Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 6 de 33. • Comparte
Página 6 de 33. • 1 ... 5, 6, 7 ... 19 ... 33
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
quien sera esa niña..???
siguela por favor xq muero x leer mas de esta nove
siguela por favor xq muero x leer mas de esta nove
ElitzJb
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:esa Carly quiere con mi Nicho!!!???
Mas le vale que no!
Proque soy celosa
Asi que Rocco es hermanos de Nicholas!!
Siguela!!!
:wut: :wut: :wut: :wut:
Ya verás quien es Carly!
:imdead: :imdead: :imdead:
JAJAJJA no son celos, cuidamos lo que es nuestro! ;)
Siiiiiiiiiiiiiiiiii Rocco es su hermando ya verás con Geniales los dos!
:enamorado: :enamorado: :enamorado:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Ok!
Carly! Pones tus ojos en Nicholas! Y te juro por mi vida, que no la cuentas!
Porque soy posesiva y celosa y con la unica que lo puedo compartir son con las lectoras de la novelas, tu querida amiga, y la rayis! NADIE mas. :muere:
Okey
Kid y el ahora Rocco es hermano del Nicho!
Wow mucha novedades!
Siguela
Besos xx.
:wut: :wut: :wut: :wut:
& la chica mala al ataque! ;)
:maloso: :maloso: :maloso: :maloso:
Ya verás quien es Carly! ;)
Bueno que amable de tu parte compartir con todas nosotras al Nicho!
:enamorado: :enamorado: :enamorado:
Siiiiii, ellos son hermanos! *.*
& aún queda por descubrir mil misterios más! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:DUUDAAASSS!!!
TENGOOO DUUUDAAASSS!!!!...... PERO QUIERO OTRO CAAPIISSS!!!
ME GUSTA ESTA NOVEEE!!! CREO QUE EMPIEZAN LOS MISTERIOS!!!!
JAJAJAJA
SIIGUEEE PORFIISS
Si me imagino que tienes dudas!
& las que te faltan aún! ;)
JAJAJAJA ya te atrapo la historia! (?
Juro que es PERFECTA! yo la AME! :(L):
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
ElitzJb escribió:quien sera esa niña..???
siguela por favor xq muero x leer mas de esta nove
xD te diré que no es una niña....
& ya pronto sabrás quien es! ;)
Nos estamos leyendo! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
• La Granja - Capitulo 5 (Parte 2) •
—Él es quien… —repitió Rocco, pero Carly lo interrumpió.
—Ya te he oído, pero yo no lo creo.
Ella volvió a respirar, y luego alzó una ceja. —¿Qué ha pasado?
—Alguien —explicó, señalando acusadoramente hacia mí—, pensó que sería una buena idea correr hacia los chicos enfadados con armas.
No era uno de mis mejores momentos, concedí mentalmente.
—¿Y dónde estabas cuando eso pasó? —Preguntó ella, sus ojos entrecerrados—. ¿No se suponía que tú estarías vigilando?
Rocco inmediatamente se puso a la defensiva.
—¡Yo estaba ahí pero no la vi! Es como un ratón. Estaba muy oscuro. Se coló justo a mi lado —Iba a interponerme, a defenderme, pero pensé que sería más seguro guardar silencio esta vez—. De todos modos — se enfurruñó—, estoy cansado de ser el estúpido vigilante. Ni siquiera es una posición o rango real.
—Es una posición real cuando en realidad estás vigilando, como se suponía que lo harías —dijo ella, su voz aumentando la velocidad de nuevo—. ¿Crees que Nicholas te dejará subir de rango si no puedes concentrarte en un simple trabajo por más de tres segundos?
—¡Nicholas quiere que yo ascienda! —Dijo, su voz chillante—. ¡Spider es el que me está manteniendo atrás y no me deja hacer nada importante!
Ella se quedó ahí de pie por unos segundos, negando con la cabeza.
—Tu hermano es el jefe, Rocco. Si él quisiera ascenderte, créeme, ya habría pasado —y luego me miró, e hizo una mueca.
—Aún así, él debe estar perdiendo el juicio… —Tan rápido como había venido, Carly se giró sobre sus talones y se fue, negando con la cabeza y con urgencia sacando algo del bolsillo delantero de sus pijamas de franela.
Después de que ella había desaparecido a través del arco, Rocco volvió a caer en el sofá, abatido y de mal humor.
Me dejé caer en el otro sofá.
En este breve encuentro, había ganado más información de la que tuve en los últimos días, desde que había conocido al chico con el suéter gris. Por un lado, Nicholas y Rocco eran hermanos, y el amargado hombre tatuado probablemente era conocido como Spider, lo cual explicaría la telaraña tatuada en su cuello. También entendí que Nicholas es el jefe; de qué o de quién, no lo sabía. Y Carly era muy probablemente la novia de Nicholas —su muy enojada y muy temible novia.
Me obligué a mí misma a archivar lejos el matiz de celos que saltó contra la pared de mi pecho cuando consideré lo último. En su lugar me enfoqué en los hechos que deberían aterrorizarme: fui testigo de un asesinato; había sido tomada contra mi voluntad; estaba siendo retenida en esta granja con cierto pistolero caminando alrededor; y, hasta hace unos minutos, creía que Nicholas estaba enviándome hacia mi muerte.
Estas eran las cosas que tenía que recordar para sobrevivir.
Escuché las puertas de un auto cerrarse. Debí haberme quedado dormida, porque la oscuridad afuera fue remplazada por la luz del sol que entraba por las ventanas del gran salón. Rocco aún seguía dormido en el sofá frente a mí.
La puerta principal se abrió de golpe, y la casa rápidamente cobró vida con personas.
Aterradores hombres enormes entraban con bolsas y cajas, dejando artículos en la barra de la cocina, y dispersándose por todas partes alrededor de la casa. Caminaban pisando fuerte, riéndose y dándose órdenes entre ellos. Algunos de ellos me miraban rápidamente a medida que pasaban, pero nadie decía nada. El sueño de Rocco no fue molestado en absoluto por el escándalo que estaban haciendo. Él estaba haciendo su propio escándalo a través de su nariz.
Cuando Meatball voló para encontrarme en el sofá, me preparé para lo que seguramente vendría después: la entrada de Nicholas.
Mientras yo frotaba la gran cabeza de Meatball, el hombre tatuado, Spider, entró, susurrándole órdenes a un hombre obeso que se erguía sobre él. Cuando miraron en mi dirección al mismo tiempo, supuse que no estaban discutiendo sobre resultados de fútbol; y la siguiente mirada amarga en el rostro de Spider me decía que aún no le simpatizaba.
—¡Kid! —Gritó con autoridad—. ¡Levántate y guarda la comida!
Rocco abrió los ojos, momentáneamente levantó la cabeza, y luego se dio la vuelta poniendo una almohada en su rostro.
Cuando Nicholas finalmente entró caminando tranquilamente, sus ojos me encontraron inmediatamente. Para mi derrota, él vestía unos vaqueros azules y una camiseta roja que sólo debía servir para acentuar los rasgos oscuros de su rostro. Para añadirle insulto a la injuria, se pasó la mano a través de su perfectamente desordenado cabello. Era, por desgracia, deslumbrante. Tomó cada centímetro de mi ser evitar que mi corazón hiciera saltos mortales; al final me resigné a —por lo menos — reprenderme después de fallar miserablemente.
Miré lejos para calmar mi respiración mientras él esperaba a que la fila de hombres pasara antes de acercarse a mí. Me senté para que él pudiera sentarse junto a mí; pero él simplemente se quedó de pie.
—¿Cómo te sientes hoy? —Aclaró su garganta—. ¿Estás bien?
No nos habíamos separado en los mejores términos, lo recordé. Le sonreía avergonzada mientras trataba de encontrar las palabras correctas para responderle, para hacer las cosas menos incómodas. No me dio la oportunidad de ordenar mis pensamientos. Sus ojos se movieron de mí al sofá y de vuelta a mí; su media sonrisa se convirtió en un ceño fruncido.
—¿Dormiste aquí, en el sofá? —Demandó.
Asentí, pero él ya se había vuelto hacia Rocco.
—¡Kid! —Gritó mientras tomaba un cojín del sofá y se lo tiraba a su hermano, golpeándolo en la cabeza.
Rocco se incorporó bruscamente.
—Sip, estoy despierto. —Miró alrededor, pasando su mano por su loco cabello —al igual que su hermano había hecho unos segundos antes que él.
—¿Hiciste que ella durmiera en el sofá? —Acusó Nicholas.
—¡Qué! —Contestó Rocco a la defensiva—. No sabía qué hacer con ella.
Nicholas respiró profundamente. —Bien. Haz lo que Spider te dijo que hicieras y guarda la comida.
Rocco inmediatamente siguió las órdenes de su hermano e hizo su camino hacia la enorme cocina que ahora estaba repleta con una increíble cantidad de bolsas de compra, y, para consternación de Rocco, más bolsas y cajas estaban siendo cargadas por los hombres. Meatball estaba ocupado investigando los contenidos de las bolsas que habían quedado en el suelo.
Nicholas puso su atención de nuevo en mí y me ofreció su mano para ayudarme a levantarme. Rápidamente la tomé.
Al darme cuenta de que estaba rompiendo mi promesa sobre no dejar que él tuviera poder sobre mí, le dije—: Sólo para que sepas, soy capaz de ponerme de pie sin ninguna ayuda. —Mis mejillas se ruborizaron tan pronto como lo dije —las palabras habían salido mal, como siempre.
Él inclinó la cabeza y luego volvió la cara. —Entendido. Trataré de recordarlo la próxima vez.
Mientras nos dirigíamos hacia el vestíbulo y arriba por la escalera de caracol, aún podía sentir mi piel palpitando donde su mano me había tocado —era extremadamente frustrante que mi cuerpo se negara a respetar las órdenes de mi cerebro.
Llegamos al final de las escaleras y caminamos por el pasillo hasta llegar a dos pesadas puertas de madera. Nicholas me sostuvo la puerta, y nos apoyamos contra una pared mientras unos hombres entraban y salían. Mantuve mis ojos en mis pies, por miedo a traicionarme de nuevo. Me asomé a través de mis pestañas. Estaba mirando la ida y vuelta delante de nosotros.
Entrelacé mis dedos detrás de mi espalda. —Um, ¿vives en esta casa?
Su rostro se volvió hacia mí. —A veces.
Hubo un silencio incómodo.
—Entonces, ¿te gusta esta casa? —Me preguntó luego, su pregunta extrañamente con cierto margen de nerviosismo.
Con tantas cosas en mi mente, no había realmente considerado si me gustaba o no la casa. Después de pasar unos minutos pensándolo, decidí que me gustaba, mucho.
—Es realmente agradable. Me gustan… los suelos —murmuré. Pensé que vi una curva en sus labios cuando dije esto, pero mis ojos estaban todavía en el suelo así que no podía estar segura.
Nicholas dio un paso hacia delante.
—¿Es ese el resto de eso? —Preguntó. Su voz era diferente; fría, dominante.
Cuando levanté la vista, un hombre fornido había llegado a través de las puertas.
—Sí, señor. Esto es todo de eso —respondió el hombre con un tono uniforme, evitando mirar en mi dirección antes de escabullirse.
Con un roce en mi hombro, Nicholas me llevó hacia delante.
Caminamos en un espacio que o era un dormitorio muy grande o un pequeño apartamento. Había una cama muy grande con cuatro postes contra la pared más cercana a la puerta y una pequeña sala de estar al otro lado de la habitación. Con sus ventanas que iban del piso hasta el techo, tenía la misma claridad que la planta principal, pero las paredes eran mucho más oscuras, con paneles de madera teñida de caoba que llegaban hasta mis hombros, y oscura pintura gris hasta el alto techo.
Esta habitación tenía sin duda un toque masculino.
—Puedes quedarte aquí —dijo Nicholas, mirando a través de los rasgos de mi rostro.
—¿Esta es tu habitación? —Pregunté con los ojos abiertos.
Asintió un poco nervioso, pero luego creí que tal vez sus mejillas se habían sonrojado, sin embargo, su expresión era difícil de leer. —Pero no voy a estar aquí, contigo, por supuesto. Puedes tener esta habitación para ti.
Me miró mientras yo daba unos pasos para evaluar mi nueva prisión. Era bonita, acogedora; sin barras de metal.
La imagen familiar de unos contenedores azules Rubbermaid apilados contra la pared llamaron mi atención inmediatamente. Cuando me di la vuelta hacia Nicholas, me di cuenta de que él estaba esperando a que yo los notara.
Metió sus manos en sus bolsillos. —Traje tus cosas para que te sientas más cómoda mientras te quedas aquí.
No estaba loca después de todo. Eran mis contenedores —los que deberían haber estado escondidos debajo de mi cama, en mi habitación sin ventanas, en mi casa cerrada con llave, de vuelta en Callister.
Parpadeé. —¿Cómo pudiste…?
Estaba preparado para mi pregunta y sacó una tarjeta de plástico, mi licencia de conducir. —Fui a la dirección que aparece en tu identificación.
Me la entregó, con la horrible imagen que parecía que yo había sido arrestada después de una pelea en un bar.
—¿De dónde sacaste esto?
—La tenías en tu bolsillo cuando… te encontré —dijo con desgana.
—No, no la tenía —le contradije rápidamente.
Su rostro se ensombreció. —Sí, sí la tenías.
Estaba torturando a mi cerebro, tratando de recordar la última vez que salí de la casa. Sabía que lo más seguro era llevar mi identificación conmigo cuando corría sola —así la policía podría identificar fácilmente el cadáver en la cuneta— pero usualmente olvidaba llevarla. No podía recordar si la traía la última vez.
—¿Cómo entraste en mi casa? Estaba cerrada —pregunté. Rodó sus ojos. —La llave debajo de la alfombra, muy original.
—Te metiste en mi casa.
—Usé tu llave —me corrigió. Sus rasgos se estrecharon—. No deberías nunca dejar tu llave en cualquier lugar cerca de la puerta principal. Ese es el primer lugar donde los ladrones buscan.
Crucé mis brazos. —Ese es un consejo interesante viniendo de un chico que ya se metió en mi casa. Tal vez la próxima vez que te metas, me puedes dejar una lista con todo lo demás que hago mal.
Suspiró. —Está bien, me metí en tu casa pero te traje tus cosas aquí para ti. ¿Podemos decir que estamos a mano? —Sonrió, pero su rostro era estricto—. Además, no habría importado si ni siquiera hubieras dejado la llave debajo de la alfombra. La puerta principal estaba prácticamente cayéndose de las bisagras. Cualquiera podría haber entrado a la casa sin la llave.
Curiosamente, esto no me hizo sentir mejor.
Sus ojos mantenían mi mirada, pero su rostro era indescifrable. Metí un cabello errante detrás de mi oreja y miré hacia otro lado.
—¿Pasa algo? —Preguntó rápidamente.
Traté de plasmar una sonrisa en mi rostro antes de volver mi mirada hacia él. —Nada.
Evaluó mi intento. —¿Te hago sentir nerviosa?
Lo pensé por un momento. No había nudos en mis hombros, sólo en mi estómago.
—No, no me siento nerviosa a tu alrededor —le contesté con sinceridad.
—Entonces me sigues teniendo miedo, ¿verdad? —Preguntó con resentimiento—. Probablemente no ayudó que te contara que me metí en tu casa.
—Eso no ayudó —estuve de acuerdo.
Tomé una respiración profunda, di un paso lejos de él, y miré hacia mis dedos antes de responder. —Tengo miedo de lo que puedes hacer. Quiero decir, he visto lo que puedes hacer, pero, para responder tu pregunta, no, no te tengo miedo. —Esto también era verdad; extraño, completamente ridículo, totalmente peligroso, pero verdad.
Se acercó a mí y levantó mi barbilla con el dedo, forzándome a mirarlo. No me acobardé ni retrocedí esta vez, pero mi ritmo cardíaco se disparó mientras él juzgaba mi expresión. Mantuve mi mirada en alto pero contuve la respiración, lo cual fue probablemente una buena idea, considerando que no me había lavado los dientes desde hace unos días.
Después de medio segundo, se contentó con lo que vio en mi rostro y me soltó.
—¿Entonces qué es?
Me obligué a alejarme de él de nuevo antes de desmayarme. —No es nada.
—Dime —suplicó.
Me apoyé contra uno de los postes de la cama y tragué.
—¿Por favor? —Agregó.
—No puedo leerte. Es… inquietante.
Sus ojos dudosos. —No entiendo.
Mis mejillas estaban calentándose. —Tu rostro nunca cambia. No sé cuando estás enojado, o feliz, o…
—O si voy a matarte —terminó, su voz triste.
—O hacer que me maten —añadí—. ¿Por qué no me dijiste que no ibas a matarme cuando me asusté en el apartamento?
—¿Me habrías creído? —Preguntó con amargura.
Mordí el interior de mi labio y asentí.
Su rostro se ensombreció y lo oí tomar aliento. —No tienes razones para creerme. De hecho, no deberías creerme. Tú misma dijiste que has visto de lo que soy capaz.
Tomó todas mis fuerzas el evitar que las lágrimas escaparan de mis ojos; era doloroso volver a reproducir ese momento cuando pensé que había sido condenada a mi muerte.
—¿Pero eso no habría sido mejor que la otra alternativa? Mejor que tenerme sentada en un auto durante quién sabe cuántas horas, con un chico que creí que iba a matarme y enterrar mi cuerpo en el medio de la nada…
—Lo siento por eso —dijo con sinceridad—. Me tomaste por sorpresa; no sabía qué hacer, no estoy acostumbrado a eso. Me refiero a lo de llorar.
Hizo una pausa. Una tímida sonrisa cruzó por su rostro.
—Aunque pienso que seguro te habías dado cuenta de todo tan pronto como el chico abrió su boca.
—Bueno, en realidad no —respiré—. No es como que me secuestran todos los días.
Su rostro se irritó. Una pared había cerrado los rasgos de su rostro de nuevo, y miró hacia otro lado.
—Haré un poco de espacio en mi armario para que puedas poner tus cosas —dijo, su voz robótica.
—Está bien… Gracias.
Señaló a una puerta que estaba al final de la habitación. —El baño está allí. Estoy seguro de que vas a querer ducharte y cambiarte y todas esas otras cosas.
Asentí. Más tarde saborearé la idea de tener mi propio baño de nuevo, aunque fuera en una prisión.
—Dúchate y ven abajo cuando hayas terminado —dijo.
Nos quedamos de pie por un minuto, mirando alrededor en un incómodo silencio, sin mirarnos el uno al otro. Luego sin decir nada más, él se dio la vuelta, cerrando la puerta detrás de él.
—Ya te he oído, pero yo no lo creo.
Ella volvió a respirar, y luego alzó una ceja. —¿Qué ha pasado?
—Alguien —explicó, señalando acusadoramente hacia mí—, pensó que sería una buena idea correr hacia los chicos enfadados con armas.
No era uno de mis mejores momentos, concedí mentalmente.
—¿Y dónde estabas cuando eso pasó? —Preguntó ella, sus ojos entrecerrados—. ¿No se suponía que tú estarías vigilando?
Rocco inmediatamente se puso a la defensiva.
—¡Yo estaba ahí pero no la vi! Es como un ratón. Estaba muy oscuro. Se coló justo a mi lado —Iba a interponerme, a defenderme, pero pensé que sería más seguro guardar silencio esta vez—. De todos modos — se enfurruñó—, estoy cansado de ser el estúpido vigilante. Ni siquiera es una posición o rango real.
—Es una posición real cuando en realidad estás vigilando, como se suponía que lo harías —dijo ella, su voz aumentando la velocidad de nuevo—. ¿Crees que Nicholas te dejará subir de rango si no puedes concentrarte en un simple trabajo por más de tres segundos?
—¡Nicholas quiere que yo ascienda! —Dijo, su voz chillante—. ¡Spider es el que me está manteniendo atrás y no me deja hacer nada importante!
Ella se quedó ahí de pie por unos segundos, negando con la cabeza.
—Tu hermano es el jefe, Rocco. Si él quisiera ascenderte, créeme, ya habría pasado —y luego me miró, e hizo una mueca.
—Aún así, él debe estar perdiendo el juicio… —Tan rápido como había venido, Carly se giró sobre sus talones y se fue, negando con la cabeza y con urgencia sacando algo del bolsillo delantero de sus pijamas de franela.
Después de que ella había desaparecido a través del arco, Rocco volvió a caer en el sofá, abatido y de mal humor.
Me dejé caer en el otro sofá.
En este breve encuentro, había ganado más información de la que tuve en los últimos días, desde que había conocido al chico con el suéter gris. Por un lado, Nicholas y Rocco eran hermanos, y el amargado hombre tatuado probablemente era conocido como Spider, lo cual explicaría la telaraña tatuada en su cuello. También entendí que Nicholas es el jefe; de qué o de quién, no lo sabía. Y Carly era muy probablemente la novia de Nicholas —su muy enojada y muy temible novia.
Me obligué a mí misma a archivar lejos el matiz de celos que saltó contra la pared de mi pecho cuando consideré lo último. En su lugar me enfoqué en los hechos que deberían aterrorizarme: fui testigo de un asesinato; había sido tomada contra mi voluntad; estaba siendo retenida en esta granja con cierto pistolero caminando alrededor; y, hasta hace unos minutos, creía que Nicholas estaba enviándome hacia mi muerte.
Estas eran las cosas que tenía que recordar para sobrevivir.
Escuché las puertas de un auto cerrarse. Debí haberme quedado dormida, porque la oscuridad afuera fue remplazada por la luz del sol que entraba por las ventanas del gran salón. Rocco aún seguía dormido en el sofá frente a mí.
La puerta principal se abrió de golpe, y la casa rápidamente cobró vida con personas.
Aterradores hombres enormes entraban con bolsas y cajas, dejando artículos en la barra de la cocina, y dispersándose por todas partes alrededor de la casa. Caminaban pisando fuerte, riéndose y dándose órdenes entre ellos. Algunos de ellos me miraban rápidamente a medida que pasaban, pero nadie decía nada. El sueño de Rocco no fue molestado en absoluto por el escándalo que estaban haciendo. Él estaba haciendo su propio escándalo a través de su nariz.
Cuando Meatball voló para encontrarme en el sofá, me preparé para lo que seguramente vendría después: la entrada de Nicholas.
Mientras yo frotaba la gran cabeza de Meatball, el hombre tatuado, Spider, entró, susurrándole órdenes a un hombre obeso que se erguía sobre él. Cuando miraron en mi dirección al mismo tiempo, supuse que no estaban discutiendo sobre resultados de fútbol; y la siguiente mirada amarga en el rostro de Spider me decía que aún no le simpatizaba.
—¡Kid! —Gritó con autoridad—. ¡Levántate y guarda la comida!
Rocco abrió los ojos, momentáneamente levantó la cabeza, y luego se dio la vuelta poniendo una almohada en su rostro.
Cuando Nicholas finalmente entró caminando tranquilamente, sus ojos me encontraron inmediatamente. Para mi derrota, él vestía unos vaqueros azules y una camiseta roja que sólo debía servir para acentuar los rasgos oscuros de su rostro. Para añadirle insulto a la injuria, se pasó la mano a través de su perfectamente desordenado cabello. Era, por desgracia, deslumbrante. Tomó cada centímetro de mi ser evitar que mi corazón hiciera saltos mortales; al final me resigné a —por lo menos — reprenderme después de fallar miserablemente.
Miré lejos para calmar mi respiración mientras él esperaba a que la fila de hombres pasara antes de acercarse a mí. Me senté para que él pudiera sentarse junto a mí; pero él simplemente se quedó de pie.
—¿Cómo te sientes hoy? —Aclaró su garganta—. ¿Estás bien?
No nos habíamos separado en los mejores términos, lo recordé. Le sonreía avergonzada mientras trataba de encontrar las palabras correctas para responderle, para hacer las cosas menos incómodas. No me dio la oportunidad de ordenar mis pensamientos. Sus ojos se movieron de mí al sofá y de vuelta a mí; su media sonrisa se convirtió en un ceño fruncido.
—¿Dormiste aquí, en el sofá? —Demandó.
Asentí, pero él ya se había vuelto hacia Rocco.
—¡Kid! —Gritó mientras tomaba un cojín del sofá y se lo tiraba a su hermano, golpeándolo en la cabeza.
Rocco se incorporó bruscamente.
—Sip, estoy despierto. —Miró alrededor, pasando su mano por su loco cabello —al igual que su hermano había hecho unos segundos antes que él.
—¿Hiciste que ella durmiera en el sofá? —Acusó Nicholas.
—¡Qué! —Contestó Rocco a la defensiva—. No sabía qué hacer con ella.
Nicholas respiró profundamente. —Bien. Haz lo que Spider te dijo que hicieras y guarda la comida.
Rocco inmediatamente siguió las órdenes de su hermano e hizo su camino hacia la enorme cocina que ahora estaba repleta con una increíble cantidad de bolsas de compra, y, para consternación de Rocco, más bolsas y cajas estaban siendo cargadas por los hombres. Meatball estaba ocupado investigando los contenidos de las bolsas que habían quedado en el suelo.
Nicholas puso su atención de nuevo en mí y me ofreció su mano para ayudarme a levantarme. Rápidamente la tomé.
Al darme cuenta de que estaba rompiendo mi promesa sobre no dejar que él tuviera poder sobre mí, le dije—: Sólo para que sepas, soy capaz de ponerme de pie sin ninguna ayuda. —Mis mejillas se ruborizaron tan pronto como lo dije —las palabras habían salido mal, como siempre.
Él inclinó la cabeza y luego volvió la cara. —Entendido. Trataré de recordarlo la próxima vez.
Mientras nos dirigíamos hacia el vestíbulo y arriba por la escalera de caracol, aún podía sentir mi piel palpitando donde su mano me había tocado —era extremadamente frustrante que mi cuerpo se negara a respetar las órdenes de mi cerebro.
Llegamos al final de las escaleras y caminamos por el pasillo hasta llegar a dos pesadas puertas de madera. Nicholas me sostuvo la puerta, y nos apoyamos contra una pared mientras unos hombres entraban y salían. Mantuve mis ojos en mis pies, por miedo a traicionarme de nuevo. Me asomé a través de mis pestañas. Estaba mirando la ida y vuelta delante de nosotros.
Entrelacé mis dedos detrás de mi espalda. —Um, ¿vives en esta casa?
Su rostro se volvió hacia mí. —A veces.
Hubo un silencio incómodo.
—Entonces, ¿te gusta esta casa? —Me preguntó luego, su pregunta extrañamente con cierto margen de nerviosismo.
Con tantas cosas en mi mente, no había realmente considerado si me gustaba o no la casa. Después de pasar unos minutos pensándolo, decidí que me gustaba, mucho.
—Es realmente agradable. Me gustan… los suelos —murmuré. Pensé que vi una curva en sus labios cuando dije esto, pero mis ojos estaban todavía en el suelo así que no podía estar segura.
Nicholas dio un paso hacia delante.
—¿Es ese el resto de eso? —Preguntó. Su voz era diferente; fría, dominante.
Cuando levanté la vista, un hombre fornido había llegado a través de las puertas.
—Sí, señor. Esto es todo de eso —respondió el hombre con un tono uniforme, evitando mirar en mi dirección antes de escabullirse.
Con un roce en mi hombro, Nicholas me llevó hacia delante.
Caminamos en un espacio que o era un dormitorio muy grande o un pequeño apartamento. Había una cama muy grande con cuatro postes contra la pared más cercana a la puerta y una pequeña sala de estar al otro lado de la habitación. Con sus ventanas que iban del piso hasta el techo, tenía la misma claridad que la planta principal, pero las paredes eran mucho más oscuras, con paneles de madera teñida de caoba que llegaban hasta mis hombros, y oscura pintura gris hasta el alto techo.
Esta habitación tenía sin duda un toque masculino.
—Puedes quedarte aquí —dijo Nicholas, mirando a través de los rasgos de mi rostro.
—¿Esta es tu habitación? —Pregunté con los ojos abiertos.
Asintió un poco nervioso, pero luego creí que tal vez sus mejillas se habían sonrojado, sin embargo, su expresión era difícil de leer. —Pero no voy a estar aquí, contigo, por supuesto. Puedes tener esta habitación para ti.
Me miró mientras yo daba unos pasos para evaluar mi nueva prisión. Era bonita, acogedora; sin barras de metal.
La imagen familiar de unos contenedores azules Rubbermaid apilados contra la pared llamaron mi atención inmediatamente. Cuando me di la vuelta hacia Nicholas, me di cuenta de que él estaba esperando a que yo los notara.
Metió sus manos en sus bolsillos. —Traje tus cosas para que te sientas más cómoda mientras te quedas aquí.
No estaba loca después de todo. Eran mis contenedores —los que deberían haber estado escondidos debajo de mi cama, en mi habitación sin ventanas, en mi casa cerrada con llave, de vuelta en Callister.
Parpadeé. —¿Cómo pudiste…?
Estaba preparado para mi pregunta y sacó una tarjeta de plástico, mi licencia de conducir. —Fui a la dirección que aparece en tu identificación.
Me la entregó, con la horrible imagen que parecía que yo había sido arrestada después de una pelea en un bar.
—¿De dónde sacaste esto?
—La tenías en tu bolsillo cuando… te encontré —dijo con desgana.
—No, no la tenía —le contradije rápidamente.
Su rostro se ensombreció. —Sí, sí la tenías.
Estaba torturando a mi cerebro, tratando de recordar la última vez que salí de la casa. Sabía que lo más seguro era llevar mi identificación conmigo cuando corría sola —así la policía podría identificar fácilmente el cadáver en la cuneta— pero usualmente olvidaba llevarla. No podía recordar si la traía la última vez.
—¿Cómo entraste en mi casa? Estaba cerrada —pregunté. Rodó sus ojos. —La llave debajo de la alfombra, muy original.
—Te metiste en mi casa.
—Usé tu llave —me corrigió. Sus rasgos se estrecharon—. No deberías nunca dejar tu llave en cualquier lugar cerca de la puerta principal. Ese es el primer lugar donde los ladrones buscan.
Crucé mis brazos. —Ese es un consejo interesante viniendo de un chico que ya se metió en mi casa. Tal vez la próxima vez que te metas, me puedes dejar una lista con todo lo demás que hago mal.
Suspiró. —Está bien, me metí en tu casa pero te traje tus cosas aquí para ti. ¿Podemos decir que estamos a mano? —Sonrió, pero su rostro era estricto—. Además, no habría importado si ni siquiera hubieras dejado la llave debajo de la alfombra. La puerta principal estaba prácticamente cayéndose de las bisagras. Cualquiera podría haber entrado a la casa sin la llave.
Curiosamente, esto no me hizo sentir mejor.
Sus ojos mantenían mi mirada, pero su rostro era indescifrable. Metí un cabello errante detrás de mi oreja y miré hacia otro lado.
—¿Pasa algo? —Preguntó rápidamente.
Traté de plasmar una sonrisa en mi rostro antes de volver mi mirada hacia él. —Nada.
Evaluó mi intento. —¿Te hago sentir nerviosa?
Lo pensé por un momento. No había nudos en mis hombros, sólo en mi estómago.
—No, no me siento nerviosa a tu alrededor —le contesté con sinceridad.
—Entonces me sigues teniendo miedo, ¿verdad? —Preguntó con resentimiento—. Probablemente no ayudó que te contara que me metí en tu casa.
—Eso no ayudó —estuve de acuerdo.
Tomé una respiración profunda, di un paso lejos de él, y miré hacia mis dedos antes de responder. —Tengo miedo de lo que puedes hacer. Quiero decir, he visto lo que puedes hacer, pero, para responder tu pregunta, no, no te tengo miedo. —Esto también era verdad; extraño, completamente ridículo, totalmente peligroso, pero verdad.
Se acercó a mí y levantó mi barbilla con el dedo, forzándome a mirarlo. No me acobardé ni retrocedí esta vez, pero mi ritmo cardíaco se disparó mientras él juzgaba mi expresión. Mantuve mi mirada en alto pero contuve la respiración, lo cual fue probablemente una buena idea, considerando que no me había lavado los dientes desde hace unos días.
Después de medio segundo, se contentó con lo que vio en mi rostro y me soltó.
—¿Entonces qué es?
Me obligué a alejarme de él de nuevo antes de desmayarme. —No es nada.
—Dime —suplicó.
Me apoyé contra uno de los postes de la cama y tragué.
—¿Por favor? —Agregó.
—No puedo leerte. Es… inquietante.
Sus ojos dudosos. —No entiendo.
Mis mejillas estaban calentándose. —Tu rostro nunca cambia. No sé cuando estás enojado, o feliz, o…
—O si voy a matarte —terminó, su voz triste.
—O hacer que me maten —añadí—. ¿Por qué no me dijiste que no ibas a matarme cuando me asusté en el apartamento?
—¿Me habrías creído? —Preguntó con amargura.
Mordí el interior de mi labio y asentí.
Su rostro se ensombreció y lo oí tomar aliento. —No tienes razones para creerme. De hecho, no deberías creerme. Tú misma dijiste que has visto de lo que soy capaz.
Tomó todas mis fuerzas el evitar que las lágrimas escaparan de mis ojos; era doloroso volver a reproducir ese momento cuando pensé que había sido condenada a mi muerte.
—¿Pero eso no habría sido mejor que la otra alternativa? Mejor que tenerme sentada en un auto durante quién sabe cuántas horas, con un chico que creí que iba a matarme y enterrar mi cuerpo en el medio de la nada…
—Lo siento por eso —dijo con sinceridad—. Me tomaste por sorpresa; no sabía qué hacer, no estoy acostumbrado a eso. Me refiero a lo de llorar.
Hizo una pausa. Una tímida sonrisa cruzó por su rostro.
—Aunque pienso que seguro te habías dado cuenta de todo tan pronto como el chico abrió su boca.
—Bueno, en realidad no —respiré—. No es como que me secuestran todos los días.
Su rostro se irritó. Una pared había cerrado los rasgos de su rostro de nuevo, y miró hacia otro lado.
—Haré un poco de espacio en mi armario para que puedas poner tus cosas —dijo, su voz robótica.
—Está bien… Gracias.
Señaló a una puerta que estaba al final de la habitación. —El baño está allí. Estoy seguro de que vas a querer ducharte y cambiarte y todas esas otras cosas.
Asentí. Más tarde saborearé la idea de tener mi propio baño de nuevo, aunque fuera en una prisión.
—Dúchate y ven abajo cuando hayas terminado —dijo.
Nos quedamos de pie por un minuto, mirando alrededor en un incómodo silencio, sin mirarnos el uno al otro. Luego sin decir nada más, él se dio la vuelta, cerrando la puerta detrás de él.
:wut: :wut: :wut: :wut:
No Nicholas, asusta más a la rayin no hay problema!
:scratch: :scratch: :scratch: :scratch:
Pero bueno secuestrador y todo, este hombre es Genial! *.*
Disfruten del capi! ;)
Nos leemos después!
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
oh dios mio
le llevo sus cosas este nick cada vez me intriga mas
y q paso con carly???? sera realmente la novia de el
y le traera mas problemas a la rayis ??? son muchas las preguntas
y quiero respuestas sigueeeeeeeeeee
le llevo sus cosas este nick cada vez me intriga mas
y q paso con carly???? sera realmente la novia de el
y le traera mas problemas a la rayis ??? son muchas las preguntas
y quiero respuestas sigueeeeeeeeeee
ElitzJb
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
ahh eso de la ropa si da miedito!!
Como se metio a su casa!!
Quiero mas!! Me encanta
Siguela!!!
Como se metio a su casa!!
Quiero mas!! Me encanta
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
ElitzJb escribió:oh dios mio
le llevo sus cosas este nick cada vez me intriga mas
y q paso con carly???? sera realmente la novia de el
y le traera mas problemas a la rayis ??? son muchas las preguntas
y quiero respuestas sigueeeeeeeeeee
Este hombre es un gran enigma
Ya verás TODO lo que esconde!
Bueno pronto tendrás respuesta para cada una de tus preguntas! ;)
JAJAJAJA no te preocupes, poco a poco iremos resolviendo los misterios! :-w-:
Nos estamos leyendo! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahh eso de la ropa si da miedito!!
Como se metio a su casa!!
Quiero mas!! Me encanta
Siguela!!!
:-w-: :-w-: :-w-:
& eso no es nada, el Nicho a hecho mucho y la rayiz ni cuenta que se daba!
:scratch: :scratch: :scratch:
Nos estamos leyendo! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
ElitzJb escribió:maaaaaaaaaaaaaaas
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
• Chicos Populares - Capitulo 6 (Parte 1) •
Se veía un océano a través de las verdes ventanas del dormitorio de Nicholas, era una de esas vistas que se encuentran en las páginas de un calendario o imágenes que la gente pone como fondo de escritorio en la computadora de su trabajo, como si necesitaran que se acordaran de ellas como un recuerdo primitivo.
Mi nariz estaba casi apretada contra la puerta del patio que daba a un pequeño balcón fuera del dormitorio de Nicholas. Eran dos pisos de altura desde el suelo, con vista a una piscina en forma de huevo y a un jardín poblado, con un campo de golf con césped de calidad. Al final de la piscina, había un bloque de piedras de terracota que tocaba el césped. Y junto a él había una casa de piscina rosa con ramos de flores carmesí en las ventanas. A cincuenta metros de la casa, el césped terminaba y comenzaba un bosque de bastantes árboles con muchas hojas y verdes colinas en el horizonte que se dividían las copas de los arboles sobre la extensión del cielo azul.
Por lo que pude ver, estábamos en algún lado dentro de un denso valle forestal. La vista desde el segundo piso era impresionantemente hermosa y aterradora al mismo tiempo. No tenía idea de dónde estaba, y el hecho de que no pudiera ver ninguna carretera o signos de vida humana, más allá de la frontera de los arboles era el motivo por el cual no me había escapado. El problema: esto en verdad no me asustaba. Había una gran parte de mí que quería respirarlo todo, tomar una foto mental, y enmarcarla en mi cabeza para que nunca lo olvidara; la otra parte estaba silenciosamente aterrorizada por la primera parte. Casualmente me aparté lejos del vidrio y pasé por mis cajas Rubbermaid.
Todo estaba allí. Ropa, libros, necesidades de baño… hasta la lámpara bailarina de luz añil que había estado al lado de mi cama y la copia rota de Rumble Fish que mantenía bajo mi almohada. Abrí las tapas de las cajas, una tras otra. Era como la mañana de navidad y al sacar todas mis cosas, lo hacía emocionante estar en un lugar nuevo y surrealista. Traté de imaginar la parte trasera de mi dormitorio en Callister, el cual se vería vacío como huesos desnudos, pero me frustró la extraña sensación de saber que alguien había tenido que ir con cuidado por mis cosas para traérmelas. Estaba increíblemente agradecida por tener conmigo todas mis pertenencias, era eso lo que me concentraba.
Encontré algo rápido para vestir, después de usar mi ropa de correr por muchos días, incluso un saco de papas habría funcionado. Fui al baño para ducharme y cepillar mis dientes. Como el resto de la casa, el baño era una obra maestra que fácilmente podría cubrir la portada de una de esas revistas de hogares arquitectónicos. Estaba más limpio que el baño del primer piso; de hecho, era original. Salí del dormitorio de Nicholas mirando, sintiendo y oliendo como yo de nuevo. Pero cuando escuché grandes carcajadas en la planta baja, procedentes de la cocina, me detuve en la parte de arriba de las escaleras y mis instintos paranoicos parpadearon… solo para confirmar la excitante voz aguda de Rocco que resonaba por toda la casa.
—Huele como a chow mein —fue lo que oí decir. Esto fue seguido rápidamente por otra carcajada.
Él tenía audiencia
Me levanté, deliberando si regresaba a la escondida comodidad del dormitorio de Nicholas o me enfrentaba al ruido, ahora sabiendo que tendría que enfrentarlo todo. Mi estómago gruñó y contestó mi dilema, comida antes que orgullo.
Tomé una gran respiración antes de caminar lentamente a través del pasadizo hacia la sala de estar. Con todos los fuertes hombres sentados, hombro con hombro, alrededor de la grandísima mesa del comedor que lucía como mesa de manualidades para niños. Rocco estaba sentado en la cabeza, representando a la multitud del desayuno, mientras Carly y Spider tenían sus cabezas encorvadas, cautivados en una conversación de susurros y fingiendo tener interés en los papeles que tenían apilados frente a ellos.
Nicholas no estaba. Pensé que esto era algo bueno, por lo menos no tendría que estar en la misma habitación con él, tratando de esconder mis miradas neuróticas, mientras que su novia enojada estaba sentada a unos miserables metros de mí y con un hombre tatuado quien me miraba como si fuera una mosca que volaba bajo su matamoscas, y que solo tomaría un pequeño movimiento de su mano para matarme.
—La chica pensó que el jefe me había enviado para matarla —contó Rocco con orgullo. Otro ruido se produjo y Rocco fugazmente estaba insultándome este momento.
Nicholas también se estaba perdiendo el gran relato de su pequeño hermano con bonos adicionales, pensé.
Molesta y terriblemente avergonzada, me dirigí con mi desafiante rostro hacia mesa. Rocco fue el primero en verme y se encargó de anunciar mi llegada.
—Oye, aliento de vómito, tus oídos deben haber estado ardiendo — todas las enormes cabezas siguieron la mirada de Rocco.
Las cabezas de Carly y Spider voltearon también: Carly hizo una mueca cuando me vio y Spider me dio su mirada desagradable como de costumbre. Toda la habitación se quedó en silencio. Pero mis oídos estaban ardiendo, como si usara brasas calientes para orejas.
En un instante Carly y Spider estaban fuera de sus sitios. Con un ligero silbido y un movimiento de la cabeza de Spider, todos los hombres se levantaron con ellos, agarrando apresuradamente los últimos bocados de su desayuno. Todos excepto Rocco y yo, caminaron fuera de la sala de estar con Carly y Spider. Estaba oficialmente de vuelta a mi primer día de bachillerato cuando me había sentado erróneamente en la mesa de los chicos mayores en la cafetería.
Rocco silbó. —Eso fue rápido. Seguro que sabes cómo limpiar una habitación. ¿Tienes rabia o alguna otra clase de enfermedad contagiosa de la cual no sepa?
Me encogí de hombros y mordí la esquina de mi labio mientras él comenzó a apilar los platos sucios.
—No me preocuparía mucho —señaló él, con su cabeza inclinada sobre su tarea—. Son un grupo difícil de romper. También les tomó un tiempo acostumbrarse a mí.
Tomé algunas copas y vasos sucios entre mis dedos y lo seguí a la cocina.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—He estado como un año, creo. No estoy muy seguro, el tiempo parece haberse detenido aquí.
—¿Dónde están tus padres? —Me preguntaba.
Sus ojos se agrandaron. —¿Mis padres? No lo sé. En algún lugar del mundo, supongo. ¿A quién le importa?
—¿No es esta la casa de tus padres?
—Eso es gracioso —dijo, moviendo la cabeza. Tomó una sartén de la estufa llena de lo que parecían frijoles enlatados fritos en salsa de tomate—. ¿Vas a querer algo de esto? —Negué con la cabeza—. Como quieras —botó los restos a la basura y echó la sartén dentro del lavavajillas sin antes enjuagarlo—. Sírvete algo de comida si tienes hambre. Esa es la manera en que se trabaja por aquí. Toma lo que quieras —dijo el—. Pero no esperes ser servida. Puede que tenga que limpiar, después de que acaben, pero no le sirvo a ninguno.
Por alguna razón, él traba de tener un punto. Tomé un plato de la alacena abierta y vertí cereal de la caja que estaba puesta en la encimera.
Tomé la jarra de leche y la vertí sobre mi Captain Crunch.
—¿Dónde está Nicholas? —Traté de mantener mi voz indiferente.
—No lo sé —la mano de Rocco se quedó quieta sobre el lavavajillas—. ¿Por qué?
—Es tu hermano, ¿no?
—Eso no significa que esté pegado a él —señaló desquitando su frustración contra los platos que se negaban a caber en el lavavajillas completamente lleno.
Mientras tanto estaba tirando bolitas invisibles.
—Dejaste a tus padres y viniste aquí… ¿por gusto?
—Dejé a mi madre, nunca conocí a mi padre. No era mucho lo que dejaba atrás. Mi madre tuvo un novio nuevo —dijo como si eso explicara todo.
—Entonces… ¿tú viniste a vivir con tu hermano?
—No —corrigió indignado—, vine a trabajar para mi hermano.
Ya estábamos llegando a algo. —¿Qué clase de trabajo haces para tu hermano?
—Ahora mismo, me ocupo de la administración de la casa —dijo mientras me miraba justo como si supiera cuál era mi siguiente pregunta—. Significa que hago todo lo que Spider me dice que haga, como limpiar la estúpida cocina.
—Y acomodar las compras —añadí
—Y pasear a Miss Daisy.
Recordé la discusión entre él y Carly la noche anterior. —¿Este no es el trabajo que quieres hacer?
—¿Sabes de alguien que quiera desperdiciar su tiempo limpiando para un montón de idiotas? No es el trabajo que debería hacer un hombre… sin ofender.
—No lo haces —cerré la puerta del lavavajillas y buscaba el botón de inicio, dejando que se desahogara.
—Quiero decir, se supone que era temporalmente hasta que pudiera probarme —continua sin nada que lo alentara—. Me ha probado y debería estar trabajando para Nicholas ahora —me empujó a un lado e inició el lavavajillas.
—¿Qué clase de trabajo hace Nicholas? —Pregunté, pero el llamado de Spider llegó a la cocina para interrumpirnos.
—Kid, si ya terminaste aquí ve a ventilar el carro del jefe. Huele como a muerte allí —ordenó Spider.
Rocco me guiñó un ojo con un saludo y ―un a la orden, señor para Spider, ignorando a la mosca que estaba en la cocina y salió.
Cuando terminé mi segundo plato de cereal, enjuagué la bandeja y metí mis platos en la parte de atrás del lavavajillas. Había olvidado lo genial que era tener un lavavajillas en vez de un fregadero lleno de platos.
Luego salí hacia el cálido sol de Mayo, en busca de más respuestas. El auto de Nicholas estaba estacionado en la parte delantera de la plaza circular. Las cuatro puertas del Audi estaban abiertas y Rocco estaba agachado sobre el asiento del pasajero con una botella de espray.
Había tantas cosas sucediendo afuera y había mucha gente que caminaba por ahí, a mi cerebro le tomó un momento para estudiar a fondo lo que mis ojos estaban viendo. Cuatro camionetas blancas con ventanas oscuras en los asientos de los pasajeros y se alineaban en el otro extremo de la entrada. Los hombres silbaban alrededor de la propiedad, algunos apoyados en las camionetas, tomando el sol y otros caminando, intentando ser misteriosos. Luego estaban los hombres que estaban fuera de la entrada, desde el jardín hasta llegar al borde del bosque, esos hombres estaban de pie en una fila a lo largo de la línea de la propiedad, unos veinte metros uno del otro y observando el lugar desde las sombras de los árboles, sus armas de cañón eran largas y teniéndolas en sus manos o sobre sus largos hombros.
Fui hacia Rocco, quien estaba murmurando y moviendo el cabeza, absorbido intensamente en una discusión consigo mismo.
—¿Necesitas algo de ayuda? —Me ofrecí vivamente, reteniendo la alarma en mi garganta.
Levantó la vista y consideró mi propuesta un minuto.
—Mejor no —dijo suspirando—. No quiero meterme en problemas de nuevo por hablar con la prisionera.
—¿Es lo que soy? —Pregunté, manteniendo un ojo en los portadores de armas de fuego.
Rocco se encogió. —Aparentemente.
Mientras él rociaba algún tipo de desodorante en el asiento pasajero de adelante, me senté en el asiento trasero, con mis piernas colgando por un lado. Incliné mi cara hacia delante sacándola del auto al exterior, porque realmente apestaba el coche.
—¿Quiénes son toda esa gente? —Pregunté.
Él no miró. —¿Qué gente?
Apunté con mi pulgar en dirección a los artilleros. —Los hombres con las armas —dije para empezar.
—Guardias —contestó Nicholas mientras se acercaba al coche con Meatball pisándole los talones. Noté que se había duchado. Su cabello aun goteaba, y él había cambiado de unos vaqueros y una camiseta roja a vaqueros y camiseta gris.
—¿Que están protegiendo? —Me las arreglé para preguntar.
—Carga preciosa —respondió rápidamente antes de cambiar de tema, comenzado con una sonrisa cruelmente encantadora—. He oído que tienes a mi hermano pequeño a punto de ser un golpe en tu cabeza.
—Como sea —Rocco murmuró sin levantar la cabeza para ver a su hermano.
Aun sonriendo, Nicholas me miró, señalando con la cabeza hacia Rocco, preguntándome silenciosamente cuál era el problema de Rocco. Me encogí de hombros en respuesta, pensando que era porque Rocco había sido regañado por Spider por charlar conmigo, la prisionera anteriormente.
Nicholas no se inmutó por el mal genio de su hermano. —Vamos, te mostraré los alrededores.
Para el momento en que me di cuenta de que su mano había rozado la parte baja de mi espalda al llevarme de vuelta a la casa, él ya la había retirado. Meatball felizmente nos siguió.
—¿Dónde estamos exactamente? —Probé.
—Vermont.
—¿Ya no estamos en el estado de Nueva York? —dije antes de que tuviera tiempo de tomar control de mi voz.
Miró por el rabillo del ojo. —Sí, Vermont es un estado diferente.
—Bueno —dije lentamente y suspiré mientras él mantuvo sus ojos en mi expresión—. ¿Y qué es este lugar?
Él apuntó hacia la casa. —Solía ser un refugio para bomberos forestales en el día. Lo compré hace un par de años.
Me quedé atónita. —¿Esta es tu casa?
Él asintió. —Era básicamente un granero, pero lo he arreglado. Me quedé con el techo de lámina y restauré la fachada. Todo lo demás es nuevo.
Me condujo a través de la puerta principal, pasando a través de la cocina que ya conocía, hacia el pasillo donde había sido acosada por Carly la noche anterior. Nos detuvimos frente el cuarto de baño.
—Nunca me di cuenta de lo sucio que estaba hasta que me tuve que bañar en él —murmuró y sus labios se tornaron en disgusto. Cerró la puerta rápidamente y seguimos caminando.
—Spider… Tiny… Rocco —señaló al pasar por cada una de las tres puertas de la izquierda. El dormitorio de Spider lucía intocable. La cama estaba hecha, tan bien tendida que podría hacer rebotar una moneda de diez centavos. El dormitorio de Rocco era un chiquero: la cama sin hacer, ropa amontonada en el piso.
—¿Quién es Tiny?
—No lo puedes perder —se rió entre dientes—, es el tipo gordo que normalmente se cuelga alrededor de Spider o de mí.
Mis cejas se juntaron. —Eso no tiene sentido. ¿Por qué llamarlo Tiny… si él obviamente no lo es?
—Eso es lo que lo hace tan divertido —dijo, mientras lo sorprendí rodando sus ojos mientras decía esto—. Además —agregó mientras abría una de las puertas dobles al final del pasillo—, ¿Estarías dispuesta a llamar a ese tipo gordo en su cara?
Nicholas tenía razón.
Cuando caminamos a través de las puertas dobles, Nicholas miraba cómo bajaba mi rostro. Era una habitación con libreros altos y sillas de gamuza pálida y un sofá. El techo mostraba vigas de madera oscura que corrían a través de ella. Había una chimenea entre dos grandes ventanas que daban a la parte trasera de la propiedad y la pared estaba pintada en capas de un suave gris y piedras rosas.
—Es magnífico —susurré, instintivamente dejé que mi mano se deslizara sobre las piedras mientras pasaba hacia dentro de la habitación.
—Nunca nadie usa esta habitación —señaló después de una apenas audible aclaración de garganta.
Mi nariz estaba casi apretada contra la puerta del patio que daba a un pequeño balcón fuera del dormitorio de Nicholas. Eran dos pisos de altura desde el suelo, con vista a una piscina en forma de huevo y a un jardín poblado, con un campo de golf con césped de calidad. Al final de la piscina, había un bloque de piedras de terracota que tocaba el césped. Y junto a él había una casa de piscina rosa con ramos de flores carmesí en las ventanas. A cincuenta metros de la casa, el césped terminaba y comenzaba un bosque de bastantes árboles con muchas hojas y verdes colinas en el horizonte que se dividían las copas de los arboles sobre la extensión del cielo azul.
Por lo que pude ver, estábamos en algún lado dentro de un denso valle forestal. La vista desde el segundo piso era impresionantemente hermosa y aterradora al mismo tiempo. No tenía idea de dónde estaba, y el hecho de que no pudiera ver ninguna carretera o signos de vida humana, más allá de la frontera de los arboles era el motivo por el cual no me había escapado. El problema: esto en verdad no me asustaba. Había una gran parte de mí que quería respirarlo todo, tomar una foto mental, y enmarcarla en mi cabeza para que nunca lo olvidara; la otra parte estaba silenciosamente aterrorizada por la primera parte. Casualmente me aparté lejos del vidrio y pasé por mis cajas Rubbermaid.
Todo estaba allí. Ropa, libros, necesidades de baño… hasta la lámpara bailarina de luz añil que había estado al lado de mi cama y la copia rota de Rumble Fish que mantenía bajo mi almohada. Abrí las tapas de las cajas, una tras otra. Era como la mañana de navidad y al sacar todas mis cosas, lo hacía emocionante estar en un lugar nuevo y surrealista. Traté de imaginar la parte trasera de mi dormitorio en Callister, el cual se vería vacío como huesos desnudos, pero me frustró la extraña sensación de saber que alguien había tenido que ir con cuidado por mis cosas para traérmelas. Estaba increíblemente agradecida por tener conmigo todas mis pertenencias, era eso lo que me concentraba.
Encontré algo rápido para vestir, después de usar mi ropa de correr por muchos días, incluso un saco de papas habría funcionado. Fui al baño para ducharme y cepillar mis dientes. Como el resto de la casa, el baño era una obra maestra que fácilmente podría cubrir la portada de una de esas revistas de hogares arquitectónicos. Estaba más limpio que el baño del primer piso; de hecho, era original. Salí del dormitorio de Nicholas mirando, sintiendo y oliendo como yo de nuevo. Pero cuando escuché grandes carcajadas en la planta baja, procedentes de la cocina, me detuve en la parte de arriba de las escaleras y mis instintos paranoicos parpadearon… solo para confirmar la excitante voz aguda de Rocco que resonaba por toda la casa.
—Huele como a chow mein —fue lo que oí decir. Esto fue seguido rápidamente por otra carcajada.
Él tenía audiencia
Me levanté, deliberando si regresaba a la escondida comodidad del dormitorio de Nicholas o me enfrentaba al ruido, ahora sabiendo que tendría que enfrentarlo todo. Mi estómago gruñó y contestó mi dilema, comida antes que orgullo.
Tomé una gran respiración antes de caminar lentamente a través del pasadizo hacia la sala de estar. Con todos los fuertes hombres sentados, hombro con hombro, alrededor de la grandísima mesa del comedor que lucía como mesa de manualidades para niños. Rocco estaba sentado en la cabeza, representando a la multitud del desayuno, mientras Carly y Spider tenían sus cabezas encorvadas, cautivados en una conversación de susurros y fingiendo tener interés en los papeles que tenían apilados frente a ellos.
Nicholas no estaba. Pensé que esto era algo bueno, por lo menos no tendría que estar en la misma habitación con él, tratando de esconder mis miradas neuróticas, mientras que su novia enojada estaba sentada a unos miserables metros de mí y con un hombre tatuado quien me miraba como si fuera una mosca que volaba bajo su matamoscas, y que solo tomaría un pequeño movimiento de su mano para matarme.
—La chica pensó que el jefe me había enviado para matarla —contó Rocco con orgullo. Otro ruido se produjo y Rocco fugazmente estaba insultándome este momento.
Nicholas también se estaba perdiendo el gran relato de su pequeño hermano con bonos adicionales, pensé.
Molesta y terriblemente avergonzada, me dirigí con mi desafiante rostro hacia mesa. Rocco fue el primero en verme y se encargó de anunciar mi llegada.
—Oye, aliento de vómito, tus oídos deben haber estado ardiendo — todas las enormes cabezas siguieron la mirada de Rocco.
Las cabezas de Carly y Spider voltearon también: Carly hizo una mueca cuando me vio y Spider me dio su mirada desagradable como de costumbre. Toda la habitación se quedó en silencio. Pero mis oídos estaban ardiendo, como si usara brasas calientes para orejas.
En un instante Carly y Spider estaban fuera de sus sitios. Con un ligero silbido y un movimiento de la cabeza de Spider, todos los hombres se levantaron con ellos, agarrando apresuradamente los últimos bocados de su desayuno. Todos excepto Rocco y yo, caminaron fuera de la sala de estar con Carly y Spider. Estaba oficialmente de vuelta a mi primer día de bachillerato cuando me había sentado erróneamente en la mesa de los chicos mayores en la cafetería.
Rocco silbó. —Eso fue rápido. Seguro que sabes cómo limpiar una habitación. ¿Tienes rabia o alguna otra clase de enfermedad contagiosa de la cual no sepa?
Me encogí de hombros y mordí la esquina de mi labio mientras él comenzó a apilar los platos sucios.
—No me preocuparía mucho —señaló él, con su cabeza inclinada sobre su tarea—. Son un grupo difícil de romper. También les tomó un tiempo acostumbrarse a mí.
Tomé algunas copas y vasos sucios entre mis dedos y lo seguí a la cocina.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—He estado como un año, creo. No estoy muy seguro, el tiempo parece haberse detenido aquí.
—¿Dónde están tus padres? —Me preguntaba.
Sus ojos se agrandaron. —¿Mis padres? No lo sé. En algún lugar del mundo, supongo. ¿A quién le importa?
—¿No es esta la casa de tus padres?
—Eso es gracioso —dijo, moviendo la cabeza. Tomó una sartén de la estufa llena de lo que parecían frijoles enlatados fritos en salsa de tomate—. ¿Vas a querer algo de esto? —Negué con la cabeza—. Como quieras —botó los restos a la basura y echó la sartén dentro del lavavajillas sin antes enjuagarlo—. Sírvete algo de comida si tienes hambre. Esa es la manera en que se trabaja por aquí. Toma lo que quieras —dijo el—. Pero no esperes ser servida. Puede que tenga que limpiar, después de que acaben, pero no le sirvo a ninguno.
Por alguna razón, él traba de tener un punto. Tomé un plato de la alacena abierta y vertí cereal de la caja que estaba puesta en la encimera.
Tomé la jarra de leche y la vertí sobre mi Captain Crunch.
—¿Dónde está Nicholas? —Traté de mantener mi voz indiferente.
—No lo sé —la mano de Rocco se quedó quieta sobre el lavavajillas—. ¿Por qué?
—Es tu hermano, ¿no?
—Eso no significa que esté pegado a él —señaló desquitando su frustración contra los platos que se negaban a caber en el lavavajillas completamente lleno.
Mientras tanto estaba tirando bolitas invisibles.
—Dejaste a tus padres y viniste aquí… ¿por gusto?
—Dejé a mi madre, nunca conocí a mi padre. No era mucho lo que dejaba atrás. Mi madre tuvo un novio nuevo —dijo como si eso explicara todo.
—Entonces… ¿tú viniste a vivir con tu hermano?
—No —corrigió indignado—, vine a trabajar para mi hermano.
Ya estábamos llegando a algo. —¿Qué clase de trabajo haces para tu hermano?
—Ahora mismo, me ocupo de la administración de la casa —dijo mientras me miraba justo como si supiera cuál era mi siguiente pregunta—. Significa que hago todo lo que Spider me dice que haga, como limpiar la estúpida cocina.
—Y acomodar las compras —añadí
—Y pasear a Miss Daisy.
Recordé la discusión entre él y Carly la noche anterior. —¿Este no es el trabajo que quieres hacer?
—¿Sabes de alguien que quiera desperdiciar su tiempo limpiando para un montón de idiotas? No es el trabajo que debería hacer un hombre… sin ofender.
—No lo haces —cerré la puerta del lavavajillas y buscaba el botón de inicio, dejando que se desahogara.
—Quiero decir, se supone que era temporalmente hasta que pudiera probarme —continua sin nada que lo alentara—. Me ha probado y debería estar trabajando para Nicholas ahora —me empujó a un lado e inició el lavavajillas.
—¿Qué clase de trabajo hace Nicholas? —Pregunté, pero el llamado de Spider llegó a la cocina para interrumpirnos.
—Kid, si ya terminaste aquí ve a ventilar el carro del jefe. Huele como a muerte allí —ordenó Spider.
Rocco me guiñó un ojo con un saludo y ―un a la orden, señor para Spider, ignorando a la mosca que estaba en la cocina y salió.
Cuando terminé mi segundo plato de cereal, enjuagué la bandeja y metí mis platos en la parte de atrás del lavavajillas. Había olvidado lo genial que era tener un lavavajillas en vez de un fregadero lleno de platos.
Luego salí hacia el cálido sol de Mayo, en busca de más respuestas. El auto de Nicholas estaba estacionado en la parte delantera de la plaza circular. Las cuatro puertas del Audi estaban abiertas y Rocco estaba agachado sobre el asiento del pasajero con una botella de espray.
Había tantas cosas sucediendo afuera y había mucha gente que caminaba por ahí, a mi cerebro le tomó un momento para estudiar a fondo lo que mis ojos estaban viendo. Cuatro camionetas blancas con ventanas oscuras en los asientos de los pasajeros y se alineaban en el otro extremo de la entrada. Los hombres silbaban alrededor de la propiedad, algunos apoyados en las camionetas, tomando el sol y otros caminando, intentando ser misteriosos. Luego estaban los hombres que estaban fuera de la entrada, desde el jardín hasta llegar al borde del bosque, esos hombres estaban de pie en una fila a lo largo de la línea de la propiedad, unos veinte metros uno del otro y observando el lugar desde las sombras de los árboles, sus armas de cañón eran largas y teniéndolas en sus manos o sobre sus largos hombros.
Fui hacia Rocco, quien estaba murmurando y moviendo el cabeza, absorbido intensamente en una discusión consigo mismo.
—¿Necesitas algo de ayuda? —Me ofrecí vivamente, reteniendo la alarma en mi garganta.
Levantó la vista y consideró mi propuesta un minuto.
—Mejor no —dijo suspirando—. No quiero meterme en problemas de nuevo por hablar con la prisionera.
—¿Es lo que soy? —Pregunté, manteniendo un ojo en los portadores de armas de fuego.
Rocco se encogió. —Aparentemente.
Mientras él rociaba algún tipo de desodorante en el asiento pasajero de adelante, me senté en el asiento trasero, con mis piernas colgando por un lado. Incliné mi cara hacia delante sacándola del auto al exterior, porque realmente apestaba el coche.
—¿Quiénes son toda esa gente? —Pregunté.
Él no miró. —¿Qué gente?
Apunté con mi pulgar en dirección a los artilleros. —Los hombres con las armas —dije para empezar.
—Guardias —contestó Nicholas mientras se acercaba al coche con Meatball pisándole los talones. Noté que se había duchado. Su cabello aun goteaba, y él había cambiado de unos vaqueros y una camiseta roja a vaqueros y camiseta gris.
—¿Que están protegiendo? —Me las arreglé para preguntar.
—Carga preciosa —respondió rápidamente antes de cambiar de tema, comenzado con una sonrisa cruelmente encantadora—. He oído que tienes a mi hermano pequeño a punto de ser un golpe en tu cabeza.
—Como sea —Rocco murmuró sin levantar la cabeza para ver a su hermano.
Aun sonriendo, Nicholas me miró, señalando con la cabeza hacia Rocco, preguntándome silenciosamente cuál era el problema de Rocco. Me encogí de hombros en respuesta, pensando que era porque Rocco había sido regañado por Spider por charlar conmigo, la prisionera anteriormente.
Nicholas no se inmutó por el mal genio de su hermano. —Vamos, te mostraré los alrededores.
Para el momento en que me di cuenta de que su mano había rozado la parte baja de mi espalda al llevarme de vuelta a la casa, él ya la había retirado. Meatball felizmente nos siguió.
—¿Dónde estamos exactamente? —Probé.
—Vermont.
—¿Ya no estamos en el estado de Nueva York? —dije antes de que tuviera tiempo de tomar control de mi voz.
Miró por el rabillo del ojo. —Sí, Vermont es un estado diferente.
—Bueno —dije lentamente y suspiré mientras él mantuvo sus ojos en mi expresión—. ¿Y qué es este lugar?
Él apuntó hacia la casa. —Solía ser un refugio para bomberos forestales en el día. Lo compré hace un par de años.
Me quedé atónita. —¿Esta es tu casa?
Él asintió. —Era básicamente un granero, pero lo he arreglado. Me quedé con el techo de lámina y restauré la fachada. Todo lo demás es nuevo.
Me condujo a través de la puerta principal, pasando a través de la cocina que ya conocía, hacia el pasillo donde había sido acosada por Carly la noche anterior. Nos detuvimos frente el cuarto de baño.
—Nunca me di cuenta de lo sucio que estaba hasta que me tuve que bañar en él —murmuró y sus labios se tornaron en disgusto. Cerró la puerta rápidamente y seguimos caminando.
—Spider… Tiny… Rocco —señaló al pasar por cada una de las tres puertas de la izquierda. El dormitorio de Spider lucía intocable. La cama estaba hecha, tan bien tendida que podría hacer rebotar una moneda de diez centavos. El dormitorio de Rocco era un chiquero: la cama sin hacer, ropa amontonada en el piso.
—¿Quién es Tiny?
—No lo puedes perder —se rió entre dientes—, es el tipo gordo que normalmente se cuelga alrededor de Spider o de mí.
Mis cejas se juntaron. —Eso no tiene sentido. ¿Por qué llamarlo Tiny… si él obviamente no lo es?
—Eso es lo que lo hace tan divertido —dijo, mientras lo sorprendí rodando sus ojos mientras decía esto—. Además —agregó mientras abría una de las puertas dobles al final del pasillo—, ¿Estarías dispuesta a llamar a ese tipo gordo en su cara?
Nicholas tenía razón.
Cuando caminamos a través de las puertas dobles, Nicholas miraba cómo bajaba mi rostro. Era una habitación con libreros altos y sillas de gamuza pálida y un sofá. El techo mostraba vigas de madera oscura que corrían a través de ella. Había una chimenea entre dos grandes ventanas que daban a la parte trasera de la propiedad y la pared estaba pintada en capas de un suave gris y piedras rosas.
—Es magnífico —susurré, instintivamente dejé que mi mano se deslizara sobre las piedras mientras pasaba hacia dentro de la habitación.
—Nunca nadie usa esta habitación —señaló después de una apenas audible aclaración de garganta.
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
Pobre Rocco tener que aguantar todo eso....
Pero lo reconozca o no, teniendo allí a la rayiz, no se sentirá tan solo! :)
& este Nicholas esta a punto de poner su mundo de cabeza!
Disfruten del capi!
Nos leemos después!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
Esto esta de pelos!! wowww jamá había sido secuestrada "amablemente" creo.
Rocco me cayó muy bien, siento que nos llevaremos como hermanos.
Es obvio que mi NICK siente algo por mi yupii!!
porque no cualquiera me hubiera regalado un ipod ni hubiera tratado de comprarme unos tenis nuevos. Amo a Meatball aaaww es super tiernooo!
Haber que decide hacer Nick conmigo que es un poco inquietante saber que es un tipo un tanto bueno muy peligroso y aparte siendo tan condenadamente guapo tienes más dudas que acumular y aún más si se porta tan lindo y considerado contigo!!
Lo AMOO!!
siguelaaa!!
Rocco me cayó muy bien, siento que nos llevaremos como hermanos.
Es obvio que mi NICK siente algo por mi yupii!!
porque no cualquiera me hubiera regalado un ipod ni hubiera tratado de comprarme unos tenis nuevos. Amo a Meatball aaaww es super tiernooo!
Haber que decide hacer Nick conmigo que es un poco inquietante saber que es un tipo un tanto bueno muy peligroso y aparte siendo tan condenadamente guapo tienes más dudas que acumular y aún más si se porta tan lindo y considerado contigo!!
Lo AMOO!!
siguelaaa!!
Pamm Jonas
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
aww pero porque tratan tan mal a Kid??
no se lo merece
Nicholas es tan lindo
y le esta proponiendo que se quede???
siguela!!!! quiero mas :ñomñom:
no se lo merece
Nicholas es tan lindo
y le esta proponiendo que se quede???
siguela!!!! quiero mas :ñomñom:
aranzhitha
Página 6 de 33. • 1 ... 5, 6, 7 ... 19 ... 33
Temas similares
» Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
» '' EL MILLONARIO '' (NICK JONAS & TU) ADAPTACION [TERMINADA]
» Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
» '' EL MILLONARIO '' (NICK JONAS & TU) ADAPTACION [TERMINADA]
» Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 6 de 33.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.