Promesas {Nicholas Jonas}

Titulo: Promesas
Autor: itsdyana {Sho(:}
Adaptación: Nope.
Género: Drama.
Advertencias: La temática es un tema fuerte pero no muy explicito.
Otras páginas: Nope.

La historia comienza un día de verano, cuando me encontraba tomando el primer avión hacia el olvido, donde todos los sueños rotos son echados en el rincón más oscuro del corazón y es que es lo que sentía, el dolor que provenía de mi corazón ardía tanto que de repente deje de estar en la realidad. Mis ojos miraban una nueva dimensión, un nuevo mundo, no veía nada a mi alrededor, solo oscuridad pero a pesar de ello me sentía protegida en aquel lugar, me sentía bien, mejor que antes.

Cometí un grave error.

De repente comencé a escuchar voces lejanas a mí, no podía diferenciarlas ni siquiera entendía lo que decían, solo sabía que no estaba sola. Gire sobre mí, intentando encontrar a las demás personas pero por más que intentaba no diferenciaba ni una sombra, claro ¿cómo diferenciaría una estando en la oscuridad? Mis pies iniciaron a dar pasos por si solos, diciéndole a mi mente que había algo mas en aquel lugar, me dirigía hacia un nuevo lugar desconocido dentro de un lugar desconocido, no creo que sea lógico pero así era. Mis ojos miraron hacia donde me encontraba parada ya que mis pies no sentían nada bajo de ellos y lo comprobaron después, no estaba sobre nada. Un llanto lejano se hizo presente en mis oídos y no solo era de una persona sino de varias. Seguí caminando cuidando que no me cayera, lo que parecía no ser posible. Intente recordar que había sucedido antes de que encontrara ahí pero los recuerdos no venían a mi mente, era como si me negara a recordar y en el fondo sabía que así era. No quería recordar.

Mis ojos se cegaron por una luz demasiado brillante y blanca ¿Dónde me encontraba?, de apoco fueron abriéndose para notar lo que sucedía. Y fue cuando recordé, todo era tan claro. Mi corazón comenzó a latir de nuevo, mas rápido de lo normal, no me podía creer lo que estaba viendo, no era cierto. El peor error de mi vida.

¡¿Qué hice?!

-estarás bien –susurro un joven.- te lo prometo

Observe mejor la situación que tenía enfrente, mi cuerpo estaba en una camilla totalmente pálido, a mi lado se encontraba un joven que se me hacia desconocido y mas allá en el fondo de la recamara estaba mi madre junto a mi hermana llorando. Mi mente estaba en blanco al recordar lo que había hecho, lo que me obligue a hacer. Mire nuevamente a aquel joven que se encontraba a mi lado, su rostro era como el de un ángel, sus ojos color avellana demostraban una preocupación y sus labios rojos, además su cabello enrulado perfectamente.

Estoy arrepentida, demasiado…


*
-¡júramelo! –le grite a Stephan mientras que de mis ojos salían unas lagrimas- dímelo…

-yo… -su voz silencio. Bajo su mirada- lo siento…

-no… tu… -susurre pero de repente sentía rabia, odio- ¡adiós!

Y esa fue la última vez que lo vi.

Salí de su casa demasiado enojada intentando evitar el dolor que sentía por dentro, me negaba a aceptarlo pero también me negaba a que fuera verdad. Me sentía demasiado débil, no sabía qué hacer, no quería pero necesitaba volver, me tenía que sentir nuevamente bien. No tarde en llegar a la casa de Diego, toque desesperada esperando que abriera.

-dame –susurre. No quería pero lo necesitaba.

-¿Qué? –me dijo el confundido

-droga… ¡algo! –dije gritándole desesperada

Hace años que no probaba nada, que la había dejado pero lo que hace una hora había vivido me había dejado débil, con ganas de olvidar.

-no la habías dejado –su voz sonaba con ironía y una risa burlona.- ¿Por qué ahora quieres?

-¡no te importa! –Y ahí fue cuando solté en llanto.- Stephan… fue ¡Stephan!, el me engaño…

Diego sonrió maliciosamente invitándome a entrar a su casa. Sentí su mirada sobre mí así que voltee a verlo, rápido supe lo que tenía en mente pero deje que él me dijera lo que pensaba, además yo necesitaba tomar algo, respirar y sentirme de nuevo bien.

-te costara, lo sabes –dijo por fin.

-lo que quieras –le conteste desesperada. Lo mire casi suplicante- pero ahora, dame algo ahora
Diego desapareció de la sala. Minutos después regreso con varias bolsitas, llenas de polvo blanco. Le arrebate una y fue cuando comencé, no pude resistir y seguí hasta que no pude parar.

Sentí como Diego comenzó a besarme salvajemente pero yo me negaba, realmente no quería nada, ni siquiera algo pasajero, el fue intensificándolo y comenzó a ser agresivo cuando se dio cuenta que me estaba negando. Me dio una cachetada, me dolió y nuevamente la rabia hace minutos había olvidado ahora la recordaba, lo patee pero pareció no dolerle, me tomo fuertemente de las muñecas, susurrándome algo al oído antes de comenzar a besarme nuevamente. Intentaba zafarme pero Diego era más fuerte, me di cuenta que el no pararía, tenía que cobrarse.

-¡déjame! –le grite pero no me escucho.- ¡suéltame!

Pero no paro.

Nuevamente salía de otra casa llorando pero ahora habían… abusado de mi. Mi vida iba de mal en peor, mas en estos momentos. Camine por las calles mientras que no paraba de sollozar, me sentía sucia y adolorida, débil. Fue cuando cruce una calle y un sonido demasiado agudo hizo ensordecerme, una luz brillante se hacía cada vez más cercana a mí pero no note que sucedió después, simplemente caí desmayado.

Estoy arrepentida.