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JOE joe y tu TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: JOE joe y tu TERMINADA
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Cornucopia de Placeres Femeninos
Martes por la tarde, me encontraba en la sala de archivos en el trabajo cuando mi brutal, teléfono del espacio sonó y vi que la pantalla decía: Joe.
Él había llamado el día anterior (obviamente tenía mi número ya que compró mi teléfono). Lo programé después de que llamó, y él lo había hecho tarde, diez y media. Yo ya estaba en la cama leyendo o intentando leer y tratando de no estar decepcionada de que él no hubiera llamado, o, alternativamente, enojada de que no lo hubiera hecho. Contesté pensando que no debería ya que parecía que él estaba jugando conmigo porque me imaginé que el llamo tan tarde porque él estaba, bueno, jugando conmigo.
Pero él no lo estaba. Lo supe instantáneamente cuando escuché el sonido del club en el fondo tan alto que apenas podía escucharlo. Y sus primeras palabras fueron una descripción breve pero concisa del hecho de que él había tenido “mierda viniendo todo el día” y tenía poco tiempo para hablar en ese momento pero quería “conectar” conmigo. El factor gruñón de su voz estaba en los niveles superiores de mi limitada experiencia así que sabía que esto era frustrante como el hecho de nuestra conversación actual tenía que ser corta, apresurada y, por su parte, gruñida en voz muy alta.
Ahora era una hora y media hasta la hora de salida, ni siquiera veinticuatro horas desde su última llamada que, en el Manual del Jugador Imbécil obtuvo penas severas a menos que no fueras un Jugador Imbécil.
Tomé la llamada, lo puse en mi oído y dije suavemente:
-Oye.
-Oye, nena, .él dijo suavemente de regreso y ese hormigueo golpeó mi espalda y se extendió hacia el norte de nuevo. Luego se detuvo cuando el preguntó bizarramente-: ¿Quién es Dick?
-¿Perdón?
-Dick. ¿Quién es el?
-Uh… -murmuré, tirada por una pregunta que no entendía y que por lo tanto no sabía la respuesta.
-Vecino, nena, -aclaró.
-Oh, -se hizo la luz, -Dick.
-Si. Dick. ¿Quién es el?
De repente me pareció que nuestra conversación no era solo extraña pero divertida.
No compartí eso. Yo solo pregunté:
-¿Cómo conoces a Dick?
-No conozco a Dick pero eso no es sobre lo que estamos hablando, Estamos hablando sobre como tú lo haces.
-Es mi vecino. Vive al otro lado del pasillo de mí, -le expliqué.
-¿Un amigo?
¿De qué se trata esto?
-Uh… no. Y ahora sé que tú no conoces a Dick porque si lo hicieras, no preguntarías eso. Ahora, ¿por qué estas preguntando acerca de Dick?
-Mandé una mierda (cosa) a tu casa. La última vez con el teléfono, envié a Kathleen. Ella entiende porque va pero ella tiene tantas cosas pasando, que a veces ella no presta atención a la mierda de afuera. Ella dijo que el sistema de llamadas fue reactivado y que ella solo siguió golpeando los botones del directorio hasta que alguien contestó y aceptó la entrega. Como estaba ocupada, no presto mucha atención a quién lo acepto. El chico que envié con la mierda hoy hizo lo mismo pero él es un chico y para ciertas cosas, los chicos se desocupan. Consiguió a Dick así que él se desocupó viendo que no le gustaba Dick. A él tampoco le gusto lo emocionado que Dick se puso sobre aceptar una entrega para ti. Por suerte, un tipo llamado Charlie apareció cuando mi chico se estaba familiarizando con Dick, dijo que era el tipo de mantenimiento, tenía una clave de acceso y pondría la mierda en tu lugar. Le dijo a Dick que se largara y después de que Dick se fue, Charlie le dijo a mi chico que si él tenía más cosas para ti que él no debería, bajo ninguna circunstancia, dárselas a Dick. Luego le dio sus datos de contacto así como una lista de personas en tu edificio en la que el debería confiar para tomar entregas. Mi chico me reporto esto a mi así que me gustaría saber acerca de Dick.
Dios, amaba a Charlie.
Y también me pregunté: ¿que mierda me estaba enviando Joe?
Me lo pregunté demasiado, claramente, y lo supe cuando la voz de Joe vino a mí con impaciencia:
-_____________________. Infórmame de Dick.
-Dick es esa carga que cada chica solera que vive sola en un ligeramente sórdido complejo de apartamentos padece. Es el espeluznante, vecino fuera de forma que vive al otro lado del camino.
-¿Él te hace sentir incomoda?
-Uh… sí. Es Dick.”
-Entonces es tiempo de que Dick se mude
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Mi cuerpo se quedó completamente inmóvil pero de alguna manera me las arreglé para conseguir que mi boca forzara un:
-¿Qué?
-Es tiempo… Dick… se mude.
Su voz suave y profunda no era firme.
Era acero.
-Joe –- Susurré.
Joe me cortó.
-Voy a enviar a un chico hoy para que comparta con Dick sus nuevos planes de reubicación. También voy a llamarte más tarde. ¿Cuándo se va tu último cliente?-
Parpadeé repetidamente al ato, cuadrado mostrador donde hice mi catalogación y no hablé.
-_____________________, nena, alguien me necesita. ¿Cuándo se va tu último cliente?
-Nueve, ella no se siente habladora,- dije con voz entrecortada. -Nueve y media regularmente después de que ella comparte una copa de vino conmigo.-
-Te llamaré después de las nueve y media. Hasta luego, nena.
Luego se había ido.
Dejé caer mi mano con el teléfono en el mostrador al que seguía mirando.
Dick tenía planes de reubicación porque a Joe no le gustaba que viviera al otro lado del pasillo de alguien espeluznante.
-Mierda,- Susurré.
-¿Qué?- Beth, una de las chicas de recepción preguntó, entrando.
La miré y susurre.
-Nada.-
Me miró fijamente y luego se movió hacia mí y me miró más de cerca.
-Por dios, _____________________. ¿Está todo bien?
Y para que, en la agonía de una locura temporal comprensible, espeté:
-Tengo un nuevo novio. Es asombroso. Protector. Y da miedo. Y el regularmente me asusta al ser todos a la vez.
Su rostro se extendió en una sonrisa enorme.
-¿Tienes un nuevo novio?
-Un nuevo novio que es asombroso, protector y que da miedo. Sobre todo lo último una gran parte del tiempo.
-Genial,- ella dijo como si no me escuchó, o, debería decir, ella me escuchó selectivamente.
-Beth, dije que el da miedo- le recordé.
-Amiga,- ella dijo, moviendo su mano en el aire, -cuenta tus bendiciones. Cualquier tipo enganchándose a ti tiene que tener más que su parte justa de miedo. Él no lo hace, el nuevo tipo que da miedo, asombroso, protector va a robarte nada más, sacarlo de debajo de su nariz. Así que, mi consejo, monta el asombroso y protector e ignora al que da miedo.- Sus ojos se estrecharon. -A menos que… ¿él te hace cagarte del miedo?
Decidí dejas de compartir y empezar a mentir.
-No.
Su sonrisa regresó.
-Muy bien. Dile que tiene que venir y llevarte a almorzar. Avísame. De esa manera, puedo reunir a todas las chicas en la recepción para darle un once-over y cuando vuelvas, entregaremos nuestro veredicto.
Desafortunadamente, mi boca decidió empezar a compartir de nuevo por lo que dijo:
-Él es puro, crudo, belleza agresiva masculina de la cabeza a los pies.
Ella parpadeó. Luego sonrió con esa sonrisa enorme de nuevo.
Luego anunció:
-No estoy sorprendida. Y ahora, sabiendo eso, está atrasado mejor que el este aquí pronto así que es mejor que tu subas a eso ya que estoy saliendo, pasando este jugoso bocado alrededor, la presión de grupo está a punto se ir a lo extremo.
Yo y mi gran boca.
Beth dejó algunos papeles en mi bandeja con una despedida de:
-Hasta más tarde, preciosa.
Luego se apresuró a salir para compartir el jugoso bocado que yo le ofrecí muy, muy estúpidamente.
Miré los papeles pensando que la presentación se estaba haciendo vieja. Era aburrido. Era sin sentido. Y nunca se acababa.
Luego pensé acerca de lo lindo que sería vivir sin el constante posible desasosiego de encontrarse con Dick en algún lugar del edificio y tener que encontrar una forma educada de salir de su presencia.
Luego me pregunte como el -chico- de Joe convencería a Dick de irse.
Entonces decidí no pensar acerca de eso.
Después de que lo hice, me preguntaba acerca de mi misma que no iba a pensar en eso cuando sabía que debía hacerlo. Y no solo eso, debería preguntarme acerca de un hombre que podría y haría las cosas que Joe claramente no tenía ningún problema en hacer.
Entonces alguien más entro y dejó un montón de cosas en mi bandeja de entrada así que dejé de pensar acerca de todo eso ya que tenía que ponerme a trabajar.
* * * * *
Después del trabajo, lo hice con éxito a mi apartamento sin un encuentro con Dick. Esto no pasaba con frecuencia. Ni siquiera regularmente desde que Dick estaba dedicado a lo que fuera la mierda espeluznante que hiciera en su apartamento y menos dedicado a asustar a sus vecinos por acecho en los pasillos o asustando a la población general de Denver al unirse a sus números. Pero aun así, me considere con suerte y de nuevo enterré el impulso de dar vueltas en mi cabeza el hecho de que mi nuevo novio iba a sacarlo de mi vida. Cómo iba a hacer eso. Como era eso probablemente moralmente no aceptable. Y el hecho de que mi nuevo novio claramente era mi nuevo novio y él ni siquiera me había besado aún.
Todos estos pensamientos volaron de mi cabeza después de que cerré las tres (dos nuevas) cerraduras en mi puerta y me dirigí a mi apartamento en búsqueda de la -mierda- Charlie puso aquí que el chico de Joe entregó.
Entonces me congelé a medida que llegué a la par de mi sofá y vi la gran cantidad de bolsas brillantes en él.
Dicho sea, mi sofá era asombroso. Era estampado de flores, femenino pero era un estampado genial y ya que era la única cosa en la habitación que estaba florido, funcionaba (aunque el resto era bastante femenino). Como es costumbre, lo compré en una venta y como tenía un pequeño rasgón en uno de los cojines, el precio se redujo seriamente. Pero yo solo lo volteé y, ¡voilá! Sofá perfecto.
Y en ese momento, era aún más perfecto cuando vi los nombres en las bolsas que estaban en mi sofá.
-¿Qué?
-Es tiempo… Dick… se mude.
Su voz suave y profunda no era firme.
Era acero.
-Joe –- Susurré.
Joe me cortó.
-Voy a enviar a un chico hoy para que comparta con Dick sus nuevos planes de reubicación. También voy a llamarte más tarde. ¿Cuándo se va tu último cliente?-
Parpadeé repetidamente al ato, cuadrado mostrador donde hice mi catalogación y no hablé.
-_____________________, nena, alguien me necesita. ¿Cuándo se va tu último cliente?
-Nueve, ella no se siente habladora,- dije con voz entrecortada. -Nueve y media regularmente después de que ella comparte una copa de vino conmigo.-
-Te llamaré después de las nueve y media. Hasta luego, nena.
Luego se había ido.
Dejé caer mi mano con el teléfono en el mostrador al que seguía mirando.
Dick tenía planes de reubicación porque a Joe no le gustaba que viviera al otro lado del pasillo de alguien espeluznante.
-Mierda,- Susurré.
-¿Qué?- Beth, una de las chicas de recepción preguntó, entrando.
La miré y susurre.
-Nada.-
Me miró fijamente y luego se movió hacia mí y me miró más de cerca.
-Por dios, _____________________. ¿Está todo bien?
Y para que, en la agonía de una locura temporal comprensible, espeté:
-Tengo un nuevo novio. Es asombroso. Protector. Y da miedo. Y el regularmente me asusta al ser todos a la vez.
Su rostro se extendió en una sonrisa enorme.
-¿Tienes un nuevo novio?
-Un nuevo novio que es asombroso, protector y que da miedo. Sobre todo lo último una gran parte del tiempo.
-Genial,- ella dijo como si no me escuchó, o, debería decir, ella me escuchó selectivamente.
-Beth, dije que el da miedo- le recordé.
-Amiga,- ella dijo, moviendo su mano en el aire, -cuenta tus bendiciones. Cualquier tipo enganchándose a ti tiene que tener más que su parte justa de miedo. Él no lo hace, el nuevo tipo que da miedo, asombroso, protector va a robarte nada más, sacarlo de debajo de su nariz. Así que, mi consejo, monta el asombroso y protector e ignora al que da miedo.- Sus ojos se estrecharon. -A menos que… ¿él te hace cagarte del miedo?
Decidí dejas de compartir y empezar a mentir.
-No.
Su sonrisa regresó.
-Muy bien. Dile que tiene que venir y llevarte a almorzar. Avísame. De esa manera, puedo reunir a todas las chicas en la recepción para darle un once-over y cuando vuelvas, entregaremos nuestro veredicto.
Desafortunadamente, mi boca decidió empezar a compartir de nuevo por lo que dijo:
-Él es puro, crudo, belleza agresiva masculina de la cabeza a los pies.
Ella parpadeó. Luego sonrió con esa sonrisa enorme de nuevo.
Luego anunció:
-No estoy sorprendida. Y ahora, sabiendo eso, está atrasado mejor que el este aquí pronto así que es mejor que tu subas a eso ya que estoy saliendo, pasando este jugoso bocado alrededor, la presión de grupo está a punto se ir a lo extremo.
Yo y mi gran boca.
Beth dejó algunos papeles en mi bandeja con una despedida de:
-Hasta más tarde, preciosa.
Luego se apresuró a salir para compartir el jugoso bocado que yo le ofrecí muy, muy estúpidamente.
Miré los papeles pensando que la presentación se estaba haciendo vieja. Era aburrido. Era sin sentido. Y nunca se acababa.
Luego pensé acerca de lo lindo que sería vivir sin el constante posible desasosiego de encontrarse con Dick en algún lugar del edificio y tener que encontrar una forma educada de salir de su presencia.
Luego me pregunte como el -chico- de Joe convencería a Dick de irse.
Entonces decidí no pensar acerca de eso.
Después de que lo hice, me preguntaba acerca de mi misma que no iba a pensar en eso cuando sabía que debía hacerlo. Y no solo eso, debería preguntarme acerca de un hombre que podría y haría las cosas que Joe claramente no tenía ningún problema en hacer.
Entonces alguien más entro y dejó un montón de cosas en mi bandeja de entrada así que dejé de pensar acerca de todo eso ya que tenía que ponerme a trabajar.
* * * * *
Después del trabajo, lo hice con éxito a mi apartamento sin un encuentro con Dick. Esto no pasaba con frecuencia. Ni siquiera regularmente desde que Dick estaba dedicado a lo que fuera la mierda espeluznante que hiciera en su apartamento y menos dedicado a asustar a sus vecinos por acecho en los pasillos o asustando a la población general de Denver al unirse a sus números. Pero aun así, me considere con suerte y de nuevo enterré el impulso de dar vueltas en mi cabeza el hecho de que mi nuevo novio iba a sacarlo de mi vida. Cómo iba a hacer eso. Como era eso probablemente moralmente no aceptable. Y el hecho de que mi nuevo novio claramente era mi nuevo novio y él ni siquiera me había besado aún.
Todos estos pensamientos volaron de mi cabeza después de que cerré las tres (dos nuevas) cerraduras en mi puerta y me dirigí a mi apartamento en búsqueda de la -mierda- Charlie puso aquí que el chico de Joe entregó.
Entonces me congelé a medida que llegué a la par de mi sofá y vi la gran cantidad de bolsas brillantes en él.
Dicho sea, mi sofá era asombroso. Era estampado de flores, femenino pero era un estampado genial y ya que era la única cosa en la habitación que estaba florido, funcionaba (aunque el resto era bastante femenino). Como es costumbre, lo compré en una venta y como tenía un pequeño rasgón en uno de los cojines, el precio se redujo seriamente. Pero yo solo lo volteé y, ¡voilá! Sofá perfecto.
Y en ese momento, era aún más perfecto cuando vi los nombres en las bolsas que estaban en mi sofá.
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Entonces me empujé hacia el sillón, dejando caer mis llaves en mi de época, ovalada, blanca, impresionantemente astillada, peculiar mesa para el café (que si, era totalmente de niña) que compré por tres dólares en una venta de jardín y alcancé la primera bolsa.
Saqué un paquete envuelto expertamente en un pañuelo de papel, cuidadosamente arranque el pañuelo de papel y saqué un vestido negro, su fabricación tan lejos del poliéster o cualquier fibra sintética que era… no… graciosa.
Se sentía como lo que yo pensaba que el cielo se sentiría.
Cuando lo sostuve vi que parecía lo que un ángel usaría también, si tuviera su propio diseñador italiano personal, mostrara grave piel, vistiera negro y no blanco y tuviera enorme, mega estilo.
Sosteniéndolo contra de mí, lo alisé por mi frente mientras sentía mi nariz comenzar a picar.
Nunca había visto nada tan exquisito, tocado, sostenido y desde luego nunca, jamás poseído.
Luego lo puse cuidadosamente por el respaldo del sofá y me dirigí de nuevo a la bolsa.
Segundo vestido, uno de platino metálico. Sublime.
Tercer vestido, rojo. Perfecto e Impresionante.
Después de colocar el vestido rojo en el sillón, fui por la siguiente bolsa.
Tres pares de calzado. Todas sandalias con tacones altos. Un par negro. Uno de platino y uno rojo. Los precios en las etiquetas no fueron arrancados o marcados y el par más barato era de setecientos cincuenta dólares.
Mi corazón que latía con fuerza, empezó a correr.
En la siguiente bolsa, tres hermosos guantes de noche. Uno de Lentejuelas rojas, uno de Perlas de negro azabache y otro de satén Champan.
La bolsa a continuación, era más pequeña, con un montón de cajitas. En una de ellas, una colección de pulseras delgadas, todas con pequeñas cuentas rojas. Otra de pendientes en forma de hilos largos mezclando cuentas rojas con largos hilos de plata finos a juego con las pulseras. En la siguiente había, un collar de cadenas entrelazadas y collares de cuentas de azabache. Otros pendientes, que coincidían era una explosión de lo mismo. En otra cajita, una pulsera ancha con un intrincado y pesado broche, complicado, que era parte del adorno el cual colgaban decenas y decenas de perlas enredadas color semilla champán. Los últimos pendientes, eran largos y combinaban con lo anterior, cuando me los coloque en la oreja estos rozaban mis hombros.
Y, por último, en la parte inferior de la bolsa del vestido, una tarjeta tamaño carta con barras negras de Joe, ordenando:
Elige uno
Elige uno
Mi nariz aun picaba, miré desde mi sofá la mesa del centro sobre la cual estaba cubierto la cornucopia de los placeres femeninos obsequiado por mi impresionante, protector y tenebroso nuevo novio que ni siquiera he besado todavía.
Luego, sin ganas, me dirigí a mi cartera que estaba en el suelo, inclinándome, la agarre e igualmente sin ganas regresé al sofá mientras sacaba el teléfono. Una vez que mis dedos agarraron mi teléfono exageradamente caro, me deshice de mi barata (pero linda) cartera dejándola al lado de la cara y nueva cartera -mierda- que Joe me había regalado. Entonces incliné mi cabeza y marque su número.
Coloque el teléfono en mi oreja.
La suave y gruesa voz de Joe me dijo al oído:
-Sebring, deja un mensaje.
Y el mensaje que deje fue un suave y tembloroso:
-Cariño, ni siquiera me has dado un beso.
Luego, sintiéndome estúpida, asustada, eufórica, desconcertada y ansiosa no sólo porque se sentía tan bien, a veces, aterrador, otras confuso, pero también ansiosa de que él me hubiera dado tanto, no importa lo que era, no iba a la altura de la promesa que vio en mi, sonó el botón para desconectar y me quede mirando mi botín.
Después conteniendo el aliento y con cuidado, recogí todo para ocultarlo en mi habitación pero antes me comí un bocadillo, el anterior dueño adorno muy bien la casa, ya que vino amueblada, pintada de blanco, con un comedor peculiar que una amiga me dio cuando fue a vivir con su marido y él declaró que no se sentaría en ese comedor.
Estaba montando un elefante. Era blanco, su tronco y trompa.
Estaba en mi nuevo vestido rojo, en zapatos, brazaletes y estaba riendo.
Y en algún lugar mi celular estaba sonando.
Abrí los ojos y vi oscuridad. Oí el sonido de mi móvil detenerse y mire parpadeando el despertador.
Eran 12:13.
Entonces oí que tocaban timbre en mi sala de estar.
¿Qué demonios?
Aparte hacia abajo el nuevo edredón con su patrón sutil y suave de flores, (bueno tenía más edredones con flores pero estaba en otra habitación, así que era aceptable). En parte somnolienta, definitivamente mareada en mí piyama de pantalón corto azul y una camiseta rosa fui a la sala de estar.
Encendí la luz del techo, agarre el teléfono de la pared que está al lado de la puerta y murmure:
-Lo...
-_____________________, nena, he estado aquí cinco malditos minutos llamándote. Tienes que dormir como un tronco.
La respiración se me fue.
-Joe.
Parpadeé. Entonces me sacudió y apreté el botón en la parte de arriba.
Oí cuando la puerta se abrió a través del receptor y luego nada.
Coloqué el teléfono en su soporte y me quede mirándolo.
No había llamado después de mi cliente. No había llamado entre los clientes. No había llamado para nada, ni siquiera después de haber dejado un mensaje. Esto fue decepcionante y un poco de tenebroso. Pero tenía que dormir diciéndome a mí misma que mi día había terminado, porque claramente me demostraba que no solo era un día de diversión.
Y ahora él estaba aquí pasada la medianoche.
Aquí.
Ahora mismo.
Tomando el ascensor (quizás).
Me acababa de despertar, sin maquillaje y estaba en pijama.
¡Oh Dios!
Saqué un paquete envuelto expertamente en un pañuelo de papel, cuidadosamente arranque el pañuelo de papel y saqué un vestido negro, su fabricación tan lejos del poliéster o cualquier fibra sintética que era… no… graciosa.
Se sentía como lo que yo pensaba que el cielo se sentiría.
Cuando lo sostuve vi que parecía lo que un ángel usaría también, si tuviera su propio diseñador italiano personal, mostrara grave piel, vistiera negro y no blanco y tuviera enorme, mega estilo.
Sosteniéndolo contra de mí, lo alisé por mi frente mientras sentía mi nariz comenzar a picar.
Nunca había visto nada tan exquisito, tocado, sostenido y desde luego nunca, jamás poseído.
Luego lo puse cuidadosamente por el respaldo del sofá y me dirigí de nuevo a la bolsa.
Segundo vestido, uno de platino metálico. Sublime.
Tercer vestido, rojo. Perfecto e Impresionante.
Después de colocar el vestido rojo en el sillón, fui por la siguiente bolsa.
Tres pares de calzado. Todas sandalias con tacones altos. Un par negro. Uno de platino y uno rojo. Los precios en las etiquetas no fueron arrancados o marcados y el par más barato era de setecientos cincuenta dólares.
Mi corazón que latía con fuerza, empezó a correr.
En la siguiente bolsa, tres hermosos guantes de noche. Uno de Lentejuelas rojas, uno de Perlas de negro azabache y otro de satén Champan.
La bolsa a continuación, era más pequeña, con un montón de cajitas. En una de ellas, una colección de pulseras delgadas, todas con pequeñas cuentas rojas. Otra de pendientes en forma de hilos largos mezclando cuentas rojas con largos hilos de plata finos a juego con las pulseras. En la siguiente había, un collar de cadenas entrelazadas y collares de cuentas de azabache. Otros pendientes, que coincidían era una explosión de lo mismo. En otra cajita, una pulsera ancha con un intrincado y pesado broche, complicado, que era parte del adorno el cual colgaban decenas y decenas de perlas enredadas color semilla champán. Los últimos pendientes, eran largos y combinaban con lo anterior, cuando me los coloque en la oreja estos rozaban mis hombros.
Y, por último, en la parte inferior de la bolsa del vestido, una tarjeta tamaño carta con barras negras de Joe, ordenando:
Elige uno, para el sábado. K
Elige uno
Elige uno
Mi nariz aun picaba, miré desde mi sofá la mesa del centro sobre la cual estaba cubierto la cornucopia de los placeres femeninos obsequiado por mi impresionante, protector y tenebroso nuevo novio que ni siquiera he besado todavía.
Luego, sin ganas, me dirigí a mi cartera que estaba en el suelo, inclinándome, la agarre e igualmente sin ganas regresé al sofá mientras sacaba el teléfono. Una vez que mis dedos agarraron mi teléfono exageradamente caro, me deshice de mi barata (pero linda) cartera dejándola al lado de la cara y nueva cartera -mierda- que Joe me había regalado. Entonces incliné mi cabeza y marque su número.
Coloque el teléfono en mi oreja.
La suave y gruesa voz de Joe me dijo al oído:
-Sebring, deja un mensaje.
Y el mensaje que deje fue un suave y tembloroso:
-Cariño, ni siquiera me has dado un beso.
Luego, sintiéndome estúpida, asustada, eufórica, desconcertada y ansiosa no sólo porque se sentía tan bien, a veces, aterrador, otras confuso, pero también ansiosa de que él me hubiera dado tanto, no importa lo que era, no iba a la altura de la promesa que vio en mi, sonó el botón para desconectar y me quede mirando mi botín.
Después conteniendo el aliento y con cuidado, recogí todo para ocultarlo en mi habitación pero antes me comí un bocadillo, el anterior dueño adorno muy bien la casa, ya que vino amueblada, pintada de blanco, con un comedor peculiar que una amiga me dio cuando fue a vivir con su marido y él declaró que no se sentaría en ese comedor.
*****
Estaba montando un elefante. Era blanco, su tronco y trompa.
Estaba en mi nuevo vestido rojo, en zapatos, brazaletes y estaba riendo.
Y en algún lugar mi celular estaba sonando.
Abrí los ojos y vi oscuridad. Oí el sonido de mi móvil detenerse y mire parpadeando el despertador.
Eran 12:13.
Entonces oí que tocaban timbre en mi sala de estar.
¿Qué demonios?
Aparte hacia abajo el nuevo edredón con su patrón sutil y suave de flores, (bueno tenía más edredones con flores pero estaba en otra habitación, así que era aceptable). En parte somnolienta, definitivamente mareada en mí piyama de pantalón corto azul y una camiseta rosa fui a la sala de estar.
Encendí la luz del techo, agarre el teléfono de la pared que está al lado de la puerta y murmure:
-Lo...
-_____________________, nena, he estado aquí cinco malditos minutos llamándote. Tienes que dormir como un tronco.
La respiración se me fue.
-Joe.
Parpadeé. Entonces me sacudió y apreté el botón en la parte de arriba.
Oí cuando la puerta se abrió a través del receptor y luego nada.
Coloqué el teléfono en su soporte y me quede mirándolo.
No había llamado después de mi cliente. No había llamado entre los clientes. No había llamado para nada, ni siquiera después de haber dejado un mensaje. Esto fue decepcionante y un poco de tenebroso. Pero tenía que dormir diciéndome a mí misma que mi día había terminado, porque claramente me demostraba que no solo era un día de diversión.
Y ahora él estaba aquí pasada la medianoche.
Aquí.
Ahora mismo.
Tomando el ascensor (quizás).
Me acababa de despertar, sin maquillaje y estaba en pijama.
¡Oh Dios!
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
El pánico me paralizó al momento que un millón de pensamientos corría por mi cabeza. Nada de lo cual me dio tiempo de hacer algo al respecto, como cambiarme, pasarme el rímel, cepillar mi cabello y/o los dientes o rociarme con perfume y lo sabía porque alguien toco la puerta.
Cambié de pie mientras, mire por la mirilla y observaba la cabeza del Joe inclinada hacia abajo mirando lo que pensé era el pomo de la puerta.
Traje, oscuro otra vez, esta vez con una camisa del color exacto de sus ojos.
Dios, Dios, era hermoso.
Otro golpe. Impaciente.
Salté, abrí el cerrojo, la cerradura del pomo se deslizó y deje caer la cadena. Luego puse mi mano en la perilla para girarla, viendo como mi mano la abría.
Salté hacia atrás cuando la puerta se abrió y surgió a través de ella, Joe.
Levanté la vista hacia su rostro, al ver su intensidad instantánea y extrema y susurre:
-Mi amor, es todo oh
No hable más. Debido a que tenía sus manos acariciando mi mandíbula firmemente y tirándola hacia arriba hasta que tuve en las puntas de los dedos de los pies a la vez que su cabeza estaba descendiendo.
Entonces su boca toco la mía.
Hice un ruido en la parte posterior de mi garganta, levante las manos y enrosque los dedos en la solapa de su chaqueta.
Su lengua choco contra mis labios.
Mi boca se abrió dejándolo entrar.
Oh, sabía muy bien.
Gemí, levantando las fuertes solapas mientras mis piernas se debilitaban y mi cuerpo se balanceaba hacia él.
Su lengua saqueó mi boca y no había otra palabra para ello. Eso fue todo, saqueado. Y así hizo esta deliciosa actividad en un beso muy húmedo, muy duro, muy largo, muy exigente y muy, muy impresionante.
Tanto es así, que gemí en su boca, con una mano le quite la solapa para deslizar mis manos hacia arriba rápidamente, alrededor de la cálida y elegante piel de su cuello y en el desastre suave, grueso de su cabello. Apreté mi torso profundamente en el suyo lo mejor que pude, aún se mantenía en la chaqueta con sus manos en mi mandíbula.
Dándole otro beso, Joe Toco todo mi cuerpo con sus manos. Mientras me saqueaba la boca con su talentosa lengua.
Aparto su boca de la mía e hice un maullido de protesta porque no quería perderlo. Se había convertido en la razón de mí ser. Mi existencia. Al mismo tiempo, mis dedos se contrajeron en su cabello y lo empuje aún más en un esfuerzo no verbal para compartir este mensaje.
Sentí su cálido aliento en mis labios, que venía rápido, mis ojos se abrieron lentamente para mirar los suyos tan oscuros y hambrientos.
-Ahora que te he besado, nena, te sientes mejor-, me preguntó, su voz áspera y tan... jodidamente... hermosa.
Me entraron ganas de reír, porque era divertido. También era dulce.
Pero no podía.
Sólo pude aguantar y respirar:
-Sí-.
Sus ojos oscuros miraban mi rostro, correspondiente a la intensidad de humedad entre mis piernas y me preguntó:
-Al igual que los vestidos?
-Sí,- repetí con voz entrecortada.
-Bien-, susurró entonces, todavía en voz baja, -Tengo que volver, nena.
Parpadeé y mi mano se contrajo en su cabello de nuevo.
-¿Qué?
-El trabajo, _____________________. Tengo mierda que hacer. No tengo tiempo, tengo su confianza, ahora tengo que volver.
No me moví, aguante y le sostuve la mirada.
Me dejó estar un rato mas antes de murmurar:
-Mi nena no quiere que me vaya.
No, no quiero.
Yo no estaba de acuerdo con eso. Dejé que mi cuerpo hablara por mí y lo hizo al continuar aguantando sin moverse.
-Te lo dije, nena-, dijo en voz baja, -cuando hablamos, le dije que necesitaría tiempo libre para estar contigo y tu dulce mensaje, no podía esperar, así que no lo hizo. Pero, maldita mierda, ahora, me tengo que ir.
Se había tomado su tiempo para llegar hasta el final solo por mí.
Dios.
Dios.
Eso me gustó.
Pero se tenía que ir.
Así que separe, mi mano se deslizaron fuera de su cabello mientras le susurraba:
-Está bien, cariño.
Los pulgares de sus manos, todavía en mi mandíbula, barrieron mis mejillas. Luego se inclinó, deslizando su nariz a lo largo de la mía entonces se alzaron mientras bajaba la cabeza y me besaba la frente.
Incline la cara hacia el de nuevo.
-Más tarde, cariño.
-Más tarde, Joe.
Sus dedos le dieron a mi cara un suave apretón luego soltándome, se fue.
Lo seguí, cerré las cerraduras, apague la luz, dándole la espalda a la puerta y me quede mirando la sala oscura.
Entonces envolví mis brazos alrededor de mi cintura y sonreí.
Enormemente.
bueno aqui tienen caps :D
cuidense :D :bye:
Cambié de pie mientras, mire por la mirilla y observaba la cabeza del Joe inclinada hacia abajo mirando lo que pensé era el pomo de la puerta.
Traje, oscuro otra vez, esta vez con una camisa del color exacto de sus ojos.
Dios, Dios, era hermoso.
Otro golpe. Impaciente.
Salté, abrí el cerrojo, la cerradura del pomo se deslizó y deje caer la cadena. Luego puse mi mano en la perilla para girarla, viendo como mi mano la abría.
Salté hacia atrás cuando la puerta se abrió y surgió a través de ella, Joe.
Levanté la vista hacia su rostro, al ver su intensidad instantánea y extrema y susurre:
-Mi amor, es todo oh
No hable más. Debido a que tenía sus manos acariciando mi mandíbula firmemente y tirándola hacia arriba hasta que tuve en las puntas de los dedos de los pies a la vez que su cabeza estaba descendiendo.
Entonces su boca toco la mía.
Hice un ruido en la parte posterior de mi garganta, levante las manos y enrosque los dedos en la solapa de su chaqueta.
Su lengua choco contra mis labios.
Mi boca se abrió dejándolo entrar.
Oh, sabía muy bien.
Gemí, levantando las fuertes solapas mientras mis piernas se debilitaban y mi cuerpo se balanceaba hacia él.
Su lengua saqueó mi boca y no había otra palabra para ello. Eso fue todo, saqueado. Y así hizo esta deliciosa actividad en un beso muy húmedo, muy duro, muy largo, muy exigente y muy, muy impresionante.
Tanto es así, que gemí en su boca, con una mano le quite la solapa para deslizar mis manos hacia arriba rápidamente, alrededor de la cálida y elegante piel de su cuello y en el desastre suave, grueso de su cabello. Apreté mi torso profundamente en el suyo lo mejor que pude, aún se mantenía en la chaqueta con sus manos en mi mandíbula.
Dándole otro beso, Joe Toco todo mi cuerpo con sus manos. Mientras me saqueaba la boca con su talentosa lengua.
Aparto su boca de la mía e hice un maullido de protesta porque no quería perderlo. Se había convertido en la razón de mí ser. Mi existencia. Al mismo tiempo, mis dedos se contrajeron en su cabello y lo empuje aún más en un esfuerzo no verbal para compartir este mensaje.
Sentí su cálido aliento en mis labios, que venía rápido, mis ojos se abrieron lentamente para mirar los suyos tan oscuros y hambrientos.
-Ahora que te he besado, nena, te sientes mejor-, me preguntó, su voz áspera y tan... jodidamente... hermosa.
Me entraron ganas de reír, porque era divertido. También era dulce.
Pero no podía.
Sólo pude aguantar y respirar:
-Sí-.
Sus ojos oscuros miraban mi rostro, correspondiente a la intensidad de humedad entre mis piernas y me preguntó:
-Al igual que los vestidos?
-Sí,- repetí con voz entrecortada.
-Bien-, susurró entonces, todavía en voz baja, -Tengo que volver, nena.
Parpadeé y mi mano se contrajo en su cabello de nuevo.
-¿Qué?
-El trabajo, _____________________. Tengo mierda que hacer. No tengo tiempo, tengo su confianza, ahora tengo que volver.
No me moví, aguante y le sostuve la mirada.
Me dejó estar un rato mas antes de murmurar:
-Mi nena no quiere que me vaya.
No, no quiero.
Yo no estaba de acuerdo con eso. Dejé que mi cuerpo hablara por mí y lo hizo al continuar aguantando sin moverse.
-Te lo dije, nena-, dijo en voz baja, -cuando hablamos, le dije que necesitaría tiempo libre para estar contigo y tu dulce mensaje, no podía esperar, así que no lo hizo. Pero, maldita mierda, ahora, me tengo que ir.
Se había tomado su tiempo para llegar hasta el final solo por mí.
Dios.
Dios.
Eso me gustó.
Pero se tenía que ir.
Así que separe, mi mano se deslizaron fuera de su cabello mientras le susurraba:
-Está bien, cariño.
Los pulgares de sus manos, todavía en mi mandíbula, barrieron mis mejillas. Luego se inclinó, deslizando su nariz a lo largo de la mía entonces se alzaron mientras bajaba la cabeza y me besaba la frente.
Incline la cara hacia el de nuevo.
-Más tarde, cariño.
-Más tarde, Joe.
Sus dedos le dieron a mi cara un suave apretón luego soltándome, se fue.
Lo seguí, cerré las cerraduras, apague la luz, dándole la espalda a la puerta y me quede mirando la sala oscura.
Entonces envolví mis brazos alrededor de mi cintura y sonreí.
Enormemente.
bueno aqui tienen caps :D
cuidense :D :bye:
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
aaaaaaaaaaaa
dios ame el maratón
wuaaaaaaaaaaaaa
me encanto ósea me
emocione es tan lindo
llegar a esa hora solo
para besarla owwww
seguila
dios ame el maratón
wuaaaaaaaaaaaaa
me encanto ósea me
emocione es tan lindo
llegar a esa hora solo
para besarla owwww
seguila
Feer'
Re: JOE joe y tu TERMINADA
awww me encanta Joe!!!
Aunque a veces no comprendo la relacion entre los dos!
Es muy rara, no crees?!
Aun asi me encanta!! Al fin se besaron!
Siguela!!
Aunque a veces no comprendo la relacion entre los dos!
Es muy rara, no crees?!
Aun asi me encanta!! Al fin se besaron!
Siguela!!
aranzhitha
Re: JOE joe y tu TERMINADA
awwwwww yo quiero uno asi
Dios la perfeccion hecha hombre
amo tu nove la amo la amo la mo
siguela pronto please
O MORIRE jajajaj
:aah:
isabellita102
Re: JOE joe y tu TERMINADA
aranzhitha escribió:awww me encanta Joe!!!
Aunque a veces no comprendo la relacion entre los dos!
Es muy rara, no crees?!
Aun asi me encanta!! Al fin se besaron!
Siguela!!
siiii la relacion de ellos es rara...
pero joe quiere a rayita :P
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Capítulo 8
Espera un Maldito Momento.
Espera un Maldito Momento.
Caminé bajo el casi aire similar al verano de la noche de marzo. Era sábado poco después de las diez. A menos de cinco minutos, recibo un zumbido con el anuncio:
-Yo. Auto a Slade en la acera.
Y eso fue todo.
Ningún saludo, ninguna introducción y sabía por el clic electrónico que había colgado.
Así que tomé mi bolso, corrí al cuarto de baño para darme una última mirada, abrí la bolsa para asegurarme de que todo estaba allí y bajé corriendo.
El auto era largo, grande, negro y reluciente. También estaba aparcado en doble fila. Y Hulk estaba de pie fuera de él llevando una camisa de color negro, pantalón negro, chaqueta negra y un ceño fruncido.
―Atrás está lleno, mujer, ve delante ―declaró cuando me acerqué, y a continuación abrió la puerta del lado del pasajero.
Sonreí ante su ceño porque en primer lugar, yo llevaba puesto un traje asesino. En segundo lugar, tenía por delante una noche asesina con mis amigas. Y en tercer lugar, después de tres días de llamadas telefónicas rápidas, nada en todo el día y el resto del tiempo Joe fue a ciegas, lo iba a ver esa noche.
Me deslicé en forma inmediata y me giré para mirar en el asiento de atrás donde Viv y Sandrine estaban sentadas, engalanadas, con los ojos en mí, y sonrisas enormes.
―¡Ese... vestido... es... ardiente! ¡Oh Dios mío! ―chilló Sandrine.
―No es broma, maldita sea, mierda, ella no está mintiendo ―coincidió Viv.
Sonreí y susurré:
―Lo sé.
Sus sonrisas enormes destellaron. Sabían de los vestidos porque yo les había dicho. De hecho, les dije todo de modo que ambas habían hecho un cambio radical de postura comprensible sobre Joe Sebring.
Hulk se deslizó, giró su cuello como un tronco y apuntó su ceño hacia mí.
―Mujer. Cinturón ―gruñó.
Volví a mirar a las chicas y luego me giré para mirar hacia adelante y seguí las órdenes de Hulk.
En el momento en que oyó el clic, Hulk puso el auto en marcha y empezamos a rodar. Luego metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta, sacó un teléfono, lo abrió y golpeó botones. Él hizo todo esto con sus ojos a la carretera.
Estaba tomando un giro a la derecha cuando dijo:
―Yo. ―Pausa―. Sí. Está aquí. ―Pausa entonces―. Rojo. ―Pausa―. Nos vemos.
Cerró el teléfono y lo metió en el bolsillo.
Pero yo... había dejado de respirar.
Rojo.
Él estaba reportándose. Joe quería saber qué vestido llevaba puesto.
Giré el cuello y volví a mirar a las chicas. Tenían los ojos de par en par y todavía llevaban puestas sus enormes sonrisas. Ellas sabían lo que yo sabía.
Me reí.
Ellas se rieron también.
Hulk murmuró:
―Mierda.
Me reí más fuerte.
Se rieron más fuerte también.
Hulk nos llevó a Slade.
* * *
Estaba de pie en nuestra sección VIP con una copa de martini con los restos de mi bebida de limón en la mano cuando las tres amigas con los que estaba hablando de las veinticinco que invité esa noche miraron más allá de mí.Pero yo sabía.
Era tarde, había estado allí por horas. Tenía que ser bien pasada la medianoche. Había tenido cuatro bebidas de limón.
Y finalmente él estaba allí.
Volví la cabeza y vi una camisa morada oscuro y una chaqueta de traje negro, luego mis ojos se elevaron a tiempo para ver la cabeza de Joe inclinarse justo antes de que sus labios rozaran la piel de mi hombro desnudo.
El cosquilleo regresó, pero se deslizó hasta mi cuero cabelludo y abajo a la parte baja de mi espalda, irradiándose a través de mi cintura, caderas y trasero.
Dios, encantador.
Levantó la cabeza apenas un centímetro, pero sus ojos se posaron en los míos.
―Hola ―dije en voz baja y pudo escucharlo, incluso entre el ruidoso club, estaba así de cerca.
―Te sienta ―susurró a su vez.
―Sí ―confirmé lo obvio. El vestido me quedaba perfectamente. Como si hubiera sido hecho para mí.
Sus ojos se movieron por encima de mi hombro y por desgracia se enderezó, pero sentí el calor de su cuerpo golpear mi espalda mientras él se acercaba.
―Señoras ―saludó, su voz suave salió lo suficientemente fuerte para hacerse oír por encima de la música.
Miré de Joe a ellas, para ver a mis chicas todas de pie mirándolo en varios grados de shock y asombro.
―Joe ―mi voz salió también alta y las señalé a su vez con sus nombres―, esta es Monica, Helen y Christie.
Él inclinó la cabeza alta.
Monica tragó saliva.
Helen asomó un débil:
―Hola.
Christie ondeó su mano rápidamente y movió los labios, pero no salió ningún sonido.
Contuve una risita.
―De acuerdo, eres ardiente, el vestido de mi chica es abrasador y estoy en la sección VIP bebiendo gratis, así que, sólo para tu información, te has elevado por encima del jodido idiota que tienes por hermano. Ahora, entiendo que es tu hermano, y aunque nuestra piel no es lo mismo, ni lo es nuestra sangre, soy hermana de ___________________ y Sandrine, así que espero que también me entiendas.
Esta fue Viv perpetrando un ataque sorpresa desde un costado y para asegurarse de que su importante mensaje fuera recibido por encima de la música, estaba gritando a Joe.
Su cabeza se había vuelto hacia ella. Mi corazón había dejado de latir. Y Christie, Helen y Mónica sabiamente habían efectuado una rápida retirada.
―Te entiendo ―dijo Joe.
―Y puede haber existido un universo donde mi chica ___________________ usara zapatos baratos y ahorrara para un jodido teléfono celular, pero éste no lo es. Por lo tanto, ella ha estado viviendo una farsa. Aunque, me alegro que estés arreglando ese desorden de mierda ―continuó ella, de nuevo con fuerza.
bueno chicas aqui esta el cap :D
bueno cuidense :D
bayyy :bye:
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
oh Dios
maaaaaaaaaas
me encanto el cap
y todo lo que le
esta diciendo a Joe
ö damn q contstara
maaaaaaaaaas
me encanto el cap
y todo lo que le
esta diciendo a Joe
ö damn q contstara
Feer'
Re: JOE joe y tu TERMINADA
ah sigo diciendo que son raros!
Aunque asun asi me encanta Joe!
Siguela!!
Aunque asun asi me encanta Joe!
Siguela!!
aranzhitha
Re: JOE joe y tu TERMINADA
:P :gasp: adore los caaapiiissss..... Y Viv es la mejor!!!!!!........ Porfiiiissss sigue
chelis
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Sentí el brazo de Joe deslizarse alrededor de mi cintura mientras veía la contracción en sus labios, pero él no respondió.
Yo, sin embargo, lo hice.
―Viv, ahora es un buen momento para callar.
―Los hombres entienden la comunicación directa. Es de perras hablar en código ―contestó ella.
El brazo de Joe se puso tenso, empujando mi costado contra el suyo.
Me gustaba esto, se sentía muy bien. Quería disfrutar de ello. Pero dado que mi amiga estaba trepando por mi nariz como sólo ella podría hacerlo, directa, protectora y enloquecida, en vez de hacer eso, le repliqué a Viv:
―De acuerdo, muy bien comunicado, muy directamente. Ahora… cállate.
―Él te compró ese vestido, esos zapatos para meterse en tu camino de una forma en que nada de lo que yo pueda hacer lo haría menos para ti ―disparó Vivica en respuesta.
―No vamos a probar eso, ¿de acuerdo? ―sugerí en voz alta.
―Tan entretenido como es esto ―interrumpió Joe―, si no te importa, quiero robarla un segundo.
―Adelante ―coincidió Vivica magnánimamente, barriendo su brazo y todo.
La buena noticia es que Joe inmediatamente me trasladó a un rincón oscuro donde había privacidad, una cabina con asiento alineado a la pared y sin nadie alrededor, y la nadie que quería que estuviera cerca en ese momento estaba enloqueciendo, Viv. La otra buena noticia es que Sandrine estaba ebria y por lo tanto en la pista de baile bailando por sí misma lo cual era su forma de hacerlo. Esto no duraría mucho ya que uno, dos, cinco o doce chicos se reunirían con ella eventualmente. Pero eso significaba que no estaba allí, así que no podía también avergonzarme. Y la última buena noticia era que Joe estaba allí. Finalmente.
Y no había malas noticias.
Cuando llegamos a la esquina, Joe me cambió de una manera que sabía que él quería que yo plantara mi trasero en el asiento de modo que lo hice. Se deslizó a mi lado, muy cerca a mi lado, deslizó un brazo en el respaldo del asiento de la cabina, pero sus ojos se dirigieron al otro lado de la plataforma, enfocados en algo y luego alzó la barbilla.
Seguí sus ojos y vi a la camarera corriendo en nuestra dirección.
Entonces sentí que mi copa se deslizaba de mi mano. Miré hacia abajo para ver que estaba ahora en la de Joe y luego la seguí hasta verlo pasarla a la camarera.
―___________________ quiere San Pellegrino por el resto de la noche, a partir de ahora ―ordenó él, ella asintió y se alejó.
Miré a Joe.
―¿Qué? ¿Por qué? Tengo una tarjeta VIP. Kathleen la dejó para mí. Nunca he sido un VIP. Tengo que vivir la vida.
―Nena, eres mía. Cada vez que estés en Slade eres un VIP y bebes gratis.
Oh. Genial.
―¿En serio? ―pregunté.
Me miró y sacudió la cabeza y un lado de su boca se curvó hacia arriba.
Supuse que esa era mi respuesta, ya que él no dijo nada más y aunque su movimiento de cabeza fue negativo mi suposición era que su respuesta fue afirmativa.
Puesto que él no dijo nada, yo lo hice.
―¿Por qué el agua, Joe? No estoy borracha. Ni siquiera estoy achispada.
―Y no vas a conseguir ponerte de esa manera. Voy a follarte ebria, nena, pero no la primera vez.
Mi respiración salió en un agudo silbido.
Joe siguió hablando.
―Así que agua, el resto de la noche. ¿Me entiendes?
Asentí.
Sus ojos se movieron sobre mi cara. Entonces preguntó―: ¿Tienes algo para mí?
Me quedé mirando. Entonces me entró el pánico.
Él me dio un conductor, una sección VIP y cuatro bebidas gratis (así como ilimitado San Pellegrino por no mencionar el vestido que llevaba puesto, etc.) ¿Se supone que tenía que traer un regalo de agradecimiento?
―Uh... ―murmuré luego me detuve.
―___________________, no te he visto desde el martes.
Esto era cierto.
―Lo sé ―grité un poco por encima de la música.
―¿Y no tienes nada para mí?
―Um... ―comencé, me detuve y entonces mordí mi labio.
El suyo tembló, él inclinó más cerca su rostro y ordenó―: Nena, bésame de una jodida vez.
Oh. Dios. ¡Oh Dios!
Nunca lo había besado y él sólo me besó una vez. Y cuando lo hizo, yo realmente no le devolví el beso sólo seguí adelante por el paseo.
Oh Dios. ¡Dios!
Bueno, a la mierda. Si lo arruinaba sólo significaría mi mundo llegando a su fin. No hay presión.
Maldita sea.
Levanté una mano hasta su cuello, incliné un poco mi rostro, sostuve su mirada y presioné mis labios en los suyos.
Entonces cerré los ojos mientras olía su colonia.
Dios. Increíble.
Pasé la lengua por el pliegue de sus labios.
Entonces, de repente su brazo estuvo envuelto a mí alrededor, mi torso estaba apretado al suyo, mi cuerpo se retorcía por lo que estaba inclinada sobre él parcialmente en su regazo y su otra mano la llevó hasta mi cabello mientras su lengua se empujaba en mi boca y él me besaba a mí.
Saqueando.
Lo hizo una vez. Lo anhelé desesperadamente.
Mis brazos rodearon sus hombros, con una mano en su cabello. Me agarré y disfruté el jodido paseo.
Él rompió el beso pero mantuvo mi cabeza en su lugar, él se movió de modo que mis labios estaban a nivel de su oreja y los suyos en la mía.
―Me ves cada cuatro días, catorce, cuatro horas, ___________________, me besas ―gruñó en mi oreja.
―Está bien ―susurré en la suya.
Yo, sin embargo, lo hice.
―Viv, ahora es un buen momento para callar.
―Los hombres entienden la comunicación directa. Es de perras hablar en código ―contestó ella.
El brazo de Joe se puso tenso, empujando mi costado contra el suyo.
Me gustaba esto, se sentía muy bien. Quería disfrutar de ello. Pero dado que mi amiga estaba trepando por mi nariz como sólo ella podría hacerlo, directa, protectora y enloquecida, en vez de hacer eso, le repliqué a Viv:
―De acuerdo, muy bien comunicado, muy directamente. Ahora… cállate.
―Él te compró ese vestido, esos zapatos para meterse en tu camino de una forma en que nada de lo que yo pueda hacer lo haría menos para ti ―disparó Vivica en respuesta.
―No vamos a probar eso, ¿de acuerdo? ―sugerí en voz alta.
―Tan entretenido como es esto ―interrumpió Joe―, si no te importa, quiero robarla un segundo.
―Adelante ―coincidió Vivica magnánimamente, barriendo su brazo y todo.
La buena noticia es que Joe inmediatamente me trasladó a un rincón oscuro donde había privacidad, una cabina con asiento alineado a la pared y sin nadie alrededor, y la nadie que quería que estuviera cerca en ese momento estaba enloqueciendo, Viv. La otra buena noticia es que Sandrine estaba ebria y por lo tanto en la pista de baile bailando por sí misma lo cual era su forma de hacerlo. Esto no duraría mucho ya que uno, dos, cinco o doce chicos se reunirían con ella eventualmente. Pero eso significaba que no estaba allí, así que no podía también avergonzarme. Y la última buena noticia era que Joe estaba allí. Finalmente.
Y no había malas noticias.
Cuando llegamos a la esquina, Joe me cambió de una manera que sabía que él quería que yo plantara mi trasero en el asiento de modo que lo hice. Se deslizó a mi lado, muy cerca a mi lado, deslizó un brazo en el respaldo del asiento de la cabina, pero sus ojos se dirigieron al otro lado de la plataforma, enfocados en algo y luego alzó la barbilla.
Seguí sus ojos y vi a la camarera corriendo en nuestra dirección.
Entonces sentí que mi copa se deslizaba de mi mano. Miré hacia abajo para ver que estaba ahora en la de Joe y luego la seguí hasta verlo pasarla a la camarera.
―___________________ quiere San Pellegrino por el resto de la noche, a partir de ahora ―ordenó él, ella asintió y se alejó.
Miré a Joe.
―¿Qué? ¿Por qué? Tengo una tarjeta VIP. Kathleen la dejó para mí. Nunca he sido un VIP. Tengo que vivir la vida.
―Nena, eres mía. Cada vez que estés en Slade eres un VIP y bebes gratis.
Oh. Genial.
―¿En serio? ―pregunté.
Me miró y sacudió la cabeza y un lado de su boca se curvó hacia arriba.
Supuse que esa era mi respuesta, ya que él no dijo nada más y aunque su movimiento de cabeza fue negativo mi suposición era que su respuesta fue afirmativa.
Puesto que él no dijo nada, yo lo hice.
―¿Por qué el agua, Joe? No estoy borracha. Ni siquiera estoy achispada.
―Y no vas a conseguir ponerte de esa manera. Voy a follarte ebria, nena, pero no la primera vez.
Mi respiración salió en un agudo silbido.
Joe siguió hablando.
―Así que agua, el resto de la noche. ¿Me entiendes?
Asentí.
Sus ojos se movieron sobre mi cara. Entonces preguntó―: ¿Tienes algo para mí?
Me quedé mirando. Entonces me entró el pánico.
Él me dio un conductor, una sección VIP y cuatro bebidas gratis (así como ilimitado San Pellegrino por no mencionar el vestido que llevaba puesto, etc.) ¿Se supone que tenía que traer un regalo de agradecimiento?
―Uh... ―murmuré luego me detuve.
―___________________, no te he visto desde el martes.
Esto era cierto.
―Lo sé ―grité un poco por encima de la música.
―¿Y no tienes nada para mí?
―Um... ―comencé, me detuve y entonces mordí mi labio.
El suyo tembló, él inclinó más cerca su rostro y ordenó―: Nena, bésame de una jodida vez.
Oh. Dios. ¡Oh Dios!
Nunca lo había besado y él sólo me besó una vez. Y cuando lo hizo, yo realmente no le devolví el beso sólo seguí adelante por el paseo.
Oh Dios. ¡Dios!
Bueno, a la mierda. Si lo arruinaba sólo significaría mi mundo llegando a su fin. No hay presión.
Maldita sea.
Levanté una mano hasta su cuello, incliné un poco mi rostro, sostuve su mirada y presioné mis labios en los suyos.
Entonces cerré los ojos mientras olía su colonia.
Dios. Increíble.
Pasé la lengua por el pliegue de sus labios.
Entonces, de repente su brazo estuvo envuelto a mí alrededor, mi torso estaba apretado al suyo, mi cuerpo se retorcía por lo que estaba inclinada sobre él parcialmente en su regazo y su otra mano la llevó hasta mi cabello mientras su lengua se empujaba en mi boca y él me besaba a mí.
Saqueando.
Lo hizo una vez. Lo anhelé desesperadamente.
Mis brazos rodearon sus hombros, con una mano en su cabello. Me agarré y disfruté el jodido paseo.
Él rompió el beso pero mantuvo mi cabeza en su lugar, él se movió de modo que mis labios estaban a nivel de su oreja y los suyos en la mía.
―Me ves cada cuatro días, catorce, cuatro horas, ___________________, me besas ―gruñó en mi oreja.
―Está bien ―susurré en la suya.
jamileth
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