El triangulo de las Bermudas /Novela Colectiva CANCELADA

- ¡Encontré comida! – chilla Louis a unos pasos nuestros, captando nuestras miradas.
Estamos hambrientos y no podemos abusarnos de la comida que mi hermano ha guardado en uno de los bolsos, por lo que Beth nos dijo – obligo, mejor dicho – a comenzar a buscar algo comestible dentro de esta isla. Dean ha estado quejándose como Louis, Harry parece más centrado que nunca y buscamos juntos.
- ¿No serán esas bayas venenosas que confundiste con frambuesas? – pregunta Dean, levantando las cejas arriba. Menos mal que pudimos detectar su veneno en cuento comenzamos a masticarlas para luego escupirlas. Fue difícil sacar a Beth de arriba de Louis.
- ¡Son huevos, chicos! ¡Huevos gigantes!
- ¡Quiero un gran omelet! – chillo, paso una mano por mi estómago y sonrió en grande.
- Esperen, ¿no es raro que encontremos huevos tan grandes? – dice Beth, entrecerrando los ojos y acercándose con cautela.
- Solo comamos y luego vayámonos, tenemos que encontrar a Crissie – insiste Harry. Pobre, ha estado muy triste este tiempo por su novia. Ojala que esa Barbie con poco cerebro este viva, no por mi o por ella, sino por mi amigo.
- La encontraremos, a menos que Malik te gane el puesto – Louis estira sus labios, provoca que Harry se moleste y tome una piedra y se la lance.
Estoy por decirle que no peleen porque no tenemos tiempo, pero Dean chilla como niña, quitando mi vista sobre el de rulos; abro los ojos en grande al ver un lagarto gigante detrás de Louis, y luego no son solo uno, sino son como cinco. Lo peor de todo es que el castaño ni siquiera se ha dado cuenta de ello. Ay dios, juro que estoy por hacerme encima y eso que hace horas que no pruebo una gota de agua.
- ¡Louis! ¡Detrás de ti! – grito con fuerza, aterrorizada porque le pase algo.
Este me hace caso y se da vuelta, grita tan fuerte y de forma chillona que parece que ha afectado a los lagartos grandes, haciéndoles doler el oído. Beth le dice que grite una vez más, Louis lo hace y los dinosaurios parecen estar mareándose. Oh por Dios, necesito una cámara de video justamente ahora, pero en esta maldita isla no puedo prender nada. ¿Quién iba a decir que los gritos agudos de un muchacho serían suficientes para escapar de un par de dinosaurios dispuestos a hacernos su almuerzo?
- ¿Ven? ¡Los tengo controlados! – Lou se da vuelta y extiende sus manos al aire.
Error.
- ¡Tomlinson, cuidado! – le advierte Dean.
Justo a tiempo, Louis logra esquivar la mordida del dinosaurio y nos grita que corramos. El corazón me está latiendo tan fuerte que creo que se saldrá de mi cuerpo en cualquier momento, agradezco que no hayamos dejado los bolsos en ningún momento y tener el cuerpo sano para correr por mi vida, aunque sé que si tuviera muchos kilos más se me haría más fácil porque rodaría directamente.
Los dinosaurios siguen corriéndonos y, mierda, no estoy segura que lograremos salir de esta
No evito llorar por más que me diga a mí misma que debo agradecer que la mayoría – si es que Harry y Shauna siguen con vida – aún están entre nosotros. Solo hay que rogar al cielo porque mi amigo y la morena estén con vida, tratar de pensar en manera positiva y sin desesperarnos; no vamos a lograr nada como Crissie, quien no deja de gritar y llorar, Niall debe tomarla por detrás y evitar que comience a caminar por donde vinimos.
Louis me estrecha entre sus brazos y cubro mi rostro en su pecho, sollozando y derramando lágrimas. Sé que él está peor que yo, Harry era su mejor amigo, su hermano y su compañero en cada aventura; pero pueden existir tantas posibilidades que él y Shauna estén muertos ahora. No quiero pensar en eso, puede que la morena y yo jamás hayamos intercambiado muchas palabras pero no quiero que muera, menos Harry que es uno de mis mejores amigos.
- ¡Por favor, por favor! ¡Tenemos que ir a buscarlos! – chilla Crissie, se nota desesperada mientras llora.
No quiero escucharla, no me gusta. Abrazo con más fuerza a Louis y siento como este apoya su cabeza contra mi hombro.
- ¡Tranquilízate, Crissie! – le chilla Beth – Ellos van a estar bien, tenemos que esperar a que los lagartos se dispersen y podremos volver, quizás se escondieron en una cueva o…
- ¡O pueden estar muertos! ¡Mi Harry puede morir y tú solo piensas en…!
- ¡En todos los demás! – le interrumpe. No le recomiendo que se meta con la rubia, puede que le dé una gran sacudida – También estoy preocupada por Styles y Shauna, pero tenemos que pensar en los demás.
Crissie se resiste una vez más hasta que Zayn interviene y la abraza, dándole palabras en susurros y dejando que esta llore en su hombro. Todo se queda en absoluto silencio y solo se escuchan los sollozos míos y de la novia de Harry. Mierda, si tan solo hubiéramos tomado otro camino y no hacia donde estaban los huevos gigantescos, no estaríamos en este gran problema.
Me separo de Tomlinson, decidida a que tengo que dejar de lloriquear y animar a todo el mundo; Fran esta lastimada y debo ayudarla. Le digo que se acerque hasta a mí y la siento frente a mí en el suelo, comienzo a revisarle el hombro con cuidado, temiendo hacerle doler demasiado. Por su expresión de dolor, se que le duele bastante y no es lo de menos, al menos no le arranco el hombro y eso es algo que tenemos que estar agradecidos.
- ¿necesitas ayuda? – me pregunta Dean, le sonrió mientras siento.
- Necesito que te saques su chamarra y tu remera para revisarte bien.
Abre los ojos en grande mientras sus mejillas se sonrojan, sé que está a punto de decir que no, pero la interrumpo levantando mi dedo índice arriba. Le pido a Dean que los chicos se den vuelta y a Beth que vigile que estos no se pasen de listos. Mis órdenes son acatadas y me encuentro con el rubio intentando curar la herida de la muchacha antes que se le infecte.
- No sabía que una geek podía ser tan sensual –dice burlón Lerman.
- ¡Logan! ¡Ponte serio! – lo regaño, lo que menos necesitamos es sus estupideces.
- Pero si es ver… ¡auch!
- Bien hecho, Beth - le digo a la rubia, contenta porque el tonto de mi amigo ha tenido su merecido.
- Yo también quiero verla – escucho a Jhoann insistir. Suelta una exclamación cuando Beth lo golpea. Adoro a esta chica, sabe cómo mantenerlos en la línea.
Una vez que termino con Francesca, decidimos acampar en el lugar luego que recorremos un poco los alrededores con temor a encontrarnos algo más. Crissie parece estar más calmada, pero sigue con su mirada perdida y murmurando que quiere ir donde esta Harry; Zayn está un poco nervioso porque no logra hacer que coma lo poco que tenemos de comida, pero es hasta que Beth y Francesca hablan con ella y la convencen.
La noche cae y con ella aumentan mis esperanzas que mañana será un dia mejor; ninguno se atreve a hacer una fogata, por más frio que haya y pocas frazadas que tengamos, tenemos mucho miedo de repetir una cosa así. Esta vez no duermo con Louis, sino con Jhoann y Logan, quienes cuentan en susurros chistes que logran hacerme sacar un par de risitas; no puedo estar triste por no dormir con el castaño, mi suerte puede acabar ahí y volver a renacer otra noche, pero estoy contenta de estar con los que quiero.
Sé que Harry y Shauna están ahí afuera, buscándonos; dudo que la morena se deje vencer tan fácil y Harry abandone tan rápido su motivación para encontrar a su novia. Estoy segura y confió plenamente en ellos.
Desgraciadamente, no encontramos rastro alguno de Harry o Shauna, solo manchas de sangre secas. Niall nos dice que están vivos porque de lo contrario habría más sangre y no la hay; esto tranquiliza a Crissie, se muestra más seria y más fuerte de lo que esta ayer; al menos agradezco que las chicas le levantaran el ánimo.
Seguimos caminando en un nuevo rumbo, esperando encontrar pistas donde nos lleve hacia nuestros dos amigos o los demás que nos faltan. Trato de mantenerlos en positivos, pero cada vez me callo más por las miradas fulminantes de Beth y de Jhoann; por lo menos yo trato de mantener su espíritu vivo.
- Oye, Lara – me llama Louis, dejo de caminar y voy hacia él. Esta al fondo del todo, un poco deprimido porque no hemos encontrado a Harry.
- ¿Qué sucede? – pregunto, curiosa.
- Hay un niño allí – frunce el ceño y me señala con disimulo la cabeza - ¿Soy yo o estoy alucinando?
Miro hacia la dirección donde él mira, veo claramente que si es un niño, tiene unas ropas de color marrón, su piel y sus ojos de igual color, y una débil sonrisa tímida. Me pregunto quién es y si hay más humanos en esta isla.
- Creo que ambos alucinamos.

El niño nos señala con la mano que los sigamos y se echa a correr con pasos silenciosos en el sentido contrario. Miro a Louis confundida y este me regresa la mirada. Luego fijamos la vista en nuestros compañeros y no notan nuestra ausencia, por lo que decidimos entre susurros que no sería malo echar un vistazo, quizás podrán ayudarnos y darnos algo que pueda llenarnos.
Comenzamos a caminar en dirección hacia donde fue el niño, esquivando las ramas y pisando con cuidado por si hay algún dinosaurio o algo cerca de nosotros y pueda lastimarnos. Tengo miedo nuevamente, no quisiera que algo nos sucediera a Louis y a mí, sobre todo a él; pero arriesgarnos puede ser nuestra salida, y si tenemos que pagar por nuestro error, pues estoy dispuesta cobrar la deuda por ambos.
Siento como sus manos se entrelazan en las mías, el corazón me da un golpe seco para que, después de dificultar mi respiración, comience a latir con más rapidez. Sé que lo hace para que ninguno se pierda y por si tendremos que salir corriendo, pero me agrada que lo haya hecho; es un gesto tan bonito de Louis que no evito sonrojarme un poco. Agradezco estar delante de él para que no vea mi rostro.
- Lara, ¿estas segura que hicimos lo correcto? Ese niño parece sacado de un pozo de tierra.
- No seas malo – lo regaño -, tenemos que ver donde nos lleva al chiquitín.
- ¿y si es una manda de aborígenes salvajes y…?
- ¿Y si tienen la salida? – me detengo delante de él, mirando con fijes sus ojos – Sé que tienes miedo, yo también lo tengo pero tenemos que salir de esta, Louis. Pueden ayudarnos a buscar a Harry, Shauna y los demás. Ten fe.
Finalizo dándole una sonrisa, aprieto más fuerte su mano y lo obligo a seguir caminando. El niño nos mira con los ojos entrecerrados por un momento, hasta que ve nuestras manos juntas y nuestros rostros; suelta un grito que logra sobresaltarnos, es un grito más bien de alegría que de miedo. Sin avisarnos, se echa a correr, por lo que tenemos que seguir sus pasos rápidos mientras le exclamamos que nos espere.
Los arboles nos van cerrando el camino y nublando la busca cada vez más, lo único que estoy viendo es verde y verde que incluso tengo miedo de ver todo así después; pero el paisaje que encontramos después de todos esos matorrales nos deja con la boca abierta. No me la puedo creer, no me la puedo creer ¡esto es como una ciudad de aborígenes cagados en oros por todos lados.
Los hombres están vestidos como el niño mientras las mujeres tienen de la misma tela y color vestidos; no hay demasiadas personas, es como un pequeño pueblo de cincuenta y pico habitantes. El niño comienza a hablar en un lenguaje poco conocido para mí, pero logro entender algo que quiere decir, y es algo así como: “¡La madre naturaleza y el señor de los mares están aquí!”. ¿Madre Naturaleza? ¿El señor de los mares? Más le vale a este niño no mentir porque juro que voy a matarlo, espero que esos tipos estén aquí y nos digan cómo salir.
- Lara, nos están mirando – murmura Louis en mi oído.
Compruebo que tiene razón, y carajo, nos miran detenidamente y hacen lo mismo que el niño, abren los ojos al mirar nuestras manos entrelazadas. ¿Qué tiene de raro? ¿Acaso ellos nunca lo hacen?
Y de repente, todos se arrodillan ante nosotros, alabándonos mientras dicen palabras en forma de coro que no logro captar. Están hablando un latín antiguo, uno muy viejo y muy difícil de aprender; incluso estuve muchos años para llegar a pronunciar decentemente.
Tras escuchar lo que dicen repetivamente, vago con esfuerzo hacia mis conocimientos. Finalmente, logro comprender lo que dicen.
“Nuestro padre y nuestra madre han llegado.”
- Louis, ellos creen que somos sus padres – le murmuro al castaño.
- ¡¿Qué?! – este grita, poniendo los ojos como platos.
Todos se callan de repente y se quedan abajo, siguiéndonos alabando. Un hombre robusto de piel negra y viejo se acerca hasta nosotros. Louis me tira un poco hacia atrás cuando este intenta tocarme la mano, pero algo me dice que no debo desconfiar; le dejo mi mano en las suyas, ásperas y con tierra. Sus ojos negros se encuentran con los míos.
“- Has llegado para llevarnos al paraíso, madre nuestra. Nosotros, tu súbditos y del señor de los mares, estamos a tu disposición.”
Y sin más el también hace una reverencia. ¿Y ahora en que nos metimos?