Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT]

por **Maiteistyles** Vie 15 Feb 2013, 5:48 pm

Nombre: Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas
Autor: Maite (yo)
Adaptación: No.
Género: Drama/Romance.
Advertencias: No subo todos lo días.
Otras páginas: No.

¡Hola! Me llamo Maite y no tengo apodo así que si quieren pueden ponerme uno:)
Esta es mi primera novela, espero que les guste y ojalá vari@s la lean (no sé si hay hombres en el foro)
!Comenten harto y manden mucho amor si les va gustando!
No necesito chicas hasta el momento. Trataré de subir seguido, tengo varios capítulos ya escritos pero no me convencen del todo, por lo que los estoy perfeccionando.
El prólogo traté de mejorarlo, pero es lo mejor que pude hacer aunque no me gustó como quedó. Pero para mí, la novela se pone mejor a medida que va avanzando.
Trato de escribir con la mejor ortografía posible y si ustedes comentan, traten de hacerlo también.
Si ven algún error o tienen alguna sugerencia para mi novela díganmela en un comentario por favor, es importante para mí!
!Adiós!

Prólogo

Desde pequeños nos ilusionan con que tendremos nuestro final feliz, lleno de amor, paz y alegría. Un amor mágico, con un apuesto príncipe azul, lindos vestidos y zapatos de cristal, como el cuento de Cenicienta, Blanca Nieves o Rapuncel.
Yo nunca creí, creo o creeré en ello, o por lo menos desde que tengo memoria no lo hago. Bueno, cómo hacerlo, después de tanto sufrimiento y decepciones, ya no me quedan esperanzas.
Mis quince años de vida, no han sido los mejores, han sido malos diría yo. Horribles me atrevo a decir.
No tengo padre. Él ya no está.
Mi madre nunca está en casa, ya que su trabajo consiste en viajar. Aunque nunca se preocupó mucho, ni por mi hermano, ni por mí. Siempre he vivido sin el apoyo que una niña necesita de su madre, sin ese cariño especial y acogedor. Ella cree que con el dinero puede comprar mi felicidad, pero está más que equivocada.
Estoy la mayor parte del día sola, no tengo amigas con las que puedo hablar de maquillaje –como si me maquillara mucho– o de chicos. Tampoco tengo novio.
Alex, mi ex novio, él me rompió el corazón, lo amaba tanto, me perdía en sus ojos cada vez que lo veía, estaba totalmente enamorada. Pero me engañó con otra chica.
Nadia, era mi mejor amiga, hacíamos todo juntas, pero, al parecer siempre hay un pero, también traicionó mi confianza. De la peor forma.
¿Cómo pude ser tan estúpida y creer en ellos? ¿Cómo pude llegar a pensar que enserio me querían?
Bueno, no me gusta hablar mucho del tema, porque aunque haya pasado ya un tiempo, me sigue destruyendo por dentro.
Puede que por fuera, parezca una chica fuerte, que no deja que la derrumben fácilmente, pero no es así, soy mucho más débil de lo que todos piensan.
Si creo en el amor, no se equivoquen, creo en él pero le tengo miedo, tengo miedo a enamorarme otra vez. El amor será para otras personas, pero no para mí. La última vez que lo hice, la última vez que me enamoré salí muy herida y sigo estándolo. Porque nada es para siempre, siempre va a haber algo malo, en todo. O por lo menos en mi vida si. Ningún final es feliz, no para mí.
El amor existe pero sólo sirve para destruir en miles de pedazos el alma. Hacerla añicos. Destruye la felicidad, destruye amistades, destruye personas.
No me gusta el amor.

Así es como piensa la pequeña de los Foster.
Juliette Foster,
Juliette es realista. La realidad es dura y cruel y ella lo ha aprendido de las peores formas. Ella es infantil en realidad en los momentos de más íntima sinceridad, sueña con cosas casi imposibles de cumplir, y eso ella lo sabe. Ella sabe que la vida no siempre es perfecta, sabe perfectamente que puede ser horrible en algunos casos.

¿Existen los finales felices? ¿O sólo existen en los cuentos de hadas? ¿Podrá algo o alguien hacer feliz a Juliette y hacerle cambiar de parecer?

por **Maiteistyles** Sáb 16 Feb 2013, 9:32 pm

Capítulo 01

Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT] Long_Lost_Days_by_Hiilda_large

"El dolor que hemos sufrido en el pasado tiene mucho que ver con lo que somos actualmente." –William Glasser

Me desperté ansiosa, era sábado y cumplía un año de noviazgo con Alex.
Alex era mi primer novio, con el que di mi primer beso, él era un chico muy apuesto, cabello castaño, ojos marrones y una perfecta sonrisa. Tenía un año más que yo. Lo conocí cuando tenía 14 y él casi 16, no tardó en pedirme ser su novia, al mes que comenzamos a salir y yo no lo pensó dos veces y dije que sí.
Era el mejor novio que se pudiera tener, me sentía tan afortunada.
Para nuestro aniversario teníamos planeado ir a cenar, una romántica pero simple cena bajo la luz de la luna.
Llamé a Nadia para que me ayudara a vestirme, quería usar el vestido perfecto, para la noche perfecta, con el novio perfecto. No era de usar vestidos, pero como a Alex le gustaban, lo hacía, sólo por él.
Se excusó diciendo que tenía cosas importantes que hacer, la noté rara pero no le di mayor importancia, nada iba a detenerme esa noche.
Me dirigí al centro comercial, en busca del atuendo perfecto, busqué pero nada me convencía, hasta que lo vi, ahí en una pequeña tienda, un hermoso vestido color crudo, con lindos detalles colgado en la vitrina. Me lo probé y no lo dudé más, lo fui a pagar. Estaba en mi presupuesto así que no tuve inconvenientes.
Cuando terminé de pagar los zapatos y los otros accesorios recibí una llamada de Alex, emocionada contesté pero la sonrisa no me duró mucho ya que en la llamada dijo que decidió cancelar la cena. Se disculpó mucho, diciendo que tenía un problema en su familia, que dejaran la cena para el domingo. “Está bien” le dije, “no te preocupes, espero que no sea nada grave y mándales saludos a tus padres” –ilusa–.
Qué lindo era, ayudaba a su familia.
Cuando iba hacia la salida, pensando en lo perfecto que era Alex, lo vi.
Ahí estaba él, aunque estuviera de espaldas no tenía dudas, lo reconocía perfectamente, estaba con una chica de tez clara, de cabello oscuro y corto, sólo hablaban, hasta que él se acercó y la beso, como si no hubiera mañana. Se seguían besando, sin notar mi presencia ahí, estaba enojada, muy enojada.
No tardé en darme cuenta de quién era la chica. Nadia, mi mejor amiga, la que conocía desde hace más de 10 años. No podía creerlo, simplemente no podía, eso era demasiado para mí, ¡mi novio me engañaba! ¡¡ Con mi mejor amiga!!
Cuando se separaron por falta de aire, el castaño me miró, se sorprendió mucho, soltó a Nadia la cual casi cae y se abalanzó hasta mí.
–Julie puedo explicarlo, no es lo que tú piensas –Me dijo tratando de besarme.
–Por favor Alex, que quieres explicar, lo vi con mis propios ojos y tú– dije apuntando a Nadia –de ti sí que no me lo esperaba, 10 años Nadia, 10 años que nos conocemos y me haces esto.
–Lo siento tanto Julie, por favor perdóname –dijo con cara de arrepentimiento.
–Perdóname Juliette, por favor, yo te amo –Me dijo Alex.
–No, no, no esto no puede estar pasando, ¿por qué? ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué justo hoy? ¿Qué les hice? –Dije con una mezcla de enojo, rabia, tristeza y dolor.
Ambos miraron hacia abajo, sin responderme.
–¿Hace cuanto se ven?
– Julie, no…
–¿Hace cuanto se ven? –Volví a preguntar –Quiero la verdad.
–Un mes –dijo Nadia bajito.
–Muy bien–tomé mis cosas y me fui de ahí lo más rápido posible, no podía estar más con ellos.
Tomé un taxi hasta mi casa, no paré de llorar en todo el camino.
Cuando entré, lo único que hice fue ir a mi habitación, estuve horas llorando en mi cama, mis lágrimas eran una mezcla de dolor y coraje. Estaba tan triste y decepcionada, dejé de llorar sólo cuando pude conciliar el sueño.
No fui al colegio en los siguientes días, estaba muy deprimida para hacerlo.

¡Hola! Aquí el primer capítulo de mi novela... aunque nadie comentó antes:( espero que alguien lo haga ahora...
Ya sé que este capítulo no es muy bueno, para mí quedó feo pero no sabía como arreglarlo. Pero, por lo menos para mí, es el único malo y tan corto.
Por favor, comenten o algo! Se siente mal que nadie lo haga:( Después la novela mejora! Lo mejor para el final ¿no?
Y aunque esté feo me esforcé, hasta busqué una frase que le viniera:)
Hasta puse el cap en letra más grande, no sé si soy un poco ciega o qué pero con la letra normal no veo nada jajja
Bueno... hasta la próxima! mucho amor y paz<3

por **Mari Osores** Dom 17 Feb 2013, 2:04 pm

Hola, muy bonita tu novela, exacto lo mejor para el final.
¿Cuando la sigues?*-*

por **Maiteistyles** Dom 17 Feb 2013, 4:20 pm

Mari Osores escribió:Hola, muy bonita tu novela, exacto lo mejor para el final.
¿Cuando la sigues?*-*

Mi primera (y única) lectora!!! ujujuju, gracias por leer y comentar, que bueno que te haya gustado, después se pone mejor;) La seguiré en unas horas:)
Gracias por leer, besos<3

por **Manenitha1D** Dom 17 Feb 2013, 5:57 pm

Hola me encanto
me encanto
me encanto
Soy tu nueva Lectora
que digo fiel y sensualona lectora okya
espero y la sigas pronto :33
:bye:

por **Maiteistyles** Dom 17 Feb 2013, 6:17 pm

Manenitha1D escribió:Hola me encanto
me encanto
me encanto
Soy tu nueva Lectora
que digo fiel y sensualona lectora okya
espero y la sigas pronto :33
:bye:

Oh my gosh! dslkjs no sabes lo feliz que estoy, te juro que lloro de felicidad.
Cuando subí el prólogo, no tenía ninguna lectora y ahora tengo dos!! y más ensima me dices que te encantó ksjdhks
Te amo fiel y sensualona lectora :$
La seguiré enseguida
Besos!

por **Maiteistyles** Dom 17 Feb 2013, 7:09 pm

Capítulo 02

Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT] Cry_large

“Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.” –Julio Cortázar”

El día estaba nublado, con nubes amenazando a llover, tenía que irme caminando a mi casa. Me dirigí hacia mi casillero y ahí me encontré con mi ex novio y mi ex mejor amiga, besándose. Ninguno de los dos tenía su casillero ahí, lo hacían a propósito para molestarme. Ya habían pasado más de tres semanas desde el día que terminé mi noviazgo con Alex y mi amistad con Nadia, ellos se hicieron novios y como no decidí perdonarlos, se enojaron ellos conmigo. Era increíble, me convirtieron a mí en la mala de la historia. Y para el colmo, llegó Janis, la chica que se dedica a molestarme cada día del año.
–¡Hey! Huérfana, ¿dónde está tu amiguita? ¿Y tu noviecito? Oh, lo siento, no me había fijado que estaban al lado tuyo, comiéndose. –Se reía de una forma tan molestosa – Antes por lo menos los tenías a ellos, ahora no tienes nada huérfana, nada. ¡Estás sola! Hasta la perra rubia esa te abandonó. –Siguió riéndose, y la feliz pareja se separó para mirarme y aunando a mi sensibilidad en estos últimos días, mis ojos no tardaron en cristalizarse, cerré mi casillero y me fui de ahí.
Conocí a Janis el primer día de clases, nos llevamos bien, hasta que comencé a salir con Alex, al parecer a ella también le gustaba. Yo traté de hablar con ella, pero dijo que no le gustaba mi novio, si no que solo le caía mal mi actitud y no quería ser mi amiga.
Ella tenía razón, estaba sola, no tenía papá, a mamá la veía con suerte una vez al mes, y no se preocupaba ni un poco por mí, Nadia y Alex, ellos me destrozaron y la “perra rubia” como le gustaba llamarla Janis, era otra de mis mejores amigas, Elizabeth, que por el trabajo de su padre, se mudó a otro país, a Irlanda. Al principio hablábamos todos los días, después una vez a la semana y después sólo nos escribíamos por internet. Hasta que perdimos el contacto. Qué triste es perder a gente tan hermosa. Hace casi un año que se fue.
No me llevaba mal con mis compañeros a excepción de Janis, pero ninguno era mi amigo, como ya dije, suelo verme bien entre todos, pero por dentro estoy destrozada.
No son nuevos todos los desafortunados que tengo, pero ahora no tengo quien me apoye, ese es el problema, mis amigos y mi novio eran los que me daban una razón para vivir, ya que varias veces me cuestioné la vida. Malo, lo sé.

Iba caminando rápido, mis ojos estaban inundados y mis mejillas empapadas, iba tan distraída, hundida en mis pensamientos, que no me percaté de un chico que venía corriendo directo hacia mí, el golpe fue tan fuerte que terminé en el suelo, con él sobre mí.
–Oh, lo siento tanto, fui un estúpido, lo siento iba distraído y estaba corriendo y no te vi y no me percaté que estabas ahí y no me viste y no te vi y… –Dijo el chico que me había empujado, totalmente urgido al verme en el suelo bajo su cuerpo.
–Yo también estaba en otro mundo, no te preocupes –Lo interrumpí, ya que seguía disculpándose. –Pero ¿te podrías quitar? Me estás aplastando. –El chico se paró rápidamente. Yo me levanté, me sacudí los pantalones y me agaché para recoger mi bolso, lo tomé y se me calló de la mano, instintivamente un “Auuch” salió de mi boca.
–¿Estás bien? Te lastimé, lo siento tanto, déjame ayudarte –el chico tomó mi bolso y se lo colgó en su hombro.
Al menos con el sorpresivo impacto había parado de llorar.
–¿Qué haces? – le pregunté cuando él empezó a caminar, todavía con mi bolso.
–Ven, te llevaré a un hospital para que te saquen una radiografía.
–No es necesario, estoy bien. –No pude evitarlo y una lágrima corrió por mi mejilla, la que desaparecí rápidamente con la manga de mi abrigo.
–Claro que no lo estás, se nota cuanto te duele –dijo al verme llorar.
No dije nada, no quería darle explicaciones a alguien del cual ni siquiera sabía su nombre.
Se fue caminando, acto el cual imité, llegamos hasta un lindo auto gris que estaba estacionado en la calle, el lindo chico del cual aún desconocía el nombre, me abrió la puerta del copiloto, asentí con la cabeza en acto de agradecimiento y me senté en el cómodo asiento, el castaño dio la vuelta y se subió.
El auto se puso en marcha, yo iba mirando hacia la ventana y de vez en cuando cambiaba la dirección de mis ojos a mi muñeca, la que estaba roja e hinchada, preparándose para un gran moretón. En todo el trayecto hasta el hospital, ninguno dijo ninguna palabra. Yo no estaba de humor para hablar y al parecer él se dio cuenta, lo que agradecí.

Admito que me equivoqué, pensé que no sacaría ninguna sonrisa en un tiempo, o por lo menos esta tarde, pero este chico trataba de subirme el ánimo y sí que lo logró.
En la sala de espera no paraba de hablar, me contaba anécdotas graciosas de su amigo, un tal Harry, y las estupideces que hacían juntos, sabía el nombre de su amigo, pero no el de él, aunque él tampoco sabía el mío.
El lindo chico de ojos azules, y cabello castaño y sedoso, con una sonrisa de comercial de pasta dental, tenía una voz encantadora y una risa aterciopelada. Este chico fue tan amable al traerme al hospital y a pesar de que estuvimos la mayor parte entre enfermos y accidentados él hacia chistes tratando de animarme y hacer que olvidara el dolor.
Pero se necesitaba mucho más que sólo risas para quitar el dolor que sentía realmente.

Como gran actriz, siempre finjo que estoy bien, y todo el mundo lo cree, pero hoy, por alguna razón no pude. No era la primera vez que veía a la pareja babosa besarse, ni que Janis me llamara huérfana o me recordara alguno de mis defectos. Pero por alguna razón hoy en el colegio exploté.
–Sólo he hablado yo, cuéntame algo de ti –me dijo el castaño.
–No tengo mucho que contar, mi vida no es tan divertida como la tuya.
–Oh vamos, algo debes tener para contarme.
–En realidad no –Le contesté, no sabía nada de él para andar contándole mis problemas.
–Está bien, entonces contéstame ¿Por qué estabas llorando esta tarde? Seré distraído y estúpido pero sé perfectamente que esas lágrimas no eran precisamente por el golpe en tu muñeca ¿O sí? ¿Qué ocurrió para que una linda chica como tú derramara lágrimas? –Al decirme eso, me miró con una cara como si fuera mi amigo desde hace años, dispuesto a escucharme, ayudarme y comprenderme.
No pude aguantar y una lágrima descendió por mi mejilla, seguida por muchas más. Sin pensarlo, el de ojos azules me abrazó, le respondí el abrazo, agradecida. Estuvimos un par de minutos en esa posición, mientras él acariciaba mi cabello, yo me calmaba.
Nos separamos al notar la presencia de una mujer de delantal blanco, la enfermera, que nos indicaba que ya era mi turno.
–Gracias, lo necesitaba- Musité.
–No hay de que- Me sonrió él.
Me levanté del asiento junto con el castaño
–No es necesario que vayas, puedo ir sola.
–No, claro que no, te acompañaré, además yo soy el culpable. –El chico me dio un poco de pena, el todavía se sentía culpable, se le notaba en la mirada.

La doctora era muy amable, me revisó la muñeca y sacó unas cuantas radiografías de ella.
–Tiene una leve fractura, pero no se preocupe, pronto sanará. Le pondré un yeso y se puede ir a casa.
–Está bien.
–Como no puedes usar tu mano, tu amigo debe completar esta ficha médica- dijo entregándole a mi “amigo” la hoja y el lápiz.
–Oh, está bien –dijo el chico.
La doctora Parker, como decía su identificación colgada del delantal, me enyesó la muñeca rápidamente.
–En seguida vuelvo, voy por medicamentos para aminorar el dolor y la hinchazón
Apenas la doctora salió, el castaño se acercó a mí.
–No sé nada sobre ti, hagamos esto rápido antes de que llegue la doctora ¿nombre?
–Juliette Foster. –No sé si escribía de esa manera por el apuro, o porque nunca tuvo clases de caligrafía, pero era gracioso ver a un chico de no menos de 16 años escribir como uno de 10.
–Lindo nombre, ¿edad?
–Quince.
–¿Fecha de nacimiento?
Y así seguimos hasta completar la ficha. La doctora llegó, me dio algunos medicamentos y nos dejó ir.
Cuando íbamos de regreso en el auto, el desconocido se disculpó, otra vez:
–No sabes cuánto lo siento, enserio no fue mi intención quebrarte el brazo.
–Está bien, no te disculpes más, los dos íbamos distraídos.
–Bueno, así que Juliette, que lindo nombre tienes.
–Gracias –le sonreí.
–No me imaginaba que tuvieras quince, aún eres una niña- rió.
–¿Cuántos años tienes tú?
–Cumpliré los dieciocho en diciembre.
–¿Todavía asistes al colegio?
–Último año ¿Dónde vives?
–Aquí, dobla a la derecha.
–Aquí estudio –dijo apuntando el edificio de ladrillos rojos por el cual pasamos.
–¿Enserio? yo también.
–¿Cómo es que nunca te había visto?
–No lo sé, tal vez porque nunca he resaltado mucho-le respondí sincera, encogiéndome de hombros –Aquí es –dije cuando pasamos por mi casa.
El chico sin nombre, como lo había decidido llamar en mi cabeza por el momento, detuvo el auto.
–Sana y salva en la puerta de tu casa, bueno… casi.
–Gracias por traerme –Le agradecí.
–No hay de que, te lo debía.
–Por cierto ¿Cuál es tu nombre?
–Louis, Louis Tomlinson.
–Entonces, adiós Louis.
–Adiós Juliette, tal vez nos veamos mañana.
–No creo que vaya, no estoy de humor.
–Pero no puedes faltar a clases.
–No importa, solo será por mañana.
–Está bien, cuídate Juliette.
–Tú también.

Aquí el segundo capítulo!:) estoy feliz porque ya hay 2 lectoras! y espero que lleguen más
Ojalá les guste.<3
Besos!

por **Manenitha1D** Dom 17 Feb 2013, 7:59 pm

ame el cap
ash ese Alex y la tal Nadia
an entrado en mi lista negra
Louis es un amor
ojala mejore la vida de Juliette
no te preocupes pronto llegaran mas lectoras ;)
espero y la sigas pronto
besos
:bye:

por **Maiteistyles** Sáb 23 Feb 2013, 10:25 am

Manenitha1D escribió:ame el cap
ash ese Alex y la tal Nadia
an entrado en mi lista negra
Louis es un amor
ojala mejore la vida de Juliette
no te preocupes pronto llegaran mas lectoras ;)
espero y la sigas pronto
besos
:bye:

Que bueno que te haya gustado<3
Louis es el mejor:))
Intentaré seguirla pronto
besos<3 gracias por leer:)

por **Maiteistyles** Lun 04 Mar 2013, 1:25 pm

Capítulo 03

Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT] 269245_407729402644759_664003898_n_large

“Frase"

Me desperté por el sonido del despertador, había olvidado desactivarlo. Aún era temprano así que decidí dormir un par de horas más, mas no pude hacerlo.
Me metí al baño, prendí el grifo de agua y mientras esperaba que las gotas tomaran suficiente temperatura, me desvestía.
Me terminé de arreglar y bajé por algo de desayunar, moría de hambre, no había comido bien los días anteriores debido a la depresión que Nadia y Alex me habían provocado, pero por alguna razón, Louis, el lindo chico que me ayudó ayer, logró calmarme.

Cuando terminé, lavé lo que había ensuciado y fui a cepillar mis dientes. No tenía tarea, ni nada que estudiar, así que saqué un libro del escritorio de mamá, me recosté en el sillón y comencé a leer.
Amo leer, me gustan las novelas románticas, sabiendo que son fantásticas, que esos finales felices solo se hallaban ahí, en los cuentos de hadas.

Muerta de frío me desperté, el libro que hace unas horas leía, estaba en el suelo.
Me levanté, devolví el libro a su lugar y fui por un poco de helado.
Escogí una película romántica y con una manta me senté frente al televisor.
Siempre veía en las películas, cuando la protagonista estaba triste por algún problema amoroso hacía esto, se desahogaba con el helado y una película que la hiciera llorar, sola, en medio de la oscuridad frente a la televisión.
Lloré mucho, la película era tan triste, sin darme cuenta me había tomado todo el helado, me dolía el estomago de tanto comer.
Fui a botar el envase, me iba a recostar de nuevo sobre el sillón pero un sonido me interrumpió, era el timbre. –¿Quién podría ser a las 3 de la tarde? –pensé al mirar el reloj .Al abrir la puerta me llevé por sorpresa quién se encontraba ahí.
–Liiiam! –grité y me tiré a sus brazos.
–¡Julie pequeña!- me decía el chico mientras me abrazaba y besaba mi cabeza.
–Te extrañé tanto, hermano- dije cuando entramos a la casa.
–Yo también enana ¿Qué te pasó?- dijo preocupado al notar el yeso en mi brazo.
–Oh, nada grave, tengo una pequeña fractura.
–¿Te caíste?
–Me botaron.
–¿Qué? ¿Quién?
–Liam, cálmate, iba caminando y un chico venía corriendo y no nos fijamos y sin querer me botó, pero se preocupó tanto que me llevó al hospital y me trajo sana y salva a casa –Le afirmé.
–Está bien –Se tranquilizó mi hermano mayor. –Pero debiste haberme avisado.
–Lo sé, lo siento. Oye ¿por qué tocaste el timbre?
–Olvidé mis llaves en mi casa.
–Tonto.
–!Oye! No me hables así. –me regañó y comenzó a hacerme cosquillas.
–¡¡Basta Li.. Liam!! –dije cortadamente debido a las cosquillas.
–Está bien enana, no es para tanto.
–Sabes que odio que me hagan cosquillas.
–Y por eso mismo lo hago.
–Eres malo –dije poniendo cara triste.
–Sabes que son bromas.
–Sí, lo sé.
–Y ¿Cómo han estado las cosas por aquí? ¿Cómo está Alex?
No hubo respuesta de mi parte y una delatadora lágrima corrió por mi mejilla.
–Oh Julie, lo siento ¿Que te hizo el imbécil? –Dijo enojado el castaño.

Liam es mi único hermano, tiene 20 años. Es una hermosa persona, paciente, no se enoja con nadie, no dice malas palabras, es la persona que seguramente se ganaría todos los premios de la paz y bondad, el premio a la mejor persona del mundo diría yo, pero cuando de su hermana se trata puede ser muy… sobreprotector, todas esas cualidades se le pueden ir en un abrir y cerrar de ojos, solo por protegerme.
Le conté todo lo que había pasado con Alex y Nadia, tenía mucha confianza con él, siempre la tuve. Liam siempre estuvo ahí, para protegerme por la ausencia de mis padres, siempre nos protegimos el uno al otro. Pero cuando ya estuvo grande, se fue de la ciudad, a estudiar y a trabajar. Al principio venía día por medio a verme, pero, era muy costoso y cansador para él, así que comenzó a venir una o dos veces al mes.

…

La clase de historia se pasó muy lenta, el maestro se pasaba hablando cosas tan aburridas que nunca le ponía atención.
–Tomlinson! Tomlinson!!
–¿Qué? –Dije totalmente distraído
–En qué mundo estás Tomlinson, pon atención.
–Sí, profesor, no pasará otra vez.
Empecé a escuchar la clase, como me indicaron, pero de un momento a otro mis pensamientos cambiaron de dueño. Recordé a la linda chica de ayer, fui un estúpido al romperle el brazo, todavía me sentía culpable.
–¡Tomlinson fuera! –escuché gritar al profesor.
Lo miré, él me miraba impaciente, tomé mis cosas y me fui, que bueno que era la última clase, así me iba temprano.
Cuando me iba a subir a mi auto, recordé a Juliette, decidí ir a verla, para saber cómo se sentía, ya que no se veía nada bien ayer. Compré un ramo de flores y me dirigí a su casa. Me estacioné a fuera de ella y cuando me iba a bajar, me fijé en un chico alto y castaño claro que estaba tocando el timbre. Juliette le abrió y se sorprendió al ver quién era.
–Liiiam –la escuché decir al mismo tiempo que se tiraba a sus brazos.
–¡Julie pequeña! – le decía el chico mientras la abrazaba y besaba su cabeza.
No pude seguir escuchando ya que entraron a la casa.
Me volví a poner el cinturón de seguridad y partí a mi casa, no quería interrumpir el momento con quien quiera que fuese ese chico.

___________________________

Perdón por la demora, pero lo quise mejorar y me demoré:(
Lamentablemente no encontré una frase para este capítulo, así que si encuentran una les agradecería un montón si la pusieran en un sensual comentario:)
Espero que lleguen más lectores, muchas gracias por leer<3
Hoy empecé las clases:( maldito colegio... Así que probablemente me demore un poco en subir, pero siempre lo haré!
Ojalá les guste
Besos<3

por **Maiteistyles** Miér 20 Mar 2013, 3:18 pm

Capítulo 04

Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT] Tumblr_mf77e2IMfy1rs7ka4o1_400_large

“No se sale adelante celebrando éxitos sino superando fracasos.” -Orison Swett Marden

Me desperté con el molesto sonido del despertador nuevamente, lo apagué y me volví a tapar con las cálidas sábanas y frazadas de mi acogedora cama, no quería ir al colegio. Cuando estaba por volver a conciliar el sueño, unas manos aventaron las sabanas destapándome completamente.
–Levántate, no puedes seguir faltando a clases –dijo mi hermano.
–Sí puedo y sólo falté un día.
–No mientras esté aquí, así que alístate rápido, yo te llevaré hoy.
Me levanté de mala gana y entré al baño, me di una ducha rápida y me puse ( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=59974691&.locale=es ) algo simple. Bajé a desayunar, después subí a cepillar mis dientes y me subí al auto con mi hermano.
Cuando llegamos a la escuela, Liam se bajó, rodeó el auto y me abrió la puerta, nos dimos un gran abrazo como despedida.
–Hasta unas semanas más Liam, te extrañaré muchísimo.
–Yo también lo haré y ya sabes si tienes cualquier problema no dudes en llamarme. Si pasa algo como lo de tu brazo también debes avisarme ¿sí?
–Lo haré.
–Te quiero mucho Juliette, cuídate.
–Yo también, adiós.
–Adiós hermanita.

Cuando iba entrando, vi a Louis, el chico del accidente, en la entrada, lo saludé con la mano y una sonrisa, él hizo lo mismo.
Entré a mi salón, tenía física, como odiaba ese ramo, además de que me iba mal, odiaba al profesor y me aburría.
Cuando por fin salí al receso, recibí una llamada de Liam.
–Julie, me quedaré un día más aquí, ¿qué te parece si te voy a buscar después de la escuela y vamos a cenar?
–¡Claro! – Exclamé feliz.
Amaba pasar tiempo con mi hermano, es el único que me entiende y escucha.
–Entonces, hasta más tarde.
–Adiós.
Cuando colgué, tocó el timbre para entrar, las últimas horas se pasaron más lentas que de costumbre, los profesores no paraban de parlotear y parlotear, cosas a las cuales no les tomé ni la más mínima gota de atención. No importaba, después le podía pedir los apuntes a cualquier chico de la clase.
Después de que el maestro Fields nos diera la tarea para la próxima semana, tocó el timbre, el glorioso y angelical sonido de la campana.
Me paré en la entrada a esperar a Liam, el día estaba frío, con unas feas nubes grises, pasaron diez minutos y no llegaba, me senté a esperarlo en los escalones que estaban en la entrada y de pronto comenzó a llover. No había rastro de Liam, ya lo había esperado veinte minutos así que decidí llamarlo.
–Julie lo siento, me avisaron de último minuto, voy camino a una reunión, lo siento mucho enana, te prometo que la próxima vez si te llevaré a comer, ¿sí?
–Está bien, ¿pero sabes que está lloviendo y tendré que irme caminando?
–Lo lamento, no volverá a pasar, te amo, cuídate mucho.
–Yo también, adiós.

Fue hacia mi casillero a buscar una chaqueta que tenía guardada no sabía desde cuando, pero servía para estas situaciones.
La escuela estaba vacía, había como máximo diez personas en todo el edificio de los más de quinientos alumnos de la institución.
– ¿Juliette? –preguntó una voz masculina.
–Hola Louis –Dije al darme cuenta de quién era.
– ¿Qué haces aquí todavía?
–Mi hermano pasaría por mí pero canceló de último minuto así que tendré que irme caminando.
–Te llevo.
–No, no te preocupes.
–Insisto, yo te llevo, además está lloviendo.
– ¿No es molestia?
–Claro que no, ven vamos.
Lo seguí hasta su auto, me abrió la puerta del copiloto y rodeó el auto para subir y conducir.
– ¿Y cómo estás? –Me preguntó.
–Mejor, ¿cómo estás tú?
–Bien… ten –dijo entregándome unas flores un poco marchitas, pero bonitas de todas formas, que estaban en el asiento.
– ¿Para mí?
–Sí, te las compré ayer, cuando fui a verte.
– ¿Fuiste a verme?
–Sí, pero me fui enseguida cuando llegó otro chico, no quise interrumpir.
–Era mi hermano, no lo veía desde hace tiempo.
–Oh ¿enserio? que bien.
– ¿Y para que fuiste a verme?
–Quería saber cómo estabas, cómo te sentías.
–Gracias, por las flores y por preocuparte.
–No es nada, es lo menos que podía hacer después de haberte empujado y provocado una fractura en tu muñeca.
–No, claro que no, no fue tu culpa.
–Bueno aunque no hubiera sido mi culpa igual quería hacerlo.
–Gracias –Le sonreí.

La tormenta empeoraba cada vez más, la lluvia no cesaba.
Louis detuvo el auto frente a mi casa.
– ¿Quieres pasar un rato? ¿Hasta que pase la tormenta? –le pregunté amablemente.
–¿No es molestia?
–No, claro que no.
–Entonces sí –me sonrió.
Aunque apenas conocía a Louis me inspiraba confianza, además en estos momentos deprimentes para mí necesitaba a alguien que me subiera el ánimo, y Louis ya lo había hecho una vez, en el hospital.
Nos bajamos de su auto y nos dirigimos a la puerta de mi casa, en el minuto que pasó desde que nos bajamos del auto y abrir y entrar a la casa, nos empaparon.
–Vaya, sí que llueve fuerte –dijo Louis.
–Sí, ¿quieres secar tu ropa? ¿Y te presto algo de mi hermano por mientras?
–Estaría bien, gracias.
Mientras la ropa de Louis se secaba, me fui a cambiar.
( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=60064321&.locale=es )
–Espero que no te moleste verme así, normalmente en casa me visto cómodamente.
–Te ves bien –Me sonrió y un leve rubor se coló en mis mejillas.
–Creo que ya está tu ropa, la iré a buscar.
–Está bien.
Me dirigí al cuarto de lavado y secado, saqué su ropa y se la llevé.
–¿Quieres comida china? –Le pregunté a Louis.
–Claro ¿por qué no?
–Voy a llamar para que nos traigan.
Lo primero que hicimos al llegar la comida china fue abrir las galletas de la fortuna.
–¿Al mismo tiempo?
–Uno, dos y… tres –Conté.
Los dos abrimos nuestras galletas al mismo tiempo.
– “Hoy tendrás un día increíble de alegría y buen humor” –Decía la mía.
– “Tienes por delante una vida con alguien especial, disfrútala al máximo” –Leyó Louis.
Comimos y vimos una película, cuando anocheció Louis se fue.

Cansada, me fui a mi habitación, me coloqué mi pijama y me tiré a la cama, cuando estaba a punto de quedarme dormida, miré hacia mi mesita de noche y ahí vi, esa foto, esa foto que había tomado Nadia, en la que salíamos Alex y yo besándonos, el día de nuestro aniversario, cuando cumplimos seis meses, que bellos tiempos, los extrañaba, extrañaba estar feliz, olvidarme de todos mis problemas, de toda mi vida y ser feliz, no estaba enojada con Alex ni Nadia, ya no más, tal vez aún quedaba un poquito de rencor y resentimiento pero ellos me dieron felicidad, no fue para siempre, ni duro mucho, pero lo hicieron, me hicieron feliz, no volvería a ser amiga de ninguno de los dos, porque lo que me hicieron fue terrible, pero, los dejaría vivir su vida tranquilos. No creo poder perdonarlos por completo, pero los olvidaré. O eso trataré de hacer. Hace tiempo que había aprendido a no lamentarme por mis desafortunados, si no que agradecer los afortunados. No pude evitarlo y unas cuantas lágrimas bajaron por mis mejillas, estas serían las últimas lágrimas que les dedicaría a ellos.

Estoy triste porque nadie ha comentado:( Y no sé si alguien ha leído. Espero que por lo menos alguien que no tenga una cuenta haya tomado en cuenta la novela (si es así, hazte una cuenta lector misterioso y comenta aunque sea un hola!)
Espero que alguien lea y comente
con mucho amor les dejo este capítulo<3
Besos.)

por **Maiteistyles** Jue 04 Abr 2013, 12:53 pm

Capítulo 5

Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT] Exam__s_period__by_gingershots-d4gk7fw_large

"Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da” –Miguel de Unamuno

Sonó el timbre para salir a almorzar, antes de ir al casino, pasé por mi casillero a dejar mis cosas, cuando lo abrí noté un pequeño papel color amarillo fosforescente pegado en la puerta. Era de esos papelitos para escribir notas o recordatorios, con adhesivo en la parte superior, los “post it”
Lo tomé y lo leí:
“Juliette,
¿Quieres que te lleve a tu casa hoy?:) -LT”

– ¿LT? ¿Quién en LT? –Pensé – ¡Louis Tomlinson! El chico del accidente.

Le pregunté a un chico al cual nunca había visto antes, donde se encontraban los casilleros del último año, me indicó el pasillo después de los baños.
Así que me dirigí al casillero de Louis y puse otro post it, esta vez fucsia en su puerta:
“Claro, si no es mucha molestia –JF
Pd. Dime Julie no Juliette”

Qué bueno que a los casilleros les ponían nombre en este colegio, de otra forma no podría haber encontrado el casillero de Louis.

***
Conforme pasaban los días, Louis y Julie se hacían grandes amigos, se había hecho rutina que, al tocar el timbre, ella esperaba en la salida del colegio a Louis y después él la llevaba a casa y en ocasiones –la mayoría– entraba a platicar, comer, ver películas, etcétera.

Llevaba un mes de amistad con Louis, todos los días de clases él iba a dejarme a su casa, lo pasaba muy bien con él y al parecer él también con migo.
Fui a mi casillero a buscar mis cosas para luego ir a esperar a Louis a la salida de la escuela, pero al llegar ahí me encontré con un post it pegado a la puerta de mi casillero tal como estaba la vez que Louis se ofreció a llevarme a mi casa la primera vez.
“Lo siento me voy temprano hoy, tengo un trámite que hacer y no podré llevarte,
Nos vemos mañana, Lou:)”

Bueno no me hará mal hacer un poco de ejercicio.

–¿Te vas sola? –Reconocí enseguida la voz chillona.
–¿Qué rayos quieres ahora? –Le dije algo fastidiada.
–No lo ves Juliette, ya te lo dije, estás sola, nadie te necesita aquí, porque no nos haces el favor a todos y desapareces, mátate o algo, aquí no te queremos –me dijo la pelirroja.
Ahora si se había pasado, ya le había aguantado muchas cosas pero ahora sí se pasó.
–¿Cuál es tu problema Janis? –Le dije casi gritando.
–Me estorbas Juliette ese es mi problema –dijo como la estúpida y descarada que es.
–Si tanto te estorbo ¡¿Por qué no dejas de molestarme y sales de mi camino?!-le dije ahora más que enojada.
–Juliette, vamos, no vale la pena que pelees con esta estúpida –dijo una voz desconocida jalándome del brazo hasta el baño.
–¿Quién eres? –le pregunté una vez adentro a la chica de cabellos claros.
–Soy Charlotte –respondió con una sonrisa sincera.
–Y ¿Cómo me conoces?
–No te conozco, pero vi que necesitabas ayuda y no sé, yo solo quise…
–Gracias – la interrumpí.
–No hay de que –me sonrío.
Salimos del baño y nos dirigimos a la entrada.
– ¿Conoces a Janis? –Le pregunté a la rubia.
–Lo poco que conozco de ella, es una niñita engreída y molestosa, además de hueca
–Me caes bien ¿sabes?
–¿Aunque apenas me conozcas? –Me preguntó Charlotte
–Cariño, tenemos toda una vida por delante para conocernos –reímos las dos.
Enserio Charlotte me cayó muy bien, no solo porque a ella también le desagradaba Janis si no que tenía una sonrisa sincera, me inspiraba confianza.
“Espero que nos convirtamos en buenas amigas”, pensé.
Charlotte no tenía nada que hacer y no quería ir a su casa, para que no se quedara vagando sola en la calle, la invité a mi casa, ella aceptó gustosa.
Hablamos por casi cuatro horas seguidas, de muchas cosas, desde cosas incoherentes a cosas serias, teníamos varias cosas en común, a mí me hacía falta una amiga, y al parecer a Charlotte también, me contó que también había perdido a su amiga hace poco, no por la misma situación que yo, sino que sólo se fue con otro grupo de personas.
Íbamos en el mismo grado, pero no nos habíamos visto antes porque nunca nos tocó una clase juntas.
También me contó que había un chico del que se podría estar enamorando, no entró en detalles solo dijo que se llamaba Martin, Martin Kendal. Sus ojos se iluminaron al hablar de él, supe en ese instante que estaba totalmente enamorada de este chico.
Yo, como la mayoría de las veces, no hablé de mi vida privada, no la conocía lo suficiente para hacerlo, solo lo básico, como que tenía un hermano y que mi mamá viajaba mucho, pero ella, ella me contó prácticamente la mitad de su vida.
Charlotte me recordaba a Louis, el día del hospital, era la primera vez que nos veíamos, siquiera habían pasado 20 minutos y me contó mucho de su vida, de su amigo Harry y de sus travesuras y ocurrencias, de sus hermanas, de sus padres, de muchas cosas.
Cuando comenzó a oscurecerse Charlotte se fue.

Me levanté en la mañana feliz, sin saber por qué pero lo hice, nunca me levanto feliz, a esa hora, para ir a la escuela me es casi imposible despertar animada, por mí dormiría hasta el medio día.
Cuando terminé de arreglarme bajé a desayunar, pero mi feliz sonrisa se fue al ver la no tan buena sorpresa que se hallaba en la cocina desayunando.
–Hola hija –me dijo la mujer cuarentona, que se creía veinteañera, mi madre.
–Hola mamá ¿Qué haces aquí? –Le pregunté sin mucho ánimo.

Quiero a mi madre, pero no sé, cada vez que la veo me angustio, no me llevo muy bien con ella.
–Juliette ésta es mi casa y si quiero estar en ella lo hago –Me dijo algo ofendida.
–No quise que te molestaras, solo que hace tres semanas que no te veía y no esperaba verte tampoco, pensé que estabas de viaje.
–Sí, de hecho lo estaba, pero me dieron una semana de vacaciones.
–¿Te quedarás una semana? –Dije sentándome junto a mi madre.
–Já, no Juliette, claro que no, solo vine a buscar unas cosas, me iré con Jorge al Caribe, ni creas que me quedaré aquí mientras el hombre de mis sueños me espera –Dijo pesada y engreídamente.
– ¿Quién es Jorge? –Le pregunté extrañada.
–Mi nuevo novio hija, no porque Jhon me haya dejado estaré sola.

Ajá ya recuerdo porque me amargo cada vez que veo a mi madre, no muestra ni una gota de interés en su hija, solo en ella misma y en sus estúpidos novios que cambia cada mes.
Me levanté de la mesa, no quería estar con mi mamá.
– ¿No desayunarás? –Preguntó Verónica.
–Se me quitó el hambre –No era cierto, tenía hambre pero no quería comer junto a ella.
–Te dejaré dinero en tu habitación, ¡cuida la casa!
Claro, cuida la casa, no el típico “cuídate mucho hija” de las madres, la casa era más importante que yo y el dinero debería darme el amor que necesita una hija. Por eso no me agrada mi madre.
Sin siquiera decirle adiós me fui cerrando con un portazo la puerta.

por **Maiteistyles** Dom 14 Abr 2013, 7:29 pm

Capítulo 06

Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas [LT] 282166_320660774697859_2082870175_n_large

“Las familias felices son todas iguales. Cada familia infeliz es infeliz a su manera” -León Tolstói
Perdida en sus pensamientos como la mayoría de las veces está, la linda castaña estaba sentada desayunando en la cafetería del colegio, se había inquietado tanto con la llegada de su madre que se fue casi trotando a la escuela y como había llegado tan temprano aprovechó el tiempo para comer ahí, lo que es raro ya que nunca desayunaba en la cafetería.
–Julie! –Gritó alguien apoyándose en sus hombros con un gran impulso después de correr.
Se asustó tanto que escupió todo el jugo de naranja que en ese momento bebía.
–¡¿ Estás loco o qué?¡
–Lo siento –Dijo tratando de evitar reír.
–Ya no importa –Dijo sonriéndole –¿Cómo estás?
–Bien, algo cansado pero bien ¿tú?
–Um…no me quejo.
–¿Pasó algo? No te ves muy contenta.
–Hoy llegó mi mamá…
-¿Y…?
–Y no pudimos estar ni 5 minutos sin discutir.
–Vaya, que mal, ¿de qué hablaron?
–Nada importante, de que nunca está en casa y cuando tiene vacaciones prefiere estar con su novio. Lo de siempre.
–Arregla las cosas con tu mamá, hoy apenas suene el timbre te llevo para allá y hablas con ella.
–No puedo.
–Claro que puedes, es tu madre, debes arreglar las cosas con ella.
–No, enserio no puedo, ella ya no estará, se va de vacaciones hoy mismo.
–¿Qué? ¿A qué hora?
–En… unos 30 minutos –Dijo ella al mirar la hora.
–Te llevo ahora entonces.
–Tenemos clases.
–No pasará nada si faltamos las primeras horas, vamos.
–Louis, es lindo lo que haces pero no…
–Vamos –Dijo firme, sin escuchar ninguna de las objeciones que ponía ella.

–¿Mamá? ¿Dónde estás? –Le preguntó la castaña a su madre.
–Juliette, ¿Qué haces aquí? Deberías estar estudiando.
–Lo sé mamá, pero quería hablar contigo.
–Te escucho, pero rápido que debo irme, Jorge me espera en el aeropuerto y el taxi está por llegar.
–Bien, empiezo, creo que deberías a veces, ser más aten…
–¿Has visto mi vestido de escote azul?
–No, no lo he visto.
–Rayos, se me hace tarde.
–Como decía, yo sé que tu trabajo consiste en viajar, pero cuando te dan vacaciones, no sé, podrías quedarte algunos dí…
–Demonios, mis zapatos ¡¿Dónde rayos están?!
-Están al lado de tu cama, mamá… como iba diciendo, podrías venir en la se…
–¡¡Mis lentes!! ¿Dónde están mis lentes?
–¡Rayos mamá, te estoy hablando!
–¡Juliette! ¡No me grites!
–No mamá, escúchame, vine a arreglar las cosas contigo, cada vez que nos vemos peleamos o no hablamos. Eso no me gusta para nada, quiero escuchar el “te quiero” de una madre pero tú no me lo dices, ni un “cuídate” de tu parte he recibido.
–Aumentaré la suma de dinero que te dejo cada mes, si eso es lo que quieres Juliette.
–¡Esto no se trata de dinero! Se trata de amor, de cariño maternal. De la familia.
–Hija, sabes que tengo trabajo que hacer.
–Sí, lo sé, pero ahora estás de vacaciones y te vas a ir con tu novio y no te quedarás ni un día conmigo.
–Yo… – Miró la hora –Debo irme, Jorge me espera. Mándale saludos a Alex.
La madre de la pequeña Juliette salió por la puerta con sus maletas y subió al taxi que la esperaba en la puerta de la casa. Dejando a la pobre Julie con la boca abierta y el corazón trisado.
Louis, que estaba al otro lado de la calle esperando, perdió de vista al taxi y no dudó en bajarse del auto y dirigirse a la casa. La puerta estaba abierta, de todas formas tocó, al no recibir respuesta de Julie, entró a ver cómo estaba la castaña.
La pequeña estaba sentada en el suelo, sus brazos estaban apoyados en sus rodillas flexionadas y su cabeza sobre ellos. Se veía desanimada y decepcionada. Miraba un punto fijo, sin mirar algo realmente.
–Julie, ¿Te encuentras bien? –Le preguntó preocupado el castaño.
No recibió respuesta de su parte, él se sentó al lado de ella, no se movía.
–Julie…
–Traté de hablar con ella, pero no me escuchó, dijo que se le hacía tarde para ir con su novio.
Su expresión era triste, mas no lloraba.
Louis la abrazó, ella se acurrucó en sus brazos.
–Tranquila, yo estoy aquí pequeña.
–Gracias Lou, enserio.
–Ven –Le dijo acercándola más a sí mismo para acariciar su cabeza.
–Deberíamos volver a la escuela.
–Sí, vamos –Dijo el castaño.
Se quedaron en la misma posición, ninguno se movió, él seguía acariciándole el cabello y ella estaba acurrucada en el pecho de éste.
–¿Julie…? –Preguntó él, después de varios minutos de silencio, no recibió respuesta, la pequeña Juliette se había quedado dormida, en sus brazos. –Descansa Julie –Dijo el castaño besando su cabeza.
El cansancio lo venció también a él. Ambos se quedaron dormidos acurrucados el uno con otro.

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