Truly, Madly, Deeply {Larry Stilinson FanFiction}

Sube primer cap! :)

Esta muy bien! :P Da más tiempo para que la gente se enganche, piensa que hay diferencias horarias y todo eso jajaja, además, no hace mucho que lo has puesto. Seguro que tiene éxito! aquí tienes una primera lectora :)

Pd: Yo quizás haría la letra más pequeña, para poderlo leer mejor... ;)

Me encanta, aqui tienes una lectora :-)

BadBoy

[blur] Le dí una calada al cigarrillo que se encontraba entre mis dedos repletos de anillos gruesos y plateados. El humo se introducia en mis pulmones y mi boca se abría en forma de "o", soltando un aro de humo oscuro por mi boca. Mi cabello estaba revuelto, en varios pelos de puntiaguados castaños claros. Mis ojos azules verdosos divagaban por la habitación donde me encontraba fumando una vez más a escondidas. Eran las dos de la tarde, más o menos la hora en la que acabaría sonando el timbre. Dí la última calada al cigarrillo y lo solté. Cayó al suelo y lo pisé con mis botas de motero negras. La ceniza volaba por el aire en diminutas motas grisáceas que flotaban sobre mi cabeza. Expulsé el vaho de tabaco y me bajé las mangas de mi camiseta de manga larga gris. Después, agarré el pomo de la puerta y lo giré, saliendo con los ojos entrecerrados. La luz del pasillo era clara, gracias a los enormes ventanales que hacian de pared y daban hacía la parte del aparcamiento de la Universidad. Si me asomaba, apostaría lo que quisiera a que encontraría a los alumnos del centro fumando y bebiendo cerca de una de las esquinas, donde la sombra llegaba. Tal vez, si me asomaba por aquella ventana alcanzaría a ver los vehículos en filas rectas y horizontales y los neúmaticos de los coches de color negro. Lo más probable es que encontraría mi Harley oscura aparcada junto a la hilera de motos caros de la Universidad de Londres. No lo hice. No me asomé y el timbre sonó con un chirrido. Odiaba ese sonido. Me acerqué a la puerta de salida, dispuesto a liberarme de aquella tortura a la que estaba resignado a ir todos los días. Creo que sería menos doloroso pegarme un tiro en la sien con el revólver de mi madre, que lo guardaba en el cajón derecho de su cómoda. Yo de su existencia hace mucho tiempo pero, mi inocente madre, pensaba que no tenía de que ella poseía un arma de ese calibre de peligro. Se notaba que era septiembre. La brisa del verano seguía fuera cuando pasé al exterior, rodeando el campus y adentrándome en el aparcamiento. El Sol antigüo de éste, brillando en lo alto del cielo sobre un muro de color azul claro. Se inalaba la frangancia de los cigarrillos y el humo grisáceo. El hedor a el motor de los coches y la gasolina desprendida por el tubo de escape. Acaricié mi barba de dos días y me dirigí hacia donde estabas mis dos buenos amigos: Zayn y Kyle. El primero era alto, de tez morena y cabello de color negro, con el flequillo hacía arriba junto a su antigua pecha rubia. Tenía unos ojos mieles rodeado de pestañas negras y rizadas. Sus brazos estaban llenos de tatuajes en negro y blanco, junto una que ponía: "Bang en el antebrazo derecho. El segundo, era un chico alto y delgaducho, con ojos de un azul intenso y claro y el cabello de color pelirrojo teñido, en una cresta moicana. Sobre su ceja derecha había un pircing plateado y sus orejas estaban repletas de aros dorados que, para ser sinceros, me fascinaban. Ambos chicos estaban sentados en la acera, con varias latas de cerveza distribuidas a su lado y el hedor a la marihuana recién fumada expandido por la gravedad de sus cabezas. Alzaron la cabeza, observándome con sus ojos dilatados y apenas el color visible en ellos.
— Hola —saludé cogiendo una lata de color verde fría y llevándomela a la boca, dando un trago.
— Hola —saludaron ellos con una risa tonta que me obligó a arrugar el ceño.
— ¿Marihuana?
Zayn asintió mientras Kyle se contaba los dedos de las manos, fascinado.
— ¿Y no me habeis dejado? —bromeé sabiendo que yo no era de aquellos chicos que se drogaban.
Simplemente, no era lo mío.
— No te quejes, cebra multicolor —replicó Zayn llevándose la lata de cerveza a la boca y dando un trago—. Por lo menos te hemos dejado cerveza.
Kyle levantó la mirada de sus manos, asustado.
— ¡Me falta un dedo! —exclamó confuso.
Yo no pude evitar reir y Zayn preguntar:
— ¿Cuál?
— El pulgar.
Meneé la cabeza de lado a lado, simplemente divertido por sus tontas reacciones de drogaditos a las dos de la tarse. Me agaché frente a Kyle, sacándole el pulgar que mantenía escondido ante sus ojos.
— Esta aquí —dije.
Zayn y Kyle rieron. como locos.
— Haces magia.
— Claro, magia —contesté poniendo los ojos en blanco e incorporándome.
Ellos volvieron a reir y yo arrugué de nuevo el entreño, extrañado de sus ataques repentinos de risa.
—Me voy chicos —anuncié.
— Adiós Kevin La Paloma Que Ladra —dijo Kyle riendo como loco.
Volví a poner los ojos en blanco y caminé hacia mi Harley

Day Green

[blur] El frío sudor se pegaba a mis sienes, a mi camiseta y a mi cabeza. Las sábanas azules estaban cubriéndome de la cintura para baja, dejándome al descubierto mi torso desnudo. Mis manos se encargaban de agarran los bordillos de la sábana, jugando con ellos incoherentemente. Percibía los truenos de una tormenta en el exterior. Las simples lucecitas del trueno pintar las paredes blancas de mi cuarto y los pósters de ColdPlay. En momentos asi prefería estar viviendo con mi familia. Acomodé mi cabeza en la almohada blanda y fresca, intentando meditar. Eras las cuatro de la mañana, casi las cinco y no había pegado ojo en toda la noche. Por mi cabeza rondaban millones de cosas. Millones de preguntas. Millones de estúpidas ideas disparatadas típicas de un chico de mi edad. Mis ojos descansaban en el translúcido ahora techo, pintado por las sombras de la noche y el azul eléctrico de los truenos. Mis pensamientos iban directos a mi primer dia en la Universidad de Londres. ¿Por qué tan nervioso? Me preguntaba a mi mismo seguidamente. Es tan sólo dichoso primer día de clase, como otro cualquiera. Habrá de todo y ademas, vendrás a estudiar me decia una voz que provenia del fondo de mi cabeza. Aquello era cierto. Yo sólo iba para estudiar, no para nada más. Mis labios se convirtieron en una fina linea blanca y cerré los ojos, con el sonido de las gotas de agua contra el cristal de mi cuarto.
Me debería de dormir me decía constántemente a mi mismo.
Acabé haciendolo.

~~~~~~~~{MAÑANA}~~~~~~~~

Me despertó el sonido del despertador, con ese sonido metálico que despertaría a cualquiera de mal humor.
Las legañas se pegaban a mis pestañas marrones junto aquella voraz sensación de sueño que se encargaba de destruir mi interior.
Hoy tendría que ir a la Univerdidad. Que divertido pensé saliendo de la cama y caminando hacía el cuarto de baño. Era pequeño, el típico de un soltero en Londres. Baldosas azules añil, con azulejos blancos en las paredes. Un espejo y un lavamanos de color gris perla debajo del primero. Un inodoro al lado del lavamanos del mismo modelo y color y una ducha en una esquina, con los cristales borrosos. Me deshice de mi ropa, bueno, si entraba en la sección de "ropa" unos boxers blancos. Moví a un lado la puerta para entrar a la ducha, sin fijarme en el chico largirucho y pálido que me mostraba el espejo brillante.
Debería de estar feliz pero, no es asi. Me limitéa dejar que la lluvía de agua caliente pasará por mi piel blanca y aparentemente tránslucida. La venas se observaban en mis muñecas, de un tono tan azulado como el mar oscuro y en relieve. Sentía mi cuerpo estremecerse por dentro y una y otra vez. Acaricié mi antebrazo y terminé de ducharme, aclarando mi cuerpo y dejando que la blanca espuma resbalará por mi cuerpo.
Salí de la ducha y me adentré en mi cuarto, desordenado. Típico de un adolescente de mi edad. Me puse mis pantalones vaqueros y una camiseta de color blanca, con una chaqueta universitaria.
Después salí a clase.



§~§~LARRY STILINSON§~§~§~§



Llegué por fin, aparcando mi vehículo en una de las plazas libres de aquel enorme aparcamiento universitario. Estaba casi lleno. Yo llegaba una vez más tarde. Salí del vehículo, maldigiendo mentalmente a el tráfico dominical londrinense. Salí corriendo hacia el interior. Tendría que ir en principio a dirección y pedir el número de mi taquilla y el horario. Los pasillos eran de baldosas blancas y paredes del mismo color. Me sentía raro al percibir el mudo silencio que se encargaba de gobernar aquello. Finalmente, después de haberme perdido en esas instalaciones, llegué a lo que debería de ser la Oficina de Secretaria.
Había una mujer de cabello color rubio y ojos mieles que no aparentaba más de veinticinco años. Masticaba chicle de una forma muy llamativa y ruidosa y se encargaba de observar sus perfectas uñas postizas de color rosa fosforito. Su cabello era rubio ceniza y estaba recogido en una coleta alta.
Moví el cristal, permitiendome hablar con ella. Ésta levanto la mirada, con sus ojos mieles observandome y aparentemente examinandome. Parecía que le atraía ya dejó lo que tenía que hacer y se puso modo coqueta.
— ¿Deseas algo? —preguntó revisando mis hombros anchos.
— Sí. Soy nuevo.
La chica asintió y preguntó:
— ¿Cuál es tu nombre?
— Harold Styles.
Una vez más asintió y sacó de un cajón un papel plastificado y otro papel más pequeño.
— Aquí tienes, Harry.
Le sonreí, aunque me sentía realmente incomodo ante esa situación. Mi situación sexual ahora no estaba totalmente clara.
Podría haberme considero heterosexual.
— Muchas gracias.
La chica me guiñó un ojo y yo salí tan rápido como pude. Observé mi horario. Historia. Genial. Gruñí por dentro y saqué mis libros, para hecharme una carrera hacía la clase de Historia.