"Despertar (Vida de una adolescente aburrida)" (Lenin y Helen)

Capitulo 4
.....
Agradecía totalmente que la maldita luz se hubiera largado.

Ahora podía caer otra vez, o flotar.

Bueno, de cualquier forma volvía a estar en oscuridad.

Aquella oscuridad que amaba, aunque a veces, deseaba la luz más que nada

…..

4:45 de la madrugada.

Mire hacia un lado y luego al otro. Sentía a alguien en el cuarto.

Me senté en la cama tirando las tapas a un lado y quedé observando todo el cuarto. Nada, aparte de mis cosas, pero nada anormal.

Una mano tocó mi hombro, me di vuelta asustada.

Respire hondo cuando noté a Lenin riendo mientras se sentaba a mi lado.

-Maldito, ¿Qué haces acá?-pregunte mientras me levantaba

-Estaba aburrido-Lenin tomó un cubo de juegos que tenía en el velador y comenzó a rodarlo sin sentido

-¿Y esto te parece divertido?-

Observé sus movimientos

-Eso creo-

Se concentro más en lo que hacía

-¿Cómo entraste?-pregunte a la vez que volvía a sentarme

-¿Tu mamá jamás pensó en que por el cobertizo debajo de tu ventana podrían entrar personas?-Lenin no me miraba

-Estoy pensando que desea matarme-

Lenin rió leve

-Bueno… Yo no deseo eso-me entrego el cubo.

Estaba armado, cada color en su lugar

-¿Cómo lo hiciste?-mire el cubo, intentando encontrar una falla

-No lo sé-

Quedé un momento mirando el cubo y luego lo observe a él, reía

-¿Y ahora que hice?-dejé el cubo en la cama

-No lo sé-siguió riendo

-Bien… si no te importa, quiero dormir-me tendí en la cama, con los pies al borde y cerré los ojos

-Yo no te dejare-dijo Lenin

Me levante rápidamente al encontrar el mensaje oculto en esas palabras

-Si no sales ahora te juro que grito hasta que llegué mi mamá-

Lenin sonrió

-Tu mamá no está aquí-Lenin miro hacia el piso

-Bueno, hasta que llegué alguien-me detuve en seco y lo mire con unos ojos enormes-¿¡Como que no está aquí?!-grite asustada

-No está-aseguró él, mientras se levantaba

Fui corriendo hasta la puerta de mi pieza, la abrí apresuradamente y corrí al cuarto contiguo:

Nadie

-¿¡Donde está!?-le grite a Lenin dándome vuelta para encontrármelo en frente mío

-No está-repitió otra vez

-¡Ya se eso!-

-¿Lo deseas saber?-una sonrisa de medio lado apareció en su boca

Sus ojos penetraban los míos

-Si-dije despacio.

Aquella mirada solo me podía decir que no era en un buen lugar.

Lenin se sentó en el borde de la cama de mi mamá, miro un poco el lugar y luego abrió la boca

-En un motel, en el centro-se recostó sobre la cama

-¿Qué?-había escuchado, pero no quería creerlo

-Así es-Lenin se volvió a sentar-¿Crees que soy estúpido y me arriesgaría a venir a tu casa mientras esta tu mamá?-rió entre dientes

-Bien-suspire

-Ven-dijo palpando a su lado

-¿Crees que soy tonta?-

-Si no quieres no lo hagas-volvió a sonreír

-Entonces no me voy contigo-di media vuelta y salí disparada hasta mi pieza, cerré con llave. Me apoye en la puerta y suspire levemente.

Levanté la cabeza para encontrarme con Lenin

-¿¡Como demonios llegaste hasta aquí!?-grité asustada

Eso de aparecerse de un cuarto a otro no es normal. Pero bueno, debería estar acostumbrada, Lenin no era normal…. Ni siquiera parecía humano.

-Eres predecible-

-¿Es todo lo que sabes decir?-le pregunté molesta

-No-contestó él a la vez que se acercaba a mí

-En serio, veté. Grito hasta que aparezca alguien-

Lenin cada vez estaba más cerca

-Esta sociedad es superficial, nadie aquí se preocuparía por ti. Tu padre te dejo a cargo de tu madre, a quien no le importas-Lenin ya había llegado a mi frente-Tus hermanas se fueron con sus respectivos padres. No conoces ni la mitad de tu familia y a quién si conoces, no te toman en cuenta… Aquí tan solo te escucharía Summer-sonrió-Pero… Ella no tiene un buen oído, no oiría tus gritos-

-¡Basta!-le grite mientras intentaba quitármelo de encima

-¿Acaso te asusta?-

Eso no era pregunta, yo era predecible. Y si me asustaba

-¡Sí!-admití-me asustas, veté-pedí una vez más

-¿Qué te da miedo?-sus labios rozaron con los míos

-Todo…-dije en un susurro, moví la cabeza a la derecha

-¿Todo?-pregunto cambiando de posición, dejando su boca en mi mejilla

-¿A qué hora duermes?-le pregunté tragando aire

-Nunca-creó un camino con su aliento por mi cuello

-¿A qué hora comes?-

-Nunca-repitió él

Tragué saliva

-¿Eres humano?-esa pregunta la hice temblando

-Esa es la pregunta que yo temo-dijo él, quitando por un momento su boca de mi piel-¿Lo deseas saber?-

Asentí sin decir nada, ni siquiera asentí, el miedo que tenía lo hizo por mí. Cerré los ojos

-No estás lista para eso-

Sentí como toda la presión que tenía en contra la puerta a causa de Lenin desaparecía. Sentía como él se había largado.

Abrí los ojos. Lenin ya no estaba, la ventana estaba abierta y la cortina bailaba por el viento.

Respire hondo y me quedé el resto de la madrugada mirando por la ventana.

<<Esa es la pregunta a la que yo temo>>

Malditas palabras… No me dejarían tranquila por toda una semana.

___________________________

Volví a apoyarme en el marco de la ventana, saqué la cabeza y mire de un lado hacia otro: ningún movimiento.

Cerré la ventana y me senté en la cama, apoye mis manos a mi lado y mire hacia el piso. Cerré los ojos recordando lo sucedido unas horas atrás.

........
Me apoye en la puerta y suspire levemente.

Levanté la cabeza para encontrarme con Lenin

-¿¡Como demonios llegaste hasta aquí!?-grité asustada
......

¿Cómo hizo eso?

<<Esa es la pregunta que yo temo>>

......

Levanté la cabeza para encontrarme con Lenin

-¿¡Como demonios llegaste hasta aquí!?-grité asustada

.........
<<Esa es la pregunta que yo temo>>

......

Levanté la cabeza para encontrarme con Lenin

......

<<Esa es la pregunta que yo temo>>

Tan solo recordar el momento en el que vi sentado a Lenin en el borde de mi cama, luego de haber estado unos segundos en otro cuarto, luego de que yo cerrara con llave tras él, me atemorizaba.

Recordé cuando levanté la vista para ver sus ojos, observándome sin piedad. Sus ojos verdosos, casi pardos, conectados con los míos.

Su sonrisa malvada, su perfecta dentadura.

Su forma de hablar, de hacer cualquier movimiento.

¡Lenin, o la cosa que fuera, no era humana! Podría apostar toda mi mesada diciendo que Lenin no era humano, no estaba ni cerca de serlo.

Sentí una respiración atrás mío. Abrí los ojos y me volteé tan rápido como pude: Nadie.

Repose mi cuerpo en la cama, me cubrí con el cubrecama y di vueltas, intentando quitar de mi mente a Lenin, pero parecía imposible, no podía quitarme sus palabras, sus ojos, su ser de mi cabeza. No era posible olvidarlo ni por unos segundos.

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Me levanté mientras frotaba mis ojos, los rayos incandescentes del sol por la mañana me cegaban totalmente. Corrí a la ventana y cerré la cortina de un tirón, mire mi pieza por un momento. Todo estaba igual que en la noche.

Desvíe mi vista al velador, el cubo de juegos descansaba sobre él. Me acerqué y lo tome en ambas manos.

<<Esa es la pregunta que yo temo>>

Pensar que el cubo lo había tenido Lenin en sus manos me hizo soltarlo dejándolo caer en el piso, generando un fuerte estruendo mientras se rompía en todas sus partes flexibles.

Ni me moleste en recogerlo y camine a tientas por la pieza hasta llegar a la puerta, cerré los ojos por un momento mientras sujetaba mi cuerpo con una mano apoyada en el umbral de esta.

-Sigue caminando-sentí la voz de Lenin a mi derecha, dentro de la pieza.

No temí en seguir mi camino, me apresure a llegar a la pieza de mi madre, abrí la puerta soltando la manilla tras un gran chirrido.

Mire con curiosidad dentro: Estaba segura que podría encontrar a mi madre, totalmente borracha, tendida en la cama con la ropa a medias, y, de seguro, con menos dinero que cuando salió.

En cambio me encontré con la cama hecha, nadie dentro de la pieza, ni rastro de que ella hubiera estado allí. Seguí caminando por la casa, bajé las escaleras y mire en dirección al living apoyada de una pared: nadie. Camine un poco más, hasta la cocina: nadie. Recorrí toda la casa, no había rastro, huella o evidencia que señalaran la presencia de otra persona en la casa, aparte de mí y… Lenin.

Estaba segura que él estaba en mi casa, vigilando lo que hacía.

Mire hacia todas direcciones, estaba desorientada en mi propia casa. Salí de mi hogar y observe por afuera: no estaba el auto de mi madre.
Corrí cuán rápido pude rumbo a la casa de Lenin, llegué exhausta

-¡Lenin!-grite en la puerta principal

Él salió por la puerta, quedando frente a mí. Sonrió de medio lado

-¿Dónde está mi madre?-no grite.

Ya había captado demasiadas miradas con salir corriendo en pijama y sin zapatos por la calle

-Ven-Lenin me tomó de un brazo y me obligo a entrar, cerrando la puerta tras mí-Jamás pensé verte en pijama frente a mí casa-

Me ruborice por un momento

-No… No es el tema-bajé la vista

-Hum…-Lenin camino de un lado a otro, simulando pensar una respuesta, aunque el ya sabía-Ayer te dije donde estaba…-

-Lo sé, por eso quiero que me lo digas ahora-

-Bueno, ayer…-hizo una pausa-mejor dicho, hoy en la madrugada, te dije que ella estaba en un motel, debe seguir allí-

Suspire, un motel debería ser un buen lugar.

Ahora sería como me voy a la escuela, no sabía llegar, pero si sabía perfectamente como irme de allí

-Yo te llevo a clases-

Adivino mis pensamientos

-Últimamente te vuelves más extraño de lo normal-lo mire entre cerrando los ojos

-Así soy yo-repuso él

Lo mire unos segundos más

-Debes cambiarte ropa si deseas ir a clases-

Me inspecciono completamente con su mirada

-No creo poder salir-mire mi atuendo, de seguro me llevaría una patrulla de policías por loca

-Para mí es perfecto-

Traté de quitarme sus pensamientos de mi mente

-En serio, debo ir a clases-insistí

-Bien…-Lenin camino hasta fuera de la casa, lo mire de brazos cruzados en la puerta-ven-dijo él, entrando en el garaje.

Corrí a su lado.

Lenin entró en el auto que le habían regalado para su cumpleaños 14, en ese entonces, me pareció algo apresurado el regalo. Un año después, ahora, lo encuentro perfecto. Me monté en el asiento del copiloto a la vez que Lenin apresuraba la marcha atrás y entraba en la calle.

-¿Por qué nos vamos en auto, siendo que mi casa está a unas cuadras?-pregunté mirándolo, con los ojos entre cerrados

-Porque “te llevaría una patrulla por loca”-imitó mi voz

-¿Cómo sabes eso?-lo mire asustada

Sonrió de medio lado

-Eres muy predecible-

Crucé mis brazos por al frente de mi pecho

-Estoy segura que eso es todo lo que dices-bufé molesta

Lo sentí reír bajo

-Bueno-detuvo el motor frente a mi casa-Cambia tu ropa, yo te esperaré aquí-

Bajé del auto y entre en mi casa. Me cambie ropa lo más rápido que pude, me fui a lavar al baño , tomé mi mochila, la colgué al hombro y
bajé a saltos las escaleras.

Lenin estaba fuera de la casa, apoyado en una motocicleta. Mire la calle, no estaba el auto

-¿Y el automóvil?-pregunté mirando por la calle

-Aquí esta-señaló la motocicleta-Yo conduzco-Lenin subió a la motocicleta.

Subí tras él y me apreté contra su cuerpo. Lenin no era un conductor ideal al volante de un automóvil, no es que él no supiera conducir, era que Lenin creía que toda la carretera era un juego de carreras, siempre excedía demasiado los límites de velocidad. Estaba segura que los
policías no lo habían raptado por que jamás lograban verlo, gracias a su extremadamente rápida conducción. En fin… Si Lenin no podía conducir normalmente un auto, estaba más que segura que no lo haría con una motocicleta, ya que esta le daba la ventaja de adelantar a quién se le antojara.

Me apoye en su hombro mientras cruzaba mis brazos por su pecho.

Lo sentí soltar una risa leve

-Me alegra no tener que advertirte-dijo bajo

-Desquiciado-susurré para que no me escuchará

-Gracias-sentí en respuesta.

Luego de que dijera esas palabras, el motor de la motocicleta comenzó a sonar. Lenin acelero lo máximo posible mientras evitaba autos que iban en la calle.
_____________________

Un fuerte derrapado resonó por la avenida frente a mi escuela.

Las inspectoras del colegio miraron en nuestra dirección, Lenin les sonrió

-No hagas eso-le dije bajo

-Suerte-dijo bajándose de la motocicleta.

Bajé junto con él

-Pasó por ti a la salida-termino por decir.

Tomó mi cuerpo en la reacción más rápida que he visto, dejándome sin las posibilidades de hacer algo. Acercó sus labios a los míos y posó los suyos.

...........................

Capitulo 5
…..
-¿tan difícil es que se acabe esto?-pregunté al vacio. Mientras mi pelo jugaba con el compás del viento y mi vestido lo imitaba

Espere inútilmente una respuesta.

Tan solo escuchaba mi voz en el eco del vacío

-averígualo-una voz misteriosa me respondió

…...

4:46 marcaba el reloj del velador

Salté de la cama y mire hacia la puerta. Estaba cerrada, tal como la había dejado la noche anterior.

Pasé mi mano por mi pelo y tomé mis piernas con un brazo, acercándolas hacia mí

-¿Me respondió?-pregunté bajo

Estaba segura de que una parte de mi cerebro había respondido a una pregunta que había hecho yo misma. No esperaba una respuesta, de hecho, la pregunta era prácticamente irónica.

Suspire en un intento de calmarme. Bajé de la cama y corrí a la pieza de mi madre, me detuve en secó frente a su puerta, la abrí con una mano.

Un sentimiento de tristeza me invadió por dentro, afectando cada célula de mi cuerpo. Mis ojos comenzaron a humedecerse hasta dejar escapar una gota por mi ojo derecho. La sequé con una mano a la vez que me tiraba en el piso del pasillo.

Segundo día en el que no obtenía una noticia de mi madre.

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Me dejé caer en el asiento del copiloto de Lenin, él me miro curioso y luego de unos segundos levantó mi vista con una de sus manos

-¿Qué sucede?-me preguntó mirándome serio

-¿No le hiciste nada a mi madre?-pregunte mirándolo

-No-negó con la cabeza

-Eso creí-

Lenin retiro su mano y empezó a conducir.

_______________

-¿Te sucede algo, Hel?-me preguntó Summer mientras comía un paquete de galletas

-Nada-le sonreí

No le contaría a Summer, ella ya tenía problemas. No le agregaría los míos

-Como digas-rodeó sus ojos-Bueno, debemos hacer el trabajo de naturaleza-

Choqué mi mano con mi frente

-Lo había olvidado-dije quitando mi mano

-Como siempre-agregó ella, riendo-Por suerte, tu estupenda amiga-se señalo a sí misma-En otras palabras, yo, se adelanto a las hechos y ya tiene nuestro-aclaró su garganta-mejor dicho mí trabajo-reí con ella

-Gracias Sum-la abracé-Eres increíble-

-Lo sé-dijo ella presumiendo.

El timbre de entrar a clases sonó. Cubrí uno de mis oídos con mi mano

-¡Porque esto tiene que ser tan molesto!-grite mientras aún sonaba

-¡Para que combine con el lugar!-dijo en respuesta Sum. Reí más con ella.

Entramos en la sala y nos fuimos a sentar juntas, como siempre. Sum me entregó una galleta por bajo la mesa. Se la recibí mientras me levantaba, para recibir a nuestro profesor de Historia.

Antes de que entrara el profesor, entró una inspectora, me miro de pies a cabeza. La mire en respuesta

-¡Moore!-gritó ella

-¿Si?-pregunte mirándola entre cerrando los ojos

-Haga el favor de acompañarme-dicho esto, ella salió de la sala

-¿Qué hiciste?-pregunto Sum bajo

-Ni idea-dije caminando hasta la puerta, seguí a la inspectora hasta rectoría.

La directora estaba sentada, con ambas manos sobre el escritorio. Los leves rayos de luz acariciaban su ya viejo rostro, la ropa que llevaba estaba totalmente estirada.

-Siéntese-dijo ella, señalando un asiento frente al escritorio

Me acerqué al escritorio

-Estoy bien-dije mirándola

-Bueno… Señorita Moore-suspiro-Lamento ser yo quien deba contarle esto-

Tragué saliva

-¿Disculpe?-pregunté

-La cosa, es que… Bueno, pues…-tartamudeo intentando decirme

-Dígame-apoye mis manos sobre el escritorio

-Es sobre… su madre-

Me paralice totalmente, abrí mis ojos y intente recobrar el aliento

-Ella… Su madre, tuvo… Un accidente-

Grite mientras caía al piso de rodillas, sentía como si el mundo se me viniera abajo. Tomé mi cara por mis manos mientras lágrimas salían por entre mis dedos, cayendo directamente a mis pantalones

-Su madre, está en el hospital-

Salí corriendo de la rectoría, subí las escaleras a la vez que entraba a mi sala. Me acerqué a mi puesto, tomé mis cosas y volví a salir. No tomé en cuenta los gritos del profesor ni los de mi clase.

Me dirigí directamente a la salida, esquivé a quienes se pusieron en mi camino y corrí hasta tomar un bus que me llevará al hospital.

_____________

-Perdóname, mamá, perdóname-dije mientras tomaba su mano

Ya estaba en frente de ella, mi madre estaba conectada a varios tubos que la mantenían con vida. Se veía tan débil como un bebé.

Ahora yo me sentía tan débil como ella, era como si estuviera sin protección alguna.

Apreté su mano

-Perdóname-repetí una vez más.

No obtenía respuesta alguna

Bajé la cabeza sin soltar su mano. Mire mis pies y cerré los ojos. Mordí mi labio inferior y la volví a observar.

Aquellos tubos que entraban y salían por su cuerpo me hacían pensar que ella estaba muerta en vida. Lo que menos deseaba era perderla.

Tome su mano más fuertemente

-¿Me oyes?-pregunté con mis ojos llenos de gotas

-No lo hace, por lo menos, no por ahora-dijo un doctor atrás mío.

Me volteé a verlo.

Él no debía tener más de 30 años, era alto y tenía un pelo castaño cortado a lo militar. Llevaba una bata blanca, de donde se podían ver varios lápices en un bolsillo y su nombre en una placa dorada: Charles Stevens.

Charles me tendió su mano. Me levanté rápidamente a la vez que soltaba a mi madre. Sequé mis lágrimas y recibí su mano.

-¿Eres su hija?-

Asentí

-Lamento lo sucedido-su voz era grave

-descuide-camine hasta la camilla de mi madre y la miré apretando mis labios

-El horario de visitas termino-dijo él, posando una de sus manos en mi hombro

-Ni sueñe con que me voy-dije mirando su mano

-Me habían dicho que eras rebelde-pasó una de sus manos revolviendo mi cabello-Puedes quedarte más tiempo si lo deseas-

-Gracias-dije fría

Charles sonrió

-Ella podrá salir en una semana, por suerte no fue tan grave-dijo serio.

Guardé un minuto de silencio

-¿Cómo chocó?-pregunté mirándolo desconfiada

-Bueno… Ambos iban sin sentido, pasados de copas, eso les pasó la cuenta-

-¿Ambos?-pregunté alerta

-Sí, ella… y creo que era su novio-

-¿Era?-volví a sorprenderme

-Murió-

Mire a mi madre sin decir una palabra. Volví a tomar su mano.

-¿Tuvo suerte?-le pregunté a Charles

-Así es-aseguró él-Bueno, tuvo suerte de que Dios esté con ella-

-Somos ateas-me apresuré a decir

-¿Sabes?-dijo el doctor acercándose a mí-En estas situaciones es bueno que creas en alguien-

Sentí sus pasos alejarse de mí.

Me senté en la silla al lado de la camilla de mi madre, acaricie su mano

-¿Por qué jamás me hiciste creer en un ser divino, madre?-le pregunté a ella

Bueno, no obtendría respuesta.

La mire apretando mis labios. Me levanté de la silla para besar su frente

-Buenas noches, mamá-dije estando cerca de su rostro-Te amo-solté su mano, dejándola caer suavemente a su lado.

Tomé mi bolso y camine hasta la puerta. Puse una de mis manos en la manilla

-Tienes que despertar-

Salí de la sala de cuidados intensivos y me dirigí a la puerta de salida.

Pasé por la sala de esperas para encontrarme con Lenin, lo mire sorprendida. Él se acercó a mí y tomó mi mano

-Te llevaré-dijo él

Me obligo a avanzar en dirección al estacionamiento.

Afuera ya comenzaba a hacer frío. El crepuscúlo de la noche ya era notorio.

No me moleste en mirar el reloj, no quería saber sobre el tiempo. No me interesaba.

Apreté la mano de Lenin por un momento, él hizo lo mismo con la mía. Mire hacia el cielo y cerré los ojos.

Cuando divisamos su auto, Lenin comenzó a hablar

-La compañía de tu madre vino, dijo que ellos le pagarían el tratamiento-comentó

Suspire

-¿Deseas que me quedé contigo hoy?-preguntó Lenin

-Lo harás de todas formas-

Entramos en su auto

-Así es-dijo mientras encendía el estéreo y comenzaba a andar.

Guardamos silencio, mire por fuera de la ventana.

-¿Estás bien?-preguntó sacándome de todos mis pensamientos

-No lo sé-mire hacia el piso del auto

-Tú sabes que yo estaré siempre cuidándote-

Observé su cara

-¿No le hiciste nada a mi madre?-

Lenin rodeó sus ojos y miro por la ventana

-Si quisiera dañarte de alguna forma, créeme que no lo haría con tu madre-

-Perdón…-susurre

Quedamos en un momento de total silencio

-Descuida-sonó su voz sobre el estéreo

Sonreí levemente.

__________________

Lenin había entrado a mi cuarto, no le importaba pedir permiso, ya había notado que él no se molestaba si es que entraba a mi pieza y yo me enojaba.

Lo mire fugazmente y luego baje la vista

-Debo… cambiarme-dije leve

-Ya te he visto hacerlo-

Lo mire sorprendida

-Si quieres me voy de cualquier forma, para que no te sientas incomoda-

-Pues… Espérame afuera-

Lenin salió de la pieza y cerró la puerta tras sí.

Mire mi armario y corrí por ropa. Saqué mi pijama y luego lo tire sobre la cama

Camine despacio hasta la puerta, puse mi oreja derecha sobre ella

-No te estoy espiando-escuché la voz de Lenin del otro lado

-¿Cómo sabes que estoy escuchando?-pregunté sin quitar el oído

-Eres predecible-

Abrí la puerta enfadada. Lenin sonreía burlón

-¡Estoy segura, apostaría, diciendo que tu solo sabes decir eso!-grité en su cara

-No te enfades-

Cerré la puerta y me cambie cuán rápido posible se me hizo.

Observé hasta la ventana. La noche relucía, las nubes intentaban esconder la hermosura de la luna, quizás celosas de no ser ella.

Me acerqué con pasos torpes hasta el marco de la ventana. Apoyé mis manos en él y asomé levemente la cabeza.

Los arboles trataban de hacer una noche escalofriante, con sus ramas como manos gigantes, golpeándose unos con otros. Pero nada era capaz de quitarle la belleza a la luna.

-Hermosa noche-

Nuevamente la voz de mi amigo me sacó de mis pensamientos

Me di vuelta, dejando que mi cabello corriera por mis hombros, para mirar fijamente a Lenin, acostado en mi cama. Mientras jugaba con el cubo que yo había roto esa misma mañana

-¿Cómo lo armaste?-pregunté apoyando mis manos en el marco de la ventana por atrás de mí

-Fácil, tan solo coloqué sus piezas en cada lugar-lanzó el cubo al aire para luego atraparlo con un dedo.

Abrí levemente mi boca, sacudí mi cabeza en un segundo

-Eso es drásticamente imposible-bajé la vista

-Pues… Lo estás viendo-

Sentí la respiración de Lenin a mi frente, precisamente delante de mí.

Luego pude divisar sus manos alrededor de mi cintura, acercándome una vez más hasta él

-Sigue siendo imposible-dije bajo

-Lo estás viendo-repitió a mi oído

Un escalofrío bailo por mi piel, recorriendo mi cuerpo

-¿Puedes dejar eso?-pregunté bajo

-Claro-

Sus manos se desvanecieron de mi cuerpo, su respiración desapareció de mi lado.

Levante la vista, Lenin volvía a estar acostado en mi cama. Pero el cubo se encontraba descansando, al lado de mis manos.

-Desaparece-ordené

-¿Es eso posible?-

-Lo has hecho-respondí

Cerré los ojos.

Una fuerte ráfaga de viento pasó por mi lado, deteniéndose en mis manos. Mire mi mano derecha.

Lenin sostenía el cubo en sus manos, justamente a mi lado. Arrodillado en marco de la ventana, con un increíble equilibrio.

-Sabes que volveré-comentó

Asentí

-¿Puedo llevármelo?-movió el cubo en sus manos, frente a mi cara.

Mire su torso. Lenin no llevaba polera, observé por el rabillo del ojo a la cama.

La polera de Lenin estaba tirada por encima del cubrecama

-Llévalo-dije mientras lo volvía a observar

-Hazme un favor-lanzó el cubo a su mano izquierda-Deja la ventana abierta, se me hará algo más fácil-

No hice un gesto, ni moví un músculo. Tan solo lo observé.

Abrí levemente mi boca y dejé escapar una palabra

-Sí-

A los segundos no pude divisar a Lenin a mi lado. Él se había marchado. Asomé mi cuerpo para mirar hacia abajo. Debía ser una gran caída, por lo menos quedaba con un hueso roto.

Corrí a la cama y me metí bajo las tapas.

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ESPERO QUE HALLAN PASADO UNA MUY LINDA NAVIDAD!! (:

OJALA QUE SU PROXIMO AÑO SEA BUENO!!

LAS QUIEROOOO!!!

HAPPY NEW YEAR

XOXO

JAVI'S JONAS

Esta buenisisisisisisisima PON CAP
CAP
CAP
CAP
CAP
CAP
CAP
CAP
CAP....PLEASE

QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP
QUIERO CAP...sube cuando puedas

Capitulo 6
……….
La caída era más drástica cada vez.

Si gritara… Nadie me escucharía. Aunque eso empiezo a dudarlo.

Alguien me había respondido. No había duda.

Mire hacia abajo.

Nuevamente la luz estaba allí, pero ahora podía distinguir a alguien.

Alguien era la luz

………..

4:45 de la madrugada

-Alguien viene-

Sentí la voz de Lenin a mi lado. Dirigí mí vista a la ventana: estaba cerrada.

-Adiós-dijo él

Se desvaneció de mi lado.

Segundos más tardes sentí pasos por la escalera, acercándose

-No me dejes-dije, esperando que Lenin me escuchará

-No lo he hecho-susurro a mi oído.

Me senté en la cama de un salto mientras alguien giraba el picaporte. Tomé las sabanas fuertemente en mi mano.

La puerta se abrió rápidamente, divise una silueta masculina.

-¿Helen?-

Era la voz de mi padre, suspire.

-¿Qué haces aquí?-dije saliendo de la cama

-Pues… Vengo por ti-

Fruncí el seño

-¿Por qué?-pregunte acercándome a él

-Estás sola aquí-

-Estoy bien aquí-contesté en defensa

-De cualquier forma, ven conmigo-Tomó mi brazo

Me zafé de un tirón y lo mire molesta

-¿No me escuchaste?-pregunto enfadado

-Claro que lo hice, pero tú no me escuchaste a mí. ¡No quiero irme contigo!-grite en su cara

-¡No me importa, tú te vas de aquí a mi casa!-

Tire de un empujón su cuerpo hasta el pasillo

-¡No me iré contigo!-tomé el picaporte en mis manos y cerré la puerta.

Me apresuré a poner seguro. Me apoye inútilmente en la puerta. Mi cuerpo se sacudía con cada golpe que me padre daba en ella, quería derribarla.

-¡Ven conmigo, Helen!-grito desde el otro lado

-¡Ni muerta!-respondí sin salir de mi posición-¡Prefiero tirarme desde el segundo piso antes de irme contigo!-

Los golpes se detuvieron. Aún así no me quite de la puerta

-¿Qué hice ahora?-preguntó mi padre, más calmado

-¡Nada!-grite con tantas fuerzas como pude-¡Jamás hiciste algo por mí!-

Mi grito resonó por toda la habitación, hasta desaparecer en la oscuridad…

Un silencio nos invadió

-Fuiste muy fuerte-susurró Lenin a mi lado

Gire la cabeza a la derecha, Lenin estaba allí, mirándome serio.

-Es la verdad-dije yo, también en un susurro.

Nuevamente me quedé muda.

Unos pasos sonaron desde el otro lado de la puerta, dirigiéndose a la escalera. Luego de eso, un sonido de la puerta retumbando mientras se cerraba.

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-¿Qué haces?-preguntó Sum, mirando mis manos

-Un nuevo espécimen-dije moldeando plastilina en mis dedos

Summer rió

-Pareces una niña pequeña-dijo ella

Reí

-Lo sé-

Puse con delicadeza la plastilina sobre la mesa, dejando de pies a la pequeña personita que había moldeado

-¿Qué es?-preguntó ella, agachando su cabeza hasta la altura de la mesa

-Un mago-conteste yo

-Se ve igual que a todos-Summer me miro

-Es que a simple vista no se ve…-hice gestos con mis manos-¡Es un ser místico!-

Reí y Summer igual

-Como sea-dijo ella.

Summer tomó el hombrecito de plastilina en sus manos y lo redondeo, dejando una pelota

-¡Hey!-le pegué en el brazo a Sum

-¿Qué?-

-¡Me costó hacerlo!-tomé la plastilina-Tendré que hacerle un funeral al pequeño hombrecito-

Reí junto con Summer

-Estás Loca-dijo ella

-Sí-afirme yo

La maestra llegó a nuestro lado. Ambas nos callamos.

Nuestra maestra de artes visuales ya era una señora de edad, reconocida por todos como la señora que anota por cualquier cosa. Aunque en este caso… Tendría todo el derecho y deber de anotarnos, por no hacer nada en la hora de clases

-¿Qué tal esa maqueta?-pregunto sarcástica, viendo ningún avance

-Bueno…-dije yo-Estamos intentando crear un nuevo mundo-

-Ni siquiera dios tardó tanto como ustedes-de nuevo con ese ser divino. Lo siento, pero no creo nada en él

-Él-dije apuntando hacia arriba-tiene la bendición de ser divino, puede hacer todo con un poder increíble, nosotras somos unas simples pecadoras-

La maestra sonrió y se marchó a ver otros trabajos.

Si es que fingía ser creyente era por dos razones. Mi colegio es católico, no aceptan chicas de otras religiones, si me descubrían como atea, me tendría que ir de la escuela. Segunda razón… Esa era la única forma de salvarme de la anotación de la maestra.

-Tendremos una fiesta-dijo Summer

La mire levantando una ceja

-Será de un amigo, pero quiero que lo conozcas, es muy agradable-continuó ella-No quiero ir sola, la verdad es que ya le prometí que iría, pero quiero ir contigo… ¿Me acompañaras?-

Suspire

-¿Cuándo?-dije moldeando la masa en mis manos, tomando atención a mis movimientos sin mirar a Summer

-El sábado-

Hoy era martes… Tendría tiempo.

-Está bien-dije resignada

Sonó el timbre de recreo. Tire la masa por los aires y tomé mi bolso para sacar algo de comer. Me volví hacia Summer

-¡Voy a hacer algo rápido y vuelvo!-dije

Corrí hasta el patio y mire hacia todos lados, buscando a Coraline.

Al inicio de la jornada, Coraline me había dicho que quería verme. Específicamente en el patio central.

Una mano tocó mi hombro. Volteé

-Hola-dijo ella, con una perfecta sonrisa.

Coraline no era fea, de hecho, tenía miles de pretendientes.

Sus ojos verdes resaltaban en su piel trigueña. Además de su cabello que estaba a la merced del viento la hacía parecer de película.

-¿Cómo estás?-pregunte sonriendo

-Bien… Necesito un favor-

Sus favores jamás eran sencillos

-Dime-dije

Tragué una mordida de mi galleta

-Vigila-

-¿Qué cosa?-pregunté intrigada

-Deseo fumar-

Esto ya iba algo más lejos

-¿Ahora?-pregunté tirando la galleta al basurero más cercano

-Sí-recogió su cabello tras su oreja

-Olvídalo-

Me di media vuelta. Ella tomó mi brazo

-A la salida-suplico

-En el parque a tres cuadras de aquí-termine por decir para luego largarme a mi sala de clases.

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El olor inconfundible a cigarro no lograba salir de mi ropa.

Volví a tomar la colonia, que Coraline me había dado minutos atrás en señal de gratitud por el maldito favor, y me puse algo más de la loción.

El olor no se iba. Guardé la loción

Sabía que si tenía esta peste, Lenin lo notaría. Eso sí, no tenía bien claro si es que se enojaría o no.

Apreté mi mano en la correa de la mochila. Mire a la izquierda y la derecha otra vez:

La calle se veía vacía

Di pequeños saltos en mi eje, intentado calmar la impaciencia. Lenin jamás tardaba.

Olí una vez más mi blusa, seguía con el maldito olor a tabaco.

-Si encuentro a Coraline, prometo que la mataré-dije entre dientes, hablando sola

Un fuerte estruendo se escuchó tres calles abajo, a la vez que un automóvil aparecía doblando bruscamente en esa esquina.

-Lenin-pronuncie

El increíble automóvil jamás lo había visto, era un hermoso Jeep negro… Muy negro y reluciente.

La puerta se abrió cuando estuvo a mi lado. Lenin estaba adentro. Llevaba una polera negra junto con una chaqueta, a pesar de que hacía calor, Jeans y zapatillas deportivas

-Sube-dijo mirando adelante.

Su expresión era demasiado fría, más fría de lo normal.

Entré al auto con inseguridad. Coloqué mi bolso en mis piernas y mire de reojo a Lenin.

Tenía un leve corte en el borde derecho superior de su frente, con una gota de sangre, amenazante a salir.

Adelanto el auto a máxima carrera, sin tomarme atención.

-¿Paso algo?-pregunte bajo

-Pequeña riña-dijo sin mirarme

-¿Estás bien?-me incliné un poco a ver su cara

-¿Fumaste?-

Volví a sentarme bien y mire por la ventana. Apreté el bolso contra mi cuerpo

-Hel-dijo algo más molesto

-¿Qué?-no lo observe

Un silencio comió el lugar. Yo sabía que debía decirle, si no lo hacía yo, él lo sabría de alguna forma

-No fume-suspire-cubrí a Coraline-

-¿Sabías que cuando estás enfermo te pones más sensibles a los olores?-

Lo mire inconclusa

-No tengo idea de cómo deseas ir a ver a tu madre así-termino por decir

-No está enferma, chocó-dije rápido

-Volcó-corrigió él

-De cualquier forma, no está enferma-repetí

-Ella lo sabrá de cualquier manera-se apresuro a decir

Eso era cierto

-¿Qué tal tu riña?-pregunté cambiando tema

-Estamos hablando sobre ti-me miro rápidamente y volvió a tomar atención a conducir

-Y yo me aburrí de hablar de mí, quiero saber que te paso-

Lenin suspiro

-Me he ganado unos leves enemigos-comentó

-¿Cómo?-

-Carreras-resolvió-Tu sabes-

-Sí, lo sé-dije rápido

-Eso-termino por decir.

Ese sería el fin de la conversación.

Aunque por lo menos resolvió mi duda de cómo demonios se había ganada el jeep. Claro, apuestas.

Yo tenía más que claro que Lenin era menor de edad. Él jamás podría tener una licencia. Ni siquiera podría conducir con un adulto al lado, seguía con sus 15.

Pero por alguna razón, sus padres le habían regalado un auto a los 14, sin importarles las leyes de conducción.

Aunque yo estaba segura de que si Lenin no conseguía el auto por sus padres, lo conseguiría por sí mismo, él sabe darse abasto.

Lo mire por un segundo: la gota de sangre que amenazaba con salir hace unos minutos ya estaba afuera, marcando un camino por el rostro de mi amigo hasta llegar a su mentón para que cayera sobre su polera.

Aún así me mantenía en la cabeza el hecho de que lo hubieran golpeado, tuvieron que haber sido varios. Lenin sabía pelear, o por lo menos tenía un punto a su favor… No era humano.
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SIGUELA...
me encanto el cap..

Capitulo 7
……..

La persona de abajo era indistinguible.

No importaba cuanto abriera y cerrará los ojos, no podía fijarme quien era.

Pero si sabía algo… Él, o ella, me estaba esperando

……..

4:45 de la madrugada.

Levanté levemente la cabeza de la colcha. Quedé atónita por unos segundos hasta que logré reaccionar.

Mi cuarto estaba desordenado, con todo fuera de su lugar. Más desordenado de lo que yo lo había tenido jamás.

-Lenin-dije leve

Mi lámpara estaba rota sobre la mesita de noche, a su lado había una pequeña nota.

Desplacé mis dedos hasta el velador, con cuidado de no cortarme, y tomé el papel.

“Cuídate. Debo irme”

Fruncí el ceño.

Me senté rápidamente en la cama y me paré de una forma apresurada, sin fijarme que había en el suelo.

Camine hasta la ventana y me senté en el marco de ella tras pisar un cuadro de fotos

Tomé mi pie con una mano y quite el vidrio que tenía insertado. Apreté mis labios mientras tiraba el pedazo de cristal por la ventana. Me volví hacia el cuadro. Quité los trozos de vidrios y tomé la foto.

Era una foto mía, de cuando tenía 5 años.

Un recuerdo vino fugazmente a mi mente

…..-¡No te irás!-grito mi madre desde la puerta hacia afuera

Minutos atrás mis padres habían tenido una fuerte discusión. Yo había podido observar todo escondida atrás de un mueble, me mantuve llorando en silencio mientras veía a mi padre salir por la puerta principal. Tenía claro que jamás volvería….

Un fuerte dolor recorrió mi pierna. Mire mi pie, sangraba.

Me abrí paso entre todo el desastre de mi cuarto y llegué cojeando hasta el baño.

Me incliné hacia adelante, apoyada del lavamanos, mientras buscaba entre una repisa el botiquín.

Este cayó al suelo, dejando explotarse a sí mismo.

Me agaché en el suelo, para luego sentarme en él, alrededor de los fármacos

Tomé una gasa y la apreté contra mi pie. A tientas agarré el alcohol. Mire su envase por la luz de la luna que entraba desde la única ventana del baño. No era recomendable que me lo pusiera, tenía más de lo que necesitaba, pero no me haría un mayor daño, así que lo destape.

Doblé la gasa, dejando al descubierto una parte que no llevaba sangre, vacié un poco de líquido en ella.

Suspire.

Apliqué la gasa sobre mi pie, y la apreté fuertemente contra él.

Grite en un centello, intente no tomar en cuenta el dolor.

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¿Cuánto tiempo el podría irse?

Apreté aún más mis piernas contra mí.

Rayos de luz entraban por la cortina, apoyándose sobre mi cuerpo.

Mire a mí alrededor, un desastre total.

El reloj marcaba las 9:30

Yo debería estar en la escuela, pero era culpa de Lenin que no fuera, primero, era su culpa… por desaparecer, era su culpa, por dejar un desastre en mi pieza y prácticamente invalidarme por unos días. Era su culpa, por ser tan importante para mí.

Mi teléfono sonó desde el primer piso. Marcó el tono del buzón de voz y pude escuchar la voz desesperada de mi amiga

-¿Helen?-si, estaba alterada-¡Me tienes preocupada, llámame de vuelta!-

Un pito marcó el fin del mensaje.

Otra vez estaba en un silencio, podía escuchar cada ruido que producía la casa, cada ruido de mi respiración agotada, mi sangre circular por las venas, mis latidos.

Sentir autos a tres calles era algo exagerado, pero el silencio invadía totalmente el barrio.

Mi celular estaba sin carga, pero debería salir, para llamar a mamá y decirle que hoy no iría a verla.

Y claro, llamar a Summer.

Observé mi pie vendado, leves toques de sangre atravesaban la gasa, pero por lo menos la hemorragia se había detenido.

Apreté mis labios mientras me levantaba de la cama. Aguanté el dolor hasta llegar a la puerta de mi cuarto, donde caí inútilmente al suelo.

Acaricie levemente mi pie y me dispuse a continuar.

Termine por llegar a la escalera, allí me di por rendida.

No podría bajar ni un solo peldaño, no importaba la disposición que tuviera. Resbalaría o tropezaría antes de intentarlo.

Asomé la cabeza hacia debajo de la escalera, me dio vértigo de solo pensar en bajar sentada.

-Maldito Lenin-

En el rollo que me había metido por su culpa, estaba atrapada en el segundo piso de mi casa, a menos que me tirara. Pero esa opción la descarte de la lista, una caída así me mataría.

Me devolví a mi pieza, mire detenidamente el suelo y las posibilidades que tenía de entrar o salir de allí sin volver a cortarme eran nulas. De hecho me empecé a cuestionar como demonios salí de la pieza sin matarme.

No le di demasiadas vueltas y me fui al cuarto de mi madre. Allí había una obscuridad inmensa, el aire me hacía falta de solo entrar.

Camine hasta su mesita de noche, saqué unas pastillas y me las tragué sin agua, ya que tomar agua o comer significaba bajar o ir otra vez al baño.

Ahora me dirigí hasta el living del segundo piso, donde me mantuve viendo televisión vacíamente por el resto del día. Sin tomarle importancia al teléfono que sonaba abajo, sin tomarle importancia al hecho de no comer, tan solo pensando en que le había pasado a Lenin.

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CAP CORTITO :p

igual feliz año nuevo y wow ya va a terminar pero es increible...
SIGUELA

ya se va a terminar??? :sad: :crybaby: dicen que lo bueno dura poco asi que esta bien :eh: sube cuando puedas el ultimo cap y feliz año nuevo para vos tambien!!! ;)