Touching Fire [Zayn Malik]

Gemí levemente sintiéndolo dentro. Llenándome. Comencé a mover mis caderas al compas de su embestida, ¡MADRE!, era todo un inexperto, experto. Trate de buscar sus labios y poder envolverme en ellos con su suave sabor a frambuesa. Comencé a besarlo desenfrenadamente mientras sus manos apretaban mi trasero que estaba en la pared, frustrado, no por no sentir su toque. Escuche como jadeaba con cada movimiento y paso de mis manos en su espalda y su desordenado cabello, sonreí por mis adentros, mi diosa interior estaba saltando como un niño de cinco años después de haber conseguido lo que quería después de un terrible berrinche de dolor de cabeza.

Me incline hacia atrás explotando dentro de él al momento en que se vino encima mío. –oh… dios mío santo…- salió perfectamente lentamente de mi y nos besuqueamos por unos tres segundos para después colapsar en la cama que estaba a solo unos centímetros nuestros. Me deje caer sobre su bronceado pecho y acariciarlo seriamente en círculos, el tenia sus dedos acariciando la parte frágil de mis brazos. Solté un suspiro.

-¿volveremos a repetirlo?- pregunto con una respuesta de esperanza de mi parte, mi diosa interior gritaba aferradamente que ¡sí! Pero mi cabeza.

-No- respondí fríamente. –Es hora de que te vayas- dejo de acariciarme mi brazo. Me separe de el bruscamente y tome la sabana para cubrirme mi cuerpo que estaba algo sudado y sucio. Le mire por ultima vez- ¿Qué esperas?. ¡LARGO!- grite exasperada tras ver que no se movía tras las sabanas.


Gruño, pero no eso no me basto para poderle decir que se quede. Rara la vez en que alguien se quedaba conmigo después de mi locura desenfrenada, debería ser un dios en la cama o donde sea que mis hormonas exploten para hacerlo mío ahí mismo. Después de unas horas escuche la puerta principal abrirse… -mama- supuse, cerré el grifo, me envolví en una toalla y pude ver la melena castaña de Daniela que me esperaba sentada en la cama con los brazos cruzados, sus labios fruncidos con aquellos ojos verdes, hermosamente hipnotizante para un hombre de su edad o cualquier hombre.

-¿Qué?-espete, volviendo a mi enorme closet.

-¿Quién fue esta vez?- pregunto sin rodeos. Suspire cansada, siempre era la misma pregunta cada miércoles.

-Que te importa-

-______- me llamo, me voltee cansada.

-Louis Tomlinson- respondí.

-¿TE HAS FOLLADO AL CHICO NUEVO?!!- grito. Oh Daniela creo que Francia no te ha escuchado.


Asentí, volví hacia mi vestimenta. Falda lisa gris que llega arriba de mis rodillas, con una simple camisa de seda que cubra mis pechos, hoy tengo una junta muy importante no debería lucir como las rubias secretarias de las cuales trabajan para mí. Me voltee hacia Daniela con mi ropa en manos y ganchos.



-¿Por qué tan sorprendida?- pregunte sentándome a su lado.

-Yo… yo quería salir con el…- su tono de voz era tan bajo pero a la vez triste. Daniela era como una pequeña criatura de la cual quisieras abrazar todo el maldito día para cuidarla de que nadie le haga daño, protegerla como un pequeño cachorro.

-Oh… Daniela… lo siento mucho, pero por lo menos te hice un favor, ese chico no es muy bueno en la cama- hice una mueca volviendo a lo mío. Deslice las bragas por mis piernas y me coloque el sostén en un santiamén, ahora debería lidiar con la estúpida falda lisa que se hacía atorada en la parte superior de mis muslos.

-A veces quisiera tener tu toque… ¿sabes?, a veces quisiera tener una amiga normal de la cual pudiera compartir chismes sobre demás hombres o coquetear, pero contigo a mi lado, con lo único que puedo coquetear en un estúpido Bar es con un buen trago de tequila.

-¿Odias tenerme como amiga?- pregunto tristemente cuando por fin coloco la corbata sobre mi camisa.

-No te cambiaría por nada _____, solo que a veces tus limites son muy… MUY… Extremos… eres la única mujer que conozco que se ha acostado con media Londres y no ha quedado embarazada o enamorada del primer tío que se le pase por las bragas.

-Sabes que el amor no es lo mío ingenua Daniela… y sobre embarazada si claro yo…- tomo las carpetas que había dejado pendiente después de que Louis interrumpiera.

- También pienso que el amor no es lo mío.

-No digas tonterías Daniela- abro la puerta de mi habitación y camino hacia el comedor donde se hace la señorita Jones preparándome mi café, nos sentamos en los bancos de la barra. Daniela toma su Té. Espero a que la señorita Jones coloque mi café y se retire con un asentimiento. – como te iba diciendo… Daniela, eres joven, más joven que yo, eres hermosa, inteligente pero sobre todo eres la persona más adorable que conozco en este mundo, amo la forma en que vez el mundo, en como tu cabeza loca se las ingenua para ponerme de buenas a mí y la sección del corporativo con tus idioteces mañaneras, créeme Daniela… hay para ti en alguna parte solo hay que esperar- sorbo de mi café, después de el estúpido discurso salido de lo mas acido de mi corazón. Estudio su reacción, una cálida sonrisa y sus ojos empañados. Oh maldición.

-Yo se que tu también tienes a tu príncipe azul por algún lado-

-Si claro… mi príncipe azul puede que ya haya pasado por mi cama y yo lo he echado como una rata, pero no importa, me siento bien estando así, sin compromisos, solo mí trabajo, mi soledad y claro tu compañía-

-Hablando de compañía- hace una mueca, ¿Qué mierdas pasa ahora?- el nuevo gerente se ha de instalar esta mañana en la empresa, me parece que debes apurarte si no quieres dar una mala impresión. –asiento.

-¿Cómo será el nuevo gerente?, el ultimo te puedo decir que muy malo en la cama, ¡NO SABE MOVERSE!- chillo.

-Oh ____, te apuesto que este no va querer meterse en tus bragas, te lo apuesto, Francis me ha dicho que es un hombre culto y que solo le importa el trabajo.

-Perfecto, seremos perfectos la cama, los dos amamos el trabajo, y soy culta… ¿no es así?- Daniela suelta una ligera carcajada.

-Ay _____. Nunca vas a cambiar.

¿AHORA QUE DIJE?!!.