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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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50 sombras de Bieber
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: 50 sombras de Bieber
Me encantaron los capis!!! (: Bieber como te haces desear! ajjaja Siguelaa!!!
CaarFabrii
Re: 50 sombras de Bieber
Diios! Estoy muriendo.... Justin es tan sensual y sexy y caliente. Y voy a morir porque no subes el capitulo,estoy muy ansiosa por leer el siguiente capitulo.....Besos y Nueva lector... Amo tu nove
Love U Girl
Love U Girl
JulyJu_983
Re: 50 sombras de Bieber
ValeAlvarez? Si no hay otra qe se llame como yo, supongo qe soy yo asiqe ya me pase !
ValeAlvarez
Re: 50 sombras de Bieber
Continuación cap 6
—¿Quién?
—El fotógrafo. José Rodríguez.
Me río, nerviosa pero curiosa. ¿Qué le daría esa impresión?
—No. José es un buen amigo mío, eso es todo. ¿Por qué pensaste que era mi novio?
—La forma en que le sonreíste y él a ti. —Sus ojos mieles sostienen mi mirada. Es tan desconcertante. Quiero mirar hacia otro lado, pero estoy atrapada… hechizada.
—Es más como familia —susurro.
Bieber asiente con la cabeza ligeramente, al parecer satisfecho con mi respuesta y mira hacia su muffin de arándanos. Sus largos dedos retiran con habilidad el papel mientras lo miro fascinada.
—¿Quieres un poco? —me pregunta y esa sonrisa secreta y divertida está de regreso.
—No, gracias. —Frunzo el ceño y miro hacia mis manos de nuevo.
—Y el chico que conocí ayer en la tienda. ¿Es tu novio?
—No. Paul es sólo un amigo. Te lo dije ayer. —Oh, esto se está poniendo tonto.
—¿Por qué me lo preguntas?
—Pareces nerviosa alrededor de los hombres.
Mi.er.da, eso es personal. Sólo estoy nerviosa a tu alrededor, Bieber.
—Te encuentro intimidante.
Me sonrojo hasta llegar a escarlata, pero mentalmente me doy palmaditas en la espalda por mi franqueza y vuelvo la mirada a mis manos otra vez. Puedo escucharlo inhalar fuertemente.
—Deberías encontrarme intimidante. —Asiente con la cabeza—. Eres muy honesta. Por favor, no bajes la mirada. Me gusta ver tu rostro.
Oh. Pongo la mirada en él y me da una sonrisa alentadora, pero irónica—. Me da una especie de idea de lo que podrías estar pensando. —Respira—. Eres un misterio, señorita Steele.
¿Misteriosa? ¿Yo?
—No hay nada misterioso en mí.
—Creo que eres muy reservada —murmura.
¿Lo soy? Wow... ¿Cómo voy a manejar eso? Esto es desconcertante. ¿Yo, reservada? De ninguna manera.
—Excepto cuando te ruborizas, por supuesto, lo que sucede a menudo. Sólo desearía saber el por qué de tu rubor.
Lanza un pequeño trozo de muffin a su boca y comienza a masticarlo lentamente, sin despegar sus ojos de mí. Y por supuesto, como si fuera el momento justo, me ruborizo.
—¿Siempre haces ese tipo de observaciones personales?
—No me había dado cuenta que lo hacía. ¿Te he ofendido? —Sonaba sorprendido.
—No —contesto sinceramente.
—Bueno.
—Pero eres muy prepotente —contraataco tranquilamente.
Levanta sus cejas y, si no me equivoco, su cara se enrojece ligeramente también.
—Estoy acostumbrado a hacer las cosas a mi manera, ____(tn) —murmura—. En todas las cosas.
—No lo dudo. ¿Por qué no me pediste que te llamara por tu nombre? —Estoy sorprendida por mi atrevimiento. ¿Por qué esta conversación se ha puesto tan seria?
No va de la manera que en que pensé que iba a ir. No puedo creer que esté sintiendo tanta antipatía hacia él. Es como si estuviera intentando ahuyentarlo.
—Las únicas personas que usan mi nombre son mi familia y unos pocos amigos íntimos. Es así como quiero que sea.
Oh. Él todavía no me ha dicho, llámame Justin. Es un fanático del control, no hay ninguna otra explicación y una parte de mí está pensando que quizás habría sido mejor que Kate lo hubiera entrevistado. Dos fanáticos del control juntos. Un añadido es que ella es casi rubia —bueno, rubia oxigenada—, como todas las mujeres en su oficina. Y es hermosa, me recuerda mi subconsciente. No me gusta la idea de Justin y Kate juntos. Tomo un sorbo de mi té y Bieber come otro pequeño trozo de su muffin.
—¿Eres hija única? —pregunta.
Oh… cambio de tema.
—Sí.
—Háblame sobre tus padres.
¿Por qué quiere saber esto? Esto es tan aburrido.
—Mi madre vive en Georgia con su nuevo marido, Bob. Mi padrastro vive en Montesano.
—¿Y tu padre?
—Mi padre murió cuando yo era un bebé.
Frunce el entrecejo.
—No me das mucha información, ¿verdad? —dice secamente, frotando su barbilla como si pensara profundamente.
—Tú tampoco.
—Lo siento —murmura y una fugaz mirada triste cruza su rostro.
—No lo recuerdo.
—¿Y tu madre volvió a casarse?
Resoplo.
—Tú me has interrogado ya una vez y yo trato de hacer algunas preguntas.—Me sonríe.
—¿Quién?
—El fotógrafo. José Rodríguez.
Me río, nerviosa pero curiosa. ¿Qué le daría esa impresión?
—No. José es un buen amigo mío, eso es todo. ¿Por qué pensaste que era mi novio?
—La forma en que le sonreíste y él a ti. —Sus ojos mieles sostienen mi mirada. Es tan desconcertante. Quiero mirar hacia otro lado, pero estoy atrapada… hechizada.
—Es más como familia —susurro.
Bieber asiente con la cabeza ligeramente, al parecer satisfecho con mi respuesta y mira hacia su muffin de arándanos. Sus largos dedos retiran con habilidad el papel mientras lo miro fascinada.
—¿Quieres un poco? —me pregunta y esa sonrisa secreta y divertida está de regreso.
—No, gracias. —Frunzo el ceño y miro hacia mis manos de nuevo.
—Y el chico que conocí ayer en la tienda. ¿Es tu novio?
—No. Paul es sólo un amigo. Te lo dije ayer. —Oh, esto se está poniendo tonto.
—¿Por qué me lo preguntas?
—Pareces nerviosa alrededor de los hombres.
Mi.er.da, eso es personal. Sólo estoy nerviosa a tu alrededor, Bieber.
—Te encuentro intimidante.
Me sonrojo hasta llegar a escarlata, pero mentalmente me doy palmaditas en la espalda por mi franqueza y vuelvo la mirada a mis manos otra vez. Puedo escucharlo inhalar fuertemente.
—Deberías encontrarme intimidante. —Asiente con la cabeza—. Eres muy honesta. Por favor, no bajes la mirada. Me gusta ver tu rostro.
Oh. Pongo la mirada en él y me da una sonrisa alentadora, pero irónica—. Me da una especie de idea de lo que podrías estar pensando. —Respira—. Eres un misterio, señorita Steele.
¿Misteriosa? ¿Yo?
—No hay nada misterioso en mí.
—Creo que eres muy reservada —murmura.
¿Lo soy? Wow... ¿Cómo voy a manejar eso? Esto es desconcertante. ¿Yo, reservada? De ninguna manera.
—Excepto cuando te ruborizas, por supuesto, lo que sucede a menudo. Sólo desearía saber el por qué de tu rubor.
Lanza un pequeño trozo de muffin a su boca y comienza a masticarlo lentamente, sin despegar sus ojos de mí. Y por supuesto, como si fuera el momento justo, me ruborizo.
—¿Siempre haces ese tipo de observaciones personales?
—No me había dado cuenta que lo hacía. ¿Te he ofendido? —Sonaba sorprendido.
—No —contesto sinceramente.
—Bueno.
—Pero eres muy prepotente —contraataco tranquilamente.
Levanta sus cejas y, si no me equivoco, su cara se enrojece ligeramente también.
—Estoy acostumbrado a hacer las cosas a mi manera, ____(tn) —murmura—. En todas las cosas.
—No lo dudo. ¿Por qué no me pediste que te llamara por tu nombre? —Estoy sorprendida por mi atrevimiento. ¿Por qué esta conversación se ha puesto tan seria?
No va de la manera que en que pensé que iba a ir. No puedo creer que esté sintiendo tanta antipatía hacia él. Es como si estuviera intentando ahuyentarlo.
—Las únicas personas que usan mi nombre son mi familia y unos pocos amigos íntimos. Es así como quiero que sea.
Oh. Él todavía no me ha dicho, llámame Justin. Es un fanático del control, no hay ninguna otra explicación y una parte de mí está pensando que quizás habría sido mejor que Kate lo hubiera entrevistado. Dos fanáticos del control juntos. Un añadido es que ella es casi rubia —bueno, rubia oxigenada—, como todas las mujeres en su oficina. Y es hermosa, me recuerda mi subconsciente. No me gusta la idea de Justin y Kate juntos. Tomo un sorbo de mi té y Bieber come otro pequeño trozo de su muffin.
—¿Eres hija única? —pregunta.
Oh… cambio de tema.
—Sí.
—Háblame sobre tus padres.
¿Por qué quiere saber esto? Esto es tan aburrido.
—Mi madre vive en Georgia con su nuevo marido, Bob. Mi padrastro vive en Montesano.
—¿Y tu padre?
—Mi padre murió cuando yo era un bebé.
Frunce el entrecejo.
—No me das mucha información, ¿verdad? —dice secamente, frotando su barbilla como si pensara profundamente.
—Tú tampoco.
—Lo siento —murmura y una fugaz mirada triste cruza su rostro.
—No lo recuerdo.
—¿Y tu madre volvió a casarse?
Resoplo.
—Tú me has interrogado ya una vez y yo trato de hacer algunas preguntas.—Me sonríe.
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
¡Mi.er.da! Él está recordando la pregunta "homosexual". Una vez más, me mortifico. Durante los próximos años, lo sé, necesitaré terapia intensiva para no sentirme avergonzaba cada vez que recuerde ese momento. Empiezo a balbucear sobre mi madre… cualquier cosa para bloquear ese recuerdo.
—Mi madre es maravillosa. Es una romántica incurable. Actualmente va por su cuarto marido.
Levanta sus cejas sorprendido.
—La echo de menos —continúo—. Ella tiene ahora a Bob. Y sólo espero que él pueda estar pendiente de ella y recoger sus pedacitos cuando sus planes no vayan como estaba previsto. —Sonrío con cariño. No he visto a mi madre desde hace mucho tiempo.
Christian está mirándome fijamente, tomando sorbos de su café de vez en cuando. Realmente no debería mirar su boca. Esos labios… son inquietantes.
—¿Te llevas bien con tu padrastro?
—Por supuesto. Crecí con él. Es el único padre que conozco.
—¿Y cómo es él?
—¿Ray? Es… reservado.
—¿Eso es todo? —pregunta Bieber, sorprendido.
Me encojo de hombros. ¿Qué espera este hombre? ¿La historia de mi vida?
—Reservado como su hijastra —sugiere Bieber.
Me abstengo de poner mis ojos en blanco hacia él.
—Le gusta el fútbol, el fútbol europeo sobre todo, los bolos, pescar y hacer muebles. Es carpintero. Ex carpintero —suspiro.
—¿Viviste con él?
—Sí. Mi madre encontró a su tercer marido cuando yo tenía quince años. Y me quedé con Ray.
Frunce el entrecejo como si no entendiera.
—¿No quisiste ir a vivir con tu madre? —pregunta.
Me ruborizo. Esto realmente no es de su incumbencia.
—Su tercer marido vivía en Texas. Mi casa estaba en Montesano. Y… ya sabes, mi mamá estaba recién casada. —Me detengo.
Mamá nunca habla sobre su tercer marido. ¿Hacia dónde quiere ir Bieber con esto? Esto no es de su incumbencia. Los dos podemos jugar a este juego.
—Háblame sobre tus padres —pregunto.
Él se encoge de hombros.
—Mi padre es abogado, mi madre es pediatra. Ellos viven en Seattle.
¡Ah…! él pertenece a una familia acomodada. Y me pregunto por la próspera pareja que adopta a tres niños, uno de ellos se convierte en un atractivo hombre que asume el control empresarial y lo conquista sin la ayuda de nadie. ¿Qué lo llevó a ser así? Sus padres deben de estar orgullosos.
—¿Qué hacen tus hermanos?
—Elliot trabaja en construcción y mi hermana pequeña está en París, estudiando cocina bajo la supervisión de algún famoso chef francés.
Sus ojos se nublan con irritación. No quiere hablar de su familia o de sí mismo.
—He oído que París es encantador —murmuro. ¿Por qué no quiere hablar sobre su familia? ¿Porque es adoptado?
—Es bonito. ¿Has estado ahí? —pregunta, su irritación desaparece.
—Nunca he salido de Estados Unidos. —Así que ahora regresamos a las trivialidades. ¿Qué está escondiendo?
—¿Te gustaría ir?
—¿A París? —rechino. Esto me desconcierta, ¿quién no querría ir a París?—. Claro —admito—. Pero es Inglaterra lo que realmente me gustaría visitar.
Inclina su cabeza a un lado, recorriendo con su dedo índice su labio inferior… ¡Oh, Dios!
—¿Por qué?
Parpadeo rápidamente. Concéntrate, Steele.
—Está la casa de Shakespeare, Austen, las hermanas Brontë, Thomas Hardy. Me gustaría ver los lugares que inspiraron a esas personas para escribir eso maravillosos libros.
Toda esta charla sobre los clásicos literarios me recuerda que debería estar estudiando. Echo una ojeada a mi reloj.
—Será mejor que me vaya. Tengo que estudiar.
—¿Para tus exámenes?
—Sí. Comienzan el martes.
—¿Dónde está el automóvil de la señorita Kavanagh?
—En el estacionamiento del hotel.
—Te acompaño.
—Gracias por el té, señor Bieber.
Sonríe divertido y percibo una enorme sonrisa secreta.
—Eres bienvenida, ____(tn). Es un placer. Ven —ordena y me tiende su mano.
La tomo, aturdida y lo sigo fuera de la cafetería.
Paseamos de vuelta al hotel y me gustaría decir que el silencio es afable. Él parece tranquilo al menos, seguro de sí mismo. En cuanto a mí, estoy intentando evaluar desesperadamente cómo ha ido nuestro café de la mañana. Me siento como si me hubiera entrevistado para un empleo, pero no estoy segura de que sea eso.
—¿Siempre llevas pantalón? —pregunta inesperadamente.
—Normalmente.
Asiente con la cabeza. Estamos de regreso en la intersección, frente al hotel. Mi mente está dando vueltas. Qué pregunta tan extraña… Y soy consciente de que nuestro tiempo juntos es limitado. Eso es todo. Es así y lo he echado a perder por completo, lo sé. Quizás él tiene a alguien.
—¿Tienes novia? —digo bruscamente. ¡Santo cielo! ¿Acabo de decir eso en voz alta? Sus labios se curvan en una peculiar medio sonrisa y mira hacia abajo, hacia mí.
—No, ____(tn). No tengo novia —dice suavemente.
¡Oh…! ¿Qué significa? ¿No es homosexual? Oh, quizás es… ¡Diablos! Debe de haberme mentido en su entrevista. Y por un momento, creo que va a continuar con alguna explicación, alguna pista sobre esta criptica declaración, pero no lo hace. Tengo que irme. Tengo que intentar reordenar mis pensamientos. Tengo que alejarme de él. Camino hacia adelante y tropiezo, saliendo precipitadamente hacia el camino.
—¡Mier.da, ____(tn)! —grita Bieber.
Me toma de la mano y lo hace con tanta fuerza que caigo contra él, justo cuando un ciclista pasa a toda velocidad yendo en la dirección incorrecta por la calle de sentido único y casi me atropella.
Todo pasa tan rápido, en un minuto estoy cayendo, al próximo estoy en sus brazos y él me está sosteniendo fuertemente contra su pecho. Inhalo su aroma limpio y vital. Él huele a ropa de lino recién lavada y a algún caro gel de baño. ¡Oh Dios, es embriagador! Inhalo profundamente.
—¿Estás bien? —susurra. Tiene un brazo a mí alrededor, estrechándome contra él, mientras los dedos de su otra mano trazan suavemente mi rostro, sondeando suavemente, examinándome. Su pulgar roza mi labio inferior y escucho cómo contiene la respiración. Está mirándome fijamente a los ojos y sostengo su mirada ansiosa, ardiente durante un momento o quizás sea por siempre… pero finalmente, su hermosa boca atrae mi atención.
¡Oh Dios! Y por primera vez en veintiún años, quiero ser besada. Quiero sentir su boca contra la mía.
—Mi madre es maravillosa. Es una romántica incurable. Actualmente va por su cuarto marido.
Levanta sus cejas sorprendido.
—La echo de menos —continúo—. Ella tiene ahora a Bob. Y sólo espero que él pueda estar pendiente de ella y recoger sus pedacitos cuando sus planes no vayan como estaba previsto. —Sonrío con cariño. No he visto a mi madre desde hace mucho tiempo.
Christian está mirándome fijamente, tomando sorbos de su café de vez en cuando. Realmente no debería mirar su boca. Esos labios… son inquietantes.
—¿Te llevas bien con tu padrastro?
—Por supuesto. Crecí con él. Es el único padre que conozco.
—¿Y cómo es él?
—¿Ray? Es… reservado.
—¿Eso es todo? —pregunta Bieber, sorprendido.
Me encojo de hombros. ¿Qué espera este hombre? ¿La historia de mi vida?
—Reservado como su hijastra —sugiere Bieber.
Me abstengo de poner mis ojos en blanco hacia él.
—Le gusta el fútbol, el fútbol europeo sobre todo, los bolos, pescar y hacer muebles. Es carpintero. Ex carpintero —suspiro.
—¿Viviste con él?
—Sí. Mi madre encontró a su tercer marido cuando yo tenía quince años. Y me quedé con Ray.
Frunce el entrecejo como si no entendiera.
—¿No quisiste ir a vivir con tu madre? —pregunta.
Me ruborizo. Esto realmente no es de su incumbencia.
—Su tercer marido vivía en Texas. Mi casa estaba en Montesano. Y… ya sabes, mi mamá estaba recién casada. —Me detengo.
Mamá nunca habla sobre su tercer marido. ¿Hacia dónde quiere ir Bieber con esto? Esto no es de su incumbencia. Los dos podemos jugar a este juego.
—Háblame sobre tus padres —pregunto.
Él se encoge de hombros.
—Mi padre es abogado, mi madre es pediatra. Ellos viven en Seattle.
¡Ah…! él pertenece a una familia acomodada. Y me pregunto por la próspera pareja que adopta a tres niños, uno de ellos se convierte en un atractivo hombre que asume el control empresarial y lo conquista sin la ayuda de nadie. ¿Qué lo llevó a ser así? Sus padres deben de estar orgullosos.
—¿Qué hacen tus hermanos?
—Elliot trabaja en construcción y mi hermana pequeña está en París, estudiando cocina bajo la supervisión de algún famoso chef francés.
Sus ojos se nublan con irritación. No quiere hablar de su familia o de sí mismo.
—He oído que París es encantador —murmuro. ¿Por qué no quiere hablar sobre su familia? ¿Porque es adoptado?
—Es bonito. ¿Has estado ahí? —pregunta, su irritación desaparece.
—Nunca he salido de Estados Unidos. —Así que ahora regresamos a las trivialidades. ¿Qué está escondiendo?
—¿Te gustaría ir?
—¿A París? —rechino. Esto me desconcierta, ¿quién no querría ir a París?—. Claro —admito—. Pero es Inglaterra lo que realmente me gustaría visitar.
Inclina su cabeza a un lado, recorriendo con su dedo índice su labio inferior… ¡Oh, Dios!
—¿Por qué?
Parpadeo rápidamente. Concéntrate, Steele.
—Está la casa de Shakespeare, Austen, las hermanas Brontë, Thomas Hardy. Me gustaría ver los lugares que inspiraron a esas personas para escribir eso maravillosos libros.
Toda esta charla sobre los clásicos literarios me recuerda que debería estar estudiando. Echo una ojeada a mi reloj.
—Será mejor que me vaya. Tengo que estudiar.
—¿Para tus exámenes?
—Sí. Comienzan el martes.
—¿Dónde está el automóvil de la señorita Kavanagh?
—En el estacionamiento del hotel.
—Te acompaño.
—Gracias por el té, señor Bieber.
Sonríe divertido y percibo una enorme sonrisa secreta.
—Eres bienvenida, ____(tn). Es un placer. Ven —ordena y me tiende su mano.
La tomo, aturdida y lo sigo fuera de la cafetería.
Paseamos de vuelta al hotel y me gustaría decir que el silencio es afable. Él parece tranquilo al menos, seguro de sí mismo. En cuanto a mí, estoy intentando evaluar desesperadamente cómo ha ido nuestro café de la mañana. Me siento como si me hubiera entrevistado para un empleo, pero no estoy segura de que sea eso.
—¿Siempre llevas pantalón? —pregunta inesperadamente.
—Normalmente.
Asiente con la cabeza. Estamos de regreso en la intersección, frente al hotel. Mi mente está dando vueltas. Qué pregunta tan extraña… Y soy consciente de que nuestro tiempo juntos es limitado. Eso es todo. Es así y lo he echado a perder por completo, lo sé. Quizás él tiene a alguien.
—¿Tienes novia? —digo bruscamente. ¡Santo cielo! ¿Acabo de decir eso en voz alta? Sus labios se curvan en una peculiar medio sonrisa y mira hacia abajo, hacia mí.
—No, ____(tn). No tengo novia —dice suavemente.
¡Oh…! ¿Qué significa? ¿No es homosexual? Oh, quizás es… ¡Diablos! Debe de haberme mentido en su entrevista. Y por un momento, creo que va a continuar con alguna explicación, alguna pista sobre esta criptica declaración, pero no lo hace. Tengo que irme. Tengo que intentar reordenar mis pensamientos. Tengo que alejarme de él. Camino hacia adelante y tropiezo, saliendo precipitadamente hacia el camino.
—¡Mier.da, ____(tn)! —grita Bieber.
Me toma de la mano y lo hace con tanta fuerza que caigo contra él, justo cuando un ciclista pasa a toda velocidad yendo en la dirección incorrecta por la calle de sentido único y casi me atropella.
Todo pasa tan rápido, en un minuto estoy cayendo, al próximo estoy en sus brazos y él me está sosteniendo fuertemente contra su pecho. Inhalo su aroma limpio y vital. Él huele a ropa de lino recién lavada y a algún caro gel de baño. ¡Oh Dios, es embriagador! Inhalo profundamente.
—¿Estás bien? —susurra. Tiene un brazo a mí alrededor, estrechándome contra él, mientras los dedos de su otra mano trazan suavemente mi rostro, sondeando suavemente, examinándome. Su pulgar roza mi labio inferior y escucho cómo contiene la respiración. Está mirándome fijamente a los ojos y sostengo su mirada ansiosa, ardiente durante un momento o quizás sea por siempre… pero finalmente, su hermosa boca atrae mi atención.
¡Oh Dios! Y por primera vez en veintiún años, quiero ser besada. Quiero sentir su boca contra la mía.
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
La amoooooooooooooooo!!!
hola me presento :P soy antooo y ya la lei a la nove! pero la amo tanto que la leere nuevamente y seré tu fiel lectora forever!!!! yeiiiiiiiii :aah: :enamorado: siguela mi cielo(? ok hoy estoy muy romantica :amor: Besos loviu :bye:
hola me presento :P soy antooo y ya la lei a la nove! pero la amo tanto que la leere nuevamente y seré tu fiel lectora forever!!!! yeiiiiiiiii :aah: :enamorado: siguela mi cielo(? ok hoy estoy muy romantica :amor: Besos loviu :bye:
Anto_flor_1D
Re: 50 sombras de Bieber
Capítulo 7
Bésame, maldita sea! Le suplico, pero no me puedo mover. Estoy paralizada por una extraña y desconocida necesidad, completamente cautivada por él. Miro fijamente la exquisitamente esculpida boca de Justin Bieber, hipnotizada y él me devuelve la mirada, sus ojos escurecidos y entornados. Respira con más fuerza de lo habitual y yo he dejado de respirar por completo. Estoy en tus brazos. Bésame, por favor. Cierra los ojos, respira profundamente y me ofrece una breve señal de negación con la cabeza, como si respondiera a mi silenciosa petición. Cuando abre los ojos de nuevo, lo hace con algún nuevo propósito, una firme resolución.
—____(tn), debes mantenerte lejos de mí. No soy el hombre adecuado para ti —susurra.
¿Qué? ¿A qué viene esto? Ciertamente debería ser yo quien decida eso. Le frunzo el ceño y niego con la cabeza.
—Respira, ____(tn), respira. Voy a ponerte de pie y a dejarte ir —dice en voz baja y me aleja con gentileza.
La adrenalina se ha disparado a través de mi cuerpo, ya sea por el fallido atropellamiento del ciclista o por la embriagadora proximidad de Justin, dejándome ansiosa y débil. ¡No! Grita mi mente cuando él se aleja, dejándome desamparada. Tiene sus manos sobre mis hombros, sosteniéndome con sus brazos extendidos, observando mis reacciones cuidadosamente. Y en lo único en lo que puedo pensar es en que quería ser besada, que lo hice malditamente obvio y él no lo hizo. No me quiere. Realmente no me quiere. He estropeado magníficamente el café de la mañana.
—Lo tengo —respiro, encontrando mi voz—. Gracias —murmuro, inundada de humillación. ¿Cómo pude haber malinterpretado tanto la situación entre nosotros? Tengo que alejarme de él.
—¿Por qué? —Frunce el ceño. Aún mantiene sus manos sobre mis hombros.
—Por salvarme —susurro.
—Ese idi.ota manejaba en sentido contrario. Me alegro de que estaba aquí. Me estremezco al pensar lo que te podría haber pasado. ¿Quieres venir y sentarte en el hotel por un momento?
Me libera, las manos a ambos lados de su cuerpo y estoy de pie frente a él sintiéndome como una tonta.
Con una sacudida, aclaro mi cabeza. Simplemente quiero irme. Todas mis vagas y no articuladas esperanzas han sido frustradas. No me quiere. ¿En qué estaba pensando? Me regaño. ¿Qué querría Justin Bieber contigo? Mi subconsciente se burla de mí. Envuelvo mis brazos a mí alrededor, me giro para hacerle frente a la calle y tomo nota con alivio de que el hombre verde ha aparecido. Rápidamente atravieso la calle, consciente de que Bieber está detrás de mí. Fuera del Hotel, me volteo brevemente para hacerle frente pero no puedo mirarlo a los ojos.
—Gracias por el té y por hacer la sesión de fotos —murmuro.
—____(tn)… Yo… —Se detiene, y la angustia en su voz reclama mi atención, por lo que contra mi voluntad me encuentro mirándole detenidamente. Sus ojos mieles lucen sombríos cuando se pasa una mano por el cabello. Se ve contrariado, frustrado, sus expresiones son crudas. Todo su cuidadoso control se ha evaporado.
—¿Qué, Justin? —espeto con irritación después que él dice… nada. Sólo quiero irme. Tengo que llevarme lejos mi frágil y herido orgullo y de alguna manera cuidar de él hasta que sane.
—Buena suerte con tus exámenes —murmura.
¿Eh? ¿Esta es la razón de por qué se ve tan desolado? ¿Esta es la gran despedida? ¿Simplemente desearme suerte en mis exámenes?
—Gracias. —No puedo ocultar el sarcasmo en mi voz—. Adiós, Señor Bieber.
Me vuelvo sobre mis talones, vagamente sorprendida porque no tropiezo y sin darle un segundo vistazo, desaparezco por la vereda hacia el estacionamiento subterráneo.
Una vez bajo el oscuro, frío concreto del estacionamiento con sus sombrías luces fluorescentes, me apoyo contra la pared y pongo la cabeza en mis manos. ¿En qué estaba pensando? Espontáneas e indeseadas lágrimas llenan mis ojos. ¿Por qué estoy llorando? Me hundo en el suelo, enojada conmigo misma por esta reacción sin sentido. Doblando mis rodillas, me doblo sobre mí misma. Quiero hacerme tan pequeña como sea posible. Quizás así este absurdo dolor sea menor mientras más pequeña me vuelva. Colocando la cabeza sobre mis rodillas, dejo que las irracionales lágrimas caigan sin restricciones. Lloro por la pérdida de algo que nunca tuve. Qué ridículo. Estar en duelo por algo que nunca fue… mis frustrados sueños, esperanzas y mis deterioradas expectativas.
Nunca había recibido un rechazo. De acuerdo… sí era una de las últimas en ser escogida para el baloncesto o el voleibol, pero entendía eso: correr y hacer algo más mismo tiempo, como hacer rebotar o lanzar una pelota, no es lo mío. Soy realmente pasiva en cualquier tipo de deporte.
Aunque románticamente, nunca me he puesto a mí misma en esa posición, jamás. Una vida de inseguridad: soy demasiado pálida, demasiado flacucha, demasiado desaliñada, descoordinada y una larga lista de defectos que continúa. He sido siempre la primera en rechazar a cualquiera que pudiera ser considerado como un admirador. Había un chico en mi clase de química que me gustaba, pero nunca nadie ha despertado mi interés, nadie excepto Justin Maldito Bieber. Quizá debería ser más amable con gente a la que le gusto, como Paul Clayton y José, aunque estoy segura que ninguno de ellos ha sido encontrado sollozando a solas en lugares oscuros. Quizás todo lo que necesito es un buen llanto.
¡Detente! ¡Detente ahora! Mi subconsciente está gritándome metafóricamente, de brazos cruzados, apoyándose en una pierna y golpeando con su pie en señal de frustración. Sube al auto, ve a casa y continúa con tus estudios. Olvídate de él… ¡Ahora![/i] Y detén toda esta mi.er.da de regodearte en la autocompasión.
Inhalo profundamente, me estabilizo y me levanto. [i]Espabílate Steele. Mientras me dirijo al automóvil de Kate seco las lágrimas de mi rostro. No pensaré en él de nuevo. Puedo lidiar con este incidente como si fuera sólo una experiencia más y concentrarme en mis exámenes.
Bésame, maldita sea! Le suplico, pero no me puedo mover. Estoy paralizada por una extraña y desconocida necesidad, completamente cautivada por él. Miro fijamente la exquisitamente esculpida boca de Justin Bieber, hipnotizada y él me devuelve la mirada, sus ojos escurecidos y entornados. Respira con más fuerza de lo habitual y yo he dejado de respirar por completo. Estoy en tus brazos. Bésame, por favor. Cierra los ojos, respira profundamente y me ofrece una breve señal de negación con la cabeza, como si respondiera a mi silenciosa petición. Cuando abre los ojos de nuevo, lo hace con algún nuevo propósito, una firme resolución.
—____(tn), debes mantenerte lejos de mí. No soy el hombre adecuado para ti —susurra.
¿Qué? ¿A qué viene esto? Ciertamente debería ser yo quien decida eso. Le frunzo el ceño y niego con la cabeza.
—Respira, ____(tn), respira. Voy a ponerte de pie y a dejarte ir —dice en voz baja y me aleja con gentileza.
La adrenalina se ha disparado a través de mi cuerpo, ya sea por el fallido atropellamiento del ciclista o por la embriagadora proximidad de Justin, dejándome ansiosa y débil. ¡No! Grita mi mente cuando él se aleja, dejándome desamparada. Tiene sus manos sobre mis hombros, sosteniéndome con sus brazos extendidos, observando mis reacciones cuidadosamente. Y en lo único en lo que puedo pensar es en que quería ser besada, que lo hice malditamente obvio y él no lo hizo. No me quiere. Realmente no me quiere. He estropeado magníficamente el café de la mañana.
—Lo tengo —respiro, encontrando mi voz—. Gracias —murmuro, inundada de humillación. ¿Cómo pude haber malinterpretado tanto la situación entre nosotros? Tengo que alejarme de él.
—¿Por qué? —Frunce el ceño. Aún mantiene sus manos sobre mis hombros.
—Por salvarme —susurro.
—Ese idi.ota manejaba en sentido contrario. Me alegro de que estaba aquí. Me estremezco al pensar lo que te podría haber pasado. ¿Quieres venir y sentarte en el hotel por un momento?
Me libera, las manos a ambos lados de su cuerpo y estoy de pie frente a él sintiéndome como una tonta.
Con una sacudida, aclaro mi cabeza. Simplemente quiero irme. Todas mis vagas y no articuladas esperanzas han sido frustradas. No me quiere. ¿En qué estaba pensando? Me regaño. ¿Qué querría Justin Bieber contigo? Mi subconsciente se burla de mí. Envuelvo mis brazos a mí alrededor, me giro para hacerle frente a la calle y tomo nota con alivio de que el hombre verde ha aparecido. Rápidamente atravieso la calle, consciente de que Bieber está detrás de mí. Fuera del Hotel, me volteo brevemente para hacerle frente pero no puedo mirarlo a los ojos.
—Gracias por el té y por hacer la sesión de fotos —murmuro.
—____(tn)… Yo… —Se detiene, y la angustia en su voz reclama mi atención, por lo que contra mi voluntad me encuentro mirándole detenidamente. Sus ojos mieles lucen sombríos cuando se pasa una mano por el cabello. Se ve contrariado, frustrado, sus expresiones son crudas. Todo su cuidadoso control se ha evaporado.
—¿Qué, Justin? —espeto con irritación después que él dice… nada. Sólo quiero irme. Tengo que llevarme lejos mi frágil y herido orgullo y de alguna manera cuidar de él hasta que sane.
—Buena suerte con tus exámenes —murmura.
¿Eh? ¿Esta es la razón de por qué se ve tan desolado? ¿Esta es la gran despedida? ¿Simplemente desearme suerte en mis exámenes?
—Gracias. —No puedo ocultar el sarcasmo en mi voz—. Adiós, Señor Bieber.
Me vuelvo sobre mis talones, vagamente sorprendida porque no tropiezo y sin darle un segundo vistazo, desaparezco por la vereda hacia el estacionamiento subterráneo.
Una vez bajo el oscuro, frío concreto del estacionamiento con sus sombrías luces fluorescentes, me apoyo contra la pared y pongo la cabeza en mis manos. ¿En qué estaba pensando? Espontáneas e indeseadas lágrimas llenan mis ojos. ¿Por qué estoy llorando? Me hundo en el suelo, enojada conmigo misma por esta reacción sin sentido. Doblando mis rodillas, me doblo sobre mí misma. Quiero hacerme tan pequeña como sea posible. Quizás así este absurdo dolor sea menor mientras más pequeña me vuelva. Colocando la cabeza sobre mis rodillas, dejo que las irracionales lágrimas caigan sin restricciones. Lloro por la pérdida de algo que nunca tuve. Qué ridículo. Estar en duelo por algo que nunca fue… mis frustrados sueños, esperanzas y mis deterioradas expectativas.
Nunca había recibido un rechazo. De acuerdo… sí era una de las últimas en ser escogida para el baloncesto o el voleibol, pero entendía eso: correr y hacer algo más mismo tiempo, como hacer rebotar o lanzar una pelota, no es lo mío. Soy realmente pasiva en cualquier tipo de deporte.
Aunque románticamente, nunca me he puesto a mí misma en esa posición, jamás. Una vida de inseguridad: soy demasiado pálida, demasiado flacucha, demasiado desaliñada, descoordinada y una larga lista de defectos que continúa. He sido siempre la primera en rechazar a cualquiera que pudiera ser considerado como un admirador. Había un chico en mi clase de química que me gustaba, pero nunca nadie ha despertado mi interés, nadie excepto Justin Maldito Bieber. Quizá debería ser más amable con gente a la que le gusto, como Paul Clayton y José, aunque estoy segura que ninguno de ellos ha sido encontrado sollozando a solas en lugares oscuros. Quizás todo lo que necesito es un buen llanto.
¡Detente! ¡Detente ahora! Mi subconsciente está gritándome metafóricamente, de brazos cruzados, apoyándose en una pierna y golpeando con su pie en señal de frustración. Sube al auto, ve a casa y continúa con tus estudios. Olvídate de él… ¡Ahora![/i] Y detén toda esta mi.er.da de regodearte en la autocompasión.
Inhalo profundamente, me estabilizo y me levanto. [i]Espabílate Steele. Mientras me dirijo al automóvil de Kate seco las lágrimas de mi rostro. No pensaré en él de nuevo. Puedo lidiar con este incidente como si fuera sólo una experiencia más y concentrarme en mis exámenes.
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
Kate está sentada en la mesa del comedor con su computadora portátil cuando llego. Su sonrisa de bienvenida se desvanece en cuanto me ve.
—____(tn) ¿qué va mal?
Ay no… el Interrogatorio Katherine Kavanagh. Niego con la cabeza, imitando su estilo de “ríndete ahora”, pero fue como intentar hablarle a un ciego sordomudo.
—Has estado llorando. —Ella tenía un don excepcional para señalar los malditos hechos obvios algunas veces—. ¿Qué te hizo ese ca.brón? —gruñe y su rostro… Jesús, da miedo.
—Nada Kate. —En realidad ese el problema. El pensamiento trae una sonrisa irónica a mi rostro.
—Entonces, ¿por qué has estado llorando? Tú nunca lloras —dice, su voz suavizándose. Se pone de pie, sus ojos verdes rebosantes de preocupación. Pone sus brazos a mí alrededor y me abraza. Necesito decirle algo para hacerla retroceder.
—Estuve a punto de ser golpeada por un ciclista. —Es lo mejor que puedo hacer, pero la distrae momentáneamente de… él.
—Por Dios, ____(tn), ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —Me sostiene con el brazo extendido y me mira rapidamente.
—No. Justin me salvó —susurro—, pero estaba muy conmocionada.
—No me sorprende. ¿Cómo estuvo el café? Sé que lo odias.
—Tomé un té. Estuvo bien, nada que reportar en realidad. No sé por qué me lo pidió.
—Le gustas ____(tn). —Deja caer sus brazos.
—Ya no. No voy a volver a verlo. —Sí, de hecho consigo hacerlo sonar como que no me importa.
—¿De veras?
Jo.der. Está intrigada. Me dirijo a la cocina para que no pueda ver mi rostro.
—Sí… él está un poco fuera de mi liga, Kate —digo tan secamente como puedo.
—¿Qué quieres decir?
— ¿Es obvio,no? —Me doy media vuelta y la enfrento cuando se detiene en el umbral de la cocina.
—No lo es para mí —dice—. De acuerdo, tiene más dinero que tú, pero entonces ¡también tiene más dinero que la mayoría de las personas en América!
—Kate él es… —Me encojo de hombros.
—¡____(tn)! Por el amor de Dios, ¿Cuántas veces debo decírtelo? Eres absolutamente divina —me interrumpe. Ay no. Va comenzar con eso de nuevo.
—Kate, por favor. Tengo que estudiar —la interrumpo. Ella frunce el ceño.
—¿Quieres ver el artículo? Ya está terminado. José tomó algunas fotos realmente buenas.
¿Necesito un recordatorio visual del hermoso Justin No-te-quiero Bieber?
—Claro. —Conjuro una sonrisa en mi rostro y camino hasta el portátil. Y allí está él, mirándome en blanco y negro, mirándome y encontrándome carente de algo.
Pretendo leer el artículo, todo el tiempo encontrando su mirada miel, buscando en la fotografía alguna pista que me diga por qué no es el hombre adecuado para mí, según sus propias palabras.
Y de pronto, salta a la vista. Es demasiado gloriosamente bien parecido. Somos polos opuestos y de dos mundos muy diferentes. Tengo una visión de mí misma como Ícaro volando demasiado cerca del sol, ardiendo y estrellándome como resultado. Sus palabras cobran sentido. No es adecuado para mí. Esto es lo que quería decir y hace que su rechazo sea más fácil de aceptar… casi. Puedo vivir con esto. Lo comprendo.
—Muy buen trabajo, Kate. —Me las arreglo para decir—. Voy a estudiar. —No voy a pensar en él de nuevo por ahora, me comprometo conmigo misma y abriendo mis apuntes, comienzo a leer.
Es sólo cuando estoy acostada, intentando dormir, que le permito a mis pensamientos ir a la deriva, regresando a mi extraña mañana. Sigo volviendo a lo de “no suelo salir con nadie” y me enfado por haberla recordado antes, cuando estaba en sus brazos suplicándole mentalmente con cada fibra de mi ser que me besara. Lo había dicho allí y antes. No me quería como novia. Me pongo de costado. Ociosamente, me pregunto si tal vez es célibe. Cierro los ojos y comienzo a dejarme ir. Quizás se reserva para alguien especial. En ese caso, no para ti, mi subconsciente soñoliento me da un golpe final antes de liberarse dentro de mis sueños.
Y esa noche, sueño con ojos mieles, diferentes formas de hojas verdes en leche, corro a través de lugares oscuros con espectrales luces fluorescentes y no sé si corro hacia o estoy escapando de algo… simplemente no está claro.
—____(tn) ¿qué va mal?
Ay no… el Interrogatorio Katherine Kavanagh. Niego con la cabeza, imitando su estilo de “ríndete ahora”, pero fue como intentar hablarle a un ciego sordomudo.
—Has estado llorando. —Ella tenía un don excepcional para señalar los malditos hechos obvios algunas veces—. ¿Qué te hizo ese ca.brón? —gruñe y su rostro… Jesús, da miedo.
—Nada Kate. —En realidad ese el problema. El pensamiento trae una sonrisa irónica a mi rostro.
—Entonces, ¿por qué has estado llorando? Tú nunca lloras —dice, su voz suavizándose. Se pone de pie, sus ojos verdes rebosantes de preocupación. Pone sus brazos a mí alrededor y me abraza. Necesito decirle algo para hacerla retroceder.
—Estuve a punto de ser golpeada por un ciclista. —Es lo mejor que puedo hacer, pero la distrae momentáneamente de… él.
—Por Dios, ____(tn), ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —Me sostiene con el brazo extendido y me mira rapidamente.
—No. Justin me salvó —susurro—, pero estaba muy conmocionada.
—No me sorprende. ¿Cómo estuvo el café? Sé que lo odias.
—Tomé un té. Estuvo bien, nada que reportar en realidad. No sé por qué me lo pidió.
—Le gustas ____(tn). —Deja caer sus brazos.
—Ya no. No voy a volver a verlo. —Sí, de hecho consigo hacerlo sonar como que no me importa.
—¿De veras?
Jo.der. Está intrigada. Me dirijo a la cocina para que no pueda ver mi rostro.
—Sí… él está un poco fuera de mi liga, Kate —digo tan secamente como puedo.
—¿Qué quieres decir?
— ¿Es obvio,no? —Me doy media vuelta y la enfrento cuando se detiene en el umbral de la cocina.
—No lo es para mí —dice—. De acuerdo, tiene más dinero que tú, pero entonces ¡también tiene más dinero que la mayoría de las personas en América!
—Kate él es… —Me encojo de hombros.
—¡____(tn)! Por el amor de Dios, ¿Cuántas veces debo decírtelo? Eres absolutamente divina —me interrumpe. Ay no. Va comenzar con eso de nuevo.
—Kate, por favor. Tengo que estudiar —la interrumpo. Ella frunce el ceño.
—¿Quieres ver el artículo? Ya está terminado. José tomó algunas fotos realmente buenas.
¿Necesito un recordatorio visual del hermoso Justin No-te-quiero Bieber?
—Claro. —Conjuro una sonrisa en mi rostro y camino hasta el portátil. Y allí está él, mirándome en blanco y negro, mirándome y encontrándome carente de algo.
Pretendo leer el artículo, todo el tiempo encontrando su mirada miel, buscando en la fotografía alguna pista que me diga por qué no es el hombre adecuado para mí, según sus propias palabras.
Y de pronto, salta a la vista. Es demasiado gloriosamente bien parecido. Somos polos opuestos y de dos mundos muy diferentes. Tengo una visión de mí misma como Ícaro volando demasiado cerca del sol, ardiendo y estrellándome como resultado. Sus palabras cobran sentido. No es adecuado para mí. Esto es lo que quería decir y hace que su rechazo sea más fácil de aceptar… casi. Puedo vivir con esto. Lo comprendo.
—Muy buen trabajo, Kate. —Me las arreglo para decir—. Voy a estudiar. —No voy a pensar en él de nuevo por ahora, me comprometo conmigo misma y abriendo mis apuntes, comienzo a leer.
Es sólo cuando estoy acostada, intentando dormir, que le permito a mis pensamientos ir a la deriva, regresando a mi extraña mañana. Sigo volviendo a lo de “no suelo salir con nadie” y me enfado por haberla recordado antes, cuando estaba en sus brazos suplicándole mentalmente con cada fibra de mi ser que me besara. Lo había dicho allí y antes. No me quería como novia. Me pongo de costado. Ociosamente, me pregunto si tal vez es célibe. Cierro los ojos y comienzo a dejarme ir. Quizás se reserva para alguien especial. En ese caso, no para ti, mi subconsciente soñoliento me da un golpe final antes de liberarse dentro de mis sueños.
Y esa noche, sueño con ojos mieles, diferentes formas de hojas verdes en leche, corro a través de lugares oscuros con espectrales luces fluorescentes y no sé si corro hacia o estoy escapando de algo… simplemente no está claro.
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
Bajo mi lápiz. Mi examen final está terminado. Siento la sonrisa del gato Risón extenderse en mi rostro. Probablemente es la primera vez que he sonreído en toda la semana. Es viernes y celebraremos esta noche, celebrar de verdad. ¡Incluso podría emborracharme! Nunca antes he estado borracha. Le doy un vistazo a través de la sala de deportes a Kate, quién continúa garabateando furiosamente, a cinco minutos para terminar. Esto es todo, el final de mi carrera académica. Nunca tendré que volver a sentarme entre filas de ansiosos y aislados estudiantes. Dentro de mi cabeza estoy haciendo elegantes piruetas, sabiendo muy bien que ese es el único lugar en el que puedo hacerlas. Kate deja de escribir y baja su lápiz. Me mira y también veo su sonrisa de gato Risón.
Volvemos a nuestro apartamento en su Mercedes, negándonos a hablar de nuestro examen final. Kate está más preocupada por lo que llevará puesto esta noche en el bar. Yo estoy ocupada intentando tomar mis llaves dentro del bolso.
—____(tn), hay un paquete para ti. —Kate está de pie en los escalones de la puerta principal sosteniendo un paquete envuelto en papel marrón. Qué raro. No he encargado nada en Amazon recientemente.
Kate me da el paquete y toma mis llaves para abrir la puerta principal. Está dirigido a la Srta. ____(tn) Steele. No hay un nombre o dirección de remitente. Quizás sea de mi mamá o de Ray.
—Probablemente es de mis padres.
—¡Ábrelo! —Kate está emocionada mientras se dirige a la cocina por nuestro “Champán para celebrar que nuestros exámenes han acabado”
Abro el paquete y dentro encuentro una cajita mediana de cuero que contiene tres libros aparentemente idénticos, cubiertos con tela vieja y una tarjeta blanca. Escrita por un solo lado, con tinta negra y una clara letra cursiva, dice lo siguiente:
¿Por qué no me dijiste que había peligro? ¿Por qué no me advertiste?
Las damas saben de lo que deben protegerse, ya que leen novelas en las que se les previene de estos trucos…
Reconozco la cita de Tess. Estoy aturdida por la ironía de que acabo de pasar tres horas escribiendo acerca de las novelas de Thomas Hardy en mi examen final. Quizás no es una ironía… quizás es deliberado. Inspecciono los libros de cerca, tres volúmenes de Tess of the d'Urbervilles. Abro el libro. Escrito en el frente con algún tipo de letra antigua, está lo siguiente: “Londres: Jack R. Osgood, McIlvaine & Co,1981.”
Santa mi.er.da, son primeras ediciones. Deben valer una fortuna y sé de inmediato quién las envía. Kate está sobre mi hombro contemplando los libros. Toma la tarjeta.
—Primeras ediciones —susurro.
—No. —Los ojos de Kate se amplían con incredulidad—. ¿Bieber?
Asiento con la cabeza.
—No puedo pensar en nadie más.
—¿Qué significa esta tarjeta?
—No tengo la menor idea. Creo que es una advertencia, honestamente, él continúa advirtiéndome. No tengo ni idea de por qué. No es como si estuviera golpeando a su puerta. —Frunzo el ceño.
—Sé que no quieres hablar de él, _____(tn), pero de verdad está afectándote. Con o sin advertencias.
No me he permitido obsesionarme con Justin Bieber durante esta última semana. Bueno… sus ojos mieles siguen frecuentando mis sueños y sé que me tomará una eternidad sacar la sensación de sus brazos a mi alrededor y su maravillosa fragancia de mi cerebro. ¿Por qué me envió esto? Me dijo que él no era para mí.
—He encontrado una primera edición de Tess en venta en Nueva York en 14.000 dólares. Pero la tuya se ve mucho mejor. Debe haber costado más. —Kate le está consultando a su buen amigo Google.
—Esta cita, Tess se la dice a su madre luego de que Alec D’Urberville le ha hecho una de sus maldades.
—Lo sé —reflexiona Kate—. ¿Qué intenta decir?
—No sé y no me importa. No puedo aceptar estos libros. Los enviaré de regreso con una cita igual de desconcertante de alguna parte oscura del libro.
—¿La cita en la que Angel Clare dice “vete a la mi.er.da”? —pregunta Kate con el rostro completamente serio.
—Sí, esa cita. —Me río. Amo a Kate, es tan leal y solidaria. Embalo los libros y los dejo en la mesa del comedor. Kate me da una copa de Champán.
—Por el término de los exámenes y nuestra nueva vida en Seattle. —Kate sonríe abiertamente.
—Por el exámen final, por nuestra nueva vida en Seattle y por excelentes resultados. —Chocamos las copas y bebemos.
Volvemos a nuestro apartamento en su Mercedes, negándonos a hablar de nuestro examen final. Kate está más preocupada por lo que llevará puesto esta noche en el bar. Yo estoy ocupada intentando tomar mis llaves dentro del bolso.
—____(tn), hay un paquete para ti. —Kate está de pie en los escalones de la puerta principal sosteniendo un paquete envuelto en papel marrón. Qué raro. No he encargado nada en Amazon recientemente.
Kate me da el paquete y toma mis llaves para abrir la puerta principal. Está dirigido a la Srta. ____(tn) Steele. No hay un nombre o dirección de remitente. Quizás sea de mi mamá o de Ray.
—Probablemente es de mis padres.
—¡Ábrelo! —Kate está emocionada mientras se dirige a la cocina por nuestro “Champán para celebrar que nuestros exámenes han acabado”
Abro el paquete y dentro encuentro una cajita mediana de cuero que contiene tres libros aparentemente idénticos, cubiertos con tela vieja y una tarjeta blanca. Escrita por un solo lado, con tinta negra y una clara letra cursiva, dice lo siguiente:
¿Por qué no me dijiste que había peligro? ¿Por qué no me advertiste?
Las damas saben de lo que deben protegerse, ya que leen novelas en las que se les previene de estos trucos…
Reconozco la cita de Tess. Estoy aturdida por la ironía de que acabo de pasar tres horas escribiendo acerca de las novelas de Thomas Hardy en mi examen final. Quizás no es una ironía… quizás es deliberado. Inspecciono los libros de cerca, tres volúmenes de Tess of the d'Urbervilles. Abro el libro. Escrito en el frente con algún tipo de letra antigua, está lo siguiente: “Londres: Jack R. Osgood, McIlvaine & Co,1981.”
Santa mi.er.da, son primeras ediciones. Deben valer una fortuna y sé de inmediato quién las envía. Kate está sobre mi hombro contemplando los libros. Toma la tarjeta.
—Primeras ediciones —susurro.
—No. —Los ojos de Kate se amplían con incredulidad—. ¿Bieber?
Asiento con la cabeza.
—No puedo pensar en nadie más.
—¿Qué significa esta tarjeta?
—No tengo la menor idea. Creo que es una advertencia, honestamente, él continúa advirtiéndome. No tengo ni idea de por qué. No es como si estuviera golpeando a su puerta. —Frunzo el ceño.
—Sé que no quieres hablar de él, _____(tn), pero de verdad está afectándote. Con o sin advertencias.
No me he permitido obsesionarme con Justin Bieber durante esta última semana. Bueno… sus ojos mieles siguen frecuentando mis sueños y sé que me tomará una eternidad sacar la sensación de sus brazos a mi alrededor y su maravillosa fragancia de mi cerebro. ¿Por qué me envió esto? Me dijo que él no era para mí.
—He encontrado una primera edición de Tess en venta en Nueva York en 14.000 dólares. Pero la tuya se ve mucho mejor. Debe haber costado más. —Kate le está consultando a su buen amigo Google.
—Esta cita, Tess se la dice a su madre luego de que Alec D’Urberville le ha hecho una de sus maldades.
—Lo sé —reflexiona Kate—. ¿Qué intenta decir?
—No sé y no me importa. No puedo aceptar estos libros. Los enviaré de regreso con una cita igual de desconcertante de alguna parte oscura del libro.
—¿La cita en la que Angel Clare dice “vete a la mi.er.da”? —pregunta Kate con el rostro completamente serio.
—Sí, esa cita. —Me río. Amo a Kate, es tan leal y solidaria. Embalo los libros y los dejo en la mesa del comedor. Kate me da una copa de Champán.
—Por el término de los exámenes y nuestra nueva vida en Seattle. —Kate sonríe abiertamente.
—Por el exámen final, por nuestra nueva vida en Seattle y por excelentes resultados. —Chocamos las copas y bebemos.
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
Hasta aqui el cap 7. Si veo movimiento por aqui les subire el cap 8 y puede que el 9
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
Gracias por pasarte anto :(L): :hug:Anto_flor_1D escribió:La amoooooooooooooooo!!!
hola me presento :P soy antooo y ya la lei a la nove! pero la amo tanto que la leere nuevamente y seré tu fiel lectora forever!!!! yeiiiiiiiii :aah: :enamorado: siguela mi cielo(? ok hoy estoy muy romantica :amor: Besos loviu :bye:
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
jaja grax por comentar ;)ValeAlvarez escribió:ValeAlvarez? Si no hay otra qe se llame como yo, supongo qe soy yo asiqe ya me pase !
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
haha esto es solo el principio, faltan las partes "hot" y crreeme que hay muuuuchas jajajaJulyJu_983 escribió:Diios! Estoy muriendo.... Justin es tan sensual y sexy y caliente. Y voy a morir porque no subes el capitulo,estoy muy ansiosa por leer el siguiente capitulo.....Besos y Nueva lector... Amo tu nove
Love U Girl
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
Me encanta que te encanten jajaj es todo un sensualon verdad? :ilusion:CaarFabrii escribió:Me encantaron los capis!!! (: Bieber como te haces desear! ajjaja Siguelaa!!!
Te deje un baile de sexy
Laura Bieber <3
Re: 50 sombras de Bieber
Dioooos!
Justin resacho a Rayiis???
Pero por que?
Y los libros? La esta amenazando!
Justin resacho a Rayiis???
Pero por que?
Y los libros? La esta amenazando!
Teffybellorin
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