Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}

por **mary de mellark** Dom 05 Mayo 2013, 7:44 pm

Draco es taaaaaan AZSDFGSAAJHAK!!!!
síguela pronto!!!!!
Owwwww Ron y Hermione hacen una
pareja perfecta!!!!!!
Síguela cuando puedas :)
Besos, Mary

por **#Morgenstern** Lun 06 Mayo 2013, 7:35 am

¡Buenas tardes criaturita del señor!
LUCIUS *_______*
Vale, siempre me ha gustado mucho su personaje, pero me encantaría que fuese una buena persona...pero bueno,soñar es gratis....
DRACO LASHDAKJHSDKHASDKJ TE VIOLO KASDHJKASDHKJH C:
Okno, el sexy Malfoy llamó a la rayis zorrilla :/
WTF?
OMGGGGG Y la pesadila o.o
Claro, me gustó la pesadilla porque después Harry cuidó de la rayis y fue taaaaaaaaaaaan tierno :3
En esos momentos me siento como cuando era pequeña y besaba a Barbie con Ken.
Vale, no tiene nada que ver, pero bueno....
Un besis <3
#Morgenstern

por **roronoa.** Lun 06 Mayo 2013, 8:17 am

Amé el capitulo!
Amo a los gemelos!
Son taaaan guaposbromistasdivertidossensualessexysguays... XD
Los mejores simplemente y Draco... Y Harry Y... CEDRIC AHHHHH!!!!7Siguela pronto
Besos

por **Mina ♡** Lun 06 Mayo 2013, 9:51 am

Angel With a Shotgun escribió:asdfghjkl *_____* Draco!! Vale, eres un idiota pero es que es tan adorable
~(*__*)~
Amo a los gemelos, en serio los amoooooo yo quiero gemelos así en mi vida!!!
Me ha encantado el capítulo, espero que puedas seguir pronto!!
Besos!!

Opino lo mismo, pero he de decir que cuanto más idiota, más sexy e.e
JAJAJAJA.
Los gemelos son tan asdfghjklñ, me casaba con ellos.
Y me alegro que te haya gustado, la seguiré pronto.
¡Chao, besos a ti también!

por **Mina ♡** Lun 06 Mayo 2013, 9:52 am

mary de mellark escribió:Draco es taaaaaan AZSDFGSAAJHAK!!!!
síguela pronto!!!!!
Owwwww Ron y Hermione hacen una
pareja perfecta!!!!!!
Síguela cuando puedas :)
Besos, Mary

¡I ship Romione, bitch!
Son muy tiernos juntos, sdfhjkl.
La seguiré pronto, cielo.
Un beso enorme y gracias por leer<3.

por **Mina ♡** Lun 06 Mayo 2013, 9:57 am

#Morgenstern escribió:
¡Buenas tardes criaturita del señor!
LUCIUS *_______*
Vale, siempre me ha gustado mucho su personaje, pero me encantaría que fuese una buena persona...pero bueno,soñar es gratis....
DRACO LASHDAKJHSDKHASDKJ TE VIOLO KASDHJKASDHKJH C:
Okno, el sexy Malfoy llamó a la rayis zorrilla :/
WTF?
OMGGGGG Y la pesadila o.o
Claro, me gustó la pesadilla porque después Harry cuidó de la rayis y fue taaaaaaaaaaaan tierno :3
En esos momentos me siento como cuando era pequeña y besaba a Barbie con Ken.
Vale, no tiene nada que ver, pero bueno....
Un besis <3
#Morgenstern

QUÉ PASA NIGGA MA'HOMIE NIGGA.
He de decir que Lucius siempre me ha caído mal por el simple hecho de tratar mal a Dobby, así que como le guardo rencor, pues no haré que sea buena persona en mi nove ¡porque no lo es!
Oc, se emosiono la mina vihte (?), ah.
Solo puse lo de la pesadilla porque quise un momento tiernis entre rayis y Harry sdfhjkl.
Juro que por un momento pensé en cambiar la novela para Harry y no Draco, pero el hurón es un mojabragas y puede, ohsi.
JAJAJAJA olvida mi mental problem.
Gracias por leer y comentar, amo mucho tus coments, son sdfghjkl.
En fin, ¡besos!<3.

por **Mina ♡** Lun 06 Mayo 2013, 10:00 am

SaraDirectioner(LLL) escribió:Amé el capitulo!
Amo a los gemelos!
Son taaaan guaposbromistasdivertidossensualessexysguays... XD
Los mejores simplemente y Draco... Y Harry Y... CEDRIC AHHHHH!!!!7Siguela pronto
Besos

Draco, Harry y Cedric son mis amores platónicos.
También están Ron, los gemelos, y Voldy cuando es joven, pero los tres primeros sdfgjkjhgfd muero con ellos.
La seguiré lo antes posible cielo, besos a ti también.
¡Chao!:33

por **Miluh.** Mar 07 Mayo 2013, 1:45 pm

Como que el capi fue muy DSKHDJKSADHDSADKJAHD *-* lo ame, AL FIN APARECIO DRACOOOOOOOO ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ aunque creo que me gusta la pareja que hace con Harry y Ron y George y Fred y Dumbledore, ahno con el último no.
TENES QUE SEGUIRLA MIJITA!!! ahq.
Te loveo beia dama ♥♥♥v

por **Mina ♡** Jue 09 Mayo 2013, 1:46 pm

Miluh. escribió:Como que el capi fue muy DSKHDJKSADHDSADKJAHD *-* lo ame, AL FIN APARECIO DRACOOOOOOOO ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ aunque creo que me gusta la pareja que hace con Harry y Ron y George y Fred y Dumbledore, ahno con el último no.
TENES QUE SEGUIRLA MIJITA!!! ahq.
Te loveo beia dama ♥♥♥v

JAJAJA te gustan todos a ti, eh!
La seguiré el viernes y capaz subo una maratón para la semana que viene, tengo festivo :DD.
¡Chao!

por **Valenessie** Vie 10 Mayo 2013, 12:06 pm

Holaaaaaaa, soy Vale y quiero decirte que me encanta la historia, quiero saber que va a pasar... QUIERO MÁS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sigue pronto...

por **Mina ♡** Vie 10 Mayo 2013, 5:34 pm

Valenessie escribió:
Holaaaaaaa, soy Vale y quiero decirte que me encanta la historia, quiero saber que va a pasar... QUIERO MÁS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sigue pronto...

¡Hola, gracias por leer, cielo!
La seguiré pronto.
Un beso enorme, chao.

por **Mina ♡** Dom 12 Mayo 2013, 6:28 am

Chicas, esta noche subiré capítulo. Perdón por la demora. Estoy pensando en haceros una maraTOM para compensaros, pero depende de la inspiración y el tiempo que tenga, ya esta tarde no podré escribir porque tengo un cumpleaños, pero a la noche les juro que subo. Un beso enorme y gracias por los comentarios, sois las mejores<3.

por **Mina ♡** Dom 12 Mayo 2013, 2:50 pm

$Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy} - Página 6 Tumblr_mcvwzdE5991qjha47o1_500$

Capítulo seis.

Los Mundiales de Quidditch

—¿Te pesa mucho? –oigo cómo le pregunta Ron a Hermione por la mochila, la cual ya estaba jadeando.
—No –responde la castaña- Gracias, Ron.
—Ambos se gustan –me susurra el azabache, que me ha pillado observando la escena de los dos amigos- Pero no lo admiten.
—Harían bonita pareja –comento sonriéndole. Harry asiente dándome la razón.

Seguimos caminando y me alegro de no ser la única que parece estar sufriendo un paro cardíaco. A Hermione le falta el aire, al igual que a mí. Ambas, dos negadas a la actividad física, pensamos que de un momento a otro, se nos saldrá el corazón por la boca. Paramos la marcha cuando, en mitad de un pequeño bosque, casi llegando a la dichosa colina donde está colocado el traslador, el señor Weasley saluda a Amos Diggory. Un chico de más o menos diecisiete años, salta de un árbol, asustándome. Puedo ver una sonrisa en su cara tras ver mi reacción, cosa que me hace fruncir el ceño. Y él sigue manteniendo el rostro divertido mientras me observa. Dichoso muchacho.

—Amos, quiero a presentarte a mis hijos –los nombra uno por uno- y a los amigos de estos: Hermione Granger, Evelyn Maslow y Harry Potter.

Pero prácticamente ignora todos los nombres menos el último mencionado. El de mi amigo pelo azabache, ojiverde y con cicatriz en la frente. Ron y los gemelos me miran extrañados. “¿Es que este tío no sabe sobre lo de la niña que sobrevivió?”, me pregunta en voz baja. Río ante el comentario. Mejor así. No me apetece ser famosa como Harry.

—Ced me ha hablado de ti, por supuesto –dice Amos Diggory. Lanzo una rápida mirada al hijo del hombre recién llegado. Ni cuenta me había dado que se había presentado. Éste me pilla mirándolo y me sonríe tímidamente, acordándose seguramente de lo de antes. Mis mejillas arden y decido mirar el suelo- Nos ha contado lo del partido contra tu equipo, el año pasado… Se lo dije, le dije: esto se lo contarás a tus nietos… Les contarás… ¡que venciste a Harry Potter!

Harry decide callarse, seguramente por no saber qué decir. En cambio, Fred y George van a abrir la boca, pero sus hermanos mayores, Bill y Charlie –sí, también han venido-, les dan un pequeño codazo. Fruncen el ceño con el comentario de Amos Diggory.

—Harry se cayó de la escoba, papá –habla el hijo de éste último- Ya te dije que fue un accidente.
—Sí, pero tú no te caíste, ¿a que no? –dice Amos cordialmente, dándole a su progenitor dos palmaditas en la espalda- Siempre modesto, mi Ced, tan caballero como de costumbre… Pero ganó el mejor, y estoy seguro de que Harry diría lo mismo, ¿a que sí? Uno se cae de la escoba, el otro aguanta en ella… ¡No hay que ser un genio para saber quién es el mejor!

Reprimo una carcajada al ver el estado en la que los gemelos y ahora Ron se encuentran. Ambos tan rojos como el color de su cabello. Cedric mira hacia mí y se contagia de mi burlona sonrisa. Hermione se da cuenta de las miradas que el recién llegado y yo nos lanzamos y me codea en las costillas, arrebatándome el aire por un par de segundos.

—¿Qué te pasa, Granger? –le pregunto mirándola mal. Eso ha dolido.
—¿Qué te traes con Cedric Diggory? –responde ella con otra pregunta, pero a diferencia de mí, ella es prudente y la formula mediante un susurro.
—¿Por qué lo dices?
—No paráis de miraros –explica. Ni cuenta me había dado que estábamos empezando a caminar de nuevo hacia la colina.
—¿Y qué tiene? –río nerviosa.
—Uh, esa risa te delata –ríe conmigo.
—Deja de decir tonterías, Granger –le pido.
—Bueno, pero acabarás cayendo –frunzo el ceño- Todas están locas por él.
—¿Estudia en Hogwarts? –pregunto mirándolo. Desde atrás, ya que él está mucho más delante que nosotras, puedo apreciar su espalda ancha, su cabello tono bronce algo alborotado y sus fuertes piernas contraerse al caminar.
—Sí –contesta la castaña- Tiene diecisiete años.
—Oh.
—No muchos más que tú –me dice guiñándome un ojo y adelantándome dos o tres pasos a grandes zancadas, ya que Ron la llama para que venga.

Me quedo un tanto desconcertada y por eso detengo un poco mi lento caminar. Tomo aire. Estoy muy cansada. Jamás he recorrido una distancia tan larga sin detenerme a descansar. Voy la última, contemplando el paisaje. Arthur se gira para buscarme con la mirada y, al verme al final, me sonríe

—Veo que alguien se ha cansado –dice riéndose y deteniéndose para que le coja al ritmo.
—Solo un poco –Diggory padre y Diggory hijo también se paran, al igual que los chicos- ¿Falta mucho?
—Mhm –musita. Falta mucho, seguro- Tú sigue caminando, Evelyn. No queremos que te pierdas.

Asiento con pesadez y resoplando, haciendo que Harry, Ron y los gemelos se rían de mí. Ellos llevan la delantera, hablando de Quidditch, de las clases, de todo un poco vaya. Mis ojos siguen contemplando el, según Hermione decía, “roba corazones de Hogwarts”. Puede que exagere, que no sea el más apuesto y que simplemente, sean las niñas, con las hormonas por el cielo y la adolescencia un tanto revolucionada. Niego con la cabeza, riéndome de mí misma. Me tendría que centrar más en los estudios y no en los romances. Y perdida en mis pensamientos, tropiezo con las raíces, grandes pero a la vez invisibles a mis ojos, de un frondoso árbol. Caigo poniendo las manos en el suelo para evitar hacerme más daño del que ya me he hecho, ya que las rodillas las tengo un poco rascadas por la caída. Contemplo el barro del suelo y hago una mueca de asco. Intento levantarme, pero una escozor molesta y dolorosa en mi ante brazo derecho empieza a hacerse presente. Cierro los ojos y muerdo mi labio inferior, tratando de reprimir un grito agudo de dolor. Y sin darme cuenta, soy socorrida por los brazos de Cedric Diggory.

—¿Estás bien? –me pregunta tendiéndome una mano para ayudarme a levantarme.
Por un momento pienso en negar con la cabeza, no me salen las fuerzas y, además, no quiero llamar mucho la atención ni que se centren en mí.
—S-sí –miento. Cojo su mano y él me levanta, sin que haya tenido que hacer fuerza en ponerme de pie. Me pierdo en sus ojos. No son tan bonitos como los de Harry o Draco Malfoy pero… espera. ¿Draco Malfoy? A la mierda, Evelyn.
— Creo que no nos hemos presentado.
—No lo sé, tal vez –me encojo de hombros- Y si lo hemos hecho, no me acuerdo.

Él ríe y muestra sus perfectos dientes. Me suelta la mano y empieza a caminar a mi lado, para no perder el ritmo que ambos adultos llevan con los demás.

—Soy Cedric Diggory.
—Evelyn Maslow.
—¿Maslow? –pregunta. Y ya tenemos otro “admirador”- No puede ser cierto.
—¿Que me llame Evelyn Maslow? –pregunto frunciendo el ceño.
—Tú, tú sobreviviste al que-no-debe-ser-nombrado, como Harry.
—Sí –me encojo de hombros y le sonrío- Creo que sí.
—Esto es increíble –dice sonriéndome- Todo el mundo se refería a ti como un rumor. Que eso de que hubiera otra persona el día de la noche en la que… bueno, él mató a tanta gente, era mentira.
—Bueno, pues ya ves que no –contesto riendo, contagiándole de las risas.
—¡Evelyn, Cedric! –oímos a Arthur Weasley llamándonos- Venid rápido, acabamos de encontrar el traslador.

Él y yo corremos, tal y como nos piden. Llegamos a la colina donde todos están reunidos alrededor de una bota. ¿De una bota? ¿Una bota es el traslador?

—Vamos Evelyn, no muerde –bromea Fred.

Pestañeo un par de veces desconcertada. Todos estamos cogiendo una pequeña parte del zapato, pero con las grandes mochilas, no cabemos. Aquello empieza a girar y a tirar de nosotros como si un anzuelo se nos clavase en la planta del pie y nos llevara a rastras. Y así sin más, de pronto, estamos en un campo enorme, lleno de tiendas de campaña y gente riendo. Banderas, caras pintadas de verde o rojo. Muchas, muchas personas.

—Evelyn, levanta –oigo una voz debajo de mí.

Frunzo el ceño y me doy cuenta que he caído sentada encima de la espalda de Harry. Abro los ojos sorprendida y me levanto con rapidez, tendiéndole una mano para ayudarlo a ponerse de pie. Él acepta mi mano y se quita el polvo de los pantalones. Suelto una carcajada por lo ocurrido y él ríe conmigo.

—Bueno, aquí es donde nuestros caminos se separan –anuncia Arthur- Disfrutad del partido.
—Lo mismo digo, Arthur –contesta Amos sonriéndole- Adiós chicos, adiós Harry.
—Adiós Evelyn-se despide únicamente de mí Cedric.

Le correspondo con un agitado movimiento de mano derecha y me vuelvo hacia Hermione, la cual me mira con una ceja arqueada. Fred y George me miran y ríen. Han estado pendientes de la escena. Pongo los ojos en blanco y entonces ríen con más fuerza.

—Adiós Evelyn -le imita George.
—Oh Cedric, adiós –dice Fred intentando poner mi voz, pero le sale un agudo e irritante sonido- Espero verte en Hogwarts para poder besuquearte en la torre de astronomía.
—¿Torre de astronomía? –pregunta George riendo, haciendo que su hermano dejara de interpretar aquél molesto teatrillo- ¿Por qué no mejor en el Gran Comedor?
—¡Sí, sí!
—Chicos, estoy aquí –digo alzando la mano y agitándola para hacerme presente.
—Lo sabemos.
—Pues, ¿queréis parar ya? Cedric no me gusta –me cruzo de brazos- Aparte nos acabamos de…
—Bueno, da igual quién guste de quién –nos interrumpe Arthur con una sonrisa burlona- Lo importante ahora es llegar a nuestra tienda.
—Sí, muero de hambre –contesta Ron empezando a caminar tras su padre.
—¿Hay algún día en el que no tengas ganas de comer, hermanito? –le pregunta Bill.
—La verdad es que hoy coincido con Ron –digo mientras camino al lado de Harry, el cual ríe. Yo lo miro y él para- Que no te voy a matar, Potter.
—No lo sé, a veces eres tan bipolar.
—Oye, no me conoces de hace más de tres días –le indico- Aún no sabes cómo es mi temperamento.
—Creo que puedo deducirlo –reímos y paso un brazo por sus hombros para continuar deslizándonos por el montón de gente. Arthur se detiene frente a una tienda de campaña y anuncia que será aquí donde nos alojaremos. Pero, es demasiado pequeña para tantas personas- ¿Arthur está loco?
—No creo que quepamos aquí –murmuro. Pero los gemelos entran, después Bill y Charlie, seguidos Percy, Ron y Ginny. Finalmente entran Granger y Arthur, pero Harry y yo nos quedamos helados. ¿Cómo es posible?- Creo que sí vamos a caber, Harry.
—Entremos.

Él me cede el permiso de hacerlo yo primera, cual caballero. Harry siempre es muy educado y atento, la verdad. En cuanto entro, mis ojos se abren. Aquello es más grande que… no sé, no puedo poner ningún lugar como comparación. ¡Pero es enorme! Fred y Geroge están ya sentados cómodamente en sus sillas y el señor Weasley les reprende para que quiten los pies de encima de la mesa, pero ellos no le hacen caso. Harry mira el lar tan sorprendido como yo.

—Esto es increíble –comentamos los dos a la vez, haciéndonos reír.
—Evelyn ven, dormirás con nosotras –Ginny me arrastra hacia nuestra “habitación”. Es grande, lo bastante como para que quepamos las tres y alguien más. Pero los chicos duermen separados de nosotras, órdenes de Arthur.

Y en ese momento, la cabeza del señor Weasley se asoma entre las sábanas que separan las habitaciones. Hermione, Ginny y yo nos asustamos y él ríe.

—Oíd, los chicos y yo iremos a buscar algo de leña y agua para preparar la comida.
—Sigo sin entender por qué no podemos hacer magia –comenta Ron negando con la cabeza.
—¡Control anti muggles, hijo! –le chilla su padre- Eso, que no os mováis de aquí a menos que queráis acompañarnos.

Ambas nos miramos. No sería mala idea contemplar el lugar, ¿no? Quiero decir. Esto era nuevo para mí y no pensaba quedarme encerrada en esta tienda de campaña –que más bien parecía incluso una casa- hasta que empezara el partido.

—Yo voy con vosotros –acepto caminando hacia el amable hombre que me está dando hospedaje con su agradable familia- Chicas, ¿por qué no venís?
—Bueno, no quiero quedarme sola –dice Hermione caminando hacia mí- Vente Ginny.

La pelirroja accede y así pues todos salimos de la tienda para ir a buscar leña y agua a un lago en el cual hay que hacer bastante cola. Por el camino nos encontramos muchas familia que van de parte de Irlanda, pero también que apoyan al equipo búlgaro. Ron va tan despistado hablándole a Harry sobre Viktor Krum, el mejor buscador de Bulgaria, que casi choca con un par de niñas pequeñas que jugaban con sus escobas de juguetes. Hermione va explicándome un poco las reglas del juego ya que, por muy extraño que parezca, apenas sé del Quidditch. Los Kavanagh lo único que me inculcaron fue a despreciar y a soltar maldiciones por la varita. A medida que vamos adentrándonos en el terreno, siento algo que no me gusta mucho. Malas vibraciones, no sé. Un mal fario. ¿No os pasa que sentís que algo malo va a pasar, pero no sabéis el qué? Pues así me siento yo ahora mismo.

—¿Te ocurre algo? –me pregunta Hermione mientras recogemos los platos- Has estado callada durante todo el camino para buscar las cosas y en la cena.
—No es nada, Mione –la llamo por su apodo, haciéndole sonreír.
—Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?
—Claro que lo sé –digo alzando las manos- Es solo que, no me pasa nada, en serio.
—Está bien, está bien –acepta ella no muy convencida.

Un rato después, estamos caminando hacia el estadio, que por cierto, es enorme. Arthur le da las entradas a una mujer que se sorprende por el sitio en el cual vamos a estar viendo el partido, al parecer, son los mejores. “¡Asientos en primera fila!”, no deja de repetir Arthur. Sonrío contenta, me agrada esta familia y jamás dejaré de decirlo. Me siento como una más, totalmente integrada, me han aceptado con facilidad a pesar de mi oscuro pasado. Una vez sentados, Percy no deja de levantarse y hacer pequeñas reverencias y saludos a cualquier personal del Ministerio que pasa por delante. Arthur nos presenta a Ludo Bagman, el cual sin él, ahora mismo no estaríamos aquí. Él le ha regalado las entradas al señor Weasley. Conversamos un poco y los gemelos incluso hacen una apuesta con él. Harry y yo reímos cuando Percy se levanta de su asiento enfurecido al ver que Fred y George han apostado una varita de pega, pero se sorprende al ver que el señor Bagman la acepta entusiasmado y con un toque infantil en sus ojos.

Y cuando por fin hemos dejado las presentaciones a un lado y cada uno habla de sus temas sin importar parecer maleducado porque el otro también habla, se presentan delante de nosotros una familia de tres miembros los cuales me resultan enormemente conocidos.

—¡Ah, Fudge! –dice el señor Malfoy. Y tras haber reconocido su voz, siento un enorme escalofrío que recorre toda mi columna vertebral. El mortífago le tiende una mano al Ministro de Magia- ¿Cómo estás? Me parece que no conoces a mi mujer, Narcisa, ni a nuestro hijo, Draco.

Y mis ojos y los de él se topan en un cruce de miradas bastante rápido. En ellos no hay nada, son fríos, vacíos, duros. No hay expresión, solo odio. Y por un momento siento pena por él, siento ganas de ayudarlo y sacarlo de la mierda en donde está porque yo he pasado también por esto, aunque, gracias al cielo, pude darme cuenta antes. Hermione me da un codazo cuando me ve perdida en lo grises ojos del muchacho recién llegado y despierto, mirándola y niego con la cabeza.

—¿Cómo está usted?, ¿cómo estás? –saluda Fudge sonriendo e inclinándose ante la señora Malfoy- Permítanme presentarles al señor Oblanks… Obalonsk… al señor… Bueno, es el ministro búlgaro de Magia, y, como no entiende ni jota de lo que digo, da lo mismo. Veamos quién más… Supongo que conoces a Arthur Weasley.

Y en ese momento el ambiente se tensa y el aire se vuelve denso. Ambos señores se miran el uno al otro y recuerdo la última vez que nos vimos, en la librería Flourish y Blotts. Los fríos ojos del señor Malfoy miran con desprecio a Arthur y después el número de fila donde está sentado.

—Por Dios, Arthur –dice con suavidad- ¿qué has tenido que vender para comprar las entradas en tribuna principal? Me imagino que no te ha llegado sólo con la casa.

El señor Weasley decide no contestar y la verdad, no me extraña, no vale la pena. Bill y Charlie ni le hacen caso, Percy está demasiado ocupado hablando con no sé quién. Ron y Harry se miran a sí mismos y hacen una mueca rara, imitando a Lucius. Hermione, Ginny y los gemelos hacen mala cara. En cambio, yo me dedico a mirarlo con cierto desprecio el cual acaba dándose cuenta. Malfoy hijo, Draco, suelta una sonrisa sarcástica y me mira. Alzo una ceja y él aguanta sus fríos ojos sobre los míos, pero acaba rindiéndose. Río.

—Lucius acaba de aportar una generosa contribución para el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, Arthur. Ha venido aquí como invitado mío.
—¡Ah… qué bien! –se limita a contestar el padre de mis amigos con una sonrisa muy tensa.

Lucius Malfoy mira a Harry, pero se centra más en su cicatriz. Después, pasa la mirada a su acompañante de al lado, o sea, a mí.

—Volvemos a encontrarnos, señorita Maslow –dice con suavidad pero con cierta ironía en su tono de voz- Debo decirle que para el mundo entero ha resultado ser una noticia muy… abrumadora. Solo teniendo en cuenta que ha estado catorce años escondida y que de repente, salga a la luz que fuiste una más de las que sobrevivió al-que-no-debe-ser-nombrado… -deja la frase en el aire y ríe.

La marca del brazo empieza a dolerme más. Más de lo que antes, durante el camino hacia el traslador, me dolía. Me la aguanto para reprimir la molestia y el mortífago se da cuenta. Draco frunce el ceño cuando me ve hacer eso. Espero una burla por su parte pero no la obtengo.

—Que disfruten del partido –anuncia Lucius Malfoy mirando especialmente donde están Fudge, el ministro búlgaro y más personajes importantes del Ministerio de Magia.

En cuanto desaparece de mi campo de vista, deja de dolerme el brazo y suelto un suspiro. Aquello realmente ha sido incómodo y tenso.

—Asqueroso –oigo decir a Ron. Le doy unas palmaditas en la espalda y él me mira. Volvemos la mirada al campo de juego y un segundo más tarde Fudge da la señal de que comience el partido.

Retransmiten el partido a la perfección. Presentan a cada jugador de ambos equipos y cuando salta a la pista Viktor Krum, buscador del equipo de Bulgaria, Ronald se pone como loco y empieza a chillar y señalarlo con el dedo. Yo miro emocionada el partido. La verdad, no está mal. Y en ese momento, me acuerdo que mi madre es, mejor dicho, era, una campeona de Gryffindor. Sonrío orgullosa pero después la sonrisa se me borra cuando me doy cuenta que no he heredado su talento sobre la escoba pues, ni siquiera sé montarme en una.

El partido acaba. Irlanda gana sacándole a Bulgaria ciento setenta puntos. Ronald está enfadado con Krum, pues él ha cogido la snitch dorada, pero lo hace únicamente porque sabe que no tienen nada contra el equipo verde, son muy buenos y quiere acabar con el partido en cuanto antes. Cuando salimos de tribuna, bajando las escaleras, vuelvo a encontrarme con aquellos ojos grises que ahora miran hacia arriba, en la planta donde los Weasley, los chicos y yo bajamos. Nos quedamos unos minutos mirándonos mientras su padre habla con no sé quién y nosotros esperamos la larga cola que hay para bajar.

—¿Qué tanto miras? –me pregunta Hermione, haciéndome desviar la mirada de Draco hacia sus castaños ojos.
—Nada –contesto sonriéndole fingidamente. No le voy a decir ¡EH MIRA, ANDO EMBOBADA POR LOS INTERESANTES Y BONITOS OJOS DE DRACO MALFOY! Por Merlín, no.

Conseguimos llegar a nuestra tienda de campaña, pero he de decir que el viaje se me hizo eterno. Más que para ir al estadio. Y sí, seguía con aquellos mal farios que me daban muy de vez en cuando, aquellas malas vibraciones. Pero tal vez eran los nervios. Decido ignorarlos y me meto en la zona donde las chicas y yo dormimos. Nos ponemos cómodas, estiradas en nuestros colchones, hablando y comentando el partido, lo sucedido con los Malfoy y demás. Hablar de ellos no me gusta, en especial del padre, con quien comparto anécdotas no muy agradables. Después, nos quedamos dormidas. Y yo, vuelvo a soñar lo de esta mañana. El campo quemándose, Lucius el mortífago acercándose a mí, al igual que una decena más y yo, contemplando aquella marca en el cielo, para después, gritar de terror hacia la débil presencia de Lord Voldemort en manos de Colagusano.

—¡Evelyn, por las barbas de Merlín, despierta! –Hermione me zarandea una vez más y logra hacer que abra los ojos asustada, bañada en sudor y temblando de miedo- ¡Evelyn tenemos que salir!

Me levanto y me pongo los zapatos en dos movimientos rápidos y bruscos. Mientras salimos de la estancia me ato el cabello en una coleta alta y buscamos a los chicos. Harry está con el ceño fruncido y presionándose la cicatriz de la frente. Corro hacia él asustada, dispuesta a contarle el temor que alberga mi cuerpo.

—Harry, he vuelto a soñarlo –le digo. Él abre los ojos- He vuelto a soñar con la Marca Tenebrosa, he vuelto a verlo, Harry.
—Eh, no te preocupes, estamos esperando a que el señor Weasley nos diga…
—¡Hay que salir de aquí! –chilla entrando a la tienda- ¡Los mortífagos, los mortífagos nos atacan!

Y en ese momento, el corazón se contrae, los pulmones dejan de hacer su tarea y la boca se me seca. Siento que voy a desmayarme pero unos brazos me sostienen. Harry me pasa un brazo por los hombros y me ayuda a salir de ahí, para huir con el resto de la familia, pero el dolor en el ante brazo arde, se hace presente, hace tener ganas de llorar. Pero no quiero, tengo que ser fuerte.

—¡Vamos, vamos!

Hay fuego. Gente corriendo, chillando. Tiendas de campaña quemándose. Y es tal como en mis dos anteriores sueños. Todo es rápido, brusco y temerario. De repente no siento la mano de Harry. Me pierdo. Choco con todo el mundo. ¡No encuentro a los Weasley!

—¡Evelyn! –oigo que me llaman, es la voz de Hermione, ¡pero no la veo por ningún lado!

El temor choca contra mis venas y esta sensación recorre todo mi cuerpo. El grito de mi amiga es tapado por el llanto de una niña. La veo, está en el suelo, tratando de cubrirse cuando un mortífago la ve y quiere atacarla.

—¡Avada Ke! –pero yo lo interrumpo.
—¡EXPELLIARMUS! –su varita sale volando y me mira con odio. Lo reconozco y él a mí. Entonces le dedico una sonrisa con sarna y grito apuntándolo-: ¡Petrificus Totalus!

El mortífago cae al suelo petrificado, tal y como el nombre del hechizo indica. Corro hacia la niña y la cojo en brazos. Miro hacia todos los lados buscando indicios de una madre buscando a su hija perdida, pero lo único que observo es gente corriendo, chillando y fuego, fuego propagándose por todos lados. Y entonces caigo de algo: esto es lo que llevo soñando dos noches seguidas. Corro más rápido esta vez sin rumbo alguno, solo queriendo salvar a la niña que llora en mi cuello. Llego al boque, donde hay tantas familias llorando y observando el gran desastre del campo. Una mujer me mira y se acerca a mí.

—¡Oh niña, muchísimas gracias por salvar a mi hija!
—¿Es su hija? –ella asiente llorando y se la dejo en los brazos- Váyase, huya. Esto es peligroso.

Ella me da un sonoro beso en la mejilla y sus lágrimas pasan a mi piel, me sonríe y con la niña en brazos, corre hacia su marido el cual está esperándolas unos árboles más atrás. Me sonríe agradecido con lágrimas en los ojos y asiento con la cabeza, satisfecha con mi trabajo. Entonces lo veo. Veo al rubio platinado de ojos grises mirando el panorama con total tranquilidad, apoyado en un tronco y con una media sonrisa en la cara. Enfadada, corro hacia él. Cuando estoy tan cerca de él que casi oigo su respiración, lo empujo, empotrándolo más contra el árbol.

—¿Te diviertes? ¿Te diviertes viendo lo que tus estúpidos padres están haciendo? –él me mira con odio y vuelvo a empujarlo- ¡¿Es que te parece bonito que tanta gente esté saliendo herida o incluso muerta, eh?!
—Baja los humos, Maslow –dice sonriéndome con ironía- Además, no tienes ningún derecho a meter a mis padres en esto. No sabes si han sido ellos.
—¡Oh, claro que lo sé estúpido! –le chillo.
—¿Tienes pruebas?
—No me hacen falta. Aparte, tú sabes bien que han sido ellos y un séquito más.

Él me mira con más desprecio todavía, como si eso fuese posible. Y entonces, oigo las voces de mis amigos, llamándome, buscándome. Y suspiro, por fin, aliviada. Me giro y escucho a Ron maldecir las raíces del árbol con las que ha tropezado. El estúpido y arrogante hijo del mortífago al que más odio –que ya es decir- se ríe y se burla de él diciendo:

—Bueno, con pies de ese tamaño, lo difícil sería no tropezar.

Harry, Ron y Hermione miran hacia la dirección del rubio y al verme con él, fruncen el ceño. Caminan hacia mí y el pelirrojo manda a hacer algo a Malfoy que seguramente no lo habría hecho con su madre Molly delante.

—Cuida esa lengua, Weasley –le responde Draco Malfoy con brillo en los ojos- ¿No sería mejor que echarais a correr? No os gustaría que la vieran, supongo.

Y gruño al saber de lo que está hablando, mas mis amigos no comprenden el mensaje. El rubio platinado, tras ver la frustración de los tres recién llegados, señala con la cabeza la figura de Hermione, al mismo tiempo que desde el cámping llega un sonido parecido al de una bomba recién explotada e ilumina los árboles de un verde esmeralda.

—¿Qué quieres decir? –le pregunta Hermione desafiante.
—Que van detrás de los muggles, Granger –explica- ¿Quieres ir por el aire enseñando las bragas? No tienes más que darte una vuelta… Vienen hacia aquí, y les divertiría muchísimo.
—¡Hermione es bruja! –exclama Harry. Yo trato de controlarme y no arrancarle la cabellera a Malfoy, pero se me está haciendo una tarea complicada cada vez que abre esa molesta bocota.
—Sigue tu camino, Potter –pronuncia su apellido con asco al mismo tiempo que sonríe maliciosamente- Pero si crees que no pueden distinguir a un sangre sucia, quédate aquí.
—¡Te voy a cerrar la boca de un puñetazo como no te calles! –chillo lanzándome a él, directa a su cuello para estrangularlo, pero los brazos de Harry me separan y el rubio me mira, por un momento, con miedo en sus ojos.
—Cálmate Evelyn, no vale la pena –me dice Hermione no queriéndome involucrar en su mala relación con Malfoy.
—Sí eso, cálmate Evelyn -repite el fastidioso- Aunque yo no estaría tan calmado si fuese tú. No sé qué tienes, pero a ti te buscan en especial. Quieren algo de ti y no descansarán hasta encontrarte. Así que huye antes de que te lancen un avada kedavra como al resto de sangre sucias.

Dejo de respirar. Me buscan. Ellos me quieren de nuevo en el círculo de Voldemort, pero no me obtendrán tan fácilmente, mejor dicho, no me volverán a tener entre ellos nunca más. Malfoy me mira y sus ojos brillan ante la luz de la plateada luna y el destello verde que ahora vuelve a parpadear entre los árboles. Me dedica una sonrisa llena de odio y me guiña un ojo. ¡Bastardo! Un grupo de personas chillan cerca de nosotros y Draco ríe como si le acabaran de contar un chiste.

—Qué fácil es asustarlos, ¿verdad? –dice con calma- Supongo que papá os dijo que os escondierais. ¿Qué pretende? ¿Rescatar a los muggles?
—¿Dónde están tus padres? –pregunta Harry. Yo alzo una ceja y él capta mi mensaje- Tendrán una máscara puesta, ¿no?
—Bueno, si así fuera, me temo que no te lo diría, Potter.
—Tampoco hace falta que nos lo digas, nos hacemos una idea –masculla Ron.
—Venga, vámonos –nos apremia Hermione, tirando de mi brazo y del de Harry- Tenemos que buscar a los otros.

Sigo mirando a Malfoy con desprecio y él no aparta su mirada tampoco de mí. No me incomoda, pero tampoco me agrada. Si me hubiesen dejado unos minutos más a solas con él, quizá habríamos tenido algo más que palabras vacilantes y llenas de odio.

—¡Escóndete bien, Maslow! –me chilla cuando nos estamos alejando de él- ¡No me imagino lo que querrán de ti, pero no creo que sea algo bueno!

Aprieto la mandíbula fuertemente, haciendo resonar los dientes. Harry se percata de mi reacción y coge mi mano para apretarla, mandando tranquilizadoras sensaciones a todo mi cuerpo. Lo miro y con sus ojos me indica un claro mensaje “cálmate, Evelyn. No le hagas caso”. Asiento y él me sonríe.

—Fred y George no deben andar muy lejos –dice Hermione cuando pasamos por un grupo de jóvenes en pijama que hablan dando voces.
—Solo… démonos prisa –pido seriamente.

Seguimos buscando cuando de repente, Harry y yo miramos por encima del hombro al mismo tiempo. Ahí, a lo lejos, hay una figura que nos observa detenidamente, pero no logramos reconocerlo. La marca empieza a dolerme y suelto la mano de Harry para aguantarme el antebrazo. ¡Duele, maldita sea!

—¿Quién es? –llama el azabache mirando hacia la persona que sigue observándonos, a lo lejos.

Y entonces, sin previo aviso, una voz diferente a la de cualquiera que esta noche he escuchado, desgarra el silencio. Y no lanza un grito de terror, sino algo que parece más bien un conjuro. Un conjuro que a mí me es muy familiar.

—¡MORSMORDRE!

Algo verde, grande y brillante sale de la oscuridad y nos penetra en los ojos, cegándonos por un breve momento. Miro hacia el cielo, temiéndome lo peor.

—¿Qué…? –exclama Ron.

De pronto, el bosque se llena de gritos. Ninguno comprende qué está pasando. Ninguno menos yo, que he visto esa marca en el cielo muchísimas veces. Y no solo en mis sueños, sino en vivo y directo. Del manto de estrellas y fondo negro oscuro, aparece una calavera verde esmeralda con una serpiente que hace de su lengua. Busco con la mirada a la persona que ha hecho aparecer la calavera, pero no veo a nadie.

—¿Quién está ahí? –grita Harry.
- ¡Harry vamos, muévete! –le apresuro cogiéndolo por la parte de atrás de la chaqueta y tirando de él.
—¿Qué pasa? –pregunta sobresaltado al verme la cara tan pálida y aterrorizada.
—¡Es la Marca Tenebrosa, Harry! –gimo, tirando de él con toda mi fuerza- ¡Su signo! ¡El signo del que tantas veces aparece en mis sueños!
—¿El de Voldemort?
—¡Vámonos ya! –esta vez le apresura Hermione, que también está tan asustada como yo.

Los cuatro nos disponemos a cruzar el claro, pero tan solo haber dado unos pocos pasos, una serie de ruidos anuncia una repentina aparición de veinte magos, todos apuntándonos con sus varitas. Harry reacciona mucho más rápido que yo y nos lanza al suelo, cubriéndonos del desmaius que nos están lanzando. Las luces rojas rebotan, se cruzan, caen en los árboles y luego se pierden en la oscuridad.

—¡Alto! –chilla una voz muy familiar- ¡Alto! ¡Es mi hijo!

Levantamos la cabeza y nos damos cuenta que el mago que tenemos delante es el señor Weasley, al cual tenemos que darle las gracias porque si no fuera por él ya estaríamos todos más que dormidos e inconscientes.

—Ron… Hermione –dice con la voz temblorosa- Harry, Evelyn ¿estáis bien?
—Apártate, Arthur –dice una voz que no presenta ningún símbolo de temblor ni miedo, sino de frialdad.

El señor Crouch se posiciona delante de nosotros y coge a Harry del cuello de la chaqueta. Rápidamente me levanto e intento zafar a mi amigo de las zarpas de ese energúmeno, pero Hermione me coge las manos antes de que haga cualquier bestialidad.

—¿Lo has hecho tú, Harry Potter? –le pregunta con el rostro lleno de rabia- ¿Habéis invocado vosotros la Marca Tenebrosa?
—¡Nosotros no hemos invocado nada! –exclama mi amigo señalando la calavera con la cabeza.
—¡No hemos hecho nada! –añade Ron frotándose el codo, en el cual tiene una pequeña herida cubierta de sangre y tierra- ¿Por qué nos atacáis?
—¡No mienta señor Potter! –grita el señor Crouch. Los ojos casi se le salen de las órbitas, parece enloquecido, ido de la cabeza. Inclusive da miedo- ¡Lo hemos descubierto en el lugar del crimen!
—Barty –susurra una bruja- Son niños, Barty. Nunca podrían haberlo hecho…

Entonces me mira a mí y frunce los labios y el ceño. Suelta al pobre de Harry, el cual se lleva rápidamente una mano al cuello para aliviárselo de la tela de la chaqueta. Arqueo una ceja cuando la mirada del señor Crouch se coloca sobre la mía.
—¿Ha sido usted señorita Maslow? –pregunta con un tono arrogante de voz.
—¿Y por qué me lo pregunta ¿Acaso tengo cara de sospechosa?

Él me coge del brazo con fuerza y de una forma algo brusca para mi gusto. Levanta de un tirón la tela que cubre el tatuaje y los presentes ahí exclaman todo tipo de comentarios sorprendidos. Solo tengo una cosa en mente, destrozarlo con mis propias manos por haber hecho eso. Retiro mi brazo de su agarre enfadada y él me mira con la ceja arqueada.

—¡No tiene ningún derecho a hacer eso!
—¡Así que has sido tú, pequeña escoria! –grita.
—¡Ella no ha sido, ha estado todo el rato con nosotros! –explica Hermione.
—Señor Crouch –habla esta vez el señor Weasley- Esa marca no la tiene ahí por gusto. Como bien sabe, sus padres murieron la misma noche que Harry y Quien-Usted-Sabe tuvieron un encuentro. Ella estaba ahí presente, la cicatriz en su nuca lo indica. Un grupo de mortífagos se la llevaron y la criaron hasta entonces. El profesor Dumbledore logró encontrarla y explicarle todo lo que de verdad era.

El ahora no tan enfadado señor Crouch me suelta. Frunzo el ceño. Entonces, empiezan a acusar a la elfina de Barty, la cual está justo debajo de la Marca Tenebrosa, que ha sido ella la causante de tal desgracia.

—Señor Crouch, yo… ¡yo nunca sugeriría que usted tuviera la más remota relación con este incidente! –farfulla Amos Diggory después de haber discutido un poco con el amo de la delfina Winky.
—¡Si acusas a mi elfina, me acusas a mí, Diggory!

La discusión deja de tener sentido para mí. Nos quedamos ahí simplemente porque el señor Weasley también está involucrado en tan revuelta conversación, pero no tenemos ganas de estar ahí. O al menos yo. Solo quiero descansar. Después de haber tratado de solucionar el asunto –cosa que no sucede-, volvemos a la tienda. Una vez dentro, tratamos de calmarnos todos. Estamos los once sentados, hablando, intentando poner punto sobre las íes al asunto. Pero un Ron confundido, vuelve a preguntar.

—Sigo sin entenderlo –dice Ron frunciendo el ceño- Quiero decir, no deja de ser una simple señal en el cielo.
—Ron, Volde… -los presentes me miran mal cuando digo su nombre- Quien-tú-sabes y sus seguidores mostraban la Marca Tenebrosa en el cielo cada vez que cometían un asesinato.
—El terror que inspiraba… -repone el señor Weasley- No puedes ni imaginártelo, eres demasiado joven. Imagínate que vuelves a casa y ves la Marca Tenebrosa flotando justo encima, y comprendes lo que estás a punto de encontrar dentro… -Arthur se estremece- Era lo que más temía todo el mundo… lo peor.

Tras las últimas palabras, Harry y yo nos miramos. Ambos comprendemos el mensaje de nuestros ojos y suspiramos. Los dos, espectadores de la muerte de nuestros padres; bueno, solo presencié la de los suyos, pero bien cuenta. Comprendemos el temor a la perfección. Se hace el silencio en la sala. Luego Bill, quitándose la sábana del brazo para comprar el estado de su brazo, el cual antes sangraba, dice:

—Bueno, quienquiera que la hiciera aparecer esta noche, a nosotros nos fastidió, porque los mortífagos echaron a correr en cuanto la vieron. Todos desaparecieron antes de que nosotros hubiéramos llegado lo bastante cerca para desenmascarar a ninguno de ellos –Bill suspira- Me iré a dormir ya, estoy algo cansado.
—Todos deberíamos irnos a dormir, mañana saldremos temprano para volver a casa –indica el señor Weasley- Olvidad lo sucedido.
—¿Cómo vamos a olvidar todo esto si el Señor Tenebroso se ha hecho presente? –pregunta Fred.
—De hecho, él no ha sido el que ha montado todo este caos –comento yo encogiéndome de hombros-, sino sus seguidores.
—Da igual, todos a la cama. Hoy ha sido un día muy largo –repite Artgur- Todos a dormir, buenas noches.
—Lo que queda de ella –murmura Ron mientras camina hacia su “habitación” con Harry.

Las chicas y yo nos vamos a nuestra zona. Nos desprendemos de las chaquetas y nos ponemos los pijamas dispuestas a tratar de conciliar rápidamente el sueño. Yo, no quiero hacerlo. Sé que en cuanto cierre los ojos volveré a tener pesadillas.

—Evelyn, ¿estás despierta? -me llama Hermione entre la oscuridad. Yo gruño para indicarle que sí, que sigo sin poder dormido- ¿Cómo te encuentras?
—Pues… no lo sé, Hermione –le respondo. Ginny duerme, oigo sus leves y suaves ronquidos, por lo tanto, mi amiga y yo podremos tener una larga conversación mediante susurros.
—Eso que ha dicho Malfoy… sobre que vienen a por ti –suspiro- ¿Qué crees que ha querido decir?
—Que me quieren devuelta con ellos, Hermione –le explico- Ellos creen que les pertenezco y no es así. Yo nunca he formado parte de esa estúpida secta. Pero al parecer, no piensan lo mismo.
—¿Y qué harás?
—Lo que llevo haciendo estos últimos días –susurro- Actuar…, bueno, ser la auténtica Evelyn Rose Maslow. Jamás volveré con ellos. Yo ya no soy una Kavanagh, no soy una mortífaga.
Hermione murmura algo que no entiendo y después suspira pesadamente.
—Intenta dormir algo –me dice- Mañana tendremos otro largo camino de vuelta a casa.
—Buenas noches.
—Buenas noches –me contesta ella.

Me recuesto mejor en el colchón, tratando de encontrar una posición cómoda. Suspiro y por un momento pienso en mantener los ojos abiertos durante toda la noche para no soñar aquellas horribles pesadillas y para estar alerta. Una nunca sabe si van a volver a aparecer. Pero, muy a mi pesar, caigo a los brazos de Morfeo. Y para mi sorpresa, por la mañana despierto sin sudores, temblores o mal de cuerpo. Trato de recordar lo que ha rondado en mi cabeza durante las horas de sueño, trato de buscar unos ojos rojos y fríos que me miran con odio, pero lo único que encuentro es una mirada gris, triste… y perdida. He soñado, por primera vez, con Draco Malfoy.

por **roronoa.** Dom 12 Mayo 2013, 3:16 pm

Me encanto el capi de verdad estuvo interesante
Lo de la marca... Uff. Que cagada realmente
Besos y siguela

por **korediaz** Dom 12 Mayo 2013, 6:39 pm

uf cap super lindo...... Ced es un poco um.... no se

bueno siguela onto ojala en el proximo cap puedan draco y rallita platicar solitos

besos

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