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El Contrato - Ziall (HOT)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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El Contrato - Ziall (HOT)
Anotación:
ZAYN MALIK: Rico, noble, encantador... Y a punto de perder una inmensa fortuna si no encuentra esposo antes de dos días. Para solucionar su acuciante problema ha contratado los servicios de Nialler Horan, que no resultará ser la mujer de negocios que esperaba, sino un hombre joven, de su misma edad, bastante atractivo a simple vista y provocador.
NIALL HORAN: Propietario de la agencia matrimonial Alliance, soltero y fuera de la lista de candidatos... Hasta que Zayn Malik le propone un contrato de un año y una remuneración de diez millones de dólares. Lo único que tiene que hacer es guardarse la irresistible atracción que siente hacia su recién estrenado esposo para é solo y mantenerse alejado de su cama. Pero los dulces besos de Zayn y su innegable encanto no se lo van a poner nada fácil. Ahora solo le queda proteger su corazón para salir airoso cuando su mercenario matrimonio llegue a su fin.
Quiero que quede totalmente claro que la novela es una adaptación de "El Contrato" de Catherine Bybee. Si la gente comienza a leer subiré capítulos, sino, evidentemente, no subiré. :)
ZAYN MALIK: Rico, noble, encantador... Y a punto de perder una inmensa fortuna si no encuentra esposo antes de dos días. Para solucionar su acuciante problema ha contratado los servicios de Nialler Horan, que no resultará ser la mujer de negocios que esperaba, sino un hombre joven, de su misma edad, bastante atractivo a simple vista y provocador.
NIALL HORAN: Propietario de la agencia matrimonial Alliance, soltero y fuera de la lista de candidatos... Hasta que Zayn Malik le propone un contrato de un año y una remuneración de diez millones de dólares. Lo único que tiene que hacer es guardarse la irresistible atracción que siente hacia su recién estrenado esposo para é solo y mantenerse alejado de su cama. Pero los dulces besos de Zayn y su innegable encanto no se lo van a poner nada fácil. Ahora solo le queda proteger su corazón para salir airoso cuando su mercenario matrimonio llegue a su fin.
Quiero que quede totalmente claro que la novela es una adaptación de "El Contrato" de Catherine Bybee. Si la gente comienza a leer subiré capítulos, sino, evidentemente, no subiré. :)
Sam1D
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
new reader reportandose *--* se ve super interesante la sinopsis TIENES QUE SEGUIRLA PRONTO....
PDTA: Coloca la ficha no quiero que te borren el tema...
jndskzjf no me presente Hii soy... dime Fer primer lector supongo sjfnjksfn y QUIERO QUE LA SIGAS PRONTOOO
PDTA: Coloca la ficha no quiero que te borren el tema...
jndskzjf no me presente Hii soy... dime Fer primer lector supongo sjfnjksfn y QUIERO QUE LA SIGAS PRONTOOO
Fer.
Capitulo 1.
—Necesito una esposa, Liam, y la necesito para ayer.
Sentado en la parte de atrás de su coche, de camino ni más ni menos que a un Starbucks, Zayn Malik miró el reloj por décima vez en menos de una hora.
La carcajada de sorpresa de Liam acabó de crisparle los nervios.
—Pues escoge a una cualquiera y dirígete al altar.
El consejo despreocupado de su mejor amigo le habría resultado útil si Zayn confiara en las mujeres de su vida. Tristemente, no podía hacerlo.
—¿Y arriesgarme a perderlo todo? Me conoces bien. Lo último que necesito es que las emociones se interpongan en algo tan importante como un acuerdo matrimonial. —Precisamente eso, un acuerdo, era lo que Zayn necesitaba. Un contrato, un convenio mercantil que beneficiara a ambas partes durante el curso de un año. Luego podrían tomar caminos distintos y no volver a verse nunca más.
—Algunas de las mujeres con los que sueles aparecer en público estarían encantados de firmar un acuerdo prematrimonial.
Ya había pensado en ello, pero había trabajado tan duro para construirse una reputación de cabrón insensible que ahora no veía la necesidad de arruinarla fingiéndose enamorado, y todo con el objetivo de conseguir que una mujer accediera a subir con él las escaleras del juzgado.
—Necesito a alguien que esté de acuerdo con mi plan, alguien por quien no sienta ni la más remota atracción.
—¿Estás seguro de que este servicio de citas es lo más adecuado?
—De parejas, no de citas.
—¿Cuál es la diferencia?
—No te buscan a alguien que se adapte a tus intereses amorosos, sino a tu plan de vida.
—Qué romántico. —El sarcasmo de Liam sonó con tanta contundencia como un grito.
—Al parecer no soy la única persona en mi situación.
Liam se atragantó en medio de una carcajada.
—En serio —consiguió articular—, no conozco a ningún hombre con tu título y tu dinero que necesite llamar a una extraño para que le ayude a sentar la cabeza.
—Esta tiene muy buenas referencias. Es una mujer de negocios que ayuda a hombres como yo en situaciones similares.
—¿Cómo se llama?
—Nialler Horan.
—Nunca he oído hablar de ella, además, parece nombre de chico.
A dos bloques del lugar del encuentro les pilló un atasco en la intersección de dos calles. Los segundos no dejaban de pasar y ya llegaba tarde a la cita. Maldición, Zayn odiaba llegar tarde.
—Tengo que irme.
—Espero que sepas lo que estás haciendo.
—Estoy haciendo negocios, Liam.
Su amigo resopló para mostrar su desaprobación.
—Lo sé. Son las relaciones las que se te dan como el culo.
—Que te follen. —Pero Zayn sabía que su amigo tenía razón.
—No eres mi tipo.
El chófer de Zayn dio un golpe de volante y cambió de carril. Implacable, justo como le gustaba a su jefe.
—Quedamos esta noche para tomar algo.
Zayn colgó el teléfono, lo guardó en el bolsillo del abrigo y se reclinó en el respaldo del asiento. Llegaba tarde, ¿y qué? Los hombres de su posición podían presentarse media hora después de lo acordado y aun así la gente se deshacía en atenciones como si fuera culpa suya. Mucho dependía de aquel encuentro. Tenía que encontrar esposa antes de una semana si quería conservar la propiedad ancestral de su familia que iba unida al título, por no mencionar lo que quedara de la fortuna de su padre, y todo ello dependía de Nialler Horan.
Confiaba en que el contacto que le había proporcionado su asistente personal supiera lo que se hacía. En caso contrario, Zayn se vería obligado a tratar el asunto del matrimonio con Jacqueline, o quizá con Vanessa. Jacqueline prefería su independencia al dinero que él pudiera proporcionarle, y el hecho de que tuviera algún que otro amante además de Zayn la eliminaba automáticamente de la ecuación. Solo quedaba Vanessa. Guapa, rubia y una muy firme candidata a convertirse en su ex por los comentarios sobre la exclusividad que solía hacer de vez en cuando. Sin embargo, no le gustaba la idea de tener que recurrir a ella. Cierto, a veces se comportaba como un cabrón, pero nunca era cruel; aunque seguro que más de una no estaría de acuerdo. Los tabloides le tildaban de astuto y pretencioso; si descubrían lo que se traía entre manos, publicarían la historia y lo convertirían todo en una broma de mal gusto. Prefería evitar el escándalo. No obstante, la vida siempre era implacable, por lo que necesitaba que su falso matrimonio pareciera lo más real posible si quería tener contentos a los abogados de su padre.
Neil detuvo el coche, largo y negro, junto a la acera y se apresuró a abrirle la puerta. Habían llegado al punto de encuentro acordado, una de las famosas cafeterías de la cadena blanca y verde. Zayn se dirigió hacia la puerta del establecimiento, con el maletín en una mano e ignorando las miradas que se volvían a su paso. Mientras observaba las mesas en busca de una mujer que coincidiera con la imagen que se había hecho de Nialler Horan, el delicioso aroma de los granos de café recién molidos inundó sus sentidos. Zayn esperaba encontrarse con una mujer trajeado y con una carpeta repleta de informes sobre futuribles esposas.
El primer repaso no dio ningún fruto, así que se quitó las gafas de sol y empezó de nuevo. Una pareja joven, armado cada uno con un portátil, tomaban café con leche sentados el uno frente al otro en una mesa pequeña. Junto a ellos, un hombre con bermudas y camiseta discutía con alguien por teléfono. Frente al mostrador esperaba una pareja con un carrito de bebé. Zayn se dirigió hacia el fondo del local y descubrió la silueta de un hombre sentado de espaldas a la puerta, con un cabello ligeramente de punta y de color rubio. No paraba de mover los pies como si estuviera nervioso, o quizá estaba escuchando música por los auriculares que llevaba puestos. Zayn divisó a una mujer sentada a solas en un sillón. Llevaba unos pantalones de traje y aparentaba casi cincuenta años. En lugar de un maletín, sostenía un libro. Zayn entornó la mirada hasta captar su atención, pero en lugar de reaccionar, la mujer bajó de nuevo los ojos y siguió leyendo.
Maldita sea, quizá Nialler Horan estaba atrapada en el mismo atasco del que él acababa de escapar.
Llegar tarde nunca resultaba oportuno en lo que a futuros clientes se refiere, fuera cual fuese el negocio en cuestión.
Si Zayn hubiera tenido otra elección, se habría marchado de allí sin pensárselo dos veces.
Pasó junto al rubio solitario, rodeó el carrito y pidió un café solo, resignado a sentarse y esperar unos minutos. Dejó el maletín sobre una mesa vacía y, cuando oyó que el chico que atendía tras el mostrador decía su nombre, se dio la vuelta para recoger el pedido.
De pronto sintió el peso inconfundible de una mirada recorriéndole la espalda. Examinó la sala en busca de la persona que lo observaba. Al instante, unos ojos azules se entornaron mientras lo miraban de arriba abajo. El hombre rubio que esperaba a solas no estaba escuchando música o leyendo una revista. Lo miraba directamente a él.
Sus ojos, de una belleza impresionante, se posaron por un instante en un pequeño ordenador portátil que descansaba frente a él antes de regresar nuevamente a Zayn. Un destello iluminó el rostro del hombre cuando lo reconoció. Él ya había visto aquella expresión antes, cada vez que alguien relacionaba su nombre con su imagen. Allí, en Londres, la frecuencia de aquella reacción no era tan habitual como en su país, pero aun así Zayn lo reconoció al instante.
El hombre parecía bastante inofensivo. Al menos hasta que abrió la boca y se dirigió a él.
—Llega tarde.
Dos palabras, solo dos, pronunciadas con una voz tan grave que rezumaba pecado y que dejaba en ridículo a las operadoras de las líneas eróticas, fueron más que suficientes para dejar a Zayn sin habla.
—¿Disculpe? —consiguió decir al fin, al comprender las palabras del hombre.
—Es usted el señor Malik, ¿verdad?
La pregunta era sencilla, pero Zayn era incapaz de entenderla. Contestó como si tuviera conectado el piloto automático, absolutamente desconcertado por aquel hombre que tenía delante.
—El mismo.
Él se puso de pie. Era de su misma altura.
—Nialler Horan —se presentó, y le ofreció la mano a modo de saludo.
Zayn no estaba acostumbrado a que le pusieran los puntos sobre las íes. Sin embargo, el hombre que tenía delante acababa de hacerlo y apenas había necesitado un par de palabras para conseguirlo. Zayn estrechó la mano que el le ofrecía y sintió una oleada de calor recorriéndole el cuerpo. Cuando sus manos se tocaron, la mirada penetrante y la sonrisa confiada de é desaparecieron de su rostro durante una milésima de segundo. Tenía la piel fría, a pesar de que su actitud denotaba un control absoluto.
—No es una mujer. —Zayn reprimió un grito. Aquello era probablemente lo más estúpido que le había dicho a un hombre en toda su vida.
El señor Horan, sin embargo, no se alteró ni un ápice.
—Nunca lo he sido. —Le dedicó una sonrisa de dientes perfectos mientras retiraba la mano que Zayn empezó a echar de menos al instante.
—Me esperaba a una mujer.
—Eso no suele pasarme. —Señaló la silla que tenía delante—. ¿Por qué no toma asiento y nos ponemos manos a la obra?
Él dudó, debatiéndose entre seguir adelante con aquella «entrevista» u optar por un posible cambio de género del hombre que tenía enfrente. Aquel hombre era la viva imagen de la contradicción y Zayn todavía no sabía nada de él.
Le daría diez minutos de margen para que le demostrara que podía ocuparse de sus necesidades. En caso contrario, pasaría página y exploraría otras opciones.
Zayn se desabrochó el primer botón de la americana antes de ocupar su lugar en la mesa.
—¿Nialler procede de Niall?
—Sí. —Sin levantar la mirada, Niall sacó unos papeles del pequeño maletín que descansaba a un lado de su silla. La breve sonrisa había desaparecido y en su lugar sus labios dibujaban una fina línea recta.
—¿Se hace llamar Nialler para engañar a sus clientes?
La mano de Niall dudó un instante antes de empujar el montón de papeles hacia Zayn.
—Ya le he dicho que no me suele pasar.
Lo miró con detenimiento, sin decir lo que pensaba en voz alta. Niall inclinó la cabeza a un lado y continuó.
—Usted mismo se delata, señor Malik. Déjeme ver si soy capaz de leer sus intenciones. En su cabeza, me ha concedido un tiempo máximo para demostrar mi valía. ¿Cuánto? ¿Veinte minutos?
—Diez —le espetó Zayn, incapaz de contenerse. ¿Qué tenía aquel hombre de voz aterciopelada para haberle robado la capacidad de morderse la lengua?
Niall sonrió de nuevo y Zayn sintió un nudo de deseo, inoportuno e inesperado, en la boca del estómago.
—Diez minutos —repitió él—. Para perfilar al detalle un plan con el que encontrarle la esposa perfecta, teniendo en cuenta sus problemas de tiempo. Un hombre de negocios como usted espera eficiencia, rapidez y ningún tipo de lastre emocional que pueda complicar las cosas. —Lo miró y sus ojos miel no flaquearon ni un segundo. Mientras pronunciaba cada palabra con aquella voz de línea erótica, su nariz, respingona, se le antojó demasiado inocente sobre unos labios de un color rosa delicioso—. De momento, ¿estoy en lo cierto?
—Completamente.
—Las mujeres son seres emocionales, por eso su asistente se puso en contacto conmigo para contratar mis servicios. Si no me equivoco, muchas mujeres venderían el alma al diablo para casarse con usted, señor Malik, pero no confía lo suficiente en ellas como para hacerlas merecedoras de su título.
Casi siempre era él quien perfilaba sus necesidades, por lo que debería sentirse expuesto con un cambio de papeles tan radical como aquel. Sin embargo, al escuchar a Nialler Horan, que obviamente no era una mujer, exponer su dilema con tanta claridad no se sintió vulnerable, sino más bien reconfortado. Había acudido al lugar acertado para encontrar la solución a su problema.
—¿Cómo sé que puedo fiarme de la mujer que usted me encuentre?
—Investigo a todas las candidatas de mi agenda a conciencia, al igual que lo hago con el cliente. Cuentas detalladas, obligaciones fiscales, hábitos personales y cualquier posible secreto familiar.
—Habla como un detective privado.
—No llego a tanto, pero entiendo que a usted se lo parezca. Me dedico a unir a personas.
Zayn se reclinó en la silla y cruzó los brazos. Decidió que le gustaba aquel hombre, así que añadió diez minutos más al tiempo que le había concedido.
—¿Le parece que continuemos?
Él cogió su café y asintió. Niall sacó un bolígrafo del maletín y giró el montón de papeles que había dejado sobre la mesa de modo que Zayn pudiera leerlos.
—Me gustaría hacerle unas preguntas antes de decidir si quiero seguir adelante con esto.
Zayn arqueó una ceja al oír aquello. Interesante.
—¿Cuánto tiempo tengo para demostrarle mi valía, señor Horan?
—Cinco minutos —respondió él, mirándole a través de sus largas pestañas.
Él se inclinó hacia delante, intrigado por lo que Niall pudiera sacar en claro de él en tan poco tiempo.
—¿Le han detenido alguna vez?
Su historial estaba limpio, pero esa no era la pregunta. Sabía que si le mentía, Niall recogería sus cosas y saldría inmediatamente por la puerta.
—Con diecisiete años le di un puñetazo a un chico que iba detrás de mi hermana. Los cargos fueron retirados. —Como ocurría con todos los chicos de su mismo estatus social.
—¿Alguna vez ha pegado a una mujer?
Los músculos de su mentón se tensaron.
—Nunca.
—¿Y ha sentido la necesidad de hacerlo? —Ahora lo miraba fijamente, sin apartar los ojos.
—No. —La violencia no cuadraba para nada con su personalidad.
—Necesito el nombre de su amigo más cercano.
—Liam Payne.
Niall tomó nota del nombre.
—¿Peor enemigo?
Zayn no se esperaba esa pregunta.
—No estoy muy seguro de qué contestar a eso.
—Entonces permítame que se lo pregunte de otra manera. ¿A qué persona de su entorno le gustaría ver que sufre usted algún tipo de daño?
Su primer impulso fue repasar la lista de socios que pudieran haberse sentido menospreciados por su culpa a lo largo de los años. A esas alturas de la vida, ninguno de ellos se sentiría mejor si a él le pasara algo. Solo se le ocurría una persona que podría ver las cosas desde otra perspectiva.
—¿En quién está pensando, señor Malik?
Zayn tomó un trago de café y sintió cómo se precipitaba hacia el fondo de su estómago con un sonido sordo.
—Solo hay una persona.
Niall levantó la mirada, expectante.
—Mi primo, Howard Walker.
Una leve vibración en la mandíbula, una caída imperceptible de hombros, eso fue lo
único que reflejó el impacto de sus palabras en él. Para sorpresa de Zayn, Niall Horan anotó la información y no siguió preguntando. Cogió la primera página del montón de papeles y le entregó el resto.
—Necesito que rellene esto. Me lo puede enviar por fax al número que aparece al final de la página ocho.
—¿He pasado su examen, señor Horan?
—La honestidad es algo que debe ser mantenido a lo largo del proceso. Hasta el momento, estoy conforme con el resultado.
Ahora le tocaba a él sonreír.
—Podría haber mentido sobre los cargos por agresión.
Niall empezó a recoger sus cosas.
—Su nombre era Drew Falsworth. Usted tenía diecisiete años y dos meses cuando le rompió la nariz en un partido de polo en la escuela privada a la que ambos asistían. Drew tenía reputación de salir con chicas el tiempo suficiente para llevárselas a la cama antes de dejarlas e ir a por la siguiente. Su hermana fue lista y se mantuvo alejada de él. Si no hubiera golpeado a ese cabrón para proteger a su hermana, o si me hubiese mentido y yo lo hubiera descubierto, esta entrevista se habría acabado y ni siquiera le habría dado tiempo a sentarse.
—¿Cómo demonios...?
—Tengo una lista de contactos muy larga. Estoy segura de que sabrá los nombres de muchos de ellos antes de que se acabe el día.
Por descontado. Estaría hablando por teléfono con su asistente antes de llegar al coche.
—¿Cuánto me va a costar esto, señor Horan?
—Considéreme su agente. Cuando sus abogados redacten el acuerdo prematrimonial, tenga en cuenta que tendrá que pagarme el veinte por ciento de lo que le ofrezca a su futura esposa. Por adelantado.
—¿Y si solo le ofrezco un pequeño estipendio?
—Las mujeres con las que trabajo tienen un mínimo establecido que consta en ese montón de papeles.
—¿Y si la mujer que me encuentre no se atiene a su parte del trato? ¿Y si al pasar el año intenta oponerse al acuerdo?
Niall se puso en pie y Zayn no tuvo más remedio que imitarla.
—No lo hará.
—Parece muy seguro de ello.
—La cantidad de dinero predeterminada, la parte que le corresponde a ella, va directamente a una cuenta. Si su futura esposa intentara conseguir más, ese dinero serviría para que sus abogados la aplastaran. El sobrante sería para usted. El único supuesto en que esto cambiaría sería con la llegada de un niño, siempre que una prueba de paternidad demostrara que usted es el padre. No soy muy partidaria de los tribunales de familia, y menos con niños de por medio. Depende de su capacidad para controlar sus instintos más básicos, señor Malik. Eso, claro está, si su intención es poner punto final al matrimonio una vez pasado el año acordado. En caso contrario, les deseo que sean felices y que le pongan mi nombre a su primer hijo.
Lo tenía todo pensado. Decir que Zayn estaba impresionado sería quedarse corto.
—Necesito esos papeles esta misma tarde, antes de las tres. Me pondré en contacto con usted sobre las cinco, con una lista de posibles candidatas. Concertaremos los
encuentros para mañana, si es que sus obligaciones se lo permiten.
Zayn se agachó, recogió el maletín de Nialler y se lo entregó. Él se pasó una de sus manos por sus cabellos, revolviéndolos y preguntó.
—¿Tiene alguna otra pregunta para mí, señor Malik? ¿O debería llamarle excelencia?
La lentitud con la que su lengua envolvió el tratamiento con aquella voz tan hipnótica se le antojó algo a lo que podría acostumbrase fácilmente. No le importaría volver a escucharlo, quizá por teléfono...
Sentado en la parte de atrás de su coche, de camino ni más ni menos que a un Starbucks, Zayn Malik miró el reloj por décima vez en menos de una hora.
La carcajada de sorpresa de Liam acabó de crisparle los nervios.
—Pues escoge a una cualquiera y dirígete al altar.
El consejo despreocupado de su mejor amigo le habría resultado útil si Zayn confiara en las mujeres de su vida. Tristemente, no podía hacerlo.
—¿Y arriesgarme a perderlo todo? Me conoces bien. Lo último que necesito es que las emociones se interpongan en algo tan importante como un acuerdo matrimonial. —Precisamente eso, un acuerdo, era lo que Zayn necesitaba. Un contrato, un convenio mercantil que beneficiara a ambas partes durante el curso de un año. Luego podrían tomar caminos distintos y no volver a verse nunca más.
—Algunas de las mujeres con los que sueles aparecer en público estarían encantados de firmar un acuerdo prematrimonial.
Ya había pensado en ello, pero había trabajado tan duro para construirse una reputación de cabrón insensible que ahora no veía la necesidad de arruinarla fingiéndose enamorado, y todo con el objetivo de conseguir que una mujer accediera a subir con él las escaleras del juzgado.
—Necesito a alguien que esté de acuerdo con mi plan, alguien por quien no sienta ni la más remota atracción.
—¿Estás seguro de que este servicio de citas es lo más adecuado?
—De parejas, no de citas.
—¿Cuál es la diferencia?
—No te buscan a alguien que se adapte a tus intereses amorosos, sino a tu plan de vida.
—Qué romántico. —El sarcasmo de Liam sonó con tanta contundencia como un grito.
—Al parecer no soy la única persona en mi situación.
Liam se atragantó en medio de una carcajada.
—En serio —consiguió articular—, no conozco a ningún hombre con tu título y tu dinero que necesite llamar a una extraño para que le ayude a sentar la cabeza.
—Esta tiene muy buenas referencias. Es una mujer de negocios que ayuda a hombres como yo en situaciones similares.
—¿Cómo se llama?
—Nialler Horan.
—Nunca he oído hablar de ella, además, parece nombre de chico.
A dos bloques del lugar del encuentro les pilló un atasco en la intersección de dos calles. Los segundos no dejaban de pasar y ya llegaba tarde a la cita. Maldición, Zayn odiaba llegar tarde.
—Tengo que irme.
—Espero que sepas lo que estás haciendo.
—Estoy haciendo negocios, Liam.
Su amigo resopló para mostrar su desaprobación.
—Lo sé. Son las relaciones las que se te dan como el culo.
—Que te follen. —Pero Zayn sabía que su amigo tenía razón.
—No eres mi tipo.
El chófer de Zayn dio un golpe de volante y cambió de carril. Implacable, justo como le gustaba a su jefe.
—Quedamos esta noche para tomar algo.
Zayn colgó el teléfono, lo guardó en el bolsillo del abrigo y se reclinó en el respaldo del asiento. Llegaba tarde, ¿y qué? Los hombres de su posición podían presentarse media hora después de lo acordado y aun así la gente se deshacía en atenciones como si fuera culpa suya. Mucho dependía de aquel encuentro. Tenía que encontrar esposa antes de una semana si quería conservar la propiedad ancestral de su familia que iba unida al título, por no mencionar lo que quedara de la fortuna de su padre, y todo ello dependía de Nialler Horan.
Confiaba en que el contacto que le había proporcionado su asistente personal supiera lo que se hacía. En caso contrario, Zayn se vería obligado a tratar el asunto del matrimonio con Jacqueline, o quizá con Vanessa. Jacqueline prefería su independencia al dinero que él pudiera proporcionarle, y el hecho de que tuviera algún que otro amante además de Zayn la eliminaba automáticamente de la ecuación. Solo quedaba Vanessa. Guapa, rubia y una muy firme candidata a convertirse en su ex por los comentarios sobre la exclusividad que solía hacer de vez en cuando. Sin embargo, no le gustaba la idea de tener que recurrir a ella. Cierto, a veces se comportaba como un cabrón, pero nunca era cruel; aunque seguro que más de una no estaría de acuerdo. Los tabloides le tildaban de astuto y pretencioso; si descubrían lo que se traía entre manos, publicarían la historia y lo convertirían todo en una broma de mal gusto. Prefería evitar el escándalo. No obstante, la vida siempre era implacable, por lo que necesitaba que su falso matrimonio pareciera lo más real posible si quería tener contentos a los abogados de su padre.
Neil detuvo el coche, largo y negro, junto a la acera y se apresuró a abrirle la puerta. Habían llegado al punto de encuentro acordado, una de las famosas cafeterías de la cadena blanca y verde. Zayn se dirigió hacia la puerta del establecimiento, con el maletín en una mano e ignorando las miradas que se volvían a su paso. Mientras observaba las mesas en busca de una mujer que coincidiera con la imagen que se había hecho de Nialler Horan, el delicioso aroma de los granos de café recién molidos inundó sus sentidos. Zayn esperaba encontrarse con una mujer trajeado y con una carpeta repleta de informes sobre futuribles esposas.
El primer repaso no dio ningún fruto, así que se quitó las gafas de sol y empezó de nuevo. Una pareja joven, armado cada uno con un portátil, tomaban café con leche sentados el uno frente al otro en una mesa pequeña. Junto a ellos, un hombre con bermudas y camiseta discutía con alguien por teléfono. Frente al mostrador esperaba una pareja con un carrito de bebé. Zayn se dirigió hacia el fondo del local y descubrió la silueta de un hombre sentado de espaldas a la puerta, con un cabello ligeramente de punta y de color rubio. No paraba de mover los pies como si estuviera nervioso, o quizá estaba escuchando música por los auriculares que llevaba puestos. Zayn divisó a una mujer sentada a solas en un sillón. Llevaba unos pantalones de traje y aparentaba casi cincuenta años. En lugar de un maletín, sostenía un libro. Zayn entornó la mirada hasta captar su atención, pero en lugar de reaccionar, la mujer bajó de nuevo los ojos y siguió leyendo.
Maldita sea, quizá Nialler Horan estaba atrapada en el mismo atasco del que él acababa de escapar.
Llegar tarde nunca resultaba oportuno en lo que a futuros clientes se refiere, fuera cual fuese el negocio en cuestión.
Si Zayn hubiera tenido otra elección, se habría marchado de allí sin pensárselo dos veces.
Pasó junto al rubio solitario, rodeó el carrito y pidió un café solo, resignado a sentarse y esperar unos minutos. Dejó el maletín sobre una mesa vacía y, cuando oyó que el chico que atendía tras el mostrador decía su nombre, se dio la vuelta para recoger el pedido.
De pronto sintió el peso inconfundible de una mirada recorriéndole la espalda. Examinó la sala en busca de la persona que lo observaba. Al instante, unos ojos azules se entornaron mientras lo miraban de arriba abajo. El hombre rubio que esperaba a solas no estaba escuchando música o leyendo una revista. Lo miraba directamente a él.
Sus ojos, de una belleza impresionante, se posaron por un instante en un pequeño ordenador portátil que descansaba frente a él antes de regresar nuevamente a Zayn. Un destello iluminó el rostro del hombre cuando lo reconoció. Él ya había visto aquella expresión antes, cada vez que alguien relacionaba su nombre con su imagen. Allí, en Londres, la frecuencia de aquella reacción no era tan habitual como en su país, pero aun así Zayn lo reconoció al instante.
El hombre parecía bastante inofensivo. Al menos hasta que abrió la boca y se dirigió a él.
—Llega tarde.
Dos palabras, solo dos, pronunciadas con una voz tan grave que rezumaba pecado y que dejaba en ridículo a las operadoras de las líneas eróticas, fueron más que suficientes para dejar a Zayn sin habla.
—¿Disculpe? —consiguió decir al fin, al comprender las palabras del hombre.
—Es usted el señor Malik, ¿verdad?
La pregunta era sencilla, pero Zayn era incapaz de entenderla. Contestó como si tuviera conectado el piloto automático, absolutamente desconcertado por aquel hombre que tenía delante.
—El mismo.
Él se puso de pie. Era de su misma altura.
—Nialler Horan —se presentó, y le ofreció la mano a modo de saludo.
Zayn no estaba acostumbrado a que le pusieran los puntos sobre las íes. Sin embargo, el hombre que tenía delante acababa de hacerlo y apenas había necesitado un par de palabras para conseguirlo. Zayn estrechó la mano que el le ofrecía y sintió una oleada de calor recorriéndole el cuerpo. Cuando sus manos se tocaron, la mirada penetrante y la sonrisa confiada de é desaparecieron de su rostro durante una milésima de segundo. Tenía la piel fría, a pesar de que su actitud denotaba un control absoluto.
—No es una mujer. —Zayn reprimió un grito. Aquello era probablemente lo más estúpido que le había dicho a un hombre en toda su vida.
El señor Horan, sin embargo, no se alteró ni un ápice.
—Nunca lo he sido. —Le dedicó una sonrisa de dientes perfectos mientras retiraba la mano que Zayn empezó a echar de menos al instante.
—Me esperaba a una mujer.
—Eso no suele pasarme. —Señaló la silla que tenía delante—. ¿Por qué no toma asiento y nos ponemos manos a la obra?
Él dudó, debatiéndose entre seguir adelante con aquella «entrevista» u optar por un posible cambio de género del hombre que tenía enfrente. Aquel hombre era la viva imagen de la contradicción y Zayn todavía no sabía nada de él.
Le daría diez minutos de margen para que le demostrara que podía ocuparse de sus necesidades. En caso contrario, pasaría página y exploraría otras opciones.
Zayn se desabrochó el primer botón de la americana antes de ocupar su lugar en la mesa.
—¿Nialler procede de Niall?
—Sí. —Sin levantar la mirada, Niall sacó unos papeles del pequeño maletín que descansaba a un lado de su silla. La breve sonrisa había desaparecido y en su lugar sus labios dibujaban una fina línea recta.
—¿Se hace llamar Nialler para engañar a sus clientes?
La mano de Niall dudó un instante antes de empujar el montón de papeles hacia Zayn.
—Ya le he dicho que no me suele pasar.
Lo miró con detenimiento, sin decir lo que pensaba en voz alta. Niall inclinó la cabeza a un lado y continuó.
—Usted mismo se delata, señor Malik. Déjeme ver si soy capaz de leer sus intenciones. En su cabeza, me ha concedido un tiempo máximo para demostrar mi valía. ¿Cuánto? ¿Veinte minutos?
—Diez —le espetó Zayn, incapaz de contenerse. ¿Qué tenía aquel hombre de voz aterciopelada para haberle robado la capacidad de morderse la lengua?
Niall sonrió de nuevo y Zayn sintió un nudo de deseo, inoportuno e inesperado, en la boca del estómago.
—Diez minutos —repitió él—. Para perfilar al detalle un plan con el que encontrarle la esposa perfecta, teniendo en cuenta sus problemas de tiempo. Un hombre de negocios como usted espera eficiencia, rapidez y ningún tipo de lastre emocional que pueda complicar las cosas. —Lo miró y sus ojos miel no flaquearon ni un segundo. Mientras pronunciaba cada palabra con aquella voz de línea erótica, su nariz, respingona, se le antojó demasiado inocente sobre unos labios de un color rosa delicioso—. De momento, ¿estoy en lo cierto?
—Completamente.
—Las mujeres son seres emocionales, por eso su asistente se puso en contacto conmigo para contratar mis servicios. Si no me equivoco, muchas mujeres venderían el alma al diablo para casarse con usted, señor Malik, pero no confía lo suficiente en ellas como para hacerlas merecedoras de su título.
Casi siempre era él quien perfilaba sus necesidades, por lo que debería sentirse expuesto con un cambio de papeles tan radical como aquel. Sin embargo, al escuchar a Nialler Horan, que obviamente no era una mujer, exponer su dilema con tanta claridad no se sintió vulnerable, sino más bien reconfortado. Había acudido al lugar acertado para encontrar la solución a su problema.
—¿Cómo sé que puedo fiarme de la mujer que usted me encuentre?
—Investigo a todas las candidatas de mi agenda a conciencia, al igual que lo hago con el cliente. Cuentas detalladas, obligaciones fiscales, hábitos personales y cualquier posible secreto familiar.
—Habla como un detective privado.
—No llego a tanto, pero entiendo que a usted se lo parezca. Me dedico a unir a personas.
Zayn se reclinó en la silla y cruzó los brazos. Decidió que le gustaba aquel hombre, así que añadió diez minutos más al tiempo que le había concedido.
—¿Le parece que continuemos?
Él cogió su café y asintió. Niall sacó un bolígrafo del maletín y giró el montón de papeles que había dejado sobre la mesa de modo que Zayn pudiera leerlos.
—Me gustaría hacerle unas preguntas antes de decidir si quiero seguir adelante con esto.
Zayn arqueó una ceja al oír aquello. Interesante.
—¿Cuánto tiempo tengo para demostrarle mi valía, señor Horan?
—Cinco minutos —respondió él, mirándole a través de sus largas pestañas.
Él se inclinó hacia delante, intrigado por lo que Niall pudiera sacar en claro de él en tan poco tiempo.
—¿Le han detenido alguna vez?
Su historial estaba limpio, pero esa no era la pregunta. Sabía que si le mentía, Niall recogería sus cosas y saldría inmediatamente por la puerta.
—Con diecisiete años le di un puñetazo a un chico que iba detrás de mi hermana. Los cargos fueron retirados. —Como ocurría con todos los chicos de su mismo estatus social.
—¿Alguna vez ha pegado a una mujer?
Los músculos de su mentón se tensaron.
—Nunca.
—¿Y ha sentido la necesidad de hacerlo? —Ahora lo miraba fijamente, sin apartar los ojos.
—No. —La violencia no cuadraba para nada con su personalidad.
—Necesito el nombre de su amigo más cercano.
—Liam Payne.
Niall tomó nota del nombre.
—¿Peor enemigo?
Zayn no se esperaba esa pregunta.
—No estoy muy seguro de qué contestar a eso.
—Entonces permítame que se lo pregunte de otra manera. ¿A qué persona de su entorno le gustaría ver que sufre usted algún tipo de daño?
Su primer impulso fue repasar la lista de socios que pudieran haberse sentido menospreciados por su culpa a lo largo de los años. A esas alturas de la vida, ninguno de ellos se sentiría mejor si a él le pasara algo. Solo se le ocurría una persona que podría ver las cosas desde otra perspectiva.
—¿En quién está pensando, señor Malik?
Zayn tomó un trago de café y sintió cómo se precipitaba hacia el fondo de su estómago con un sonido sordo.
—Solo hay una persona.
Niall levantó la mirada, expectante.
—Mi primo, Howard Walker.
Una leve vibración en la mandíbula, una caída imperceptible de hombros, eso fue lo
único que reflejó el impacto de sus palabras en él. Para sorpresa de Zayn, Niall Horan anotó la información y no siguió preguntando. Cogió la primera página del montón de papeles y le entregó el resto.
—Necesito que rellene esto. Me lo puede enviar por fax al número que aparece al final de la página ocho.
—¿He pasado su examen, señor Horan?
—La honestidad es algo que debe ser mantenido a lo largo del proceso. Hasta el momento, estoy conforme con el resultado.
Ahora le tocaba a él sonreír.
—Podría haber mentido sobre los cargos por agresión.
Niall empezó a recoger sus cosas.
—Su nombre era Drew Falsworth. Usted tenía diecisiete años y dos meses cuando le rompió la nariz en un partido de polo en la escuela privada a la que ambos asistían. Drew tenía reputación de salir con chicas el tiempo suficiente para llevárselas a la cama antes de dejarlas e ir a por la siguiente. Su hermana fue lista y se mantuvo alejada de él. Si no hubiera golpeado a ese cabrón para proteger a su hermana, o si me hubiese mentido y yo lo hubiera descubierto, esta entrevista se habría acabado y ni siquiera le habría dado tiempo a sentarse.
—¿Cómo demonios...?
—Tengo una lista de contactos muy larga. Estoy segura de que sabrá los nombres de muchos de ellos antes de que se acabe el día.
Por descontado. Estaría hablando por teléfono con su asistente antes de llegar al coche.
—¿Cuánto me va a costar esto, señor Horan?
—Considéreme su agente. Cuando sus abogados redacten el acuerdo prematrimonial, tenga en cuenta que tendrá que pagarme el veinte por ciento de lo que le ofrezca a su futura esposa. Por adelantado.
—¿Y si solo le ofrezco un pequeño estipendio?
—Las mujeres con las que trabajo tienen un mínimo establecido que consta en ese montón de papeles.
—¿Y si la mujer que me encuentre no se atiene a su parte del trato? ¿Y si al pasar el año intenta oponerse al acuerdo?
Niall se puso en pie y Zayn no tuvo más remedio que imitarla.
—No lo hará.
—Parece muy seguro de ello.
—La cantidad de dinero predeterminada, la parte que le corresponde a ella, va directamente a una cuenta. Si su futura esposa intentara conseguir más, ese dinero serviría para que sus abogados la aplastaran. El sobrante sería para usted. El único supuesto en que esto cambiaría sería con la llegada de un niño, siempre que una prueba de paternidad demostrara que usted es el padre. No soy muy partidaria de los tribunales de familia, y menos con niños de por medio. Depende de su capacidad para controlar sus instintos más básicos, señor Malik. Eso, claro está, si su intención es poner punto final al matrimonio una vez pasado el año acordado. En caso contrario, les deseo que sean felices y que le pongan mi nombre a su primer hijo.
Lo tenía todo pensado. Decir que Zayn estaba impresionado sería quedarse corto.
—Necesito esos papeles esta misma tarde, antes de las tres. Me pondré en contacto con usted sobre las cinco, con una lista de posibles candidatas. Concertaremos los
encuentros para mañana, si es que sus obligaciones se lo permiten.
Zayn se agachó, recogió el maletín de Nialler y se lo entregó. Él se pasó una de sus manos por sus cabellos, revolviéndolos y preguntó.
—¿Tiene alguna otra pregunta para mí, señor Malik? ¿O debería llamarle excelencia?
La lentitud con la que su lengua envolvió el tratamiento con aquella voz tan hipnótica se le antojó algo a lo que podría acostumbrase fácilmente. No le importaría volver a escucharlo, quizá por teléfono...
Sam1D
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
FernandoPCJ escribió:new reader reportandose *--* se ve super interesante la sinopsis TIENES QUE SEGUIRLA PRONTO....
PDTA: Coloca la ficha no quiero que te borren el tema...
jndskzjf no me presente Hii soy... dime Fer primer lector supongo sjfnjksfn y QUIERO QUE LA SIGAS PRONTOOO
Ya está el primer capítulo, gracias por leer el primero cielo *-*
¡Ah cierto, se me olvidó, muchas gracias Fer!
Sam1D
Ficha del autor :)
Nombre: El Contrato - Ziall
Autor: Sami :)
Adaptación: Sí, es la adaptación del libro "El contrato", de Catherine Bybee (cambiaré cosas, no será idéntico al libro, es decir, algunas cosas tienen que cambiar si o si, porque el libro trata sobre un chico y una chica, y esto sobre una pareja de chicos) :)
Advertencias: Saldrá contenido explicito
Otras páginas: No
Autor: Sami :)
Adaptación: Sí, es la adaptación del libro "El contrato", de Catherine Bybee (cambiaré cosas, no será idéntico al libro, es decir, algunas cosas tienen que cambiar si o si, porque el libro trata sobre un chico y una chica, y esto sobre una pareja de chicos) :)
Advertencias: Saldrá contenido explicito
Otras páginas: No
Sam1D
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
Ok, me gusta mucho la trama, la pregunta es ¿Por que habrían de ser esposos?si se supone que el tiene muchas chicas, pero bueno, olvidemos eso, Síguela que es simplemente genial, así que que estaría muy feliz si la siguieras :D
Mariana (Directioner)
Capitulo 2.
—¿Qué tal Zayn?
En cuanto estuvo seguro de que nadie lo observaba, Niall se deslizó tras el volante de su coche, sonrió de oreja a oreja, algo que llevaba un buen rato queriendo hacer.
—Ya era hora —susurró, hablando consigo mismo.
El apuesto duque supondría su ascenso a primera división. Desde que creó Alliance, siempre había imaginado a clientes como Zayn Malik haciendo cola para conseguir sus servicios: hombres ricos que necesitaban encontrar esposa para tachar una línea más de una larga lista de tareas pendientes. Su trabajo consistía en encontrar esposas para una clase de hombres que carecían del tiempo o de la voluntad necesaria para someterse al juego del cortejo. No buscaban amor, sino compañía. Algunos querían casarse para que sus amantes dejaran de exigirles un anillo de compromiso. Hasta la fecha, había conseguido un buen número de referencias que lo estaban ayudando a construir su empresa y a conseguir unos ingresos regulares con los que poder vivir.
Con Malik y los beneficios que había calculado que conseguiría gracias a él, podría cubrir los gastos más elevados durante dos o tres años. O al menos eso esperaba.
A Malik, que era millonario por méritos propios, no le hacía falta el dinero de su fallecido padre, pero sería una lástima que la fortuna de la familia, más que suficiente para comprarse un país pequeño, acabara en el cajón de sastre de la caridad o en manos del primo que Zayn había mencionado. Con toda la corrupción y los escándalos relacionados con las asociaciones benéficas, estaba claro dónde acabaría ese dinero o qué bolsillos engordarían gracias a él.
Niall sabía que el dinero que se destinaba a causas humanitarias a menudo caía en las manos equivocadas.
La situación de Malik supondría distracciones con las que hasta entonces nunca se había encontrado. Su título nobiliario sería el principal problema a superar. Tendría que seleccionar a las candidatas con especial cuidado, asegurándose de que no albergaran el sueño infantil de convertirse en duquesas. Las películas de Disney habían hecho mucho daño. Además, Zayn era especialmente agraciado, por lo que las candidatas tendrían que estar ciegas para no querer de él algo más que su dinero o su título.
Las fotografías que había visto de él no le hacían justicia. Zayn medía uno setenta y seis como mínimo y tenía los hombros anchos y musculosos. Había visto fotografías suyas en una revista. Estaba en una playa de Tahití y, bajo el traje de neopreno, se insinuaba un físico espectacular. Al entrar en la cafetería, no se había dado ni cuenta de que todos los ojos se fijaban en él; se había limitado a examinar el local para localizarlo. Con cualquier otro cliente, Niall se habría puesto de pie nada más verle atravesar la puerta, pero con Zayn había necesitado un minuto para serenarse. Su
mandíbula firme y sus ojos, de un asombroso color miel, habían penetrado en el temperamento de Niall.
El físico de su nuevo cliente supondría una distracción añadida. Lo mejor para todos sería que Zayn y la mujer de su elección vivieran en países distintos. Cualquier mujer con sangre en las venas y que pasara un tiempo mínimo con él no podría evitar la tentación de meterse en su cama.
Niall sacó el móvil del bolso y llamó a su ayudante.
—Alliance, al habla Eliza.
—Eh, soy yo.
—¿Cómo ha ido? —Eliza no esperó ni un segundo para hacer la pregunta.
—Genial. ¿Has buscado los archivos y hecho las llamadas?
—Sí. Joanne es la única que no está disponible.
Niall visualizó a una morena de gran estatura.
—¿En serio? ¿Por qué?
—Al parecer, tiene novio.
Eso solía arruinar cualquier matrimonio con otro hombre. Sin Joanne, aún le quedaban tres candidatas perfectas. A menos que Zayn tuviera un problema con las mujeres guapas, el miércoles ya estaría casado. Y solo era lunes.
—Ella se lo pierde.
—¿Vas a venir?
—Tengo que hacer un recado y luego voy para allí.
—Trae algo para comer.
Eliza y Niall hacía tiempo que eran amigos, mucho antes de entablar una relación laboral.
—Teniendo en cuenta que soy tu jefe, ¿no deberías ser tú la que se ocupara de traerme la comida a mí?
—No si el negrero de mi jefe apenas pasa por la oficina y no se ocupa ni de las llamadas.
La oficina, menudo chiste. Niall utilizaba una habitación que le sobraba en casa.
—Estaré ahí en media hora —respondió entre risas.
—Antes deberías llamar a Moonlight.
Miall se incorporó en el asiento del coche.
—¿Por qué? ¿Ha pasado algo? —La inquietud se apoderó de su estómago, una sensación de pánico que le resultaba familiar.
—Nada urgente. Jordan no come como debería. Dicen que te pases por allí para hablar con ella.
Niall respiró tranquilo y se obligó a relajar los hombros.
—Vale.
Sus planes para aquella tarde se verían ahora complicados por un viaje no planeado al centro en el que estaba ingresada su hermana pequeña. La última vez que Jordan había dejado de comer, acabó en el hospital con una infección que se le extendió por la sangre. Niall esperaba que su hermana estuviera deprimida y no enferma, por muy triste que le resultara que esas fueran las opciones más optimistas por las que Jordan podría haber dejado de comer.
Pero ¿de qué otra cosa podía tratarse? Una depresión había sido la causa por la que su hermana había intentado suicidarse, para acabar sufriendo un derrame cerebral en lugar de morirse.
—Llegaré tarde, pero si no te importa esperar, traeré algo para comer.
—Avísame si te entretienes.
—Lo haré. Gracias.
Niall colgó el teléfono, arrancó el motor y partió hacia el Centro Asistencial Moonlight. El centro le costaba más de cien mil dólares al año y por eso Horan necesitaba los ingresos que pudiera conseguir de un contrato con Zayn Malik. Llevaba un mes de retraso con sus gastos personales y siempre enviaba los cheques a Moonlight una o dos semanas tarde. Lo último que quería era hundirse bajo el peso de las deudas y acabar ingresando a Jordan en un centro del Estado. En un sitio así seguro que la ignorarían y en menos de un mes acabaría con una infección y llena de llagas tras pasar demasiadas horas en la cama. No, Niall preferiría dormir en el coche antes de dejar que eso pasara.
Al pensar en el duque, supo que las cosas no acabarían tan mal. Zayn se arriesgaba a perder trescientos millones de la herencia de su padre si no se casaba antes de fin de mes. Estaba dispuesto a pagarle una cantidad importante a la mujer que se prestara a acompañarlo al altar y, en consecuencia, a pagarle a Alliance una suma de dinero suficiente para mantenerse a flote durante un tiempo. Niall solo tenía que colocar a las candidatas en fila y asegurarse de que ninguna de ellas apretara el botón del pánico.
Pan comido. O eso esperaba.
Zayn acarició las fotografías de las tres mujeres que Niall le había enviado. Todas eran perfectas: cultas, con estudios y preciosas. Entonces ¿por qué se habían apuntado a una agencia de citas para encontrar un marido temporal? Tenía que haber algún tipo de conexión entre ellas y el propio Niall, pero Zayn no conseguía dar con ella.
Candidata número uno, Candice... Sin apellido. Según el informe, era estudiante de derecho de segundo año y tenía las típicas deudas de estudios. Le encantaba el arte y dedicaba su tiempo libre a correr maratones. Zayn volvió a mirar la fotografía. El parecido con Jacqueline era desconcertante. Niall había pensado en todo, hasta el punto que había incluido las medidas y el peso de la chica al final de la página. Debajo de la fotografía, Niall había escrito una nota explicando que las agencias de citas solían utilizar imágenes antiguas del instituto retocadas con Photoshop, pero que Alliance actualizaba las suyas cada seis meses.
Candidata número dos, Rita... De nuevo, sin apellido. Ayudante en la consulta de un médico y preparándose para entrar en medicina. Le encantaba la navegación y pasar temporadas en lugares exóticos. Había viajado por muchos países, pero los papeles de Sam no hablaban de cómo se lo había costeado.
Candidata número tres, Karen... Zayn no se molestó en buscar el apellido. Sabía que no aparecería por ninguna parte. Karen podría haberse dedicado al mundo de la moda. Sus ojos, de un azul increíble, y su hermoso cabello de un rubio blanco como la nieve eran suficientes para dejar sin respiración a cualquier hombre. Karen no iba a la universidad y tampoco tenía préstamos de estudios pendientes. Dirigía una especie de hogar para ancianos y hacía de mentora para chavales en un club para niños y niñas.
Las tres eran perfectas. Entonces, ¿por qué tenía la sensación de que ninguna de
ellas encajaba?
Se inclinó hacia delante y cogió el teléfono.
—¿Y bien, Mitch? —preguntó cuando su ayudante respondió al otro lado del teléfono.
—Todavía tengo un par de llamadas sin respuesta, pero he encontrado algunos datos interesantes acerca del señor Horan.
—Genial, tráeme lo que tengas.
Zayn se acercó al ventanal de su despacho, que ocupaba toda una pared desde el suelo hasta el techo, y miró hacia abajo, a la ciudad que se extendía a sus pies. Llevar su negocio de transporte marítimo desde cuatro puntos distintos del mundo le daba ventaja sobre sus competidores. Había levantado la empresa desde la nada a pesar de la oposición de su padre. Zayn quería demostrarle que no necesitaba su dinero, ni su título, y esa misma determinación le servía de combustible para seguir adelante. Sin embargo, el apellido Malik le había abierto muchas puertas a lo largo de los años, y menospreciar el grueso de su herencia no era algo que estuviese dispuesto a hacer, especialmente ahora que el viejo llevaba tiempo muerto.
Mitch llamó a la puerta del despacho antes de entrar. Zayn se dio la vuelta y señaló con la cabeza hacia la mesa de café que ocupaba una esquina de la estancia, donde podría ver los documentos que Mitch llevaba en la mano.
—Pongámonos ahí.
Mitch se sentó y rápidamente repartió los papeles sobre la mesa para que Blake los revisara.
—Niall Horan, diecinueve años, nacido en Mullingar, hijo de Bobby Horan y Maura Gallagher.
Zayn tomó asiento.
—¿Por qué me suenan esos nombres?
—Deberían sonarte. Bobby era un pez gordo de los medios hace ya bastantes años. Fue acusado de evasión de impuestos y malversación de fondos. Él y su familia vivían en una mansión de veinte millones de dólares y tenían propiedades en Francia, California e Irlanda. Un sueño, vamos.
Zayn lo recordaba. El gran hombre de negocios había canalizado todos sus fondos a través de una estafa piramidal. Firmaba pólizas de seguros para casas, terrenos, negocios y propiedades varias con víctimas que no sospechaban nada y a las que no tenía intención de pagar un solo dólar. Si la memoria no le fallaba, los federales no consiguieron pillarlo por corrupción pero se las arreglaron para meterlo en la cárcel por evasión de impuestos. Sus cuentas y todas sus propiedades fueron embargadas y su familia al completo se desmoronó.
—Maura, la esposa, no pudo soportar semejante declive en su estatus. Se tomó una caja de pastillas con ginebra y nunca volvió a despertar.
Mitch relataba los detalles de la vida familiar de Niall Horan como si se tratara de un culebrón.
—Según la prensa, la hermana de Niall, Jordan, intentó seguir el ejemplo de su madre sin éxito y acabó sufriendo daños cerebrales. Estoy esperando que me pasen los detalles de dónde está la chica ahora. Horan sobrevivió a la debacle, pero acabó recogiendo los trozos que quedaron de la familia. Dejó la universidad, donde estudiaba empresariales. Seguramente consiguió esconder una pequeña cantidad de dinero de la que el Gobierno no sabía nada para pagarle un centro a su hermana. —Mitch tomó aire y entregó una lista de nombres a Zayn.
—¿Qué es esto?
—Es gente con la que el señor Horan se relaciona. Crecer rodeado de gente rica y bien relacionada le proporcionó algunas amistades que han perdurado en el tiempo. Los adultos cortaron cualquier lazo que los uniera a los Horan, pero los amigos de Niall no. Esta lista incluye a la hija de un senador y a dos abogados en rápida ascensión. Todavía no estoy seguro de cómo averiguó cosas de tu pasado, pero tengo una llamada pendiente.
Zayn pasó las páginas y encontró una fotografía de la familia Horan cuando aún eran felices. Iban a bordo de un yate. Maura estaba sonriendo y sus hijos, ambos en bañador, posaban detrás de ella. Niall llevaba el pelo castaño y corto. Jordan, mucho más joven que Niall, tenía el cabello oscuro de su madre y un cuerpo minúsculo. Bobby, con al menos veinte kilos de sobrepeso, tenía una mano apoyada en el hombro de su mujer y sonreía a la cámara.
Las fotografías eran engañosas. Recordó la imagen de un retrato familiar muy parecido al de Niall. El padre de Zayn posaba de pie detrás de su mujer, con una mano sobre su hombro. Los nudillos de la madre se aferraban, blancos de la tensión, al brazo de la silla en la que descansaba. Aún recordaba el día en que se había tomado la instantánea. Zayn había discutido con su padre porque quería hacer unas prácticas de verano que le ayudaran a mejorar sus posibilidades de entrar en una buena universidad. Se negaba a que Zayn trabajara para nadie, y menos sin cobrar. Su padre creía que los estudios solo eran necesarios para fanfarronear con los amigos. El trabajo, sin embargo, era una palabra de siete letras con la que ningún Malik tendría jamás relación alguna mientras él tuviera algo que decir al respecto.
—Y yo que creía que mi familia era disfuncional —susurró Zayn.
—Creo que Horan se lleva el premio.
Zayn sabía que aquel era un premio que no merecía la pena ganar.
—¿Dónde vive Niall?
—Vive de alquiler en una casa en Londres.
—¿Algún compañero de piso?
—Es difícil saberlo.
—¿Pareja? —preguntó, sin saber muy bien por qué.
Mitch le clavó la mirada.
—No lo he comprobado, pero lo haré. —Justo en ese preciso instante, el teléfono de Mitch sonó dentro del bolsillo de sus pantalones. Lo sacó y comprobó el número—. Es sobre la hermana —explicó antes de atender la llamada.
Mitch habló mientras Zayn estudiaba los nombres que aparecían en el papel que sujetaba entre las manos. Niall tenía muchos amigos. Se preguntó si alguno de ellos lo ayudaba económicamente.
Mitch silbó, con el teléfono todavía en la oreja, y llamó la atención de Zayn.
—De acuerdo, gracias —se despidió antes de finalizar la llamada.
—¿De qué se trata?
—Está claro que Horan realmente necesita tenerte como cliente.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Su hermana está ingresada en el Moonlight Villas. Bonito nombre para un centro asistencial para adultos que cuesta ni más ni menos que seis cifras al año.
Zayn se quedó pálido.
En cuanto estuvo seguro de que nadie lo observaba, Niall se deslizó tras el volante de su coche, sonrió de oreja a oreja, algo que llevaba un buen rato queriendo hacer.
—Ya era hora —susurró, hablando consigo mismo.
El apuesto duque supondría su ascenso a primera división. Desde que creó Alliance, siempre había imaginado a clientes como Zayn Malik haciendo cola para conseguir sus servicios: hombres ricos que necesitaban encontrar esposa para tachar una línea más de una larga lista de tareas pendientes. Su trabajo consistía en encontrar esposas para una clase de hombres que carecían del tiempo o de la voluntad necesaria para someterse al juego del cortejo. No buscaban amor, sino compañía. Algunos querían casarse para que sus amantes dejaran de exigirles un anillo de compromiso. Hasta la fecha, había conseguido un buen número de referencias que lo estaban ayudando a construir su empresa y a conseguir unos ingresos regulares con los que poder vivir.
Con Malik y los beneficios que había calculado que conseguiría gracias a él, podría cubrir los gastos más elevados durante dos o tres años. O al menos eso esperaba.
A Malik, que era millonario por méritos propios, no le hacía falta el dinero de su fallecido padre, pero sería una lástima que la fortuna de la familia, más que suficiente para comprarse un país pequeño, acabara en el cajón de sastre de la caridad o en manos del primo que Zayn había mencionado. Con toda la corrupción y los escándalos relacionados con las asociaciones benéficas, estaba claro dónde acabaría ese dinero o qué bolsillos engordarían gracias a él.
Niall sabía que el dinero que se destinaba a causas humanitarias a menudo caía en las manos equivocadas.
La situación de Malik supondría distracciones con las que hasta entonces nunca se había encontrado. Su título nobiliario sería el principal problema a superar. Tendría que seleccionar a las candidatas con especial cuidado, asegurándose de que no albergaran el sueño infantil de convertirse en duquesas. Las películas de Disney habían hecho mucho daño. Además, Zayn era especialmente agraciado, por lo que las candidatas tendrían que estar ciegas para no querer de él algo más que su dinero o su título.
Las fotografías que había visto de él no le hacían justicia. Zayn medía uno setenta y seis como mínimo y tenía los hombros anchos y musculosos. Había visto fotografías suyas en una revista. Estaba en una playa de Tahití y, bajo el traje de neopreno, se insinuaba un físico espectacular. Al entrar en la cafetería, no se había dado ni cuenta de que todos los ojos se fijaban en él; se había limitado a examinar el local para localizarlo. Con cualquier otro cliente, Niall se habría puesto de pie nada más verle atravesar la puerta, pero con Zayn había necesitado un minuto para serenarse. Su
mandíbula firme y sus ojos, de un asombroso color miel, habían penetrado en el temperamento de Niall.
El físico de su nuevo cliente supondría una distracción añadida. Lo mejor para todos sería que Zayn y la mujer de su elección vivieran en países distintos. Cualquier mujer con sangre en las venas y que pasara un tiempo mínimo con él no podría evitar la tentación de meterse en su cama.
Niall sacó el móvil del bolso y llamó a su ayudante.
—Alliance, al habla Eliza.
—Eh, soy yo.
—¿Cómo ha ido? —Eliza no esperó ni un segundo para hacer la pregunta.
—Genial. ¿Has buscado los archivos y hecho las llamadas?
—Sí. Joanne es la única que no está disponible.
Niall visualizó a una morena de gran estatura.
—¿En serio? ¿Por qué?
—Al parecer, tiene novio.
Eso solía arruinar cualquier matrimonio con otro hombre. Sin Joanne, aún le quedaban tres candidatas perfectas. A menos que Zayn tuviera un problema con las mujeres guapas, el miércoles ya estaría casado. Y solo era lunes.
—Ella se lo pierde.
—¿Vas a venir?
—Tengo que hacer un recado y luego voy para allí.
—Trae algo para comer.
Eliza y Niall hacía tiempo que eran amigos, mucho antes de entablar una relación laboral.
—Teniendo en cuenta que soy tu jefe, ¿no deberías ser tú la que se ocupara de traerme la comida a mí?
—No si el negrero de mi jefe apenas pasa por la oficina y no se ocupa ni de las llamadas.
La oficina, menudo chiste. Niall utilizaba una habitación que le sobraba en casa.
—Estaré ahí en media hora —respondió entre risas.
—Antes deberías llamar a Moonlight.
Miall se incorporó en el asiento del coche.
—¿Por qué? ¿Ha pasado algo? —La inquietud se apoderó de su estómago, una sensación de pánico que le resultaba familiar.
—Nada urgente. Jordan no come como debería. Dicen que te pases por allí para hablar con ella.
Niall respiró tranquilo y se obligó a relajar los hombros.
—Vale.
Sus planes para aquella tarde se verían ahora complicados por un viaje no planeado al centro en el que estaba ingresada su hermana pequeña. La última vez que Jordan había dejado de comer, acabó en el hospital con una infección que se le extendió por la sangre. Niall esperaba que su hermana estuviera deprimida y no enferma, por muy triste que le resultara que esas fueran las opciones más optimistas por las que Jordan podría haber dejado de comer.
Pero ¿de qué otra cosa podía tratarse? Una depresión había sido la causa por la que su hermana había intentado suicidarse, para acabar sufriendo un derrame cerebral en lugar de morirse.
—Llegaré tarde, pero si no te importa esperar, traeré algo para comer.
—Avísame si te entretienes.
—Lo haré. Gracias.
Niall colgó el teléfono, arrancó el motor y partió hacia el Centro Asistencial Moonlight. El centro le costaba más de cien mil dólares al año y por eso Horan necesitaba los ingresos que pudiera conseguir de un contrato con Zayn Malik. Llevaba un mes de retraso con sus gastos personales y siempre enviaba los cheques a Moonlight una o dos semanas tarde. Lo último que quería era hundirse bajo el peso de las deudas y acabar ingresando a Jordan en un centro del Estado. En un sitio así seguro que la ignorarían y en menos de un mes acabaría con una infección y llena de llagas tras pasar demasiadas horas en la cama. No, Niall preferiría dormir en el coche antes de dejar que eso pasara.
Al pensar en el duque, supo que las cosas no acabarían tan mal. Zayn se arriesgaba a perder trescientos millones de la herencia de su padre si no se casaba antes de fin de mes. Estaba dispuesto a pagarle una cantidad importante a la mujer que se prestara a acompañarlo al altar y, en consecuencia, a pagarle a Alliance una suma de dinero suficiente para mantenerse a flote durante un tiempo. Niall solo tenía que colocar a las candidatas en fila y asegurarse de que ninguna de ellas apretara el botón del pánico.
Pan comido. O eso esperaba.
Zayn acarició las fotografías de las tres mujeres que Niall le había enviado. Todas eran perfectas: cultas, con estudios y preciosas. Entonces ¿por qué se habían apuntado a una agencia de citas para encontrar un marido temporal? Tenía que haber algún tipo de conexión entre ellas y el propio Niall, pero Zayn no conseguía dar con ella.
Candidata número uno, Candice... Sin apellido. Según el informe, era estudiante de derecho de segundo año y tenía las típicas deudas de estudios. Le encantaba el arte y dedicaba su tiempo libre a correr maratones. Zayn volvió a mirar la fotografía. El parecido con Jacqueline era desconcertante. Niall había pensado en todo, hasta el punto que había incluido las medidas y el peso de la chica al final de la página. Debajo de la fotografía, Niall había escrito una nota explicando que las agencias de citas solían utilizar imágenes antiguas del instituto retocadas con Photoshop, pero que Alliance actualizaba las suyas cada seis meses.
Candidata número dos, Rita... De nuevo, sin apellido. Ayudante en la consulta de un médico y preparándose para entrar en medicina. Le encantaba la navegación y pasar temporadas en lugares exóticos. Había viajado por muchos países, pero los papeles de Sam no hablaban de cómo se lo había costeado.
Candidata número tres, Karen... Zayn no se molestó en buscar el apellido. Sabía que no aparecería por ninguna parte. Karen podría haberse dedicado al mundo de la moda. Sus ojos, de un azul increíble, y su hermoso cabello de un rubio blanco como la nieve eran suficientes para dejar sin respiración a cualquier hombre. Karen no iba a la universidad y tampoco tenía préstamos de estudios pendientes. Dirigía una especie de hogar para ancianos y hacía de mentora para chavales en un club para niños y niñas.
Las tres eran perfectas. Entonces, ¿por qué tenía la sensación de que ninguna de
ellas encajaba?
Se inclinó hacia delante y cogió el teléfono.
—¿Y bien, Mitch? —preguntó cuando su ayudante respondió al otro lado del teléfono.
—Todavía tengo un par de llamadas sin respuesta, pero he encontrado algunos datos interesantes acerca del señor Horan.
—Genial, tráeme lo que tengas.
Zayn se acercó al ventanal de su despacho, que ocupaba toda una pared desde el suelo hasta el techo, y miró hacia abajo, a la ciudad que se extendía a sus pies. Llevar su negocio de transporte marítimo desde cuatro puntos distintos del mundo le daba ventaja sobre sus competidores. Había levantado la empresa desde la nada a pesar de la oposición de su padre. Zayn quería demostrarle que no necesitaba su dinero, ni su título, y esa misma determinación le servía de combustible para seguir adelante. Sin embargo, el apellido Malik le había abierto muchas puertas a lo largo de los años, y menospreciar el grueso de su herencia no era algo que estuviese dispuesto a hacer, especialmente ahora que el viejo llevaba tiempo muerto.
Mitch llamó a la puerta del despacho antes de entrar. Zayn se dio la vuelta y señaló con la cabeza hacia la mesa de café que ocupaba una esquina de la estancia, donde podría ver los documentos que Mitch llevaba en la mano.
—Pongámonos ahí.
Mitch se sentó y rápidamente repartió los papeles sobre la mesa para que Blake los revisara.
—Niall Horan, diecinueve años, nacido en Mullingar, hijo de Bobby Horan y Maura Gallagher.
Zayn tomó asiento.
—¿Por qué me suenan esos nombres?
—Deberían sonarte. Bobby era un pez gordo de los medios hace ya bastantes años. Fue acusado de evasión de impuestos y malversación de fondos. Él y su familia vivían en una mansión de veinte millones de dólares y tenían propiedades en Francia, California e Irlanda. Un sueño, vamos.
Zayn lo recordaba. El gran hombre de negocios había canalizado todos sus fondos a través de una estafa piramidal. Firmaba pólizas de seguros para casas, terrenos, negocios y propiedades varias con víctimas que no sospechaban nada y a las que no tenía intención de pagar un solo dólar. Si la memoria no le fallaba, los federales no consiguieron pillarlo por corrupción pero se las arreglaron para meterlo en la cárcel por evasión de impuestos. Sus cuentas y todas sus propiedades fueron embargadas y su familia al completo se desmoronó.
—Maura, la esposa, no pudo soportar semejante declive en su estatus. Se tomó una caja de pastillas con ginebra y nunca volvió a despertar.
Mitch relataba los detalles de la vida familiar de Niall Horan como si se tratara de un culebrón.
—Según la prensa, la hermana de Niall, Jordan, intentó seguir el ejemplo de su madre sin éxito y acabó sufriendo daños cerebrales. Estoy esperando que me pasen los detalles de dónde está la chica ahora. Horan sobrevivió a la debacle, pero acabó recogiendo los trozos que quedaron de la familia. Dejó la universidad, donde estudiaba empresariales. Seguramente consiguió esconder una pequeña cantidad de dinero de la que el Gobierno no sabía nada para pagarle un centro a su hermana. —Mitch tomó aire y entregó una lista de nombres a Zayn.
—¿Qué es esto?
—Es gente con la que el señor Horan se relaciona. Crecer rodeado de gente rica y bien relacionada le proporcionó algunas amistades que han perdurado en el tiempo. Los adultos cortaron cualquier lazo que los uniera a los Horan, pero los amigos de Niall no. Esta lista incluye a la hija de un senador y a dos abogados en rápida ascensión. Todavía no estoy seguro de cómo averiguó cosas de tu pasado, pero tengo una llamada pendiente.
Zayn pasó las páginas y encontró una fotografía de la familia Horan cuando aún eran felices. Iban a bordo de un yate. Maura estaba sonriendo y sus hijos, ambos en bañador, posaban detrás de ella. Niall llevaba el pelo castaño y corto. Jordan, mucho más joven que Niall, tenía el cabello oscuro de su madre y un cuerpo minúsculo. Bobby, con al menos veinte kilos de sobrepeso, tenía una mano apoyada en el hombro de su mujer y sonreía a la cámara.
Las fotografías eran engañosas. Recordó la imagen de un retrato familiar muy parecido al de Niall. El padre de Zayn posaba de pie detrás de su mujer, con una mano sobre su hombro. Los nudillos de la madre se aferraban, blancos de la tensión, al brazo de la silla en la que descansaba. Aún recordaba el día en que se había tomado la instantánea. Zayn había discutido con su padre porque quería hacer unas prácticas de verano que le ayudaran a mejorar sus posibilidades de entrar en una buena universidad. Se negaba a que Zayn trabajara para nadie, y menos sin cobrar. Su padre creía que los estudios solo eran necesarios para fanfarronear con los amigos. El trabajo, sin embargo, era una palabra de siete letras con la que ningún Malik tendría jamás relación alguna mientras él tuviera algo que decir al respecto.
—Y yo que creía que mi familia era disfuncional —susurró Zayn.
—Creo que Horan se lleva el premio.
Zayn sabía que aquel era un premio que no merecía la pena ganar.
—¿Dónde vive Niall?
—Vive de alquiler en una casa en Londres.
—¿Algún compañero de piso?
—Es difícil saberlo.
—¿Pareja? —preguntó, sin saber muy bien por qué.
Mitch le clavó la mirada.
—No lo he comprobado, pero lo haré. —Justo en ese preciso instante, el teléfono de Mitch sonó dentro del bolsillo de sus pantalones. Lo sacó y comprobó el número—. Es sobre la hermana —explicó antes de atender la llamada.
Mitch habló mientras Zayn estudiaba los nombres que aparecían en el papel que sujetaba entre las manos. Niall tenía muchos amigos. Se preguntó si alguno de ellos lo ayudaba económicamente.
Mitch silbó, con el teléfono todavía en la oreja, y llamó la atención de Zayn.
—De acuerdo, gracias —se despidió antes de finalizar la llamada.
—¿De qué se trata?
—Está claro que Horan realmente necesita tenerte como cliente.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Su hermana está ingresada en el Moonlight Villas. Bonito nombre para un centro asistencial para adultos que cuesta ni más ni menos que seis cifras al año.
Zayn se quedó pálido.
Sam1D
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
Mariana (Directioner) escribió:Ok, me gusta mucho la trama, la pregunta es ¿Por que habrían de ser esposos?si se supone que el tiene muchas chicas, pero bueno, olvidemos eso, Síguela que es simplemente genial, así que que estaría muy feliz si la siguieras :D
Eso es algo que se ira viendo con los capítulos, no te adelantes jajaja.
Ya está el capítulo 2, y supongo que mañana o pasado subiré el siguiente. :D
Sam1D
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
lizbeth_NH escribió:siguelaaaaa :amor:
Jajajaja ya está el capítulo 2, disfrútalo :D
Sam1D
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
muchas gracias por subir el capitulo sigue porfavor me gusta esta novela y sus capitulos largos :corre:
lizbeth_NH
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
Mmm, lo acabo de leer, o rayos la vida de Niall es tan, como se diría, pues ,mala supongo, pobre de su hermana, no puedo creer que Zayn lo haiga investigado, eso es muy idiota de su parte, que bueno que la seguiste :D
Mariana (Directioner)
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
*--* ME ENCANTAAA TIENES QUE SEGUIRLA PRONTO...
ñ.ñ saludos Fer¡¡¡....
(No comento mucho porque muero de sueño)
ñ.ñ saludos Fer¡¡¡....
(No comento mucho porque muero de sueño)
Fer.
Re: El Contrato - Ziall (HOT)
¡Hola! Nueva lectora alskjdalkjdas :3 Te está quedando hermosa la adaptación <3 Y es que muy pocos tienen esa habilidad que tú para cambiar los personajes n//n
Decidí comentar en cuanto leí que si nadie comentaba la dejarías de publicar, y yo así de "¡NOOOO!" Y bueno. Aquí me tienes :D
A penas llevas dos capítulos y ya me enamoré de tu novela/adaptación *U*
Quiero saber qué pasa... ¿Por qué tanto interés de Zayn en la vida de Niall? Yo sé que ahí pasa algo~ Ah ok no.
Sentí feo cuando empezaron a narrar la historia familiar de Niall :(
Espero que la sigas pronto, por favor~ :D Te mando un fuerte abrazo.
Decidí comentar en cuanto leí que si nadie comentaba la dejarías de publicar, y yo así de "¡NOOOO!" Y bueno. Aquí me tienes :D
A penas llevas dos capítulos y ya me enamoré de tu novela/adaptación *U*
Quiero saber qué pasa... ¿Por qué tanto interés de Zayn en la vida de Niall? Yo sé que ahí pasa algo~ Ah ok no.
Sentí feo cuando empezaron a narrar la historia familiar de Niall :(
Espero que la sigas pronto, por favor~ :D Te mando un fuerte abrazo.
AngieCh
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