Believe in Us {Niall Horan}

Cuando podía sentir aquel dolor en mi pecho contraerse cada vez que la fecha de aquel calendario estaba tachada. Algo en mi se desboronaba, quería gritar, llorar, salir, huir, pero con ella. Hacía ya dos años que ya no era mía, hacia ya dos años que ella me dejo por otro, que se fue a entregarle el corazón a otra persona mucho mejor que yo, alguien le pudiera dar todo lo que una vez yo no pude tener y nunca tendré. Su padre el adinerado William fue el encargado de aquella boda en la cual nuestros corazones fueron rotos, descuartizados. ¿Qué sería de mí? ¿Me volvería a enamorar? ¿Sentiria así con otra persona? No se podía. Ella era especial. Lucy Shepper era única. La única que se adueñaba de mi corazón, de mi alma de mi vida entera.

La invitación de tela que estaba sobre la mesa con pequeño polvo sobre ella, hacia meses que había llegado y no había tenido la dicha de abrirla a un, sentía un desamor cada vez que esa tela lila podía visualizarla a lo lejos. Mis amigos me han dicho que la olvide que todo ha sucedido por algo, no estábamos destinados para estar juntos, ella ya estaba el Europa yo no podía volver a Londres por el hecho de que no cuento con el dinero necesario estaba estancado en Denver.

Fui a abrir la ducha después de una acalorado día, debería refrescarme debería estar pensando en cómo ella huiría de aquella ceremonia y tomaría el primero vuelo a Denver, buscar mi domicilio hacia mis amigos, Tocar mi puerta, examinarnos los unos a los otros sentir aquella conexión de siempre, poder sentir una vez más aquellos delgados y deliciosos labios que una vez fueron míos. El agua fría comenzó a recorrer todo mi cuerpo rompiendo mi burbuja de esperanzas e ilusiones.

Baje hacia la sala después de la ducha refrescante y de haberme hecho unos emparedados. Encendí el televisor y comencé a picarle a cualquier botón que podía percibir. E!News. ¿Qué más daba?, mi corazón se acelero y los emparedados comenzaron a hacer su trabajo dentro de mi estomago, ahí podía ver la cobertura de su boda, los invitados, los costos autos estacionarse en la entrada de la enorme iglesia de Londres, ¿Dónde estaba ella? ¿Por qué no aparecía?

Un presentimiento llego a mi pecho y la puerta se abrió de golpe, tome aquel pedazo de madera que raramente estaba a un lado del sillón, con el palo en mis manos en alto vi su cabello castaño, y su cuerpo rizado era Harry quien había llegado de su trabajo, estaba todo empapado al parecer la lluvia se había prolongado algo raro por esta región no había escuchado ninguna gota pegar en las ventanas del departamento ni los enormes rayos que me sobresaltaban siempre.

-Esta fría…fría…- decía con sus labios temblando, como me daba risa aquella escena como quedaba en calzoncillos y corría hacia la ducha y enseguida salir para taparse con un cobertor y tumbarse como un costal de papas hacia el sofá donde estaba mirando el televisor.

-¿Por qué llegaste tan tarde?- pregunte dejando a un lado el pedazo de madera.

-Shelly me ha pedido que ordene algo y la lluvia me atrapo- me contestaba, estaba morado del frio.

-¿café?- el asintió temblando. Termine de hacerle el café y me acerque hacia el donde estaba mirando la boda… la boda real.. Harry me miro.

-¿Enserio?, Por dios Niall como te gusta sufrir.

-Pensé que era una película donde la novia huye de su próximo esposo. –le entregue el café.

-Si claro- le dio un sorbo al café- Lucy se ha de ver hermosa vestida de novia. –

Y ahí estábamos los dos mirando el televisor donde pasarían en vivo la boda de Lucy y su futuro puñetas marido Adam. Habían pasado ya media hora y los reporteros informaban que Lucy aun no aparecía, podía ver a su padre furioso que había llegado minutos antes, al parecer Lucy había huido junto a su madre y Louis… una sonrisa se formo en mi rostro y Harry se quedo con boca abierta podíamos imaginar muchas cosas sobre Lucy pero desafiar a su padre seria la ultima. El idiota de Adam salía hecho una furia de la iglesia quitándose la corbata y arrogándosela al padre de Lucy quien estaba decepcionado de su pequeña.


-No puedo creer que me haya hecho esto- decía con desagrado, pasando su mano por detrás de su cabeza sin cabello.

-Tu hija es una cualquiera, una idiota, una inmadura, le hubiera dado todo lo que ella necesita a mi lado pero no- odia decir al maldito de Adam podía jurar que si lo tuviera frente a mi lo mataría con mis propias manos, lo haría pedazos, lo destrozaría.

-Me alegro que mi hija se haya escapado, hubiera preferido verla muerte que casarse contigo infeliz- <>

Mire hacia Harry quien estaba igualmente sorprendido por las palabras del padre de Lucy

Lucy:

Al igual que mi madre y Louis no podía procesar las palabras que mi padre había dicho en aquel televisor, sonreí en mis adentros y con los ojos cristalizados mire hacia mi madre quien se veía desbastada, cansada.

-¿Por qué me ayudaste?- Louis se alejo un poco para dejarnos platicar, mi madre me miro con sus verdes esmeraldas que me recordaba a mi viejo y simpático amigo Harry.

-No quería que pasaras por lo mío, no quiero verte infeliz por el resto de tu vida, no quería matarte por dentro. Quiero que sientas el amor, que lo vivas, lo odies, que lo vuelvas a amar y que encuentres a esa persona que te haga sentir todo aquello, porque lo mereces Lucy, con Louis nos equivocamos pero no creo que hayas corrido con la misma suerte, Eleanor si amaba a tu hermano y tu hermano a Ella algo que no veía en Adam, hubiera sido infeliz y eso nunca me lo perdonaría.

-¿y mi padre?-

-El estará feliz, te mandaremos dinero estés donde estés, tu siempre serás la pequeña luz en nuestras vidas aunque nunca lo representemos. Ahora sube a ese avión hacia Denver y se feliz, enamórate, vive la vida, haz de las tuyas, pero siempre llámame. ¿Trato?

No podía creer las palabras de mi madre, de aquella mujer dura y arrogante que haría cualquier cosa para casarme con el hombre más rico de todo Londres, ahora veía sus errores, ahora era linda y dulce, la mama que siempre necesite. La abrace con todas mis fuerzas y mis lagrimas comenzaron a fluir mojando mis mejillas rojas, Louis se acercaba hacia nosotros con dos boletos.

-Ya debemos irnos- me anuncio y me separe de mi madre.

-¿irnos?- el miro hacia mi madre.

-Los dos se irán a vivir a Denver, de tu padre yo me encargo, no creo que sea tanta lata ahora que
ustedes ya no estarán, podemos irnos de luna de miel nuevamente.

-Gracias mama- la abrace nuevamente y sentía como sus lagrimas caían a mi hombro desnudo.

-nos vemos mi pequeña-

A la mañana siguiente amanecí con una enorme sonrisa, volaría hacia Londres, iría tras Lucy, la reconquistaría, la haría mía, viviremos por siempre juntos. Harry se había ido a trabajar me había despertado, siempre era ruidoso y algo torpe, yo estaba organizando mis cosas le había comentado de mi loca idea y le pareció genial ir por la mujer que amo y que siempre ame, me prepare mi desayuno y escuche como alguien tocaba la puerta. Harry ha de haber olvidado algo me dije, me limpie las manos y algo me detuvo, una energía diferente, como si mis pies estuvieran atrapados en la madera no podía caminar algo había detrás de aquella puerta, al momento que quitaba los candados de la puerta el corazón latía a toda prisa, como mis manos se movían con rapidez, <> quite todo los seguros, con lentitud comencé a abrir la puerta con aquel rechinido.


-Buenos días…- escuche su voz, su delicada y preciada voz que tantos meses no había vuelto a oír. Levante mi vista y ahí estaba ella con el cabello recogido en una coleta con una ropa sencilla como era de ella, con una maleta en su mano y con su preciada sonrisa en su rostro. Me sentía vivo feliz, completo. Reaccione de inmediato y la abrace jalándola hacia mi departamento, la apretaba hacia mi cuerpo, ella no se quejaba al contrario me abrazaba de la misma manera, los dos nos necesitábamos de la misma manera, nos deseábamos como nunca en la vida. Deje que sus converse tocaran la madera del departamento y sin pensarlo dos veces me deje perder en sus ojos mar y la bese tomando de sus mejillas atrayéndola hacia mi rostro, fue un beso lento delicado poderoso, fogoso. Su lengua comenzó a dentarse a mi boca y pasar por todos los caminos de mi boca. Fuimos separándonos lentamente, con pequeños besos pausados.

-Ejem…- tosió fingidamente. Voltee hacia el marco de la puerta y ahí estaba Louis con una enorme sonrisa, deje a Lucy a un lado y abrace a mi mejor amigo.

-¿Qué hacen aquí?- después de tanto mute decidí hablar.

-Alguien te extrañaba. –apunto hacia mi pequeña Lucy- ahora Niall te diré solo esto, si la amas, amala, no la dejes por otra, no seas idiota, amala como nunca has amado a otra persona, quiérela como nunca has querido a otra persona, quiero ver siempre amo hermana con una sonrisa, feliz, entera. Y sé que tu lo harás.

-Feliz cumpleaños…-soltó ella de repente.

Mire hacia mi calendario empolvado que estaba colgado en la pared “13 de septiembre” estaba tan deprimido que nunca me di cuenta que ella habíamos entrado a septiembre, es como si mi vida se haya quedado en Mayo. La tome nuevamente en mis brazos y la volví a besar, antes Louis nos había dicho que se iría a instalar a la casa que estaba al lado, la había comprado meses antes sin que nadie supiera ni su misma esposa.

Tome a Lucy entre mis manos y comencé a besarla, quererla, amarla. Coloco sus manos enredándolas detrás de mi cuello y con un ágil movimiento tome de sus piernas y las coloque a la altura de mi cintura, llevándola a mi dormitorio. Donde esa mañana pudimos recorrer nuestros cuerpos, sentirnos, ser una misma piel. Esa misma mañana pude hacer mi mayor anhelo hacerla mía, solo mía y para nadie más.

Este era mi mejor regalo de cumpleaños, tener en mis brazos a la mujer que amo y amarare por el resto de mi vida a mis amigos cercas.

Cuando el corazón ha encontrado su última pieza, es imposible volver a romper el rompecabezas, por una vez que has juntos todas las piezas del amor de tu vida. Ese rompecabezas se vuelve un logro, una felicidad, porque has logrado hacerlo. Hacer aquel rompecabezas que nunca pudiste lograrlo hacer, es como me sucedió con Lucy, no creí jamás volver a tenerla junto a mi, sentirla, la, acariciarla. Pero nunca es tarde para soñar, para esperar, para creer en la esperanza, solo basta creer y amar para que todos sucedieran. Lucy era el amor de mi vida y siempre lo será. Ella y yo unidos, nadie nos separara. Juntos para toda la vida.