Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 11 de 41. • Comparte
Página 11 de 41. • 1 ... 7 ... 10, 11, 12 ... 26 ... 41
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
AMO definitivamente tu nove , tienes que seguirla por favor
a que hora joe y la señorita van a empezar el jugueteo eh?
a que hora joe y la señorita van a empezar el jugueteo eh?
fernanda
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
mmmmmm ya Joe tiene competencia eh! Siguela! Perdon por no haberme pasado xd pero ya al fin sali de vacaciones asi que stoy ansiosa de leer mas :3
Pao Jonatica Forever :3
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
—Eran simplemente las conversaciones de los diferentes grupos, que he oído mientras caminaba. El tema principal es... —inclinó ligeramente la cabeza hacia él mientras elegía las palabras— bastante limitado, si sabe a lo que me refiero.
Él esbozó una sonrisa extraña.
—Sí sé a lo que se refiere usted, ¿señorita...?
_______________ lo informó con cautela:
—Hartley. _______________ Hartley. Estoy con lady Winsmere. Me parece que la he perdido entre la multitud.
—Ah, la encantadora Bella. Creo que la he visto cerca de la puerta, charlando con lady Duckworth. Permítame que la acompañe.
Sin pestañear, _______________ posó su mano enguantada en la manga que le ofrecía el caballero. Si iba a acompañarla algún hombre aquella noche, estaba muy contenta de que fuera aquel. No le había dicho su nombre, pero parecía estar como pez en el agua.
—Por su comentario, parece que usted casi se ríe del propósito de esta gran institución. ¿Es que no piensa aprovechar sus servicios?
Aquella era la clase de conversación en la que _______________ había aprendido a desenvolverse a la perfección. La finura de la nobleza italiana.
—Por supuesto que pretendo aprovecharme de sus servicios, pero creo que no de la forma en que usted podría suponer.
Su acompañante digirió aquella respuesta antes de replicar:
—Si eso significa que usted no está aquí para conseguir un título, ¿qué otra cosa podría hacer en este lugar?
—Pues lo que estaba haciendo cuando me encontré con usted.
Hubo una pausa, seguida de un profundo suspiro.
—Muy bien, confieso que no tengo respuesta para eso. ¿Qué ha encontrado usted entre estos muros grises?
_______________ sonrió con los ojos muy brillantes.
—Diversión, por supuesto. Me estaba divirtiendo —y para su sorpresa, se dio cuenta de que era cierto. Miró al señor, y se dio cuenta de que estaba completamente asombrado.
—¿Diversión? ¿En Almack's?
_______________ se rió.
—Por supuesto. Ahora me estoy divirtiendo. ¿Usted no?
El caballero se quedó inmóvil, con una absurda mezcla de horror y humor en el rostro.
—Horrible. Nunca olvidaré esto —entonces, su cara se relajó y sonrió, con sinceridad, a _______________—. Vamos, señorita Hartley. Déjeme que la lleve con lady Winsmere. Usted es, claramente, una fuerza demasiado poderosa como para andar suelta por ahí durante demasiado tiempo.
Muy contenta, _______________ caminó al lado del señor entre la gente, que parecía que se apartaba para que ellos pasaran. Incluso antes de ver la cara sorprendida de Bella, ella había empezado a preguntar la identidad de su acompañante. Pero estaba decidida a no preocuparse. Y, afortunadamente, fuera quien fuera, no parecía que él tuviera ningún problema.
Bella hizo una reverencia y lo saludó animadamente, pero _______________ no oyó ningún nombre. Con un final sotto voce «Divirtiéndose en Almack's. ¿Qué será lo siguiente», el muy correcto caballero se retiró.
_______________ se volvió hacia Bella, pero antes de tener oportunidad de hacerle ninguna pregunta, ella ya estaba exclamando en voz muy baja, encantada:
—¡_______________! ¿Cómo lo has hecho?
—¿Qué? ¿Quién es él? —instintivamente, _______________ susurraba también.
—¿Quién? Pero... ¿no lo sabes? —Bella la miró sin dar crédito.
—No. Nadie nos ha presentado. Me choqué con él y me disculpé.
Bella se abanicó frenéticamente.
—¡Cielos! Podría haberte hecho trizas.
—¿Trizas? Pero ¿quién es?
—¡Brummel! George Brummel. Es uno de los árbitros del buen gusto más poderosos de la ciudad —Bella miró a _______________ para evaluarla—. ¡Bueno! Obviamente, le has gustado mucho. ¡Qué alivio! No supe qué pensar cuando te vi con él. Puede ser bastante diabólico, ¿sabes?
_______________, que estaba empezando a darse cuenta de todos los ojos envidiosos que se habían fijado en ella, sonrió con seguridad.
—No tenías por qué preocuparte. Solo estábamos divirtiéndonos.
Bella la miró, incrédula.
_______________ se rió.
—Buenas noches, Johnson.
—Buenas noches, milord.
La puerta de Winsmere House se cerró suavemente detrás de Joseph. Aunque la temperatura era muy suave, el retumbar lejano de un trueno lo avisó del final de aquel calor tan poco común para la estación. Sin embargo, Alton House estaba a cinco minutos. Joseph se puso en marcha balanceando su bastón de ébano, dando largas y tranquilas zancadas mientras se dirigía a Grosvenor Square.
La velada le había causado una sensación de insatisfacción que no podía explicarse. Había hecho un alto en su viaje hacia Brighton para comprobar qué tal estaba la señorita Hartley, aunque, para ser precisos, era más bien para asegurarse de que Arthur y Bella estaban contentos con el arreglo. Afortunadamente, todo había resultado a la perfección. El plan de Arthur allanaría el camino de _______________ Hartley para pasar en Londres la temporada social que se avecinaba junto a Bella, después de lo cual sería extraño que no hubiera recibido varias ofertas de matrimonio aceptable. La chica no era un partido excepcional, pero sí era una prometida perfecta para cualquier noble menor que formara parte del círculo de la alta sociedad. Él había comprobado sus antecedentes, y sabía que estaba por encima de todo reproche. Sí, _______________ Hartley estaría comprometida en poco tiempo, lo cual era mucho más apropiado para ella que ser dama de compañía.
Joseph sonrió mientras doblaba la esquina de North Audley Street. El plan de Arthur era perfecto para solucionar los problemas de la chica y los de Bella. Parecía que todo se arreglaba suavemente. Debería estar contento y satisfecho. Entonces, ¿por qué se sentía extrañamente irritado? La sonrisa desapareció. Joseph frunció el ceño.
¿Por qué se sentía tan desilusionado y tan triste? Llevaba doce años viviendo su vida de aquel modo. ¿Por qué todo había palidecido de repente? Recordó las circunstancias que lo habían llevado a buscar la paz en Candlewick Hall. El brillo y el glamour de los eventos de la alta sociedad londinense lo habían agotado y aburrido. Y el vicio que había bajo la superficie, la falsedad de todo aquello, lo previsible. Pero ni siquiera en Candlewick había conseguido mejorar su estado de ánimo. La serenidad lo había confortado, pero la enorme casa le había resultado solitaria, vacía. Nunca lo había notado antes, pero el silencio era opresivo.
Continuó andando hacia Grosvenor Square. Las puertas de hierro forjado del parque se cerraban por las noches, pero aquello no le impidió cruzarlo para acortar el camino. Saltó ágilmente la valla y cruzó el césped en dirección a su casa, en la cara sur de la plaza. Mientras caminaba con el bastón bajo el brazo y las manos en los bolsillos, le vino a la cabeza la visión de unos ojos de color avellana. No comprendía el motivo por el que recordaba tan a menudo los ojos de _______________ Hartley. Había intercambiado dos o tres palabras con la criatura, y sin embargo, durante toda la velada, había sido consciente de cada uno de sus movimientos y de la expresión de su rostro.
Dios. ¿Significaría aquello que estaba al borde de la senilidad?
Decidido a recuperar la cordura, se sacó las manos de los bordillos e irguió los hombros. En diez largas zancadas llegó a la valla y la saltó para salir del parque. Unos cuantos días, por no mencionar las noches, en compañía de Elaine Changley lo curarían de aquel capricho estúpido. Le ordenó a su mente recordar la imagen de Elaine tal y como la había visto la última vez, reclinada contra la almohada, entre las sábanas arrugadas de la cama. Por supuesto, la ambición de lady Changley iba a la par que sus encantos, así que él se sentía justificado para no concederle lo que ella ansiaba en realidad.
En el instante en que, con una sonrisa en los labios, había alzado el bastón para llamar a la sólida puerta de roble de su casa, otra desconcertante visión, en la que _______________ Hartley había sustituido a Elaine Changley, le vino a la cabeza. La vista fue tan impresionante que Joseph se quedó petrificado. El mango dorado de su bastón, que todavía no había tocado la puerta, se quedó suspendido en el aire.
La puerta se abrió y Joseph se encontró a sí mismo enfrente de su mayordomo, Timms.
—¿Milord?
Sintiéndose como un idiota, bajó el bastón y pasó por delante de Timms, uno de los discípulos de Duckett, hasta el vestíbulo. Allí se quitó los guantes y se los entregó junto con el dichoso bastón.
—Saldré para Brighton mañana temprano, Timms. Dígale a Maitland que esté preparado a las nueve.
—Muy bien, milord.
Joseph subió la escalera con el ceño fruncido y se detuvo, según su costumbre, a mirar la hora en el reloj de pared del descansillo y asegurarse de que era la misma que la de su reloj de bolsillo.
Después continuó su camino, pensando en las diversiones decadentes que se ofrecerían en Prince Regent's Pavilion, en Brighton.
Él esbozó una sonrisa extraña.
—Sí sé a lo que se refiere usted, ¿señorita...?
_______________ lo informó con cautela:
—Hartley. _______________ Hartley. Estoy con lady Winsmere. Me parece que la he perdido entre la multitud.
—Ah, la encantadora Bella. Creo que la he visto cerca de la puerta, charlando con lady Duckworth. Permítame que la acompañe.
Sin pestañear, _______________ posó su mano enguantada en la manga que le ofrecía el caballero. Si iba a acompañarla algún hombre aquella noche, estaba muy contenta de que fuera aquel. No le había dicho su nombre, pero parecía estar como pez en el agua.
—Por su comentario, parece que usted casi se ríe del propósito de esta gran institución. ¿Es que no piensa aprovechar sus servicios?
Aquella era la clase de conversación en la que _______________ había aprendido a desenvolverse a la perfección. La finura de la nobleza italiana.
—Por supuesto que pretendo aprovecharme de sus servicios, pero creo que no de la forma en que usted podría suponer.
Su acompañante digirió aquella respuesta antes de replicar:
—Si eso significa que usted no está aquí para conseguir un título, ¿qué otra cosa podría hacer en este lugar?
—Pues lo que estaba haciendo cuando me encontré con usted.
Hubo una pausa, seguida de un profundo suspiro.
—Muy bien, confieso que no tengo respuesta para eso. ¿Qué ha encontrado usted entre estos muros grises?
_______________ sonrió con los ojos muy brillantes.
—Diversión, por supuesto. Me estaba divirtiendo —y para su sorpresa, se dio cuenta de que era cierto. Miró al señor, y se dio cuenta de que estaba completamente asombrado.
—¿Diversión? ¿En Almack's?
_______________ se rió.
—Por supuesto. Ahora me estoy divirtiendo. ¿Usted no?
El caballero se quedó inmóvil, con una absurda mezcla de horror y humor en el rostro.
—Horrible. Nunca olvidaré esto —entonces, su cara se relajó y sonrió, con sinceridad, a _______________—. Vamos, señorita Hartley. Déjeme que la lleve con lady Winsmere. Usted es, claramente, una fuerza demasiado poderosa como para andar suelta por ahí durante demasiado tiempo.
Muy contenta, _______________ caminó al lado del señor entre la gente, que parecía que se apartaba para que ellos pasaran. Incluso antes de ver la cara sorprendida de Bella, ella había empezado a preguntar la identidad de su acompañante. Pero estaba decidida a no preocuparse. Y, afortunadamente, fuera quien fuera, no parecía que él tuviera ningún problema.
Bella hizo una reverencia y lo saludó animadamente, pero _______________ no oyó ningún nombre. Con un final sotto voce «Divirtiéndose en Almack's. ¿Qué será lo siguiente», el muy correcto caballero se retiró.
_______________ se volvió hacia Bella, pero antes de tener oportunidad de hacerle ninguna pregunta, ella ya estaba exclamando en voz muy baja, encantada:
—¡_______________! ¿Cómo lo has hecho?
—¿Qué? ¿Quién es él? —instintivamente, _______________ susurraba también.
—¿Quién? Pero... ¿no lo sabes? —Bella la miró sin dar crédito.
—No. Nadie nos ha presentado. Me choqué con él y me disculpé.
Bella se abanicó frenéticamente.
—¡Cielos! Podría haberte hecho trizas.
—¿Trizas? Pero ¿quién es?
—¡Brummel! George Brummel. Es uno de los árbitros del buen gusto más poderosos de la ciudad —Bella miró a _______________ para evaluarla—. ¡Bueno! Obviamente, le has gustado mucho. ¡Qué alivio! No supe qué pensar cuando te vi con él. Puede ser bastante diabólico, ¿sabes?
_______________, que estaba empezando a darse cuenta de todos los ojos envidiosos que se habían fijado en ella, sonrió con seguridad.
—No tenías por qué preocuparte. Solo estábamos divirtiéndonos.
Bella la miró, incrédula.
_______________ se rió.
—Buenas noches, Johnson.
—Buenas noches, milord.
La puerta de Winsmere House se cerró suavemente detrás de Joseph. Aunque la temperatura era muy suave, el retumbar lejano de un trueno lo avisó del final de aquel calor tan poco común para la estación. Sin embargo, Alton House estaba a cinco minutos. Joseph se puso en marcha balanceando su bastón de ébano, dando largas y tranquilas zancadas mientras se dirigía a Grosvenor Square.
La velada le había causado una sensación de insatisfacción que no podía explicarse. Había hecho un alto en su viaje hacia Brighton para comprobar qué tal estaba la señorita Hartley, aunque, para ser precisos, era más bien para asegurarse de que Arthur y Bella estaban contentos con el arreglo. Afortunadamente, todo había resultado a la perfección. El plan de Arthur allanaría el camino de _______________ Hartley para pasar en Londres la temporada social que se avecinaba junto a Bella, después de lo cual sería extraño que no hubiera recibido varias ofertas de matrimonio aceptable. La chica no era un partido excepcional, pero sí era una prometida perfecta para cualquier noble menor que formara parte del círculo de la alta sociedad. Él había comprobado sus antecedentes, y sabía que estaba por encima de todo reproche. Sí, _______________ Hartley estaría comprometida en poco tiempo, lo cual era mucho más apropiado para ella que ser dama de compañía.
Joseph sonrió mientras doblaba la esquina de North Audley Street. El plan de Arthur era perfecto para solucionar los problemas de la chica y los de Bella. Parecía que todo se arreglaba suavemente. Debería estar contento y satisfecho. Entonces, ¿por qué se sentía extrañamente irritado? La sonrisa desapareció. Joseph frunció el ceño.
¿Por qué se sentía tan desilusionado y tan triste? Llevaba doce años viviendo su vida de aquel modo. ¿Por qué todo había palidecido de repente? Recordó las circunstancias que lo habían llevado a buscar la paz en Candlewick Hall. El brillo y el glamour de los eventos de la alta sociedad londinense lo habían agotado y aburrido. Y el vicio que había bajo la superficie, la falsedad de todo aquello, lo previsible. Pero ni siquiera en Candlewick había conseguido mejorar su estado de ánimo. La serenidad lo había confortado, pero la enorme casa le había resultado solitaria, vacía. Nunca lo había notado antes, pero el silencio era opresivo.
Continuó andando hacia Grosvenor Square. Las puertas de hierro forjado del parque se cerraban por las noches, pero aquello no le impidió cruzarlo para acortar el camino. Saltó ágilmente la valla y cruzó el césped en dirección a su casa, en la cara sur de la plaza. Mientras caminaba con el bastón bajo el brazo y las manos en los bolsillos, le vino a la cabeza la visión de unos ojos de color avellana. No comprendía el motivo por el que recordaba tan a menudo los ojos de _______________ Hartley. Había intercambiado dos o tres palabras con la criatura, y sin embargo, durante toda la velada, había sido consciente de cada uno de sus movimientos y de la expresión de su rostro.
Dios. ¿Significaría aquello que estaba al borde de la senilidad?
Decidido a recuperar la cordura, se sacó las manos de los bordillos e irguió los hombros. En diez largas zancadas llegó a la valla y la saltó para salir del parque. Unos cuantos días, por no mencionar las noches, en compañía de Elaine Changley lo curarían de aquel capricho estúpido. Le ordenó a su mente recordar la imagen de Elaine tal y como la había visto la última vez, reclinada contra la almohada, entre las sábanas arrugadas de la cama. Por supuesto, la ambición de lady Changley iba a la par que sus encantos, así que él se sentía justificado para no concederle lo que ella ansiaba en realidad.
En el instante en que, con una sonrisa en los labios, había alzado el bastón para llamar a la sólida puerta de roble de su casa, otra desconcertante visión, en la que _______________ Hartley había sustituido a Elaine Changley, le vino a la cabeza. La vista fue tan impresionante que Joseph se quedó petrificado. El mango dorado de su bastón, que todavía no había tocado la puerta, se quedó suspendido en el aire.
La puerta se abrió y Joseph se encontró a sí mismo enfrente de su mayordomo, Timms.
—¿Milord?
Sintiéndose como un idiota, bajó el bastón y pasó por delante de Timms, uno de los discípulos de Duckett, hasta el vestíbulo. Allí se quitó los guantes y se los entregó junto con el dichoso bastón.
—Saldré para Brighton mañana temprano, Timms. Dígale a Maitland que esté preparado a las nueve.
—Muy bien, milord.
Joseph subió la escalera con el ceño fruncido y se detuvo, según su costumbre, a mirar la hora en el reloj de pared del descansillo y asegurarse de que era la misma que la de su reloj de bolsillo.
Después continuó su camino, pensando en las diversiones decadentes que se ofrecerían en Prince Regent's Pavilion, en Brighton.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Mientras las señoras de Winsmere House volvían a casa en su carruaje, _______________ iba pensando en que los consejos de lady Winterspoon habían resultado ser muy útiles. Si ella se divertía, la gente que estaba con ella se divertía en su compañía. Si ella se reía, la gente también. Y, aunque aquel comportamiento no era exactamente convencional, en opinión de _______________ era mucho mejor que sonreír como una tonta y soltar risitas nerviosas.
Claramente, su educación no le suponía una dificultad para adaptarse a la vida social inglesa. Todo lo contrario, la calma que le habían enseñado era un gran atractivo en una dama y la había ayudado mucho a enmascarar sus reacciones instintivas hacia algunas de las personas a las que había conocido, como lord Ormskirk y sus miradas lujuriosas, y el señor Morecombe, y su insistencia en tocar sus brazos desnudos.
—Los Sotherbys celebran una fiesta la semana que viene. Lady Margaret ha dicho que nos enviará las invitaciones —la voz de Bella le llegó desde la oscuridad de la otra parte del asiento—. Después de esta noche, no tengo ninguna duda de que vamos a estar muy ocupadas. Ha sido toda una suerte tu encuentro con Brummel.
Después, _______________ percibió el inconfundible sonido de un bostezo reprimido. Sonrió. Aparte de su cansancio, parecía que Bella estaba más emocionada con su éxito que ella misma. Al principio, había pensado que las quejas de su anfitriona sobre el aburrimiento no tenían ninguna razón de ser. Sin embargo, ya había entendido que, sin ningún interés especial, los bailes y las fiestas podrían volverse vacíos. Ojala Bella no se sintiera abandonada cuando ella encontrara el empleo y se marchara.
Si le hubieran preguntado, cinco días antes, si tenía alguna ambición por entrar en el círculo social londinense, ella habría respondido que no sin dudarlo. Sin embargo, en aquel momento recordó un dicho de su padre:
« ¡Experiencia, niña! No hay nada igual, y nada puede sustituirla». Así que, aunque nada podía alterar el hecho de que necesitaba ganarse la vida, quizá debiera aprovechar aquella oportunidad de experimentar y aprender entre aquella gente y en aquellas situaciones. Según Bella, si quería conseguir empleo, antes debía dejarse conocer en sociedad. Decidió que posiblemente era necesario seguir tanto el consejo de su padre como el de Bella. Y también el de lady Winterspoon: «¡Diviértete!».
Bella bostezó.
—Oh, querida. Se me había olvidado lo que era esto —y reprimió otro bostezo tras la mano enguantada. Después dijo—. Me pregunto si Joseph ya se las ha arreglado para convencer a Charles de que le venda el Place.
La pregunta sorprendió a _______________.
—¿Lord Alton quiere comprar Hartley Place?
—Pues claro. ¿No te lo había contado?
—No. ¿Por qué quiere esa finca? Por lo que he visto, está en un estado deplorable.
—Sí, es cierto. Está muy mal. Incluso cuando el padre de Charles estaba vivo... y ahora.
—Entonces, ¿por qué la quiere?
—¿Por qué? Oh, siempre se me olvida que hay muchísimas cosas que tú no sabes. Verás, esa finca no existía como tal hace unos cien años. Era parte de Candlewick. Pero uno de mis antepasados era una especie de bala perdida, un ludópata. Contrajo deudas de juego con uno de tus antepasados, que aceptó parte de Candlewick como pago. Así es como nació Hartley Place. Mi antepasado no vivió mucho, para alivio de los demás, y desde entonces, la familia ha estado intentado recuperar esa tierra para completar Candlewick de nuevo. Pero tu familia siempre se ha negado a vender. Sin embargo, ambas familias han mantenido una relación fluida con el paso de los años. Bueno, fue así hasta la muerte de mi padre. Aunque él habló de completar Candlewick de nuevo, Joseph descubrió, a su muerte, que no había hecho demasiado por conseguirlo. Así que cuando heredó, Joseph le escribió una carta a tu tío para hablarle del asunto. Tu tío no contestó. En aquel tiempo, era una especie de ermitaño. Después de unos años, Joseph se rindió sin haber conseguido hablar con él. Cuando oyó que tu tío había muerto, escribió a Charles, pero él tampoco contestó. Como los dos se repelen, no puedo decir que eso fuera una sorpresa. De todas formas, tal y como tú has dicho, es evidente que el Place se está derrumbando ante los ojos de Charles, así que no entiendo por qué no quiere vender. Joseph está dispuesto a pagarle lo que haga falta, y Charles lo sabe.
—Quizá sea por mera obstinación.
—Quizá —respondió Bella, un poco cansada de los problemas de su hermano. Entonces se quedó en silencio, para seguir pensando en las puertas que aquella velada habían abierto para su protegida.
_______________ estaba asombrada por el comportamiento de Charles. En los pocos días que había pasado con él, le había parecido que su primo era adicto a las cosas buenas de la vida, pero que no tenía dinero para pagarlas, lo cual hacía que su negativa a vender la finca le pareciera mucho más extraña. Estaba claro que no tenía ningún interés ni cariño hacia la casa.
Al pensar en Charles, no pudo evitar acordarse de un hombre tan unido en su mente al día en que había huido de su primo. Indudablemente, lord Alton habría pensado que era una chica callada y torpe por su comportamiento durante la cena. ¿Dónde habían ido a parar sus dos años de experiencia?
Aunque, ciertamente, nada en su existencia previa la había preparado para el extraño efecto que aquel hombre tenía en ella. Nunca se había sentido así. Era algo muy confuso. Esperaba que, la próxima vez que se vieran, aquel efecto se hubiera debilitado. No quería parecerle siempre una colegiala sin gracia a aquel hombre, ante el cual quería brillar.
Sin embargo, estaba segura de que lord Alton sólo la vería como la niña a la que había ayudado en una situación difícil. Tenía que quitarse de la cabeza aquella idea de querer ser algo más que eso para él. Él era un vividor y, por lo que había oído durante la cena, estaba entre los miembros del círculo social más cercano al príncipe regente. Ella no tenía nada que pudiera llamarle la atención: ni belleza, ni fortuna, ni linaje. Para él, no sería otra cosa más que una conocida lejana, y era muy posible que ya hubiera olvidado su existencia.
Además, le parecía que estaba a punto de casarse, aunque parecía que lady Winterspoon consideraba a la dama poco apropiada. Pero ella había oído más que suficiente en la sociedad italiana como para desconfiar de las conclusiones de la gente. ¿Quién sabía? Quizá lord Alton estuviera enamorado de verdad de lady Changley. Intentó imaginarse cómo sería ella, pero se rindió. Sabía tampoco de él que era imposible averiguar sus preferencias.
Mientras se lamentaba mentalmente del giro del destino que había hecho que lo conociera, _______________ pensó que seguramente, no tendría muchas más ocasiones de volver a verlo. Él era el tipo de hombre con el que soñaban las colegialas. Desafortunadamente, ella ya no era ninguna niña. Y además, su situación no era tan desahogada como para permitirse soñar.
Claramente, su educación no le suponía una dificultad para adaptarse a la vida social inglesa. Todo lo contrario, la calma que le habían enseñado era un gran atractivo en una dama y la había ayudado mucho a enmascarar sus reacciones instintivas hacia algunas de las personas a las que había conocido, como lord Ormskirk y sus miradas lujuriosas, y el señor Morecombe, y su insistencia en tocar sus brazos desnudos.
—Los Sotherbys celebran una fiesta la semana que viene. Lady Margaret ha dicho que nos enviará las invitaciones —la voz de Bella le llegó desde la oscuridad de la otra parte del asiento—. Después de esta noche, no tengo ninguna duda de que vamos a estar muy ocupadas. Ha sido toda una suerte tu encuentro con Brummel.
Después, _______________ percibió el inconfundible sonido de un bostezo reprimido. Sonrió. Aparte de su cansancio, parecía que Bella estaba más emocionada con su éxito que ella misma. Al principio, había pensado que las quejas de su anfitriona sobre el aburrimiento no tenían ninguna razón de ser. Sin embargo, ya había entendido que, sin ningún interés especial, los bailes y las fiestas podrían volverse vacíos. Ojala Bella no se sintiera abandonada cuando ella encontrara el empleo y se marchara.
Si le hubieran preguntado, cinco días antes, si tenía alguna ambición por entrar en el círculo social londinense, ella habría respondido que no sin dudarlo. Sin embargo, en aquel momento recordó un dicho de su padre:
« ¡Experiencia, niña! No hay nada igual, y nada puede sustituirla». Así que, aunque nada podía alterar el hecho de que necesitaba ganarse la vida, quizá debiera aprovechar aquella oportunidad de experimentar y aprender entre aquella gente y en aquellas situaciones. Según Bella, si quería conseguir empleo, antes debía dejarse conocer en sociedad. Decidió que posiblemente era necesario seguir tanto el consejo de su padre como el de Bella. Y también el de lady Winterspoon: «¡Diviértete!».
Bella bostezó.
—Oh, querida. Se me había olvidado lo que era esto —y reprimió otro bostezo tras la mano enguantada. Después dijo—. Me pregunto si Joseph ya se las ha arreglado para convencer a Charles de que le venda el Place.
La pregunta sorprendió a _______________.
—¿Lord Alton quiere comprar Hartley Place?
—Pues claro. ¿No te lo había contado?
—No. ¿Por qué quiere esa finca? Por lo que he visto, está en un estado deplorable.
—Sí, es cierto. Está muy mal. Incluso cuando el padre de Charles estaba vivo... y ahora.
—Entonces, ¿por qué la quiere?
—¿Por qué? Oh, siempre se me olvida que hay muchísimas cosas que tú no sabes. Verás, esa finca no existía como tal hace unos cien años. Era parte de Candlewick. Pero uno de mis antepasados era una especie de bala perdida, un ludópata. Contrajo deudas de juego con uno de tus antepasados, que aceptó parte de Candlewick como pago. Así es como nació Hartley Place. Mi antepasado no vivió mucho, para alivio de los demás, y desde entonces, la familia ha estado intentado recuperar esa tierra para completar Candlewick de nuevo. Pero tu familia siempre se ha negado a vender. Sin embargo, ambas familias han mantenido una relación fluida con el paso de los años. Bueno, fue así hasta la muerte de mi padre. Aunque él habló de completar Candlewick de nuevo, Joseph descubrió, a su muerte, que no había hecho demasiado por conseguirlo. Así que cuando heredó, Joseph le escribió una carta a tu tío para hablarle del asunto. Tu tío no contestó. En aquel tiempo, era una especie de ermitaño. Después de unos años, Joseph se rindió sin haber conseguido hablar con él. Cuando oyó que tu tío había muerto, escribió a Charles, pero él tampoco contestó. Como los dos se repelen, no puedo decir que eso fuera una sorpresa. De todas formas, tal y como tú has dicho, es evidente que el Place se está derrumbando ante los ojos de Charles, así que no entiendo por qué no quiere vender. Joseph está dispuesto a pagarle lo que haga falta, y Charles lo sabe.
—Quizá sea por mera obstinación.
—Quizá —respondió Bella, un poco cansada de los problemas de su hermano. Entonces se quedó en silencio, para seguir pensando en las puertas que aquella velada habían abierto para su protegida.
_______________ estaba asombrada por el comportamiento de Charles. En los pocos días que había pasado con él, le había parecido que su primo era adicto a las cosas buenas de la vida, pero que no tenía dinero para pagarlas, lo cual hacía que su negativa a vender la finca le pareciera mucho más extraña. Estaba claro que no tenía ningún interés ni cariño hacia la casa.
Al pensar en Charles, no pudo evitar acordarse de un hombre tan unido en su mente al día en que había huido de su primo. Indudablemente, lord Alton habría pensado que era una chica callada y torpe por su comportamiento durante la cena. ¿Dónde habían ido a parar sus dos años de experiencia?
Aunque, ciertamente, nada en su existencia previa la había preparado para el extraño efecto que aquel hombre tenía en ella. Nunca se había sentido así. Era algo muy confuso. Esperaba que, la próxima vez que se vieran, aquel efecto se hubiera debilitado. No quería parecerle siempre una colegiala sin gracia a aquel hombre, ante el cual quería brillar.
Sin embargo, estaba segura de que lord Alton sólo la vería como la niña a la que había ayudado en una situación difícil. Tenía que quitarse de la cabeza aquella idea de querer ser algo más que eso para él. Él era un vividor y, por lo que había oído durante la cena, estaba entre los miembros del círculo social más cercano al príncipe regente. Ella no tenía nada que pudiera llamarle la atención: ni belleza, ni fortuna, ni linaje. Para él, no sería otra cosa más que una conocida lejana, y era muy posible que ya hubiera olvidado su existencia.
Además, le parecía que estaba a punto de casarse, aunque parecía que lady Winterspoon consideraba a la dama poco apropiada. Pero ella había oído más que suficiente en la sociedad italiana como para desconfiar de las conclusiones de la gente. ¿Quién sabía? Quizá lord Alton estuviera enamorado de verdad de lady Changley. Intentó imaginarse cómo sería ella, pero se rindió. Sabía tampoco de él que era imposible averiguar sus preferencias.
Mientras se lamentaba mentalmente del giro del destino que había hecho que lo conociera, _______________ pensó que seguramente, no tendría muchas más ocasiones de volver a verlo. Él era el tipo de hombre con el que soñaban las colegialas. Desafortunadamente, ella ya no era ninguna niña. Y además, su situación no era tan desahogada como para permitirse soñar.
NiinnyJonas
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Guela ya mujer! Joe es un tonto -.-
Pao Jonatica Forever :3
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
BUENO!!!!!!... MIRA QUE LOS DOS ANDAN PENSANDO EN EL OTRO !!!!!!.. PERO CREO QUE SON CABEZOTAS MAS JOEEE!!!
chelis
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
ahh Joe no te hagas el que no te gusta la rayiz!!
Siguela!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Inocencia Impetuosa (Joe Jonas & _______ ) [Adaptación Terminada]
Ya lo amé, lo amé.
Cuando no? Haha son hermosas las novelas que lees y compartis con nosotras!
Muchas gracias!! :')
Cuando no? Haha son hermosas las novelas que lees y compartis con nosotras!
Muchas gracias!! :')
Augustinesg
Página 11 de 41. • 1 ... 7 ... 10, 11, 12 ... 26 ... 41
Temas similares
» '' EL MILLONARIO '' (NICK JONAS & TU) ADAPTACION [TERMINADA]
» El rompecorazones [Nick Jonas] Adaptacion [Terminada]
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
» El rompecorazones [Nick Jonas] Adaptacion [Terminada]
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 11 de 41.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.