TAKE ME HOME. ( LIAM Y TU )

CAPITULO 5

Me mantengo en silencio todo el viaje al barrio en que está situado el departamento de Liam. El taxi avanza lentamente y creo que es sólo para irritarme aún más. Lo único reconfortante hasta el momento es estar en esta hermosa ciudad y cada vez más cerca de mamá. Busqué mi cámara fotográfica en mi bolso, allí llevaba mis documentos y cosas más personales, la saqué de aquel lugar y comencé a capturar cada momento en improvisadas fotografías. Si hay algo que creo heredé de Charlotte es mi gran capacidad para fotografiar y sus increíbles ojos de un color casi como el del cielo. Sonreí ingenuamente al imaginarme cómo era ella en persona. Yo sé que una verdadera madre no deja por nada a su hijo y lucha con él hasta el final, pase lo que pase y, aunque me decepcione la idea de que ella nos dejó, en el fondo estoy dispuesta a perdonarla por todo. Claro, si ella me acepta.
Su cálida mano sobre la mía me sobresaltó, ¿Qué pretendía? Giré mi cabeza y lo encontré sonriendo.

-¿Qué pasa? - cuestioné.
-Nada, solo... - quitó su mano de ese lugar- Lo siento. - negó con la cabeza y volvió a mirar por la ventana. Qué chico más raro.
-No tengo problemas con que seas honesto conmigo- dije restándole importancia. Encendí la cámara una vez pasamos cerca, muy cerca del Big Ben. Hermoso, increíble Big Ben. Otro silencio nos inundó por largos minutos.
-Aquí es. - Le dijo Payne al conductor y le pagó lo correspondiente a la tarifa. Fruncí el ceño otra vez. - Lo sé, tienes dinero...- Murmuró- Consérvalo para cuando realmente lo necesites- Guiñó otra vez un ojo y salió del vehículo.


Observé mi alrededor, todo aquí lucía perfecto, mucho más que perfecto diría yo. El edificio era de ocho pisos, color pastel muy bien mantenido y está demás decir lo moderno y limpio que lucía. En la recepción se encontraba un uniformado hombre, el cual nos dio las buenas tardes junto a una extremadamente practicada sonrisa. Nosotros les respondimos de la misma forma, no había otra cosa que hacer. Subimos al ascensor y Liam marcó el piso número 6. Era un departamento por piso, imagínense lo grande que podría llegar a ser.

Contando los minutos, llevábamos 10 sin decir una sola palabra.


-Comienzo a sospechar que te incomoda mi presencia. No importa si no me quieres aquí, apenas te conozco.
-No me incomoda, en absoluto. Lo que pasa es que es raro estar con una chica luego de tanto tiempo.
-Liam, no es como que si de la nada seamos novios- Ironicé. - Si quieres me voy, reitero.
-No. En serio lo siento, los momentos incómodos no volverán a ocurrir entre nosotros, lo prometo- Sonrió otra vez y puso la llave en la cerradura de su puerta.

Entré, quedé aún más sorprendida. El departamento de Liam Payne era totalmente distinto a cómo lo imaginé, más bien parecía el departamento de una celebridad en vez que el de un chico de diecinueve años.
Él me indicó cuál sería mi habitación y dejé mis cosas en aquel lugar.

-Si quieres, puedes tomar un baño y dormir un poco. Imagino que viajar como Turista no es de lo más cómodo.
-Obviamente no lo es. Y... ¿tan mal huelo? - Bromeé, Liam carcajeó- Está bien.- Abrí mi mochila y dejé todas las cosas en la cama, no eran muchas, por cierto. Tomé una toalla junto a mi pijama y caminé hasta el baño del dormitorio. Estaba por entrar cuando me giré para darle las gracias, pero lo encontré mirándo la foto. La foto ¿entienden? La única fotografía que tenía de Charlotte Calder.


-Ella es mi madre- afirmé. Payne la dejó rápidamente en su lugar y me miró- Esa fotografía la capturó Greg hace casi dieciocho años en Nueva York, en donde ellos se conocieron.
-Era muy linda, te pareces mucho a ella- Sonreí y pude sentir el calor concentrándose en mis mejillas.
-Yo no siento parecerme a ella, a excepción de los ojos y el color del cabello- me encogí de hombros- Era hermosa a los dieciocho, estoy segura de que aún sigue así.
-He visto fotos en el periódico sobre ella y, créeme, sigue igual de guapa.


Me encogí de hombros otra vez y suspiré, le dediqué una última sonrisa y entré al baño. Quedé sorprendida por su tamaño y por lo bien decorado que estaba, sinceramente estoy comenzando a dudar de la edad de Liam.
Dejé la toalla junto al pijama encima de un amplio mueble y giré la llave para que el agua comenzara a sali y temperarse. ¡De verdad que necesitaba una ducha!

(...)

Liam no estaba en la habitación, eso era obvio porque no creo que se haya quedado observando mis cosas todo el tiempo que yo estuve en el baño.
Puse la maleta en el suelo a los pies de la cama y ordené la ropa dentro de ella para despejarla. Estaba extremadamente cansada.


- ¿Tienes hambre? puedo preparar algo para la cena- Ofreció al verme aparecer en la cocina. Caminé hasta donde estaba ubicado el lavadero y dejé las toallas usadas en el cesto de la ropa sucia. Me giré y respondí.
-No tengo mucha hambre, para ser sincera. Pero no quiero ser grosera, si gustas puedo ayudarte a preparar la cena.
-¡Sería genial! -exclamó con un toque de alegría en su voz- ¿Cuál es tu comida favorita?

CAPITULO 6

¿Y qué países visitaste? - Pregunté.

Habíamos preparado una exquisita cena - mi comida favorita, por cierto- y ahora nos encontrábamos comiéndola. Liam bebió un poco de refresco sabor Piña y contestó.

-Debo aclarar que mi intención jamás fue ir a tantos lugares, solo se dio la oportunidad. Al primer lugar que fui fue Francia, para ser más específicos visité París. Estuve como una semana allí cuando vi una publicidad en la televisión y se me ocurrió seguir viajando por el mundo. Luego fui a España y a Italia. Transcurrió como un mes y medio entre eso. Me di cuenta de que no estaba listo para volver, y eso era obvio, no creo que alguien en menos de dos meses decida qué hacer con su vida, así que viajé a América y visité California, Nueva York y Miami. Sinceramente la ciudad que más me gustó de ese país fue California- Yo bajé la vista. California era mi ciudad, pero no por eso la iba a amar. California me traía muy malos recuerdos, a excepción de Zayn... ¿Cómo estarás, Malik?- Y finalmente... - Alargó las “e” - fui a Portugal y estuve dos semanas allí, ahora me ves aquí. Ha pasado un año desde que me fui de casa.
-Ooh, son muchos lugares- Respondí sinceramente asombrada. A mí jamás se me hubiese ocurrido viajar por tantos lugare, SOLA. - ¿Y no extrañas a tu familia?
-¿Tú extrañas a la tuya? - me contestó con otra pregunta. Yo fruncí el ceño y lo miré asombrada.
-Yo jamás tuve una, Liam- Contesté molesta. Dejé el tenedor en el plato con un movimiento brusco y me levanté de mi silla. - Estaba todo muy rico, pero se me quitó el hambre. Permiso.

Entré a la habitación y, ni siquiera me importó que la casa no fuese mía, cerré la puerta bruscamente, causando un gran estruendo. ¿Cómo mierda se le ocurría preguntarme eso? Yo misma le conté por qué estaba aquí y el por qué de mis cicatrices - eso lo hice mientras cocinábamos-, y no es muy cuerdo preguntarme si extraño a mi “Familia”, siendo que le re contra dije que Greg jamás me quiso como su hija y que aún no conocía a mi madre, teniendo diecisiete años. Las lágrimas se concentraron en mis ojos y - por más que quise evitarlo- comenzaron a desplazarse rápidamente por mis mejillas. No podía contenerme más. No podía seguir fingiendo ser una persona fuerte, siendo que no lo era.

- ____ - Yo aún seguía con mi espalda apoyada en la puerta, sentada en el suelo. Liam golpeó otra vez y me nombró de nuevo.- ____, abre.
Yo no respondí ¿para qué hacerlo? ¿para que me sacara en cara nuevamente que él era un ser extremadamente perfecto y que yo no lo era, en absoluto?
-Lo siento ¿sí? Sé que fue una estupidez preguntarte eso, ____. Soy un idiota, lo reconozco.

“Sí, eres un completo idiota”. Podría haberle respondido, si no fuese por el gran nudo que se había colado en mi garganta y no me dejaba hablar.

-Está bien, no me iré de aquí hasta que abras esa maldita puerta.- Dijo ¿Enojado?. Suspiré, mis sollozos se hacían cada vez más incontrolables. Como pude me levanté y me lancé a la cama rápidamente, esto no me hacía bien. Recodar todas las veces en que Greg me ignoró o todas las peleas que tuvimos no me hacía bien; ni siquiera me hacía bien recordar a Zayn, quien me acompañó todos estos años e hizo mi vida un poco menos miserable de lo que ya era.

Yo quería comenzar de cero nuevamente, encontrar a mamá y quizás tener algún tipo de buena relación con ella en un futuro próximo, no que un completo extraño esté recordándome mi horrible pasado cada cinco minutos, conscientemente. Sequé mis lágrimas con el suave edredón y traté de acompasar mi respiración. Casi, casi lo logré.
Sentí el ruido de la manija, rodé los ojos. Soy una estúpida, no cerré con seguro. Liam se sentó a los pies de la cama y suspiró pesadamente.

-He dicho que lo siento, no tienes para qué ponerte así- Su voz sonaba suave, por lo menos. - Sé que es difícil para ti la situación. Admito que no pensé mucho lo que te dije mientras cenábamos, pero no quise herirte.
-No importa, Liam. No me des explicaciones o algo parecido, tú no tienes la culpa de que yo tenga una vida de mierda.
-No digas eso, ___. - Su mano de apoyó en mi cubierta pierna- Quizás tu vida ha sido difícil, pero ahora puede cambiar.
-Cambiaría en el sentido de que ya conocería a mi madre, nada más. No es un gran cambio- Admití, porque en realidad solo eso sería. ¿En qué más cambiaría? Greg Evans seguiría tratándome de igual forma, seguiría estando casado con Sandy y seguiría siendo el padre PERFECTO para Emma.- Además no creo poder encontrar a Lottie en esta inmensa ciudad, no es como si fuera caminando por la calle y la encontrase por cualquier lado. - Ironicé la última parte.
-Pero si yo te ayudo a encontrarla, quizás pueda serte más fácil la búsqueda- Enarqué mis cejas ¿En serio lo decía? ¿Por qué querría ayudar a una pobre “Ilusa”?. - ¿Qué dices?
-Mmm ¿Puedo abrazarte? - Pregunté realmente tímida. Necesitaba un abrazo, necesitaba MUCHO sentir los brazos de otra persona rodeándome. Liam no respondió nada, solo se sentó a mi lado y me estrechó contra su pecho.


...

Desperté por el sonido de mi Celular avisándome que ya estaba completamente cargado. Sería inútil pensar en que el aparato podría servirme en Europa para hacer llamadas telefónicas, pero sí me serviría para buscar información en internet o revisar mi correo electrónico.
Me senté en la cama, froté mis ojos con mis manos y amarré mi cabello en una coleta alta. Miré mi móvil y lo tomé entre mis manos. En G-Mail tenía dos nuevos mensajes.


"____ {apodo}, Sé que es demasiado tarde para pedirte que te quedes en California y tratar de solucionar todo desde acá, por eso te escribo.
Leí tu carta por la mañana y me sorprendió demasiado. ¿Estás loca, acaso? ¿Cómo se te ocurre irte a Inglaterra SOLA? Estás demente, niña. Pero ya no hay nada más que hacer, solo me queda decirte que te cuides y tengas éxito en tu busqueda.
Te extraño. Jamás olvides que te quiero. Un abrazo de oso, como esos que solía darte, para ti y un beso.
Zayn xx"

"Señorita ____ Evans, Número de Cuenta N° 36829-04.
Tenemos el agrado de informarle que una nueva transferencia bancaria se le ha sido otorgada por parte de Gregory Evans, Número de Cuenta N° 52098-71, Quien entendemos es su padre. El monto es de U$2500, fue realizada en Septiembre 14.
Gracias por preferir nuestros servicios bancarios. Estaremos informándola sobre nuevos eventos.
Ahorro Joven."

Oh Mi Dios. Greg, sabiendo que yo me había ido a donde quiera que sea, de igual forma depositó en mi cuenta lo que depositaba cada dos meses. Eso obviamente no significaba que yo le importara, por supuesto, significaba que yo tenía más oportunidades de quedarme en un buen lugar y de acceder facilmente a galerías y/o expocisiones fotográficas. Cada vez estaba más cerca de Charlotte - Lottie- Calder.