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Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Capitulo 39 (Parte 1)
A las nueve de la noche, tras la estupenda ducha que nos hemos dado y de la que estoy convencida que se ha enterado todo el mundo, bajamos de la mano al salón. Allí, Lou y Tom se están besando, pero dejan de hacerlo cuando nosotros aparecemos.
Pasamos al comedor y nos sentamos alrededor de una maravillosa mesa. Harry me retira la silla y se sienta a mi lado. Lo veo feliz. Ése es su ambiente y se le nota que está más cómodo. El servicio entra en la estancia y nos sirve un buen vino y después una maravillosa langosta. Harry me pide una Coca-Cola. Entre risas y confidencias acabamos con el primer plato y nos sirven el segundo, una exquisita carne. Cuando acabamos el rico helado que nos sirven de postre, Lou propone salir al jardín.
Harry, tras atender una llamada de teléfono, se sienta a mi lado. Siento sus continuas caricias en mi piel y lo noto más pensativo que minutos antes. Aun así, charlamos hasta bien entrada la madrugada, momento en que nos vamos a dormir.
Al día siguiente cuando me despierto, el sol entra por el gran ventanal. Estoy sola en la habitación y me estiro en la cama. Las sábanas huelen a Harry y eso me hace sonreír. Recordar cómo me hizo el amor la noche anterior me excita, me pone a cien, pero, convencida de que no es momento de fantasear, me levanto, voy al baño y me aseo.
Mientras me visto, un ruidito me hace mirar a mi alrededor. Es el móvil de Harry. Lo localizo sobre la mesilla y leo que pone el nombre de «Tay». De nuevo aquel nombre.
Cuando llego al salón, oigo las risas de Tom, Lou y Harry y me sorprendo al ver a un señor y a una señora junto a ellos. Cuando me acerco, me presentan a los padres de Lou, que han venido para llevarse al pequeño Ben de vacaciones con ellos. Le entrego el móvil a Harry y le indico que ha recibido una llamada de una tal Tay. Él asiente, lo guarda en el bolsillo del pantalón y prosigue tan normal. Los padres de Lou y el pequeño Ben se van esa misma noche.
A la mañana siguiente, cuando me despierto, vuelvo a estar sola en la cama. Tras lavarme los dientes, me acerco hasta la piscina y rápidamente Tom me coge y me tira al agua. Todos nos reímos y pasamos un rato divertido. Sobre las dos de la tarde, los cuatro nos vamos de compras a Cádiz en el coche de Tom. Acabamos de recibir la invitación para una fiesta temática ambientada en los años veinte y hay que ir a comprarse algo.
Por la noche, tras una divertida tarde de compras, decidimos cenar en la playa. Acabada la cena en un precioso restaurante de Zahara, tomamos unas copas en un bar y sobre la una regresamos a la casa.
Al llegar salimos a la bonita terraza y nos sentamos. Me gusta sentir a Harry tan cercano, receptivo, tan pendiente de mí. Tom va a la cocina y trae una botella de champán. Tras esa primera botella, llega una segunda de la que bebo más lentamente pero que disfruto de todos modos.
Lou y Tom son unos anfitriones maravillosos. Intentan que nos sintamos como si estuviéramos en nuestra casa y lo consiguen con su actitud. Disfruto del momento sentada en aquel precioso lugar mientras mis ojos miran la piscina oval y el jacuzzi que hay al lado. Sobre las tres de la madrugada hace mucho calor y Lou propone darnos un chapuzón en la piscina.
Sin pensarlo un segundo, acepto y subo a mi habitación a ponerme el biquini. Cuando bajo, Lou ya está en el agua con Tom y Harry me espera en el borde. En cuanto me acerco a él, me coge a traición y los dos caemos en el agua. Entre risas y cachondeo, nos bañamos un rato, hasta que, más adelante, Lou y yo nos sentamos en la ancha escalera de la piscina y Harry y Tom se hacen unos largos.
Cuando los chicos llegan hasta nosotras, Tom coge a su mujer de un pie y la arrastra hacia la piscina. Ella protesta pero, dos segundos después, ríe a carcajadas. Harry divertido se acerca a mí, me coge en brazos y me sienta a horcajadas sobre él.
El agua nos llega hasta la cintura y pronto sus manos se meten por debajo de la braga de mi biquini y me comienza a tocar. Asustada por aquello, lo miro con reproche y él ríe.
—¡Harry! —Le regaño—. No hagas eso. Nos pueden ver.
Su contestación es un tórrido beso que rápidamente consigue calentarme el alma y la vida. Su boca y sus manos ya me tienen en el punto de partida que él siempre quiere y, cuando se separa de mí, murmura mientras señala con la vista:
—Tranquila, pequeña. Ni Tom ni Lou van a asustarse.
Curiosa, miro hacia donde él señala y veo que la otra pareja se besa apasionadamente. Incluso veo que Tom le desabrocha el biquini a Lou y éste queda flotando sobre la piscina. Rápidamente miro a Harry en busca de una contestación.
—Sí, morenita… a ellos también les gusta el morbo.
Comienzo a temblar, y no es de frío, cuando siento que los otros dos se acercan a nosotros. Lou está juguetona y sale de la piscina. Se sienta en el borde junto a nosotros con los pechos húmedos y resbaladizos mientras Tom se pone detrás de mí y posa sus manos sobre mi cintura. Harry, al ver cómo lo miro, mueve la cabeza y Tom me suelta en seguida, sale de la piscina y, tras besar a su mujer, ambos desaparecen en el interior del chalet.
Estoy nerviosa. ¡Histérica!
No sé dónde meterme, pero siento que mi vagina se lubrica y se deshace por dentro.
Harry, al notarme tensa, se levanta de la ancha escalera y, sin soltarme, se mete conmigo hacia el interior de la piscina. Me agarro a él con desesperación.
—Tranquila, pequeña. Conmigo nunca harás nada que tú no quieras.
Boqueo como un pez. Me falta el aire y consigo susurrar:
—Ellos… ¿juegan a los mismos juegos que tú?
—Sí.
—¿Y…?
—(Tuapodo), te tiene que quedar claro lo que te dije hace poco. El sexo es sólo sexo. Lou y Tom son una pareja muy sólida que tienen claro qué es lo que les gusta en el plano sexual. Hemos ido en varias ocasiones juntos a club de intercambio de parejas y allí han disfrutado de tríos y orgías y, cuando han regresado a su casa, han continuado siendo ellos mismos. Tom y Lou. Una pareja.
—¿Tú has… has estado con ellos?
—Sí. Nosotros dos para ella. A mí los hombres no me van —bromea y sonrío—. Escucha, (tuapodo), debes entender que tanto Lou, como Tom y como yo tenemos las ideas claras y sabemos diferenciar entre el sexo y los sentimientos. A los tres nos gusta disfrutar del morbo del juego pero, una vez acaba, nos respetamos como personas. Por cierto, la fiesta a la que estamos invitados mañana es…
—Una fiesta donde todo el mundo juega, ¿verdad?
Harry asiente.
—Si tú no quieres, no tenemos por qué ir.
Durante un rato, los dos permanecemos callados hasta que me lleva hasta la escalera, me toma de las manos y me dice:
—Ven. Entremos en el jacuzzi.
Lo sigo hasta allí.
—Qué calentita —murmuro al entrar en él.
—Demasiado caliente. —Harry aprieta unos botones y, segundos después, el agua se enfría.
Permanecemos callados mientras las burbujas explotan a nuestro alrededor, hasta que él me atrae de nuevo hacia sí y me sienta de nuevo a horcajadas sobre él.
—¿Ves cómo me tienes? —dice mientras aprieta mi vagina contra su pene.
—Sí. —Sonrío y, sin poder evitarlo, pregunto—: ¿Qué te hubiera gustado que hubiera pasado en la piscina?
Hecha la cabeza hacia atrás.
—Ah… cariño. Me hubiera gustado que hubieran pasado muchas cosas.
—Cómo por ejemplo… —insisto.
Harry levanta el mentón y me mira.
—Aún recuerdo cómo te estremecías aquella tarde en mi hotel cuando Lou se metió entre tus piernas y te hizo todo lo que le pedí.
—¿Era Lou?
—Sí. —Darme cuenta de eso me deja asombrada—. Mmmmm… me gusta la delicadeza que mostráis las mujeres. Me excita miraros. ¡Sois exquisitas!
—¿Y los hombres?
Noto su mirada alerta y añade:
—Cielo, ya te he dicho que los hombres no me van.
Eso me hace gracia.
—Me refería a que si en tus fantasías sólo incluyes a mujeres.
—No, mis fantasías son más amplias. Adoro ver a dos mujeres poseyéndose, aunque luego me gusta compartirlas con otros hombres.
—¿Y te ves compartiéndome a mí con otro hombre?
—Si tú quieres, sí —responde con una sonrisa.
Sólo decirlo me excita. Me excita mucho más que imaginarme con otra mujer. Harry clava su mirada en mí.
—Tu placer es mi placer y, si tú me lo pides, te compartiré. Pero, llegado el momento, seré yo quien mande en ese juego. Eres mía y quiero que quede claro.
Ardo. Me caliento. Voy a explotar. Me aviva ese comentario de posesión y murmuro inquieta:
—Has dicho que tú y Tom habéis jugado con Lou.
—Sí. —Y acercando su boca a mí oído me pregunta—: ¿Quieres que te comparta con otro hombre?
Imaginarlo me excita, me inquieta, me estimula.
—Harry…
—Ah… morenita, creo que te voy a tener que atar en corto. Eres más curiosa de lo que yo imaginaba, pero me gusta tu curiosidad, me vuelve loco.
Eso me hace reír. Le ofrezco mi boca, que él toma con avidez.
—Si vamos mañana a esa fiesta, ¿qué ocurrirá?
—Lo que tú quieras.
—Pero… pero allí…
—Allí la gente va a lo que va, pequeña. Todos buscan lo mismo: sexo. Si tú quieres, lo tendrás. Puedes mirar o puedes participar, todo depende de ti.
—Y tú… ¿qué quieres tú?
Harry pasea su boca por mi cuello.
—Tras la conversación tan interesante que acabamos de tener y que me tiene duro como una piedra, lo que voy a querer es follarte y que te follen. Adoro ver tu gesto cuando te corres. Y como ahora sé qué es lo que te excita, quiero ofrecer tus pechos, tu vagina, y observar el momento. Eso me proporcionará un gran placer.
Todo lo que me dice consigue en mí el efecto deseado y siento que ahora soy yo la que quiere cumplir cualquiera de esas fantasías. Mi respiración se acelera, Harry sonríe.
—Tu cuerpo me dice que te pida lo que quiera. Y sé que ahora mismo cualquier cosa que te propusiera lo harías, porque estás tan excitada, tan caliente que lo deseas, ¿verdad?
—Sí —admito.
Harry se levanta y me da la mano.
—Ven, acompáñame.
No lo dudo. Le doy la mano y salimos del jacuzzi.
Coge una toalla y la pone alrededor de mi cuerpo. Me seca con mimo.
—(Tuapodo)… te tiene que quedar claro que yo nunca haré nada sin tu consentimiento. No me perdonaría que me reprocharas nada. Eres demasiado importante para mí.
—No te voy a reprochar nada, Harry. Es sólo que me asusta lo desconocido, pero quiero experimentar a tu lado.
Mi respuesta parece agradarle y me besa. Me besa con pasión y juntos caminamos hacia el interior de la casa. Pero en vez de llevarme hacia la habitación me hace girarme en otro pasillo. De pronto escucho jadeos y, al llegar frente a una puerta que está entreabierta, me mira y dice:
—Tom y Lou están dentro, ¿quieres que pasemos?
Asiento, pero susurro.
—Siempre y cuando no te alejes de mí.
—Eso no lo dudes nunca, cariño. Eres mía.
Su posesión me gusta y, cuando entramos en la habitación, mi respiración se vuelve irregular. Estoy nerviosa, excitada, pero tengo miedo. Veo una cama redonda en medio de una enorme sala azul. La música suena y Lou y Tom hacen un sesenta y nueve. Al vernos, dejan de hacer lo que están haciendo y nos miran. Harry cierra la puerta y me quita la toalla. Tiemblo.
—Tú decides, (Tuapodo).
Su voz me hace regresar a la realidad y, ante la atenta mirada de los otros dos, murmuro:
—Deseo jugar.
Harry me besa. Después mira a Tom y éste se levanta de la cama desnudo. Nos rodea y se para en mi espalda. Miro a Harry y noto cómo su amigo me desabrocha la parte superior de mi biquini y, cuando lo consigue, lo saca por la cabeza.
1Daniiella
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Capitulo 39 (Parte 2)
Mis pechos rozan el pecho de Harry y mis pezones rápidamente se ponen duros ante aquella situación. Mi Dios… mi adonis no me quita ojo desde su altura. Está serio e imperturbable cuando se dirige a su amigo.
—Tom, quítale la braga del biquini.
Su voz me excita. Su posesión sobre mí. Y cuando siento los dedos de Tom agarrar mis bragas y bajarlas, jadeo. En su camino siento su aliento en mi trasero y eso me pone la carne de gallina.
Una vez desnuda, mi excitación es tan grande que el miedo ha desaparecido para dar paso al morbo, y Harry sonríe. Sabe que estoy bien y dispuesta.
—¿Puedo tocarla? —pregunta Tom a mis espaldas.
Harry sigue mirándome y yo asiento. Harry responde:
—Sí.
Instantes después, las manos de Tom pasean por mi cuerpo. Toca mis pechos, mi cintura y, cuando sus dedos llegan a mi vagina e introduce uno de ellos, jadeo. Lou llega hasta nuestro lado y Harry se aparta. Se agacha, me hace abrir las piernas y su boca va directa hasta mi sexo.
Cierro los ojos. Las piernas me tiemblan mientras Tom y Lou me tocan y disfrutan de mí. Harry, al ver aquello, acerca su boca a la mía y susurra:
—Sí… así… disfruta para mí.
Durante unos minutos me siento el caramelito de la habitación. Cuatro manos recorren mi cuerpo y dos bocas se esmeran en arrancarme jadeos, mientras Harry nos observa con los ojos brillantes por la lujuria. De pronto, Harry toca la cabeza de Lou y ella deja de acariciarme, se da la vuelta y veo que le acaricia el torso. Mete su mano en su bañador, le saca el pene y se lo acerca a la boca. Saca la lengua y comienza a lamerlo en toda su longitud.
Excitada, no puedo dejar de mirar, mientras Tom me muerde los pezones. Lou disfruta con lo que hace y lame el pene como si se tratara de un helado. Se lo introduce totalmente en la boca y le acaricia los testículos. Yo miro… miro… y miro y siento que mi excitación se aviva más. Estoy tan caliente que me agacho un poco para facilitarle la tarea a Tom con mis pechos y se los ofrezco para que se dé un festín.
Harry se estremece, yo jadeo y lo oigo murmurar:
—Vayamos a la cama.
Los cuatro, desnudos, nos dirigimos a ella. Harry se quita el bañador y su pene lujurioso está duro y deseoso de jugar y veo que Tom se pone frente a su mujer. Harry se coloca finalmente frente a mí. Lou deposita entre nosotras una caja cuadrada y blanca y pregunta:
—¿A qué queréis jugar?
La saliva se me estrangula en la garganta. No sé qué decir cuando oigo a Harry decir:
—Algo suave.
Lou y Tom hacen un gesto con la cabeza, y entonces ella mira en el interior de la caja, saca dos vibradores como el que me regaló Harry a mí y me mira.
—Está limpio, cariño. Ante todo, la higiene.
Asiento y lo cojo.
Harry me encoge las piernas y me abre las rodillas. Mi sexo está caliente, chorreante y late desbocado.
—Mastúrbate para mí, cariño —me dice Harry.
—Y tú para mí, Lou —pide Tom.
Como una autómata, abierta de piernas junto a Lou y frente a Harry y Tom, pongo el vibrador en mi mojada hendidura y lo pongo a uno. La vibración, la humedad y la excitación me piden más y lo subo al dos. Ardo. Tengo mucho calor y siento que voy a explotar cuando mi clítoris rápidamente reacciona y me comienza a dar descargas de placer.
Harry, entre mis piernas, me mira y se pone un preservativo mientras leo su necesidad en la cara de que me corra para él. Subo la intensidad del vibrador y su descarga hace que arquee la espalda y grite. Un jadeo a mi lado me hace recordar que Lou está en la misma tesitura y eso me estimula, y más cuando veo que Tom le quita el vibrador y la penetra. Sus jadeos se convierten en gritos de placer y eso me azora todavía más. Ver a dos personas a mi lado hacer el amor es algo totalmente nuevo para mí y no puedo dejar de mirar hasta que ellos se dejan ir y sus gritos bajan de intensidad.
Harry no me quita ojo. Está tan excitado como yo.
—Tom, ofréceme a (Tuapodo) —dice, sorprendiéndome.
Rápidamente siento que Tom se levanta, se sienta al borde de la cama y me dice:
—Ven aquí. Siéntate sobre mí.
Sin saber realmente a lo que se refiere, me levanto y cuando voy a sentarme mirándolo, me da la vuelta y me hace mirar a Harry. Después me sienta sobre sus piernas y me susurra al oído:
—Recuéstate sobre mí, sube tus pies a la cama y abre las piernas. Yo te sujetaré por los muslos para que Harry te penetre.
Completamente excitada por el momento, hago lo que me pide mientras siento su pene en mi trasero y me abre los muslos. Harry se acerca a mí, a nosotros, se mete entre mis piernas, me agarra del culo y me mete lentamente su duro pene mientras Tom me sujeta las piernas y me abre para él. Harry, tras varias embestidas que me hacen gemir, se queda quieto y musita:
—Esto es ofrecerte a alguien. ¿Te gusta la sensación?
—Sí… sí…
—Pues así te ofreceré yo a otros hombres —susurra mientras me penetra—. Abriré tus muslos para darles acceso a tu interior siempre que yo quiera, ¿te parece?
—Sí… sí… —jadeo enloquecida.
Me besa. Me devora los labios y ambos oímos que Tom dice:
—Más tarde, quizá Harry te ofrezca y seremos Lou o yo quienes te follemos.
Las palabras de Tom me incitan mientras siento el implacable pene de Harry tan duro como una piedra en mi interior. Harry mueve las caderas y eso me hace resoplar. Noto cómo me llena por completo y comienza a moverse adelante y atrás mientras Tom murmura:
—¿Te gusta, (Tn__)?
—Sí… Oh… Dios mío.
La estimulación que siento en ese instante es profunda y maravillosa mientras Harry avanza y continúa su saqueo implacable sobre mí y Tom me ofrece. Lou nos mira y veo que se masturba con un consolador. Me muerdo los labios, jadeo, me retuerzo.
—Vamos, nena… —dice Harry de repente—. Dime cómo quieres que te folle.
Al ver que no respondo, Harry me da un cachete en el culo que me introduce más en él y yo balbuceo como puedo:
—Rápido… fuerte.
—¿Así, pequeña? —acelera y profundiza más.
—Sí… sí…
Mueve las caderas con vigorosidad y grito. La intensidad en sus movimientos aumenta segundo a segundo, penetración a penetración, y mi placer con él. Ardo. Estoy fuera de control. Y cuando un calor embriagador me hace soltar un gemido de placer, Harry gira las caderas y me embiste por última vez y los dos nos corremos.
Tras aquel primer asalto, llegan dos más donde vuelvo a disfrutar como una loca y donde veo lo mucho que Harry goza ofreciéndome y follándome. Él me ha hecho descubrir un mundo hasta ahora desconocido para mí y sólo lo quiero disfrutar… disfrutar y disfrutar.
Aquella noche, en la soledad de nuestra habitación, Harry me abraza. Las piernas aún me tiemblan y no puedo dejar de pensar en lo ocurrido. Recuerdo las palabras de Niall: «Yo te quiero en exclusividad y él no». Eso me inquieta. Imágenes morbosas pasean por mi mente y noto de nuevo mi vagina estremecerse. De pronto siento su boca en mi frente y cómo me reparte pequeños besos que me saben de maravilla. Harry es dulce y posesivo, y eso me gusta. Me encanta en él. No hemos hablado de lo ocurrido. No es necesario. Nuestros ojos hablan por sí solos y no hacen falta ni preguntas ni explicaciones. Todo ha sido consentido y disfrutado. Agotada, finalmente, me duermo entre sus brazos.
Holaaaa mis perverts!!!
Bueno decidí subir capitulo pronto así puedo subir otro mas tarde :) .. Espero que les guste!!... Que sexuales que son jajaja...
Que les pareció el #OneBigAnnouncement?... Toco en vuestro país? Van a ir?
@vasqueza504 Bienvenidaaaaa linda :) Espero que te guste la novela!
Subo otro mas tarde xx :)
1Daniiella
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Hola Daniella soy Adriana y sere tu NUEVA LECTORA!!! wiii soy de Ecuador pero vivo en Barcelona (hospitalet) con mis padres y tengo 15 y bueeeno ME ENCANTA TU NOVELA Y TIENES SEGUIRLA!!!
Adriiloka
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Me encanta tienes que seguirla, quiero saber que ocurrirá en la fiesta, jejejejej
BBJC
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
OMG QUE HOT ME ENCANTO AY SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA PORFIS
||Hazzy||
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
SIGUEEE! NUEVA LECTORAA!!! SIGUE PORFIIS
astupidlover(L)
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Capitulo 40
A la mañana siguiente, cuando me despierto, vuelvo a estar sola en la habitación. Rápidamente, las imágenes de lo ocurrido la noche anterior regresan a mi mente y me pongo colorada. Pero también me excito.
El mundo de Harry me está abduciendo y siento que cada vez me gusta más. De pronto, la puerta se abre. Es él con una bandeja de desayuno.
—Buenos días, morenita.
Ese saludo, tan de mi padre, me hace sonreír y me siento en la cama. Harry llega hasta mi lado, suelta la bandeja y, tras darme un dulce beso en los labios, se sienta a mi lado.
—He traído zumo de naranja, algo de embutido, tostadas, plumcake y dos cafés con leche, ¿te parece buen desayuno?
Encantada con aquello, sonrío y lo miro.
—El mejor.
Durante unos diez minutos desayunamos entre risas y, cuando acabamos con todo lo que había en la bandeja, la pone en el suelo y se sienta de nuevo junto a mí. Está guapísimo con esa camiseta blanca y las bermudas de camuflaje. Vestido así parece un jovenzuelo de mi pandilla, no el director de una gran multinacional.
—Vamos a ver, pequeña, ¿cómo estás? —pregunta mientras me acaricia el óvalo de la cara.
—Bien, ¿por qué? —Al ver su ceja levantada respondo—. Bien… Si me preguntas por lo que ocurrió ayer, tranquilo, estoy bien, lo disfruté y, sobre todo, tú no me obligaste, lo hice yo porque me apetecía.
Harry asiente. Por su gesto parecía necesitar escuchar aquello y veo que sonríe.
—Me encantó la experiencia contigo. Fue maravillosa.
—Para mí fue extraña. Diferente. Pero también morbosa… muy morbosa. Y ya vi cómo disfrutabas cuando Tom y Lou me tocaban.
—Mmmm… me excita ver tu cara de perversión, pequeña. Abres la boca de tal manera y te arqueas tan deliciosamente… Me vuelve loco verte así.
Ambos reímos.
—En referencia a la fiesta de esta noche. Si tú no quieres, no…
—Sí, quiero. Quiero ir.
—¿Segura?
—Sí. Totalmente.
Mi decisión parece sorprenderlo.
—¿Tú no quieres ir?
—No… no es eso… pero…
—¿Acaso hay alguna mujer por la que me tenga que preocupar?
Harry suelta una risotada y aclara:
—Absolutamente por ninguna. Con ellas simplemente he jugado y…
—¿Has jugado mucho con ellas?
—Sí.
Eso me incomoda. Cualquiera de ellas me sacará ventaja.
—Pero ¿mucho… mucho?
—Mucho… mucho. A algunas las conozco desde hace años, pequeña. Pero no tienes de qué preocuparte. En cambio, yo sí que me tengo que preocupar. Tú serás nueva y estoy convencido de que muchos hombres te observarán deseosos de ser ellos los elegidos.
—¿Tú crees?
Harry responde que sí con su cabeza y siento que se le oscurecen los ojos. De pronto, lo siento algo escamado y eso me alerta. ¿Estará celoso?
—Sí, lo creo. Pero no olvides, cariño, que…
—… que sólo lo haremos con quien yo quiera, ¿me equivoco?
—No. —Sonríe, mientras me aparta un mechón de pelo de la cara.
Doy un trago a mi café.
—¿Me vas a ofrecer a otro hombre?
Mi pregunta vuelve a pillarlo por sorpresa. Como siempre, lo piensa… lo piensa y, al final, responde con otra pregunta:
—¿Te gustaría?
—Sí… me excita sentir que eres mi dueño. Anoche me excitó.
Se carcajea y, tras darme un beso en los labios, murmura:
—Señorita (Tap__), ¿habla de dueño? ¿No dijo que no le gustaba el sado?
—Y no me gusta —aclaro—. Pero me excita sentir tu posesión.
Harry asiente. Clava sus preciosos ojos en mí y murmura:
—No olvidaré eso cuando te ofrezca esta noche.
Asiento como siempre. Está claro que él sólo hará lo que yo quiera y, deseosa de que todo sea como siempre, me tumbo en la cama y tras hacerle una seña con el dedo para que se tumbe sobre mí le susurro:
—Tú eres el experto. Estoy en tus manos.
Harry sonríe y me besa.
—Cariño… cada día me sorprendes más.
Pongo los ojos en blanco y pestañeo.
—Me gustas mucho cuando me llamas cariño. ¿Todavía no te has dado cuenta del influjo que provocas en mí cuando me dices palabras cariñosas?
—Estás comenzando a asustarme.
Eso me hace reír.
—¿Que yo te asusto?
Harry asiente. Pone entonces sus manos en mi cintura y me hace cosquillas.
—Sí…, señorita (Tap__). Comienzo a temer tus juegos. Creo que vas a ser peligrosa.
Tras la comida, Lou y Tom se retiran a descansar. Harry me propone lo mismo, pero me apetece leer en la sombrita. Harry me acompaña y, tirados en las cómodas hamacas de la piscina y bajo una maravillosa sombra, compartimos música en mi iPod y leemos.
Pero yo apenas leo. Mi mente no para de dar vueltas a todo lo que va a pasar, mientras disfruto de estar junto a Harry. Verlo a mi lado, tranquilo y relajado mientras lee el periódico me parece algo sublime, maravilloso. De pronto en mi iPod comienza a sonar una canción y oigo que Harry la tararea. Eso me deja sin habla.
Sé que faltaron razones, sé que sobraron motivos
Contigo porque me matas, y ahora sin ti ya no vivo
Tú dices blanco, yo digo negro
Tú dices voy, yo digo vengo
Miro la vida en colores y tú en blanco y negro.
Dicen que el amor es suficiente, pero no tengo el valor de hacerle frente
Tú eres quien me hace llorar, pero sólo tú me puedes consolar.
Te regalo mi amor, te regalo mi vida
A pesar del dolor eres tú quien me inspira.
No somos perfectos somos polos opuestos,
Te amo con fuerza te odio a momentos.
Está tarareando la canción Blanco y negro de Malú. ¡Y se la sabe entera!
Asombrada, no me muevo, mientras hago como si leyera mi libro. Escuchar a Harry cantar aquella canción que siempre me recuerda a él me pone la carne de gallina. Cuando la termina, me doy cuenta de que me mira.
—Aún recuerdo el día que te escuché cantarla.
—Sí… muy majo tú. Me dijiste que cantaba fatal, ¿lo recuerdas? —Harry sonríe y yo añado—: Oye… ¿cómo te sabes esta canción? Recuerdo que me preguntaste el título y quién la cantaba.
—La busqué.
—¿Y por qué la buscaste?
—Porque escuchar esta canción me recuerda a ti.
Aquella revelación me deja sin palabras. Harry continúa leyendo y yo lo imito. Estoy emocionada porque, sin utilizar palabras cariñosas, sé que me ha dicho: «Te quiero».
... Lo prometidoo, que lo disfruten :) ...
@adriiloka Hola Adriana Bienvenida yo también vivo en Barcelona (Terrassa) y tengo 22 :$ gracias por leer y comentar
@astupidlover(L) Hola bienvenida,espero que te guste la novela..
Para el resto mucho amorr :bye:
1Daniiella
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
ay me duper encanto hary la QUIERE LA QUIERE LEROLERO LA QUIERE YEI grasias por subir espero pronto la sigas bay besos xx
||Hazzy||
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Ame los capis hermosa seguila cuando podas besos
Invitado
Invitado
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
ME ENCANTA SIMPLEMENTE AMO TU NOVELA, YA QUIERO LEER QUE PASA EN LA FIESTA SÍGUELA!!!!!!!
Pao Mijares
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
onlywn.activoforo.com/t45682-his-eyes-harry-styles-nueva#2398408
Chicas por fa pasense por esa novela... es de una amiga y es muy buena en serio... pero la quiere cancelar por falta de lectoras... por fa lean y comenten se los ruego...
Chicas por fa pasense por esa novela... es de una amiga y es muy buena en serio... pero la quiere cancelar por falta de lectoras... por fa lean y comenten se los ruego...
Invitado
Invitado
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Gracias por subir cap. Siguela quiero saber que ocurre en la fiesta
BBJC
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Capitulo 41 (Parte 1)
A las ocho de la tarde, Lou y yo decidimos arreglarnos. Ellos también. Nos vestimos por separado para sorprendernos y eso me gusta. Quiero sorprender a Harry. Lou se ofrece a maquillarme, algo que yo no hago muy a menudo, así que la dejo. Ella es esteticista. Me aplica una base oscura en los párpados y mil potingues más en el rostro. Y cuando me miro en el espejo mi cara de sorpresa es increíble. ¿Esa chica con esos ojazos soy yo?
Lou se ríe y me anima a que nos continuemos vistiendo. Ella se ha comprado un vestido rojo, escotado y lleno de flecos, y yo uno plateado de lentejuelas y suelto hasta la cadera. Ambos llegan por la rodilla y son sexies y sugerentes. A los vestidos los acompañan unos increíbles zapatos de tacón, collares larguísimos, plumas en el pelo y, finalmente, unos guantes que sobrepasan el codo. En cuanto acabamos, nos miramos en el espejo y Lou dice divertida:
—¡Oh… parecemos una verdaderas flappers!
—¿Flappers? ¿Qué es eso?
—(Tn__), en los años veinte la imagen de la mujer cambió radicalmente y se volvió más loca… más atrevida. Las flappers, o las chicas del charlestón, eran las mujeres que se vestían de manera diferente, jovial y alocada. Justo como nosotras, vamos. Listas para volver locas a los hombres.
Eso me hace reír. Lou es graciosa y tiene un sentido del humor maravilloso. Una vez nos vestimos cogemos las dos boquillas de medio metro que hemos comprado y salimos al salón donde ellos nos esperan.
Antes de entrar, veo a Harry y me deja sin habla. Lleva un traje blanco, una camisa negra y un gorro de la época, a lo Al Capone. Está sexy y guapísimo. Tom va igual, pero su traje es gris y su camisa roja. Cuando siento los ojos de Harry sobre los míos sonrío. Veo que le gusta mi disfraz y, acercándose a mí, me coge de la mano y me hace dar una vuelta ante él.
—Estás despampanante.
—¿Te gusto?
—Me encantas, tanto que creo que no te voy a dejar salir de casa.
Eso me hace reír. Me alejo de él mientras muevo las caderas para que el vestido se mueva.
—¡Soy una flapper! —Por su cara puedo ver que no sabe de lo que hablo y aclaro—: Una chica loca del charlestón.
Harry sonríe, viene hacia mí, me coge por la cintura y mientras seguimos a Lou y Tom hacia su coche, me murmura en el oído:
—Muy bien, flapper… vayamos a pasarlo bien.
A las nueve y media entramos en una preciosa mansión decorada al más puro estilo años veinte. Encantada, miro a mi alrededor y me sorprendo al ver al fondo de un enorme salón a un grupo tocando. Los músicos van de blanco, como en las famosas películas de gánsteres que veía cuando era pequeña.
Harry me presenta a los anfitriones y éstos, encantados, alaban mi disfraz. Yo sonrío, feliz. Tom y Lou los saludan también. Tras pasar al salón veo que la gente habla animada y que todos conocen a Harry y lo saludan. Mientras me presenta a los asistentes, estoy asombrada. Saber que es una fiesta donde todos buscan sexo me sorprende. Allí hay gente de todas las edades. Jóvenes y maduros.
Acabadas las presentaciones, escucho la música durante un rato junto a Harry. Lou, una experta en esos años, es la que me indica si suena un boogie-woogie, un charlestón o un foxtrot. Yo en todo eso estoy pez. Soy más de rock and roll. Y, cuando llevamos varias copas, me entero de que Lou es quien ha ayudado a Maggie, la dueña de la casa, a organizar la fiesta. Según pasa la noche soy consciente de cómo los hombres se acercan a nosotros y me devoran con la mirada. Sé lo que piensan, pero estoy tranquila. Nadie, absolutamente nadie, dice nada que me pueda incomodar. Todos son muy educados.
Tras varias bebidas, voy al baño junto a Lou. Nuestras vejigas van a explotar. Al llegar hay dos aseos libres y rápidamente entramos en ellos. Mientras estoy allí, la puerta del lavabo se abre y entran otras mujeres. Oigo el cotorreo de muchas de aquellas mujeres que no conozco pero, al escuchar el nombre de Harry, presto atención.
—Qué alegría volver a ver a Harry, ¿verdad?
—Oh sí… estoy encantada de que esté de nuevo aquí. Está guapísimo.
—¿Cuánto tiempo hace que no venía a una de nuestras fiestas?
—Dos años.
—Realmente se le ve muy bien. Tan atractivo y sexy como siempre.
—Sí… parece estar recuperado tras lo ocurrido. Pobrecillo.
¿Recuperado? ¿Qué le ha pasado a Harry?
Convencida de que quiero saber más, pongo la oreja pero, entonces, oigo la voz de Lou:
—Chicas, ¡estáis guapísimas! ¿Dónde habéis comprado esos trajes?
En seguida cambian de conversación y se centran en hablar de las compras. Salgo del baño y me uno a ellas. Lou me presenta a las mujeres y todas son encantadoras conmigo. Cuando salgo del baño, una de ellas, Emily Ostilly, camina a mi lado y me pregunta:
—Has venido con Harry, ¿verdad?
—Sí.
—¿De dónde eres?
—De Madrid.
—¡Oh, me encanta la capital! Mi marido y yo somos de Huelva, aunque viajamos mucho a Madrid. Tenemos un pisito allí, en plena calle Princesa.
Saber eso me sorprende.
—Pues yo vivo en Serrano Jover.
—En esa calle hay un gimnasio, ¿verdad?
—¿El Holiday Gim? —La mujer hace un gesto afirmativo—. A ese gimnasio voy yo.
Emily sonríe y murmura:
—El mundo es un pañuelo, chica. Mi piso está cerca y a ese gimnasio es al que vamos Jhon y yo cuando estamos en Madrid.
Ambas sonreímos por la coincidencia.
—Pues entonces seguro que nos vemos por allí.
—Segurísimo.
Charlamos sobre mil cosas más, mientras observo a Harry hablar con una mujer y un hombre al fondo de la sala. Parece divertido. Su gesto está relajado y veo que sonríe. Emily es simpática, salta de un tema a otro, y pronto me presenta a varias mujeres más. Cuando de nuevo nos quedamos solas coge dos copas de champán de una mesa y se me acerca.
—¿Te gustaría pasar un agradable rato conmigo en la sala de al lado?
Me pongo colorada, azul y verde. La mujer, al verlo, sonríe.
—Si lo piensas mejor, avísame, ¿de acuerdo?
Cuando se aleja, me guiña el ojo y yo camino hacia Harry. Él, al verme llegar, me da un beso en los labios y continúa hablando con la pareja que lo acompaña.
Hay un buffet libre y los comensales comenzamos a degustar los ricos manjares. Siento las miradas de los hombres sobre mí y también las de muchas de las mujeres, aunque, cuando veo cómo muchas de ellas miran a Harry, me molesta. Mi instinto de posesión se alerta y, al final, Harry, consciente de lo que me pasa, me tranquiliza y me recuerda dónde estamos. Pero las mujeres que se acercan a nosotros se lo comen con la mirada y la gata que hay en mí vuelve a resurgir.
Harry me mira divertido y, tras disculparnos, me coge del brazo y me aleja hacia una ventana. Una vez solos me besa en la boca.
—Tus ronchones en el cuello te delatan. ¿Qué ocurre?
—Nada.
Inconscientemente me voy a rascar pero Harry me sujeta la mano y me sopla el cuello.
—No, morenita… no. Si te rascas lo empeorarás.
Eso me hace sonreír. Recuerdo lo que acabo de escuchar en el baño y decido preguntarle, pero se me adelanta.
—Escucha, cielo. Esta gente y yo nos conocemos desde hace años. Tranquilízate.
Miro hacia las mujeres y siento que nos observan. A Harry le suena el móvil y al mirarlo leo: «Tay».
Ya son varias veces las que he leído ese nombre en el móvil, así que pregunto:
—¿Quién es Tay?
Harry se guarda el móvil y me mira.
—Alguien de mi pasado. Nada importante.
Doy un trago a mi copa, deseo seguir preguntando sobre esa mujer pero, al final, cambio de tema.
—Cuando estaba en el baño oí a algunas hablar sobre ti.
—Ah, sí… Espero que cosas buenas y excitantes —murmura divertido.
Su gesto de pícaro me hace abrir los ojos.
—Gilipollas.
Mi contestación lo divierte y, mientras me acaricia la espalda, susurra:
—Nena… son mujeres que conozco desde hace tiempo.
—Decían algo sobre que pareces estar recuperado.
Se tensa. Detiene su jugueteo en mi espalda.
—Los cotilleos de los baños de mujeres no me interesan.
—Ni a mí, listillo —insisto—. Pero al oír eso, pensé que…
Harry me corta y me hace un gesto que denota incomodidad.
—Ya te he dicho que no me interesa hablar sobre lo que se comente en el baño de mujeres.
Su fría contestación me deja sin palabras. Ha cortado toda probabilidad de seguir hablando del tema, como siempre que surge algo suyo personal. Al final, deseosa de que la comunicación vuelva a ser fluida entre nosotros, me acerco.
—Me molesta cómo te miran algunas mujeres.
Harry sonríe. Da un trago a su copa y se vuelve hacia mí.
—¿Te has fijado cómo te miran a ti los hombres? —Asiento—. La diferencia entre ellas y ellos es que ellas están deseando que yo las desnude y ellos están deseando desnudarte a ti. Ellas quieren que yo les dé placer y ellos quieren dártelo a ti. ¿No crees que yo pueda estar más molesto?
Sus palabras hacen que me sonroje. Lo miro y entonces se acerca más a mí.
—Recuerda, (Tuapodo), tu placer es mi placer y, hoy por hoy, mi único placer eres tú. Sólo deseo desnudarte y…
—Calla…
Sorprendido, frunce el ceño.
—¿Qué ocurre?
—Me excitas con lo que dices, Harry.
La risotada que suelta hace que yo me relaje. Me besa. Me atrae hacia él.
—Es lo que quiero, morenita. Que te excites.
Dicho esto, el grupo comienza a tocar una sugerente canción y Harry me agarra por la cintura y me invita a bailar. Mientras bailamos, nos miramos. Sin necesidad de hablar, sólo con la mirada me dice cuánto me desea. Eso me agita y noto cómo mi interior comienza a revolotear. Después me toma de la mano y caminamos por un amplio pasillo de la casa. Una puerta se abre y de ella sale un hombre que nos saluda al vernos:
—Hombre, Harry, ¡qué alegría verte!
Se dan las manos y Harry dice:
—Lo mismo digo, amigo. No sabía que estuvieras por aquí.
El hombre castaño sonríe y, tras pasar su mirada por mi cuerpo, murmura:
—Estoy de vacaciones en Cádiz, además, ya sabes que no me pierdo ninguna fiesta de Maggie y Alfred… ¡Son apoteósicas!
Ambos sonríen y entonces Harry se vuelve hacia mí.
—(Tn__), te presento a Louis, un buen amigo. Louis, ella es (Tn__), mi chica.
¡Vaya! Ha dicho que soy su chica.
Sonrío y le doy dos besos al recién llegado, pero, al separarme de él, éste dice:
—Encantado, (Tn__). Mmmm… tienes una piel muy suave.
Bajo la cabeza, como una tonta, y entonces oigo a Harry decir:
—Toda ella es suave y exquisita.
Me contraigo mientras siento que los dos hombres se miran. ¿Me está ofreciendo? Instantes después, Louis abre la puerta que acaba de cerrar.
—¿Entramos?
Harry me agarra y asiente.
Entramos en la espaciosa habitación, sólo iluminada con una luz roja. Louis cierra la puerta y veo que no estamos solos. Hay tres parejas liadas sobre una de las tantas camas que se encuentran en aquella habitación y me pongo nerviosa. Sé a qué hemos ido allí y me inquieta. Louis se acerca a una pequeña barra y comienza a servir tres copas de champán. Harry me mira y susurra, poniéndome la carne de gallina:
—¿Qué te parece Louis para jugar? Sé que lo prefieres a una mujer.
Lo miro. El mencionado es castaño y atractivo. Alguien en quien sin duda me hubiera fijado si lo hubiera conocido en otro momento. Harry espera una contestación.
—Bien.
—¿Te parece bien que te ofrezca a él?
Mi estómago se contrae pero, excitada, contesto afirmativamente.
—Sí.
—Perfecto. —Harry sonríe y veo cómo le brillan los ojos.
Dos segundos después, Louis se acerca y nos entrega unas copas.
Charlan en inglés e intentan integrarme en la conversación. Se nota que se conocen y la complicidad que hay entre ellos. Pero yo estoy muy nerviosa y más aún cuando Louis se acerca para besarme en los labios. Harry se lo impide.
—Su boca y sus besos son sólo míos.
El corazón se me encoge al escucharlo y notar la posesión en su voz. Louis asiente. No le ha molestado lo que Harry ha dicho.
—¿Qué tal si nos sentamos? Estaremos más cómodos.
Harry me coge de un brazo y me sienta en un sillón. Doy un trago a mi bebida y se colocan uno a cada lado. Estoy nerviosa. Me siento como un bombón bajo la atenta mirada de dos depredadores. Oigo jadeos. Cerca de nosotros, otras personas juegan. Sus gemidos retumban en la habitación y no puedo apartar mi vista de ellos. Lo que hacen me inquieta, me activa y más cuando Harry acerca su boca a mi oído y me chupa el lóbulo.
—¿Excitada?
Le digo que sí y Louis pone una de sus manos en mi rodilla. Comienza a subirla por la pierna.
—Harry tiene razón, eres muy suave.
Harry mueve la cabeza. En ese momento la puerta se abre. Entran dos mujeres y un hombre y, tras mirarnos, se ponen al otro lado del salón. Sin preámbulos, una de las mujeres se sienta en uno de los sofás del fondo, se sube el vestido y la otra mujer, ante la mirada del hombre, pone su boca en su sexo.
—Vaya… la fiesta se calienta —sonríe Louis.
Harry me mira y me pide con voz neutra.
—(Tuapodo)… quítate las bragas.
Al escuchar aquello estoy tan excitado por todo lo que ocurre a mí alrededor que no lo dudo. Me levanto y, en dos movimientos, hago lo que me dice. Luego vuelvo a sentarme entre ellos. Harry me quita las bragas de la mano y se las guarda en el bolsillo de su americana.
—Abre las piernas, nena —ordena.
Lo hago. Louis comienza a tocarme. Posa su mano de nuevo en mi rodilla, pero esta vez su recorrido es lento y progresivo. Se adentra en la cara interna de mis muslos y, cuando sus dedos rozan mi vagina, murmura:
—Me encanta tu humedad. Eso me indica que lo vamos a pasar muy bien, preciosa.
Dicho esto, siento que mete un dedo en mí y después dos. Me recuesto más sobre el sofá y suelto un gemido. Harry acerca su boca a la mía y me besa mientras es otro quien saquea con sus manos mi cuerpo.
—Así, cariño… Quiero que disfrutes para mí.
Louis continúa con su invasivo juego y pronto noto que toda mi vagina chorrea. Sentir su saqueo y los besos de Harry me está volviendo loca.
—¿Te gusta, pequeña?
—Sí.
—¿Quieres más?
—Sí.
Louis nos escucha y pregunta:
—¿Qué más quieres, preciosa?
—(Tuapodo)… —añade Harry—. Dile a Louis lo que quieres.
Estoy colorada como un tomate y ardo. Menos mal que la luz roja no lo deja ver. Mi boca está seca y Harry se da cuenta de que no puedo hablar.
—Si no lo dices, cariño… no haremos nada.
—Quiero… quiero que me hagáis lo que queráis.
—Mmmm… ¿dispuesta a todo? —Murmura Louis—. ¿Qué tal una doble penetración?
—No. De momento sólo tomaremos su vagina —aclara Harry, y Louis acepta.
Excitada y abierta de piernas para ellos, jadeo cuando Harry se incorpora.
—Levanta y date la vuelta, (Tuapodo).
Lo hago e instantes después noto que me desabrocha la cremallera de mi vestido de lentejuelas y éste cae a mis pies. Estoy totalmente desnuda ante Louis y mi pecho sube y baja con inquietud. Harry me besa el cuello.
—Ofrécele tus pechos.
Instintivamente me acerco a él y Louis los toca y los chupa. Primero uno y después el otro. Harry, que está detrás de mí, me empuja con delicadeza y caigo literalmente sobre la cara de Louis que me los agarra, los junta y se mete los dos pezones en la boca, mientras Harry me masajea las nalgas y me da un azotito. Luego pasa su mano por mi mojada hendidura y mete un dedo en mi interior.
El calor toma mi cuerpo y comienzo a arder. Esos dos me tocan a su antojo y me gusta. Cuando creo que voy a explotar, siento que Harry deja de tocarme y se pone detrás del sillón.
—(Tuapodo)… súbete al sillón.
Obediente, hago lo que me pide.
—Ahora quiero que le ofrezcas lo más íntimo de ti a Louis y dejes que te saboree.
Dicho y hecho. Louis recuesta su cabeza sobre el sofá y yo, con una pierna a cada lado de sus hombros, me agacho para que él me coja con posesión de los muslos y me atraiga hacia él. Mi vagina queda totalmente sobre su boca y él comienza a jugar con ella y con mi clítoris. Su boca se desliza de un lado a otro mientras noto cómo me mueve sobre ella y yo gimo de puro placer.
Harry, que está frente a mí, me observa. En su mirada veo el brillo de la lujuria y eso me altera más. Disfruta con lo que ve y su respiración se vuelve inconstante. Finalmente, se acerca al sofá, me coge de la cabeza y me besa mientras Louis prosigue su saqueo particular a mi vagina. Mete un dedo en ella y, mientras su lengua juega con mi clítoris, éste entra y sale rápidamente de mí. El calor crece y crece en mi interior, mientras me siento un juguete delicioso entre las manos de aquellos hombres. Pero me gusta lo que me hacen. Me gusta ser su juguete y más cuando Harry murmura en mi boca:
—Eres mi placer… dame más pequeña.
Suelto un chillido devastador y me corro sobre la boca de Louis.
Mi vagina palpita. Succiona el dedo que Louis tiene en mi interior, y oigo que él me dice:.
—Así, preciosa. Chilla y córrete para nosotros.
En ese momento, se acerca una mujer y nos mira. La reconozco. ¡Emily Ostilly! Durante unos minutos se limita a mirarnos mientras yo sigo moviendo mi sexo sobre la boca de Louis y éste, con un dedo en su interior, me hace jadear una y otra vez. La mujer, avivada por lo que hago, se tumba en un diván cercano y comienza su propio juego.
Instantes después, Harry le indica a Louis que pare y coge mi vestido. Me hace bajar del sillón y los tres caminamos hacia una puerta que hay en el fondo del salón. Siento el martilleo de mi corazón mientras camino desnuda entre los dos y mi vagina palpita por lo sucedido. En mi camino observo a otras personas gritar de placer por sus juegos. En cuanto traspasamos la puerta, Harry se detiene.
1Daniiella
Re: Pídeme Lo Que Quieras (Harry Styles & Tu) (HOT +18) [Primera Temporada] [TERMINADA]
Capitulo 41 (Parte 2)
Estoy congestionada. Creo que voy a explotar. Harry abre una puerta y entramos en una pequeña habitación donde hay una cama y un sillón. Cada vez estoy más excitada. Harry deja mi vestido en la cama y se sienta en el sillón. Me llama, me da la vuelta y me sienta sobre él. Me abre las piernas, me las flexiona y me ofrece. Louis, sin hablar, se arrodilla, se mete entre mis piernas y vuelve al ataque, mientras Harry musita en mi oído:
—Así, (Tuapodo)… En la intimidad quiero que estés a mi disposición siempre. Soy tu dueño y tú, mi dueña. Sólo yo te puedo ofrecer. Sólo yo puedo abrir tus piernas a los demás. Sólo yo…
—Sí… sólo tú. Juega conmigo —murmuro.
Me doy cuenta de que mi voz y mis palabras lo avivan, al mismo tiempo que a mí me estimulan. Lo que estoy diciendo es una auténtica locura, pero es lo que deseo. Quiero que él me ofrezca. Quiero sucumbir a lo que me pida. Lo quiero todo.
—Me vuelves loco, cariño, y escuchar tus gemidos y cómo te dejas llevar por mí es lo mejor que puedo imaginar. Estamos aquí. Estás desnuda entre mis brazos y otro hombre juega contigo. ¡Oh… Dios… ¡Me gusta sentirte mía en todos los sentidos. Quiero que disfrutes. Quiero que explores y explorarte. Quiero follarte y que te follen. Quiero tanto de ti, cariño, que me das miedo.
Eso me hace jadear y retorcerme. Tengo calor. Mucho calor. La situación me puede. Estoy sobre Harry. Él me abre las piernas. Me ofrece a otro hombre. Siento la dureza de su sexo contra mi trasero mientras que un hombre del que sólo sé que se llama Louis barre mi sexo con su lengua de atrás hacia adelante.
El orgasmo está a punto de llegarme.
—¿Deseas más? —me dice Harry.
—Sí… oh sí…
Harry, al escucharme, se mueve y se levanta. Yo me levanto también y Louis hace lo mismo. Harry me coge de la mano y me sienta sobre la cama. Lo oigo hablar algo con Louis y entonces dice:
—Voy a cumplir tu fantasía, cariño.
Esos dos adonis de inquietantes y jóvenes cuerpos quedan completamente
desnudos delante de mí y miro sus potentes erecciones. Harry se queda a un lado y Louis se acerca a mí.
—Túmbate en la cama y ábrete de piernas, preciosa.
Miro a Harry, él asiente y lo hago. Desnuda y con los pezones duros me tumbo en el centro de la cama y observo que en el techo hay espejos.
Como un dios nórdico, Harry se sube a la cama y acerca su boca a la mía.
—Pídeme lo que quieras.
Estoy confundida y sobreexcitada. Él me besa y yo me estremezco cuando sus manos vuelan por mis pezones. Louis nos observa y eso me estimula más. Entonces recuerdo algo que a Harry le gusta.
—Quiero que Louis me folle mientras tú me ofreces, me besas y miras. Sé que te gustará hacerlo. Y, cuando él se corra, quiero que me folles tú como sabes que me gusta.
A medida que lo voy diciendo, veo que a Harry se le ilumina la cara. Los ojos le chispean. He entrado totalmente en su juego y él lo sabe. Me da un último y lascivo beso antes de levantarse de la cama. Después mira a Louis y dice:
—Fóllatela.
—Será un placer, amigo —murmura Louis, mientras sonríe.
En su rostro se ve el deseo y su pene hinchado refleja las ganas que tiene por hacerlo. Se sube a la cama y se pone a horcajadas sobre mí. Siento su pene erecto descansar sobre mi barriga y, cuando se agacha, me estira los brazos y se mete uno de mis pechos en la boca, jadeo mientras miro a Harry. Durante varios minutos, siento cómo Louis chupa y succiona mis pezones y manosea mi trasero bajo la atenta mirada de mi dueño. Me estruja las cachas del culo con sus manos y me gusta. Después, baja hacia mis piernas y, sin miramientos, me las agarra y se las pone sobre los hombros hasta dejar mi sexo frente a él.
Con los ojos muy abiertos, miro los cristales que hay en el techo y me estimulo más. Estoy desnuda en una habitación con dos hombres y abierta de piernas para un desconocido que me va a follar. Y lo mejor, Harry está a mi lado, observando. Me anima a disfrutar de la experiencia y yo la quiero disfrutar. Durante varios segundos, Louis no hace nada hasta que lo oigo decir, mientras siento que introduce sus dedos en mí:
—Estás empapada y tu coño me está volviendo loco.
De pronto vuelvo a sentir su boca invadiéndome y Harry vuelve a colocarse a mi lado.
—Así, pequeña… —me dice Harry—. Es lo que querías, ¿verdad?
—Sí.
—Vamos, cariño, ábrete bien para que pueda disfrutar de ti y córrete para que te saboree bien. Después, yo te follaré como llevo horas deseando hacerlo.
Aquel lenguaje tan soez me habría provocado rechazo en otras ocasiones. Incluso me habría molestado, pero de pronto y en una situación como aquélla me gusta. Me estimula. Me altera.
Louis me agarra las nalgas para meterme totalmente en su boca. Le gusta, me saborea, disfruta y yo jadeo. Gimo y me retuerzo. Con la lengua barre mi sexo una y otra vez, una y otra vez y entonces Harry me agarra las manos sobre mi cabeza y no puedo evitar mirar su duro y ardiente sexo. Louis, sin darme tregua, llega hasta mi hinchadísimo clítoris. Está enorme, muy avivado. Siento que lo engancha con sus dientes y tira de él. Grito. Me retuerzo. Quiero más.
Miro a Harry y vuelvo a observar su pene. Él sonríe al intuir mis intenciones y, cuando un jadeo sale de mi boca, se agacha y lo pone entre mis labios. Quiero metérmelo en la boca. Lo chupo, pero lo retira rápidamente.
—No, pequeña —me dice, agachándose—. Si te dejo hacer lo que quieres, no voy a poder parar.
Mi vagina se contrae y entonces Louis me baja las piernas. Veo que se pone un preservativo.
—Te voy a follar, preciosa. Te voy a follar delante de tu hombre y él te va a abrir para mí, mientras te sujeta para que no te muevas.
Grito. Me sofoco.
Los ojos de Harry brillan. Le gusta ver aquello. Le gusta tenerme así. Y entonces Harry se agacha y me abre los pliegues de la vagina con sus manos. Louis me coge de los muslos, pone su pene en la entrada y poco a poco tira de mis muslos y me atrae hacia él. Mi húmeda vagina lo atrapa y se contrae mientras siento cómo Harry me encaja en Louis. Sus manos cierran mi vagina y su pene queda metido totalmente en mí.
¡Dios… esa sensación es deliciosa!
Harry aparta sus manos de mi vagina, coge mis manos y me las sujeta por encima de la cabeza. En ese momento, Louis mueve las caderas en busca de más profundidad y lo consigue. Jadeo… Jadeo y Harry atrapa mis jadeos con su boca. Se los come. Los disfruta y sé que lo vuelven loco.
Louis continúa su baile particular dentro y fuera de mí. Una… y otra… y otra
vez… Me folla como le ha pedido Harry y yo lo gozo. Abro las piernas para él y dejo que me penetre una y otra vez hasta que mis jadeos se vuelven más seguidos, más sonoros. Exploto y me retuerzo entre las manos de ellos.
Louis me suelta. Harry también me suelta y, cuando Louis saca su pene de mí, veo que cambian sus posiciones en la cama. Ahora, Harry está entre mis piernas y Louis sobre mi cabeza. Mientras normalizo mi respiración veo que Harry se pone un preservativo; después, coge una especie de jarra de agua y la deja caer sobre mi sexo. El agua fresquita me hace gritar de nuevo.
—¡Dios… te follaría otra vez! —dice Louis, mientras se quita el preservativo.
Harry sonríe, mira a su amigo y, mientras me seca con una toallita, murmura:
—Lo harás…
Cierro los ojos. Aún no puedo creer lo que estoy haciendo. Cuando los abro veo la cara de Harry frente a la mía que me pide:
—Bésame.
Abro la boca y lo beso mientras siento que desliza su erección desde mi clítoris hasta mi ano. Juega conmigo. Me estimula y grito de frustración. Estoy mojada y resbaladiza y eso me excita y lo excita a él también. Mete su dedo en mi interior y, como estoy tan abierta, me mete tres de golpe.
—Nena… estás muy abierta y receptiva. Te gusta, ¿verdad?
—Sí… Sí…
Me muevo sobre su mano. Imploro lo que quiero, mientras Harry continúa su juego sobre mí y Louis nos observa.
De pronto, siento que uno de sus resbaladizos dedos se para en mi ano. Con movimientos circulares lo estimula y, cuando me quiero dar cuenta, el dedo se mueve en mi interior. Durante unos segundos, lo mueve mientras yo me arqueo para que no pare y entonces soy consciente de que el pene de Louis vuelve a estar erecto y cae sobre mi cara.
La vista se me nubla cuando Harry saca su dedo de mi ano y de una estocada mete su maravilloso pene en mi vagina. Grito. Él se para y me mira. Se tumba sobre mí, pone una mano sobre mi cabeza y la otra en mi trasero.
—Dios, nena… me estás volviendo loco. ¿Esto es lo que quieres?
—Sí.
Mueve sus caderas y se hunde más en mi interior, mientras siento que sus testículos están a punto de entrar también. Jadeo. Su enorme glande sobreexcitado es mucho más ancho y largo que el de Louis. Noto cómo mi carne se abre para recibirlo y eso me hace gemir y retorcerme entre sus brazos. Harry me besa, entra una… dos… tres… cuatro y mil veces en mí con posesión, mientras me arranca gustosos gemidos de placer. Louis me agarra los hombros para que no me mueva. Y entonces las embestidas de Harry se vuelven más secas y posesivas, mientras Louis murmura:
—Así, preciosa… disfruta…
Mis gritos no tardan en aparecer de nuevo. Agarro a Harry por el trasero y lo obligo a golpearse contra mí una y otra vez mientras veo sobre mi cara el pene hinchado y duro de Louis. Estoy a punto de pedirle que me lo meta en la boca, cuando Harry lee mi pensamiento.
—No. Mírame.
Rápidamente le hago caso y siento que Louis me suelta los hombros y se baja de la cama. Harry clava sus impresionantes ojos en mí y me da un azote que me escuece, mientras me embiste con fuerza. Su respiración es brusca, inconstante pero sus acometidas en el interior de mi vagina me hacen convulsionar a cada nuevo ataque. Vuelve a azotarme. El calor me sube por el cuerpo y jadeo su nombre…
—Harry…
Me abrasa la excitación cuando vuelve a darme otro azote y noto que mete un dedo junto a su pene en mi vagina y vuelvo a jadear. Su dedo empapado de mis fluidos va directo a mi ano y, al notar que lo mete, grito. Esta vez, la invasión es más fuerte. Su demoledor dedo entra y sale de mi ano mientras que su pene lo hace en mi vagina y esa nueva sensación me deja extenuada.
Con el cuerpo palpitándome, deseo lo que me exige y lo que me hace y casi rezo para que continúe y no pare nunca. Mis caderas se levantan en busca de más, hasta que el rostro de Harry se contrae y yo, tras un demoledor grito, me dejo llevar.
Cuando todo acaba, Harry cae sobre mí. Lo abrazo y él mete su cara en mi cuello. Permanecemos así unos minutos. Agotados. Rendidos. Consumidos. Hasta que se separa de mí y, sin mirarme, ordena con voz seca:
—Vístete. Nos vamos.
Extasiada por lo vivido, hago un gesto afirmativo con mi cabeza. Cojo el vestido, que veo a un lado de la cama, y me lo pongo. Me siento en la cama y lo observo vestirse. Después, me doy cuenta de que estamos solos en la habitación.
—¿Dónde está Louis?
Harry me mira y, con un gesto que me descuadra, pregunta:
—¿Para qué quieres saberlo?
—Para nada, Harry —respondo, sin entender su pregunta—. Es simple curiosidad.
En ese instante me percato de que algo le pasa y lo agarro del brazo. Harry se suelta de mala gana.
—¿Por qué estás enfadado?
La furia de sus ojos me deja sin habla.
—¿Por qué querías meterte su polla en la boca?
Sus palabras me sorprenden. No sé que responder.
—No lo sé, Harry. El morbo del momento.
Al ver que él no me mira y se sigue abrochando la camisa, exploto:
—¡Perfecto! Me traes aquí. Me haces abrirme de piernas para él y ahora, ¿me vienes con reproches? Joder, Harry… no lo entiendo.
—Tú has accedido. No lo olvides.
—Por supuesto que he accedido. ¡Imbécil! He entrado en el juego. ¡Tu juego! Me he dejado lamer, chupar y follar por una persona a la que no conozco de nada porque sé que a ti es lo que te gusta, y ahora, cuando ves que he disfrutado y me he dejado llevar por el morbo, me lo reprochas. ¡Vete a la mierda!
Dispuesta a largarme de allí, me encamino hacia la puerta. Pero antes de que llegue, él me agarra y me tumba sobre la cama.
—Tienes razón, nena… tienes razón.
—¡Gilipollas!… Eso es lo que eres, un auténtico gilipollas.
—Entre otras muchas cosas. Perdóname.
Sus ojos… su voz… el olor a sexo y todo él consigue que mi enfado, como siempre, desaparezca en décimas de segundo.
—Perdóname, cariño. Me he dejado llevar por mi instinto de posesión y…
—Pero vamos a ver, Harry. ¡Soy tuya! ¿Todavía no te has dado cuenta de que sólo quiero hacer lo que tú quieras? ¿De verdad que todavía no te has dado cuenta de que el morbo y jugar me gusta, pero sólo contigo? Tú dijiste que mi placer es tu placer. Pues aplícate el cuento porque a mí me pasa lo mismo. Lo que acaba de pasar aquí, ha sido ¡increíble! ¡Maravilloso! ¡Extenuante! Me ha gustado ver el brillo en tus ojos cuando te he pedido lo que quería. Has disfrutado el momento y yo también. ¿Dónde está el mal? Sólo me he dejado llevar por lo que tú me has enseñado a disfrutar, el morbo. Y ese morbo, tú y lo que me hacías me hicieron querer hacer algo más. Pero si…
Harry me besa. No me deja terminar.
Devora mi boca y juega con mi lengua mientras yo adoro que lo haga. Durante un rato permanecemos solos y abrazados en la habitación. Sólo nos abrazamos. Estamos agotados. Y cuando abandonamos la solitaria habitación y regresamos al salón general, Louis se acerca a nosotros, nos ofrece unas copas de champán bien frío, me coge de la mano y la besa.
—Ha sido todo un placer, (Tuapodo).
Yo asiento. Louis mira a Harry.
—Gracias, amigo, por ofrecerme a tu mujer. Ha sido una delicia.
Harry sonríe.
—Me alegra saberlo.
—Por cierto —añade Louis—. Mañana por la noche vamos a jugar a la rueda en la villa que he alquilado. Emily y Lou se han ofrecido, ¿os animáis?
¿La rueda? ¿Qué es la rueda? Quiero preguntar. Pero Harry responde mientras nos alejamos:
—Gracias por la invitación, pero no. Quizá en otro momento.
Cuando llegamos a la pista de baile y comenzamos a movernos al son de la música, mi curiosidad no puede más y pregunto:
—¿Qué es la rueda?
—Un juego para el que tú no estás preparada.
—Vale… Pero ¿qué es?
Harry sonríe y me acerca más a él.
—De entrada, te desnudarías junto a las otras dos mujeres. Suele haber dos o tres. Los hombres jugaríamos a las cartas mientras vosotras nos servís las copas y satisfacéis nuestros caprichos más inmediatos. Una vez termina la partida, los hombres hacemos un círculo alrededor de las mujeres que se han ofrecido y toda la rueda las folla. Eso sí… siempre con su consentimiento.
Asiento y trago con dificultad. No. Definitivamente no estoy preparada para ello.
Sobre las cuatro de la mañana, sin haber compartido nada más que charla con otros, Harry y yo decidimos regresar a casa. Lou y Tom regresarán más tarde. Cuando nos sentamos en la limusina que los dueños de la casa han puesto a nuestra disposición, me abraza y yo lo miro con picardía.
—Estoy agotada, ¿por qué será?
—Por el esfuerzo, morenita… no lo dudes.
Ambos nos reímos y Harry me besa en el cuello.
—¿Lo has pasado bien?
—Sí. Muy bien.
—¿Tanto como para repetir otro día?
Busco su mirada para responder:
—Oh, sí… por supuesto que sí. Además, he visto cosas que quiero probar y…
Harry sonríe y acerca su boca a la mía.
—Dios mío, ¡he creado un monstruo!
Hola mis perverts!!!!
Llego LA FIESTAAAAA!!!! ohhh party hard jajaja nunca mejor dicho :fiu: ... Apareció Louis wooo se vienen unos capítulos super interesantes jiji... Hay que ver este Hazza como pervirtió a la Rayis ah?? y encima luego le reclama tss... Celoso!! jajaja ... Espero que les guste el super capitulo ... Que creen que va a pasar en el próximo?
Lots of love perverts xx :) :bye:
1Daniiella
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