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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo Cinco
(Primera Parte)
2/3
(Primera Parte)
2/3
Nick se frotó la cara por millonésima vez aquel día. El mensaje de
(_Tn) lo había dejado descolocado y todavía no había podido hablar
con ella.
¿En qué demonios estaba pensando Vanessa? ¿Qué le había dicho a su
mujer? No llevaba ni una semana casado y ya tenía que pensar en la forma
de mantener a su esposa y a sus amantes separadas. Nick ni siquiera
había hablado con Vanessa desde el día en que puso el anillo en el dedo
de (_Tn) . Había intentado llamarla, una única vez, pero cuando el
mayordomo le dijo que su señora no aceptaba llamadas, pensó que ya no
tenían nada más que decirse.
Jacqueline le había enviado un frío «Llámame cuando te canses de
ella».
¿Y qué había querido decir con «víbora»? Nada bueno, seguro.
Maldita sea. Si no tuviera que pasarse un día entero volando, ahora
mismo se montaría en su avión privado, aunque tomar decisiones
precipitadas nunca había sido su estilo. El plan era volver a Estados
Unidos el domingo por la tarde para recoger a su mujer y escoltarla de
vuelta a Europa.
A menos que (_Tn) le necesitara antes, se mantendría fiel al plan
original. La idea de verla seguía despertando en él un sentimiento que le
dejaba sin respiración. Las conversaciones que mantenía con ella por
teléfono le alegraban el día de una forma que jamás hubiera imaginado.
Tanto flirteo acabaría convirtiéndose en un problema en cuanto estuvieran
en el mismo país. Un océano de por medio parecía una distancia segura.
Quizá por eso últimamente tenía la sensación de estar abriéndose a ella.
Para él, las mujeres siempre habían sido un juego al que no podía negarse
a jugar. Primero a atraerlas, lo cual no le resultaba difícil, y luego a
seducirlas. Aunque hasta entonces nunca se había marcado un tiempo
máximo, sus relaciones solían durar de media entre seis meses y un año.
Sin embargo, la atracción que sentía por ellas solía apagarse mucho antes.
Nick no conocía la monogamia, un rasgo que sin duda había heredado de
su padre.
Con (_Tn) no le hacía falta jugar. Por primera vez en su vida adulta,
se sentía cómodo siendo honesto con el sexo opuesto.
Su teléfono le avisó de la llegada de un mensaje con un pitido.
—(_Tn) —susurró Nick , esperanzado.
Pero no era ella, sino un mensaje del banco informándole de los
movimientos de la tarjeta que le había dado a su mujer.
Quizá al final la visita de Vanessa serviría para algo, pensó. Comprobó
la cantidad del cargo y sonrió. De pronto recordó el comentario de
(_Tn) acerca de que las mujeres eran criaturas emocionales. Al
parecer, su esposa no era inmune del todo.
Las épocas más traumáticas en la vida de una persona a veces despiertan
en ella un sexto sentido sobre las cosas que la rodean, o al menos eso era
lo que creía (_Tn) . Y es que nadie podía negarle que, a pesar de lo
joven que era, había sufrido más que muchos otros en dos vidas.
Pronto la chusma de la prensa rosa la sustituyó por la sensación del
momento, una actriz que por culpa de las drogas y del mal
comportamiento había dado con sus huesos en la cárcel. Gracias a Dios,
se olvidaron de la nueva duquesa que vivía en las afueras de Tarzana,
aunque (_Tn) no dejó de sentirse observada, de notar el peso de unos
ojos ajenos sobre ella.
Y empezaba a estar harta.
El último año de libertad de su padre había sido exactamente así.
(_Tn) descubrió a varios estudiantes nuevos en el campus a los que
luego nunca veía en clase pero que se cruzaban con ella continuamente.
Coches oscuros seguían a su descapotable y aparcaban al otro lado de la
calle. Los teléfonos de casa emitían un sonido cada vez que levantaba el
auricular, una especie de clic. Llegó al extremo de vestirse en el lavabo o
en el enorme vestidor de su dormitorio como medida de privacidad.
Nick no le había dado los detalles de quién sería el encargado de
vigilar su matrimonio durante el año siguiente, solo que alguien lo haría.
El tiempo que pasaran juntos debería resultar convincente y el que
estuvieran separados, difícil para ambos. (_Tn) imaginaba que las llamadas
diarias de Nick eran una forma de medir su afecto hacia ella. Al menos
en los registros telefónicos aparecería una llamada cada día.
(_Tn) convenció a su esposo de que la visita de Vanessa no le había
afectado. Aquella era seguramente la única verdad a medias que le había
contado hasta la fecha. No tenía por qué saber hasta qué punto le había
hecho ver las cosas desde otra perspectiva. Claro que la tarjeta de crédito
hablaba por sí misma. (_Tn) no tenía nada que envidiarle al personaje
de Julia Roberts en Pretty Woman . Trajes de firma, vestidos, zapatos y
bolsos. Se había pasado medio día sentada en un salón de estética
haciéndose la manicura, la pedicura, un tratamiento facial y cortándose el
pelo. Un par de sombreros de ala ancha y unas gafas de sol oscuras la
ayudarían a pasar inadvertida, aunque la sensación de saberse observada
no la abandonaba en ningún momento.
—Te estás volviendo una paranoica —se dijo (_Tn) mientras corría
las cortinas de casa a primera hora de la tarde del viernes.
Miró el reloj y calculó qué hora sería en Europa. Siempre era Nick
quien llamaba, así que pensó que quedaría bien tomar la iniciativa si,
como creía, alguien le había pinchado el teléfono. Levantó el auricular del
fijo y cogió un papel del escritorio en el que había apuntado el número de
su casa.
Un tono, seguido de un clic, y un segundo tono.
(_Tn) se quedó petrificada.
Conocía aquel sonido, lo recordaba muy bien. Colgó el auricular y
consideró sus opciones. Llamar a Nick con el móvil era una, pero por lo
que sabía había una cámara vigilándola y un micrófono escondido en
algún punto de la casa. Menos mal que la mayoría de sus últimas
conversaciones con Nick habían tenido lugar en la calle y siempre por el
móvil.
Salir de casa para hacer la llamada era otra opción.
Y luego estaba la número tres. Si la persona que le había pinchado el
teléfono esperaba escuchar una discusión sobre un matrimonio falso, la
decepción sería mayúscula.
El Gobierno ya había invadido su privacidad en el pasado con
resultados terribles para su familia. Esta vez (_Tn) no se jugaba tanto,
pero no tenía intención de permitir que nadie se quedara lo que por
derecho era de Nick .
Le gustase o no, Nick era su marido, y seguiría siéndolo las próximas
cincuenta y tres semanas.
(_Tn) se quitó los zapatos y volvió a levantar el auricular
inalámbrico del teléfono. Con el móvil en la otra mano, primero envió un
mensaje.
«¿Estás en casa?»
El móvil vibró. «Por primera vez en toda la semana.»
Empezó a marcar de nuevo el número. «Ten el móvil cerca y sígueme la
corriente.»
Nick miró la pantalla del teléfono y sacudió la cabeza.
—¿Que le siga la corriente? ¿Qué se supone que quiere decir eso? —Se
disponía a escribir la pregunta cuando de pronto sonó el teléfono fijo. Lo
cogió y oyó la voz grave de (_Tn) prácticamente ronroneando al otro
lado de la línea.
—Hola, cariño.
¿Cariño? ¿A qué venía eso? Abrió la boca dispuesto a preguntar, pero
(_Tn) siguió hablando, cada sílaba más insinuante que la anterior.
—¿Qué tal el día?
—Ocupado. Tengo ganas de tomarme medio día libre mañana. —El
móvil de Nick vibró. «¿Has oído ese clic en la línea?»
Leyó la pregunta de (_Tn) y empezó a responder en voz alta.
—(_Tn) , ¿qué está...?
—Dios, cómo te echo de menos. Ojalá me llegue pronto el pasaporte y
podamos reunirnos.
Nick abrió los ojos como platos. No parecía que (_Tn) hubiera
estado bebiendo, aunque le gustaba la idea de que le hubiera echado de
menos. Aun así, era capaz de reconocer una mentira cuando la oía.
«Alguien me ha pinchado el teléfono. Sigue hablando.»
—¿Qué? —¿Le habían pinchado el teléfono?
—He dicho que te echo de menos —respondió la voz entrecortada de
(_Tn) .
—Yo también te echo de menos —le susurró él mientras tecleaba
«¿Qué coño está pasando?»
(_Tn) se rió.
—¿Sabes en qué llevo pensando todo el día?
Su voz de línea erótica se confundía con los mensajes de texto y Nick
empezaba a perder el norte. Si alguien le había pinchado el teléfono, eso
significaba que habían estado en su casa. De pronto, empezó a dolerle la
mandíbula de la tensión y sintió un calor muy intenso en su interior.
Estaba demasiado lejos para llegar hasta ella.
—No, ¿por qué no me lo cuentas?
«Me vigilan. Creo que alguien nos escucha ahora mismo.»
—Pues he estado pensando en esa sonrisa tan sexy que tienes.
Nick respiró profundamente antes de seguir con el mensaje que estaba
escribiendo.
—¿Crees que mi sonrisa es sexy?
—Sabes que sí. Echo de menos ver la sonrisa en tus ojos cuando
estamos juntos.
Nick sabía que aquellas palabras eran para la persona que estaba
escuchando la conversación, pero no por ello era menor el efecto que
causaban. (_Tn) no era actriz, pero lo estaba haciendo de fábula.
«Tengo que sacarte de ahí.»
—¿Sabes qué es lo que yo echo de menos de ti? —preguntó Nick ,
siguiendo el hilo de la conversación.
—Dime.
«Estoy de acuerdo contigo», respondió ella.
Nick se sorprendió de que accediera sin oponer resistencia.
—¿Qué?
—Que me digas qué echas de menos de mí —le recordó (_Tn) .
Nick dejó el móvil a un lado y se concentró en sus palabras.
—Echo de menos tu pelo salvaje sobre mi almohada. —No era la
primera vez que imaginaba aquella estampa, a pesar de que nunca la había
presenciado... todavía—. La forma en que te humedeces los labios justo
antes de besarme.
—¿En serio? —La voz de (_Tn) era aún más grave.
—Echo de menos el olor a lavanda de tu piel. Voy a hacer que los
jardineros planten lavanda para que, cada vez que pase por allí, me
acuerde de ti. —¿De dónde había salido eso? ¿Y desde cuándo era un
poeta?
El teléfono permaneció en silencio unos segundos.
—¿(_Tn) ? ¿Sigues ahí? —Miró la pantalla del móvil para
comprobar si le había enviado otro mensaje, pero no era así.
—Sigo aquí. Es que... necesito tenerte cerca. Tal vez debería mudarme a
tu casa de Malibú.
Nick sonrió.
—Me alegro de que al fin estés de acuerdo.
—Todo ha pasado tan deprisa. Pensé que lo mejor sería hacer las cosas
poco a poco. Ahora me parece una tontería.
—Eres una mujer independiente y lo entiendo, pero pasaremos parte del
tiempo en Europa y parte allí. Lo mejor para ti sería que te sintieras
cómoda en ambos lugares. Así al menos sabré dónde estás cuando
estemos separados. —Lo curioso era que hasta la última palabra de lo que
acababa de decir era verdad. Sin embargo, si no hubiera otro par de orejas
escuchando la conversación, probablemente nunca le habría dicho nada.
—Eres... ¡Mierda! —La palabrota salió despedida de su boca con la
fuerza de una explosión.
Nick sintió que el vello de la nuca se le ponía de punta.
—¿Qué pasa?
—Me he dado un golpe en el dedo gordo. —Parecía cabreada, pero no
herida.
El móvil volvió a vibrar. «He encontrado una cámara.»
—¿Qué haces? —preguntó Nick . Se puso en pie y empezó a pasear por
la habitación.
—Estoy escogiendo unos libros para llevármelos a tu casa. ¿A qué hora
llegas el domingo? —Si no hubiese estado atento, no habría percibido el
temblor en la voz de (_Tn) . Buscó el teléfono de Neil en la agenda del
móvil y le mandó un mensaje urgente. «¡Encuentra a (_Tn) ahora mismo!
Te llamo en unos minutos.»
—Voy a reorganizar mis planes para coger el avión antes. —Antes
significaba esa misma noche.
—No hace falta —dijo ella.
—No estoy de acuerdo. Llevamos demasiado tiempo separados. —Y
era totalmente cierto, aunque lo hubieran acordado por contrato.
(_Tn) suspiró.
—Hoy no vas a conseguir que discuta contigo.
—Te llamo luego.
—No hagas ninguna tontería —le dijo (_Tn) —. Estoy bien.
Pero Nick no lo estaba. Alguien espiaba a su esposa, escuchaba sus
conversaciones, la observaba. Y eso, para alguien cuyo objetivo era
pillarlos en una mentira, suponía llevar las cosas demasiado lejos.
(_Tn) lo había dejado descolocado y todavía no había podido hablar
con ella.
¿En qué demonios estaba pensando Vanessa? ¿Qué le había dicho a su
mujer? No llevaba ni una semana casado y ya tenía que pensar en la forma
de mantener a su esposa y a sus amantes separadas. Nick ni siquiera
había hablado con Vanessa desde el día en que puso el anillo en el dedo
de (_Tn) . Había intentado llamarla, una única vez, pero cuando el
mayordomo le dijo que su señora no aceptaba llamadas, pensó que ya no
tenían nada más que decirse.
Jacqueline le había enviado un frío «Llámame cuando te canses de
ella».
¿Y qué había querido decir con «víbora»? Nada bueno, seguro.
Maldita sea. Si no tuviera que pasarse un día entero volando, ahora
mismo se montaría en su avión privado, aunque tomar decisiones
precipitadas nunca había sido su estilo. El plan era volver a Estados
Unidos el domingo por la tarde para recoger a su mujer y escoltarla de
vuelta a Europa.
A menos que (_Tn) le necesitara antes, se mantendría fiel al plan
original. La idea de verla seguía despertando en él un sentimiento que le
dejaba sin respiración. Las conversaciones que mantenía con ella por
teléfono le alegraban el día de una forma que jamás hubiera imaginado.
Tanto flirteo acabaría convirtiéndose en un problema en cuanto estuvieran
en el mismo país. Un océano de por medio parecía una distancia segura.
Quizá por eso últimamente tenía la sensación de estar abriéndose a ella.
Para él, las mujeres siempre habían sido un juego al que no podía negarse
a jugar. Primero a atraerlas, lo cual no le resultaba difícil, y luego a
seducirlas. Aunque hasta entonces nunca se había marcado un tiempo
máximo, sus relaciones solían durar de media entre seis meses y un año.
Sin embargo, la atracción que sentía por ellas solía apagarse mucho antes.
Nick no conocía la monogamia, un rasgo que sin duda había heredado de
su padre.
Con (_Tn) no le hacía falta jugar. Por primera vez en su vida adulta,
se sentía cómodo siendo honesto con el sexo opuesto.
Su teléfono le avisó de la llegada de un mensaje con un pitido.
—(_Tn) —susurró Nick , esperanzado.
Pero no era ella, sino un mensaje del banco informándole de los
movimientos de la tarjeta que le había dado a su mujer.
Quizá al final la visita de Vanessa serviría para algo, pensó. Comprobó
la cantidad del cargo y sonrió. De pronto recordó el comentario de
(_Tn) acerca de que las mujeres eran criaturas emocionales. Al
parecer, su esposa no era inmune del todo.
Las épocas más traumáticas en la vida de una persona a veces despiertan
en ella un sexto sentido sobre las cosas que la rodean, o al menos eso era
lo que creía (_Tn) . Y es que nadie podía negarle que, a pesar de lo
joven que era, había sufrido más que muchos otros en dos vidas.
Pronto la chusma de la prensa rosa la sustituyó por la sensación del
momento, una actriz que por culpa de las drogas y del mal
comportamiento había dado con sus huesos en la cárcel. Gracias a Dios,
se olvidaron de la nueva duquesa que vivía en las afueras de Tarzana,
aunque (_Tn) no dejó de sentirse observada, de notar el peso de unos
ojos ajenos sobre ella.
Y empezaba a estar harta.
El último año de libertad de su padre había sido exactamente así.
(_Tn) descubrió a varios estudiantes nuevos en el campus a los que
luego nunca veía en clase pero que se cruzaban con ella continuamente.
Coches oscuros seguían a su descapotable y aparcaban al otro lado de la
calle. Los teléfonos de casa emitían un sonido cada vez que levantaba el
auricular, una especie de clic. Llegó al extremo de vestirse en el lavabo o
en el enorme vestidor de su dormitorio como medida de privacidad.
Nick no le había dado los detalles de quién sería el encargado de
vigilar su matrimonio durante el año siguiente, solo que alguien lo haría.
El tiempo que pasaran juntos debería resultar convincente y el que
estuvieran separados, difícil para ambos. (_Tn) imaginaba que las llamadas
diarias de Nick eran una forma de medir su afecto hacia ella. Al menos
en los registros telefónicos aparecería una llamada cada día.
(_Tn) convenció a su esposo de que la visita de Vanessa no le había
afectado. Aquella era seguramente la única verdad a medias que le había
contado hasta la fecha. No tenía por qué saber hasta qué punto le había
hecho ver las cosas desde otra perspectiva. Claro que la tarjeta de crédito
hablaba por sí misma. (_Tn) no tenía nada que envidiarle al personaje
de Julia Roberts en Pretty Woman . Trajes de firma, vestidos, zapatos y
bolsos. Se había pasado medio día sentada en un salón de estética
haciéndose la manicura, la pedicura, un tratamiento facial y cortándose el
pelo. Un par de sombreros de ala ancha y unas gafas de sol oscuras la
ayudarían a pasar inadvertida, aunque la sensación de saberse observada
no la abandonaba en ningún momento.
—Te estás volviendo una paranoica —se dijo (_Tn) mientras corría
las cortinas de casa a primera hora de la tarde del viernes.
Miró el reloj y calculó qué hora sería en Europa. Siempre era Nick
quien llamaba, así que pensó que quedaría bien tomar la iniciativa si,
como creía, alguien le había pinchado el teléfono. Levantó el auricular del
fijo y cogió un papel del escritorio en el que había apuntado el número de
su casa.
Un tono, seguido de un clic, y un segundo tono.
(_Tn) se quedó petrificada.
Conocía aquel sonido, lo recordaba muy bien. Colgó el auricular y
consideró sus opciones. Llamar a Nick con el móvil era una, pero por lo
que sabía había una cámara vigilándola y un micrófono escondido en
algún punto de la casa. Menos mal que la mayoría de sus últimas
conversaciones con Nick habían tenido lugar en la calle y siempre por el
móvil.
Salir de casa para hacer la llamada era otra opción.
Y luego estaba la número tres. Si la persona que le había pinchado el
teléfono esperaba escuchar una discusión sobre un matrimonio falso, la
decepción sería mayúscula.
El Gobierno ya había invadido su privacidad en el pasado con
resultados terribles para su familia. Esta vez (_Tn) no se jugaba tanto,
pero no tenía intención de permitir que nadie se quedara lo que por
derecho era de Nick .
Le gustase o no, Nick era su marido, y seguiría siéndolo las próximas
cincuenta y tres semanas.
(_Tn) se quitó los zapatos y volvió a levantar el auricular
inalámbrico del teléfono. Con el móvil en la otra mano, primero envió un
mensaje.
«¿Estás en casa?»
El móvil vibró. «Por primera vez en toda la semana.»
Empezó a marcar de nuevo el número. «Ten el móvil cerca y sígueme la
corriente.»
Nick miró la pantalla del teléfono y sacudió la cabeza.
—¿Que le siga la corriente? ¿Qué se supone que quiere decir eso? —Se
disponía a escribir la pregunta cuando de pronto sonó el teléfono fijo. Lo
cogió y oyó la voz grave de (_Tn) prácticamente ronroneando al otro
lado de la línea.
—Hola, cariño.
¿Cariño? ¿A qué venía eso? Abrió la boca dispuesto a preguntar, pero
(_Tn) siguió hablando, cada sílaba más insinuante que la anterior.
—¿Qué tal el día?
—Ocupado. Tengo ganas de tomarme medio día libre mañana. —El
móvil de Nick vibró. «¿Has oído ese clic en la línea?»
Leyó la pregunta de (_Tn) y empezó a responder en voz alta.
—(_Tn) , ¿qué está...?
—Dios, cómo te echo de menos. Ojalá me llegue pronto el pasaporte y
podamos reunirnos.
Nick abrió los ojos como platos. No parecía que (_Tn) hubiera
estado bebiendo, aunque le gustaba la idea de que le hubiera echado de
menos. Aun así, era capaz de reconocer una mentira cuando la oía.
«Alguien me ha pinchado el teléfono. Sigue hablando.»
—¿Qué? —¿Le habían pinchado el teléfono?
—He dicho que te echo de menos —respondió la voz entrecortada de
(_Tn) .
—Yo también te echo de menos —le susurró él mientras tecleaba
«¿Qué coño está pasando?»
(_Tn) se rió.
—¿Sabes en qué llevo pensando todo el día?
Su voz de línea erótica se confundía con los mensajes de texto y Nick
empezaba a perder el norte. Si alguien le había pinchado el teléfono, eso
significaba que habían estado en su casa. De pronto, empezó a dolerle la
mandíbula de la tensión y sintió un calor muy intenso en su interior.
Estaba demasiado lejos para llegar hasta ella.
—No, ¿por qué no me lo cuentas?
«Me vigilan. Creo que alguien nos escucha ahora mismo.»
—Pues he estado pensando en esa sonrisa tan sexy que tienes.
Nick respiró profundamente antes de seguir con el mensaje que estaba
escribiendo.
—¿Crees que mi sonrisa es sexy?
—Sabes que sí. Echo de menos ver la sonrisa en tus ojos cuando
estamos juntos.
Nick sabía que aquellas palabras eran para la persona que estaba
escuchando la conversación, pero no por ello era menor el efecto que
causaban. (_Tn) no era actriz, pero lo estaba haciendo de fábula.
«Tengo que sacarte de ahí.»
—¿Sabes qué es lo que yo echo de menos de ti? —preguntó Nick ,
siguiendo el hilo de la conversación.
—Dime.
«Estoy de acuerdo contigo», respondió ella.
Nick se sorprendió de que accediera sin oponer resistencia.
—¿Qué?
—Que me digas qué echas de menos de mí —le recordó (_Tn) .
Nick dejó el móvil a un lado y se concentró en sus palabras.
—Echo de menos tu pelo salvaje sobre mi almohada. —No era la
primera vez que imaginaba aquella estampa, a pesar de que nunca la había
presenciado... todavía—. La forma en que te humedeces los labios justo
antes de besarme.
—¿En serio? —La voz de (_Tn) era aún más grave.
—Echo de menos el olor a lavanda de tu piel. Voy a hacer que los
jardineros planten lavanda para que, cada vez que pase por allí, me
acuerde de ti. —¿De dónde había salido eso? ¿Y desde cuándo era un
poeta?
El teléfono permaneció en silencio unos segundos.
—¿(_Tn) ? ¿Sigues ahí? —Miró la pantalla del móvil para
comprobar si le había enviado otro mensaje, pero no era así.
—Sigo aquí. Es que... necesito tenerte cerca. Tal vez debería mudarme a
tu casa de Malibú.
Nick sonrió.
—Me alegro de que al fin estés de acuerdo.
—Todo ha pasado tan deprisa. Pensé que lo mejor sería hacer las cosas
poco a poco. Ahora me parece una tontería.
—Eres una mujer independiente y lo entiendo, pero pasaremos parte del
tiempo en Europa y parte allí. Lo mejor para ti sería que te sintieras
cómoda en ambos lugares. Así al menos sabré dónde estás cuando
estemos separados. —Lo curioso era que hasta la última palabra de lo que
acababa de decir era verdad. Sin embargo, si no hubiera otro par de orejas
escuchando la conversación, probablemente nunca le habría dicho nada.
—Eres... ¡Mierda! —La palabrota salió despedida de su boca con la
fuerza de una explosión.
Nick sintió que el vello de la nuca se le ponía de punta.
—¿Qué pasa?
—Me he dado un golpe en el dedo gordo. —Parecía cabreada, pero no
herida.
El móvil volvió a vibrar. «He encontrado una cámara.»
—¿Qué haces? —preguntó Nick . Se puso en pie y empezó a pasear por
la habitación.
—Estoy escogiendo unos libros para llevármelos a tu casa. ¿A qué hora
llegas el domingo? —Si no hubiese estado atento, no habría percibido el
temblor en la voz de (_Tn) . Buscó el teléfono de Neil en la agenda del
móvil y le mandó un mensaje urgente. «¡Encuentra a (_Tn) ahora mismo!
Te llamo en unos minutos.»
—Voy a reorganizar mis planes para coger el avión antes. —Antes
significaba esa misma noche.
—No hace falta —dijo ella.
—No estoy de acuerdo. Llevamos demasiado tiempo separados. —Y
era totalmente cierto, aunque lo hubieran acordado por contrato.
(_Tn) suspiró.
—Hoy no vas a conseguir que discuta contigo.
—Te llamo luego.
—No hagas ninguna tontería —le dijo (_Tn) —. Estoy bien.
Pero Nick no lo estaba. Alguien espiaba a su esposa, escuchaba sus
conversaciones, la observaba. Y eso, para alguien cuyo objetivo era
pillarlos en una mentira, suponía llevar las cosas demasiado lejos.
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo Cinco
(Segunda Parte)
3/3
(Segunda Parte)
3/3
—Estaré ahí por la mañana.
—Te espero con los brazos abiertos.
Nick sonrió y colgó el teléfono.
«Coge lo que necesites para hoy y mañana. Neil está de camino.»
Nick llamó a su guardaespaldas y le explicó la situación. La siguiente
llamada fue al piloto de su avión privado. Frustrado, se pasó las manos
por el pelo una y otra vez mientras ultimaba los preparativos antes de
marcharse. De pronto, su matrimonio a distancia estaba en peligro. Su
cerebro zumbaba con una urgencia que le hacía golpear repetidamente el
suelo con el pie o frotarse las manos como si quisiera rodear con ellas el
cuello de alguien. ¿Sería su primo capaz de arrastrarse a ese nivel? ¿O
estaba Vanessa tan ofendida que quería vengarse a cualquier precio?
Tampoco podía eliminar a Parker y Parker de la corta lista de sospechosos
porque, en caso de que pudieran descubrir el fraude, ganarían una
cantidad considerable de dinero.
Veinte minutos más tarde, mientras se dirigía hacia el aeropuerto,
recibió una llamada.
—¿(_Tn) ?
—Sí, soy yo. —Parecía agotada, exhausta—. Estoy en tu casa.
—Entonces podemos hablar. El sistema de alarma detecta la presencia
de micrófonos. ¿Cómo lo llevas?
(_Tn) suspiró.
—Estoy cabreada. Pensaba que los días de teléfonos pinchados y
cámaras ocultas estaban más que superados. ¿Quién está dispuesto a llegar
tan lejos, Nick ?
—Llevo haciéndome esa misma pregunta desde que me has llamado.
Tengo a mi equipo trabajando en ello. Lo averiguaremos.
—Si hay algo en lo que pueda ayudar dímelo. Quienquiera que sea el
responsable tiene en mí a una enemiga.
La chispa que transmitía su voz era mejor que el tono derrotado de
hacía un momento. Su mujer era capaz de convertirse en un volcán
cuando la acorralaban.
—Llegaré de madrugada. ¿Qué dormitorio has escogido?
—Ah, vaya, no... no estaba segura de quién sabe lo nuestro por aquí,
así que le pedí a Neil que pusiera mis cosas en tu suite —balbuceó
(_Tn) —. Puedo mudarme a otro dormitorio si quieres.
Nick imaginó su cabeza sobre la almohada, los ojos cerrándose
lentamente entre las sábanas de su cama.
—No te cambies. Tienes razón. Confío en mi personal, pero no creo
que debamos avisarlos.
—¿Estás seguro? —Volvía a parecer vulnerable. El deseo de tenerla
entre sus brazos y rodearla con todas sus fuerzas era tan poderoso que casi
resultaba doloroso.
—Por favor. Insisto.
A esas alturas ya sabía que lo mejor era no exigir. (_Tn) cogía sus
órdenes y se las tiraba a la cara siempre que tenía ocasión. Preguntar
educadamente era algo nuevo para él, pero iba mejorando la técnica con el
paso de los días.
—Está bien. Nos vemos por la mañana.
Colgó y empezó a dar golpecitos con el dedo en el teléfono. La imagen
de (_Tn) enroscada en posición fetal en su cama, con los ojos abiertos
de par en par por culpa del miedo, se le antojaba asfixiante. Hundió las
uñas en las palmas de sus manos. Quienquiera que fuese el responsable de
aquello, había cometido unerror imperdonable. Aplastaría sin
miramientos a la persona capaz de violar la privacidad de su esposa hasta
esos extremos. Paparazzi en la vía pública, alguien escuchando una
conversación ajena en la cola de una tienda, vale, pero ¿esto? ¿Y si
también había una cámara en su dormitorio? ¿Y si alguien la había
observado mientras se vestía, mientras se duchaba?
No era de extrañar que (_Tn) pareciera asustada.
Cuanto más pensaba en ello, más le costaba mantener la cabeza fría.
A medio camino entre el recuerdo y el sueño, el cerebro somnoliento de
(_Tn) filtraba imágenes de sí misma caminando por el campus, con
una mochila colgando del hombro.
Alguien la seguía. No era la primera vez que veía a aquel hombre, pero
no conseguía situar su cara. El pánico insuperable había empezado el día
en que compartió sus pensamientos más profundos con su profesor de
comercio.
En lo más remoto de su mente, (_Tn) sabía que estaba soñando.
Sabía hacia dónde se dirigía el sueño e intentó detenerlo por todos los
medios.
Una imagen del dormitorio de su infancia cruzó su mente. Una
conversación cándida con un amigo en quien confiaba. Su madre, aún
con vida, diciéndole que tuviera cuidado con lo que decía.
Jordan, con un sujetador de deporte, riéndose de algo que Buster, el
perro de la familia, hacía.
Todas esas instantáneas mezcladas formaban un ovillo en el pecho de
(_Tn) .
Dos hombres vestidos de negro y con una placa en la mano se la
llevaban de clase para interrogarla, solo que en lugar de preguntarle dónde
estaba su padre o qué estaba haciendo, le preguntaban por Nick .
—Lo que está haciendo es ilegal, (_Tn) . Miles de personas sufren
por su culpa.
¡No! Se enfrentó al sueño, deseando que las imágenes cambiaran.
Pero no se detuvieron y el miedo se adentró en su corazón.
(_Tn) se incorporó de un salto respirando entre jadeos y con el
corazón latiendo desbocado. En una décima de segundo, Nick se levantó
de la silla en la que estaba durmiendo y corrió a su lado.
—(_Tn) , ¿estás bien? —le preguntó, mientras la sujetaba por los brazos
para calmarla.
Ella asintió, intentando recuperar el aliento.
—Una pesadilla.
—Estás temblando. —Sin saber qué decir, rodeó su cuerpo con los
brazos y la atrajo hacia su pecho.
Apartarse seguramente habría sido lo mejor, pero (_Tn) se había
quedado sin energía. Respiró el profundo aroma a masculinidad con unas
notas de pino, que siempre seguía a Nick por dondequiera que fuese.
Desde tan cerca era mucho más intenso, más poderoso. (_Tn) se
apoyó en él y cerró los ojos. Él le frotó la espalda y le acarició el pelo.
—No pasa nada —le susurró.
La fuerza del sueño le había dejado una mella imborrable en el corazón.
Los recuerdos de su madre aún viva, de su hermana sana. Todo había
desaparecido.
Y era culpa suya.
Nick siguió abrazándola durante horas, o eso le pareció a él. Cuando
finalmente (_Tn) retiró la cabeza de su pecho, se dio cuenta de que él
iba vestido con una camisa de vestir y unos pantalones de pinzas. Lucía
una barba incipiente y su mirada destilaba preocupación. A pesar de su
atractivo, esta vez parecía cansado.
—Ya estoy mejor —le dijo.
Se había apartado de él, pero Nick no la soltaba y le acariciaba la línea
de los brazos antes de entrelazar los dedos con los suyos.
Una poderosa sensación de pertenencia, de saberse anclada a alguien, se
apoderó de ella. Los ojos de Nick se movían por su cara como si
buscaran signos físicos de agresión. Su preocupación por ella la dejó sin
respiración y la atracción que hasta entonces había sentido creció de
pronto en su interior. Se sentía vulnerable, pero sabía que lo mejor era no
tontear con él ni recordarle que estaban en su cama y que ella solo llevaba
un camisón ligero.
Para romper el contacto visual, (_Tn) miró hacia el otro extremo del
dormitorio.
—¿Estabas durmiendo en esa silla?
—Solo quería ver cómo estabas. Debo de haberme quedado dormido.
Pero sus zapatos descansaban junto a la silla y el abrigo sobre el
respaldo.
—¿Qué vamos a hacer? Alguien está tomando medidas desesperadas
para descubrir nuestra mentira.
—Han ido demasiado lejos —dijo Nick , y sus manos se tensaron sobre
las de ella. (_Tn) le devolvió el apretón.
—¿Y qué hacemos ahora? Irme de casa no mantendrá alejado por
mucho tiempo al que esté detrás de todo esto. Los federales vigilaron
nuestra casa durante más de un año mientras investigaban el caso. No
tenemos forma de saber si alguien nos vigila o nos escucha a todas horas.
—La posibilidad de tener que pasarse un año esquivando cámaras y
micrófonos ocultos le provocaba dolor de cabeza.
—Descubriré quién ha hecho esto. Que yo sepa, sigue siendo ilegal
colarse en casa de alguien para grabar su vida.
—Puede que sea ilegal, pero eso no los detendrá. Tenemos que
convencerlos de que están perdiendo el tiempo. De lo contrario, en algún
sitio, cuando menos lo esperamos, alguno de los dos meterá la pata y se le
escapará que este matrimonio es algo temporal. Tú perderás tu herencia y
será por culpa mía.
Nick entornó los ojos e inclinó la cabeza.
—¿Por qué culpa tuya? Los dos dijimos «Sí, quiero» por los motivos
equivocados.
(_Tn) temía que pudiera intuir los pecados del pasado en sus ojos,
así que retiró las manos de las de Nick y se llevó las rodillas al pecho.
—Tal vez no sea todo culpa mía... —dijo, con la mirada perdida a lo
lejos.
Nick se interpuso en su campo de visión y apoyó una mano en su
rodilla. El calor que desprendía su piel subió por la pierna de (_Tn)
hasta que toda su atención se concentró en su marido, el hombre que
estaba sentado junto a ella.
—Ahora que conocemos las normas del juego, tenemos que ganar
utilizando sus términos. Usaremos las cámaras para demostrarles lo
equivocados que están.
—¿Y cómo sugieres que hagamos eso?
Nick disimuló una sonrisa. La preocupación había empezado a
desvanecerse en los ojos de (_Tn) .
—Iremos los dos a tu casa a recoger tus cosas. Antes enviaré a un
equipo para que averigüe si hay más cámaras escondidas.
—¿No será demasiado evidente?
—¿Fue evidente cuando ellos se colaron en tu casa para instalarlas?
(_Tn) llevaba toda la noche pensando en ello. Los tipos de la
compañía de teléfono eran los únicos que habían entrado en su casa desde
que Nick y ella se habían casado.
—No.
—Encontraremos las cámaras y actuaremos para ellos.
—¿Actuaremos para ellos? —repitió ella, sintiendo que se le aceleraba
el pulso.
Nick le cogió un mechón de pelo y lo sujetó detrás de su oreja. El
contacto de sus dedos sobre la piel levantó chispas, una corriente eléctrica
que también él sintió. Podía verlo en sus hermosos ojos grises.
—¿Tan duro te resultaría volver a besarme? ¿Para la cámara?
(_Tn) se humedeció los labios sin dejar de mirarle fijamente
mientras hablaba.
—¿Un beso?
La mano de Nick le acarició la mejilla.
—Quizá unas caricias subidas de tono. Seguro que en la habitación hay
algún punto donde escondernos de las cámaras. Que la persona que esté
viendo las imágenes se imagine el resto.
(_Tn) se preguntaba cómo sería estar entre sus brazos. Había
pensado en la posibilidad de volver a besarlo desde el día de la boda.
—¿Y qué demostraríamos con eso? —preguntó, ignorando el pulgar de
Nick , que le acariciaba la mejilla y evocaba imágenes eróticas de sus
manos sobre otras partes de su cuerpo.
—Demostraría que hay intimidad entre nosotros, que disfrutamos el
uno del otro lejos de las miradas de la gente. Mientras crean que no
sabemos nada de las cámaras, estoy seguro de que funcionará. ¿Qué me
dices, (_Tn) ? ¿Aceptas el reto?
Ella apartó los ojos de sus labios y descubrió que la estaba mirando.
Sabía cómo enrolarla en su causa y prepararla para la batalla.
—Cuenta conmigo.
La suave curva en los labios de Nick se convirtió en una sonrisa de
oreja a oreja.
—Esa es mi chica. Ahora, ¿por qué no le pides a la cocinera que te
prepare el desayuno mientras yo intento recuperar un par de horas de
sueño? Cuando me levante haremos una escapada a tu casa. Así mis
hombres dispondrán del tiempo necesario para encontrar los micrófonos.
Apoyó una mano en la cama y se levantó de un salto.
—Nick , ¿y qué pasará mañana? ¿Y pasado? ¿Cómo vamos a mantener
esto durante todo un año?
—Día a día, preciosa. Somos dos personas inteligentes con un mismo
objetivo. Ya se nos ocurrirá algo.
—Te espero con los brazos abiertos.
Nick sonrió y colgó el teléfono.
«Coge lo que necesites para hoy y mañana. Neil está de camino.»
Nick llamó a su guardaespaldas y le explicó la situación. La siguiente
llamada fue al piloto de su avión privado. Frustrado, se pasó las manos
por el pelo una y otra vez mientras ultimaba los preparativos antes de
marcharse. De pronto, su matrimonio a distancia estaba en peligro. Su
cerebro zumbaba con una urgencia que le hacía golpear repetidamente el
suelo con el pie o frotarse las manos como si quisiera rodear con ellas el
cuello de alguien. ¿Sería su primo capaz de arrastrarse a ese nivel? ¿O
estaba Vanessa tan ofendida que quería vengarse a cualquier precio?
Tampoco podía eliminar a Parker y Parker de la corta lista de sospechosos
porque, en caso de que pudieran descubrir el fraude, ganarían una
cantidad considerable de dinero.
Veinte minutos más tarde, mientras se dirigía hacia el aeropuerto,
recibió una llamada.
—¿(_Tn) ?
—Sí, soy yo. —Parecía agotada, exhausta—. Estoy en tu casa.
—Entonces podemos hablar. El sistema de alarma detecta la presencia
de micrófonos. ¿Cómo lo llevas?
(_Tn) suspiró.
—Estoy cabreada. Pensaba que los días de teléfonos pinchados y
cámaras ocultas estaban más que superados. ¿Quién está dispuesto a llegar
tan lejos, Nick ?
—Llevo haciéndome esa misma pregunta desde que me has llamado.
Tengo a mi equipo trabajando en ello. Lo averiguaremos.
—Si hay algo en lo que pueda ayudar dímelo. Quienquiera que sea el
responsable tiene en mí a una enemiga.
La chispa que transmitía su voz era mejor que el tono derrotado de
hacía un momento. Su mujer era capaz de convertirse en un volcán
cuando la acorralaban.
—Llegaré de madrugada. ¿Qué dormitorio has escogido?
—Ah, vaya, no... no estaba segura de quién sabe lo nuestro por aquí,
así que le pedí a Neil que pusiera mis cosas en tu suite —balbuceó
(_Tn) —. Puedo mudarme a otro dormitorio si quieres.
Nick imaginó su cabeza sobre la almohada, los ojos cerrándose
lentamente entre las sábanas de su cama.
—No te cambies. Tienes razón. Confío en mi personal, pero no creo
que debamos avisarlos.
—¿Estás seguro? —Volvía a parecer vulnerable. El deseo de tenerla
entre sus brazos y rodearla con todas sus fuerzas era tan poderoso que casi
resultaba doloroso.
—Por favor. Insisto.
A esas alturas ya sabía que lo mejor era no exigir. (_Tn) cogía sus
órdenes y se las tiraba a la cara siempre que tenía ocasión. Preguntar
educadamente era algo nuevo para él, pero iba mejorando la técnica con el
paso de los días.
—Está bien. Nos vemos por la mañana.
Colgó y empezó a dar golpecitos con el dedo en el teléfono. La imagen
de (_Tn) enroscada en posición fetal en su cama, con los ojos abiertos
de par en par por culpa del miedo, se le antojaba asfixiante. Hundió las
uñas en las palmas de sus manos. Quienquiera que fuese el responsable de
aquello, había cometido unerror imperdonable. Aplastaría sin
miramientos a la persona capaz de violar la privacidad de su esposa hasta
esos extremos. Paparazzi en la vía pública, alguien escuchando una
conversación ajena en la cola de una tienda, vale, pero ¿esto? ¿Y si
también había una cámara en su dormitorio? ¿Y si alguien la había
observado mientras se vestía, mientras se duchaba?
No era de extrañar que (_Tn) pareciera asustada.
Cuanto más pensaba en ello, más le costaba mantener la cabeza fría.
A medio camino entre el recuerdo y el sueño, el cerebro somnoliento de
(_Tn) filtraba imágenes de sí misma caminando por el campus, con
una mochila colgando del hombro.
Alguien la seguía. No era la primera vez que veía a aquel hombre, pero
no conseguía situar su cara. El pánico insuperable había empezado el día
en que compartió sus pensamientos más profundos con su profesor de
comercio.
En lo más remoto de su mente, (_Tn) sabía que estaba soñando.
Sabía hacia dónde se dirigía el sueño e intentó detenerlo por todos los
medios.
Una imagen del dormitorio de su infancia cruzó su mente. Una
conversación cándida con un amigo en quien confiaba. Su madre, aún
con vida, diciéndole que tuviera cuidado con lo que decía.
Jordan, con un sujetador de deporte, riéndose de algo que Buster, el
perro de la familia, hacía.
Todas esas instantáneas mezcladas formaban un ovillo en el pecho de
(_Tn) .
Dos hombres vestidos de negro y con una placa en la mano se la
llevaban de clase para interrogarla, solo que en lugar de preguntarle dónde
estaba su padre o qué estaba haciendo, le preguntaban por Nick .
—Lo que está haciendo es ilegal, (_Tn) . Miles de personas sufren
por su culpa.
¡No! Se enfrentó al sueño, deseando que las imágenes cambiaran.
Pero no se detuvieron y el miedo se adentró en su corazón.
(_Tn) se incorporó de un salto respirando entre jadeos y con el
corazón latiendo desbocado. En una décima de segundo, Nick se levantó
de la silla en la que estaba durmiendo y corrió a su lado.
—(_Tn) , ¿estás bien? —le preguntó, mientras la sujetaba por los brazos
para calmarla.
Ella asintió, intentando recuperar el aliento.
—Una pesadilla.
—Estás temblando. —Sin saber qué decir, rodeó su cuerpo con los
brazos y la atrajo hacia su pecho.
Apartarse seguramente habría sido lo mejor, pero (_Tn) se había
quedado sin energía. Respiró el profundo aroma a masculinidad con unas
notas de pino, que siempre seguía a Nick por dondequiera que fuese.
Desde tan cerca era mucho más intenso, más poderoso. (_Tn) se
apoyó en él y cerró los ojos. Él le frotó la espalda y le acarició el pelo.
—No pasa nada —le susurró.
La fuerza del sueño le había dejado una mella imborrable en el corazón.
Los recuerdos de su madre aún viva, de su hermana sana. Todo había
desaparecido.
Y era culpa suya.
Nick siguió abrazándola durante horas, o eso le pareció a él. Cuando
finalmente (_Tn) retiró la cabeza de su pecho, se dio cuenta de que él
iba vestido con una camisa de vestir y unos pantalones de pinzas. Lucía
una barba incipiente y su mirada destilaba preocupación. A pesar de su
atractivo, esta vez parecía cansado.
—Ya estoy mejor —le dijo.
Se había apartado de él, pero Nick no la soltaba y le acariciaba la línea
de los brazos antes de entrelazar los dedos con los suyos.
Una poderosa sensación de pertenencia, de saberse anclada a alguien, se
apoderó de ella. Los ojos de Nick se movían por su cara como si
buscaran signos físicos de agresión. Su preocupación por ella la dejó sin
respiración y la atracción que hasta entonces había sentido creció de
pronto en su interior. Se sentía vulnerable, pero sabía que lo mejor era no
tontear con él ni recordarle que estaban en su cama y que ella solo llevaba
un camisón ligero.
Para romper el contacto visual, (_Tn) miró hacia el otro extremo del
dormitorio.
—¿Estabas durmiendo en esa silla?
—Solo quería ver cómo estabas. Debo de haberme quedado dormido.
Pero sus zapatos descansaban junto a la silla y el abrigo sobre el
respaldo.
—¿Qué vamos a hacer? Alguien está tomando medidas desesperadas
para descubrir nuestra mentira.
—Han ido demasiado lejos —dijo Nick , y sus manos se tensaron sobre
las de ella. (_Tn) le devolvió el apretón.
—¿Y qué hacemos ahora? Irme de casa no mantendrá alejado por
mucho tiempo al que esté detrás de todo esto. Los federales vigilaron
nuestra casa durante más de un año mientras investigaban el caso. No
tenemos forma de saber si alguien nos vigila o nos escucha a todas horas.
—La posibilidad de tener que pasarse un año esquivando cámaras y
micrófonos ocultos le provocaba dolor de cabeza.
—Descubriré quién ha hecho esto. Que yo sepa, sigue siendo ilegal
colarse en casa de alguien para grabar su vida.
—Puede que sea ilegal, pero eso no los detendrá. Tenemos que
convencerlos de que están perdiendo el tiempo. De lo contrario, en algún
sitio, cuando menos lo esperamos, alguno de los dos meterá la pata y se le
escapará que este matrimonio es algo temporal. Tú perderás tu herencia y
será por culpa mía.
Nick entornó los ojos e inclinó la cabeza.
—¿Por qué culpa tuya? Los dos dijimos «Sí, quiero» por los motivos
equivocados.
(_Tn) temía que pudiera intuir los pecados del pasado en sus ojos,
así que retiró las manos de las de Nick y se llevó las rodillas al pecho.
—Tal vez no sea todo culpa mía... —dijo, con la mirada perdida a lo
lejos.
Nick se interpuso en su campo de visión y apoyó una mano en su
rodilla. El calor que desprendía su piel subió por la pierna de (_Tn)
hasta que toda su atención se concentró en su marido, el hombre que
estaba sentado junto a ella.
—Ahora que conocemos las normas del juego, tenemos que ganar
utilizando sus términos. Usaremos las cámaras para demostrarles lo
equivocados que están.
—¿Y cómo sugieres que hagamos eso?
Nick disimuló una sonrisa. La preocupación había empezado a
desvanecerse en los ojos de (_Tn) .
—Iremos los dos a tu casa a recoger tus cosas. Antes enviaré a un
equipo para que averigüe si hay más cámaras escondidas.
—¿No será demasiado evidente?
—¿Fue evidente cuando ellos se colaron en tu casa para instalarlas?
(_Tn) llevaba toda la noche pensando en ello. Los tipos de la
compañía de teléfono eran los únicos que habían entrado en su casa desde
que Nick y ella se habían casado.
—No.
—Encontraremos las cámaras y actuaremos para ellos.
—¿Actuaremos para ellos? —repitió ella, sintiendo que se le aceleraba
el pulso.
Nick le cogió un mechón de pelo y lo sujetó detrás de su oreja. El
contacto de sus dedos sobre la piel levantó chispas, una corriente eléctrica
que también él sintió. Podía verlo en sus hermosos ojos grises.
—¿Tan duro te resultaría volver a besarme? ¿Para la cámara?
(_Tn) se humedeció los labios sin dejar de mirarle fijamente
mientras hablaba.
—¿Un beso?
La mano de Nick le acarició la mejilla.
—Quizá unas caricias subidas de tono. Seguro que en la habitación hay
algún punto donde escondernos de las cámaras. Que la persona que esté
viendo las imágenes se imagine el resto.
(_Tn) se preguntaba cómo sería estar entre sus brazos. Había
pensado en la posibilidad de volver a besarlo desde el día de la boda.
—¿Y qué demostraríamos con eso? —preguntó, ignorando el pulgar de
Nick , que le acariciaba la mejilla y evocaba imágenes eróticas de sus
manos sobre otras partes de su cuerpo.
—Demostraría que hay intimidad entre nosotros, que disfrutamos el
uno del otro lejos de las miradas de la gente. Mientras crean que no
sabemos nada de las cámaras, estoy seguro de que funcionará. ¿Qué me
dices, (_Tn) ? ¿Aceptas el reto?
Ella apartó los ojos de sus labios y descubrió que la estaba mirando.
Sabía cómo enrolarla en su causa y prepararla para la batalla.
—Cuenta conmigo.
La suave curva en los labios de Nick se convirtió en una sonrisa de
oreja a oreja.
—Esa es mi chica. Ahora, ¿por qué no le pides a la cocinera que te
prepare el desayuno mientras yo intento recuperar un par de horas de
sueño? Cuando me levante haremos una escapada a tu casa. Así mis
hombres dispondrán del tiempo necesario para encontrar los micrófonos.
Apoyó una mano en la cama y se levantó de un salto.
—Nick , ¿y qué pasará mañana? ¿Y pasado? ¿Cómo vamos a mantener
esto durante todo un año?
—Día a día, preciosa. Somos dos personas inteligentes con un mismo
objetivo. Ya se nos ocurrirá algo.
_______________________________________________________________________________________________________
Continuara
mis lindas lectoras espero q les alla gustado el maraton q les coloque nos leeremos pronto besos se me cuidan y q tengan una bella noche a yq mañana tengan un feliz comienzo de semana xD
gracias x sus comentarios son apreciados
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
OMG...
pobre rayis... yo me morira si me vigilaran asi...
y lo peor no es la primera vez .. :S
espero que con nick salgan de esta...
y por que dice que lo de su padre es su culpa?
ummmm... genial el maraton :D
siiguelaaaaaaaaaaa
pobre rayis... yo me morira si me vigilaran asi...
y lo peor no es la primera vez .. :S
espero que con nick salgan de esta...
y por que dice que lo de su padre es su culpa?
ummmm... genial el maraton :D
siiguelaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
quien puso las camaras??
Eso ya es muy raro :misery:
Que miedo :gasp:
Siguela!!!
Eso ya es muy raro :misery:
Que miedo :gasp:
Siguela!!!
aranzhitha
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
AAAAAAAHHHHH!!!!!!... CON ESE DUQUE QUIEN NO ACTUARIA!!!.. ADEMAS ESA TAL VIVORA NO SE SALDRA CON LA SUYA
chelis
Página 6 de 29. • 1 ... 5, 6, 7 ... 17 ... 29
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