cerca.
— _______________.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
awww Joseph es tan lindo!!
Me encantaria enamorarme de alguien asi!
Siguela!
Me encantaria enamorarme de alguien asi!
Siguela!
aranzhitha
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
ay no , por favor síguela , eh esperado tanto para que esten juntos :love:
síguela!
síguela!
fernanda
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
omg omg omg... como la dejas asi ???
ahora se vienen todooo lo buenooo.. osea la confesion ...
aii dios... este joe es lo mejor del mundo.!!!
me alegro que la rayis econtrara los cuadros :)
pleaseeee siiguelaaaaaaaaaaaaaa
ahora se vienen todooo lo buenooo.. osea la confesion ...
aii dios... este joe es lo mejor del mundo.!!!
me alegro que la rayis econtrara los cuadros :)
pleaseeee siiguelaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Aquella única palabra, pronunciada en el tono más persuasivo, la dejó inmóvil ante la embocadura de mármol. Sabiendo que sería inútil intentar escaparse, _______________ se dio la vuelta lentamente. Él estaba más cerca de lo que pensaba y, de repente, se vio entre sus brazos, como si fuera una delicada porcelana. Miró hacia arriba y vio que él inclinaba la cabeza para besarla, tan suavemente que la caricia cautivó sus sentidos.
Aquella vez, el beso no terminó, sino que le robó el aliento y el sentido. Su nerviosismo desapareció, eclipsado por el cálido deseo que estaba sintiendo. En respuesta a algún impulso incontrolable, _______________ le pasó los brazos por el cuello. Entonces, él presionó suavemente hasta que ella separó los labios y el beso se hizo más profundo.
De repente, _______________ se dio cuenta de la tensión de los músculos que la abrazaban tan ligeramente, del control férreo que Joseph estaba ejerciendo sobre su cuerpo para no apretarla contra él. Entonces, ella se acercó y dejó que su cuerpo descansara contra su pecho.
Joseph se tensó aún más por el esfuerzo de mantener las riendas de su pasión. Levantó la cabeza para mirarla. Sorprendido, percibió en sus ojos marrones el deseo, y sus labios ligeramente separados, como una tentación. La sirena que había atisbado en la biblioteca de Massingham House estaba entre sus brazos. Y todo lo que pudo hacer fue decirle, con la voz ronca:
—Cásate conmigo, _______________.
Sus palabras penetraron lentamente en la niebla que había cubierto su cerebro. No tenían sentido. Ya nada tenía sentido. Él ya tenía el Place. Se suponía que aquello no tenía que estar sucediendo. _______________ hizo caso omiso de lo que le había dicho y, en vez de responder, se apretó más contra su cuerpo y volvió a ofrecerle sus labios.
Joseph no pudo resistirse a su demanda descarada. Volvió a besarla, e intentó con todas sus fuerzas pensar en otra cosa, cualquier cosa antes que en la esbelta figura que se acurrucaba tan tentadoramente contra él. Su plan de cortejarla gentilmente no había tenido en cuenta la posibilidad de semejantes respuestas por parte de _______________. Con la remota esperanza de que ella recuperara el sentido común si mantenía sus caricias frustrantemente ligeras, cubrió de suaves besos su cara y sus labios, sin ceder a sus intentos de llevarlo hacia caricias más intensas. Gradualmente, su pasión cedió un poco, lo mínimo como para que él pudiera intentarlo de nuevo.
—¿_______________?
—Mmm —ella se movió seductoramente contra él, y le cortó la respiración.
—Cásate conmigo, mi amor. Di sí. Ahora.
—Eh... ¿qué? —de repente, _______________ enfocó la mirada. Lentamente, empezó a pensar. Entonces, todavía aturdida, negó con la cabeza.
Y para su asombro, notó que él la miraba con los ojos oscurecidos por el deseo pero, al mismo tiempo, despidiendo chispas de ira.
—Espero de veras, mi amor, que no me digas que no vas a casarte conmigo.
Su tono de irritación hizo que _______________ se recuperara por completo. El calor de sus brazos todavía la rodeaba, haciéndole difícil pensar. Le puso las manos sobre los hombros e intentó salirse de su abrazo, pero él la mantuvo allí, suavemente. Sin embargo, la cárcel era de acero.
—No puedo pensar —dijo ella, protestando en un susurro.
—No pienses —le dijo él, tan cerca que su respiración le acariciaba la mejilla—. Solo di que sí.
De nuevo, ella sacudió la cabeza, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Apoyó la cabeza en su hombro. Sintió que él volvía a atraerla hacia sí, y que su calor la reconfortaba, más que amenazarla.
Ridículo, pensó, sentirse tan completamente en paz en brazos de un hombre que no la quería.
—¿Por qué?
La pregunta fue como un murmullo en su cabeza.
—Porque no me quieres —respondió ella.
—¿Qué?
De repente, él la separó de ella, mirándola con incredulidad y estupefacción al mismo tiempo. Cerró los ojos exasperado, y volvió a atraerla hacia sí hasta que tuvo la cabeza apoyada en su hombro de nuevo.
_______________ se acurrucó contra él, todavía abrumada por sus besos. Deseaba más, pero no se atrevía a tentarlo. Su insistencia en pedirle que se casaran la dejaba confundida. Y sus propias respuestas hacia él la confundían aún más. Qué atrevida se volvía, en sus brazos.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Chicuelas, este es el último capítulo y aunque ya la había leido, recien me doy cuenta que era el último... o sea faltan partes de este capítulo que se las pondre luego... Desde ya muchas gracias y estoy viendo cual novela adaptar ahora, así que no os preocupeis que no las dejare sin novela xD LAS AMO.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
aww esta sigue de terca!!!
Gracias, ya sabes que me veras en la proxima!
Siguela!!
Gracias, ya sabes que me veras en la proxima!
Siguela!!
aranzhitha
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