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Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
tengo una muy buena impresion de ese mayordomo
síguela por favor
síguela por favor
fernanda
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Ahahah me muero. Que divino!
Me imaginobque la otra se quedo dormida encima.haha
Gracias por subir la novela!!!
Me imaginobque la otra se quedo dormida encima.haha
Gracias por subir la novela!!!
Augustinesg
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Aaahh!!!.. Pensé que no la iba dejar entrar!!!!!!!..... Aaaaaahh y ahora conocerá a joeee!!!!!
chelis
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Su respuesta aplacó al vizconde. Lord Alton le preguntó, con el ceño fruncido todavía:
—¿Y?
Duckett se explicó:
—Parece que la joven señorita necesita ayuda para resolver algún problema, milord. Quería hablar con lady Alton. Parece que está angustiada. Pensé que no sería inteligente negárselo. Es la señorita Hartley.
—¿Hartley? —Las cejas negras volvieron a su lugar—. Pero no hay ninguna señorita Hartley en el Place, ¿verdad?
—He oído que la hija del señor James Hartley estaba de visita en la casa durante estos últimos días. Vino del continente, creo.
—¿A quedarse con ese horrible Charles? Pobre muchacha.
—Exactamente, milord.
Lord Alton observó a Duckett con desconfianza.
—Ha dicho que estaba angustiada, pero no estará llorando ni a punto de desmayarse, ¿verdad?
—Oh, no, milord. La señorita Hartley guarda perfectamente la compostura.
Lord Alton volvió a fruncir el ceño.
—Entonces, ¿cómo sabe que está angustiada?
—Por sus manos, milord. Agarraba el bolso con tanta fuerza que tenía los nudillos blancos.
Impresionado por la astucia de su mayordomo, lord Alton le preguntó:
— ¿Y cree que debería verla?
Duckett miró al vizconde a los ojos y no eludió la pregunta. Nadie que conociera a lord Alton dejaría de entender lo delicado de aquel asunto. Para una joven, conocer a un caballero a solas, sobre todo si aquello sucedía en la casa del caballero y no había ninguna otra señora cerca, era un comportamiento que alguien tan conservador como el propio Duckett no aprobaría— Y menos aun siendo el caballero lord Alton.
Sin embargo, la percepción del mayordomo era muy aguda. La señorita Hartley estaba en una situación difícil, que ella sola no podía solucionar, y el vizconde sí. Y, aparte de su reputación, él no sería ningún peligro. La señorita Hartley era demasiado joven y estaba demasiado verde como para ser del gusto, de lord Alton. Así que Duckett se aclaró la garganta y respondió:
—A pesar de... eh... las convenciones, milord, creo que sí debería verla.
Con un suspiro, lord Alton se levantó, estirando su metro ochenta y cinco de estatura. Relajadamente, se estiró las mangas de la camisa, se colocó los gemelos y se puso la chaqueta azul oscuro sobre los hombros. Después miró a Duckett.
—Si esto me lleva al escándalo, viejo amigo, será absolutamente culpa suya.
Duckett sonrió y le abrió la puerta.
—Como deseéis, milord. La señorita está en la sala.
Con una última mirada de advertencia, lord Alton traspasó la puerta y cruzó el vestíbulo.
El sueño de _______________ fue inquietante. En él se había transformado en una de las ninfas plasmadas en el óleo de Fragonard. Junto a sus hermanas desconocidas, correteaba libremente por el claro de un bosque, sintiendo la suave brisa en la piel desnuda. De repente, se detuvo. Alguien la estaba observando. Miró a su alrededor, ruborizándose. Sin embargo, no había nadie a la vista. La sensación de que la vigilaban se intensificó. Abrió los ojos.
Y confusamente, descubrió unos ojos azules
Entonces enfocó la figura de un hombre. Contuvo la respiración, sin saber si ya estaba en el mundo real o continuaba en el sueño. Porque el hombre que la miraba con aquellos ojos maravillosos era un dios. Y era incluso más inquietante que el sueño erótico que había tenido. Él tenía los rasgos marcados, con las líneas puras que los pintores adoraban. Era ancho de hombros y tenía un cuerpo largo y fibroso. Su pelo era negro y elegantemente ondulado, y suavizaba de algún modo el efecto de su barbilla decidida. Tenía las pestañas largas y arqueaba las cejas interrogativamente.
—Oh —fue todo lo que pudo decir _______________.
La visión sonrió, y a ella le dio un vuelco el corazón.
—Estaba usted durmiendo tan plácidamente que no he querido despertarla.
Su voz era aterciopelada y grave.
Con esfuerzo, _______________ se irguió y obligó a su mente a que se pusiera en funcionamiento.
—Yo... lo lamento muchísimo. Me he quedado dormida. Estaba esperando a lady Alton.
—¿Y?
Duckett se explicó:
—Parece que la joven señorita necesita ayuda para resolver algún problema, milord. Quería hablar con lady Alton. Parece que está angustiada. Pensé que no sería inteligente negárselo. Es la señorita Hartley.
—¿Hartley? —Las cejas negras volvieron a su lugar—. Pero no hay ninguna señorita Hartley en el Place, ¿verdad?
—He oído que la hija del señor James Hartley estaba de visita en la casa durante estos últimos días. Vino del continente, creo.
—¿A quedarse con ese horrible Charles? Pobre muchacha.
—Exactamente, milord.
Lord Alton observó a Duckett con desconfianza.
—Ha dicho que estaba angustiada, pero no estará llorando ni a punto de desmayarse, ¿verdad?
—Oh, no, milord. La señorita Hartley guarda perfectamente la compostura.
Lord Alton volvió a fruncir el ceño.
—Entonces, ¿cómo sabe que está angustiada?
—Por sus manos, milord. Agarraba el bolso con tanta fuerza que tenía los nudillos blancos.
Impresionado por la astucia de su mayordomo, lord Alton le preguntó:
— ¿Y cree que debería verla?
Duckett miró al vizconde a los ojos y no eludió la pregunta. Nadie que conociera a lord Alton dejaría de entender lo delicado de aquel asunto. Para una joven, conocer a un caballero a solas, sobre todo si aquello sucedía en la casa del caballero y no había ninguna otra señora cerca, era un comportamiento que alguien tan conservador como el propio Duckett no aprobaría— Y menos aun siendo el caballero lord Alton.
Sin embargo, la percepción del mayordomo era muy aguda. La señorita Hartley estaba en una situación difícil, que ella sola no podía solucionar, y el vizconde sí. Y, aparte de su reputación, él no sería ningún peligro. La señorita Hartley era demasiado joven y estaba demasiado verde como para ser del gusto, de lord Alton. Así que Duckett se aclaró la garganta y respondió:
—A pesar de... eh... las convenciones, milord, creo que sí debería verla.
Con un suspiro, lord Alton se levantó, estirando su metro ochenta y cinco de estatura. Relajadamente, se estiró las mangas de la camisa, se colocó los gemelos y se puso la chaqueta azul oscuro sobre los hombros. Después miró a Duckett.
—Si esto me lleva al escándalo, viejo amigo, será absolutamente culpa suya.
Duckett sonrió y le abrió la puerta.
—Como deseéis, milord. La señorita está en la sala.
Con una última mirada de advertencia, lord Alton traspasó la puerta y cruzó el vestíbulo.
El sueño de _______________ fue inquietante. En él se había transformado en una de las ninfas plasmadas en el óleo de Fragonard. Junto a sus hermanas desconocidas, correteaba libremente por el claro de un bosque, sintiendo la suave brisa en la piel desnuda. De repente, se detuvo. Alguien la estaba observando. Miró a su alrededor, ruborizándose. Sin embargo, no había nadie a la vista. La sensación de que la vigilaban se intensificó. Abrió los ojos.
Y confusamente, descubrió unos ojos azules
Entonces enfocó la figura de un hombre. Contuvo la respiración, sin saber si ya estaba en el mundo real o continuaba en el sueño. Porque el hombre que la miraba con aquellos ojos maravillosos era un dios. Y era incluso más inquietante que el sueño erótico que había tenido. Él tenía los rasgos marcados, con las líneas puras que los pintores adoraban. Era ancho de hombros y tenía un cuerpo largo y fibroso. Su pelo era negro y elegantemente ondulado, y suavizaba de algún modo el efecto de su barbilla decidida. Tenía las pestañas largas y arqueaba las cejas interrogativamente.
—Oh —fue todo lo que pudo decir _______________.
La visión sonrió, y a ella le dio un vuelco el corazón.
—Estaba usted durmiendo tan plácidamente que no he querido despertarla.
Su voz era aterciopelada y grave.
Con esfuerzo, _______________ se irguió y obligó a su mente a que se pusiera en funcionamiento.
—Yo... lo lamento muchísimo. Me he quedado dormida. Estaba esperando a lady Alton.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
buenisima siguela... ahhhhhhh
vania0107
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Ay!!! Que lindo que lindo que lindooooooo!!
Por favor vuelve pronto!! Ya mori de ganas de saber como continua ahha.y muchas gracias!!
Por favor vuelve pronto!! Ya mori de ganas de saber como continua ahha.y muchas gracias!!
Augustinesg
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
fgvbsdufvsdhj NUEVA Y FIEL LECTORA! WAAA PERDON POR TARDERME EN PASAR PERO TENGO MUCHA TAREA PERO EN FIN ESPERO LA SIGAS KJFHD
Pao Jonatica Forever :3
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
awww por fin se encontraron!!!!
Joe es tan lindo:P
siguela!!!!!
Joe es tan lindo:P
siguela!!!!!
aranzhitha
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
BIENVENIDAS A LAS NUEVAS LECTORAS Y A MIS HERMOSAS DE SIEMPRE, ME ALEGRO QUE LES GUSTE :D
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
—Siento desilusionarla —respondió él, aunque su sonrisa no decía lo mismo—. Permítame presentarme. Soy Joseph Jonas, vizconde de Alton, a su servicio.
Entonces se inclinó con elegancia, mirándola con los ojos muy brillantes.
—Pero he de decirle que todavía no me he casado y, por lo tanto, no hay ninguna lady Alton.
—¡Oh, qué desafortunada situación!
Su exclamación de angustia sorprendió a Joseph. No estaba acostumbrado a recibir semejante respuesta de una mujer joven y agradable. Torció los labios y le brillaron aún más los ojos, por la diversión perversa que sentía.
—Ciertamente.
Su tono de voz hizo que los enormes ojos marrones de _______________ se fijaran en él, y Joseph percibió la consternación sincera que transmitían. Así pues, rechazó la apetecible idea de explicarle el motivo de su soltería.
Era evidente que Duckett había acertado al describirle el estado de la joven. Aunque mantuviera la compostura y no se dejara llevar por la histeria, no cabía duda de que estaba totalmente perdida y de que no sabía qué hacer. Así pues, sonrió cautivadoramente.
—Me parece que usted tiene algún problema. Quizá yo pudiera ayudarla.
Su amable ofrecimiento hizo que _______________ se ruborizara. ¿Cómo iba a explicárselo... a un hombre?
—Eh... No creo que... —empezó a decir al levantarse, agarrando con fuerza el bolso.
Mientras lo hacía, sus ojos pasaron de lord Alton al Fragonard que había colgado sobre la chimenea, detrás de él. _______________ se quedó petrificada. ¿Qué clase de hombre, soltero, colgaría una obra de arte tan escandalosa en la sala de recibir a las visitas? Sin que _______________ lo supiera, aquellos pensamientos se le reflejaron en el rostro, como si fuera un libro abierto. Por experiencia, Joseph supo que lo más inteligente sería aceptar la retirada de aquella muchacha como la liberación que en realidad era. Pero algún impulso inesperado lo empujó a averiguar qué extraña historia, qué capricho del destino le había puesto aquel exquisito bocado a las puertas de su casa. Además, no le había gustado la suposición de la chica de que él no podría ayudarlo.
—Mi querida señorita Hartley, espero que no vaya a decirme algo como «no creo que usted pueda serme de ayuda» incluso antes de haberme explicado su problema.
_______________ parpadeó. Por supuesto, había estado a punto de decirlo, pero él no le había dado la oportunidad, así que tenía que encontrar algún modo aceptable de salir de aquello.
Lord Alton sonreía de nuevo. Era extraño, pero ella nunca había visto una sonrisa que le transmitiera tanto calor como aquella.
—Por favor, siéntese, señorita Hartley. ¿Puedo ofrecerle algún refresco? ¿No? Bien, entonces, ¿por qué no me cuenta cuál es su problema? Le prometo que no me asustaré.
_______________ se hundió de nuevo en la butaca y reflexionó un momento sobre las diferentes opciones que tenía. Si insistía en marcharse sin pedirle consejo a lord Alton, ¿adónde iría? Y, lo que era más importante, ¿cuánto tardaría Charles en encontrarla? Aquel pensamiento, por encima de cualquier otro, fue lo que la decidió a hablar.
—En realidad, quería que me aconsejara... sobre lo que debo hacer en la situación... en la que me encuentro.
—¿Y cuál es?
La necesidad de confiar en alguien era muy poderosa, así que _______________, finalmente, se deshizo de toda cautela.
—Acabo de volver a Inglaterra desde Italia, donde he vivido durante los doce últimos años. Vivía con mi padre, James Hartley. Murió hace unos meses, y me dejó bajo la tutela de mi tío, Ernest Hartley.
Miró a lord Alton. Tenía una expresión comprensiva, y asentía para darle ánimo. Ella respiró hondo y continuó:
—Volví a Inglaterra rápidamente. Yo... no quería quedarme en Italia. Cuando llegué a Hartley Place, supe que mi tío había muerto un mes antes que mi padre. Mi primo Charles es el propietario de la finca en este momento.
—Conozco ligeramente a Charles Hartley, si eso le resulta de ayuda. Y puedo añadir que no es la persona apropiada para hacerse cargo de una muchacha joven como usted.
Aquellas palabras y su tono frío e impersonal hicieron que _______________ se ruborizara.
Al darse cuenta, Joseph supo que se había acercado mucho a la verdad.
Ella siguió, con los ojos fijos en la chimenea.
Entonces se inclinó con elegancia, mirándola con los ojos muy brillantes.
—Pero he de decirle que todavía no me he casado y, por lo tanto, no hay ninguna lady Alton.
—¡Oh, qué desafortunada situación!
Su exclamación de angustia sorprendió a Joseph. No estaba acostumbrado a recibir semejante respuesta de una mujer joven y agradable. Torció los labios y le brillaron aún más los ojos, por la diversión perversa que sentía.
—Ciertamente.
Su tono de voz hizo que los enormes ojos marrones de _______________ se fijaran en él, y Joseph percibió la consternación sincera que transmitían. Así pues, rechazó la apetecible idea de explicarle el motivo de su soltería.
Era evidente que Duckett había acertado al describirle el estado de la joven. Aunque mantuviera la compostura y no se dejara llevar por la histeria, no cabía duda de que estaba totalmente perdida y de que no sabía qué hacer. Así pues, sonrió cautivadoramente.
—Me parece que usted tiene algún problema. Quizá yo pudiera ayudarla.
Su amable ofrecimiento hizo que _______________ se ruborizara. ¿Cómo iba a explicárselo... a un hombre?
—Eh... No creo que... —empezó a decir al levantarse, agarrando con fuerza el bolso.
Mientras lo hacía, sus ojos pasaron de lord Alton al Fragonard que había colgado sobre la chimenea, detrás de él. _______________ se quedó petrificada. ¿Qué clase de hombre, soltero, colgaría una obra de arte tan escandalosa en la sala de recibir a las visitas? Sin que _______________ lo supiera, aquellos pensamientos se le reflejaron en el rostro, como si fuera un libro abierto. Por experiencia, Joseph supo que lo más inteligente sería aceptar la retirada de aquella muchacha como la liberación que en realidad era. Pero algún impulso inesperado lo empujó a averiguar qué extraña historia, qué capricho del destino le había puesto aquel exquisito bocado a las puertas de su casa. Además, no le había gustado la suposición de la chica de que él no podría ayudarlo.
—Mi querida señorita Hartley, espero que no vaya a decirme algo como «no creo que usted pueda serme de ayuda» incluso antes de haberme explicado su problema.
_______________ parpadeó. Por supuesto, había estado a punto de decirlo, pero él no le había dado la oportunidad, así que tenía que encontrar algún modo aceptable de salir de aquello.
Lord Alton sonreía de nuevo. Era extraño, pero ella nunca había visto una sonrisa que le transmitiera tanto calor como aquella.
—Por favor, siéntese, señorita Hartley. ¿Puedo ofrecerle algún refresco? ¿No? Bien, entonces, ¿por qué no me cuenta cuál es su problema? Le prometo que no me asustaré.
_______________ se hundió de nuevo en la butaca y reflexionó un momento sobre las diferentes opciones que tenía. Si insistía en marcharse sin pedirle consejo a lord Alton, ¿adónde iría? Y, lo que era más importante, ¿cuánto tardaría Charles en encontrarla? Aquel pensamiento, por encima de cualquier otro, fue lo que la decidió a hablar.
—En realidad, quería que me aconsejara... sobre lo que debo hacer en la situación... en la que me encuentro.
—¿Y cuál es?
La necesidad de confiar en alguien era muy poderosa, así que _______________, finalmente, se deshizo de toda cautela.
—Acabo de volver a Inglaterra desde Italia, donde he vivido durante los doce últimos años. Vivía con mi padre, James Hartley. Murió hace unos meses, y me dejó bajo la tutela de mi tío, Ernest Hartley.
Miró a lord Alton. Tenía una expresión comprensiva, y asentía para darle ánimo. Ella respiró hondo y continuó:
—Volví a Inglaterra rápidamente. Yo... no quería quedarme en Italia. Cuando llegué a Hartley Place, supe que mi tío había muerto un mes antes que mi padre. Mi primo Charles es el propietario de la finca en este momento.
—Conozco ligeramente a Charles Hartley, si eso le resulta de ayuda. Y puedo añadir que no es la persona apropiada para hacerse cargo de una muchacha joven como usted.
Aquellas palabras y su tono frío e impersonal hicieron que _______________ se ruborizara.
Al darse cuenta, Joseph supo que se había acercado mucho a la verdad.
Ella siguió, con los ojos fijos en la chimenea.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Jajajajajajajajajajajaja confundir a joe con una mujer!!!!!.... Jjajajajaajaj pero creo que _____!!!!!...... Corre mas peligro con el que es un ángel caído!!!!!!!!!!..... Aaaaaaahh siguelaaa porfiisss
chelis
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Ay que comprensivo, atento y hermoso !!
Muchas gracias!!! :hug:
Muchas gracias!!! :hug:
Augustinesg
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
buenisima como siempre
vania0107
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