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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Ciin :) escribió:caaaaaaaaaaappppppppppiiiiiiiiiiiiiiiiiii
TE APOYO OTROOOOOO CAAAAAAAAAAPIIIIIIIIIIII
Sam
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo Seis
(Priomera parte)
Había cámaras en la sala de estar, en la cocina y en los dos dormitorios.
Ya sabían lo de la línea telefónica. Según los hombres de Nick , el coche
estaba limpio.
Pero, ¡maldita sea!, alguien la había estado espiando mientras se vestía
o mientras dormía. (_Tn) le contó a Nick la conversación que había
tenido con Eliza, las únicas palabras que habían salido de su boca que
podrían esconder una pista sobre la falsedad de su matrimonio.
Seguramente los tipos que se hacían pasar por técnicos de telefonía habían
sido los responsables de instalar las cámaras. O quizá alguien se había
colado mientras ella salía a correr.
Después de eso, todas las conversaciones habían sido por teléfono y
normalmente fuera de casa. Tampoco es que importara mucho. Solo
habían hablado de la recepción y de la gente que conocería allí. Lo cierto
es que hablaban como lo haría una pareja de ancianos, lo cual era
sorprendente teniendo en cuenta que apenas se conocían.
Nick condujo su coche mientras (_Tn) , sentada a su lado, le indicaba el
camino hacia su casa.
A medida que se iban acercando, la realidad de lo que estaban haciendo
se extendió por todo el cuerpo de (_Tn) .
—No paras de mover las manos —le dijo Nick —. ¿Hay algo que no te
parezca bien?
—¿Sinceramente? —preguntó ella, a pesar de que conocía la respuesta.
—Siempre.
—Besarte.
Él la miró un instante a través de los cristales de las gafas y rápidamente
fijó los ojos de nuevo en la carretera.
—¿No te parece bien besarme?
—No —respondió (_Tn) sin pensar—. Es decir, sí.
A Nick se le escapó la risa.
—¿En qué quedamos?
—Ejem. ¿Y si me quedo atascada? ¿Y si no parezco convincente? —¿Y
si metía la pata y le daba a la cámara exactamente lo que aquella gente
buscaba y Nick perdía la herencia?
Nick levantó una mano del volante y cubrió con ella las de (_Tn) ,
que estaban heladas.
—¿(_Tn) ?
—Sí.
—Relájate. Deja que me ocupe de todo.
Ella sacudió la cabeza.
—No estoy acostumbrada a que los hombres tomen el mando de mi
vida.
—Lo sé. Pero puedes confiar en mí.
Y (_Tn) quería hacerlo, pero cuando se detuvieron frente a su casa
le temblaban las manos. Nick sacó la llave del contacto y se volvió hacia
ella.
—Entremos y empecemos a recoger tus cosas.
—¿Vas a besarme en cuanto entremos? —Dios, tenía que saberlo para
estar preparada.
Nick se inclinó hacia ella y se quitó las gafas de sol.
—Ven aquí —le susurró, sin apartar la mirada de sus labios.
Ella se acercó, creyendo que querría susurrarle algo importante.
En vez de eso, Nick se inclinó hacia su asiento y posó suavemente sus
labios en los de ella. El calor fue instantáneo, una corriente que se
extendió por su cuerpo hasta los dedos de los pies. Cerró los ojos y se
dejó llevar hasta que de repente él se retiró.
—Besarnos será la parte más sencilla —le dijo Nick a escasos
centímetros de sus labios—. Separarnos será lo difícil.
Nick deslizó el pulgar por el labio inferior de ella antes de darse la
vuelta y abrir la puerta.
(_Tn) bajó del coche. Le temblaban las piernas y tuvo que apoyarse
en el brazo de Nick para mantenerse erguida. Él observó el edificio
durante unos segundos con una profunda mirada de desaprobación.
—El barrio no parece seguro. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
—Dos años —respondió ella mientras introducía la llave en la cerradura
y abría la puerta.
Entraron en el recibidor y (_Tn) dejó el bolso sobre la mesa.
—Tengo algunas cajas en una caseta, en la parte de atrás.
—Yo traeré las del coche.
Mientras se alejaban en direcciones opuestas, (_Tn) no pudo evitar
que sus ojos se detuvieran durante un segundo en la cámara que sabía que
se escondía entre los libros de una estantería. Pasó frente a ella, se dirigió
hacia la caseta por la puerta trasera de la cocina y regresó con un puñado
de cajas polvorientas de distintos tamaños. Las dejó sobre la mesita de la
sala de estar y miró a su alrededor.
Nick volvió del coche con media docena de cajas más sin montar y un
rollo de cinta de embalar.
—¿Por qué no u(_Tn) os esas que están limpias para la ropa? —sugirió
(_Tn) .
—Me parece bien —respondió él, mirando hacia lo alto de la escalera.
(_Tn) se dirigió al dormitorio e indicó a Nick que dejara las cajas
sobre la cama para luego montarlas una a una. Con un poco de cinta de
embalar, pronto estuvieron listas para ser utilizadas.
—¿Por dónde quieres que empiece? —preguntó Nick .
—Por el armario.
Tras unos primeros minutos guardando cosas en las cajas, (_Tn) se
olvidó de las cámaras y se puso manos a la obra con la ropa de la cómoda.
Buscó una goma de pelo sencilla y se recogió la melena para que no le
molestara.
—¿Debería preocuparme por todos estos zapatos que hay aquí? —
preguntó Nick desde el armario.
—Fuiste tú el que me animó a ir de compras —respondió (_Tn)
entre risas.
—Parece que no tendré más remedio que contratar a alguien para que te
construya un vestidor para ti sola —se quejó Nick , aunque en su voz se
escondía una sonrisa.
—A las mujeres nos encanta la ropa.
—Y parece que los zapatos también. Dios, no creía que se pudieran
necesitar tantos.
(_Tn) guardó las braguitas que tenía en la mano en una caja y cogió
más del cajón.
—Soy bajita, por si no te has dado cuenta. Necesito tacones para ver
cómo vivís el resto de la humanidad.
Esta vez la voz de Nick sonó más cerca.
—No eres bajita —le dijo.
(_Tn) se dio la vuelta y vio que Nick tenía unos tacones de diez
centímetros en la mano.
—Pues verticalmente impedida, si te gusta más. —Se puso en pie para
demostrarlo—. ¿Lo ves? —De pie junto a él, su cabeza apenas le rozaba la
barbilla—. ¡Bajita!
Los ojos de Nick parecían atraerla hacia su cuerpo.
—No cambiaría absolutamente nada en ti.
Levantó una mano, le quitó la goma del pelo y le acarició las puntas. De
pronto, fue como si (_Tn) se olvidara de respirar. Cuanto más se
acercaba él a su espacio personal, menos aire entraba en sus pulmones.
Nick se inclinó sobre ella; (_Tn) inclinó la cabeza y permitió que su
boca se moviera sobre la suya. Él dejó caer una mano y le rodeó la
cintura, sujetándola con fuerza contra su cuerpo.
Cuando Nick ladeó la cabeza para besarla con más fuerza, los pechos
de ella se aplastaron contra su torso firme. Sus lenguas se encontraron y
de pronto (_Tn) recordó que las cámaras lo estaban grabando todo. Se
puso tensa al instante, pero Nick se negó a soltarla. Entonces deslizó una
mano por la espalda de (_Tn) y cubrió con ella una de sus nalgas.
El cuerpo de (_Tn) se cargó de energía. La lengua de Nick inició una
lenta danza con la de ella. El olor a pino que desprendía y la calidez de su
aliento la distraían de todo lo que la rodeaba, excepto de la sensación de
saberse entre sus brazos, del tacto de sus manos.
Un líquido espeso empezó a acumularse en su vientre, mientras el deseo
se encaramaba desbocado por su espalda. Hacía tanto tiempo que nadie la
besaba que ya no recordaba lo increíble que era. ¿Y alguna vez lo había
sido tanto? Seguramente no.
Nick gimió, o quizá fue ella, cuando los labios de él se apartaron de los
suyos y recorrieron la línea de su mandíbula, la curva del cuello. Quizá
solo estaba actuando para la cámara, pero estaba claro que su cuerpo no
conocía las normas. El calor que desprendía la erección entre sus piernas
le acariciaba el vientre, avivando el deseo que ya sentía.
—Te he echado de menos —le susurró Nick , con la cara hundida en el
pelo de (_Tn) .
Ella pasó los brazos alrededor de sus hombros y se agarró con fuerza a
su camisa.
—Yo también te he echado de menos.
Sus ojos se encontraron y la chispa de picardía que vio en ellos le
arrancó una sonrisa. Cuando su mano encontró la piel desnuda de la
espalda de Nick , la mirada de él se oscureció. La besó de nuevo, esta vez
con más desesperación. (_Tn) sintió que una mano le cubría el pecho
por encima de la tela de la camisa. Quería sentirlo más cerca, quería que
probara la dulzura de su piel donde ahora solo sus manos se aventuraban.
—Oh, Dios —susurró. «Esto es peligroso.» El deseo que sentían era
real, o al menos así se lo parecía a ella.
—¿Sabes qué quiero? —le preguntó Nick cuando sus labios se
separaron.
—¿Qué? —dijo ella, mientras le besaba la mandíbula y empezaba a
desabrocharle los botones de la camisa.
Nick se agachó y la levantó en brazos.
(_Tn) gritó y se sujetó de sus hombros para no caerse.
—Quiero hacerte el amor en la bañera.
(_Tn) sonrió y cruzó los tobillos mientras Nick la sacaba de la
habitación, lejos de miradas ajenas.
Cuando llegaron al lavabo, él la dejó de nuevo en el suelo y volvió a
besarla. El espacio era reducido y las piernas de (_Tn) chocaron con
el mueble de formica barata. Nick la aupó hasta sentarla sobre el lavabo,
sin que sus labios dejaran de bailar con los de ella ni un solo instante. Se
colocó entre sus muslos y la empujó con la cadera para que el contacto
fuera total.
En un rincón de su cerebro, (_Tn) oyó el sonido de la puerta al
cerrarse, pero sus labios seguían irremediablemente pegados a los de
Nick .
Estaban a solas. Sin cámaras, sin ojos que los observaran.
El dulce consuelo de su boca abandonó los labios de (_Tn) para
posarse en su sien. Ella gimió al darse cuenta de que el momento se había
esfumado. Nick mantuvo los brazos alrededor de ella, firme en el abrazo.
La realidad fue colándose gota a gota en el presente, mientras ambos
luchaban por encontrar el valor necesario para controlarse.
No debería sentirse tan a gusto entre sus brazos, se dijo (_Tn) .
¿Cómo iba a mantenerse alejada de su cama si insistían en jugar a la ruleta
rusa? Intentó apartarse pero Nick no la soltaba.
—Dame un minuto —le susurró al oído, con la voz grave de puro
deseo.
(_Tn) se apoyó en él y apartó los brazos de sus hombros.
Permanecieron inmóviles durante varios minutos, en silencio. Nick le
acarició la espalda con movimientos lentos y acompasados.
—¿No deberíamos abrir el agua de la ducha? —preguntó finalmente
(_Tn) , que no estaba muy segura de que Nick llegara a soltarla.
Él la miró a los ojos y arqueó las cejas.
—¿Eso es una invitación?
—Para la cámara —respondió ella apresuradamente.
¿Era decepción eso que acababa de ver brillando en sus ojos?
—Cierto. —Nick sacudió la cabeza y se liberó de los brazos de
(_Tn) . La temperatura de la habitación descendió rápidamente.
Apenas había espacio para los dos en aquel minúsculo lavabo, así que
(_Tn) decidió no moverse de donde estaba y observó a Nick mientras
este abría el grifo de la ducha. Una vez abierto, se dio la vuelta, apoyó la
espalda contra la puerta e intentó sonreír, pero sus ojos no sonreían.
—Esto es una locura, ¿no crees? —le preguntó ella, desesperada por
saber cuáles eran sus pensamientos .
Él se pasó una mano por el pelo, un gesto que (_Tn) empezaba a
reconocer como un signo de estrés.
—Lo que es una locura es cuánto te deseo y cuánto esfuerzo invertimos
en convencer a la gente de que nos acostamos cuando no lo hacemos.
(_Tn) intentó sonreír para quitarle hierro al asunto.
—Si lo dices así, parece hasta que estemos un poco locos.
El vapor de la ducha empezaba a llenar el lavabo. Por primera vez
desde el día en que se habían conocido, un silencio tan ancho como el
Gran Cañón se interponía entre ellos.
(Priomera parte)
Había cámaras en la sala de estar, en la cocina y en los dos dormitorios.
Ya sabían lo de la línea telefónica. Según los hombres de Nick , el coche
estaba limpio.
Pero, ¡maldita sea!, alguien la había estado espiando mientras se vestía
o mientras dormía. (_Tn) le contó a Nick la conversación que había
tenido con Eliza, las únicas palabras que habían salido de su boca que
podrían esconder una pista sobre la falsedad de su matrimonio.
Seguramente los tipos que se hacían pasar por técnicos de telefonía habían
sido los responsables de instalar las cámaras. O quizá alguien se había
colado mientras ella salía a correr.
Después de eso, todas las conversaciones habían sido por teléfono y
normalmente fuera de casa. Tampoco es que importara mucho. Solo
habían hablado de la recepción y de la gente que conocería allí. Lo cierto
es que hablaban como lo haría una pareja de ancianos, lo cual era
sorprendente teniendo en cuenta que apenas se conocían.
Nick condujo su coche mientras (_Tn) , sentada a su lado, le indicaba el
camino hacia su casa.
A medida que se iban acercando, la realidad de lo que estaban haciendo
se extendió por todo el cuerpo de (_Tn) .
—No paras de mover las manos —le dijo Nick —. ¿Hay algo que no te
parezca bien?
—¿Sinceramente? —preguntó ella, a pesar de que conocía la respuesta.
—Siempre.
—Besarte.
Él la miró un instante a través de los cristales de las gafas y rápidamente
fijó los ojos de nuevo en la carretera.
—¿No te parece bien besarme?
—No —respondió (_Tn) sin pensar—. Es decir, sí.
A Nick se le escapó la risa.
—¿En qué quedamos?
—Ejem. ¿Y si me quedo atascada? ¿Y si no parezco convincente? —¿Y
si metía la pata y le daba a la cámara exactamente lo que aquella gente
buscaba y Nick perdía la herencia?
Nick levantó una mano del volante y cubrió con ella las de (_Tn) ,
que estaban heladas.
—¿(_Tn) ?
—Sí.
—Relájate. Deja que me ocupe de todo.
Ella sacudió la cabeza.
—No estoy acostumbrada a que los hombres tomen el mando de mi
vida.
—Lo sé. Pero puedes confiar en mí.
Y (_Tn) quería hacerlo, pero cuando se detuvieron frente a su casa
le temblaban las manos. Nick sacó la llave del contacto y se volvió hacia
ella.
—Entremos y empecemos a recoger tus cosas.
—¿Vas a besarme en cuanto entremos? —Dios, tenía que saberlo para
estar preparada.
Nick se inclinó hacia ella y se quitó las gafas de sol.
—Ven aquí —le susurró, sin apartar la mirada de sus labios.
Ella se acercó, creyendo que querría susurrarle algo importante.
En vez de eso, Nick se inclinó hacia su asiento y posó suavemente sus
labios en los de ella. El calor fue instantáneo, una corriente que se
extendió por su cuerpo hasta los dedos de los pies. Cerró los ojos y se
dejó llevar hasta que de repente él se retiró.
—Besarnos será la parte más sencilla —le dijo Nick a escasos
centímetros de sus labios—. Separarnos será lo difícil.
Nick deslizó el pulgar por el labio inferior de ella antes de darse la
vuelta y abrir la puerta.
(_Tn) bajó del coche. Le temblaban las piernas y tuvo que apoyarse
en el brazo de Nick para mantenerse erguida. Él observó el edificio
durante unos segundos con una profunda mirada de desaprobación.
—El barrio no parece seguro. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
—Dos años —respondió ella mientras introducía la llave en la cerradura
y abría la puerta.
Entraron en el recibidor y (_Tn) dejó el bolso sobre la mesa.
—Tengo algunas cajas en una caseta, en la parte de atrás.
—Yo traeré las del coche.
Mientras se alejaban en direcciones opuestas, (_Tn) no pudo evitar
que sus ojos se detuvieran durante un segundo en la cámara que sabía que
se escondía entre los libros de una estantería. Pasó frente a ella, se dirigió
hacia la caseta por la puerta trasera de la cocina y regresó con un puñado
de cajas polvorientas de distintos tamaños. Las dejó sobre la mesita de la
sala de estar y miró a su alrededor.
Nick volvió del coche con media docena de cajas más sin montar y un
rollo de cinta de embalar.
—¿Por qué no u(_Tn) os esas que están limpias para la ropa? —sugirió
(_Tn) .
—Me parece bien —respondió él, mirando hacia lo alto de la escalera.
(_Tn) se dirigió al dormitorio e indicó a Nick que dejara las cajas
sobre la cama para luego montarlas una a una. Con un poco de cinta de
embalar, pronto estuvieron listas para ser utilizadas.
—¿Por dónde quieres que empiece? —preguntó Nick .
—Por el armario.
Tras unos primeros minutos guardando cosas en las cajas, (_Tn) se
olvidó de las cámaras y se puso manos a la obra con la ropa de la cómoda.
Buscó una goma de pelo sencilla y se recogió la melena para que no le
molestara.
—¿Debería preocuparme por todos estos zapatos que hay aquí? —
preguntó Nick desde el armario.
—Fuiste tú el que me animó a ir de compras —respondió (_Tn)
entre risas.
—Parece que no tendré más remedio que contratar a alguien para que te
construya un vestidor para ti sola —se quejó Nick , aunque en su voz se
escondía una sonrisa.
—A las mujeres nos encanta la ropa.
—Y parece que los zapatos también. Dios, no creía que se pudieran
necesitar tantos.
(_Tn) guardó las braguitas que tenía en la mano en una caja y cogió
más del cajón.
—Soy bajita, por si no te has dado cuenta. Necesito tacones para ver
cómo vivís el resto de la humanidad.
Esta vez la voz de Nick sonó más cerca.
—No eres bajita —le dijo.
(_Tn) se dio la vuelta y vio que Nick tenía unos tacones de diez
centímetros en la mano.
—Pues verticalmente impedida, si te gusta más. —Se puso en pie para
demostrarlo—. ¿Lo ves? —De pie junto a él, su cabeza apenas le rozaba la
barbilla—. ¡Bajita!
Los ojos de Nick parecían atraerla hacia su cuerpo.
—No cambiaría absolutamente nada en ti.
Levantó una mano, le quitó la goma del pelo y le acarició las puntas. De
pronto, fue como si (_Tn) se olvidara de respirar. Cuanto más se
acercaba él a su espacio personal, menos aire entraba en sus pulmones.
Nick se inclinó sobre ella; (_Tn) inclinó la cabeza y permitió que su
boca se moviera sobre la suya. Él dejó caer una mano y le rodeó la
cintura, sujetándola con fuerza contra su cuerpo.
Cuando Nick ladeó la cabeza para besarla con más fuerza, los pechos
de ella se aplastaron contra su torso firme. Sus lenguas se encontraron y
de pronto (_Tn) recordó que las cámaras lo estaban grabando todo. Se
puso tensa al instante, pero Nick se negó a soltarla. Entonces deslizó una
mano por la espalda de (_Tn) y cubrió con ella una de sus nalgas.
El cuerpo de (_Tn) se cargó de energía. La lengua de Nick inició una
lenta danza con la de ella. El olor a pino que desprendía y la calidez de su
aliento la distraían de todo lo que la rodeaba, excepto de la sensación de
saberse entre sus brazos, del tacto de sus manos.
Un líquido espeso empezó a acumularse en su vientre, mientras el deseo
se encaramaba desbocado por su espalda. Hacía tanto tiempo que nadie la
besaba que ya no recordaba lo increíble que era. ¿Y alguna vez lo había
sido tanto? Seguramente no.
Nick gimió, o quizá fue ella, cuando los labios de él se apartaron de los
suyos y recorrieron la línea de su mandíbula, la curva del cuello. Quizá
solo estaba actuando para la cámara, pero estaba claro que su cuerpo no
conocía las normas. El calor que desprendía la erección entre sus piernas
le acariciaba el vientre, avivando el deseo que ya sentía.
—Te he echado de menos —le susurró Nick , con la cara hundida en el
pelo de (_Tn) .
Ella pasó los brazos alrededor de sus hombros y se agarró con fuerza a
su camisa.
—Yo también te he echado de menos.
Sus ojos se encontraron y la chispa de picardía que vio en ellos le
arrancó una sonrisa. Cuando su mano encontró la piel desnuda de la
espalda de Nick , la mirada de él se oscureció. La besó de nuevo, esta vez
con más desesperación. (_Tn) sintió que una mano le cubría el pecho
por encima de la tela de la camisa. Quería sentirlo más cerca, quería que
probara la dulzura de su piel donde ahora solo sus manos se aventuraban.
—Oh, Dios —susurró. «Esto es peligroso.» El deseo que sentían era
real, o al menos así se lo parecía a ella.
—¿Sabes qué quiero? —le preguntó Nick cuando sus labios se
separaron.
—¿Qué? —dijo ella, mientras le besaba la mandíbula y empezaba a
desabrocharle los botones de la camisa.
Nick se agachó y la levantó en brazos.
(_Tn) gritó y se sujetó de sus hombros para no caerse.
—Quiero hacerte el amor en la bañera.
(_Tn) sonrió y cruzó los tobillos mientras Nick la sacaba de la
habitación, lejos de miradas ajenas.
Cuando llegaron al lavabo, él la dejó de nuevo en el suelo y volvió a
besarla. El espacio era reducido y las piernas de (_Tn) chocaron con
el mueble de formica barata. Nick la aupó hasta sentarla sobre el lavabo,
sin que sus labios dejaran de bailar con los de ella ni un solo instante. Se
colocó entre sus muslos y la empujó con la cadera para que el contacto
fuera total.
En un rincón de su cerebro, (_Tn) oyó el sonido de la puerta al
cerrarse, pero sus labios seguían irremediablemente pegados a los de
Nick .
Estaban a solas. Sin cámaras, sin ojos que los observaran.
El dulce consuelo de su boca abandonó los labios de (_Tn) para
posarse en su sien. Ella gimió al darse cuenta de que el momento se había
esfumado. Nick mantuvo los brazos alrededor de ella, firme en el abrazo.
La realidad fue colándose gota a gota en el presente, mientras ambos
luchaban por encontrar el valor necesario para controlarse.
No debería sentirse tan a gusto entre sus brazos, se dijo (_Tn) .
¿Cómo iba a mantenerse alejada de su cama si insistían en jugar a la ruleta
rusa? Intentó apartarse pero Nick no la soltaba.
—Dame un minuto —le susurró al oído, con la voz grave de puro
deseo.
(_Tn) se apoyó en él y apartó los brazos de sus hombros.
Permanecieron inmóviles durante varios minutos, en silencio. Nick le
acarició la espalda con movimientos lentos y acompasados.
—¿No deberíamos abrir el agua de la ducha? —preguntó finalmente
(_Tn) , que no estaba muy segura de que Nick llegara a soltarla.
Él la miró a los ojos y arqueó las cejas.
—¿Eso es una invitación?
—Para la cámara —respondió ella apresuradamente.
¿Era decepción eso que acababa de ver brillando en sus ojos?
—Cierto. —Nick sacudió la cabeza y se liberó de los brazos de
(_Tn) . La temperatura de la habitación descendió rápidamente.
Apenas había espacio para los dos en aquel minúsculo lavabo, así que
(_Tn) decidió no moverse de donde estaba y observó a Nick mientras
este abría el grifo de la ducha. Una vez abierto, se dio la vuelta, apoyó la
espalda contra la puerta e intentó sonreír, pero sus ojos no sonreían.
—Esto es una locura, ¿no crees? —le preguntó ella, desesperada por
saber cuáles eran sus pensamientos .
Él se pasó una mano por el pelo, un gesto que (_Tn) empezaba a
reconocer como un signo de estrés.
—Lo que es una locura es cuánto te deseo y cuánto esfuerzo invertimos
en convencer a la gente de que nos acostamos cuando no lo hacemos.
(_Tn) intentó sonreír para quitarle hierro al asunto.
—Si lo dices así, parece hasta que estemos un poco locos.
El vapor de la ducha empezaba a llenar el lavabo. Por primera vez
desde el día en que se habían conocido, un silencio tan ancho como el
Gran Cañón se interponía entre ellos.
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo Seis
(Segunda Parte)
—¿Cuánto tiempo deberíamos quedarnos aquí dentro?
Nick miró hacia el teléfono de la ducha como si allí pudiera encontrar
la respuesta.
—Bueno, si estuviera ahí dentro haciéndote el amor, dedicaría un buen
rato a aprender cada centímetro de tu cuerpo.
(_Tn) se mordió el labio e imaginó los de Nick dibujando senderos
húmedos en su piel, presionándola.
—Si sigues hablando así, acabaremos teniendo problemas.
—Recuérdame por qué estamos aquí sentados, dejando que el agua
caliente se pierda por el sumidero.
Ojalá lo supiera. Ah, sí. Estaban casados, pero la intimidad no entraba
en sus planes.
—Porque los dos somos mercenarios y dormir juntos no forma parte
del plan general. Si actuamos impulsivamente podríamos arruinarlo todo.
—Las palabras tenían sentido, pero su corazón se negaba a escuchar. La
estancia estaba llena de vapor y la ropa empezaba a pegársele al cuerpo.
—Podemos cambiar los planes —sugirió Nick .
Su cuerpo reaccionó ante aquella posibilidad.
—¿Estás sugiriendo una aventura de un año? —¿Sería capaz de algo
así?
Esta vez la sonrisa se extendió por su cara y le iluminó la mirada.
—Somos adultos con una atracción más que evidente.
Lo cual todavía la tenía alucinada. ¿Qué veía Nick en ella? Comparada
con Vanessa o con Jackie —«perdón, Jacqueline»—, (_Tn) era un
patito negro en un lago lleno de cisnes blancos. Quizá Nick se había dado
cuenta de que estar casado durante un año entero iba a suponer un serio
inconveniente para su vida sexual.
—Nunca me he embarcado en una aventura con una fecha de
caducidad en mente.
—Yo tampoco. —Mientras hablaba, se acercó a ella y puso las manos
sobre el lavabo, una a cada lado de (_Tn) .
—¡Cierto! Entonces ¿por qué tus relaciones nunca duran más de entre
seis y nueve meses?
—Casualidad.
—Mentiroso.
Nick abrió bien los ojos, fingiéndose horrorizado.
—Me ofendes.
—Algo me dice que se necesita más que eso para ofenderte.
Él deslizó un dedo desde la barbilla de (_Tn) hasta su labio inferior.
—Me conoces tan bien. Somos muy parecidos, (_Tn) . ¿Qué tendría
de malo una relación física satisfactoria con un principio y un final
predeterminados?
Se acercó todavía más a ella y sus ojos se detuvieron en los labios. La
atracción innegable que sentía por él le impedía pensar claramente. Y eso
era un problema. El sexo le nublaba la mente como el vapor que llenaba el
lavabo. Se había casado con él por dinero, de acuerdo, pero ¿sería capaz
de mantener el corazón al margen si empezaban a acostarse juntos?
—¿Siempre eres tan convincente cuando haces negocios?
—¿Te estoy convenciendo? —Sus manos encontraron la cintura de
(_Tn) y sus dedos se hundieron en la carne.
—Preguntarme en este estado no es justo. Lo sabes, ¿verdad?
La otra mano de Nick se posó sobre su muslo e inició una lenta
ascensión.
—No suelo jugar limpio. Y tampoco juego si no estoy seguro de ganar.
Era una advertencia, un aviso que ella haría bien en escuchar.
De mala gana, (_Tn) detuvo la mano que subía por su muslo.
—Pensaré en ello —le dijo, porque decir no le habría resultado
imposible y decir sí habría sido una temeridad.
Una sonrisa de agradecimiento iluminó el rostro de Nick .
—Tomo nota.
(_Tn) lo apartó con las manos, saltó al suelo de un brinco y empezó
a quitarse la camisa por la cabeza.
—¿Ya te lo has pensado?
Ella puso los ojos en blanco y tiró la prenda al suelo. Debajo llevaba un
sujetador de encaje rosa.
—Dame tu camisa —le ordenó.
—¿Qué? —Nick no apartaba los ojos de sus pechos. «Los hombres
son tan simples.» Bastaba con un par de tetas para dejarlos sin habla.
—Tu camisa.
Él parpadeó una, dos, tres veces, y luego desabrochó los botones de la
camisa blanca que llevaba, dejando al descubierto un pecho puramente
masculino.
(_Tn) apartó la mirada, rodeó a Nick y corrió la cortina de la
ducha. El agua se había enfriado mientras hablaban, lo cual le vino bien.
Manteniendo el resto del cuerpo fuera del agua, metió la cabeza bajo el
chorro para mojarse el pelo, temblando al sentir el contacto con el agua
fría.
—¿Qué estás haciendo?
El pobre Nick no entendía nada. La certeza de haberlo sumido en un
estado de semiconfusión le produjo un placer que solo una mujer podía
comprender.
—Es una lástima que te lo hayas perdido, pero por si no lo recuerdas
acabamos de hacer el amor en la ducha. Nos descubriríamos si saliésemos
de aquí totalmente secos. —Sus ojos se pasearon por el cuerpo de Nick
hasta detenerse en la evidente erección que se escondía bajo sus
pantalones—. Eso y... algún que otro detalle.
Nick miró hacia abajo y gruñó.
(_Tn) se puso la camisa de Nick . Tras abrochar los botones, se
quitó el sujetador con cuidado y luego se agachó para quitarse también los
vaqueros. Acto seguido, se incorporó, y la mirada de deseo que vio en los
ojos de Nick le pareció tan intensa que se sintió mal por él. El agua fría
que le goteaba del pelo y se deslizaba por la espalda era la ayuda perfecta
para mantener a raya la libido.
—Eres mala. —Las palabras de Nick le arrancaron una carcajada.
Él intentó cogerla, pero (_Tn) esquivó el envite y consiguió
apartarse. Nick dejó caer las manos a ambos lados de su cuerpo.
—Date una ducha fría, Nick . Ya te he dicho que me lo pensaría.
—Podría desnudarme y pensar en ello los dos juntos.
Ella se rió.
—Aunque accediera a tu propuesta, por absurda que sea, no sería
ahora... No con una cámara en la habitación de al lado.
Nick se frotó las mejillas con las manos.
—Pero la idea es convencer a quien esté vigilándote de que lo hemos
hecho. ¿Por qué no...?
—No va a pasar —lo interrumpió (_Tn) —. Date una ducha fría.
Vestida únicamente con unas braguitas y la camisa de Nick , (_Tn)
salió del lavabo y sonrió mientras seguía empaquetando sus cosas.
Empaquetaron lo básico, sobre todo ropa y objetos personales que
(_Tn) necesitaría todos los días. Luego Nick sugirió la posibilidad de
contratar un servicio de mudanzas para que se ocupara del resto. Lo hizo
frente a la cámara de la sala de estar. Con un poco de suerte, quienquiera
que hubiese instalado las cámaras intentaría llevárselas antes de que los de
las mudanzas pudieran encontrarlas.
Neil ya había contratado a unos amigos suyos para que vigilaran la casa
y grabaran a todo el que entrara o saliera de ella con el fin de encontrar al
culpable y zanjar de una vez todo aquello.
De vuelta en la casa de Malibú, Nick informó a sus empleados de que
todo lo que necesitara (_Tn) debía ser convenientemente atendido
cuanto antes. Tenía el mismo poder sobre su casa que él mismo y
esperaba que la trataran como la duquesa que era. Para ella sería una
forma de acostumbrarse a lo que vendría más adelante.
—Hace mucho tiempo que no tengo servicio —le dijo (_Tn) cuando se
quedaron a solas.
—No puedo permitir que mi mujer se ocupe de las tareas de la casa. —
Estaba preparado para encontrar oposición, pero (_Tn) se limitó a
sonreír y no le llevó la contraria.
—Nunca me ha gustado fregar suelos, así que no esperes oír una sola
queja de mi boca.
A Nick le agradó aquella sinceridad tan descarada incluso sobre las
cosas más sencillas.
—De todas formas, no tendrás tiempo para eso —le dijo. Se sentaron
en la terraza de la casa para disfrutar de la puesta de sol sobre el Pacífico.
—¿Por qué lo dices?
—Necesito que te ocupes de tratar con los decoradores y con la gente
del catering para la recepción en Albany Hall.
—¿Quieres que organice una fiesta en un sitio en el que nunca he
estado, para gente que ni siquiera conozco?
Nick le dedicó una mirada de comprensión.
—Necesito que apruebes lo que ellos te propongan. Confío plenamente
en mi gente de allí, pero quiero que, cuando lleguemos, estén preparados
para preguntarte sobre este tipo de cosas. Es mejor que establezcamos esa
relación cuanto antes.
(_Tn) estiró las piernas sobre la hamaca y las cubrió con una manta.
—¿Es la primera fiesta que organizas en tu casa?
—No.
—Entonces, hasta ahora ¿quién las organizaba? No te veo ocupándote
tú mismo.
Nick no podía negar que su mujer tenía una mente brillante.
—Casi siempre se ocupaba mi madre. —Y querría seguir ocupándose
de organizarlo todo en el hogar ancestral de la familia, pero Nick quería
que (_Tn) tuviese voz y voto desde el primer momento.
La curiosidad de (_Tn) no tardó en volver a manifestarse en forma de
más preguntas.
—¿Dónde vive tu madre?
—En Albany Hall.
—¿Vive en tu casa? —preguntó (_Tn) , sinceramente sorprendida.
Nick se preguntó cuánto debería explicar, cuántas verdades podía
confiarle a su esposa. Empezó con las cosas que (_Tn) podía
averiguar fácilmente por sí misma si se molestaba en investigar.
—Mi madre fue duquesa de Albany mientras estuvo casada con mi
padre. Tras su muerte, ella conservó el título hasta que me casé contigo.
—Vaya, eso es lo que yo llamo una brecha entre una madre y su nuera.
Es imposible que salga algo bueno de esto.
Nick se volvió para mirar a su esposa.
—Es lo normal. Ella sabía que tarde o temprano llegaría este día. Estoy
seguro de que, tras la lectura del testamento de mi padre, fue consciente
de que yo haría lo que estuviera en mi mano para asegurarme la herencia
que me corresponde.
—¿Estáis muy unidos?
—Nos llevamos bien.
—Eso no suena muy prometedor.
De pronto, el aire a su alrededor parecía más frío. Hubo una época en
que su madre y él estaban más unidos. Cuando su objetivo común era
odiar a su padre.
—No tienes por qué preocuparte por ella.
(_Tn) escuchó con atención antes de procesar la información.
—Pero hay alguien de quien sí debo preocuparme, ¿verdad?
Nick hubiese querido mentir, pero no podía. Con (_Tn) , las mentiras
piadosas no lo parecían tanto y amenazaban con acabar interponiéndose
entre ellos.
—Mi primo. Está en la breve lista de personas que podrían haber
instalado las cámaras en tu casa.
—¿Me tomas el pelo?
—Ojalá. Howard heredaría una suma considerable si nuestro
matrimonio fracasara.
—Imagino que no sois muy amigos.
—Decir que casi no toleramos la presencia del otro se acerca más a la
realidad. Se queda en Albany siempre que puede. Mi madre es demasiado
educada para pedirle que se vaya.
—¿Por qué no lo haces tú?
—No paso allí el tiempo suficiente como para que me importe. A partir
de ahora, eso cambiará.
—¿Cómo? —preguntó (_Tn) .
—Mi madre tiene derecho a vivir en la casa hasta que la propiedad pase
a mi nombre el año que viene. Se supone que cuando me case, mi esposa
asumirá las obligaciones como duquesa y mi madre se mudará a una casa
más pequeña dentro de la misma propiedad. —No esperaba que (_Tn)
recibiera toda aquella información y la comprendiera inmediatamente,
pero quería que estuviera familiarizada con lo más importante antes de
partir hacia Europa.
—Creo que no me he informado lo suficiente sobre el hogar de tu
familia. Di por sentado que Albany Hall era el nombre de una mansión.
Los británicos utilizáis esa clase de expresiones para que las cosas suenen
más grandilocuentes de lo que realmente son. —(_Tn) jugueteaba con
un mechón de su pelo mientras hablaba, y sus ojos se escapaban una y
otra vez hacia el mar.
—Cuando veas Albany Hall, comprenderás mi reticencia a la hora de
escoger esposa.
—Mmm, ¿sabes? Hay algo que no he dejado de preguntarme desde que
nos conocimos.
—¿De qué se trata?
—¿Por qué no tienes acento británico? Creciste allí, ¿verdad?
Su cabeza se llenó de recuerdos de su padre regañándole por no hablar
correctamente. Nick había hecho todo lo que estaba en su mano para
llevarle la contraria, hasta el punto de adoptar el acento americano en
lugar de la flema de su majestad la reina de Inglaterra.
—Cuando iba al internado, pasaba los veranos en Albany. Mi madre
nos traía a mi hermana y a mí a Estados Unidos siempre que tenía ocasión.
Me empapé de la cultura americana. —Nick divisó un banco de niebla
que se acercaba lentamente y dejó que sus pensamientos flotaran con ella
—. Me rebelé contra mi padre a muchos niveles.
—¿Crees que ese enfrentamiento entre los dos le llevó a ponerte trabas
a la hora de recibir tu herencia?
Nick asintió con la cabeza.
—Mi padre siempre tenía que decir la última palabra. Incluso muerto.
—¿Tan horrible era como persona?
—Mi padre era el típico noble británico. Tenía los bolsillos llenos de
dinero con solera, lo cual le confería el derecho a comportarse como un
imbécil arrogante. Se casó con mi madre sabiendo que le sería infiel. —
Aún recordaba la primera vez que había visto llorar a su madre por una de
sus infidelidades. Una revista británica había publicado en portada una
serie de imágenes de su padre con una mujer diez años más joven que él
cogida del brazo. Fue entonces cuando los viajes a Estados Unidos
empezaron a moldear la vida de Nick —. Se creía con el derecho a
pisotear a la gente.
—¿Por qué no lo abandonó tu madre?
La dulzura que transmitía la voz de (_Tn) distrajo la atención de
Nick , hasta entonces concentrada en el mar. Lo miraba con aquellos
hermosos ojos verdes levemente entornados, como una intrusa intentando
evitar ser detectada.
—No lo sé. Seguramente por dinero. Nunca hablaron de divorcio. Casi
siempre vivían vidas separadas. Tras el nacimiento de mi hermana,
dejaron de dormir en la misma habitación.
—Entonces, ¿fue el odio por ver cómo trataba a tu madre lo que os
distanció?
¿Realmente odiaba a su padre? Nick nunca había utilizado una palabra
tan dura para describir sus emociones. No le gustaba cómo era, de eso no
cabía duda.
—Mi padre quería que fuera como él. «Ve a la universidad, fórjate una
educación, pero no creas que vas a trabajar más de un día a la semana» —
respondió Nick , imitando el acento de su padre.
Los labios de (_Tn) dibujaron una sonrisa triste.
—Así que te rebelaste para amasar tu propia fortuna.
Nick se incorporó en su silla.
—Invertí mi asignación en acciones de la empresa de transportes de la
que ahora soy propietario. Cuando llevaba media carrera, gané mi primer
millón. Mi padre se puso furioso.
—Quería controlarte —intervino (_Tn) —. Y no podría hacerlo si te
convertías en un hombre hecho a sí mismo.
Nick miró a su esposa y experimentó una sensación de orgullo
desmedido hacia ella. No recordaba a nadie zambulléndose de aquella
manera en su pasado y llegando a las conclusiones correctas. (_Tn)
prestaba atención y además escuchaba todo lo que él decía.
—Exacto.
—Entonces, ¿por qué trabajar tan duro para luego quedarte con su
dinero? Tampoco es que lo necesites.
—Consideré la posibilidad de alejarme. Pero mi hermana, que solo
conoce el estilo de vida en el que fuimos criados, y mi madre no merecen
ver cómo sus vidas se hacen trizas. Por no decir, claro está, que estamos
hablando de una cantidad ingente de dinero. —Nick se rió con la
intención de dejar atrás la oscura senda de la memoria.
(_Tn) permaneció en silencio unos minutos mientras procesaba la
información. Los últimos rayos de sol arrancaban destellos de la
superficie del mar.
—¿Sabes qué, Nick ? —le preguntó, apartando la mirada de él para
admirar la puesta de sol.
—¿Qué?
—Empiezo a creer que eres más mártir que mercenario.
Nick soltó una carcajada, se inclinó hacia delante y la cogió de la
mano.
—Lo dice la mujer que se casó conmigo para asegurar los cuidados de
su hermana.
(_Tn) despertó de su ensimismamiento y le apretó los dedos.
—Oh, no. ¡Jordan! —exclamó, incorporándose de la cómoda posición
en la que estaba.
—¿Qué pasa?
—Es sábado. Me he olvidado de la visita semanal de mi hermana —
respondió, apartando la mano de la de él—. Tengo que irme.
—¿No es muy tarde ya?
(_Tn) le quitó importancia a la pregunta con un gesto de la mano.
—Claro que no —respondió, y de pronto le miró con una expresión
extraña en los ojos—. ¿Quieres venir conmigo? ¿Quieres ver adónde va a
parar todo tu dinero?
Nick tenía una docena de cosas pendientes, cosas que debería estar
haciendo en aquel preciso instante en lugar de perder la tarde hablando
del pasado con su esposa, pero no le apetecía ocuparse de ellas.
—Me encantaría conocer a tu hermana.
(Segunda Parte)
—¿Cuánto tiempo deberíamos quedarnos aquí dentro?
Nick miró hacia el teléfono de la ducha como si allí pudiera encontrar
la respuesta.
—Bueno, si estuviera ahí dentro haciéndote el amor, dedicaría un buen
rato a aprender cada centímetro de tu cuerpo.
(_Tn) se mordió el labio e imaginó los de Nick dibujando senderos
húmedos en su piel, presionándola.
—Si sigues hablando así, acabaremos teniendo problemas.
—Recuérdame por qué estamos aquí sentados, dejando que el agua
caliente se pierda por el sumidero.
Ojalá lo supiera. Ah, sí. Estaban casados, pero la intimidad no entraba
en sus planes.
—Porque los dos somos mercenarios y dormir juntos no forma parte
del plan general. Si actuamos impulsivamente podríamos arruinarlo todo.
—Las palabras tenían sentido, pero su corazón se negaba a escuchar. La
estancia estaba llena de vapor y la ropa empezaba a pegársele al cuerpo.
—Podemos cambiar los planes —sugirió Nick .
Su cuerpo reaccionó ante aquella posibilidad.
—¿Estás sugiriendo una aventura de un año? —¿Sería capaz de algo
así?
Esta vez la sonrisa se extendió por su cara y le iluminó la mirada.
—Somos adultos con una atracción más que evidente.
Lo cual todavía la tenía alucinada. ¿Qué veía Nick en ella? Comparada
con Vanessa o con Jackie —«perdón, Jacqueline»—, (_Tn) era un
patito negro en un lago lleno de cisnes blancos. Quizá Nick se había dado
cuenta de que estar casado durante un año entero iba a suponer un serio
inconveniente para su vida sexual.
—Nunca me he embarcado en una aventura con una fecha de
caducidad en mente.
—Yo tampoco. —Mientras hablaba, se acercó a ella y puso las manos
sobre el lavabo, una a cada lado de (_Tn) .
—¡Cierto! Entonces ¿por qué tus relaciones nunca duran más de entre
seis y nueve meses?
—Casualidad.
—Mentiroso.
Nick abrió bien los ojos, fingiéndose horrorizado.
—Me ofendes.
—Algo me dice que se necesita más que eso para ofenderte.
Él deslizó un dedo desde la barbilla de (_Tn) hasta su labio inferior.
—Me conoces tan bien. Somos muy parecidos, (_Tn) . ¿Qué tendría
de malo una relación física satisfactoria con un principio y un final
predeterminados?
Se acercó todavía más a ella y sus ojos se detuvieron en los labios. La
atracción innegable que sentía por él le impedía pensar claramente. Y eso
era un problema. El sexo le nublaba la mente como el vapor que llenaba el
lavabo. Se había casado con él por dinero, de acuerdo, pero ¿sería capaz
de mantener el corazón al margen si empezaban a acostarse juntos?
—¿Siempre eres tan convincente cuando haces negocios?
—¿Te estoy convenciendo? —Sus manos encontraron la cintura de
(_Tn) y sus dedos se hundieron en la carne.
—Preguntarme en este estado no es justo. Lo sabes, ¿verdad?
La otra mano de Nick se posó sobre su muslo e inició una lenta
ascensión.
—No suelo jugar limpio. Y tampoco juego si no estoy seguro de ganar.
Era una advertencia, un aviso que ella haría bien en escuchar.
De mala gana, (_Tn) detuvo la mano que subía por su muslo.
—Pensaré en ello —le dijo, porque decir no le habría resultado
imposible y decir sí habría sido una temeridad.
Una sonrisa de agradecimiento iluminó el rostro de Nick .
—Tomo nota.
(_Tn) lo apartó con las manos, saltó al suelo de un brinco y empezó
a quitarse la camisa por la cabeza.
—¿Ya te lo has pensado?
Ella puso los ojos en blanco y tiró la prenda al suelo. Debajo llevaba un
sujetador de encaje rosa.
—Dame tu camisa —le ordenó.
—¿Qué? —Nick no apartaba los ojos de sus pechos. «Los hombres
son tan simples.» Bastaba con un par de tetas para dejarlos sin habla.
—Tu camisa.
Él parpadeó una, dos, tres veces, y luego desabrochó los botones de la
camisa blanca que llevaba, dejando al descubierto un pecho puramente
masculino.
(_Tn) apartó la mirada, rodeó a Nick y corrió la cortina de la
ducha. El agua se había enfriado mientras hablaban, lo cual le vino bien.
Manteniendo el resto del cuerpo fuera del agua, metió la cabeza bajo el
chorro para mojarse el pelo, temblando al sentir el contacto con el agua
fría.
—¿Qué estás haciendo?
El pobre Nick no entendía nada. La certeza de haberlo sumido en un
estado de semiconfusión le produjo un placer que solo una mujer podía
comprender.
—Es una lástima que te lo hayas perdido, pero por si no lo recuerdas
acabamos de hacer el amor en la ducha. Nos descubriríamos si saliésemos
de aquí totalmente secos. —Sus ojos se pasearon por el cuerpo de Nick
hasta detenerse en la evidente erección que se escondía bajo sus
pantalones—. Eso y... algún que otro detalle.
Nick miró hacia abajo y gruñó.
(_Tn) se puso la camisa de Nick . Tras abrochar los botones, se
quitó el sujetador con cuidado y luego se agachó para quitarse también los
vaqueros. Acto seguido, se incorporó, y la mirada de deseo que vio en los
ojos de Nick le pareció tan intensa que se sintió mal por él. El agua fría
que le goteaba del pelo y se deslizaba por la espalda era la ayuda perfecta
para mantener a raya la libido.
—Eres mala. —Las palabras de Nick le arrancaron una carcajada.
Él intentó cogerla, pero (_Tn) esquivó el envite y consiguió
apartarse. Nick dejó caer las manos a ambos lados de su cuerpo.
—Date una ducha fría, Nick . Ya te he dicho que me lo pensaría.
—Podría desnudarme y pensar en ello los dos juntos.
Ella se rió.
—Aunque accediera a tu propuesta, por absurda que sea, no sería
ahora... No con una cámara en la habitación de al lado.
Nick se frotó las mejillas con las manos.
—Pero la idea es convencer a quien esté vigilándote de que lo hemos
hecho. ¿Por qué no...?
—No va a pasar —lo interrumpió (_Tn) —. Date una ducha fría.
Vestida únicamente con unas braguitas y la camisa de Nick , (_Tn)
salió del lavabo y sonrió mientras seguía empaquetando sus cosas.
Empaquetaron lo básico, sobre todo ropa y objetos personales que
(_Tn) necesitaría todos los días. Luego Nick sugirió la posibilidad de
contratar un servicio de mudanzas para que se ocupara del resto. Lo hizo
frente a la cámara de la sala de estar. Con un poco de suerte, quienquiera
que hubiese instalado las cámaras intentaría llevárselas antes de que los de
las mudanzas pudieran encontrarlas.
Neil ya había contratado a unos amigos suyos para que vigilaran la casa
y grabaran a todo el que entrara o saliera de ella con el fin de encontrar al
culpable y zanjar de una vez todo aquello.
De vuelta en la casa de Malibú, Nick informó a sus empleados de que
todo lo que necesitara (_Tn) debía ser convenientemente atendido
cuanto antes. Tenía el mismo poder sobre su casa que él mismo y
esperaba que la trataran como la duquesa que era. Para ella sería una
forma de acostumbrarse a lo que vendría más adelante.
—Hace mucho tiempo que no tengo servicio —le dijo (_Tn) cuando se
quedaron a solas.
—No puedo permitir que mi mujer se ocupe de las tareas de la casa. —
Estaba preparado para encontrar oposición, pero (_Tn) se limitó a
sonreír y no le llevó la contraria.
—Nunca me ha gustado fregar suelos, así que no esperes oír una sola
queja de mi boca.
A Nick le agradó aquella sinceridad tan descarada incluso sobre las
cosas más sencillas.
—De todas formas, no tendrás tiempo para eso —le dijo. Se sentaron
en la terraza de la casa para disfrutar de la puesta de sol sobre el Pacífico.
—¿Por qué lo dices?
—Necesito que te ocupes de tratar con los decoradores y con la gente
del catering para la recepción en Albany Hall.
—¿Quieres que organice una fiesta en un sitio en el que nunca he
estado, para gente que ni siquiera conozco?
Nick le dedicó una mirada de comprensión.
—Necesito que apruebes lo que ellos te propongan. Confío plenamente
en mi gente de allí, pero quiero que, cuando lleguemos, estén preparados
para preguntarte sobre este tipo de cosas. Es mejor que establezcamos esa
relación cuanto antes.
(_Tn) estiró las piernas sobre la hamaca y las cubrió con una manta.
—¿Es la primera fiesta que organizas en tu casa?
—No.
—Entonces, hasta ahora ¿quién las organizaba? No te veo ocupándote
tú mismo.
Nick no podía negar que su mujer tenía una mente brillante.
—Casi siempre se ocupaba mi madre. —Y querría seguir ocupándose
de organizarlo todo en el hogar ancestral de la familia, pero Nick quería
que (_Tn) tuviese voz y voto desde el primer momento.
La curiosidad de (_Tn) no tardó en volver a manifestarse en forma de
más preguntas.
—¿Dónde vive tu madre?
—En Albany Hall.
—¿Vive en tu casa? —preguntó (_Tn) , sinceramente sorprendida.
Nick se preguntó cuánto debería explicar, cuántas verdades podía
confiarle a su esposa. Empezó con las cosas que (_Tn) podía
averiguar fácilmente por sí misma si se molestaba en investigar.
—Mi madre fue duquesa de Albany mientras estuvo casada con mi
padre. Tras su muerte, ella conservó el título hasta que me casé contigo.
—Vaya, eso es lo que yo llamo una brecha entre una madre y su nuera.
Es imposible que salga algo bueno de esto.
Nick se volvió para mirar a su esposa.
—Es lo normal. Ella sabía que tarde o temprano llegaría este día. Estoy
seguro de que, tras la lectura del testamento de mi padre, fue consciente
de que yo haría lo que estuviera en mi mano para asegurarme la herencia
que me corresponde.
—¿Estáis muy unidos?
—Nos llevamos bien.
—Eso no suena muy prometedor.
De pronto, el aire a su alrededor parecía más frío. Hubo una época en
que su madre y él estaban más unidos. Cuando su objetivo común era
odiar a su padre.
—No tienes por qué preocuparte por ella.
(_Tn) escuchó con atención antes de procesar la información.
—Pero hay alguien de quien sí debo preocuparme, ¿verdad?
Nick hubiese querido mentir, pero no podía. Con (_Tn) , las mentiras
piadosas no lo parecían tanto y amenazaban con acabar interponiéndose
entre ellos.
—Mi primo. Está en la breve lista de personas que podrían haber
instalado las cámaras en tu casa.
—¿Me tomas el pelo?
—Ojalá. Howard heredaría una suma considerable si nuestro
matrimonio fracasara.
—Imagino que no sois muy amigos.
—Decir que casi no toleramos la presencia del otro se acerca más a la
realidad. Se queda en Albany siempre que puede. Mi madre es demasiado
educada para pedirle que se vaya.
—¿Por qué no lo haces tú?
—No paso allí el tiempo suficiente como para que me importe. A partir
de ahora, eso cambiará.
—¿Cómo? —preguntó (_Tn) .
—Mi madre tiene derecho a vivir en la casa hasta que la propiedad pase
a mi nombre el año que viene. Se supone que cuando me case, mi esposa
asumirá las obligaciones como duquesa y mi madre se mudará a una casa
más pequeña dentro de la misma propiedad. —No esperaba que (_Tn)
recibiera toda aquella información y la comprendiera inmediatamente,
pero quería que estuviera familiarizada con lo más importante antes de
partir hacia Europa.
—Creo que no me he informado lo suficiente sobre el hogar de tu
familia. Di por sentado que Albany Hall era el nombre de una mansión.
Los británicos utilizáis esa clase de expresiones para que las cosas suenen
más grandilocuentes de lo que realmente son. —(_Tn) jugueteaba con
un mechón de su pelo mientras hablaba, y sus ojos se escapaban una y
otra vez hacia el mar.
—Cuando veas Albany Hall, comprenderás mi reticencia a la hora de
escoger esposa.
—Mmm, ¿sabes? Hay algo que no he dejado de preguntarme desde que
nos conocimos.
—¿De qué se trata?
—¿Por qué no tienes acento británico? Creciste allí, ¿verdad?
Su cabeza se llenó de recuerdos de su padre regañándole por no hablar
correctamente. Nick había hecho todo lo que estaba en su mano para
llevarle la contraria, hasta el punto de adoptar el acento americano en
lugar de la flema de su majestad la reina de Inglaterra.
—Cuando iba al internado, pasaba los veranos en Albany. Mi madre
nos traía a mi hermana y a mí a Estados Unidos siempre que tenía ocasión.
Me empapé de la cultura americana. —Nick divisó un banco de niebla
que se acercaba lentamente y dejó que sus pensamientos flotaran con ella
—. Me rebelé contra mi padre a muchos niveles.
—¿Crees que ese enfrentamiento entre los dos le llevó a ponerte trabas
a la hora de recibir tu herencia?
Nick asintió con la cabeza.
—Mi padre siempre tenía que decir la última palabra. Incluso muerto.
—¿Tan horrible era como persona?
—Mi padre era el típico noble británico. Tenía los bolsillos llenos de
dinero con solera, lo cual le confería el derecho a comportarse como un
imbécil arrogante. Se casó con mi madre sabiendo que le sería infiel. —
Aún recordaba la primera vez que había visto llorar a su madre por una de
sus infidelidades. Una revista británica había publicado en portada una
serie de imágenes de su padre con una mujer diez años más joven que él
cogida del brazo. Fue entonces cuando los viajes a Estados Unidos
empezaron a moldear la vida de Nick —. Se creía con el derecho a
pisotear a la gente.
—¿Por qué no lo abandonó tu madre?
La dulzura que transmitía la voz de (_Tn) distrajo la atención de
Nick , hasta entonces concentrada en el mar. Lo miraba con aquellos
hermosos ojos verdes levemente entornados, como una intrusa intentando
evitar ser detectada.
—No lo sé. Seguramente por dinero. Nunca hablaron de divorcio. Casi
siempre vivían vidas separadas. Tras el nacimiento de mi hermana,
dejaron de dormir en la misma habitación.
—Entonces, ¿fue el odio por ver cómo trataba a tu madre lo que os
distanció?
¿Realmente odiaba a su padre? Nick nunca había utilizado una palabra
tan dura para describir sus emociones. No le gustaba cómo era, de eso no
cabía duda.
—Mi padre quería que fuera como él. «Ve a la universidad, fórjate una
educación, pero no creas que vas a trabajar más de un día a la semana» —
respondió Nick , imitando el acento de su padre.
Los labios de (_Tn) dibujaron una sonrisa triste.
—Así que te rebelaste para amasar tu propia fortuna.
Nick se incorporó en su silla.
—Invertí mi asignación en acciones de la empresa de transportes de la
que ahora soy propietario. Cuando llevaba media carrera, gané mi primer
millón. Mi padre se puso furioso.
—Quería controlarte —intervino (_Tn) —. Y no podría hacerlo si te
convertías en un hombre hecho a sí mismo.
Nick miró a su esposa y experimentó una sensación de orgullo
desmedido hacia ella. No recordaba a nadie zambulléndose de aquella
manera en su pasado y llegando a las conclusiones correctas. (_Tn)
prestaba atención y además escuchaba todo lo que él decía.
—Exacto.
—Entonces, ¿por qué trabajar tan duro para luego quedarte con su
dinero? Tampoco es que lo necesites.
—Consideré la posibilidad de alejarme. Pero mi hermana, que solo
conoce el estilo de vida en el que fuimos criados, y mi madre no merecen
ver cómo sus vidas se hacen trizas. Por no decir, claro está, que estamos
hablando de una cantidad ingente de dinero. —Nick se rió con la
intención de dejar atrás la oscura senda de la memoria.
(_Tn) permaneció en silencio unos minutos mientras procesaba la
información. Los últimos rayos de sol arrancaban destellos de la
superficie del mar.
—¿Sabes qué, Nick ? —le preguntó, apartando la mirada de él para
admirar la puesta de sol.
—¿Qué?
—Empiezo a creer que eres más mártir que mercenario.
Nick soltó una carcajada, se inclinó hacia delante y la cogió de la
mano.
—Lo dice la mujer que se casó conmigo para asegurar los cuidados de
su hermana.
(_Tn) despertó de su ensimismamiento y le apretó los dedos.
—Oh, no. ¡Jordan! —exclamó, incorporándose de la cómoda posición
en la que estaba.
—¿Qué pasa?
—Es sábado. Me he olvidado de la visita semanal de mi hermana —
respondió, apartando la mano de la de él—. Tengo que irme.
—¿No es muy tarde ya?
(_Tn) le quitó importancia a la pregunta con un gesto de la mano.
—Claro que no —respondió, y de pronto le miró con una expresión
extraña en los ojos—. ¿Quieres venir conmigo? ¿Quieres ver adónde va a
parar todo tu dinero?
Nick tenía una docena de cosas pendientes, cosas que debería estar
haciendo en aquel preciso instante en lugar de perder la tarde hablando
del pasado con su esposa, pero no le apetecía ocuparse de ellas.
—Me encantaría conocer a tu hermana.
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
mis corazones de melones como estan espero q super feliz xq coloque capitulos xD
bueno pronto colocare un maratón de 3 capitulos okis
gracias x los comentarios y bueno espero leerlas de nuevo muy pronto se les quiere se me portan mal vale :xd:
bueno pronto colocare un maratón de 3 capitulos okis
gracias x los comentarios y bueno espero leerlas de nuevo muy pronto se les quiere se me portan mal vale :xd:
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
woooo siiii espero el maraton y estuvo super fabulosa woooo nick se quedo con las ganas pero creo que ya se esta interesando en la rayita jajaj SIGUELA okas XOXO
Sam
Página 8 de 29. • 1 ... 5 ... 7, 8, 9 ... 18 ... 29
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