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Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Ally Malfoy Black escribió:NUEVA LECTORA AL HABLA
Holiii me presento, me llamo Montse, por alguna razon me dicen Alanis, no estoy segura, emmm bueno, ke mas te puedo decir??
Adore la sinopsis y el capitulo esta genial!!! namas no me vallas a decir ke vas a meter a James MAslow como un hermano perdido de ______ xDD pos digo, el apellido Maslow solo lo conosco a el con ese apellido xDDD, buaaano
EEeeeeen fin, actualiza pronto ke ya kiero saber ke pasa!!!!.... y en ke libro lo iniciaste xDDDD bueno, mejor me voy me corren, nos leemos....
Au Revoir
Si que es raro que te llamen Alanis, ni siquiera es el diminutivo de tu nombre (?). Bueno, yo me llamo Yasmina, pero como lo odio, me gusta más Mina, Yas o Yasmi. Como gusten, menos Yasmina ¬¬. Llámame retradown, pero no sé quién es James Maslow. Igual, no, no sucederá nada con ese tal James y no será el hermano perdido, siento desilusionarte, ah. JAJAJA. Y sabrás pronto en qué libro lo inicié. Capaz entre el jueves y el domingo subo algún capítulo, de momento tengo que estudiar u.u
¡Besos!
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
OH MY GOSH *-*
Cuando Dumbledore mata a "los padres" de la rayis yo me quedé como WTF?
Y después ya lo comprendí todo ksajhdfkhskdjh *-*
Voy efecto retarder ._.
La rayis está sola,pobrecita D:
Siguela pronto,mon amie <3
#Morgenstern
Cuando Dumbledore mata a "los padres" de la rayis yo me quedé como WTF?
Y después ya lo comprendí todo ksajhdfkhskdjh *-*
La rayis está sola,pobrecita D:
Siguela pronto,mon amie <3
#Morgenstern
#Morgenstern
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Capítulo dos.
La Madriguera
Hablo sola aunque Dumbledore esté conmigo presente. Es una batalla personal, interna. ¡Me debato entre creer a aquél señor o pensar que me estoy volviendo loca, yo misma! Suspiro debatida. Todo tiene lógica. Absolutamente todo. Jack y Alexia nunca han sido mis padres, nunca he visto una foto de ambos conmigo cuando era pequeña, nunca he encontrado ninguna prueba de que supuestamente la mortífaga estuviera embarazada y menos de mí. Jamás me han dado el trato que se merece una hija, una niña. Una niña que ahora está sola, perdida y confundida.
Alguien llama a la puerta y dejo de mortificarme a mí misma. No tengo la culpa de nada, no tengo por qué castigarme. El profesor Dumbledore indica a la persona que interrumpe nuestra conversación que pase. Un hombre pelirrojo, con harapos viejos y desgastados entra. Luce una sonrisa. Parece una persona agradable.
—Vaya profesor Dumbledore, veo que por fin encontró a la señorita Evelyn Maslow –dice mirándome. Me conocían. Todo el mundo me conocía. Y en el fondo, lo veía lógico. Soy la niña que sobrevivió al Señor Tenebroso, al igual que Harry Potter.
—Señorita Maslow –el barbudo me mira- Él es Arthur Weasley.
—Un placer –dice el recién llegado estrechándome la mano. Se detiene en mis ojos durante unos segundos- Por las barbas de Merlín, tiene los ojos de Meredith.
—¿Verdad que son iguales, señor Weasley? –le pregunta retóricamente- Aunque también conserva rasgos de Christian.
—Un buen hombre –me informa Arthur- Al igual que su madre.
—Siéntese, por favor –le indica el profesor- Veo que estás un poco perdida, Evelyn.
—¿Quién es él?
—Arthur Weasley –me repite el hombre pelirrojo con otra de sus sonrisas. Yo frunzo el ceño.
—Me refiero a… ¿quién es? ¿También está relacionado conmigo?
—¿Lo sabe? –le pregunta a Dumbledore. El anciano asiente- Trabajo en el Ministerio de Magia, en la sección de objetos muggles.
—Oh –me limito a contestar.
—¿Le has hablado de su plaza en Hogwarts?
—¿Hogwarts? –pregunto- ¿Voy a ir ahí?
El señor Weasley mira al director de dicha escuela y sonríe. Después me miran a mí.
—Sí, Evelyn -contestan al mismo tiempo- Aún faltan un par de días para que empieces, pero de momento, te hospedarás con la familia Weasley.
—En La Madriguera habrá una cama libre para ti –me ofrece Arthur.
—Vaya, gracias –digo sonriéndole- Pero, ¿y mis cosas?
—Oh, no te preocupes –me tranquiliza el profesor Dumbledore- Se enviará un baúl con tus pertenencias lo antes posible.
—En ese caso, no tengo inconveniente alguno de no ir con usted –digo mirando al señor Weasley.
—Profesor Dumbledore, ha hecho un trabajo excelente –halaga al anciano- La señorita Maslow ya sabe quién es, sabe su pasado. Ahora podrá empezar una nueva vida.
—Y todo gracias a usted –agradezco yo.
—No debe agradecerme nada. Se lo merecía, merecía saber toda la verdad.
—Fue difícil encontrarla –me informa Weasley- Hemos estado detrás de ti muchos años. Y finalmente, mírate. ¿Estás conforme con lo que sabes?
—No del todo –digo rascándome la cabeza- Necesito saber más de mis padres biológicos. Ya sabe, detalles.
—Por supuesto, Evelyn -acepta Dumbledore. Unas carpetas vuelan hasta él, las toma, lee así de pasada el contenido dentro de ellas y me las da- Aquí encontrarás todo lo que quieras saber de ellos. Te aseguro que, aunque no los hayas conocido, vas a estar muy orgullosa de ellos.
—Al igual que ellos lo estarán siempre de ti –le dedico una pequeña sonrisa al pelirroja. Me siento extraña al tener este tipo de trato. Jamás se han dirigido a mí con tanta delicadeza, cuidado, cariño y respeto.
—Entonces, váyanse. Evelyn tiene que conocer a los terremotos de sus hijos –nos indica el profesor Dumbledore.
—¿Hijos?
—Oh sí –asiente Arthur- Y no te preocupes por si no te aprendes los nombres el primer día, yo aún me equivoco y los conozco desde hace bastante.
Suelto una carcajada, me levanto al mismo tiempo que el señor Weasley y miro por última vez al anciano barbudo que, desde aquél momento en el que irrumpe en “mi casa” a matar a esos dos mortífagos que se han hecho pasar por mis padres, cambia por completo mi vida.
—¿Has viajado alguna vez con polvos Flu, Evelyn? –me pregunta el hombre apasionado en objetos muggles.
—Sí, sí –asiento, perdida por un pequeño instante.
—Bien. Métete en la chimenea –me indica. Saca una bolsa de polvos Flu y me ofrece coger un poco. Lo hago y lo miro esperando a que me diga lo que tendré que pronunciar para ser transportada hacia su casa- Tan solo di ‘La Madriguera’.
Asiento y digo lo que me ha dicho al mismo tiempo que tiro contra el suelo el polvo gris. Unas llamas verdes aparecen a mi alrededor y en menos de un segundo, plas, estoy en una acogedora, gran y alborotada casa. Toso roncamente, el humo me ha afectado. Me aparto de la chimenea y miro el lugar. Detrás de mí aparece el señor Weasley, asustándome. Se limpia la ropa de polvo y me sonríe. Camina hacia mí y me pasa un brazo por los hombros.
—No es gran cosa, pero es un hogar.
—Para mí es perfecto –susurro admirando la cantidad de cuadros y colores vivos, sobretodo el naranja y el rojo, que adornan la casa.
—¡Arthur! –grita de repente una mujer con el mismo color de cabello que el del hombre que me sujeta aún por los hombros- Por las barbas de Merlín, habéis encontrado al fin a la famosa ___ Maslow.
—¿Alguien ha dicho Maslow? –preguntan dos chicos altos, delgados, iguales y… pelirrojos.
—Sí, la encontramos –contesta Arthur mirándome- Evelyn estos son…
—Fred y George –ambos dicen a la vez, cogiendo mis dos manos y dándole a cada una un beso en el dorso- Hemos oído hablar mucho de ti.
—¿Te acuerdas del perro de tres cabezas? –escucho una voz varonil a lo lejos. Un segundo presente ríe.
—Dios mío, no me lo recuerdes. Babeaba demasiado, fue totalmente… -deja la frase al aire en cuanto entran los dos a la sala y ven el percal que está sucediendo en ella-… asqueroso.
Ambos me miran. Uno moreno con gafas y otro pelirrojo. Familia Weasley, debe ser su procedencia, pienso. Arthur suelta mis hombros y sonríe a su mujer.
—¿Quién es ella? –pregunta el pelirrojo mirándome.
—Ella es Evelyn -responde su padre mirándome sonriente- Evelyn Maslow.
—Imposible –contesta.
—¿Maslow? –pregunta el moreno.
—Harry, sabes quién es –lo empuja el otro- Hemos oído hablar mucho de ella. Ya sabes, la que supuestamente era un rumor.
—¿Ella? –el supuesto Harry me mira. Entonces sé quién es él. Harry Potter- ¿Tú eres Evelyn Rose Maslow?
Asiento con la cabeza.
—¿Y tú eres Harry Potter? –pregunto, aunque sé de sobras la respuesta. Asiente con la cabeza- Un gusto conocerte.
—Igualmente –contesta desconcertado, al igual que yo.
—Evelyn, él es Ron –me indica Arthur señalando al último pelirrojo que ha llegado- Mi hijo. Amigo de Harry también.
—¿Tienes hambre querida? –me pregunta la mujer de la casa- Oh, por cierto. Soy Molly. Qué torpe, se me ha olvidado presentarme –suelta ella sola una carcajada- ¿Tienes hambre?
—Yo sí –contesta el tal Ron- Y mamá, Evelyn tiene que estar igual de hambrienta que todos nosotros. ¿Verdad?
Asiento tímidamente con la cabeza.
—Entonces siéntate, cielo –Molly me empuja suavemente por la espalda, pero entonces me doy cuenta de que algo me falta. Miro al suelo y veo la carpeta que anteriormente me ha dado Dumbledore con toda la información de mis padres. La cojo y la llevo hasta la mesa colgada de mi brazo. Molly me ofrece una silla, al lado de la de Harry- Ahora os traigo el desayuno, niños. Fred, deja ese pan. Es el de hace dos días y te hará daño en el estómago.
—Tengo hambre –se queja el chico.
—Y no hables con la boca llena –le da un golpe en la nuca y la mujer se marcha a la cocina.
—Entonces, Evelyn Maslow, ¿eh? –me pregunta Ron- Pensábamos que no existías, que eras un rumor.
—Yo tampoco pensaba que existía –ellos me miran confundidos- Los que se hicieron llamar mis padres durante estos años me hablaron sobre una muchacha que había estado presente durando lo ocurrido aquella noche, pero me dijeron que estaba muerta, así que obviamente nunca imaginé que fuera a ser yo.
—La vida da muchas vueltas –cometa Arthur.
—Oye, ¿y cómo te hacías llamar antes, entonces? –me pregunta uno de los gemelos. Frunzo el ceño y los miro a ambos esperando a que un cartelito se encienda sobre sus cabezas y me indique quién es quién- Soy Fred.
—Oh –río- Evelyn Kavanagh.
—Nombre oscuro –musita Ron. Arthur tose- No me gusta ese apellido.
—Ni a mí –le acompaño en el comentario- Prefiero mil veces Maslow.
—Aquí tenéis, chicos –anuncia Molly entrando al comedor, aunque sus manos están libres, es la comida la que se desplaza sola por el aire. Llega hasta la mesa y el primero en atacar es Ron- Ronald, no comas como cerdo.
Éste sonríe a su madre y disminuye la velocidad para comer. Miro a todos los presentes en esa mesa y de repente aparece una niñita también pelirroja con aspecto de haber despertado recientemente. Mira al acompañante que tengo al lado y se sonroja, después, entonces, se da cuenta de mi presencia.
—Buenos días cielo –saluda la madre de la casa- Siéntate al lado de Evelyn.
—¿Ella es la chica de la que hablaba tanto papá? –pregunta mirándome con el ceño fruncido.
—La encontramos al fin, Ginny –la chica se sienta y me mira.
—¿Todos reaccionan igual al verte? –pregunta George.
—No lo sé, por ahora sí –respondo encogiéndome de hombros. Miro a la muchacha de mi lado y le sonrío, extendiéndole la mano- Un gusto, soy Evelyn Maslow –ella abre la boca y me mira con los ojos abiertos.
—Yo soy Ginny.
—Pero llámala Ginevra –comenta Fred sonriéndome con malicia.
—Sí, le gusta más –le acompaña su gemelo.
—Dejad en paz a vuestra hermana –los regaña Molly- Evelyn cielo, no tengas vergüenza, come lo que quieras.
Cojo una tostada y le doy un mordisco. La mermelada es fresca y está deliciosa. Harry me pasa un vaso con zumo de calabaza y agradezco el gesto con una tímida sonrisa. Aquí todo el mundo es amable conmigo y recién me acaban de conocer. Creo que puedo acostumbrarme a vivir aquí aunque sea por una breve temporada.
—¿Y cómo te encontraron? –me pregunta Ron. Le doy un sorbo a su bebida.
—Bueno, fue un poco raro porque…
—Correo –anuncia Fred.
Nos giramos hacia la ventana y una lechuza viene volando hacia ella. Trae varias cartas en el pico. Muchas.
—Ron abre la ventana antes de que… -plas, la lechuza se ha estrellado contra el cristal- No importa. Igualmente, Errol habría chocado con cualquier cosa.
—Voy yo –dice otro chico en pijama, con cabellos rizados y rojos. ¿Otro Weasley?
—Es Percy, mi hermano mayor –me informa Ron. Asiento con la cabeza como signo de que he entendido lo que me ha dicho- Tiene los humos un poco subidos porque ha empezado a trabajar con papá en el ministerio, pero no le hagas mucho caso.
—Te he oído Ronald –le regaña su hermano caminando hacia la mesa con las cartas en la mano. Me mira y sonríe- Soy Percy Weasley. Supongo que tú debes ser Evelyn Maslow.
—Sí –me estrecha la mano.
—Papá nos ha hablado mucho de ti.
—Básicamente, los temas en la mesa eran todos sobre ti –dice Fred.
—Que si el profesor Dumbledore tiene un plan para encontrar a Maslow, que si Maslow se hospedará con nosotros en cuanto la encontremos, que si tenéis que ser amables con Maslow –sigue George.
—Que si dejéis de molestar a la invitada –se entromete Molly- Ignóralos cariño, son un poco pesados.
—Son agradables –contesto sonriendo- Son divertidos.
—¡Ajá mamá, nos hemos ganado a la hermana de Potter!
—¿Hermana de Potter? –pregunta Molly- ¿Qué cosas decís?
—Es que como ambos estuvisteis juntos cuando os atacó el Señor Tenebroso, os hemos bautizado como hermanos –nos informa Fred.
—¿Tú también tienes una marca como la de Harry, Evelyn? –me pregunta el otro gemelo- Porque si es así, molarás mogollón.
—Hogwarts será tuyo en cuanto lo pises –me dice Fred.
—Dejadla en paz –murmura Ginny- La estáis asustando.
Yo río. La familia Weasley es agradable. Percy deja las cartas sobre la mesa y se sienta en la última silla libre, cogiendo al mismo tiempo unas galletas con zumo.
—Son de Hogwarts –indica Arthur dándole a cada uno de sus hijos los sobres- También está la tuya, Harry.
—El profesor Dumbledore está en todo –dice Ron abriendo la suya- Seguro que sabía que vendrías aquí.
El señor Weasley me mira y extiende un sobre hacia mí. Más bien, dos sobres. Todos me miran atentamente y no despegan la vista de mí en ningún momento. Tomo uno, cualquiera. Lo abro y leo.
Alguien llama a la puerta y dejo de mortificarme a mí misma. No tengo la culpa de nada, no tengo por qué castigarme. El profesor Dumbledore indica a la persona que interrumpe nuestra conversación que pase. Un hombre pelirrojo, con harapos viejos y desgastados entra. Luce una sonrisa. Parece una persona agradable.
—Vaya profesor Dumbledore, veo que por fin encontró a la señorita Evelyn Maslow –dice mirándome. Me conocían. Todo el mundo me conocía. Y en el fondo, lo veía lógico. Soy la niña que sobrevivió al Señor Tenebroso, al igual que Harry Potter.
—Señorita Maslow –el barbudo me mira- Él es Arthur Weasley.
—Un placer –dice el recién llegado estrechándome la mano. Se detiene en mis ojos durante unos segundos- Por las barbas de Merlín, tiene los ojos de Meredith.
—¿Verdad que son iguales, señor Weasley? –le pregunta retóricamente- Aunque también conserva rasgos de Christian.
—Un buen hombre –me informa Arthur- Al igual que su madre.
—Siéntese, por favor –le indica el profesor- Veo que estás un poco perdida, Evelyn.
—¿Quién es él?
—Arthur Weasley –me repite el hombre pelirrojo con otra de sus sonrisas. Yo frunzo el ceño.
—Me refiero a… ¿quién es? ¿También está relacionado conmigo?
—¿Lo sabe? –le pregunta a Dumbledore. El anciano asiente- Trabajo en el Ministerio de Magia, en la sección de objetos muggles.
—Oh –me limito a contestar.
—¿Le has hablado de su plaza en Hogwarts?
—¿Hogwarts? –pregunto- ¿Voy a ir ahí?
El señor Weasley mira al director de dicha escuela y sonríe. Después me miran a mí.
—Sí, Evelyn -contestan al mismo tiempo- Aún faltan un par de días para que empieces, pero de momento, te hospedarás con la familia Weasley.
—En La Madriguera habrá una cama libre para ti –me ofrece Arthur.
—Vaya, gracias –digo sonriéndole- Pero, ¿y mis cosas?
—Oh, no te preocupes –me tranquiliza el profesor Dumbledore- Se enviará un baúl con tus pertenencias lo antes posible.
—En ese caso, no tengo inconveniente alguno de no ir con usted –digo mirando al señor Weasley.
—Profesor Dumbledore, ha hecho un trabajo excelente –halaga al anciano- La señorita Maslow ya sabe quién es, sabe su pasado. Ahora podrá empezar una nueva vida.
—Y todo gracias a usted –agradezco yo.
—No debe agradecerme nada. Se lo merecía, merecía saber toda la verdad.
—Fue difícil encontrarla –me informa Weasley- Hemos estado detrás de ti muchos años. Y finalmente, mírate. ¿Estás conforme con lo que sabes?
—No del todo –digo rascándome la cabeza- Necesito saber más de mis padres biológicos. Ya sabe, detalles.
—Por supuesto, Evelyn -acepta Dumbledore. Unas carpetas vuelan hasta él, las toma, lee así de pasada el contenido dentro de ellas y me las da- Aquí encontrarás todo lo que quieras saber de ellos. Te aseguro que, aunque no los hayas conocido, vas a estar muy orgullosa de ellos.
—Al igual que ellos lo estarán siempre de ti –le dedico una pequeña sonrisa al pelirroja. Me siento extraña al tener este tipo de trato. Jamás se han dirigido a mí con tanta delicadeza, cuidado, cariño y respeto.
—Entonces, váyanse. Evelyn tiene que conocer a los terremotos de sus hijos –nos indica el profesor Dumbledore.
—¿Hijos?
—Oh sí –asiente Arthur- Y no te preocupes por si no te aprendes los nombres el primer día, yo aún me equivoco y los conozco desde hace bastante.
Suelto una carcajada, me levanto al mismo tiempo que el señor Weasley y miro por última vez al anciano barbudo que, desde aquél momento en el que irrumpe en “mi casa” a matar a esos dos mortífagos que se han hecho pasar por mis padres, cambia por completo mi vida.
—¿Has viajado alguna vez con polvos Flu, Evelyn? –me pregunta el hombre apasionado en objetos muggles.
—Sí, sí –asiento, perdida por un pequeño instante.
—Bien. Métete en la chimenea –me indica. Saca una bolsa de polvos Flu y me ofrece coger un poco. Lo hago y lo miro esperando a que me diga lo que tendré que pronunciar para ser transportada hacia su casa- Tan solo di ‘La Madriguera’.
Asiento y digo lo que me ha dicho al mismo tiempo que tiro contra el suelo el polvo gris. Unas llamas verdes aparecen a mi alrededor y en menos de un segundo, plas, estoy en una acogedora, gran y alborotada casa. Toso roncamente, el humo me ha afectado. Me aparto de la chimenea y miro el lugar. Detrás de mí aparece el señor Weasley, asustándome. Se limpia la ropa de polvo y me sonríe. Camina hacia mí y me pasa un brazo por los hombros.
—No es gran cosa, pero es un hogar.
—Para mí es perfecto –susurro admirando la cantidad de cuadros y colores vivos, sobretodo el naranja y el rojo, que adornan la casa.
—¡Arthur! –grita de repente una mujer con el mismo color de cabello que el del hombre que me sujeta aún por los hombros- Por las barbas de Merlín, habéis encontrado al fin a la famosa ___ Maslow.
—¿Alguien ha dicho Maslow? –preguntan dos chicos altos, delgados, iguales y… pelirrojos.
—Sí, la encontramos –contesta Arthur mirándome- Evelyn estos son…
—Fred y George –ambos dicen a la vez, cogiendo mis dos manos y dándole a cada una un beso en el dorso- Hemos oído hablar mucho de ti.
—¿Te acuerdas del perro de tres cabezas? –escucho una voz varonil a lo lejos. Un segundo presente ríe.
—Dios mío, no me lo recuerdes. Babeaba demasiado, fue totalmente… -deja la frase al aire en cuanto entran los dos a la sala y ven el percal que está sucediendo en ella-… asqueroso.
Ambos me miran. Uno moreno con gafas y otro pelirrojo. Familia Weasley, debe ser su procedencia, pienso. Arthur suelta mis hombros y sonríe a su mujer.
—¿Quién es ella? –pregunta el pelirrojo mirándome.
—Ella es Evelyn -responde su padre mirándome sonriente- Evelyn Maslow.
—Imposible –contesta.
—¿Maslow? –pregunta el moreno.
—Harry, sabes quién es –lo empuja el otro- Hemos oído hablar mucho de ella. Ya sabes, la que supuestamente era un rumor.
—¿Ella? –el supuesto Harry me mira. Entonces sé quién es él. Harry Potter- ¿Tú eres Evelyn Rose Maslow?
Asiento con la cabeza.
—¿Y tú eres Harry Potter? –pregunto, aunque sé de sobras la respuesta. Asiente con la cabeza- Un gusto conocerte.
—Igualmente –contesta desconcertado, al igual que yo.
—Evelyn, él es Ron –me indica Arthur señalando al último pelirrojo que ha llegado- Mi hijo. Amigo de Harry también.
—¿Tienes hambre querida? –me pregunta la mujer de la casa- Oh, por cierto. Soy Molly. Qué torpe, se me ha olvidado presentarme –suelta ella sola una carcajada- ¿Tienes hambre?
—Yo sí –contesta el tal Ron- Y mamá, Evelyn tiene que estar igual de hambrienta que todos nosotros. ¿Verdad?
Asiento tímidamente con la cabeza.
—Entonces siéntate, cielo –Molly me empuja suavemente por la espalda, pero entonces me doy cuenta de que algo me falta. Miro al suelo y veo la carpeta que anteriormente me ha dado Dumbledore con toda la información de mis padres. La cojo y la llevo hasta la mesa colgada de mi brazo. Molly me ofrece una silla, al lado de la de Harry- Ahora os traigo el desayuno, niños. Fred, deja ese pan. Es el de hace dos días y te hará daño en el estómago.
—Tengo hambre –se queja el chico.
—Y no hables con la boca llena –le da un golpe en la nuca y la mujer se marcha a la cocina.
—Entonces, Evelyn Maslow, ¿eh? –me pregunta Ron- Pensábamos que no existías, que eras un rumor.
—Yo tampoco pensaba que existía –ellos me miran confundidos- Los que se hicieron llamar mis padres durante estos años me hablaron sobre una muchacha que había estado presente durando lo ocurrido aquella noche, pero me dijeron que estaba muerta, así que obviamente nunca imaginé que fuera a ser yo.
—La vida da muchas vueltas –cometa Arthur.
—Oye, ¿y cómo te hacías llamar antes, entonces? –me pregunta uno de los gemelos. Frunzo el ceño y los miro a ambos esperando a que un cartelito se encienda sobre sus cabezas y me indique quién es quién- Soy Fred.
—Oh –río- Evelyn Kavanagh.
—Nombre oscuro –musita Ron. Arthur tose- No me gusta ese apellido.
—Ni a mí –le acompaño en el comentario- Prefiero mil veces Maslow.
—Aquí tenéis, chicos –anuncia Molly entrando al comedor, aunque sus manos están libres, es la comida la que se desplaza sola por el aire. Llega hasta la mesa y el primero en atacar es Ron- Ronald, no comas como cerdo.
Éste sonríe a su madre y disminuye la velocidad para comer. Miro a todos los presentes en esa mesa y de repente aparece una niñita también pelirroja con aspecto de haber despertado recientemente. Mira al acompañante que tengo al lado y se sonroja, después, entonces, se da cuenta de mi presencia.
—Buenos días cielo –saluda la madre de la casa- Siéntate al lado de Evelyn.
—¿Ella es la chica de la que hablaba tanto papá? –pregunta mirándome con el ceño fruncido.
—La encontramos al fin, Ginny –la chica se sienta y me mira.
—¿Todos reaccionan igual al verte? –pregunta George.
—No lo sé, por ahora sí –respondo encogiéndome de hombros. Miro a la muchacha de mi lado y le sonrío, extendiéndole la mano- Un gusto, soy Evelyn Maslow –ella abre la boca y me mira con los ojos abiertos.
—Yo soy Ginny.
—Pero llámala Ginevra –comenta Fred sonriéndome con malicia.
—Sí, le gusta más –le acompaña su gemelo.
—Dejad en paz a vuestra hermana –los regaña Molly- Evelyn cielo, no tengas vergüenza, come lo que quieras.
Cojo una tostada y le doy un mordisco. La mermelada es fresca y está deliciosa. Harry me pasa un vaso con zumo de calabaza y agradezco el gesto con una tímida sonrisa. Aquí todo el mundo es amable conmigo y recién me acaban de conocer. Creo que puedo acostumbrarme a vivir aquí aunque sea por una breve temporada.
—¿Y cómo te encontraron? –me pregunta Ron. Le doy un sorbo a su bebida.
—Bueno, fue un poco raro porque…
—Correo –anuncia Fred.
Nos giramos hacia la ventana y una lechuza viene volando hacia ella. Trae varias cartas en el pico. Muchas.
—Ron abre la ventana antes de que… -plas, la lechuza se ha estrellado contra el cristal- No importa. Igualmente, Errol habría chocado con cualquier cosa.
—Voy yo –dice otro chico en pijama, con cabellos rizados y rojos. ¿Otro Weasley?
—Es Percy, mi hermano mayor –me informa Ron. Asiento con la cabeza como signo de que he entendido lo que me ha dicho- Tiene los humos un poco subidos porque ha empezado a trabajar con papá en el ministerio, pero no le hagas mucho caso.
—Te he oído Ronald –le regaña su hermano caminando hacia la mesa con las cartas en la mano. Me mira y sonríe- Soy Percy Weasley. Supongo que tú debes ser Evelyn Maslow.
—Sí –me estrecha la mano.
—Papá nos ha hablado mucho de ti.
—Básicamente, los temas en la mesa eran todos sobre ti –dice Fred.
—Que si el profesor Dumbledore tiene un plan para encontrar a Maslow, que si Maslow se hospedará con nosotros en cuanto la encontremos, que si tenéis que ser amables con Maslow –sigue George.
—Que si dejéis de molestar a la invitada –se entromete Molly- Ignóralos cariño, son un poco pesados.
—Son agradables –contesto sonriendo- Son divertidos.
—¡Ajá mamá, nos hemos ganado a la hermana de Potter!
—¿Hermana de Potter? –pregunta Molly- ¿Qué cosas decís?
—Es que como ambos estuvisteis juntos cuando os atacó el Señor Tenebroso, os hemos bautizado como hermanos –nos informa Fred.
—¿Tú también tienes una marca como la de Harry, Evelyn? –me pregunta el otro gemelo- Porque si es así, molarás mogollón.
—Hogwarts será tuyo en cuanto lo pises –me dice Fred.
—Dejadla en paz –murmura Ginny- La estáis asustando.
Yo río. La familia Weasley es agradable. Percy deja las cartas sobre la mesa y se sienta en la última silla libre, cogiendo al mismo tiempo unas galletas con zumo.
—Son de Hogwarts –indica Arthur dándole a cada uno de sus hijos los sobres- También está la tuya, Harry.
—El profesor Dumbledore está en todo –dice Ron abriendo la suya- Seguro que sabía que vendrías aquí.
El señor Weasley me mira y extiende un sobre hacia mí. Más bien, dos sobres. Todos me miran atentamente y no despegan la vista de mí en ningún momento. Tomo uno, cualquiera. Lo abro y leo.
Última edición por Mina ♡ el Sáb 30 Nov 2013, 4:06 pm, editado 5 veces
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
La aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaamo:3
Espero que la sigas pronto:3
Espero que la sigas pronto:3
Frey∞
Frey.
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
*_____________* Gemelos Weasley, los amo!!!!
Que ganas de saber que pone en las dos cartas yaaaaayyyy
sigue lo antes posible hermosa!!
Que ganas de saber que pone en las dos cartas yaaaaayyyy
sigue lo antes posible hermosa!!
Invitado
Invitado
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
FreyCastronovo escribió:La aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaamo:3
Espero que la sigas pronto:3Frey∞
¡Gracias, subiré cap este fin de semana!
Un beso.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Angel With a Shotgun escribió:*_____________* Gemelos Weasley, los amo!!!!
Que ganas de saber que pone en las dos cartas yaaaaayyyy
sigue lo antes posible hermosa!!
Sí, los gemelos son geniales ahjsdgasd.
Lo sabrás este fin de semana, que subiré el tercer capítulo.
Un beso enorme.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
omg me encanta tanto tu fic!!! asdfghjkl
me gusto tanto como la narras y es con malfoy lo amo <3
y me hice esta cuenta solo para comentar en tu fic
asi que espero qe la sigas pronto ya quiero saber que dice esa carta!
por cierto mi nombre es cynthia! (:
me gusto tanto como la narras y es con malfoy lo amo <3
y me hice esta cuenta solo para comentar en tu fic
asi que espero qe la sigas pronto ya quiero saber que dice esa carta!
por cierto mi nombre es cynthia! (:
acciolilo
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
me gusto demasiado el cap!!!!!
síguela pronto!!!!
Besos, Mary
síguela pronto!!!!
Besos, Mary
mary de mellark
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
¡LAS CARTAS!
YO QUIERO SABER LO QUE PONE EN SU CARTA
SIGUELA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
XOXO
YO QUIERO SABER LO QUE PONE EN SU CARTA
SIGUELA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
XOXO
NinaUnicornGrintϟ
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Capítulo tres.
El trío de oro
El señor Weasley me mira y extiende un sobre hacia mí. Más bien, dos sobres. Todos me miran atentamente y no despegan la vista de mí en ningún momento. Tomo uno, cualquiera. Lo abro y leo.
“Sé que aún estarás medio aturdida, confusa y perdida después de toda la información que tu cerebro ahora estará procesando, pero debo informarte que estarás a salvo con la familia Weasley, y lo estarás mucho más cuando entres a Hogwarts. Tus pertenencias han sido enviadas a La Madriguera. Espero que tú y Harry se lleven bien, tienen mucho de lo que hablar. Verás que congeniarás bien con él, tenéis muchas cosas en común. Ya sabes a lo que me refiero. Disfruta de tu nueva vida, Evelyn. Lleva el apellido, que tantos años ha sido ocultado, con orgullo y satisfacción. Demuéstrales al mundo que no eres un mito o una leyenda, que eres real. Que eres Evelyn Rose Maslow, la otra superviviente al Señor Tenebroso. Aprovecha estas dos semanas, el día uno de septiembre ingresas en Hogwarts el Colegio de Magia y Hechicería.
Albus Dumbledore.”
Después de leer la carta, la guardo en el sobre y prosigo para leer la siguiente. Se trata de la lista con el material que necesitaré en la escuela.
—Así que, ¿Hogwarts? –pregunta Fred.
—La nueva Potter vendrá a nuestro colegio –ambos chocan sus manos.
—No es la nueva Potter –dice Harry- Es Maslow.
—Uh, la defiende –le digo George a su gemelo.
—Son indicios de un nuevo amor –ríen entre sí, contagiándome las carcajadas, aún sabiendo que lo que dicen es una total tontería.
—No les hagas caso, Harry –le digo sonriéndole.
—Son medio idiotas –contesta Ginny negando con la cabeza.
—¿Medio? –pregunta Ron con sarcasmo.
—Bueno, dejad ya de pelear –pide la señora Weasley- ¿Qué libros habrá que comprar este año, chicos?
—Unos cuantos muchos –contesta Fred.
Molly coge la lista que le tiende su hijo. La relee y chasquea la lengua. Yo miro la mía. Lo primero que destaca es ‘material reglamentarios para el cuarto curso de Hogwarts’.
—Esto nos costará un ojo de la cara –protesta la señora Weasley.
—Menos mal que a Ginny le podrán servir los de sus hermanos –dice Arthur, también leyendo la lista de material.
—¿Entrarás a nuestro curso, Evelyn? –pregunta Ron mirándome. Su cabello rojo brilla ante los reflejos del sol que entran ampliamente por la ventana.
—Aquí dice que entraré a cuarto. ¿Vosotros en cuál estaréis?
—En el mismo –contesta Harry- Irás con nosotros.
—Y con Hermione.
—¿Quién es Hermione? –pregunto frunciendo el ceño- ¿Es otra de tus hermanas, Ron?
—No –contesta riendo.
—Hermione es nuestra amiga, te caerá bien.
—¿Cuándo llega? –pregunta Ginny, metiéndose en la conversación.
—Anoche recibí una lechuza suya –explica Ronald-, dice que puede llegar entre hoy por la tarde y mañana.
Un fuerte estruendo irrumpe la conversación. Un baúl azul con un par de libros encima de este ocupa la esquina del comedor. Todos me miran a mí. Es obvio que son mis pertinencias. Vaya, Albus Dumbledore ha sido rápido. Me levanto de la silla y camino hacia lo que ha llegado recientemente. Sí, es mío. Propiedad de Evelyn Rose Maslow. Sonrío al ver el nombre que lleva escrita la etiqueta en una perfecta caligrafía. Cojo los libros. Son dos. Uno negro y el otro rojo oscuro. Abro el primero, es un álbum de fotos. Lo cierro de golpe. Esto lo miraré en privado.
—¿Son tus cosas, verdad cielo? –pregunta Molly.
—Sí, sí –asiento. Dejo el libro en su sitio y me giro- ¿Dónde dormiré?
—Con Ginny en su habitación –contesta- No te preocupes por eso, Fred y George lo subirán.
—No, no tienen por qué –me niego rápidamente.
—Para nosotros será un placer llevar el baúl de Evelyn Rose Maslow –contestan los gemelos al mismo tiempo. Río. Siempre se sincronizan en las frases y resulta divertido.
—¿Cuándo iremos a comprar el material, mamá? –le pregunta Ron a su madre.
—Puede que mañana o pasado, no lo sé –responde rascándose la nuca- Arthur, tendremos que ir abriendo la hucha que empezamos a hacer el curso pasado.
—¿Crees que habrá suficiente? –le cuestiona el hombre.
—Por supuesto que sí. Piensa que a Ginny tan solo tendremos que comprarle el uniforme.
—¿Uniforme? –le pregunto a Harry mediante un susurro, los señores Weasleys hablan sobre asuntos económicos y no quiero entrometerme.
—Sí, pero no te preocupes, no es tan feo –dice riendo.
—Es horrible –se entromete Ron.
—Habla por el de Slytherin.
—¿Slytherin? –pregunto, confusa.
—¿No sabes lo que es? –Ginny me mira asombrada.
—Tiene cosas por aprender la Potter.
—No soy Potter, Fred.
—Soy George –me indica con una sonrisa burlona.
—Da igual, ambos sois iguales –comento moviendo la mano con desdén- Tengo apellido propio.
—Y es bonito –me halaga George.
—Oye, no le quites la novia a Harry –le pega su hermano en el hombro.
—¿Novia? –exclamamos los dos a la vez.
—Y sincronizan sus frases, eso es amor –dicen los gemelos con tono estúpido.
—Fred, George –los reprende su madre- Dejad de molestar y terminar vuestro desayuno. Tenéis que subir el baúl de Evelyn -Molly me mira- ¿No tienes más hambre cariño?
—Por ahora estoy bien. Gracias señora Weasley.
—Oh, dime Molly. Estamos entre familia.
Entre familia. Proceso aquellas dos palabras en mi mente e involuntariamente sonrío de la manera más fiel y verdadera que nunca. Jamás me ha salido una sonrisa así, puede que sea porque hasta ahora, no me he sentido como en una familia de verdad, de las buenas. Empiezan a gustarme los Weasley.
Cuando terminamos de desayunar, los gemelos suben a la habitación de su hermana pequeña mi baúl. Según ellos, no pesa mucho, pero puedo oírlos quejarse dos o más veces. La verdad es que hay bastantes escaleras, parece que no se vayan a terminar nunca. Ayudo a la señora Weasly a recoger aunque insiste bastante en que no lo haga, ya que soy la invitada, pero no quiero hacerle caso y limpio con ella.
—Evelyn cariño, ¿esto es tuyo? –pregunta con una carpeta marrón en la mano. Es la que Dumbledore me ha dado antes.
—Sí –camino hacia ella y la cojo- Gracias. Tengo la cabeza en otro lado.
—Es normal –dice sonriéndome maternalmente- No tiene que ser fácil enterarse de que has estado engañada durante catorce años.
—No, no es fácil –respondo frunciendo el ceño- Pero me alegro de haberme enterado. Por fin puedo ser quien soy y no una falsa imagen que tantos años he estado creyendo.
—Dumbledore llevaba detrás de ti mucho tiempo, Evelyn -me informa- Eso es lo que mi marido comentaba muy de vez en cuando. En esta casa se ha hablado muchas veces sobre ti. Pero por fin estás entre nosotros. Es un honor tenerte en La Madriguera, Evelyn. Una maga como tú en nuestra casa… siento lo mismo que cuando tuve a Harry entre estas paredes.
Suelto una carcajada.
—Tus hijos se ven nobles y agradables –le comento a Molly mientras observo como Ginny y Ron ríen animadamente, al igual que Harry, el cual también está involucrado en la conversación- Y el honor es mío, jamás habría creído que estaría compartiendo una charla de este tipo con alguien.
—Aquí no somos como ellos te han tratado tantos años –se refiere a los mortífagos que intentaron hacer de padres, aunque no les salió ni una pequeñísima parte- Nosotros te queremos, Evelyn.
—¿Aun habiéndome conocido hoy mismo?
—Aun habiéndote conocido hoy mismo –me sonríe.
—Ya hemos dejado tu baúl en la habitación, Evelyn -me informa…- Fred, soy Fred.
—Veo que leéis la mente.
—Y también tenemos un gran surtido de artículos de broma –dice George- ¿Te apetece ver alguno?
—Oh no, nada de eso –les niega la señora Weasley- Dejad vuestros caramelos alarga lenguas o lo que quiera que hagan.
—Pero mamá, no le estamos diciendo que lo pruebe.
—Ni hablar George Wesley.
—Soy Fred –le indica el muchacho con voz cansina y rodando los ojos.
—Dieciséis años y aún no sabes identificarnos, parece mentira que seas nuestra madre.
—Yo aunque fuera vuestra madre también me confundiría –comento mirando a ambos hermanos- Es que sois exactamente iguales.
—Por eso somos gemelos –dice a la vez.
—Ya, lo sé –suelto una carcajada por la obviedad- Pero normalmente se tiene algo que les diferencia. A vosotros no os encuentro nada.
—Mis labios son más besables, ya verás, pruébalos –me indica George haciéndome morritos.
—¡George, por favor! –su madre le zurra el hombro.
Yo suelto unas carcajadas mientras camino hacia el sofá donde están Harry, Ginny Ron sentados, pues me han llamado para que vaya con ellos. Me hacen un hueco entre los tres y cruzo mis dedos entre sí.
—¿Qué pasa chicos? –pregunto sonriéndoles.
—Queremos preguntarte algo.
—Adelante –me encojo de hombros esperando a la pregunta.
—Con quiénes vivías antes de que Dumbledore…
Un golpe de nudillos en la puerta de madera que hay en la otra punta de la habitación interrumpe la conversación. Siempre que los chicos quieren detalles sobre lo sucedido, algo nos molesta.
—Llaman a la puerta –dice el amigo de Potter.
— Muy observador de tu parte, Ronald.
—Ya sabes Harry, los genes Weasley.
Río y observo a Molly caminar hacia la puerta donde segundos atrás han llamado. Esta la abre y pronto sonríe enormemente. Abraza a una castaña clara con pelo semirizado y polera blanca a rayas negras.
—¡Hermione preciosa, qué gusto tenerte!
—Hola señora Weasley, ¿puedo pasar? –pregunta la tal Hermione.
—Por supuesto que sí, anda, deja que te lleve eso –se ofrece Molly a coger su maleta.
La chica entra en la casa y pronto mis dos acompañantes se levantan para correr hacia ella y abrazarla. Me pongo de pie como ellos, pero no recibo a la que ahora es extraña para mí con un efusivo abrazo.
—Pensábamos que llegarías mañana –le dice Ron sonriendo abiertamente.
—O esta tarde –añade Harry. Se nota que son grandes amigos.
—Lo sé, pero, ya estoy aquí –dice alzando los brazos y volviéndolos a recibir con un cálido abrazo. Cuando se separan, ella me mira- ¿Y quién es ella?
—Oh Hermione, cuando sepas su nombre no vas a parar de sacar información sobre ella por la boca, así que mejor te dejamos con la intriga –bromea Ron. ¿Bromea o no?
—Ronald Weasley –la chica lo mira con el ceño fruncido.
—Soy Evelyn Maslow –digo acercándome a ella y con una sonrisa en la cara, divertida por la escena que están montando la castaña y el pelirrojo- Supongo que serás Hermione.
—Sí soy… Un momento, ¿acabas de decir ___ Maslow? –asiento con la cabeza- No puede ser que seas la chica que estaba con Harry la noche que Quién-tú-sabes atacó.
—Es ella, Herms –le dice Ron- Acaba de llegar hoy.
—¿Y cuándo? ¿Cómo te encontraron? –la muchacha empieza a preguntar maravillada.
—Hermione, no la atosigues. Hoy acaba de enterarse de quién de verdad es –le informa Harry- Apenas sabe nada, solo lo básico.
—¿Os dais cuenta de la situación, chicos? –pregunta.
—Otra que reacciona igual, Evelyn -me dice divertido Fred.
—Ya verás cuando llegues a Hogwarts –George ríe y supongo que es al imaginarse la escena.
—Ahora Harry no será el rarito de la escuela –comenta Ron- Habrá otra.
—No trates así a Evelyn -le regaña Molly.
—Tranquila –digo sonriente- No me molesta.
—¿Dónde tienes tu marca? –pregunta Harry. Él se levanta el flequillo y me enseña la suya, la que tiene en la frente con forma de rayo- La mía es esta.
—Yo también tengo una –contesto frunciendo el ceño- La tengo en la nuca.
—Es impresionante que alguien más estuviese presente la noche en la que sucedió lo inesperado. Tus padres entonces, ¿no estaban verdad?
—No, no estaban. Ellos tuvieron que hacer un viaje y me dejaron a cargo de la madre de Harry –respondo frunciendo los labios.
—Bueno, ¿y si mejor nos olvidamos de estos temas y jugamos a algún juego? –propone Molly.
—O mejor, Harry –habla el señor Weasley- ¿por qué no nos hablas de cómo funciona el teléfono muggle?
Los pelirrojos, todos menos el hombre de la casa, resoplan y niegan con la cabeza al mismo tiempo que ponen los ojos en blanco, marchándose en diferentes direcciones. Harry ríe, al igual que yo. La familia Weasley es muy divertida.
El día está llegando a su fin. Todo me resulta extraño. Absolutamente todo. El trato que recibo, mi verdadero pasado, mi plaza en Hogwarts… ¡Voy a estudiar en una escuela de verdad y no en casa! La verdad, la única educación que he recibido es la de Defensa Contra las Artes Oscuras. Y, viniendo de una “familia” mortífaga, ¿qué más necesitaría? Fred y George me han acosado a preguntas que rápidamente son acotadas por la señora Weasley. No quiere que me atosiguen y la verdad es que se lo agradezco bastante. Ni yo misma sé cómo responder las muchas y atropelladas preguntas que me lanzan sin parar.
Estoy en la habitación de Ginny. Esta no está, habla con sus hermanos en la planta de abajo, pero recibo la silenciosa compañía de Hermione, la cual lee un libro y yo, bueno, yo hojeo los documentos que hay en la carpeta que el profesor Dumbledore me había entregado un par de horas atrás en su despacho. Según dice aquí, mis padres fueron estudiantes de Hogwarts. Christian Maslow pertenecía a Slytherin y Meredith Giovanni a Gryffindor, campeona de Quidditch. Es algo extraño ya que, ambas casas son rivales.
—¿Sabes algo ya sobre tus padres? –me pregunta, haciéndome alzar la vista de los papeles. Los alzo como muestra de que ahí está todo lo que necesito saber y ella abre la boca sorprendida- Oh, ya veo.
—Esto es tan extraño –Hermione se levanta y se sienta a mi lado- Quiero decir, ¿cómo estarías tú si un día te levantas y un señor barbudo te dice que los dos adultos que hay muertos en el suelo, no son tus padres? Es que, de verdad no sé si esto es un sueño o no.
—Evelyn, no lo es –me dice segura- ¿Qué dice ahí?
—Pues que mis padres eran estudiantes de Hogwarts, ambos de las casas rivales.
—¿Slytherin y Gryffindor? –pregunta sorprendida. Yo asiento- Vaya. Un romance entre enemigos es difícil.
—Ya ves que no fueron muy enemigos –digo riendo. Ella me acompaña en las carcajadas, pero son interrumpidas por la llegada de Ginny- Hola.
—Hola, chicas –nos saluda- Mamá dice que apaguemos ya las luces, es tarde.
—Claro –guardo las cosas en el baúl y me acuesto en el cómodo colchón que me han prestado los Weasley.
—Buenas noches –nos desea Hermione.
—Buenas noches –contestamos Ginevra y yo al mismo tiempo.
Cierro los ojos e inhalo fuertemente, tratando de hacerme a la idea de que estoy durmiendo en un colchón ajeno al que había estado descansando durante catorce largos y atormentados años. La verdad, esto es mucho mejor de lo que imaginé. O sea, cualquier persona estando en mi situación, estaría frustrada y confundida, incluso dolida por el largo engaño en el cual ha vivido. Pero, vivía entre mortífagos, me trataban mal, simplemente, mi vida era una completa mierda. Y ahora que de verdad sé quién soy pues, todo cambia. Me habría gustado conocer a mis padres. A los verdaderos, vaya. Y bueno, ¿a qué niño no le habría gustado después de enterarse que murieron en manos del Señor Tenebroso? Tanto pensar, tanto analizar cada momento de mi pasado, tanto recordar lo que este día me ha deparado, hace que caiga inconscientemente a los brazos de Morfeo
—Así que, ¿Hogwarts? –pregunta Fred.
—La nueva Potter vendrá a nuestro colegio –ambos chocan sus manos.
—No es la nueva Potter –dice Harry- Es Maslow.
—Uh, la defiende –le digo George a su gemelo.
—Son indicios de un nuevo amor –ríen entre sí, contagiándome las carcajadas, aún sabiendo que lo que dicen es una total tontería.
—No les hagas caso, Harry –le digo sonriéndole.
—Son medio idiotas –contesta Ginny negando con la cabeza.
—¿Medio? –pregunta Ron con sarcasmo.
—Bueno, dejad ya de pelear –pide la señora Weasley- ¿Qué libros habrá que comprar este año, chicos?
—Unos cuantos muchos –contesta Fred.
Molly coge la lista que le tiende su hijo. La relee y chasquea la lengua. Yo miro la mía. Lo primero que destaca es ‘material reglamentarios para el cuarto curso de Hogwarts’.
—Esto nos costará un ojo de la cara –protesta la señora Weasley.
—Menos mal que a Ginny le podrán servir los de sus hermanos –dice Arthur, también leyendo la lista de material.
—¿Entrarás a nuestro curso, Evelyn? –pregunta Ron mirándome. Su cabello rojo brilla ante los reflejos del sol que entran ampliamente por la ventana.
—Aquí dice que entraré a cuarto. ¿Vosotros en cuál estaréis?
—En el mismo –contesta Harry- Irás con nosotros.
—Y con Hermione.
—¿Quién es Hermione? –pregunto frunciendo el ceño- ¿Es otra de tus hermanas, Ron?
—No –contesta riendo.
—Hermione es nuestra amiga, te caerá bien.
—¿Cuándo llega? –pregunta Ginny, metiéndose en la conversación.
—Anoche recibí una lechuza suya –explica Ronald-, dice que puede llegar entre hoy por la tarde y mañana.
Un fuerte estruendo irrumpe la conversación. Un baúl azul con un par de libros encima de este ocupa la esquina del comedor. Todos me miran a mí. Es obvio que son mis pertinencias. Vaya, Albus Dumbledore ha sido rápido. Me levanto de la silla y camino hacia lo que ha llegado recientemente. Sí, es mío. Propiedad de Evelyn Rose Maslow. Sonrío al ver el nombre que lleva escrita la etiqueta en una perfecta caligrafía. Cojo los libros. Son dos. Uno negro y el otro rojo oscuro. Abro el primero, es un álbum de fotos. Lo cierro de golpe. Esto lo miraré en privado.
—¿Son tus cosas, verdad cielo? –pregunta Molly.
—Sí, sí –asiento. Dejo el libro en su sitio y me giro- ¿Dónde dormiré?
—Con Ginny en su habitación –contesta- No te preocupes por eso, Fred y George lo subirán.
—No, no tienen por qué –me niego rápidamente.
—Para nosotros será un placer llevar el baúl de Evelyn Rose Maslow –contestan los gemelos al mismo tiempo. Río. Siempre se sincronizan en las frases y resulta divertido.
—¿Cuándo iremos a comprar el material, mamá? –le pregunta Ron a su madre.
—Puede que mañana o pasado, no lo sé –responde rascándose la nuca- Arthur, tendremos que ir abriendo la hucha que empezamos a hacer el curso pasado.
—¿Crees que habrá suficiente? –le cuestiona el hombre.
—Por supuesto que sí. Piensa que a Ginny tan solo tendremos que comprarle el uniforme.
—¿Uniforme? –le pregunto a Harry mediante un susurro, los señores Weasleys hablan sobre asuntos económicos y no quiero entrometerme.
—Sí, pero no te preocupes, no es tan feo –dice riendo.
—Es horrible –se entromete Ron.
—Habla por el de Slytherin.
—¿Slytherin? –pregunto, confusa.
—¿No sabes lo que es? –Ginny me mira asombrada.
—Tiene cosas por aprender la Potter.
—No soy Potter, Fred.
—Soy George –me indica con una sonrisa burlona.
—Da igual, ambos sois iguales –comento moviendo la mano con desdén- Tengo apellido propio.
—Y es bonito –me halaga George.
—Oye, no le quites la novia a Harry –le pega su hermano en el hombro.
—¿Novia? –exclamamos los dos a la vez.
—Y sincronizan sus frases, eso es amor –dicen los gemelos con tono estúpido.
—Fred, George –los reprende su madre- Dejad de molestar y terminar vuestro desayuno. Tenéis que subir el baúl de Evelyn -Molly me mira- ¿No tienes más hambre cariño?
—Por ahora estoy bien. Gracias señora Weasley.
—Oh, dime Molly. Estamos entre familia.
Entre familia. Proceso aquellas dos palabras en mi mente e involuntariamente sonrío de la manera más fiel y verdadera que nunca. Jamás me ha salido una sonrisa así, puede que sea porque hasta ahora, no me he sentido como en una familia de verdad, de las buenas. Empiezan a gustarme los Weasley.
Cuando terminamos de desayunar, los gemelos suben a la habitación de su hermana pequeña mi baúl. Según ellos, no pesa mucho, pero puedo oírlos quejarse dos o más veces. La verdad es que hay bastantes escaleras, parece que no se vayan a terminar nunca. Ayudo a la señora Weasly a recoger aunque insiste bastante en que no lo haga, ya que soy la invitada, pero no quiero hacerle caso y limpio con ella.
—Evelyn cariño, ¿esto es tuyo? –pregunta con una carpeta marrón en la mano. Es la que Dumbledore me ha dado antes.
—Sí –camino hacia ella y la cojo- Gracias. Tengo la cabeza en otro lado.
—Es normal –dice sonriéndome maternalmente- No tiene que ser fácil enterarse de que has estado engañada durante catorce años.
—No, no es fácil –respondo frunciendo el ceño- Pero me alegro de haberme enterado. Por fin puedo ser quien soy y no una falsa imagen que tantos años he estado creyendo.
—Dumbledore llevaba detrás de ti mucho tiempo, Evelyn -me informa- Eso es lo que mi marido comentaba muy de vez en cuando. En esta casa se ha hablado muchas veces sobre ti. Pero por fin estás entre nosotros. Es un honor tenerte en La Madriguera, Evelyn. Una maga como tú en nuestra casa… siento lo mismo que cuando tuve a Harry entre estas paredes.
Suelto una carcajada.
—Tus hijos se ven nobles y agradables –le comento a Molly mientras observo como Ginny y Ron ríen animadamente, al igual que Harry, el cual también está involucrado en la conversación- Y el honor es mío, jamás habría creído que estaría compartiendo una charla de este tipo con alguien.
—Aquí no somos como ellos te han tratado tantos años –se refiere a los mortífagos que intentaron hacer de padres, aunque no les salió ni una pequeñísima parte- Nosotros te queremos, Evelyn.
—¿Aun habiéndome conocido hoy mismo?
—Aun habiéndote conocido hoy mismo –me sonríe.
—Ya hemos dejado tu baúl en la habitación, Evelyn -me informa…- Fred, soy Fred.
—Veo que leéis la mente.
—Y también tenemos un gran surtido de artículos de broma –dice George- ¿Te apetece ver alguno?
—Oh no, nada de eso –les niega la señora Weasley- Dejad vuestros caramelos alarga lenguas o lo que quiera que hagan.
—Pero mamá, no le estamos diciendo que lo pruebe.
—Ni hablar George Wesley.
—Soy Fred –le indica el muchacho con voz cansina y rodando los ojos.
—Dieciséis años y aún no sabes identificarnos, parece mentira que seas nuestra madre.
—Yo aunque fuera vuestra madre también me confundiría –comento mirando a ambos hermanos- Es que sois exactamente iguales.
—Por eso somos gemelos –dice a la vez.
—Ya, lo sé –suelto una carcajada por la obviedad- Pero normalmente se tiene algo que les diferencia. A vosotros no os encuentro nada.
—Mis labios son más besables, ya verás, pruébalos –me indica George haciéndome morritos.
—¡George, por favor! –su madre le zurra el hombro.
Yo suelto unas carcajadas mientras camino hacia el sofá donde están Harry, Ginny Ron sentados, pues me han llamado para que vaya con ellos. Me hacen un hueco entre los tres y cruzo mis dedos entre sí.
—¿Qué pasa chicos? –pregunto sonriéndoles.
—Queremos preguntarte algo.
—Adelante –me encojo de hombros esperando a la pregunta.
—Con quiénes vivías antes de que Dumbledore…
Un golpe de nudillos en la puerta de madera que hay en la otra punta de la habitación interrumpe la conversación. Siempre que los chicos quieren detalles sobre lo sucedido, algo nos molesta.
—Llaman a la puerta –dice el amigo de Potter.
— Muy observador de tu parte, Ronald.
—Ya sabes Harry, los genes Weasley.
Río y observo a Molly caminar hacia la puerta donde segundos atrás han llamado. Esta la abre y pronto sonríe enormemente. Abraza a una castaña clara con pelo semirizado y polera blanca a rayas negras.
—¡Hermione preciosa, qué gusto tenerte!
—Hola señora Weasley, ¿puedo pasar? –pregunta la tal Hermione.
—Por supuesto que sí, anda, deja que te lleve eso –se ofrece Molly a coger su maleta.
La chica entra en la casa y pronto mis dos acompañantes se levantan para correr hacia ella y abrazarla. Me pongo de pie como ellos, pero no recibo a la que ahora es extraña para mí con un efusivo abrazo.
—Pensábamos que llegarías mañana –le dice Ron sonriendo abiertamente.
—O esta tarde –añade Harry. Se nota que son grandes amigos.
—Lo sé, pero, ya estoy aquí –dice alzando los brazos y volviéndolos a recibir con un cálido abrazo. Cuando se separan, ella me mira- ¿Y quién es ella?
—Oh Hermione, cuando sepas su nombre no vas a parar de sacar información sobre ella por la boca, así que mejor te dejamos con la intriga –bromea Ron. ¿Bromea o no?
—Ronald Weasley –la chica lo mira con el ceño fruncido.
—Soy Evelyn Maslow –digo acercándome a ella y con una sonrisa en la cara, divertida por la escena que están montando la castaña y el pelirrojo- Supongo que serás Hermione.
—Sí soy… Un momento, ¿acabas de decir ___ Maslow? –asiento con la cabeza- No puede ser que seas la chica que estaba con Harry la noche que Quién-tú-sabes atacó.
—Es ella, Herms –le dice Ron- Acaba de llegar hoy.
—¿Y cuándo? ¿Cómo te encontraron? –la muchacha empieza a preguntar maravillada.
—Hermione, no la atosigues. Hoy acaba de enterarse de quién de verdad es –le informa Harry- Apenas sabe nada, solo lo básico.
—¿Os dais cuenta de la situación, chicos? –pregunta.
—Otra que reacciona igual, Evelyn -me dice divertido Fred.
—Ya verás cuando llegues a Hogwarts –George ríe y supongo que es al imaginarse la escena.
—Ahora Harry no será el rarito de la escuela –comenta Ron- Habrá otra.
—No trates así a Evelyn -le regaña Molly.
—Tranquila –digo sonriente- No me molesta.
—¿Dónde tienes tu marca? –pregunta Harry. Él se levanta el flequillo y me enseña la suya, la que tiene en la frente con forma de rayo- La mía es esta.
—Yo también tengo una –contesto frunciendo el ceño- La tengo en la nuca.
—Es impresionante que alguien más estuviese presente la noche en la que sucedió lo inesperado. Tus padres entonces, ¿no estaban verdad?
—No, no estaban. Ellos tuvieron que hacer un viaje y me dejaron a cargo de la madre de Harry –respondo frunciendo los labios.
—Bueno, ¿y si mejor nos olvidamos de estos temas y jugamos a algún juego? –propone Molly.
—O mejor, Harry –habla el señor Weasley- ¿por qué no nos hablas de cómo funciona el teléfono muggle?
Los pelirrojos, todos menos el hombre de la casa, resoplan y niegan con la cabeza al mismo tiempo que ponen los ojos en blanco, marchándose en diferentes direcciones. Harry ríe, al igual que yo. La familia Weasley es muy divertida.
El día está llegando a su fin. Todo me resulta extraño. Absolutamente todo. El trato que recibo, mi verdadero pasado, mi plaza en Hogwarts… ¡Voy a estudiar en una escuela de verdad y no en casa! La verdad, la única educación que he recibido es la de Defensa Contra las Artes Oscuras. Y, viniendo de una “familia” mortífaga, ¿qué más necesitaría? Fred y George me han acosado a preguntas que rápidamente son acotadas por la señora Weasley. No quiere que me atosiguen y la verdad es que se lo agradezco bastante. Ni yo misma sé cómo responder las muchas y atropelladas preguntas que me lanzan sin parar.
Estoy en la habitación de Ginny. Esta no está, habla con sus hermanos en la planta de abajo, pero recibo la silenciosa compañía de Hermione, la cual lee un libro y yo, bueno, yo hojeo los documentos que hay en la carpeta que el profesor Dumbledore me había entregado un par de horas atrás en su despacho. Según dice aquí, mis padres fueron estudiantes de Hogwarts. Christian Maslow pertenecía a Slytherin y Meredith Giovanni a Gryffindor, campeona de Quidditch. Es algo extraño ya que, ambas casas son rivales.
—¿Sabes algo ya sobre tus padres? –me pregunta, haciéndome alzar la vista de los papeles. Los alzo como muestra de que ahí está todo lo que necesito saber y ella abre la boca sorprendida- Oh, ya veo.
—Esto es tan extraño –Hermione se levanta y se sienta a mi lado- Quiero decir, ¿cómo estarías tú si un día te levantas y un señor barbudo te dice que los dos adultos que hay muertos en el suelo, no son tus padres? Es que, de verdad no sé si esto es un sueño o no.
—Evelyn, no lo es –me dice segura- ¿Qué dice ahí?
—Pues que mis padres eran estudiantes de Hogwarts, ambos de las casas rivales.
—¿Slytherin y Gryffindor? –pregunta sorprendida. Yo asiento- Vaya. Un romance entre enemigos es difícil.
—Ya ves que no fueron muy enemigos –digo riendo. Ella me acompaña en las carcajadas, pero son interrumpidas por la llegada de Ginny- Hola.
—Hola, chicas –nos saluda- Mamá dice que apaguemos ya las luces, es tarde.
—Claro –guardo las cosas en el baúl y me acuesto en el cómodo colchón que me han prestado los Weasley.
—Buenas noches –nos desea Hermione.
—Buenas noches –contestamos Ginevra y yo al mismo tiempo.
Cierro los ojos e inhalo fuertemente, tratando de hacerme a la idea de que estoy durmiendo en un colchón ajeno al que había estado descansando durante catorce largos y atormentados años. La verdad, esto es mucho mejor de lo que imaginé. O sea, cualquier persona estando en mi situación, estaría frustrada y confundida, incluso dolida por el largo engaño en el cual ha vivido. Pero, vivía entre mortífagos, me trataban mal, simplemente, mi vida era una completa mierda. Y ahora que de verdad sé quién soy pues, todo cambia. Me habría gustado conocer a mis padres. A los verdaderos, vaya. Y bueno, ¿a qué niño no le habría gustado después de enterarse que murieron en manos del Señor Tenebroso? Tanto pensar, tanto analizar cada momento de mi pasado, tanto recordar lo que este día me ha deparado, hace que caiga inconscientemente a los brazos de Morfeo
Última edición por Mina ♡ el Sáb 30 Nov 2013, 4:19 pm, editado 7 veces
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Me encantó el cap estubvo muy gracioso XD
Siguela
Besos
Siguela
Besos
roronoa.
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
Well...hellou (?)
El capitulo ha sido sadhjkajhsdkajhsd *-*
Mi parte favorita a sido esta:
- Oye, no le quites la novia a Harry –le pega su hermano en el hombro.
- ¿Novia? –exclamamos los dos a la vez.
- Y sincronizan sus frases, eso es amor –dicen los gemelos con tono estúpido.
Sería cute que Harry y rayis fuesen novios ^^
Bueno, mejor paro de decir tonterías. Es que estar despierta a las 8:40 de la mañana, afecta T-T
Un besis. <3
#Morgenstern
El capitulo ha sido sadhjkajhsdkajhsd *-*
Mi parte favorita a sido esta:
- Oye, no le quites la novia a Harry –le pega su hermano en el hombro.
- ¿Novia? –exclamamos los dos a la vez.
- Y sincronizan sus frases, eso es amor –dicen los gemelos con tono estúpido.
Sería cute que Harry y rayis fuesen novios ^^
Bueno, mejor paro de decir tonterías. Es que estar despierta a las 8:40 de la mañana, afecta T-T
Un besis. <3
#Morgenstern
#Morgenstern
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
SaraDirectioner(LLL) escribió:Me encantó el cap estubvo muy gracioso XD
Siguela
Besos
Asdfghjk gracias cielo, la seguiré pronto.
Besos a ti también.
Mina ♡
Re: Te haré creer con mi magia. {Draco Malfoy}
#Morgenstern escribió:Well...hellou (?)
El capitulo ha sido sadhjkajhsdkajhsd *-*
Mi parte favorita a sido esta:
- Oye, no le quites la novia a Harry –le pega su hermano en el hombro.
- ¿Novia? –exclamamos los dos a la vez.
- Y sincronizan sus frases, eso es amor –dicen los gemelos con tono estúpido.
Sería cute que Harry y rayis fuesen novios ^^
Bueno, mejor paro de decir tonterías. Es que estar despierta a las 8:40 de la mañana, afecta T-T
Un besis. <3
#Morgenstern
JAJA sí, pensé en que fueran novios, pero eso desordenaría mucho la nove, y además, para eso ya está Draquito, ¿no? Adfghjk.
No te preocupes, pasa lo mismo cuando te quedas hasta las cinco de la mañana leyendo y después comentas, son puras tonterías lo que escribes, a mí me pasó hoy JAJA.
¡Besos, linda!
Mina ♡
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