Flying Free |One Direction| |CANCELADA TEMPORALMENTE|

8 años

—Hola —susurró tímido Niall a mi lado. Es la primera vez que no lo veo cerca de Sky.
—Holi —mordí una de mis papas.
—Yo… uhh… ¿me das una de tus papas? —preguntó.
—Claro —le di algunas.
Empezamos a comer en silencio. Era algo extraño, ya que cada vez que estábamos juntos Sky estaba a un lado y ella era como la “fuente de temas”. Noté que a Niall se le terminaron sus papas y, por como era su expresión, quería más. Él siempre fue como el… glotón del grupo. Comía y comía y comía y nunca se cansaba… o llenaba.
—¿Quieres más? —Le ofrecí.
—Claro —enseguida tomo—; perdón si se te acabaron.
—Descuida, aún quedan… —miré el paquete—… dos papas.
—Lo siento —dijo sonrojado.
—No importa, después de todo, no tenía tanta hambre —¡Mentira! Mis tripas exigen comida ahora mismo.
—Ven, te invito un helado —tomó mi mano y literalmente me arrastró hacia un puesto.
—Niall, no tengo hambre —me quejé. Mi estómago gruñó al ver el helado de chocolate que pidió Niall.
—Tu baba no dice lo mismo —será idiota.
Bueno… la verdad que no sé cómo responder eso…
—Trae acá —le quité el helado de la mano y noté como rió.

—¿Qué pasa? —le pregunté a Niall mientras sacaba algo de pollo del refrigerador.
—¿Por qué debería pasar algo? —dijo nervioso. Se notaba, y MUCHO—. Estoy bien, perfecto. ¿Por qué no estarlo? Estoy bien. ¿Por qué preguntas?
—Niall, se nota de aquí a China que estás nervioso. ¿Qué sucede?
—Yo… —se quedó callado.
Luego de unos segundos de mi mirada expectante y el nerviosismo de Niall, él se fue. Me quedé confundida. Que digo confundida, súper híper mega ultra archi súper spaghetti chocolate galleta queso… ¿de que hablaba? A sí, estoy muy confundida. ¿Por qué Niall está tan nervioso? ¿Me ocultará algo? Pero… ¿qué puede ocultarme? En el grupo somos muy sinceros y nunca nos ocultamos nada… la mayoría del tiempo. Pero para que Niall esté así, debe de ser un GRAN secreto. Y bueno, soy curiosa, así que… ¡A la habitación de Niall!
—Niall, abre la puerta —ordené golpeando su puerta como por decimotercera vez. No contestó, como doce veces antes.
—Hey Belle, ¿qué sucede? —preguntó Gene más feliz de lo usual.
—Niall no me abre la puerta —gruñí.
—Haber, déjame intentarlo —me hice a un lado y la dejé “trabajar”, como ella decía.
Tomó un invisible de su cabello y empezó a forcejear la cerradura de la puerta. En menos de veinte segundos ya me la había abierto.
—Gracias —le agradecí a punto de entrar a la habitación.
—Luego me cuentas que tal el sexo —me guiñó un ojo y yo no pude hacer más que sonrojarme y entrar a la habitación. ¿Contarle qué? Si no pasará nada.
Niall estaba leyendo un libro en la cama con los audífonos puestos, por lo que supuse que no se había dado cuenta de que entré; eso, y que aún no me tiró algún zapato del demonio hijo de la mismísima basura de los que hay aquí.
Me acerqué hacia él y le saqué los audífonos de un tirón. Él se quejó y me miró sorprendido.
—¿Belle? ¿Que haces aquí?
—¿Por qué actúas tan extraño? —cuestioné cruzando mis brazos por debajo del busto.
—¿Qué? —fue lo único que dijo.
—Niall —me recosté al lado suyo en la cama—, si te sucede algo, puedes decírmelo. Para eso están los amigos.
Él suspiró. Frustrado, cansado, dolido y muchos más sentimientos que no alcancé a comprender. ¿Qué le pasa al rubio?
—Nialler, yo estoy aquí, contigo. No te dejaré solo —lo abracé—. Nunca.
Me abrazó más fuerte, si eso era posible. Que escena tan emotiva.
—Me gusta… una chica —habló luego de unos minutos.
—Eh picarón, ¿quién es la afortunada? —le golpeé el hombro juguetonamente.
—Ella es especial. Es simpática, linda, graciosa, dulce, maravillosa, la mujer ideal, perfecta pero al mismo tiempo imperfecta, la mujer de mi vida, la luz de mis ojos, la…
—Está bien —lo corté—. Entendí —él rió y se sonrojó.
Sentí como una punzada en el pecho. ¿Celosa, yo, de la chica misteriosa de Niall, de MI Niall? JAJAJAJAJAJAJAJA Sí, así es, adivinaste, le diste en el blanco, ¡ganaste una bicicleta! Bueno no: no ganaste nada, solo me abriste los ojos y ya.
¿Por qué sentía esto? ¿Por qué?
Idiota, te gusta.
¿Qué? No, no me gusta.
Sabes que eso no es cierto.
A mí no me gusta Niall.
No, no te gusta, te encanta.
¡Claro que no! Él es un hermano para mí.
Si claro, si eso te ayuda a dormir de noche.
¡Cállate maldita voz en mi cabeza!
—¿La amas? —no entiendo cómo es que logré decir eso con el nudo en mi garganta que se formó. Me miró, y juro que vi un destello en sus ojos.
—Más de lo que podría imaginar —sonrió con los labios sellados y ese destello seguía allí. ¿Eso era lo que le causaba la chica misteriosa? Yo… no sé que decir…
—Hum… yo… me alegro mucho Nialler —me tragué el nudo y puse la mejor voz que pude.
—¿Quieres saber quién es ella? —no, no quiero. Y si me lo dices, contrato a los tipos de la esquina para que vayan por la madrugada y la asesinen silenciosamente. No, mejor, que hagan todo el ruido que quieran porque… ¿por qué pienso esto?
—Yo… —el nudo volvió y las palabras no salían.
—Es —empezó a moverse en la cama hasta terminar sobre mí, a tan solo unos pocos centímetros de mi rostro —una chica llamada Belle Swarz, no sé si la conoces.
Sonreí y él rió un poco, aunque no duró mucho ya que acortó la distancia entre nosotros dos.
Bueno, tal vez sí le cuente algo a Gene...