Dinner Time (larry Stylinson )

*Hora de Cenar*
- ¡hey hazz! ¡Tengo hambre!
- Ya voy a empezar a preparar la cena, ¡no seas impaciente, lou! - respondió desde la cocina
- Si quieres preparo yo la cena… - dijo el castaño con una sonrisa traviesa
- Sí, claro. Entonces cenaríamos zanahorias todas las noches - resopló Harry mientras se ponía el delantal - Quita, para eso prefiero cocinar yo.
- ¿Y qué vas a preparar?
- Huevos fritos
- ¡¿Qué?! ¿Otra vez? - protestó el castaño - ¿No cenamos huevos fritos la semana pasada?

Louis se levantó del sofá y fue hacia la cocina, distrayéndose completamente con las vistas. No sabía por qué, pero ver a Harry con el delantal puesto siempre le producía una extraña sensación. ¿A quién quería engañar? Se ponía cachondísimo siempre que veía al bastardo con el delantal.

- ¡Pues te aguantas! - replicó Harry secamente - ¿Quién está haciendo la cena? ¡Yo! ¡Pues ya está! ¡Todas las noches igual! Bastante que te dejo cenar zanahorias dos veces por sem…¡¿Qué haces?!
- Harry… Tengo hambre - susurró lujuriosamente en el oído del moreno

Louis había aprovechado que Harry estaba distraído, refunfuñando como siempre, para colocarse justo detrás de él. Agarró con firmeza las nalgas del ojiverde haciendo que se sobresaltara. Le encantaban esos breves momentos en los que pillaba a Harry por sorpresa y le dejaba totalmente descolocado.
Comenzó a besar suavemente el pálido cuello mientras deslizaba una de sus manos por el vientre de Harry.

- ¡¿Qué estás haciendo, Louis?! ¡Para! - replicó agitado - ¿No ves que ya voy a poner a calentar el aceite?
- Pues deja eso, que yo ya estoy caliente y a punto - dijo lascivamente mientras le lamía el oído, haciendo que el moreno se estremeciera
- Para, Lou, en serio, déja… ¡Aah! - el rizado soltó un erótico gemido al notar cómo la mano había pasado de su vientre hasta el interior de sus pantalones…
- Parece que no soy el único que tiene hambre, ¿eh, harry? - le susurró Louis con sorna al oído al notar la creciente erección
- ca…cállate… - contestó ladeando la cabeza y exponiendo la fina piel de su cuello a los labios del castaño

Louis presionó su cuerpo contra el del otro chico, restregando su abultado miembro contra el trasero de Louis, incitándole a moverse a la par. Seguidamente comenzó a acariciar el miembro por encima de la ropa interior, mientras con la otra mano exploraba su pecho. Un leve pellizco en el pezón hizo que Harry se estremeciese de placer, ahogando un gemido mientras se mordía el labio inferior. A pesar de lo mucho que disfrutaba de la situación, empezó a revolverse para comenzar a quitarse la ropa deshaciendo el contacto con el cuerpo que lo aprisionaba.

- ¿Qué crees que estás haciendo, Harry? - preguntó Louis cuando el rizado echó las manos dispuesto a quitarse el delantal - Si vas a preparar la cena, tienes que hacerlo con el delantal puesto - Harry le miró con cara de desconcierto - Sólo con el delantal…
- Eres un pervertido…

Louis estaba a punto de replicar justo cuando el castaño aprovechó para besarle con voracidad. Claro que él también tenía hambre. Se moría por probar esa piel bronceada que le volvía loco y le convertía en una bestia hambrienta. Saboreó esa boca tan ruidosa con ansia, como quien ha estado una semana sin comer. Louis pasó por encima de la cabeza de Harry la cinta del cuello del delantal, quitándole la camiseta mientras el moreno desabrochaba los pantalones de su compañero. Louis se deshizo de su propia camiseta y comenzó a lamer aquel blanco cuello. Harry ahogó un gemido al notar un mordisco en la clavícula al mismo tiempo que la mano del castaño volvía a hacer compañía a su ya deseoso miembro. Mientras, Harry se las había apañado para deshacerse de sus pantalones quedando solamente cubierto por el delantal y los ajustados boxers negros que llevaba Apartando hacia un lado la tela del delantal siguió descendiendo lamiéndole el abdomen, notando como una mano se enredaba entre sus castaños cabellos.

Alzó la mirada para encontrarse con unos ojos azules llenos de deseo, hambrientos de lo que vendría después. Sonrió divertido ante la anhelante mirada de su pareja. Estaba más que dispuesto a corresponder y cumplir cualquier deseo del rizado. Lamió la abultada entrepierna por encima de la ropa interior, provocando una martirizante sacudida de placer y un ahogado gemido en la garganta del ojiverde. Continuó lamiendo por encima de la tela y cuando estuvo lo suficientemente húmeda, sopló de arriba abajo lentamente por todo el miembro. Harry no pudo seguir conteniéndose, dejando escapar un gemido ronco mientras le temblaban las piernas por aquella escalofriante sensación.

El castaño sonrió satisfecho ante la reacción y terminó retirando el boxer, deslizándolo por las estrechas caderas. Comenzó acariciando suavemente el miembro desde la base con la punta de los dedos, apenas rozando la piel. Notaba la agitada respiración de Harry, ansioso e impaciente. Y con una sonrisa traviesa, respondió las anhelantes y silenciosas súplicas del rizado, lamiendo y besando todo el miembro. Los finos dedos sujetaron con firmeza al castaño, marcando suavemente el ritmo hasta sentirse devorado por completo. La forma en que Louis atrapaba y succionaba su hombría hacía que se estremeciese de puro placer. Los cada vez más intensos jadeos alentaban al castaño a entregarse más impulsivamente, arrancándole desesperados gemidos de la garganta. Cada vez más rápido más profundo. Harry iba a volverse loco de tanto placer en cualquier momento. Una ardiente sensación en su vientre comenzó a apoderarse de su cuerpo.

- ah… ¡Ah!...Louis… Ya… Voy a correrme… - jadeó Harry
El ojiverde miró hacia su entrepierna. El castaño no se había detenido en ningún momento así que no estaba seguro de si le había oído o no.

- ¡AH! Louis… Voy a…

Los ojos azules se alzaron encontrándose con la mirada desesperada de Harry sin detenerse en su tarea. No tenía ninguna intención de parar. Atrapó más intensamente el miembro en su boca, devorándolo vorazmente hasta que una descarga eléctrica recorrió la espina dorsal del rizado. Con un gemido desgarrador, Harry terminó derramando su orgasmo en la boca del castaño.

Intentando recuperar el aliento, vio como Louis se incorporaba, sintiendo una punzada de placer al ver su esencia deslizarse por la comisura de aquellos labios que hace un momento le habían llevado al delirio. Louis debió leerlo en sus ojos verdes, llevándose los dedos a la boca, relamiendo lujuriosamente los restos del orgasmo.

- Louis… Yo… - dijo Harry con una leve ansiedad en la voz

Louis besó dulcemente sus labios al ver que aún seguía nervioso. Ese chico podría ser un completo bastardo, pero verle de una forma tan inocente y nerviosa le recordaba lo mucho que cambiaba Harry cuando estaban a solas. Tras unos breves momentos, el castaño sonrió de forma comprensiva, haciéndole entender que todo estaba bien.

- Aún no he terminado de cenar - le susurró Louis al oído - Falta el plato principal…
- Hpmf… Anda que… - resopló el rizado aliviado, volviendo a su chulería habitual - Luego dices que soy yo el que más come de los dos - respondió travieso
- Sí, sí… Ya te voy a dar yo a ti comer, ya…

Louis se abalanzó sobre su boca, está vez de una forma más salvaje. No podía esperar para sentirse atrapado en el interior del menor. Pero se divertiría un poco primero… Esta vez fue Harry quién devoraba el bronceado cuerpo, bajando poco a poco por el pecho bien marcado del castaño y acariciando el firme abdomen. Siguió bajando un poco más pero una mano le agarró del mentón, obligándolo a mirar hacia arriba

- Suficiente… Estoy en mi límite…

Harry se levantó bajo la atenta mirada de Louis. Todavía seguía llevando puesto el delantal, lo cuál le producía cierto morbo que no entendía muy bien. Le encantaba tener a Harry completamente desnudo pero tapado tan precariamente por esa prenda.

Harry se acercó seductoramente, aprisionando el cuerpo del castaño contra la encimera de la cocina. Acariciándole desde la nuca y por el cuello, después empezó a besar apasionadamente esa boca tentadora. Presionando sobre el cuerpo bronceado, las caderas de ambos comenzaron a moverse acompasadas mientras los dos chicos seguían comiéndose el uno al otro. Louis se separó levemente, ofreciéndole dos dedos.

- Chúpalos - ordenó tajante

Con una mirada lasciva, se introdujo ambos dedos en la boca, asegurándose de lubricarlos bien, succionando y lamiéndolos a medida que los dedos abandonaban su boca rozando sus labios. Deslizó la mano hasta el trasero del ojiverde, mientras que con la otra había comenzado a masturbarlo de nuevo. Con uno de los dedos presionó la estrecha entrada, deslizándolo hasta el interior. Comenzó a moverlo lentamente a la vez que masajeaba suavemente el miembro que, poco a poco, volvía a erguirse. Harry hundió la cabeza en el cuello de Louis, besando y mordiéndolo, ahogando sus gemidos en la bronceada piel.

De un dedo, pasaron a ser dos los que ahora lo preparaban. Ya estaba acostumbrado a la dureza de Louis, y sin embargo al castaño le encantaba estimularlo de esa forma. Adoraba ver la impaciencia y el deseo en esos ojos verdes, podía notarlo sintiendo como su interior húmedo y caliente le atrapaba indicándole que sus dedos no eran suficiente. Harry era un bastardo insensible todo el día, pero se convertía en un ser hambriento e insaciable en la cama. El rizado subió lamiendo por el cuello hasta llegar de nuevo a la boca, besándole apasionadamente. Incapaz de pronunciar una sola palabra debido a los constantes jadeos, Harry le mordió el labio inferior, haciéndole entender que necesitaba más. Oh, sí… Louis iba a divertirse un poco más…

- ¿Te ocurre algo, hazz? - preguntó el castaño pícaramente
- Ah… Más…
- ¿Has dicho algo?
- Hmpf… Más… Quiero más…
- ¿Que quieres más? ¿Más qué?
- Joder… - resopló Harry
-Dímelo, hazz… Quiero que me digas qué es lo que quieres - ordenó mientras con los dedos rozaba el punto que llevaba al rizado al éxtasis
- ¡Ah! ¡Quiero que me folles ahora mismo! ¡Quiero que me la claves hasta reventar!
- Eres un bastardo vicioso, hazz - le susurró Louis al oído, sonriendo victorioso mientras le volteaba cambiando las posiciones

Ahora era Harry el que estaba atrapado entre la encimera y el bronceado cuerpo de Louis. Se recostó sobre la encimera al notar como el castaño descendía lamiendo desde el cuello por toda la espalda, deteniéndose lamiendo la blanca piel hasta llegar al punto que pedía a gritos ser llenado salvajemente. Separando las firmes nalgas, Louis lamió la entrada, haciendo que le temblaran las piernas.

Tras estimularlo con la lengua, dirigió su miembro colocándolo justo en la entrada, pero en lugar de presionar, comenzó a masturbarse deslizando su palpitante hombría entre las nalgas. Harry se estremecía de placer, atrapando el miembro de Louis, jadeando, sintiendo unas firmes manos agarrando sus caderas. De pronto notó un gemido en su oído

- Tócate, Harry…- jadeó Louis al oído - Tócate para mí…

El menor obedeció dócilmente, llevando una mano a su propio miembro, estimulándose al ritmo que le marcaba el cuerpo detrás de él. Como siguiera así, volvería a correrse antes de que le llenase por completo. Sin parar de masturbarse, giró la cabeza para encontrarse con aquellos lujuriosos ojos azules.

- ¡Ah! Joder, Louis…-gimió, casi sin respiración - Fóllame de una vez, necesito tu polla dentro de mí de una puta vez…
- Vaya boquita más sucia que tienes… - contestó agitadamente - Me estás poniendo aún más cachondo… Voy a follarte hasta que te quedes sin voz de tanto gemir

Louis también estaba en su límite. Había tenido que contenerse para no correrse mientras torturaba a su moreno. Comenzó a presionar poco a poco la entrada de Harry, introduciéndose lentamente. No podía parar de gemir, notaba como los músculos atrapaban su hombría, devorándole de forma insaciable. El rizado seguía masturbándose para intentar compensar el dolor de la inminente intromisión. Todavía le costaba acostumbrarse al tamaño de Louis. Lentamente, terminó de meter todo su miembro, llenándole por completo, esperando a que le diese su consentimiento para empezar a moverse. Harry respiraba agitadamente hasta que con un leve asentimiento, dio a entender que ya estaba listo.

Comenzó a embestir lentamente pero con decisión, aferrándose a las estrechas caderas. Los gemidos escapaban desgarradoramente, estaba en el cielo. Recostándose levemente sobre Harry, dirigió una mano hacia su miembro para comenzar a estimularle los testículos, arrancándole jadeos y gemidos desde la garganta. A ese paso se quedaría ronco de tanto placer. Louis le sustituyó, masturbándole mientras el rizado se apoyaba con los brazos sobre la encimera para evitar derrumbarse. El ritmo había aumentado, haciendo cada vez más potentes las embestidas, aumentando a la par el ritmo con el que lo masturbaba. Los cada vez más roncos y desinhibidos gemidos de Harry no hacían más que instigarle a seguir.

- Azótame, Louis… - jadeó - Dame duro…

Y con un estallido, la mano de Louis golpeó una de las nalgas del ojiverde, abrasándole la piel. Louis se excitaba aún más cada vez que le pedía algo de una forma tan sucia, le encantaba que le hablase de forma obscena mientras lo hacían. Por otro lado, a Harry le producía un extraño placer que le azotase, el dolor que le producía le provocaba punzadas de placer en su miembro y al castaño le volvía loco ver la marca rojiza que dejaba su mano sobre la blanca piel. No podía parar de mirar la rojez mientras lo embestía salvajemente

- ¡Oh! ¡Joder, Harry! - gimió Louis - ¡Qué estrecho tienes el culo, cabrón!

Louis le agarró del hombro para llamar su atención, haciendo un rápido movimiento de cabeza y el moreno entendió de inmediato. Salió de su interior mientras Harry se sentaba sobre la encimera. Enroscó las estilizadas piernas alrededor del cuerpo bronceado, atrayéndole hacia sí. El castaño volvió a penetrarle, esta vez con más potencia, haciéndole estremecer, arqueando la espalda violentamente. Había acertado justo en el punto que le volvía loco. Apretó aún más el agarre con las piernas, exigiendo silenciosamente que volviese a golpear ese punto.

Louis volvió a masturbarlo mientras le penetraba, observando al detalle el rostro que tenía enfrente. Ver aquel rostro a punto de llegar al orgasmo le enloquecía: cómo se mordía aquellos finos labios para intentar sin resultado enmudecer los imparables y eróticos gemidos, el flequillo rizado que quedaba pegado a la frente por el sudor y esos ojos verdes, llenos de ardiente deseo. Harry se revolvía de placer, gimiendo a gritos el nombre del castaño, que le silenció besándole apasionadamente. Daría lo que fuese por permanecer así el resto de su vida o por morir de placer en ese mismo instante

- Ha… ¡Ah!... ¡Harry! - gimió el castaño - No puedo más… Voy a correrme…
- …e mí… Quiero que… te corras dentro de mí… - jadeó Harry con dificultad

Aquellas palabras terminaron por robar la poca cordura que le quedaba a Louis. Volvió a besarle, le devoraría si hacía falta. Aumentó el ritmo y la potencia de las embestidas, notando la abrasadora sensación nacer en su vientre hasta que la chispa se disparó a todo su cuerpo, derramándose en el interior de su compañero mientras gemía su nombre. Harry no pudo contenerse más, dejándose llevar por la descarga que le sacudió de arriba a abajo, derramando su orgasmo sobre su vientre, temblando de placer.

La cabeza de Louis reposó en el hueco del blanco cuello, mientras todo su cuerpo caía exhausto en los brazos de Harry, quien lo acogió calurosamente. Apartando los castaños mechones que habían quedado pegados a la frente por el sudor, le besó dulcemente en la frente para después besarle suavemente en los labios. Permanecieron varios minutos en silencio en ese íntimo abrazo, recuperando el aliento el uno en los brazos del otro.

- Vamos a tener que tirar este delantal, ha quedado hecho un asco - dijo de repente Louis, observando la pringosa pieza de tela
- Pues ya puedes ir comprando otro rápido, ya sabes que no me gusta cocinar sin el delantal - contestó Harry seriamente

Y es que Harry sabía perfectamente el efecto que tenía el delantal sobre su castaño, por eso le sacaba partido siempre que podía. Pero de eso Louis no se enteraría nunca

- hey, Lou… Tengo hambre… Prepara algo para cenar - pidió Louis con cara de niño bueno, abrazándole por la cintura
- Ya te he dicho que sin el delantal no cocino, así que prepara tú ahora la cena… ¡Pero nada de zanahorias! - se apresuró a añadir. Ahora era Harry el que miraba a Louis con ojos de niño bueno - Me apetecen mucho unos buenos huevos fritos con chorizo, para untar bien el pan en el huevo…
- Está bien… Pero deberías tener cuidado, Harry, has vuelto a coger unos kilos. Voy a empezar a llamarte Chorihazza
- Pues ya puedes ponerme a sudar, que de lo que más hambre tengo es de carne de Louis....

Oh yisus, lo amexx.