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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Me without you (Louis y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Me without you (Louis y tu)
Fichaa
• Titulo: Me without you
• Autor: "M"
• Titulo: Me without you
• Autor: "M"
• Adaptación: Si
• Género: Drama & Romance.
• Advertencias: Por el momento no
• Otras páginas: Si la encontre en facebook :)
• Género: Drama & Romance.
• Advertencias: Por el momento no
• Otras páginas: Si la encontre en facebook :)
SINOPSIS:
Esta es la historia del verdadero amor crece sin importar lo que digan los demás
el verdadero amor siempre triunfa
el verdadero amor siempre triunfa
PD: quiero que comenten para asi poder seguirlaa, no quiero lectoras fantasmas! si comentan les pongo el primer capitulo :), si no veo que les gusto la quitare :(
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Capitulo 1:
Me arrastró por todo el parque, sin dejar de presionar intensamente mi débil y frágil brazo derecho, con su mano izquierda.
—Anda, camina —Me tironeó una vez más y no pude evitar soltar un quejido entre el llanto.
Giré el rostro y traté de encontrar señales de él, más no había más que un camino amplio y vacío detrás de nosotras. Volví a explotar en llanto.
Soltó de mi brazo en el momento en que nos encontramos paradas frente al auto.
Me senté en el asiento trasero y observé por la ventana. Apreté mis dientes, evitando dejar escapar un grito, cuando lo vi aparecer a lo lejos. Corría como nunca antes lo había visto correr y agitaba inútilmente una mano haciendo señas.
Posé mis manos en la ventana y las deslicé al perder su imagen cuando mi madre puso en marcha el vehículo.
Llegamos a casa y como era de esperar, lo primero en hacer mi madre, fue en tomarme del mismo brazo y llevarme hasta la oficina de mi padre.
Despegó sus ojos del inmenso libro que sostenía en sus manos cuando las puertas de madera barnizada, con pequeñas ventanas de vidrio, se abrieron de par en par.
—____... —Susurró al verme.
Era de esperar que mis ojos rojos e hinchados le dieran a conocer los antecedentes.
— ¡Otra vez! Stephen, ¡Otra vez! —Exclamó mi madre alzando los brazos y dejándolos caer al segundo— Yo ya no se que hacer con esta muchachita, Stephen, no hay remedio —Ocultó su rostro amargado bajo sus manos temblorosas.
— ¿Qué sucedió, _____? —Los ojos penetrantes de mi padre, no me dejaban más opción que decir la verdad, aún así… la confianza era mayor.
Opté por agachar mi rostro, no quería hablar del tema, no quería recordarlo, ya había pasado por este tipo de situaciones y sabía muy bien que ahora era diferente, que las cosas habían empeorado.
—Mírame a los ojos, _____, y dime que es lo que pasó —Autoritario, pero sin indicios de reprensión.
Con cuidado, llevé mi rostro a lo alto y lo miré cuidadosamente.
—Salí… y… Louis y yo nos juntamos… nos vimos en el parque, padre —Musité la verdad y una lágrima corrió por mi mejilla.
Suspiró y retiró sus lentes de lectura, los dejó a un lado y posó sus manos encima del escritorio para entrelazar los dedos.
—Hemos discutido este tema varias veces, ____. Sabes muy bien que es lo que tu madre y yo opinamos respecto a ese muchacho —Si, lo sabía muy bien. ¡No hacían más que juzgarlo! ¿Y porqué? ¿Por qué su situación económica no era la misma de nosotros? ¡Al diablo con esas *******!
—Ustedes no lo conocen —Miré a mi madre de reojo y volví a mirar a mi padre.
—No necesitamos más información que la que ya tenemos, es el hijo de un hombre que busca trabajo día a día, sin futuro —Comentó mi madre. Era de esperarlo.
— ¡¿Y eso a mí que?! —Exclamé, ya había aguantado esto por mucho tiempo, era imposible seguir reteniéndolo en la boca— ¡Yo lo amo!
— ¡Ha! —Rió irónica— ¿Tu lo amas? ¡Por favor! ¡Solo tienes 17 años! No sabes nada sobre el amor —Reprochó mi madre, con los ojos ardiendo en lágrimas.
— ¡Se lo que es el amor, madre! ¡Eres tú la que no tiene idea sobre lo que es amar! Y ustedes dos son el ejemplo perfecto… ¡No ríen, no se miran, no conversan de otra cosa que no sea el dinero, no se tocan! ¡Nunca están juntos! —Sollocé y en ni un momento dejé caer mi rostro. Nunca había enfrentado a mi madre de esa manera y se sentía completamente extraño y… peligroso— El es un buen muchacho, padre —Busqué los ojos de mi progenitor y tragué saliva con los nervios de punta.
—Es un buen muchacho, ¡lo es! —Exclamó mi madre frustrada y creí imposible que cambiara tan repentinamente de opinión— Pero no la clase de joven que tú necesitas, ____, métetelo bien en la cabeza. ¿Qué hay del futuro? ¿Acaso planeas casarte con él, tener diez hijos y sin ni un centavo? ¿Es eso lo que quieres? ¿No tener nada? —Sus ojos comenzaban a empañarse, pero sus sentimientos, era lo que menos me importaban en estos momentos.
— ¡Dinero, dinero, dinero! —Exclamé— ¡Es lo único que les importa!
—Así que… ¿Lo amas, _____? —Musitó mi padre con tranquilidad y se acomodó en su gran asiento de cuero negro.
—Lo amo, papá, lo amo —Sentí caer nuevamente las lágrimas y corrí hacia él para abrazarlo y refugiarme en sus brazos.
—Será mejor que vayas a dormir, pensaré que es lo que podemos hacer —Me alejó delicadamente de él y besó mi frente.
Solo asentí y salí corriendo de la oficina.
Corrí por la gran escalera derecha de la casa, y sin detener el paso llegué a mi habitación. Cerré la puerta y no dudé en caminar hasta mi cama y hundirme entre los suaves cojines que la decoraban. Llorar era mi única escapatoria, por ahora.
Se dice que el dinero, lo material, puede llegar a hacerte muy feliz… y de hecho lo hacía, con mis padres, mis hermanos y el resto de mi familia, pero no conmigo. El dinero no compra el amor y por lo que tenía entendido, nadie de mi familia se casaba por amor, sino por el bienestar económico.
Ese tipo de cosas ya habían pasado de moda, eso era antes, cuando el trabajo de la mujer era servirle a su marido y depender de él, pero mis padres nunca lo entenderían.
Tres golpes en la puerta interrumpieron mi llanto y sequé en segundos mi rostro con mis manos.
Mi madre entró y cerró la puerta, aún no la miraba, pero debí suponer que ella al sentir sus elegantes tacones golpear la delicada madera flotante.
La sentí sentarse en la cama y planeé guardar silencio. Se merecía que la ignorara después de haber humillado a Louis en el parque.
—Tu padre a decido invitar a ese joven a la cena de mañana, así podremos juzgarlo bien ¿No crees? —Estaba tranquila y eso no era posible cuando hablaba sobre él.
Dejé de darle la espalda y me senté en la cama.
—Mañana es la cena familiar, vienen todos —La miré a los ojos y traté de descifrar que era lo que se traía entre manos.
—Así es. Será perfecto para que todos lo puedan conocer —Me sonrió.
—Está bien… —Susurré— Mamá… si solo le dieras…
—Mañana —Me interrumpió— mañana, al final de la cena, hablaremos ¿Entendido? —Se puso de pie y se acercó hasta besar mi frente, se alejó y se retiró de mi habitación.
No creo que él quisiera venir a una cena donde el único tema que importaba era la economía, el trabajo, las empresas y grandes toneladas de dinero que ganaban día a día… pero prefería a que estuviera presente y diera a conocer la maravillosa persona que era....
(Bueno aqui les dejo el primer capitulo, espero que les guste, SI NO COMENTAN NO SUBIRE EL SEGUNDO CAPITULO)
Me arrastró por todo el parque, sin dejar de presionar intensamente mi débil y frágil brazo derecho, con su mano izquierda.
—Anda, camina —Me tironeó una vez más y no pude evitar soltar un quejido entre el llanto.
Giré el rostro y traté de encontrar señales de él, más no había más que un camino amplio y vacío detrás de nosotras. Volví a explotar en llanto.
Soltó de mi brazo en el momento en que nos encontramos paradas frente al auto.
Me senté en el asiento trasero y observé por la ventana. Apreté mis dientes, evitando dejar escapar un grito, cuando lo vi aparecer a lo lejos. Corría como nunca antes lo había visto correr y agitaba inútilmente una mano haciendo señas.
Posé mis manos en la ventana y las deslicé al perder su imagen cuando mi madre puso en marcha el vehículo.
Llegamos a casa y como era de esperar, lo primero en hacer mi madre, fue en tomarme del mismo brazo y llevarme hasta la oficina de mi padre.
Despegó sus ojos del inmenso libro que sostenía en sus manos cuando las puertas de madera barnizada, con pequeñas ventanas de vidrio, se abrieron de par en par.
—____... —Susurró al verme.
Era de esperar que mis ojos rojos e hinchados le dieran a conocer los antecedentes.
— ¡Otra vez! Stephen, ¡Otra vez! —Exclamó mi madre alzando los brazos y dejándolos caer al segundo— Yo ya no se que hacer con esta muchachita, Stephen, no hay remedio —Ocultó su rostro amargado bajo sus manos temblorosas.
— ¿Qué sucedió, _____? —Los ojos penetrantes de mi padre, no me dejaban más opción que decir la verdad, aún así… la confianza era mayor.
Opté por agachar mi rostro, no quería hablar del tema, no quería recordarlo, ya había pasado por este tipo de situaciones y sabía muy bien que ahora era diferente, que las cosas habían empeorado.
—Mírame a los ojos, _____, y dime que es lo que pasó —Autoritario, pero sin indicios de reprensión.
Con cuidado, llevé mi rostro a lo alto y lo miré cuidadosamente.
—Salí… y… Louis y yo nos juntamos… nos vimos en el parque, padre —Musité la verdad y una lágrima corrió por mi mejilla.
Suspiró y retiró sus lentes de lectura, los dejó a un lado y posó sus manos encima del escritorio para entrelazar los dedos.
—Hemos discutido este tema varias veces, ____. Sabes muy bien que es lo que tu madre y yo opinamos respecto a ese muchacho —Si, lo sabía muy bien. ¡No hacían más que juzgarlo! ¿Y porqué? ¿Por qué su situación económica no era la misma de nosotros? ¡Al diablo con esas *******!
—Ustedes no lo conocen —Miré a mi madre de reojo y volví a mirar a mi padre.
—No necesitamos más información que la que ya tenemos, es el hijo de un hombre que busca trabajo día a día, sin futuro —Comentó mi madre. Era de esperarlo.
— ¡¿Y eso a mí que?! —Exclamé, ya había aguantado esto por mucho tiempo, era imposible seguir reteniéndolo en la boca— ¡Yo lo amo!
— ¡Ha! —Rió irónica— ¿Tu lo amas? ¡Por favor! ¡Solo tienes 17 años! No sabes nada sobre el amor —Reprochó mi madre, con los ojos ardiendo en lágrimas.
— ¡Se lo que es el amor, madre! ¡Eres tú la que no tiene idea sobre lo que es amar! Y ustedes dos son el ejemplo perfecto… ¡No ríen, no se miran, no conversan de otra cosa que no sea el dinero, no se tocan! ¡Nunca están juntos! —Sollocé y en ni un momento dejé caer mi rostro. Nunca había enfrentado a mi madre de esa manera y se sentía completamente extraño y… peligroso— El es un buen muchacho, padre —Busqué los ojos de mi progenitor y tragué saliva con los nervios de punta.
—Es un buen muchacho, ¡lo es! —Exclamó mi madre frustrada y creí imposible que cambiara tan repentinamente de opinión— Pero no la clase de joven que tú necesitas, ____, métetelo bien en la cabeza. ¿Qué hay del futuro? ¿Acaso planeas casarte con él, tener diez hijos y sin ni un centavo? ¿Es eso lo que quieres? ¿No tener nada? —Sus ojos comenzaban a empañarse, pero sus sentimientos, era lo que menos me importaban en estos momentos.
— ¡Dinero, dinero, dinero! —Exclamé— ¡Es lo único que les importa!
—Así que… ¿Lo amas, _____? —Musitó mi padre con tranquilidad y se acomodó en su gran asiento de cuero negro.
—Lo amo, papá, lo amo —Sentí caer nuevamente las lágrimas y corrí hacia él para abrazarlo y refugiarme en sus brazos.
—Será mejor que vayas a dormir, pensaré que es lo que podemos hacer —Me alejó delicadamente de él y besó mi frente.
Solo asentí y salí corriendo de la oficina.
Corrí por la gran escalera derecha de la casa, y sin detener el paso llegué a mi habitación. Cerré la puerta y no dudé en caminar hasta mi cama y hundirme entre los suaves cojines que la decoraban. Llorar era mi única escapatoria, por ahora.
Se dice que el dinero, lo material, puede llegar a hacerte muy feliz… y de hecho lo hacía, con mis padres, mis hermanos y el resto de mi familia, pero no conmigo. El dinero no compra el amor y por lo que tenía entendido, nadie de mi familia se casaba por amor, sino por el bienestar económico.
Ese tipo de cosas ya habían pasado de moda, eso era antes, cuando el trabajo de la mujer era servirle a su marido y depender de él, pero mis padres nunca lo entenderían.
Tres golpes en la puerta interrumpieron mi llanto y sequé en segundos mi rostro con mis manos.
Mi madre entró y cerró la puerta, aún no la miraba, pero debí suponer que ella al sentir sus elegantes tacones golpear la delicada madera flotante.
La sentí sentarse en la cama y planeé guardar silencio. Se merecía que la ignorara después de haber humillado a Louis en el parque.
—Tu padre a decido invitar a ese joven a la cena de mañana, así podremos juzgarlo bien ¿No crees? —Estaba tranquila y eso no era posible cuando hablaba sobre él.
Dejé de darle la espalda y me senté en la cama.
—Mañana es la cena familiar, vienen todos —La miré a los ojos y traté de descifrar que era lo que se traía entre manos.
—Así es. Será perfecto para que todos lo puedan conocer —Me sonrió.
—Está bien… —Susurré— Mamá… si solo le dieras…
—Mañana —Me interrumpió— mañana, al final de la cena, hablaremos ¿Entendido? —Se puso de pie y se acercó hasta besar mi frente, se alejó y se retiró de mi habitación.
No creo que él quisiera venir a una cena donde el único tema que importaba era la economía, el trabajo, las empresas y grandes toneladas de dinero que ganaban día a día… pero prefería a que estuviera presente y diera a conocer la maravillosa persona que era....
(Bueno aqui les dejo el primer capitulo, espero que les guste, SI NO COMENTAN NO SUBIRE EL SEGUNDO CAPITULO)
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Capitulo.- 2
Apenas mi madre me dejó a solas, estiré una mano hacia uno de los veladores y tomé el teléfono con temor… ¿Era realmente buena idea? Quizás si, quizás no… pero nada perdía con intentarlo.
— ¿Aló? —Contestaron del otro lado. Su madre.
—Señora Jay, soy yo, _____. ¿Está Louis en casa? —Aun era tiempo de arrepentirse, aún podía colgar.
— ¡Oh, cariño, eres tu! Si, espera unos segundos —Adoraba hablar con Jay, tan humilde, tan sincera, tan cariñosa… como desearía tener una madre así.
—Gracias —Susurré.
Escuché como dejaba el auricular a un lado y sus delicados pasos alejarse.
— ¡Louis! ¡___ está al teléfono! —Sonreí al escuchar su voz lejana llamar a mi enamorado.
En pocos segundos, se escucharon, a lo lejos, unos grandes pasos apresurados. La intensidad del sonido cada vez iba creciendo y pronto sentí cuando el auricular fue alzado.
—Hola —Incluso, por teléfono, su voz sonaba dulce y cariñosa.
—Lou —Volví a sonreír, esta vez, por inercia.
— ¿Cómo te fue? …Ya sabes… tus padres… —Cuestionó incómodo.
—Ya sabes. Quería pedirte una disculpa… todo lo que dijo mi madre… —Suspiré— Ella no te conoce, Louis.
—No te preocupes, está bien —Era increíble la manera de hacerme sentir segura.
—Louis… me preguntaba si… si tu… ¿Si tu quisieras cenar mañana por la noche aquí? Mis padres quieres… que te presentes formalmente —Estaba nerviosa, si. La respuesta más obvia era un no.
— ¿Ellos lo propusieron? —Entendía su reacción de sorpresa.
—Así es. Louis, no tienes que venir si te incomoda, lo entiendo —No quería seguir esperando una respuesta negativa.
—Estaré ahí —Extrañamente, su voz sonó entusiasmada.
— ¿Hablas enserio? —Sonreí sin poder creerlo— Pensé que dirías que no, ¡Esto es fabuloso! Mi familia entera podrá conocerte —Y ahora los ánimos volvían a mi cuerpo.
—No te preocupes, haría lo imposible para poder estar contigo sin algo… o alguien que lo impida. Te amo —Sentí un gran vuelco en mi corazón y se sentía hermoso al saber que era de alegría, felicidad… amor.
Su grado de ternura, de caballero, de sensibilidad, nadie podría compararlo
—Igual yo —Carcajeé con timidez y mordí mi labio inferior.
—Entonces… ¿Nos vemos mañana? —Con ánimos. Así me gustaba.
—Sip, a las ocho —Enredé y desenredé mi dedo en el cable espiral del teléfono, aún con la sonrisa estúpida de enamorada pegada en el rostro.
—Entonces… ya tengo que ir preparándome, tengo que encontrar algo decente que ponerme, quiero causar una buena impresión —Carcajeó nervioso, no estaba bromeando.
—Solo se tu mismo, te adorarán. Ya verás —Musité con sinceridad. Adoraba su forma de ser y no estaba en mis planes que cambiara para impresionar a mis estúpidos padres.
—Eso espero. Ya… debo irme, de verdad quiero lucir bien. Te amo —Volvió a dejarme con el corazón en la boca y bailé en sus palabras.
—También te amo —Musité deseando mirarlo a los ojos y sonrojarme al inundarme en ellos.
—Adiós —Y seguido de eso, un pitido entrecortado.
Los nervios, y a la misma vez, las ganas de verlo, comenzaban a comerme el estómago. Entrelacé los dedos de mis manos para rogarle a dios que todo saliera a la perfección.
Al día siguiente me levanté temprano, con la idea de organizar todo y mantenerme al tanto de los planes de mis padres.
Eran las 7:49 minutos… Ya no quedaba mucho tiempo y mi familia de a poco se veía completa dentro del gran comedor.
A pesar de que este tipo de cenas, me tenían conectada con mis tíos, primos, etc. Las odiaba. Se creían dueños del mundo y no tenían idea lo poca cosa que eran. Se jactaban de los increíbles vehículos que compraban… ¡Hasta los más pequeños hablaban de sus graciosos viajes! Y se sentía extraño ser la única persona en la casa que no pensara de la misma manera… pero nunca me arrepentiría de ser como soy.
Todos habían llegado y solo faltaba un invitado y el más importante, Louis.
— ¿Segura que tu noviecito vendrá? —Carcajeó con desinterés, una de mis primas.
—Si, si vendrá —Le sonreí con ironía. Tenía plena confianza en que el llegaría, tarde o temprano.
Segundos, minutos y nada.
—____, no podemos seguir esperando. Es hora de sentarse en la mesa. Hemos esperado lo suficiente —La voz fría y endurecida de mi madre, me frustró.
—Mamá, si solo esperamos unos segund… —Y mi rogativa fue interrumpida por el melodioso timbre— Debe ser él —Sonreí y me puse de pie para correr hacia la puerta.
Giré la manilla dorada y abrí la puerta. Ahí estaba… y no podía creer lo que veían mis ojos. Vestía de terno negro, camisa blanca y bien plancha, su corbata negra acomodada con elegancia… podía pasar como un magnate más, pero más que eso… sus maravillosos ojos azules parecidos a lo mas profundo del mar y casi invisible. Su piel me obligaba a elevar mi mano en el aire y acariciarla suavemente. Sus labios, lucían con ese tierno rosa pálido y con ese aire siempre presente a dulzura.
Su cabello, como siempre peinados hacia un lado y bailando entre el viento cálido de la noche, castaño y sedoso.
—Hola —Saludó dejando a mi exposición sus hermosa dentadura— Te traje esto —Estiró un hermoso ramo de flores blancas.
—Louis… son… son hermosas —Musité sin dejar de mirar el ramo entre mis manos, eran realmente preciosas— Muchas gracias —Y levanté la vista, para volver a perderme en sus ojos.
Tomé de su mano y lo hice entrar por primera vez a mi hogar.
—Wao… —Susurró sin dejar de mirar hacia todos lados— es maravillosa.
—Tu lo eres más —Carcajeé y sentí los nervios recorrer mi piel en el momento en que entrelacé sus dedos con los míos.
Caminamos hacia el comedor… y una vez dentro, todas las miradas presentes se clavaron en nosotros.
—Familia —Musité sonriente— el es Louis —Y me sentí orgullosa al saber que él era mi pareja.
Debieron de haber quedado impresionados al verlo tan elegante, de seguro esperaban a que llegara un muchacho con pantalones rotos, una camisa manchada y con aspecto desconfiante.
—Es un gusto poder al fin conocerlos —Musitó Louis y me sorprendió que lo hiciera.
—Igual para nosotros, Louis. Ven, vamos a sentarnos —Indicó mi padre con amabilidad.
La cena comenzó y sentía que toda la atención estaba centrada en Louis. La curiosidad por conocerlo abundaba por toneladas en cada mirada presente y sabía que tarde o temprano, comenzaría a molestarle.
—…Y cuéntame, Louis —Carraspeó uno de mis tíos al termino de beber un largo sorbo de champaña— ¿A que se dedican tus padres? —Y aquí vamos.
Louis levantó la vista y sonrió.
—Mi madre está dedicando tiempo a cuidar a mi hermana menos de 3 años y mi padre trabaja en una construcción —Musitó sin dudar ni un momento de lo que decía.
— ¡Ah! O sea… Es Ingeniero, ¿Arquitecto? —Lo miró expectante y todos clavaron las miradas en él.
—No, tiene un empleo de maestro en la construcción, por ahora —Sonrió y bebió un suave trago de su bebida dulce para refrescar su garganta.
—Oh… —Los ojos de cada persona bajaron a sus platos y siguieron comiendo, era obvio que no les interesaba.
____________________________________________________
COMENTEN SI LES GUSTAA Y SI QUIEREN QUE LA SIGAA :)
Apenas mi madre me dejó a solas, estiré una mano hacia uno de los veladores y tomé el teléfono con temor… ¿Era realmente buena idea? Quizás si, quizás no… pero nada perdía con intentarlo.
— ¿Aló? —Contestaron del otro lado. Su madre.
—Señora Jay, soy yo, _____. ¿Está Louis en casa? —Aun era tiempo de arrepentirse, aún podía colgar.
— ¡Oh, cariño, eres tu! Si, espera unos segundos —Adoraba hablar con Jay, tan humilde, tan sincera, tan cariñosa… como desearía tener una madre así.
—Gracias —Susurré.
Escuché como dejaba el auricular a un lado y sus delicados pasos alejarse.
— ¡Louis! ¡___ está al teléfono! —Sonreí al escuchar su voz lejana llamar a mi enamorado.
En pocos segundos, se escucharon, a lo lejos, unos grandes pasos apresurados. La intensidad del sonido cada vez iba creciendo y pronto sentí cuando el auricular fue alzado.
—Hola —Incluso, por teléfono, su voz sonaba dulce y cariñosa.
—Lou —Volví a sonreír, esta vez, por inercia.
— ¿Cómo te fue? …Ya sabes… tus padres… —Cuestionó incómodo.
—Ya sabes. Quería pedirte una disculpa… todo lo que dijo mi madre… —Suspiré— Ella no te conoce, Louis.
—No te preocupes, está bien —Era increíble la manera de hacerme sentir segura.
—Louis… me preguntaba si… si tu… ¿Si tu quisieras cenar mañana por la noche aquí? Mis padres quieres… que te presentes formalmente —Estaba nerviosa, si. La respuesta más obvia era un no.
— ¿Ellos lo propusieron? —Entendía su reacción de sorpresa.
—Así es. Louis, no tienes que venir si te incomoda, lo entiendo —No quería seguir esperando una respuesta negativa.
—Estaré ahí —Extrañamente, su voz sonó entusiasmada.
— ¿Hablas enserio? —Sonreí sin poder creerlo— Pensé que dirías que no, ¡Esto es fabuloso! Mi familia entera podrá conocerte —Y ahora los ánimos volvían a mi cuerpo.
—No te preocupes, haría lo imposible para poder estar contigo sin algo… o alguien que lo impida. Te amo —Sentí un gran vuelco en mi corazón y se sentía hermoso al saber que era de alegría, felicidad… amor.
Su grado de ternura, de caballero, de sensibilidad, nadie podría compararlo
—Igual yo —Carcajeé con timidez y mordí mi labio inferior.
—Entonces… ¿Nos vemos mañana? —Con ánimos. Así me gustaba.
—Sip, a las ocho —Enredé y desenredé mi dedo en el cable espiral del teléfono, aún con la sonrisa estúpida de enamorada pegada en el rostro.
—Entonces… ya tengo que ir preparándome, tengo que encontrar algo decente que ponerme, quiero causar una buena impresión —Carcajeó nervioso, no estaba bromeando.
—Solo se tu mismo, te adorarán. Ya verás —Musité con sinceridad. Adoraba su forma de ser y no estaba en mis planes que cambiara para impresionar a mis estúpidos padres.
—Eso espero. Ya… debo irme, de verdad quiero lucir bien. Te amo —Volvió a dejarme con el corazón en la boca y bailé en sus palabras.
—También te amo —Musité deseando mirarlo a los ojos y sonrojarme al inundarme en ellos.
—Adiós —Y seguido de eso, un pitido entrecortado.
Los nervios, y a la misma vez, las ganas de verlo, comenzaban a comerme el estómago. Entrelacé los dedos de mis manos para rogarle a dios que todo saliera a la perfección.
Al día siguiente me levanté temprano, con la idea de organizar todo y mantenerme al tanto de los planes de mis padres.
Eran las 7:49 minutos… Ya no quedaba mucho tiempo y mi familia de a poco se veía completa dentro del gran comedor.
A pesar de que este tipo de cenas, me tenían conectada con mis tíos, primos, etc. Las odiaba. Se creían dueños del mundo y no tenían idea lo poca cosa que eran. Se jactaban de los increíbles vehículos que compraban… ¡Hasta los más pequeños hablaban de sus graciosos viajes! Y se sentía extraño ser la única persona en la casa que no pensara de la misma manera… pero nunca me arrepentiría de ser como soy.
Todos habían llegado y solo faltaba un invitado y el más importante, Louis.
— ¿Segura que tu noviecito vendrá? —Carcajeó con desinterés, una de mis primas.
—Si, si vendrá —Le sonreí con ironía. Tenía plena confianza en que el llegaría, tarde o temprano.
Segundos, minutos y nada.
—____, no podemos seguir esperando. Es hora de sentarse en la mesa. Hemos esperado lo suficiente —La voz fría y endurecida de mi madre, me frustró.
—Mamá, si solo esperamos unos segund… —Y mi rogativa fue interrumpida por el melodioso timbre— Debe ser él —Sonreí y me puse de pie para correr hacia la puerta.
Giré la manilla dorada y abrí la puerta. Ahí estaba… y no podía creer lo que veían mis ojos. Vestía de terno negro, camisa blanca y bien plancha, su corbata negra acomodada con elegancia… podía pasar como un magnate más, pero más que eso… sus maravillosos ojos azules parecidos a lo mas profundo del mar y casi invisible. Su piel me obligaba a elevar mi mano en el aire y acariciarla suavemente. Sus labios, lucían con ese tierno rosa pálido y con ese aire siempre presente a dulzura.
Su cabello, como siempre peinados hacia un lado y bailando entre el viento cálido de la noche, castaño y sedoso.
—Hola —Saludó dejando a mi exposición sus hermosa dentadura— Te traje esto —Estiró un hermoso ramo de flores blancas.
—Louis… son… son hermosas —Musité sin dejar de mirar el ramo entre mis manos, eran realmente preciosas— Muchas gracias —Y levanté la vista, para volver a perderme en sus ojos.
Tomé de su mano y lo hice entrar por primera vez a mi hogar.
—Wao… —Susurró sin dejar de mirar hacia todos lados— es maravillosa.
—Tu lo eres más —Carcajeé y sentí los nervios recorrer mi piel en el momento en que entrelacé sus dedos con los míos.
Caminamos hacia el comedor… y una vez dentro, todas las miradas presentes se clavaron en nosotros.
—Familia —Musité sonriente— el es Louis —Y me sentí orgullosa al saber que él era mi pareja.
Debieron de haber quedado impresionados al verlo tan elegante, de seguro esperaban a que llegara un muchacho con pantalones rotos, una camisa manchada y con aspecto desconfiante.
—Es un gusto poder al fin conocerlos —Musitó Louis y me sorprendió que lo hiciera.
—Igual para nosotros, Louis. Ven, vamos a sentarnos —Indicó mi padre con amabilidad.
La cena comenzó y sentía que toda la atención estaba centrada en Louis. La curiosidad por conocerlo abundaba por toneladas en cada mirada presente y sabía que tarde o temprano, comenzaría a molestarle.
—…Y cuéntame, Louis —Carraspeó uno de mis tíos al termino de beber un largo sorbo de champaña— ¿A que se dedican tus padres? —Y aquí vamos.
Louis levantó la vista y sonrió.
—Mi madre está dedicando tiempo a cuidar a mi hermana menos de 3 años y mi padre trabaja en una construcción —Musitó sin dudar ni un momento de lo que decía.
— ¡Ah! O sea… Es Ingeniero, ¿Arquitecto? —Lo miró expectante y todos clavaron las miradas en él.
—No, tiene un empleo de maestro en la construcción, por ahora —Sonrió y bebió un suave trago de su bebida dulce para refrescar su garganta.
—Oh… —Los ojos de cada persona bajaron a sus platos y siguieron comiendo, era obvio que no les interesaba.
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COMENTEN SI LES GUSTAA Y SI QUIEREN QUE LA SIGAA :)
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Valeh † escribió:
Nueva lectora
Siguela:3 la ame *-*
HOLAAAA bienvenidaaaa!!!! me encanta que la amess :-w-: le seguire prontooo :bye: xx
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Capitulo.- 3
Louis solo sonrió incomodó y volvió a fijar su vista en el plato de comida.
Lo atacaron con una y otra pregunta, seguramente con el fin de hacerle saber que el no “Encajaba” en nuestra comunidad, en nuestra familia… en SUS vidas y debió de haber estado nervioso, pero en ningún momento titubeó. Yo no podía hacer más que admirar como sus labios se movían al entonar cada palabra, sus ojos pestañear una y otra vez, y de la prefecta manera en que esbozaba una sonrisa.
—Cuéntanos, Louis. ¿Qué es lo que haces? —Preguntó mi padre, acomodándose en la mesa.
Louis sonrió de costado y fijó la vista en mi progenitor.
—Estoy en el último año de escuela y he comenzado a ahorrar dinero para pronto entrar en la universidad —Se sentía orgulloso y no había porqué no.
— ¿Ahorras dinero? —Inquirió.
—Así es. Tengo un pequeño empleo, el cual me a servido para ayudar a mi familia, ahora todo el dinero se irá directo a los ahorros para la universidad —Carcajeó. Debía ser incómodo que alrededor de 14 personas desconocidas tuviesen la vista fija en uno.
—Disculpa la pregunta —Se integró uno de mis primos mayores— ¿Cuánto es lo que ganas? —Eso no era de su incumbencia.
Louis observó a todos con lentitud, ahora si que había silencio y debió de enterarse que ese tema, el dinero, era el que más importaba.
—Lavo los trastos en un restaurante de por aquí cerca, así que por mes me pagan unos $15.000 —Musitó con la frente en alto.
Las miradas comenzaron de ida y vuelta.
—Se que no es mucho… —Continuó— pero… creo que si no gasto ni un centavo, tendré lo suficiente y así continuaré —Sonrió, pero a nadie le importó y la conversación prosiguió entre el resto del grupo.
Dios, no podía creer tener una familia tan fría, déspota. Nunca podré entender cual fue el factor que me hizo ser diferentes a los demás y la verdad, era que no importaba, solo estaba agradecida de no ser una malcriada, orgullosa y juzgadora.
Posé delicadamente mi mano en su pierna izquierda y di pequeños y torpes golpecitos.
—Estoy muy orgullosa de ti, Lou —Le sonreí tratando de hacerle entender que no me importaba lo que pensara el resto— eres una gran persona.
Sus ojos se clavaron en los míos y sentí lo apenado que estaba. ¿Cómo podían herir sus sentimientos de esta manera? Quizás el no tenía la misma cantidad de dinero que mis padres, que mis tíos, familiares, pero tenía valores y eso era lo que más importaba.
La cena había finalizado y la mayoría comenzaba a retirarse, hasta que finalmente, quedaron; mis padres, Louis y yo.
—Ya puedes retirarte —Apareció mi madre en la sala principal— En pocos minutos serán las once de la noche. _____ tiene que descansar —La miré con disgusto.
—Son vacaciones, mamá —Argumenté sin dejar de mirarla fijo a los ojos.
—No, no… —Interrumpió Louis— Si es tarde y yo… yo ya debería irme —Sonrió poniéndose de pie.
—Pero Lou —Di un salto y frené su paso— No… aun no, no te vayas aún…
—_____, es suficiente —Soltó con frialdad, mi madre.
—Buenas noches, Señora Hewitt, fue un gusto haber compartido —Dirigió su vista a mi madre y se despidió con cortesía.
Tomé la mano de Louis y nos dirigimos en silencio hasta la puerta. Una vez en el portal, detuve su paso acelerado.
—Louis —Susurré— nos veremos mañana ¿Verdad? —Lo miré a los ojos, con los míos vidriosos, tenía una mala corazonada.
—Si… —Musitó con voz baja.
—Asegúramelo —Mis expresiones de rogación desaparecieron y fueron suplantadas por una desconfiada.
Rodó los ojos y me miró agotado.
—Te llamaré mañana —Se acercó hasta posar su mano en mi cuello y acercó pacíficamente sus labios a mi frente.
Lo miré angustiada y solté su brazo para dejarlo ir. Agitó distraídamente una mano y trotó hasta su vehículo gastado.
Esperé a que el auto se alejara y entré con la intención de correr hacia mi habitación y distraerme con algún tipo de estupidez, más en la puerta de mi cuarto, mi padre me esperaba con el rostro endurecido.
—Hay que hablar —Musitó e ingresó a mi cuarto, se dejó caer en el sillón y yo me quedé de pie frente a él— Tu madre y yo ya lo decidimos, _____ —Suspiró y agachó la vista.
— ¿Decidieron? ¿Qué decidieron? —Me crucé de brazos y enarqué una ceja.
—No volverás a ver a ese muchacho —Trasladó sus ojos desde la alfombra, hasta los míos.
— ¡¿Qué?! —Exclamé sorprendida, pensé que había una esperanza de hacerlos cambiar de opinión— ¡No pueden hacerme esto! —Los latidos rápidos de mi corazón, una presión fuerte ejerciendo en mi pecho y los ojos comenzándose a hundirse en lágrimas, solo indicaba que explotaría en llanto.
—No hay nada más que decir —Alzó la voz ante mi actitud— ya está decidido. No lo volverás a ver y punto. No queremos que nuestra hija termine en una choza con un hombre que ganará el resto de su vida unos míseros pesos —Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta
— ¡USTEDES NO TIENEN IDEA! —Grité desesperada— ¡NO PUEDEN SEPARARNOS! ¡SIMPLEMENTE NO PUEDEN! ¡Y YA ENTIENDO PORQUÉ NO LO ACEPTAN! ¡PORQUE NO ES UNA PERSONA FALSA Y LLENA DE MENTIRAS COMO USTEDES LO SON! —Si, había explotado y había dicho de una vez lo que pensaba respecto a mi familia. Personas que se ahogaban en mentiras.
Mi padre se volteó furioso.
— ¡No queremos una basura en la familia! —Exclamó.
— ¡La única basura que hay en este lugar son ustedes! —Grité pateando fuertemente el piso.
— ¡Estás castigada! ¡Ahora ni pienses en salir, ni con tus amigas, ni con nadie! Te quedarás encerrada en tu habitación durante dos semanas ¿Entendido? —Me apuntó con un dedo acusador.
— ¡GENIAL! —Grité entre llanto, odio, rabia y amargura— ¡Mientras más alejada de ustedes esté! ¡Mi vida es perfecta! —Corrí sin esperar más respuesta hasta mi cama y me dejé caer.
Pasos furiosos y un gran portazo dieron el final de la discusión. Ahora el único sonido presente eran mis sollozos interminables y dolorosos.
Nadie, nadie en el mundo podría separarme de él, lo amaba y eso era lo suficiente para mantenerme junto a él, siempre.
Tenía que hacer algo, no podía quedarme de brazos cruzados… y debía de actuar ahora ya… o sino… después sería demasiado tarde
Capitulo.- 4
Con la rabia latiendo agitadamente en mi corazón, tomé mi celular y tecleé rápidamente la alarma, reprogramé y dejé un horario pendiente: 3:30 de la madrugada.
Sabía muy bien lo que tenía en mente y no había manera de que me arrepintiera.
Busqué entre mi closet una de las maletas más amplias y al tener una en mano, saqué gran cantidad de ropa, sin importar que prendas fueran, solo importaba que cayera la mayor cantidad posible.
Tomé un bolso de menor tamaño para cosas básicas, como sepillo de dientes, un sepillo para el cabello, perfume, maquillaje y todo ese tipo de cosas necesarias para una mujer.
Al terminar de empacar todo lo esencial, dejé mi abrigo, maltea y bolso de mano, bajo la cama. Apagué la luz y me escondí bajo las suaves frazadas de mi cama vestida de pies a cabeza, no había tiempo que perder. Ahora solo quedaba que Louis aceptara.
La delicada melodía de la alarma vibró bajo la cabecera, logrando que mis ojos se abrieran de par en par. Dormida, estaba concientemente para el momento.
Tiré las sabanas hacia atrás y moldeé un bulto, con sábanas gruesas, bajo las frazadas, lo que reemplazaría mi cuerpo.
Me abrigué y salí de la habitación pretendiendo ser silenciosa y cuidadosa. Los pasillos y todo rincón, permanecían en plena oscuridad, por lo que con mayor razón debía tener cuidado.
Hice un gran esfuerzo al bajar las escaleras. Era uno de esos momentos en que los escalones parecían ser interminables y debía permanecer con los dientes apretados para evitar un quejido o un jadeo de cansancio.
Al llegar frente a la puerta principal, me acerqué hacia la mesita de un lado y tomé el lápiz y un pequeño bloc de notas para anotar:
“Gracias por enseñarme los dos tipos de mundos. Uno donde existe la frialdad, la avaricia, el dolor, donde no hay sentimientos, al que pertenecen ustedes. Y el otro donde la gente tiene corazón, donde lo importante es ser como eres, donde la gente si tiene valor. Donde pertenece mi corazón.
Estaré bien y ustedes también lo estarán. No pierdan tiempo en buscar a Julieta y busquen en sus interiores la clase de personas que son.
Con amor, ______"
Desprendí la lámina y pegué el adhesivo de esta en la puerta. Giré la manilla y salí del frío hogar.
Podía tomar mi auto, pero podría ser un camino fácil para que mis padres pudieran localizarme, así que preferí salir del territorio y caminar por la oscura calle esperando a que un taxi, cual no tardó en pasar.
Di la dirección y miré hacia atrás asegurándome de que el vehículo de mi padre no viniera en persecución.
Me pareció un viaje interminable y las lágrimas de angustia no tardaron en aparecer. No por dejar mi hogar, ni por dejar a mis padres… si no por haber nacido con unos padres tan desgraciados. Nunca lograrían entenderme y yo por más que tratara de entrar en sus mentes y ver las cosas con sus ojos, era imposible.
El amable chofer me dejó a las afueras de la casa de Louis, me ayudó con la maleta y se marchó apenas di unos cuantos pasos.
Tomé mi celular y marqué el número de mi amado, no quería interrumpir el sueño de todos.
— ¿Aló? ¿_____? —Se preguntó extrañado.
—_____—Sollocé frente a la puerta de su casa.
— ¡Dios! Linda, ¿Qué sucede? —Su voz se entonó preocupada y era de esperarlo ¿Por qué lo llamaría a las 3:56 de la mañana?
—Louis… estoy en la puerta de tu casa —Musité con un nudo soportando en mi garganta, tratando de encerrarlo y no dejarlo escapar, pero cada vez era más intenso.
— ¡¿Qué?! —Exclamó sorprendido— Espera unos segundos.
Louis dio fin a la llamada y guardé mi celular en el bolsillo de mi abrigo. A los cortos minutos, la puerta en frente a mí se abrió y Louis no hizo más que abrazarme con preocupación.
—____ ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿No viniste en auto? —Miró distraído detrás de mí— ¿Te das cuenta de la hora que es? Pudo haberte sucedido algo ¿Quién te trajo? ¿Eh? —Estaba desconcertado y eso mismo lo llevaba a un interrogatorio de mil preguntas.
—Tenemos que irnos, Louis —Sollocé buscando su mirada.
Sus ojos inquietos se apaciguaron al encontrarse con los míos y tomó mi rostro entre sus manos para llevar sus labios hasta mi frente y depositar un tierno y tranquilo beso.
— ¿De que estás hablando? —Me miró confundido y sonrió de costado, aún sin entender.
—Louis, necesitamos irnos, ya. Te explicaré luego que es lo que sucede, ahora… necesito que tomes tus cosas y nos vayamos al lugar más lejos que conozcas y el menos probable para una búsqueda —Sollocé.
— ¡¿Te escapaste?! — ¿Es enserio?
— ¿Tu que crees? —Dije nerviosa, necesitábamos irnos luego, antes de que mis padres se percataran de que los había dejado.
—Dios… —Se llevó una mano a la frente y suspiró— entiendo… —Me sonrió llenándome de confianza y me abrazó una vez más— vamos adentro, te tomarás un café mientras empaco mis cosas —Besó nuevamente mi frente y entramos a su cálido y hogareña casa.
Había tenido pocas oportunidades de visitarlo, pero los recuerdos eran maravillosos. Nunca me había sentido tan cómoda, la familia de Louis era espectacular.
Me invitó a pasar a la cocina, me corrió la silla para que me sentara y se preocupó de servirme un café a temperatura para regular lo frío que estaba la mía.
—Esperarme aquí ¿Si? —Sonrió y solo asentí con la cabeza mientras soplaba torpemente la taza con líquido ardiendo.
Jugué con la cuchara dentro de la taza una y otra vez. Nunca había tenido una decisión tan importante como esta en mi vida y no me arrepentía. Nadie podría arrebatarme al amor de mi vida.
Apresurados pasos se escucharon desde la escalera y presté atención en la puerta, esperando a que Louis apareciera vestido y con una maleta en la mano, preparado para salir a un viaje sin rumbo, más me sorprendí al ver a Jay.
— ¡Cariño! —Sonrió, pero aún así con un dejo de preocupación. Se acercó, rodeó mi cuerpo con sus cálidos brazos en un dulce abrazo y se alejó para mirarme con aprensión.
—Buenas… noches señora Tomlinson, lamento haberla despertado —Musité incómoda.
— ¡Ay mi niña! Sabes que puedes llamarme Jay—Corrió una silla y se sentó para mirarme con los ojos de una madre preocupada.
Solo sonreí y volví a jugar con la cuchara.
—Cariño —Acarició mi mano reposada en la mesa— ¿Estás segura de que es esto lo que quieres? —Me sonrió comprensiva.
Solo asentí y devolví la sonrisa.
—Tus padres. Sabes que harán hasta lo imposible para encontrarte.
—Lo sé, pero hagan lo que hagan… no pueden… no pueden alejarme de él —Sonreí con melancolía.
—Linda, un amor fuerte como el de tu y Lou los mantendrá unidos siempre, incluso cuando ya no se soporten —Carcajeó— Cuídense —Suspiró y extendió los brazos.
Mis ojos se cubrieron de lágrimas. No quería arrebatarle a su hijo, pero era la única salida. Amaba a Jay, creo que si su hijo no fuera el chico de quien me había enamorado, le habría pedido que me adoptase.
Me acerqué y dejé que sus brazos protectores me rodearan. Un abrazo maternal y confiable era lo que necesitaba.
— ¿Estás lista? —Escuché su voz aparecer con un eco en la cocina silenciosa.
Deshicimos el abrazo y Jay se puso de pie, caminó hacia uno de los cajones de la cocina y sacó un par de llaves.
—Tenlas. Son las llaves del auto de tu tío y las llaves de la casa de tu abuela, no lleves tu vehículo —Musitó acercándose a Louis.
Él solo sonrió y abrazo a su madre con intensidad.
—Te amo —Susurró ella.
—Igual yo —Sonrió él al alejarse.
Como desearía tener una relación así con mis padres… si la tuviera… todo esto no estaría pasando.
_____________________________________________________
Que mas pasaraa?? :jajajaj: quieren saber comenten y asi la sigooo besos :bye: xx
Louis solo sonrió incomodó y volvió a fijar su vista en el plato de comida.
Lo atacaron con una y otra pregunta, seguramente con el fin de hacerle saber que el no “Encajaba” en nuestra comunidad, en nuestra familia… en SUS vidas y debió de haber estado nervioso, pero en ningún momento titubeó. Yo no podía hacer más que admirar como sus labios se movían al entonar cada palabra, sus ojos pestañear una y otra vez, y de la prefecta manera en que esbozaba una sonrisa.
—Cuéntanos, Louis. ¿Qué es lo que haces? —Preguntó mi padre, acomodándose en la mesa.
Louis sonrió de costado y fijó la vista en mi progenitor.
—Estoy en el último año de escuela y he comenzado a ahorrar dinero para pronto entrar en la universidad —Se sentía orgulloso y no había porqué no.
— ¿Ahorras dinero? —Inquirió.
—Así es. Tengo un pequeño empleo, el cual me a servido para ayudar a mi familia, ahora todo el dinero se irá directo a los ahorros para la universidad —Carcajeó. Debía ser incómodo que alrededor de 14 personas desconocidas tuviesen la vista fija en uno.
—Disculpa la pregunta —Se integró uno de mis primos mayores— ¿Cuánto es lo que ganas? —Eso no era de su incumbencia.
Louis observó a todos con lentitud, ahora si que había silencio y debió de enterarse que ese tema, el dinero, era el que más importaba.
—Lavo los trastos en un restaurante de por aquí cerca, así que por mes me pagan unos $15.000 —Musitó con la frente en alto.
Las miradas comenzaron de ida y vuelta.
—Se que no es mucho… —Continuó— pero… creo que si no gasto ni un centavo, tendré lo suficiente y así continuaré —Sonrió, pero a nadie le importó y la conversación prosiguió entre el resto del grupo.
Dios, no podía creer tener una familia tan fría, déspota. Nunca podré entender cual fue el factor que me hizo ser diferentes a los demás y la verdad, era que no importaba, solo estaba agradecida de no ser una malcriada, orgullosa y juzgadora.
Posé delicadamente mi mano en su pierna izquierda y di pequeños y torpes golpecitos.
—Estoy muy orgullosa de ti, Lou —Le sonreí tratando de hacerle entender que no me importaba lo que pensara el resto— eres una gran persona.
Sus ojos se clavaron en los míos y sentí lo apenado que estaba. ¿Cómo podían herir sus sentimientos de esta manera? Quizás el no tenía la misma cantidad de dinero que mis padres, que mis tíos, familiares, pero tenía valores y eso era lo que más importaba.
La cena había finalizado y la mayoría comenzaba a retirarse, hasta que finalmente, quedaron; mis padres, Louis y yo.
—Ya puedes retirarte —Apareció mi madre en la sala principal— En pocos minutos serán las once de la noche. _____ tiene que descansar —La miré con disgusto.
—Son vacaciones, mamá —Argumenté sin dejar de mirarla fijo a los ojos.
—No, no… —Interrumpió Louis— Si es tarde y yo… yo ya debería irme —Sonrió poniéndose de pie.
—Pero Lou —Di un salto y frené su paso— No… aun no, no te vayas aún…
—_____, es suficiente —Soltó con frialdad, mi madre.
—Buenas noches, Señora Hewitt, fue un gusto haber compartido —Dirigió su vista a mi madre y se despidió con cortesía.
Tomé la mano de Louis y nos dirigimos en silencio hasta la puerta. Una vez en el portal, detuve su paso acelerado.
—Louis —Susurré— nos veremos mañana ¿Verdad? —Lo miré a los ojos, con los míos vidriosos, tenía una mala corazonada.
—Si… —Musitó con voz baja.
—Asegúramelo —Mis expresiones de rogación desaparecieron y fueron suplantadas por una desconfiada.
Rodó los ojos y me miró agotado.
—Te llamaré mañana —Se acercó hasta posar su mano en mi cuello y acercó pacíficamente sus labios a mi frente.
Lo miré angustiada y solté su brazo para dejarlo ir. Agitó distraídamente una mano y trotó hasta su vehículo gastado.
Esperé a que el auto se alejara y entré con la intención de correr hacia mi habitación y distraerme con algún tipo de estupidez, más en la puerta de mi cuarto, mi padre me esperaba con el rostro endurecido.
—Hay que hablar —Musitó e ingresó a mi cuarto, se dejó caer en el sillón y yo me quedé de pie frente a él— Tu madre y yo ya lo decidimos, _____ —Suspiró y agachó la vista.
— ¿Decidieron? ¿Qué decidieron? —Me crucé de brazos y enarqué una ceja.
—No volverás a ver a ese muchacho —Trasladó sus ojos desde la alfombra, hasta los míos.
— ¡¿Qué?! —Exclamé sorprendida, pensé que había una esperanza de hacerlos cambiar de opinión— ¡No pueden hacerme esto! —Los latidos rápidos de mi corazón, una presión fuerte ejerciendo en mi pecho y los ojos comenzándose a hundirse en lágrimas, solo indicaba que explotaría en llanto.
—No hay nada más que decir —Alzó la voz ante mi actitud— ya está decidido. No lo volverás a ver y punto. No queremos que nuestra hija termine en una choza con un hombre que ganará el resto de su vida unos míseros pesos —Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta
— ¡USTEDES NO TIENEN IDEA! —Grité desesperada— ¡NO PUEDEN SEPARARNOS! ¡SIMPLEMENTE NO PUEDEN! ¡Y YA ENTIENDO PORQUÉ NO LO ACEPTAN! ¡PORQUE NO ES UNA PERSONA FALSA Y LLENA DE MENTIRAS COMO USTEDES LO SON! —Si, había explotado y había dicho de una vez lo que pensaba respecto a mi familia. Personas que se ahogaban en mentiras.
Mi padre se volteó furioso.
— ¡No queremos una basura en la familia! —Exclamó.
— ¡La única basura que hay en este lugar son ustedes! —Grité pateando fuertemente el piso.
— ¡Estás castigada! ¡Ahora ni pienses en salir, ni con tus amigas, ni con nadie! Te quedarás encerrada en tu habitación durante dos semanas ¿Entendido? —Me apuntó con un dedo acusador.
— ¡GENIAL! —Grité entre llanto, odio, rabia y amargura— ¡Mientras más alejada de ustedes esté! ¡Mi vida es perfecta! —Corrí sin esperar más respuesta hasta mi cama y me dejé caer.
Pasos furiosos y un gran portazo dieron el final de la discusión. Ahora el único sonido presente eran mis sollozos interminables y dolorosos.
Nadie, nadie en el mundo podría separarme de él, lo amaba y eso era lo suficiente para mantenerme junto a él, siempre.
Tenía que hacer algo, no podía quedarme de brazos cruzados… y debía de actuar ahora ya… o sino… después sería demasiado tarde
Capitulo.- 4
Con la rabia latiendo agitadamente en mi corazón, tomé mi celular y tecleé rápidamente la alarma, reprogramé y dejé un horario pendiente: 3:30 de la madrugada.
Sabía muy bien lo que tenía en mente y no había manera de que me arrepintiera.
Busqué entre mi closet una de las maletas más amplias y al tener una en mano, saqué gran cantidad de ropa, sin importar que prendas fueran, solo importaba que cayera la mayor cantidad posible.
Tomé un bolso de menor tamaño para cosas básicas, como sepillo de dientes, un sepillo para el cabello, perfume, maquillaje y todo ese tipo de cosas necesarias para una mujer.
Al terminar de empacar todo lo esencial, dejé mi abrigo, maltea y bolso de mano, bajo la cama. Apagué la luz y me escondí bajo las suaves frazadas de mi cama vestida de pies a cabeza, no había tiempo que perder. Ahora solo quedaba que Louis aceptara.
La delicada melodía de la alarma vibró bajo la cabecera, logrando que mis ojos se abrieran de par en par. Dormida, estaba concientemente para el momento.
Tiré las sabanas hacia atrás y moldeé un bulto, con sábanas gruesas, bajo las frazadas, lo que reemplazaría mi cuerpo.
Me abrigué y salí de la habitación pretendiendo ser silenciosa y cuidadosa. Los pasillos y todo rincón, permanecían en plena oscuridad, por lo que con mayor razón debía tener cuidado.
Hice un gran esfuerzo al bajar las escaleras. Era uno de esos momentos en que los escalones parecían ser interminables y debía permanecer con los dientes apretados para evitar un quejido o un jadeo de cansancio.
Al llegar frente a la puerta principal, me acerqué hacia la mesita de un lado y tomé el lápiz y un pequeño bloc de notas para anotar:
“Gracias por enseñarme los dos tipos de mundos. Uno donde existe la frialdad, la avaricia, el dolor, donde no hay sentimientos, al que pertenecen ustedes. Y el otro donde la gente tiene corazón, donde lo importante es ser como eres, donde la gente si tiene valor. Donde pertenece mi corazón.
Estaré bien y ustedes también lo estarán. No pierdan tiempo en buscar a Julieta y busquen en sus interiores la clase de personas que son.
Con amor, ______"
Desprendí la lámina y pegué el adhesivo de esta en la puerta. Giré la manilla y salí del frío hogar.
Podía tomar mi auto, pero podría ser un camino fácil para que mis padres pudieran localizarme, así que preferí salir del territorio y caminar por la oscura calle esperando a que un taxi, cual no tardó en pasar.
Di la dirección y miré hacia atrás asegurándome de que el vehículo de mi padre no viniera en persecución.
Me pareció un viaje interminable y las lágrimas de angustia no tardaron en aparecer. No por dejar mi hogar, ni por dejar a mis padres… si no por haber nacido con unos padres tan desgraciados. Nunca lograrían entenderme y yo por más que tratara de entrar en sus mentes y ver las cosas con sus ojos, era imposible.
El amable chofer me dejó a las afueras de la casa de Louis, me ayudó con la maleta y se marchó apenas di unos cuantos pasos.
Tomé mi celular y marqué el número de mi amado, no quería interrumpir el sueño de todos.
— ¿Aló? ¿_____? —Se preguntó extrañado.
—_____—Sollocé frente a la puerta de su casa.
— ¡Dios! Linda, ¿Qué sucede? —Su voz se entonó preocupada y era de esperarlo ¿Por qué lo llamaría a las 3:56 de la mañana?
—Louis… estoy en la puerta de tu casa —Musité con un nudo soportando en mi garganta, tratando de encerrarlo y no dejarlo escapar, pero cada vez era más intenso.
— ¡¿Qué?! —Exclamó sorprendido— Espera unos segundos.
Louis dio fin a la llamada y guardé mi celular en el bolsillo de mi abrigo. A los cortos minutos, la puerta en frente a mí se abrió y Louis no hizo más que abrazarme con preocupación.
—____ ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿No viniste en auto? —Miró distraído detrás de mí— ¿Te das cuenta de la hora que es? Pudo haberte sucedido algo ¿Quién te trajo? ¿Eh? —Estaba desconcertado y eso mismo lo llevaba a un interrogatorio de mil preguntas.
—Tenemos que irnos, Louis —Sollocé buscando su mirada.
Sus ojos inquietos se apaciguaron al encontrarse con los míos y tomó mi rostro entre sus manos para llevar sus labios hasta mi frente y depositar un tierno y tranquilo beso.
— ¿De que estás hablando? —Me miró confundido y sonrió de costado, aún sin entender.
—Louis, necesitamos irnos, ya. Te explicaré luego que es lo que sucede, ahora… necesito que tomes tus cosas y nos vayamos al lugar más lejos que conozcas y el menos probable para una búsqueda —Sollocé.
— ¡¿Te escapaste?! — ¿Es enserio?
— ¿Tu que crees? —Dije nerviosa, necesitábamos irnos luego, antes de que mis padres se percataran de que los había dejado.
—Dios… —Se llevó una mano a la frente y suspiró— entiendo… —Me sonrió llenándome de confianza y me abrazó una vez más— vamos adentro, te tomarás un café mientras empaco mis cosas —Besó nuevamente mi frente y entramos a su cálido y hogareña casa.
Había tenido pocas oportunidades de visitarlo, pero los recuerdos eran maravillosos. Nunca me había sentido tan cómoda, la familia de Louis era espectacular.
Me invitó a pasar a la cocina, me corrió la silla para que me sentara y se preocupó de servirme un café a temperatura para regular lo frío que estaba la mía.
—Esperarme aquí ¿Si? —Sonrió y solo asentí con la cabeza mientras soplaba torpemente la taza con líquido ardiendo.
Jugué con la cuchara dentro de la taza una y otra vez. Nunca había tenido una decisión tan importante como esta en mi vida y no me arrepentía. Nadie podría arrebatarme al amor de mi vida.
Apresurados pasos se escucharon desde la escalera y presté atención en la puerta, esperando a que Louis apareciera vestido y con una maleta en la mano, preparado para salir a un viaje sin rumbo, más me sorprendí al ver a Jay.
— ¡Cariño! —Sonrió, pero aún así con un dejo de preocupación. Se acercó, rodeó mi cuerpo con sus cálidos brazos en un dulce abrazo y se alejó para mirarme con aprensión.
—Buenas… noches señora Tomlinson, lamento haberla despertado —Musité incómoda.
— ¡Ay mi niña! Sabes que puedes llamarme Jay—Corrió una silla y se sentó para mirarme con los ojos de una madre preocupada.
Solo sonreí y volví a jugar con la cuchara.
—Cariño —Acarició mi mano reposada en la mesa— ¿Estás segura de que es esto lo que quieres? —Me sonrió comprensiva.
Solo asentí y devolví la sonrisa.
—Tus padres. Sabes que harán hasta lo imposible para encontrarte.
—Lo sé, pero hagan lo que hagan… no pueden… no pueden alejarme de él —Sonreí con melancolía.
—Linda, un amor fuerte como el de tu y Lou los mantendrá unidos siempre, incluso cuando ya no se soporten —Carcajeó— Cuídense —Suspiró y extendió los brazos.
Mis ojos se cubrieron de lágrimas. No quería arrebatarle a su hijo, pero era la única salida. Amaba a Jay, creo que si su hijo no fuera el chico de quien me había enamorado, le habría pedido que me adoptase.
Me acerqué y dejé que sus brazos protectores me rodearan. Un abrazo maternal y confiable era lo que necesitaba.
— ¿Estás lista? —Escuché su voz aparecer con un eco en la cocina silenciosa.
Deshicimos el abrazo y Jay se puso de pie, caminó hacia uno de los cajones de la cocina y sacó un par de llaves.
—Tenlas. Son las llaves del auto de tu tío y las llaves de la casa de tu abuela, no lleves tu vehículo —Musitó acercándose a Louis.
Él solo sonrió y abrazo a su madre con intensidad.
—Te amo —Susurró ella.
—Igual yo —Sonrió él al alejarse.
Como desearía tener una relación así con mis padres… si la tuviera… todo esto no estaría pasando.
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Que mas pasaraa?? :jajajaj: quieren saber comenten y asi la sigooo besos :bye: xx
Última edición por isabella11 el Vie 19 Jul 2013, 10:52 am, editado 1 vez
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Nueva lectora!!!
Me ha encantado tu nove...
Tienes que seguirla,si necesitas chicas me dices,eh?
Tu nove es como un pastel de chocolate para mi es hermosa con un toque de sabroso y chocolatoso.
ATT:Gaby
Me ha encantado tu nove...
Tienes que seguirla,si necesitas chicas me dices,eh?
Tu nove es como un pastel de chocolate para mi es hermosa con un toque de sabroso y chocolatoso.
ATT:Gaby
♥Gaby♥
Re: Me without you (Louis y tu)
GabyMalikConMuchoStyle escribió: Nueva lectora!!!
Me ha encantado tu nove...
Tienes que seguirla,si necesitas chicas me dices,eh?
Tu nove es como un pastel de chocolate para mi es hermosa con un toque de sabroso y chocolatoso.
ATT:Gaby
Holaa Bienvenidaaa
Que bueno que te encanteee, sabes como nadie comentaba la iba a quitar porque no sabia si les gustaba :(
Si necesito te aviso ok?
hahahaha y que ricooo pastel de chocolatee:ilusion: hahahaha
Ya la sigo por ti pondre el otro cap :) :bye: xx
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Capitulo.- 5
— ¿Estás lista? —Musitó Louis mientras deshacía el abrazo.
Asentí y me puse de pie. Estaba más que preparada para enfrentarme a una nueva vida y a la que de verdad necesitaba.
Me estiró una mano y acepté gustosa. Jay nos miró con cariño y con un dejo de tristeza, lo entendía, arrebataba de un día para otro a su hijo.
—Cuídala, Louis —Lo apuntó con una carcajada melancólica.
Ambos carcajeamos y Louis me miró negando suavemente mientras arrugaba la nariz de forma graciosa.
Nos despedimos una vez más de Jay y salimos de la casa en silencio. A decir verdad, los dos estábamos de alguna manera nerviosos. Todo esto era arriesgado, pero él, al igual que yo, estaba dispuesto a hacer lo necesario con tal de no separarnos.
—Tus estudios… —Musitó en medio de la silenciosa calle oscura y tenebrosa.
— ¿Qué sucede con eso? —Levanté mi vista hacia un lado para observar su perfil.
—Los dejarás y… estoy preocupado —Me miró con los ojos serios y reprendedores.
—Tranquilo, volveré a tomarlos. Aún no planeo como… pero ya me preocuparé de ello —Le sonreí, más el suspiró.
Omití comentarios y seguimos caminando en rumbo a la casa de si tío, la cual al parecer estaba vacía y Louis sacaría el auto.
No quedaba mucho camino y no me percaté cuando ya estábamos dentro de un vehículo antiguo, pero cuidado como uno nuevo.
Louis puso el auto en marcha y a la vez que el motor sonó, mi corazón se aceleró junto a este.
Debió de haberlo notado, por lo que acarició mi mejilla y se acercó hasta capturar mis labios con suavidad.
—No tienes porqué arriesgarte así —Musitó rozando suavemente sus dedos en mi mejilla.
—Nunca había estado más segura en mi vida —Le sonreí con la finalidad de entregarle confianza.
El viaje se ponía en marcha y no tuve interés en mirar hacía atrás y recordar el camino que dejábamos, era mucho mejor y más confortable mirar hacia delante y saber que todo estaría bien.
— ¿Por qué la decisión? —Preguntó en medio del silencio.
—Deberías saberlo mejor que nadie —Lo miré con tristeza.
—Lo sé, pero quiero saberlo con lujo y detalle —Sonrió de costado.
—Mis padres… se pusieron de acuerdo en no dejarme verte nunca más… ¿Crees que lo soportaría? —Bufé recordando la discusión con mi padre— quizás hubiéramos podido vernos a escondidas, pero sería como una vez cada mil semanas… las cosas no hubieran funcionado y… no quiero perderte —Mis ojos se cubrieron de lágrimas al instante en que me imaginé una vida sin él. Sola y de seguro con la clase de gente que detestaba, altanera y pedante.
Se hundió en mis ojos y sonrió con cariño y comprensibilidad.
—Y yo no sabría que hacer sin ti, no más que morir —Suspiró y no pude evitar sonreír. Sorprendentemente, él era la única persona que me hacía sonreír desde el corazón, sentir esa sensación de cosquillosas mariposas por todo el estómago, esa sensación de elevarte en el aire y no bajar más del cielo.
Optamos por dejar el tema de lado y charlar sobre nuestro nuevo proyecto de vida. Sería difícil e iba a llevar mucho trabajo de parte de los dos, pero sabíamos que no caeríamos y lucharíamos para seguir adelante.
No había puesto atención al paisaje que nos rodeaba por un largo rato, hasta que me di cuenta que los edificios, casas y todo rastro de civilización se habían esfumado y ya no había más que un camino de tierra detrás y frente a nosotros.
— ¿Hacia donde queda la casa de tu abuela? —Musité mirando hacia los alrededores. La profundidad del bosque daba escalofríos.
—No queda mucho —Carcajeó.
¿Por qué se reía?
— ¿Qué es lo gracioso? —Investigué sin abandonar una sonrisa extrañada en los labios.
—De que la oscuridad de la noche te da miedo, de que no te has dado cuenta de todo lo que hemos viajado y de que cada vez me voy enamorando más de ti —Sonrió dulce, me miró fugaz y reenvió sus ojos hacia el frente.
¿Acaso mencioné que era la persona más hermosa, tierna, cariñosa, sencilla que había conocido?
—Si, si me da miedo, segundo, tienes razón, no tengo idea de donde estamos y tercero… eres adorable —Carcajeé y seguí con la vista perdida en su perfecto perfil.
Mirar hacia delante y ver como los focos del auto alumbraban el terrorífico camino de tierra, en medio de la oscuridad absoluta, me hacía sentir en uno de esos documentales, donde el joven lleva a su chica a una casa vieja y abandonada, lugar donde no faltan los sucesos paranormales.
—El lugar de día es hermoso, así que no nos aburriremos. Por eso mi abuela prefirió quedarse aquí, veníamos a visitarla todos los fines de semana —Musitó pacífico, de seguro recordaba viejos y buenos tiempos.
— ¿Ya no vienen? —Curioseé.
—Ya no tan seguido desde… que falleció —Me miró y sonrió apenado.
—Oh… yo… lo lamento —Sentí que no debía de haber husmeado mucho.
—No te preocupes, ella sigue estando con nosotros —Suspiró— los humanos somos egoístas, sabemos que la persona descansa en plena paz y está en el más grande paraíso, pero preferimos tenerla a nuestro lado —Comentó.
—Tienes razón —Le sonreí.
Entre charla y charla, la casa por fin apareció y yo creyendo en que sería una casa abandonada, como la de las películas, me encontré con una hermosa casa pintada rosa, con ventanas de madera barnizada y un balcón para salir a tomar el sol y sentarse en una banca de madera.
—Es hermosa —Susurré aún observándola a través de la ventana.
—Mis tíos vienen a mantenerla, no quieren que se derrumbe, no un recuerdo como este… —Sonrió emocionado de volver y se bajó del auto en busca de las maletas.
Lo acompañé y me vi ansiosa de entrar pronto. Creo que me sorprendí al entrar, todo tan ordenando, todo tan limpio y tan bien decorado… ya no daba miedo, era muy parecido a visitar una casita de muñecas.
—Es muy acogedor —Sonreí dejando las maletas en el suelo.
—Lo es —Carcajeó— Es por eso que adoro venir aquí. Con Zayn venimos a veces y recordamos esos años en que éramos unos bebes. No preguntes por Harry, está muy “ocupado” con su vida atareada en la ciudad —Rió. Me había comentado veces anteriores que Harry era una de esas personas que trabajan duro.
—Ven, sígueme —Dejó los recuerdos a un lado y se encaminó por las escaleras, por donde seguí su paso acelerado.
Era un segundo piso pequeño, tres habitaciones y nada más… y a decir verdad, sobraba espacio.
—Esta es la pieza de mis padres, dormiremos aquí —Dijo frente a una puerta mientras buscaba la llave correcta en el llavero.
La puerta se abrió y al prender la luz me encontré con una cómoda cama de dos plazas, veladores a cada lado y un gran armario.
—Desempaca tus cosas, vengo enseguida a ayudarte, iré a revisar la despensa, debe de haber algunos alimentos, mañana saldremos a comprar si es que nos faltan cosas —Besó mi frente y salió corriendo.
A decir verdad, estaba cansada y prefería omitir el paso de guardar las cosas. Prefería meterme entre las sábanas y dormir.
Abrí mi maleta y busqué mi pijama. Al no existir frío al interior de la casa, quité mi abrigo, mi chaleco y mi polera, seguí con mis zapatos y mi pantalón… Dejé todo tirado en una esquina, mañana ordenaría.
—Estaremos bien, si falta al… —La voz de Louis apareció en la habitación y se cortó en segundos.
Me giré y analicé su imagen. Permanecía estático en el umbral de la puerta, con los ojos fijos en todo mi cuerpo… claro, estaba en ropa interior.
Me sentí nerviosa… nunca había dejado que nadie me viera en el estado en que estaba y era extraño que él lo hiciera.
—P-perdón… —Musitó nervioso y noté sus mejillas más rosadas de lo común— yo… yo… grítame cuando estés lista —Sonrió incómodo y desapareció.
Creo que me había ganado la lotería con Louis. Era todo un caballero y nunca había querido aprovecharse de mí, mas bien, era sumamente delicado y cuidadoso en cuanto a eso.
Terminé de vestirme y lo llamé tal como el dijo.
—Lo lamento —Me sonrió nervioso al entrar— No sabía que estabas… cambiándote.
—Está bien, no te preocupes —Carcajeé estirando las sábanas hacia atrás, quería descansar ¡ya!
— ¿No vas a ordenar? —Arqueó una ceja.
—Mañana lo hago, tengo sueño —Me quejé como una niña pequeña.
—Está bien —Sonrió— ______ —Expandió la sonrisa.
— ¿Si? —Me acomodé bajo las sábanas.
— ¿Podrías taparte los ojos? quisiera cambiarme y no quiero bajar —Rió.
—Claro —Acompañé su risa y cubrí mi rostro con el cobertor.
Era una adolescente y siempre había tenido cierta curiosidad por el cuerpo de Louis, por lo que descubrí mis ojos con cuidado y sonreí traviesa al observarlo.
Estaba en lo cierto, su cuerpo había sido tallado por ángeles. Sus piernas moldeadas a la perfección, su torso descubierto era un deleite para mis ojos y su… ¡Dios! Volví a cubrir todo mi rostro y esperé a que Louis anunciara que estaba listo.
Se metió bajo las sábanas y enseguida se acercó hasta rodear mi cuello con uno de sus brazos.
—Siempre e soñado con… abrir los ojos una mañana y verte dormir a mi lado —Suspiró acariciando mi mejilla.
Me quedé mirando sus ojos, era lo más maravilloso que me podía haber pasado en la vida.
—Te amo —Susurré.
—También yo —Tomó de mi mentón y me acercó lentamente hasta sus labios, para capturarlos con suma delicadeza y ternura. Me llenó de tranquilidad y cariño. Sus labios nunca habían sabido más dulces que esa noche y no podía evitar dejarme llevar por el exquisito compás que sus labios creaban.
—Buenas noches —Susurró con los ojos cerrados.
—Buenas noches, Lou—Sonreí y me acomodé en su pecho para quedarme dormida con la hermosa melodía de su corazón.
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ahdsjkahdsja LOUIS :ilusion: hahah Quieren que la sigaaa comentennn!! :)
— ¿Estás lista? —Musitó Louis mientras deshacía el abrazo.
Asentí y me puse de pie. Estaba más que preparada para enfrentarme a una nueva vida y a la que de verdad necesitaba.
Me estiró una mano y acepté gustosa. Jay nos miró con cariño y con un dejo de tristeza, lo entendía, arrebataba de un día para otro a su hijo.
—Cuídala, Louis —Lo apuntó con una carcajada melancólica.
Ambos carcajeamos y Louis me miró negando suavemente mientras arrugaba la nariz de forma graciosa.
Nos despedimos una vez más de Jay y salimos de la casa en silencio. A decir verdad, los dos estábamos de alguna manera nerviosos. Todo esto era arriesgado, pero él, al igual que yo, estaba dispuesto a hacer lo necesario con tal de no separarnos.
—Tus estudios… —Musitó en medio de la silenciosa calle oscura y tenebrosa.
— ¿Qué sucede con eso? —Levanté mi vista hacia un lado para observar su perfil.
—Los dejarás y… estoy preocupado —Me miró con los ojos serios y reprendedores.
—Tranquilo, volveré a tomarlos. Aún no planeo como… pero ya me preocuparé de ello —Le sonreí, más el suspiró.
Omití comentarios y seguimos caminando en rumbo a la casa de si tío, la cual al parecer estaba vacía y Louis sacaría el auto.
No quedaba mucho camino y no me percaté cuando ya estábamos dentro de un vehículo antiguo, pero cuidado como uno nuevo.
Louis puso el auto en marcha y a la vez que el motor sonó, mi corazón se aceleró junto a este.
Debió de haberlo notado, por lo que acarició mi mejilla y se acercó hasta capturar mis labios con suavidad.
—No tienes porqué arriesgarte así —Musitó rozando suavemente sus dedos en mi mejilla.
—Nunca había estado más segura en mi vida —Le sonreí con la finalidad de entregarle confianza.
El viaje se ponía en marcha y no tuve interés en mirar hacía atrás y recordar el camino que dejábamos, era mucho mejor y más confortable mirar hacia delante y saber que todo estaría bien.
— ¿Por qué la decisión? —Preguntó en medio del silencio.
—Deberías saberlo mejor que nadie —Lo miré con tristeza.
—Lo sé, pero quiero saberlo con lujo y detalle —Sonrió de costado.
—Mis padres… se pusieron de acuerdo en no dejarme verte nunca más… ¿Crees que lo soportaría? —Bufé recordando la discusión con mi padre— quizás hubiéramos podido vernos a escondidas, pero sería como una vez cada mil semanas… las cosas no hubieran funcionado y… no quiero perderte —Mis ojos se cubrieron de lágrimas al instante en que me imaginé una vida sin él. Sola y de seguro con la clase de gente que detestaba, altanera y pedante.
Se hundió en mis ojos y sonrió con cariño y comprensibilidad.
—Y yo no sabría que hacer sin ti, no más que morir —Suspiró y no pude evitar sonreír. Sorprendentemente, él era la única persona que me hacía sonreír desde el corazón, sentir esa sensación de cosquillosas mariposas por todo el estómago, esa sensación de elevarte en el aire y no bajar más del cielo.
Optamos por dejar el tema de lado y charlar sobre nuestro nuevo proyecto de vida. Sería difícil e iba a llevar mucho trabajo de parte de los dos, pero sabíamos que no caeríamos y lucharíamos para seguir adelante.
No había puesto atención al paisaje que nos rodeaba por un largo rato, hasta que me di cuenta que los edificios, casas y todo rastro de civilización se habían esfumado y ya no había más que un camino de tierra detrás y frente a nosotros.
— ¿Hacia donde queda la casa de tu abuela? —Musité mirando hacia los alrededores. La profundidad del bosque daba escalofríos.
—No queda mucho —Carcajeó.
¿Por qué se reía?
— ¿Qué es lo gracioso? —Investigué sin abandonar una sonrisa extrañada en los labios.
—De que la oscuridad de la noche te da miedo, de que no te has dado cuenta de todo lo que hemos viajado y de que cada vez me voy enamorando más de ti —Sonrió dulce, me miró fugaz y reenvió sus ojos hacia el frente.
¿Acaso mencioné que era la persona más hermosa, tierna, cariñosa, sencilla que había conocido?
—Si, si me da miedo, segundo, tienes razón, no tengo idea de donde estamos y tercero… eres adorable —Carcajeé y seguí con la vista perdida en su perfecto perfil.
Mirar hacia delante y ver como los focos del auto alumbraban el terrorífico camino de tierra, en medio de la oscuridad absoluta, me hacía sentir en uno de esos documentales, donde el joven lleva a su chica a una casa vieja y abandonada, lugar donde no faltan los sucesos paranormales.
—El lugar de día es hermoso, así que no nos aburriremos. Por eso mi abuela prefirió quedarse aquí, veníamos a visitarla todos los fines de semana —Musitó pacífico, de seguro recordaba viejos y buenos tiempos.
— ¿Ya no vienen? —Curioseé.
—Ya no tan seguido desde… que falleció —Me miró y sonrió apenado.
—Oh… yo… lo lamento —Sentí que no debía de haber husmeado mucho.
—No te preocupes, ella sigue estando con nosotros —Suspiró— los humanos somos egoístas, sabemos que la persona descansa en plena paz y está en el más grande paraíso, pero preferimos tenerla a nuestro lado —Comentó.
—Tienes razón —Le sonreí.
Entre charla y charla, la casa por fin apareció y yo creyendo en que sería una casa abandonada, como la de las películas, me encontré con una hermosa casa pintada rosa, con ventanas de madera barnizada y un balcón para salir a tomar el sol y sentarse en una banca de madera.
—Es hermosa —Susurré aún observándola a través de la ventana.
—Mis tíos vienen a mantenerla, no quieren que se derrumbe, no un recuerdo como este… —Sonrió emocionado de volver y se bajó del auto en busca de las maletas.
Lo acompañé y me vi ansiosa de entrar pronto. Creo que me sorprendí al entrar, todo tan ordenando, todo tan limpio y tan bien decorado… ya no daba miedo, era muy parecido a visitar una casita de muñecas.
—Es muy acogedor —Sonreí dejando las maletas en el suelo.
—Lo es —Carcajeó— Es por eso que adoro venir aquí. Con Zayn venimos a veces y recordamos esos años en que éramos unos bebes. No preguntes por Harry, está muy “ocupado” con su vida atareada en la ciudad —Rió. Me había comentado veces anteriores que Harry era una de esas personas que trabajan duro.
—Ven, sígueme —Dejó los recuerdos a un lado y se encaminó por las escaleras, por donde seguí su paso acelerado.
Era un segundo piso pequeño, tres habitaciones y nada más… y a decir verdad, sobraba espacio.
—Esta es la pieza de mis padres, dormiremos aquí —Dijo frente a una puerta mientras buscaba la llave correcta en el llavero.
La puerta se abrió y al prender la luz me encontré con una cómoda cama de dos plazas, veladores a cada lado y un gran armario.
—Desempaca tus cosas, vengo enseguida a ayudarte, iré a revisar la despensa, debe de haber algunos alimentos, mañana saldremos a comprar si es que nos faltan cosas —Besó mi frente y salió corriendo.
A decir verdad, estaba cansada y prefería omitir el paso de guardar las cosas. Prefería meterme entre las sábanas y dormir.
Abrí mi maleta y busqué mi pijama. Al no existir frío al interior de la casa, quité mi abrigo, mi chaleco y mi polera, seguí con mis zapatos y mi pantalón… Dejé todo tirado en una esquina, mañana ordenaría.
—Estaremos bien, si falta al… —La voz de Louis apareció en la habitación y se cortó en segundos.
Me giré y analicé su imagen. Permanecía estático en el umbral de la puerta, con los ojos fijos en todo mi cuerpo… claro, estaba en ropa interior.
Me sentí nerviosa… nunca había dejado que nadie me viera en el estado en que estaba y era extraño que él lo hiciera.
—P-perdón… —Musitó nervioso y noté sus mejillas más rosadas de lo común— yo… yo… grítame cuando estés lista —Sonrió incómodo y desapareció.
Creo que me había ganado la lotería con Louis. Era todo un caballero y nunca había querido aprovecharse de mí, mas bien, era sumamente delicado y cuidadoso en cuanto a eso.
Terminé de vestirme y lo llamé tal como el dijo.
—Lo lamento —Me sonrió nervioso al entrar— No sabía que estabas… cambiándote.
—Está bien, no te preocupes —Carcajeé estirando las sábanas hacia atrás, quería descansar ¡ya!
— ¿No vas a ordenar? —Arqueó una ceja.
—Mañana lo hago, tengo sueño —Me quejé como una niña pequeña.
—Está bien —Sonrió— ______ —Expandió la sonrisa.
— ¿Si? —Me acomodé bajo las sábanas.
— ¿Podrías taparte los ojos? quisiera cambiarme y no quiero bajar —Rió.
—Claro —Acompañé su risa y cubrí mi rostro con el cobertor.
Era una adolescente y siempre había tenido cierta curiosidad por el cuerpo de Louis, por lo que descubrí mis ojos con cuidado y sonreí traviesa al observarlo.
Estaba en lo cierto, su cuerpo había sido tallado por ángeles. Sus piernas moldeadas a la perfección, su torso descubierto era un deleite para mis ojos y su… ¡Dios! Volví a cubrir todo mi rostro y esperé a que Louis anunciara que estaba listo.
Se metió bajo las sábanas y enseguida se acercó hasta rodear mi cuello con uno de sus brazos.
—Siempre e soñado con… abrir los ojos una mañana y verte dormir a mi lado —Suspiró acariciando mi mejilla.
Me quedé mirando sus ojos, era lo más maravilloso que me podía haber pasado en la vida.
—Te amo —Susurré.
—También yo —Tomó de mi mentón y me acercó lentamente hasta sus labios, para capturarlos con suma delicadeza y ternura. Me llenó de tranquilidad y cariño. Sus labios nunca habían sabido más dulces que esa noche y no podía evitar dejarme llevar por el exquisito compás que sus labios creaban.
—Buenas noches —Susurró con los ojos cerrados.
—Buenas noches, Lou—Sonreí y me acomodé en su pecho para quedarme dormida con la hermosa melodía de su corazón.
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ahdsjkahdsja LOUIS :ilusion: hahah Quieren que la sigaaa comentennn!! :)
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Te voy a pagar 1254896599$
Para que la sigas...
Lou es tan nfcodjb
Todo lo que yo pediria en esta vida.....
Siguela porfasss
ATT:Gaby
Para que la sigas...
Lou es tan nfcodjb
Todo lo que yo pediria en esta vida.....
Siguela porfasss
ATT:Gaby
♥Gaby♥
Re: Me without you (Louis y tu)
GabyMalikConMuchoStyle escribió:Te voy a pagar 1254896599$
Para que la sigas...
Lou es tan nfcodjb
Todo lo que yo pediria en esta vida.....
Siguela porfasss
ATT:Gaby
hahahahha no me tienes que pagar, siii LOUIS es sjkfakjalfjsal sexy carrotboy :ilusion:
pero la seguire cuando pueda quizas mas tardee :)
Me encantaa que te gustee tantoooo :bye: xx
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Capitulo.- 6
Cerré mis ojos y los pensamientos me inundaron. Que diferente sería mi vida desde ahora en adelante, quizás que retos me traería, quizás con qué piedras iba a tropezar… las dudas del destino eran infinitas y no había más opción que aceptarlas.
Mis ojos se abrieron con pesadez y mi vista de a poco se iba aclarando y acomodando a la delicada luz mañanera que inundaba el cuarto.
Detrás de mí, sentía la calmada y cálida respiración de Louis chocando con mi espalda. Aún debía de estar dormido.
Me giré y sonreí al encontrarme con su rostro adormecido. Nunca había admirado una expresión tan serena en su rostro. Sus ojos se encontraban relajadamente cerrados, sus labios rosados y secos se encontraban levemente entreabiertos y exageradamente tentativos.
Levanté mi brazo y acerqué el dedo índice hasta su rostro. Comencé a deslizarlo de un lado a otro y así podría grabar nítidamente sus facciones tranquilas.
Debió notar algún movimiento, por lo que su cuerpo involuntariamente se balanceo suavemente sobre el acolchado.
—_____ —Sus labios se movieron hasta soltar un susurro.
Sus ojos aún no se abrían, más sus brazos con rapidez apresaron a todo mi cuerpo y me aferró a su pecho.
Debía de estar aún dormido y no tenía interés en despertarlo. Es malo interrumpir un sueño tan gustoso, como el que me daba a imaginar cada expresión en su rostro… aún así, algo traviesa, me propuse a jugar con su dormida anatomía.
Deshice su abrazo y me subí sobre su cuerpo, apoyando cada una de mis extremidades a sus costados y mintiendo cierta distancia entre ambos cuerpos.
No era la clase de chica que solía hacer este tipo de cosas, pero de vez en cuando la tentación merodeaba por cada rincón de mi anatomía y cuando no estaba atenta, se apoderaba de mí.
Acerqué mis labios hasta su cuello y comencé a repartir suaves y húmedos besos. Comenzaba a tomarle el ritmo y mis labios se guiaban solos hacia los suyos… cuales pronto capturé.
Aún así, a pesar de que estuviera profundamente dormido, sus labios sabían a dulce néctar, exquisito y adictivo.
Volví a su cuello, debí de haber mencionado alguna vez que ese punto de su cuerpo me volvía loca.
—Creo que he muerto ¿Esto es el cielo? —Escuché su voz pacífica.
Me separé al instante y me recosté nuevamente a su lado.
—Louis—Musité con la vista agacha y sentía arder mi rostro.
Lo escuché carcajear animado y con habilidad me elevó para volver a cargarme sobre su cuerpo.
—Fue lindo despertar así —Sonrió con ternura y besó mis labios de improviso.
—Me aproveché de la circunstancia —Carcajeé nerviosa y volví a besar sus labios.
Sus manos acariciaban de forma vertical mi espalda por completo y yo, por otra parte, me dedicaba a recorrer todo su trabajo pecho con mis manos delicadas.
—Hoy saldremos a caminar ¿Te parece? —Musitó al finalizar el beso con otros más pequeños.
—Suena excelente. Me suena a excursión —Sonreí y me quité de encima para saltar de la cama y estirarle una mano.
—Y créeme, lo será. Poco recuerdo del territorio, así que… si llegáramos a perdernos, vivirás la aventura más grande de tu vida —Bostezó perezoso en medio de la frase y tomó de mi mano.
Bajamos a la cocina y buscamos todo lo necesario para prepáranos un desayuno a gusto.
Quería servirle yo, hacerle saber que podía ser una estupenda dueña de casa, pero se negó por completo y prefirió ayudarme en todo.
Nos sentamos en la mesa al mismo tiempo y carcajeamos al entender que ni uno de los dos quería ser ayudado.
—Muchas gracias —Sonreí con una mirada elegante.
—Muchas gracias —Expresó en el mismo tono de elegancia e hizo un ademán para invitarme a comer.
Ambos reímos y comenzamos a disfrutar del desayuno.
Las miradas iban y volvían. Era un silencio completamente pacífico y nada incómodo, al contrario, era muy confortable y enriquecedor. Sonrisas cómplices… una tras otra.
Al terminar, Louis dejó toda loza ocupada en el lavaplatos y se propuso limpiarla.
—Puedo ayudarte —Sugerí detrás de él, mientras lo abrazaba por la espalda y daba pequeños besos sobre su polera delgada gris.
—He hecho esto toda mi vida, no te darás cuenta cuando ya haya acabado, mejor ve a vestirte, apenas estemos listos saldremos, el día está hermoso y no queremos desaprovecharlo ¿Verdad? —Giró su rostro hacia un lado y me miró de reojo.
—Tienes razón —Me puse en puntas de pie y alcancé que mis labios tocaran su suave mejilla.
Deshice mi amarre y salí en dirección a la habitación.
Busqué ropa cómoda, un short de mezclilla, una musculosa ajustada rosa pálida y encima una camisa a cuadrillé de colores rosa y amarillo, ambos muy suaves. Mis converse sin caña de mezclilla y lista.
Bajé hacia el baño y me peiné dejando mi pelo largo al natural, era el campo, no un desfile de modas.
Cepillé mis dientes, lavé mi rostro y ahora si estaba lista.
Al salir del baño, Louis venía bajando las escaleras ya vestido y preparado para comenzar la excursión. Su paso se detuvo al mirarme y sonrió de costado.
— ¿Cómo sabías que veníamos al campo? —Carcajeó acercándose y posó sus manos en mi cintura.
—No lo sabía, tengo ropa de este estilo. Me gusta, es cómoda —Carcajeé y rodeé su cuello con mis brazos sonriendo.
—Pues te ves hermosa —Susurró y besó mis labios con armonía.
No lo hubiera soltado, más estaba ansiosa por explorar el lugar.
Sacamos varias frutas y demás alimentos para el viaje, almorzaríamos sano, liviano y exquisito.
Salimos de la casa y comenzamos a caminar por un pequeño sendero verde.
—Hay un pequeño lago escondido cerca de aquí, corre una vertiente y aunque es pequeño, parece un verdadero paraíso, te fascinará —Sentía su voz entusiasmada y eso solo me hacía sentir un interés aún mayor.
—A que sí —Sonreí mirando el camino, había sido mala idea llevar zapatillas de planta baja para una excursión.
Caminamos, caminamos y seguimos caminando. Solo esperaba que Louis no se hubiera perdido.
—Estamos cerca —Anunció cruzando un tronco y girándose para ayudarme a cruzar a mí.
—Al fin, ya se me estaba haciendo eterno —Me quejé entre carcajadas.
Rió y seguimos con el viaje.
El sendero comenzaba a descender de forma pronunciada y debía ir sujetándome de varias ramas crecientes de los árboles, más Louis parecía descender sin problemas e incluso parecía correr.
Oía correr el agua desde alguna parte y solo lograba emocionarme más.
— ¡Llegamos! —Dio un salto y llegó a planta baja exclamando como un niño 6 años conmocionado.
Quería bajar luego, más mis zapatillas y el suelo me lo impedía, por lo que Louis se volteó y carcajeó al verme afligida.
—Ven aquí —Musitó y me estiró una mano.
Opté por tomarla enseguida y correr sin importar qué, hasta llegar donde él. Era de esperar que mis torpes piernas se enredaran y cayera sobre su pecho.
—Tranquila —Carcajeó sosteniéndome en sus brazos— ya estás aquí.
Solo reí y miré sus ojos, perdiéndome, como siempre, en ellos. Sonrió, tomó de mis brazos y me giró para que me encontrara con un paraíso, tal como él dijo.
Era hermoso, maravilloso…. El pasto cubría toda la zona y el lago del que me hablaba de a poco se arrastraba hasta la orilla de tierra blanca. Verde por todos lados y al fondo, pequeñas vertientes corrían por toda la pared cubierta de hojas verdes brillantes. Las flores exóticas crecían por doquier y el lago, no parecía más que un enorme espejo reflejando el azul cielo despejado.
—Esto… esto… es hermoso —Susurré aún anonadada, observando cada rincón.
—Te lo dije —Me abrazó por la espalda y besó mi cuello.
Se separó al instante y abrió uno de los bolsos para tender un mantel blanco en el suelo y comenzar a dejar toda la comida frente a este.
Mientras lo observaba ordenar cada cosa, supe que era real, supe que fue siempre él quien debió de estar a mi lado… y supe, que este tipo de cosas, no solo pasaba en las películas románticas, sino… en la vida. A veces… la realidad puede ser mucho mejor que la fantasía.
Desperté de mi transe y opté por ayudarlo.
— ¿Quieres comer ahora o esperamos un poco? —Se sentó a mi lado y cargó todo el peso de su cuerpo en sus manos apoyadas en el pasto.
—Acabamos de desayunar —Sonreí y empujé levemente su hombro sin dejar de observar el lugar que nos rodeaba— para la próxima vendré con mi traje de baño puesto —Reí.
Me miró y sonrió.
— ¿Quién dijo que no podíamos meternos al agua? —Rió y se puso de pie— Ven, vamos —Me estiró una mano.
— ¿Qué? ¿De que hablas? ¿A donde? —Lo miré confundida e hice sombra con mi mano sobre mis ojos para poder mirarlo desde su perspectiva.
— ¡Vamos! ¡Arriba! —Rió y corrió por un costado hasta llegar a una roca.
Me acomodé de estómago en el suelo y procuré no perderme ni un paso de lo que hiciera.
Se subió a la roca y caminó por toda la orilla hasta llegar al medio del lago. No sabía que era lo que hacía, pero algo se traía entre manos.
— ¡_____! ¡Ven aquí ahora! —Carcajeó tomando una cuerda gruesa amarrada a uno de los árboles.
Solo reí y negué con la cabeza.
— ¡Ahora! —Rió, tomó de la cuerda, dio ciertos pasos hacia atrás y corrió hasta dejarse llevar por los aires y soltar la cuerda al estar en medio del lago.
Cayó al agua y reí al verlo salir con expresiones ahogadas y divertidas.
— ¡Estás demente! —Giré un dedo alrededor de mi cien.
— ¡Ahora tu! —Me apuntó desde el agua.
Se veía divertido y no debía de ser peligroso, por lo que terminé poniéndome de pie y seguí todos los pasos que había marcado.
Una vez que sujetaba la cuerda entre mis manos, los nervios se apoderaron de mí, ya no sabía si hacerlo.
— ¡Entra al agua! ¡Ahora _____! —Rió nadando de un lado a otro.
— ¡No puedo! Tengo susto —Carcajeé insegura.
— ¡Entra! —Carcajeó.
—Muy bien… muy bien… —Musité mirando el agua— uno… dos… ¡TRES! —Y sin pensarlo más me balanceé en la cuerda y me dejé caer al estar al centro.
Salé desesperada y Louis me tomó enseguida para no dejarme ir.
—Bien hecho —Carcajeó juntando su frente con la mía y mirándome directamente a los ojos.
—El agua está exquisita —Susurré rodeando su cuello con mis brazos.
Nos miramos por segundos silenciosos y sin esperar más, juntamos nuestros labios en un beso maravilloso y dulce. El agua, mecía mi polera cada vez más hacia arriba, y sin quererlo, las manos de Louis, se aventuraban a tocar por primera vez mi piel descubierta.
Un escalofrío nervioso recorrió todo mi cuerpo y por instinto llevé mis piernas hasta rodear su cintura.
Sus manos acariciaban, bajo el agua, mi espalda completa y mis dedos, se dedicaban a desordenar con impaciencia su cabello.
El beso comenzaba a tomar velocidad y moría cada vez que su lengua, abría paso entre mis labios con delicadeza.
Sus manos se deslizaron hasta mis piernas y brindaron placenteros masajes.
Nos separamos de una vez y sentí lo cuan agitada estaban nuestras respiraciones… sabía a la perfección, que un día de estos… los besos y suaves caricias, pasarían a algo mayor.
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Aqui les va otro capitulo a mis sexys lectoras espero que les guste, quieren que la siga?? :)
Cerré mis ojos y los pensamientos me inundaron. Que diferente sería mi vida desde ahora en adelante, quizás que retos me traería, quizás con qué piedras iba a tropezar… las dudas del destino eran infinitas y no había más opción que aceptarlas.
Mis ojos se abrieron con pesadez y mi vista de a poco se iba aclarando y acomodando a la delicada luz mañanera que inundaba el cuarto.
Detrás de mí, sentía la calmada y cálida respiración de Louis chocando con mi espalda. Aún debía de estar dormido.
Me giré y sonreí al encontrarme con su rostro adormecido. Nunca había admirado una expresión tan serena en su rostro. Sus ojos se encontraban relajadamente cerrados, sus labios rosados y secos se encontraban levemente entreabiertos y exageradamente tentativos.
Levanté mi brazo y acerqué el dedo índice hasta su rostro. Comencé a deslizarlo de un lado a otro y así podría grabar nítidamente sus facciones tranquilas.
Debió notar algún movimiento, por lo que su cuerpo involuntariamente se balanceo suavemente sobre el acolchado.
—_____ —Sus labios se movieron hasta soltar un susurro.
Sus ojos aún no se abrían, más sus brazos con rapidez apresaron a todo mi cuerpo y me aferró a su pecho.
Debía de estar aún dormido y no tenía interés en despertarlo. Es malo interrumpir un sueño tan gustoso, como el que me daba a imaginar cada expresión en su rostro… aún así, algo traviesa, me propuse a jugar con su dormida anatomía.
Deshice su abrazo y me subí sobre su cuerpo, apoyando cada una de mis extremidades a sus costados y mintiendo cierta distancia entre ambos cuerpos.
No era la clase de chica que solía hacer este tipo de cosas, pero de vez en cuando la tentación merodeaba por cada rincón de mi anatomía y cuando no estaba atenta, se apoderaba de mí.
Acerqué mis labios hasta su cuello y comencé a repartir suaves y húmedos besos. Comenzaba a tomarle el ritmo y mis labios se guiaban solos hacia los suyos… cuales pronto capturé.
Aún así, a pesar de que estuviera profundamente dormido, sus labios sabían a dulce néctar, exquisito y adictivo.
Volví a su cuello, debí de haber mencionado alguna vez que ese punto de su cuerpo me volvía loca.
—Creo que he muerto ¿Esto es el cielo? —Escuché su voz pacífica.
Me separé al instante y me recosté nuevamente a su lado.
—Louis—Musité con la vista agacha y sentía arder mi rostro.
Lo escuché carcajear animado y con habilidad me elevó para volver a cargarme sobre su cuerpo.
—Fue lindo despertar así —Sonrió con ternura y besó mis labios de improviso.
—Me aproveché de la circunstancia —Carcajeé nerviosa y volví a besar sus labios.
Sus manos acariciaban de forma vertical mi espalda por completo y yo, por otra parte, me dedicaba a recorrer todo su trabajo pecho con mis manos delicadas.
—Hoy saldremos a caminar ¿Te parece? —Musitó al finalizar el beso con otros más pequeños.
—Suena excelente. Me suena a excursión —Sonreí y me quité de encima para saltar de la cama y estirarle una mano.
—Y créeme, lo será. Poco recuerdo del territorio, así que… si llegáramos a perdernos, vivirás la aventura más grande de tu vida —Bostezó perezoso en medio de la frase y tomó de mi mano.
Bajamos a la cocina y buscamos todo lo necesario para prepáranos un desayuno a gusto.
Quería servirle yo, hacerle saber que podía ser una estupenda dueña de casa, pero se negó por completo y prefirió ayudarme en todo.
Nos sentamos en la mesa al mismo tiempo y carcajeamos al entender que ni uno de los dos quería ser ayudado.
—Muchas gracias —Sonreí con una mirada elegante.
—Muchas gracias —Expresó en el mismo tono de elegancia e hizo un ademán para invitarme a comer.
Ambos reímos y comenzamos a disfrutar del desayuno.
Las miradas iban y volvían. Era un silencio completamente pacífico y nada incómodo, al contrario, era muy confortable y enriquecedor. Sonrisas cómplices… una tras otra.
Al terminar, Louis dejó toda loza ocupada en el lavaplatos y se propuso limpiarla.
—Puedo ayudarte —Sugerí detrás de él, mientras lo abrazaba por la espalda y daba pequeños besos sobre su polera delgada gris.
—He hecho esto toda mi vida, no te darás cuenta cuando ya haya acabado, mejor ve a vestirte, apenas estemos listos saldremos, el día está hermoso y no queremos desaprovecharlo ¿Verdad? —Giró su rostro hacia un lado y me miró de reojo.
—Tienes razón —Me puse en puntas de pie y alcancé que mis labios tocaran su suave mejilla.
Deshice mi amarre y salí en dirección a la habitación.
Busqué ropa cómoda, un short de mezclilla, una musculosa ajustada rosa pálida y encima una camisa a cuadrillé de colores rosa y amarillo, ambos muy suaves. Mis converse sin caña de mezclilla y lista.
Bajé hacia el baño y me peiné dejando mi pelo largo al natural, era el campo, no un desfile de modas.
Cepillé mis dientes, lavé mi rostro y ahora si estaba lista.
Al salir del baño, Louis venía bajando las escaleras ya vestido y preparado para comenzar la excursión. Su paso se detuvo al mirarme y sonrió de costado.
— ¿Cómo sabías que veníamos al campo? —Carcajeó acercándose y posó sus manos en mi cintura.
—No lo sabía, tengo ropa de este estilo. Me gusta, es cómoda —Carcajeé y rodeé su cuello con mis brazos sonriendo.
—Pues te ves hermosa —Susurró y besó mis labios con armonía.
No lo hubiera soltado, más estaba ansiosa por explorar el lugar.
Sacamos varias frutas y demás alimentos para el viaje, almorzaríamos sano, liviano y exquisito.
Salimos de la casa y comenzamos a caminar por un pequeño sendero verde.
—Hay un pequeño lago escondido cerca de aquí, corre una vertiente y aunque es pequeño, parece un verdadero paraíso, te fascinará —Sentía su voz entusiasmada y eso solo me hacía sentir un interés aún mayor.
—A que sí —Sonreí mirando el camino, había sido mala idea llevar zapatillas de planta baja para una excursión.
Caminamos, caminamos y seguimos caminando. Solo esperaba que Louis no se hubiera perdido.
—Estamos cerca —Anunció cruzando un tronco y girándose para ayudarme a cruzar a mí.
—Al fin, ya se me estaba haciendo eterno —Me quejé entre carcajadas.
Rió y seguimos con el viaje.
El sendero comenzaba a descender de forma pronunciada y debía ir sujetándome de varias ramas crecientes de los árboles, más Louis parecía descender sin problemas e incluso parecía correr.
Oía correr el agua desde alguna parte y solo lograba emocionarme más.
— ¡Llegamos! —Dio un salto y llegó a planta baja exclamando como un niño 6 años conmocionado.
Quería bajar luego, más mis zapatillas y el suelo me lo impedía, por lo que Louis se volteó y carcajeó al verme afligida.
—Ven aquí —Musitó y me estiró una mano.
Opté por tomarla enseguida y correr sin importar qué, hasta llegar donde él. Era de esperar que mis torpes piernas se enredaran y cayera sobre su pecho.
—Tranquila —Carcajeó sosteniéndome en sus brazos— ya estás aquí.
Solo reí y miré sus ojos, perdiéndome, como siempre, en ellos. Sonrió, tomó de mis brazos y me giró para que me encontrara con un paraíso, tal como él dijo.
Era hermoso, maravilloso…. El pasto cubría toda la zona y el lago del que me hablaba de a poco se arrastraba hasta la orilla de tierra blanca. Verde por todos lados y al fondo, pequeñas vertientes corrían por toda la pared cubierta de hojas verdes brillantes. Las flores exóticas crecían por doquier y el lago, no parecía más que un enorme espejo reflejando el azul cielo despejado.
—Esto… esto… es hermoso —Susurré aún anonadada, observando cada rincón.
—Te lo dije —Me abrazó por la espalda y besó mi cuello.
Se separó al instante y abrió uno de los bolsos para tender un mantel blanco en el suelo y comenzar a dejar toda la comida frente a este.
Mientras lo observaba ordenar cada cosa, supe que era real, supe que fue siempre él quien debió de estar a mi lado… y supe, que este tipo de cosas, no solo pasaba en las películas románticas, sino… en la vida. A veces… la realidad puede ser mucho mejor que la fantasía.
Desperté de mi transe y opté por ayudarlo.
— ¿Quieres comer ahora o esperamos un poco? —Se sentó a mi lado y cargó todo el peso de su cuerpo en sus manos apoyadas en el pasto.
—Acabamos de desayunar —Sonreí y empujé levemente su hombro sin dejar de observar el lugar que nos rodeaba— para la próxima vendré con mi traje de baño puesto —Reí.
Me miró y sonrió.
— ¿Quién dijo que no podíamos meternos al agua? —Rió y se puso de pie— Ven, vamos —Me estiró una mano.
— ¿Qué? ¿De que hablas? ¿A donde? —Lo miré confundida e hice sombra con mi mano sobre mis ojos para poder mirarlo desde su perspectiva.
— ¡Vamos! ¡Arriba! —Rió y corrió por un costado hasta llegar a una roca.
Me acomodé de estómago en el suelo y procuré no perderme ni un paso de lo que hiciera.
Se subió a la roca y caminó por toda la orilla hasta llegar al medio del lago. No sabía que era lo que hacía, pero algo se traía entre manos.
— ¡_____! ¡Ven aquí ahora! —Carcajeó tomando una cuerda gruesa amarrada a uno de los árboles.
Solo reí y negué con la cabeza.
— ¡Ahora! —Rió, tomó de la cuerda, dio ciertos pasos hacia atrás y corrió hasta dejarse llevar por los aires y soltar la cuerda al estar en medio del lago.
Cayó al agua y reí al verlo salir con expresiones ahogadas y divertidas.
— ¡Estás demente! —Giré un dedo alrededor de mi cien.
— ¡Ahora tu! —Me apuntó desde el agua.
Se veía divertido y no debía de ser peligroso, por lo que terminé poniéndome de pie y seguí todos los pasos que había marcado.
Una vez que sujetaba la cuerda entre mis manos, los nervios se apoderaron de mí, ya no sabía si hacerlo.
— ¡Entra al agua! ¡Ahora _____! —Rió nadando de un lado a otro.
— ¡No puedo! Tengo susto —Carcajeé insegura.
— ¡Entra! —Carcajeó.
—Muy bien… muy bien… —Musité mirando el agua— uno… dos… ¡TRES! —Y sin pensarlo más me balanceé en la cuerda y me dejé caer al estar al centro.
Salé desesperada y Louis me tomó enseguida para no dejarme ir.
—Bien hecho —Carcajeó juntando su frente con la mía y mirándome directamente a los ojos.
—El agua está exquisita —Susurré rodeando su cuello con mis brazos.
Nos miramos por segundos silenciosos y sin esperar más, juntamos nuestros labios en un beso maravilloso y dulce. El agua, mecía mi polera cada vez más hacia arriba, y sin quererlo, las manos de Louis, se aventuraban a tocar por primera vez mi piel descubierta.
Un escalofrío nervioso recorrió todo mi cuerpo y por instinto llevé mis piernas hasta rodear su cintura.
Sus manos acariciaban, bajo el agua, mi espalda completa y mis dedos, se dedicaban a desordenar con impaciencia su cabello.
El beso comenzaba a tomar velocidad y moría cada vez que su lengua, abría paso entre mis labios con delicadeza.
Sus manos se deslizaron hasta mis piernas y brindaron placenteros masajes.
Nos separamos de una vez y sentí lo cuan agitada estaban nuestras respiraciones… sabía a la perfección, que un día de estos… los besos y suaves caricias, pasarían a algo mayor.
____________________________________________________
Aqui les va otro capitulo a mis sexys lectoras espero que les guste, quieren que la siga?? :)
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
Capitulo.- 7
Sus ojos se encontraban entreabiertos y con la mirada perdida en mis labios hinchados y rojos.
Comenzó a caminar conmigo a cuestas y solo pude sonreír ante tan penetrante contacto visual.
Un suave quejido se escapó de mis labios cuando me sentí presionada entre su cuerpo y una roca fría, por la cual, el agua de la vertiente se resbalaba por todo mi cuerpo.
Su cuerpo ejercía una fuerte, pero placentera presión en mí entre piernas y mi anatomía por completa enloqueció ante tanto goce.
Mis manos se deslizaron desde sus mejillas, por todo su cuello, sus hombros, sus brazos, finalizando el recorrido en sus extremidades.
Las tomé con completa seguridad y las arrastré desde mis piernas, por mis caderas, mi cintura y las dejé quietas a centímetros de mis pechos. Sus ojos se clavaron directamente en los míos, ya había sido lo suficientemente caballero para para pasar a algo mas.
—_____... —Susurró— sabes... Sabes que no debemos... Que no debemos someternos a este tipo de situación —Musitó y las palabras vibraron en mis labios deseosos.
—No, Louis. Quiero que me toques, necesito sentir tus manos sobre mi piel, tu piel sobre la mía —Suspiré buscando su mirada nerviosa.
Pensé que había sido en vano y que nunca dejaría de ser tan cuidadoso, delicado y caballero, para aventurarse y pasar más allá, cuando alejó sus manos de donde estaban. Mis ojos décalleron y mis manos estaban dispuestas a jalarló, pero me mantine quieta y curiosa cuando tomó el nudo de mi camisa y lo deshizo. Sus labios se acercaron tortuósamente hasta mi cuello y se entreabrieron para dejar cortos y húmedos besos. Mi respiración comenzaba agitarse con su simple actuar y sus manos se escabulleron por mis hombros, bajo la camisa estiladá para deshacerse de ella, cual acabó flotando a nuestro lado. Quizás no habrían quejas, por lo que de a poco fui acariciando su pecho de forma vertical con un solo propósito: hallar el borde de su polera y retirarla de escena. El sabía mis intenciones, por lo que antes de quitar la prenda elevó sus extemidades hasta apoyar sus antebrazos, a cada lado de mi rostro, en la piedra. Mi corazón se aceleró al apreciar su torso desnudo, sonrió con ternura y acarició mi mejilla con suavidad, tomó de mi menton y acopló nuestros labios en un beso totalmente apasionado, sensual y con un leve dejo de locura. Sus manos áun se encontraban quietas posadas en mi cadera y de a poco se fueron áreatrándo lentamente por mi piel bajo la polera. La prenda quedó pocos centímetros de mis pechos y apesar de que estaba a segundos de quedar semidesnuda, me sentía completamente segura y protegida, áun asi, había algo de nervios, nunca había sucedido nada parecido a esto.
Cruzamos miradas una vez más y asentí levemente. Tiró cuidadosamente de la polera y terminó por dejarla sobre la piedra.
Su torso descubierto se juntó con el mío y algo dentro de mi interior explotó.
A pesar de la temperatura fría del agua, su cuerpo quemaba sobre el mío y sus labios nunca me habían parecido tan adictivos y peligrosos.
Tomé su rostro entre mis manos temblorosas con el propósito de mantener sus labios acoplados a los míos, no quería que se separara, pero sabía a la perfección que el no tenía intenciones en hacerlo.
De a poco notaba como iba dejando de lado, por fin, su delicadeza y esa inseguridad a pasarme a llevar, era muy probable que ya comprendía que no lo hacía, al contrario, me estaba haciendo disfrutar lo necesario para hacerme sentir culpable por no hacer el mismo trabajo con él.
Su lengua abría paso entre mis labios con la finalidad de hacer un reencuentro fatal con la mía. Suave, sensual y placentero se dedicaba a devorar mi boca con besos totalmente profundos y deleitables, ya no resistiría más ante tanto goce.
El agua, no podía lograr otro objetivo más que hacer de la escena, una totalmente romántica y excitante. Estábamos en un paraíso y a decir verdad, no habría mejor manera de disfrutarlo.
Sus movimientos sobre mí se volvían cada vez más pronunciados y el aire comenzaba a retirarse de mis pulmones, pero era lo que menos importaba en momentos como este.
No pude evitar contener un gemido al momento que una de sus fuertes y grandes manos capturaron uno de mis pechos para brindarles comprometedores masajes. Por primera vez se atrevía a tocarme de esa manera y se sentía completamente a gusto.
Al ser la primera vez que nos encontrábamos en una situación tan arriesgada, peligrosa, la curiosidad del uno por el otro de a poco iba aumentando y las ganas de seguir por más crecían a gran velocidad.
Algo se había desatado dentro de Louis y por más delicado que quisiera hacer parecer las cosas, a cada segundo transcurrido, le era más difícil la tarea.
Sus manos atraparon mi espalda y sus dedos se separaron la mayor cantidad posible para así poder recorrer mi espalda en su totalidad.
Ladeé mi cabeza y abrí mi boca sin cuidado, dejando que su lengua penetrara mi cavidad bucal por completo, así comenzaría un recorrido eterno, acariciando mi paladar, mis mejillas y enredándose con la mía disfrutando el inmenso placer que el beso entregaba.
Sus extremidades comenzaron a detener las caricias en un punto fijo de mi espalda: El broche de mi bracier. Ahora si que mi corazón bombeaba la sangre de una forma intensa, las cosas comenzaban a tornarse serías, pero en realidad era eso lo que quería.
Sus dedos jugaron varios segundos con el broche, sin obtener los resultados esperados… mas en un momento, sentí como la prenda dejaba de hacer presión y las extremidades de Louis, podían deslizarse sin obstáculos por toda la piel desnuda de mi espalda.
Sus manos reptaron por mis brazos, hasta localizarse en mis hombros, sabía cual era su propósito: bajar los breteles y dejar la prenda de lado de una vez por todas.
Sus dedos, a medida que retiraban la prenda de su lugar con lentitud, recorría la piel de mis brazos, creando una caricia simple, pero muy sensual y seductora.
La prenda llego hasta mis manos y los rojos e hinchados labios de Louis, descendieron por un costado de mi mentón, mi cuello, hombros, lugar donde sus besos se alojaron durante un largo periodo.
Mi respiración se agitaba cada vez más y mi pecho subía y bajaba desesperado en busca de aire. Mi respiración se podía escuchar y Louis no hizo más que agitarse igual.
Sus besos descendieron por mi piel húmeda hasta detenerse en la loma de mis pechos. Era delicado y haberse detenido en esa zona no era más que un permiso para continuar, por lo que arrastré lentamente mis manos por su espalda hasta toparme con el cabellos que crecía en su nuca, enredé mis dedos en ellos y guiarlo hasta que sus labios se tocaran la parte más sensible de mi pecho.
Gemí suavemente al sentir sus labios recorrer mis pechos con delicadeza y pasión, lento pero sumamente placentero.
Mis manos, que solo podían mantenerse firmas sujetas a sus cabellos, bajaron rápidamente hasta encontrar el broche de su pantalón y comenzar a quitarlo con impaciencia. El agua, hacia solo que fuese más complicado, pero no imposible.
Por fin logré hacer que de sus labios se escapara un gemido cuando llevé una de mis manos hacia su bóxer y acaricie cuidadosamente un punto exacto de su anatomía.
Sus labios volvieron a los míos y la piel de su torso desnudo, chocando con la mía desencadeno cosas que nunca esperé que hubiesen dentro de mí. Me acopló más a su cuerpo y noté el efecto que producía en su cuerpo la situación en la que estábamos. Comenzó a moverse delicadamente sobre mí y yo no podía hacer mas que aferrarme a su espalda ante tanto goce.
Estaba decidida, quería que… quería que estuviésemos juntos, que fuéramos uno solo y no habían indicios de negación, por lo que llevé directamente mis manos hacia el elástico de su prenda interior con las intenciones de deslizarla y quitarla, pero una de sus manos buscó rápidamente la mía traviesa y la detuvo.
—______—Susurró agitado sobre mis labios.
— ¿Qué sucede? —Musité con los ojos cerrados, haciendo un vago intento por recuperar el aliento.
—No… no podemos seguir —Dio pequeños besos por toda mi mejilla.
—Si, si podemos —Tomé su rostro entre mis manos.
—Si, si podemos, pero no debemos —Suspiró— amor, esto… es algo muy delicado, no quiero que después… te arrepientas… antes de que pasemos… más allá quiero que estés segura, de que… —Lo hice guardar silencio.
—Louis—Interrumpí con voz reprendedora— si estoy segura, de verdad quiero que… —Sentí mis mejillas arder al solo pensarlo— de verdad quiero —Musité mirándolo los ojos.
Negó con la cabeza y sonrió levemente. ¿Por qué era así? ¿Por qué me dejaba en este estado?
Besó mi frente y se alejó nadando hacia atrás.
— ¿Es por mi o por ti? Louis —Me quedé con la espalda apegada a la piedra— porqué no me dices de una vez que eres tu quien no quiere hacerme el amor —Mi cuerpo tembló y mis ojos se cristalizaron. Quizás me estaba entregando a alguien sin que esa persona sintiera lo mismo.
Se acercó enseguida y tomó de mis brazos.
—Te amo lo suficiente como para esperarte, te amo lo suficiente como para no aprovecharme de cuando tus hormonas enloquecen —Sonrió— Te amo y créeme… si quiero… —Susurró con los ojos fijos en los míos y un leve rubor encendió su rostro.
Suspiré… él tenía razón y me arrepentía por pensar *******.
—Te amo —Susurré.
—Igual que yo a ti —Sonrió y me protegió en sus brazos.
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agdjsahfjhafk lindos nooo!! Louis lo amoooo es tan cuteee :ilusion: haha quieren que la sigaa??
Sus ojos se encontraban entreabiertos y con la mirada perdida en mis labios hinchados y rojos.
Comenzó a caminar conmigo a cuestas y solo pude sonreír ante tan penetrante contacto visual.
Un suave quejido se escapó de mis labios cuando me sentí presionada entre su cuerpo y una roca fría, por la cual, el agua de la vertiente se resbalaba por todo mi cuerpo.
Su cuerpo ejercía una fuerte, pero placentera presión en mí entre piernas y mi anatomía por completa enloqueció ante tanto goce.
Mis manos se deslizaron desde sus mejillas, por todo su cuello, sus hombros, sus brazos, finalizando el recorrido en sus extremidades.
Las tomé con completa seguridad y las arrastré desde mis piernas, por mis caderas, mi cintura y las dejé quietas a centímetros de mis pechos. Sus ojos se clavaron directamente en los míos, ya había sido lo suficientemente caballero para para pasar a algo mas.
—_____... —Susurró— sabes... Sabes que no debemos... Que no debemos someternos a este tipo de situación —Musitó y las palabras vibraron en mis labios deseosos.
—No, Louis. Quiero que me toques, necesito sentir tus manos sobre mi piel, tu piel sobre la mía —Suspiré buscando su mirada nerviosa.
Pensé que había sido en vano y que nunca dejaría de ser tan cuidadoso, delicado y caballero, para aventurarse y pasar más allá, cuando alejó sus manos de donde estaban. Mis ojos décalleron y mis manos estaban dispuestas a jalarló, pero me mantine quieta y curiosa cuando tomó el nudo de mi camisa y lo deshizo. Sus labios se acercaron tortuósamente hasta mi cuello y se entreabrieron para dejar cortos y húmedos besos. Mi respiración comenzaba agitarse con su simple actuar y sus manos se escabulleron por mis hombros, bajo la camisa estiladá para deshacerse de ella, cual acabó flotando a nuestro lado. Quizás no habrían quejas, por lo que de a poco fui acariciando su pecho de forma vertical con un solo propósito: hallar el borde de su polera y retirarla de escena. El sabía mis intenciones, por lo que antes de quitar la prenda elevó sus extemidades hasta apoyar sus antebrazos, a cada lado de mi rostro, en la piedra. Mi corazón se aceleró al apreciar su torso desnudo, sonrió con ternura y acarició mi mejilla con suavidad, tomó de mi menton y acopló nuestros labios en un beso totalmente apasionado, sensual y con un leve dejo de locura. Sus manos áun se encontraban quietas posadas en mi cadera y de a poco se fueron áreatrándo lentamente por mi piel bajo la polera. La prenda quedó pocos centímetros de mis pechos y apesar de que estaba a segundos de quedar semidesnuda, me sentía completamente segura y protegida, áun asi, había algo de nervios, nunca había sucedido nada parecido a esto.
Cruzamos miradas una vez más y asentí levemente. Tiró cuidadosamente de la polera y terminó por dejarla sobre la piedra.
Su torso descubierto se juntó con el mío y algo dentro de mi interior explotó.
A pesar de la temperatura fría del agua, su cuerpo quemaba sobre el mío y sus labios nunca me habían parecido tan adictivos y peligrosos.
Tomé su rostro entre mis manos temblorosas con el propósito de mantener sus labios acoplados a los míos, no quería que se separara, pero sabía a la perfección que el no tenía intenciones en hacerlo.
De a poco notaba como iba dejando de lado, por fin, su delicadeza y esa inseguridad a pasarme a llevar, era muy probable que ya comprendía que no lo hacía, al contrario, me estaba haciendo disfrutar lo necesario para hacerme sentir culpable por no hacer el mismo trabajo con él.
Su lengua abría paso entre mis labios con la finalidad de hacer un reencuentro fatal con la mía. Suave, sensual y placentero se dedicaba a devorar mi boca con besos totalmente profundos y deleitables, ya no resistiría más ante tanto goce.
El agua, no podía lograr otro objetivo más que hacer de la escena, una totalmente romántica y excitante. Estábamos en un paraíso y a decir verdad, no habría mejor manera de disfrutarlo.
Sus movimientos sobre mí se volvían cada vez más pronunciados y el aire comenzaba a retirarse de mis pulmones, pero era lo que menos importaba en momentos como este.
No pude evitar contener un gemido al momento que una de sus fuertes y grandes manos capturaron uno de mis pechos para brindarles comprometedores masajes. Por primera vez se atrevía a tocarme de esa manera y se sentía completamente a gusto.
Al ser la primera vez que nos encontrábamos en una situación tan arriesgada, peligrosa, la curiosidad del uno por el otro de a poco iba aumentando y las ganas de seguir por más crecían a gran velocidad.
Algo se había desatado dentro de Louis y por más delicado que quisiera hacer parecer las cosas, a cada segundo transcurrido, le era más difícil la tarea.
Sus manos atraparon mi espalda y sus dedos se separaron la mayor cantidad posible para así poder recorrer mi espalda en su totalidad.
Ladeé mi cabeza y abrí mi boca sin cuidado, dejando que su lengua penetrara mi cavidad bucal por completo, así comenzaría un recorrido eterno, acariciando mi paladar, mis mejillas y enredándose con la mía disfrutando el inmenso placer que el beso entregaba.
Sus extremidades comenzaron a detener las caricias en un punto fijo de mi espalda: El broche de mi bracier. Ahora si que mi corazón bombeaba la sangre de una forma intensa, las cosas comenzaban a tornarse serías, pero en realidad era eso lo que quería.
Sus dedos jugaron varios segundos con el broche, sin obtener los resultados esperados… mas en un momento, sentí como la prenda dejaba de hacer presión y las extremidades de Louis, podían deslizarse sin obstáculos por toda la piel desnuda de mi espalda.
Sus manos reptaron por mis brazos, hasta localizarse en mis hombros, sabía cual era su propósito: bajar los breteles y dejar la prenda de lado de una vez por todas.
Sus dedos, a medida que retiraban la prenda de su lugar con lentitud, recorría la piel de mis brazos, creando una caricia simple, pero muy sensual y seductora.
La prenda llego hasta mis manos y los rojos e hinchados labios de Louis, descendieron por un costado de mi mentón, mi cuello, hombros, lugar donde sus besos se alojaron durante un largo periodo.
Mi respiración se agitaba cada vez más y mi pecho subía y bajaba desesperado en busca de aire. Mi respiración se podía escuchar y Louis no hizo más que agitarse igual.
Sus besos descendieron por mi piel húmeda hasta detenerse en la loma de mis pechos. Era delicado y haberse detenido en esa zona no era más que un permiso para continuar, por lo que arrastré lentamente mis manos por su espalda hasta toparme con el cabellos que crecía en su nuca, enredé mis dedos en ellos y guiarlo hasta que sus labios se tocaran la parte más sensible de mi pecho.
Gemí suavemente al sentir sus labios recorrer mis pechos con delicadeza y pasión, lento pero sumamente placentero.
Mis manos, que solo podían mantenerse firmas sujetas a sus cabellos, bajaron rápidamente hasta encontrar el broche de su pantalón y comenzar a quitarlo con impaciencia. El agua, hacia solo que fuese más complicado, pero no imposible.
Por fin logré hacer que de sus labios se escapara un gemido cuando llevé una de mis manos hacia su bóxer y acaricie cuidadosamente un punto exacto de su anatomía.
Sus labios volvieron a los míos y la piel de su torso desnudo, chocando con la mía desencadeno cosas que nunca esperé que hubiesen dentro de mí. Me acopló más a su cuerpo y noté el efecto que producía en su cuerpo la situación en la que estábamos. Comenzó a moverse delicadamente sobre mí y yo no podía hacer mas que aferrarme a su espalda ante tanto goce.
Estaba decidida, quería que… quería que estuviésemos juntos, que fuéramos uno solo y no habían indicios de negación, por lo que llevé directamente mis manos hacia el elástico de su prenda interior con las intenciones de deslizarla y quitarla, pero una de sus manos buscó rápidamente la mía traviesa y la detuvo.
—______—Susurró agitado sobre mis labios.
— ¿Qué sucede? —Musité con los ojos cerrados, haciendo un vago intento por recuperar el aliento.
—No… no podemos seguir —Dio pequeños besos por toda mi mejilla.
—Si, si podemos —Tomé su rostro entre mis manos.
—Si, si podemos, pero no debemos —Suspiró— amor, esto… es algo muy delicado, no quiero que después… te arrepientas… antes de que pasemos… más allá quiero que estés segura, de que… —Lo hice guardar silencio.
—Louis—Interrumpí con voz reprendedora— si estoy segura, de verdad quiero que… —Sentí mis mejillas arder al solo pensarlo— de verdad quiero —Musité mirándolo los ojos.
Negó con la cabeza y sonrió levemente. ¿Por qué era así? ¿Por qué me dejaba en este estado?
Besó mi frente y se alejó nadando hacia atrás.
— ¿Es por mi o por ti? Louis —Me quedé con la espalda apegada a la piedra— porqué no me dices de una vez que eres tu quien no quiere hacerme el amor —Mi cuerpo tembló y mis ojos se cristalizaron. Quizás me estaba entregando a alguien sin que esa persona sintiera lo mismo.
Se acercó enseguida y tomó de mis brazos.
—Te amo lo suficiente como para esperarte, te amo lo suficiente como para no aprovecharme de cuando tus hormonas enloquecen —Sonrió— Te amo y créeme… si quiero… —Susurró con los ojos fijos en los míos y un leve rubor encendió su rostro.
Suspiré… él tenía razón y me arrepentía por pensar *******.
—Te amo —Susurré.
—Igual que yo a ti —Sonrió y me protegió en sus brazos.
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agdjsahfjhafk lindos nooo!! Louis lo amoooo es tan cuteee :ilusion: haha quieren que la sigaa??
isabella11
Re: Me without you (Louis y tu)
GabyMalikConMuchoStyle escribió:
Que hermoso....
Necesito que la sigas...
ATT:Gaby
haha si ya la sigoo :)
isabella11
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