Shawn Potter y El Cáliz de Fuego (Fred Weasley y tu) CANCELADA

Que!!!! No la podes dejar asiiiii, cuando la seguis?? Que hechizo le dio?? Tengo muchas dudas...

[Narrador externo]
En la tienda donde todos (menos Shawn) estaban reunidos también se escucharon los gritos y explosiones de afuera cosa qu extrañó enormemente a George, porque preguntó
-No se están pasando un poco con la celebración de Irlanda?
En ese momento entró por la puerta Arthur y gritó
-Eso no es la celebración de Irlanda. Rápido tenemos que irnos! - los chicos salieron detrás de el rápidamente. Ellos salieron fuera y lo vieron. Todo estaba destruido y en llamas, la gente corría de aquí hacia allí, asustados y los mortífagos lanzaban maldiciones al primer ser humano que pasaba por delante suyo. Ellos iban vestidos con largas túnicas negras, y con mascaras.- Chicos, tenéis que volver al traslador. Fred, George Ginny es vuestra responsabilidad! - dicho esto se fué y desapareció entre la multitud.
-Hey, y mi hermana?- preguntó Harry
-No se, antes estaba con nosostros- dijo hermione, nerviosa
-Tengo que ir a buscarla- gritó estresado
-Harry no nos podemos separar! -le dijo ella, pero era tarde, el chico de gafas ya se había ido, desapareciendo entre la multitud-Harry!!
-Tenemos que encontrarlos-dijo Ron. despues se giro hacia los gemelos y Ginny y les dijo-Largaos, ya os alcanzaremos luego.
Despues Hermione y ella desaparecieron entre la nebla y la multitud de gente asustada.
No muy lejos de alli, un chico de pelo negro azabache iba corriendo, en busca de su hermana, pro desgraciadamente, un "alguien" empujo a Harry y est ultimo cayo al suelo, golpeandose asi la cabeza con una piedra y quedando inconsciente.


Ya se ke ha sido un capitulo corto y malo pero esque escibir con la tablet es muy dificil xD asi que si ven algun fallo estupido es por culpa de este estupido cacharro jaja xD
Bueno la continuare pronto no lo dudeis besos wappas!! :love:

aaaaaaa esta genial me quede con la intriga :lloro:
Por favor síguela cuando puedas pobre Harry y Shawn
Seee escribir con la tablet es bien difícil x.x
Bueno síguela cuando puedas quiero saber que pasa

NTP de todas maneras estuvo hermosisisimo el cap...
o síguela que le paso a Harry!!????!!
bueno se despide tu fiel lectora, Mary

Hermosisisisiimo el capitulo, pero y Shawn?? Que le paso??

WRITER'S POV
— ¿Dónde están? —preguntó George mirando en la dirección en que habían venido.
— ¿Quiénes? —habló ahora la pequeña Ginny.
—Harry, Ron y Hermione, no están.
— ¿Y porque no nos dijiste que no estaban? —le dijo Fred.
—No se… tal vez ¿Por qué me acabo de dar cuenta? —le respondió con sarcasmo— Me estabas tirando de la mano y seguía mirando para adelante por si tropezaba con algo, no pensé que ellos se iban a perder.
— ¿Qué? ¿Ahora es mi culpa que se hayan separado?
—Yo nunca dije que fuera tu…
—Ya dejad de pelear por favor —les rogó Ginny interrumpiéndolos— En algún momento aparecerán, solo hay que esperar.
Se sentaron en el pie de un árbol. Ginny al poco tiempo se quedó dormida. George se sentó al lado de su gemelo y estuvieron conversando, hasta que el cansancio los venció
— ¡Papá! —se escuchó la voz de Fred y al instante las dos chicas despertaron, se habían quedado dormida Ginny en el tronco del árbol
— ¿Dónde están los chicos? —preguntó el señor Weasley con sus demás hijos detrás.
—Los perdimos —dijo George levantándose— Llegamos aquí y ellos ya no estaban.
—Bueno, al menos tienen a Ginny.
Salieron en dirección al campamento donde habían estado unas dos horas antes a buscar al trio. Cruzaron el bosque y esta vez estaba vacío, ya no se escuchaban gritos ni llantos. Solo había algunas personas que habían parado a tomar algo por llamar “descanso”.
Llegando al campamento vieron unas cuantas luces y oyeron un grito conjunto, el señor Weasley inmediatamente corrió hacia la fuente del problema.
— ¡Alto! —gritó—. ¡ALTO! ¡Es mi hijo!
Los demás se acercaron un poco más y pudieron observar bien la escena, en medio estaban Harry con Shawn cogida en brazos, inconsciente y Ron y Hermione agachados y unos veinte magos del Ministerio los rodeaban.
—Ron... Harry... —Su voz sonaba temblorosa—. Hermione... ¿Están bien?
—Apártate, Arthur —dijo una voz fría y cortante.
Era el señor Crouch. Él y los otros magos del Ministerio estaban acercándose. Harry se puso en pie de cara a ellos. Crouch tenía el rostro lleno de rabia.
— ¿Quién de ustedes lo ha hecho? —dijo bruscamente, fulminándolos con la mirada—. ¿Quién de vosotros ha invocado la Marca Tenebrosa?
— ¡Nosotros no hemos invocado eso! —exclamó Harry, señalando la calavera.- ¡Tenemos que irnos! ¡Mi hermana!
— ¡No hemos hecho nada! —añadió Ron, frotándose el codo y mirando a su padre con expresión indignada—. ¿Por qué nos atacan?
— ¡No mienta, señor Potter! —gritó el señor Crouch. Seguía apuntando a Ron con la varita, y los ojos casi se le salían de las órbitas: parecía enloquecido—. ¡Los hemos descubierto en el lugar del crimen!
—Barty... —susurró una bruja vestida con una bata larga de lana—. Son niños, Barty. Nunca podrían haberlo hecho...
—Díganme, ¿de dónde ha salido la Marca Tenebrosa? —preguntó apresuradamente el señor Weasley.
—De allí —respondió Hermione temblorosa, señalando el lugar del que había partido la voz—. Estaban detrás de los árboles. Gritaron unas palabras... un conjuro.
— ¿Conque estaban allí? —dijo el señor Crouch, volviendo sus desorbitados ojos hacia Hermione, con la desconfianza impresa en cada rasgó del rostro—. ¿Conque pronunciaron un conjuro? Usted parece muy bien informada de la manera en que se invoca la Marca Tenebrosa, señorita.
Pero, aparte del señor Crouch, ningún otro mago del Ministerio parecía creer ni remotamente que Harry, Ron y Hermione pudieran haber invocado la calavera. Por el contrario, después de oír a Hermione habían vuelto a alzar las varitas y apuntaban a la dirección a la que ella había señalado, tratando de ver algo entre los árboles.
—Demasiado tarde —dijo sacudiendo la cabeza la bruja vestida con la bata larga de lana—. Han desaparecido.
—No lo creo —declaró un mago de barba escasa de color castaño. Era Amos Diggory, el padre de Cedric—. Nuestros rayos aturdidores penetraron en aquella dirección, así que hay muchas posibilidades de que los hayamos atrapado...
— ¡Ten cuidado, Amos! —le advirtieron algunos de los magos cuando el señor Diggory alzó la varita, fue hacia el borde del claro y desapareció en la oscuridad.
Al cabo de unos segundos lo oyeron gritar:
— ¡Sí! ¡Los hemos capturado! ¡Aquí hay alguien! ¡Está inconsciente! Es...
— ¿Has atrapado a alguien? —le gritó el señor Crouch, con tono de incredulidad—. ¿A quién? ¿Quién es?
Oyeron chasquear ramas, crujir hojas y luego unos pasos sonoros hasta que el señor
Diggory salió de entre los árboles. Llevaba en los brazos a un ser pequeño, desmayado. Era una elfina.
El señor Crouch no se movió ni dijo nada mientras el señor Diggory depositaba a la elfina en el suelo, a sus pies. Los otros magos del Ministerio miraban al señor Crouch, que se quedó paralizado durante unos segundos, muy pálido, con los ojos fijos en ella. Luego pareció despertar.
—Esto... es... imposible —balbuceó—. No...
— ¡Es inútil, señor Crouch! —dijo el señor Diggory—. No hay nadie más.
Pero el señor Crouch no parecía dispuesto a creerle. Lo oyeron moverse por allí, rebuscando entre los arbustos.
—Es un poco embarazoso —declaró con gravedad el señor Diggory, bajando la vista hacia la inconsciente elfina—. La elfina doméstica de Barty Crouch... Lo que quiero decir...
—Déjalo, Amos —le dijo el señor Weasley en voz baja—. ¡No creerás de verdad que fue la elfina! La Marca Tenebrosa es una señal de mago. Se necesita una varita.
—Sí —admitió el señor Diggory—. Y ella tenía una varita.
— ¿Qué? —exclamó el señor Weasley.
—Aquí, mira. —El señor Diggory cogió una varita y se la mostró—. La tenía en la mano. De forma que, para empezar, se ha quebrantado la cláusula tercera del Código de Uso de la Varita Mágica: «El uso de la varita mágica no está permitido a ninguna criatura no humana.»
Entonces oyeron otro «¡plin!», y Ludo Bagman se apareció justo al lado del padre de Ron. Parecía despistado y sin aliento. Giró sobre sí mismo, observando con los ojos desorbitados la calavera verde.
— ¡La Marca Tenebrosa! —dijo, jadeando—. ¿Quién ha sido? ¿Los han atrapado? ¡Barty! ¿Qué sucede?
El señor Crouch había vuelto con las manos vacías. Su cara seguía estando pálida, y se le había erizado algo el bigote.
— ¿Dónde has estado, Barty? —le preguntó Bagman—. ¿Por qué no estuviste en el partido? Tu elfina te estaba guardando una butaca... —Bagman acababa de ver a la pequeña tendida a sus pies—. ¿Qué le ha pasado?
—He estado ocupado, Ludo —respondió el señor Crouch, hablando aún como sin mover los labios—. Hemos dejado sin sentido a mi elfina.
— ¿Sin sentido? ¿Ustedes? ¿Qué quieres decir? Pero ¿por qué...?
De repente, Bagman comprendió lo que sucedía. Levantó la vista hacia la calavera, luego la bajó y terminó dirigiéndola al señor Crouch.
— ¡No! —dijo—. ¿Winky? ¿Winky invocando la Marca Tenebrosa? ¡Ni siquiera sabría cómo hacerlo! ¡Para empezar, necesitaría una varita mágica!
—Y tenía una —explicó el señor Diggory—. La encontré con una varita en la mano, Ludo. Si le parece bien, señor Crouch, creó que deberíamos oír lo que ella tenga que decir.
Crouch no dio muestra de haber oído al señor Diggory, pero éste interpretó su silencio como conformidad. Levantó la varita, apuntó a Winky con ella y dijo:
— ¡Enervate!
Winky se movió. Abrió sus grandes ojos de color castaño y parpadeó varias veces, como aturdida. Ante la mirada de los magos, que guardaban silencio, se incorporó con movimientos bruscos y se quedó sentada en el suelo.
Vio los pies de Diggory y poco a poco, temblando, fue levantando los ojos hasta llegar a su cara, y luego, más despacio todavía, siguió elevándolos hasta el cielo. Winky ahogó un grito, miró asustada a la multitud de gente que la rodeaba y estalló en sollozos de terror.
— ¡Elfina! —dijo severamente el señor Diggory—. ¿Sabes quién soy? ¡Soy miembro del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas!
Winky se balanceó de atrás adelante sobre la hierba, respirando entrecortadamente.
—Como ves, elfina, la Marca Tenebrosa ha sido conjurada en este lugar hace tan sólo un instante —explicó el señor Diggory—. ¡Y a ti te hemos descubierto un poco después, justo debajo! Si eres tan amable de darnos una explicación…
— ¡Yo... yo... yo no lo he hecho, señor! —repuso Winky jadeando—. ¡Ni siquiera hubiera sabido cómo hacerlo, señor!
— ¡Te hemos encontrado con una varita en la mano! —gritó el señor Diggory, blandiéndola ante ella.
Cuando la luz verde que iluminaba el claro del bosque procedente de la calavera dio de lleno en la varita, Harry hizo un gesto de reacción.
— ¡Eh... es la mía! —exclamó.
Todo el mundo lo miró.
— ¿Cómo has dicho? —preguntó el señor Diggory, sin dar crédito a sus oídos.
— ¡Que es mi varita! —dijo Harry—. ¡Se me cayó! ¡Cuando buscaba a mi hermana!
— ¿Qué se te cayó? —repitió el señor Diggory, extrañado—. ¿Es eso una confesión? ¿La tiraste después de haber invocado la Marca?
— ¡Amos, recuerda con quién hablas! —intervino el señor Weasley, muy enojado—. ¿Te parece posible que Harry Potter invocara la Marca Tenebrosa?
—Eh... no, por supuesto —farfulló el señor Diggory—. Lo siento...
—De todas formas, no fue ahí donde se me cayó —añadió Harry, señalando hacia los árboles que había justo debajo de la calavera.
—Así que —dijo el señor Diggory, mirando a Winky, que se había encogido de miedo— la encontraste tú, ¿eh, elfina? Y la cogiste y quisiste divertirte un rato con ella.
— ¡Yo no he hecho magia con ella, señor! —chilló Winky, mientras las lágrimas le resbalaban por ambos lados de su nariz, aplastada y bulbosa—.¡Yo... yo... yo sólo la cogí, señor! ¡Yo no he conjurado la Marca Tenebrosa, señor, ni siquiera sabría cómo hacerlo!
— ¡No fue ella! —intervino Hermione. Estaba muy nerviosa por tener que hablar delante de todos aquellos magos del Ministerio, pero lo hacía con determinación—. ¡Winky tiene una vocecita chillona, y la voz que oímos pronunciar el conjuro era mucho más grave! —Miró a Ron y Harry, en busca de apoyo—. No se parecía en nada a la de Winky, ¿a qué no?
—No —confirmó Harry, negando con la cabeza—. Sin lugar a dudas, no era la de un elfo.
—No, era una voz humana —dijo Ron.
—Bueno, pronto lo veremos —gruñó el señor Diggory, sin darles mucho crédito—. ¡Priori Incantatem!
Una calavera con lengua en forma de serpiente surgió del punto en que las dos varitas hacían contacto. Los que estaban en la escena la contemplaban con cara aterrorizada, al igual que los que estaban a unos pocos metros de allí viendo todo lo que sucedía. Era, sin embargo, un simple reflejo de la calavera verde que se alzaba sobre ellos, y parecía hecha de un humo gris espeso: el fantasma de un conjuro.
— ¡Yo no lo he hecho! —chilló la elfina, moviendo los ojos aterrorizada—. ¡Yo ni siquiera sabría cómo hacerlo! ¡Soy una elfina buena, no uso varita, no sé cómo se hace!
—Amos —dijo en voz alta el señor Weasley—, piensa en lo que dices. Son poquísimos los magos que saben llevar a cabo ese conjuro... ¿Quién se lo podría haber enseñado?
—Quizá Amos quiere sugerir que yo tengo por costumbre enseñar a mis sirvientes a invocar la Marca Tenebrosa. —El señor Crouch había hablado ahora.
Se hizo un silencio muy tenso. Amos Diggory se veía asustado.
—No... no... señor Crouch, en absoluto...
—Te ha faltado muy poco para acusar a las dos personas de entre los presentes que son menos sospechosas de invocar la Marca Tenebrosa: a Harry Potter... ¡y a mí mismo!
Supongo que conoces la historia del niño, Amos.
—Por supuesto... Todo el mundo la conoce... —musitó el señor Diggory, desconcertado.
— ¡Si acusas a mi elfina me acusas a mí, Diggory! —vociferó el señor Crouch—. ¿Dónde podría haber aprendido la invocación?
—Po... podría haberla aprendido... en cualquier sitio...
—Eso es, Amos... —repuso el señor Weasley—. En cualquier sitio. Winky — añadió en tono amable, dirigiéndose a la elfina, pero ella se estremeció como si él también le estuviera gritando—, ¿dónde exactamente encontraste la varita mágica?
Winky retorcía el dobladillo del paño de cocina tan violentamente que se le deshilachaba entre los dedos.
—Yo... yo la he encontrado... la he encontrado ahí, señor... —susurró— Ahí... entre los árboles, señor.
— ¿Te das cuenta, Amos? —dijo el señor Weasley—. Quienesquiera que invocaran la Marca podrían haberse desaparecido justo después de haberlo hecho, dejando tras ellos la varita de Harry. Una buena idea, no usar su propia varita, que luego podría delatarlos. Y Winky tuvo la desgracia de encontrársela un poco después y de haberla encontrado.
— ¿Viste a alguien, elfina? —exclamó el señor Diggory, impaciente.
Winky comenzó a temblar más que antes. Sus enormes ojos pasaron vacilantes del señor Diggory a Ludo Bagman, y luego al señor Crouch. Tragó saliva y dijo:
—No he visto a nadie, señor... A nadie.
Se hizo un silencio muy desagradable al que puso fin el señor Weasley diciendo con suavidad:
—Bien, creo que me llevaré a los míos a la tienda, si no hay nada que objetar.
Amos, esa varita ya no nos puede decir nada más. Si eres tan amable de devolvérsela a
Harry...
El señor Diggory se la devolvió a Harry, y éste se la guardó en el bolsillo.
—Vamos—les dijo en voz baja el señor Weasley. Pero Hermione no quería moverse. No apartaba la vista de la elfina, que seguía sollozando—. ¡Hermione! —la apuró el señor Weasley. Ella se volvió y siguió a Harry y a Ron, que dejaban el claro para internarse entre los árboles.
De regresó al cámping ya estaba todo en calma: no había ni rastro de los magos enmascarados, aunque algunas de las tiendas destruidas seguían humeando.
Charlie asomaba la cabeza fuera de la tienda de los chicos.
— ¿Qué pasó, papá? —le dijo en la oscuridad—.
—Ya les contaré —respondió el señor Weasley, agachándose para entrar en la tienda. Todos los demás lo imitaron.
Bill estaba sentado a la pequeña mesa de la cocina, aplicándose una sábana al brazo, que sangraba. Charlie tenía un desgarrón muy grande en la camisa, y Percy hacía ostentación de su nariz ensangrentada.
— ¿Los han atrapado, papá? —preguntó Bill de inmediato—. ¿Quién invocó la Marca?
—No, no los hemos atrapado —repuso el señor Weasley—. Hemos encontrado a la
elfina del señor Crouch con la varita de Harry, pero no hemos conseguido averiguar quién hizo realmente aparecer la Marca.
— ¿Qué? —preguntaron a un tiempo Bill, Charlie y Percy.
— ¿La varita de Harry? —dijo Bill.
— ¿La elfina del señor Crouch? —inquirió Percy, atónito.
El señor Weasley les explicó todo lo sucedido en el bosque.
—Bueno, ¿puede explicar alguien qué era esa cosa en forma de calavera? —pidió
Ron, impaciente—. No le ha hecho daño a nadie... ¿Por qué le dan tanta importancia?
—Ya te lo dije, Ron, es el símbolo de Quien-tú-sabes —explicó Hermione, antes de que pudiera contestar ningún otro—.
—Y no se la había vuelto a ver desde hacía trece años —añadió en voz baja el señor Weasley—. Es natural que la gente se aterrorizara... Ha sido casi cómo volver a ver a Quien-tú-sabes.
—Sigo sin entenderlo —dijo Ron, frunciendo el entrecejo—. Quiero decir que no deja de ser simplemente una señal en el cielo...
—Ron, Quien-tú-sabes y sus seguidores mostraban la Marca Tenebrosa en el cielo cada vez que cometían un asesinato —repuso el señor Weasley—. El terror que inspiraba... No puedes ni imaginártelo: eres demasiado joven. Imagínate que vuelves a casa y ves la Marca Tenebrosa flotando justo encima, y comprendes lo que estás a punto de encontrar dentro... —El señor Weasley se estremeció—. Era lo que más temía todo el mundo... lo peor...
Se hizo el silencio. Luego Bill, quitándose la sábana del brazo para comprobar el estado de su herida, dijo:
—Bueno, quienquiera que la hiciera aparecer esta noche, a nosotros nos fastidió, porque los mortífagos se echaron a correr en cuanto la vieron. Todos se desaparecieron antes de que nosotros hubiéramos llegado lo bastante cerca para desenmascararlos.
— ¿Mortífagos? —repitió Harry—. ¿Qué son los mortífagos?
—Es como se llaman a sí mismos los partidarios de Quien-tú-sabes —explicó Bill—. Creo que esta noche hemos visto lo que queda de ellos; quiero decir, los que se libraron de Azkaban.
—Pero no tenemos pruebas de eso, Bill —observó el señor Weasley—, aunque es probable que tengas razón —agregó, desesperanzado.
—Apuesto a que sí —dijo Ron de pronto—. ¡Papá, encontramos a Draco Malfoy en el bosque, y prácticamente admitió que su padre era uno de las máscaras! ¡Y todos sabemos lo bien que se llevaban los Malfoy con Quien-tú-sabes!
—Pero ¿qué pretendían los partidarios de Voldemort...? —empezó a decir Harry.
Todos se estremecieron. Como la mayoría de los magos, los Weasley evitaban siempre pronunciar el nombre de Voldemort.
—Lo siento —añadió apresuradamente Harry—. ¿Qué pretendían los partidarios de Quien-ustedes-saben, haciendo levitar a los muggles? Quiero decir, ¿para qué?
— ¿Para qué? —dijo el señor Weasley, con una risa forzada—. Harry, ésa es su idea de la diversión. La mitad de los asesinatos de muggles que tuvieron lugar bajo el poder de Quien-tú-sabes se cometieron nada más que por diversión. Me imagino que anoche bebieron bastante y no pudieron aguantar las ganas de recordarnos que todavía están ahí y son unos cuantos. Una encantadora reunión para ellos —terminó, haciendo un gesto de asco.
—Pero, si eran mortífagos, ¿por qué se desaparecieron al ver la Marca Tenebrosa? —preguntó Ron—. Tendrían que haber estado encantados de verla, ¿no?
—Piensa un poco, Ron —dijo Bill—. Si de verdad eran mortífagos, hicieron algo para no entrar en Azkaban cuando cayó Quien-tú-sabes, y dijeron todo tipo de mentiras sobre que él los había obligado a matar y a torturar a la gente. Estoy seguro de que ellos tendrían aún más miedo que nosotros si volviera. Cuando perdió sus poderes, negaron haber tenido relación con él y se apresuraron a regresar a su vida cotidiana. Imagino que no les guarda mucho aprecio, ¿no crees?
—Entonces... los que hicieron aparecer la Marca Tenebrosa... —dijo Harry— ¿lo hicieron para mostrar su apoyo a los mortífagos o para espantarlos?
—Puede ser cualquier cosa —admitió el señor Weasley—. Pero te diré algo: sólo los mortífagos sabían formar la Marca. Me sorprendería mucho que la persona que lo hizo no hubiera sido en otro tiempo un mortífago, aunque no lo sea ahora... Escuchen todos, es muy tarde, y si su madre se entera de lo sucedido se preocupará muchísimo. Lo que vamos a hacer es dormir unas cuantas horas y luego intentaremos irnos de aquí en uno de los primeros trasladores... pero antes curaremos la pequeña herida a Shawn.

SHAWN'S POV

Me desperté, me dolía bastante el abdomen. Escuché unas voces hablar así que escuché sin abrir aún los ojos
-¿Cuándo despertará, papá?- era la voz de Fred
-Ni idea...-dijo el Sr. Weasley- Lleva así dos días. Despertará pronto.- ¿¡Tres días!? ¡Mis padres! Oh Dios mío... espero que se hayan inventado alguna escusa para mis padres...
-Espero...-dijo Fred de nuevo
Abrí los ojos, lo veía todo tan luminoso, era mediodía se notaba por la luz... Miré a mi alrededor y reconocí la Madriguera, hogar de los Weasley. Se dieron cuanta de que había despertado y se acercaron a la cama donde estaba tumbada. Intenté sentarme y les miré, uno a uno
-¿He estado de verdad tres días dormida?-pregunté
-Mas o menos...-dijo el Sr. Weasley sonriéndome
-¿Y mis padres?-pregunté
-Les dijimos que te quedabas aquí, que te llevaríamos nosotros a tu casa
-De acuerdo...-dije mas aliviada- ¿Cuánto queda para volver a Hogwarts?
-Pues exactamente... Empezamos las clases en cinco días.
-Ahora descansa un poco.- dijo Fred
-¿Más?-dije- Me encuentro perfectamente, Freddie- dije sonriéndole
-Ams...- dijo cortante. <<¿Qué le pasará?>>pensé. Después se alejó de la cama y se fue de la habitación, seguido por el Sr. Weasley.
-¿Qué le pasa?- le pregunté a George
-Ni idea- dijo. Pero yo sabía que mentía... Pero no insistí, si no me lo decía seria por algo y yo no iba a preguntar, aunque me molestara un poco-¿Cómo te encuentras, enana?
- Genial, Georgie.-dije- Aunque me duele el abdomen...
-Normal-dijo- el corte que tenías ahí era bastante profundo... No largo, pero profundo. ¿Cómo te lo hiciste?
-Un hechizo. pero no se como se llama, pero está claro que- me miré el abdomen- corta.
-Que inteligente- dijo sarcástico y así...

******

-¡Date prisa hermanita!- me gritó Caleb- Tu eres la que tienes que ir al Hogwarts, no yo. y me preocupo yo mas por ti que tu misma...
-¡Cierra el pico, bicho!- le dije- Este carrito pesa lo suyo. Iríamos mas rápido si me ayudaras con Shappire... o con algo el general
-Son las 10:35, buscamos tu andén y ya... ¡Rápido!- dijo ignorando mi reclamación. Entramos en el andén y miró el expreso.-Bueno, hermanita, hasta dentro de unos meses. Te echaré de menos-me dijo cariñoso
-Te escribiré, tete. Y yo también te voy a echar de menos-le dije triste.
-Hey- llamó mi atención- No quiero que pongas esa cara. Sonríe, no quiero que la última imagen de ti durante estos laaargos 10 meses sea con esa cara tan larga- dijo mientras me besaba la frente. Se me llenaron los ojos de lágrimas y le abracé muy fuerte.
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Permanecimos un rato así hasta que me llamaron
-¡Shawn!- me sequé las pequeñas lágrimas y me giré, era Hermione
-Hola Herms- dije
-¿Quién es el?-preguntó mirando a Caleb
-El es Culebra...- ella me miró extrañada- Caleb, pero le llaman "El Culebra"
-¿Qué tal?- dijo Hermione en forma de saludo, mi hermano solo asintió con la cabeza y me volví hacia el y le ´di un beso en la mejilla.
-Adiós, Culebra- le dije y me metí, con mi equipaje, en el tren. Entré en un compartimento con Herms y entraron Harry y Ron
-Hola Harry-le dije a mi hermano

ESTUVO GENIAL :D
me encanto todo awww pobre Winky :(
la verdad me impreciono todo me quede con la boca abierta x,x
SIGUELA cuando puedas claro ejejje
amo la novela

Me encantooooo. Siguela

síguela pronto!!!!!

Hola linda cuando la sigues??

Jaja ahora o mañana es que:

¡¡AVISO!!
Estoy haciendo una novela nueva junto con AnaPaulaHoran
Cuando tenga el link lo pongo aquí.
Es de Freddie <3

holaa
perdon por no haber comentado antes es que me pasaron muchas cosas
siguelaaaaaa siiii
chicas pasen por mi novelaa
bye

-Hola Shawn- me abrazó- ¿Qué tal estás?
-Genial- le respondí, sabiendo a que se refería- vca mejor, se me va ha quedar una cicatriz. Menos mal que el corte no me dañó mi precioso tatuaje...- comenté
-¿Tienes tatuajes, Shawn?- me preguntó Hermione
-Si, tengo cuatro o cinco- le respondí, ella se molestó, le gusta cuidar de mi jaja- Mirad, tengo unas letras: Una H y una P aquí- les enseñé el hombro. Miré a Harry que me sonreía con ternura- Una W aquí en el lateral del abdomen- las enseñé, eran letras "Góticas"- de Weasley y una S y una B (juntas) aquí en la parte inferior de la espalda- ellos me miraron confundidos, como preguntandome: "¿Por qué?. Yo reí y les seguí explicando- Por Sirius Black- les dije. Ellos asintieron- Y en el cuello tengo una J y una L entrelazadas, de James y Lily. Y tengo que hacerme una R y una L de Remus- concluí
-Wow, no sabía- dijo Ron.- En ese momento Neville entró po la puerta y se sentó a mi lado
-Hola Nev- le dije- Oye, fuiste a los mundiales? – pregunte y el me miro triste.
- No, mi abuela no quiso ir – admitió el.
- Oh, lo siento – me disculpé pero el me sonrió.
- No hay problema, debió haber sido genial – dijo el.
- Y lo fue – dijo Ron sonriente – estábamos bien cerca.
- Enserio? – pregunto Neville interesado.
- Si, estábamos en la tribuna principal – dijo Ron orgulloso, luego oi una voz que se me empezaba a ser molesta.
- Por primera y ultima vez Weasley – dijo Draco parado en la puerta del compartimiento.
- No te invite a entrar – dijo Harry molesto mirando a Draco.
- Sabes Malfoy – dije poniéndome de pie – usualmente soy una persona tranquila y no busco problemas, pero tu haces que saque mi lado oscuro a relucir, que no te han enseñado a no meter tus narices donde no te llaman?
- Y que a ti no te han enseñado a no meterte cuando no es contigo que hablan – dijo el poniéndose cara a cara conmigo.
- Puedo meterme si es a mis amigos a los cuales molestas – dije con mi mano hecha un puño.
- ¿Sabes, serias una gran Slytherin si no te juntaras con las personas equivocadas – dijo el cosa que hizo que mi sangre hirviera.
- ¿Y sabias que tu ojo será morado si no dejas de molestar a las personas equivocadas? – ambos nos mirábamos amenazadoramente a los ojos y el tiempo había parecido detenerse.
- ****a – dijo el yo tuve que contar mentalmente hasta diez para no golpearlo.
- Malfoy, ahora mismo me estoy debatiendo entre golpearte o matarte así que si fueras inteligente te las pirarías ahora mismo – Draco me miro por ultima vez y salió del compartimiento seguido por sus dos gorilas yo tomé asiento junto a Neville y cerré los ojos.
- Wow, nunca había visto a nadie que se enfrentara a Malfoy de ese modo – dijo Ron sorprendido.
- Y yo nunca había visto a alguien tan parecido a Malfoy – dijo Hermione y eso hizo que algo frio recorriera mis venas. La miré sorprendida y ofendida
-¿Me comparas con el enfermo de la sangre ese?- le pregunté haciendo que los chicos riéran
-En comportamiento, tonta- me dijo divertida
-Bueno, voy a ir a buscar algo de comer, ahora vuelvo- salí del compartimento y fui al carrito y le dije- Tres pasteles de calabaza, ranas de chocolate y un palo de regaliz, porfavor
-Claro preciosa- me dijo, se me puso al lado una chica, la miré y la saludé
-Hola, soy Shawn Potter- le tendí la mano y ella la aceptó y me sonrió.
-Soy Nadia Black, encantada.
-¿A qué casa vas?
-Slytherin. ¿Por qué?
-Por curiosidad y porque soy una Griffindor- le sonreí y ella se encogió de hombros- ¿Te gusta gastar bromas?- le pregunté animadamente
-Lo adoro- dijo- ¿Y a ti?
-Lo amo, con los gemelos diseño pastillas, al primo de Harry le hicimos que la lengua le creciera varios metros- reímos y en eso aparece, de nuevo, Malfoy
-¿Qué haces con esta, Nadia?- preguntó arrogantemente
-Hablas, Draco...- contestó- ¿Por?
-¿Qué por que?- preguntó sarcásticamente- Porque es una Gryffindor y no calquier Gryffindor ¡ES POTTER!
-¡Ay, no te pongas así!- le replicó Nadia- Bueno Shawn, ya nos vemos-se despidió- o si no este se va a poner plasta- me susurró. Yo reí y me despedí de ella con la mano.
Volví a mi compartimento con las cosas que había comprado, pero me choqué con...

Que lindo capitulo. Siguela.