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Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
#Morgenstern escribió:HOLA MINA (:
JKSDBFKSJHDFKJSHDFKJSDNFNKJHDJGNDKFJHK *-*
MUERO DE AMOR.
SRLY, DRACO ES PURO AMOR <3
Vale. Ya dejo la mayúscula.
Ced es muy monoso y muy ternoso (?)
Rayis soñando con Draco es awesome ._.
Y Draco celoso es...me he quedado sin adjetivos (?)
¡Bailemos la macarena! Okno.
Sip, se que es el peor comentario que has leído en tu vida, pero tengo que irme D:
Bueno...nos leemos pronto.
XOXO <3
HOLA COSA LINDA SDFGHJKL. Draco es perfect, como Rayis y Ced, pero Draco más. Y no te preocupes por el comentario, al menos lo intentas. Además, a veces es mejor que no me comenten largo porque después no sé qué decirles xd. Oye, lo de tu firma, el gif, ¿es de Juego de Tronos, no? La madre o diosa o lo que sea de todos los dragones, ¿verdad? Es que el otro día en la playa había una chica con una peluca larga y de color blanco, apoyada en las rocas y sujetando un dragón de juguete... se estaban haciendo fotos. Me quedé en plan 'wtf', pero después mi padre me explicó qué era. Capaz me la veo, idk.
Bueno, que no te aburro más JAJAJAJA. Un beso enorme y gracias por pasarte, subiré pronto<3. Bye.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
~Aguss_Directioner escribió:Diosssss, lo amé
Tan tiernito mi Dracooo :3
El capítulo fue malditamente perfecto fjskajdhvkznkd
Necesito que la sigaas,
no aguanto la ansiedad!
Nos vemossssss
Un abrazo psicológicooo :hug:
Me alegro que te haya gustado sdfgjkl. Mil gracias por pasarte, subiré pronto. Bye<3-
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Milapotato escribió:Ayyyyyyyyyyyyyyy, cositas ajkdfnksjdfnksdf.
Draquito mi vida, ¿por qué tan amoroso? ¿Eh, eh? Juro que cuando se pone celoso me dan ganas de morderle todo. ah, no, pero es tan divino el teñido. Y la manera en que se pasan los brazos por los hombritos, y los besos en la mejilla y todo eso asklddf MY FEELINGS. ENCIMA LE BESA LA MEJILLA JUSTO CUANDO LAS SERPIENTES MIRAN. O SEA, AGARRENME PORQUE M E M U E R O. Te violo, Malfoy, contra todos los muebles que encuentres, lo hago.
Ced rompiendo las reglas, qué malote el hupple. Aunque no me acuerdo si en esta novela como que pasaba algo con Daph... SE ME MEZCLAN LAS NOVELAS, MINA.
Pobre Ronald, él siempre liga con todo JAJAJAJJAJAJA. Eso le pasa por ser tan idiota, pero lindo. ah
Y los 'impulsos' me dieron risa, y también ternura por haberle mordido el dedo. Aunque, sigo esperando el impulso más lindo todavía: EL BESO. Juro que cuando se besen me voy a sorprender mucho, y encima rayita todavía ni siquiera ha mostrado que le gusta o algo, PERO SIENTE CELOS. Algo es algo, y, además, sentir celos significa mucho. ah, estas complicaciones de la life (?
Onda que ya no sirvo para hacer comentarios. Últimamente me da una paja extrema tener que pensar qué comentar y todo el royo ese. Así que, coso, vas a tener que conformarte con este raro y feo comentario y seguirla. Pues, ME ENCANTÓ EL CAPÍTULO Y QUIERO QUE LA SIGAS SI NO QUIERES QUE ME CRUCE EL MUNDO HASTA LLEGAR A TI Y AMENAZARTE. ah, ojalá pudiera cruzar el mundo :c
LOT OF LOVE <3
Tkm, negra sucia.
OLA K ASSSSSSSSE. Me meo con tu fangirleo, tía, me meo toa'. JAJAJAJA. Créeme que no serías la única que le empotraría a Draco contra todos los muebles. El hijo de puta es más perfecto que helado de yogur con chocolate blanco y plátano *yo's que tienen hambre*. Y bueno, lo del impulso del beso... queda bastante. Ya sabes, a mí no me gusta que en el capítulo veinte ya hayan hecho el amor, al treinta haber salvado Hogwarts y al treinta y cinco casarse. Odio las novelas que van rápidas, prefiero ir con detalles y hacer que la gente se meta en el personaje. Y pue' eso shica, yo subo pronto, pero tú igual eh. QUE SINO ME VIA' CAGAR EN TO' *vena andaluza mode on*. Me voy a cenar, muero de hambre. Bye cara de culo, te quiero mucho muchito. Mua<3.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Amy escribió:Diossssss, esta novela no puede ser TAN perfecta.
Quiero ya estar de novio con DRACO, YA; ahEspero el beso, si? El primer beso de Rayis, re ti.
¡Siguelaaaaaaaa, porfis. !
Asdfghjkl jo, me alegro que te guste. Y falta un poco para que seas novia del hurón, aún tienen que pasar muchas cosas. La sigo pronto, cielo. Un beso y gracias por pasarte<3.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
AnaPaulaHoran escribió:#NewReader HereAh, te lo dije, dije que leía tu novela... Me enamore, juro por mis dos sensuales ojitos cafés (color caca, nah) que me enamore. Hace mucho que no me leía una novela tan buena, lo juro.Es que Draco es tan celoso<3 igual es sexy, pero ya tu sabe esta enamorado de la Rayis D: igual me ama a mi también :3Lo amo, algún día lo violaré.... Estoy un poco loca, pero ya lo sabías, todos lo saben.Ame todos y cada uno de los caps, en especial cuando van a la Casa de los Gritos, fue muy hermoso y sensual. Es tan celoso, Draco, cuando Cedric se quedó con Rayis Draco casi lo ahorca... Es una linda amistad la que tiene Ced con Rayis<3 yo quiero una así :D Pero también la que tiene con Draco es muy hermosa<3Se aman, yo lo sé, yo lo sé. Estoy segura de eso, no me cabe duda porque yo veo el futuro... (Mentira).Síguela pronto que me estas matando, amo tu novela.Besos.
La puta madre, me siento privilegiada al saber que lees mi novela, la comentas y encima dices que es buena. En serio, esto le sube el ego a cualquiera, y más si es una de sus escritoras favoritas. Ah, sí, lo eres. De todas las que hay en el foro (muchas son buenísimas, la verdad), tú eres de las que más me gustan. Tus novelas son perfectas. Me alegro muchísimo de que te esté gustando la novela, srsly. Subiré pronto. Un beso enorme<3.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
caaTalina escribió:Aww he amado el capítulo :(L):esque Draco es tan... tan... ALKFJSDJKJGDTierno cuando esta celoso...Muero esperando su primer besito :$Siguela pronto (:
Qué bueno que te haya gustado, falta un poco para el beso, pero ya verás que valdrá la pena esperar. Chao, gracias por pasarte<3.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
¡Hooooooooooooooooooolaaaaaaaaaaaaaa! :D
Uff al fin pude entrar al foro!! Hace dias que no lo hacia y me moria por comentar tu novela
sadbdsbdsvgsdad como dos capitulos que no voy comentando u.u me siento como muy torpe por no haberlo hecho :/ los leia pero no podia comentar D: fuck!
Bueno, puedo decir que AMO el Draco tierno tanto como el Draco arrogante y celoso OMG alguien debe decirle que celoso es comiquisimo*_* enserio, me lo como(? jaja es tan #heartattack <3
Me encanta como se preocupa por ella y como lo admite y como le tira en cara sus celos y como... TODO*_* y ella tan insistente, jaja amo que apesar de que los demas Gryffindor tiren tierra a su amistad con el, no les haga caso y quiera ser amiga de todos; eso habla muy bien de ella ñ__ñ
oh y Cedric es mas amorosoooooooo<3 me encanta, es como el hermano mayor q hubiera deseado tener(? y Dafne me cae tan bien:'D amo que ella sea amiga de todos ellos y ese Zabini es un loquillo :P jaja espero la continues MUY muy pronto xq estoy con ganas de leer mucho mucho mas! :D
Sabes que amo esta novela y ni hablar de como escribes, es perfecto<3 ya desearia escribir asi de mucho, hacer capitulos largos e interesantes como los tuyos*-* #teadmiro! :D
Besos!!
Uff al fin pude entrar al foro!! Hace dias que no lo hacia y me moria por comentar tu novela
sadbdsbdsvgsdad como dos capitulos que no voy comentando u.u me siento como muy torpe por no haberlo hecho :/ los leia pero no podia comentar D: fuck!
Bueno, puedo decir que AMO el Draco tierno tanto como el Draco arrogante y celoso OMG alguien debe decirle que celoso es comiquisimo*_* enserio, me lo como(? jaja es tan #heartattack <3
Me encanta como se preocupa por ella y como lo admite y como le tira en cara sus celos y como... TODO*_* y ella tan insistente, jaja amo que apesar de que los demas Gryffindor tiren tierra a su amistad con el, no les haga caso y quiera ser amiga de todos; eso habla muy bien de ella ñ__ñ
oh y Cedric es mas amorosoooooooo<3 me encanta, es como el hermano mayor q hubiera deseado tener(? y Dafne me cae tan bien:'D amo que ella sea amiga de todos ellos y ese Zabini es un loquillo :P jaja espero la continues MUY muy pronto xq estoy con ganas de leer mucho mucho mas! :D
Sabes que amo esta novela y ni hablar de como escribes, es perfecto<3 ya desearia escribir asi de mucho, hacer capitulos largos e interesantes como los tuyos*-* #teadmiro! :D
Besos!!
TheGirlImpossible
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
holaa soy nueva lectora, me encanta tu nove y amo como escribis. Draco es un celosin y no lo admite es tan kjfkduhfshd. espero q subas pronto :) BESITOS!!!
Mary styles :3
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Lo se *w* Es Andy Biersack y esta en una banda que se llama Black Veil Brides askjdkasMina ♡ escribió:#Naty escribió:JODER MINA Es que de plano entre mas subes capítulos mas me vuelvo adicta a tu novela es PERFECTA akskadja Te mando muchos besos y espero que pronto hagas que haya un gran avance en la relación de nuestro Hurón y de Rayis
Mira que yo trato de hacer coments largos y nada de nada :c
Jo, muchas gracias, me alegro que la novela esté gustando a la gente, no me esperaba que fuera a ser así sdfhjkl. Y bueno, creo que para los siguientes habrán momentos más, idk, más dulces entre Rayis y Draco. No quiero correr porque lo bueno se hace esperar, ¿no? Y ya, bue, subiré pronto. Gracias por leer.
PD: No sé quién es el de tu firma, pero es hermoso sdfghjkl *-*
Yo esperaba que subieras cap para comentarte esto(? pero bueno xD
Besos xx
#Naty
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Heeeeeey, no hay problema. Yo estuve peor que tú, me tiré sin leer como cinco o seis capítulos. El caso es que estás aquí y por fin comentas, eso me hace feliz. Me alegro muchísimo que guste mi novela y cada uno de los capítulos según siempre explicas. En serio, me alegra tremendamente. Y he de decirte que también escribes genial, osea que no tienes que decir que ya te gustaría escribir como yo. Considero que mi escritura es algo normal, idk. No es pésima, pero tampoco la gran cosa.TheGirlImpossible escribió:¡Hooooooooooooooooooolaaaaaaaaaaaaaa! :D
Uff al fin pude entrar al foro!! Hace dias que no lo hacia y me moria por comentar tu novela
sadbdsbdsvgsdad como dos capitulos que no voy comentando u.u me siento como muy torpe por no haberlo hecho :/ los leia pero no podia comentar D: fuck!
Bueno, puedo decir que AMO el Draco tierno tanto como el Draco arrogante y celoso OMG alguien debe decirle que celoso es comiquisimo*_* enserio, me lo como(? jaja es tan #heartattack <3
Me encanta como se preocupa por ella y como lo admite y como le tira en cara sus celos y como... TODO*_* y ella tan insistente, jaja amo que apesar de que los demas Gryffindor tiren tierra a su amistad con el, no les haga caso y quiera ser amiga de todos; eso habla muy bien de ella ñ__ñ
oh y Cedric es mas amorosoooooooo<3 me encanta, es como el hermano mayor q hubiera deseado tener(? y Dafne me cae tan bien:'D amo que ella sea amiga de todos ellos y ese Zabini es un loquillo :Pjaja espero la continues MUY muy pronto xq estoy con ganas de leer mucho mucho mas! :D
Sabes que amo esta novela y ni hablar de como escribes, es perfecto<3 ya desearia escribir asi de mucho, hacer capitulos largos e interesantes como los tuyos*-* #teadmiro! :D
Besos!!
En fin cielo, gracias por pasarte, subiré pronto, llevo días desaparecida del foro y me siento mal. ¡Besos!
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Hola cielo, bienvenida. Que bueno que te guste mi novela, subiré pronto, ¿sí? Un beso, y gracias por pasarte.Mary styles :3 escribió:holaa soy nueva lectora, me encanta tu nove y amo como escribis. Draco es un celosin y no lo admite es tan kjfkduhfshd. espero q subas pronto :) BESITOS!!!
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Pronto, lo juro. Gracias por pasarte.Victoria Elena 203 escribió:siguelaaaaaaaaaaaaaaa
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Oh bueno, ese tipo de música no me va mucho, pero bueno, está todo bien. Jo, lo siento por no subir, hoy actualizo sí o sí, I promise. ¡Un beso enorme!#Naty escribió:Lo se *w* Es Andy Biersack y esta en una banda que se llama Black Veil Brides askjdkasMina ♡ escribió:Jo, muchas gracias, me alegro que la novela esté gustando a la gente, no me esperaba que fuera a ser así sdfhjkl. Y bueno, creo que para los siguientes habrán momentos más, idk, más dulces entre Rayis y Draco. No quiero correr porque lo bueno se hace esperar, ¿no? Y ya, bue, subiré pronto. Gracias por leer.#Naty escribió:JODER MINA Es que de plano entre mas subes capítulos mas me vuelvo adicta a tu novela es PERFECTA akskadja Te mando muchos besos y espero que pronto hagas que haya un gran avance en la relación de nuestro Hurón y de Rayis
Mira que yo trato de hacer coments largos y nada de nada :c
PD: No sé quién es el de tu firma, pero es hermoso sdfghjkl *-*
Yo esperaba que subieras cap para comentarte esto(? pero bueno xD
Besos xx
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Capítulo quince.
El sueño, el laberinto y Cedric Diggory
Por la tarde, a eso de las seis, después de haber estado encerrada en la biblioteca con Hermione, me dirijo al despacho del profesor Dumbledore a hablar sobre el árbol genealógico que encontré en el diario de mi madre. En cuanto mis labios pronuncian la contraseña correcta, la gárgola empieza a dar vueltas al mismo tiempo que deja a la vista una escalera de mármol en forma de caracol. La subo, repitiendo mentalmente las palabras que elegiré para comenzar la conversación, pero cuando la voz del profesor habla para permitirme la entrada, me quedo en blanco y olvido el discurso que había estado practicando a solas en la habitación.
—Buenas tardes profesor Dumbledore –lo saludo, jugando con el papel doblado en el que yacen escritos todos los nombres de mis familiares.
—Hola Evelyn, ¿qué te trae por aquí? –pregunta, levantándose de su silla y acercándose hacia mí.
—Quería hablarle, señor, sobre mi familia.
—Oh, ya esperaba que surgiera este tema de conversación –responde con una sonrisa risueña- Toma asiento, por favor.
—Gracias –murmuro mientras arrastro una silla hacia atrás y me siento en ella, delante del escritorio del barbudo anciano, el cual se vuelve a colocar las gafas con cristales en forma de media luna- Verá profesor, ayer me enviaron una escoba y unos uniformes de Quidditch, ambos junto a una nota con las iniciales de “S. G”. Durante mi corta estadía en la enfermería, me dediqué a buscar información en los cuadernos personales de mi madre que usted me obsequió, y encontré esto –le tiendo el pergamino con los rostros de mi familia, con sus nombres y sus indicaciones sobre si viven o no- La mayoría viven.
—Sí, Evelyn -dice tomándolo y observándolo- Tu abuela te envió la escoba y los trajes, ¿no es así? –asiento con la cabeza- Susan es una mujer maravillosa. Muggle, ¿lo sabías verdad?
—Sí, toda la familia de mi madre lo es, salvo ella y mi tío Adam.
—En cambio, por tu padre, todos poseen un linaje limpio –asiente con la cabeza y me devuelve el pergamino- Antes de sacarte de la mansión de los Kavanagh, les envié una carta a todos tus familiares informándoles sobre tu paradero y la identidad que Alexia y Jack te habían hecho creer. En cuanto se enteraron, no dudaron en dejarme a cargo sobre hacerte llegar sana y salvo a Hogwarts.
—Así que ellos saben que estoy bien, saben que soy… mortífaga.
—Sí Evelyn, lo saben –suspiro- Y me pidieron que te dejara claro, que eso no influiría en vuestra relación. Siguen queriéndote desde el primer día, no han dejado de buscarte. Y aun sabiendo en qué lado has estado viviendo, han insistido día sí y día también, enviándome cartas preguntando por tu salud, preguntando por ti.
Asiento con la cabeza, por fin liberada, como si me hubiesen desencadenado. Sonrío y miro los rostros algo difuminados de mis padres, con el marco dorado brillando a su alrededor, y la cruz a su lado indicando su fallecimiento.
—Me gustaría enviarles alguna carta, a mis abuelos. Tanto por parte de mi padre, como de mi madre.
—Por supuesto, Evelyn. Faltaría más.
Me tiende dos pergaminos y una pluma, y me tomo mi tiempo. En cada uno cuento lo mismo, mas cambio los nombres. Les explico todo lo que hasta ahora sé, y todo lo que hasta ahora he vivido. Y les doy las gracias por haber seguido tras mi búsqueda todos estos catorce años. Tambien les doy las gracias por los regalos, por la lechuza –Kliah, pues rápidamente me doy cuenta que fueron ellos quienes me la enviaron- y por supuesto les comunico mis inmensurables ganas de conocerlos pronto.
Dumbledore anota ambas direcciones en cada carta, y me las escribe en un papel a parte para que lo guarde y así seguir carteándome con mi familia. Llama a su lechuza y ata cada carta en una pata, y esta, echa a volar.
—Gracias por su tiempo, profesor Dumbledore.
—Ha sido un placer ser partícipe de este descubrimiento, Evelyn -habla con voz tranquila, lenta y alegre. Le sonrío y me levanto de la silla- No pensé que llegarías a descubrir de ellos tan rápido. A penas han pasado dos semanas desde tu ingreso en la escuela.
—Lo sé, sí –suspiro, recordando lo nerviosa que me sentía el primer día, y lo tan confiada que estoy ahora de pasearme por los pasillos del colegio inclusive en pijama- Gracias de nuevo, director.
—Venga a verme en cuanto quieras, las puertas de mi despacho están abiertas para cualquiera. Eso sí, no interrumpas mis sueños –carcajeo y asiento con la cabeza- ¿Un caramelo de limón? Recuerdo que la última vez que se te ofrecí, estabas sentada aquí conmigo y enfurruñada porque había acabado con la libertad de los Kavanagh.
—Un momento, ¿a qué se refiere con haber acabado con su libertad? Ellos están muertos, ¿no? Usted los mató.
—¡Por Merlín, Evelyn! –ríe el profesor Dumbledore, haciéndome sentir tonta- No, solamente los petrifiqué, no los maté. Ahora están presos en Azkaban.
—Oh, yo creí que… es que como los vi ahí y parecía que… -cojo aire y me mentalizo de las palabras del profesor Dumbledore- No importa, de todos modos, ya no me importa el estado de esas personas. No son más que basura para mí.
—Con el odio no se va a ninguna parte, Evelyn -asiento con confusión y miro al director, el cual con una sonrisa me tiende dos caramelos- Para ti y para el señor Malfoy.
—¿Disculpa? –pregunto aturdida.
—Sé que últimamente pasas mucho tiempo con él. Tanto, que te saltas clases –empalidezco- Tranquila Evelyn, yo a tu edad también me pasaba las horas en la torre de Astronomía, y he conocido a alumnos que prácticamente vivían ahí. Solo, que no decaigan tus estudios.
—Sí profesor Dumbledore –asiento de nuevo, tomando los dos caramelos que aún yacen sobre la palma de su mano- Y… gracias.
—No hay de qué.
Con un tímido agitamiento de mano, salgo del despacho, mientras sujeto con fuerza los caramelos y el pergamino. Bajo las escaleras y ahí, a lo lejos del pasillo, está él, Draco.
—¿Qué haces aquí? –grito, pues está a la otra punta.
Él se acerca corriendo con una sonrisa lobuna formada en la cara, cuando está a mi lado, finalmente, rodea mis hombros como ya le es costumbre y rompe a reír. Lo miro extrañada y le pido una explicación de por qué ríe.
—No te lo vas a creer.
—No, no me lo creo –digo.
—Aún no te he explicado nada, no puedes decir que no te lo crees –responde con el ceño fruncido.
—Pues cuéntamelo y me lo creeré.
—Ohm, sí, vale –río de lo absurdo que es y sigue- Definitivamente, todas las de mi casa te odian. Menos Daphne, claro.
—¿Por qué?
—Porque eres mi amiga –arqueo una ceja- Bueno, ellas piensan que somos más que amigos.
—Todo el mundo piensa que somos más que amigos –digo poniendo los ojos en blanco.
—El caso es que, si te dicen algo, dímelo.
—Sé defenderme, Draco –le informo mientras caminamos juntos hacia no sé dónde.
—Bueno, pues quiero estar delante cuando lo hagas. Solo con imaginarme la cara de Pansy o Astoria…
—¿Qué dijo Pansy?
—Nada –frunzo el ceño- O al menos, no entendí nada. Mientras me gritaba lloraba como si la estuvieran matando, y eso no ayudaba mucho. Como ya te dije esta mañana, ver al amor de tu vida con otra persona duele.
—En el fondo me da un poco de pena.
—¿Tú? ¿Sentir pena por Parkinson? –rompe a reír- Es como si yo ahora sintiera compasión por todos los sangre sucia.
Frunzo el ceño y lo miro mal. Si empezamos a sacar el tema del linaje de la sangre, acabaré enfadada. Sobre todo porque yo no soy, que digamos, muy pura. Chasqueo la lengua y pongo los ojos en blanco mientras pienso algún otro tema de conversación.
—¿Qué hacías en el despacho de Dumbledore? –me pregunta.
—Hablar –contesto encogiéndome de hombros.
—¿Sobre qué?
Exhalo. No quiero contarle que he ido a hablar sobre mi familia, de la cual desconocía desde hace catorce años. Principalmente, porque eso incluiría contarle toda mi vida, todo mi pasado, y sinceramente, no me apetece mucho explicarle que en su día fui mortífaga. No es que no confíe en él, sino que… tengo miedo.
—Sobre los estudios, ya sabes.
—¿Te ha dicho algo sobre lo de esta mañana? –frunzo el ceño confundida. No sé de qué habla- Ya sabes, por saltarnos tú y yo clases.
—Ah, sí –abre los ojos sorprendido- Pero no me ha regañado, o sea, un poco sí, pero nada de castigos ni cosas así. Dumbledore es el mejor.
—Ya –responde no muy seguro. Sin darme cuenta, estoy ya pisando el fresco césped de los jardines. Caminamos hacia unos bancos de piedra y nos sentamos- ¿Sabes? Ya falta poco.
—¿Poco para qué? ¿Para el fin de semana?
—Aparte –responde riendo- Pero me refiero al torneo de los Tres magos.
—Ah, eso –digo sin interés- Si te digo la verdad, no me interesa mucho.
—¿Por qué? ¡Tiene que ser genial! Lástima que no tenga la edad para participar.
—¿A qué te refieres? –pregunto acomodándome mejor en el banco- ¿Que te gustaría participar, dices?
—Sí, ¿a ti no?
—¡Absolutamente no! –me niego en rotunda- ¡Draco, ha habido muertes!
—¿Y qué tiene?
—¡Pues que es peligroso!
—Bueno, no te pongas así –dice riendo mientras me da palmaditas amistosas en el muslo- Tampoco podría participar, no tengo la edad.
—No te dejaría de todas formas.
—¿Por qué? –vuelve a preguntar, abriendo los ojos.
—¡Te lo he respondido antes! ¡Porque ha habido muertes! –abre la boca para decir algo pero le interrumpo- Y no participarías porque lo digo yo, ¿entendido?
—Pero…
—No –sentencio, señalándolo con un dedo, el cual tiene intenciones de morder como esta mañana- Y no me muerdas pesado, pareces un vampiro.
—Los vampiros no son tan sexys.
—De hecho, los vampiros tienen que serlo para atraer a sus víctimas.
—Sabes demasiado –dice frunciendo el ceño- ¿No serás una vampira, verdad?
—No lo creo, no de momento –le sigo el royo encogiéndome de hombros- ¿Has hecho los deberes?
—No –arqueo una ceja- No voy a clase, no hago los deberes.
—A tu madre le faltó oxígeno durante el parto, ¿no? –pregunto retóricamente.
—¿Tú los has hecho?
—Sí –respondo- Sinceramente, no quiero que me regañen mañana.
—Bueno, bueno, por la noche los hago.
—Ya, seguro.
—¿No me crees?
—Pues no, no creo que los hagas.
—Tienes razón, no los haré –le doy un puñetazo en el hombro- ¡Oye!
—Buenas tardes profesor Dumbledore –lo saludo, jugando con el papel doblado en el que yacen escritos todos los nombres de mis familiares.
—Hola Evelyn, ¿qué te trae por aquí? –pregunta, levantándose de su silla y acercándose hacia mí.
—Quería hablarle, señor, sobre mi familia.
—Oh, ya esperaba que surgiera este tema de conversación –responde con una sonrisa risueña- Toma asiento, por favor.
—Gracias –murmuro mientras arrastro una silla hacia atrás y me siento en ella, delante del escritorio del barbudo anciano, el cual se vuelve a colocar las gafas con cristales en forma de media luna- Verá profesor, ayer me enviaron una escoba y unos uniformes de Quidditch, ambos junto a una nota con las iniciales de “S. G”. Durante mi corta estadía en la enfermería, me dediqué a buscar información en los cuadernos personales de mi madre que usted me obsequió, y encontré esto –le tiendo el pergamino con los rostros de mi familia, con sus nombres y sus indicaciones sobre si viven o no- La mayoría viven.
—Sí, Evelyn -dice tomándolo y observándolo- Tu abuela te envió la escoba y los trajes, ¿no es así? –asiento con la cabeza- Susan es una mujer maravillosa. Muggle, ¿lo sabías verdad?
—Sí, toda la familia de mi madre lo es, salvo ella y mi tío Adam.
—En cambio, por tu padre, todos poseen un linaje limpio –asiente con la cabeza y me devuelve el pergamino- Antes de sacarte de la mansión de los Kavanagh, les envié una carta a todos tus familiares informándoles sobre tu paradero y la identidad que Alexia y Jack te habían hecho creer. En cuanto se enteraron, no dudaron en dejarme a cargo sobre hacerte llegar sana y salvo a Hogwarts.
—Así que ellos saben que estoy bien, saben que soy… mortífaga.
—Sí Evelyn, lo saben –suspiro- Y me pidieron que te dejara claro, que eso no influiría en vuestra relación. Siguen queriéndote desde el primer día, no han dejado de buscarte. Y aun sabiendo en qué lado has estado viviendo, han insistido día sí y día también, enviándome cartas preguntando por tu salud, preguntando por ti.
Asiento con la cabeza, por fin liberada, como si me hubiesen desencadenado. Sonrío y miro los rostros algo difuminados de mis padres, con el marco dorado brillando a su alrededor, y la cruz a su lado indicando su fallecimiento.
—Me gustaría enviarles alguna carta, a mis abuelos. Tanto por parte de mi padre, como de mi madre.
—Por supuesto, Evelyn. Faltaría más.
Me tiende dos pergaminos y una pluma, y me tomo mi tiempo. En cada uno cuento lo mismo, mas cambio los nombres. Les explico todo lo que hasta ahora sé, y todo lo que hasta ahora he vivido. Y les doy las gracias por haber seguido tras mi búsqueda todos estos catorce años. Tambien les doy las gracias por los regalos, por la lechuza –Kliah, pues rápidamente me doy cuenta que fueron ellos quienes me la enviaron- y por supuesto les comunico mis inmensurables ganas de conocerlos pronto.
Dumbledore anota ambas direcciones en cada carta, y me las escribe en un papel a parte para que lo guarde y así seguir carteándome con mi familia. Llama a su lechuza y ata cada carta en una pata, y esta, echa a volar.
—Gracias por su tiempo, profesor Dumbledore.
—Ha sido un placer ser partícipe de este descubrimiento, Evelyn -habla con voz tranquila, lenta y alegre. Le sonrío y me levanto de la silla- No pensé que llegarías a descubrir de ellos tan rápido. A penas han pasado dos semanas desde tu ingreso en la escuela.
—Lo sé, sí –suspiro, recordando lo nerviosa que me sentía el primer día, y lo tan confiada que estoy ahora de pasearme por los pasillos del colegio inclusive en pijama- Gracias de nuevo, director.
—Venga a verme en cuanto quieras, las puertas de mi despacho están abiertas para cualquiera. Eso sí, no interrumpas mis sueños –carcajeo y asiento con la cabeza- ¿Un caramelo de limón? Recuerdo que la última vez que se te ofrecí, estabas sentada aquí conmigo y enfurruñada porque había acabado con la libertad de los Kavanagh.
—Un momento, ¿a qué se refiere con haber acabado con su libertad? Ellos están muertos, ¿no? Usted los mató.
—¡Por Merlín, Evelyn! –ríe el profesor Dumbledore, haciéndome sentir tonta- No, solamente los petrifiqué, no los maté. Ahora están presos en Azkaban.
—Oh, yo creí que… es que como los vi ahí y parecía que… -cojo aire y me mentalizo de las palabras del profesor Dumbledore- No importa, de todos modos, ya no me importa el estado de esas personas. No son más que basura para mí.
—Con el odio no se va a ninguna parte, Evelyn -asiento con confusión y miro al director, el cual con una sonrisa me tiende dos caramelos- Para ti y para el señor Malfoy.
—¿Disculpa? –pregunto aturdida.
—Sé que últimamente pasas mucho tiempo con él. Tanto, que te saltas clases –empalidezco- Tranquila Evelyn, yo a tu edad también me pasaba las horas en la torre de Astronomía, y he conocido a alumnos que prácticamente vivían ahí. Solo, que no decaigan tus estudios.
—Sí profesor Dumbledore –asiento de nuevo, tomando los dos caramelos que aún yacen sobre la palma de su mano- Y… gracias.
—No hay de qué.
Con un tímido agitamiento de mano, salgo del despacho, mientras sujeto con fuerza los caramelos y el pergamino. Bajo las escaleras y ahí, a lo lejos del pasillo, está él, Draco.
—¿Qué haces aquí? –grito, pues está a la otra punta.
Él se acerca corriendo con una sonrisa lobuna formada en la cara, cuando está a mi lado, finalmente, rodea mis hombros como ya le es costumbre y rompe a reír. Lo miro extrañada y le pido una explicación de por qué ríe.
—No te lo vas a creer.
—No, no me lo creo –digo.
—Aún no te he explicado nada, no puedes decir que no te lo crees –responde con el ceño fruncido.
—Pues cuéntamelo y me lo creeré.
—Ohm, sí, vale –río de lo absurdo que es y sigue- Definitivamente, todas las de mi casa te odian. Menos Daphne, claro.
—¿Por qué?
—Porque eres mi amiga –arqueo una ceja- Bueno, ellas piensan que somos más que amigos.
—Todo el mundo piensa que somos más que amigos –digo poniendo los ojos en blanco.
—El caso es que, si te dicen algo, dímelo.
—Sé defenderme, Draco –le informo mientras caminamos juntos hacia no sé dónde.
—Bueno, pues quiero estar delante cuando lo hagas. Solo con imaginarme la cara de Pansy o Astoria…
—¿Qué dijo Pansy?
—Nada –frunzo el ceño- O al menos, no entendí nada. Mientras me gritaba lloraba como si la estuvieran matando, y eso no ayudaba mucho. Como ya te dije esta mañana, ver al amor de tu vida con otra persona duele.
—En el fondo me da un poco de pena.
—¿Tú? ¿Sentir pena por Parkinson? –rompe a reír- Es como si yo ahora sintiera compasión por todos los sangre sucia.
Frunzo el ceño y lo miro mal. Si empezamos a sacar el tema del linaje de la sangre, acabaré enfadada. Sobre todo porque yo no soy, que digamos, muy pura. Chasqueo la lengua y pongo los ojos en blanco mientras pienso algún otro tema de conversación.
—¿Qué hacías en el despacho de Dumbledore? –me pregunta.
—Hablar –contesto encogiéndome de hombros.
—¿Sobre qué?
Exhalo. No quiero contarle que he ido a hablar sobre mi familia, de la cual desconocía desde hace catorce años. Principalmente, porque eso incluiría contarle toda mi vida, todo mi pasado, y sinceramente, no me apetece mucho explicarle que en su día fui mortífaga. No es que no confíe en él, sino que… tengo miedo.
—Sobre los estudios, ya sabes.
—¿Te ha dicho algo sobre lo de esta mañana? –frunzo el ceño confundida. No sé de qué habla- Ya sabes, por saltarnos tú y yo clases.
—Ah, sí –abre los ojos sorprendido- Pero no me ha regañado, o sea, un poco sí, pero nada de castigos ni cosas así. Dumbledore es el mejor.
—Ya –responde no muy seguro. Sin darme cuenta, estoy ya pisando el fresco césped de los jardines. Caminamos hacia unos bancos de piedra y nos sentamos- ¿Sabes? Ya falta poco.
—¿Poco para qué? ¿Para el fin de semana?
—Aparte –responde riendo- Pero me refiero al torneo de los Tres magos.
—Ah, eso –digo sin interés- Si te digo la verdad, no me interesa mucho.
—¿Por qué? ¡Tiene que ser genial! Lástima que no tenga la edad para participar.
—¿A qué te refieres? –pregunto acomodándome mejor en el banco- ¿Que te gustaría participar, dices?
—Sí, ¿a ti no?
—¡Absolutamente no! –me niego en rotunda- ¡Draco, ha habido muertes!
—¿Y qué tiene?
—¡Pues que es peligroso!
—Bueno, no te pongas así –dice riendo mientras me da palmaditas amistosas en el muslo- Tampoco podría participar, no tengo la edad.
—No te dejaría de todas formas.
—¿Por qué? –vuelve a preguntar, abriendo los ojos.
—¡Te lo he respondido antes! ¡Porque ha habido muertes! –abre la boca para decir algo pero le interrumpo- Y no participarías porque lo digo yo, ¿entendido?
—Pero…
—No –sentencio, señalándolo con un dedo, el cual tiene intenciones de morder como esta mañana- Y no me muerdas pesado, pareces un vampiro.
—Los vampiros no son tan sexys.
—De hecho, los vampiros tienen que serlo para atraer a sus víctimas.
—Sabes demasiado –dice frunciendo el ceño- ¿No serás una vampira, verdad?
—No lo creo, no de momento –le sigo el royo encogiéndome de hombros- ¿Has hecho los deberes?
—No –arqueo una ceja- No voy a clase, no hago los deberes.
—A tu madre le faltó oxígeno durante el parto, ¿no? –pregunto retóricamente.
—¿Tú los has hecho?
—Sí –respondo- Sinceramente, no quiero que me regañen mañana.
—Bueno, bueno, por la noche los hago.
—Ya, seguro.
—¿No me crees?
—Pues no, no creo que los hagas.
—Tienes razón, no los haré –le doy un puñetazo en el hombro- ¡Oye!
…
La oscuridad me acechaba. No conseguía ver nada aparte de tenues sombras que se movían y susurraban a través del impenetrable silencio de la noche. Y de repente, una sacudida me hace temblar. Ya no estoy en la penumbra, escondida en las tinieblas. Ahora hay verde. Grandes muros hechos de algo parecido a arbustos. Empiezo a caminar pero me siento perdida. No paro de dar vueltas, girar a la izquierda o derecha, continuar recto o quedarme quieta esperando a alguien para socorrerme. Hasta, que veo algo. O más bien a alguien.
—¡Cedric!
Lo persigo mientras grito su nombre, mas no obtengo respuesta alguna. Sigo corriendo tras él hasta que veo que se detiene frente a una especie de copa gigante, plateada e irradiando luz propia. Me escondo tras un arbusto que hace de columna, pues, inexplicablemente, siento temor. Observo en silencio como Cedric deja caer un papel doblado dentro de la copa, y a continuación, una luz verde ciega la sala. Y de pronto, otra vez oscuridad, y el rostro de Cedric yace en el suelo. Sin vida.
—¡Evelyn despierta! –oigo los gritos de Hermione, muy cerca de mi oído.
Prácticamente me incorporo en la cama de un salto, empapada en sudor. Por suerte, solo ella sigue en la habitación, Parvati y Lavander no están. Suspiro profundamente y llevo mi mano a la frente, comprobando cuán mojada está: mucho. Retiro las sábanas y pongo los pies descalzos en el suelo. Contemplo la habitación y respiro profundamente, tratando de normalizar mi respiración, la cual está algo agitada. Muy agitada, de hecho.
—Pesadillas –asiento con la cabeza hacia Hermione- ¿Qué ha sido esta vez?
—Cedric –cojo aire, estoy realmente agotada, como si hubiese corrido una maratón por días- Se, se moría.
—Solo ha sido un sueño –dice finalmente, después de haber estado unos segundos callada y con el ceño fruncido.
—¿Dónde están las demás? –pregunto levantándome de la cama para ponerme ya el uniforme.
—Se han ido a desayunar, es algo tarde. Pero he visto que tenías mala cara mientras dormía, y he esperado a que se fueran. Justo cuando han salido por la puerta has empezado a gritar.
—¿Llegaremos a tiempo para desayunar e ir a clases?
—Sí, pero solo si te das prisa.
No me duché, lo había hecho la noche anterior. Solo me mojé la cara, cepillé mi cabello y lo recogí en una trenza la cual dejaría caer por mi hombro izquierdo. Preparé los libros y los metí en la mochila para minutos después bajar al Gran Comedor, la verdad es que no tenía muchas ganas de comer, simplemente quería que se pasara rápido el día. O tan solo, ver a Ced. Lo de la pesadilla me había dejado realmente mal.
—¿No comes? –me pregunta Harry al ver que solo juego con los huevos revueltos de mi plato.
—No tengo mucha hambre.
—Ha tenido una pesadilla –informa Hermione, como si eso fuera la causa de mi poco apetito. Y de hecho, lo es.
—¿Draco Malfoy? –pregunta Ron tratando de hacerme reír.
—No creo que eso sea una pesadilla –dice Harry sonriéndome, contagiándome por una pequeña parte- ¿Qué pasaba en tu sueño?
—Cedric, no sé, él… moría.
—Pero ya sabes que son sueños, no se cumplen –trata de animarme Ronald.
—Ya sabes lo que pasó con mi último sueño.
—¿El de los Mundiales de Quidditch?
—Ese mismo –le respondo a Harry.
—Pero, no sé Evelyn, no creo que…
—¡Cedric! –me levanto corriendo en cuanto lo veo entrar por las puertas del Gran Comedor y me tiro encima de él- ¡Oh Dios mío!
—¿Me has echado de menos? –pregunta riendo mientras me levanta con sus fuertes brazos. Al ver que no me suelto, ríe- Vale, veo que sí –me deja en el suelo y suspiro aliviada- Menuda cara, creo que alguien no ha dormido bien esta noche.
—Por culpa tuya, pedazo de idiota –frunce el ceño- He tenido una pesadilla horrible en la que salías tú.
—Sé que soy feo, pero no es para tanto –bromea empezando a caminar, recibiendo las atentas miradas de gran parte del alumnado de Hogwarts- Oye, me acabo de levantar hace cinco minutos y tengo el tiempo justo para desayunar e irme. ¿Qué te parece si a las seis, después de haber hecho los deberes, quedamos para hablar y me cuentas tu horrible pesadilla sobre el feo de Cedric Diggory?
—Está bien –asiento. Besa mi mejilla y se va hacia su mesa para yo volver a la mía.
—Vale, eso ha sido raro.
—No lo creo –opina Harry encogiéndose de hombros, mirándome- Se os ve realmente unidos.
—Si no fuera porque te pasa dos metros, haríais buena pareja –dice Ron riendo.
—No sé si lo dices porque soy bajita, o porque él es muy alto.
—Porque tú eres bajita –responden mis dos amigos a la vez, añadiendo también a los gemelos- Muy bajita, de hecho. Incluso lo eres más que Harry, y eso ya es decir.
—Oye –se queja el ojiverde.
—No les hagas caso –le digo a Potter- Los bajitos dominaremos el mundo, ya lo verás.
Él ríe y bebo algo de zumo para finalmente irnos todos juntos a la siguiente clase, la cual me tiro durmiendo prácticamente toda la hora. Y la siguiente también. Creo que se nota bastante que no he dormido nada mal, y sumadle el aburrimiento y las pocas ganas de atender. Total, que he pasado el día apalancada en la mesa recibiendo llamadas de atención por parte de todos los profesores y en especial por Hermione. Hubo una clase en especial en la que me dormí después de haber sido regañada, así que me sacaron al pasillo y ahí me encontré con los gemelos, quienes también habían sido castigados. Nos fuimos a dar un paseo por el castillo y no nos dimos cuenta que la hora había acabado. El profesor, al no encontrarme en el pasillo, me buscó y al encontrarme en los jardines con los Weasley, me mandó tres metros de pergamino. Tenía que copiar ‘si me castigan por dormirme en clase, y me echan, no me pasearé por la escuela como si estuviera de excursión’.
—¡Te vi en el pasillo! –oigo una voz que se me hace realmente familia. Me giro y veo a Daphne correr hacia mí, saliendo de clase de Aritmancia, junto con Draco, que la sigue detrás.
—¿Ah sí? –pregunto riendo, ella mira a los chicos y los saluda.
—Evelyn, nosotros acabamos los deberes durante la comida, ¿quieres que te acompañemos a hacer la copia a la biblioteca o…?
—No, ya voy yo con ella –responde Greengrass- ¡Draco mueve el culo!
—Pobrecito –me quejo al ver que corre apurado con toda una pila de libros.
—Me ha manchado todos los pergaminos de tinta, tiene que llevármelos.
—¿Ah, que son tus libros?
—Por supuesto que sí –dice orgullosa. El trío de oro aún espera.
—Marchaos chicos, me quedo con ellos. Después nos vemos.
—¿No era que tenías que quedar con Diggory para hablar? –pregunta Ron, concretamente mirando al rubio, que recién acaba de llegar.
Chasqueo la lengua. Jodido Ronald, lo ha hecho apropósito. Miro a Malfoy, el cual sujeta los libros de mi amiga, con la respiración un tanto agitada y ahora con una ceja arqueada por el comentario de Weasley.
—Antes tengo que acabar los tres metros de copia para mañana.
—¡¿Tres metros?! –pregunta alarmada una Daphne que ahora me mira totalmente sorprendida- Eso es más de lo que escribirás en todo el curso.
—Oye –me quejo- Si me ayudáis acabaré antes.
—Y así se podrá ir con Diggory.
—¡Ronald lárgate! –le chillo, a lo que asiente asustado y se larga con los demás no sin antes de despedirse de mí- ¿Me acompañáis o qué?
—Venga va, no tenemos nada mejor que hacer, o sea que vale.
—¿Ahora tengo que llevar todo esto hasta la biblioteca? –pregunta Draco con tono quejoso.
—Dame algunos, anda. Te ayudo –tomo unos cuantos, haciendo que nuestros dedos se rocen y sonríe- Por cierto, no te he visto en todo el día, ¿dónde has estado?
—En clase, no como otras.
—Definitivamente me tienen manía –comento caminando por los pasillos para llegar a la sala repleta de polvo, libros y olor a tinta y pergamino.
—Seguro que es eso –ríe Daphne.
—Qué buenos amigos tengo que ni me creen –bromeo riéndome yo también.
—Ahora en serio, Evelyn, ¿qué has hecho?
—¡Nada! –respondo.
—¿Nada malo o nada en general? –pregunta Draco arqueando una ceja. Frunzo los labios, evidenciando la respuesta- Me lo suponía.
—Pero en el fondo me lo he pasado bien –les digo- Me encontré con los gemelos, que también estaban castigados, y nos dimos un paseo por el castillo.
—Y por eso te han puesto las copias, ¿no?
—Ajá –asiento con la cabeza y entramos a la biblioteca. Nos sentamos en la mesa más próxima dejo los libros de Daphne a un lado, para hacer espacio a los tres metros de pergamino en el que tendré que empezar a escribir- No vais a ayudarme.
—Si quieres te voy dictando –Draco se hace el listo y carcajeo irónica- O no, vale.
—Cállate –le pido empezando con la copia- Contadme algo, me aburro.
—Tienes unas ojeras del tamaño de dos culos de botella.
—Gracias Daph, también te ves divina –contesto irónica sin despegar los ojos del pergamino.
—Vamos, no le hagas caso –dice Draco, haciendo que esta vez sí lo mire- Ella ha dicho dos culos de botella por no decir de elefante.
Le mancho de tinta el uniforme y se echa para atrás al mismo tiempo que Daphne y yo reímos.
—Karma, querido amigo –le sonrío socarronamente y se cruza de hombros.
—¿Has pasado mala noche? –pregunta la pelirroja.
—Muy mala noche.
—Si quieres la próxima vez te hago compañía –Draco me guiña un ojo y le pego una patada en la espinilla por debajo de la mesa- ¡Oye! ¿Qué pasa, hoy es el día de pegarle a Draco?
—No, tonto. Perdona –digo abriendo los brazos para que venga hacia mí- Ven, no te haré nada.
—No me fío.
—Vamos, no te pegaré.
—No parece estar mintiendo, Draco –le dice Daphne al rubio.
Este suspira y abre sus brazos para también estrecharse entre los míos, pero cuando está apunto de abrazarme, me separo de él mientras suelto un ‘pues no’ y vuelvo a mi trabajo.
—Eres una mala persona y el karma te castigará.
—El karma no existe, son los padres –bromeo sin apartar la vista del pergamino.
—Te estás pasando de lista.
—Y tú de guapo.
Daphne empieza a reírse y Draco me mira sonriente, con un toque también divertido en el rostro. Me acerco a él, rodeo su hombro con mis brazos y le beso la mejilla. Alzo la vista y me topo con una pelinegra Slytherin con cara de perro que mira hacia mí de manera enfurecida. Después, se va.
—No te hagas ilusiones, lo he hecho porque pasaba Pansy –contesto separándome de él- En realidad vas muy feo.
—Idiota –masculla.
—Te quiero.
—Aw, en realidad haríais buena pareja. Trelawney tenía razón.
—Oh, cállate –le pedimos los dos a la vez, poniendo los ojos en blanco.
—Doble ración de amor.
Ambos chasqueamos la lengua y volvemos a lo nuestro. Bueno, yo vuelvo a lo mío. Draco simplemente me mira y Daphne acaba sus deberes. Después de un rato, cuando se fijó en que me empezaba a doler la mano, Draco me ayudó a terminar el metro y medo que me faltaba. Más tarde, nos marchamos de la biblioteca, cada uno a su Sala Común. Por suerte, ya estábamos a viernes y por tanto, mañana sería sábado. Conclusión: día libre para dormir. Aunque a medida que caminaba hacia la torre de Gryffindor, me acordaba que había dejado plantado a Ced, así que corrí a buscarlo. Lo encontré en los jardines, leyendo un libro, así que decidí darle un susto. Cosa que no funcionó, pues se enteró.
—Gracias por dejarme colgado –dice irónico cerrando el libro y dejándolo sobre su regazo.
—Lo siento, tres metros de pergamino por quedarme dormida.
—No importa –me siento a su lado y me mira- Bien, cuéntame sobre ese…
—Esa pesadilla –le corrijo.
—Bien –acepta, asintiendo con la cabeza.
Abro la boca para empezar a narrarle el odioso sueño que la noche anterior, mi mente creó. Pero antes de que palabras salgan de mis labios, él me interrumpe alzando la mano.
—Antes tengo que decirte algo.
—Adelante –le indico encogiéndome de hombros. Supongo que será mejor que hablar de su muerte en mi pesadilla. Mucho mejor, de hecho.
—Es una decisión que tomé desde el primer día en que lo anunciaron –frunzo el ceño. No sé de qué diantres habla- Voy a participar en el Torneo de los tres magos.
La garganta se me seca de golpe, al igual que mis ojos se abren por la sorpresa. Mis venas se obstruyen y la respiración se me para. Una oleada de calor me atraviesa por completo, haciendo que pierda el equilibrio y Cedric tenga que sujetarme con sus veloces brazos.
—¿Estás bien?
—¿Lo estás tú? –pregunto- De la cabeza, digo.
—No te entiendo.
—¿Cómo mierda se te ocurre decir eso? ¿El Torneo de los Tres Magos?
—¿Qué pasa? –inquiere confundido.
—Es peligroso.
—También lo es dormirse en clase de Pociones –dice riendo, pero al ver que mi serio semblante no cambia, calla- No sé por qué te pones así.
—¿Por qué me pongo así? Creo que es obvio, no quiero que participes en ese estúpido concurso.
—No es estúpido –contesta con el ceño fruncido- Si gano, Evelyn, ¿sabes el dinero que me llevo? Mil galeones. Además, así podré demostrarle a mi padre que soy bueno en algo no por el simple hecho de haber ganado a Harry Potter en Quidditch.
—¿Pero es que no me estás escuchando? –le pregunto retóricamente- Cedric, ya oíste a Dumbledore en el primer discurso: ¡hubo muertes en los anteriores torneos!
—Y no seré ninguna de ellas –contesta firme.
—No, Cedric, no lo serás porque no participarás.
—¡Evelyn!
—¡Entiéndeme tú a mí, por Merlín!
—¿Entenderte en qué? –pregunta poniéndose de pie.
—¡Mi sueño, maldita sea, iba sobre esto! –grito enfurecida, también levantándome- Soñaba que estábamos en un laberinto, metías un papel en una especie de copa y de repente, te morías.
—El Cáliz de Fuego –lo oigo susurrar.
—¿Qué?
—La copa esa que dices, en la que meto el papel, es el Cáliz de Fuego. Mi padre me lo explicó. Si metes tu nombre en él, este escoge a los concursantes.
—¡Pues eso hacías! –señalo- Y después simplemente morías, desaparecías del mapa.
—Solo es un maldito sueño, Evelyn.
—¡No me digas que solo es un sueño! –chillo separándome de él, pues me ha intentado abrazar. Mis ojos pican de lágrimas saladas- ¡Ya sabes lo que pasó con mi otro sueño, el de los Mundiales de Quidditch!
Él se queda quieto, contemplándome en silencio, mientras yo trato de estabilizar mi ahora agitada respiración. Me tapo la cara con las manos y respiro hondo, para hacer que las lágrimas queden retenidas en su lugar, no desciendan más allá de las mejillas. Finalmente, lo miro a la cara y suspiro.
—Tú verás lo que haces, Cedric. Pero esto no me gusta nada.
Y sin más, me marcho de ahí.
—¡Cedric!
Lo persigo mientras grito su nombre, mas no obtengo respuesta alguna. Sigo corriendo tras él hasta que veo que se detiene frente a una especie de copa gigante, plateada e irradiando luz propia. Me escondo tras un arbusto que hace de columna, pues, inexplicablemente, siento temor. Observo en silencio como Cedric deja caer un papel doblado dentro de la copa, y a continuación, una luz verde ciega la sala. Y de pronto, otra vez oscuridad, y el rostro de Cedric yace en el suelo. Sin vida.
—¡Evelyn despierta! –oigo los gritos de Hermione, muy cerca de mi oído.
Prácticamente me incorporo en la cama de un salto, empapada en sudor. Por suerte, solo ella sigue en la habitación, Parvati y Lavander no están. Suspiro profundamente y llevo mi mano a la frente, comprobando cuán mojada está: mucho. Retiro las sábanas y pongo los pies descalzos en el suelo. Contemplo la habitación y respiro profundamente, tratando de normalizar mi respiración, la cual está algo agitada. Muy agitada, de hecho.
—Pesadillas –asiento con la cabeza hacia Hermione- ¿Qué ha sido esta vez?
—Cedric –cojo aire, estoy realmente agotada, como si hubiese corrido una maratón por días- Se, se moría.
—Solo ha sido un sueño –dice finalmente, después de haber estado unos segundos callada y con el ceño fruncido.
—¿Dónde están las demás? –pregunto levantándome de la cama para ponerme ya el uniforme.
—Se han ido a desayunar, es algo tarde. Pero he visto que tenías mala cara mientras dormía, y he esperado a que se fueran. Justo cuando han salido por la puerta has empezado a gritar.
—¿Llegaremos a tiempo para desayunar e ir a clases?
—Sí, pero solo si te das prisa.
No me duché, lo había hecho la noche anterior. Solo me mojé la cara, cepillé mi cabello y lo recogí en una trenza la cual dejaría caer por mi hombro izquierdo. Preparé los libros y los metí en la mochila para minutos después bajar al Gran Comedor, la verdad es que no tenía muchas ganas de comer, simplemente quería que se pasara rápido el día. O tan solo, ver a Ced. Lo de la pesadilla me había dejado realmente mal.
—¿No comes? –me pregunta Harry al ver que solo juego con los huevos revueltos de mi plato.
—No tengo mucha hambre.
—Ha tenido una pesadilla –informa Hermione, como si eso fuera la causa de mi poco apetito. Y de hecho, lo es.
—¿Draco Malfoy? –pregunta Ron tratando de hacerme reír.
—No creo que eso sea una pesadilla –dice Harry sonriéndome, contagiándome por una pequeña parte- ¿Qué pasaba en tu sueño?
—Cedric, no sé, él… moría.
—Pero ya sabes que son sueños, no se cumplen –trata de animarme Ronald.
—Ya sabes lo que pasó con mi último sueño.
—¿El de los Mundiales de Quidditch?
—Ese mismo –le respondo a Harry.
—Pero, no sé Evelyn, no creo que…
—¡Cedric! –me levanto corriendo en cuanto lo veo entrar por las puertas del Gran Comedor y me tiro encima de él- ¡Oh Dios mío!
—¿Me has echado de menos? –pregunta riendo mientras me levanta con sus fuertes brazos. Al ver que no me suelto, ríe- Vale, veo que sí –me deja en el suelo y suspiro aliviada- Menuda cara, creo que alguien no ha dormido bien esta noche.
—Por culpa tuya, pedazo de idiota –frunce el ceño- He tenido una pesadilla horrible en la que salías tú.
—Sé que soy feo, pero no es para tanto –bromea empezando a caminar, recibiendo las atentas miradas de gran parte del alumnado de Hogwarts- Oye, me acabo de levantar hace cinco minutos y tengo el tiempo justo para desayunar e irme. ¿Qué te parece si a las seis, después de haber hecho los deberes, quedamos para hablar y me cuentas tu horrible pesadilla sobre el feo de Cedric Diggory?
—Está bien –asiento. Besa mi mejilla y se va hacia su mesa para yo volver a la mía.
—Vale, eso ha sido raro.
—No lo creo –opina Harry encogiéndose de hombros, mirándome- Se os ve realmente unidos.
—Si no fuera porque te pasa dos metros, haríais buena pareja –dice Ron riendo.
—No sé si lo dices porque soy bajita, o porque él es muy alto.
—Porque tú eres bajita –responden mis dos amigos a la vez, añadiendo también a los gemelos- Muy bajita, de hecho. Incluso lo eres más que Harry, y eso ya es decir.
—Oye –se queja el ojiverde.
—No les hagas caso –le digo a Potter- Los bajitos dominaremos el mundo, ya lo verás.
Él ríe y bebo algo de zumo para finalmente irnos todos juntos a la siguiente clase, la cual me tiro durmiendo prácticamente toda la hora. Y la siguiente también. Creo que se nota bastante que no he dormido nada mal, y sumadle el aburrimiento y las pocas ganas de atender. Total, que he pasado el día apalancada en la mesa recibiendo llamadas de atención por parte de todos los profesores y en especial por Hermione. Hubo una clase en especial en la que me dormí después de haber sido regañada, así que me sacaron al pasillo y ahí me encontré con los gemelos, quienes también habían sido castigados. Nos fuimos a dar un paseo por el castillo y no nos dimos cuenta que la hora había acabado. El profesor, al no encontrarme en el pasillo, me buscó y al encontrarme en los jardines con los Weasley, me mandó tres metros de pergamino. Tenía que copiar ‘si me castigan por dormirme en clase, y me echan, no me pasearé por la escuela como si estuviera de excursión’.
—¡Te vi en el pasillo! –oigo una voz que se me hace realmente familia. Me giro y veo a Daphne correr hacia mí, saliendo de clase de Aritmancia, junto con Draco, que la sigue detrás.
—¿Ah sí? –pregunto riendo, ella mira a los chicos y los saluda.
—Evelyn, nosotros acabamos los deberes durante la comida, ¿quieres que te acompañemos a hacer la copia a la biblioteca o…?
—No, ya voy yo con ella –responde Greengrass- ¡Draco mueve el culo!
—Pobrecito –me quejo al ver que corre apurado con toda una pila de libros.
—Me ha manchado todos los pergaminos de tinta, tiene que llevármelos.
—¿Ah, que son tus libros?
—Por supuesto que sí –dice orgullosa. El trío de oro aún espera.
—Marchaos chicos, me quedo con ellos. Después nos vemos.
—¿No era que tenías que quedar con Diggory para hablar? –pregunta Ron, concretamente mirando al rubio, que recién acaba de llegar.
Chasqueo la lengua. Jodido Ronald, lo ha hecho apropósito. Miro a Malfoy, el cual sujeta los libros de mi amiga, con la respiración un tanto agitada y ahora con una ceja arqueada por el comentario de Weasley.
—Antes tengo que acabar los tres metros de copia para mañana.
—¡¿Tres metros?! –pregunta alarmada una Daphne que ahora me mira totalmente sorprendida- Eso es más de lo que escribirás en todo el curso.
—Oye –me quejo- Si me ayudáis acabaré antes.
—Y así se podrá ir con Diggory.
—¡Ronald lárgate! –le chillo, a lo que asiente asustado y se larga con los demás no sin antes de despedirse de mí- ¿Me acompañáis o qué?
—Venga va, no tenemos nada mejor que hacer, o sea que vale.
—¿Ahora tengo que llevar todo esto hasta la biblioteca? –pregunta Draco con tono quejoso.
—Dame algunos, anda. Te ayudo –tomo unos cuantos, haciendo que nuestros dedos se rocen y sonríe- Por cierto, no te he visto en todo el día, ¿dónde has estado?
—En clase, no como otras.
—Definitivamente me tienen manía –comento caminando por los pasillos para llegar a la sala repleta de polvo, libros y olor a tinta y pergamino.
—Seguro que es eso –ríe Daphne.
—Qué buenos amigos tengo que ni me creen –bromeo riéndome yo también.
—Ahora en serio, Evelyn, ¿qué has hecho?
—¡Nada! –respondo.
—¿Nada malo o nada en general? –pregunta Draco arqueando una ceja. Frunzo los labios, evidenciando la respuesta- Me lo suponía.
—Pero en el fondo me lo he pasado bien –les digo- Me encontré con los gemelos, que también estaban castigados, y nos dimos un paseo por el castillo.
—Y por eso te han puesto las copias, ¿no?
—Ajá –asiento con la cabeza y entramos a la biblioteca. Nos sentamos en la mesa más próxima dejo los libros de Daphne a un lado, para hacer espacio a los tres metros de pergamino en el que tendré que empezar a escribir- No vais a ayudarme.
—Si quieres te voy dictando –Draco se hace el listo y carcajeo irónica- O no, vale.
—Cállate –le pido empezando con la copia- Contadme algo, me aburro.
—Tienes unas ojeras del tamaño de dos culos de botella.
—Gracias Daph, también te ves divina –contesto irónica sin despegar los ojos del pergamino.
—Vamos, no le hagas caso –dice Draco, haciendo que esta vez sí lo mire- Ella ha dicho dos culos de botella por no decir de elefante.
Le mancho de tinta el uniforme y se echa para atrás al mismo tiempo que Daphne y yo reímos.
—Karma, querido amigo –le sonrío socarronamente y se cruza de hombros.
—¿Has pasado mala noche? –pregunta la pelirroja.
—Muy mala noche.
—Si quieres la próxima vez te hago compañía –Draco me guiña un ojo y le pego una patada en la espinilla por debajo de la mesa- ¡Oye! ¿Qué pasa, hoy es el día de pegarle a Draco?
—No, tonto. Perdona –digo abriendo los brazos para que venga hacia mí- Ven, no te haré nada.
—No me fío.
—Vamos, no te pegaré.
—No parece estar mintiendo, Draco –le dice Daphne al rubio.
Este suspira y abre sus brazos para también estrecharse entre los míos, pero cuando está apunto de abrazarme, me separo de él mientras suelto un ‘pues no’ y vuelvo a mi trabajo.
—Eres una mala persona y el karma te castigará.
—El karma no existe, son los padres –bromeo sin apartar la vista del pergamino.
—Te estás pasando de lista.
—Y tú de guapo.
Daphne empieza a reírse y Draco me mira sonriente, con un toque también divertido en el rostro. Me acerco a él, rodeo su hombro con mis brazos y le beso la mejilla. Alzo la vista y me topo con una pelinegra Slytherin con cara de perro que mira hacia mí de manera enfurecida. Después, se va.
—No te hagas ilusiones, lo he hecho porque pasaba Pansy –contesto separándome de él- En realidad vas muy feo.
—Idiota –masculla.
—Te quiero.
—Aw, en realidad haríais buena pareja. Trelawney tenía razón.
—Oh, cállate –le pedimos los dos a la vez, poniendo los ojos en blanco.
—Doble ración de amor.
Ambos chasqueamos la lengua y volvemos a lo nuestro. Bueno, yo vuelvo a lo mío. Draco simplemente me mira y Daphne acaba sus deberes. Después de un rato, cuando se fijó en que me empezaba a doler la mano, Draco me ayudó a terminar el metro y medo que me faltaba. Más tarde, nos marchamos de la biblioteca, cada uno a su Sala Común. Por suerte, ya estábamos a viernes y por tanto, mañana sería sábado. Conclusión: día libre para dormir. Aunque a medida que caminaba hacia la torre de Gryffindor, me acordaba que había dejado plantado a Ced, así que corrí a buscarlo. Lo encontré en los jardines, leyendo un libro, así que decidí darle un susto. Cosa que no funcionó, pues se enteró.
—Gracias por dejarme colgado –dice irónico cerrando el libro y dejándolo sobre su regazo.
—Lo siento, tres metros de pergamino por quedarme dormida.
—No importa –me siento a su lado y me mira- Bien, cuéntame sobre ese…
—Esa pesadilla –le corrijo.
—Bien –acepta, asintiendo con la cabeza.
Abro la boca para empezar a narrarle el odioso sueño que la noche anterior, mi mente creó. Pero antes de que palabras salgan de mis labios, él me interrumpe alzando la mano.
—Antes tengo que decirte algo.
—Adelante –le indico encogiéndome de hombros. Supongo que será mejor que hablar de su muerte en mi pesadilla. Mucho mejor, de hecho.
—Es una decisión que tomé desde el primer día en que lo anunciaron –frunzo el ceño. No sé de qué diantres habla- Voy a participar en el Torneo de los tres magos.
La garganta se me seca de golpe, al igual que mis ojos se abren por la sorpresa. Mis venas se obstruyen y la respiración se me para. Una oleada de calor me atraviesa por completo, haciendo que pierda el equilibrio y Cedric tenga que sujetarme con sus veloces brazos.
—¿Estás bien?
—¿Lo estás tú? –pregunto- De la cabeza, digo.
—No te entiendo.
—¿Cómo mierda se te ocurre decir eso? ¿El Torneo de los Tres Magos?
—¿Qué pasa? –inquiere confundido.
—Es peligroso.
—También lo es dormirse en clase de Pociones –dice riendo, pero al ver que mi serio semblante no cambia, calla- No sé por qué te pones así.
—¿Por qué me pongo así? Creo que es obvio, no quiero que participes en ese estúpido concurso.
—No es estúpido –contesta con el ceño fruncido- Si gano, Evelyn, ¿sabes el dinero que me llevo? Mil galeones. Además, así podré demostrarle a mi padre que soy bueno en algo no por el simple hecho de haber ganado a Harry Potter en Quidditch.
—¿Pero es que no me estás escuchando? –le pregunto retóricamente- Cedric, ya oíste a Dumbledore en el primer discurso: ¡hubo muertes en los anteriores torneos!
—Y no seré ninguna de ellas –contesta firme.
—No, Cedric, no lo serás porque no participarás.
—¡Evelyn!
—¡Entiéndeme tú a mí, por Merlín!
—¿Entenderte en qué? –pregunta poniéndose de pie.
—¡Mi sueño, maldita sea, iba sobre esto! –grito enfurecida, también levantándome- Soñaba que estábamos en un laberinto, metías un papel en una especie de copa y de repente, te morías.
—El Cáliz de Fuego –lo oigo susurrar.
—¿Qué?
—La copa esa que dices, en la que meto el papel, es el Cáliz de Fuego. Mi padre me lo explicó. Si metes tu nombre en él, este escoge a los concursantes.
—¡Pues eso hacías! –señalo- Y después simplemente morías, desaparecías del mapa.
—Solo es un maldito sueño, Evelyn.
—¡No me digas que solo es un sueño! –chillo separándome de él, pues me ha intentado abrazar. Mis ojos pican de lágrimas saladas- ¡Ya sabes lo que pasó con mi otro sueño, el de los Mundiales de Quidditch!
Él se queda quieto, contemplándome en silencio, mientras yo trato de estabilizar mi ahora agitada respiración. Me tapo la cara con las manos y respiro hondo, para hacer que las lágrimas queden retenidas en su lugar, no desciendan más allá de las mejillas. Finalmente, lo miro a la cara y suspiro.
—Tú verás lo que haces, Cedric. Pero esto no me gusta nada.
Y sin más, me marcho de ahí.
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Mina ♡
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