Once I fell, everything started

• Titulo: Once I fell, everything started
• Autor: Marta (Yo) También está escrita en blogspot
• Adaptación: No
• Género: Ciencia Ficción, drama, romance...
• Contenido: Puede contener palabras malsonantes.
• Advertencias: Intentaré subir capítulo lo más seguido que pueda
• Otras páginas: No

Prólogo

Siento como mi respiración se agita, veo como el mundo está cayendo pero sé que en realidad la que está cayendo soy yo. Escucho los ruidos de fondo, están en segundo plano. Ya no es como antes. Los ojos se me cierran poco a poco. Mi cabeza golpea con fuerza el asfalto de ese callejón. Y así, sin más sé que todo ha acabado, que ya no soy yo. Sé que estoy tumbada en el suelo, inconsciente, sin poder remediar lo que acaba de pasar y en lo único que puedo pensar es como empezó todo.

Mi vida nunca ha sido perfecta. Lo admito. Pero siempre me fue bastante bien. No había peleas, no había discusiones. No me faltaba de nada. Era la niña mimada por sus papis ya que siempre me portaba bien y nunca recibían ninguna queja de mí. Siempre sacaba buenas notas en mis exámenes por lo que tampoco tenían ninguna queja en ese aspecto. Pero todo eso un día empezó a cambiar.

Primera Lectora
Muy buena c: siguela pronto, me dejas en intriga

Salusoa
xo<3

Lizbeth*: escribió:Primera Lectora
Muy buena c: siguela pronto, me dejas en intriga

Salusoa
xo<3

Primera y única por ahora jajaja, la verdad es que no sé cómo hacer para conseguir lectoras pero bueno.
Gracias, prometo subir pronto :))
Besos :)
PD: Me pasaré por la tuya :)

Capítulo 1

El timbre indicaba el final de mis clases, lo único en lo que podía pensar era en llegar a casa y ponerme hablar de las tonterías de siempre con mi hermana. Descansar durante una semana entera de vacaciones que me han dado y relajarme.
Poco a poco empecé a divisar mi casa. Veo que el coche de mi hermana no está aparcado en la entrada como siempre.
Entré a casa, no vi a nadie, eso es más que raro. A estas horas mi casa estaba llena de gente, mamá, papá, mi hermanita mayor y la abuela y no había nadie. La casa estaba completamente vacía.
Subí a mi habitación con intención de dejar la mochila y el abrigo y coger el móvil para intentar saber de mis familiares perdidos.
Anduve por el pasillo, la habitación de mi hermana estaba antes que la mía así que decidí mirar para ver si estaba con los cascos puestos y no me había oído.
Abrí la puerta en su busca pero no estaba, ni ella ni sus cosas, nada.
Llegué a mi habitación demasiado extrañada. Vi a mi madre sentada al borde de la cama llorando. Tenía el regalo que me había hecho mi hermana cuando cumplí mis 18. Algo pasaba y como no lo averiguara pronto moriría de la angustia pero parecía que ese día nadie quería decirme nada.
Me senté frente a la ventana, al lado de mi madre. Ella no paraba de acariciar el billete de avión que había recibido de mi hermana con la mirada fija en la ventana.
-¿Dónde está?
-Cuando llegué ya no quedaba nada de ella
En ese momento supe que mi hermana había desaparecido y había desaparecido por que ella quería pero para nosotros eso no importaba. Lo que importaba en ese momento era que no sabíamos nada de ella y ahí fue cuando la perdí de vista. Ahí fue cuando todo empezó a cambiar.
Pasaron dos días hasta que conseguí salir de casa a despejarme, mis pulmones necesitaban algo de aire nuevo. Ahí dentro me estaba asfixiando, la echaba de menos, los echaba de menos a todos. Ninguno hacia nada por intentar seguir a delante. Mi padre dejo de pasar tiempo en casa, se encerraba en la oficina desde las 6 de la mañana hasta las 11 de la noche. Mi madre no estaba, simplemente no era ella, deambulaba por los pasillos como un fantasma, con la mirada caída en el suelo, los brazos caían sin fuerza a cada lado de su cuerpo que estaba notablemente más delgado.
Y ante todo eso a mí no me quedaba otra que pasarlo mal parecía que nadie se daba cuenta de que yo todavía estaba allí, observando como se derrumbaban cada vez más.
Ya en las calles paseaba y paseaba hasta que veía que el sol se ocultaba por completo y la oscuridad ya salía, pero ese día todo iba a ser distinto.
Hacia por lo menos una hora que ya no conocía las calles por las que andaba. Hacia por lo menos una hora que el sol había desaparecido y que las farolas solo centelleaban a mi paso. Pasaba por un calle estrecha con callejones que cruzaban perpendiculares cada dos casas. Eran casas pequeñas, de un solo piso que ni siquiera estaban iluminadas. No me preocupaba la hora ya que ni siquiera me llamarían para preguntarme, hacía días que ya no eran mis padres, no los de siempre.
Vi una figura andando por la acera de enfrente, no paraba de mirar hacia atrás como asegurándose de algo. Me costó unos segundos entender que huía de alguien, y ese alguien había aparecido detrás de la figura con un arma en la mano. Mi reacción fue esconderme en un callejón asomando la cabeza por la esquina, quería saber lo que iba a pasar. Se escuchó un disparo, vi como la figura que huía cae al suelo desplomada y ese alguien del que huía salía corriendo en dirección opuesta a la que me encontraba. Me acerqué a observar a la figura mientras atinaba a sacar mi móvil para llamar a la ambulancia. Me acerqué a la persona tendida en el suelo después de asegurarme que la ambulancia estaba de camino. Según me iba acercando pude empezar a distinguir un olor, el olor del asesino. Era una mezcla entre colonia fuerte como un litro entero de colonia de hombre con un litro de vodka, era un olor desagradable muy desagradable. Y ahora es cuando vi el cuerpo, cuando lo reconocí y cuando desearía no haber venido a estas calles, ni haber esperado a que cayese el sol, ni haberme escondido en vez de irme, ni haberme acercado a ver quien era. Y ahora era cuando me daba cuenta de que la persona que estaba tendida en el suelo era mi padre.