After The Storm Comes The Rainbow *Zayn Malik y Tú* [TERMINADA]

Ese momento fue uno de los mejores momentos de mi vida. Me sentía plena, confiada, feliz. Olvidé por un rato lo de mi madre y mi familia.
El pasional beso lo interrumpió el teléfono, comenzó a sonar. Él me decía que no atendiera, pero tenía que hacerlo. Podía ser algo impórtate. Corrí por el pasillo, baje las escaleras y casi a punto de la última llamada atendí.

Era Matt. Me preguntó cómo estaba y si había ido a visitar a mi mama, era completamente adorable. Y también me comentó que el domingo sería el juego más importante del año de futbol americano, se enfrentarían a sus más grandes enemigos. Era por la noche. Le dije que sin dudas iría a verlo. Aunque me reservé un poco, porque estaba Zayn al lado mío y escuchaba todo. Pero él no era tonto, sabía que pasaba algo entre Matt y yo. No podía evitar sonreír hablando con él. De tan solo escuchar su voz, sentía como se me erizaban la piel. Él veía que me brillaban los ojos cuando de Matt se trataba. Corté. Zayn estaba apoyado contra la pared de la cocina, parecía ofendido.

- ¿Era tu amiguito, no? -Me dijo celoso. La verdad me gustaba que se ponga así.- ¿Qué te dijo? Si se puede saber. Si no es tan privado de ustedes dos.

¿Qué era eso? ¿Una escena de celos? Si no éramos nada. Y fue ahi cuando le respondí

- Me llamó para invitarme al juego de mañana.
- ¿Tú vas a ir? -Me preguntó.
- Claro que sí, es un gran jugador. -Luego de decir eso comenzó a reírse.- ¿Te parece algo gracioso?
- ¿Buen jugador? Vamos, no puede ni atrapar una pelota aunque este a un metro de él.
- Eso me suena a celos. -Le dije sonriendo.
- ¿Celos? ¿De él? jajajajajajaja. ¿Por qué tendría que estar celoso de un gigante que se tiñe el cabello?
- Eres un tarado. -Le dije en modo de gracia y le pegué un suave golpe en el brazo. Me tomó la mano y me acercó bruscamente a él.
- No quiero que estés tan cerca de él. -Dijo con seguridad.


"Claro, hablaba el muchacho que tenía novia" pensé. Se tenía que ir, ya era tarde. Me dio un beso en la mejilla bien marcado y se fue. No podía creerlo. Esa noche había sido mágica. Me fui a dormir contenta.


Ya era domingo por la mañana, me despertaron las lamidas de mi perro, tan adorable.
Las 11 AM, era temprano en comparación a la hora que me despertaba normalmente. No había nadie en casa. Ni siquiera mi papa vino a dormir la noche anterior. Caminé por el pasillo, hasta llegar al baño, me lavé la cara, los dientes y recordé a Zayn. Sonreí como una idiota mirándome al espejo.

Cierto nunca les dije. Bárbara formaba parte del equipo de porristas, Conclusión: iba a estar en el juego. Pero no me preocupaba, simplemente la ignoraría.

El juego se realizaría en el campo de futbol de la escuela, estaba repleto de personas. Amontonamiento de gente en la entrada. Hasta que pude llegar a una banca. Me encontré a Alice y a un par de compañeras más. Las luces estaban bien fuertes, era de noche. El cielo estaba hermoso.

El fanatismo se sentía en el aire. Todos gritaban y hacían flamear sus banderas o carteles. El juego resultó bueno. El equipo de la escuela gano por poco, resultaron victoriosos. La multitud enloqueció. Hace dos años no ganaban. Matt me buscaba en la tribuna, le hice una seña con la mano y le sonreí.

- ¿Me esperas? -Me dijo, o eso es lo que logré entender. Asentí con la cabeza.

Mientras tanto el equipo se iría a las duchas. Las porristas coronaron la noche haciendo sus típicos bailes y cantos. El estadio se iba vaciando, me dirigía a esperar a Matt afuera de los vestuarios. Estaba bajando las escaleras de la tribuna y apareció Zayn de entre el público a abrazar a Bárbara. Le dio un beso y quedaron así unos instantes. No me molestó tanto, me dolió un poco pero intenté ignorar eso. Ella lo tomó de la cabeza y lo besó, era obvio que me había visto y lo hacía a propósito.

Estaba sentada en las escaleras de la puerta principal de la escuela, no quería que se sienta invadido por mí. Poco a poco comenzaron a salir todos sus compañeros, me di cuenta por su cabello mojado. Pero no lo vi a él. Salió un montón de chicos, pero no estaba él ahí. Dude un segundo, pero entré al colegio, y quería fijarme si no estaba adentro.
Las aulas estaban cerradas, solo estaban las luces del pasillo encendidas. Las puertas del vestuario estaban abiertas, pero casi al instante de abrirlas salió el hombre de limpieza y la cerro con llave.

Estaba confundida, si él me dijo que lo esperara a la salida del juego, y con el montón de muchachos no salió. ¿Dónde estaría? ¿Me estaba haciendo una broma?
El hombre que limpiaba se marchó con su carrito de limpieza, yo miré a ambos lados, estaba decidida, me iba a ir. De repente una mano me agarra de espalda y me lleva al interior de los baños de hombres. Era Matt, ¿se estaba escondiendo? Apenas lo vi, me reí y le prengunté

- ¿Qué estás haciendo?
- Shhhh, es que me olvidé mi chaqueta de la suerte en el aula de biología y no me dejan agarrarla hasta el lunes. –Explicó.
- Vallamos a buscarla. Le dije.
- Me llega a ver el entrenador y me mata. Hay que ir con cuidado…


Fuimos escondiéndonos por los pasillos, pero no había nadie ahí. Subimos las escaleras. Al final del corredor a la izquierda. Llegamos al salón, yo esperé en la puerta por las dudas que viniera alguien, él fue a buscar su chaqueta. Otra vez me tomó de la espalda y me llevo hacia adentro del aula. Cerró la puerta.

- Escuché pasos. –Dijo. Nos quedamos ahí dentro tonteando de pronto escribió en la pizarra "_+M" yo le sonreí y le dibujé un corazón alrededor, simplemente estaba jugando.
Me senté arriba del escritorio del profesor mientras se ponía la chaqueta.
Veía por la ventana que había comenzado a llover. Entonces él vino hacía mí. Muy cerca de mí. Me corrió el cabello de la cara y me miró fijo. Estábamos en la oscuridad, solo la luz de la calle nos alumbraba. Me tomó de la cintura y se pegó a mí. Nuestros labios se pegaron tiernamente. Pero otra vez el beso lo interrumpieron. La luz de una linterna alumbraba sin rumbo en el corredor.

- ¡Nos encontraron! -Dijimos al unísono, cuando pudimos salir del aula corrimos hacía afuera de la escuela. Reíamos sin parar, sin decir que estaba lloviendo a cántaros. Me tomó de la mano y corrimos por las calles bajo la tormenta.