Re: † Harmenlock †

por **Jockie.** Vie 19 Abr 2013, 3:11 pm

No hace falta, enserio. Que aproveche la comida! (:

por **Jockie.** Vie 19 Abr 2013, 3:11 pm

La sigo pronto

por **Zarek** Vie 19 Abr 2013, 3:24 pm

Ya comí, mi pescado tenia un hueso Y NO EXAGERO, ERA UN JODIDO HUESO.

INTENSO EL CAPITULO.

Me imagino a la señora con unos tacones rojos, toda mal peinada, maquillaje corrido, con un vestido de cuero muy corta una cinturón y diciendo: AZOTA NIÑA, AZOTA.

Se que es que te peguen con un cinturón. Sabes como duele mas? Cuando esta mojado, es un dolor insoportable y te deja marca, que dura unos cuatro días.

Debes de seguirla y me gustaría que te pasaras por mi novela: https://onlywn.activoforo.com/t41711-el-bien-se-enamoro-del-mal-angeles-vs-demonios-zayn-malik-maraton-de-dos-capitulos?highlight=El+Bien+se+enamoro+del+mal

por **Jockie.** Vie 19 Abr 2013, 3:31 pm

Ah dios que dolor! Como es que tienes experiencia? Gracias por la info! Me ayudara mas... Me paso ahora por tu nove! La sigo si hay comens! :D Y me pongo ahora a trabajar en la nove

por **Zarek** Vie 19 Abr 2013, 3:38 pm

Mi mama cree firmemente en: Un golpe a tiempo nunca es malo.

No se la pasa golpeandome, pero si lo ha echo, tengo 15 años y pues la ultima vez que me pego fue porque le respondí mal y me volteo la cara de una cachetada.

Por eso cuando veo las películas de gringos: Cuando golpean a un niño y es la primera vez hacen un escándalo.

por **Jockie.** Vie 19 Abr 2013, 3:58 pm

Ay que dolor leche! A mi no se me atraven a levantarme la mano porque saben que yo devuelvo los golpes sea a quien sea. He leido tu novela y tengo que decirte que el tema me ha enamorado. Me encantan los angeles caidos y los demonios<3

por **Zarek** Vie 19 Abr 2013, 4:03 pm

Gracias.

Yo puedo golpear a todo el que se me cruce, pero no me atrevo a levantarle la mano ni a mi mama ni a mi papa. Me criaron así.

por **Jockie.** Vie 19 Abr 2013, 4:08 pm

[color=grey] No las des. A mi tambien me criaron asi aunque no compredo por que si despues yo hago lo que sea cuando quiera. Soy una badgirl! Oc no jajaja Solo soy una chica que le gusta sembrar su planta del mal, arruinar inframundos y asumir el mundo en la oscuridad absoluta *Introduccion de risa malvada y truenos diabolicos* xd

por **Jockie.** Sáb 20 Abr 2013, 3:37 am

† CAPÍTULO 3 †

Se levantó de un sobresalto, con los dorsos de las manos húmedos y los pelos pegados en la cabeza y la espalda. Estaba mareada. Se encontraba mal. Sentía el estómago revuelto y pequeño. Le dolían las cicatrices de la espalda, donde la puta le había pegado años atrás. Se tambaleó, y se puso en pie. Sus piernas temblaban y tenía unas naúseas enormes. Caminó lentamente hacía el cuarto de baño y se dirigió al inodoro. Posó sus desnudas rodillas en el suelo y levantó la tapa para vomitar. La bilis subía por su ganganta constántemente y la voz cantarina y borracha de la zorra rezumbaba en su memoria.
" Anne, ¿por qué te escondes de mi? "
Otra arcada recorrió su cuerpo, obligándola a vomitar. Sus manos temblaban, junto a sus brazos y extremidades. Pensaba que se moriría en ese instante. Las cicatrices de la espalda le dolian mucho más, le escocian. Oyó el sonido de la puerta de su cuarto abrirse y unos pasos apresurados acercarse a ella. Su hermano mayor Jace tenía su cabello rizado y rubio despeinado, con sus ojos dorados brillando de pura preocupación. Él tenía veintidos años. Era alto, con la piel tostada y unos músculos impresionantes. En el pectoral derecho tenía un tatuaje de una cruz, con el nombre de su hermana pequeña escritas en griego. Anne tenía el mismo tatuaje en el omoplato izquierdo, pero con el nombre de su hermano mayor: Jonathan Christopher West. Las grandes manos de su hermano cogieron a Anne, agarrándola e intentando ponerla en pie. Las lívidas piernas se movian violentamente. Paso un brazo por sus hombros, poniéndose de puntillas. Jace paso su brazo por sus rodillas y la cogió. Pasó por el umbral de la puerta, con la cara deformada por la preocupación que tenía hacía el estado en shock de su hermana. Sabía que ella tenía pesadillas de los castigos que le daba su madre. Ya estaba acostumbrado a que su hermanita pequeña volviera muy tarde y después tuviera pesadillas. Anne se retorcía de dolor, sintiendo el vientre quemarle con fuerza y las frías manos de su hermano mayor sobre ella. El ataque de pánico pronto se le pasaría, sólo había que esperar. Sabía que en cuestión de minutos Anne quedaría dormida. Él agradecía de que fuera sábado y no tuviera Anne instituto porque si no, no sobreviviría ni un minuto. Acarició su rizado cabello, como a ella le gustaba y le tarareaba una canción. Anne escuchaba una y otra vez la voz de su madre cantar en su oído, con su alegre voz de borracha. Creía que en ese mismo instante abriría la puerta de su habitación y entraría con su cinturón en la mano y su botella de licor en la otra. Con sus tacones rojos de puta, su vestido corto de color rosa chillón y su maquillaje corrido, dandole el aspecto de un mapache. Creía que la buscaría y la obligaría a callar y aguantar los duros latigazos sobre su delicada y blanca piel. Jace acunó a su hermana en su regazo y espero paciente a que los sollozos cesarán. Jace consultó la hora del despertador: las cuatro y seis de la mañana. Arropó a su hermana y le plantó un beso en la frente. Ella dormía con los ojos cerrados. Jace salió y cerró detrás de si.

†~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·†

Despertó con dolor de cabeza. El vibrar y del teléfono le había sacado de su sueño de ojos turquesas, buhos, autobuses y cinturones. Bostezó y acercó su mano a el teléfono. Observó perezosa quién le llamaba y leyó con letras borrosas: " Steph ". Sonrió y le dió a rechazar llamada, sabiendo que eso le mataría completamente. Recostó su cabeza en la fría almohada y observó el techo poco iluminado. Eran las nueve de la mañana. Saltó fuera de la cama, con las típicas ojeras debajo de sus ojos después de la pesadilla y las noche en vela. Sentía el amargo sabor del ácido intestinal en el paladar y la garganta. Se lavó los dientes, intentando quitarse el amargo sabor. Una hora y tres minutos después salió del baño duchada y aseada, con su melena negra mojada y goteándole por las puntas. Su espalda estaba húmeda, a causa del pelo recién mojado. Llevaba una camiseta de color negra con mangas cortas de AC/DC y unos pantalones cortos oscuros y sus famosas botas militares negras. Cogió su teléfono móvil, guardándoselo en uno de los múltiples bolsillos y salió de su cuarto. Ella sabía que Megan no estaría para echarle el discurso, que Greg no aparecería que estaba en Roma en una importante reunión y Jace desayunaría desde hace tiempo y estaría enganchado en sus libros. Así era una rutina en la mansión West un sábado. Ly-ve, la ama de llaves asiática de treinta y seis años interna estaría en la cocina, preparando huevos revueltos y dos lonchas de beicon con un zumo de naranja dulce para Anne. Cuando pasó por el umbral de la cocina Ly-ve estaba frente a la cocina de gas, preparando su desayuno como ella sabía. Anne caminó hacía uno de los taburetes grises que rodeaban la isleta de marmol blanco. Se sentó, sintiendo el frío tacto del metal de las patas en sus piernas desnudas. El olor al desayuno inundaba todo. Los cubiertos estaban colocados frente al sitio de Anne, con un tenedor, un vaso vacio y la jarra del zumo de naranja. La empleada trabajaba desde que Anne había llegado y, suponía, que mucho más lejos de eso. Era agradable con todo el mundo y simpática pero eso a Anne no le importaba. Ly-ve ya conocía a Anne y a pesar de sus malos modales y su fuerte carácter, la agradaba y las cosas viceversaban respecto a Ly-ve. Ella dejó el plato humeante del desayuno junto a una pastilla para la resaca, cosa que Anne le agradeció con media sonrisa. Ly-ve se la devolvió y regreso a sus que haceres. Anne se sirvió un poco de zumo en el vaso y observó espectrante la ventana, que daba al patio trasero del jardín, alumbrado por la luz mañanera de primavera. Cogió el tenedor y comenzó a desayunar. La cabeza aún le daba vueltas y sentía el estómago vacío y hueco. Observó su reloj de pulsera: Las once y trece. Parpadeó seguidamente. A las doce tendría que estar en Clarie's, la tienda donde ella trabajaba. Sus padres estaban obsesionados con que no trabajará, ya que ellos podían darle todo lo que necesitará pero Anne, estaba decicida a trabajar y a ser un poco más independiente. Cogió entre sus dedos largos la pastilla de color blanco-azulado y se la metió en la boca. Después tomó un sorbo de naranja y tragó. El sabor era ácido y eso a ella le gustaba. Se levantó y dejó la vajilla en el fregadero. Vertió un poco de agua para que los restos no se pegarán y caminó hacía el salón donde Jace leía un libro de tapa dura marrón. Tenía pinta de muy antigüo y caro. Desde los altavoces del equipo de última generación resonaba música de Beethoven. Clásica y aburrida, por lo menos para Anne.
--Buenos días -murmuró Anne con la voz ronca, aunque sabía que una vez que su hermano mayor estuviera enfrascado en un libro y música clásica nadie le sacaría de ese trance.
Anne caminó hacía uno de los sofás en forma de L del gran salón, de color negro. Se sentó en el largo del sofá y cogió el mando de la pantalla de plasma. El teléfono vibró de nuevo y Anne pusó los ojos en blanco. Miró el teléfono. " 1 mensaje en la bandeja de entrada ". Abrió el mensaje y lo leyó.

Recibido a las 11:36
Anne hoy iremos a la fiesta de HC. Te iremos a recoger sobre las diez de la noche.
XOXO
Van
PD: Contéstame a el mensaje para saber si vienes

Enviado a las 11:38
Voy sin duda. Venir a por mi antes de las diez. Megan estará esperándome apartir de esa hora.
Nos vemos.
AC

Pulsó el botón de enviar y en cosa de segundos recibió la respuesta.

Recibido a las 11:39
Okeys. Nos vemos.
Van

Bloqueó la pantalla y se pusó en pie.
--Jace, te cojo la camioneta -anunció en voz alta.
Jace aleteó su mano en alto, dándole su permiso. Anne corrió a coger las llaves del vehículo antes de que su hermano se diera cuenta. Llegó al enorme garaje y le dió al botón para abrir el vehículo. Se sentó en el asiento del piloto y metió la llave en el contacto. Giró y despertó al motor de su sueño. Escuchó el sonido de la compuerta del garaje abrirse y el "oh no" de su hermano mayor al darse cuenta del error que acababa de meter. Cuando la compuerta ya estaba del todo plegada en el techo aceleró y salió, en el momento en el que Jace ya estaba en el garaje. Anne río al ver por el retrovisor la cara de espanto de Jonathan. Desapareció por la carretera de camino a el centro de Máchester. Encendió la radio y buscó la emisora de radio de Heavy Metal y Rock. Se escuchaba la canción de Sweet Sacrifice de Evanescence. Subió el volumen sin perder la atención de la carretera y tarareó en voz alta. Le habian dado el carnet de conducir hace dos semanas. Había aprovado con matrícula desde el primer intento ya que su privilegiada mente captó todo. En el teórico había sacado un A++ y en el práctico un A++. Su madre adoptiva estaba orgullosa y su padre le había prometido que a finales de mes le regalaría el coche que ella quisiera. Mientras tanto, Anne le cogía "prestado" la camioneta roja a su hermano mayor para ir a trabajar. El teléfono móvil volvió a vibrar y Anne soltó una palabrota por encima de la voz de Amy Lee, la cantante de Evanescence. Arrugó la nariz y colocó las manos en el volante a las diez y diez. Aceleró un poco más, quemando ruedas y goma. Divisó el cartel verde que mostraba en alto: " Máchester Centro. 10 Kilómetros ". Eran las doce menos diez y no pensaba llegar tarde si no, tendría que recuperar el tiempo atrasado después de su turno. El cielo estaba despejado, dejando a la vista un sol de color blanco amarillento y un cielo de color azul que le recordó a los ojos del rubio del autobús. Pestañeo seguidamente, confusa de nuevo. Entró en Máchester centro.

†~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·†

Anne trabajaba en una librería. Olía por dentro a páginas antiguas y plástico nuevo. La tienda era grande, con estanterias repletas de libros de toda clase. Desde historias infantiles hasta guias de cocina. Anne llevaba trabajando allí desde los dieciseis años, la edad en la que legal mente podrías trabajar. Los dueños de la librerïa eran el señor Monseratt y la señora Monseratt. Eran personas agradables y amables con la clientera. La señora Monseratt se encontraba detrás del mostrador, leyendo una revista de prensa rosa. El mostrador era de madera oscura y sólida. Encima de ella estaba la caja registradora de color gris y un bote para la propina. Una larga etiqueta de color blanca rodeaba el cristal donde se veía escrito en tinta negra: " PROPINAS ". Y en otro, al lado del bote de las propinas: " SUGERENCIAS ". Anne se recogió su cabello en una coleta de caballo rizada y saludó seria a la señora Monseratt. Ésta la sonrió alegremente y dijo:
--Buenos días, Anastasía. ¿Podrias encargarte de hacer inventario y rellenar esté formulario? -preguntó con su voz aterciopelada y su marcado acento Texano-. El señor Monseratt está en el hospital recuperándose de su cadera operada y me gustaría visitarle. Tranquila, vendré antes de que terminé tu turno.
Anne se limitó a asentir y a ponerse detrás del mostrador, ocupando el sitio de la señora Monseratt.
--Si tienes hambre tienes un sandwich de queso fundido y jamón en la nevera y una lata de refresco -anunció tranquilamente mientrás se ponía su desgastada chaqueta.
--De acuerdo señora Monseratt -contestó indiferente Anne.
La mujer de avanzada edad sonrío, formándosele esas arruguitas en los ojos de color avellana. Se despidió y salió por la puerta, haciendo sonar la campanita dorada que colgaba. Anne miró a la tienda vacía y buscó debajo del mostrador los lápices malgastados y el delantal de color verde. Se lo puso, con la chapa de color plateada brillando. Se leía su nombre en letras negras oscurdas. Dentro hacía calor. Cogió la libreta de color amarilla para el inventario de libros y un lápiz con goma rosa. Pestañeo seguidamente, aún cansada y decidió deciarse a hacer el inventario. El sonido de la campanilla la sacó de su trabajo y la obligó a salir del pequeño cuarticho. La música ambiental de la librería se escuchaba suave y lenta. Alguien había entrado. Era un chico alto y con el pelo castaño. Sus ojos eran de color hoy verdes. Pestañeó sorprendida y observó al chico del autobús. Al de la mirada inquietante. Hoy llevaba una camiseta gris azulada y unos vaqueros oscuros. Unas Vans blancas. Su mirada verde selva chocó contra la de la chica, azul hielo. Anne se estremeció, con la piel erizándosela y la repentina sensación de incomodidad caminando por su estómago y su ser interior. Apartó la mirada y la clavó en la revista de prensa rosa que leía media hora antes su jefa. Su corazón le martilleaba con fuerza y sentía miedo. Aquel chico le intimidaba totalmente y eso le enfurecía. Cogió el lápiz y se pusó a rellenar el cuestionario de empleo. La piel la notaba frágil y más pálida que de costumbre. Transparente sería la palabra que ella hubiera utilizado para definir su tez en ese momento. Las venas de las muñecas se mostraban azuladas y visibles y sentía calor. El cuero cabelludo le picaba y ardía. Sudaban su nuca y tenía precipitado calor. Se concentró en las preguntas del cuestionario.

Nombre: Anastasía
Apellido: West
Edad: 18
1. ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en la libreria West?
Dos años
2. ¿Esta satisfecha con su trabajo?
Sí
3. ¿Esta satisfecha con su salario mensual?
Sí
4. ¿Ha tenido antes otro trabajo? Si la respuesta es afirmatiba explique cuál fue y durante cuanto tiempo trabajo en el.
No

La voz de alguien le sacó del cuestionario y obligo a Anne a levantar de la hoja de color rosa clara. El chico de ojos verdes se encontraba frente a ella, con una copia de Romeo y Julieta en las manos. Ella se puso nerviosa y observó al chico.
--¿Cuánto cuesta? -su voz era un poco afeminada, aunque no se notaba casi nada.
Olía a azúcar y a algo más que no logró identificar su agudo olfato.
--Tienes el precio en la contraportada -contestó amarga Anne.
--No tiene.
Anne bufó cogió el libro, quitándoselo de las manos. Por un instante su piel rozo la suya y eso le provocó una descarga electrica. Giró el libro, mirando la contraportada. No había ninguna pegatina que marcará el precio, como ella había dicho minutos antes. Pestañeó confusa ya que ella juraría que si la había puesto.
--Dieciseis libras -contestó seria, intentado dejar a un lado su nerviosismo.
El chico asintió y sacó de su bolsillo trasero una cartera de color marrón.
Louis...
Susurró una voz estraña en el fondo de su cabeza. Anne pestañeó claramente confusa y recibió los billetes. Guardó el libro de Romeo y Julieta en una bolsa de cartón ecológico y metió el ticket. Sentía una presión en su cabeza y en su pecho. Estaba mareada.
--Gracías -dijó el oji-verde al coger la bolsa.
No contestó y observó confusa al chico salir por la puerta de la librería, haciendo sonar la campanilla dorada que colgaba del techo

por **Jockie.** Sáb 20 Abr 2013, 6:33 am

Comentad!

por **Jockie.** Sáb 20 Abr 2013, 8:12 am

† CAPÍTULO 4 †

Su turno ya había acabado. Exactamente habian entrado quince clientes. Siete de ellos le habían dejado el número de teléfono para que la llamarán, como que Anne no tenía pensado. No, claro que no. No creía en el amor y no estaba decidida a salir con chicos. Ni con chicas. Ella sólo pensaba en vivir la vida. No le interesaba nada más. Se quitó el delantal verde del trabajo y lo dejó doblado sobre el mostrador. Eran las ocho de la tarde y aún el cielo seguía iluminado por el radiante Sol ahora de color naranja. Miró por encima de su hombro, cuando la señora Monseratt sacó su cabeza de la puerta y le tendió un pequeño sobre lleno de propina. Anne hizó con gesto con la cabeza en señal de agradecimiento y salió. Los rayos del atardecer daban en las zonas de piel desnuda y le regalaban calor. Caminó hacía la camioneta de color roja de su hermano. Su segunda princesa llamada Danielle. El teléfono le sonó en el bolsillo de nuevo, y observó el nombre de quién la llamaba: " Vanessa ". Pulsó el botón de recibir llamada y escuchó atenta la voz entrecortada y nerviosa de su "amiga".
--Tenemos un problema, West -anunció la morena desde el otro lado de la línea telefónica.
--¿Cuál? -preguntó despreocupada.
--Mi madre ya esta en casa asique... predigo que la tuya también.
--Mierda -soltó Anne dándole un golpe a la guantera impecable.
--Lo sé. Yo ya estoy preparada.
--Yo no. Pensaba en ir de camino a casa...
--Pues olvídate. Me escapo de casa y te dejo uno de mis vestidos, Anne. No nos queda otra. Nos vemos en la casa de Steph.
Antes de qur Anne pudiera replicar Vanessa colgó. Parpadeó confusa y miró por la ventanilla del coche. Ella sabía que Megan estaría esperándola en casa, con su albornoz perla y una taza de café negro. Sabía que ni siquiera Jace le podría salvar y que como devolviera a Danielle con un sólo rayajo la mataría. Primero la torturaría y después la mataría. Escondería su cadáver en algún bosque del mediterráneo y se olvidaría de ella. Mordió su labio inferior y apagó el telefóno, sabiendo que su madre adoptiva no pararía de llamarla. Conducío hacía la casa de Steph. Ella sabía también que en cuanto tuvieran un momento para estar a solas él intentaria hablar con ella. Ésta pasaría de él y éste no pararía de arrastrarse. Anne conocía los sentimientos de Steph hacía ella y le daba lo mismo. Tomó una bocanada de aire y condució hacia la casa del chico.

†~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~·~· †

Allí estaba el enorme edificio de ladrillos rojos y ventanas rotas donde vivía el chico. El barrio era uno de aquellos donde la gente solía intentar evitarlos a toda costa. Uno de los peligrosos. Cuando ella tenía quince años solía comprar un par de gramos de marihuana. El edificio número setenta y siete era en el que vivían los camellos. Steph vivía en el edificio número cuarenta y dos, enfrente de la carretera y rodeado de verjas puntiagudas. Anne se arepentiría de dejar el caro coche de su hermano mayor delante en el barrio peligroso. Entrecerró los ojos y salió del vehículo. El frío de la noche se filtraba por su ropa, dejándola completamente helada y muda. Pisaba con cuidado la hierba donde descansaba millones de fragmentos de botellas de cerveza rotas. Podía ver los restos de agujas de jeringuillas entre la maleza muerta. Entró y empujó la puerta. El tacto del metal acarició sus manos y eso la estremeció. El interior olía a cocaína y al carbón de la cachimba. El suelo estaba roto y sucio por barro. Los buzones metálicos dorados colgaban rotos de la pared. Se veían las marcas permanentes de puñetazos. Steph vivía en el último piso. El ascensor estaba roto y las bombillas o fundidas o estalladas. Las escaleras eran largas y Anne no estaba acostumbrada a subir tantas escaleras. Bufó y subió corriendo. A medida que subía la temperatura descendía. Anne podía escuchar el ulular de un buho. Miró horrorizada por la ventana donde el animalito nocturno de la noche anterior la vigilaba. Eso le provocó un escalofrío y le dió muy mala sensación. Se acercó temerosa hacía la ventana abierta, donde el buho cantaba y la observaba. El corazón le latía con fuerza y el miedo recorría sus poros. Se detuvó a centímetros de la ventana y extendió el brazo hacía el animal. Éste ululó y abrió sus alas. Las batió con fuerza y huyó de la ventana. Anne se quedó analizando el majestuoso vuelo del ave y después subió las escaleras restantes. Se encontró frente a la única puerta "estable" de posiblemente todo el edificio. Tocó varias veces con los nudillos, esperando a que Steph abriera. En su lugar abrió Vanessa. Su cabello liso y rubio estaba suelto sobre su espalda. Sus ojos mieles estaban perfilados con lápiz de ojos negro y rimen oscuro. Sus labios pintados de rosa claro y su piel anaranjada brillante. Llevaba un vestido corto y de color chillón, y unos tacones enormes. Parecía mucho más alta y la sacaba varios centímetros de alto.
--¡Por fin llegas! -gritó ilusionada.
La abrazo con una sonrisa y Anne se limitó a quedarse tensa ante el contacto físico.
--Vanessa... -susurró en forma de advertencia.
--Lo siento -murmuró a la vez que se separaba de Anne-. Siempre se me olvida.
Anne la miró durante unos segundos antes de que ella la cogiera de la mano y la arrastrará al interior del sucio y mohoso apartamento de Steph. Éste jugaba a la X-box. Llevaba su pelo rapado y una camiseta marrón y unos pantalones caidos con cadenas. Olía a perfume. Levantó la vista del juego y miró sorprendido a Anne. Ella le ignoró.
--Te he traido un vestido -anunció Vanessa.
--¿De los tuyos? -preguntó horrorizada la oji-azul.
--Oh no -aclaró la rubia-. De los tuyos.
Asintió y dejó que la arrastrará hacía el cuarto donde dormía Steph. Sobre la cama desecha estab un vestido corto y negro, junto a unas medias de rendija. Anne arqueó una ceja.
--Póntelo ya mismo -exigió Vanessa-. La fiesta esta por empezar.
Anne hizó una mueca y cogió el vestido. Se quitó su camiseta y sus pantalones cortos. Se paso el vestido por encima de la cabeza y sus medias. El vestido le quedaba perfecto, ajustándose a sus curvas. Vanessa la sentó en la cama y la empezó a maquillar lo más rápido posible. El olor al rimen se filtraba por las fosas nasales de Anne y le provocaba toser constántemente. Se pusieron en pie y salieron del cuarto.
--Vamonos -anunció Vanessa.
Steph asintió salieron del apartamento.

Comentad lectoras fantasmas! D:

por **darkness.** Sáb 20 Abr 2013, 10:26 am

Aqui estoy aqui estoy
EN fin me enencantaron los caps
Fueron bueniiisiimoos
Louis awww
Por dios ya siiguelaaa
Te amtare eh
No mentira te amo
Pero siiguelaa

por **Jockie.** Sáb 20 Abr 2013, 12:45 pm

[color=white] Tiene que haber mas comentarios para que la siga. Me alegro de que te gustase!

por **Zarek** Sáb 20 Abr 2013, 12:50 pm

NEPHELIM!!!!!!!! Eres Nephelim :)

Me gustaron debes de seguirla, esta muy bena.

Una cosa que debes de saber de mi: Magnus es mi padre perdido, el tiene el estilo y yo me visto de negro.

Debes de seguirla, nena.

por **Jockie.** Sáb 20 Abr 2013, 12:53 pm

Claro que soy Nefilim. Jace es mi futuro marido!(:La sigo si hay mas comen

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