[Terminada] A Primera Vista... [Larry Stylinson] Epílogo. Publicado :D

Awwwwwwwwwwwwwwww que cucos será interesante verlos trabajar juntos muahahaa

Dimples'sHarold escribió:Awwwwwwwwwwwwwwww que cucos será interesante verlos trabajar juntos muahahaa

MI DEMONIO PERSONAL

BEGIN AGAIN

EVERYTHING HAS CHANGED

Jajaja sé que pasarán cosas emocionantes, más mañana que tendrán maratón.
Un abrazo. :hug:

A aaa no lo puedo creer que felicidad
Ame el capítulo
Estuviste en el concierto del 8? Si si yo también en que zona estaba?
Síguela ;)

•Luciana•unicornia• escribió:A aaa no lo puedo creer que felicidad
Ame el capítulo
Estuviste en  el concierto del 8? Si si yo también en que zona estaba?
Síguela ;)

Estuve en la primera fecha que salió, en el del 9, zona verde A :3
Mañana continúo. :hug:

No se por donde empezar... 
por supuesto ese concierto iba a volver ese dia el mejor  
viste a liam? de cerca? lo tocaste? le sacaste una foto? ahi god, yo podria morirme jajaja
bue ahora el cap: MORI
no tengo palabras, esto es perfecto!
nononono me dan muuucha ternura son perfectos!  
menos mal q se viene maraton, porque no aguanto, 
no aguanto! necesito saber que va a pasar!!! 
porque ahi no, amo tu fic
hoy estoy mal jajajaja




se que mañana voy a leer mas... asi que, nos leemos mañana ;)




:bye:

ooohh dios por fin de dieron cuenta de que trabajaron juntoss!!
yeeiii esto es genial, porque estando así todo puede suceder!!

oohhh que genial que fuiste al concierto de 1D! te envidio!!
Ok gracias por el capitulo!
espero leerte prontoo

Autora: A Liz y Adriana una disculpa por no contestar sus comentarios pero es que esto está fallando y me harté, de hecho quedaron mis respuestas dentro de los comentarios así que chequenlo. Aquí les dejo el maratón que prometí.


 
-          ¿Por qué rayos si sabías que él era mi autor favorito no me dijiste nada? – reprochó Louis en el teléfono mientras hablaba por medio de susurros para que nadie a su alrededor pudiera escucharlo.
 


Escuchó una sonora carcajada del otro lado de la línea. Sabía que su amigo se encontraba más que divertido con su situación, pero la verdad era que su estómago y todo su cuerpo se encontraban reaccionando de una manera demasiado negativa a pesar de ser su primer día de trabajo oficial.
 


-          Es que sabía que así sería más emocionante – dijo Zayn sin quitar ese tono divertido que enfermaba aún más al chico de ojos azules.
 


Sintió que el alma se le salía del cuerpo cuando llegó por fin a la casa de Harry donde lo había citado John apenas la noche anterior. Así era como trabajaban ellos, en el ambiente en el que el chico de rizos se sintiera cómodo porque sino “no funcionaba”.

Llamó al timbre repetidas ocasiones sin apartar el móvil de su oreja.
 


-          Eh llegado a su casa Zayn.
-          Pronto serás millonario – rió divertido – trabajas para el escritor del momento.
-          El escritor del momento, mi ex novio, el chico del que sigo enamorado y por el que eh sufrido tanto.
-          Ese mismo – confirmó su mejor amigo al otro lado de la línea – por el que has llorado como una princesa prisionera.
-          ¡Cállate! – se quejó frunciendo el entrecejo.
 


La puerta de madera enorme se empezó a abrir frente a sus ojos y en ese momento se dio cuenta de que debía de colgar. Se despidió de Zayn rápidamente para después encontrarse con una mujer que le sonreía de una forma completamente amable.
 


-          Harry le espera – dijo ella sin borrar esa adorable sonrisa.
-          Gracias – respondió de una forma amable y nerviosa al mismo tiempo.
 


Aquella no era la casa que había conocido cuando estaba en sus tiempos con Harry, era una muy distinta, pero al mismo tiempo con un aire familiar tal vez por el enorme tamaño.

Dudó un poco al seguir a aquella mujer, pero al notar que no tenía demasiadas opciones, simplemente se dejó guiar por aquel lugar que parecía un laberinto, estaba seguro de que si quisiera aprender a manejarse a la perfección ahí dentro tenía que gastar aunque fuera dos días de su vida.

Unas grandes puertas fueron abiertas por la mujer haciendo que el chico de ojos azules se sorprendiera debido a que ni siquiera había llamado antes de hacerlo. Ella se paró antes de pasar y con un movimiento de cabeza le indicó que entrara. Louis no se hizo del rogar y sin más pasó encontrándose con Harry completamente perdido frente a un ordenador portátil, usaba unos lentes que parecían para descanso, tal vez para que su vista no se dañara por las horas que pasaba ahí y sin más la mujer se retiró dejándolos completamente solos.

Se quedó en completo silencio escuchando únicamente el golpeteo que hacía Harry cuando presionaba las teclas al escribir, se veía demasiado concentrado, así como en aquellos días que pasaban en la biblioteca sin interrupciones sólo que en esa ocasión era mucho más incómodo.
 


-          Toma asiento – pidió el rizado sin siquiera mirarlo.
 


La mirada azul se paseó por el lugar hasta toparse con un cómodo sofá en el cual no dudo ni siquiera un segundo para dejarse caer en él.


Las teclas del ordenador seguían sonando de una manera insistente, como si no pensaran detenerse nunca y la incomodidad que sentía incrementó. Miró los estantes y se dio cuenta de que en ellos sólo se encontraban los libros que el chico de ojos verdes había sacado a la venta y sintió una emoción genuina al poderlos ver originales.


Un sonoro suspiro que escapó de la boca del chico de rizos hizo que Louis saliera de su completo asombro y lo miró sin más.
 


-          Qué bueno que has llegado Lou – sonó completamente sincero y sobre todo, cansado.
 


Miró como el joven escritor llenaba una enorme taza con café caliente, recientemente hecho, lo sabía por el humo que salía de él y el aroma tan fuerte que este desprendía.
 


-          No eh podido dormir nada – explicó la razón de la taza - ¿Quieres un poco?
-          No, yo si eh dormido completamente bien – dijo sin más - ¿Algún problema?
 


Harry se frotó la sien y soltó un quejido de dolor genuino para después asentir delicadamente.
 


-          Estoy completamente bloqueado.
 


Analizó detalladamente las facciones del chico que tenía enfrente y se dio cuenta de las enormes ojeras y las bolsas que se formaban debajo de sus ojos debido a la falta de sueño. Se notaba el cansancio en cada uno de los rasgos y no pudo evitar sentir preocupación, aquello no era para nada sano.
 


-          Un día de descanso no te vendría para nada mal – dijo soltando aquello que insistía por salir de su boca.
-          Necesito terminar para la fecha marcada Lou – explicó con una mirada suplicante – después esto tiene que pasar a tus manos para ser revisado y que se puedan hacer los cambios pertinentes. Ya está marcada la fecha en que sale a la venta y créeme que tenemos mucho trabajo.
 


Sabía de antemano que Harry era una persona de más responsable, aquello se lo había demostrado desde que habían estudiado juntos para sus exámenes escolares pero de lo que no le cabía ni la más mínima duda era que si continuaba con ese ritmo de vida terminaría muy mal de salud.
 


-          Puedo ayudarte – dijo Louis.
-          El problema es que si tu escribes se darán cuenta por la forma de expresarte y otros factores que son demasiado representativos en lo que escribo – se sentó a un lado de Louis en el sofá sin llegar a estar demasiado cerca.
-          Puedo estudiar tus escritos originales – insistió.
 


Lo miró por un momento como si estuviera analizando aquella propuesta, realmente Harry la estaba considerando y no porque le agradara que otros hicieran su trabajo, sino que simplemente se encontraba de más agotado. Aquel sería el primer libro de su aniversario como escritor y en verdad le estaba poniendo empeño, pero en ocasiones como aquella en la que todo colapsaba en su mente y la imaginación simplemente decidía tomar unas vacaciones inesperadas, todo se iba abajo.
 


-          De acuerdo – soltó un suspiro tallándose el cuello de una forma completamente dolorosa.
 


Louis le sonrió de aquella forma completamente hermosa que simplemente no había cambiado y sintió como si todo fuera a estar bien, como en los viejos tiempos.
 


-          ¿De qué estás hablando? – preguntó emocionado al darse cuenta de que sería el primero en conocer la siguiente obra del famoso escritor.
-          Bueno, no es nada complicado a decir verdad – empezó a explicar – estoy hablando de una chica de 16 años que cree encontrar el amor en un hombre de 18 el cual la empuja a meterse en demasiados problemas como drogas, alcohol…
-          Vicios de adolescentes – dijo Louis acortando e interrumpiendo lo que el rizado estaba por decir.
-          ¡Exacto! – dio otro sorbo a su café – es algo complicado – Louis pudo notar un hermoso  brillo en sus ojos debido a la emoción que sentía al hablar de su trabajo – porque en la historia ella tiene un mejor amigo el cual deja a un lado por estar con el otro chico que es una mala influencia para ella – sonrió cansado al darse cuenta de que ni siquiera tenían nombre sus personajes – entonces el amigo se da cuenta de todas las cosas negativas que empiezan a formarse en la chica a partir del comienzo de la relación e intenta salvarla, ayudarla…
-          Wow – suspiró - ¿En verdad lo amas, no?
 


Harry dejó la taza en la mesa que tenía frente a él y miró a Louis desconcertado sin saber a qué se refería el de ojos azules.
 


-          Me refiero a tu trabajo – explicó al notar el desconcierto.
 


Los ojos verdes se llenaron de nostalgia y esa pequeña sonrisa cansada que se había formado en sus perfectos labios se fue esfumando poco a poco hasta desaparecer por completo haciendo sentir a Louis demasiado culpable, como si hubiera hecho la peor pregunta del mundo, pero no podía regresar el tiempo desafortunadamente y lo hecho, hecho estaba.
 


-          Empecé a escribir desde que entré a la universidad – empezó a contar tomando la taza nuevamente para moverla entre sus manos como si necesitara aferrarse a algo – escribí más de cinco novelas pues era esa mi manera de alejarme de todo. Escribir era mi salvación Louis. Mi vida ya había perdido el sentido y tuve que aferrarme a algo para seguir adelante y cuando vi una libreta enorme, completamente vacía supe que ahí estaba lo que con desesperación buscaba.
 


Sabía que en sus palabras había verdad puesto que pudo notar que sus ojos se llenaron de lágrimas por los simples recuerdos.

Después de cuatro años se había dado cuenta de que él no era el único que había sufrido, pero aún así le seguía pareciendo demasiado injusta la forma en la que el rizado había salido de su vida de un día para otro, sin siquiera un abrazo de despedida. No pedía explicaciones, porque sabía que razones tenía de sobra, pero si Harry lo hubiera pedido, Louis hubiera dejado todo en ese mismo instante para seguirlo hasta el otro lado del mundo.
 


-          Es por eso que sacaste tres libros en un año – reflexionó dejando de lado todo lo que por su mente había pasado.
-          Así es – confirmó – son tres de los cinco libros que escribí durante la universidad.
 


Louis se removió incomodo pues todo lo que había rondado por su cabeza segundos antes seguía completamente intacto a pesar de su enorme esfuerzo por dejarlo de lado.
 


-          Creo que lo mejor es empezar a trabajar – se puso de pie - ¿Dónde está lo que tienes escrito?
 


Harry dudó un momento por ese movimiento tan repentino por parte del chico de ojos azules. Soltó un cansado y sonoro suspiro para después ponerse de pie para empezar a encaminar a Louis hacía el lugar donde lo había encontrado al llegar. Cerró un par de archivos y después empezó a repasar todo lo que había escrito en sus momentos de completa inspiración.

El chico de ojos azules se veía completamente concentrado leyendo mientras Harry miraba atrás de él.
 


-          Creo que ya sé que hacer – dijo al llegar al final de la últimas hojas.
-          ¿en verdad? – preguntó el Styles con esperanza.
-          Si.
 


Aquel día no hubo más ruido que el de Louis escribiendo en la portátil de Harry. Escribía y comparaba con el estilo del rizado por si tenía que hacer correcciones. Avanzó nueve capítulos hasta que el cansancio lo golpeo de una forma que jamás había sentido.

Se talló los ojos de una forma completamente perezosa y buscó a Harry con la mirada encontrándolo dormido en el sofá de una manera no muy cómoda. Sonrió pues llevaba demasiado tiempo sin verlo de aquella manera. No pudo soportar las ganas y sin más se acercó a él, sonrió tiernamente para después sentarse a su lado y contemplarlo. Era realmente hermoso a pesar del cansancio.

Sus ojos igual que los de Harry ahora pedían a gritos dormir y se empezaban a cerrar pesadamente, no pudo soportarlo y se dejó llevar.

Odiaba el cuarto que había ambientado para ser su estudio con todo el corazón pues cuando salía el sol era imposible seguir durmiendo en caso de que se quedara dormido ya que la luz inundaba cada rincón del lugar.

Sintió un terrible pesar cuando despertó a causa de la luz insistente que inundaba el lugar y sin más abrió los ojos sin muchas ganas. Su cerebro empezó a trabajar a mil por hora y la angustia en él creció pues recordó que no había avanzado nada de su trabajo y la fecha de entrega estaba demasiado próxima.

Intentó moverse pero se dio cuenta de que había algo que se lo impedía. Buscó con la mirada topándose con Louis que se encontraba recargado en su hombro profundamente dormido. No pudo evitar sonreír mientras sentía esa revolución en el estomago que sentía en sus tiempos de escuela al verlo. Lo seguía amando tanto como el primer día, de eso no tenía la menor duda.

Miró el reloj con dificultad y se dio cuenta de que era hora de levantarse, no habían trabajado nada.
 


-          Lou – le llamó con dulzura.
 


El de ojos azules se removió sin ganas y se pegó más a él, esta vez abrazándolo con fuerza logrando que el corazón de Harry empezara a latir de una forma increíble.
 


-          Vamos Lou – insistió.
-          No quiero – susurró logrando que su tibio aliento chocara con el cuello del rizado.
-          ¡Dios! – soltó desesperado – me estás metiendo en problemas de esta forma Louis.
 


No necesitó decir mucho más para que por fin el chico de ojos azules se despertara de golpe y se alejara de él rápidamente.

Louis se maldijo mentalmente por haberse quedado dormido precisamente en el momento cuando miraba a Harry, era un completo idiota. Lo peor de todo era aquella maña que se le había formado de abrazar a la persona con la que dormía.

Harry rió animado al notar que el de ojos azules estaba sentado nervioso y con las mejillas completamente sonrojadas por la forma en la que habían despertado, lo conocía tan bien que sabía que se estaba recriminando mentalmente por haberlo abrazado de aquella forma esa mañana. Pero lo que Louis ignoraba por completo era que ese día era el primero después de tantos años en el que Harry se sentía realmente con ganas de despertar pues tenía motivos para hacerlo.
 


-          ¿Quieres un poco de café? – preguntó Harry levantándose de donde se encontraba por fin – no hicimos nada, creo que sólo nos quedamos dormidos.
-          Ehhh… - Louis se rascó la cabeza nerviosamente – en realidad te vi demasiado cansado y te dejé dormir. Yo leí tus escritos y empecé a escribir intentando imitarte. Avancé nueve capítulos.
 


El rizado se encontraba con la cafetera en una mano y una taza en la otra sirviéndose cuando escuchó esas palabras y levantó la mirada de golpe. Estaba completamente sorprendido ya que no era normal que alguien que no se dedicaba a escribir pudiera avanzar tanto en un día, pero Lou loo había hecho… por él.
 


-          Lou… - no sabía que decir.
-          Si no te gusta lo que hice simplemente lo puedes borrar – se apresuró a decir pensando en que tal vez el rizado se había enojado por tocar su obra – sé que no debí de tocar tus cosas, pero de verdad necesitabas dormir un poco y yo…
-          Está bien – dijo con una ligera sonrisa para relajar al de ojos azules – sólo tengo que leerlo.
 


El de ojos verdes dejó lo que tenía en las manos sobre la mensa más cercana y se dirigió al ordenador para sentare frente a él.

Louis movía las manos de una forma nerviosa mientras notaba como los ojos analíticos de Harry se paseaban sin cesar de todo lo que él había anexado al trabajo. No sabía qué era lo que el rizado iba a pensar de sus ideas y eso simplemente lo mataba, no porque lo amara, sino porque se trataba también de la persona que más admiraba en esos momentos, su escritor favorito.

Pasaron unos minutos y las expresiones en la cara de Harry no hacían aparición. Se encontraba en un estado neutral leyendo y no sabía si preocuparse o salir corriendo de ese lugar.
 


-          Vaya – soltó por fin el rizado frotándose la nuca mientras hacía muecas de dolor – esto está demasiado bien Lou – dijo sinceramente – sólo que te esforzaste tanto para que pareciera mío que en ocasiones te saliste un poco del contexto – hizo un gesto con la mano para restarle importancia – son pequeñas cosas que se tienen que afinar, pero en sí lo que has escrito está demasiado bien.
 


En ese momento el chico de ojos azules se acercó a Harry para que este le explicara cuales eran aquellos párrafos en los que había fallado y entendió que de ese chico de cabello rizado jamás terminaría de aprender pues él tenía esa experiencia que a Louis le faltaba.
 


-          ¿Te diste cuenta que cambiamos de papeles? – preguntó Louis completamente divertido.
-          Si lo noté joven escritor – rió captando a lo que el chico de ojos azules iba.
-          Qué bueno que te tengo a ti joven editor para corregir mis fallas.
 


Ambos soltaron una sonora carcajada sintiendo como si el tiempo jamás hubiera pasado entre ellos, como si esa mañana fueran a caminar tomados de la mano para ir a la escuela y después de las primeras clases encontrarse en la biblioteca para leer o compartir libros que llegaban a considerar realmente relevantes.
 


-          ¿Tienes hambre? – preguntó Harry sin dejar de mirar el mar en los ojos del chico que tenía enfrente.
-          Creo que si – dijo tocándose el estomago.
 


El chico rizado empezó a acomodar todo para después asomar por la ventana. Aquel no parecía un buen día así que tomó su chaqueta y le prestó una a Louis puesto que lo que menos quería era que se enfermara por el frío que gracias a Dios no llegaba a sentirse dentro de la casa.

Cuando salió en viento golpeó su cara de una forma que logró que se erizara cada rincón de su piel. Miró a un lado y notó que Louis se encontraba en la misma situación así que se apresuró a llegar al auto para abrirle la puerta invitándolo a subir en él a lo que el otro no se hizo del rogar y se adentró al instante para que Harry cerrara la puerta detrás de él. Rodeó el auto y se sentó por fin dentro del cálido auto a un lado del chico de ojos azules que aún temblaba débilmente por el frío abrazador que de repente habían sentido.
 


-          Cuando llegué ayer no había tanto frío – le dijo abrazándose a si mismo.
-          Sabes que el clima puede cambiar en cualquier momento – replicó encendiendo la calefacción del auto con preocupación y desespero por que el otro dejara de sentir ese frío.
 


El rizado empezó a avanzar por las calles y Louis se sorprendió al notar que a pesar de que llevaba varios años fuera de ahí aun recordaba a la perfección las direcciones, como si se hubiera quedado, como si jamás se hubiera marchado.

Si algo amaba de aquel lugar era que había una gran variedad de lugares en los que podía comer cosas demasiado deliciosas pero se sentía en el mismo aprieto en el que había estado aquella vez en la que tuvo su primera cita con Louis, no sabía a dónde llevarlo así que optó por una salida demasiado fácil y práctica.
 


-          ¿A dónde vamos? – preguntó Louis acelerado al reconocer el camino que el rizado había tomado.
 


Harry guardó completo silencio. Sabía que estaba de más contestar aquella pregunta de la cual ambos sabían de sobra la respuesta así que sin más siguió conduciendo ya sin decir nada más.

Cuando llegaron Louis se sintió como en un dejabú.
 


-          No estoy vestido como para entrar aquí – se quejó.
-          Ni yo – dijo encogiéndose de hombros – pero, ¿Cuándo lo hemos estado?
 


Entraron juntos al elegante lugar y se toparon con una chica la cual les sonrió nerviosamente.
 


-          Buenos días – saludó la chica - ¿Tiene reservación?
-          Oh – Harry intentó sonar avergonzado – olvidé hacerla, pero como vi que todo estaba muy vacío decidí venir aquí, ¿nos podría ubicar?
 


La chica empezó a buscar desesperadamente en la libreta que tenía frente a ella. No era la misma que los había atendido aquel día en el que habían ido a cenar siendo novios, era otra muy diferente, pero Louis lo entendía por completo, ¿Quién aguantaría cuatro años en un empleo mal pagado que consiste en estar todo el día de pie atendiendo las exigencias de gente desagradable a la que muy pocas veces les interesaba el saludo amable que alguien más les brindaba? Sólo alguien completamente masoquista.
 


-          Tengo algunas mesas libres, síganme.
 


Harry puso una sonrisa triunfante cuando la chica dijo aquello y empezó a caminar detrás de ella a un lado de Louis quien miraba todo como el primer día.

La chica los dirigió hasta una mesa que se encontraba a un lado del gran ventanal de la vista hermosa, en definitiva esa no era la misma mesa de aquella vez, pero se encontraba demasiado cerca de ella.

Ambos se sentaron tranquilamente y enseguida recibieron los menús por parte del mesero quien se retiró para después regresar por las órdenes de ambos. Louis dejó a Harry decidir, como en aquel tiempo y sin más perdieron de vista nuevamente a ese mesero.
 


-          Espero que no sea desagradable para ti el hecho de que te haya vuelto a traer a este lugar – se disculpó con sinceridad.
-          Para nada – sonrió – me trae muy buenos recuerdos.
-          Concuerdo contigo.
 


Ambos se quedaron sumidos en un silencio lleno de preguntas que seguramente sólo el otro podría responder, pero simplemente el miedo los invadía por dentro y se abstenían de hacer cualquier tipo de comentario sobre su relación pasada.

Se encontraban sumidos en su propio mundo cuando se vieron interrumpidos por el mismo hombre que les había tomado la orden pues había llegado ya con lo que habían pedido. Después de servir y hacer su trabajo se retiró dejándolos nuevamente solos.
 


-          ¿Por qué regresaste? – soltó Louis sin más, era ahora o nunca.
 


Harry abrió mucho los ojos. Se había planteado en la mente miles de formas en las que podrían comenzar con aquella conversación algún día, pero esa manera era la que menos se había imaginado. Abrió la boca para contestar pero en seguida sonó su móvil interrumpiendo sus palabras. Pidió disculpas con la mirada y después contestó.

Después de un intercambio de palabras Louis se dio cuenta de que aquella llamada era completamente de trabajo y también notó que algo no estaba del todo bien así que decidió que lo mejor sería comer rápido para así no retrasar al rizado.
 


-          Tenemos que ir a las oficinas – anunció Harry al cortar la llamada.
 


Comieron a la velocidad de la luz para después salir casi corriendo del lugar dejando una gran propina pues no tenían ni siquiera tiempo de esperar el cambio. Estaban seguros de algo… ese sería un día largo y ocupado.

Llegó al frente del enorme edificio con Louis a su lado y después de revisar con la mirada se dio cuenta de que no tenía un lugar donde quedarse disponible.
 


-          ¿Por qué no bajas? Yo estacionaré el auto – dijo el rizado.
 


Louis hizo caso a lo que el chico de ojos verdes pidió y sin más bajó para esperarlo dentro del lugar. Al entrar al enorme edificio que sabía que visitaría con frecuencia se dio cuenta de que la chica de la recepción le sonreía de una manera completamente nerviosa, cosa que le pareció lo más tierno del mundo. No era que ignorara el hecho de ser atractivo, sino que simplemente nunca había prestado atención a los coqueteos de personas completamente ajenas, que no fueran Harry.
 


-          Hola – saludó ella desde su lugar.
 


Puso su mente a trabajar rápidamente y se dio cuenta de que el día en que se había reunido con Harry por primera vez igual la había visto, pero en realidad la había ignorado, no había preguntado ni siquiera por educación su nombre.
 


-          Hola – contestó él regalándole una hermosa sonrisa.
 


Miró atentamente como la chica se sonrojaba al instante ante tal acción y notó que Harry jamás había hecho algo parecido, así de dulce.
 


-          ¿Cómo estás? – preguntó ella en un intento desesperado de mantener una plática fluida – te está esperando John en la sala de reuniones, a ti y a el señor Styles.
 


Le causó demasiada gracia el hecho de que alguien hablara acerca de Harry con tal formalidad debido a que él jamás lo había hecho, pero decidió aguantarse esa carcajada que empujaba insistente entre sus dientes con demasiadas ganas de salir.
 


-          Lo sé – dijo un poco después – yo igual espero a Harry – por más que quisiera sabía que él jamás podría dirigirse a aquel chico que conocía de pies a cabeza de una forma educada – vendrá en unos segundos, sólo estaciona su auto.
-          Oh… - dijo ella y paseó su mirada por todos lados – soy Eleanor – extendió su mano hacia el chico de ojos azules quien la tomó sin titubear.
-          Yo soy Louis.
-          Lo sé – dijo ella haciendo ver una enorme sonrisa que él respondió para después soltar su mano.
 


Las puertas de la entrada del enorme edificio se abrieron de par en par dejando ver a Harry que se dirigió a paso rápido a donde ellos se encontraban.
 


-          Vamos Louis, es tarde – dijo demasiado serio tomando la mano del chico para empezar a tirar de él – y tú Eleanor – se detuvo un momento para mirarla – mantente en tus asuntos de trabajo, por favor.
 


Después de soltar aquellas palabras hacia la chica continuó arrastrando a Louis hasta que estuvieron dentro del elevador. Dentro por fin se animó a soltarlo y se apoyó soltando un suspiro sobre las paredes de metal.
 


-          ¿Qué te sucede? – le preguntó el de ojos azules visiblemente molesto mientras se frotaba la muñeca pues el rizado lo había jalado con mucha fuerza.
-          Venimos a trabajar – dijo cerrando los ojos – no a perder el tiempo.
-          Sólo la estaba conociendo – se quejó – trabajaré en el mismo edificio que ella, tan siquiera tengo que saber su nombre.
-          No, no tienes que.
-          No actúes como si estuvieras celoso – abrió los ojos como platos cuando se dio cuenta de que él mismo se había dado la respuesta hacia la actitud de Harry - ¿Estás celoso? – preguntó en un tono divertido.
 


El rizado tensó todo su cuerpo y ese fue el instante en el que Louis confirmo que le había dado en el clavo. Abrió la boca para burlarse un poco más pero las puertas hicieron ruido al abrirse, ese ruido que logró interrumpirlo.

Ambos salieron del elevador rápidamente y caminaron hacia la sala de juntas donde los esperaba John. Cuando abrieron las puertas de aquel enorme lugar se dieron cuenta de que si, efectivamente, llegaban tarde puesto que el representante ya se encontraba ahí.
 


-          Qué bueno que llegan – dijo John dejando el periódico que leía en la larga mesa que se encontraba rodeada de sillas para después tomar su taza de café recién hecho y darle un sorbo.
-          Perdón por el retardo – se disculpó Louis mientras se sentaba alado de aquel hombre.
-          Llevo años sin escuchar esas palabras – dijo entre divertido y sorprendido – Harry no acostumbra a disculparse por llegar tarde – explicó.
 


El rizado se sentó al otro lado de aquel hombre mientras ponía los ojos en blanco por aquel comentario tan incómodo e innecesario.
 


-          No tengo por qué pedirlas si sé que me disculparás al final de cuentas – defendió su actitud.
-          Lo que no te perdono son esos bloqueos mentales que te dan de repente cuando tenemos la fecha de entrega demasiado cerca – dijo haciendo notar la razón de la reunión – mandé a Louis a ayudarte, pero conociéndote, no creo que lo hayas dejado así que…
-          De hecho avanzó nueve capítulos – dijo Louis interrumpiendo el regaño hacia el rizado.
-          ¿Nueve? – se alejó la taza de golpe de los labios por la sorpresa – vaya… eso quiere decir que tendrás unas vacaciones cortas antes de la fecha – analizó.
-          Ya hice las revisiones de los capítulos anteriores que tenía escritos y después revisé los últimos nueve así que el trabajo está más que adelantado.
-          ¿Cuántos capítulos faltan? – preguntó John hacia Harry.
-          Unos nueve más.
 


John se veía completamente satisfecho con los resultados que ambos chicos le estaban reportando y se los hizo saber cuándo pegó un salto de emoción de su asiento.
 


-          Quiero hablar un momento con Louis – pidió Harry con una cara suplicante.
-          Lo que quieras – dijo feliz – no sabes el alivio que me has dado.
 


El hombre se despidió de ambos chicos sin borrar aquella sonrisa de sus labios de la felicidad que sentía. Era libre esa vez porque por fin no se sentía estresado por la idea de que tendría que pedir unos días más con tal de que Harry terminara de escribir, todo era perfecto.

Cuando estuvieron solos por completo, el rizado carraspeó y jugueteó con sus dedos nerviosamente sin saber que era lo que quería decir con exactitud. Quería responder todas las preguntas de Louis por dolorosas que fueran, pero no sabía si estaba preparado.
 


-          Regresé por un proyecto que tengo – empezó hablando de una forma completamente baja pero aún así audible para el de ojos azules – aparte de que necesitaba inspiración para escribir.
 


Louis asintió levemente indicando que entendía por completo la razón de lo que decía. Sabía que Harry estaba respondiendo a esa pregunta que en el restaurante no había logrado responder por la interrupción. Ese era el momento, por fin iban a hablar de todo…
 


-          Te odio – soltó Louis sin más.
-          Yo entiendo que lo hagas – dijo el rizado sintiendo como si se le desgarrara el alma por aquellas palabras que el de ojos azules le acababa de decir – te prometo que…
-          Me hiciste pedazos cuando te fuiste – le interrumpió y Harry entendió que Louis sólo quería que lo escuchara – nunca había llorado tanto por alguien – dijo pensativo – me lo dijeron demasiado tarde, lo sabía, pero de todas maneras fui a buscarte a casa de tu madre con la esperanza de que siguieras ahí aunque fuera un milagro, pero ya te habías ido dejándome una carta – no supo en qué momento sus ojos se llenaron de lágrimas – una maldita carta que no me daba la opción entre quedarme o irme contigo… sentí que habías sido tan egoísta – lo miró – si me lo hubieras dicho no hubiera pensado, para ese tiempo hubiera dejado todo por ti, en cambio tu sólo dejaste esa carta que me sé de memoria por tantas noches en vela que pasé leyéndola como si eso te trajera de regreso a mi, era mi único consuelo. Te amaba tanto y te detestaba al mismo tiempo porque sentía que me habías arrancado gran parte de la vida y todo se vio reflejado cuando no pude seguir. Pospuse mi educación universitaria porque sabía que mi mente se había ido contigo, tenía que esperar a que volviera a su lugar, a que ser se acostumbrara a vivir extrañándote.
 


Se tuvo que detener por un momento mientras limpiaba sus lágrimas de una forma desesperada con sus brazos como si con eso todo se fuera a detener, pero sabía de antemano que eso no pasaría pues estaba diciendo todo lo que se había guardado por años enteros.
 


-          Te apoderaste de mi vida y luego te la llevaste contigo – reclamó - ¿Cómo pretendías que continuara con mi vida como si nada pasara?, ¿Cómo creías que te iba a olvidar de un día para otro?
-          Yo nunca pensé que no sufrirías Louis – dijo Harry en su defensa – si yo actué egoísta en ese tiempo, tú lo estás haciendo en este momento porque no estás pensando ni siquiera un segundo en que yo la pasé igual de mal que tú – suspiró frustrado porque quería abrazar al de ojos azules para consolarlo, pero no era lo correcto hasta que terminaran de hablar y si él se lo permitía – mis padres se habían separado, no podía estar con mi madre ya que me odiaba por mi sexualidad y después de que decidí ir con mi padre me di cuenta de que hubiera dado igual el quedarme porque él nunca se encontraba en casa – explicó – no quería que te metieras en problemas con tu familia por el hecho de querer irte conmigo, quería estar contigo pero de la manera correcta, no actuando impulsivamente como sé que lo hubieras hecho de haberte dicho. No quería echar a perder tu vida, pero lo hice y destruí la mía en el acto.
 


Las lágrimas resbalando en las mejillas del chico de rizos una tras otra hicieron que Louis callera en cuenta de que si, que tal vez en ese momento estaba actuando egoísta al pensar únicamente en el dolor que él había sentido, dejando de lado por completo los sentimientos de Harry quien al parecer había sufrido tanto como él.
 


-          Lo siento – dijo Louis – por mi egoísmo… sólo… me dolió y me dejé llevar por eso.
-          Perdóname Lou – todo en su estomago se revolvió al escuchar que el rizado lo llamaba de esa forma – por todo.
 


El de ojos azules asintió y lo abrazó con fuerza como si tuviera miedo de que se le volviera a ir de las manos, como si fuera el último abrazo que se daban.

Las lágrimas del de ojos verdes mojaban el hombro de su camisa y estaba seguro de que las propias lograban el mismo efecto en la ropa de Harry. El sentimiento seguía tan vivo como el primer día y no lo podía creer. Por segunda vez en su vida la espera había valido la pena.
 


-          Te amo – susurró el rizado dentro del abrazo.
 


En el debate interno que se formó no pudo contestar a pesar de que el amor se acumulaba en su garganta así que simplemente lo besó poniendo en ello todo su corazón y los sentimientos que su alma resguardaba logrando que se hiciera realidad lo que ambos se habían imaginado desde el momento en que se habían visto de nuevo en aquella fiesta de su amigo en común.

Ame el capítulo están trabajando juntos oooo que bonito
Ame el capítulo
Síguela cuando puedas

Aaaa me hiciste llorar el comentario mío de arriba fue por que según yo solo habías puesto un capítulo
Pero ya leí los otros
Y aaaaa me hiciste llorar se man se aman siii oh si se aman
Ameeeeee el maratón
Síguela cuando puedas ;)