The Sky Is The Limit

Hola Laura! Qué bueno que te haya gustado el prólogo, ahora mismo subiré el primer capítulo, lo iba a subir hace unos días, pero no he tenido tiempo para nada, pero ahora lo subo, ojalá te guste :) Muuuuuuuuuuuuuuuchas, muchas gracias por leer :)

- ¡Oh, Eleanor! – dijo un muchacho y me abrazó. Me quedé ahí parada, no sabía qué hacer, así que le di unas palmaditas en la espalda para animarlo un poco – Tenías razón, ella era mala, me hizo daño y me hace sufrir… Ahora es cuando tú me dices: Te lo dije…
- Yo… eh… - traté de decir, pero sus sollozos eran más fuertes – Shhht, tranquilo…
- Es que la quería, en verdad la quería… ¡y me dejo por otro! Soy un idiota.
- No, no eres un idiota… Ella es la idiota – si fuera así, yo también sería una idiota, a mí también me engañaron. Cuando los sollozos fueron bajando de intensidad, me atreví a decirle – Hey, yo… yo no soy Eleanor…
- ¿Qué? – se separó y me miró confundido – Tú no eres Eleanor… - ¿en serio? Pensé.
- No, soy la roommate de Eleanor y… - no pude seguir, el chico aun me tenía agarrada de la cintura, pero se veía bastante mareado - ¿estás borracho?
- ¿Quién? ¿Yo? Para nada… - dijo riendo. Me solté de sus brazos y vi como a penas se podía mantener sin apoyarse de algo.

Lo ayudé a entrar y lo senté en el sillón, ya no sollozaba pero al parecer la borrachera lo estaba matando, se sostenía la cabeza entre las manos y decía cosas que nadie podía entender. Fui a la cocina a prepararle café, aun no sabía quién era, pero tenía que ayudarlo, pobre, no podía dejarlo así; bueno, si era un ladrón y se robaba todo lo de la casa, Eleanor me mataría y no tendría piedad de mí, pero al parecer ellos se conocían, así que Aria, no hay de qué preocuparse, me dije. Cuando volví con el café, él chico estaba en la misma posición de antes, así que le di la taza, pero no podía tenerla entre sus manos, me miró con ojos suplicantes y le ayudé a beberlo.

- Puede que esté borracho… - me dijo después de beber el café, yo solo lo miré – y que no me creas nada, pero eres muy hermosa.
- De acuerdo, campeón – dije riendo y lo ayude a recostarse en el sofá – es hora de tu duermas.

Caminé hasta un armario y saqué un par de mantas para abrigarlo, cuando regresé ya estaba dormido. Recién estaba comenzando a taparlo cuando su teléfono comenzó a sonar, me sobresalté un poco y él solamente se movió y siguió durmiendo. Busqué su celular en los bolsillos y ahí estaba, lo llamaba un tal Liam, recordé que un amigo de Eleanor se llamaba así. No contesté, esperé a que dejara de sonar y seguí sacando sus cosas de los bolsillos, hasta que encontré su billetera; la tomé y la abrí, ahí estaba su identificación, su nombre era Harry Styles. Con que él era Harry… Claro, ahora entiendo todo. A Eleanor no le gustaba su novia porque sabía que lo engañaba y él no le hacía caso; qué astuta Aria, me dije sonriendo.

Unos rayos de sol me llegaban en la cara haciendo que me despertara, miré la hora y recién eran las diez de la mañana, me dispuse a seguir durmiendo cuando sentí un gran alboroto desde la sala. Me levanté rápidamente a ver qué pasaba, Harry se había caído del sofá mientras dormía y ahora le costaba levantarse, solté una pequeña risita al verlo, entonces él se dio vuelta un poco agitado y me miró con cara de verdadera sorpresa.

- ¿Quién eres tú? – me preguntó.
- Soy la nueva roommate de Eleanor, te lo dije anoche cuando llegaste, pero creo que estabas muy borracho para recordarlo – le dije sonriendo.
- Creo que sí – respondió sobándose la cabeza – Eleanor me matara cuando se entere de que esta fue nuestra presentación. Ella poco menos quería hacerte una fiesta de bienvenida.
- Eso es un lindo detalle – dije sorprendida – Por cierto, me llamo Aria.
- Yo soy Harry – me respondió él y miró su teléfono - ¡Dios! Tengo muchas llamadas perdidas…
- Tu celular sonó mucho anoche – le dije yo, él solo me miró – Lo siento, estaba sonando y no podía dormir… - mentí, no había sentido nada, pero era chistosa su cara de preocupación.
- No, perdóname a mí. Eleanor es mi mejor amiga y bueno… La necesitaba… Es la costumbre, yo creo.
- No quiero que interrumpan su rutina solo porque yo esté aquí – dije encogiéndome de hombros.
- ¿Te importa si me baño primero? – me preguntó y negué con la cabeza.

Harry se perdió en el baño mientras yo me quedé sentada en el sillón del living, no tenía sueño porque a pesar de todo, había dormido y descansado bien. Me fui a mi habitación para elegir qué me pondría hoy, tenía la idea de recorrer Londres y tomar fotografías, sabía que Eleanor quería acompañarme pero ella había ido con Louis y no pretendía quedarme todo el día en casa. Así que busqué ropa cómoda y fresca porque hacia un poco de calor, lo cual me subió el ánimo. En eso estaba cuando sonó mi teléfono, era un correo de Ali, mi hermana, una sonrisa se formó en mi rostro y comencé a leerlo.

Para: Cinamongirl@femmefilmfreak.net
De: AliceLewis@hotmail.com.ru

¡Hola cariño! Max me contó que ya llegaste a Londres y que tu roommate no es una loca, eso me deja muy tranquila. ¿Ya te acomodaste bien? Recibí tus fotos de América y ¡wow! Son increíbles, los lugares y las fotografías, eres realmente buena Aria, estoy orgullosa de ti.
Papá dice que no le has escrito desde cuando estabas es Uruguay, así que podrías decirle que ya estás en Inglaterra. También te escribirá Tom, porque me preguntó por ti y le conté.
Ahora estoy en Moscú, pero estaré en diciembre allá en Cornwall (sé que faltan más de seis meses, pero ya está en mi calendario), tal vez no sea como antes, pero los cuatro estaremos juntos.
Te extraño y te quiero mucho.
Alice x.

Terminé de leer y me puse un poco melancólica, extrañaba a mis hermanos y a mi familia como era antes, pero nada volvería a ser lo mismo, de eso estaba segura. Algunas lágrimas comenzaron a caer, pero las sequé de inmediato, ya no iba a llorar más, esta es mi nueva vida y tengo que pensar en el presente y en el futuro, ya había llorado mucho por el pasado. Cuando terminé de secar mis lágrimas, Harry apareció en el umbral de mi puerta, sentí que me miraba pero no quería que me viera llorar.

- ¿Aria? – dijo llamando mi atención, levanté la vista y vi que estaba solo con una toalla alrededor de la cintura, sentí que me sonrojaba violentamente – la ducha está desocupada por si quieres bañarte.

Solo asentí con la cabeza porque no podía encontrar palabras para decirle, así que tomé mi toalla y mi bata y me dirigí al baño. Me demoré mucho tiempo en la ducha y después me tomé más tiempo poniéndome crema en el cuerpo y cepillándome el cabello, luego fui a mi habitación para vestirme, ahí no me demoré tanto porque ya había escogido la ropa. Cuando salí, supuse que Harry se había ido porque pasó más de media hora, pero no, ahí estaba, sentado en el sofá mirando televisión, cuando me vio, se puso de pie y me sonrió.

- Cuando dicen que las mujeres se demoran, están en lo cierto – dijo mirándome de pies a cabeza – Te ves preciosa, por cierto.
- Gracias – respondí, entonces recordé lo que me había dicho anoche “puede que esté borracho y que no me creas, pero eres hermosa” y no pude evitar formar una sonrisa.
- Supongo que tienes hambre y para disculparme por mi presentación de ayer te invito a tomar desayuno. ¿Qué dices? Cualquier chica daría lo que fuera por comer conmigo – dijo en un tono engreído de broma, “cualquier menos la chica que llorabas anoche”, pensé.
- Está bien, vamos – acepté sonriendo.

Caminamos hasta Nórdico de nuevo, al parecer estos chicos eran clientes habituales del restaurant, todos conocían a Harry y lo saludaban, muchas mujeres que había en el lugar, sobre todo la mesera del día anterior, le daban miradas coquetas, pero él parecía no sentirlas y siguió caminando hasta una mesa libre. Cuando nos sentamos, le di una mirada a Harry preguntándome por qué todas lo miraban así y, claro, era un chico realmente guapo, tenía los ojos increíblemente verdes y sus labios tenían un color rojizo que tentaban a cualquiera y aunque estuviera con ropa, se notaba que tenía un cuerpo increíble, bueno, yo ya lo había comprobado. Gracias Eleanor por tener amigos guapos.

- ¡Harry! – dijo la mesera acercándose a nuestra mesa, a penas la conocía y la odiaba - ¿cómo estás, cariño?
- Bien, gracias ¿y tú? – dijo Harry ignorando el descarado coqueteo de la chica, entonces me miro, me sonrió y tomó mi mano que estaba en la mesa - ¿conoces a Aria? Es la roommate de Eleanor y amiga nuestra.
- La vi ayer – respondió sin mucho interés aún mirándolo - ¿lo mismo de siempre?
- Sí, dos porciones, por favor.

La chica se fue y nosotros no volvimos a hablar hasta que trajeron los pedidos, pero Harry no soltó nunca mi mano; la tuvo entre las suyas mientras las acariciaba y miraba hacia la nada, en ningún momento me miró, pero era consciente de que tenía mis manos porque de vez en cuando le daba pequeños apretones o caricias. Cuando trajeron las cosas, él no soltó mi mano, lo que nos obligó a ambos a comer con una sola mano, nos sonreímos.

- ¿Aria? – preguntó Harry rompiendo el silencio.
- ¿Sí?
- Quizás no lo has dicho, porque puede que tengas vergüenza y es normal, porque no es normal que el mejor amigo de tu roommate llegué a mitad de la noche borracho y…
- Harry, está bien – lo interrumpí – No importa eso, fue una presentación muy divertida.
- No hablaba de eso. Pero gracias por hacérmelo saber.
- Entonces, ¿de qué hablabas? – me estaba confundiendo.
- Anoche estaba borracho, pero aunque no lo creas, al día siguiente recuerdo todo lo que hice o dije…
- No entiendo – dije realmente confundida.
- Anoche te dije que eras hermosa. – dijo mirándome a los ojos, yo me puse totalmente colorada – No lo dije porque sí, lo dije porque en verdad creo que eres hermosa.

No respondí nada. Solamente le sonreí y mantuve el color sonrojado en mis mejillas hasta mucho rato más. Comimos mientras hablábamos de nosotros mismos, Harry es de Holmes Chapel, vino a Londres a estudiar a la universidad donde conoció a Eleanor y se convirtió en su mejor amiga, luego conoció a Louis; en ningún momento me atreví a preguntarle qué le pasaba anoche aunque ya me lo imaginaba, tampoco hablamos de por qué yo había decidido viajar tanto, así que pude estar más tranquila, aun no me sentía lista para hablar de ello. Cuando terminamos de comer me preguntó qué iba a hacer durante el día.

- Estaré fuera, tomaré fotos y eso… - respondí.
- ¿Has recorrido Londres en moto? – me preguntó con una gran sonrisa.