CENICIENTA (Larry Stylinson ft. Nick Jonas) pt.10

Una noche antes de dormir Harry me pidió un deseo bastante extraño: quería ver a Louis. Ahora que sabía de mi magia y las ventajas que podían ser para ambos. Me miraba con sus ojos esmeraldas de manera suplicante después de salir del baño con poca ropa. ¿Cómo no hacerlo? Nada me costaba traer a su cuñado probablemente el otro hombre no tenía problema en venir de inmediato. A pesar de no poder leer su mente, sus miradas lo dejaban como un libro abierto. Sin embargo todo era peligroso: su padre aún estaba en casa, eleanor estaba mirando una película en la sala con su hermano.

-Por favor – suplico una vez más.
-Creo que no te dicho algunas desventajas acerca de mi magia – comencé a decir – No puedo leer la mente de Louis – Harry me miro preocupado.

-¿Por qué? ¿Hay algo mal con él? – Mentalizo mis palabras - Espera… ¿Puedes leer mentes? – pregunto inquietante y pude notar una chispa de miedo en sus ojos.
-Si… bueno, menos la de él ¡y tampoco sé porque! – dije antes de que siguiera preguntar otra vez ¿Por qué?

-Entonces... ¿puedes leer la mía? – dijo mostrando una sonrisa algo coqueta.
-Sí y ¡DEJA DE PENSAR EN ESO! – “Pensaba en las cosas que iba a hacer con Louis en la cama una vez que pudiera cumplirle el deseo”

-¡Bien!¡Bien! – se rio entusiasmado.

-¿Por qué no vamos a buscarlo? – le sugerí una opción.
-¿Buscarlo?¿ahorita? – pregunto incrédulo, no creía que yo lo dijera.
-Si… mañana es sábado y… liam y eleanor ya se han ido a dormir – argumente con información de primera mano.
-¿Es que…? ¿Cómo…? – balbuceo caminando de un lado al otro de la habitación pensando en “ir o no ir”

-Solo… pide el deseo – dije con un tono de voz tranquilo y casi aburrido.
-De verdad ¿no eres una especie de demonio o algo así? ¡Eso no es de dios! – me pregunto y lo mire soltando una carcajada.
-Claro que no… ¿has visto los padrinos mágicos? Pues a ti te toco ser Timmy Turner ¿sabes cómo funciona?¿no? – pregunte.

-A ver a ver si estoy entendiendo, no puedes traer a Louis pero si puedes ¿hacer que yo valla a buscarlo? – pregunto esperando un sí de mi parte y alguna que otra explicación más.

-A si es – me puse de pie abriendo la puerta de su habitación luego la cerré y volví al interior -¿Vas a pedir lo? – pregunte curioso.
-Por supuesto - dijo en medio de una sonrisa – Deseo ir con lou – Cerré los ojos, no era necesario pero me gustaba tener algo de control en la situación. Sobre todo generar un poco de misterio en Harry quien parecía más divertido que asustado. Caminos juntos hasta llegar a mi camioneta, una range rover, que si dificultad alguna pude abrir. Después de manejar hasta las calles de la residencia del conocido “Lou”.

Cruce tres semáforos más, mie a mi lado pude sentir los nervios de Harry como si una conexión hubiese entre nosotros. Siempre he pensado que la hada madrina de cenicienta era como su abuelita. A si que también ellas tenían conexión. Entre nosotros no había que preocuparnos.

-Allí esta su casa – le dije visualizando la entrada de unos departamentos lujosos en la parte norte de la cuidad, mire el reloj del auto: las nueve de la noche. Justo cuando iba salir del auto lo detuve sosteniendo su brazo para que se quedara un minuto más – Harry asegúrate de estar de vuelta a las doce, voy a estar aquí esperándote – le dije en un tono serio.

-Bien, Gracias Jonas – contesto con otra media sonrisa en medio de sus nervios.
Lo mire caminar hasta la puerta, presiono el botón de la entrada. Lo perdí de vista cuando entro al elevador y con la mano me dijo adiós, podía saber que pensaba, que sentía, que lo molestaba y que le excitaba. Que le angustiaba, que lo provocaba. Todo.

Deje caer mi cabeza en la cabecera del asiento, mientras soltaba un respiro largo y profundo. Todo cansaba y era una locura. Volví a recordar el día en el que había INICIADO TODO.

El día de mi accidente:

Había salido muy borracho de ese antro, cualquier cosa que pudiera decir mi novia para que me quedara, la ignoraba, estaba cansado de la situación, sus estúpidos celos, su manera de ser, asfixiándome todo el tiempo, era suficiente. Y esa noche habíamos terminando ¿Qué ironía no? Justo esa noche, como si anticipara lo que iba a suceder, deje que fuera libre en el amor.
-Espero que no estés planeado manejar ¿así, verdad? – pregunto miley molesta, más que triste por haber terminado, supongo que también para ella el amor que tenía por mí se volvió costumbre.
-Si – si – not quieksfres regresafrte con-migo, vetje sola – mis boca no articulaba ni una palabra en su orden fonético.
La espere cinco minutos, creo que más y ella aún no se subía al auto. Por el retrovisor pude ver como conversaba con alguien más, caminaron juntos y subió a su auto, no estuve más tiempo en el estacionamiento. No tenía que importarme, metí la reversa.

El ruido del auto que pedí prestado anteriormente de mis padres, conduje sin cuidado alguno, sentí mis ojos pesados, abriéndose y cerrándose. Tenía tanto sueño, a esa altura de la madrugada los semáforos ya no funcionaban. Pensé en llegar a casa con una explicación lógica pero luego no recordaba que fue lo que me dije. El dolor de cabeza aumentaba todo que pensaba hacía eco en mi mente, escuche el sonido de mi teléfono vibrar. Lo busque con los ojos entrecerrados con movimientos torpes por sobre los asientos. Fue ahí cuando levante la vista y toda mi cara quedo iluminada por las luces de un auto. Era tarde para salir del auto y correr, era tarde para mover la palanca y llevarme en otra dirección, el auto se estampo contra el mío. El carro volcó y hasta el fondo fui a dar. No abrí los ojos me sentía húmedo y odie la idea de que fuera mi sangre el líquido.
“Si usted toma no maneje” –
“Sea un conductor responsable y de las llaves” –
Todo me importo una mierda en ese momento, entre en un sueño profundo… pero no lo era. Lo sentí cuando abrí los ojos y me encontré en la sala llena de personas con pantallas del tamaño de una pared, moviéndose de un lado para el otro. Mencionaban palabras con expresiones preocupadas y casi histéricas como: “ahora” “no hay tiempo” “busca una solución” “presiona el botón dos”.
Eso no podía ser el cielo… NO, definitivamente no ¿Dónde estaban las nubes? ¿Los ángeles? Es más… donde estaba ¿Dios? Mire mi aspecto no parecía haber venido de un choque, pensé en el infierno también pero al hacer rencuentro con mi vida no merecía estarlo ¿y si, sí?
No entendía que estaba pasando, todo alrededor era blanco con neblina y solo en ese círculo al que entraba tenia a esas personas movimientos precípitemente, quise leer un aviso o algo para saber dónde estaba y sobre todo que estaba haciendo allí.
-¿Eres nuevo? – una de las personas que estaban allí en medio del ajetreo camino hacia mí.
-¿En dónde estoy? – pregunte: no estaba preocupado, ni nervioso. Todo estaba en calma y me alegraba de no sentir dolor después del accidente.
-Depende, como quieras llamarlo: puedes llamarlo como quieras – Hablaba de lo más natural del mundo, vestido de blanco, mire su espalda para ver si no tenía alas ¿loco? Por si acaso pero no, menos mal no tenía.
-¿Estoy muerto?¿En coma?¿cuánto tiempo me queda? – me anticipe a decir.
-¡wow!¡wow! amigo tranquilo, ¿si? Sigue por ese camino, esta sección es para los ángeles guardianes de los niños… - ¿Qué? Grite para mis adentros. PARECIA UNA BROMA. ¿Cómo? ¿Cómo podía ser esto posible? ¡Yo no quería ser ángel guardián de nadie! ¡ni siquiera de niño creí en uno! Las reglas eran: naces, creces, te casas, tienes hijos, crecen tus hijos, te vuelves viejo y mueres. Yo ya me había saltado todo. Si ya estaba muerto que le costaba decirme, total “todo tiene solución menos la muerte” y esto no tenía solución. ¿Era mucho pedir un funeral simple y corriente como los demás?
xX
Harry seguía caminando hasta encontrarse con la puerta de Louis, cuando la puerta se abrió su sonrisa apareció de golpe, la última vez que Louis lo había visto había sido con ese horrible y corto vestido como prostituta obligado por eleanor esta vez estaba frente a su puerta con unos pantalón de mezclilla y una camisa de manga corta de color negra. Sobre sus risos tenía el gorro gris y sus mejillas habían tomado un color rojizo por el frio que estaba haciendo.
-¿Puedo pasar? – dulce y delicadamente pregunto.
-Si, claro – Louis se hizo a un lado para que se metiera a la comodidad y el calor de su departamento en el que vivía solo, trabajando ocho horas diarias para mantenerlo.
-No te he visto toda la semana – comenzó a explicar su visita tan inesperada.
-Cuando voy a tu casa, nunca estas, liam y eleanor aseguran que sales con alguien pero no supe si creerles – Harry no tomo asiento en el sofá solo se recargo en una de las paredes con vista a las luces del zaguán.
-No es cierto – dijo de inmediato.
-No te preocupes, pero si llegases te a salir con alguien te pido por favor que me lo digas ahora, antes de que sea demasiado tarde y ya no pueda dejarte – Harry miro esos ojos tan trasparentes como el agua. Estaba sentando en la orilla del sofá de piel cerca de el a pocos metros en realidad si Louis caminaba tres pasos podía alcanzarlo.
-Pero no salgo con nadie, solo es un amigo – Harry pensaba “si es que a Nick te refieres, si solo somos amigos” sería extraño contarle todo lo que había pasado alrededor de su semana, su encuentro con un ser mágico no era tan creíble hoy en día.
-¿Seguro? – pregunto nuevamente esta vez levantando la mirada al chico de enfrente.
Harry camino cuidadosamente hacia el chocando con sus piernas, sin apartar la mirada de el: una mirada de deseo, casi inexplicable, el corazón de Harry latía mil veces más rápido de lo normal. Y en su estómago sentía cosquillas, su sexo le dolía y sintió la garganta seca.
-¿Q-Quieres comprobarlo? – pregunto con ternura en sus ojos verdes mirando hacia abajo para encontrarse con su novio más que excitado. Louis asintió al instante.
El más joven comenzó a desnudarse enfrente de él. Louis ya empezaba a desprender gemidos atorados en su garganta cuando al quitarse lentamente la última prenda; un bóxer cortito de color gris fue que regreso a su mirada. Le separo sus piernas en ese sofá y se sentó a horcajadas con una pierna en cada lado. Louis sonrió alegremente, lo abrazo fuertemente, su cuerpo estaba tan suave, sus manos lo capturaron de la cintura y lentamente lamio sus labios para dejarle bien clarito que le gustaba. Que le gustaba y mucho.
Estaba deseándolo, el de ojos verdes estaba lo suficientemente caliente como para quitarle el frio al más grande, Louis tenía que reconocer que el cuerpo de ese hombre era perfecto y su trasero pequeño pero bien proporcionado era fácil de sujetar con sus manos y levantarlo para llevarlo a otra habitación. A pesar de llevar unos cuantos metros de altura en desventaja su cuerpo era dominable.
Abrió el grifo del agua caliente y luego abrió la fría, antes de que la temperatura se nivelara sin soltar a Harry ni dejarlo de besar, se introdujeron ambos, el agua quemo sus pieles y se desprendieron poco a poco: la ropa de louis estaba mojada pero la sonrisa que le regalo a Harry estaba más que claro que eso era lo que menos importaba.
-Te extrañe – escucho decir a Harry a sus espaldas mientras se secaba su pelo y se quitaba la ropa con paciencia. La paciencia con la que Harry en besos anteriores había perdido. Louis se giró con una mirada dulce y sobre protectora que simplemente rompía a Harry por dentro. Una vez que se aligero dejando la ropa mojada en el suelo, lo miro sentando desnudo en el retrete mirándole, impaciente. Mordiéndose los labios y jugando nerviosamente con sus manos.
-Yo más – Louis se incoó enfrente y en medio abriéndole las piernas, Harry le dio un pequeño abrazo y un chiquito beso en la comisura de sus labios. Casi un roce – Me alegra que hayas venido a visitarme ¿Cómo supiste donde vivía? – Era la primera vez que Harry conocía su departamento.
La primera.
-No preguntes, solo bésame – contesto Harry besándolo atrayéndolo más hacia su cuerpo desnudo, pidiendo a gritos que lo tocaran pero eso nunca paso. Louis hizo la cabeza hacia atrás con una sonrisa, no movía sus labios. Era tan cruel.
-Harry – le miro pensativo – Dime – agrego.
-No – le beso la mejilla derecha lentamente –gastes el tiempo – ahora la izquierda – me tengo que ir a las doce – ahora beso de nuevo la derecha más lento Louis lo miro a los ojos muy cerca.
-¿Por qué? – Pregunto interesado – Pensé que hoy te quedarías a dormir conmigo – Louis puso sus dos manos las rodillas de Harry aferrándose a no pararse.
-No puedo, solo tengo hasta las doce ¿Qué horas son? – dijo mirando por encima del hombro para ver algún reloj en el baño del Louis. Lo cual era imposible. Como todas las personas en el mundo Louis no tenía un reloj adentro.
-Vamos Harry – insistió y ahora el que le besaba la mejilla era el – Ni que fueras ceniciento – Harry se rio en medio de un beso que iba a estallar en sus labios.
-Tengo que saber qué hora es – aun risueño se las arregló para poder pararse y tomar rápido su bóxer caminando hacia la habitación. Louis lo siguió y tomo el pantalón de Harry entre sus manos.
-Once y media – soltó Harry.
-Tengo tu pantalón – se lo mostro de forma divertida y desafiante – No te vas a poder ir ¡JA! – Harry quería reírse por lo graciosos que era todo pero me había prometido que estaría a las doce. A sí que tenía que cumplir.
-Dame ese pantalón Louis – le pidió amablemente.
-Entonces quédate – le propuso.
-No puedo – volvió a su lado y le beso débilmente los labios cuando se separó, los brazos de Louis le impidieron que se alejara volviéndolo a aplastar con un beso en medio del beso – abrázame – pidió Harry a Louis quien enseguida lo hizo, esto provoco que los pantalones cayeran al suelo.
Harry sujetado por Louis, volvió a besarlo, paso una mano por su cabeza atrayéndolo más hacia el mientras que con la otra recuperaba los pantalones, el beso no era delicado tampoco era suave. Era feroz y cuando Harry mordió a Louis el mayor gimió en su boca.
-Ahh – se quejó un poco por el dolor.
-Lo siento, no me pude contener – mientras Harry se disculpaba aprovecho para ponerse el pantalón. Louis volvió a mirarlo y lo abrazo nuevamente mirándolo a los ojos, tomo sus manos para guiarlo hasta la cama.
-Otro día, de verdad tengo que irme – ya faltaban diez minutos.
Louis lo miro con una sonrisa triste, lo abrazo con más fuerza a pesar de estar sentando en la cama y harry de pie sujetando sus hombros, Louis beso sus costillas antes de verlo ponerse la camisa que traía anteriormente.

-Voy a terminar con eleanor – le confeso cuando ya estaba vestido con intenciones de irse.

Harry se voltio para verlo a los ojos y comprobar algún indicio de dolor o tristeza pero no: fue así Louis estaba seguro de lo que decía, lo que veía y lo que sentía. Harry no dijo nada, lo que dijera estaba de más. Bajo la mitad de su cuerpo y lo beso nuevamente. Este beso era delicado, profundo, sentía su lengua pidiéndole permiso para hacer apasionado pero Harry no tenía tiempo. El beso termino por culpa de Harry quien se separó para después rozar su nariz con la de él ligeramente, casi jugando. Louis sonrió: le hacía cosquillas. Abandono la habitación faltando tres, Y el edificio faltando dos minutos. JUSTO A TIEMPO.





Continuara..