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Eternidad(Nick&Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Eternidad(Nick&Tu)
Capítulo 11
Faltan solo unos días para Halloween y aún sigo trabajando en los toques finales de mi disfraz. Haven va a ir disfrazada de vampira (qué sorpresa), Miles va a ir de pirata, pero eso fue después de que yo lo convenciera de no ir como Madonna en su etapa de senos en forma de cono, y yo no les voy a decir de qué iré disfrazada. Pero es solamente porque lo que una vez fue mi gran idea se ha convertido en un proyecto súper ambicioso y estoy perdiendo la fe muy rápido. Debo admitir que me sorprendí mucho de que Sabine quisiera organizar una fiesta. En parte porque ella nunca antes se había mostrado interesada en cosas así, pero mayormente porque siempre supuse que entre ella y yo probablemente la lista de invitados no pasaría de cinco. Pero aparentemente Sabine es más popular de lo que yo pensaba ya que en cuestión de segundos ya había llenado dos columnas y media de invitados, mientras que mi lista era patéticamente mucho más corta, consistiendo únicamente de mis únicos dos amigos y sus posibles acompañantes. Así que mientras Sabine se encargó de contratar a un proveedor que se encargue de la comida y bebida, yo dejé a Miles a cargo de lo audio/visual (lo que significa que dejará su iPod y rentará par de películas de terror), y le pedí a Haven que se encargara de los pastelitos. Lo que nos deja a mí y a Riley como los únicos miembros de la comitiva de decoración y como Sabine me dejó un catálogo y su tarjeta de crédito con las instrucciones específicas de —no escatimar en gastos —, hemos pasado las últimas dos tardes transformando la casa de su usual apariencia italiana al castillo del guardián de los muertos y ha sido tan divertido, recordándome de las veces que solíamos decorar nuestra vieja casa para pascuas, acción de gracias y navidad. Sin mencionar que el mantenernos ocupadas ha ayudado a dejar las riñas.
—Deberías disfrazarte de sirena, — Riley dice. —O como uno de esos chicos de Laguna Beach. —
—Oh dios, no me digas que todavía sigues viendo eso. — yo digo, balanceando precariamente en el penúltimo escalón para poder colgar otra tela de araña falsa.
—No me culpes, Tivo tiene mente propia. — se encoje de hombros.
— ¿Tienes Tivo?— me giro, desesperada por obtener cualquier información puesto que ella siempre es tacaña en cuanto a detalles sobre la vida en el más allá. Pero ella solo ríe.
—Lo juro, eres tan crédula. ¡Las cosas que crees!— Ella sacude la cabeza y pone los ojos en blanco, alcanzando una caja de cartón y tomando una cuerda de luces en forma de hadas. — ¿Quieres intercambiar?— me ofrece desenredando la cuerda. —Es decir, es ridícula la manera en que insistes en trepar esa escalera de mano cuando yo puedo levitar y hacerlo. — Yo sacudo la cabeza y frunzo el ceño. Incluso aunque pueda ser más fácil, me gusta fingir que mi vida es de alguna manera normal. — ¿Y de qué vas a ir disfrazada?—
—Olvídalo, — yo digo amarrando la red en una esquina antes de bajar de la escalera de mano para echarle una ojeada. —Si puedes tener secretos, entonces yo también puedo. —
—No es justo. — Ella se cruza de brazos y hace pucheros de la manera en que siempre funcionaban con papá, pero nunca con mamá.
—Tranquila, ya lo verás en la fiesta, — le digo, tomando un esqueleto de esos que brillan en la oscuridad y desenredando los miembros.
— ¿Quieres decir que estoy invitada?— ella pegunta, su voz chillona, y sus ojos enormes por la emoción.
—Como si pudiera detenerte. — Le digo riendo mientras recuesto al Sr. Esqueleto cerca de la entrada para que pueda recibir a todos nuestros invitados.
— ¿Tu novio también viene?— Yo pongo mis ojos en blanco y suspiro
. —Sabes que no tengo novio, — le digo aburrida del juego sin ni siquiera haber comenzado.
—Por favor. No soy una idiota. — Ella frunce el ceño. —Aún no olvido el gran debate con el suéter. Además, no puedo esperar a conocerlo, o supongo que debería decir verlo, puesto que nunca me vas a presentar. Lo que es de muy mala educación si te pones a pensarlo. Es decir, el que él no me pueda ver no significa que-—
— ¡Dios! El no está invitado ¿bueno?— yo grito, sin darme cuenta hasta muy tarde que he caído en su trampa.
— ¡Já!— Ella me mira, con los ojos enormes, sus cejas arqueadas y sus labios curveándose con regocijo. — ¡Lo sabía!— Ella ríe, soltando las luces de hadas y saltando de la emoción, dando vueltas, empujándome y señalándome. — ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía!— ella canta, empujando su puño en el aire. — ¡Já! ¡Lo sabía!— y da vueltas. Yo cierro mis ojos y suspiro, reprendiéndome a mi misma por caer en
su tonta trampa. —
Tú no sabes nada. — La miro y sacudo la cabeza. —Él nunca fue mi novio, OK? El-él era simplemente un chico nuevo, que al principio pensé que era lindo, pero luego, cuando me di cuenta de lo mujeriego que es, bueno, digamos que ya pasé de él. De hecho, ya ni creo que sea tan lindo. En serio, duró como diez segundos, pero sólo porque no lo conocía muy bien. Y tampoco fue la única que cayó en su juego, porque Miles y Haven estaban prácticamente peleando por él. Así que por qué mejor no dejas de estar dando puñetazos al aire y moviendo las caderas y te pones a trabajar, ¿sí?— Al momento que paro, sé que soné demasiado a la defensiva para que me crea. Pero ahora que lo dije, no puedo retirar lo dicho, así que simplemente trato de ignorarla mientras ella da vueltas alrededor de la habitación cantando, — ¡Sip! ¡Sí que lo sabía!—
Para la noche de Halloween la casa luce increíble. Riley y yo pegamos telas de araña en todas las ventanas y esquinas, y pusimos en el medio de ellas unas viudas negras enormes. Colgamos en el techo murciélagos de plástico, esparcimos por todos lados sangre y pedazos (falsos) de cuerpo humano y pusimos una bola de cristal cerca de un cuervo eléctrico cuyos ojos se mueven y dicen — ¡Te arrepentirás! ¡Quak! ¡Te arrepentirás!— Vestimos a zombis con trapos ensangrentados y los pusimos en lugares en donde menos te lo esperarías. Pusimos en la entrada calderos de brujas hirviendo (en realidad solo es agua y hielo seco), y habían por todas partes esqueletos, momias, gatos negros, ratas (todos falsos, pero igual de espantosos), gárgolas, ataúdes, velas negras y calaveras. Hasta decoramos el patio trasero con lámparas hechas de calabazas, globos decorativos para piscinas, y luces tintineantes con forma de hadas. Y casi se me olvida, también pusimos un Grim Reaper de tamaño natural en la grama del frente.
— ¿Cómo me veo?— Riley pregunta, mirando a su sostén púrpura en forma de conchas y su pelo rojo, mientras hace crujir su coleta de sirena verde, metálica y brillosa.
—Como tu personaje favorito de Disney, — le digo, empolvando mi cara hasta verse muy pálida, intentando de encontrar la manera de deshacerme de ella para poder ponerme mi disfraz y quizá sorprenderla por primera vez.
—Voy a tomarlo como un cumplido. — Ella sonríe.
—Así es. — Me cepillo mi pelo hacia atrás y lo recojo para ponerme la enorme y altísima peluca rubia que usaré.
- ¿Y de quién te vas a disfrazar?— ella me mira. —Digo ¿me podrías decir de una vez? ¡Es que el suspenso me está matando!— Ella se agarra el estómago, mientras se ríe, meciéndose hacia atrás y adelante, hasta casi caerse de la cama. A ella le encanta hacer bromas fingiendo que está muriendo. Ella piensa que es gracioso, pero a mí me estremecen. Ignorando la broma, me giro hacia ella y digo,
—¿Me haces un favor? Ve abajo, mira el disfraz de Sabine y déjame saber si intenta ponerse esa nariz enorme de plástico con la verruga peluda en la punta. Le dije que era un gran disfraz de bruja, pero necesita deshacerse de la nariz. A los chicos no les gustan esas cosas. —
— ¿Ella tiene un chico?— Riley pregunta, claramente sorprendida.
—No si se pone esa nariz, — yo digo viendo como ella sale de la cama y atraviesa la habitación, la cola de sirena hartándose tras de ella.
-Pero no hagas ningún ruido y no hagas nada para asustarla, ¿bueno?— Añado estremeciéndome mientras ella atraviesa la puerta de mi armario, sin inmutarse en abrirla. Es decir, solo porque haya visto eso millones de veces no significa que este acostumbrada a ello. Me dirijo al armario y abro la bolsa que tengo escondida en la parte de atrás, sacando el hermoso vestido negro con el escote bajo en forma de V, las mangas ¾ y el corpiño súper ajustado con finales sueltos, igual al que usa Kirsten Dunst en el baile de máscaras en la película María Antonieta. Luego de luchar con la cremallera en la espalda, me pongo mi peluca rubia platinada (porque, aunque soy rubia, jamás podría peinar mi pelo así de alto), me unto un poco de labial rojo, aplico sombra negra en mis ojos y me pongo unos largos pendientes de imitación de diamantes. Cuando mi disfraz esta completado, me paro en frente de mi espejo girando y sonriendo mientras mi brillante vestido negro se mece y estoy súper emocionada de lo bien que resultó todo. Al segundo que Riley reaparece, sacude la cabeza y dice, —Todo limpio -finalmente. O sea, primero se puso la nariz, después se la quitó, luego se la volvió a poner y se viró para verse de perfil y luego se la volvió a quitar. Te juro que me costó mucho esfuerzo el contenerme y no quitársela de la cara y tirarla por la ventana. — Yo me paralicé, aguantando la respiración, esperando que ella no hubiera hecho nada parecido, porque uno nunca sabe con Riley. Ella se apareció en la silla de mi escritorio y comienza a usar la punta de su verde y brillosa aleta para empujarse y dar vueltas.
—Tranquila, — me dice. —Lo último que vi fue que la dejó en el baño, cerca del lavamanos. Después un chico llamó pidiendo direcciones y ella siguió y siguió contando el gran trabajo que hiciste con las decoraciones y cómo le era casi imposible creer que lo habías hecho todo tu sola y bla bla bla. — ella sacude la cabeza y frunce el ceño.
—Debes amar eso, ¿no? Tomar todo el crédito por nuestro trabajo. — Ella deja de dar vueltas y me da una larga y evaluadora vista. —Así que María Antonieta, — ella dice finalmente, sus ojos viajando por mi disfraz. —
Nunca lo habría adivinado. O sea, a ti no te gustan tanto los pasteles. — Yo pongo los ojos en blanco.
—Para tu información, ella nunca dijo eso de los pasteles. Fue solamente un rumor amarillista, así que no lo creas, — le digo, sin poder dejar de mirarme en el espejo para verificar mi maquillaje y arreglar mi peluca, deseando que todo se mantenga en su lugar. Pero cuando veo el reflejo de Riley, algo en la manera en que luce me hace detenerme y moverme hacia ella. —Oye, ¿estás bien?— Ella cierra sus ojos y se muerde el labio. Luego sacude su cabeza y dice, —dios, ¡míranos! Tú estás vestida como una trágica reina adolescente y yo haría lo que fuera por ser una adolescente. — Yo trato de tocarla, pero mis manos son torpes y se quedan a mis costados. Supongo que estoy tan acostumbrada a tenerla conmigo que a veces olvido que ella en realidad no está aquí, que ya ella no es parte de este mundo y que ella nunca crecerá, nunca tendrá la oportunidad de tener 13 años. Y luego recuerdo que todo es culpa mía y me siento mil veces peor.
—Riley, yo-— Pero ella solo sacude la cabeza y mueve su cola alrededor.
—No te preocupes. — Ella sonríe, flotando sobre la silla. — ¡Es hora de recibir a los invitados!—
Haven vino con Evangeline, su amiga co dependiente donadora, quien, gran sorpresa, está vestida también como vampiro, y Miles trajo a Eric, un chico que conoce de su clase de actuación que parece ser bastante lindo detrás de esa máscara del Zorro y la capa.
—No puedo creer que no hayas invitado a Nick — Haven dice, sacudiendo la cabeza, y saltándose el hola. Ella ha estado enojada conmigo toda la semana, desde que se enteró que él no había entrado en la lista de invitados. Yo pongo mis ojos en blanco y respiro profundamente, cansada de defender lo obvio, de tener que poner en claro que él fue quién nos abandonó, convirtiéndose en parte integrante no solo a la mesa de Stacia, pero también su escritorio. Sacando capullos de toda clase de lugares, y como su proyecto de arte, Mujer de Pelo Amarillo, está sospechosamente comenzando a parecerse a ella. O sea, discúlpenme por no querer pensar demasiado en el hecho de que, salvo los tulipanes rojos, la nota misteriosa y la intima mirada que compartimos una vez, él no ha hablado conmigo en casi dos semanas.
—El no iba a venir de todas maneras. — digo finalmente, esperando que ella no note como mi voz suena tan herida por la traición. —Estoy segura que él está en alguna parte con Stacia, o la pelirroja, o-— sacudo mi cabeza, rehusándome a continuar.
—Espera ¿pelirroja? ¿También hay una pelirroja?— Ella me mira con los ojos entrecerrados. O me encojo de hombros porque la verdad es que él puede estar con cualquiera. Todo lo que sé es que él no está aquí conmigo.
—Deberías verlo. — Ella se gira hacia Evangeline. —El es increíble. Guapísimo como una estrella de cine, sexy como estrella de rock, él
incluso hace ilusiones. — Ella suspira.
Evangeline alza sus cejas. —Suena como si él fuera una ilusión. Nadie es así de perfecto. —
—DNick lo es. Es una lástima que no puedas verlo tú misma. — Haven otra vez me mira con el ceño fruncido, sus dedos jugueteando con la gargantilla de terciopelo negro que lleva puesto en su cuello.
—Pero si llegas a verlo, no olvides que él es mío. Lo dije desde mucho antes de conocerte. — Yo miro a Evangeline, reparando en su aura oscura y turbia, mallas, pantalones negros extremadamente cortos y una blusa de malla. Sabiendo que ella no tiene ninguna intensión en mantener una promesa así.
—Sabes que podría prestarte unos colmillos y sangre falsa para tu cuello y podrías ser una vampira también, — Haven me ofrece mirándome, su mente yendo hacia atrás y adelante, queriendo ser mi amiga, convencida de que yo soy su aliada. Pero yo me niego con la cabeza y las llevo hacia el otro lado del salón, deseando que se encapriche con otra cosa y se olvide rápido de Nick
Sabine está hablando con sus amigos, Haven y Evangeline le están echando alcohol a sus bebidas, Miles y Eric están bailando, mientras Riley juega con la cola del látigo de Eric, moviendo el flequillo arriba y abajo y hacia adelante y detrás, luego mirando alrededor para ver si alguien lo nota. Y cuando estoy a punto de darle la señal, la que
significa que más vale que deje de hacer eso si quiere seguir aquí, el timbre de la puerta suena, y ambas hacemos competencia por quién llega primero a la puerta. Yo llego primero y cuando abro la puerta olvido saborear mi victoria, porque Nick está ahí con flores en una mano, y un sombrero con bordes dorados en la otra. Su pelo está recogida en una cola de caballo, su usual acicalada ropa negra reemplazada por una camisa blanca de volantes, una chaqueta con botones dorados y lo que puede ser descrito como pantalones de montar, medias ajustadas y zapatos negros puntiagudos. Y mientras pienso en que Miles estará completamente celoso de ese disfraz, me doy cuenta de quién él está disfrazado y mi corazón se salta dos latidos.
—Conde Fersen, — digo entre dientes, apenas pudiendo pronunciar las palabras. —María. — El sonríe, ofreciendo una galante reverencia.
—Pero… era un secreto…. y tú no estabas invitado, — Yo susurro, mirando más allá de sus hombros, buscando a Stacia, la pelirroja, cualquiera, sabiendo que es imposible que él esté aquí solamente por mí. Pero el solo sonríe y me da las flores.
—Entonces debe ser una afortunada coincidencia. —
Yo trago con dificultad y giro sobre mis tacones, conduciéndolo por la entrada, pasando el recibidor y el comedor y entrando a la sala de estar, mis mejillas sonrojándose mientras mi corazón late tan fuerte y tan rápido que podría romper mi pecho. Preguntándome cómo pudo haber pasado esto, buscando una explicación lógica para que Nick se apareciera vestido como mi perfecta otra mitad.
—¡Dios mío, Nick está aquí!— Haven chilla, sus brazos moviéndose frenéticamente, su rostro todo iluminado, bueno, al menos lo que una cara bien empolvada, con colmillos y sangre falsa podría iluminarse. Pero al momento que ve su disfraz, percatándose de que esta vestido como el Conde Axel Fersen, el no tan secreto amante de María Antonieta, su cara se ensombrece y sus ojos me miran acusadoramente.
— ¿Y cuando planearon esto?— ella pregunta, acercándose a nosotros, tratando de sonar casual, neutral, pero más para el beneficio de Nick que para mí.
—No lo hicimos, — yo digo, deseando que ella me crea aún sabiendo que no lo hará. O sea, es una coincidencia bastante rara, yo misma estoy comenzando a dudar, preguntándome si de alguna manera lo dejé saber, aún cuando sé que no lo hice.
—Fue pura casualidad, — Nick dice, poniendo su brazo alrededor de mi cintura y aún cuando él solo lo deja ahí por un breve momento, es suficiente para causar un cosquilleo en todo mi cuerpo.
—Tú tienes que ser Nick, — Evangeline dice, escabulléndose a su lado, sus dedos jugando con los volantes de su camisa. —Pensaba que Haven estaba exagerando, ¡pero aparentemente no es así!— Ella ríe. — ¿Y de quién estas disfrazado?—
—Conde Fersen, — Haven dice con voz dura y crispada, mirándome con ojos entrecerrados.
—El que sea. — Evangeline se encoje de hombros, robando el sombrero de él, poniéndoselo y sonriendo seductoramente bajo el ala del sombrero antes de tomar su mano y llevarlo a otra parte.
Al momento que se han ido, Haven me mira y dice, — ¡No puedo creerte!— Su cara está enojada, sus puños preparados, pero eso no es nada comparado con los horribles pensamientos arremolinados en su cabeza. —Tú sabes lo mucho que él me gusta. ¡Yo confié en ti!—
—Haven, lo juro, no fue planeado. Es solo una extraña coincidencia. Ni siquiera sé qué está haciendo aquí y tú sabes que no lo invité, — le digo queriendo convencerla, aún cuando sé que es inútil porque ya ella se convenció de lo contrario. —Y no sé si lo has notado, pero tu amiga Evangeline está prácticamente montando la pierna de él allí. — Haven mira a través de la habitación y luego me mira encogiéndose de hombros cuando me dice, —ella hace eso con todo el mundo, ella difícilmente representa una amenaza, contrario a ti. —
Respiro profundamente, luchando por mantener la paciencia y tratando de no reír mientras Riley se para al lado de ella, imitando cada palabra y movimiento, burlándose de una manera definitivamente cómica aunque no muy amable. —Escucha, — finalmente digo. — ¡A mí no me gusta él! O sea, ¿cómo puedo convencerte de eso? ¡Solo dime y lo haré!— Ella sacude la cabeza y mira hacia otro lado, sus hombros hundiéndose, sus pensamientos tornándose oscuros, regresando todo ese coraje hacia ella. —No lo hagas. — Ella suspira, pestañeando rápidamente para evitar las lágrimas. —No digas ni una palabra más. Si tú le gustas, entonces así son las cosas y no hay nada que yo pueda hacer. O sea, no es tu culpa que seas inteligente y bonita y los chicos siempre te preferirán. Especialmente una vez te vean sin tu capucha. — Ella trata de reír, pero no lo logra.
—Estas haciendo todo un drama por nada, — yo digo deseando convencerla y deseando convencerme a mí misma. —La única cosa que Nick y yo tenemos en común es nuestro gusto en películas y disfraces. Eso es todo, lo juro. —
y cuando sonrío, espero que se vea más real de lo que se siente. Ella mira a través de la habitación a Evangeline, quien ha tomado el látigo del Zorro y está haciendo una demostración de cómo utilizarlo correctamente, y luego me mira y dice, —Solo hazme un favor. — Yo asiento con la cabeza, dispuesta a hacer lo que sea para terminar con todo esto. —Deja de mentir. Eres un desastre mintiendo. — Yo la miro mientras se aleja, luego miro a Riley quien esta saltando arriba y abajo y gritando, — ¡Oh Dios mío, esta tiene que ser la mejor fiesta que has tenido! ¡Drama! ¡Intriga! ¡Celos! ¡Y una casi-pelea! ¡Estoy tan feliz de no haberme perdido de esto!— Estoy a punto de decirle que se calle cuando recuerdo que soy la única que puede escucharla y se vería un poco extraño que yo haga eso y cuando el timbre de la puerta suena nuevamente, a pesar de la cola de pez tras ella, esta vez es Riley quien gana.
—Oh, vaya, — la mujer dice quedándose en el porche y mirando entre Riley y yo.
— ¿Puedo ayudarla?— le pregunto, notando que no está disfrazada, a menos que la ropa casual californiana cuente como disfraz. Ella me mira, sus ojos marrones encontrando los míos cuando dice, —Lo siento, estoy tarde, el tráfico fue un cab- bueno, ya sabes. — ella saluda a Riley asintiendo con la cabeza, como si de verdad pudiera verla.
... HAASTAA AHII , ME VOY A DORMIR , BESOOS
Faltan solo unos días para Halloween y aún sigo trabajando en los toques finales de mi disfraz. Haven va a ir disfrazada de vampira (qué sorpresa), Miles va a ir de pirata, pero eso fue después de que yo lo convenciera de no ir como Madonna en su etapa de senos en forma de cono, y yo no les voy a decir de qué iré disfrazada. Pero es solamente porque lo que una vez fue mi gran idea se ha convertido en un proyecto súper ambicioso y estoy perdiendo la fe muy rápido. Debo admitir que me sorprendí mucho de que Sabine quisiera organizar una fiesta. En parte porque ella nunca antes se había mostrado interesada en cosas así, pero mayormente porque siempre supuse que entre ella y yo probablemente la lista de invitados no pasaría de cinco. Pero aparentemente Sabine es más popular de lo que yo pensaba ya que en cuestión de segundos ya había llenado dos columnas y media de invitados, mientras que mi lista era patéticamente mucho más corta, consistiendo únicamente de mis únicos dos amigos y sus posibles acompañantes. Así que mientras Sabine se encargó de contratar a un proveedor que se encargue de la comida y bebida, yo dejé a Miles a cargo de lo audio/visual (lo que significa que dejará su iPod y rentará par de películas de terror), y le pedí a Haven que se encargara de los pastelitos. Lo que nos deja a mí y a Riley como los únicos miembros de la comitiva de decoración y como Sabine me dejó un catálogo y su tarjeta de crédito con las instrucciones específicas de —no escatimar en gastos —, hemos pasado las últimas dos tardes transformando la casa de su usual apariencia italiana al castillo del guardián de los muertos y ha sido tan divertido, recordándome de las veces que solíamos decorar nuestra vieja casa para pascuas, acción de gracias y navidad. Sin mencionar que el mantenernos ocupadas ha ayudado a dejar las riñas.
—Deberías disfrazarte de sirena, — Riley dice. —O como uno de esos chicos de Laguna Beach. —
—Oh dios, no me digas que todavía sigues viendo eso. — yo digo, balanceando precariamente en el penúltimo escalón para poder colgar otra tela de araña falsa.
—No me culpes, Tivo tiene mente propia. — se encoje de hombros.
— ¿Tienes Tivo?— me giro, desesperada por obtener cualquier información puesto que ella siempre es tacaña en cuanto a detalles sobre la vida en el más allá. Pero ella solo ríe.
—Lo juro, eres tan crédula. ¡Las cosas que crees!— Ella sacude la cabeza y pone los ojos en blanco, alcanzando una caja de cartón y tomando una cuerda de luces en forma de hadas. — ¿Quieres intercambiar?— me ofrece desenredando la cuerda. —Es decir, es ridícula la manera en que insistes en trepar esa escalera de mano cuando yo puedo levitar y hacerlo. — Yo sacudo la cabeza y frunzo el ceño. Incluso aunque pueda ser más fácil, me gusta fingir que mi vida es de alguna manera normal. — ¿Y de qué vas a ir disfrazada?—
—Olvídalo, — yo digo amarrando la red en una esquina antes de bajar de la escalera de mano para echarle una ojeada. —Si puedes tener secretos, entonces yo también puedo. —
—No es justo. — Ella se cruza de brazos y hace pucheros de la manera en que siempre funcionaban con papá, pero nunca con mamá.
—Tranquila, ya lo verás en la fiesta, — le digo, tomando un esqueleto de esos que brillan en la oscuridad y desenredando los miembros.
— ¿Quieres decir que estoy invitada?— ella pegunta, su voz chillona, y sus ojos enormes por la emoción.
—Como si pudiera detenerte. — Le digo riendo mientras recuesto al Sr. Esqueleto cerca de la entrada para que pueda recibir a todos nuestros invitados.
— ¿Tu novio también viene?— Yo pongo mis ojos en blanco y suspiro
. —Sabes que no tengo novio, — le digo aburrida del juego sin ni siquiera haber comenzado.
—Por favor. No soy una idiota. — Ella frunce el ceño. —Aún no olvido el gran debate con el suéter. Además, no puedo esperar a conocerlo, o supongo que debería decir verlo, puesto que nunca me vas a presentar. Lo que es de muy mala educación si te pones a pensarlo. Es decir, el que él no me pueda ver no significa que-—
— ¡Dios! El no está invitado ¿bueno?— yo grito, sin darme cuenta hasta muy tarde que he caído en su trampa.
— ¡Já!— Ella me mira, con los ojos enormes, sus cejas arqueadas y sus labios curveándose con regocijo. — ¡Lo sabía!— Ella ríe, soltando las luces de hadas y saltando de la emoción, dando vueltas, empujándome y señalándome. — ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía!— ella canta, empujando su puño en el aire. — ¡Já! ¡Lo sabía!— y da vueltas. Yo cierro mis ojos y suspiro, reprendiéndome a mi misma por caer en
su tonta trampa. —
Tú no sabes nada. — La miro y sacudo la cabeza. —Él nunca fue mi novio, OK? El-él era simplemente un chico nuevo, que al principio pensé que era lindo, pero luego, cuando me di cuenta de lo mujeriego que es, bueno, digamos que ya pasé de él. De hecho, ya ni creo que sea tan lindo. En serio, duró como diez segundos, pero sólo porque no lo conocía muy bien. Y tampoco fue la única que cayó en su juego, porque Miles y Haven estaban prácticamente peleando por él. Así que por qué mejor no dejas de estar dando puñetazos al aire y moviendo las caderas y te pones a trabajar, ¿sí?— Al momento que paro, sé que soné demasiado a la defensiva para que me crea. Pero ahora que lo dije, no puedo retirar lo dicho, así que simplemente trato de ignorarla mientras ella da vueltas alrededor de la habitación cantando, — ¡Sip! ¡Sí que lo sabía!—
Para la noche de Halloween la casa luce increíble. Riley y yo pegamos telas de araña en todas las ventanas y esquinas, y pusimos en el medio de ellas unas viudas negras enormes. Colgamos en el techo murciélagos de plástico, esparcimos por todos lados sangre y pedazos (falsos) de cuerpo humano y pusimos una bola de cristal cerca de un cuervo eléctrico cuyos ojos se mueven y dicen — ¡Te arrepentirás! ¡Quak! ¡Te arrepentirás!— Vestimos a zombis con trapos ensangrentados y los pusimos en lugares en donde menos te lo esperarías. Pusimos en la entrada calderos de brujas hirviendo (en realidad solo es agua y hielo seco), y habían por todas partes esqueletos, momias, gatos negros, ratas (todos falsos, pero igual de espantosos), gárgolas, ataúdes, velas negras y calaveras. Hasta decoramos el patio trasero con lámparas hechas de calabazas, globos decorativos para piscinas, y luces tintineantes con forma de hadas. Y casi se me olvida, también pusimos un Grim Reaper de tamaño natural en la grama del frente.
— ¿Cómo me veo?— Riley pregunta, mirando a su sostén púrpura en forma de conchas y su pelo rojo, mientras hace crujir su coleta de sirena verde, metálica y brillosa.
—Como tu personaje favorito de Disney, — le digo, empolvando mi cara hasta verse muy pálida, intentando de encontrar la manera de deshacerme de ella para poder ponerme mi disfraz y quizá sorprenderla por primera vez.
—Voy a tomarlo como un cumplido. — Ella sonríe.
—Así es. — Me cepillo mi pelo hacia atrás y lo recojo para ponerme la enorme y altísima peluca rubia que usaré.
- ¿Y de quién te vas a disfrazar?— ella me mira. —Digo ¿me podrías decir de una vez? ¡Es que el suspenso me está matando!— Ella se agarra el estómago, mientras se ríe, meciéndose hacia atrás y adelante, hasta casi caerse de la cama. A ella le encanta hacer bromas fingiendo que está muriendo. Ella piensa que es gracioso, pero a mí me estremecen. Ignorando la broma, me giro hacia ella y digo,
—¿Me haces un favor? Ve abajo, mira el disfraz de Sabine y déjame saber si intenta ponerse esa nariz enorme de plástico con la verruga peluda en la punta. Le dije que era un gran disfraz de bruja, pero necesita deshacerse de la nariz. A los chicos no les gustan esas cosas. —
— ¿Ella tiene un chico?— Riley pregunta, claramente sorprendida.
—No si se pone esa nariz, — yo digo viendo como ella sale de la cama y atraviesa la habitación, la cola de sirena hartándose tras de ella.
-Pero no hagas ningún ruido y no hagas nada para asustarla, ¿bueno?— Añado estremeciéndome mientras ella atraviesa la puerta de mi armario, sin inmutarse en abrirla. Es decir, solo porque haya visto eso millones de veces no significa que este acostumbrada a ello. Me dirijo al armario y abro la bolsa que tengo escondida en la parte de atrás, sacando el hermoso vestido negro con el escote bajo en forma de V, las mangas ¾ y el corpiño súper ajustado con finales sueltos, igual al que usa Kirsten Dunst en el baile de máscaras en la película María Antonieta. Luego de luchar con la cremallera en la espalda, me pongo mi peluca rubia platinada (porque, aunque soy rubia, jamás podría peinar mi pelo así de alto), me unto un poco de labial rojo, aplico sombra negra en mis ojos y me pongo unos largos pendientes de imitación de diamantes. Cuando mi disfraz esta completado, me paro en frente de mi espejo girando y sonriendo mientras mi brillante vestido negro se mece y estoy súper emocionada de lo bien que resultó todo. Al segundo que Riley reaparece, sacude la cabeza y dice, —Todo limpio -finalmente. O sea, primero se puso la nariz, después se la quitó, luego se la volvió a poner y se viró para verse de perfil y luego se la volvió a quitar. Te juro que me costó mucho esfuerzo el contenerme y no quitársela de la cara y tirarla por la ventana. — Yo me paralicé, aguantando la respiración, esperando que ella no hubiera hecho nada parecido, porque uno nunca sabe con Riley. Ella se apareció en la silla de mi escritorio y comienza a usar la punta de su verde y brillosa aleta para empujarse y dar vueltas.
—Tranquila, — me dice. —Lo último que vi fue que la dejó en el baño, cerca del lavamanos. Después un chico llamó pidiendo direcciones y ella siguió y siguió contando el gran trabajo que hiciste con las decoraciones y cómo le era casi imposible creer que lo habías hecho todo tu sola y bla bla bla. — ella sacude la cabeza y frunce el ceño.
—Debes amar eso, ¿no? Tomar todo el crédito por nuestro trabajo. — Ella deja de dar vueltas y me da una larga y evaluadora vista. —Así que María Antonieta, — ella dice finalmente, sus ojos viajando por mi disfraz. —
Nunca lo habría adivinado. O sea, a ti no te gustan tanto los pasteles. — Yo pongo los ojos en blanco.
—Para tu información, ella nunca dijo eso de los pasteles. Fue solamente un rumor amarillista, así que no lo creas, — le digo, sin poder dejar de mirarme en el espejo para verificar mi maquillaje y arreglar mi peluca, deseando que todo se mantenga en su lugar. Pero cuando veo el reflejo de Riley, algo en la manera en que luce me hace detenerme y moverme hacia ella. —Oye, ¿estás bien?— Ella cierra sus ojos y se muerde el labio. Luego sacude su cabeza y dice, —dios, ¡míranos! Tú estás vestida como una trágica reina adolescente y yo haría lo que fuera por ser una adolescente. — Yo trato de tocarla, pero mis manos son torpes y se quedan a mis costados. Supongo que estoy tan acostumbrada a tenerla conmigo que a veces olvido que ella en realidad no está aquí, que ya ella no es parte de este mundo y que ella nunca crecerá, nunca tendrá la oportunidad de tener 13 años. Y luego recuerdo que todo es culpa mía y me siento mil veces peor.
—Riley, yo-— Pero ella solo sacude la cabeza y mueve su cola alrededor.
—No te preocupes. — Ella sonríe, flotando sobre la silla. — ¡Es hora de recibir a los invitados!—
Haven vino con Evangeline, su amiga co dependiente donadora, quien, gran sorpresa, está vestida también como vampiro, y Miles trajo a Eric, un chico que conoce de su clase de actuación que parece ser bastante lindo detrás de esa máscara del Zorro y la capa.
—No puedo creer que no hayas invitado a Nick — Haven dice, sacudiendo la cabeza, y saltándose el hola. Ella ha estado enojada conmigo toda la semana, desde que se enteró que él no había entrado en la lista de invitados. Yo pongo mis ojos en blanco y respiro profundamente, cansada de defender lo obvio, de tener que poner en claro que él fue quién nos abandonó, convirtiéndose en parte integrante no solo a la mesa de Stacia, pero también su escritorio. Sacando capullos de toda clase de lugares, y como su proyecto de arte, Mujer de Pelo Amarillo, está sospechosamente comenzando a parecerse a ella. O sea, discúlpenme por no querer pensar demasiado en el hecho de que, salvo los tulipanes rojos, la nota misteriosa y la intima mirada que compartimos una vez, él no ha hablado conmigo en casi dos semanas.
—El no iba a venir de todas maneras. — digo finalmente, esperando que ella no note como mi voz suena tan herida por la traición. —Estoy segura que él está en alguna parte con Stacia, o la pelirroja, o-— sacudo mi cabeza, rehusándome a continuar.
—Espera ¿pelirroja? ¿También hay una pelirroja?— Ella me mira con los ojos entrecerrados. O me encojo de hombros porque la verdad es que él puede estar con cualquiera. Todo lo que sé es que él no está aquí conmigo.
—Deberías verlo. — Ella se gira hacia Evangeline. —El es increíble. Guapísimo como una estrella de cine, sexy como estrella de rock, él
incluso hace ilusiones. — Ella suspira.
Evangeline alza sus cejas. —Suena como si él fuera una ilusión. Nadie es así de perfecto. —
—DNick lo es. Es una lástima que no puedas verlo tú misma. — Haven otra vez me mira con el ceño fruncido, sus dedos jugueteando con la gargantilla de terciopelo negro que lleva puesto en su cuello.
—Pero si llegas a verlo, no olvides que él es mío. Lo dije desde mucho antes de conocerte. — Yo miro a Evangeline, reparando en su aura oscura y turbia, mallas, pantalones negros extremadamente cortos y una blusa de malla. Sabiendo que ella no tiene ninguna intensión en mantener una promesa así.
—Sabes que podría prestarte unos colmillos y sangre falsa para tu cuello y podrías ser una vampira también, — Haven me ofrece mirándome, su mente yendo hacia atrás y adelante, queriendo ser mi amiga, convencida de que yo soy su aliada. Pero yo me niego con la cabeza y las llevo hacia el otro lado del salón, deseando que se encapriche con otra cosa y se olvide rápido de Nick
Sabine está hablando con sus amigos, Haven y Evangeline le están echando alcohol a sus bebidas, Miles y Eric están bailando, mientras Riley juega con la cola del látigo de Eric, moviendo el flequillo arriba y abajo y hacia adelante y detrás, luego mirando alrededor para ver si alguien lo nota. Y cuando estoy a punto de darle la señal, la que
significa que más vale que deje de hacer eso si quiere seguir aquí, el timbre de la puerta suena, y ambas hacemos competencia por quién llega primero a la puerta. Yo llego primero y cuando abro la puerta olvido saborear mi victoria, porque Nick está ahí con flores en una mano, y un sombrero con bordes dorados en la otra. Su pelo está recogida en una cola de caballo, su usual acicalada ropa negra reemplazada por una camisa blanca de volantes, una chaqueta con botones dorados y lo que puede ser descrito como pantalones de montar, medias ajustadas y zapatos negros puntiagudos. Y mientras pienso en que Miles estará completamente celoso de ese disfraz, me doy cuenta de quién él está disfrazado y mi corazón se salta dos latidos.
—Conde Fersen, — digo entre dientes, apenas pudiendo pronunciar las palabras. —María. — El sonríe, ofreciendo una galante reverencia.
—Pero… era un secreto…. y tú no estabas invitado, — Yo susurro, mirando más allá de sus hombros, buscando a Stacia, la pelirroja, cualquiera, sabiendo que es imposible que él esté aquí solamente por mí. Pero el solo sonríe y me da las flores.
—Entonces debe ser una afortunada coincidencia. —
Yo trago con dificultad y giro sobre mis tacones, conduciéndolo por la entrada, pasando el recibidor y el comedor y entrando a la sala de estar, mis mejillas sonrojándose mientras mi corazón late tan fuerte y tan rápido que podría romper mi pecho. Preguntándome cómo pudo haber pasado esto, buscando una explicación lógica para que Nick se apareciera vestido como mi perfecta otra mitad.
—¡Dios mío, Nick está aquí!— Haven chilla, sus brazos moviéndose frenéticamente, su rostro todo iluminado, bueno, al menos lo que una cara bien empolvada, con colmillos y sangre falsa podría iluminarse. Pero al momento que ve su disfraz, percatándose de que esta vestido como el Conde Axel Fersen, el no tan secreto amante de María Antonieta, su cara se ensombrece y sus ojos me miran acusadoramente.
— ¿Y cuando planearon esto?— ella pregunta, acercándose a nosotros, tratando de sonar casual, neutral, pero más para el beneficio de Nick que para mí.
—No lo hicimos, — yo digo, deseando que ella me crea aún sabiendo que no lo hará. O sea, es una coincidencia bastante rara, yo misma estoy comenzando a dudar, preguntándome si de alguna manera lo dejé saber, aún cuando sé que no lo hice.
—Fue pura casualidad, — Nick dice, poniendo su brazo alrededor de mi cintura y aún cuando él solo lo deja ahí por un breve momento, es suficiente para causar un cosquilleo en todo mi cuerpo.
—Tú tienes que ser Nick, — Evangeline dice, escabulléndose a su lado, sus dedos jugando con los volantes de su camisa. —Pensaba que Haven estaba exagerando, ¡pero aparentemente no es así!— Ella ríe. — ¿Y de quién estas disfrazado?—
—Conde Fersen, — Haven dice con voz dura y crispada, mirándome con ojos entrecerrados.
—El que sea. — Evangeline se encoje de hombros, robando el sombrero de él, poniéndoselo y sonriendo seductoramente bajo el ala del sombrero antes de tomar su mano y llevarlo a otra parte.
Al momento que se han ido, Haven me mira y dice, — ¡No puedo creerte!— Su cara está enojada, sus puños preparados, pero eso no es nada comparado con los horribles pensamientos arremolinados en su cabeza. —Tú sabes lo mucho que él me gusta. ¡Yo confié en ti!—
—Haven, lo juro, no fue planeado. Es solo una extraña coincidencia. Ni siquiera sé qué está haciendo aquí y tú sabes que no lo invité, — le digo queriendo convencerla, aún cuando sé que es inútil porque ya ella se convenció de lo contrario. —Y no sé si lo has notado, pero tu amiga Evangeline está prácticamente montando la pierna de él allí. — Haven mira a través de la habitación y luego me mira encogiéndose de hombros cuando me dice, —ella hace eso con todo el mundo, ella difícilmente representa una amenaza, contrario a ti. —
Respiro profundamente, luchando por mantener la paciencia y tratando de no reír mientras Riley se para al lado de ella, imitando cada palabra y movimiento, burlándose de una manera definitivamente cómica aunque no muy amable. —Escucha, — finalmente digo. — ¡A mí no me gusta él! O sea, ¿cómo puedo convencerte de eso? ¡Solo dime y lo haré!— Ella sacude la cabeza y mira hacia otro lado, sus hombros hundiéndose, sus pensamientos tornándose oscuros, regresando todo ese coraje hacia ella. —No lo hagas. — Ella suspira, pestañeando rápidamente para evitar las lágrimas. —No digas ni una palabra más. Si tú le gustas, entonces así son las cosas y no hay nada que yo pueda hacer. O sea, no es tu culpa que seas inteligente y bonita y los chicos siempre te preferirán. Especialmente una vez te vean sin tu capucha. — Ella trata de reír, pero no lo logra.
—Estas haciendo todo un drama por nada, — yo digo deseando convencerla y deseando convencerme a mí misma. —La única cosa que Nick y yo tenemos en común es nuestro gusto en películas y disfraces. Eso es todo, lo juro. —
y cuando sonrío, espero que se vea más real de lo que se siente. Ella mira a través de la habitación a Evangeline, quien ha tomado el látigo del Zorro y está haciendo una demostración de cómo utilizarlo correctamente, y luego me mira y dice, —Solo hazme un favor. — Yo asiento con la cabeza, dispuesta a hacer lo que sea para terminar con todo esto. —Deja de mentir. Eres un desastre mintiendo. — Yo la miro mientras se aleja, luego miro a Riley quien esta saltando arriba y abajo y gritando, — ¡Oh Dios mío, esta tiene que ser la mejor fiesta que has tenido! ¡Drama! ¡Intriga! ¡Celos! ¡Y una casi-pelea! ¡Estoy tan feliz de no haberme perdido de esto!— Estoy a punto de decirle que se calle cuando recuerdo que soy la única que puede escucharla y se vería un poco extraño que yo haga eso y cuando el timbre de la puerta suena nuevamente, a pesar de la cola de pez tras ella, esta vez es Riley quien gana.
—Oh, vaya, — la mujer dice quedándose en el porche y mirando entre Riley y yo.
— ¿Puedo ayudarla?— le pregunto, notando que no está disfrazada, a menos que la ropa casual californiana cuente como disfraz. Ella me mira, sus ojos marrones encontrando los míos cuando dice, —Lo siento, estoy tarde, el tráfico fue un cab- bueno, ya sabes. — ella saluda a Riley asintiendo con la cabeza, como si de verdad pudiera verla.
... HAASTAA AHII , ME VOY A DORMIR , BESOOS
Gabuuziita
Re: Eternidad(Nick&Tu)
me gusto el cap pero como se entero nick del disfraz y de la fiesta? :scratch:
siguela pronto :D
siguela pronto :D
Mrs. Nick Jonas
Re: Eternidad(Nick&Tu)
— ¿Eres amiga de Sabine?— le pregunto, pensando que quizá sea un tic nervioso que hace que sus ojos sigan mirando a donde Riley está parada, porque aunque ella tenga un agradable aura color púrpura, por alguna razón no puedo leer sus pensamientos.
— Soy Ava. Sabine me contrató.—
—¿Eres una de las encargadas de la comida?— le pregunto, preguntándome por qué lleva puesto un top negro exponiendo un hombro, jeans de esos que son ajustados hasta los tobillos y zapatillas de suela plana, en lugar de una camisa blanca y pantalones negros como el resto del equipo. Pero ella solo ríe y saluda con la mano a Riley, quién está escondida detrás de mi falda, como solía hacer con mamá cuando se sentía tímida. —Yo soy la psíquica, — ella dice, apartando su largo y castaño cabello de su cara y arrodillándose junto a Riley. —Y veo que tienes una amiguita aquí contigo. —
Capítulo 12
Aparentemente Ava la Psíquica se suponía que fuera una sorpresa divertida para todos. Pero créanme, nadie estaba más sorprendido que yo. O sea, ¿cómo no supe que esto iba a pasar? ¿Estaba tan envuelta en mi propio mundo, que olvidé hurgar en el de Sabine? Tampoco es que pudiera despedirla, por más ganas que tuviera de hacerlo, pero antes de que pudiera al menos reaccionar de la impresión que tuve al saber que ella puede ver a Riley, Sabine estaba ya en la puerta invitándola a entrar.
—Qué bueno, pudiste lograrlo y veo que has conocido a mi sobrina, — ella dice llevándola a la sala de estar, en donde hay una mesa arreglada para ella. Yo me mantengo cerca, preguntándome si Ava la Psíquica intentara mencionar a mi hermanita muerta. Pero luego Sabine me pide que le traiga un trago a Ava y para cuando regreso ya ella está haciendo una lectura.
—Deberías hacer fila antes de que se haga más larga,— Sabine me dice, su hombro presionado contra el de Frankestein, quien, con la más o sin la máscara, no es el chico bonito que trabaja en su edificio y tampoco es el exitoso banquero inversionista que él finge ser. En realidad, aún vive con su madre. Pero no quiero decirle a ella nada de eso y destruir su buen humor, así que yo solo sacudo la cabeza y digo,
—Tal vez luego.— Es bueno ver a Sabine pasarla bien por una vez, es bueno saber que tiene toda una cadena de amistades y por lo que puedo ver, un renovado interés en salir con chicos. Aún cuando es divertido ver a Riley bailando con las personas sin estas tener la menor idea y escuchar conversaciones que seguramente no debería escuchar, necesito un descanso de todos los pensamientos al azar, auras vibrantes, energía arremolinada, pero más que nada, Nick. He tratado de mantener mi distancia, actual normal e ignorarlo cuando lo veo en la escuela, pero verlo esta noche, vestido en lo que es claramente la otra mitad de un disfraz de pareja… Bueno, no estoy segura qué pensar. O sea, por lo último que vi, él estaba con la pelirroja, Stacia, cualquiera menos yo. Encantándolas con su encanto, buena apariencia, carisma y sus inexplicables trucos de magia. Entierro mi nariz entre las flores que él me trajo, veinticuatro tulipanes, todos ellos rojos, y aún cuando los tulipanes no son destacados por su aroma, de alguna manera estos son embriagadores, intoxicantes y dulces. Yo inhalo profundamente, perdiéndome en la fragancia del ramo y admitiendo secretamente que él me gusta. O sea, que de verdad me gusta. No puedo evitarlo. Simplemente así es. Nada lo hará menos cierto, sin importar cuánto me esfuerce en fingir lo contrario. Antes de que Nick viniera, me había resignado a un destino solitario. No es que estaba emocionada con la idea de nunca tener otro novio, o nunca volver a tener cercanía con una persona, pero ¿cómo podría salir con alguien cuando el tocar puede ser tan dominante? ¿Cómo puedo estar en una relación cuando siempre sé lo que mi compañero está pensando? Nunca tendría la oportunidad de obsesionarme, discernir y adivinar los significados ocultos de todo lo que él dice o hace. Aunque probablemente parezca cool el que pueda leer mentes y energía y auras, créanme, no lo es. Yo daría lo que fuera por tener de vuelta mi antigua vida, por ser normal y sin idea, como cualquier otra chica. Porque a veces, incluso tus mejores amigos, pueden pensar cosas muy desagradables y no tener un botón de apagar requiere mucha capacidad para perdonar. Pero eso es lo grandioso con Nick. El es como un botón de apagar. El es el único que no puedo leer, el único que puede silenciar el sonido de los demás y aún cuando me hace sentir maravillosa y cálida y lo más cerca a ser normal que alguna vez seré, no puedo evitar el pensar que no hay nada normal en eso. Me siento en una de las sillas de la sala y acomodo mi falda alrededor, viendo los globos acuáticos cambiar de color mientras se deslizan alrededor de la piscina y estoy tan perdida en mis pensamientos y en la increíble vista delante de mí, que al principio no noto cuando Nick aparece. —Hey. — él sonríe. Y cuando lo miro, todo mi cuerpo se calienta. —Es una buena fiesta. Estoy feliz de haber venido sin invitación. — El se sienta al lado mío, mientras yo miro hacia delante, consciente de que está bromeando, pero muy nerviosa para responder. —Haces una buena María, — él dice, sus dedos tocando la larga pluma negra que encajé en mi peluca a última hora. Yo presiono mis labios, sintiéndome ansiosa, nerviosa, tentada a huir. Luego respiro profundamente y me relajo un poco. Permitiéndome vivir un poco, aunque sea por una noche.
—Y tú haces un buen Conde Fersen, — digo finalmente.
—Por favor, llámame Axel. — él ríe.
— ¿Te cobraron extra por el agujero de polilla?— le pregunto, señalando a la parte deshilachada cerca de su hombro, decidiéndome a no mencionar que su ropa huele a rancio. El me mira, sus ojos fijos en los míos cuando me dice,
—Eso no es un agujero de polilla. Eso es producto del fuego de artillería, una casi-pérdida, como ellos le dicen. —
—Bueno, sí recuerdo bien, en esta escena en particular tú estabas persiguiendo a una chica de pelo oscuro. — Yo lo miro, recordando los tiempos cuando flirtear era fácil, tratando de despertar a la chica que solía ser.
—Hubo un re-escrito de última hora. — El sonríe. — ¿No recibiste el nuevo guión?— Yo pateo con mi pié y sonrío, pensando lo bien que se siente finalmente dejarse ir, actuar como una chica normal, con un enamoramiento normal como cualquiera. —Y en esta nueva versión solo somos nosotros y tú, María, mantienes tu linda cabeza. — El toma su dedo, la punta de su dedo índice, y lo desliza a través del ancho de mi cuello, dejando una huella cálida con un delicioso chisporroteo mientras él deja su dedo debajo de mi oreja.
— ¿Por qué no hiciste fila para una lectura?— él susurra, su dedo viajando por mi mandíbula, mi mejilla, trazando la curva de mi oreja mientras que sus labios se acercan tanto que nuestros alientos se encuentran y se mezclan. Yo me encojo de hombros y presiono mis labios, deseando que se calle y me bese de una buena vez.
— ¿Eres una escéptica?—
—No. Yo solo… No lo sé, — mascullo, tan frustrada que quiero gritar. ¿Por qué insiste en hablar? ¿No se da cuenta que esta puede ser mi última experiencia como una chica normal? ¿Qué puede que nunca se me vuelva a presentar una oportunidad como esta?
— ¿Por qué tú no estás en fila?— le pregunto, ya sin tratar de ocultar mi frustración.
—Es una pérdida de tiempo. — El ríe. —No es posible leer mentes, o decir el futuro ¿verdad?— Yo cambio la mirada y miro a la piscina, parpadeando al ver que los globos no solo han cambiado a color rosa, también están formando un corazón. — ¿Te he contrariado?— él pregunta, sus dedos tomando mi mentón, volviendo mi cara de vuelta a la suya. Y esa es otra cosa. A veces el usa lenguaje de surfista californiano igual que todo el mundo aquí, y otras veces parece que ha salido de las páginas de Cumbres Borrascosas. —No. No me has contrariado, — yo le digo riéndome. — ¿Qué es tan gracioso?— él pregunta, sus dedos deslizándose bajo mi flequillo, buscando la cicatriz en mi frente y haciendo que yo lo aleje.
— ¿Cómo te hiciste eso?— su mano de vuelta a su lado, mirándome con tanta calidez y sinceridad que yo estoy a punto de contarle la verdad. Pero no lo hago porque esta es la noche del año que yo tengo para ser otra persona. Cuando puedo fingir que no soy la responsable por el fin de todo lo que quería. Esta noche puedo flirtear y jugar y hacer decisiones imprudentes de las cuales probablemente me arrepienta de por vida. Porque esta noche no soy _____ , soy María y si él es el Conde Fersen, él se va a callar y me va a besar de una buena vez. —No quiero hablar de eso, — le digo parpadeando cuando veo que los globos de la piscina ahora son rojos y están formando un tulipán.
— ¿De qué quieres hablar?— él susurra, mirándome con esos ojos, dos estanques infinitos que me atraen adentro.
—No quiero hablar, — susurro, aguantando la respiración mientras sus labios encuentran los míos.
Capítulo 13
Pensé que su voz era increíble en la manera en que me envuelve en silencio, también pensé que era increíble la manera en que me toca y hace despertar mi piel, pero la manera en que besa, bueno, es de otro mundo. Aunque no soy una experta, anteriormente solo he besado a unos cuantos chicos, sigo dispuesta a apostar que un beso como ese, un beso así de completo y trascendental, es una cosa que solo se da una vez en la vida. Y cuando él se aparta y me mira a los ojos, yo otra vez cierro los míos, agarro sus solapas y lo atraigo de vuelta a mí. Hasta que Haven dice,
—Dios, te he estado buscando por todas partes. Debía haber sabido que estabas escondida aquí. — Yo me aparto horrorizada por haber sido sorprendida en el acto, poco tiempo después de haber jurado que él no me gustaba.
—Nosotros estábamos solo-— Ella levanta la mano para detenerme.
— Por favor, ahórrame los detalles. Solo quería que supieras que Evangeline y yo nos vamos. —
— ¿Tan pronto?— le pregunto, mientras me pregunto a mi misma cuánto tiempo hemos estado aquí.
—Sí, mi amiga Drina vino. Ella nos va a llevar a otra fiesta. Ustedes también pueden ir con nosotros… aunque se ven muy ocupados. — ella sonríe.
— ¿Drina?— dice Nick, parándose tan rápido que su cuerpo sehace borroso.
— ¿La conoces?— pregunta Haven, pero ya Nick se ha ido, moviéndose tan rápido que se nos hace difícil seguirlo. Yo me apresuro tras Haven, ansiosa por alcanzarla, desesperada por explicarle, pero cuando llegamos a las puertas francesas y yo agarro su hombro, me veo llenada de tanta oscuridad, un enojo y falta de esperanza tan insoportable, que las palabras se paralizan en mi lengua. Luego ella me aleja y mira sobre sus hombros diciendo, —
Te dije que no eres buena mintiendo. — antes de continuar. Tomo un largo respiro y la sigo manteniéndome detrás, siguiéndolos a través de la cocina, de la sala de estar y de camino a la puerta, mientras mis ojos están fijos en la parte trasera de la cabeza de Damen. Notando como se mueve con tanta rapidez y seguridad, como si supiera dónde encontrarla. Finalmente, cuando llego al vestíbulo, me paralizo al ver a los dos juntos: él en su esplendor de siglo dieciocho y ella vestida como María Antonieta, tan rica, tan adorable y tan exquisita que me pone en vergüenza. —Y tú debes ser…— ella levanta su mentón mientras sus ojos se encuentran con los míos, dos esferas brillantes de un color verde oscuro como esmeraldas. —______— digo entre dientes mirando su peluca rubia pálida, su piel cremosa y perfecta, las perlas que adornan su cuello, sus perfectos y rosados labios y sus dientes tan blancos que parecen irreales. Me volteo hacia Nick , esperando que él pueda explicar, que provea una explicación lógica de por qué la pelirroja de San Regis está en mi vestíbulo. Pero él esta tan ocupada mirándola, que ni siquiera nota que yo estoy ahí.
— ¿Qué estás haciendo aquí?— él pregunta, su voz casi un suspiro.
—Haven me invitó. — ella sonríe. Mientras los miro a ambos, mi cuerpo se llena de un terror frío y pesado.
— ¿Cómo es que ustedes se conocen?— pregunto, notando como el comportamiento de Nick ha cambiado completamente tornándose frío y distante; como una nube oscura en dónde solía estar el sol.
—La conocí en Nocturne, — dice Drina, mirándome directamente. —Nos dirigimos hacia allá ahora. Espero que no te moleste el que la robe. — Yo entrecierro mis ojos, ignorando la agitación en mi corazón y las punzadas en mi estómago, mientras me esfuerzo en leer su mente, pero sus pensamientos son inaccesibles, completamente sellados, y su aura es inexistente. —Oh, que tonta soy. ¿Te referías a Nick y a mí, no?— ella ríe, sus ojos vagando lentamente por mi disfraz hasta encontrase de vuelta con los míos y, como no respondo, ella asiente cuando dice,
—Nos conocimos en Nuevo México. — Pero cuando ella dice —Nuevo México —, Nick dice —Nueva Orleáns— haciendo que Drina muestra una risa falsa que no alcanza sus ojos.
—Digamos que nos conocemos desde hace mucho. — ella asiente, extendiendo una mano hasta mi manga, sus dedos trazando el bordado antes de tomar mi muñeca. —Bonito vestido, — dice, apretando mi muñeca. — ¿Lo hiciste tú misma?— De un tirón libero mi brazo, más por el frío de sus dedos que por el hecho de haber sido burlada, y las marcas de sus puntiagudas uñas congelan mi piel, disparando hielo por mis venas.
—¿No es ella genial?— dice Haven, mirando a Drina con la misma expresión que usualmente utiliza con vampiros, roqueros góticos y Nick , mientras Drina pone los ojos en blanco y observa su reloj.
—Debemos irnos ahora si es que queremos llegar a Nocturne a la medianoche, — dice Evangeline.
—Puedes venir con nosotros. — Drina sonríe.
—Tenemos una limosina completamente equipada. — Pero cuando miro a Haven, puedo escucharla pensar: di que no, di que no ¡por favor di que no! Drina nos mira a Nick y a mí.
—El chofer está esperando, — dice cantando, Yo miro a Nick , mi corazón derrumbándose al ver lo conflicto que es para él tomar una decisión. Luego aclaro mi garganta y me fuerzo a decir, —Tú puedes ir si quieres, pero yo me tengo que quedar. No puedo dejar mi propia fiesta. — Luego río, tratando de sonar ligera cuando la verdad es que apenas puedo respirar. ..
— Soy Ava. Sabine me contrató.—
—¿Eres una de las encargadas de la comida?— le pregunto, preguntándome por qué lleva puesto un top negro exponiendo un hombro, jeans de esos que son ajustados hasta los tobillos y zapatillas de suela plana, en lugar de una camisa blanca y pantalones negros como el resto del equipo. Pero ella solo ríe y saluda con la mano a Riley, quién está escondida detrás de mi falda, como solía hacer con mamá cuando se sentía tímida. —Yo soy la psíquica, — ella dice, apartando su largo y castaño cabello de su cara y arrodillándose junto a Riley. —Y veo que tienes una amiguita aquí contigo. —
Capítulo 12
Aparentemente Ava la Psíquica se suponía que fuera una sorpresa divertida para todos. Pero créanme, nadie estaba más sorprendido que yo. O sea, ¿cómo no supe que esto iba a pasar? ¿Estaba tan envuelta en mi propio mundo, que olvidé hurgar en el de Sabine? Tampoco es que pudiera despedirla, por más ganas que tuviera de hacerlo, pero antes de que pudiera al menos reaccionar de la impresión que tuve al saber que ella puede ver a Riley, Sabine estaba ya en la puerta invitándola a entrar.
—Qué bueno, pudiste lograrlo y veo que has conocido a mi sobrina, — ella dice llevándola a la sala de estar, en donde hay una mesa arreglada para ella. Yo me mantengo cerca, preguntándome si Ava la Psíquica intentara mencionar a mi hermanita muerta. Pero luego Sabine me pide que le traiga un trago a Ava y para cuando regreso ya ella está haciendo una lectura.
—Deberías hacer fila antes de que se haga más larga,— Sabine me dice, su hombro presionado contra el de Frankestein, quien, con la más o sin la máscara, no es el chico bonito que trabaja en su edificio y tampoco es el exitoso banquero inversionista que él finge ser. En realidad, aún vive con su madre. Pero no quiero decirle a ella nada de eso y destruir su buen humor, así que yo solo sacudo la cabeza y digo,
—Tal vez luego.— Es bueno ver a Sabine pasarla bien por una vez, es bueno saber que tiene toda una cadena de amistades y por lo que puedo ver, un renovado interés en salir con chicos. Aún cuando es divertido ver a Riley bailando con las personas sin estas tener la menor idea y escuchar conversaciones que seguramente no debería escuchar, necesito un descanso de todos los pensamientos al azar, auras vibrantes, energía arremolinada, pero más que nada, Nick. He tratado de mantener mi distancia, actual normal e ignorarlo cuando lo veo en la escuela, pero verlo esta noche, vestido en lo que es claramente la otra mitad de un disfraz de pareja… Bueno, no estoy segura qué pensar. O sea, por lo último que vi, él estaba con la pelirroja, Stacia, cualquiera menos yo. Encantándolas con su encanto, buena apariencia, carisma y sus inexplicables trucos de magia. Entierro mi nariz entre las flores que él me trajo, veinticuatro tulipanes, todos ellos rojos, y aún cuando los tulipanes no son destacados por su aroma, de alguna manera estos son embriagadores, intoxicantes y dulces. Yo inhalo profundamente, perdiéndome en la fragancia del ramo y admitiendo secretamente que él me gusta. O sea, que de verdad me gusta. No puedo evitarlo. Simplemente así es. Nada lo hará menos cierto, sin importar cuánto me esfuerce en fingir lo contrario. Antes de que Nick viniera, me había resignado a un destino solitario. No es que estaba emocionada con la idea de nunca tener otro novio, o nunca volver a tener cercanía con una persona, pero ¿cómo podría salir con alguien cuando el tocar puede ser tan dominante? ¿Cómo puedo estar en una relación cuando siempre sé lo que mi compañero está pensando? Nunca tendría la oportunidad de obsesionarme, discernir y adivinar los significados ocultos de todo lo que él dice o hace. Aunque probablemente parezca cool el que pueda leer mentes y energía y auras, créanme, no lo es. Yo daría lo que fuera por tener de vuelta mi antigua vida, por ser normal y sin idea, como cualquier otra chica. Porque a veces, incluso tus mejores amigos, pueden pensar cosas muy desagradables y no tener un botón de apagar requiere mucha capacidad para perdonar. Pero eso es lo grandioso con Nick. El es como un botón de apagar. El es el único que no puedo leer, el único que puede silenciar el sonido de los demás y aún cuando me hace sentir maravillosa y cálida y lo más cerca a ser normal que alguna vez seré, no puedo evitar el pensar que no hay nada normal en eso. Me siento en una de las sillas de la sala y acomodo mi falda alrededor, viendo los globos acuáticos cambiar de color mientras se deslizan alrededor de la piscina y estoy tan perdida en mis pensamientos y en la increíble vista delante de mí, que al principio no noto cuando Nick aparece. —Hey. — él sonríe. Y cuando lo miro, todo mi cuerpo se calienta. —Es una buena fiesta. Estoy feliz de haber venido sin invitación. — El se sienta al lado mío, mientras yo miro hacia delante, consciente de que está bromeando, pero muy nerviosa para responder. —Haces una buena María, — él dice, sus dedos tocando la larga pluma negra que encajé en mi peluca a última hora. Yo presiono mis labios, sintiéndome ansiosa, nerviosa, tentada a huir. Luego respiro profundamente y me relajo un poco. Permitiéndome vivir un poco, aunque sea por una noche.
—Y tú haces un buen Conde Fersen, — digo finalmente.
—Por favor, llámame Axel. — él ríe.
— ¿Te cobraron extra por el agujero de polilla?— le pregunto, señalando a la parte deshilachada cerca de su hombro, decidiéndome a no mencionar que su ropa huele a rancio. El me mira, sus ojos fijos en los míos cuando me dice,
—Eso no es un agujero de polilla. Eso es producto del fuego de artillería, una casi-pérdida, como ellos le dicen. —
—Bueno, sí recuerdo bien, en esta escena en particular tú estabas persiguiendo a una chica de pelo oscuro. — Yo lo miro, recordando los tiempos cuando flirtear era fácil, tratando de despertar a la chica que solía ser.
—Hubo un re-escrito de última hora. — El sonríe. — ¿No recibiste el nuevo guión?— Yo pateo con mi pié y sonrío, pensando lo bien que se siente finalmente dejarse ir, actuar como una chica normal, con un enamoramiento normal como cualquiera. —Y en esta nueva versión solo somos nosotros y tú, María, mantienes tu linda cabeza. — El toma su dedo, la punta de su dedo índice, y lo desliza a través del ancho de mi cuello, dejando una huella cálida con un delicioso chisporroteo mientras él deja su dedo debajo de mi oreja.
— ¿Por qué no hiciste fila para una lectura?— él susurra, su dedo viajando por mi mandíbula, mi mejilla, trazando la curva de mi oreja mientras que sus labios se acercan tanto que nuestros alientos se encuentran y se mezclan. Yo me encojo de hombros y presiono mis labios, deseando que se calle y me bese de una buena vez.
— ¿Eres una escéptica?—
—No. Yo solo… No lo sé, — mascullo, tan frustrada que quiero gritar. ¿Por qué insiste en hablar? ¿No se da cuenta que esta puede ser mi última experiencia como una chica normal? ¿Qué puede que nunca se me vuelva a presentar una oportunidad como esta?
— ¿Por qué tú no estás en fila?— le pregunto, ya sin tratar de ocultar mi frustración.
—Es una pérdida de tiempo. — El ríe. —No es posible leer mentes, o decir el futuro ¿verdad?— Yo cambio la mirada y miro a la piscina, parpadeando al ver que los globos no solo han cambiado a color rosa, también están formando un corazón. — ¿Te he contrariado?— él pregunta, sus dedos tomando mi mentón, volviendo mi cara de vuelta a la suya. Y esa es otra cosa. A veces el usa lenguaje de surfista californiano igual que todo el mundo aquí, y otras veces parece que ha salido de las páginas de Cumbres Borrascosas. —No. No me has contrariado, — yo le digo riéndome. — ¿Qué es tan gracioso?— él pregunta, sus dedos deslizándose bajo mi flequillo, buscando la cicatriz en mi frente y haciendo que yo lo aleje.
— ¿Cómo te hiciste eso?— su mano de vuelta a su lado, mirándome con tanta calidez y sinceridad que yo estoy a punto de contarle la verdad. Pero no lo hago porque esta es la noche del año que yo tengo para ser otra persona. Cuando puedo fingir que no soy la responsable por el fin de todo lo que quería. Esta noche puedo flirtear y jugar y hacer decisiones imprudentes de las cuales probablemente me arrepienta de por vida. Porque esta noche no soy _____ , soy María y si él es el Conde Fersen, él se va a callar y me va a besar de una buena vez. —No quiero hablar de eso, — le digo parpadeando cuando veo que los globos de la piscina ahora son rojos y están formando un tulipán.
— ¿De qué quieres hablar?— él susurra, mirándome con esos ojos, dos estanques infinitos que me atraen adentro.
—No quiero hablar, — susurro, aguantando la respiración mientras sus labios encuentran los míos.
Capítulo 13
Pensé que su voz era increíble en la manera en que me envuelve en silencio, también pensé que era increíble la manera en que me toca y hace despertar mi piel, pero la manera en que besa, bueno, es de otro mundo. Aunque no soy una experta, anteriormente solo he besado a unos cuantos chicos, sigo dispuesta a apostar que un beso como ese, un beso así de completo y trascendental, es una cosa que solo se da una vez en la vida. Y cuando él se aparta y me mira a los ojos, yo otra vez cierro los míos, agarro sus solapas y lo atraigo de vuelta a mí. Hasta que Haven dice,
—Dios, te he estado buscando por todas partes. Debía haber sabido que estabas escondida aquí. — Yo me aparto horrorizada por haber sido sorprendida en el acto, poco tiempo después de haber jurado que él no me gustaba.
—Nosotros estábamos solo-— Ella levanta la mano para detenerme.
— Por favor, ahórrame los detalles. Solo quería que supieras que Evangeline y yo nos vamos. —
— ¿Tan pronto?— le pregunto, mientras me pregunto a mi misma cuánto tiempo hemos estado aquí.
—Sí, mi amiga Drina vino. Ella nos va a llevar a otra fiesta. Ustedes también pueden ir con nosotros… aunque se ven muy ocupados. — ella sonríe.
— ¿Drina?— dice Nick, parándose tan rápido que su cuerpo sehace borroso.
— ¿La conoces?— pregunta Haven, pero ya Nick se ha ido, moviéndose tan rápido que se nos hace difícil seguirlo. Yo me apresuro tras Haven, ansiosa por alcanzarla, desesperada por explicarle, pero cuando llegamos a las puertas francesas y yo agarro su hombro, me veo llenada de tanta oscuridad, un enojo y falta de esperanza tan insoportable, que las palabras se paralizan en mi lengua. Luego ella me aleja y mira sobre sus hombros diciendo, —
Te dije que no eres buena mintiendo. — antes de continuar. Tomo un largo respiro y la sigo manteniéndome detrás, siguiéndolos a través de la cocina, de la sala de estar y de camino a la puerta, mientras mis ojos están fijos en la parte trasera de la cabeza de Damen. Notando como se mueve con tanta rapidez y seguridad, como si supiera dónde encontrarla. Finalmente, cuando llego al vestíbulo, me paralizo al ver a los dos juntos: él en su esplendor de siglo dieciocho y ella vestida como María Antonieta, tan rica, tan adorable y tan exquisita que me pone en vergüenza. —Y tú debes ser…— ella levanta su mentón mientras sus ojos se encuentran con los míos, dos esferas brillantes de un color verde oscuro como esmeraldas. —______— digo entre dientes mirando su peluca rubia pálida, su piel cremosa y perfecta, las perlas que adornan su cuello, sus perfectos y rosados labios y sus dientes tan blancos que parecen irreales. Me volteo hacia Nick , esperando que él pueda explicar, que provea una explicación lógica de por qué la pelirroja de San Regis está en mi vestíbulo. Pero él esta tan ocupada mirándola, que ni siquiera nota que yo estoy ahí.
— ¿Qué estás haciendo aquí?— él pregunta, su voz casi un suspiro.
—Haven me invitó. — ella sonríe. Mientras los miro a ambos, mi cuerpo se llena de un terror frío y pesado.
— ¿Cómo es que ustedes se conocen?— pregunto, notando como el comportamiento de Nick ha cambiado completamente tornándose frío y distante; como una nube oscura en dónde solía estar el sol.
—La conocí en Nocturne, — dice Drina, mirándome directamente. —Nos dirigimos hacia allá ahora. Espero que no te moleste el que la robe. — Yo entrecierro mis ojos, ignorando la agitación en mi corazón y las punzadas en mi estómago, mientras me esfuerzo en leer su mente, pero sus pensamientos son inaccesibles, completamente sellados, y su aura es inexistente. —Oh, que tonta soy. ¿Te referías a Nick y a mí, no?— ella ríe, sus ojos vagando lentamente por mi disfraz hasta encontrase de vuelta con los míos y, como no respondo, ella asiente cuando dice,
—Nos conocimos en Nuevo México. — Pero cuando ella dice —Nuevo México —, Nick dice —Nueva Orleáns— haciendo que Drina muestra una risa falsa que no alcanza sus ojos.
—Digamos que nos conocemos desde hace mucho. — ella asiente, extendiendo una mano hasta mi manga, sus dedos trazando el bordado antes de tomar mi muñeca. —Bonito vestido, — dice, apretando mi muñeca. — ¿Lo hiciste tú misma?— De un tirón libero mi brazo, más por el frío de sus dedos que por el hecho de haber sido burlada, y las marcas de sus puntiagudas uñas congelan mi piel, disparando hielo por mis venas.
—¿No es ella genial?— dice Haven, mirando a Drina con la misma expresión que usualmente utiliza con vampiros, roqueros góticos y Nick , mientras Drina pone los ojos en blanco y observa su reloj.
—Debemos irnos ahora si es que queremos llegar a Nocturne a la medianoche, — dice Evangeline.
—Puedes venir con nosotros. — Drina sonríe.
—Tenemos una limosina completamente equipada. — Pero cuando miro a Haven, puedo escucharla pensar: di que no, di que no ¡por favor di que no! Drina nos mira a Nick y a mí.
—El chofer está esperando, — dice cantando, Yo miro a Nick , mi corazón derrumbándose al ver lo conflicto que es para él tomar una decisión. Luego aclaro mi garganta y me fuerzo a decir, —Tú puedes ir si quieres, pero yo me tengo que quedar. No puedo dejar mi propia fiesta. — Luego río, tratando de sonar ligera cuando la verdad es que apenas puedo respirar. ..
Gabuuziita
Re: Eternidad(Nick&Tu)
merecemoss maratoon ajajaj y tmb de la que yo te hago promocion jajajja
#Fire Rouge..*
Re: Eternidad(Nick&Tu)
estoy de acuerdo
merecemos mas caps
y esa drina quien es y que se cree? :¬¬:
siguela pronto
merecemos mas caps
y esa drina quien es y que se cree? :¬¬:
siguela pronto
Mrs. Nick Jonas
Re: Eternidad(Nick&Tu)
Jjajajjaa sii , lo sé , todas mis noves merecen maratoon!! Mañana tal vez suba 2 o mas caps , pero a la nochecita , (tengo cole a la tarde¬¬) !! Las kiero!!
Gabuuziita
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